Madrid, España
Con el Desastre del 98, que abre el debate sobre el Problema de España, toros y política se revelan como dos elementos indisociables. Asimismo, la rápida politización de la vida pública durante la dictadura de Primo de Rivera coincide con la irrupción del deporte y la cultura de masas, que, en España, incrementa el interés por el fútbol y los toros. Así lo demuestra el auge de las corridas de toros en la Segunda República y, sobre todo, la Guerra Civil, que politiza para siempre dichos festejos y activa muchos de los estereotipos que arrastraba España desde hacía siglos. En cualquier caso, al terminar el franquismo y dar comienzo la transición a la democracia, los toros son ya un símbolo aceptado universalmente como español, lo que explica el progresivo rechazo por parte del independentismo catalán y, finalmente, la prohibición de las corridas de toros en Cataluña.
With the Spanish-American War in 1898, which opens the debate on the Problem of Spain, bulls and politics are revealed as two inseparable elements. Likewise, the rapid politicization of public life during the dictatorship of Primo de Rivera coincides with the irruption of sport and mass culture, which, in Spain, increases interest in football and bulls. This is demonstrated by the rise of bullfights in the Second Republic and, above all, the Civil War, which politicizes these celebrations forever and activates many of the stereotypes that Spain had dragged on for centuries. In any case, at the end of the Franco regime and at the beginning of the transition to democracy, bulls are already universally accepted as a Spanish symbol, which explains the progressive rejection by Catalan
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