Centro Virtual Cervantes
Lengua

Hispanismo alemán > Índice > J. Lüdtke
Hispanismo alemán

La lingüística hispánica en los países de habla alemana desde 1945*

Jens Lüdtke

1. Problemática tarea es la de ofrecer un inventario de la lingüística hispánica en los países de habla alemana, pues casi nadie se considera exclusivamente hispanista. En este momento, la lingüística hispánica todavía atraviesa una fase de desprendimiento de la lingüística románica. Sin embargo, aún no se puede saber si este proceso conferirá a la hispanística una condición duradera de disciplina autónoma en los países de habla alemana. La evolución en la Alemania reunificada es un argumento en contra de ello. Una vez reunificado el país, la romanística de la antigua RDA —antes restringida a unas pocas universidades con cátedras de orientación muy especializada— fue sometida a una ampliación sistemática siguiendo el modelo de la Alemania occidental. Por lo general, un romanista tiene que enseñar dos lenguas romances. De esta forma se optó por la práctica común en la antigua República Federal. Se suele esperar que la tesis doctoral y la Habilitationsschrift1 estudien lenguas romances y temas científicos diferentes. Por supuesto, estas dos clases de comprobantes de aptitud académica también pueden tratar temas sincrónicos y diacrónicos seleccionados del campo de la romanística. El que no se atiene a estas costumbres suele poner en juego su competitividad. Un consenso de esta índole se ha impuesto tanto para Alemania, como para Austria, como para Suiza, a pesar de la estructura federalista del sistema universitario de cada país. Al desarrollo de la lingüística hispánica en estos tres países han contribuido lingüistas de habla española, por lo cual estos también se mencionarán, ya que no es conveniente valorar las aportaciones exclusivamente en virtud del idioma de la publicación.

1.1. El estado actual de la romanística debe sus características a un concurso de por lo menos tres factores, a saber, la diferenciación de la enseñanza, de las cátedras y de la propia organización científica de la disciplina. Como es sabido, nuestra asignatura universitaria se originó bajo la denominación de filología románica. Desde una perspectiva exclusivamente lingüística, esta asignatura que después de 1945 todavía contaba con catedráticos que tenían una formación tanto lingüística como literaria (por ejemplo Harri Meier, Gerhard Rohlfs y Hans Flasche), fue enseñada al principio como lingüística francesa y lingüística románica general de orientación diacrónica. Los estudiantes alemanes eran aspirantes a la carrera de profesor de enseñanza media para alumnos de francés. Tan solo en Suiza y Austria se podían enseñar también otras lenguas romances en las escuelas de enseñanza media. A finales de los años 60 y en los 70 se introdujo la carrera de Magister2, o —donde esta ya existía— los estudiantes la elegían con mayor frecuencia; al mismo tiempo fue ampliada la gama de las asignaturas romanísticas, también en las escuelas secundarias. En casi todas partes el español es el idioma que más interés ha tenido entre las lenguas romances. Ocasionalmente, el número de estudiantes del español alcanza —incluso supera— el de los estudiantes del francés. Los estudios de español suelen terminar con el examen de Magister Artium (MA), y en algunos estados federados, con el «Staatsexamen für das höhere Lehramt» (examen de profesores de enseñanza secundaria que hay que aprobar en dos materias, una de ellas puede ser el español, con una combinabilidad limitada, o bien un examen de español como materia complementaria). En la antigua RDA también se seguía el modelo romanístico general, si bien en ocasiones el francés era sustituido por el español (cubano) y el rumano. Los estudios solían terminar con un diploma.

Las nuevas exigencias de la enseñanza se tradujeron en obras introductorias a la lingüística hispánica. La primera, obra de Michael Metzeltin (1973)3, todavía era de orientación diacrónica; después se han publicado introducciones temáticamente amplias como la de Helmut Berschin, Julio Fernández-Sevilla y Josef Felixberger (1987; nueva edición 1995), la de Wolf Dietrich y Horst Geckeler (1990), así como una gramática práctica del español de Eberhard Gärtner (quinta ed. de 1992), otra de Otto Winkelmann y Wolfgang Reumuth (1991) y, más recientemente, la extensa gramática de José Vera Morales (1995), con numerosos ejemplos de traducción. La demanda informativa en torno al español latinoamericano está cubierta por Hans-Dieter Paufler (1977) y Hugo Kubarth (1987). Al tomo del Lexikon der Romanistischen Linguistik dedicado al español —edición a cargo de Günter Holtus, Michael Metzeltin y Christian Schmitt (1992)— han contribuido, entre otros, numerosos lingüistas de habla alemana4.

1.2. La diferenciación de la enseñanza se vio favorecida por el aumento del número de estudiantes y la consiguiente diferenciación de las cátedras. Así, desde finales de los años 60 los Seminarios de Románicas (o los Institutos de Filología Románica/Romanística) adquirieron un carácter auténticamente romanístico. Para la lingüística, las nuevas tareas eran relativamente fáciles de resolver, ya que, bajo el dominio de la lingüística diacrónica, el método histórico-comparativo aseguraba la unidad de la asignatura. Al mismo tiempo que el aumento del número de estudiantes, se produjo el cambio de signo de la lingüística diacrónica a la sincrónica. Al principio este cambio tuvo rasgos moderados: el subsiguiente estructuralismo de Helmut Lüdtke (1956) y Harald Weinrich (1958) se caracterizaba por una diacronia que abarcaba todos los idiomas de la asignatura y su aplicación a la fonología. Sin embargo, en el momento de introducirse la semántica estructural (Eugenio Coseriu en Alemania), el estructuralismo fue aplastado por las sucesivas ondas de la lingüística transformacional-generativa. En esta misma fase se sucedieron, además, dos generaciones, proceso que debido a la mayor integración internacional de la lingüística románica fue menos turbulento que en otras disciplinas, como por ejemplo en germanística. Fuera diacrónica o sincrónica la orientación, la evolución apuntaba, de todos modos, hacia una lingüística dedicada a un solo idioma, que a raíz de la nueva diferenciación de las asignaturas no tuvo más remedio que llegar a la historia del idioma —la cual abarca un ámbito con creces mayor que el método histórico-comparativo— y la descripción sincrónica de los idiomas. No obstante, la conclusión de que esto implica la descomposición de la lingüística románica en lingüísticas individuales no corresponde a la imagen generalizada entre los lingüistas románicos en los países de habla alemana, si exceptuamos la evolución singular en la RDA. Al contrario de los estudiosos de la ciencia literaria hispánica, que en Alemania se presentan a menudo como los hispanistas por antonomasia, los lingüistas —y según parece, la mayoría de ellos— se atienen a la unidad de la disciplina. Hay que constatar que la evolución de los estudios de literatura hispánica diverge sustancialmente de los estudios de lingüística hispánica. Sigue siendo un hecho que una lengua romance se presta mejor a investigaciones con criterio romanístico que una literatura romance, ya que la conexión entre los idiomas de esta familia está dada gracias al origen común y a la influencia permanente que estos ejercieron entre sí. Por este motivo, las lenguas romances han conservado o han vuelto a recuperar su parecido.

De momento, el problema de la unidad de la asignatura resulta académico si se tiene en cuenta que los lingüistas de hoy, en casi todos los casos, se han formado bajo condiciones tradicionales. Y a medio plazo, los costes de la reunificación alemana —con la drástica política de austeridad que afronta la ciencia en Alemania occidental— no dejan otra alternativa que el romanista.

1.3. La organización científica, por su parte, ha solucionado de otra forma el problema de la orientación en un solo idioma versus la romanística. Además de la Asociación Alemana de Romanistas (Deutscher Romanistenverband), que puede representar a todos los romanistas alemanes, la diferenciación de la Romanística en la enseñanza y en las cátedras se expresó, en 1977, en la fundación de la Asociación Alemana de Hispanistas (Deutscher Hispanistenverband), primera agrupación en formar un organismo autónomo5. Le sucedieron otras instituciones análogas, como la Sociedad Germano-Catalana —Deutsch-Katalanische Gesellschaft— en 1983, la Asociación Alemana de Italianistas (1991), la Asociación Alemana de Lusitanistas (1993), la Sociedad Germano-Gallega (1993) y la Asociación Alemana de Francesistas (1995). No mencionamos las asociaciones con finalidad primordialmente didáctica. En Suiza hay, además, el aún homogéneo Collegium Romanicum. También los colegas austríacos se reúnen periódicamente.

2. Como hemos visto, los años cercanos a 1970 significaron un cambio para la lingüística hispánica en varios sentidos. Mientras que la época anterior se caracterizaba más bien por su orientación diacrónica y romanística, posteriormente dominaron la sincronía y estudios monográficos sobre un solo idioma. En los años más recientes ha aumentado considerablemente el interés por el español americano. A continuación daremos una sinopsis de las aportaciones de Austria, Suiza y Alemania a la lingüística hispánica.

2.1. Las pautas para el estudio romanístico-diacrónico de la formación de los dominios lingüísticos en la Iberorromania habían sido marcadas ya por los Orígenes del español (1926) de Ramón Menéndez Pidal y —en menor medida— por el estudio de Wilhelm Meyer-Lübke sobre la importancia del catalán dentro de la Romania (1925). Sobre esta base, Harri Meier formuló su interpretación de las dos corrientes de romanización, que nacieron en el seno de las provincias Tarraconensis y Baetica, para coincidir en la zona de origen del castellano (1941). Los estudios sobre la formación de las lenguas iberorrománicas fueron sintetizados por Kurt Baldinger (1958, versión española de 1963 y 1972); entre estos figuran también los amplios trabajos de Johannes Hubschmid acerca de los sustratos indoeuropeos de la península ibérica y del Mediterráneo, el de Ulrich Schmoll sobre los idiomas de los indoeuropeos precélticos y el celtíbero (1959), así como el de Jürgen Untermann en torno a las lenguas prerromanas de Hispania en general. Después de trasladarse a la Universidad de Tubinga, Antonio Tovar prosiguió sus estudios sobre el celtíbero, el celta, el latín y sobre el vasco en la península ibérica, tanto con publicaciones en lengua alemana como en traducciones (1977). Los topónimos y los antropónimos son una fuente importante de estos estudios de sustratos; conjuntamente con los nombres procedentes de idiomas de superstratos, son el tema frecuente de los trabajos de Joseph M. Piel. Dieter Kremer continúa estos estudios antroponomásticos y toponomásticos en proyectos de gran escala.

Otro tema de gran interés son los superestratos iberorrománicos, aunque no tanto el germánico —tenido en cuenta, entre otros, en los trabajos de Piel y de Kremer—, sino más bien el árabe. Las ediciones de textos fiables constituyen la condición indispensable para su adecuada interpretación histórico-lingüística. Así, Gerold Hilty editó El libro conplido en los judizios de las estrellas (1954); Klaus Heger, 53 Jarchas —las estrofas finales mozárabes de poemas en árabe o en hebreo— (1960); Mechthild Crombach, los Bocados de Oro (1971); Ursula Klenk, La Leyenda de Yusuf (1972), texto en aljamía al que siguieron otros editados por Reinhold Kontzi (1974) y, finalmente, los Canones de Albateni en la edición de Georg Bossong (1978). En una obra publicada a continuación (1979), este último se propone ilustrar el proceso de aculturación del español mediante traducciones del árabe en el siglo xiii. Los arabismos iberorrománicos e italianos son cotejados en el reciente diccionario de Reinhard Kiesler (1993). El judeoespañol es tema de una serie de estudios de Winfried Busse.

Una parte importante de los estudios mencionados sobre la formación de las lenguas iberorrománicas se caracteriza por su enfoque etimológico, tarea primordial de algunos investigadores. Así, Wilhelm Giese estudió las consecuencias lingüísticas de las incursiones árabes y las relaciones léxicas entre el español y el árabe. Harri Meier, por su parte, escribió una serie de comentarios que se incluyen en el Diccionario Crítico Etimológico de Joan Corominas y de la nueva edición de Corominas y José A. Pascual (1984). A medida que el léxico era estudiado bajo aspectos históricos, la investigación etimológica se vio sustituida por la historia del léxico. Los rasgos fundamentales de esta evolución desde una perspectiva románica los describió Helmut Lüdtke (1968, versión española de 1974). Hacia el mismo tiempo, Michael Metzeltin preparaba un trabajo sobre la terminología de la brújula marítima (1970), y Wilhelm Pötters realizó un cotejo léxico del español con el portugués, cuyas divergencias son explicadas por motivos históricos. De forma ejemplar, Germán Colón llevó a cabo la misma tarea para la comparación del español con el catalán (1989) y, en toda la Romania, desde el punto de vista del catalán (1976). Entre los estudios monográficos cabe mencionar la historia del léxico español de Dieter Messner (1970), que incluye el español en las sinopsis cronológicas del léxico características de este autor. El principal investigador del léxico español hasta 1400 es Bodo Müller, que dirige el vasto Diccionario del español medieval, cuyo primer tomo fue publicado entre 1987 y 19946.

En los países de habla alemana se concede especial atención a los contactos entre el castellano y el catalán, el vasco y, más recientemente, también a los contactos con el gallego. Aquí se extiende un amplio campo de actividades para romanistas que, según ha avanzado su carrera, han trabajado o trabajan con enfoque dialectológico, geográfico-lingüístico, histórico, descriptivo o que se dedican al estudio de las situaciones de contacto entre los idiomas. Vale la pena que los lingüistas españoles tengan en cuenta estos trabajos de la pluma de sus colegas alemanes.

2.2. La descripción del español ha despertado un interés poco uniforme. Estudios tipológicos sobre el español en el ámbito románico fueron presentados por Horst Geckeler y, en mayor número, por Karl-Hermann Körner, sobre la sintaxis del español. Entre los trabajos de mayor mérito destaca la exhaustiva Gramática Contrastiva Alemán-Español/Español-Alemán (1989) de Nelson Cartagena y Hans-Martin Gauger, obra singular en la cual cada autor parte de un concepto muy distinto de gramática contrastiva. Muy merecedora de desarrollo es la concepción del estudio sobre el lenguaje hablado en la Romania por Peter Koch y Wulf Oesterreicher, que los autores aplican al francés, italiano y español (1990). A pesar de todo, la tendencia general va hacia temas más limitados, y con el pasar del tiempo, un número creciente de lingüistas han pasado de una perspectiva sincrónico-comparativa románica a planteamientos en torno a un solo idioma, vale decir, el español. Esta nueva orientación introducida hacia 1970 tiene su expresión más patente en los estudios sobre los tiempos verbales. Un pronunciado interés teórico guio a Klaus Heger en su estudio sobre la denominación de categorías onomasiológicas deíctico-temporales en el sistema de conjugación francés y español; la continuación de esta obra condujo a la formulación de una teoría lingüística propia. Un eco aún mayor que el enfoque onomasiológico de Heger ha tenido el de la lingüística de textos utilizado por Harald Weinrich en la descripción de los tiempos verbales de lenguas romances, con su distinción entre discurrir y narrar (1964). Un estudio monográfico como el de Albert Barrera-Vidal sobre el perfecto y el perfecto compuesto (1972) se propone integrar los mencionados enfoques y otros nuevos dentro de una descripción estructuralista de los tiempos verbales de la lengua castellana; téngase en cuenta que en aquel momento todavía no se había publicado la descripción estructural del sistema verbal románico de Eugenio Coseriu (1976). Con inclusión adicional del español colombiano, Helmut Berschin (1976) trata el mismo tema que Barrera, mientras que Roif Eberenz estudia los tiempos verbales del español desde un punto de vista sintagmático, con criterio tanto frástico como transfrástico. El aspecto —cuestión planteada constantemente en la discusión de los tiempos— es el tema de la obra romanista-comparativista de Wolf Dietrich (1973, versión española de 1983).

Aún más controvertido que el tema de los tiempos fue y sigue siendo el del subjuntivo. Hay que decir que la lengua que encendió la discusión entre los especialistas fue el francés. Los resultados fueron aplicados al español en un estudio comparativo de Peter Schifko (1967). Los resultados procedentes de otra aproximación interesante a este tema, concebida por Klaus Böckle y Paulo Martins Ferreira, aún no se han publicado en forma de libro. Por otra parte, es inminente la publicación de la tesis de docencia (Habilitationsschrift) de Gabriele Knauer, estudio monográfico dedicado exclusivamente al subjuntivo.

El vasto campo de la sintaxis española, donde más dinamismo ha mostrado la lingüística descriptiva de las últimas décadas, cuenta con escasos representantes en los países de habla alemana. El libro de Horst Isenberg sobre el objeto directo (1968) no tuvo continuación ni imitadores. Lo mismo puede constatarse en cuanto a los estudios de Reinhard Meyer-Hermann en torno al orden de las palabras, o de los de Harald Thun (1978) sobre fraseología románica y de Alberto Zuluaga (1980) sobre fraseología del español; a ellos debe añadirse también el diccionario estilístico-fraseológico español-alemán de Werner Beinhauer (1978). En su libro sobre los pronombres personales para objetos, Thun también analiza el español (1986). Todavía están por ver las consecuencias de la concepción sintáctica introducida por Michael Metzeltin en el Lexikon der Romanistischen Linguistik.

Por otra parte, las investigaciones sobre teoría de formación de palabras denotan relativa continuidad. Hans-Martin Gauger analiza los procesos de formación de palabras en francés y español a partir de los resultados de los procedimientos e interpreta a su manera la teoría de la formación de palabras de Coseriu (1971). Stefan Ettinger estudia las reglas de la formación del diminutivo y aumentativo en español en el contexto de las otras lenguas romances (1974). Jens Lüdtke parte del predicado y sus nominalizaciones en francés, catalán y español e introduce una diferenciación de los sufijos empleados para este fin (1978). Eva-Maria Güida lleva a cabo un estudio análogo para los nomina actionis del español argentino, destacando asimismo las diferencias con respecto al español peninsular y la influencia de otras lenguas sobre el español de la Argentina (1993). En un estudio de muy elevado nivel teórico, Brenda Laca analiza las nominalizaciones de sujetos en castellano (1986), las cuales posteriormente (1993) son subdivididas entre formaciones de palabras deverbales y denominales. Paralela e independientemente de esta última, Bruno Staib estructura un ámbito de la formación de palabras en español y en francés que tradicionalmente es categorizado como derivación, pero que él y Brenda Laca —apoyándose en Coseriu— clasifican como composición (1988). Sobre la base de estos y de otros estudios, Franz Rainer formula su amplia teoría de la formación de palabras (1993), de estructura morfológica, pero concepción teórica generativista, hecho que se expresa en una contradicción sin resolver entre teoría y descripción. De orientación morfológica (pero no generativista) es asimismo la breve sinopsis sobre la formación de palabras en español de Johannes Thiele (1992).

En los otros campos de la lexicología se ha trabajado con particular intensidad en la RDA. Por una parte, se analizó la conexión entre realidad social y lenguaje, siguiendo una corriente marxista de origen francés que fue aplicada al vocabulario sociopolítico de España (Ulrich Herrmann), Argentina (Martina Emsel) y Cuba (G. Hanig, y Gabriele Knauer, en el aspecto sociolingüístico y de lingüística de textos), en tesis doctorales publicadas de forma fragmentaria a través de artículos, mientras que el análisis del lenguaje de la Falange y del salazarismo por Michael Scotti-Rosin (1982) tuvo un paralelo en Alemania occidental en la persona de Hans Martin Knapp, cuyo estudio examina los eufemismos en España antes y después de la transición democrática (1992). Por lo demás, esta clase de trabajos no tuvo apenas imitadores, a pesar del gran interés por el léxico de la derecha política. Los neologismos del castellano fueron recopilados por Christiane Nord (1983). Un punto central de las investigaciones en la Universidad de Leipzig era el estudio contrastivo de los verbos españoles en las tesis doctorales —inéditas— de Matthias Perl y de Gerd Wotjak; este enfoque es continuado por los lingüistas de Leipzig de acuerdo con la orientación comunicativo-estructural de Wotjak.

2.3. Hace solo pocos años que el español de América recibe el interés que merece. Las condiciones previas para un estudio fundado las proporciona el Instituto Iberoamericano de Berlín, fundado en 1930, que no solamente dispone de la mejor biblioteca especializada del continente, sino que bajo la dirección de Dietrich Briesemeister también es un foro internacional para la discusión iberorrománica e iberoamericana; en este contexto, Klaus Zimmermann, el director científico, aporta un importante componente lingüístico. Síntoma de la evolución es la fundación de la especialidad Neue Romania en el Instituto de Filología Románica de la Freie Universität de Berlín, que desde 1984 busca la luz pública con una revista del mismo nombre.

Para lo que podría llamarse la continuación de los problemas de sustrato y adstrato en el latín hispánico, remitimos a los estudios sobre lenguas indígenas y contactos lingüísticos, si bien nos limitaremos a aquellos que contribuyen a la ubicación histórica y social del español en América. A modo de ejemplo de una serie de trabajos procedentes de Hamburgo, se nombrará la tesis doctoral de Utta von Gleich sobre el valor social y comunicativo del quechua y del español en personas bilingües en el Perú (1982). Para México, el bilingüismo de los indios otomíes fue analizado con vistas a la práctica comunicativa por Rainer E. Hamel (1988); Klaus Zimmermann elige como tema el fenómeno de la asimilación y describe las consecuencias para conciencia e identidad (1992). En sus estudios mexicanistas, Zimmermann se hace partidario decidido de un análisis integrado del español con las lenguas indígenas. Matthias Perl se dedica fundamentalmente a los contactos del español con las lenguas indígenas y africanas en Cuba y ha presentado numerosos trabajos sobre la evolución del español caribeño (por ejemplo, en 1980) y estudios criollos. Al principio hemos nombrado una serie de obras descriptivas con finalidad informativa y estudios sobre el léxico hispanoamericano; para terminar, mencionaremos algunos proyectos de gran escala. El diccionario hispano-alemán de Maria Schwauss (1970, 1977) ha sido sustituido por el magno Nuevo diccionario de americanismos de Günther Haensch y Reinhold Werner. Este proyecto fomentado por la Deutsche Forschungsgemeinschaft (DFG) se realiza en colaboración con equipos de lingüistas hispanoamericanos y está dirigido desde la Universidad de Augsburgo. Tras una serie de estudios preparatorios de la pluma de Günther Haensch y Reinhold Werner sobre lexicografía española, hispanoamericana y teórica —en el último también han colaborado Stefan Ettinger y Lothar Wolf—, hasta la fecha se han publicado los tomos Colombianismos (1993), Argentinismos (1993) y Uruguayismos (1993); la redacción del tomo dedicado a Cuba está concluida (1995). Con el fomento de la DFG cuenta asimismo el Atlas Lingüístico del Uruguay, en cuya elaboración trabajan, desde 1985, Harald Thun (Maguncia, actualmente en Klel) y Adolfo Elizaincín (Montevideo) con sus equipos; la obra introducirá elementos innovadores en el registro de los rasgos específicos del español uruguayo. Jens Lüdtke trabaja desde 1986 en una historia del español de ultramar —en particular del americano— con respecto al europeo, y parte de la base de que la historia del español debe ser formulada como la de una sola lengua histórica. Además de una serie de artículos, existen dos misceláneas (1994), una de ellas editada con Matthias Perl, así como la edición comentada de la Información de los Jerónimos, el documento más importante de la transculturación de los arahuacos en las Antillas, por Andreas Wesch (1993). Muy prometedor es el estudio del español en general, que Rolf Eberenz lleva a cabo con parámetros descriptivos; de momento solamente se ha publicado una parte de los resultados.

2.4. El período que aquí presentamos registra aportaciones sustanciales a la historia de la lingüística hispánica en un sentido amplio. La primera fue el estudio de Werner Bahner sobre la conciencia lingüística en la literatura española del siglo xvi y xvii (1956, versión española de 1966). Le sucedieron los trabajos de Hans-J. Niederehe sobre la concepción lingüística de Alfonso el Sabio (1975) y la monografía de Petra Braselmann sobre la Gramática de la lengua castellana de Antonio de Nebrija (1991). Partiendo de sus investigaciones sobre el siglo xviii en Francia, Gerda Hassler analiza en numerosos artículos la validez que conservan las ideas lingüísticas de los siglos xviii y xix en la España de nuestros días.

3. Según hemos comprobado, en los países de habla alemana la lingüística románica tradicional es sustituida por el estructuralismo, el generativismo y otras corrientes de investigación. El cambio de orientación de los lingüistas individuales se produjo a lo largo de la transición entre la gramática histórica y el estructuralismo o el generativismo, de modo que la evolución general se refleja también en el curriculum científico de los propios estudiosos. Estas y otras orientaciones de la lingüística románica se impusieron con un acusado desfase de unas universidades a otras, evolución que todavía no ha concluido. Sin embargo, en las universidades que reunieron una variedad de personalidades científicas, las distintas orientaciones están presentes al mismo tiempo, si bien esta condición previa para la enseñanza e investigación lingüística integrativa aún no es un fenómeno generalizado. A este grupo pertenecen, entre otros, Christian Schmitt y, entre los jóvenes, Franz Lebsanft, Martin-Dietrich Glessgen y Ralph Ludwig. Con todo, ni siquiera una orientación más concentrada en la línea de un solo idioma ha dado lugar al hispanista, en el sentido de un lingüista que se dedica exclusivamente al español. Por este motivo, los países hispanohablantes todavía no nos registran con suficiente claridad. A ello contribuye el hecho de que sigamos publicando en lengua alemana. El motivo para esto no radica tanto en consideraciones de índole político-lingüística, sino más bien en los requisitos para tesinas y tesis, que deben ser accesibles para los colegas de otras ramas de la filología en nuestros países. No obstante, somos conscientes de que tenemos que escribir en español si queremos ser leídos en los países de habla hispana. Por lo tanto, en los proyectos de mayor envergadura la lengua de publicación es el castellano.

flecha a la izquierda (anterior)  flecha hacia arriba (subir)  flecha a la derecha (siguiente)

Notas

  • * Traducción de Peter Billaudelie. volver
  • 1. En los países de habla alemana, segunda tesis doctoral más amplia (tesis de docencia) para poder acceder a una cátedra en la universidad. volver
  • 2. Carrera universitaria de unos ocho a diez semestres de duración equiparable a la licenciatura en España. volver
  • 3. Los años indicados entre paréntesis se refieren a publicaciones fácilmente localizables mediante las bibliografías corrientes. Consideraciones de espacio nos impiden proporcionar una bibliografía más amplia. Remito particularmente a los cuatro tomos de la Bibliographie der Hispanistik in der Bundesrepublik Deutschland, Österreich und der deutschsprachigen Schweiz, Frankfurt am Main, 1988-1994, que comprende el período entre 1978 y 1992 e incluye también la (antigua) RDA a partir del año 1987. Los escritos de los hispanistas de la RDA hasta 1986 están contenidos en la Bibliographie zur romanischen Sprachwissenschaft inder DDR (1949-1986), Karl-Marx-Universität Leipzig 1987, compilada por Matthias Perl y Bärbel Plötner (con una segunda edición en 1995 que abarca las publicaciones hasta 1990, editada por Matthias Perl). volver
  • 4. Teniendo en cuenta que un breve resumen histórico como el presente debe recurrir forzosamente a experiencias personales, ya que el cambio se produjo, sobre todo, en ambientes de discusión, en seminarios y en cursos académicos (sería fácil comprobar que yerran quienes se apoyan en la cronología de las publicaciones escritas con el fin de valorar la evolución de determinados planteamientos científicos y de la evolución global), quizá sea conveniente determinar el alcance de mis propias experiencias. De esta forma serán más comprensibles mi modo de ver la evolución, mis preferencias y omisiones.
    En Tubinga, tuve la suerte de poder estudiar con dos auténticos maestros de la Filología Románica: Ernst Gamillscheg y Gerhard Rohlfs. Pero tanto allí como en Saarbrücken —universidad que frecuenté durante dos semestres, estudiando sobre todo con Hans Helmut Christmann y Max Mangold— se nos enseñaban no solo las herramientas tradicionales, sino también las corrientes modernas de la lingüística. En Tubinga, Eugenio Coseriu —como teórico de la lengua que sometía «los alcances y los límites» de los subsiguientes estructuralismos y los generativismos a una crítica tanto positiva como negativa— hizo posible que las corrientes más modernas de la lingüística fueran analizadas y valoradas no con criterio alternativo, sino integrativo. Las listas de participantes de los seminarios que Coseriu organizaba hacia 1970 revelan que la mitad de los estudiantes de aquel entonces son hoy catedráticos. No conozco otro seminario de Románicas del que pueda afirmarse algo parecido. Por supuesto, el ambiente lingüístico también tuvo su impronta gracias a numerosas otras personalidades, entre las cuales nombraré a Hans Marchand y a Antonio Tovar. La enseñanza en los seminarios románicos de Bonn, Berlín y Heidelberg me facilitó una idea de la historicidad, de los desfases en la lingüística románica y de su arraigo en la estructura personal de un seminario románico, con las consecuencias para la enseñanza y la investigación. Desde la Freie Universität de Berlín, me enteré primero de los acontecimientos en la RDA a través del muro, y, tras su caída, me interesé por la evolución en los nuevos estados federados (Länder). Mis conocimientos acerca de la evolución en Austria y Suiza, en cambio, tienen carácter indirecto. volver
  • 5. Solo de paso diremos que el motivo de esta fundación fue la postura adoptada frente al golpe de estado contra Salvador Allende, la cual tuvo como consecuencia que una serie de colegas (sobre todo de literatura) declarara su salida de la Asociación de Romanistas. Los lingüistas, por su parte, vacilaron más bien en adherirse a la Asociación de Hispanistas. volver
  • 6. En relación con la lingüística histórica en los países de habla alemana cabe mencionar la escuela que Yakov Malkiel (que se doctoró en Berlín) fundó en Estados Unidos y cuyos estudios de español son apreciados fuera de EE. UU. sobre todo en Europa, particularmente en Alemania. volver
Centro Virtual Cervantes © Instituto Cervantes,  . Reservados todos los derechos. cvc@cervantes.es