La faceta pública de Miguel de Unamuno giró en torno a muy diferentes ámbitos: el político, el literario, el docente, etc. Sus desempeños como escritor, filósofo, rector, docente o diputado han sido estudiados desde muy diversos prismas, aunque posiblemente el Unamuno filólogo y sus reflexiones acerca de la lengua se hayan visto relegadas en la importante bibliografía que sobre el catedrático bilbaíno se ha ido creando desde antes incluso de su muerte.
El estudio de los escritos públicos que no pertenecen a la ficción y la literatura, especialmente de sus artículos en prensa, conferencias, discursos y ensayos, nos conduce a un perfil del rector salmantino intensamente preocupado por asuntos lingüísticos y filológicos. Así, el cotejo de las Obras completas unamunianas, aún en proceso de culminación y puestas en marcha por diferentes editoriales, arroja más de un centenar de escritos en los que, directa o indirectamente, vierte sus reflexiones acerca de la lengua.
La sistematización de esos escritos y su posterior estudio nos ha llevado a las siguientes conclusiones generales:
• De 1886 a 1936 (y después de su muerte son publicados mediante terceras personas), Unamuno produce prácticamente sin altibajos decenas de artículos de prensa, conferencias, discursos y ensayos en los que, de forma totalmente protagonista o de manera tangencial, la lengua y el lenguaje están presentes.