El artículo, tras repasar brevemente el concepto de exclusión en tanto que proceso y los factores que contribuyen a generarlo, pasa a estudiar el caso de la cárcel como espacio exclusógeno por excelencia. Como sistema sancionador y excluyente, la cárcel es el resumen de todo un largo periplo que atraviesa el conjunto de las instituciones de control social y acaba por seleccionar la clientela carcelaria, fundamentalmente, entre los grupos, colectivos y clases más desposeídas. En este momento, la cárcel, como etapa final del proceso de construcción social del delito y el delincuente, está experimentando un considerable auge tanto en EE. UU, como en Europa. Esta expansión de las prisiones corre en paralelo con los movimientos de privatización de los servicios públicos y la reducción de los sistemas de protección social. Sin embargo, el hecho es que la cárcel ha fracasado completamente como dispositivo para intentar conseguir la reinserción social de los excluidos, y el resultado obtenido a la salida de la cárcel consiste, por lo general en una intensificación de la exclusión (laboral, económica, educativa, sanitaria y relacional) que ya se padecía en el momento del ingreso.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados