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Resumen de Procedimiento interactivo para la generación y optimización de organizaciones espaciales en planta

Jacinto Canivell García de Paredes

  • Fueron numerosos los investigadores que en la década de los años sesenta mostraron su entusiasmo acerca de la aplicación del ordenador al diseño arquitectónico, y auguraban una radical transformación en la práctica de la arquitectura. Sin embargo, esta transformación anunciada no se ha producido hasta el momento presente. Mientras tanto, en otras disciplinas ajenas al diseño arquitectónico el ordenador se ha convertido en una herramienta poderosa de ayuda al diseño, reemplazando al diseñador en unos casos o asistiéndolo en otros.

    El desarrollo de los primeros programas de diseño asistido por ordenador �Computer Aided Design (CAD)- comienza en los años sesenta, siendo su principal pionero Ivan E. Sutherland, quien en el año 1963 presentaba en el Spring Joint Computer Conference un programa elaborado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts �denominado SKETCHPAD SYSTEM- que generó un gran interés dentro del ámbito de la ingeniería. Este era un programa de CAD orientado al diseño en la ingeniería, y permitía la manipulación de cualquier objeto mediante un terminal gráfico interactivo.

    Paralelamente se desarrollaron otros trabajos, entre ellos cabe destacar el elaborado por la IMB para la General Motors denominado DAC-1, para el campo específico del diseño de automóviles, y que fue el precursor de otros muchos trabajos que se desarrollaron posteriormente sobre este tema. Desde entonces, los programas interactivos de CAD han sido ampliamente usados en los diversos sectores de la mecánica, óptica, química y otras industrias.

    Sin embargo, la aplicación de programas de CAD en la arquitectura se ha retrasado considerablemente en relación con otras disciplinas. Varias son las razones que parecen haber contribuido a este retraso, entre ellas: la hostilidad o desconfianza mostrada hacia la nueva máquina por el colectivo de arquitectos, la ignorancia del potencial de la tecnología computacional en el campo del diseño arquitectónico, y la dificultad de implementación sobre un ordenador �por la propia naturaleza del diseño arquitectónico- de un programa capaz de emular las decisiones del diseñador.

    Pero además, una razón que indudablemente ha influido en este sentido ha sido la económica: las grandes firmas automovilísticas y aeroespaciales han sido capaces de realizar, por su gran capacidad económica, grandes inversiones en investigación y equipos costosos para el desarrollo de sistemas de diseño, control y manufacturación asistidos por ordenador, mientras que, la capacidad económica media de los estudios de arquitectura no ha sido la suficiente como para permitir realizar este esfuerzo.

    No obstante, el enorme interés despertado entre algunos grupos de arquitectos por el potencial de los programas de CAD aplicados a la arquitectura no ha decrecido durante todos estos años. Cuando en el año 1964 aparece el libro de C. Alexander titulado �Notes on the Syntesis of Form� produce una auténtica revolución en la comunidad académica y en todo el ámbito arquitectónico, generando un considerable entusiasmo e interés en la utilización de métodos sistemáticos computaciones de diseño en la arquitectura.

    Durante esos años se desarrollaron los primeros programas experimentales de diseño arquitectónico asistido por ordenador, como pueden ser COPLANNER de Souder & Clark 1964 y URBAN 5 de Negroponte & Groisser 1970 �ambos citados por Mitchell (1977)-. Sin embargo, las primeras aplicaciones prácticas aparecidas en el mercado fueron principalmente dirigidas al campo del cálculo de estructuras, mediciones y presupuestos, etc., pues los programas de aplicación a la arquitectura se desarrollaron paralelamente e incluso formando parte de los desarrollados para la ingeniería. Por esta razón, además, un gran número de programas de CAD que se ofrecen a los arquitectos no satisfacen las condiciones que un programa de diseño arquitectónico asistido por ordenador habría de cumplir.

    No obstante, hay que destacar una cuestión que nadie parece poner en duda, como ya comentara Alexander (1964), y es la capacidad limitada del ordenador para reemplazar al arquitecto en ciertas etapas decisorias del proceso de diseño, y en ciertas labores evaluativas del mismo; el ordenador nunca será capaz de reconocer que se encuentra ante una solución de singular valor creativo, facultad exclusiva del buen diseñador.

    Según Mitchell (1974) un programa de diseño arquitectónico asistido por ordenador debe ser capaz de realizar las siguientes operaciones:

    1) Almacenamiento, recuperación y manipulación de los datos que nos describen el objeto de diseño.

    En esta operación la potencia del ordenador se emplea en la eficiente recuperación de la información requerida y su transformación, por ejemplo, en una lista alfanumérica ordenada, o en un gráfico en pantalla. De esta forma, el ordenador reemplazaría o ayudaría a la labor de delineación, elaboración de presupuestos, etc., en otras palabras, apoyaría las fases de mano de obra de producción.

    2) Generación automática de soluciones al problema de diseño definido.

    En este caso, el ordenador reemplaza o ayuda, en las primeras etapas del proceso de diseño, a alguna de las tradicionales funciones del arquitecto.

    3) Evaluación de las distintas soluciones generadas según las condiciones, restricciones y objetivos impuestos.

    Aquí el ordenador realiza tareas evaluativas aprendidas y desarrolladas tradicionalmente por el arquitecto u otros especialistas.

    En general, los programas de CAD que se ofrecen en el campo de la arquitectura son únicamente capaces de realizar las operaciones descritas en el primer punto, dado que la mayor parte de estos han sido desarrollados, mediante la extrapolación, a partir de programas específicos de ingeniería y por ingenieros. Por consiguiente, dichos programas no suelen ajustarse a las necesidades del diseño arquitectónico.

    Así pues, nuestra labor de investigación se centra en el desarrollo de procedimientos englobados en los dos últimos puntos señalados por Mitchell, es decir, en los aspectos que más específicamente distinguen el proceso de diseño arquitectónico de otros procesos de diseño. Se centra, pues, en la etapa inferior del proceso de diseño; etapa en la que casi todo el mundo parece admitir que se producen los aspectos decisorios y creativos más importantes de todo el proceso en cuestión.

    Entre los problemas que pueden ser abordados en esta etapa se encuentran los de generación y optimización de esquemas de distribuciones espaciales en planta que satisfagan una serie de restricciones y requisitos impuestos por el arquitecto diseñador. En definitiva, con esta investigación pretendemos aumentar las posibilidades del ordenador como instrumento válido en el proceso de diseño arquitectónico.


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