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Resumen de Caracterización y evaluación de los lixiviados de residuos de construcción, pétreos, cerámicos y de hormigón

C. Z. Nava Vera

  • La gestión de los residuos sólidos municipales (RSM), entre los que se consideran los residuos de construcción y demolición de obras (RCDs) tienen desarrollos y enfoques distintos en el marco de los diferentes países, la cual de manera general puede presentar las siguientes características.

    Existe una gran diversidad y heterogeneidad de los Residuos Sólidos Municipales (RSM), característica que se considera como el principal obstáculo para el establecimiento de criterios claros de clasificación y por lo tanto de gestión de los mismos.

    Existe un colapso de los sistemas de recolección y disposición de los RSM, definiendo una problemática muy compleja, pero se puede resumir en cuestiones tales como: altos índices de generación, escasez de recursos para su gestión y una legislación que si bien cubre diversos aspectos hasta la especificidad de normas, todavía existen vacíos técnicos y de responsabilidades que hacen prácticamente difícil la implementación de gestiones integrales.

    Otra característica de la gestión la constituye la falta de control en las etapas del ciclo de la misma, se tiene identificado que esta falta de control genera riesgos a la salud y al ambiente con diferentes repercusiones y efectos.

    Regularmente en las primeras etapas el riesgo a la salud por la falta de control y la gestión de los RSM, está directamente ligado a las prácticas de los generadores que se caracteriza por no contar con un adecuado almacenamiento; en las siguientes etapas los riesgos se producen por las actuaciones de los operarios de los sistemas de recolección, quienes se encargan de su recolección, transporte y en ocasiones también del tratamiento y disposición final, en esta última etapa también participa la escasa vigilancia y supervisión de la autoridad competente en la materia para controlar las condiciones y el lugar de la depositación de los residuos.

    Los riesgos al ambiente están más bien relacionados con las actuaciones de disposición final en donde se identifican cuatro posibilidades o vertientes principales:

    - el uso de tiraderos clandestinos dentro de las zonas urbanas, - el uso de sitios autorizados de disposición final (basureros municipales) donde se recepcionan por igual residuos de todo tipo, - el uso de vertederos �controlados� en donde el control es relativo, es decir debería existir una supervisión y una verificación del tipo y de la calidad de residuo que llega, pero en la práctica esta situación no se da, - y finalmente de reciente implantación en la CE (Decisión 33/2003), que regula la admisión clasificando al residuo y autorizando a que sea depositado en el tipo de vertedero controlado que le corresponda como residuo inerte, peligroso o no peligrosos según sea el caso.

    Las actuaciones anteriores de la gestión de los RSM ya identifican perfectamente efectos ambientales y riesgos asociados a la salud. Son aquellos que de manera igual favorecen el desarrollo y crecimiento de la fauna nociva y el escape sin control de agentes, como de contaminación de los suelos y del agua ya sea por sustancia o elementos diversos o productos y residuos, entre los que se encuentran los lixiviados; sin menospreciar los efectos en el aire, tal vez de menor intervención por parte de la comunidad científica y académica, pero no por ello menos importantes.

    Las causas de los efectos anteriores en todos los casos de las actuaciones de la gestión de los RSM parece indicar ser: la falta de control, de supervisión y de medidas para minimizar esos riesgos a la salud y de impactos ambientales.

    De éstas la de falta de control sobresale en el manejo o gestión que se realiza de forma conjunta de todos los tipos de RSM generados, es decir se asume que los residuos domésticos, los residuos de materia orgánica, los residuos comerciales, los domésticos peligrosos, los generados por las actividades municipales de limpieza, mantenimiento, etc. y los residuos de construcción y demolición de obras, por citar alguna clasificación en función de quien lo genera, se pueden gestionar en forma conjunta.

    Un último aspecto de la gestión de los RSM es que considera a los residuos de construcción y demolición RCDs para su clasificación, manejo o gestión tan solo en función de sus volúmenes o sobre la base de sus propiedades física o mecánicas de los materiales que les han dado origen, y tienen poca o nula consideración las propiedades físicas, químicas e inclusive biológicas que se pueden desarrollar por combinación con otros residuos o con elementos del medio ambiente (agua, suelo, aire, flora, fauna) ya sea por simple contacto, por mezcla, por combinación, etc., y es este �el estado real final� que tendrán en el lugar donde se depositen o eliminen.

    Para resumir y ubicar los requerimientos de gestión en México se han tomado los conceptos manejados por la CEPAL. En el estudio de referencia se señala que la gestión de los residuos en América Latina contiene como principal problema el cómo minimizar los impactos en la flora y fauna, en la salud de las personas, en la calidad de vida, en los ciclos y también en los sistemas artificiales.


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