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LA PORTA ROMANA Y LOS LARES DE CAESARA UGUSTA por Alicia M. Canto SEPARATA DE CAESARAUGUSTA 74 Institución «Fernando el Católico» (C.S.l.C.) Fundación Pública de la Excma. Diputación de Zaragoza 2000 Caesaraugusla, 74. 1998, pp.: 167-190. l.S .S.N.: 0007-9502 LA PORTA ROMANA Y LOS LARES DE CAESARAUGUSTA por Alicia M . CANTO Universidad Autónoma de Madrid El Museo Provincial de Bellas Artes de Zaragoza 1 , la antigua Colonia Caesarea Augusta 2 , expone en su sección de Arqueología un bloque constructivo que formó parte de su muralla pétrea más antigua, y cuya inscripción, que menciona la Porta Romana de Zaragoza, ha ocupado desde su primera publicación, en 1874 3 , a muchos estudiosos. La última «llamada de atención» sobre ella (y sobre su autenticidad) es de 1989 4 • Con estas líneas pretendo sumar un esfuerzo más que ayude a su mejor comprensión. Y quiero añadir, aparte de dos lecturas alternativas del texto mismo -que podrán tener mejor o peor fortuna-, una reflexión metodológica -de validez, espero, más duradera- que me parece importante: Que es conveniente hacer epigrafía teniendo muy en cuenta la óptica arqueológica. Como estoy convencida de que la viceversa, cuando hay documentos epigráficos, es también verdad. l. Por las facilidades para el estudio de las dos piezas que aquí analizo quedo en grata deuda con su Director y amigo Dr. Mi guel Beltrán Lloris. 2. Las fuentes literarias principales en TJR, K-30: Madrid. Caesaraugusta. Clunia, Madrid 1993, pp. 73-74. Para cuestiones generales sobre la arqueología romana de la ciudad, a mi juicio siguen sie ndo trabajos de conjunto muy útiles los de M. BELTRÁN, La arqueología de Zaragoza: Últimas investigaciones (catálogo de la exposición), Zaragoza 1982, y BELTRÁN, M.; MOSTALAC, A.; PAZ, J. y AGUAROD, M. C., «La arqueología urbana en Zaragoza>>, Arqueología de las ciudades modemas superpuestas a las antiguas, Madrid-Zaragoza 1985, pp. 57-109. Noticia de las numerosas excavaciones de los años subsiguientes pueden consultarse, por ejemplo, en VV.AA., Zaragoza, Prehistoria y Arqueología, Zaragoza 1991, y en varios trabajos parciales en las Preactas y Actas (Tarragona, 1993, 1996) del XIV Congreso Internacional de Arqueología Clásica. Para los niveles precoloniales de la ciudad ahora GALVE IzQUIERDO, M. ' P., Los antecedentes de Caesaraugusta. Estructura.\· domésticas de Salduie, Zaragoza, 1995. 3. Iré citando sucesivamente la bibliografía específica. 4. CASTILLO, C., <<Verdad y ficción en la epigrafía de la Hispani a anterior a nuestra era», Actas VII Cong reso Espmiol de Estudios Clásicos (Madrid, 1987), Madrid 1989, vol. III , pp. 56-59. CAESARAUGUSTA- 74 167 Alicia M. Canto l. EL SILLAR Estudié la pieza objeto principal de estas pagmas en dos visitas, agosto de 1993 y marzo de 1997. Se trata (lám. 1) de un sillar (n.o inv. 7609), ejecutado en piedra de yeso del Neogeno de la cuenca del Ebro\ de color grisáceo y forma bastante bien escuadrada. Mide 80 cm de ancho por 57 de alto y 91 de fondo. El campo epigráfico, situado en la mitad izquierda del sillar, 30 x 40 cm. Sus seis líneas 6, 4.8, 5.6, 5.5/6, 5.5 y 6 cm respectivamente 6 • Las ínterpunciones , sobreabundantes, son redondas. En cuanto al tipo de letra, de ductus relati vamente pronunciado y a veces pequeños remates triangulares, algunas de ellas (M expl ay ada , P, Q, T de travesaños muy rectos , E de palos iguales, V vagamente curvadas en su base) y, sobre todo, las interpunciones, apuntan a los fines del período republicano. El texto se lee con mucha claridad, excepto la línea 5 .", cuyas letras aparecen bastante borradas , muy especialmente la cuarta y central. En punto a paralelos zaragozanos, en el propio Museo se expone el llamado «trifin ium de Fuentes de Ebro 7 », atribuido a fecha lepidana (por tanto, de hacia 48-47 a.C. ) que, aparte de la similitud del material, presenta letras de gran semejanza, como las M, E, N o T, además del mismo tipo de interpunción. Se puede aún recordar una magnífica inscripción (90 cm de alto, 14 líneas de texto), fragmentar ia, en piedra de yeso alabastrino, hallada hace pocos años, fuera de contex to pero en ambiente muy monumental de época augustea, en los sótanos de la e/ Jaime 1, 56 8 . En este epígrafe, el parecido de las letras T, C, E, R, M, P, S, es ciertamente notable, aunque no se le aprecian ínterpunciones. Contribuye por últim o a la datación de nuestro sillar el texto mismo, que menciona la construcci ón de la puerta de una muralla que ha de ser por lo menos augustea 9 . 5. Según la clasificación que consta en la fic ha del Museo . Me informa también amablemente el Dr. M. Beltrán qu e es te tipo de piedra se ut il iza con frecuencia en los ni veles an tiguos de la ciudad, así como en la ve cin a ciudad de Celsa . 6. Es destacable que en los sucesivos es tudios de la pieza se repit en siempre las medidas de Hübner (<<82 x 58, letras todas de 6 cm») con e l grosor, añadido por Mo nsa lu d, 90 cm, o su medida de letras (<<todas 6,5 cm») . Pero, como puede verse, algunas med idas varían. Con su método habitual, Hübner la estudió y recogió en EE VIII a part ir del calco que le envió Monsalud, y por ello no da su fondo. 7. FATÁS G. y MARTf N BUENO, M. A., Ep igraj(a Romana de Za ragoza y su provincia, Zaragoza 1977 (en adelante citado ER Z) , p. 24 , n. o 2 1, con fo to. 8. No me consta al menos que haya sido publi cado formalmente este precioso y ciertamente tardorrepublicano ejemplar, también moldurado. La breve noti cia, con una buena fotografía, fue dada en VV.AA., op. cit. en nota 2 (1991 ), pp. 22 y 24. Se halló durante trabajos de limpieza de los restos monumentales excavados en 1982 (BELTRÁN, M. et al., a rt. cit. en nota 2, p. 93). 9. Debe de ser conocida mi <<revolucionaria hipótesis>> acerca de la fundación primera de Caesarea Augusta por César (Gerión 7, 1989, p. 202; Latomus 50, 1991 , p. 854). Reci ente mente la recuerda, con las amables palabras que entrecomillo, J. G6 MEZ PANTOJA (<<Germánico y Caesaraugustcm, Polis 6, 1994, pp. 169-202 , espec. 173). Tiene razón el colega y amigo alcalaíno al observar que no la di entonces en detall e: La causa es que no trataban aquellos artículos sino de las fundaciones (más antiguas) de Em erita Augusta y de Corduba. No acierta, en cambio, al suponer que me basaba para sugerir la de Zaragoza << únicamente en la noticia de un historiador árabe» (aunque éste fuera el Tucídides cordobés: Ahmad ibn Muhammad al-Razí, 889-955 d.C.). Como 168 CAESARAUGUSTA- 74 La Porta Romana y los Lares de Caesaraugusta Lám. T. Sillar de la muralla con inscripción de lo s Lares. Foto cortesía del Museo de Zaragoza. Pero antes de entrar en el estudio de la inscripción qutstera detenerme en algunas consideraciones previas, puramente arqueológicas, sobre el sillar mismo, pues observo en la bibliografía que en general no han sido objeto de curiosidad o atención 10 y, sin embargo, pueden tener relevancia para la comprensión de un ciertamente difícil texto. En otra fotografía (lám. III) puede apreciarse, como se ve también ante la pieza, que el frente del sillar presenta un reborde o moldura, recta y lisa, bastante perdida, pero que puede distinguirse tanto en el lado izquierdo como, más ligeramente, en el derecho 11 (lám. 1). Esta primera observación implica a ese artículo está aún pendiente de publicar, por no mezclar temas no entraré ahora en la cuestión, pero el paralelo formal que acabo de citar con el trifinio de Fuentes de Ebro ya es lo bastante expres ivo de la id ea. 10. Exceptúo a A. Beltrán Martínez: << Su forma indica que de bi ó tener adosado un sillar en su mitad derecha , acumulándose la inscripción en el lado izquierdo>> (en: «De arqueología aragonesa: La inscripció n de la Puerta Romana de Zarago za>>, Heraldo de Aragán , 27 de ma yo de 1979). Y véase la nota sig ui ente. 11. Fueron M. ' P. Galve y M." A. Magallón las únicas en observar este detalle: «Se advierte una ligera molduración en la parte derecha de la inscripción>> (en «La epigrafía romana de Caesarau gusta>>. Miscelán ea arqueológica dedicada al Prof A. Beltrán, Zaragoza, 1975, pp. 213-231, especialmente 214-216 y lám. 11). La moldura se aprecia mucho mejor en la foto tomada muy encima . des de el ángulo izquierdo , que ofrece G. FATÁS CABEZA e n: « De e pigrafía cesaraugu stana>> , CAESARAUGUSTA - 74 169 Alicia M. Canto Según G. F ATÁS y Lám. ll. Detalle del sill ar desde el lado derecho . M. MART ÍN B 'ESO. Epigrafía romana de Zaragoza, l 977, fig. 75 . mi juicio que la misma «voluntad gráfica» alcanzaba a la totalidad del frente, y no sólo a la parte que fi nal mente se esc ribi ó. O lo que es lo mismo: Cabe pensar que la inscripción se red ujo al lado izqui erdo del sillar no por falta de espacio , sino porque la mitad derec ha estab a oc upada po r alguna otra cosa, fuera ésta inscrita o esculpida. De hecho , una banda li sa vertical parece apreciarse muy bien entre ambos campos, los dos muy simil ares de tamaño. En consonancia con ello va el segundo importante detalle: En la misma fotografía (y ante la pieza aún mejor), se puede apreciar que la mitad diestra (o «muda») del frente del sillar aparece trabajada, pero no con el muy decente aunque sencillo alisamiento que presenta el campo epigráfico, sino con largos, bastos y descuidados surcos , procedentes de un instrumento agudo , posiblemente un pico mediano, que ha golpeado en diagonal, de arriba a abajo, deprisa y sin el menor miramiento. Si nos fijamos ahora (lám. 11) en el lateral derecho del bloque mismo (que se supone iba a· ir tapado por el muro) podremos comprender en seguida que la forma original de acabar las caras ocultas fue bastante más cuidada: Se convendrá entonces en que es extraño que una cara principal se remate peor que las que no estaban destinadas a ser vistas. Bimilenario de Zaragoza. Actas del Symposion de Ciudades Augusteas, Zaragoza 1976, vol. Il , p. 115, aquí lám. III. 170 CAESARAUGUSTA- 74 La Porta Romana y los Lares de Caesaraugusta Lám. III. La inscripción desde el lado izquierdo. Según G. FATÁS , Bimilenario de Za ragoza, 1976, t. II, p. 115. CAESARAUGUSTA- 74 171 Alicia M. Canto De estos detalles podemos inferir ya cuatro datos interesantes: a) Que la zona derecha del frente del sillar fue allanada en un momento posterior. b) Que lo que contenía no era otra inscripción, pues de ella hubiera quedado algún rastro, ya que el nivel de «alisamiento» no profundiza más, y queda casi en el mismo plano que el epígrafe. e) De lo anterior hay que deducir que en la mitad derecha frontal del bloque había un alto o medio relieve, englobado dentro de la misma moldura exterior (gran parte de la cual fue «igualada» también, y de idéntico «brutto» modo). d) Que la causa del poco delicado exterminio de la mitad esculpida es fácil de imaginar: Para poder reutilizar el bloque, encajándolo en una nueva refacción de la muralla 12 , es obvio que molestaba todo lo que sobresaliera en esta cara, por lo que fue expeditivamente eliminado. Sabemos que las restauraciones de la muralla de Z aragoza fueron frecuentes, desde el III d .C. 13 y a lo largo de los siglos 14 • No podemos saber en cuál de ellas se reutilizaría. Dejo aquí planteados estos «prejuicios» previos, que me llevan a la conclusión provisional de que el texto de la inscripción debía de tener algo que ver con algún relieve que lo explicaba, acompañaba o complementaba. Y con ello podemos pasar ya al estudio del epígrafe en sí. 12. Es de sumo interés la observac ión que hace A. BELTRÁN ( <<Caesaraugusta>> , Symposion, t. 1, pp. 219-262 , especialmente p. 233) acerca de la opinión de B. Taracen a, compartida por él mismo, sobre la posibl e adaptación de ésta y otras murallas hispanas a las reformas poliorcéticas de Diocleciano y Teodos iano ; las de éste (a. 396 d.C .) menc ionaba n expresamente la reutilización de <<todos los materiales procedentes de la demolición de los templos.» 13. Un detenido estudio es el de ÍÑIG UEZ ALMECH , F., << La muralla romana de Zaragoza>>, Acras V Congreso Nacional de Arqueolog(a (Zaragoza , 1957), Zaragoza 1959, pp. 253-268, especialmente pp. 266-267: Aquí postula una murall a más antigua, imperial (<<Y hasta con posibilidades anteriores ... »), de hormigón revestido con sillares de arenisca , la cual , medio hundida tras s iglos de paz, << fue reconstruida a todo correr cuando los francos y germanos llega n a España y destruyen Tarragona y Lérida (256-262 d.C .) ... causando terrible alarma para las ciudades igualmente expuestas ... (invasiones) mucho más grandes en tiempos de Honorio (395-423) ... Zaragoza se mantiene hasta las conquistas sueva (452) y goda (466) ... >>. La segunda muralla, a partir de mediados del siglo 111 , era para él de piedra de alabastro, y contenía mucho material reaprovechado de edificios ya derruidos. (La primera fase usaba ya sillares de revestimiento de ambos materiales según BELTRÁN, M., et al., art. cit. en nota 2, p. 90). Y véase lo dicho en la nota anterior. 14. FATÁS y MARTIN BuENO (ERZ, p. 57), al hablar del Arco de Valencia, indican que éste <<era parte ·de las murallas del siglo III; como se sabe, estas murallas se construyeron apresuradamente , con abundante reutilización de materiales ... que continuó durante siglos ... por ello es perfectamen te verosímil que la piedra haya permanecido allí largo tiempo ... >> . De es tas refacciones apresuradas, en ocasión de invasiones de francos , alamanes, vascones , godos y musulmanes, trata también L. GARC!A IGLESIAS, Zaragoza, ciudad visigoda, Zaragoza, 1979, pp. 21-22. rit., Zaragoza 1976, 172 CAESARAUGUSTA- 74 La Porta Romana y los Lares de Caesaraugusta 2. LA INSCRIPCIÓN 2.a. Historia de su hallazgo e interpretaciones El si llar apareció , en el año de 1859 (o 1842, 1849 o 1867 15), entre los restos de la demolición del llamado «Arco» o «Puerta de Valencia», en el extremo E del Coso, es decir, en la salida oriental del decumano máximo, cuando se procuraba espacio para la construcción de la Universidad ampliando la Plaza de la Magdalena para unirla con el mismo Coso. La puerta se documenta desde mediados del siglo XII; se sabe que «se alzaba al final de la calle Mayor, entre la Plaza de la Magdalena y la plazuela» de su nombre ... y que «estaba flanqueada por dos torres, y sobre ella había habitaciones 16 ». Según A. Beltrán, era la única gemi nada de Zaragoza, dato éste que considero de bastante interés. Apareció este bloque junto con otras tres inscripciones; dos de ellas, de espléndidos tamaño y letras, componen parte de un epígrafe oficial augusteo y se exhiben también en el Museo 17 . Nuestro sillar fue publicado por primera vez en 1874, por un autor italiano, R. Garrucci, quien lo vio 18 . En 1890 los herm anos Gascón de Gotor lo incluyeron en su obra sobre Zaragoza, indicando que se encontró, después de 1853 (cuando aún subsistía la Puerta) «en el cimiento de uno de los dos torreones laterales 19 ». Ellos lo vieron así: PORTA-RO/ MANA.IQVl.FACl.IVNTE.LA.IRES RECEI DANT. En 1892 E. Hübner recoge el epígrafe en su Supplementum al CJL Il 20 , incluido entre los falsos y a partir sólo de la noticia del italiano Garrucci, con este texto: 15. ERZ, p. 56. La fecha varía según los distintos autores, pero las dos más antiguas de estas cuatro no son posibles, pues la puerta, según los hermanos Gascón de Gotor, aún existía en 1853 (véase más abajo). En cualquier caso, la demolición progresiva de casi todas las puertas antiguas de la ciudad obedeció a un acuerdo municipal de 1842 , según G. FATÁS, <<Para una biografía de las murallas y Puente de Piedras de Zaragoza seg ún las fuentes escritas hasta 1285», Homenaje a J. M. Lacarra, vol. 11, pp. 305-329 (ahora en su De Zaragoza, Zaragoza, 1990, pp. l 03-113, especialmente 106). I6. FALCÓN PÉREZ, M." 1. , «Pervivencias romanas en la Zaragoza del siglo XV», Sympos ion, cit., Zaragoza, 1976, vol. 11, p. 137; también FATÁS CABEZA, G., art. cit. en nota anterior, p. 108. 17. ERZ, p. 59, n." 77, sin fotografía. Ésta puede verse en la fig . 9, p. 194, del artículo de P. BELTRÁN LLORIS «La escritura en la frontera. Inscripciones y cultura epigráfica en el valle medio del Ebro», Roma y el nacimiento de la cultu ra epigráfica en Occidente (Zaragoza 1992), Zaragoza 1995 , pp. 169-195. En estos últimos años ha aparecido en la misma zona fragmento de otra más («pequeña lápida de dos líneas en la que se di stinguen restos de al menos 8 letras con dos separaciones y que pudiera haber contenido una nominación imperial>>: VV.AA., op. cit. en nota 2, p. 22). 18. GARRUCCI, R. , Venafro illustrata coll'ajuto (sic) del/e lapide antiche, Roma 1874, p. 40 (obra que no he podido consultar; la cito de la biblioteca del DA! de Roma, pues no aparece en la bibliografía del CIL 11, p. XCVII). 19. GASCÓN DE GOTOR, A. y P., Zaragoza artística, monumental e histórica, Zaragoza 1890, t. 1, pp . 53-55: «Una coleccióp de ricos epígrafes de este arco fueron recog idos por la Comisión de Monumentos y fi gu ran en nuestro Museo .. .». De este sillar dicen que era gran pi edra de sillería, de 0,91 x 0,50 x 0,79 m ., y que se catalogó con el n." 179. Ofrecen dos fototip os de ambas caras de la antigua Puerta de Valencia, en las que no puede apreciarse, en efecto, ningún epígrafe o pieza visibl e. 20. CIL 11 512*, p. 53 * CAESARAUGUSTA- 74 173 Alicia M. Canto PORTA ROIMANA!QVrFACrNNT ELA-!RES RECEIDANT desechándola con un lacónico «novicia 2 1» . No obstante, nuestro Hübner debió de olvidarla después, pues sólo seis años más tarde, en 1898 , el marqués de Monsalud le envió un calco de la misma inscripción , como ap arecida en aquel mismo año in tractu muri veteris y, en su peculiar colaboraci ón, el sabio germano facilitó al marqués a cambio su interpretación de la mi sma ; éste la publicó en Madrid 22 , mientras a su vez Hübner la incluía, como auténtica (y sin citar su anterior inserción en el Corpus como falsa) en la EE VIII, con un comentario incluso detallado 23 • La conclusión de esta primera parte es que, si bien cierta sombra de falsedad, lanzada por la auctoritas del propio Hübner, ha acompañado a esta inscripción durante más de un siglo 2 4, su aceptación casi inmediata como auténtica, suscrita por él mi smo, debía de haberla disipado. Quizá la Ephemeris Epigraphica fuera menos accesible por entonces en España (aunque, como se verá, también se le escapó el detalle a L 'Ann ée Epigraphique), porque fue la opinión verbal de D. Manuel Gó mez Moreno 25 lo que pesó de verdad para aceptarla, aparte de otros arg umen tos que más tarde se han aducido 26 . 21. Según supone C. CASTILLO. «pudo justificar su desconfian za la menci ón de una ' puerta romana' >> (art. cit. en nota 4 , p. 56). Es difícil saber lo que Hübner pensó, pero , pudiendo conocer en CTL IV , V , VI y XII ejempl os de otras ponae Romanae (cf il({ra nota 44) , me parece que lo que más le ex trañaría sería la expresi ón EI.ARES RECEDANT. 22. El Marqués de Monsalud, << Epigrafía romana de Aragón y Extremadura», BRAH XXXIII , 1898, pp. 403 ss., n.o 2. El marqués epigrafista pasaba casi todos los años por Zaragoza, yendo o viniendo del castillo materno de Huesca, para segui r luego a su cura en las aguas de Betelu (Navan·a) y, finalmente, al veraneo en San Sebastián. Por lo menos tres veces se ocupó, a instancias propias , de Hübner o del P. Fidel Fita, de las murallas de Za ragoza. Ell o se desprende de la valio.sa correspondencia entre Monsalud y Fita. que acaba de ver la luz, y su minucioso estudio: GAR· CIA IGLESIAS, L., El noble estudioso de Almendralejo. Autógrafos de l Marqués de Moma/ud en el Archivo del P. Fidel Fita S.J. , Badajoz 1997, cf pp. 159 (donde hace una referencia a aquel su artículo de 1898), 207 y 231: Ésta es precisamente su última mi siva a Fita, de julio de 1908 , en la que facilita a su mentor, y colega académico , al gunos otros pequeños datos sobre la muralla. 23. HOBNER, E., EE VIII , pp. 527 -528 , n." 31 6. Es muy pos ible que se debiera a que la ficha de Hübner databa de hacía más de 20 años, o incluso a los achaques de la edad, pues aquel genio epigráfico alemán fallecería en febrero de 190 l. La duplicación fue posteriormente advertida por H. DESSA U, en 1913 (EE IX , p. 308), pero sin pronunc iarse sobre la autenticidad. 24. As í, C. CASTILLO, art. cit. en nota 4 , p. 56: «De autenticidad más problemática es la ins-. cripción ... » y pp. 58-59: <<Hasta aquí el intento de acercarnos a la resolución del enigma de la ' Puerta Romana', acerca de cuya autenticidad no están del todo borradas las sombras, y cuyo mensaje nos deja aún en la incertidumbre. Quizá esta llamada de atención sirva a un esclarecimiento más definiti vo». 25. La noticia acerca de la opinión de aquel gran maestro de la epigrafía hispana procede de A. BELTRÁN MARTfNEZ: << Aunque esta inscripción haya sido supuesta falsa, es auténtica, tanto por su hallazgo como por su letra; así me lo manifestó D. Manuel Gómez Moreno sobre la fotografía, hace muchos años ... ». El propio Beltrán perfila más la ocasión, en su citado artículo de 1979 (v. supra, nota 10): <<... y cuando don Manuel Gómez Moreno nos obsequió con su archivo gráfico de inscripciones latinas tuvimos ocasión de cambiar impresiones sobre el tema y acabó asegurándome que era extraña, pero auténtica ... ». De ello también se hacen eco FATÁS y MARTfN BUENO (ERZ) y C. Castillo (loe. cit.). 26. FATÁS, G. y MARTIN BUENO, M. A., (ERZ, p. 56), atinadamente, añaden que su autenticidad la refuerzan el lugar mismo del hallazgo y <<lo raro de su texto para una fal sificación , impensable para la Edad Media y muy poco imponente para el Humanismo .. .». 174 CAESARAUGUSTA- 74 La Porta Romana y los Lares de Caesaraugusta La transcripción «buena», pues, de Hübner, que, obviamente, fue la más duradera y exitosa, era como sigue: 5 PoRTA ·RO MANA· QVI FACI VNT ELA RES RECE DANT y su desarrollo y traducción: porta( m) Roma11a(m) qui faciunt <h>elares receda11t «Puerta Romana, los que la fabrican váyanse alegres» Monsalud 27 (del cual es la traducción 28 ) aportó además tres interpunciones que no debían de verse bien en el calco que fue a Berlín, una en cada hueco central de las líneas 3, 4 y 5, mientras omitió a su vez la final de la lín. 2 ." 29 , además de añadir algunos paralelos hispanos, cesarianos y augusteos, para el tipo de letra , e interesantes comentarios sobre las puertas y calzadas que antiguamente salían de Zaragoza. Tanto Hübner como Monsalud vieron perfectamente que Porta Romana era la puerta del Este, por la cual se salía hacia la Urbs vía Ilerda, por Tarraco o por Barcino. Con tal ubicación original venía a coincidir, además, el lugar de su casual hallazgo. En cuanto al texto, la interpretación de base de ambos, que sabemos procede de Hübner (... Monsalud, qui edidit a me explicatam ... ) entiende ELARES en lín. 4-5 como forma vulgar por HILARES (aunque «11011 habeo quae comparem ... » , Hübner) y, de esta forma , la inscripción sería puesta «por los obreros (ltalicis puto), quienes, en los tediosos intermedios de tan pesada construcción, deseaban, recordando la patria, ver el fin de la obra» (Hübner), o, introduciendo el aspecto lúdico: « ... (es) más probablemente un juego de los obreros que, ocupados en la construcción de la 'Puerta Romana', expresaban el deseo de obtener grato regreso a sus hogares una vez terminada la obra» (Monsalud). Añadían ambos que la supresión de las M finales de acusativo en las lín. 1 y 2 se explicaba, como el raro elares, «por la misma rústica condición de los obreros». Naturalmente, hay que proceder primero a descartar esta longeva explicación. Porque este tipo de «j uegos» son más bien propios, si acaso, de grafitos arañados en paredes, suelos o columnas, mientras esto que tenemos delante es un epígrafe monumental, aunque sólo sea por su tamaño y función, además de 27. Artículo citado supra, en nota 22. 28. Que en realidad, según su desarrollo, debería de haber sido: <<Los que fabrican la Puerta Romana, váyanse alegres.» 29. De ello dan cuenta MALLON, J. y MARIN, T. , Las inscripciones publicadas por el marqué.\· de Mon salud (1897-1908). Estudio crítico, Madrid, 1951 , pp. 55 ss., n." 110 con lám. lil (no mu y clara), al tiempo que añaden las finales de las líneas 1-4 y 6, que no habían dado ni Monsalud ni (excepto en la 2) Hübner. CAESARAUGUSTA- 74 175 Alicia M. Canto que tanto el elares, sin paralel o, como la omi sión del acusativo, son la interpretatio difficilior. Por otro lado -y esto ya es pura lógica- , no parece muy cortés y, menos aún, inteli gente (al menos mientras no se terminara y cobrara la obra) por parte de los obreros escribir en grandes caracteres, con destino a perdurar públicamente en la mismísi ma muralla de la ciudad contratante, lo mucho que se estaban aburriendo entre los cesaraugustanos, y cuánto deseaban volverse pronto a su cas a; pues tal es lo que cualquiera entendería. Y todo esto admitiendo, no sabemos con qué base, que sobre el territori o no había ni obreros ni militares (!) capaces de hacer una simple muralla y hubo que importarlos de Italia. Por último y lo que me parece más grave: No podía cualquiera escribir tales cosas sobre una muralla colonial, pues ésta por su propia esencia tenía la consideración de res sancta 30 . Argumento este último que - ya lo adelanto- me parece un obstác ulo aplicable a todas las dem ás lec turas que siguieron a ésta. La rara inscripción, en los siguientes cincuenta o sesenta años, sólo atrajo el interés de los filólogos , co mo Di ehJ3 1 , Carnoy 32 o L. Rubi o-Y. Bejarano 33 • Mientras Diehl se limita a reproducir, entre. comillas, la opinión de Hübner en EE, a Carnoy le pareció «una inscripción privada vulgar. .. muy interesante ... del siglo 1» , sin propone r nue vas lecturas (véase otra vez que se considera normal poner una inscripción «privada» en los respetabl es muros urbanos). Tampoco propusieron algo nuevo Mallon y Marín, ya citados 3\ aunque sí observaron, apuntalando la tradición, que «era contradictorio restituir las M finales [scil. , en Iín . 1-2] ni corregir elares» puesto que tal cual aparecían era «Como de verdad se ajustaba el texto al uso del latín vulgar». Después de más de veinte años 35, se producen dos novedades simultáneas en un bienio. En 1975, M ." P. Galve y M." A. Magallón 36 , tras citar el desan·ollo tradicional, proponen el siguiente: Porta(m) Rolmana(m )/ qui facilunt e lalr[ibus] rece!dant 30. A partir ya de la disciplina e/rusra (SERV IO, ad Aen. 1, 422), pero seg uía valiendo hasta al menos el siglo 111 : GAYO, f llSI., 2, 8: ... sancwe quoque res, ve /u/ muri et portae, quodammodo divini iuris sunt... Sobre la religión de las puertas, v. BAYET, J., Histoire poli tique et psyclwlogique de la religion romaine, París, 1957, p. 63. W. SESTON, en un fino artícul o (<< Les murs , les portes et les tours d'enceintes urbai nes et le probleme des res sanctae en droit romain>> , Mélanges d'Arl'héologie el d' Histoire offerts a André Piganiol, París , 1966, t. 111, pp . 1489 -1498), matiza que murallas y puertas son res sancta más que re>· sacra, pero a los efec tos que pretendo es lo mismo: Fuera por las leyes humanas o por las di vinas, es taban protegidas. 3 1. DI EHL, E. , Vulgarlateinische ln schr(ften, 19 1O, p. 17, n." 162 (que he consu ltad o sólo indirectamente). 32. CARNOY, A ., Le latin d'Espagne d'apres les inscriptions, Bruselas, 1906, p. 2 1. 33. RUIJIO, L. y BEJARANO, V., Documenta ad linguae Latinae historiam inlustranda, 1955, p. 101 , n." 432b. 34. Supra, nota 29. 35. La publicó A. BELTRÁN, s in novedades, en el Catálogo del Museo Provin cial de Zara goza (G uías de Museos, 19), Madrid , 1964 , p. 22 (de donde HAE 2189, co n medidas erróneas de 0,5 1 x 0,59 m.). 36. Arr. cit. e n nota 11 , p. 2 14. 176 CAESARAUGUSTA- 74 La Porta Romana y los Lares de Caesaraugusta No sabemos en qué fundaban su propuesta, puesto que las autoras no pasaron a explicarla. Es cierto que la lín . 5." está más borrada, pero precisamente las letras ES son las que mejor se ven , mientras que morfológica, sintácticamente y a efectos de traducción, la suya es mucho más difícil aún que la de Hübner-Monsalud, como bien se encargaron de poner de relieve en 1977 G. Fatás y M. Martín Bueno 37, experimentando todas las posibilidades a combinar de un ablativo con e y la forma verbal recedant, resultando, como era de esperar, todas sin mucho sentido: Puesto que recedo significa «retroceder, retirarse, alejarse de», y rige ablativo, con la propuesta de Galve-Magallón les salían traducciones como « ... una invocación a los qui faciunt para que se marcharan 1) de sus propios lares; 2) de unos lares de la porta romana ... », por lo que terminaron rechazándola: «Lo que no parece posible es interpretar a LARES como el destino de quienes deben ejecutar el RECEDANP 8 .» A pesar de no cuajar, me parece un acierto de Galve y Magallón el haber prestado alguna atención al soporte, y, como se verá, haber tratado de reflejar la soledad de la letra E en la lín. 4, porque, efectivamente, está aislada entre dos interpunciones, y éste es un hecho epigráfico real que todos los demás interpretadores habían minusvalorado. Tambíén deben apuntarse en su haber las observaciones de tipo paleográfico que hicieron sobre ella, llegando a una datación lógica -también con los datos tradicionales- del «último cuarto del siglo I a.C.» Los autores de aquella buena catalogación de la epigrafía zaragozana ofrecieron por su parte la siguiente lectura, a la que añadían las interpunciones que veían 39 , no dadas por Galve-Magallón: 5 POR-TA ·RO· MA ·NA · QVrFA ·Cr VNTELA · RES·RE-CEDA-NT· Al final de su comentario, Fatás y Martín Bueno optaron por apoyar la segunda nueva interpretación del bienio , que les había expresado verbalmente A. 37. ERZ, p. 56, aunque dan e /ar(ibus) y no, como ellas, e lar[ibusj. Defienden aquí con calor, como ya dije , la autenticidad de la inscripción. 38. Crítica tan razonable debió de convencer a las autoras, pues , en artículo posterior, de 1978, MAGALLÓN BOTAYA, M." A. (Caesaraugusta 45-46 , p. 163) volvió a leer FAC!/VNTE·LA·/ RES RECEIDANT. 39. En el artículo de G. FATÁS, <<De epigrafía cesaraugustana>> (Symposion, cit., vol. JI, p. 103), incluye una nota en la primera página en la que (con la comunicación ya en prensa) dice que, tras haber podido ver la inscripción en el Museo , <<las interpunciones que indicamos son correctas, pero hay más. Salvo en un caso, existen puntos redondos separando cada sílaba del texto y los finale s de línea>>. En la ERZ finalmente tampoco las anotaron , pero en otra nota similar dijeron que <<las interpunciones se paran cada sílaba del texto>>. Como no sé cuál es la exce pción a la que Fatás se refería en 1976, he optado aquí por ubicar en su nombre todas las interpuncioncs silábicas y final es, supliendo así, según sus intenciones , la transcripción realmente impresa en los dos estudios, donde sólo se reflejaban tres (3.": 1-F, y 4.": TELA-). CAESARAUGUSTA- 74 177 Alicia M. Canto Beltrán, y que éste mismo dio a conocer en el congreso que se había celebrado el año anterior, 1976, con motivo del Bimilenario 40 • Beltrán interpretó así: Porta Romana. Qui faciun(t) te, lares recedant «¡Puerta Romana! Los que te hacen, que regresen a su patria» Según él, la inscripción sería «de soldados canteros» y contendría una invocación de éstos a la puerta misma, para que «quienes te hacen, vuelvan a sus lares o a casa» ... «con lo que el vocativo ... serviría para demostrar que era (una puerta) especialmente considerada entre las cuatro de la ciudad ... del camino que iba o venía a Roma». Esta interpretación (que en el fondo no se alejaba tanto de las anteriores, pues siempre se trataba de constructores que ansiaban volver a su patria) en mi modesta opinión añadía, a la rareza de invocar a una puerta , la de pedir el «regreso a la patria» unos soldados que, si eran (como sería más lógico) los recién deducidos por Augusto en la nueva colonia, no podrían tener precisamente expectativa alguna de que aquella petición se llegara a cumplir jamás , ni un motivo razonable para siquiera solicitarlo 41 (aparte del problem a de la santidad de la muralla, cf supra y nota 30). Los dos ya citados autores del repertorio zaragozano, con la mejor buena voluntad, dieron también vueltas a esta segunda nueva propuesta 42 , aludiendo al posible carácter «fuertemente personal de la porta romana de Levante, lo que no es raro en elementos de comunicación y defensa de las ciudades». Que no estaban del todo con vencidos se demuestra porque vuelven a la carga con el dichoso verbo recedant, «dado el uso pertinaz de recedo con significado de alejarse de», mientras que, en la interpretación de A. Beltrán -qui faciunt te, lares recedant- se había vuelto a esfumar la tan necesaria preposición de ablativo, «e», que Galve y Magallón sí daban. En 1977 , pues, se había llegado ya al «impasse». Así las cosas, tras otra dé cada , Carmen Castillo, en 1987, vuelve muy oportunamente sobre el epígrafe 43 . Desp ués de dar varios ejemplos de portae Romanae, es decir, de puertas de calzadas que conducen a Roma en distintas ciudades del Imperio 4 \ aduce con maestría, como suele, nuevos paralelos para 40. Y que al final apareció antes que el propio catálogo: BELTRÁN MARTÍNEZ, A., Synzposion cit., vol. 1, p. 234; <:l también su artículo periodístico citado más atrás, en nota JO. 41. No obstante lo cual, a los redactores de AE 1976, 340 (que, por cierto, no eran conscientes más que de la primera referencia del CIL: << Hübner la classe nettement parmi les .falsae ... », y tampoco de la existencia real del epígrafe: <<l ' inscription, qu'on lisait au siecle dernier sur une partie, depuis lors démolie ... >> ), sí les gustó la solución: << ... ainsi compris, le texte pourrait etre traité comme authentique, et s'accorder avec ce que nous savons de l'attachement des Hispano-Romains a la religion multiforme des Lares.>> 42. FATÁS, G. y MARTÍN BUENO, M. A., ERZ, p. 58. La misma lectura y comentario ofreció G. FATÁS, <<De epigrafía cesaraugustana>>, en el Synzposion de 1976 ya citado, vol. ll, pp. 112-113 , lamentando que <<desde su hallazgo, nadie ha sido capaz de dar una lectura completamente satisfactoria de la misma.>> 43. Art. cit. supra, en nota 4; oportuno porque trataba de <<verdades y ficciones epigráficas.>> 44. !bid., notas 16 y 18. Cf supra nota 21. Se puede añadir a ellas la más antigua existente: La Porta Romana o Romanula, curiosamente en la propia Roma, pues era una de las de acceso al foro citadas por Varrón (de ling. Lat. V, 164-165). 178 CAESARAUGUSTA- 74 La Porta Romana y los Lares de Caesaraugusta apoyar las interpretaciones hasta entonces ofrecidas: Paralelos literarios y epigráficos para elares por hilares, para lares por laribus y para construcciones de recedo con ex. Termina por preferir e lares [scil., por laribus] recedant, interpretando algo nuevo, pero también poco viable: « ... que quienes ponen la inscripción rechazan a quienes están construyendo la puerta Romana». Por lógica -sigue- sólo pudieron ser ellos «los indígenas de Salluie», de donde se seguía que el sillar «no tuvo que formar parte necesariamente de la construcción romana», y más bien «estaría a la entrada de la ciudad indígena. » Pero esto, obviamente, choca, además de lo ya dicho, tanto con el amistoso carácter de «ciudad cohabitada» que atribuye Estrabón (III, 2, 15) a Caesaraugusta, como con el lugar de aparición del sillar y con la propia expresión de la línea 1: Porta Romana. Pues los Salluuitani, edetanos a la postre, habrían señalado en todo caso, en los muros de su propio recinto, pienso, la calzada que les condujera, no a la Urbe, sino a su propia congénere regional, es decir, el área costera de Saguntum 45 • Otras citas que se han hecho después de la misma inscripción se han limitado a alguno de los textos , nudo, y sin decidirse ya por uno u otro desarrollo o explicación 46 . 2.b. Los Lares regalados a Zaragoza Al examinar el dossier de esta Porta Romana, algunas cosas me saltaron a la vista . La primera, que parece inexplicable que el soporte mismo -el sillar y sus circunstancias- no haya parecido indispensable para comprender un texto difícil, y ello a muchos especialistas y durante un siglo 47 • La segunda, que, curiosamente, no ha habido prácticamente acuerdo en el número y colocación de las muchas interpunciones que presenta el texto. La tercera, que, como acabamos de ver, la unanimidad más absoluta ha reinado en torno a la problemática presencia y regímenes del verbo recedant, del cual dependen absolutamente todas las lecturas dadas. Se me permitirá que comience por el final, y además que aproveche para recuperar los «prejuicios» a propósito del soporte, que dejé planteados al final del primer capítulo de este trabajo. Me llama la atención que haya parecido siempre tan normal suponer que el DANT de la última línea, aun apareciendo completamente centrado en ella, sea la segunda parte de una palabra, RECE-, que comienza en la anterior. Porque lo más habitual en epigrafía es que las palabras partidas no se centren, 45. Por razones obvias, prefiero tratar en otro momento de este esp inoso asunto. Pero se reconocerá al menos que es curioso que el citado arco y puerta hayan continuado llamándose popularmente , y hasta hoy , <<de Valencia>>. 46. Por ejemplo LOSTAL, J., Arqueología del Aragún Romano, Zaragoza, 1980, p. 137 n. " l. La más reciente (1995) es la del artículo más arriba citado de F. BELTRÁN LLORIS (en nota 17, p. 185). Sólo dice que la inscripción <<es discutida>> y <<alusiva a la Porta Romana>>, y en su nota 147 da el texto continuo y sin marcar las interpunciones. 47. Ignoro, naturalmente, cuáles sean el comentario y la lectura en la ficha correspondiente para la nueva edición del CIL 11, aunque supongo que el estudio de sus aspectos materiales será también más detenido y que, en todo caso, la presente propuesta será tenida en cuenta. CAESARAUGUSTA- 74 179 Alicia M. Canto sino que se continúen inmediatamente en el margen izquierdo de la siguiente línea, como se ve en el propio epígrafe que estudiamos (líneas 2, 4 y 5), y hoy sigue siendo nuestra costumbre en los usos gráficos del español. Además, la perspectiva de existencia de un regalo que abre el verbo dare, tan común (donum dat, dedit, dederunt, dant, etc.), encaj a mejor , por su carácter público o votivo, con la pública exposición de un sillar en una muralla sancta , y máxime si al mismo tiempo se están mencionando unos LARES. Por lo tanto, propongo que la última línea debe ser entendida por separado, como verbo de donación 4 8 , independientemente de lo que luego hagamos cada uno con la lectura e interpretación global. Ignoro también por qué siempre se dio por hecho que, en una inscripción algo tosca, estos LARES habían de significar «el hogar» o «la patria», es decir, conceptos en cierto modo más propios del mundo culto, cuando tenemos todo un repertorio de representaciones gráficas de aquellos simpáticos daímones, las más de las veces en pareja, en grácil actitud de posarse en el suelo, portando el mejor augurio en sus ritones , sítulas y cuernos de la abundancia (como buenos hijos de Mercurio que eran 49 ) y especializados en la protección de los ámbitos familiares y domésticos 50 , pero también de los compita o cruces 51 , de la ciudad 52 , del campo 5 3 y hasta del mar 54 ; además , por supuesto, de las calzadas y de las puertas de las murallas 55 . No en balde por ell as tenía que entrar y sa48. Necesitaremos, pues, un sujeto plural , que tenemos, y un ac usati vo que , atendiendo a las interpunciones, tambi én estará presente. 49. Ovid., Fast. ll, 615-616: (Mercurio viol entó a la nin fa Lara, ca mino del Hades) ...jitque gravis geminosque parit, qui compita servan tl el vig i/a/11 nostra sempe r in urbe, Lares. Véase para su origen (remontándose al Larth y los Léises etruscos) citas , ti pos y representaciones, el completísimo estudio de W. H. Rosc HER , Lex ikon der g riechischen und rüm ischen Mytlwlogie , II.2, Leipzi g 1894-1897 (segunda de Hildesheim 1965 ), col s. 1868- 1898 , de donde tomo algunas otras referencias literarias. Interesa tambi én G. DUMÉZIL, La relig ion romaine arclzai'que, París, 1966, especialmente 335-33 8. 50. Marcial 1, 77: Lar, pro ipsis aedibus se u domo privara; Ovidi o, Fa s t. l, 135: Lar item pro parte interiore domus ; Plauto, A ul., pról. 2: Lares, pri vatorum dumibus etiam praeesse credebantur. 51. Varrón , de ling. Lat. VI , 25 : Compitalia rlies attribu tu s Laribu s via libus: ideo ubi viae competunt tum in competís sar:rificatu r, entre otros muchos textos; los collegia compiialicia eran más propios del ámbito urbano, pero el con cepto mi smo había comenzado por ser esencialmente rural. 52. Ovid., Fast. , VI , 791: Lares putati sunt Dii domestici, qui ad urbis commoda vigilare di('Untur inter compita. 53. Tibulo , 1, 1, 20: (Lares ) Dii agrorum ad aliqu ibus vocati sunt; Cic ., de leg. 11, 19: .. .delubra fucos in agris Larum sedes; sclwl. Pers. 4, 28: Compita sw!l loca in quadriviis quasi turres, ubi sacrificia .finita agricultura rustici celebrwzt. Isidoro (Etym. XV, 2, 15) refuerza más bien el carácter de los compita como <<lugar de reunión>> de los campesinos. 54. Livio XL, 52, 4: Los Lares Permarini del pretor Emilio Regillo, en el porticus Minucia (en los Fastos prenestinos). Para una selección de estos textos, a partir del léxico mitológico de Wis sowa (189 7), tf también C. B6HM en la RE, vol. XXI!l, Stuttgart, 1924, cols. 806-833. 55. Plaut., Mil. 1339; Mere. 865: vos, Lares Viales, (invoco) ut me bene iu vetis. Existen multitud ele inscripciones con tal ad vocación o con la de Lares Viatorii, tanto en Roma como en provincias (CJL 111, 1422 o XII, 4320). De las muchas hispanas se tratará más abajo. Un conjunto muy notable de altares domésticos (aparte de los más conocidos , de Roma, Pompeya y Ostia), de entre los siglos JI y l a.C. , es el de los colonos itálicos que habitaban en DeJos (M. BULARD, La Religion Domestique dans la Colonie ltalienne de Délos d 'apres les peintures murales et les autels 180 CAESARAUGUSTA- 74 La Porta Romana y los Lares de Caesaraugusta !ir la riqueza de cada ciudad. En el caso de las murallas , también podían asociarse a la protección frente al enemigo·í6. Los Lares so n, en fin , dioses de la custodia y de la prosperidad . Quizá pueda ser, por tanto, el texto que mejor se ajusta al concepto que me parece expresa el sill ar de Caesaraugusta éste de Ovidio (Fast. V, 135136): «(Lares) stant qu oque pro nobis, et praesunt 1noenibus urbis, et sunt praesentes auxiliumque ferunt»: (Los Lares) están firmes de nuestro lado, presiden las murallas de la ciudad, están presentes y nos auxilian» . Así pues, protectores de las murallas de Roma, de los ciudadanos romanos y, en conjunto, del Estado. De esta mi sma idea (Fast. V, 129-147) dependen los antiguos Lares Praestites 57 , «tutel ares>> o «guardi anes 58 >>, los que «están del ante», «al frente>>, es decir, «en la entrada>> y, por ende, en las puertas de los moenia; su fes ti vi dad se celebraba en los primeros días de mayo 59 . En cuanto al aspecto material de los Lares en general 60 , conocemos bastantes pintados , muc hos en ge neral mente pequeña escultura exenta (mármol, bronce, rara vez co nservados los de plata) , en lucernas, monedas y también esculpidos en relieve, desde aq uéll os de los más humildes ambientes hasta los producidos en exquisitos talleres de la Urbe 61 . Dicho todo ell o, es ahora cuando hay que tener presente mi propuesta sobre la posible existencia de un relieve en la mitad derec ha del sillar y, con todo dispuesto, intentar una transcripción y un desarro llo que armonicen el aspecto epigráfico con el arqueológico. Debo ad vertir que ésta no aspira a ser una solución definitiva porque, como se verá, lo estorba ya de entrada el mal estado de la lín . 5, que permite otras combinaciones. Sugiero más bien ver la inscripción desde una perspectiva diferente, para salir del ya citado «impasse>>. historié.\·, París 1926, passim) . En DeJos , precisamente, los Lares están tamb ién representados en la muralla (v. infra). 56. Lares Militares (Mart. Cap. 1, 46,48) y Lares lwslilii (Fes t. 102 : lz. L. inm o/aban tur, quod ab his lwstes arceri puJaban/). 57. Es un culto es tatal muy antiguo, introd uc ido con otros varios por el legendario Tito Tacio (Varrón, de lin g. Lal. V, 74). El tipo iconográfico más arcaico (ambos Lares sentados) se supone que es el que representan los denarios de L. Caesius (cj RE, cit. , cols. 8 13 y 827), de los q ue se verá con más detalle il!fra. El mi smo epíteto se documenta también para otros dos dioses , Júpiter y Hércules. 58. Curio samente, FATÁS y M ARTfN BUE NO (ERZ, p. 57) ll egaron a mencionar inclu so es te tipo de lares en concreto, cu an do reflexionaban sob re si podría ser lares el s ujeto del seg undo verbo. Pero lo acabaro n desechando por culpa del recedant, vo lviendo al <h>elares/hila res de Hübner y Carn oy. 59. Era una fiesta móvil. Me excusaré por admirarme en público una vez más de las pervivencías antiguas en nuestra sociedad actual : Dado el carácter fuertemente popular, relacionado con las ·gentes más humildes, trabajadores, libertos y esclavos , a los que se les concedía , por un día, usar la toga pretexta [CJ Livio XXXIV, 7, 2: magistratibus in co/oniis municipiisque, lzic Romae injimo generi, magistris vicorum, togae praetextae habendae ius permittemus... ] y divertirse a conciencia en estos Compitalia y Laralia, cómo no recordar que, más de dos mil años después, y por las vías que ello haya sido, siga siendo en las calendas de mayo la gran fiesta de los trabaj adores ... 60. Pues, entre sus distintas variedades, los más numerosos de los que se nos han conse rvado son sin duda los Lares familiares o domés ticos: FLORIANI SQUARCI APINO, M., <<Lari>>, Enciclopedia de/1 'A rte Ami ca, t. IV, Roma, 1961. 61. Véase por último TRAN TAM TINH, «Lar, Lares>>, Lexicon lconograplzicum Mythologiae C/assicae (cit. LIMC) t. VI, 1-2, Zurich 1992, pp. 205-212 y láms. pp. 97-102. CAESA RAUGUSTA- 74 181 Alicia M. Canto 5 POR·TA·RO· MA·NA · QVJ·FA·CIVNTELARES PR ·FCET DA-NT (Ha e e est) Porta Ro!!llana.P Qui faci!unt e( a m) La/res Pr( aestites) f(aciendum) c(urant) dant et r «(Ésta es la) Puerta de Roma. Los que la hacen se ocupan de labrar, y regalan, (las imágenes de) los Lares tutelares» Para dejar comentado primero el «misterio» de las interpunciones, las 2 de Hübner y las 4 de Monsalud pasaron a 9 en la corrección de Mallon y Marín (4 + 5, de las que yo no veo la final de la lín. 6); volvieron a bajar a sólo 3 para Fatás y Martín Bueno , y por los mismos, más C. Castillo, subieron a las 15 de todas las sílabas y fin ales . Por mi parte, sólo veo 13. Las tres menos claras son la de lín. 3, entre A y C, que está puesta elevada, en la lín. 5.", entre R y FC (tan borrosa com o el resto) , y la de la última línea, entre A y N, que es más floja de grabaci ón. En lín . 4, la que precede a la E permanece visible bajo un golpe oblicuo. Hay cuatro elementos nuevos en este desarrollo que ahora propongo. Justificada más arriba la separación del verbo DA N T, me apoyo para el segundo -la resolución de E( am) 6L en que, efectivamente, la vocal figura claramente aislada entre dos interpunciones (proporcionando de paso el necesario acusativo para qui faciunt). Necesitará algo más de detalle la tercera y comprendo que más polémica propuesta: El nexo PR· de la quinta línea: Esta línea aparece, sobre todo en su zona central, bastante más desgastada que el resto, y en especial, como dije, esta cuarta letra. De hecho, si se ve el texto oblicuamente, y más desde el lado izquierdo (lám. III) que desde el derecho (lám. JI), se distingue mejor la R que todos vemos (aunque con la barra izquierda en ángulo interno en vez de recta) , mientras que de frente (lám. 1) desde luego parece más una X con barrita numeral superior. De hecho, gasté bastante tiempo ante el sillar, y más con las fotografías, de frente y oblicuas, antes de poder decidirme, y aun esto sin una completa convicción. En cuanto al cuarto elemento, también en la lín. 5, me parece más clara su quinta letra, una F en vez de E 63 , así como el nexo último, ET 64 . 62. Aunque no muy frecuente, hay ejemplos hispanos de abreviación de este pronombre o adjetivo con sólo la primera vocal, y precisamente en fecha tardorrepublicana: Se trata de C!L 11 5439 (Lex Ursonensis, de 43 a.C.): ob e(am) r(em), e(a) r(e), cum e(a) r(e) a(getur) y e(i) s(ine) .f!raude) s(ua) ./(acere) l(iceto), passim. 63. Su trazo inferior es en realidad un golpe con sombra, y no el suntuoso y curvado remate triangular de E que parece; de hecho, ningún otro remate igual se ve en el epígrafe, y ni siquiera es así, en la misma E, el travesaño superior, que es bien recto. 64. En este caso, y desde los tres puntos de vista posibles, se aprecia que la C y la última E están unidas por la parte superior, debido a la prolongación hacia atrás del travesaño horizontal superior de la segunda, lo que no pasa en ninguna otra letra del epígrafe (véase mejor en lám. lll). 182 CAESARAUGUSTA- 74 La Porta Romana y los Lares de Caesaraugusta Vuelvo al problema del desarrollo de la supuesta R en la 5.", a la que parece sigue una débil interpunción: La primera alternativa visible, que no rompe con la idea principal (una ofrenda de los constructores), es que sea letra inicial de R( omanos), es decir, se regalarían «los Lares de Roma». Tampoco puede decirse que encaje mal: En la Puerta de Roma se colocan los Lares de Roma. Pero si esto no me convence es porque lo más habitual, al hablar de los Lares del culto oficial, es, o sólo Lares, o Lares Publici o Lares Praestites, pero no se han documentado hasta ahora, por lo que sé, unos Lares Romani, aunque ello sobre el papel no sea imposible. ¿Por qué me decido por una abreviación de Lares Pr( aestites )? Pues porque creo que esta R, si no fue retocada, es que contenía más de un signo, es decir, tenía alguna clase de nexo 65 y por ello se la ve, además de borrosa, confusa. Con tal idea , y dada la fecha antigua, anterior al 7 a.C. al menos (cf infra), no he podido por menos que recordar el ya citado denario de L. Ca esius que, como dije más atrás, se considera 66 la más antigua y fidedigna representación de los Lares Praestites (por tanto , públicos, de la ciudad, y no domésticos), y la que mejor encaja con su definición literaria, varroniana pero recogida especialmente por Ovidio (Fast. V, 137 ss.) y Plutarco (Quaest. Rom., 51) . La moneda en cuestión se data hoy hacia 112-lll a.C 67 . Presenta (fig. 1) a los dos Lares, sentados hacia la derech a, sosteniendo una lan za en su mano izquierda 68 . Un can entre ambos simboliza la vigilancia, así como las pieles de perro que visten, como indicaba Plutarco 69 . Sobre y entre ellos, una cabecita a la izquierda que se identifica con V u !cano 70 • A izquierda y derecha de ambos 65. He propuesto PR , pero también sería posible PRA, y una A ins erta baja exp licaría mejor aú n la su puesta barra diagonal de una «X>>. 66. RoscHER, W. H., op.cit. en nota 49, cols. 1871-1872 y 1886, con el comentario de las citas de Varrón y Plutarco (infra). 67. BABELON, E., Description historique et clzronologique des nwn1wies de la République Ro maine vulgairement appelées monnaies r:onsulaires, t. 1, París-Londres, 18 85, p. 281 y fig . (fechada ca. 104 a.C.); LIMC, cit., p. 210 n." 89 y lám. pág. 101 (de Crawford); CRAWFORD, M., Roman Republican Coinage, Cambridge, 1974, t. 1, p. 312, n." 298 y t. 11, lám . XL, n." 19. 68. Curiosamente, así describe Dio ni s io de Halicarnaso (!, 68, 1) a la pareja de Dii Pmate.1· Publici (los dioses troyanos) en su templo de la Velia: <<... dos jóvenes, sentados, ll evando lanzas , obra de un trabajo arcaico>>, en este caso el tipo de los Dióscuros , tambi én monetalmente representado (DUMÉZtL, G., op. cit. , p. 348). 69. Plutarco, ibid.: <<¿ Por qu é aparece colocado un perro al lado de los Lares, con mucha propiedad llamados Praestites, y ellos mismos aparecen cubiertos con pieles de perros ? ¿Acaso praeslile s (gr. praistíteis) son <dos que están colocados delante>> (gr. proestótes), y por eso ti enen a su cargo la protección de la casa y, lo mismo que los perros, son motivo de terror para los extraños, mientras que se muestran amistosos y mansos con los miembros de la familia ... ?>> (trad. de M. A. MARCOS CASQUERO, Madrid, 1992, p. 65). Por esta cita antigua me parece preferible esta interpretac ión de la piel de perro como indicio de vigilancia a la que da R. DEL PONTE en su sugestivo libro La religione dei Ronwni (Milán, 1992, p. 65), cuando prefiere relacionar los Lares con los «ante nati>> difuntos (tesi s que hace años tenía más aceptación) por el uso de pi eles animales (<<inq ui etante riferimento al mondo infero>>, dice) , y a los Praestite.v directamente con los también gemelos Rómulo y Remo (mucho más aceptable esto seg undo, a la vista de la misma moneda de Cesio) . 70. Sería más adecuado que fuera Mercurio, padre mitológico de ambos Lares gemelos , con el pétaso y detrás de sí el caduceo en vez de las tenazas, pues Vulcano nada tiene que ver con el C ->.ES ARAU G USTA- 74 183 Alicia M. Canto Fig. l . Moneda de L. Caesius. co n repre sentac ión en el reverso de los Lar(es) Pra e(s iiies ). Según M. C rawfo rd. RRC. 1974, t. Il , lám. XL, n. 0 19. Lares se dividen las letras que hacen segura la identificac ión: Para E. Babelon, W.H. Roscher y otros, su des arroll o es LA/RE( s), ambas parejas de letras en nexo (la E in vertida). Sin embargo, M. Crawfo rd ha propuesto reci entemente (loe. cit.) entender LA (res)l PR(a )E(srires ) (y aún, mirando atentamente la A, parece advertirse que su parte superi or está curvada , como si se formara tambi én la R de LAR). En cuanto al grupo derecho de letras , es aceptable lo que Crawford propone, e incluso ver la A , sin travesaño, en nexo bajo la misma R y, por tanto podríamo s entend er el co njunto , en la moneda de L. Ca es ius, como LAR(es)l PRAE(stires) . Por tanto, con base en este paralel o monetal y en la peculiar forma de abreviar su letrero derecho, en e l sillar de Zaragoza podríamos entender LARES PR( aestites) o inclus o LARES PRA( estires). La dificultad de compren sión de los restos de la conflicti va cuarta letra se justificaría si hubiera un nexo similar al propuesto, y de ahí el c ruce de la R, añadido a curva y trazo diagonal, que ahora nos confunden. [Abro aquí un pequeño paréntesis pues no quiero, sin embargo, dejar de hacer constar que existe un a más remot a po sibilidad, aunq ue no la comparta, de que la cuarta letra sea la X con pequeña ba rra num eral encima que de frente parece verse, y sus posibilidades de desarrollo, que también existen 7 1• De nac imiento ni la <<v ida>> de los Lares. Béihm pi ensa (RE rit., col. 827) que se trata de la marca es pecífica de este magistrado mon etal, mientras CRAWFORD (ibid.) di ce que << the significance of the bust of V ulca1l is not apparent>>. No lo propongo porque las tenazas se ven claras. Qui zá se refiera el Vu lcano a la ev id ente relaci ó n de los Lares con el hogar y los fuegos públicos, lo más propio de su culto (los do mésticos cae n más bien en el ámbito de Juno) . [Tampoco tiene relac ión clara con el re verso e l anverso de la mo neda (aq uí fi g. 1): Un A polo lanzando , no sagiuae, sino el rayo jupiteriano: Su letrero se lee Ap(ollo), pero debid o al curioso tra vesaño en forma de V de la A, podría ser qui zá 1\p(ollo) V(eiovis)]. 71. Si tuvi éramos LARES X (decem) F(ar) C(ur) P.T! DANT (l a X con barra superior) hay que contar con la pos ibilidad de que el objeto del regalo no hayan sido los dos lares más habitua les, 184 CAESA RAUG USTA - 74 La Porta Romana y los Lares de Caesaraugusta ig ual forma, puede haber lectores que, aun consintiendo en separar el DANT, prefieran seguir leyendo delante RECE; para este caso (que no debe asimismo desecharse completamente) hay también más, y hasta más variadas, alternativas 72 . Con esto cierro el paréntesis, de obligada inclusión por la conveniencia de plantear las soluciones junto a los problemas que subsistan.] Como digo, y mientras por otro método o con más fortuna la lectura no pueda ser más terminante, la transcripción y desarrollo que doy es la que me parece, a mis ojos al menos, la más clara. Naturalmente queda abierta la cuestión, pero salvando siempre (pues esto sí creo que se podría discutir menos) el E( am) de la lín. 4." y el DANT de la 6.", que me parecen suficientes por sí solos para olv idar de una vez aquel inoportuno recedant y lo de los «Lares-hilares». Al final, para el encaje del epígrafe en su entorno histórico, resulta basta nte apropiado (e incluso diría que indispensable 73 ) que los milites y veterani 74 (según varias de las series monetales serían los procedentes de las legiosino diez. Si lo formulo aquí es porque existe un curioso precedente: Se trata de CIL XIV, 4293 (suppl. fase. 1, p. 618), de la Casa de los Triclinios de Ostia. Es una basa de mármol, pequeña y fragmentada, en la que un sevir augusta!, a Júpiter .. ex viso lares argen[teosj/ n(umero) X cwn ln•pobasi ar[ gent( ea)/ el 1úu/o doman [dedil}. Por otra parte, se cita allí mismo el paralelo de CIL X, 6 (ILS 5471 ), donde en una disposición testamentaria se legan lares argenteos septem. El segundo paralelo procede seguro del ámbito privado , pero en Ostia el dedicante es un sevir. Lo intere sante es el precedente de ofrendar de golpe diez -y justamente diez- imágenes de lares. Si tuviéramos que hacer una hipótesis acerca de este número (de Jo cual no he encontrado referencia alguna) , podríamos suponer que se ubicaban dos en cada una de las puertas principales de la ciudad, y dos en el compitum del centro urbano (donde, a imitación de Roma, estaría la aedes Larum de la colonia). Pero para el caso concreto ele Zaragoza, pues la <<Puerta de Valencia>> era geminada, es muy curioso cotejar este texto: Omnis habel geminas hinc (llque hinc ianua .fi"ontes (Ovid. Fast., I, 135: Lo tomo de ETIENNE, R. , Thesaurus linguae Latinae, 1741, t. !1!, p. 18, reed. Bruselas, 1964). Inmediatamente se recuerda algún otro ejemplo, como la principal de Augusta Emerúa (hacia el puente), que así, doble, figura en sus amoneclaciones, entre otras (Spello, Arlcs: ScHUL· TZE, R., «Die rbmischen Stadttore>>, Bonner Jahrbücher 118, 1909, pp. 280-352 , espec. 303 ss.). 72. Pueden parecer posibles también las lecturas RECE o REC ET (en nexo), y RECE o REC ET. Todo ello da lugar a muchas combinaciones de verbos , de las que habría que considerar sólo las que sean en tiempo presente o en participio de pasado, pero no (por el DANT en tiempo presente) las de pretérito perfecto. Si mantenemos la lectura más unánime, RECE, es lo cierto que quedaría sola una abreviación de palabra en vocal, pero, de todo ese amplio abanico, RECE(nles), es decir, lares rece(ntes)l dant («hacen y regalan los nuevos Lares>>) me parecería en todo caso lo que mejor encajaría con algo que se está construyendo ex novo, como es la puerta principal de una ciudad (supondría ello que la ciudad tuvo antes una muralla más «provisional>>, con Lares, por ejemplo, de madera) . Y aún existe alguna otra que comience por RECE-/RECE-, como rege(sti) , con idea de «Volver a su sitiO>>, «reponer>>. En cuanto a REC, REC ET, nos pondría ante muchas más posibilidades, de verbos ya no con rece- , que son escasos, sino con sólo rec-, como re c(uranl) et/ dant, rec(ondent) ét/ dant, etc. Pero hay que recordar que no todo lo que es posible en la prosa latina es posible en epigrafía y que, a veces, el peligro de los árboles y el bosque es muy real. En todo caso, no quiero hurtar todas las reflexiones que me he hecho a mí misma antes de decidirme, por si pueden entretener a un lector crítico o mejor dotado visualmente. 73. En palabras de DEL PONTE, R. , "··· i Lari sono la dove si trova un cittadino romano, in quanto questi riassuma l'eredita degli antenati de1la stirpe: nella casa, nei campi , durante il culmine della battaglia, persino in viaggio attraverso i mari ... >> (op. cit. en nota 69, p. 64). Con más motivo, parece, cuando se trata de crear una réplica colonial de Roma. 74. Parece algo indiferente que los constructores fueran indígenas o inmigrantes itálicos definitivos, ni civiles o soldados, dado el ya avanzado grado de romanización que debía de haber en el territorio (no se olviden la fundación en el 179 a.C. de Cracclwrris, o la turma Salluitana en el 89 a.C.). Pero, dado el concepto que manejamos , y la práctica más habitual en la construcción de colonias, lo más fácil es pensar en los mismos legionarios deducidos en la ciudad. CA ESARAUGUSTA- 74 185 Alicia M. Canto nes IIII, X y VI), que levantaban la nueva «Puerta de Roma» de Caesarea Augusta (o que sustituían la de un muro provisional, lígneo, por la definitiva ... ), obsequiaran a la ciudad con dos Lares en relieve, trabajados en piedra. Por lo menos dos pienso que serían en todo caso los que se labraron junto a la misma inscripción, en el campo derecho del sillar. En cuanto a su tipo posible, y tratando de ajustarme siempre a cronologías tardorrepublicanas, quizá pudiéramos hacernos una idea con un bloque pétreo similar, con relieve dentro de moldura exterior, de la colonia romana de DeJos, bastante tosco, aparecido «pres du Monument du granit», y que se fecha en el tránsito del siglo II al I a.C 75. Hay paralelos hispanos más antiguos de relieves sagrados en murallas, como el conocido de «Minerva», en la torre del mismo nombre o de Sant Magí, de la muralla escipionea de Tarraco, acompañado de un grafito (que no es absolutamente seguro sea coetáneo, pues el epígrafe original debió de ir debajo, quizá sobre estuco 76 ) . En la base megalítica de la misma torre se ven también varias cabezas toscas en relieve, éstas con un fondo más religioso, según ya vio el mismo Hauschild. Pero he hallado un paralelo de quizá mayor interés, pues procede de otra muralla hispana, pero además augustea: Se trata de un sillar de 88 cm de ancho por 67 de alto y unos 15-20 cm de fondo 77 • Estuvo siglos embutido en el paramento de la llamada «Porta Nova 78 » (OesteNoroeste) de la muralla romana de Lugo, la antigua Lucus Augusti, primero en su exterior y luego, quizá desde 1900, en su parte interna 79 y hoy se conserva en el Museo Provincial de aquella ciudad. Presenta un aspecto muy desgastado, por una larga exposición a la intemperie, lo que ha dado lugar a los estudiosos 80 a ofrecer distintas interpretaciones sobre lo representado. Se aprecia 75. En muy mal estado , son dos lares del tipo danzante y parecen llevar gorro cónico, manto canino y se dice (no lo veo) que algo en su mano derecha que no se distingue bien: LIMC, cit., p. 207, n." 29 y fig. p. 98. Fue publicado originalmente por M. BULARD, op. cit. en nota 55, p. 38 y fig. 13. 76. Según Th. Hauschild, autor de las excavaciones en la misma (<<Die romische Stadtmauer von Tarragona», MM 20, 1979, pp. 204-237 y <<Ausgrabungen in der romische Stadtmauer von Tarragona», MM 26, 1985, pp. 75-90) , por último en: <<Murallas de Hispania en el contexto de las fortificaciones del área occidental del Imperio RomanO>>, Actas del XIV Congreso Internacional de Arqueolog(a Clásica, Tarragona 1994, t. l, p. 225 y fig. 3, conjunto al que da también un sentido apotropaico. La misma Minerva se ve en el muro antiguo de Pompeya. Para el relieve, GRüNHAGEN, W., MM 17, 1976, pp. 209 SS. 77. Muy posiblemente fue recortado en su zona trasera para su reutilización. 78. A pesar de su nombre, es de las más antiguas; por este nombre se la conocía ya en el siglo XII: ABEL VrLELA, A. de, Guía de las murallas romanas de Lugo, Madrid, 1975, p. 59. 79. BauzA BREY, F. y D'ORS, A., Inscripciones romanas de Galicia. !!. Lugo, Santiago, 1954, p. 109 y lám. XVJII, n." 65, cuando aún estaba <<en los paramentos interiores de la actual [Puerta de la Ruanueva]>>. V. también V ÁZQUEZ SEllAS, M., Fortificaciones de Lugo y su provincia. 1, Lugo, 1955, pp. 80-81 con foto. Esta foto, la misma en ambos casos, es mucho más clara para entender el significado del relieve que las posteriores. 80. Se recogió ya en los siglos XVlll y XIX (por PALLARÉS, el P. Rrsco en la EopmTa Sagrada del P. FLóREZ o CEAN BERMÚDEZ). Entre la bibliografía más reciente, aparte de la ya indicada en la nota anterior, destaco ARIAS-YILAS, F., Las murallas romanas de Lugo, Lugo, 1972, p. 65 (con la bibliografía anterior); BLANCO FREIJEIRO, A., <<El Panteón romano de Lucus Augusti>>, Actas del Coloquio Internacional sobre el Bimilenario de Lugo, Lugo, 1977, pp. 107-122, especialmente 109 y fig. 8; y BAL!L, A., <<Esculturas romanas de la Península Ibérica. VI>>, Boletín del Se- 186 CAESARAUGUSTA- 74 La Porta Romana y los Lares de Caesaraugusta que el relieve tenía un a pequeña moldura alrededor, tan desgastada como el resto. A la derecha, una figura masculina, en pie, parece apoyarse con su brazo izquierdo sobre un es udo, oblongo y curvado, y sujetar con el derecho una lanza (quizá algo gruesa); parece mejor ver en ella la figura de Marte 81 • Marte es, desde luego, una divini dad muy apropiada para una ciudad levantada al final de una guerra y todavía más si su fundador fue Augusto (recuérdese el templo de Mars UITo r en el foro augusteo de Roma) . El lado izquierdo del relieve es bastante más co mplejo. Se aprecia bien un águila 82 , algo tosca también, con las alas explayadas, que es posible sea simbolización de Júpiter. Este águila se posa o «sobre una mesa de altar sostenida por column as» (V ázquez Seijas), «sobre un ara de frontón triangular» (Balil) , o «sobre ésta y la fachada de un edificio de tres vanos, que representaría un templo de triple cella o capitalino >> (Blanco). Para Balil, faltaría a la izquierda del ara una tercera figura, de héroe o dios, desaparecida. No me detendré ahora sobre el significado que me parece tiene esta interesantísima representación 83 , pero sean éstas u otras las figuras verdaderamente representadas, es seguro, a los efecto s del estudio presente, que se trata de un tema de tipo reli gioso , co n d ivinid ades, edificios y ritos relacionados sin duda con la fundación de la ciudad , pues mereció ser incluido en la fachada de la misma 84 . El estilo es igualmente tosco (como corresponde quizá mejor a un ambiente y artesanos mi litares) y la cronología similar, por lo que considero que e s un para lelo muy váli do, conceptual y funcionalmente , para los posibl es L ares de nuest ro sillar zaragozano 85 • Pero no sería el de Lugo el único caso as imilable: Aún me parece que debió ser un relieve parecido (o restos de él) otro del que quedan vagas noticias, como relacionado con el «Hércules fundador>>, y que estaba inserto en la torre SE de la porta principalis sinistra de las murallas de Barcino. Según dice A. Balil 86 , la puerta, hoy desaparecida, «fue conocida con el nombre de Castell vell vescomtal» y «Puerta de la Ciudad>> [ ... ] y, en época medieval y moderna «Se le reconoció cierta prioridad sobre las demás >> , añadiendo el interesante dato de que «en ella se hallaba la imagen del Ángel protector de la minario de Arte y Arqueología de Valladolid 49 , 1983 , pp. 215 -265, especialmente 229, n. " 114 con lám. Vlli.2. Ya que no me ha llegado a tiempo la fotografía , estos trabajos son muy asequibl es a efectos de ver el aspecto del relieve. 81. En los siglos XVIII y XIX se veía en ella al <<Hércules Líbico», armado con la clava o maza. Después era el protagonista desconocido de un taurobolio o criobolio, más tarde un guerrero desnudo en un acto del culto legionario (de ahí el águila del pretorio), y luego se volvió a la posibilidad de un Hércules «como el de la torre de Barcelona>> (v. ゥャ セ ャイ 。 IN@ Acertó A. BALIL el primero, en mi opinión, art. cit. en la nota anterior. 82. Interpretaciones anteriores veían en ella el toro o el cordero de los supuestos sacrific ios . 83. Es obj eto de estudio en otro lugar: «El ara Romae et Augusti de Lucus Augusti, Paulo Fabio Máximo y un interesante relieve fundacional>>. 84. La muralla ac tualmente visible es tardorromana , pero debió de suceder a otra (si bien aún no detectada) , segu ramente de tipo simbólico. 85. De Lugo procede también un altar, encontrado en trabajos próximos a la muralla en 1802, y precisamente del entorno de la misma Puerta Nueva, Augg(ustis duobus) m/crwn Laribus/ Viali· bus, también por mil itares, dos centuriones legionarios, padre e hijo (F. ARI AS VILAS, P. LE Roux y A. TRANOY, ln scriprions romaines de la province de Lugo, París , 1979, p. 45, n." 22). 86. BALIL, A., Las murallas romanas de Barcelona , Madrid, 1961, p. 53. CAESARAUGUSTA- 74 187 Alicia M. Cai!lo Ciudad», de donde el nombre actual de «Plaza del Ángel ». Creo que, aunque no tengamos ya en este caso ni la puerta ni el relieve (se derrumbó el 1O de enero de 1715 : p. 54), no hay que esforzarse mucho para sugerir otro paralelo con Zaragoza: 1) Se trata de la puerta antigua «más importante» de Barcelona, y 2) El recuerdo de unos Lares Praestites (protectores) es lo más parecido que se puede encontrar a la función de los «ángeles guardianes » en el cristianismo 87 . Será muy oportuno recordar ahora que la Puerta Norte de la muralla de la pro pia Zaragoza se llamaba también «Puerta del Ángel 88 » .. . Creo, en fin , que una búsqueda más detenida que la que puedo hacer ahora, de paralelos similares en otras murallas pre- o augusteas hispanas, no daría mal resultado. Fueran como fueren nuestros Lares cesaraugustanos, serían ellos los que , mucho más tarde, perdido su sentido o su función , fueron eliminados de cualquier manera para poder reutilizar el bloque: Irónicamente, de alguna manera no cejaron en contribuir a la defensa de la ciudad ... A resultas de todo lo dicho, me parece por último que en Caesaraugusta estamos aún en una fase anterior, espontánea y popular, del culto de los Lares. Pues está asimismo bien documentado que César suspendió lo relativo a casi todos los collegia, incluidos los compitalicia, y que fue Augusto quien en el 7 a.C. reorgani zó el culto, dando ejemplo con la restauración de la antigua aedes Larum in summa Sacra Via 89 , pero aprovechando (otra semilla temprana para su incipiente culto imperial ) para vincular, a los Lares publici roman os, su propio Genius Augusti, desempeñado ya por magistri (libertos) y ministri (esclavos), denominados primero Larum et Genii Augusti (son los conocidos vicomagistri de varias espléndidas aras de R oma). Ade más de añadirles otra fiesta, el 1 de agosto, como dice O vidio , a partir de entonces en todos los compita de Roma se veneraron tre s en vez de dos numina 90 . Como era de esperar, los Lares tutelares de la República acabaron por ser succionados por los «Augusti 91 »). De ahí que parezca mejor que estos lares cesaraugustanos, donde no se menciona aún al emperador, puedan ser todavía los más genuinamente romanos 92 y, por tanto, anten a res al men os al año 7 a.C. 87. Aunque BALIL -en su nota 20- lo relaciona con leyendas piadosas en torno al traslad o de los restos de Santa Eulalia. R. ScHtLLING prefería es tabl ecer la relación de los ángeles cristianos con los Genii (<<Genius», Reallexikon für Antike und Ch ristentum, 1976, cols. 52-83). 88. No quiero olvidar en este caso que G. FATÁS (a rt. cit. en nota 15 , p. 111) dice que este nombre lo recibió e n el siglo XV, cuando «Se pusiera sob re ella uno de Morlanes que luego se retiró>>. Pero ca be la posibilidad de que se guardara un antiquísimo recuerdo de que las puertas de Zaragoza hab ían estado << protegidas por ángeles». 89 . Los tres tex tos (entre otros) son: Suet. , Caes., 42; Suet, Aug., 31,4; y Aug. , Mon. Anc. 4 , 7. Se pi ensa que esta antigua aedes era prec isa mente la de los antiguos Lares Pra estites. 90. Ovid., Fast. V, 145 ss.: ... mi/le Lares Geniumque ducis, qui tradidit illos, Urbs haber, et vici llUIIlina trina colunt... Cf W. H. RosCHER, op. cit., col. 1880. Imagín ese la extensión del culto, c uand o sabemos por Plinio (111, 66) que en época de Vespasiano los compita Larum de Roma eran 265. Y no hay que olvidar que cada colonia c.R. era una extensión ideal de la Urbs. 91. Laribus Augusti et Gen io Caesaris: C!L VI 445-454, 30957-30962, en tre otros mu chos, en Roma y en provincias. En Hi spani a a veces aparecen con la denominación especial de Lares Augusta/es. 92 . ... (ara) Laribu.1· d. d. more Romww dedicara: CIL IX 4185 , Ami terno . 188 CAESARAUGUSTA- 74 La Porta Romana y los Lares de Caesaraugusta Tampoco es ocioso subrayar, por otra parte, que, dado lo dicho y su carácter de coloni a civium Romanorum, los Lares de Zaragoza poco tienen que ver con la avasalladora presencia en Hispania de los otros Lares, los de carácter tópico y ge ntíli co , bien estudiados 93 (aunque la mayoría de sus epítetos permanezcan incomprens ibles) y que tanto éxito tuvieron al N del río Tajo y especialmente en el Noroeste a partir de los Flavios. Allí sí que se han conservado hasta hoy los viej os compita rurales, en aquellos cruceros de los claros a cuyo pie tod avía hay qu ien arroja piedras al pasar 94 . Los muchos Lares viales del retirado país galaico 95 te nían más «faena» que atender en las «corredoiras» brumosas y en los bosques húmedos e inquietantes que había que atravesar, llenos de ant iguos daímo nes y donde era mucho más necesario implorar la protección di vina, que en la populosa y segura via Augusta, por la que desde Zaragoza se en filaba e l camino hacia Roma . El sill ar de la Porta Romana con sus relieves debió de guardar algún tipo de relación con otro elementos propios de la muralla . Me refiero a otro sillar96, proced e nte del derri bo de un a casa vecina al tramo de muro de San Juan de los Panete . orrespo nd iente a la puerta opuesta, la occidental, de Ca esaraugusra. que ostenta en reli eve un potente falo 97 (lám. IV). Creo que este tipo de ímbolo pueden tener una rel ac ión indirecta con los Lares, más incluso que por u más ha bitual sentido apotropaico 98 . Por su uso y material , podría este fascinum te ner una cronología similar a la del bloque de la Porta Romana. Ambo illares debían de hallarse a la altura de la vista, o incluso donde se pudiera ( o mo hoy se sigue hac iend o con algunos santos y símbolos), mu sitar una pl egari a y pasarles devotamente la mano al entrar o salir de la ciudad . En el caso de la muralla de Caesaraugusta se conjuntarían, por tanto, representaciones fáli a canónic as ; una puerta -la principal, la de Roma- posiblemente gemin ada; y, e n ella, e l re ga lo de unos Lares también géminos y también muy romanos que, ade más de ser Praestites, protectores oficiales -y 93 . Iniciado su estudio por LEITE DE V ASCONC ELLOS y S. LAMBRI NO, sig ue siend o interesante y G. FABRE, <<Le culte des Lares a Conimbri ga (Portuel artículo de J. ALARCÁO. R. ￉ tjeZM[セ@ gal)», Comptes Rendu es de l 'Academie des In scriptirms, ene-mar 1969, pp. 213-235, con li stados y mapas que incluye n los conceptos ta mb ién indíge nas Deus y Genius. Naturalmente, la nó mina hoy es mucho más abultada. 94. Como decía Martín D MIEt-:SE (De co rr.rustic. 7, 17), relacioná ndo lo con un di os parecido a Mercurio (y así César, De bell. Gall. 6, 17) , <f J. M . 13LÁZQUEZ, Primitivas relig iones ibérica.\'. 11. Religiones prerrom anas, Madrid , 1983 , pp . 301 ss. 95. PORTELA FILG UEIRA , M. l. , << Los dioses Lares en la Hi spania Romana>> , Lucen/11111 3, 19 84, pp. 153- 180, en parecida lín ea que el de Al arcao et al., pero más detallado en cuanto a las manifestaciones hi spanas . Su mapa de la fig . 3 es de lo más expresivo en torno a los Lares Viales (p. 166) 96. Museo Prov incial de Bellas Artes de Zaragoza, n." in v. 7593 . Es de meno r tamaño que el epi gráfico que aca bo de estudi ar (41 x 37 ,5 x 28 cm) , del mis mo material , y se expone hoy ( 1997) cerca del de la Porta Romana. Agradezco al Dr. M. Beltrán nueva mente los datos y fotografía de esta segunda pieza. 97. Es un falo erecto de buen tamaño (30 cm de lon gitud por 18 y 9 de anchos máximos), en posición de frente , horizontal y hacia la izquierda ; de ej ecución tosca pero muy contundente. 98. Pero esta cuestión , por no ex tenderme ahora m ás, la desarrollo en un inmediato tra bajo. CAESARAUGUSTA- 74 189 Alicia M. Canto Lám. IV. Sillar de la muralla con representación de un gran falo. Foto cortesía del Museo de Zaragoza. entonces sí aceptables dentro del marco jurídicamente «santo» de muros y puertas 99 - , eran a la vez hijos del dios comercial, Mercurio. Creo que éstos son buenos indicios de algunos de los elementos, ni decorativos ni casuales, sino plenamente portadores de significado o «semióforos 100» con los que, según los más antiguos ritos y creencias, debiero n de contar también, aunque pocas veces se nos hayan conservado, las otras colonias romanas de Hispania, como señas de su identidad más romana y augurio de larga preservación y de futura y duradera prosperidad. 99. Recuérdese lo dicho más arriba, y en la nota 30. 100. El afortunado término es acuñado por C. GINZBURG para referirse a los objetos útiles para las transferencias crónicas: Storia nottuma. Una decifrazione del sabba, Turín, 1989, p. 248. 190 CAESARAUGUSTA- 74