En 1939 acabó la guerra, pero no llegó la paz. Durante el primer franquismo España se convirtió en una gigantesca cárcel. Los procesos sumarísimos, rápidos, multitudinarios y sin garantías jurídicas, llevaron al paredón a más de cien mil personas. Con este panorama muchos excombatientes republicanos optaron por escapar de la represión, bien ocultándose (los llamados "topos") o uniéndose a la guerrilla. La resistencia antifranquista de posguerra en España produjo más de 6.000 muertos y 20.000 encarcelados. El autor de este artículo realiza un interesante recorrido por la incidencia de este fenómeno sociopolítico en Andalucía.
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