Tres islas del Mediterráneo occidental fueron llamadas Planêsia o Planasia por los griegos: Pianosa en el mar tirreno, Lérins cerca de Cannes y Tabarca cerca de Santa Pola. Las tres son pequeñas, bajas, peligrosas para la navegación y eran desiertas en la época arcaica, aunque situadas en rutas marítimas importantes, en zonas frecuentadas o colonizadas por los foceos. Etimológicamente, Planêsia es “la isla errante”, y se relaciona con una tradición cosmogónica en la que las islas, flotantes en el mar en su estado primitivo, habían sido enraizadas en el zócalo del mundo habitable gracias a la acción de un dios o de un héroe civilizador. El mito de fundación de Tiro es partícipe de esta creencia con el protagonismo de Heracles-Melqart. Una serie de indicios sacados de la leyenda cristiana de san Honorato de Lérins permite pensar que un mito similar puede explicar el nombre de la isla Planasia de Lérins.
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