Resumen de Son como humanos: Aproximación antropológica a las relaciones naturaleza-cultura a través de los perros en la ciudad
¿Son los animales portadores de cultura? Aunque la respuesta negativa a esta cuestión parece evidente, lo cierto es que cada vez a más animales se les atribuyen características que históricamente se consideraban propias de los humanos. Así, animales hay que viven en casa, duermen en cama, comen en plato alimentos precocinados, son llevados a la peluquería y vestidos en tiendas de moda. Los objetos para su ocio y entretenimiento se multiplican y la visita rutinaria al veterinario se hace habitual. A mayores se les habla, frecuentemente en diminutivos, como si fueran niños, se les ponen nombres propios otrora reservados para hombres y mujeres y, en definitiva, se les trata, en usual expresión, "como un miembro más de la familia". La relación amo-siervo, no exenta por lo demás de un cierto afecto, que predominaba en las relaciones entre los hombres y los animales en los entornos rurales, ha dejado paso a una relación de familiaridad en los contextos urbanos donde los animales cumplen funciones muy diferentes de las que siempre habían tenido.
