En la España de la primera mitad del siglo xvi subsisten instituciones y relaciones de poder heredadas de la Edad Media. En el ámbito local éstas pueden rastrearse de manera más clara y concisa, sobre todo cuando se trata de lugares sometidos a un régimen señorial nobiliario o eclesiástico. El caso de Talavera de la Reina (Toledo), responde al segundo modelo; propiedad de los arzobispos toledanos desde 1369, cuando Enrique II le concede la villa y su tierra a Gómez Manrique, que entonces ostentaba la mitra en la archidiócesis, Talavera pretenderá a lo largo de tiempo conservar y defender sus privilegios y costumbres forjadas en la etapa en que fuera villa de realengo. Las especiales condiciones en la relación del concejo con su señor se mantienen en la centuria decimoquinta, de tal manera que ante una nueva ocupación de la sede toledana, la villa y sus representantes ponían en marcha las expresiones político-simbólicas del homenaje y demás fórmulas feudovasalláticas. Este aparato de demostración alcanzaba también la transformación temporal de ciertos elementos del espacio urbano. En nuestro trabajo intentamos analizar este hecho para aportar nuevos datos en el conocimiento del funcionamiento de las ciudades y villas en el campo institucional y sus condicionantes históricos.
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