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Ordenación y control de la vida económica en la Plasencia medieval: el abasto de carne

  • Autores: Gloria Lora Serrano
  • Localización: Meridies: Estudios de historia y patrimonio de la Edad Media, ISSN 1137-6015, Nº 8, 2006, págs. 47-72
  • Idioma: español
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  • Resumen
    • español

      El suministro de productos alimenticios básicos a la población de Plasencia, así como el control de su venta y consumo fue uno de las principales preocupaciones de las autoridades municipales. El abasto de la carne, que estaba estrictamente controlado por las ordenanzas municipales, estuvo encomendado por el concejo a los «obligados», individuos que estaban comprometidos a proveer suficientemente las tablas de las carnicerías, llamadas toças. Este acuerdo se establecía mediante contrato concedido a quien ofrecía la carne al precio más bajo mediante subasta pública. Al final de la Edad Media, todos los «obligados» eran personas de Plasencia que pertenecían a las oligarquías locales; esto causó importantes abusos en el suministro, porque las autoridades buscaban su propio beneficio en lugar de los precios más bajo en el abasto. La venta de la carne se hacía en las carnicerías públicas cuya existencia nos consta al menos desde 1338. Desde el siglo XIII se diferenciaron las carnicerías cristianas de la específica para los judíos, ubicada probablemente en la plaza mayor. Aparte existía la llamada toça de abades, propiedad del cabildo catedral; su existencia fue fuente de continuos conflictos con el poder municipal. El consumo de carne rojas fue predominante. Los menudos, de alto valor nutritivo y bajo precio, eran alimento propio de los vecinos de clases más modestas, igual que la carne de los cerdos, criados junto a pollos, gallinas y patos. Perdices, conejos, palomas y liebres completaban la oferta de carnes; eran ofrecidos por los mismos cazadores en unos portales localizados junto a las carnicerías.

    • English

      Supply of basic foodstuffs to the population of Plasencia, as well as the control of its sale and comsuption, was one of town authorities’ main aim. The supply of meat, which was totaly control by-laws, was entrusted by the council to the «compulsories» who were committed to provide to the butchers’ tables, which were called toças, with enough of that food. That agreement was set signing a contract given to who offered meet at the lowest price in a public auction. At the end of Middle Ages, all of the «compulsories » were people from Plasencia who belonged to local oligarchies, that caused some important abuses in the supply and just because local authorities sought their own good instead the lowest prices. The sale of the meet took place in public butchers, whose existence is known since 1338. Since XIIIth century Christian butcheries were distinguished from jewish ones, which took place in the main square. Apart from this, there was another butcher, the toça de abades, which belonged to the chapter and it was a source of continuous arguments with local authorities. The red meat comsuption was predominat. Entrails, with high food value and low price, were food of the working class, as well as pork, chickens, hens and ducks. Partridges, rabbits, pigeons and nits were also sold by hunters in some establishments next to butchers.


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