A pesar de las recomendaciones que jalonan libros de estilo, prontuarios editados por medios de comunicación públicos o por Organizaciones No Gubernamentales, hemos perdido la batalla. Día sí, día no, desde las páginas de la prensa, desde los micrófonos de la radio y desde los platós de televisión, se sigue utilizando la palabra “avalancha”, para referirse a la llegada masiva de inmigrantes, como si estos fueran piedras y no personas. Se les sigue motejándoles con la palabra “ilegales”, como si una persona pudiera ser ilegal, con independencia de la situación administrativa que disfrute o que sufra. Y se sigue encasillando a estos buscadores de la vida, recién llegados a las alacenas de Europa, en las páginas de sucesos, bajo la palabra problemas y junto a una larga sombra de la sospecha, que siempre es alargada.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados