Los elementos del patrimonio cultural reconocidos en Castilla y León son sobresalientes en número y calidad. Desde hace décadas la administración está comprometida en la planificación ambiciosa de su estudio y documentación, en su conservación preventiva e igualmente en los trabajos necesarios para su mantenimiento efectivo. En el presente artículo, tomando el Camino de Santiago como hilo conductor, se ilustra esta labor con dos ejemplos no por señeros menos representativos: la Catedral de Burgos y la Basílica de San Isidoro de León. No hay que olvidar que Castilla y León cuenta con ocho bienes inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial y dispone de más de dos mil Bienes de Interés Cultural (BIC), que se reparten en unos 750 municipios de los 2.248 que existen. De estos, un 90% no superan los 3.000 habitantes.
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