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Aproximación histórica al desarrollo de la astronomía en España

  • Autores: Iván Fernández Pérez
  • Directores de la Tesis: J. A. Docobo Durántez (dir. tes.)
  • Lectura: En la Universidade de Santiago de Compostela ( España ) en 2009
  • Idioma: español
  • Tribunal Calificador de la Tesis: Francisco Sánchez Martínez (presid.), Lourenzo Fernández Prieto (secret.), Antonio Elipe Sánchez (voc.), Xavier Barcons Jaúregui (voc.), Jorge Núñez de Murga (voc.)
  • Materias:
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    • Tesis en acceso abierto en: MINERVA
  • Dialnet Métricas: 1 Cita
  • Resumen
    • Pretendemos en esta Memoria hacer alusión a la evolución científica que tuvo lugar en España en el campo de la Astronomía, gracias a la labor de distintos personajes que abrieron nuevas líneas de investigación y que transmitieron sus conocimientos, así como a la instalación de importante infraestructura científica, No podemos olvidar tampoco, ciertas decisiones y hechos que, al margen de la ciencia, influyeron notablemente en el desarrollo de la Astronomía en España.

      En nuestro trabajo, tomamos como punto de partida las contribuciones del Rey Alfonso X el Sabio de Castilla. Este monarca se interesó especialmente por la Astronomía y aglutinó a varios matemáticos para compilar sus afamados Libros del Saber de Astronomía, los cuales supusieron el alcance de la hegemonía en esta ciencia al ser una obra de referencia en toda Europa. Tras el fallecimiento de Alfonso X se produce un ligero estancamiento en lo que podríamos denominar "producción astronómica" debido quizás a una pérdida de interés al pensar que la obra del rey sabio era insuperable. Pronto en otras zonas de Europa, especialmente en las actuales Dinamarca, Alemania, Polonia, Austria y República Checa, los astrónomos estudiaron cómo mejorar las predicciones de las posiciones futuras de los planetas (efemérides), llegando a descubrir que la Tierra no estaba en el centro del Universo. Personajes como Regiomontano y Reinhold hicieron importantes aportaciones que sirvieron a Copérnico para cambiar la concepción del mundo. Tycho Brahe, Johannes Kepler y Galileo Galilei confirmaron el fin del geocentrismo y comenzaba una nueva ciencia muy distinta a la conocida entonces. Mientras tanto, en la Península Ibérica la referencia seguía siendo las tablas alfonsinas y los esfuerzos de la Astronomía se centraban en la Cosmografía, concretamente en conseguir buenas mediciones de las posiciones geográficas que permitiesen la búsqueda de nuevas tierras en las expediciones marítimas. El descubrimiento de territorios hasta entonces desconocidos provocó una intensificación del tráfico marítimo entre la Península y esas nuevas "posesiones". Surgió la necesidad de formar a buenos navegantes para acometer las nuevas necesidades de los monarcas hispanos y surgieron instituciones como la Casa de Contratación de Sevilla en la que los mejores cosmógrafos se dedicaron a formar a los futuros marinos y a tratar de resolver el problema del cálculo de la longitud en el mar. En definitiva, los esfuerzos se encaminaron hacia la Cosmografía y no hacia la Mecánica Celeste.

      Sin embargo, a pesar de que los cosmógrafos de la Península Ibérica alcanzaron una gran fama, no lograron la hegemonía. En Inglaterra también se prestó especial interés a la Cosmografía y se puso en marcha el Observatorio Astronómico de Greenwich, dedicado fundamentalmente a los problemas que suscitaba esta rama del conocimiento para la navegación marítima. No es de extrañar pues, que fuera un inglés el que definitivamente resolviera el problema del cálculo de la longitud en alta mar con la invención del cronómetro.

      En lo que respecta a la Mecánica Celeste, los astrónomos franceses tuvieron la hegemonía. En parte, la creación de la Academia de Ciencias y el Observatorio Astronómico de París, dedicado fundamentalmente a estas tareas, explica esta hegemonía. En la Península también han habido algunos astrónomos que han realizado distintas aportaciones. Quizás el más conocido de todos ellos ha sido Jerónimo Muñoz.

      Encontramos una relación directa en los Estados que promueven la investigación astronómica en centros específicos, con un avanzado conocimiento científico y un alto grado de beneficio económico y social que supuso en ellos este conocimiento.

      En España, ese interés del Estado por la ciencia llegó mucho más tarde que en Francia e Inglaterra. Así, no se crearía el primer Observatorio Astronómico oficial (el Real Observatorio de Cádiz dependiente de la Academia de Guardamarinas) hasta 1753, por sugerencia al monarca ilustrado Carlos III del marino Jorge Juan y Santacilia, el cuál había participado en una expedición francesa a tierras del actual Ecuador para la medición del arco meridiano. La experiencia obtenida por Jorge Juan y de su compañero de viaje Antonio de Ulloa, significó la comprensión del bajo nivel científico que tenía España respecto a otras potencias europeas y la necesidad de ir acortando estas distancias.

      Entendemos que la creación de este Observatorio supuso entrar en una nueva etapa, dejando de lado las aportaciones individualistas de una serie de astrónomos que trabajaban, especialmente, ligados a algún centro de enseñanza. Entre estos centros podemos citar como ejemplos el Seminario de Nobles de Madrid y la Universidad de Salamanca.

      El Observatorio de Cádiz (posteriormente ubicado en la Isla de León, hoy San Fernando) comenzó sus actividades centrándose en el aspecto docente y la buena formación que recibieron los guardamarinas, pronto comenzó a dar sus frutos. Algunos años más tarde comenzaron también los trabajos de índole científica.

      Paralelamente, y debido a que la institución gaditana se centraba en las aplicaciones de la Astronomía en la navegación marítima, se creó otro Observatorio Astronómico en la ciudad de Madrid en 1790, a semejanza del Observatorio de París, para tratar cuestiones de Mecánica Celeste.

      Para el Observatorio madrileño se encargó uno de los mejores telescopios posibles de la época al afamado William Herschel. Lamentablemente, esta gran inversión no se pudo aprovechar debido al estallido de la Guerra de la Independencia, ya que los soldados franceses que entraron en Madrid ocuparon las instalaciones del Observatorio para uso de polvorín provocando el desmantelamiento del instrumento (del que hoy sólo se conservan sus espejos).

      No sería hasta mediados del convulso siglo XIX español cuando la actividad científica cogió nuevo auge tras el desastre de la guerra con los franceses y el pésimo reinado de Alfonso VII. Lentamente, las actividades en los dos observatorios mencionados fueron creciendo en intensidad y calidad gracias a la formación de buenos astrónomos y a diversa instrumentación adquirida en ambas instituciones. Por otra parte, en la universidad española poco a poco los contenidos científicos van introduciéndose en los planes de estudio y en los últimos años del siglo XIX aumenta el número de catedráticos dedicados a disciplinas como la Cosmografía y Física del Globo así como a la Astronomía y Geodesia.

      Es también en la segunda mitad del XIX cuando nace la Astrofísica. España pudo aprovechar un importante suceso astronómico que tuvo lugar en una franja de la Península (eclipse de Sol de 1860) en el que astrónomos de todo el mundo realizaron expediciones científicas en suelo español para aplicar las nuevas técnicas fotométricas y espectroscópicas. Sin embargo, esa época coincidió con importantes inversiones de instrumental científico para realizar trabajos de Astrometría y Mecánica Celeste en los observatorios de San Fernando y de Madrid y no se pudo "crear escuela" en aquella nueva rama de la Astronomía.

      Entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX se produce en España otro salto hacia delante en el campo de la Astronomía. Esto es debido a distintos factores entre los que podemos destacar la sucesión de varios fenómenos astronómicos singulares que tuvieron lugar en territorio español, el comienzo del amateurismo y la consolidación de la presencia de la Astronomía en la Universidad.

      En el aspecto internacional, son los Estados Unidos los que desde entonces tomaron la hegemonía mundial, gracias a la instalación en ese país de grandes telescopios con financiación de ricos mecenas.

      Los fenómenos astronómicos singulares a los que nos hemos referido son tres eclipses de Sol que tuvieron lugar en 1900, 1905 y 1912. También el paso del cometa Halley en 1910 suscitó mucho interés. En gran medida gracias a estos acontecimientos, la Compañía de Jesús estableció dos observatorios astronómicos (el Observatorio de Cartuja y el Observatori de l¿Ebre) por su interés en el estudio de la actividad solar en la Tierra. También se instalaron en esa época el Observatori Fabra y los observatorios universitarios de Barcelona y Valencia.

      Comienza así, una nueva etapa que transcurre entre los principios del siglo XX hasta el año 1970 aproximadamente. Durante el primer tercio del siglo XX se realizó una gran labor tanto desde los centros de observación como desde la universidad viviéndose lo que podríamos denominar una edad de plata, sin embargo, la guerra civil truncó el progreso obtenido. En la posguerra la situación de la Astronomía en España no es buena por falta de medios, a pesar de los esfuerzos de los catedráticos de Astronomía de la época (José María Torroja Menéndez, Rafael Cid Palacios y Juan José de Orús Navarro) y de la creación de nuevos observatorios como el Observatorio Astronómico de la Universidade de Santiago de Compostela o el Observatorio del Teide.

      En los años setenta del pasado siglo, una serie de sucesos marcan el resurgir de la Astronomía en España, iniciando una etapa que hemos denominado como "la gran eclosión". Se pueden resumir estos hechos en: creación de nuevos institutos de investigación (Instituto de Astrofísica de Andalucía, Instituto de Astrofísica de Canarias), mayor cantidad y calidad de instrumentación científica en suelo español (Centro Astronómico Hispano-Alemán, expansión del Observatorio de Madrid con el Centro Astronómico de Yebes y la Estación de Observación de Calar Alto, Estación de Seguimiento de Satélites de Villafranca del Castillo), formación de astrónomos españoles en el extranjero, visitas a nuestro país de profesores e investigadores de gran nivel, aumento de plazas en universidades y centros de investigación...

      Tratamos también algunas de las cuestiones de actualidad y de futuro que suscitan el interés de la Astronomía española, como la puesta en marcha de importantes inversiones como el radiotelescopio de Yebes, el Gran Telescopio de Canarias (GTC) y el futuro telescopio europeo extremadamente grande (E-ELT).

      Hemos realizado, además, una encuesta con el fin de conocer la opinión de los astrónomos españoles sobre distintas cuestiones históricas y de actualidad.

      Esta Memoria aporta varias contribuciones originales que resumimos a continuación. Con respecto a las dos primeras etapas, hemos recopilado lo más destacado de los trabajos publicados sobre la Historia de la Astronomía en España y los hemos puesto al día recogiendo algunas de las novedades que los historiadores de la ciencia de estos períodos han publicado en los últimos tiempos. Como complemento, aportamos datos sobre los catedráticos de asignaturas relacionadas con la Astronomía una vez implantadas las Facultades de Ciencias.

      En lo que se refiere a la tercera etapa la principal contribución es la referida de nuevo a la enseñanza universitaria en materias relacionadas con la Astronomía, para ello hemos contactado con los archivos universitarios de las principales universidades españolas.

      Sin embargo, es en el desarrollo de la Astronomía en España a partir de la década de los setenta del siglo XX donde hemos realizado las principales contribuciones. Para ello hemos consultado distintas publicaciones, hemos visitado la mayoría de los centros más importantes de enseñanza e investigación en Astronomía y hemos realizado entrevistas y comunicaciones privadas con astrónomos de renombre. Además hemos tomado también datos de distintas páginas web de centros de investigación, universidades y diversos organismos y asociaciones.

      Por último, en una encuesta enviada a la comunidad astronómica española hemos actualizado algunos datos de otras consultas anteriores realizadas a este colectivo y se han obtenido algunos resultados de interés inéditos sobre distintas cuestiones del pasado, presente y futuro de la Astronomía en España.

      Finalmente, esta Memoria aporta una serie de listados recopilatorios sobre centros de investigación y universidades, libros de docencia de Astronomía, revistas editadas en España, asociaciones de astrónomos amateurs, etc.

      En definitiva, creemos que este trabajo supone una aportación necesaria que cubre un hueco en la Historia de la Ciencia en España, ya que en el campo de la Astronomía y en particular en la época contemporánea, no estaba descrito hasta ahora cómo tuvieron lugar los acontecimientos que caracterizaron esta rama de la ciencia en el Estado español.


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