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Historia de la arquitectura inglesa de la Río Tinto Company Limited en la provincia de Huelva

  • Autores: Miguel González Vílchez
  • Directores de la Tesis: Rafael Manzano Martos (dir. tes.)
  • Lectura: En la Universidad de Sevilla ( España ) en 1977
  • Idioma: español
  • Tribunal Calificador de la Tesis: Rafael Manzano Martos (presid.), Antonio García Valcarce (secret.), Pablo Arias García (voc.), Emilio Gómez Piñol (voc.), Rafael López Palanco (voc.)
  • Materias:
  • Enlaces
    • Tesis en acceso abierto en: Idus
  • Resumen
    • En los capítulos siguientes expondremos apretadamente las características de la arquitectura de la empresa inglesa Riotinto Company Limited en la provincia de Hu elva. A lo largo del trabajo realizado se puede comprobar la importancia de una arquitectura singular que se inserta en Huelva a finales del siglo XIX, deja su sello a lo largo de un siglo y que en la actualidad se encuentra camino de desaparecer a corto plazo.

      Una síntesis condensada en pocas líneas del hecho arquitectónico inglés anteriormente expuesto, es en realidad una tarea difícil pero el presente trabajo debe acometerla a fin de que del mismo puedan extraerse conclusiones. A continuación exponemos unas consideraciones ordenadas y resumidas de lo desarrollado en capítulos siguientes.

      A finales del XIX, en pleno apogeo de la revolución industrial inglesa y del poderío de su imperio económico, las minas onubenses comienzas a ser campo de asentamiento de industrias extranjeras, principalmente inglesas, atraídas por la riqueza en cobre de su subsuelo y más tarde por la posibilidad de comercialización de la pirita como materia prima para obtener ácido sulfúrico. Las minas del Buitrón, Tharsis, Coronada, Riotinto, Peña del Hierro, etc… van pasando a manos de compañías inglesas. Dos de ellas, Tharsis y Riotinto, llegaron a ser las principales minas de pirita y cobre del mundo. A consecuencia de este poderío económico británico, pronto la provincia onubense comienza a poblarse de ferrocarriles, puentes, industrias, almacenes y muelles de embarque. Concretamente la Compañía de Riotinto llega a adquirir antes de 1.880 1/70 de la provincia de Huelva, contándose entre sus propiedades un sector anexo al caso urbano de Huelva y de su misma superficie. Los talleres, el telégrafo, los depósitos de mineral, las estaciones y el ferrocarril comienzan a cambiar el panorama del tranquilo puerto pesquero andaluz.

      El principal trabajo férreo de la RTC es sin duda el ferrocarril Huelva - Riotinto, sus puentes y el muelle. Este último, puede considerarse pionero de la ingeniería de embarque de mineral de la época e introdujo el método revolucionario de cimentación sobre plataformas de madera apoyadas en el lecho del río, y el entonces casi desconocido método de descarga de mineral por gravedad. Su autor fue el prestigioso George B. Bruce y al ingeniero director Thomas Gibson se debe el valioso testimonio escrito de este trabajo de ingeniería de finales del XIX.

      Pronto las minas de Riotinto empezaron a ver alterada su faz por enormes cortas a cielo abierto y tendidos de ferrocarril por doquier. Su población laboral pasó en treintea años de 1.000 empleados a 17.000. El primitivo pueblo de Minas de Riotinto era un poblado andaluz de arquitectura tradicional, con casas en planta baja con doblado superior, sin gran mérito, y en el que destacaban el Ayuntamiento, de arquitectura simétrica con frontón central y la Iglesia, de dos torres muy tradicionales en la serranía onubense. Una gigantesca corta lo haría desaparecer poco a poco en beneficio de la explotación minera.

      Pronto comienzan las necesidades en materia de viviendas y la compañía traslada a Huelva la idea ya superada de las barracas inglesas para obreros, hacinadas en principio en torno a las fábricas y posteriormente a las ciudades. Junto a los frentes de trabajo comienza a surgir una arquitectura monótona, de pequeños edificios iguales, blancos y cubiertos a dos aguas, que resumen en sí solos la pobreza de la época, pues ni siquiera diferían demasiado de la vivienda rural andaluza, que les aventajaba en poseer un doblado superior o cámara. La apariencia de estas viviendas, blancas y pequeñas, alienadas ortogonalmente, con cercados oscuros a veces en sus ventanas, teja plana y en ocasiones un pequeño lucernario británico, es sin duda singular, pues se trata de un híbrido hispano-británico de vivienda pobre. Por esta época se acaba de crear la escuela de arquitectura de Londres y los edificios se suelen tomar de patrones establecidos por prestigiosos arquitectos. La idea general de esta arquitectura es inglesa y los supervisores de los trabajos son asimismo ingleses -Nash, Carlyle, Edwards, Targett, Clayton, Morgan- pero los albañiles son españoles lo que explica el fenómeno de asociación de estilos.

      Las poblaciones que se van creando junto a los frentes de trabajo son autosuficientes, con Capilla, almacén, casino, escuela y dispensario. Posteriormente se alcanzan los servicios de agua y electricidad, solucionándose el saneamiento con un sistema más higiénico que el estercolero. En la década de 1.920, dos de estos poblados, El Valle y Mesa de los Pinos, constituyen el núcleo principal y en ellos se asientan los edificios singulares.

      Un fenómeno de arquitectura casi puramente británica se va a dar al mismo tiempo: Los ingleses, cuyo staff va siendo importante en número, añorando su paisaje y arquitectura británica, crean el poblado de Bellavista, cerrado al obrero español, donde empiezan a surgir edificios puramente británicos, como las casas alineadas de esencia victoriana -“many gabled houses”- los bungalows de sabor colonial, la Iglesia Evangélica escocesa o el club solo para hombres. Aún no se conoce arquitecto alguno de estos trabajos, pero sus exteriores y sobre todo sus interiores, son del más puro sabor inglés. Los pavimentos de madera de Bellavista, las chimeneas, las buhardillas, los bajantes al exterior, los cierros acristalados y las pérgolas coloniales, son lo más interesante sin duda de la arquitectura popular onubense de finales del XIX. Al mismo tiempo el paisaje, en un principio desértico y desolado, va transformándose en un oasis de frondosa vegetación, más intensa dentro de la colonia inglesa de Bellavista.

      Ya en 1.927 la llegada del arquitecto inglés Alan Brace transporta felizmente a Huelva la esencia de la corriente del “edwardian and neogeorgian style”. Los bungalows de Bellavista, los edificios singulares en Riotinto, las viviendas para obreros en El Valle y la clínica de Huelva, son un reflejo de las “detached houses” en boga de Inglaterra en esa época. El intento de Brace de adaptarse a la fisonomía arquitectónica española con el empleo de la cal y los arcos, no consigue anular la fuerte carga británica de su arquitectura. El estudio de sus trabajos en Inglaterra nos demuestra visiblemente su fidelidad a la tradición arquitectónica de su país. Al mismo tiempo una arquitectura industrial se va desarrollando en Riotinto: hornos, fundiciones, trituradoras, concentradores, fábricas de electricidad, etc… van cambiando el paisaje, conectados unos edificios y otros por miles de arterias férreas. Las cubiertas negras, de cartón embreado sobre hierro y los paramentos de madera embreada y piedra, definen el edificio industrial que va poblando el paisaje torturado y desértico de la explotación.

      Mientras tanto en Huelva la compañía ha levantado la Casa Colón, extraño edificio de dudosa inspiración británica y que será la sede de la compañía durante medio siglo y ha edificado posteriormente el Barrio Reina Victoria, conjunto destacado entre la pobreza arquitectónica onubense, que ha sido considerado siempre como de evidente carácter inglés. Se ha analizado que en realidad carece de esta impronta pues su estilo pudiera definirse como alpino-andaluz-orientalizante, debido sin duda a primitivos diseños de los arquitectos onubenses Carasa y Aguado y la extravagancia imaginativa del británico R. H. Morgan, encargado del Departamento de Construcción y Conservación de Casas, que fue en realidad el principal artífice de este conjunto arquitectónico. Destaca sobremanera en Huelva el hospital diseñado por Alan Brace, hoy abandonado y arruinado y posiblemente uno de los mejores edificios del presente siglo en la ciudad.

      La playa de Punta Umbría va a ser el lugar elegido por el staff inglés como sanatorio en principio y como residencia veraniega más tarde. En él se van a ubicar una docena de bungalows que resumirán las tendencias de la “weather-boarded house” británica de finales del XVIII y de la arquitectura tropical colonial con sus pérgolas de protección alrededor de los edificios y el sistema de pilotes que los levantaban del suelo. El indudable valor de esta arquitectura de madera trasplantada por los ingleses a un rincón de Andalucía es mayor ante el peligro inminente de su destrucción.

      Otras compañías británicas, como Buitrón, Peña del Hierro y Tharsis han dejado su arquitectura extranjera en el solar onubense, principalmente la Tharsis Sulphur and Copper Company que inició el mismo proceso constructivo que posteriormente siguió la Riotinto Company Limited: Construcción del Ferrocarril y Muelle, construcción de almacenes, molinos de mineral, hornos y fundiciones, construcción de viviendas en cuarteladas, etc…. La arquitectura en la provincia de Huelva constituiría de por sí un tema de indudable valor en la actualidad, por el peligro de desaparición a corto plazo de estas estructuras y su significado como expresión de la tecnología británica de una época.


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