A partir de los años ochenta, como consecuencia de la globalización, de la internacionalización de la producción, y de la introducción de cambios en las tecnologías de la información, se producen importantes transformaciones en la producción y el empleo. En los países en vías de desarrollo, en concreto, el empleo disminuye y el grado de informalidad aumenta, ya sea porque las empresas no están registradas formalmente o porque los empleados carecen de la cobertura del sistema de seguridad social o no tienen contratos de trabajo. En Brasil, la informalidad se caracteriza por la falta de protección social, ya sea de los asalariados ilegales, de los empleados subcontratados o de los trabajadores autónomos.
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