A mediados de febrero de 1734, un ejército español reunido en Pisa, a cuyo frente se hallaban el infante don Carlos y el capitán general, conde de Montemar, inició su marcha hacia el sur. Se renunció a los objetivos del norte de Italia y se optó por la conquista de Nápoles y Sicilia. Dejamos aparte las razones de esta decisión política y las operaciones militares subsiguientes para preguntarnos de qué ejército se trataba, cómo había llegado a reunirse en Pisa y cómo subsistiría los meses siguientes en territorio enemigo y lejano.
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