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La Investigación Arqueomalacológica en la Península Ibérica: Nuevas Aportaciones Comité Editor: Igor Gutiérrez Zugasti (IIIPC, Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria, España) David Cuenca Solana (CReAAH UMR-6566, Francia) Manuel González Morales (IIIPC, Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria, España) Comité Científico: María Teresa Aparicio (Museo Nacional de Ciencias Naturales-CSIC, España) Pablo Arias (IIIPC, Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria, España) Bárbara Avezuela (Universidad Nacional de Educación a Distancia, España) Darío Bernal (Universidad de Cádiz, España) Mariano Bonomo (Universidad Nacional de La Plata, Argentina) Pedro Callapez (Universidade de Coimbra, Portugal) Juan Jesús Cantillo (Universidad de Cádiz, España) Eduardo Carmona (Servicio Territorial de Cultura de Valladolid, España) André Carlo Colonese (University of York, Reino Unido) Diana Carvajal Contreras (Universidad Externado de Colombia, Colombia) Catherine Dupont (CReAAH UMR-6566, CNRS, Francia) Miguel Ángel Fano (Universidad de La Rioja, España) Javier Fernández López de Pablo (IPHES, Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social, España) Carlos Fernández Rodríguez (Universidad de León, España) Eloísa Bernáldez Sánchez (IAPH, Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, España) Juan Francisco Gibaja (IMF, Institució Milà i Fontanals-CSIC, España) María del Carmen Lozano (Gaia Museum S. L., España) Ricard Marlasca (Posidònia S.L., España) Arturo Morales (Universidad Autónoma de Madrid, España) Marian Vanhaeren (PACEA UMR-5199, CNRS, France) Ester Verdún (Universitat Autònoma de Barcelona, España) Yurena Yanes (University of Cincinnati, Estados Unidos) Mikel Zubimendi (Universidad Nacional de La Plata, Argentina) Primera edición: Agosto, 2015 © Nadir Ediciones Fernando de los Ríos 80. 5º Dcha. 39006 Santander, Cantabria © Los autores Maquetación y diseño: Eduardo Rivas. www.erdesignplus.com ISBN: 978-84-943376-1-1 D. Legal.: SA 457-2015. Impreso en España - Printed in Spain Esta edición es propiedad de Nadir Ediciones. Cualquier, forma de reproducción, distribución, traducción, comunicación pública o transformación sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. La Investigación Arqueomalacológica en la Península Ibérica: Nuevas Aportaciones Actas de la IV Reunión de Arqueomalacología de la Península Ibérica Igor Gutiérrez Zugasti, David Cuenca Solana, Manuel R. González Morales, (Eds.) CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE Índice Elementos de adorno malacológicos de la secuencia Solutrense de la Cova del Parpalló (Gandia, València). Nuevos datos. Begoña Soler Mayor. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 Análisis de los moluscos continentales del Paleolítico Superior y del Epipaleolítico de la cueva de Nerja (sala de la Mina), Málaga, España. María Teresa Aparicio, Esteban Álvarez-Fernández , Jesús Francisco Jordá-Pardo, Bárbara Avezuela-Aristu, Joan Emili Aura-Tortosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 Gasterópodos continentales en yacimientos arqueológicos de los valles Asón y Miera (Cantabria) durante el Holoceno: aspectos paleo-ecológicos. Jesús Ruiz Cobo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43 Holocene climate variability in Mediterranean Iberia: a review of snail shell isotope record. André Carlo Colonese, Giovanni Zanchetta, Anthony E. Fallick, Russell Drysdale . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55 Los moluscos marinos del Mesolítico de la Cueva de la Cocina (Dos aguas, Valencia). Análisis arqueomalacológico de la campaña de 1941. Josep Lluís Pascual Benito, Oreto García Puchol . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65 Análisis arqueomalacológico de la unidad estratigráfica108 del conchero Mesolítico de El Mazo (Llanes, Asturias): conclusiones socio-económicas y metodológicas. Asier García-Escárzaga, Igor Gutiérrez-Zugasti, Manuel R. González-Morales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77 Un acercamiento al aprovechamiento de los recursos litorales durante el Mesolítico: los invertebrados marinos del abrigo de El Toral III (Llanes, Asturias). Patricia Bello-Alonso, Lander Ozkorta-Escribano, Igor Gutiérrez-Zugasti. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91 Instrumentos de concha y producción cerámica en los grupos neolíticos de la costa Atlántica del oeste de Francia. David Cuenca Solana, Catherine Dupont, Gwenaëlle Hamon . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101 Nuevos datos para la interpretación de los conjuntos malacofaunísticos de los asentamientos neolíticos en la ciudad de Barcelona: el yacimiento de Reina Amàlia nº31-33. Jordi Nadal, Ester Brieva, Anna Gómez, Miquel Molist, Javier González, Karin Harzbecher, Lluís Lloveras. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113 Las Náyades (Mollusca, Unionoida) del Calcolítico de Camino de las Yeseras (San Fernando de Henares, Madrid). Laura Llorente Rodríguez, Eufrasia Roselló Izquierdo, Arturo Morales Muñiz, Corina Liesau von Lettow-Vorbeck, Arantxa Daza Perea, Rafael Araujo Armero . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125 8 Apuntes sobre formación de sitios a partir de restos arqueomalacológicos. El conchero 4 del sitio Karoline (400 Cal BC - 300 Cal AD) de la costa Atlántica de Nicaragua). Ermengol Gassiot Ballbè, Ignacio Clemente Conte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137 No sólo para comer. Análisis de los taxones minoritarios del conchero nº 4 de Karoline (Costa Atlántica, Nicaragua). Ignacio Clemente-Conte , Ermengol Gassiot Ballbè. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151 Estudio arqueomalacológico del yacimiento púnico de Na Galera (Mallorca-España). Mercedes Alvarez Jurado-Figueroa, Miquel Àngel Vicens i Siquier, Agustín Fernández Martínez . . . . . . . . . 163 Los Concheros de Eirís (A Coruña): primeros resultados de una acumulación singular de mejillones (Mytilus sp.) de época romana. Carlos Fernández Rodríguez, Víctor Bejega García, Eduardo González Gómez de Agüero, Eduardo Ramil Rego, Natividad Fuertes Prieto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 173 Marisqueo en la Baelo Claudia Tardorromana. Contextos malacológicos de las termas marítimas. Darío Bernal-Casasola, Juan Jesús Cantillo, José Juan Díaz, José Ángel Expósito, María de los Ángeles Pascual, Ana María Durante, Lorena Hoyo, Estrella Blanco, José Alberto Retamosa . . . . 187 Os moluscos marinhos como recurso alimentar no Garb al-Andalus dos sécs. XII-XIII:Os sítios de Cacela Velha (Vila Real de Santo António) e Castelo de Salir (Loulé). Maria João Valente, Soraia Martins . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 199 Explotación, conserva y comercio de moluscos en época histórica: el caso de Taramancos (Noia, A Coruña, Galicia). Eduardo González Gómez de Agüero, Víctor Bejega García, Carlos Fernández Rodríguez . . . . . . . . . . . . . 213 Pesquerías y mariscadores en la ensenada de Bolonia en época medieval y moderna. Una nueva línea de investigación. Darío Bernal-Casasola, Rafael Jiménez-Camino, Juan Jesús Cantillo, José Ángel Expósito, José Juan Díaz, Macarena Bustamante, Macarena Lara, José Manuel Vargas, Alicia Arévalo, Miguel Calvo, Nicolás Muñoz, Antonio Bellido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 227 Orifícios de predação em conchas de moluscos marinhos. Um modelo experimental para o estudo de perfurações em conchas arqueológicas. João Paulo Cabral, Sérgio Monteiro-Rodrigues . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 241 9 Introducción El hallazgo de los concheros de Muge (Portugal) hace ya más de 150 años supuso un hito en la arqueología de la Península Ibérica. Por primera vez, los moluscos aparecían como un recurso explotado de forma sistemática por las poblaciones humanas en contextos prehistóricos. En el tiempo que ha transcurrido hasta nuestros días, la investigación sobre la importancia de los recursos acuáticos para el ser humano (en especial los moluscos) ha crecido de manera considerable, especialmente en las últimas décadas. De forma similar, los estudios pioneros sobre esta cuestión se centraron en yacimientos de época prehistórica, ya que la existencia de fuentes escritas para el estudio de épocas históricas promovió la generación de un efecto disuasorio en relación al estudio de determinados materiales arqueológicos, especialmente los relacionados con la Arqueozoología. Sin embargo, esta perspectiva ha cambiado radicalmente desde finales del siglo XX. Si bien los estudios de moluscos prehistóricos se consolidaron con anterioridad, la investigación de estos organismos procedentes de yacimientos históricos se ha incrementado de manera notable en los últimos años, aportando nueva información generada desde puntos de vista diferentes a la obtenida a través de las fuentes escritas. Desde sus comienzos en el año 2010, la Reunión Científica de Arqueomalacología de la Península Ibérica se ha consolidado como un foro para la exposición e intercambio de ideas e información en el campo de la Arqueomalacología. A lo largo de estos años la participación ha ido creciendo debido a un interés cada vez mayor por determinar el papel de los recursos marinos, y en concreto de moluscos, equinodermos y crustáceos, en la vida de los seres humanos del pasado. Tras las exitosas reuniones de León (2010), Barcelona (2011) y Cádiz (2012), la IV Reunión Científica de Arqueomalacología de la Península Ibérica se celebró en Santander los días 22, 23 y 24 de Mayo de 2014, organizada por el Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC) de la Universidad de Cantabria con la colaboración del Gobierno de Cantabria, Gobierno del Principado de Asturias, Ayuntamiento de Santander, Ayuntamiento de Llanes, Fundación Leonardo Torres Quevedo, Universidad de Oviedo, Cantabria Campus Internacional y la empresa Beta Analytic. Como en ediciones anteriores, la reunión se ha nutrido de las contribuciones de investigadores procedentes de múltiples disciplinas, incluyendo prehistoriadores, arqueólogos, historiadores, arqueozoólogos, biólogos, geólogos… que han permitido obtener una visión más completa de la importancia de estos recursos. En esta ocasión, la reunión contó con la presencia de 45 investigadores procedentes de diferentes Universidades y Centros de Investigación nacionales e internacionales que a lo largo de tres jornadas presentaron cinco ponencias invitadas y 25 comunicaciones sobre temas, regiones y cronologías muy diversas pero con un nexo común, el uso y consumo de moluscos por los seres humanos en el pasado. Las sesiones de comunicaciones ocuparon dos jornadas completas los días 22 y 23 de Mayo. La primera de ellas estuvo centrada en la presentación de resultados de análisis realizados sobre conjuntos arqueomalacológicos del Paleolítico Superior, el Mesolítico y el Neolítico, mientras que la sesión del viernes 23 aglutinó trabajos de corte metodológico por la mañana y de yacimientos situados cronológicamente entre la Edad del Bronce y la Edad Moderna por la tarde. Las comunicaciones presentadas trataron sobre las diversas utilizaciones que los grupos humanos han dado a los moluscos durante la Prehistoria y la Historia (principalmente como alimento, ornamento e instrumento) pero también sobre investigación aplicada, como la utilización de las conchas para la reconstrucción climática o para la datación de niveles arqueológicos. Las sesiones generaron interesantes debates entre los participantes, destacando los referentes a la distancia máxima de la costa a la que se transportan los moluscos, la protección jurídica del patrimonio arqueomalacológico y la sostenibilidad del aprovechamiento de moluscos entre las poblaciones prehistóricas. El día 24 de Mayo se dedicó a realizar una excursión a la zona oriental de Asturias, que sirvió como pequeño homenaje a la figura de Ricardo Estrada, Conde de la Vega del Sella, en el centenario de la publicación de su excavación en la Cueva de El Penicial (1914), primer conchero mesolítico excavado en la región cantábrica y uno de los primeros en la Península Ibérica. La calidad científica de sus trabajos lo convirtió en uno de los precursores de la arqueología moderna en la región, y gran parte de sus interpretaciones continúan aún vigentes en la investigación arqueológica actual. La excursión incluyó la visita a los yacimientos de Cueto de la Mina, La Riera y El Mazo, localizados en el municipio de Llanes y relacionados con la explotación de moluscos a lo largo de diferentes momentos de la Prehistoria. La Reunión se clausuró con una conferencia titulada “El Mesolítico Asturiense: 100 años después” impartida en la Casa de Cultura de Llanes por el Catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cantabria Manuel R. González Morales. La investigación arqueomalacológica en la Península Ibérica ha experimentado una enorme evolución en las últimas décadas. En este volumen se incluyen 19 artículos presentados en la reunión celebrada en Santander, cubriendo un rango crono- 10 lógico que abarca desde los inicios del Paleolítico superior (p. ej. con contribuciones sobre los importantes yacimientos de Parpalló y Nerja) hasta la Edad Media-Edad Moderna (p. ej. los casos de Baelo Claudia y Taramancos). Para asegurar la calidad científica de los trabajos todos ellos fueron sometidos a revisión por pares por parte de los miembros del Comité Científico del volumen, a quienes agradecemos su inestimable colaboración. La filosofía de la reunión ha sido, desde sus inicios, aglutinar investigadores de cualquier nacionalidad que trabajen con materiales procedentes de yacimientos de la Península Ibérica, pero también investigadores peninsulares que estudien restos malacológicos en cualquier lugar del mundo. En este sentido, los trabajos aquí presentados incluyen investigaciones en lugares tan dispares como Francia, Italia o Nicaragua. De la misma forma, aunque el título de la reunión hace referencia a la Península Ibérica, las investigaciones realizadas en (o desde) las Islas Baleares y las Islas Canarias han tenido siempre cabida dentro de los parámetros de la reunión. Esta diversidad cronológica y geográfica ha ayudado a enriquecer el conocimiento y a fomentar el debate entre los arqueomalacólogos participantes en las diferentes reuniones. En definitiva, la publicación de estas nuevas aportaciones certifica el buen estado de salud del que goza la disciplina arqueomalacológica en la actualidad. Desde la organización de la IV Reunión Científica de Arqueomalacología de la Península Ibérica hemos intentado aportar nuestro grano de arena para continuar en esta línea y fomentar la continuidad de la reunión, que parece asegurada con la organización de una nueva edición en 2016 en Faro (Portugal). Esperamos veros allí a todos. Igor Gutiérrez Zugasti, David Cuenca Solana, Manuel González Morales. Fig. 1: Foto de grupo de los participantes en la sesión del viernes por la tarde. Fig. 2: Visita al conchero mesolítico de El Mazo (Llanes, Asturias). Fig. 3: Conferencia de clausura sobre el Asturiense impartida por Manuel González Morales en la Casa de Cultura de Llanes (Asturias). 11 Elementos de adorno malacológicos de la secuencia Solutrense de la Cova del Parpalló (Gandia, València). Nuevos datos1 Begoña Soler Mayor2 Resumen Se presenta el estudio de una parte de la colección de malacofauna utilizada como ornamento de los niveles solutrenses del yacimiento paleolítico de la Cova del Parpalló (Gandia, Valencia). Se analizan un total de 434 restos, la mayoría perforados para ser colgados o cosidos, estudiando las especies e identificando los procesos técnicos que dieron lugar a las perforaciones. Palabras clave: Adorno, malacofauna, perforaciones, Paleolítico, Solutrense, Mediterráneo. Abstract This paper provides an analysis of a collection of mollusks used as ornament found in the Solutrean levels of Cova El Parpalló. A total of 434 residue shell remains have been studied, most of them drilled to be hung or sewn. In this work we have identified the species and the technical processes used to produce holes. Keywords: Ornament, mollusk, holes, Paleolithic, Solutrean, Mediterranean. Este trabajo se enmarca en el proyecto “Una LargaTransición. Procesos regionales en la región mediterránea ibérica (17000 – 8500 años BP) (LongTransMed)”. Ministerio de Ciencia y Tecnología, Dirección General de Investigación, Gobierno de España. HAR2013-46861-R (2014-2016) 2 Museu de Prehistòria de València. C/Corona, 36. 46003 València. begonya.soler@dival.es 1 13 Elementos de adorno malacológicos de la secuencia Solutrense de la Cova del Parpalló... 1. Antecedentes La Cova del Parpalló de Gandia, es uno de los yacimientos paleolíticos más emblemáticos y estudiados de la vertiente mediterránea peninsular. Excavado por Lluís Pericot entre los años 1929 y 1931, su importancia radica en la amplia secuencia cronológica que presenta –entre el Gravetiense y el Magdaleniense- y en la abundancia de restos arqueológicos ya sean líticos, óseos, plaquetas con arte, elementos de adorno, mala cofauna o fósiles. Es por esta razón que durante los últimos 80 años se han llevado a cabo múltiples publicaciones, desde las iniciales de Pericot (1942) o Vidal y López (1942, 1943, 1947) tesis doctorales como las de Fullola (1979) Aura (1988), Davidson, (1989), Jardón (2000) o Tiffagom (2006) o el trabajo monográfico sobre el estudio de las plaquetas y cantos de Villaverde (1994), entre otros. Y en este momento se continúa investigando sobre Parpalló, sobre diferentes aspectos de este yacimiento que parece inagotable. A la ventaja material que supone que el yacimiento haya sido excavado en su totalidad se une la desventaja de no tener ningún testigo de la secuencia que permita actualizar informaciones sobre el terreno. Hasta ahora solo se ha podido contar con las múltiples revisiones de la industria que ha intentado ajustar, a base de tecnología y tipología líticas, una de las secuencias de paleolítico más importante del Mediterráneo, así como algunas dataciones (Aura, 2007). Por lo que se refiere estrictamente al material malacológico y ornamental han sido varios los autores que han dedicado su atención a este tema. Juan Vilanova y Piera (1872) fue el primero que referenció las relaciones de intercambios con la costa que indicaban los restos malacológicos que encontró en su prospección del yacimiento: Lo singular de esta caverna es que en muchas leguas a la redonda no existe perdernal, una sustancia que debían buscar aquellos trogloditas, o tal vez recibían a cambio de otros productos, en las incipientes relaciones comerciales (…) puede decirse lo propio de las conchas marinas allí recogidas (Vilanova, 1893:481). Posteriormente, Vicent Sos Baynat (Viñes et al., 1942) realiza una clasificación de la fauna, en la que incluirá el estudio de cuatro bivalvos de Parpalló. En ese mismo año, Pericot incluye en la publicación de Parpalló (Pericot, 1942) la clasificación provisional de 1035 moluscos realizada por Manuel Vidal y López, quien 14 también ese año publica dos artículos más sobre los moluscos de Parpalló (Vidal, 1942). Al año siguiente revisa 1003 ejemplares y hace un estudio sistemático de los tipos y técnicas de perforación (Vidal y López, 1943). Pero su aportación definitiva al estudio de los restos malacológicos de Parpalló será publicada en 1947, donde clasifica 897 restos marinos y 110 continentales, a los que atribuye diversos usos tanto bromatológicos como ornamentales y de los que extrae conclusiones ambientales y paisajísticas (Vidal y López, 1947). Habrá que esperar a la década de los 80 del siglo XX para encontrar en la tesis doctoral de I. Davidson (Davidson, 1989: 185-186) una referencia a las especies identificadas por Vidal y López. Ya en 1990 realizamos, como trabajo de investigación de tercer ciclo, nuestro primer estudio sobre los restos ornamentales de esta cueva que abarcaban prácticamente toda la secuencia cronológica (Soler, 1990) y comenzamos nuestras primeras experimentaciones e investigaciones sobre cuestiones tecnológicas relacionadas, entre otros, con los restos de Parpalló (d’Errico et al., 1993). La excavación de la Cova del Parpalló se desarrolló entre los años 1929 y 1931. La secuencia solutrense se excavó en 1930 la que corresponde a los tramos entre 4 m y 7,25 m de profundidad y en 1931 la correspondiente al talud, capas 13 a 29. 2.- Material y métodos El conjunto arqueomalacológico de la Cova del Parpalló, está representado por más de 1000 restos entre fauna malacológica y restos ornamentales distribuidos en toda la secuencia paleolítica, como ya referenció Vidal y López (1947) En nuestro anterior trabajo (Soler, 1990) estudiamos un conjunto de 251 restos ornamentales, de los cuales sólo 173 correspondían a elementos sobre mala cofauna de niveles solutrenses. El que ahora presentamos reúne un total de 26o restos más de ornamento sobre malacofauna que no habían sido objeto de estudio desde el realizado por Vidal y López (1943), lo que supone la suma total de 433 restos solutrenses. En la Tabla 1 se detallan el número total de restos y la distribución de las especies a través de la secuencia, entre el inicio del Solutrense inferior y el Solutrense superior, de los dos conjuntos estudiados. Begoña Soler Mayor Realizaremos la valoración de este nuevo conjunto de manera aislada para, posteriormente, hacer una reflexión global contabilizando el número total, hasta el momento, de la secuencia solutrense. Para el análisis del conjunto solutrense hemos seguido la secuencia cronológica establecida por Pericot (1942), incorporando las actualizaciones posteriores de Fullola, (1979), Aura (1995) y Tiffagom (2006). La secuencia queda establecida de la siguiente manera: -Solutrense inferior/ Solutrense Inferior-Solutrense Medio (SI/SI-SM): corresponde a los niveles de Especies solutrense inferior, entre los 7,25 m y los 6,25 m de profundidad y las capas 28 y 29 del talud. -Solutrense Medio (SM): corresponde estrictamente a los elementos aparecidos en la secuencia del solutrense medio 5,25 y 6,25 m y las capas 24 a 27 del talud. -Solutrense Superior (SS): corresponde a los niveles del solutrense superior, 4,45-5,25 m y las capas 13 a 20. Un conjunto de 20 piezas procedentes de los 8-4 m, corresponden en su gran mayoría a la primera SI+SI-SM SM SS TOTAL SOLUTRENSE 14 36 90 140 Acanthocardia tuberculata 1 0 2 3 Cerastoderma edule 0 4 5 9 ESCAFÓPODOS Antalis sp. BIVALVOS Chlamyx sp. 0 0 3 3 Glycymeris sp. 1 1 2 4 Mytilus 0 0 1 1 Pecten jacobeus 4 0 19 23 Pecten maximus 0 0 7 7 Pecten sp. 6 0 13 19 Arcularia gibbosula 0 0 1 1 Cerithidae 0 0 1 1 Cyclope neritea 1 0 2 3 Euspira catena 0 0 1 1 Littorina obtusata 0 0 7 7 Melanopsis tricarinata 1 1 0 2 Nassarius gibbosulus 1 3 1 5 Nassarius mutabilis 0 21 4 25 Natica sp. 0 1 1 2 Nucella lapillus 2 60 31 93 GASTERÓPODOS Patella sp. 0 0 1 1 Patella vulgata 1 0 0 1 Semicassis vulgatus 0 0 1 1 Turritela sp. 0 2 0 2 Theodoxus fluviatilis 1 1 6 8 Trivia sp. 0 0 1 1 Escualos 0 1 1 2 Serpúlidos/ Vermétidos 10 55 0 65 Indeterminada 0 1 2 3 TOTAL 43 187 203 433 Tabla 1. Número total de restos. Especies representadas en la secuencia Solutrense de la Cova del Parpalló. 15 Elementos de adorno malacológicos de la secuencia Solutrense de la Cova del Parpalló... de las unidades SI-SM, y así se considera en este trabajo hasta completar la revisión del material de Parpalló. fragmento de húmero humano, que puede suponerse pertenece al mismo individuo. (Pericot, 1942). Son elementos que consideramos pudieron ser utilizados como objetos de adorno, bien como colgantes o sujetos a través del atado o cosido, o ser materia prima para su elaboración. Este sería el caso de los pectínidos puesto que aparecen a lo largo de toda la secuencia fragmentados y sin marcas de utilización antrópicas en su mayor parte, pero que creemos que en ningún caso tuvieron un uso alimenticio y sí ornamental (aquellos que presentan perforaciones) o, como ya sugiriera Pericot (1942), como recipientes o útiles. Cabría esperar que el material ornamental fuera más abundante o quizá tuviera una representación especialmente significativa, sin embargo lo que se documenta es un conjunto de veintitrés piezas, por tanto escaso, representado por diez fragmentos de Pecten sp. sin modificación antrópica observable, un Antalis sp., un Cyclope neritea perforada y con restos de colorante rojo, ocho gusanos (serpúlidos/vermétidos) y una Patella vulgata sin perforar. Escaso conjunto en cualquier caso que no aporta información sobre la identidad, especificidad o naturaleza de los restos allí enterrados. Tras la determinación de especies, hemos realizado un análisis detallado de los soportes, medidas, grado de alteración, adherencias de color, para seguir con un estudio detallado de las perforaciones mediante lupa binocular, en este caso marca Leica M165c, con iluminador de luz fría Leica KL 1600 LED y para el registro fotográfico hemos utilizado una cámara digital Canon PowerShot SX200 IS y una cámara Nikon D90. 3. El registro arqueológico y la secuencia Solutrense de Parpalló 3.1 Solutrense Inferior De este nivel no habíamos estudiado ningún resto anteriormente. Corresponde a los tramos entre 6,25 y 7,25 m de profundidad. Fueron excavados en 1930. Por debajo de ellos solo hay documentados dos fragmentos de Pecten sp. sin perforar atribuibles al contacto con el gravetiense dado que se encuentran entre los 7,50 y los 7,75 m. De estos niveles solutrenses iniciales destaca la aparición en el sector CE, entre 6,50 y 6,25 m, de varios restos humanos, en concreto un cráneo, un húmero y dos tibias correspondientes a un individuo femenino, de entre 17 y 18 años (Arsuaga et al., 2001:307-308). Aunque en el momento de la excavación no se reconoce, posteriormente estos restos se describen como posible enterramiento, así lo comenta el propio Pericot en su diario de excavación: Alrededor había numerosas piedras que es imposible decidir si acompañaban al cráneo, rodeándolo o cubriéndolo, aunque nos inclinamos por la negativa. La rebusca detenida de la tierra que lo rodeaba no produjo más que huesos animales, como de costumbre, y un solo 16 La pieza que llama más nuestra atención es la Patella vulgata (Fig. 3-5) puesto que su presencia en el registro paleolítico mediterráneo es muy escaso y esa mínima representación nos hace pensar que su recogida no debió tener un fin bromatológico como en períodos posteriores. En la secuencia solutrense hemos documentado dos, ésta sin perforar y sin marcas antrópicas y otra perforada en los momentos finales del solutrense. 3.2 Solutrense Inferior-Solutrense Medio Entre los embalajes originales de Pericot, encontramos 20 restos que se describen como hallados entre los 4 y los 8 metros de profundidad. Trece de ellos son Antalis sp., dos Nucella lapillus, así como un Theodoxus fluviatilis, un Nassarius gibbosulus, un Melanopsis tricarinata y dos gusanos –serpúlidos o vermétidos- Todos ellos son elementos que están presentes en toda la secuencia solutrense de Parpalló y que, a excepción de los gusanos, aparecen en casi todos los yacimientos paleolíticos de la secuencia mediterránea. Cabría destacar la presencia de Nucella lapillus desde el inicio de la secuencia solutrense. 3.3 Solutrense Medio Durante este período aumenta la representación de materiales relacionados con el ornamento, llegando a un total de 187 restos. Destaca especialmente, en este nuevo recuento, la presencia de 49 ejemplares de Nucella lapillus (Figs. 3-1 y 2), de los cuales 9 están sin perforar. Presentan perforación dorso-lateral, realizada por percusión indirecta en la mayor parte de los casos. Diez ejemplares presentan escasos restos de colorante rojo sobre su superficie. Aunque respecto al nú- Begoña Soler Mayor Figura 1. Solutrense superior. Nucella lapillus perforadas. 17 Elementos de adorno malacológicos de la secuencia Solutrense de la Cova del Parpalló... Figura 2. Solutrense superior: 1) Littorina littorea. 2) Theodoxus fluviatilis. 3) Theodoxus fluviatilis. 4) Cyclope neritea. 5)Euspira catena. 6) Pecten sp. perforado por rotación (¿). 7) Patella sp. perforada por percusión 8) Glycymeris sp. 18 Begoña Soler Mayor mero total de restos el porcentaje es importante, debemos pensar que todas ellas podrían forma parte de un solo conjunto, por ejemplo un collar podría utilizar un número de ejemplares similar. Estos elementos son representativos del importante porcentaje de gasterópodos que se contabiliza en este momento (Figs. 3 y 4) siendo el 39% del total del ornato. También es destacable la concentración de gusanos – serpúlidos o vermétidos– que alcanza una representación del 36% (Fig. 3.6 y 4) Estos elementos son moluscos marinos y pudieron haber sido recogidos en las playas al mismo tiempo que el resto de las especies. A la posibilidad de que sean vermétidos, moluscos gasterópodos de pequeño tamaño, se opone el que éstos suelen aparecer de forma gregaria en grandes concentraciones de individuos en forma de costra o incluso de pequeños arrecifes. En el caso de poder determinarse como serpúlidos, serían poliquetos, gusanos que viven en tubos calcáreos. Tanto si fueran serpúlidos como vermétidos, son accesibles en las zonas rocosas de las playas. Su morfología es muy similar a la de Antalis y algunos de ellos aparecieron tiznados de ocre. No nos parece extraño que pudieran formar parte del conjunto de ornamentos ya que simplemente con pasar un hilo se conforma fácilmente un collar. Su determinación y el por qué de su aparición en este momento concreto de la secuencia requerirá un análisis en mayor profundidad. 3.4 Solutrense superior Documentamos 115 elementos en esta nueva revisión, ascendiendo así el total a 203 restos. Aunque la presencia de gasterópodos sigue siendo mayoritaria, observamos un fuerte incremento de los bivalvos que pasan de un 3% en el solutrense medio a un 26% en este periodo. Esto es debido fundamentalmente a la fuerte presencia de restos de pectínidos, la mayor parte sin estigmas antrópicos. El resto de material está compuesto por Nucela lapillus, con 30 ejemplares (Fig. 1) -12 de ellos sin perforary Antalis sp. Quizá llama la atención en este conjunto la escasa presencia de los pequeños gasterópodos Cyclope y Theodoxus que aunque presentes en toda la secuencia, no resultan especialmente representados, y la escasez tanto de Glycymeris como de Cerastoderma. Es destacable, sin embargo, la presencia de una Patella sp. perforada, aparecida entre el material que presentamos ahora por primera vez (Fig. 2-7). Su importancia deriva de la escasa presencia de estas piezas -seis- en el conjunto de yacimientos del ámbito mediterráneo. Se documentan tres en el Magdaleniense del Cueva de Nerja (Málaga) (Aura et al., 2010; Jordá et al., 2010), una en niveles relacionables con el Badeguliense de la Cueva de Maltravieso (Cáceres) (Rodriguez et al., 2010), una en el Solutrense de Cueva Ambrosio (Avezuela y Álvarez, 2012) y otra en el de la Cova del Volcán del Faro (Cullera) (Soler et al., 2013). En el caso de Parpalló, se trata de un ejemplar muy rodado, con una importante alteración, pero con estigmas claros de perforación intencional. 4.- Identificación de los procesos técnicos: el origen de las perforaciones Del conjunto de 261 nuevos elementos que hemos estudiado pertenecientes a los niveles solutrenses, número total de restos, hay 34 elementos sin perforar, bien enteros o fragmentados (de estos no sabemos si pudieron haber perdido la perforación) y sin señales de preparación para la perforación (Tabla 2). La importancia de la determinación del tipo de perforaciones tiene dos razones fundamentales. En primer lugar conocer la destreza técnica, medios, gestos y útiles que los seres humanos utilizaron para la elaboración de estos objetos. Y en segundo lugar observar las especies seleccionadas, ya perforadas o no. La elección es la que nos está indicando sus preferencias ya sea por cuestiones estéticas, rituales, de género, de identidad o de simple curiosidad. Porque todo este trabajo nos debe llevar a la comprensión del comportamiento, no sólo tecnológico, sino también simbólico de estos grupos. 4.1 Los bivalvos El número de restos determinados como de perforación no antrópica es sólo de siete bivalvos. Ésta realidad viene dada por el escaso número de bivalvos completos que hemos podido analizar y de todos ellos la única pieza cuyo orificio pudiera ser de origen antrópico es un fragmento de valva de Pecten sp., (Fig. 2-6) que presenta restos de una posible perforación por rotación en la aurícula derecha. En los bivalvos, se ha observado que en muchas ocasiones se trata de perforaciones no antrópicas, (Fig. 2-8) relacionadas bien con la accción de otros animales sobre las cochas de estos moluscos, con la meteorización, tanatocenosis u otro tipo de alteraciones (Zilhão et al., 2010), aunque su funcionalidad como elemento de adorno debió ser la misma. 19 Elementos de adorno malacológicos de la secuencia Solutrense de la Cova del Parpalló... Especies No antrópica Sin perforar Fragmentos Rotación Percusión indirecta Presión interna indeterminada BIVALVOS Acanthocardia sp. 2 Cerastoderma edule 4 Chlamys sp. 1 Glycymeris sp. 2 4 5 2 4 Mytilus sp. 1 Pecten jacobeus 22 Pecten maximus 7 Pecten sp. 18 1 GASTERÓPODOS 1 Cerithium vulgatum 1 Cyclope neritea 1 Euspira catena Littorina obtusata 1 3 Melanopsis tricarinata 1 1 2 Nassarius mutabilis Nassarius gibbosulus 1 1 2 1 2 Natica sp. Nucella lapillus 1 24 4 55 4 Patella sp. Patella vulgata 1 1 1 Semicassis undulata Theodoxus fluviatilis 1 2 Tabla 2. Técnicas de perforación sobre los moluscos revisados para este estudio. 4.2 Los gasterópodos Es posible determinar el origen de las perforaciones sobre estas conchas a través del análisis mediante lupa binocular y microscopio, así como con el desarrollo de un programa experimental que permita registrar de manera sistemática las huellas de las acciones. Las acciones que hemos podido determinar sobre la superficie de las conchas han sido: • Percusión indirecta: con un percutor duro + elemento punzante de materia lítica, ósea o de asta. Se realiza desde la abertura de los gasterópodos. A esta técnica adscribiríamos la mayor parte de las Nucellas, Nassarius, Euspira así como Patella. La situación es dorso-lateral. Presentan en su mayoría orificios irregulares, con desconchados, microfracturas y estrías en la parte externa de la concha y sin ninguna alteración en su parte interna (Fig. 2). Algunas Nucellas presentan una estría (Fig. 3-1) que podría relacionarse con la técnica mixta de 20 serrado + presión que describe Pechaud (2012) para algunos yacimientos de la Dordoña francesa. Sin embargo, aunque en dos de las imágenes que muestra en su trabajo se reconoce la preparación de lo que denomina serrado, creemos que estas marcas podrían estar relacionadas con la sujeción de la pieza mediante un anudado, más que con la preparación del orificio. Además, esa técnica de perforación supone mucho más tiempo y destreza que la que requiere la percusión indirecta desde el interior del orifico. En nuestro caso el hecho de que sólo aparece un pequeño fragmento de la estría en un lado del orificio nos inclina a pensar más en una consecuencia de la percusión. • Presión: mediante elemento apuntado de piedra, hueso, asta o madera. Desde la abertura de los gasterópodos hacia el interior. La situación es dorsolateral opuesta a la abertura. Esta técnica se documenta en perforaciones sobre Theodoxus, Cyclope, Melanopsis o Littorina (Fig. 2). Begoña Soler Mayor Figura 3. Solutrense Medio: 1) Nucella lapillus con estrías de percusión. 2) Nucella lapillus. 3) Nassarius mutabilis. 4) Nassarius gibbosulus. 5) Patella vulgata. 6) Serpúlidos o Vermétidos. 7) Antalis sp. 21 Elementos de adorno malacológicos de la secuencia Solutrense de la Cova del Parpalló... Figura 4. Distribución de los soportes por periodos. Número de restos. 22 Begoña Soler Mayor Hemos de recordar que entre el material de Parpalló, en nuestro anterior trabajo, describimos una Natica millepuctata (Soler, 1990: 50) que presentaba dos claras marcas de abrasión sobre el dorso, sin llegar a producirse la perforación. En esta ocasión no hemos documentado nada similar, ni tan solo marcas de abrasión sobre ninguno de ellos. 4.3 Los escafópodos Todos ellos han sido clasificados como Antalis sp. debido al importante grado de alteración que presentan en general. Aunque la mayoría se encuentran fragmentados, no hemos encontrado un patrón de fracturación que muestre intencionalidad y sea repetitivo, aunque eso no obsta para que algunos de ellos lo fueran de forma intencionada. (Fig. 3). 5. Consideraciones y reflexiones finales Como ya refirieran tanto Pericot (1942) como Vidal y López (1947), lo que se observa tras el estudio de los elementos ornamentales, es que la representación de este tipo de material no es muy elevada si la comparamos con los números absolutos de industria lítica, plaquetas decoradas o hueso trabajado. Si contabilizamos el ornamento malacológico estudiado en 1990 y el que ahora presentamos podemos observar que el material ornamental de Parpalló en los niveles solutrenses está conformado por un total de 433 restos. Parpalló es un yacimiento que ha sufrido múltiples traslados del material por lo que no podemos tener la certeza de haber revisado todo el material solutrense, aunque creemos que sí la mayor parte. En todo caso, si exceptuamos Reclau Viver con sus más de 2000 ejemplares de Homalopoma sanguineum (Álvarez, 2004) – no se documenta en Parpalló-, el número de elementos estudiados en nuestro yacimiento supone el mayor repertorio de adorno solutrense recuperado en un yacimiento del Mediterráneo hasta el presente (Avezuela y Álvarez, 2012) con un total de 25 especies representadas entre moluscos marinos y dulceacuícolas, La investigación de este importante conjunto nos ha dado la oportunidad de abordar el análisis de los tipos de perforación con una mirada algo más amplia en lo tecnológico y nos ha llevado a iniciar un programa experimental que deberá permitirnos reconocer, con más precisión las diferentes técnicas utilizadas para perforar la malacofauna. Por otra parte, creemos que un porcentaje importante de los materiales que se utilizaron no necesitaron de ninguna preparación para la suspensión o el cosido. Tanto los bivalvos recogidos ya perforados como los gusanos y los Antalis así lo demuestran. Otra característica que se documenta de manera sistemática en este, y en casi todos los yacimientos paleolíticos del Mediterráneo, es la presencia tanto de elementos marinos como dulceacuícolas. Estos últimos se resumen prácticamente en las dos especies que aparecen en estos niveles: Theodoxus fluviatilis y Melanopsis tricarinata. Es interesante reflexionar también sobre el resto de elementos que componen el ornato no malacológico de esta nueva revisión que se reduce a varios dientes de ciervo perforados y un fragmento fósil de Glycymeris sp. no documentándose ni más dientes de escualo de los dos ya estudiados, ni más fósiles. Por lo que respecta al ocre, en la secuencia solutrense solo lo hemos detectado de forma indirecta a través de los restos en las piezas. Muchas de las conchas estaban tiznadas de restos de ocre rojo, pero no podemos saber con exactitud si se embadurnaron de forma voluntaria o fue un contacto a posteriori. En cualquier caso, y dada la existencia de plaquetas pintadas con este color, no es de extrañar que al menos algunos de estos objetos estuvieran impregnados, bien directamente o bien por el contacto con restos en el cuerpo de quienes los portaran. Hemos obviado en este trabajo el estudio de las posibles huellas de uso ya que éstas requieren de un análisis más detallado con microscopía que será desarrollado en una segunda fase. La representación de los soportes documentados concuerda con el resto de yacimientos del área mediterránea en la presencia mayoritaria de gasterópodos por encima de los bivalvos así como por la importancia del número de escafópodos. Al realizar la valoración del total del material solutrense (Tabla 1 y Fig. 4), observamos que los gasterópodos suponen el 30 % de los restos en el solutrense medio y el 40% en el superior; los gusanos (serpúlidos/vermétidos) que con un 35% tienen un importante presencia en el solutrense medio, desaparecen en el superior, mientras que por especies Antalis aumenta del 23% al 45 % siendo mayoritarios en el solutrense superior, seguidos de Nucella lapillus. 23 Elementos de adorno malacológicos de la secuencia Solutrense de la Cova del Parpalló... A la aparición de esta especie actualmente atlántica ya nos referimos en un trabajo anterior (Soler et al., 2013:177), pero dada la importante presencia que supone en los niveles solutrenses de Parpalló con más de 90 ejemplares, queremos incidir en ella. Nucella lapillus, es un molusco de la familia Muricidae. Es una especie común hoy en día en las aguas del Atlántico y no se encuentra en el Mediterráneo. El rango de temperaturas medias para la vida de esta especie oscila entre los 0º C (hielo) en que los individuos están inactivos y los 25ºC, ya que aunque en Canadá la temperatura máxima de supervivencia está en los 35ºC en las Islas Británicas a los 25ºC entran en coma (Crothers, 1985). La creencia de que esta especie era exclusivamente atlántica ha dado lugar a interpretar su presencia en yacimientos mediterráneos como el resultado de un intercambio entre los grupos humanos que habitaban esta zona con otros de procedencia o relaciones atlánticas. Aunque esta posibilidad no es descartable, y más en un yacimiento como Parpalló que podría servir como referente para la región mediterránea ibérica de lo que en otras regiones se ha denominado como ‘sitios de agregación’ (Conkey, 1980), creemos más plausible que su presencia sea debida al descenso de las temperaturas de las aguas del Mediterráneo durante el máximo glaciar, tal y como indican los datos obtenidos en los sondeos del mar de Alborán (Cacho et al., 2001), con temperaturas alrededor de 9ºC, aptas para el hábitat y reproducción de esta especie (Crothers, 1985). Podemos añadir que la presencia de esta especie en Parpalló se suma a la de yacimientos como Volcán del Faro (Cullera, Valencia), Coves de Santa Maira (Castell de Castells, Alicante) o Cova del Comte (Pedreguer, Alicante) así como a la presencia de otras especies de condiciones frías como Littorina obtusata. Sin duda Parpalló sigue siendo un yacimiento clave para el estudio del Solutrense mediterráneo y los objetos de adorno así lo corroboran. Pero a pesar del elevado número de piezas somos conscientes de que no podemos adentrarnos en el valor que estos grupos humanos dieron a estos elementos, sus restos materiales no son suficientes para explicarnos la realidad de su significado: quien los hizo, cómo y para qué los usaron o que querían expresar con ellos. leolítico Superior en Europa occidental. Cypsela 14, 43-54. Arsuaga, J. L., Martínez, I., Villaverde, V., Lorenzo, C., Quam, R., Carretero, J. M., Gracia, A., 2001. Fósiles humanos del País Valenciano. En: Villaverde, V. (Ed.) De Neandertales a Cromañones. El inicio del poblamiento humano en tierras valencianas. Universitat de València, València, 265-322. Aura Tortosa, J.E., 1995. El Magdaleniense mediterráneo, la Cova del Parpalló (Gandia, Valencia). Serie de Trabajos Varios, 91. Servicio de Investigación Prehistórica, Valencia. 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PNAS 107 (3), 1023–1028. 25 Análisis de los moluscos continentales del Paleolítico Superior y del Epipaleolítico de la Cueva de Nerja (Sala de la Mina), Málaga, España María Teresa Aparicio1, Esteban Álvarez Fernández 2, Jesús Francisco Jordá Pardo3, Bárbara Avezuela Aristu3, Joan Emili Aura Tortosa4 Resumen Las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo por el Profesor Francisco Jordá Cerdá en la Sala de la Mina de la cueva de Nerja (Málaga) han posibilitado la documentación de 19 niveles con abundantes restos malacológicos datados a finales del Pleistoceno superior y comienzos del Holoceno. En este trabajo presentamos el estudio de los restos de moluscos terrestres y dulceacuícolas documentados en los niveles del Paleolítico superior-Epipaleolítico (niveles NM19 a NM13). De los 11 taxones de gasterópodos terrestres, la especie dominante es Sphincterochila cariosula hispanica (Westerlund 1886). Los demás, ordenados por su abundancia de mayor a menor, son: Iberus gualtieranus (Linnaeus 1758) morfo marmoratus, Iberus gualtieranus morfo alonensis, Rumina decollata (Linnaeus 1758), Caracollina lenticula (Michaud 1831), Xerotricha madritensis (Rambur 1868), Ferussacia follicula (Gmelin 1791), Testacella haliotidea Draparnaud 1801 y Cochlicella barbara (Linnaeus 1758). Los taxones dulceacuícolas encontrados son Melanopsis praemorsa (Linnaeus 1758), el más abundante, y Theodoxus fluviatilis (Linnaeus 1758), con un solo ejemplar. La presencia de los tres taxones de mayor tamaño (Iberus gualtieranus morfo alonensis, Iberus gualtieranus morfo marmoratus y Sphincterochila cariosula hispanica), sería consecuencia de su utilización como alimento por el ser humano. Las demás especies habrían llegado hasta la cueva de forma fortuita. De los patrones de abundancia de estas especies por niveles de antigüedad se deduce que se produjeron tres cambios del patrón alimenticio, quizá asociados a la variación de la distancia entre el yacimiento y la costa consecuencia de la alternancia de periodos fríos y cálidos indicados en la cronoestratigrafía. Palabras clave: Gasterópodos terrestres, moluscos dulceacuícolas, Paleolítico superior-Epipaleolítico, Arqueomalacología, conchero, sur de la Península Ibérica. Departamento de Biodiversidad y Biología Evolutiva. Museo Nacional de Ciencias Naturales. C. José Gutiérrez Abascal 2, E-28006 Madrid. teresa@mncn.csic.es 2 Departamento de Prehistoria, Hª Antigua y Arqueología, Universidad de Salamanca. Facultad de Geografía e Historia. C. Cerrada de Serranos S/N, E-37002 Salamanca. estebanalfer@hotmail.com 3 Laboratorio de Estudios Paleolíticos. Departamento de Prehistoria y Arqueología, Facultad de Geografía e Historia. UNED. Ciudad Universitaria. C. Senda del Rey 7. E-28040 Madrid. jjorda@geo.uned.es; barbara@bec.uned.es 4 Departament de Prehistòria i Arqueologia. Universitat de València. Avda. Blasco Ibáñez 28, E-46010 Valencia. jeaura @uv.es 1 27 Abstract Archaeological excavations carried out by Professor Francisco Jordá Cerda in Mina Chamber, or Sala de la Mina, in Nerja Cave (Malaga) succeeded in documenting 19 levels with abundant malacological remains dated in the Late Upper Pleistocene and Early Holocene. he terrestrial and freshwater molluscs found in the Upper PalaeolithicEpipalaeolithic levels (Levels NM19 to NM13) are studied here. Of the 11 terrestrial gastropod taxa, the most common species is Sphincterochila cariosula hispanica (Westerlund 1886). he others, ordered from most to least abundant, are Iberus gualtieranus (Linnaeus 1758) morfo marmoratus, Iberus gualtieranus morfo alonensis, Rumina decollata (Linnaeus 1758), Caracollina lenticula (Michaud 1831), Xerotricha madritensis (Rambur 1868), Ferussacia follicula (Gmelin 1791), Testacella haliotidea (Draparnaud 1801) and Cochlicella barbara (Linnaeus 1758). he freshwater taxa are Melanopsis praemorsa (Linnaeus 1758), which is the most frequent, and heodoxus luviatilis (Linnaeus 1758), of which only a single specimen has been documented. he presence of the three largest taxa Iberus gualtieranus morfo alonensis, Iberus gualtieranus morfo marmoratus and Sphincterochila cariosula hispanica, would be a consequence of their consumption by the human groups. he other species would have reached the cave accidentaly. he frequency patterns of these species in the diferent levels suggest that three changes occurred in the alimentary pattern, possibly in connection with variations in the distance between the site and the coast owing to the alternating cold and warm periods indicated by the chronostratigraphy. Keywords: Terrestrial gastropods, freshwater molluscs, Upper Palaeolithic-Epipalaeolithic, Archaeo-malacology, shell-midden, southern Iberian Peninsula. Mª Teresa Aparicio, Esteban Álvarez-Fernández, Jesús Francisco Jordá-Pardo... 1. Introducción La cueva de Nerja está situada en la Ladera del Águila, en el sur de la Sierra de Almijara, en el término municipal de Nerja, en la provincia de Málaga (España). Su entrada está a una altitud de 158 metros sobre el nivel del mar, y dista del mismo, en la actualidad, alrededor de un kilómetro. Geológicamente es una cavidad kárstica que se desarrolló sobre los mármoles dolomíticos de edad triásica de las montañas de Almijara ( Jordá Pardo et al., 2003, 2009, 2010 y 2011a y b). Los depósitos arqueológicos están situados en las salas más próximas a la antigua entrada de la cueva (sa- las externas), ocupando una pequeña zona de la misma (Fig. 1). Hasta el momento se han estudiado materiales procedentes de tres de estas salas, Sala del Vestíbulo, excavada por Francisco Jordá Cerdá; Sala de la Torca, excavada por Manuel Pellicer Catalán; y Sala de la Mina, excavada por ambos, Manuel Pellicer Catalán y Francisco Jordá Cerdá ( Jordá Pardo et al., 1990). Durante la ocupación humana estas salas formaban un gran refugio rocoso, aunque en el presente están parcialmente rellenas de sedimentos. Presentan una importante serie estratigráfica que comprende desde el Pleistoceno superior hasta el Holoceno medio ( Jordá Pardo et al., 1990; Villalba et al., 2007) (Fig. 2). La Cueva de Nerja posee una de las colecciones más abundantes de gaste- Figura 1. Plano de la situación de las salas externas en la Cueva de Nerja y de los sectores excavados. Se indica en rojo la sala de procedencia de los materiales estudiados en este trabajo. 29 Análisis de los moluscos continentales del Paleolítico Superior y del Epipaleolítico... Figura 2. Cronoestratigrafía de las Salas del Vestíbulo y de la Mina de Cueva de Nerja (según Jordá et al, 2003; 2009). Se enmarcan en rojo los niveles de procedencia de los materiales estudiados en este trabajo. 30 Mª Teresa Aparicio, Esteban Álvarez-Fernández, Jesús Francisco Jordá-Pardo... rópodos continentales de Europa ( Jordá Pardo et al., 2003; Jordá Pardo et al., 2011a) Los yacimientos con concheros de moluscos terrestres están ampliamente distribuidos por todo el planeta, especialmente alrededor del Mediterráneo y también en el Atlántico. Sin embargo, están escasamente estudiados cuando se comparan con los yacimientos costeros de conchas marinas (Lubell, 2004a y 2004b; Gutiérrez-Zugasti, 2009). No obstante, estas evidencias bioarqueológicas aportan importantes datos para evaluar una serie de parámetros como la estacionalidad, el sedentarismo, el espectro dietético de los cazadores-recolectores y sus sistemas de subsistencia (Taylor et al., 2011). También aportan valiosa información biogeográfica, bioclimática y medioambiental (Bar-Yosef, 2005). Existen claras evidencias de la utilización de los caracoles terrestres en la dieta humana en diversos yacimientos del área mediterránea (Lubell y Barton, 2011) y recientemente se está dedicando atención a la problemática planteada a cerca de las causas de la formación de los concheros de gasterópodos terrestres en los depósitos arqueológicos de finales del Pleistoceno y del Holoceno, (Fernández-López de Pablo et al., 2011; 2014). La información es diversa, y por esta razón resulta interesante considerar si todos o algunos de los restos de moluscos encontrados, son intrusivos y fueron acumulados por procesos tafonómicos, o transportados por depredadores no humanos. En el presente trabajo presentamos el estudio de de las conchas de moluscos terrestres y dulceacuícolas provenientes de las excavaciones realizadas por el profesor Francisco Jordá Cerdá en la Sala de la Niveles m excavados 3 Mina de la cueva de Nerja, procedentes del Paleolítico superior-Epipaleolítico, de los niveles NM13 a NM19. 2. Material y métodos El profesor Francisco Jordá Cerdá realizó excavaciones arqueológicas en la Sala de la Mina, entre los años 1979 y 1987, documentando 19 niveles con abundantes restos malacológicos, provenientes de finales del Pleistoceno superior y comienzos del Holoceno (Fig. 2) (Jordá Pardo et al., 1990). En este estudio analizamos los moluscos de los niveles del NM13 al NM19 del Paleolítico superior - Epipaleolítico, cuya datación es la siguiente: el Nivel NM13 (12.990 -11.360 cal BP), Niveles NM16NM14 (14.920-13.570 cal BP) y Niveles NM19-NM 17 antes 18.800 BP (Fig. 2) (Jordá Pardo y Aura Tortosa, 2008). Fueron excavados un total de 12,01 m3. El material arqueológico después de cribado en la excavación, fue triado y separado en el Departamento de Prehistoria de la Universidad de Salamanca y posteriormente estudiado en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN). Para la identificación taxonómica se han utilizado los trabajos de Ruiz et al. (2007) y Welter-Schultes (2012). El número mínimo de individuos (NMI) fue determinado siguiendo la metodología de Moreno-Nuño (1994). Asimismo se han determinado el número de restos (NR) siguiendo la misma metodología, y el número de fragmentos (NF), que son aquellos restos de moluscos que no forman parte del NMI. 3. Resultados En la Tabla 1 se indican los resultados de los restos de moluscos analizados en conjunto, en los siete niveles considerados. El NMI (número mínimo de individuos) MN13 MN14 MN15 MN16 MN17 MN18 MN19 Total 1,74 2,24 2,165 3,75 0,675 1,14 0,3 12,01 NMI 379 232 262 440 312 195 24 1844 Nº de restos (NR = NMI+ NF) 1335 627 840 1913 1643 1247 67 7672 Número de fragmentos (NF) 956 395 578 1473 1331 1052 43 5828 217,82 103,57 121,02 117,33 462,22 171,05 80 153,54 549,43 176,34 266,97 392,8 1971,85 922,81 143,33 485,26 767,24 279,91 387,99 510,13 2434,07 1093,86 223,33 638,80 NMI x m x 100 NR 28,39 37,00 31,19 23,00 18,99 15,64 35,82 24,03 NF x m x 100 NR 71,61 63,00 68,81 77,00 81,01 84,36 64,18 75,96 NMI x m3 NF x m 3 NR (NMI + NF) x m 3 3 3 Tabla 1. Restos de moluscos analizados en la Sala de la Mina de la Cueva de Nerja (Niveles NM13 a NM19). 31 Análisis de los moluscos continentales del Paleolítico Superior y del Epipaleolítico... Niveles MN13 MN14 MN15 MN16 MN17 MN18 MN19 Total 1,74 2,24 2,165 3,75 0,675 1,14 0,3 12,01 Iberus gualtieranus (Linnaeus 1758) morfo alonensis 78 21 27 40 71 80 12 329 17,84 Iberus gualtieranus (Linnaeus, 1758) morfo marmoratus 39 27 21 88 102 51 4 332 18 Sphincterochila cariosula hispanica (Westerlund 1886) 191 100 141 235 104 51 5 827 44,85 Rumina decollata (Linnaeus 1758) 39 24 21 29 26 9 2 150 8,13 Caracollina lenticula (Michaud 1831) 8 4 6 1 19 1,03 Xerotricha madritensis (Rambur 1868) 7 2 1 2 13 0,7 Testacella haliotidea Draparnaud 1801 1 1 0,05 Coclicella barbara (Linnaeus 1758) 1 1 0,05 1 0,05 17 0,92 1 0,05 150 8,13 3 0,16 m3 excavados % Moluscos terrestres 1 Ferussacia follicula (Gmelin 1791) Helicellino sp1 1 2 Helicellino sp2 2 1 2 6 4 1 Moluscos dulceacuícolas Melanopsis praemorsa (Linnaeus 1758) 13 50 Theodoxus fluviatilis (Linnaeus 1758) Total 379 232 43 41 1 2 262 440 2 312 1 195 24 1844 Tabla 2. NMI de los taxones encontrados en la Sala de la Mina de Nerja, en los niveles NM13 al NM19. de todos los taxones en los niveles NM13 a NM19 es de 1844. Asimismo se indican el número de restos, NR=7,67; el NR/m3= 638,80 y el total de ejemplares por m3 respecto al NR (24,03%), así como el NF, NMI /m3, NF/m3 y sus porcentajes. En la Tabla 2 se indica el NMI de los 13 taxones de moluscos continentales que hemos podido identificar en la Sala de la Mina, donde 11 especies son de gasterópodos terrestres, y dos especies de gasterópodos dulceacuícolas. La especie dominante es Sphincterochila cariosula hispanica, cuya abundancia está cercana a la mitad de todos los NMI contabilizados en este estudio. Las especies que le siguen con mayor frecuencia son Iberus gualtieranus morfo marmoratus e Iberus gualtieranus morfo alonensis. A continuación Rumina decollata igualada con el gasterópodo dulceacuícola, Melanopsis praemorsa. El resto de taxones presentan una abundancia muy inferior, estando algunos representados únicamente por un ejemplar, como Testacella 32 haliotidea, Cochlicella barbara y Ferussacia follicula. En la Fig. 3 se representan las especies identificadas en este yacimiento. Tres especies de gasterópodos terrestres son las de mayor tamaño y las más abundantes (Tabla 2 y 3), Iberus gualtieranus morfo alonensis, Iberus gualtieranus morfo marmoratus, y Sphincterochila cariosula hispanica. Estas tres especies, conjuntamente, representan el 80,7% del total de NMI. Las medidas de la altura y la anchura de estas tres especies (Tabla 3) están dentro del rango de variación que presentan los ejemplares de las mismas en la actualidad. Rumina decollata, Caracollina lenticula y Xerotricha madritensis poseen un tamaño más pequeño (diámetro mayor de la concha entre 6 y 10 mm). Con un sólo ejemplar aparecen Testacella haliotidea, Cochlicella barbara y Ferussacia follicula, que también Mª Teresa Aparicio, Esteban Álvarez-Fernández, Jesús Francisco Jordá-Pardo... Figura 3. Especies identificadas en la Sala de la Mina de la Cueva de Nerja. 1.- Iberus gualtieranus morfo alonensis. 2.- Iberus gualtieranus morfo marmoratus. 3.- Sphincterochila cariosula hispanica. 4.- Rumina decollata. 5.- Cochlicella barbara. 6.- Ferussacia follicula. 7.- Caracollina lenticula. 8.- Xerotricha madritensis. 9.- Testacella haliotidea.10.- Melanopsis praemorsa. 11.- Theodoxus fluviatilis. 33 Análisis de los moluscos continentales del Paleolítico Superior y del Epipaleolítico... Sphincterochila cariosula hispanica Anchura Altura 175 175 Nº de ejemplares Media aritmética 16,34 10,68 Maximo 18,91 12,68 Mínimo 13,95 8,89 Desviación estandar 1,0021 0,8205 Iberus gualtieranus morfo alonensis Anchura Altura Nº de ejemplares 41 41 Media aritmética 38,002 27,43 Maximo 48,14 32,59 Mínimo 31,5 21,68 Desviación estandar 3,59 2,71 Anchura Altura Iberus gualtieranus morfo marmoratus Nº de ejemplares 45 45 Media aritmética 20,46 11,71 Maximo 24,75 14,24 Mínimo 13,28 9,29 Desviación estandar 1,91 1,03 Tabla 3. Morfometría de las tres especies de mayor tamaño encontradas en la Sala de la Mina de la Cueva de Nerja. son de pequeño tamaño (ente 7 y 10 mm de altura, las dos últimas). Testacella haliotidea presenta una concha reducida de 4,5 mm. No hemos podido llegar a nivel de especie en los taxones que hemos denominado Helicella sp1 y Helicella sp2, dado que las especies de este género se determinan por los caracteres del aparato genital del que carecemos. Son de pequeño tamaño (diámetro mayor de la concha entre 4 y 8 mm) y representan tan sólo el 0,92% y 0,05%, respectivamente. Las especies dulceacuícolas encontradas son dos: 1.Melanopsis praemorsa que representa el 8,13% y su altura oscila entre 8 y 12 mm. Algunas de sus conchas aparecen afectadas por el fuego. 2.- Theodoxus fluviatilis que tan sólo representa el 0,16% y su tamaño es de unos 6 mm. El único ejemplar encontrado no presenta signos de manipulación antrópica, no está perforado, aunque sus conchas se han utilizado frecuentemente como adornocolgante, incluso en otros niveles del mismo yacimiento (Jordá Pardo et al., 2010). Las especies Iberus gualtieranus morfo marmoratus y Sphincterochila cariosula hispanica presentan, en este 34 yacimiento, un tipo de roturas que pudieran haber sido realizadas por depredación por animales, con una frecuencia del 17,21%. Estas roturas tienen distintas morfologías, que podemos asimilar a tres tipos: 1.- la rotura desde el ápice, con la destrucción subsiguiente de la concha, que a veces afecta a una buena parte de la misma. Este tipo de alteración tafonómica ya ha sido descrita en la literatura (Aparicio, 2004). 2.- En la zona de la periferia de la concha, rotura que permite acceder al musculo columelar, romper este y liberar el animal permitiendo su salida fuera. 3.- Rotura del ápice y de la parte lateral de la concha al mismo tiempo (Fig. 4). Con el objetivo de comparar la malacofauna entre los distintos niveles estratigráficos, hemos calculado el NMI/m3, representados en la Fig. 5. En ella distinguimos tres patrones: 1.- el representado por los niveles NM19, NM18 y NM17, con una mayor abundancia de las tres especies de mayor tamaño, en una composición de taxones similar y creciente del nivel más antiguo al más moderno; 2- el representado por los niveles NM16, NM15 y NM14, dónde la abundancia de las especies de gasterópodos de mayor tamaño disminuye significativamente, a excepción de la Sphincterochila cariosula hispanica; 3.- el representado por el nivel Mª Teresa Aparicio, Esteban Álvarez-Fernández, Jesús Francisco Jordá-Pardo... Figura 4. Roturas causadas, posiblemente, por animales. 1- tipo 1 producida desde el ápice con la destrucción de parte de la concha, en 2 ejemplares de Sphincterochila cariosula hispanica.2- tipo 2, en la periferia de la concha de 4 ejemplares de Sphincterochila cariosula hispanica. 3- tipo 3, con afectación desde el ápice y el lateral de la concha, en 2 ejemplares de Sphincterochila cariosula hispanica. 4- tipo 1 en dos ejemplares de Iberus gualtieranus morfo alonensis. 5- tipo 3 en la misma especie. 35 36 Análisis de los moluscos continentales del Paleolítico Superior y del Epipaleolítico... Figura 5. Representación gráfica del NMI/m3 de cada especie en los distintos niveles estratigráficos de la Sala de la Mina de la Cueva de Nerja. Mª Teresa Aparicio, Esteban Álvarez-Fernández, Jesús Francisco Jordá-Pardo... Figura 6. Representación gráfica de la abundancia total (sin distinguir taxones) de NMI/m3 de los moluscos continentales y de los moluscos marinos en los distintos niveles estratigráficos de la Sala de la Mina de la Cueva de Nerja. NM13 dónde aumenta algo la abundancia de Iberus gualtieranus morfo alonensis, Sphincterochila cariosula hispanica crece de nuevo en NMI y las demás especies mantienen su presencia aunque en menor número. En la Fig. 6 está representada la abundancia de los moluscos continentales, en número total de ejemplares sin distinguir taxones, así como la de los moluscos marinos, igualmente en números totales sin distinguir taxones. Observamos tres patrones similares a los que se acaban de describir. El primer patrón que comprendería los niveles NM19, NM18 y NM17 dónde la presencia de los moluscos marinos es testimonial. El segundo patrón que incluye los niveles NM16, NM17 y NM18, donde el MNI de los moluscos marinos es mayor y disminuyen en número los moluscos continentales, y por último el nivel NM13 donde el NMI de los moluscos marinos aumenta considerablemente. 4. Discusión y conclusiones La presencia de los tres taxones de mayor tamaño (Iberus gualtieranus morfo alonensis, Iberus gualtieranus morfo marmoratus y Sphincterochila cariosula hispanica), sería consecuencia de su utilización como alimento por el ser humano. Su tamaño, abundancia, aportación como nutriente y presencia en asociación directa con otros restos introducidos en la cueva con fines alimenticios, son argumentos en los que se apoya esta interpretación, de manera similar a lo señalado en otros concheros circunmediterráneos y atlánticos (Lubell 2004a, 2004b; Lubell y Barton, 2011; Gutiérrez-Zugasti, 2011, FernándezLópez de Pablo et al., 2011, 2014). Sphincterochila cariosula hispanica, especie claramente mediterránea (endémica de la zona costera de Málaga en Andalucía), tiene una concha algo más robusta que las demás especies terrestres aquí analizadas, carácter que le confiere una ventaja favoreciendo su fosilización diferencial. Este hecho explicaría su mayor abundancia en la cueva, por encima de las dos especies del género Iberus. Desafortunadamente, tenemos escasa información sobre las causas de las roturas de las conchas. No hay que descartar que pudieran haberse producido por depredadores, aunque no se pueda precisar el animal que las ha provocado. En la literatura hay descritas roturas similares a las encontradas en este yacimiento producidas por roedores (Cadé, 1999; Yusa et al., 2000; Allen, 2004; Rosin et al., 2011), por lo que pudieran haber sido producidas por estos 37 Análisis de los moluscos continentales del Paleolítico Superior y del Epipaleolítico... animales. También hay descritas en la literatura roturas producidas por aves que podrían confundirse con las de los roedores (Yanes et al., 1991; Aparicio, 2004), por lo que sería deseable poder reconocer el depredador que las ha producido. Exceptuando los tres taxones de mayor tamaño, las demás especies de gasterópodos terrestres habrían llegado a la cueva de forma fortuita. Su abundancia y tamaño, sensiblemente inferiores, así lo indicarían. Pudieron llegar fácilmente adheridas a otros alimentos, combustibles u objetos. En cuanto a las especies dulceacuícolas, la única concha de Theodoxus fluviatilis hallada en los niveles considerados, no presenta manipulación antrópica, aunque pudiera servir de materia prima de reserva para su posterior transformación en objeto de adorno-colgante. Sin embargo Melanopsis praemorsa presenta una abundancia que merece consideración. Los taxones de la familia Melanosisdae tienen, en la actualidad, una distribución disyunta: por un lado viven en Nueva Zelanda y en Nueva Caledonia y por otra en el Mediterráneo. Son unos moluscos antiguos, en esta región aparecen al menos desde el Neógeno (Glaubrecht, 2000). En nuestras latitudes, las formas que encontramos, pertenecerían a una especie altamente polimórfica con numerosas subespecies que presentan una distribución circunmediterránea (Glaubrecht, 2000). En España esta especie está documentada en el Levante y en la zona mediterránea de Andalucía. Jordá Pardo et al. (2011a), en la Sala del Vestíbulo, donde también encuentran este taxón (con el nombre de M. laevigata), indican que quizá llegara hasta allí adherida a las algas, introducida accidentalmente por las actividades humanas. Fernández-López de Pablo et al., (2011), encuentra asimismo cantidades significativas de Melanopsis tricarinata tricarinata (probablemente la misma especie que nosotros consideramos), en el yacimiento del Arenal de la Virgen, sugiriendo su introducción selectiva por el hombre en el mismo. Carecemos de evidencias, como la presencia de conchas perforadas, que sugieran su utilización con motivo ornamental. Pudiera ser que por su tamaño, ni grande para servir de alimento, ni pequeño para ser ignorada, tamaño de la pinza de nuestra mano (entre 8 y 12 mm), pudiera haber sido quizá utilizada como un sistema de ficha o pieza para realizar conteos. Aparecen algunas conchas quemadas, quizá porque estaban siendo utilizadas cerca de los hogares, en las áreas específicas, de mayor actividad, habitadas por los grupos humanos. Además las conchas de Melanopsis praemorsa tienen una dureza/ 38 resistencia que permite una reiterada manipulación antrópica. En el primero los tres patrones señalados en la figura 5 (niveles NM19, NM18 y NM17), se aprecia la mayor abundancia de las tres especies de mayor tamaño, con las variaciones ya señaladas. Teniendo en cuenta que la presencia de estas tres especies en el yacimiento son consecuencia de un aporte antrópico, vendría a indicar que los habitantes de la cueva formaron un “conchero” con los caracoles que se comían. La abundancia de las mismas indica también que las condiciones climáticas en estos tres niveles no pudieron ser muy frías, porque el hielo constituye un factor limitante para la vida de las dos especies de Iberus y de Sphincterochila cariosula hispanica. En los tres niveles que marcan el segundo patrón (niveles NM16, NM15 y NM14) la disminución en la abundancia de los dos taxones de Iberus sugiere un cambio en el patrón alimenticio, indicando posiblemente la disminución de su consumo. También esta disminución podría ser consecuencia de un cambio en las condiciones climáticas con unas características menos favorables para el desarrollo de las especies de Iberus, aunque la presencia y abundancia de Sphincterochila cariosula hispanica nos marcaría unas condiciones climáticas templadas. Por último, en el tercer patrón, (nivel NM13, Fig. 5), las variaciones en las abundancias de Iberus gualtieranus morfo alonensis y de Sphincterochila cariosula hispanica, y las de las demás especies, sugieren un nuevo cambio de patrón alimenticio o del aporte a la cavidad en el área muestreada. Los tres patrones ya indicados en la Fig. 6 parecen apoyar también un cambio de patrón alimentario, pero además sugieren un patrón alternativo. En los niveles más antiguos habría un predominio de consumo de moluscos continentales sustituido posteriormente, en los niveles más recientes por el predominio del consumo de moluscos marinos. En el nivel NM16 los habitantes de la cueva habrían empezado a consumir los moluscos marinos de forma conspicua en detrimento del consumo de los continentales, cambio que se intensificaría en el nivel NM13, en favor de los moluscos marinos. Estos cambios en los conjuntos de malacofauna continental pudieron ser indicativos, indirectamente, de los cambios en la posición de la línea de costa y la distancia entre la cueva y el mar. Está bien documentado que esta distancia ha variado conside- Mª Teresa Aparicio, Esteban Álvarez-Fernández, Jesús Francisco Jordá-Pardo... rablemente en el pasado ( Jordá Pardo et al., 2009; 2011b), dependiendo de los periodos fríos y cálidos indicados en la cronoestratigrafía. Posiblemente en los niveles NM19, NM18 y NM17, la distancia hasta el mar desde la cueva, fuera lo suficientemente grande como para dificultar el traslado de los moluscos marinos hasta la misma, favoreciéndose así el consumo y almacenamiento de los moluscos terrestres más próximos. La distancia que separa los yacimientos de la línea de costa ha sido sugerida igualmente para explicar la escasez de marisqueo en yacimientos como la Cueva del Caballo y de la Cueva del Algarrobo (Martínez, 1997) en la zona mediterránea. En el nivel NM16 se habría producido un acercamiento del nivel del mar a la cueva, facilitando el trasporte de las conchas marinas, patrón que se mantendría en los niveles NM15 y NM14. Por último, en el nivel NM13, la distancia de la cueva hasta el mar se habría reducido nuevamente, permitiendo el aumento masivo del transporte de las conchas marinas hasta el yacimiento. En el futuro, una evaluación completa del uso de la malacofauna continental debería tener en cuenta los datos obtenidos en todas las salas, valorando así patrones diacrónicos generales y rasgos particulares vinculados a las diversas ocupaciones. Agradecimientos A José Alberto Paz de la Flor por su colaboración con las medidas, las tablas y las fotos; a Jesús Muñoz por la realización de las fotos y a Alfonso Nombela por la preparación de las figuras. Las tres personas del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid. Bibliografía Allen, J.A., 2004. Avian and Mammalian predators of terrestrial gastropods. En: Barker G.M. (Ed.), Natural Enemies of Terrestrial Molluscs. Cabi Publishing, New York, 1-36. Aparicio, M.T., 2004. Los moluscos terrestres del yacimiento de Kanpanoste (Álava). En: Cava, A. (ed.), La ocupación prehistórica de Kanpanoste en el contexto de los cazadores-recolectores del Mesolítico. Memorias de Yacimientos Alaveses, Diputación Foral de Álava, Vitoria-Gasteiz, 153-157. Bar-Yosef Mayer, D.E., 2005. An Introduction to Archaeomalacology. Proceedings of 9th ICAZ Conference. Archaeomalacology: Molluscs in former environments of human behaviour (Durham 2002). Oxbow books, Oxford, 1-4. Cadée, G.C., 1999. 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Los resultados más destacables son los que permiten interpretar las variaciones en la densidad y riqueza de gasterópodos en los niveles arqueológicos en términos de cambios en la ocupación de la estación arqueológica. Palabras clave: Gasterópodos continentales, yacimiento arqueológico, reconstrucción ambiental, Holoceno, Cantabria, Asón, Miera. Abstract This paper studies the potential of palaeo-ecological interpretations resulting from the analysis of large assemblages of terrestrial gastropod shells found in archaeological excavations, a type of analysis that is becoming increasingly common in research projects. Certain conclusions are described for several malacofaunal assemblages retrieved in archaeological deposits, based mainly on the natural environments of the species. Most of the results used in this paper come from excavations at Holocene sites in two Cantabrian valleys, the Asón and the Miera. The main conclusion is that the variations in density and abundance of gastropods in archaeological levels can be interpreted in terms of changes in the occupation of the archaeological site. Keywords: Terrestrial gastropods, archaeological site, environmental reconstruction, Holocene, Cantabria, Asón, Miera. 1 GEIS C/R. Grupo de exploraciones e investigaciones subterráneas Carballo Raba. C/ Alcalde Arche s/n. Bajos municipales Muriedas. Camargo. Cantabria. Mail: jesuscc70@gmail.com. 43 Gasterópodos continentales en yacimientos arqueológicos de los valles Asón... 1. Introducción Se pueden diferenciar tres enfoques en los trabajos sobre los gasterópodos continentales: a) Análisis económico: puesto que algunas especies de gasterópodos sirvieron de alimento a los grupos humanos que formaron los yacimientos arqueológicos (por ejemplo Gutiérrez Zugasti, 2009, Fig. 1; Ruiz Cobo et al., 1999), estas tienen cierto peso en la economía y pueden establecerse las áreas de recogida, los momentos del año, las áreas y dinámicas de recolección, etc. b) Estudios tafonómicos. La presencia de especies en contextos arqueológicos determinados, permite obtener conclusiones sobre la integridad y los tipos de alteración sufridos por los registros sedimentarios. Este sería el caso de Cornu aspersum, o Potamopyrgus antipodarum que sabemos han colonizado la región a partir de un momento concreto de la historia por lo que su presencia en una fase muy anterior debe ser explicada (Aparicio 2001; Soler et al., 2006). Otra cuestión de la que pueden derivarse conclusiones de interés es la aparición de especies con perfiles ecológicos muy estrictos, concretamente termófilas, en niveles asignados a épocas frías. c) Estudios de tipo paleo-ecológico. El carácter muchas veces masivo de la presencia de conchas de gasterópodos terrestres en los niveles arqueológicos y su especificidad ambiental, permite considerar la asociación presente en el yacimiento como un reflejo modificado por la presencia humana de las Figura 1. Gráfico de frecuencias de número de restos (NR) y del número mínimo de individuos (NMI) de Cepaea nemoralis en yacimientos arqueológicos de la Cornisa Cantábrica, a partir de Gutiérrez Zugasti (2009). 44 Jesús Ruiz Cobo asociaciones que vivieron tanto en la propia estación como en su entorno. Desde un enfoque dinámico pueden utilizarse las variaciones en el número de especies y de individuos de cada una de las especies que viven en los diferentes niveles de la cavidad como indicador de los cambios producidos en este entorno por la actividad humana. Este trabajo se centrará en el último de estos tres apartados. Es resultado del desarrollo de una serie de estudios de muestras de gasterópodos procedentes de yacimientos arqueológicos de la región - varios de ellos realizados por el autor - y paralelamente del estudio de la fauna actual de gasterópodos continentales de Cantabria. En esta región actualmente viven un centenar especies terrestres y una treintena de especies dulceacuícolas. El grado de conocimiento de ambas es muy diferente, mientras que de las primeras se dispone de estudios concretos y de la información publicada para el País Vasco (por ejemplo Altonaga et al., 1994; Ojea et al., 1983), no se puede decir lo mismo de las especies que viven asociadas a masas de agua, a las fuentes y a las corrientes subterráneas, para las que se dispone de menos trabajos y un menor número de muestreos (por ejemplo Arconada et al., 1984; Rolan, 1991). En Cantabria, a diferencia de otras comunidades autónomas, como por ejemplo el País Vasco (Altonaga et al., 1994) o Castilla - La Mancha (Bragado et al., 2010), no se ha realizado el estudio monográfico de los gasterópodos continentales. Esta falta de un catálogo detallado de las especies presentes en nuestra región hoy día y especialmente la escasez de datos disponibles sobre sus preferencias ecológicas, supone un importante problema de entrada para extraer información sobre las asociaciones de especies que integran las series recuperadas en contextos arqueológicos. Esto nos ha llevado a realizar muestreos y clasificaciones en parte del territorio regional. Los caracoles, a diferencia de otros organismos, presentan una serie de ventajas como fuente de información paleo-ambiental: c) Además resulta habitual poder realizar la clasificación de las conchas a nivel de especie, salvo para los miembros de algunos géneros con rasgos externos menos definidos o que han perdido el brillo y la decoración. Resulta también un importante obstáculo la presencia de fracturas y sobre todo de acumulaciones de carbonato, a menudo dentro y en el entorno de la boca, un sector cuyo estudio puede ser clave para establecer una caracterización específica. d) Una parte significativa de las especies - o determinadas asociaciones de especies-, se desarrollan exclusivamente en ecosistemas concretos, lo que les da valor como indicadores ecológicos. El objetivo genérico de este trabajo ha sido establecer qué tipo de información paleo-ecológica concreta proporcionan las asociaciones de especies en los contextos arqueológicos en cueva estudiados, básicamente en horizontes del Holoceno temprano de Cantabria. Se pueden concretar varios puntos: • �ué puede deducirse de la proporción entre especies troglobias y aquellas que viven al aire libre. • �ué factores han producido el aporte de especies que viven en el exterior de la cavidad hasta el yacimiento. • �ué datos pueden proporcionan las especies de hábitat exterior presentes en el yacimiento sobre el entorno inmediato a la cavidad. • Por último nos planteamos si las variaciones a lo largo de la secuencia del número de individuos de especies endógenas, es decir las que vivían en el mismo entorno del hábitat humano -techo, paredes y suelo de la cavidad-, pueden relacionarse con la intensidad de la ocupación del sitio en la prehistoria. Se puede diferenciar aquí entre las especies de hábitat parietal y las especies humícolas que podrían tener respuestas diferentes al estrés creado en sus poblaciones por la ocupación humana. 2. Método y objetivos a) Su abundancia en los terrenos calcáreos y en distintos ambientes, permite que aparezcan bien representados en los yacimientos formados en la boca de las cavidades cársticas. Para la realización de este estudio se han llevado a cabo dos tipos de trabajos de forma paralela: b) Su concha, formada por carbonato cálcico, resiste relativamente bien la degradación y aparece incluso en contextos antiguos (Madurga, 1973). a) Estudio de las asociaciones actuales de gasterópodos continentales a partir de la recogida de cincuenta muestras en las cuencas del Miera y Asón. En la se45 Gasterópodos continentales en yacimientos arqueológicos de los valles Asón... lección de los puntos de muestreo se han diversificado los ambientes, tanto desde un punto de vista topográfico - sectores de fondo de valle, de ladera-, como de los sustratos -calcáreos puros, mixtos, detríticos- y con diferentes coberteras vegetales -bosque mixto, encinar, landas, prados-. Se han combinado muestreos selectivos con muestreos de sedimento; en este último caso se ha recogido una muestra de 250 gr de sedimento y se ha cribado con malla mínima de 0,5 mm. Los resultados de esta parte del trabajo exceden los objetivos del artículo por lo que sólo se utilizarán como marco de referencia en la interpretación paleo-ecológica de las asociaciones recuperadas en estaciones arqueológicas. Al realizar estas interpretaciones debe tenerse en cuenta que los paisajes actuales de Cantabria son resultado de profundas modificaciones realizadas por las sociedades humanas en los últimos milenios. Esto hace complejo establecer la correspondencia entre las comunidades actuales y las que vivieron durante el primer post-glacial. Por otra parte sabemos que aunque la temperatura de los últimos milenios se ha movido en unos rangos similares a los de hoy, con variaciones de ±1 ó 2 grados en los últimos milenios (Davis et al., 2003) la vegetación fue muy diferente. b) Estudios de series de gasterópodos en yacimientos arqueológicos, llevados a cabo por distintos investigadores. Sus resultados conforman ya un corpus de datos que consideramos significativo. Se incluyen aquí los datos proporcionados por una docena de yacimientos arqueológicos de época tardiglaciar y sobre todo holocénica, situados en Cantabria. En concreto: • Cubío Redondo (Matienzo, Ruesga). Se trata de un campamento mesolítico ubicado en una cueva pequeña, en un ambiente de media montaña caliza. Las dataciones radiométricas del yacimiento indican que se formó durante casi dos milenios en un momento cultural mesolítico. Fue utilizada por un pequeño grupo de cazadores recolectores, que consumieron allí las cabras, corzos, ciervos, jabalíes y rebecos que cazaron en los cordales inmediatos. Además recolectaron y consumieron avellanas, bellotas y caracoles de tierra (Ruiz Cobo y Smith, 2001). Las series de gasterópodos obtenidas a lo largo de toda la secuencia fueron estudiadas por M.T. Aparicio (2001). • Sima del Diente (Matienzo, Ruesga). Abrigo utilizado como lugar de refugio por pastores neolíticos 46 y como lugar de inhumación durante la Edad del Bronce. Se excavó en el fondo de una pequeña sima, un espacio no habitable por los grupos humanos, que está labrada junto a la pared de un amplio abrigo, casi en la cumbre de uno de los cordales que rodean la depresión de Matienzo. Como en el yacimiento anterior todo el sedimento extraído de la cueva fue cribado en laboratorio. Las conchas de gasterópodos recuperadas fueron estudiadas por M.T. Aparicio (2003). • Cofresnedo (Matienzo, Ruesga). Esta gran cavidad fue utilizada por grupos humanos, de forma discontinua, desde el último interglaciar hasta la Edad Media. Las muestras de sedimento resultaron pobres en conchas de gasterópodos y proceden de la zona central del vestíbulo y de restos de un conchero mesolítico cementado en la boca (Ruiz Cobo y Smith, 2003a). • Cueva de Cobrante (San Miguel de Aras, Voto). Esta amplia cavidad se encuentra en un paisaje de media montaña, al fondo del valle de Aras, cerca de la desembocadura del Asón y contiene un complejo y rico yacimiento arqueológico. Fue excavada durante varias campañas por P. Rasines del Río (2010) que nos proporcionó muestras de gasterópodos procedentes de niveles asignados al mesolítico. El sondeo se realizó en una plataforma situada en la zona del fondo del vestíbulo, concretamente a 37 metros de la línea de visera actual de la cavidad (Ruiz Cobo, 2010). • En el proyecto Los Tiempos de Altamira, coordinado por el Centro de Investigaciones y Museo de Altamira, se han estudiado las series de gasterópodos recuperadas en las excavaciones del Las Aguas (Novales), Linar (La Busta de Periedo) y Cualventi (Oreña), centrado en el estudio de fases tardiglaciares (Ruiz Cobo y Muñoz Fernández, en prensa). En este artículo sólo haremos referencia al primero de los yacimientos. • Abrigo del Carabión en San Miguel de Aras (Voto). Yacimiento situado en un abrigo fluvial inmediato al río Clarón. El año 2009 fue excavado bajo la dirección de M. Pérez Bartolomé y aportó un nivel aziliense y otro de facies conchero asignado al Mesolítico final y primer Neolítico separados por un hiato sedimentario casi estéril (Pérez Bartolomé, 2013). El problema de estas series es que proceden de un sector limi- Jesús Ruiz Cobo tado de la estratigrafía, el paquete superior. En ellas se han identificado 612 ejemplares correspondientes a 37 especies de hábitat terrestre y 7 de hábitat fluvial. 3. Resultados y discusión A continuación destacamos los planteamientos más significativos derivados del estudio de las series obtenidas en excavaciones arqueológicas. te, en una amplia diversidad de medios y puede encontrarse en los tallos de las encinas, sobre las rocas, bajo los troncos, etc. • Los cantiles calizos que forman la pared donde se abre la cueva. Allí desarrollaron su ciclo vital: Chondrina kobelti, Abida vasconica, Pyramidula rupestris, Cochlostoma (Obscurella) sp. • Del exterior, en un entorno más amplio, proceden las conchas de la ubicua Helicella itala y Pyrenaearia cantabrica. 3.1 Cubio Redondo En Cubío Redondo el estudio de las conchas de Cepaea nemoralis reveló que habían sido consumidas en el yacimiento dado que en varios casos aparecieron asociadas a restos de hogar e incluso presentaban fragmentos de carbón en su interior. El análisis del tamaño de las conchas de esta especie reveló la existencia de dos poblaciones: una mayoría de adultos, de más de un año de edad, con valores medios de diámetro de entorno a 25 mm y una población de subadultos, de unos 18 mm de diámetro medio que nacieron en la primavera del año en que fueron recogidos. Esto revela que este recurso se recogió durante el otoño, en torno a septiembre u octubre. Además este momento sería óptimo para su recogida por coincidir con las primeras lluvias (Rasilla Álvarez, 1994). En este yacimiento se estudiaron además las conchas del resto de las especies de gasterópodos. La muestra estaba formada por 455 ejemplares e incluye 21 especies (Aparicio, 2001), procedentes de al menos tres ambientes: • La zona media e interior de la cavidad en que vive Zonitidae sp., el grupo de especies mejor representado (básicamente formado por conchas de Oxychilus sp.). También Elona quimperiana y Azeca goodalli son frecuentes en los primeros tramos de la cavidad. • El sector exterior de la cueva donde, en la capa superficial, pueden vivir especies húmicas, como Oestophorella buvinieri, Discus rotundatus, Cochlicopa lubrica, Pomatias elegans, Puctum pygmaeum, Vallonia costata, Vitrea contracta, Pupilla muscorum y Truncatellina cylindrica. En cuanto a Clausilia bidentata aparece, al menos actualmen- Figura 2. Concha de Pyrenaearia cantabrica (Cueva del Cubío Redondo de Matienzo) una especie que parece más común en los yacimientos mesolíticos de montaña que en la actualidad en los mismos entornos. 47 Gasterópodos continentales en yacimientos arqueológicos de los valles Asón... Aparicio (2001) encuentra similitudes entre esta serie de malacofauna continental y la analizada en Los Canes, con un yacimiento de época similar y situado en un contexto también homogéneo, aunque de carácter funerario (Aparicio y Escorza 1998). Ahora bien, destaca la proporcionalmente baja representación de P. elegans en Cubío Redondo, y apunta a que quizás son las condiciones de habitabilidad, mejores en este yacimiento, las que explican una mayor intensidad en la ocupación humana de la cueva, lo que ha incidido en una menor proliferación de esta especie en el humus de la cavidad. También destaca la aparición de conchas de P. cantabrica, una especie relativamente rara en la zona hoy día, aunque presente (Fig. 2). Actualmente en Cantabria vive en laderas calizas desnudas, en muchos casos sobre los matorrales que crecen entre las rocas de los canchales estabilizados. Por último la aparición de algunos fragmentos de Cornu aspersum, se interpreta como producto de una contaminación, es decir resultado de una mezcla del sedimento del nivel con restos de la superficie, dado que se considera que esta especie llega a la Cornisa Cantábrica en momentos posteriores, bien con los cultivos de la neolitización o bien con la romanización (Aparicio, 2001). Actualmente C. aspersum resulta más frecuente en los muestreos localizados en las cercanías del hábitat humano y se enrarece en las zonas de media montaña. Se hace necesario explicar la presencia de especies detritívoras, típicas del entorno vestibular, en un punto a unos 8 m de la boca. Es posible que hayan llegado a esta posición junto con las conchas de C. nemoralis y el resto de la basura humana desde posiciones inmediatas a la boca, como parte del proceso de limpieza realizado en las sucesivas ocupaciones de la cueva, dado que la morfología de la cavidad no permite la existencia de un drenaje de agua desde el exterior. Como parte del estudio arqueológico de las evidencias recuperadas y dado que todo el sedimento fue tamizado y seleccionado en laboratorio, se realizó un estudio estadístico a partir de las frecuencias de las diferentes categorías de ecofactos en las tallas (Ruiz Cobo y Smith, 2001:50). El análisis de las correspondencias (Greenacre y Primicerio, 2013) evidenció que las frecuencias de microfauna y de gasterópodos -excluyendo las conchas de C. nemoralis- se correlacionaban de modo estadísticamente significativo entre sí, oponiéndose en los factores a los carbones, fragmentos de macrofauna, fragmentos de Mytilus sp. y pequeños fragmentos de barro cocido - evidencia del desmantelamiento de hogares-. Esto permitía interpretar ambas 48 categorías - gasterópodos y microfauna - como indicadores de fases de abandono de la cavidad. Los resultados permiten esbozar la dinámica de ocupación de la cueva, que duró entre uno y dos milenios según dataciones radiocarbónicas: las primeras ocupaciones -talla 8- aportaron máximos de microfauna y gasterópodos y corresponden a visitas dispersas en el tiempo, lo que permite la existencia en la cavidad de poblaciones naturales de gasterópodos y la conservación de sus conchas. La ocupación se intensifica en las tallas 7 y 6, aunque sigue teniendo carácter esporádico. Después, en la talla 5, se produce una fase de abandono detectada por el uso de la cavidad por rapaces nocturnas y la reconstrucción de las poblaciones de moluscos parietales y de suelo. A partir de aquí, las frecuencias de los restos de las tallas 4 a 1 indican que la ocupación humana del vestíbulo es intensa, lo que limita mucho el uso de la cueva por los gasterópodos y por las rapaces. 3.2 Sima del Diente En las muestras de sedimento de la Sima del Diente se identificaron 16 especies de gasterópodos terrestres -1663 individuos- Aparicio (2003). La mayor parte corresponde a especies que o bien vivían en la propia sima -Zonitidae sp., Cryptazeca vasconica, E. quimperiana- o bien poblaban el abrigo exterior, como Oestophorella buvinieri. En este yacimiento, como en otros, se atestigua que la especie C. aspersum sólo aparece en las capas más recientes, de cronología sub-actual, lo que encaja con lo comentado más arriba. El registro sedimentario que rellena la sima tiene una doble procedencia: algunos niveles se han ido formando exclusivamente por aportes del propio sistema cárstico y otros presentan además sedimentos procedentes del abrigo exterior, e incluyen elementos industriales del hábitat del abrigo. En estas capas con aporte exterior la proporción de especies que vivían dentro de la sima era menor que en los niveles producto de la génesis interna de la cavidad, de formación más lenta, dominados por especies troglobias. Esto permitió establecer diferentes velocidades de formación para cada nivel, pues debe tenerse en cuenta que el ritmo de caída de las especies endógenas se mantiene estable (Ruiz Cobo y Smith, 2003b). 3.3 Cofresnedo En el estudio de Cofresnedo el resultado más interesante fue constatar las variaciones en la diversidad de especies y en la riqueza de sus poblaciones según se Jesús Ruiz Cobo avanza hacia el interior de la cueva. Así se observó una reducción del 54 % en número de especies y del 85 % en número de individuos entre un muestreo en el vestíbulo y otro realizado a 15 m de la boca. En este yacimiento aparecieron, en posiciones interiores, especies de hábitat troglófilo -Oxychilus helveticus, C. vasconica y Zospeum suarezi- (Ruiz Cobo y Smith, 2003a). La única estación arqueológica de Cantabria donde ha aparecido esta última especie, además de Cofresnedo, es la cueva 2179 de Matienzo (Smith y Echevarría 2010). 3.4 Las Aguas Los sondeos realizados en el yacimiento de Las Aguas se practicaron en puntos interiores de la cueva, apareciendo en sus muestras tanto especies de hábitat troglófilo como otras del exterior de la cavidad (Ruiz Cobo y Muñoz, en prensa). La presencia de especies procedentes del exterior, dado que no son comestibles, se podría explicar hipotéticamente por su aporte junto con algún tipo de material que, por exclusión, y dado que estos animales viven sobre los arbustos y en las ramas secas, podría tratarse de la leña, llevada al yacimiento por los grupos humanos para sus hogares. Destaca la importancia de conchas de hygromidos (familia hygroomiidae), cuyos representantes más habituales en Cantabria son Hygromia limbata y Mengoana jeschaui, ambas muy ligadas hoy en esta región al bosque caducifolio. La principal aportación del estudio de este yacimiento fue constatar que uno de los cortes fue realizado en un sector revuelto por el funcionamiento hídrico como evidenciaban, además de estudios sedimentológicos, la aparición de conchas de C. nemoralis, un molusco de clima templado, en un nivel pleniglaciar, que aportó incluso restos de reno (Ruiz Cobo y Muñoz, Fernández en prensa). En el gráfico de la Fig. 3 se reflejan las frecuencias absolutas del número mínimo de individuos en los niveles de la cueva de Las Aguas. 3.5 Cobrante En el yacimiento de Cobrante se estudió una muestra muy reducida en número, en la que sólo aparecen una docena de especies, la mayoría en los niveles holocénicos (Ruiz Cobo, 2010). De ellas C. vasconica, O. helveticus y E. quimperiana son las de hábitat más troglófilo. Se trata de habitantes del suelo y las paredes del vestíbulo de la cueva, sector en que se realizó un sondeo, en un ambiente con condiciones de luz atenuada, humedad ambiental media-alta y temperatura estable. De los detritus del suelo del sector más exterior, Figura 3. Gráfico de frecuencias absolutas del número mínimo de individuos (NMI) en los niveles de Las Aguas (Novales). 49 Gasterópodos continentales en yacimientos arqueológicos de los valles Asón... concretamente del suelo del abrigo, donde hoy son frecuentes, proceden Discus rotuntadus, Aegopinella nitidula y O. buvinieri. Es muy probable que hayan sido transportados hasta la zona media del vestíbulo, por la lámina de agua, en momentos de gota fría. Además aparecen conchas de C. nemoralis, caracol que sabemos fue consumido en los niveles mesolíticos pues aparece asociado a restos producidos por el hábitat humano, como huesos fracturados de macromamíferos, restos de carbón etc. La última especie identificada es Helicella itala. Dado que no vive en el abrigo sino en zonas exteriores sus conchas han debido llegar al interior de la cueva junto con algún material, probablemente con ramas, cortezas o maderas utilizadas como combustible por los grupos humanos que ocuparon este espacio. 3.6 El Carabión En las muestras obtenidas en las diez tallas en que se excavó el conchero del Abrigo del Carabión, aparecen especies que vivieron en diferentes ambientes: a) El propio abrigo rupestre. Se trata de E. quimperiana, O. cellarius, C. vasconica, Crytptazeca kobelti y Azeca goodalli. En el material húmico y entre las piedras desarrollaron su ciclo vital O. buvinieri, Discus rotundatus, Aeopinella nitidula, Lauria cylindracea y P. elegans. Tres especies del género Obscurella (O. hidalgoi, O. crassilabrum y O. bicostulata) y dos del género Abida (Abida bigerrensis y Abida vasconica) vivieron en el cantil calizo formado sobre el abrigo. Otras especies de pequeño tamaño viven en el humus y en el horizonte A del suelo: Cecilioides acicula, Acicula fusca, Carychium tridentatum, Cochlicopa lubrica, Euconulus fulvus, Vallonia costata, Vallonia excentrica y Vitrea crystallina. b) Formaciones vegetales que nacen en la cresta y en la cima del mazo donde se encuentra el abrigo: Clausilia bidentata, H. limbata, Oestophora silvae, C. nemoralis, Cochlicella barbara y Helicella itala. Se ha planteado que la presencia de C. bidentata y de H. itala puede ser indicador de una cierta bonanza climática (Evans, 1972), aunque su carácter ubicuo, al menos en la actualidad en la región, desde ambientes de montaña hasta la llanura litoral, hace que quizás este planteamiento no pueda ser aplicado a la zona. De hecho las poblaciones de Helicella itala son ricas y sus conchas alcanzan mayor tamaño en las zonas calcáreas abiertas a partir de los 1100 m, según se ha constatado en los muestreos realizados en Cantabria por el autor. c) Especies fluviales. Resulta destacable la aparición en los niveles arqueológicos de especies que viven en Figura 4. Número de individuos por tallas para especies/ géneros de agua dulce del Abrigo del Carabión (Voto). 50 Jesús Ruiz Cobo Figura 5. Evolución del ratio entre número de especies de hábitat terrestre y fluvial en las diferentes tallas del Abrigo del Carabión (Voto). el río o sobre las plantas que crecen en el cauce. Se trata de Pisidium sp., Theodoxus fluviatilis, Galba trunculata, Bithynia tentaculata, Alzoniella cantabrica y Radix ovata. En el gráfico de la Fig. 4, que indica el número de individuos de especies de agua dulce por tallas en el Carabión, se observa cómo las inundaciones sobre el abrigo se mantuvieron a lo largo de la formación del paquete sedimentario. En la Fig. 5 se ha expresado la evolución en el tiempo de la relación entre el número de especies de hábitat terrestre y fluvial. Además se atestigua la abundancia de Potamopyrgus antipodarum una especie también fluvial que al parecer llegó a Europa en época histórica (Soler et al., 2006). Se interpreta su presencia como producto de la contaminación de la superficie del yacimiento por las últimas inundaciones. 4. Conclusiones Respecto al primer objetivo -obtener conclusiones a partir de la proporción entre especies troglobias y exteriores- los resultados no son concluyentes, al menos si las interpretaciones se realizan en términos cuantitativos. Se evidencian dos restricciones en el avance de este objetivo a) la falta de estudios de detalle sobre las preferencias actuales de muchas especies y b) los amplios rangos de tolerancia evidenciados para varias de ellas -especialmente las pobladoras de la superficie del suelo-, respecto a la humedad, la temperatura y la luz, lo que les permite vivir tanto en el vestíbulo de una cavidad como en el fondo de un abrigo. En este aspecto se podría avanzar a partir del estudio de las restricciones que las preferencias alimenticias imponen en sus respectivas áreas de hábitat. En el único yacimiento donde se ha interpretado la relación entre frecuencias de especies troglobias / exteriores es en la Sima del Diente donde se han constatado diferentes velocidades de formación de los niveles con distintas génesis - interna / externa- (Ruiz Cobo y Smith, 2003). El segundo objetivo aborda la interpretación de los factores que provocan el aporte de especies que viven en el exterior de la cavidad hasta el yacimiento. En Cobrante la presencia en el yacimiento de especies que viven en la hojarasca y los detritus de la zona vestibular lleva a plantear que pudieron ser arrastradas a la zona interior por la lámina de agua. En cambio en el Cubío Redondo las condiciones de sedimentación sugieren que las conchas de moluscos se integraron en la basura 51 Gasterópodos continentales en yacimientos arqueológicos de los valles Asón... en la zona vestibular antes de ser desplazadas por los humanos junto con los demás restos en un proceso de barrido hasta el fondo de la cueva. En Las Aguas se ha justificado, hipotéticamente, la presencia de algunas especies silvícolas con el aporte de leña desde el exterior. En el mismo caso estarían Cobrante y Carabión, donde se ha relacionado la presencia de H. itala en horizontes arqueológicos formados por el hábitat humano con el aporte de materiales vegetales desde el exterior, dado que esta especie no vive en el interior de las cuevas ni en sus vestíbulos. También se ha atestiguado el aporte de especies por la acción del río, en el caso del Abrigo del Carabión, lo que indica que el lugar de hábitat tuvo que ser abandonado, o desplazado a otro punto del complejo, en determinados momentos. Estas inundaciones siguen produciéndose hoy día lo que explica la presencia de P. antipodarum en los sedimentos. En cuanto a la capacidad de las especies de hábitat exterior presentes en el yacimiento de informar sobre el tipo de paisaje inmediato a la cavidad las series estudiadas han sido muy parcas en información y en ningún caso puede realizarse ninguna inferencia clara. Lo que sí se ha constatado es la capacidad de las variaciones en la riqueza de las poblaciones de gasterópodos sin interés económico de informar sobre la intensidad del hábitat humano en espacios concretos de las cavidades, como se ha puesto de manifiesto en el Cubío Redondo. Consideramos que para avanzar en el diseño de interpretaciones paleoecológicas se necesita disponer tanto de estudios de preferencias ambientales precisas para cada especie como de series amplias de malacofauna terrestre obtenidas con criterios uniformes y con información precisa de sus contextos de recuperación. Agradecimientos Quiero mostrar mi agradecimiento a Teresa Aparicio que me ha ayudado siempre a desenvolverme en estas cuestiones y a Han Raven por sus orientaciones en la clasificación de algunas especies y por revisar este manuscrito. Y a los directores de los diferentes proyectos de investigación por haberme confiado sus muestras y permitirme utilizar sus resultados: Emilio Muñoz, Mercedes Pérez, Ramón Montes, Pedro Rasines y Peter Smith. Y por último a todos los miembros del GEIS C/R y CAEAP por su apoyo. 52 Bibliografía Altonaga, G., Gómez, B., Martín, R., Prieto, C.E., Puente, A.I., Rallo, A., 1994. Estudio faunístico y biogeográfico de los moluscos terrestres del Norte de la Península Ibérica. Parlamento Vasco, Vitoria-Gasteiz. Aparicio, M.T., Escorza, C.M., 1998. The subfossil continental snails of “Los Canes” cave (Asturias, Spain). Abstract, World Congress of Malacology, Washington. Aparicio, M.T., 2001. Malacofauna terrestre del yacimiento de Cubío Redondo (Matienzo, Cantabria). Munibe 53, 61-66. Aparicio, M.T., 2003. Malacofauna del yacimiento de la sima del Diente (Matienzo, Ruesga). Sautuola IX, 89-95. Arconada, B., Rolán, E. y, Boeters, H.d., 2007. 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Here we re-examine the stable carbon and oxygen isotope data of snail shells from archaeological deposits in the Mediterranean façade of the Iberian Peninsula and compare with data available for other areas of the western Mediterranean. Stable isotope compositions differ remarkably between Late Pleistocene, Holocene and modern shells. The results likely reflect changes in atmospheric conditions and vegetation over time. Fossil shells offer the opportunity to link climate variability and local environmental conditions. Keywords: Iberian Peninsula, archaeological record, land snail shells, stable isotopes, palaeoclimate and palaeoenvironment. Resumen Las conchas de moluscos terrestres suelen ser frecuentes en depósitos arqueológicos del Pleistoceno superior y el Holoceno en el Mediterráneo occidental. La composición isotópica de sus carbonatos proporciona información sobre el clima y el medio ambiente del pasado. En este trabajo presentamos los resultados isotópicos del carbono y del oxígeno de conchas recuperadas en varios sitios del Península Ibérica, específicamente en su sector Mediterráneo. Se observan diferencias significativas entre los valores del Pleistoceno superior, el Holoceno y la actualidad. Los resultados probablemente reflejan variaciones hidrológicas y cambios en la vegetación a lo largo del tiempo. Así, las conchas fósiles ofrecen la oportunidad de conectar cambios climáticos con las condiciones ambientales a nivel local. Palabras Clave: Península Ibérica, arqueología, gasterópodos terrestres, isótopos estables, palaeoclima y palaeoambiente. BioArCh, Department of Archaeology, University of York, Biology S. Block, York YO10 5DD, United Kingdom. andre colonese@york.ac.uk 2 Dipartimento di Scienze della Terra, University of Pisa, Via S. Maria, 53, 56126 Pisa, Italy. 3 IGG-CNR Via Moruzzi, 1 56100 Pisa, Italy. 4 INGV sez. Pisa, Via della Faggiola 32, 56126 Pisa, Italy. 5 Scottish Universities Environmental Research Centre, East Kilbride G75 0QF, Glasgow, Scotland. 6 Department of Resource Management and Geography, University of Melbourne, Victoria 3010, Australia 1 55 Holocene climate variability in Mediterranean Iberia: A review of snail shell... 1. Introduction relative humidity and temperature, but generally the influence of these variables on shell δ18O is not straightforward, and distinctive regional relationships are usually observed (e.g. Zanchetta et al., 2005; Yanes et al., 2009). Shell δ13C is mainly a function of respired CO2 (i.e. diet; Stott, 2002), which for most land snails species means plants. Shell δ13C thus mainly reflects vegetation type (e.g. C3, C4 photosynthetic pathway), as well as species-specific feeding behaviour (e.g. Colonese et al., 2010a) and potentially the effect of environmental conditions on the carbon isotope fractionation of the plants (Kohn, 2010). Environmental proxies preserved in archaeological contexts can help link palaeoclimate data - usually extracted from highly resolved environmental archives (e.g. speleothems, ice, marine and lacustrine deposits) - with local environmental conditions, providing insight into resource availability and limitations for past human societies (Sandweiss and Kelly, 2012). Late Pleistocene - Holocene archaeological deposits around the Mediterranean basin often contain numerous land snail shells (e.g. Fernández-López de Pablo et al., 2014). Their frequency and relative abundance in well-dated stratigraphic deposits make the shells an attractive source of environmental information through distinct analytical techniques. For example, it has been shown that the stable carbon (δ13C) and oxygen (δ18O) isotope composition of these shells can be a useful indicator of local vegetation and atmospheric conditions. Shell δ18O has been related to the oxygen isotope ratio of rainfall, Through a comprehensive compilation of literature data this study reviews the stable carbon and oxygen isotope of shells from archaeological sites in the Mediterranean façade of the Iberian Peninsula (Fig. 1; Table 1). Our aim is to compare the degree of deviation of archaeological shells from modern counterparts from the Late Pleistocene, with a particular focus on the Holo- Figure 1. Study area showing the location of the archaeological sites on Iberian Peninsula (1, Los Castillejos; 2, Marroquíes; 3, Arena de la Virgen and Casa Corona at Villena; 4, Bauma del Serrat del Pont) and southern Italy (5, Grotta d’Oriente, 6, Grotta della Serratura; 7, Grotta di Latronico 3; 8, Grotta del Romito). Site C age (ka cal BP) Reference ~4.0 - 7.2 Yanes et al., 2011 ~4.1 Yanes et al., 2013a 3 - Arena de la Virgen and Casa Corona ~8.5 - 12.2 Yanes et al., 2013b 4 - Bauma del Serrat del Pont ~2.5 - 9.0 Colonese et al., 2013 1 - Los Castillejos 2 - Marroquíes 14 Table 1. Archaeological sites of the Mediterranean façade of the Mediterranean facade of the Iberian Peninsula as reported in Figure 1. 56 André Carlo Colonese, Giovanni Zanchetta, Anthony E. Fallick... cene. Shell isotope data are corrected for their modern counterparts and compared with other published shell isotope values from the western Mediterranean (Colonese et al., 2007; 2010a,b; 2011). 2. Materials and Methods The stable isotope data of archaeological and modern snail shells from the Mediterranean façade of the Iberian Peninsula were taken from Yanes et al. (2011, 2013a; 2013b) and from Colonese et al. (2013) (Tab. 1). The δ18O and δ13C values of archaeological shells were corrected to the average values of the modern counterparts from the same area (Δ‰ = δ18O, δ13Carchaeological shells δ18O, δ13Caverage value of modern shells). For comparison, modern shell δ18O and δ13C values were also corrected for their average values. For each site we considered only species for which both modern and archaeological shells had been analysed. In doing so, deviations in δ18O and δ13C values between modern and archaeological shells should only reflect changes in environmental conditions at the local scale. However, when comparing sites, it needs to be assumed that the species analysed have similar ecological requirements and activity periods, which is not necessarily true (Cook, 2001). For some Mediterranean species these assumptions may be reasonably approached (e.g. Cernuella virgata, Eobania vermiculata, Pomatias elegans, e.g. Giusti and Castagnolo, 1982), while for other it remains to be verified (e.g. Helix ligata). Modern shell δ13C values were also corrected (+1.14‰) for the global decrease of atmospheric δ13C values (Friedli et al., 1986). Statistical analyses, including 95% confidence ellipse, were performed using RStudio and the package ellipse (Murdoch and Chow, 1996). 3. Results and discussion 3.1 Modern shells The δ18O and δ13C values of modern shells from the Mediterranean façade of Iberian Peninsula were positively correlated (R2 = 0.57; n = 64; Fig. 2). This regional relationship mainly arises from the presence of species experiencing very distinct ecological and climate conditions. This is particularly the case of Sphincterochila candidissima from Villena, which is a drought tolerant species and has the highest δ18O and δ13C values amongst the analysed species resulting from higher body fluid evaporation, the consumption of water-stressed vegetation and 13C enriched limestone in an area with a continental dry climate (Yanes et al., 2013b). Other taxa (Pomatias elegans, Cernuella sp; Rumina decollata) are much more comparable in terms of ecological requirements and thus record more similar environmental conditions. Indeed very weak correlations were observed between shell δ18O and δ13C values and altitude, amount of precipitation, and average δ18O values of rainfall over the sampled area (R2 = <0.20 for both δ18O and δ13C). Figure 2. δ18O and δ13C values of modern shells from sites in Table 1 (Iberian Peninsula). For comparison shells from southern Italy and Sicily are also reported. Notice the moderate positive correlation between δ18O and δ13C values in Mediterranean Iberian shells (95% confidence ellipses). 57 Holocene climate variability in Mediterranean Iberia: A review of snail shell... Exceptionally, a substantial negative correlation was found between average annual temperature and shell δ13C (R2 = -0.64), but lower for δ18O (R2 = -0.30). Excluding Sphincterochila candidissima from Villena, the shells from the Iberian Peninsula have δ18O and δ13C values that fall into the range (95% confidence) of those observed in southern Italy and Sicily (Colonese et al., 2007; 2010a,b; 2011, 2014). No correlation is observed between δ18O and δ13C values of shells from southern Italy and Sicily. This may be to the restricted sampling areas and less contrasting climate conditions compared to that of the Iberian Peninsula. Lower δ13C values in southern Italy are yielded by species typically associated with humid and shady environments (e.g. Discus rotundatus at Grotta del Romito), and much less thermophilic and tolerant to moderately dry conditions as the majority of species analysed in Mediterranean Iberian (e.g. Cernuella virgata; Pomatias elegans). 3.2 Late Pleistocene-Holocene shells Holocene shells from the Mediterranean margin of the Iberian Peninsula (n = 169) are significantly depleted in both 18O (p < 0.001) and 13C (p < 0.001) compared to their modern counterparts (n = 64). Snail isotope data from the Atlantic side of the Iberian Peninsula are also reported as comparison and show an opposite trend with δ18O values similar to higher the modern counterparts (Yanes et al., 2012). Late Pleistocene shells (n = 8) are slightly lighter or have similar δ13C and δ18O values of modern specimens (Fig. 4 and 5). In general lower shell Δ18O values have been mainly interpreted as the product of wetter conditions, while higher Δ18O values are associated with lower water availability, which is in agreement with other palaeoenvironmental records (Yanes et al., 2011; 2013a,b; Colonese et al., 2013). To the date the unique late Pleistocene shell δ13C and δ O values in Mediterranean façade of Iberian Peninsula comes from Casa Corona at Villena (Yanes et al., 2003b). Shell δ13C values have been interpreted as the results of water-stressed vegetation coupled to the effect of higher atmospheric δ13C, while shell δ18O would be associated to a general decrease of atmospheric temperature. Data southern Italy reveal similar to higher δ18O and δ13C values compared to modern shells (Colonese et al., 2010b). Despite the correction for the global decrease of atmospheric δ13C values shells from the Atlantic side of Iberian Peninsula and southern Italy are still 13C-enriched compared to their modern counterparts (Fig. 5). Comprehensively these data are indicative of dry conditions and water-stressed vegetation cover, in particular during the Younger Dryas cold interval (~11,7 – 12.9 ka cal BP; Carlson, 2013). 18 Figure 3. Early to late Holocene shell δ18O and δ13C deviations from modern average (Δ‰) for each site (95% confidence ellipses). 58 André Carlo Colonese, Giovanni Zanchetta, Anthony E. Fallick... Figure 4. Late Pleistocene to late Holocene shell δ18O deviations from modern average (Δ‰) for each site. Modern shells (at 0 cal ka BP) are also corrected for their average values (the grey band represents the range). From north to south A) Bauma del Serrat del Pont; B) Arena de la Virgen and Casa Corona at Villena; C) Marroquíes; D) Los Castillejos, E) Southern Italian Peninsula and Sicily. Pollen-derived climate conditions depict a humid, transitional and aridification phase for the Holocene of the Mediterranean façade of the Iberian Peninsula (Pérez-Obiol et al., 2011). The formal boundary between the Late Pleistocene and Holocene and the time of the Younger Dryas cold event are also reported. 59 Holocene climate variability in Mediterranean Iberia: A review of snail shell... Figure 5. Late Pleistocene to late Holocene shell δ13C deviations from modern average (Δ‰) for each site. Modern shells (at 0 cal ka BP) are also corrected for their average values (the grey band represents the range). From north to south A) Bauma del Serrat del Pont; B) Arena de la Virgen and Casa Corona at Villena; C) Marroquíes; D) Los Castillejos, E) Southern Italian Peninsula and Sicily. Pollen-derived climate conditions depict a humid, transitional and aridification phase for the Holocene of the Mediterranean façade of the Iberian Peninsula (Pérez-Obiol et al., 2011). The formal boundary between the Late Pleistocene and Holocene and the time of the Younger Dryas cold event are also reported. 60 André Carlo Colonese, Giovanni Zanchetta, Anthony E. Fallick... The hydrological model for the Holocene shows some regional specificity. The lowest Δ18O values (up to ~-4‰) are confined to sites in SE Spain (i.e. Villena, Marroquíes, Los Castillejos), while in the NE of the Iberian Peninsula (Bauma del Serrat del Pont) the Δ18O values are much higher (~-1‰). Such regional differences match other continental environmental proxies in pointing to a contrasting seasonal, mainly summer, distribution of precipitation at middle latitudes of the Mediterranean and Europe during the Holocene (Magny et al., 2012). According to several continental palaeoenvironmental proxies, summer precipitation regime differed markedly between south and north Mediterranean regions, with maximum and minimum summer precipitations in southern and northern sectors respectively. This would have affected the time of snail activity, with southern snails recording this summer precipitation maxima. The sensitivity of snail shell oxygen isotopes to such latitudinal gradients of precipitation would be further supported by higher Δ18O values (+0.3‰) of Holocene shells in the Atlantic façade of the Iberian Peninsula (Yanes et al., 2012; Colonese et al., 2013). The δ13C record appears to reflect the complex vegetation cover in the western Mediterranean from the Late Pleistocene to the late Holocene (e.g. PérezObiol et al., 2011). In most of the sites the shells are 13 C depleted during the middle Holocene compared to present day, but not to the extent that it is observed in 18 O. For example, Holocene shells from Villena are generally enriched in 13C compared to modern specimens (Yanes et al., 2013b), despite the decrease in 18O from the Late Pleistocene. This pattern does not reflect the trend observed at Marroquíes, Los Castillejos (SE Iberian Peninsula) and Bauma del Serrat del Pont (NE Iberian Peninsula); rather, it appears more consistent with some sites in Southern Italy and Sicily. Holocene shells from Grotta della Serratura and Grotta d’Oriente, for example, have high Δ13C values in spite of their low Δ18O values (Colonese et al., 2010b; 2011). Both Italian sites are located at low elevation where the presentday annual amount of precipitation is <800 mm. During the middle Holocene coastal areas of southern Italy had a vegetation cover dominated by evergreen trees and shrubs, as opposite to upland areas with more deciduous trees forest (Tinner et al., 2009). Open vegetation with drought tolerant species are similarly reported by Holocene pollen records at Villena (Yll et at., 2003). Therefore, although large-scale atmospheric and hydrological conditions seem to explain variations in Δ18O since the Late Pleistocene, shell Δ13C values appear to reflect local vegetation dynamics which, in some cases, are in conflict with the general model of shell δ18O as a function of hydrological balance. Although vegetation dynamics and composition may differ also as a function of physical-geographic position of sites and diachronisms in vegetation response to climate conditions (e.g. Pérez-Obiol et al., 2011), precipitation balance is unlikely to be the only model explaining late Quaternary changes in Δ18O.. An additional factor possibly responsible for variations in shell δ18O is the seasonality of precipitation and change in isotopic composition at the source of precipitation. The snail shell data is likely to be limited to spring and autumn months - when temperatures are mild and favourable for snail activity. Increased precipitation recorded by snails may have been extremely seasonal in coastal areas (S. Italy) or at locations with arid or semiarid climate as Villena. The western Mediterranean Sea is an essential source of rainfall over these areas (Celle-Jeanton et al., 2001; Bard et al., 2002). Increased river discharge from southern and northern areas of the Mediterranean basin during the early-middle Holocene decreased its seawater δ18O of ~1‰ (Paul et al., 2001). This dilution is expected to have affected the average isotopic composition of convective precipitations sourced from the Mediterranean and may have accounted for some of the changes in shell δ18O at that time (as also proposed for other continental carbonates, e.g. Marino et al., 2009). As a consequence, the Δ18O and Δ13C values of late Quaternary shells may not necessarily correlate. Shell Δ18O and Δ13C values are thus better explained in terms of regional and local changes in atmospheric conditions and vegetation cover. 4. Conclusion Archaeologists working around the western Mediterranean basin are increasingly incorporating stable isotope studies on land snail shells in their research agenda. Data from the Iberian Peninsula and southern Italy, including Sicily, expanded considerably in the last years and regional comparison - although extremely complicated by several factors - can now be explored. The snail shell isotope record is in general agreement with palaeohydrological reconstructions provided by pollen records from the Iberian Peninsula and lake records from SW and N Mediterranean regions. During the Holocene the shells from the Mediterranean façade of the Iberian Peninsula point to wet conditions, coupled with the effect of decreasing seawater δ18O. This is the time of decreasing summer insolation maxima in the N 61 Holocene climate variability in Mediterranean Iberia: A review of snail shell... Hemisphere and important atmospheric organization over the Mediterranean basin. The stable carbon isotope composition most likely reflects vegetation cover at local scale, which may also retain isotopic information of local hydrological conditions. Overall, the regional shell isotope records discussed herein emphasize the validity of snail shell remains as a complementary source of information for palaeoenvironmental investigations, but analysis need to be extended to other geographic areas and to more recent time intervals (late Holocene). Acknowledgements This work is partially funded by the University of Pisa (ex 60% G. Zanchetta), the Society of Antiquaries of London (http://www.sal.org.uk/) and SUERC (UK). SUERC is funded by a Consortium of Scottish Universities and NERC. The authors wish to thank G. Manganelli, T. Donnelly, J. Dougans, A. Tait, E. Rigawttiere, I. Baneschi, N. Hausmann, F. Serchisu, H. Robson and K. McGrath. The authors wish to thank Igor Gutiérrez Zugasti, Manolo González, David Cuenca and the staff of the IV Reunión Científica de Arqueomalacología de la Península (Santander, 2014). The authors thank Yurena Yanes and Igor Gutiérrez Zugasti for their comments on the manuscript. References Bard, E., Delaygue, G., Rostek, F., Antonioli, F., Silenzi, S., Schrag, D., 2002. Hydrological conditions over the western Mediterranean basin during the deposition of the cold Sapropel 6 (ca. 175 ka BP). Earth and Planetary Science Letters 202, 481–494. Carlson, A.E. 2013. The Younger Dryas climate event. Encyclopedia of Quaternary Science 3, 126–134. Celle-Jeanton, H., Travi, Y., Blavoux, B., 2001. Isotopic typology of the precipitation in the western Mediterranean region at three different time scales. Geophys. Res. Lett. 28, 1215–1218. 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En el presente artículo se estudia la malacofauna marina de la campaña de 1941, centrándonos en los sectores donde se observa mayor fiabilidad estratigráfica en base a la revisión de la totalidad de materiales que estamos llevando a cabo dentro del proyecto HAR2012 33111 “Meso Cocina: Los últimos caza-recolectores y el paradigma de la neolitización en el Mediterráneo peninsular”. En el conjunto analizado se observan dos grupos tafonómicos, uno de carácter bromatológico con Cerastoderma glaucum y otro de carácter ornamental con Columbella rustica, Glycymeris sp., Nassarius reticulatus y, posiblemente, Pecten sp. Palabras clave: Mesolítico, País Valenciano, malacofauna marina, dieta, adorno. Abstract Cocina cave provides one of the better stratigraphic sequences of the “Geometric Epipaleolithic” since Javier Fortea published their analysis of the Mediterranean Epipaleolithic in Iberia using data from the first works in the site conducted by Luís Pericot in the 40s. In the 70s Javier Fortea excavated in the cave during several campaigns although only some notes have been published so far. Information on the shell remains is limited, refering only the presence of 11 remains corresponding to five marine species and 12 remains related to five continental species. In this paper we present the analysis of the shell assemblage found in the campaing conducted in 1941 and studied now in the framework of the project HAR2012 33111 “Meso Cocina: Los últimos caza-recolectores y el paradigma de la neolitización en el Mediterráneo peninsular”. Two taphonomic groups have been recognised in the studied assemblage, one of a bromatological type and mainly composed by Cerastoderma glaucum, and other ornamental that includes Columbella rustica, Glycymeris sp., Nassarius reticulatus y Pecten sp. Keywords: Mesolithic, Valencia Region, marine molluscs, diet, ornament. Servei d’Investigació Prehistòrica. Museu de Prehistòria de València. Diputació de València. C/ Corona 36. 46003 València (España). josep.ll.pascual@uv.es 2 Investigadora Programa Ramón y Cajal. Departament de Prehistòria i Arqueologia, Universitat de València. Av. Blasco Ibáñez 28. 46010 València (España). Oreto.garcia@uv.es 1 65 Los moluscos marinos del mesolítico de la Cueva de la Cocina (Dos aguas, Valencia)... 1. Introducción 1.1. El yacimiento La Cueva de la Cocina (Dos Aguas, Valencia) se ubica en el extremo occidental de la sierra del Caballón, a 405 m de altitud y a poco menos de 40 km en línea recta de la actual línea de costa. Se trata de una amplia cavidad, de unos 300 m2, con una boca de 22 m de anchura orientada a levante y con escasa visibilidad (Fig. 1). La cueva se abre en la parte cóncava de un recodo estructural enfrentado directamente a la trayectoria del barranco de la Ventana, el cual recoge las aguas de La Canal -valle alto y de difícil acceso-, y termina bruscamente en un gran salto topográfico de unos 80 m de altura que lo comunica con el barranco del Falón. Este último es subsidiario del Júcar, el cual ofrece en este punto un paisaje de aspecto muy quebrado formado por un cantil continuo casi vertical, donde la red fluvial se encaja en un valle tan estrecho que se reduce prácticamente al cauce que ocupan las aguas. 1.2 Las campañas de excavación, estudios y secuencia estratigráfica El yacimiento fue dado a conocer por las excavaciones del Servei d’Investigació Prehistòrica de Valencia en los años 40. La primera intervención fue un pequeño sondeo en 1940. Después, bajo la dirección de Luís Pericot, se efectuaron cuatro campañas en 1941, 1942, 1943 y 1945. Estas intervenciones y los Figura 1. Fotos de la entrada (desde el exterior y desde el interior) y planta de la Cueva de la Cocina con indicación de los sectores excavados por L. Pericot (en línea clara) y J. Fortea (en línea oscura). La trama rayada corresponde a la campaña de 194l. 66 Josep Lluís Pascual Benito, Oreto García Puchol estudios sobre ellas lo convirtieron en un yacimiento imprescindible para la definición del Epipaleolítico reciente de la vertiente mediterránea peninsular (Pericot, 1945; Fortea, 1971 y 1973). Con posterioridad, nuevos trabajos se llevaron a cabo de 1974 a 1981 bajo la dirección de Javier Fortea (Fig. 1). La secuencia estratigráfica obtenida en las primeras intervenciones (especialmente en el sector EI de 1945), de 4,5 m de potencia, sirvió de base a Fortea para establecer el modelo evolutivo del “Epipaleolítico Geométrico de tipo Cocina”, complejo industrial representativo en el marco del mediterráneo peninsular de las industrias europeas de raíz “tardenoide”, basado en la tipología y tecnología de las armaduras líticas geométricas, en sus frecuencias y en su puntual asociación con otros indicadores cronoculturales (cerámica). Fue estructurado en cuatro fases, organizadas a partir de los horizontes arqueológicos Cocina I a IV. La última revisión de la industria lítica de los sectores excavados por Pericot ha matizado esta secuencia del sector EI en el yacimiento, donde se distinguen bien las dos fases más antiguas. Cocina I (Fase A) (circa 8600-8000 Cal BP), caracterizada por el predominio de los trapecios fabricados a partir de soportes laminares fragmentados mediante técnica de microburil, y Cocina II (Fase B) (circa 8000-7600 Cal BP), en la que los triángulos pasan a ser las armaduras mejor representadas, destacando entre ellos un tipo singular, con lados cóncavos y espina central o tipo Cocina (García Puchol, 2005). Por el momento resulta difícil individualizar con claridad en el yacimiento el horizonte Cocina III (o fase C) que, en su día, se definió por los segmentos de retoque abrupto y las cerámicas neolíticas «antiguas» (impresas, incisas), aunque no invalida la fase C en el esquema general (García Puchol, 2005; Juan-Cabanilles y Martí, 20072008), mientras que ha sido desestimado como horizonte cronocultural el nivel superficial u horizonte Cocina IV (fase D), caracterizado en su momento por la técnica del doble bisel aplicada a los geométricos (segmentos, triángulos) y presencia de cerámicas neolíticas más «avanzadas» (peinadas) y que fue interpretado como la evolución final de esas industrias en un horizonte neolítico más avanzado, con algunos materiales de la Edad del Bronce, ibéricos, medievales y modernos, consecuencia del frecuente uso de la cueva como refugio temporal y corral. Aparte de los datos estratigráficos e industriales referidos a la campaña de 1945, y las referencias sobre la colección de plaquetas grabadas con motivos geométricos recuperadas en el yacimiento,, se cuenta con estudios sobre la fauna por M. Pérez Ripoll, que evidencian la espe- cialización del yacimiento en la caza de la cabra montés a lo largo de toda la secuencia (Fortea et al., 1987) y sobre la sedimentología por P. Fumanal (1986), que han permitido conocer las oscilaciones medioambientales. 2. La malacofauna marina de la campaña de 1941 Hasta la fecha los restos malacológicos de Cocina solo contaban con una nota provisional de M. Vidal (1945), quien clasificó un pequeño lote dado a conocer como apéndice en la primera publicación del yacimiento (Pericot, 1945). Entre las especies marinas señala la presencia de 11 restos pertenecientes a cinco géneros o especies: Columbella, Murex, “Cardium edule”, “Pectunculus” y “Nassa reticulata”, indicando que se encontraban frecuentemente perforadas lo que abogaría por su uso como objetos de adorno. En los últimos años, los materiales de las excavaciones antiguas depositados en el Museu de Prehistòria de València que, en su mayor parte, aún conservaban los envoltorios originales de los años 40, han sido ordenados e inventariados en su totalidad. Esta circunstancia ha permitido conocer que la malacofauna de las intervenciones de los años 40, en curso de estudio, es abundante con más de 4000 restos, de los que la mayor parte corresponden a caracoles completos terrestres y dulceacuícolas, si bien los de origen marino suman más de 800 ejemplares, un número destacado teniendo en cuenta que se trata de un yacimiento de interior. En este trabajo se estudwian los restos malacológicos marinos de la campaña de 1941, por ser la que, tras la reciente revisión de la totalidad de la industria lítica tallada, muestra una secuencia coherente con el desarrollo del Mesolítico Geométrico, además de no estar afectada por la posterior ocupación neolítica de la cueva, lo que permite asignar con garantía el material a alguna de las dos fases mesolíticas del yacimiento, Cocina I y Cocina II. Durante 1941 se excavó en una superficie de 3 x 3,5 m, cerca de la entrada, llegando hasta 2,5 m de profundidad, mediante capas artificiales de entre 10 y 20 cm de espesor en el sector denominado “cata”, realizando posteriormente una ampliación de 0,50 m con capas de diversa potencia que se indican en las tablas con la letra “a” tras el número de la misma y que han podido relacionarse con una o dos capas de 67 68 Cocina I Capas 1 2 3 1a 4 2a Total Cerastoderma glaucum 11 73 25 5 3 2 119 18 22 6 10 3 59 Columbella rustica 5 6 4a 7 8 TOTAL 9 7a 11 1 9 2 3 Glycymeris sp. 7 2 3 1 1 13 Total L Campaña 1941 1 2 2 123 28 6 93 1 1 1 Hinia reticulata Pecten sp. Nº. Restos 12 1 11 91 47 11 13 Tabla 1. Distribución por capas de los restos de moluscos marinos. 5 178 10 2 3 9 2 3 1 1 2 1 2 2 1 1 1 1 34 8 220 Los moluscos marinos del mesolítico de la Cueva de la Cocina (Dos aguas, Valencia)... Cocina II Josep Lluís Pascual Benito, Oreto García Puchol la cata inicial. Así, la capa 1a equivale a las capas 2-3, la 2a a las 3-4, la 4ª a las 5-6 y la 7a a la 10. los que el 64,2% son valvas enteras y el 35,7% valvas fragmentadas (Tabla 2). No existen en la muestra estudiada fragmentos de pequeño tamaño, hecho que si ocurre en las excavaciones más recientes del yacimiento, de lo que se deduce cierta selección en la recogida de estos materiales en las campañas antiguas como también se ha observado para los caracoles terrestres, quizás debido a los diferentes tamaños de criba utilizados, de los que no poseemos información. En la Tabla 1 se indica el número de restos documentado en cada capa, un total de 220 pertenecientes a cinco especies, tres de bivalvos y dos de gasterópodos. El conjunto se encuentra dominado por dos especies, Cerastoderma glaucum y Columbella rustica, las cuales suman el 98,1% del total de restos. Por fases, el número de restos y especies es desigual, 178 corresponden a Cocina II, donde solo hay dos especies representadas, Cerastoderma glaucum y Columbella rustica, y 34 a Cocina I, donde aparte de las anteriores se documentan Glycymeris sp., Nassarius reticulatus y Pecten sp. Otros ocho restos se documentaron en tareas de limpieza (L). Los momentos más recientes de la secuencia –capas 1 a 4- son los que mayor número de restos contienen, el 76,2%. Teniendo en cuenta la lateralidad de las valvas el número mínimo de individuos es de 65, el número de valvas derechas, si bien podría ser superior, alrededor de 111, el número mínimo de valvas calculado, toda vez que no hemos encontrado en este conjunto ningún ejemplar que case con su pareja. Excepto dos ejemplares fragmentados procedentes de las capas 7 y 13 (Cocina I) los demás efectivos de C. glaucum se documentan en Cocina II y, dentro de este horizonte, se concentran en las capas 2 y 3 de donde proceden el 83,7% de los restos (Fig. 2). Cerastoderma glaucum (Bruguière, 1789) Este bivalvo constituye el taxón mejor representado de la malacofauna marina con 123 restos, de Cocina II Cocina I Capas 1 2 3 1a 4 2a Total 7 13 Total L TOTAL Nº de restos 11 73 25 5 3 2 119 1 1 2 2 123 Valvas enteras 6 45 19 5 3 1 79 Fragmentos 5 28 6 Nº mínimo de valvas 10 62 25 Quemadas 1 13 3 Valva derecha entera 3 31 9 Valva derecha fragmentada 1 10 3 Total valva derecha 4 41 12 Valva izquierda entera 3 14 10 Valva izquierda fragmentada 1 8 3 Total valva izquierda 4 22 13 Frag. Labio o cuerpo 3 10 5 5 5 3 78 2 41 1 1 2 1 44 3 108 1 1 2 1 111 1 18 18 2 50 50 1 15 15 1 65 65 2 1 1 28 1 29 1 13 1 1 1 15 1 41 1 1 2 44 13 1 1 14 Tabla 2. Características y distribución por capas de los restos de Cerastoderma glaucum. 69 Los moluscos marinos del mesolítico de la Cueva de la Cocina (Dos aguas, Valencia)... Figura 2. Restos de Cerastoderma glaucum de la capa 3. Figura 3. Relación anchura/altura de las valvas completas de Cerastoderma glaucum. 70 Josep Lluís Pascual Benito, Oreto García Puchol La medición de todas las valvas muestra que la mayor parte de ellas corresponden a ejemplares adultos. Tan solo en un caso la altura es inferior a 2 cm. (Fig. 3), por lo que probablemente existió una selección por el tamaño en la recolección de este bivalvo. ejemplares contienen. La mayor parte de las conchas se conservan completas, aunque el 11,8% se encuentran fragmentadas por la perforación. El 12,9% se encuentran quemadas y un ejemplar conserva escasos restos de ocre en su superficie. Ninguno de los restos de C. glaucum muestra erosión natural o incrustación de otros organismos postmortem, lo que sugiere que fueron recogidos vivos. Este hecho y la selección por tamaños en su recolección, apunta a que tuvieron un carácter bromatológico. Desconocemos el modo en que fueron preparados para su ingesta. En este sentido el porcentaje de valvas quemadas es escaso, un 17,2%. Algunas valvas presentan una pequeña muesca en el labio que podría relacionarse con la abertura de los ejemplares para acceder a las partes blandas, una hipótesis pendiente de confirmar mediante experimentación. Solo poco más de la tercera parte, un 36,5%, conservan el ápice completo (Fig. 4: 1). El resto de las conchas de C. rustica se encuentran rodadas, habiendo perdido el ápice por erosión natural, así como alguna vuelta, lo que indica, al contrario de lo que pasa con C. glaucum, que fueron recogidas en la playa una vez muerto el animal. Conservan cuatro vueltas el 4,3%, tres vueltas el 32,2%, dos vueltas el 24,7% y una sola vuelta el 2,1%. En estos dos últimos casos se observa que la zona interior de la columela ha sido eliminada o ampliada antrópicamente por presión y, por tanto, la zona apical se encuentra perforada (Fig. 4: 2 y 3). Columbella rustica (Linnaeus, 1758) Es la segunda especie más abundante con 93 ejemplares, todos ellos perforados en la última vuelta. Se encuentran mejor repartidos en toda la secuencia, si bien vuelven a ser las capas superiores las que más Todas las perforaciones ubicadas en la última vuelta de las C. rustica son amplias e irregulares y se efectuaron mediante percusión en el dorso de la última vuelta junto al labio, observándose en algunos casos una posterior regularización por presión. Figura 4. Selección de conchas marinas empleadas como adorno. 71 Los moluscos marinos del mesolítico de la Cueva de la Cocina (Dos aguas, Valencia)... Nassarius reticulatus (Linnaeus, 1758) Un ejemplar completo sin señales de erosión natural con perforación en la última vuelta enfrentada a la apertura realizada por percusión indirecta desde la cara interior (Fig. 4: 4). Glycymeris sp. Dos valvas de este género, de pequeño tamaño y muy rodadas, con perforación en el umbo producida por erosión natural, una de ellas quemada (Fig. 4: 6 y 7). Su grado de rodamiento impide la clasificación taxonómica a nivel de especie. Pecten sp. Un pequeño fragmento de borde y cuerpo del que resulta difícil una clasificación taxonómica más precisa. El borde muestra señales de erosión natural, mientras que el resto del perímetro presenta una fractura angulosa antigua, por lo que se deduce que posiblemente se fragmentó en el yacimiento (Fig. 4: 5). 3. La malacofauna marina de otros yacimientos mesolíticos valencianos de “Murex brandaris, Murex trunculus, Purpura haemastoma consul, Triton nodiferus, Cerithium vulgatum, Columbella rustica, Nassa reticulata y Purpura haemastoma“ entre los gasterópodos y “Pectunculus violascense, Venus gallina, Cardium glaucum, Spondylus gaederopus, Cardium tuberculatum, Pecten jacobaeus y Arca noae” entre los Lamelibranquios (VV.AA., 2008). Otro conchero, es el del nivel inferior del Abric de l’Assut de d’Almassora (Vila-real, Castellón), con una potencia superior a 0,80 m de espesor en algún punto, sin material lítico significativo y con abundantes conchas de moluscos marinos que “en su inmensa mayoría son del género «cardium»; excepcionalmente se encuentran algunos raros ejemplares del «pectunculus» y sólo en un caso de «nática», «cyprea» y «columbela», esta última perforada” (Esteve, 1970: 47). Este nivel se atribuye al mesolítico por su carácter de conchero y por su cercanía a Sitjar Baix (Martí et al., 2006), donde se documentó un triangulo tipo Cocina (Pascual y García, 1998). El tercer conchero del que tenemos noticias, actualmente desaparecido y de atribución cronológica indeterminada, se localizó en los años ochenta en un corte realizado para transformaciones agrícolas en los alrededores de Torre d’Espioca (Picassent, Valencia) y fue descrito como una acumulación antrópica de conchas con esca- Los restos malacológicos de origen marino son frecuentes en contextos mesolíticos valencianos, tanto en yacimientos del Mesolítico de Muescas y Denticulados (MMD) como del Mesolítico Geométrico (MG). Por regla general se documentan en número muy escaso y pertenecen a un reducido número de especies, si bien existen algunas excepciones. En tres casos los yacimientos forman auténticos concheros, todos ellos ubicados próximos a la costa y a marjales litorales (Fig. 5), si bien la información que se posee sobre estos conjuntos es muy desigual y no se dispone de ninguna cuantificación de los restos. El más conocido es el de El Collao (Oliva, Valencia) con una industria lítica donde se observan niveles del MMD y de la fase A del MG, del que en los avances de la malacofauna publicados se cita un amplio inventario de especies de origen marino entre las que abundan “Pectunculous gaditanus” y “Cardium edule” y entre los gasterópodos “Murex trunculus, Purpura haemastoma y Triton nodiferus” (Boscá, 1916). Posteriormente J. Cuerda y L. Gasull ofrecen un listado de las especies marinas de los numerosos restos recuperados en las excavaciones recientes, observando las presencia 72 Figura 5. Mapa del País Valenciano con yacimientos mesolíticos donde abundan los restos de Cerastoderma glaucum. Josep Lluís Pascual Benito, Oreto García Puchol sos restos líticos y “abundantes valvas de Cerastoderma edule/glaucum y escasos Cerithium vulgatum y Trunculariopsis trunculus” (Mateu et al., 1985: 93). alguna “Hinia reticulata”, “Hinia costulata”, Cerastoderma glaucum y Antalis sp. (Barciela, 2008: 110). Como ocurre en Cocina, en los tres concheros citados, la especie marina predominante es Cerastoderma glaucum, una circunstancia que tan solo se observa en otro yacimiento de interior recientemente excavado y el único conjunto publicado, el del asentamiento al aire libre de Benàmer (Muro, Alicante), donde en niveles atribuidos a la fase A de MG, se documentaron 61 valvas del género Cerastoderma (edule/glaucum), muchas de ellas completas, la mayor parte sin señales de erosión y un ejemplar quemado, además de un valva de Glycymeris con perforación natural y un fragmento de Columbella rustica (Barciela, 2011: 250). 4. Conclusiones Son más numerosos los yacimientos mesolíticos valencianos con especies utilizadas para adornos presentes en Cocina, especialmente Columbella rustica perforada presente en todos ellos, como ocurre en toda la vertiente mediterránea peninsular, desde el Valle del Ebro hasta la costa de Málaga (Pascual Benito, 1998: 132; Álvarez, 2008: 104), mientras que Glycymeris sp., Nassarius reticulatus, Pecten sp. y otras especies se documentan en menor numero de yacimientos. Sin ánimo de ser exhaustivos citaremos el conjunto documentado en niveles del MMD de la Cova de Santa Maira (Castell de Castells, Alicante): 16 Columbella rustica, dos Hinia reticulata, un Glycymeris sp., dos Clancullus corallinus y un fragmento rodado de bivalvo indeterminado perforado (Pascual Benito, 2006a: 101). Además, entre la escasa malacofauna no perforada de esa cavidad –15 taxones- hay presencia de cardiidos y un fragmento rodado de bivalvo indeterminado ( Jordá, 2006: 89). De la Penya del Comptador (Alcoi, Alicante) procede una Columbella rustica en un contexto del MMD, del Abric de la Falguera (Alcoi, Alicante) dos Columbella rustica en la fase VII, atribuida a un momento intermedio de la fase A del MG (Pascual Benito, 2006b: 303), de La Mangranera (Andilla, Valencia) una Columbella rustica y una valva de cardiido muy rodada, de la Covacha de Llatas (Andilla, Valencia), atribuido a la fase B/C del MG, M. Vidal determina “dos Columbelas, un Pectunculus perforados y una valva de Cardium edule” ( Jordá y Alcácer, 1949: 36), de la Cueva del Lagrimal (Villena, Alicante) 15 Columbella rustica y una Natica de la fase IV, atribuida al MG (Soler, 1991: 29) y de Casa de Lara (Villena, Alicante), con materiales de las fases A y B del MG y también neolíticos se recogieron sin referencia estratigráfica conchas perforadas, entre ellas abundantes Columbella rustica, El análisis de la malacofauna marina de la Cueva de de la Cocina muestra un aprovechamiento de recursos del mar y de humedales litorales para la obtención de productos comestibles y de materia prima para adornos. La primera función se ve reforzada con la presencia en el yacimiento de otras evidencias de origen marino. Así en la revisión de los materiales se han identificado diversos restos ictiológicos en curso de estudio, entre ellos dos mandíbulas y numerosos molares de Sparus aurata (dorada), una especie común en zonas litorales y desembocaduras de los ríos y que en ocasiones se ha llegado a pescar en zonas salobres de la Albufera, ecosistemas donde Cerastoderma glaucum abunda. Como hemos visto, el empleo de recursos marinos no es exclusivo de Cocina. En otros yacimientos mesolíticos valencianos, tanto ubicados próximos a la costa como en el interior, la abundancia de conchas Cerastoderma glaucum apunta hacia la explotación con carácter bromatológico de este bivalvo. La relación con los recursos litorales se ha documentado también durante el MMD en Santa Maira, ubicada a unos 35 km de la línea de costa actual, por los restos de espáridos, mugílidos y anguila allí documentados (Rodrigo, 2006: 87). Así mismo, el consumo de proteínas de origen marino por las poblaciones mesolíticas se ha constatado a partir del análisis de isótopos estables (carbono y nitrógeno) en restos humanos de El Collao y también de yacimientos en cueva del interior, Santa Maira y Mas Nou (Salazar et al., 2014). No existen datos seguros sobre la posición de la línea de costa durante la ocupación mesolítica de Cocina. En todo caso la distancia de Cocina a los recursos marinos aquí vistos estaría, en línea recta, entre 30 y 38 km, distancias de la cueva a la zona inundable (marjal de la Albufera), donde podía haber alguna laguna costera, y a la línea de costa actual, donde se sitúa la restinga de la Albufera. La presencia significativa de restos malacológicos e ictiológicos evidencia que la Cueva de la Cocina fue un lugar frecuentado de forma recurrente a lo largo de casi un milenio, especialmente durante la primera mitad del VI milenio antes del presente, por los últimos cazadores-recolectores, en el marco de una estrategia 73 Los moluscos marinos del mesolítico de la Cueva de la Cocina (Dos aguas, Valencia)... de explotación del territorio móvil que estaría ligada a desplazamientos costa/interior, tal como ha sido formulado recientemente, al contemplar la posible existencia de unos 15 grupos locales durante el mesolítico reciente en el País Valenciano, con un territorio con diámetro variable en torno a los 25-35 km. (Martí et al., 2008: 248, fig. 11). De cualquier modo, la explotación de recursos marinos para el consumo puede considerarse marginal y esporádica. La caza de la cabra y, en menor número de ciervos y jabalíes, constituiría el principal recurso económico de los grupos de caza-recolectores que ocuparon a lo largo de casi un milenio la Cueva de la Cocina. Agradecimientos Este trabajo se ha llevado a cabo en el marco del proyecto “Meso Cocina: los últimos caza-recolectores y el paradigma de la neolitización en el mediterráneo occidental” (HAR2012-33111), subvencionado por el Ministerio de Economía y Competividad, Gobierno de España. Bibliografía Álvarez-Fernández, E., 2008. The use of Columbella rustica (Clase: Gastropoda) in the Iberian Peninsula and Europe during the Mesolithic and Early Neolithic. En: Hernández, M., Soler, J.A., López Padilla, J.A. (Eds.), IV Congreso del Neolítico Peninsular (Alicante 2006), Tomo II. Museo Arqueológico de Alicante, Alicante, 103-111. Barciela, V., 2008. Adorno y simbolismo. Los adornos personales del Neolítico y Eneolítico en Villena (Alicante). Fundación municipal José María Soler, Villena. 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El material examinado procede de la unidad estratigráfica (UE) 108, de un área de 0,5 m2 y de un volumen total de 22 litros. Los resultados obtenidos nos permiten plantear conclusiones de diferente índole: a) La presencia de Phorcus lineatus, Patella depressa y Patella ulyssiponensis indican la existencia de unas condiciones climáticas templadas, propias del Holoceno; b) El porcentaje de las especies, las zonas de recolección y la biometría de determinados restos permiten plantear una cierta intensificación en la captura de recursos costeros a inicios del Mesolítico; c) La elevada fragmentación de las conchas parece sugerir una alta ocupación de la cavidad; y d) El estudio de los materiales procedentes de la malla de 1 mm demostró la necesidad de analizar estos restos para estimar correctamente el número mínimo de individuos de Paracentrotus lividus. Palabras clave: Mesolítico, conchero, arqueomalacología, categorías de fragmentación, explotación de moluscos, intensificación. Abstract In this paper, we show the results obtained through the archaeomalacological analysis of the oldest stratigraphic unit of the shell midden site of El Mazo (Llanes, Asturias), dated to the early Mesolithic. The remains studied were recovered from stratigraphic unit (SU) 108 and the total area and volume of sediment excavated was 0.5 m2 and 22 dm3, respectively. The results suggest different issues: a) The presence of Phorcus lineatus, Patella depressa and Patella ulyssiponensis suggests that environmental conditions were very similar to today; b) The species representation, the collection areas and the biometrical study indicated that coastal resource exploitation during the early Mesolithic was more intensive than in previous periods; c) The fragmentation indices suggested a high human occupation of the cave during this period; d) The study of material from the 1 mm mesh showed the need to analyse these remains to correctly estimate de minimum number of Paracentrotus lividus. Keywords: Mesolithic, shell midden, archaeomalacology, fragmentation categories, exploitation of molluscs, intensification. 1 Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria, Universidad de Cantabria. Edif. Interfacultativo, Avda. Los Castros s/n. 39005 Santander, España. a.garcia.escarzaga@gmail.com; igorgutierrez.zug@gmail.com; moralesm@unican.es 77 Análisis arqueomalacológico de la unidad estratigráfica 108 del Conchero... 1. Introducción La utilización de recursos marinos por parte de poblaciones de cazadores-recolectores-pescadores ha sido identificada en la región cantábrica desde los inicios del Paleolítico superior y se prolonga a lo largo de este periodo (Álvarez-Fernández, 2009; 2013; Cuenca-Solana et al., 2013; Gutiérrez Zugasti, 2009; Gutiérrez-Zugasti et al., 2013a), si bien la evidencia actual sugiere que dicho aprovechamiento se llevó a cabo de forma poco intensa (GutiérrezZugasti et al., 2013b). Esta situación contrasta con el posterior período mesolítico, en el que la información disponible sobre el aprovechamiento de moluscos, equinodermos y crustáceos refleja una mayor explotación de estos recursos (Álvarez-Fernández, 2011; Gutiérrez Zugasti, 2009; 2011a). En este sentido, uno de los rasgos más característicos del Mesolítico Cantábrico (9500 – 6000 BP) es la formación de concheros en zonas litorales, siendo una de las más prolíficas la costa del Oriente de Asturias. Las peculiaridades del registro arqueológico mesolítico en esta zona fueron identificadas desde los inicios del siglo XX y dieron lugar a la tradicionalmente denominada cultura Asturiense (Clark, 1976; González Morales, 1982; Vega del Sella, 1923), una de cuyas principales características es la abundante utilización de recursos costeros, especialmente moluscos. A pesar de que las investigaciones previas han reportado una considerable información en relación a las características socio-económicas de los últimos cazadores-recolectores-pescadores de la región cantábrica, aún son abundantes los interrogantes relativos a la explotación del medio marino. Algunos de los aspectos de mayor interés son la evolución del proceso de intensificación en el aprovechamiento de recursos costeros, la reconstrucción de las condiciones paleoclimáticas o el establecimiento de los patrones de ocupación de los yacimientos. En este trabajo se analizan los moluscos, equinodermos y crustáceos recuperados en la unidad estratigráfica (UE) 108 de la cueva de El Mazo, atendiendo especialmente a la representación de especies, la tafonomía, las zonas de recolección y la biometría. El objetivo de dicho análisis es aportar información sobre las condiciones climáticas a inicios del Holoceno, el grado de ocupación de la 78 cavidad y las estrategias de subsistencia de los grupos humanos que habitaron El Mazo, valorando la intensidad con la que se llevó a cabo la actividad recolectora por parte de éstos. 2. Materiales y metodología El material arqueológico analizado procede de la base del conchero mesolítico de la cueva de El Mazo (Llanes, Asturias) (Fig. 1) (Gutiérrez Zugasti y González Morales, 2014). En este estudio se han examinado los restos de moluscos y de otros recursos litorales (crustáceos y equinodermos) recuperados en la mitad sur de los sectores C y D de los cuadros X15 y X16 de la UE 108 (Fig. 2), que se adscriben a un momento inicial del Mesolítico (9019-8729 cal BP, 8859-8449 cal BP, 8438-8176 cal BP). El material procede de un área de 0,5 m2 y un volumen total de 22 dm3, y fue sometido a una limpieza con agua y un cribado con mallas de 4, 2, 1 y 0,5 mm. La metodología aplicada para la realización de este análisis arqueomalacológico es la desarrollada inicialmente por Moreno (1994) para el cálculo del número de restos (NR) y el número mínimo de individuos (NMI) a partir de las diferentes categorías de fragmentación, y completada posteriormente por Gutiérrez Zugasti (2009; 2010; 2011b; 2011c) para el índice de fragmentación (IF), el análisis biométrico y tafonómico, y el estudio de crustáceos y equinodermos. La sistemática empleada es la propuesta por CLEMAM (Museo Nacional de Historia de París, http://www.somali.asso.fr/clemam/ index.clemam.htm) y WoRMS (World Register of Marine Species, http://www.marinespecies.org/) para las especies marinas y por Kerney y Cameron (1999) para las terrestres. La identificación taxonómica ha sido realizada a partir de guías especializadas (Fechter y Falkner, 1993; Palacios y Vega de la Torre, 1997). Las zonas de recolección de las especies documentadas en este estudio (exposición, sustrato y zonación vertical) han sido estimadas a partir de la síntesis realizada por Gutiérrez Zugasti (2009) sobre el hábitat preferente de las especies, las observaciones realizadas en la playa de Langre (Ribamontán al Mar, Cantabria) y las fórmulas propuestas para tal efecto por Bailey y Craighead (2003). El análisis estadístico y el test de normalidad (Shapiro-Wilk) ha sido realizado con el programa PAST (Hammer et al., 2001). Asier García-Escárzaga, Igor Gutiérrez-Zugasti, Manuel R.González-Morales Figura 1. Localización de El Mazo en el norte de la Península Ibérica. 79 Análisis arqueomalacológico de la unidad estratigráfica 108 del Conchero... Figura 2. Perfil estratigráfico Norte del conchero en los cuadros X15 y X16 de El Mazo 3. Resultados En la UE 108 se han documentado un total de 20 taxones (Tabla 1). Los dos taxones más abundantes son Phorcus lineatus (da Costa, 1778) y Patella sp., ya que entre ambos suponen el 87,4% del NMI total. El resto de las especies representadas en esta unidad son de carácter marginal, aunque deben reseñarse los resultados obtenidos para el erizo de mar Paracentrotus lividus (Lamarck, 1816), 80 pues a continuación de P. lineatus y Patella sp. es el taxón con interés bromatológico más abundante, con un 3,9% del NMI total. El proceso tafonómico documentado con mayor asiduidad es la fragmentación, aunque también se han registrado otros procesos como la incrustación, la perforación, la carbonificación y el encostramiento. La cantidad de restos quemados en la especie P. lineatus es del 77%, mientras que en el Asier García-Escárzaga, Igor Gutiérrez-Zugasti, Manuel R.González-Morales Taxón UE 108 Bivalvos marinos NR NR% NMI NMI% NMI/dm3 Peso (g) Mytilus sp. 571 0,9 14 0,6 0,6 43,2 Total 571 0,9 14 0,6 0,6 43,2 Gasterópodos marinos NR NR% NMI NMI% NMI/dm3 Peso (g) 1 0,002 1 0,04 0,05 0,9 2895 4,5 329 14,5 15,0 721,5 Gibbula umbilicalis 1 0,002 1 0,04 0,05 1,2 Gibbula sp. 24 0,04 15 0,7 0,7 4,8 Nassarius incrassatus 1 0,002 1 0,04 0,05 1,1 Patella vulgata 536 0,8 536 23,7 24,4 590,4 Patella depressa 230 0,4 230 10,2 10,5 231,3 Patella ulyssiponensis 32 0,0 32 1,4 1,5 45,6 Patella sp. 14988 23,1 853 37,7 38,8 1493 Total 18708 29 1998 88,2 91 Gasterópodos terrestres NR NR% NMI NMI% NMI/dm Peso (g) Cepaea nemoralis 717 1,1 26 1,1 1,2 11,7 2 0,003 2 0,09 0,09 112 0,2 101 4,5 4,6 Oestophorella buvinieri 4 0,006 3 0,1 0,1 Familia Zonitidae 1 0,002 1 0,04 0,05 Orden Pulmonata 239 0,4 1 0,04 0,05 Pomatias elegans 107 0,2 23 1 1 Total 1182 1,8 157 6,9 7,1 29,8 Crustáceos NR NR% NMI NMI% NMI/dm3 Peso (g) Brachyura sp. 25 0,04 6 0,3 0,3 6,8 Balanus sp. 1 0,002 1 0,04 0,05 NR NR% NMI NMI% NMI/dm Peso (g) 40412 62,3 89 3,9 4,05 432,5 396 0,6 0 0 0 64907 100 2265 100 103 Littorina saxatilis Phorcus lineatus Familia Clausiliidae Cochlostoma sp. Equinodermos Paracentrotus lividus No identificados TOTAL 3090 3 0,2 3 3602,3 Tabla 1. Cuantificación (NR, NMI, peso, frecuencias relativas y densidad) de los taxones identificados. 81 Análisis arqueomalacológico de la unidad estratigráfica 108 del Conchero... Figura 3. Índices de fragmentación de las diferentes especies (valores bajos reflejan una alta fragmentación). género Patella es del 20,1%. El IF ha sido calculado de manera exclusiva con los datos procedentes del análisis del material recogido en las mallas de 2 y 4 mm, para así poder comparar la información recabada con aquella que ha sido presentada para otros yacimientos de la región cantábrica, donde no se ha realizado un cribado con la malla de 1 mm. El taxón que presenta un mayor IF es Cepaea nemoralis (Linnaeus, 1758), seguido de Mytilus sp. El género Patella y la especie P. lineatus también presentan una alta fragmentación (Fig. 3). El NMI de los diferentes taxones y sus hábitats preferentes sugieren que se produjo un aprovechamiento mayoritario de zonas de costa abierta (Fig. 4A). La ecuación de Bailey y Craighead (2003) indica que el 98,1% de los taxones de Patella vulgata Linnaeus, 1758 proceden de un área expuesta. El sustrato explotado con mayor asiduidad es el rocoso, con un 98,7%, siendo minoritaria la recolección en fondos arenosos (0,1%) o en áreas terrestres (1,2%). La mayor parte de los recursos litorales recuperados proceden del área intermareal (Fig. 4B). La fórmula de Bailey y Craighead (2003) para calcular la posición en la vertical de P. vulgata, sugiere que los taxones de esta especie fueron recogidos preferentemente en las zonas media y baja del intermareal (78,8%). El estudio biométrico ha permitido conocer los tamaños (en mm) medios de P. lineatus, P. vulgata y Patella depressa Pennant, 1777 (Tabla 2). El análisis estadístico y la aplicación del test ShapiroWilk han indicado que la distribución de los tamaños no es normal ni log-normal en las especies P. lineatus (Fig. 5A) y P. vulgata (Fig. 5B), al tiempo que presenta una asimetría positiva en ambas especies. En cambio, la distribución de los tamaños Figura 4. Zonas de recolección: A) Exposición de la costa y B) Zonación vertical. 82 Asier García-Escárzaga, Igor Gutiérrez-Zugasti, Manuel R.González-Morales Figura 5. Representación estadística y distribución de los tamaños de A) P. lineatus; B) P. vulgata y C) P. depressa. 83 Análisis arqueomalacológico de la unidad estratigráfica 108 del Conchero... Longitud Taxón Anchura n Tamaño (mm) n Tamaño (mm) P. lineatus 241 16,7 176 16,4 P. vulgata 391 24,6 397 20,1 P. depressa 168 24,5 167 19,8 P. lividus (semi-pirámides) 175 9,9 175 4 P. lividus (rótulas) 431 4,9 Tabla 2. Longitud y anchura (en mm) de las principales especies explotadas. Mallas utilizadas Taxón Bivalvos marinos 4 mm 4 -2 mm Diferencias con 4 mm 4-2-1 mm Diferencias con 4-2 mm NMI NMI % NMI % Mytilus sp. 9 14 35,7 14 0 Total Bivalvos 9 14 35,7 14 0 NMI NMI % NMI % 0 1 100 1 0 326 329 0,9 329 0 Gasteróp. marinos Littorina saxatilis Phorcus lineatus Gibbula umbilicalis 1 1 0 1 0 Gibbula sp. 13 15 13,3 15 0 Nassarius incrassatus 1 1 0 1 0 Patella vulgata 536 536 0 536 0 Patella depressa 230 230 0 230 0 Patella ulyssiponensis 32 32 0 32 0 Patella sp. 633 853 25,8 857 0,5 Total Gast. marinos 1772 1998 140 2002 0,2 Gasteróp. terrestres NMI NMI % NMI % Cepaea nemoralis 6 26 76,9 26 0 Familia Clausiliidae 0 2 100 2 0 Cochlostoma sp. 11 101 89,1 101 0 Oestophorella buvinieri 3 3 0 3 0 Familia Zonitidae 0 1 100 1 0 Orden Pulmonata 1 1 0 1 0 Pomatias elegans 11 23 52,2 23 0 Total Gast. terrestres Crustáceos Orden Brachyura Balanus sp. Equinodermos Paracentrotus lividus TOTAL 32 157 79,6 157 0 NMI NMI % NMI % 2 6 66,7 6 0 0 1 100 1 0 NMI NMI % NMI % 21 61 65,6 89 31,5 1836 2237 17,9 2269 1,4 Tabla 3. NMI recuperados empleando diferentes tamaños de mallas y las diferencias porcentuales si no se considerarían los restos procedentes de las mallas de 2 y 1 mm. 84 Asier García-Escárzaga, Igor Gutiérrez-Zugasti, Manuel R.González-Morales es normal para el taxón P. depressa (Fig. 5C). El análisis biométrico de los tamaños (en mm) de P. lividus ha sido realizado sobre los dos elementos diagnósticos más abundantes: las semi-pirámides y las rótulas (Tabla 2). En este análisis arqueomalacológico se han estudiado de manera independiente los materiales recuperados en las mallas de 4, 2, 1 y 0,5 mm para así cuantificar el NMI que se perdería en el caso de no utilizar los tamaños más pequeños. El porcentaje de NMI perdido entre el análisis de los restos procedentes exclusivamente de la malla de 4 mm y usando también la de 2 mm es especialmente reseñable en el género Patella y en la especie P. lividus. La aportación de mayor interés al emplear el material recuperado en la malla de un 1 mm se produce en P. lividus (Tabla 3). El análisis del material recuperado mediante el tamizado de 0,5 mm no ha reportado ningún elemento diagnóstico. 4. Discusión 4.1. Representación taxonómica Los resultados obtenidos sugieren que la explotación malacológica está definida por una notable especialización, centrándose ésta en el género Patella y la especie P. lineatus. Esta información está en sintonía con los estudios desarrollados para aquellas áreas de la región cantábrica exentas de estuarios, donde estos taxones siempre suponen más del 80% del NMI durante el Mesolítico (Álvarez Fernández et al., 2013; Gutiérrez Zugasti, 2009). Esta especialización es consecuencia de la necesidad de proceder a una explotación sistemática de los moluscos propios de un sustrato rocoso y de zonas de costa abierta, donde los dos taxones señalados son predominantes. La proporción de los diferentes taxones también tiene un interés paleoclimático, ya que determinadas especies presentan unas preferencias climáticas definidas. Desde fines del Magdaleniense hasta el Mesolítico se observa una sustitución gradual de Littorina littorea (Linnaeus, 1758) por P. lineatus y un aumento de Patella ulyssiponensis Gmelin, 1791 y P. depressa en detrimento de P. vulgata, aunque esta última continúa apareciendo en proporciones considerables durante todo el Mesolítico (Álvarez-Fernández, 2011; Gutiérrez Zugasti, 2009). Los datos obtenidos para la UE 108 de El Mazo se encuentran en sintonía con el patrón descrito, ya que no se han hallado restos de L. littorea y el porcentaje de P. lineatus es similar al documentado en los yacimientos mesolíticos cercanos de Poza l´Egua (Llanes, Asturias) (Arias et al., 2007) o Mazaculos II (Ribadedeva, Asturias) (Gutiérrez Zugasti, 2009), aunque, en La Llana (Llanes, Asturias) la aportación porcentual de P. lineatus es muy superior (Gutiérrez Zugasti, 2009). A diferencia de lo que ocurre en los yacimientos citados, donde los porcentajes de P. depressa son similares a los de P. vulgata, en la UE 108 de El Mazo la importancia cuantitativa de P. vulgata es superior a la de P. depressa, aunque la presencia de este segundo taxón permite corroborar un aumento cuantitativo de esta especie a inicios del Holoceno. El resto de los taxones identificados en la UE 108 se encuentran en proporciones meramente testimoniales. A pesar de su baja proporción, las especies C. nemoralis y P. lividus merecen una consideración pormenorizada. La presencia de caracoles terrestres en los yacimientos arqueológicos a manudo tiene un origen intrusivo, como ocurre en la UE 108 de El Mazo, si bien en ocasiones se ha documentado su recogida y consumo por grupos humanos, como en el nivel aziliense de La Fragua (Santoña, Cantabria) (Gutiérrez Zugasti, 2009; 2011d) o en los niveles mesolíticos de Arenal de la Virgen y Casa Corona (Villena, Alicante) (Fernández-López de Pablo et al., 2011). Al tiempo, la presencia de C. nemoralis permite obtener datos paleoclimáticos, ya que están relacionados con áreas kársticas y húmedas, y con bosques caducifolios, característicos del Holoceno (Kerney y Cameron, 1999). La cantidad de erizos de mar recuperados en la región cantábrica habitualmente es escasa, salvo en el nivel mesolítico de Arenillas (Islares, Cantabria), donde se documentaron 243 individuos (2,3%) (Gutiérrez Zugasti, 2009) y los niveles Magdaleniense Final y Aziliense de Santa Catalina (Lekeitio, Bizkaia) con 297 (3,7%) y 148 (3,8%) individuos, respectivamente (Gutiérrez Zugasti, 2014). En la UE 108 de El Mazo la aportación cuantitativa de esta especie es menor, sin embargo el porcentaje con respecto al total del NMI es ligeramente superior y también lo es la densidad por dm3 (Tabla 1), que en Santa Catalina fue de 1,3 para el Magdaleniense Final y 1,2 para el Aziliense. El hábitat preferente de estos organismos es el intermareal bajo y el submareal, lo 85 Análisis arqueomalacológico de la unidad estratigráfica 108 del Conchero... que dificulta su captura. Esta idea sugiere una posible diversificación e intensificación en la captura de recursos marinos (Gutiérrez Zugasti, 2009; 2011c; 2014). 4.2. Análisis tafonómico Los procesos tafonómicos de la UE 108 son similares a los documentados en otros registros cantábricos (Gutiérrez Zugasti, 2009). El encostramiento del material arqueológico se observa en su mayor parte en el cuadro X15, más expuesto a la precipitación de carbonato por ser la zona más externa del sondeo y situarse bajo la cornisa del abrigo. La carbonificación ha sido documentada en la totalidad del área analizada de una forma muy similar. Sin embargo, este agente tafonómico no afectó de igual manera a todas las especies, ya que mientras el número de restos del género Patella carbonificados es del 20,1%, en el caso de P. lineatus es del 77%. La causa de este proceso post mortem en ambos taxones puede estar relacionada con: a) un posible asado de los moluscos para su consumo; o con b) una acumulación de las conchas en las inmediaciones de los hogares, propiciando así su característica coloración negruzca. Los datos sugieren que la posibilidad con mayor verosimilitud es la segunda, aunque la mayor carbonificación de los restos de P. lineatus también podría estar relacionada con su asado para el consumo alimenticio, ya que, a diferencia del género Patella, la extracción de este molusco requiere de su muerte previa. El estudio de la fragmentación muestra que los índices de Patella sp. y P. lineatus son bajos (Fig. 3), lo que evidencia una alta fragmentación, superior a la media del resto de yacimientos de la región cantábrica (Gutiérrez Zugasti, 2009; 2011c). La causa de esta elevada fragmentación podría estar relacionada con una alta ocupación de la cavidad a inicios del Mesolítico, ya que: a) no se han documentado desplazamientos o movimientos geológicos que pudieran causar la alta fragmentación; b) el porcentaje de restos carbonificados en el caso del género Patella no es lo suficientemente alto para haber generado esa degradación; y c) las dataciones absolutas de las unidades estratigráficas correspondientes a la base del conchero parecen corroborar esta idea, ya que sugieren una rápida formación de los niveles inferiores. La alta fragmentación del género Patella ha propiciado que el número de ápices 86 sea muy elevado (43% del NMI total de lapas), imposibilitando así su correcta identificación a nivel de especie y provocando que un número importante de individuos hayan debido ser incluidos en la categoría Patella sp. 4.3. Zonas de explotación El NMI de los diferentes taxones recuperados y las zonas de hábitat de estos organismos sugieren que se produjo una explotación importante de la costa abierta (Fig. 4A). El significativo porcentaje que presentan los ambientes estuarinos tiene una razón metodológica, ya que P. vulgata contribuye a sumar en ambas zonas. No obstante, la ecuación de regresión propuesta por Bailey y Craighead (2003) indica que el 98,1% de los individuos de esta especie proceden de un área expuesta. Por tanto, se puede afirmar que la explotación del litoral se centraba casi con exclusividad en la costa abierta, y concretamente, en las zonas más batidas por el oleaje. Esta información puede ser esgrimida para justificar un proceso de intensificación en el aprovechamientos de recursos costeros, ya que desde fines del Paleolítico Superior se aprecia un paulatino incremento de la explotación malacológica en aquellas áreas más expuestas del litoral, y por ende más peligrosas (Gutiérrez Zugasti, 2010). Los datos referentes a la zonación vertical sugieren una explotación centrada en el intermareal, siendo muy similar la contribución de las diferentes zonas (Fig. 4B). La aplicación de la fórmula elaborada por Craighead para P. vulgata (Bailey y Craighead, 2003) indica que el 78,8% de los individuos de esta especie proceden de la zona mediabaja del intermareal. Este porcentaje contrasta con los obtenidos para otros yacimientos del Magdaleniense Superior Final y del Aziliense en la región cantábrica, momentos en los que se observa una igual explotación de P. vulgata en zonas altas y bajas del intermareal (Gutiérrez Zugasti, 2010). Los resultados sugieren que se produjo una explotación importante de la zona de más difícil acceso y que, al menos en la especie P. vulgata, el uso de esta zona es mayor que en los periodos previos. Al igual que ocurre con la mayor explotación de zonas expuesta y el proceso de diversificación atestiguado, la información referente a la zonación vertical sugiere la existencia de una cierta intensificación en comparación con los momentos previos. Asier García-Escárzaga, Igor Gutiérrez-Zugasti, Manuel R.González-Morales 4.4. Estudio biométrico y estadístico Los tamaños de los taxones con interés bromatológico más representados (Patella sp. y P. lineatus) se encuentran en sintonía con la información obtenida hasta el presente para la región cantábrica. La longitud y el diámetro de los ejemplares muestran una reducción de tamaños considerable con respecto al Paleolítico Superior (Álvarez-Fernández, 2009; Álvarez-Fernández et al., 2011; Arias et al., 2007; Gutiérrez-Zugasti, 2011a; Ortea, 1986) y, en términos generales, son muy similares a los del Mesolítico (Álvarez-Fernández, 2013; ÁlvarezFernández et al., 2011; Arias et al., 2007; Gutiérrez-Zugasti, 2011a). Estos datos sugieren que la presión sobre los recursos costeros ha aumentado con respecto a los periodos previos. Sin embargo, todavía no parece que esta intensificación sea muy acusada, ya que el estudio estadístico y la aplicación del test Shapiro-Wilk muestran que la distribución de los tamaños no es normal ni log-normal en P. lineatus (Fig. 5A) y P. vulgata (Fig. 5B), y que en ambos casos esta distribución presenta una asimetría positiva, lo que indica que se produce una recolección de los ejemplares de mayor tamaño. Si bien es cierto que P. depressa (Fig. 5C) presenta una distribución normal, la asimetría positiva sugiere que también se produce una captura de los individuos más grandes y que por tanto, no se produce una explotación indiscriminada de este taxón. Por otro lado, el análisis biométrico de P. lividus (Tabla 2) refleja una reducción del tamaño de las semi-pirámides con respecto a las recuperadas en los niveles adscritos al Magdaleniense Superior (11,1 mm), Magdaleniense Superior Final (10,8 mm) y Aziliense (10,6 mm) de Santa Catalina (Gutiérrez Zugasti, 2014). La reducción del tamaño de las semi-pirámides en relación a los contextos previos podría ser interpretada como otro síntoma de un proceso de intensificación en la explotación del medio marino. 4.5. Consideraciones metodológicas La mayor parte de las investigaciones arqueomalacológicas desarrolladas previamente en la región cantábrica han analizado el material procedente de diferentes tamaños de malla, siendo la de 2 mm la de menores dimensiones. Hasta la fecha, sólo se han considerado los materiales recuperados en la malla de 1 mm para el estudio de J3, donde no se observó una pérdida del NMI con respecto a la malla de 2 mm (Álvarez-Fernández et al., 2010). Los resultados presentados en este trabajo muestran que el NMI de P. lividus perdido supone casi un 32% en el caso de no contabilizar los restos menores a 2 mm (Tabla 3). Esta desigual información está causada porque la aportación cuantitativa de P. lividus en J3 era muy escasa, hallándose exclusivamente radiolas y fragmentos de caparazón. En conclusión, los datos presentados en este trabajo sugieren que la omisión del estudio de los restos recogidos en las mallas de 1 mm podría significar una pérdida considerable de los elementos diagnósticos más pequeños y por tanto una infrarrepresentación del NMI. 5. Conclusiones El crecimiento cuantitativo y cualitativo de los estudios arqueomalacológicos en la región cantábrica ha permitido conocer la evolución de la explotación de moluscos a lo largo de la Prehistoria en el área señalada. Las conclusiones obtenidas a partir del análisis arqueomalacológico de la UE 108 de El Mazo están en sintonía con aquellas que han sido esgrimidas previamente a partir de otros contextos arqueológicos de la región cantábrica, y que sugieren un aumento del consumo de recursos marinos en general y malacológicos en particular desde el Paleolítico Superior Final, alcanzado una mayor importancia durante el Mesolítico e inicios del Neolítico. Este trabajo ha permitido caracterizar el grado de explotación de moluscos, y por ende también las características socio-económicas de los grupos humanos prehistóricos a inicios del Mesolítico en el yacimiento de El Mazo. Los resultados obtenidos sugieren que las condiciones climáticas a inicios del Holoceno eran similares a las actuales. La elevada fragmentación que presentan las conchas podría relacionarse con una alta ocupación de la cavidad a inicios del Mesolítico. Al tiempo, las zonas de recolección y la biometría parecen reflejar una intensificación en la explotación del medio marino, al menos con respecto al Paleolítico Superior y al Aziliense. No obstante, esta intensificación no debió ser muy acusada, pues el estudio estadístico refleja una recolección de los ejemplares más grandes. El uso de los materiales procedentes de la malla de 1 mm ha permitido observar que se produce una pérdida significativa del NMI de 87 Análisis arqueomalacológico de la unidad estratigráfica 108 del Conchero... P. lividus, cuya presencia no parece importante desde un punto de vista cuantitativo pero sí cualitativo, en tanto en cuanto permite constatar una mayor diversificación en la explotación de los recursos litorales. Agradecimientos Esta investigación se enmarca en el proyecto del Plan Nacional de I+D+I “Tracechange: Identificación de eventos de cambio climático abrupto y su impacto social durante el Pleistoceno final y el Holoceno inicial (15.000-7000 cal BP) (HAR201346802-P)”, financiada por el Ministerio de Economía y Competitividad del Gobierno de España. Al tiempo, también ha sido financiada por la Universidad de Cantabria mediante una beca predoctoral concedida a AGE y por el Ministerio de Economía y Competitividad del Gobierno de España mediante un contrato del programa Juan de la Cierva concedido a IGZ. Así mismo, debemos mostrar nuestro agradecimiento a la Universidad de Cantabria, al IIIPC, al Grupo de Ingeniería Fotónica por el apoyo proporcionado y a David Cuenca Solana, Javier Martín Chivelet, Luis Teira y Patricia Bello Alonso por su inestimable ayuda. Bibliografía Álvarez-Fernández, E., 2009. Análisis arqueomalacológico de la cueva de Altamira (Santillana del Mar, Cantabria): Excavaciones de J. González Echegaray y L.G. Freeman. Complutum 20 (1), 55-70. Álvarez-Fernández, E., 2011. Humans and marine resource interaction reappraised: Archaeofauna remains during the late Pleistocene and Holocene in Cantabrian Spain. Journal of Anthropological Archaeology 30 (3), 327-343. 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Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas 32 (Serie Prehistórica 27), Madrid. 89 Un acercamiento al aprovechamiento de los recursos litorales durante el Mesolítico: los invertebrados marinos del abrigo de El Toral III (Llanes, Asturias) Patricia Bello-Alonso1, Lander Ozkorta-Escribano2, Igor Gutiérrez-Zugasti1 Resumen Los concheros mesolíticos que se localizan en el área del oriente de Asturias y que han sido objeto de estudio indican que los grupos de cazadores-pescadores-recolectores ejercían una intensa explotación sobre el medio litoral. Pese a todo, el estudio de concheros en la región no siempre ha sido llevado a cabo en detalle, principalmente, debido a las características inherentes a los propios depósitos, que generalmente aparecen cementados. En este artículo se presentan los resultados obtenidos tras el estudio de los restos de moluscos, crustáceos y equinodermos hallados en las unidades estratigráficas 13A y 21 pertenecientes al depósito arqueológico de El Toral III (Llanes, Asturias) y fechadas en un Mesolítico avanzado. La aplicación de una metodología de análisis dividida en varias fases (clasificación taxonómica y anatómica de los restos, cuantificación de los mismos y análisis tafonómico) ha permitido realizar una aproximación a las formas de vida de los grupos humanos que habitaron el yacimiento durante el periodo indicado, así como a los patrones de explotación del medio marino y a la importancia que tuvieron estos recursos dentro de las estrategias de subsistencia de los últimos cazadores-pescadores-recolectores. Palabras clave: Arqueomalacología, Mesolítico, Recursos costeros, Invertebrados marinos, Conchero. Abstract Previous research on Mesolithic shell middens located in eastern Asturias showed that hunter-fisher-gatherers practiced an intensive exploitation of coastal environments. Nevertheless, the study of shell middens in the region is usually difficult, mainly due to characteristics of the deposits, which are often cemented. In this paper we show the results obtained through the study of molluscs, crustaceans and echinoderms found in the stratigraphic units 13A and 21 from El Toral III (Llanes, Asturias) and dated totheMesolithic. The analytical methodology was divided in several phases (anatomical and taxonomical identification, quantification and taphonomical analysis). Results allowed an approach to the lifestyle of human groups that inhabited the site during the Mesolithic, as well as to the patterns of exploitation of coastal environments and the importance of theseresources within the subsistence strategies of the last hunter-fisher-gatherers. Keywords: Archaeomalacology, Mesolithic, Coastal resources, marine invertebrates, Shell midden. Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria, Universidad de Cantabria. Ed. Interfacultativo, Avda. de los Castros s/n, 39005 Santander (España). patriciamariabelloalonso@gmail.com; igorgutierrez.zug@gmail.com 2 Universidad del País Vasco. Departamento de Estratigrafía y Paleontología, Ed. Facultad de Ciencia y Tecnología. Barrio Sarriena s/n. 48940 Leioa, Bizakaia. lozkorta@gmail.com 1 91 Un acercamiento al aprovechamiento de los recursos litorales durante el Mesolítico... 1. Introducción Las diversas investigaciones llevadas a cabo desde finales del siglo XIX hasta la actualidad dentro del marco atlántico europeo señalan que los recursos marinos en general y la recolección de moluscos en particular han sido una de las principales fuentes de alimentación a las que ha recurrido el ser humano desde tiempos remotos (Gutiérrez-Zugasti et al., 2011). En el caso concreto de la región cantábrica, los depósitos de conchero aparecen, fundamentalmente, desde el Paleolítico Superior hasta el Neolítico y en menor medida en periodos posteriores (Leoz y Labadía, 1984; Altuna, 1985; Madariaga & Fernández-Pato, 1985; Moreno y Morales, 1987; Álvarez-Fernández, 2011, 2012; Álvarez-Fernández et al., 2013; Gutiérrez-Zugasti, 2011a). No obstante, las evidencias arqueológicas parecen indicar que fue durante el Mesolítico cuando se produjo un aprovechamiento más sistemático de moluscos (Ortea, 1986; Bailey y Craighead, 2003; Arias et al., 2007; Álvarez Fernández, 2011; Gutiérrez-Zugasti, 2011a), realidad especialmente visible en el Oriente de Asturias a lo largo del intervalo temporal denominado como Asturiense (Vega del Sella, 1923; Clark, 1976; González Morales, 1982). En este artículo se presentan los resultados del análisis de los moluscos, equinodermos y crustáceos procedentes de las unidades estratigráficas 13A y 21 de la cueva de El Toral III (Llanes, Asturias). El objetivo de este análisis es aportar nueva información sobre las características, tanto sociales como económicas, de los últimos cazadores-pescadores-recolectores que habitaron la zona oriental de la costa asturiana, pues a pesar de la larga tradición investigadora existente en esta zona, aún son muchas las cuestiones por resolver. Al mismo tiempo, a partir de los datos obtenidos también se busca aportar nuevas perspectivas sobre el aprovechamiento de los moluscos, las estrategias de explotación y la importancia de estos recursos dentro de la dieta de los grupos humanos. 2. Material y métodos La cueva del El Toral III se localiza en la parroquia de Andrín (Llanes, Asturias), dentro de la Región Cantábrica (Fig. 1) y dista 1 km de la franja litoral. Se trata de una cavidad pequeña, de corto desarrollo relativo, ya que a los pocos metros de la entrada se abre un socavón de tamaño considerable que impide el paso pero que conecta la cavidad con el resto del sistema kárstico. El 92 yacimiento arqueológico se localiza principalmente en el abrigo exterior, que tiene unos ocho metros de longitud. La intervención arqueológica en el yacimiento se inició en 2009 con motivo de la construcción de la Autovía del Cantábrico, ya que el trazado inicial suponía la destrucción de esta cavidad. Las características del abrigo hicieron que éste se dividiera en dos grandes áreas diferenciadas, la zona A y la zona B. La primera se localiza en la parte sur de la cavidad mientras que la segunda se ubica en la parte norte del yacimiento. La excavación del yacimiento puso de manifiesto la existencia de diferentes unidades estratigráficas (UE), la mayor parte de ellas de conchero, en las que se han recuperado diferentes materiales. Asimismo se ha identificado la existencia de agujeros de poste relacionados con las ocupaciones mesolíticas (Noval Fonseca, 2014). Los materiales analizados en este estudio proceden de la UE 13A, cuadro O6, subcuadros C y D (Zona A) y de la UE 21, cuadro M9, subcuadros A y B (Zona B). Las dataciones por radiocarbono sitúan estos depósitos en un Mesolítico avanzado (Tabla 1). La metodología de análisis aplicada para evaluar los restos de moluscos y otros recursos litorales es la propuesta inicialmente por Moreno (1994) y completada después por Gutiérrez Zugasti (2009). Asimismo, también se ha recurrido a bibliografía especializada para llevar a cabo el primer paso del estudio, la identificación taxonómica y anatómica de los restos (Fechter & Falkner, 1993; Lindner, 1983). Esta primera parte del estudio ha permitido clasificar el material malacológico dentro de diferentes categorías de fragmentación. A partir de dichas categorías se ha calculado el número de restos (NR) y el número mínimo de individuos (NMI) con el objetivo de obtener información sobre la representación de cada una de las especies dentro del conjunto. También se han documentado los principales procesos tafonómicos (Fernández López, 1999) que han afectado a las conchas y se ha calculado el índice de fragmentación (IF) siguiendo el método propuesto por Gutiérrez Zugasti (2009). Finalmente, a partir del NMI de cada taxón, y considerando el hábitat preferente de cada uno de ellos, se han establecido las zonas de recolección en lo referente a la zonación, exposición y sustrato (Gutiérrez Zugasti, 2009). Al mismo tiempo, también se ha utilizado tanto la ecuación propuesta por Craighead (1995) para establecer el grado de exposición de las zonas en las que se recogió la especie Patella vulgata como la ratio Longitud/Altura para poder determinar la zonación vertical de esta misma especie. Patricia Bello-Alonso, Lander Ozkorta-Escribano, Igor Gutiérrez-Zugasti Figura 1. Localización de la cueva de El Toral. 93 Un acercamiento al aprovechamiento de los recursos litorales durante el Mesolítico... U.E. Material Lab Ref Fecha BP Des. Est. Mediana cal BP Método 21 Carbón UGAMS-5401 6750 30 7662 7573 7607 C14 AMS 21 Hueso humano UGAMS-5400 7080 30 7782 7615 7690 C14 AMS 13A Hueso ICA-0802 7000 40 7935 7735 7839 C14 AMS Intervalo cal BP Tabla 1. Dataciones por radiocarbono disponibles para las UEs 13A y 21. La calibración se ha llevado a cabo utilizando el software Oxcal 4.2 y la curva de calibración Intcal2013. 3. Resultados presentada (29,4%) mientras que el mejillón Mytilus galloprovincialis, el percebe Pollicipes pollicipes, el erizo de mar Paracentrotus lividus, los balanos Balanus sp., los cangrejos Brachyura sp., y otros gasterópodos como Gibbula sp. y Nassarius sp. presentan los porcentajes más bajos. 3.1 UE 13A 3.1.1 Representación de especies Los estimadores de abundancias resultantes de la UE 13A (Tabla 2) muestran un claro predominio de las lapas del género Patella en general (66,9%) y dentro de éste, de la especie Patella depressa (23,6%) en particular, siendo su representación en el conjunto superior a Patella vulgata (14,5%) y a Patella ulyssiponensis (3,3%). No obstante, si se toman los datos por especies, el caracolillo Phorcus lineatus sería la especie más reTaxones 3.1.2 Procesos tafonómicos Todo el conchero ha sido afectado por diversos procesos tafonómicos. Al encontrarse estos restos dentro de la cueva han sufrido erosión por el agua, biodegradación, bioerosión, fragmentación y al- UE 13A Sc. C/D UE 21 Sc. A/B Bivalvos marinos NR NMI %NMI NR NMI %NMI Mytilus galloprovincialis 2634 44 0,9 1803 127 1,6 Total Bivalvos 2634 44 0,9 1803 127 1,6 Gasterópodos marinos NR NMI %NMI NR NMI %NMI Phorcus lineatus 5548 1431 29,4 769 346 4,3 Gibbula umbilicatis 24 6 0,1 11 11 0,1 Haliotis sp. 2 1 0,02 15 1 0,01 5 5 0,1 0 0 0 Patella vulgata Nassarius sp. 706 706 14,5 1392 1392 17,1 Patella depressa 1149 1149 23,6 3887 3887 47,8 160 160 3,3 1180 1180 14,5 Patella sp. 34653 1242 25,5 9313 1119 13,8 Total gasterópodos marinos 42247 4700 97 16567 7936 97,61 Crustáceos NR NMI %NMI NR NMI %NMI Orden Brachyura 132 3 0,1 23 1 0,01 Patella ulyssiponensis Balanus sp. 92 87 1,8 0 0 0 Pollicipes pollicipes 120 26 0,5 246 40 0,5 Equinodermos NR NMI %NMI NR NMI %NMI Paracentrotus lividus 2255 7 0,1 8274 26 0,3 TOTAL 47480 4867 100 26913 8130 100 Tabla 2. Representación de taxones presentes en las UEs 13A y 21 (frecuencias absolutas y relativas del NR y NMI). 94 Patricia Bello-Alonso, Lander Ozkorta-Escribano, Igor Gutiérrez-Zugasti teraciones térmicas. El índice de fragmentación para P. lineatus es de 0,233, para el género Patella es de 0,066 y para M. gallopovincialis es de 0,017 (Fig. 2A). El porcentaje de restos quemados es del 73% (Fig. 2B). 3.1.3 Áreas de recolección Los estudios sobre las zonas de recolección indican que la recogida se llevó a cabo mayoritariamente en el sustrato rocoso (99%). A su vez, el análisis revela que la explotación se llevó a cabo en costa abierta ya que el 82,2% de los taxones identificados habitan en esas zonas (Fig. 3A). En esta dirección apuntan también los resultados de la ecuación de exposición aplicada a las medidas de P. vulgata, ya que indican un 93,7% de recolección en costa abierta y sólo un 6,3% en zonas abrigadas (Tabla 3). El análisis de la zonación vertical refleja una explotación centrada en el intermareal (95,8%). Dentro del mismo, se aprecian porcentajes similares para las tres zonas, alta, media y baja (Fig. 3B). A su vez, los análisis de zonación sobre P. vulgata reflejan que se recogieron mayoritariamente en zonas bajas (81,7%) (Tabla 3). Figura 2. A) Índice de fragmentación de las principales especies presentes en las UEs 13A y 21. 0= máxima fragmentación, 1= mínima fragmentación; B) Proporción de restos quemados (NRQ) y no quemados (NRnQ) en ambas UEs. 3.2 UE 21 3.2.1 Representación de especies Los estimadores de abundancias resultantes de la UE 21 (Tabla 2) muestran un claro predominio del género Patella en general (93,2%) y dentro de éste, la especie con mayor representación es P. depressa (47,8%) en particular, siendo su representación en el conjunto superior a P. vulgata (17,1%) y a P. ulyssiponensis (14,5%). El resto de taxones representados, como M. galloprovincialis, P. lineatus, Gibbulaumbilicalis, Haliotis tuberculata, P. pollicipes, Brachyura sp. y P. lividus solo suponen el 6,8% del total dentro del conjunto. 3.2.2 Procesos tafonómicos Los procesos tafonómicos más comunes y con mayor presencia son, fundamentalmente, la biodegradación, el encostramiento y la fragmentación, aunque en menor medida también se han encontrado restos afectados por alteraciones térmicas y la abrasión. El índice de fragmentación señala que la especie M. galloprovincialis es, con diferencia, el taxón con mayor fragmentación (0,07), mientras que los índices para Patella sp. y P. lineatus son 0,382 y 0,357 respectivamente (Fig. 2A). Figura 3. Zonas de recolección de moluscos en las UEs 13A y 21. A) Exposición: proporción de especies recogidas en zonas expuestas y abrigadas; B) Zonación: proporción de especies recogidas en el supramareal, intermareal e inframareal. 95 Un acercamiento al aprovechamiento de los recursos litorales durante el Mesolítico... UE N 13A 21 Zonación Exposición Zona Alta Zona Baja Costa Expuesta Costa Abrigada 525 18,3% 81,7% 93,7% 6,3% 358 19,7% 80,3% 99,3% 0,7% Tabla 3. Zonas de recolección (zonación y exposición) de Patella vulgata a partir de las ecuaciones de regresión propuestas por Craighead (1995). En cuanto a la presencia de restos quemados, éstos solo representan el 18,3% sobre el total de restos (Fig. 2B). 3.2.3 Áreas de recolección Los resultados muestran que la explotación se llevó a cabo, fundamentalmente, en sustrato rocoso (99,9%). Los datos obtenidos para la determinación del área de exposición evidencian un claro predominio de la recogida de especies propias de áreas de costa abierta (82%) (Fig. 3A). Aplicando la fórmula de regresión para determinar la zona de recogida de la especie P. vulgata se aprecia que los individuos recogidos en la zona expuesta (99,3%) son netamente superiores a los individuos recogidos en la zona abrigada (Tabla 3). La estimación de la zonación vertical refleja un predominio de la explotación del intermareal, especialmente de la zona baja (Fig. 3B). Aplicando la fórmula para el cálculo de la zonación para la especie P. vulgata, se evidencia que las lapas se recogieron principalmente en la zona baja del intermareal (80,3%) (Tabla 3). 4. Discusión 4.1 Representación de especies Comparando los resultados obtenidos para cada nivel se observan notables diferencias en cuanto a la representatividad de cada una de las especies presentes, así pues, mientras en la UE 13A el porcentaje de P. lineatus es de un 29,4% sobre el total, en la UE 21 la representatividad de esta especie es del 4,3%. La importancia cuantitativa de este gasterópodo en la primera UE señalada es superior a la obtenida en algunos niveles de otros yacimientos mesolíticos con características similares como, por ejemplo, La Trecha y Mazaculos II (Gutiérrez Zugasti, 2009). En cambio, en la UE 21 el porcentaje de esta especie es menor que en dichos yacimientos y solo supera las cantidades documentadas en La Fragua (Ortea, 1986; Arias et al., 2007; Gutiérrez Zugasti, 2009). Así mismo, también encontramos que la proporción del género Patella es diferente entre 96 ambas UEs, pues en la 13A suponen un 66,9% sobre el total y en la 21 representan un 93,2%. Para el caso de la UE 21 nos encontramos con que el género Patella, por un lado, supera notablemente las cantidades que presentan niveles de otros yacimientos como, por ejemplo, La Llana (50,8%) o La Trecha (56%), y, por otro, presenta un porcentaje ligeramente más alto que Mazaculos II (82,8%) y La Fragua (82,6%) (Gutiérrez Zugasti, 2009). En el caso de la UE 13A las diferencias porcentuales con los yacimientos mencionados, fundamentalmente, con La Llana y La Trecha, se muestran menos acusadas. A pesar de las diferencias entre ambos niveles, P. depressa es la especie más representada y los gasterópodos en su conjunto son el grupo con mayor presencia. En este sentido, los datos de ambas unidades concuerdan con la información obtenida en otros yacimientos del Mesolítico Asturiense como La Riera, Poza l´Egua, Mazaculos II, El Mazo y La Llana. En éstos se ha constatado que la suma de individuos del género Patella y P. lineatus siempre superan el 80% del NMI, siendo bastante bajo el porcentaje presentado por otros taxones habituales como, por ejemplo, el mejillón M. galloprovincialis, el erizo de mar P. lividus o los restos de crustáceos (Brachyura sp., P. pollicipes) (Ortea, 1986; Arias et al., 2007; Gutiérrez Zugasti, 2009; Álvarez-Fernández et al., 2013). Los datos proporcionados a partir del análisis arqueomalacológico de las UEs 13A y 21 de El Toral III, junto con los resultados obtenidos en otros trabajos sobre yacimientos de similares características dentro de la región cantábrica, parecen mostrar la existencia de una clara tendencia hacia la recolección de unos determinados taxones (con predominio de lapas y caracolillos), producto probablemente del tipo de costa presente en la zona oriental de Asturias, con predominio de las zonas rocosas de costa abierta, en las que proliferan esos taxones. 4.2 Procesos tafonómicos Los procesos tafonómicos con mayor relevancia en las dos UEs analizadas son la fragmentación, la biode- Patricia Bello-Alonso, Lander Ozkorta-Escribano, Igor Gutiérrez-Zugasti gradación, el encostramiento y la carbonificación. El estudio de la fragmentación, ha permitido observar diferencias entre las UEs analizadas en este trabajo y también con respecto a otros yacimientos de la región cantábrica donde se ha aplicado esta metodología. En el caso de M. galloprovincialis, el IF es similar para las dos UEs estudiadas y para aquellos obtenidos en otros registros arqueológicos como Mazaculos II (Gutiérrez Zugasti, 2009, 2011b). El índice que presenta P. lineatus es más alto en la UE 13A que en la UE 21, pero en ambos casos se muestran índices más bajos (y por tanto una mayor fragmentación) que los obtenidos en niveles mesolíticos de otros yacimientos de la zona de estudio. En el caso de Patella sp. los resultados de ambos niveles son dispares, pues en la UE 13A es más bajo que en otros registros, mientras que la UE 21 muestra un índice que está en sintonía con los datos obtenidos en otros yacimientos (Gutiérrez-Zugasti, 2011b). Las razones que se pueden relacionar con este proceso son diversas si atendemos a todo el conjunto de actividades antrópicas y procesos naturales que, comúnmente, se generan en un yacimiento. Así pues, entre los diversos motivos puede estar el de una intensa ocupación de la cueva, el uso de los moluscos como útil y/o la intensidad de ciertos procesos naturales como, por ejemplo, la biodegradación o el encostramiento (Gutiérrez Zugasti 2009, 2011b). Así mismo, la fragmentación del material también podría relacionarse con la exposición de las conchas al fuego y la aparición de restos carbonizados, pues este proceso afecta al material analizado, aunque de forma desigual, siendo leve para la UE 21 (18,3%) y bastante notoria para la UE 13A (73%). La carbonificación de los individuos puede deberse o relacionarse con dos causas: a) el asado de los moluscos en hogares o b) la realización de los hogares sobre el depósito de conchas. Este planteamiento, vinculado al uso de las cuevas como zona de hábitat, se encuentra en sintonía con otros datos que se tienen para este yacimiento, como es la presencia de agujeros de poste (Gutiérrez-Zugasti et al. 2011), o para otros cercanos, como el conchero de El Mazo, donde se han documentado vestigios de hogares in situ (Gutiérrez-Zugasti et al., 2014). 4.3 Áreas de recolección Los datos disponibles en ambos niveles sugieren que la recolección se llevó a cabo preferentemente en zonas rocosas, expuestas y bajas del intermareal, al igual que ocurre en otros yacimientos mesolíticos como La Llana, Mazaculos II, La Fragua y La Trecha (Gutiérrez Zugasti, 2009, 2010, 2011a). La información relativa al sustrato y la recogida sistemática en zonas de costa abierta debe ser vinculada a la morfología de la costa y la lejanía de zonas estuarinas, pues las más cercanas en la actualidad se sitúan a más de 20 kilómetros, distancia no rentable para el transporte de los moluscos al yacimiento. La explotación preferente (aunque no exclusiva) de zonas expuestas y bajas del intermareal (más peligrosas y difíciles de explotar) probablemente indica la existencia de cierta intensidad en la recogida de invertebrados marinos o un aprovechamiento concreto durante los períodos de mareas vivas. 5. Conclusiones En términos generales, los datos obtenidos muestran que ambos niveles tienen la composición típica presentada por otros yacimientos adscritos al Mesolítico Asturiense. La representación de especies confirma la existencia de un patrón en esta zona para el periodo que nos ocupa, es decir, de nuevo, los gasterópodos en general y la especie Phorcus lineatus y el género Patella se presentan como los taxones más recolectados. Los procesos tafonómicos identificados, fundamentalmente, fragmentación y alteración térmica, junto a las dataciones obtenidas, al hallazgo de evidencias de diversas actividades desarrolladas en el yacimiento y la existencia de estructuras (agujeros de poste) parecen apuntar hacia una ocupación del abrigo sino continuada sí prolongada en el tiempo. Al tiempo, las alteraciones que presentan la mayor parte de los restos malacológicos a consecuencia de la acción de agentes físico-químicos y geológicos, principalmente biodegradación y encostramiento, indican que el material arqueológico estuvo expuesto a la circulación de agua, como suele ser habitual en contextos kársticos. Atendiendo tanto a los valores resultantes que han permitido concretar el área de exposición como a los datos obtenidos para la determinación del sustrato, se evidencia una clara explotación de las zonas expuestas y del ámbito rocoso. Así mismo, la zonación vertical señala una recolección de moluscos localizada concretamente en la franja intermareal en general y en la zona baja de la misma en particular. De este modo, se puede observar un área de captación de moluscos muy concreta, lo cual es comprensible si se tiene en cuenta que esta zona costera no alberga estuarios. A pesar de que aún resultan escasos los análisis arqueomalacológicos llevados a cabo en detalle, los 97 Un acercamiento al aprovechamiento de los recursos litorales durante el Mesolítico... datos obtenidos hasta el momento para la región cantábrica indican que, fundamentalmente, durante el Mesolítico los recursos litorales se convirtieron en un recurso alimenticio importante y constante dentro de la dieta de los últimos grupos de cazadores-pescadores-recolectores (Ortea, 1986; Bailey y Craighead, 2003; Arias et al., 2007; Álvarez-Fernández, 2011; Gutiérrez Zugasti, 2009; 2011a). Al tiempo, si se tienen en cuenta tanto los resultados obtenidos a través de los análisis de isótopos estables para determinar tanto las paleodietas (Arias, 2006) como la estacionalidad (Deith, 1983; Deith y Shackleton, 1986; Craighead, 1995), se entiende que, junto la caza de mamíferos terrestres (Marín Arroyo, 2004; 2013; Marín Arroyo y González Morales, 2009) y la recolección de frutos y plantas (López Dóriga, 2013), el medio marino se configuró como una zona clave en la estrategia de explotación y de subsistencia de los grupos de cazadores-pescadoresrecolectores mesolíticos. Agradecimientos Esta investigación se ha desarrollado en el marco del proyecto del Plan Nacional de I+D+I “Tracechange: Identificación de eventos de cambio climático abrupto y su impacto social durante el Pleistoceno final y el Holoceno inicial (15.000-7000 cal BP) (HAR201346802-P)”, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad del Gobierno de España. Uno de los autores (IGZ) es investigador del programa Juan de la Cierva, financiado por el mismo ministerio. Asimismo, agradecemos a las siguientes instituciones y personas su ayuda durante la realización de la investigación: IIIPC, Universidad de Cantabria, UTE Pendueles-Llanes, María Noval y Manuel R. González Morales. Referencias Altuna, J., 1985. Los moluscos marinos de Erralla. En: Altuna, J., Baldeón, A., Mariezkurrena, K. (Eds.), Cazadores magdalenienses en la Cueva de Erralla (Cestona, País Vasco). Munibe (AntropologíaArkeologia) Suplemento XXXVII, 119-121. Álvarez-Fernández, E., 2011. Humans and marine resource interaction reappraised: Archaeofauna remains during the late Pleistocene and Holocene in Cantabrian Spain, Journal of Anthropological Archaeology 30, 327-343. 98 Álvarez Fernández E., 2012. Análisis de los recursos marinos de la Cueva de Tito Bustillo (Ribadesella, Asturias): campañas de 1983, 1983 y 1986. 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Los resultados obtenidos muestran el uso de conchas para el desarrollo de diferentes fases de la producción cerámica, en procesos de trabajo estandarizados y empleando un mismo útil de forma recurrente durante varios ciclos productivos. La información obtenida contribuye a replantearnos el rol de estos instrumentos dentro de los medios de producción empleados por los grupos que desarrollaron la explotación de los recursos litorales durante el Neolítico. Un momento en el que el incipiente proceso de sedentarización pudo desempeñar un papel clave en algunas de las transformaciones relacionadas con la gestión de su utillaje. Palabras clave: Análisis funcional, malacología, Neolítico, costa atlántica, cerámica. Abstract Research on shell tools used by human groups has focused mainly in hunter-gatherer societies so far, with limited interest in their use by food producers. The use of these tools has been linked to the development of expeditious and not very specialised actions. Shell material recovered in the archaeological site of Diconche (Saintes, Charente-Maritime, France), dated to the Neolithic, was studied using use wear methodology. The results showed the use of shell tools at different phases of the ceramic production, in standardized work processes. The great development of use-wear traces in these instruments suggests, through information obtained from analytical experimentation, the use of these implements for several productive cycles. This information contributes to re-assess the role played by shell tools in human groups during the Neolithic. A time when the new settlement patterns could have played a key role in some of the changes related to tool management. Keywords: Use wear, malacology, Neolithic, Atlantic coast, ceramic. Centre de Recherche en Archéologie Archéosciences Histoire, UMR 6566 CNRS CReAAH. Université Rennes Campus Beaulieu - Bât 24 – 25. 263 avenue du Général Leclerc - CS 74 205. 35042 RENNES Cedex. (Francia). david.cuencasolana@univ-rennes1.fr; catherine.dupont@univ-rennes1.fr. 2 Colaboradora, CReAAH – 12 ter, rue des Mouettes, 566550 BELZ (Francia), hamon.gwen@gmail.com 1 1 101 Instrumentos de concha y producción cerámica en los grupos neolíticos de la... 1. Introducción Durante los últimos años ha crecido el interés por estudiar la utilización del utillaje de concha por los grupos humanos para desarrollar algunas de sus actividades productivas. El mayor auge de este tipo de análisis ha tenido su foco en Oceanía o Sudamérica, mientras que en Europa esta línea de trabajo ha tenido menor repercusión. En esta última zona es pionero el trabajo de Taborin (Taborin, 1974) y posteriormente las aportaciones realizadas por Vigié y Courtin desde mediados de los años 80 (Vigié y Courtin, 1986; Courtin y Vigié, 1987; Vigié 1987, 1995), centradas en el análisis de yacimientos de la costa mediterránea francesa. Posteriormente, a través de la metodología de análisis funcional se ha documentado el uso de este utillaje en contextos localizados en el norte, como Santi- mamiñe (Kortezubi, Bizkaia) (Cuenca Solana et al. 2010; Gutiérrez Zugasti et al. 2011), y el sur de la costa atlántica de la Península Ibérica, en sitios como SET Parralejos (Vejer de la Frontera, Cádiz) (Cuenca Solana et al.. 2013) o Campo de Hockey (San Fernando, Cádiz) (Cuenca Solana, 2013), y en la costa mediterránea, en La Draga (Banyoles, Girona) (Clemente Conte y Cuenca Solana, 2011). También desde otras perspectivas de análisis, en este caso a través de la observación macroscópica, se han documentado instrumentos de concha en contextos de esta cronología del sur de la Península Ibérica (Maicas Ramos, 2008) y de la zona mediterránea (Pascual Benito, 2008). En Francia destaca el estudio inicial realizado en el propio sitio de Diconche (Saintes, Charente-Maritime). Este se desarrolló empleando moldes de resina y observación mediante microscopio electrónico de barrido (Gruet Fig.1. Localización de los sitios neolíticos analizados mediante metodología de análisis funcional en la costa Atlántica de Francia. 102 David Cuenca Solana, Catherine Dupont y Gwenaëlle Hamon et al. 1999). Como resultado de este análisis asociaron la valva de Pecten al trabajo de la piel, a través de los resultados obtenidos por Vigié y Courtin (Vigié y Courtin, 1986), mientras que planteaban que otras conchas podrían haber sido empleadas como recipiente o para la decoración de cerámica, especialmente las conchas de Cardium. Otros análisis han sido desarrollados más recientemente (Cuenca Solana, 2013; Dupont y Cuenca Solana, 2014) sobre el material malacológico de Er Yoh (Isla de Houat, Morbihan) (Le Rouzic, 1930), Pont Bordeau (Saintes, Charente-Maritime) (Rousseau, 2012) y Mont d’Hubert (Escalles, Nord-Pas-de-Calais) (Praud, 2014) (Fig. 1). El objetivo de nuestra investigación será analizar la colección malacológica de Diconche empleando metodología de análisis funcional, lo que permitirá, dado el carácter analítico y experimental de esta disciplina, relacionar los instrumentos de trabajo utillaje con los procesos productivos en los que fueron empleados. 1.1 Diconche: localización y características de la ocupación El yacimiento de Diconche se localiza en Saintes (Charente-Maritime, Francia) a 25 metros sobre el nivel actual del mar y a 45 km de la línea de costa actual (Fig. 1). La excavación del sitio se desarrolló entre 1987 y 1991 (Burnez y Fouéré, 1999). La extensión completa del yacimiento ocupa unas 3,5 hectáreas, terreno en el cual se han documentado gran cantidad de estructuras de distinta complejidad situadas en horizontes de ocupación vinculados a diferentes fases del Neolítico. Esta asignación cronológica se ha realizado a partir del estudio tipológico de la industria lítica y cerámica y de las dataciones de radiocarbono, que sitúan la ocupación entre el 3940 ± 90 y 4520 ± 50 BP (Burnez y Fouéré, 1999), 4384 ± 129 y 5178 ± 97 cal BP (mediante CalPal-2007) (Weninger y Joris, 2007; Weninger et al. 2008). Durante la excavación se recuperaron gran cantidad de restos líticos de sílex, principalmente de origen local, tanto restos de talla, soportes de diferentes morfologías y piezas retocadas, lo que indica que la producción de al menos una parte de este utillaje fue realizada en el propio contexto (Burnez y Fouéré, 1999). Sobre este conjunto no se ha realizado ningún análisis de huellas de uso. Los resultados obtenidos en el análisis tipológico y químico de la cerámica también indica que una parte de la producción se llevó a cabo en el sitio (Convertini, 1999). Respecto a la fauna se han recuperado más de 22.000 restos durante la intervención arqueológica, principal- mente de fauna doméstica, caracterizada por la presencia de bóvido, oveja, cabra y cerdo, y en menor medida perro y caballo. También la fauna salvaje también está representada a través de la presencia de ciervo y de jabalí (Bökönyi y Bartosiewicz, 1999). Al tratarse de un yacimiento de una gran extensión, durante la intervención se realizaron más de una veintena de sondeos de diferentes dimensiones y en distintos emplazamientos. Las conchas analizadas proceden de las zonas de excavación 3 y 4, cuyos niveles de ocupación fueron asignados cronológicamente al Neolítico final (Burnez y Fouéré, 1999). La interpretación que se ha realizado del depósito arqueomalacológico en el sitio de Diconche es que la recolección estuvo orientada a la realización de adornos y a su utilización como instrumento de trabajo (Gruet et al. 1999). Éste aspecto ha podido ser confirmado posteriormente a través de los resultados obtenidos en nuestro análisis de la colección malacológica. 2. Material y métodos Se han analizado 186 conchas y/o fragmentos procedentes de Diconche: 63 valvas de Ostrea edulis (Linné, 1758) , 32 conchas completas o fragmentos de Ruditapes decussatus (Linné, 1758), 27 de Cerastoderma edule (Linné, 1758), 18 de Lutraria sp., 10 de Cardiidae, nueve de Callista chione (Linné, 1758), siete de Mytilus edulis (Linné, 1758), tres de Antalis sp., tres de Mactra glauca (Born, 1778), tres de Ocenebra erinaceus (Linné, 1758), dos de Scrobicularia plana (da Costa, 1778), dos de Nucella lapillus (Linné, 1758), dos de Littorina obtusata (Linné, 1758), dos de Glycymeris glycymeris (Linné, 1758), una de Laevicardium sp., una de Nassarius reticulatus (Linné, 1758) y una de Pecten maximus (Linné, 1758). Las especies documentadas provienen de sustrato arenoso, salvo O. edulis, O.erinaceus y L. obtusata que habitan en sustratos de roca (Dupont, 2006). El estado de conservación de las conchas era adecuado para su análisis, aunque algunas piezas presentaban una leve biodegradación y/o encostramiento. Este material ha sido estudiado empleando metodología de análisis funcional (Semenov, 1964), es decir mediante la observación macroscópica y microscópica en busca de alteraciones generadas por su utilización como instrumento, y la experimentación analítica para verificar/ refutar la interpretación de estos estigmas. Para ello se ha empleado una lupa binocular Leica S8APO, un microscopio metalográfico Leica DM2500 y una cámara Leica DFC adaptada a ambos equipos para realizar la documentación fotográfica. Posteriormente a la realización del análisis del material arqueomalacológico se ha realizado una 103 Instrumentos de concha y producción cerámica en los grupos neolíticos de la... experimentación analítica, es decir sometida al control de diferentes variables, orientada a desarrollar diferentes acciones dentro del proceso de manufactura de cerámica, actividad con la cual se relacionaron inicialmente las huellas de uso determinadas en algunas de las conchas analizadas. 3. Resultados 3.1. Las muestras arqueológicas El análisis ha permitido documentar 17 conchas con uso y otras cuatro con un uso posible. De esta forma en el sondeo 3 se han documentado 11 conchas con alteraciones producidas por el uso: un fragmento de C. chione con uso posible, cuatro conchas completas de R. decussatus con uso, tres fragmentos de Lutraria sp., dos de ellas con uso posible, y dos fragmentos de M. glauca, uno de ellos con uso posible. Debido al estado de conservación y/o a la morfología de los fragmentos no ha sido posible reconocer en todas los casos si se trataba de una valva derecha o izquierda. En todo caso ha sido posible evidenciar la presencia de cuatro fragmentos o valvas derechas completas (1060, 914, 1803 y 1204) y ocho izquierdas (823, 2277, 1510, 107, 783, 975, 1390, 315 y 1664). El sondeo 4 ha proporcionado 10 conchas con huellas de uso: un fragmento de C. chione, cinco de R. decussatus, dos de Lutraria sp., una concha de C. edule y otra de P. maximus. Doce de estas conchas completas y/o fragmentos presentan huellas de uso similares (188, 36, 823, 739, 107, 783, 1390, 1803, 315, 1204 (Fig. 2) y 1664 (Fig. 3), caracterizadas por un pulido cerrado, con diferentes niveles de desarrollo según cada caso. El pulido presenta microtopografía rugosa y brillante, además de un variable número de estrías, más numerosas en la arista y en la cara interna de las conchas y en menor medida en la cara externa. Estas son anchas, irregulares y de fondo oscuro, con una disposición predominantemente transversal, resultado de ejercer cinemáticas de raspado (Figs. 2 y 3). Este tipo de huellas de uso se han documentado en diferentes zonas de las conchas, predominando el borde natural, sobre todo en la cara interna, que ha funcionado como conductora durante la realización de las acciones. En algunos casos se han Fig. 2. Valva derecha de Ruditapes decussatus (1204) documentada en Diconche. 104 David Cuenca Solana, Catherine Dupont y Gwenaëlle Hamon Fig. 3. Valva izquierda de Pecten maximus (1664) documentada en Diconche. documentado huellas similares en el umbo y en la zona central de la cara externa. Incluso se ha evidenciado la utilización de más de una parte de la misma concha como zona activa para su uso instrumental, empleando tanto el borde natural como el umbo, en las piezas 36, 1204 (Fig. 2) y 1664 (Fig. 3). Respecto a las huellas de uso macroscópicas se aprecia un variable desarrollo del redondeamiento en los bordes empleados como superficies activas de estos instrumentos. En algunos casos se eviden- cia una llamativa pérdida de materia que ha modificado de forma muy visible esta zona, generando facetas en las aristas. Sobre las zonas usadas localizadas en la cara externa, tanto en la parte central de la concha como en el umbo, se aprecia una severa alteración de la capa superficial, que en muchos casos ha expuesto la capa subyacente con diferentes grados de desarrollo del pulido, que es cerrado y brillante con microtopografía rugosa, junto a estrías similares a las documentadas en la arista o en la cara interna. 105 Instrumentos de concha y producción cerámica en los grupos neolíticos de la... Nº identif. Especie Zona Activa Uso Acción Materia 1510 Callista chione Borde anterior en la cara interna y externa Po TR? ? 739 Cerastoderma edule Parte central de la cara externa Uso TR arcilla 946 Lutraria lutraria Borde ventral en la cara interna y externa Uso TR ? 1803 Ruditapes decussatus Borde anterior en la cara interna y externa Uso TR arcilla 1390 Ruditapes decussatus Borde anterior en la cara interna y externa Uso TR arcilla 914 Ruditapes decussatus Borde anterior en la cara interna Uso TR 884 Ruditapes decussatus Borde dorsal anterior en la cara interna Uso TR ? 107 Callista chione Charnela Uso TR arcilla 975 Ruditapes decussatus Borde anterior en la cara interna Uso TR arcilla 783 Ruditapes decussatus Borde anterior en la cara interna y externa Uso TR arcilla 36 Ruditapes decussatus Borde anterior en la cara interna, y arista y en el umbo Uso TR arcilla 823 Ruditapes decussatus Borde anterior en la cara interna y externa Uso TR arcilla 582 Lutraria lutraria Borde anterior en la cara interna y externa Po TR ? 546 Lutraria lutraria Borde anterior en la cara interna y externa Po TR ? 188 Callista chione Borde anterior y arista en la cara interna Uso TR arcilla 46 Mactra glauca Borde anterior en la cara interna Uso TR ? 2277 Mactra glauca Charnela Po TR ? 1204 Ruditapes decussatus Borde anterior en la cara interna y umbo Uso TR arcilla 36 Ruditapes decussatus Borde dorsal anterior en la cara interna Po TR arcilla 315 Lutraria lutraria Borde dorsal posterior y zona central de la cara externa Uso TR arcilla 1664 Pecten maximus Borde anterior en la cara interna y umbo Uso TR arcilla Tabla.1 Instrumentos de concha documentados en Diconche e interpretación funcional según los resultados de la experimentación analítica. Uso= Instrumento usado; PO= Instrumento con uso probable; TR= Acción transversal. Actividad Arcilla Ángulo Zona activa Acción Duración Raspado Fresca 75/90º Borde/cara interna TR/U 10'' Raspado Fresca 75/90º Borde/cara interna TR/U 10'' Raspado Fresca 75/90º Borde/cara interna TR/U 20'' Alisado Semiseca 75/90º Borde/cara interna TR/U 20'' Alisado Semiseca 75/90º Borde/cara interna TR/U 10'' Alisado Semiseca 75/90º Borde/cara interna TR/U 30'' Raspado Seca 75/90º Borde/cara interna TR/U 10'' Raspado Seca 75/90º Borde/cara interna TR/U 20'' Raspado Seca 75/90º Borde/cara interna TR/U 30'' Alisado Semiseca 75/90º Borde/cara interna TR/U 10'' Alisado Semiseca 75/90º Borde/cara externa TR/U 10'' Bruñido Seca 180º Acción TR/U 10'' Bruñido Seca 180º Umbo TR/U 20'' Bruñido Seca 180º Umbo TR/U 30'' Raspado Fresca 75/90º Borde/cara interna TR 30'' Alisado Fresca 180º Umbo TR/U 10'' Alisado Fresca 180º Umbo TR/U 20'' Alisado Fresca 180º Umbo TR/U 30'' Tabla 2. Experimentos de tipo analítico realizados para interpretar el material malacológico de Diconche. TR= Acción transversal. TR/U= Acción transversal unidireccional. 106 David Cuenca Solana, Catherine Dupont y Gwenaëlle Hamon Además de estas piezas se documentaron otras cinco con huellas de uso (46, 884, 975, 36 y 946) pero con un desarrollo poco significativo para poder concretar la materia procesada. Teniendo en cuenta las alteraciones macroscópicas de las zonas activas, con presencia de redondeamientos de grado bajo-medio, estas piezas podrían haber procesado alguna materia de dureza blanda-media no muy abrasiva, salvo en el caso del fragmento de R. decussatus 884, con una mayor presencia de estrías perpendiculares resultado de procesar una materia más abrasiva. En todos los casos la disposición lineal del pulido indica la realización de acciones transversales. Por último cuatro piezas (546, 582, 2277 y 1510) presentan un escaso desarrollo de las huellas de uso, lo que impide confirmar su utilización. Estas piezas se recogen en este análisis bajo la hipótesis de un uso posible. Teniendo en cuenta las características de las huellas de uso documentadas en todas estas conchas se planteó la hipótesis de que estas conchas podrían haber sido empleadas para el desarrollo de diferentes actividades vinculadas con la manufactura de la producción cerámica (Tabla 1). 3.2. La experimentación analítica Se ha realizado una experimentación analítica para desarrollar diferentes acciones dentro del proceso de manufactura de cerámica. En concreto se han realizado 18 experimentos (Tabla 2) empleando el borde o el umbo de conchas de R. decussatus para alisar, raspar y bruñir arcilla en diferentes estados, variando entre humedecida y seca. Para realizar la experimentación se empleó arcilla natural de granito, con una granulometría muy similar a las cerámicas recuperadas en Diconche. La pasta contenía principalmente inclusiones heterométricas de fragmentos de roca, cuarzo, feldespato, moscovita y biotita. La preparación de la arcilla para la experimentación se ha realizado eliminando manualmente las inclusiones minerales más grandes (mayores de 2 mm) y los restos de plantas. Finalmente se llevó a cabo una trilla para homogeneizar la pasta y expulsar las burbujas de aire. La experimentación realizada con arcilla fresca ha mostrado en los instrumentos un escaso desarrollo de las huellas de uso tras 10 minutos de trabajo, siendo necesario al menos 20 minutos para obtener rastros significativos (Fig. 4). La diferenciación de las huellas entre el procesado de arcilla fresca y seca se basa en el desarrollo de un pulido más cerrado y brillante en los instrumentos que han pro- cesado arcilla seca (Fig. 5), junto a una mayor presencia de surcos anchos e irregulares. Por el contrario, en los instrumentos que han procesado arcilla fresca destaca la presencia de estrías más finas y largas, que penetran más hacia el interior de la cara interna de la concha. De este modo la arcilla en estado fresco es menos abrasiva y más dúctil, lo que genera un desarrollo menor o más lento de los rastros de uso, y una mayor penetración de la materia en el filo activo del instrumento. La actividad de raspado genera pulidos más desarrollados y cerrados sobre los instrumentos, junto a mayor cantidad de estrías y surcos dispuestos de forma más caótica. En cambio, el alisado genera mayor cantidad de estrías oblicuas e incluso en algún caso localizadas en longitudinal al borde activo. El umbo de las conchas de R. decussatus se ha mostrado muy funcional para realizar la actividad de bruñido final, incluso más que el borde de la concha. En las piezas experimentales utilizadas para el bruñido de arcilla semiseca se aprecia una mayor alteración macroscópica que en las piezas empleadas para realizar el alisado de arcilla fresca, donde apenas hay alteración de esta superficie. La experimentación ha mostrado que el raspado puede hacerse con la arcilla fresca y seca, pero siempre empleando el borde de la concha. De la misma forma el alisado puede realizarse también con la arcilla en estado fresco, pero en este caso tanto el borde cómo el umbo se ha mostrado efectivos para el desarrollo de esta acción. Sin embargo, si la arcilla esta semi-seca o seca esta acción es escasamente efectiva, ya que realmente se produce un raspado sin conseguir alisar la superficie del vaso cerámico. Para realizar el pulido la arcilla debe de estar en un estado semi-seco, pero solamente es funcional la utilización del umbo o de la superficie de la cara externa de la concha, ya que el borde presenta una insuficiente superficie de contacto para generar el bruñido de forma efectiva. De esta forma, las conchas de R. decussatus son eficaces para realizar distintas actividades dentro de la producción cerámica, desde el trabajo inicial de alisado en fresco, hasta el bruñido de la arcilla seca previo a la cocción. 4. Discusión Diversos trabajos ya han mostrado que la producción cerámica puede realizarse empleando diferentes instrumentos de trabajo. En este sentido ha sido documentado el empleo de instrumentos líticos (Anderson Gerfaud et al. 1989; Gassin, 1993; Méry et al. 2007), óseos (Martineau y Maigrot, 2004), así como el uso de conchas para la decoración (Salanova, 1992). La información etnográfica tam107 Instrumentos de concha y producción cerámica en los grupos neolíticos de la... Fig. 4. Huellas de uso en instrumentos experimentales después de raspar arcilla fresca. 1) Cara interna después de 10 minutos de trabajo a 100X. 2) Detalle de la misma zona a 200X. 3) Rastros después de 20 minutos de trabajo a 100X. 4) Misma zona a 200X. 5) Después de 30 minutos de actividad a 100X 6) Misma zona de la concha a 200X. Fig. 5. Huellas de uso en instrumentos experimentales utilizados para bruñir arcilla seca. 1) Cara externa de la concha después de 10 minutos a 10X. 2) Detalle de la misma zona a 100X. 3) Después de 20 minutos de actividad a 10X. 4) Zona fotografiada anteriormente a 100X. 5) Huellas de uso después de 30 minutos de actividad a 10X. 6) Detalle de la misma zona de la concha a 100X. 108 David Cuenca Solana, Catherine Dupont y Gwenaëlle Hamon bién aporta algunos referentes acerca del uso instrumental de conchas para esta función (Cuenca Solana et al. 2011). En el caso concreto de Diconche, teniendo en cuenta su localización a 45 kilómetros de la línea de costa actual, y la presencia de signos de una recolección post mortem (Gruet et al. 1999), a través de la aparición de organismos incrustantes en la cara interna de las conchas, todo parece indicar que el objetivo de esta captación no fue su consumo bromatológico, sino su uso como instrumento de trabajo. Esta hipótesis se apoya también en el elevado índice de conchas con huellas de uso, que se sitúa por encima del 11%. En cuanto al rol desempeñado por estos instrumentos en las estrategias económicas de los grupos humanos que desarrollaron la ocupación del sitio, la comparación entre los resultados obtenidos en la experimentación analítica y el análisis del material malacológico permite establecer varias hipótesis para su interpretación. Respecto a las acciones técnicas dentro del proceso de manufactura de cerámica podríamos diferenciar la realización de tres fases diferenciadas. De este modo las piezas 188, 823, 783, 914, 1803 y 1390 presentan huellas de uso en el borde de la concha, en la arista, en la cara interna y, en algún caso, levemente en la cara externa debido a un contacto marginal con la arcilla procesada. Los resultados experimentales indican que podría tratarse de la realización de un trabajo de raspado de arcilla, en una fase inicial del proceso de manufactura de la cerámica. Más complejo es establecer el estado concreto de la arcilla procesada, debido a la diferente abrasividad de los desgrasantes naturales, que puede generar un desarrollo más o menos rápido de los rastros de uso, o el desarrollo de un pulido algo más brillante y cerrado. En todo caso, lo más probable es que esta actividad se haya llevado a cabo con la arcilla en estado fresco, lo bastante humedecida para que el raspado mediante el borde de la concha sea efectivo para moldear la cerámica en esta fase inicial de la producción. Las piezas 739, 107 y 315 presentan huellas de uso en la cara externa de la concha. La pieza 315 presenta también el mismo tipo de modificaciones en el borde dorsal posterior. Los resultados de la experimentación permiten interpretar que estas huellas son causadas por la utilización de esta zona para realizar el bruñido o alisado de arcilla, aunque teniendo en cuenta la morfología de la cara externa de la concha de C. edule (739) parece más factible la hipótesis del bruñido. En todo caso se trata de un trabajo de corta duración que no ha generado alteraciones importantes a nivel macroscópico. Respecto a las piezas 107 y 315, teniendo en cuenta las características y ubicación de las huellas de uso, así como la significativa modificación a nivel macroscópico de la zona activa (en ambos casos la parte central de la cara externa), estas conchas se habrían empleado para realizar el bruñido, aunque en ambos casos el trabajo ha sido de mayor duración que en el caso anterior o con la arcilla en un estado más seco. Las piezas 36, 1204 (Fig. 3) y 1664 (Fig. 4) presentan unas características un tanto diferentes. Las huellas de uso en estos tres casos se documentan tanto en el borde de la concha como en el umbo, con unas características diferenciadas en ambas zonas. Teniendo en cuenta la ubicación y características de las huellas de uso, el borde habría sido utilizado para llevar a cabo una tarea de raspado de la arcilla, siendo más complejo determinar el estado concreto de la materia. Por el contrario el umbo habría sido utilizado para realizar el bruñido, mostrando un mayor desarrollo de pulido, más cerrado y con mayor densidad de estrías y surcos irregulares. De esta forma estas tres piezas habrían sido utilizadas en dos fases diferenciadas de la manufactura de la cerámica producida en Diconche, tanto en los procesos iniciales orientados a dar forma al recipiente, como en el bruñido final previo a la cocción. El gran desarrollo de las huellas de uso mostrado en la mayor parte de los instrumentos de Diconche, que ha alterado de forma acusada la morfología natural de las conchas, tanto en el borde como en el umbo, hace pensar que es probable que hayan sido utilizados en varios ciclos productivos, es decir, para la manufactura de varias cerámicas. De esta forma estos instrumentos constituyen una muestra de utilización estandarizada orientada a realizar la misma acción técnica de forma reiterada dentro de diferentes ciclos de producción. Este tipo de uso contrasta con la utilización de este tipo de utillaje de concha en contextos vinculados a grupos con una economía basada en la caza y la recolección. De esta forma tanto durante el Paleolítico como el Mesolítico el uso de los instrumentos de concha se ha mostrado de carácter expeditivo, orientado al desarrollo de acciones de corta duración y a procesar una amplia gama de materias de origen animal, vegetal y mineral (Cuenca Solana, 2013). Probablemente estos cambios respecto a la gestión de estos instrumentos de trabajo están vinculados con la sedentarización de los grupos humanos a partir del V milenio BP, y con la posibilidad de mantener en uso el utillaje en el propio contexto mientras su efectividad permite el desarrollo de la actividad a la que es destinado. 5. Conclusión La información obtenida a partir del análisis funcional de la colección malacológica de Diconche aporta una novedosa perspectiva para la interpretación del sitio y de las estrategias económicas de los grupos humanos que ocuparon el enclave. De esta forma se ha documentado la realiza109 Instrumentos de concha y producción cerámica en los grupos neolíticos de la... ción de, al menos, una parte de la producción cerámica en el propio contexto. Además se ha podido reconocer cómo se han realizado algunos de estos procesos técnicos, a través del análisis de los instrumentos empleados para su desarrollo. Estas aportaciones contribuyen a reforzar el potencial de la metodología de análisis funcional como herramienta de acercamiento al conocimiento de lo modos de vida y de producción de los grupos humanos. Agradecimientos DCS ha realizado esta investigación gracias a una bolsa postdoctoral de Fyssen Foundation. Los autores agradecen las facilidades del Musée archéologique de la Ville de Saintes para analizar los materiales en la sede del CReAAH en Rennes, así como a Emmanuelle Vigiér, directora del Musée de Préhistoire de Carnac J. Miln-Z. Le Rouzic, por prestarnos el espacio para desarrollar la experimentación. Por último nuestro agradecimiento a Igor Gutiérrez-Zugasti por su ayuda para realizar una adecuada traducción del resumen, así como a los dos revisores que han colaborado a mejorar la calidad final del manuscrito. Bibliografía Anderson Gerfaud, P. C., Inizan, M. L., Lechevaller, M., Pelegrin, J., Pernot, M., 1989. Des lames de silex dans un atelier de potier harappeén: interaction de domaines techniques. Comptes Rendus de l’Académie des Sciences de Paris 308, 443–449. Bökönyi, S., BArtosiewicz, L., 1999. Analyse de la faune. En C. Burnez y P. Fouéré (Eds.) 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Los taxones mejor representados son, en primer lugar, el género Glycymeris y, menos importante, el género Patella. Otras especies están representadas de manera anecdótica. Su estudio permite reconocer los agentes que originaron el registro: recolección con funcionalidad subsistencial y para la fabricación de ornamentos. Se describen diferentes modos de obtención de los adornos sobre concha. Palabras clave: Neolitico Antiguo, Barcelona, Glycymeris, Patella. Abstract In recent years, archaeological excavations in several Neolithic sites from the neighborhood of El Raval in Barcelona have provided important archaeomalacological samples. In this paper we present the results obtained at the Reina Amàlia No. 31-33 site. The most abundant taxa belong to Glycymeris genus and, less important, Patella genus. Other species are only represented by very few individuals. This study allows us to recognize the agents that originated the assemblage: gathering for food purposes and to make ornaments. The way these ornaments were made are also described. Keywords: Ancient Neolithic, Barcelone, Glycymeris, Patella. SERP. Departament de Prehistòria, Història Antiga i Arqueologia. Universitat de Barcelona. C/Montalegre 6-8.08001. Barcelona. jnadal@uoc.edu , esterbrieva@gmail.com , lluislloveras@ub.edu 2 SAPPO. Departament de Prehistòria. Universitat Autònoma de Barcelona. Facultat de Filosofia i Lletres. Edifici B. 08193. Bellaterra. anna.gomez@uab.cat , mique.molist@uab.cat 3 School of Archaeology and Ancient History. University of Leicester. University Road. LE1 7RH. Leicester. 4 GLOBAL CHM SL. Av. Corts Catalanes 5-7.08173 Sant Cugat del Vallès. jmusteriense@gmail.com , karinharzbecher@gmail.com 1 113 Nuevos datos para la interpretación de los conjuntos malacofaunísticos... 1. Introducción En una anterior edición de las reuniones científicas de Arqueomalacología de la Península Ibérica, ya dimos cuenta de la riqueza del registro del Neolítico Antiguo en la Ciudad de Barcelona y sobre la presencia de restos malacofaunísticos marinos en sus yacimientos. En aquella ocasión se presentaron los resultados de la que fue la primera de las grandes estaciones neolíticas excavadas en el barrio del Raval de Barcelona, la Caserna de Sant Pau del Camp (desde ahora CSPC) (Lloveras et al., 2014). En aquel estudio planteábamos el origen tafonómico de un gran conjunto de moluscos marinos, previamente estudiado (Estrada y Nadal, 2008), ya que su naturaleza, mayoritariamente conchas del género Glycymeris con un intenso grado de rodamiento marino, dificultaba interpretar el agente, o agentes, de la acumulación. En aquel trabajo, tras discutir una posible causa natural, que ha quedado descartada por los estudios geomorfológicos de la evolución de la línea de costa en Barcelona a lo largo de la historia ( Julià y Riera, 2012), apuntábamos que gran parte de la acumulación pudiera vincularse a algún tipo de ritual funerario asociado a los enterramientos del Neolítico Postcardial, ya que la distribución espacial de las conchas y la situación de los enterramientos permitían sustentar tal hipótesis. Esta interpretación podría tomar fuerza vistos los casos históricos y etnográficos que se conocen al respecto de la utilización de conchas como material delimitador de los espacios mortuorios (Holum et al., 1999; Poisblaud et al., 2002; Thiam, 2013). En cualquier caso, no se descartaban otros agentes, de mucha menor entidad, en la formación del conjunto: alimentación, que excluía, lógicamente, cualquier espécimen rodado pero no así la conchas del género Patella, y usos ornamentales, en algunos, pocos, casos en que material estaba claramente modificado a tal efecto, y en otros elementos susceptibles de haber sido seleccionados para dicha función pero finalmente desechados. Con posterioridad, hemos tenido la oportunidad de analizar algunos conjuntos arqueomalacológicos más, procedentes de los yacimientos neolíticos barcelonenses. Destacamos el caso del yacimiento del Nou Conservartori del Liceu (desde ahora NCL), que se situaba en la calle Nou de la Rambla nº82-88, y que, entre otros períodos cronológicos, se encontraron diversas estructuras fechables en el Neolítico Antiguo Evolucionado, con unas dataciones absolutas de 5780±40 BP (47204530 cal BC a dos sigma) y 5700±40 BP (4670-4640 cal BC a dos sigma) (Bordas et al., 2013). Aunque este yacimiento es modesto en cuanto a cantidades de restos 114 malacofaunísticos, con un total de 80 efectivos, cabe destacar la localización de una clara acumulación artificial, dentro de una estructura neolítica, de 57 conchas del género Glycymeris con las características más habituales descritas en el conjunto de CSPC: alto rodamiento marino y práctica inexistencia de fragmentación posterior (bordes con fractura no rodada). A su vez, en otra estructura, aparecieron dos fragmentos de una misma pieza de brazalete realizado sobre concha de Glycymeris, los tradicionalmente conocidos en la antigua bibliografía arqueológica como “brazaletes de pectúnculo” (Bordas et al., 2013: figuras 5 y 6). Así, sin descartar las conclusiones a las que llegábamos en el caso del conjunto de CSPC, las evidencias del NCL, parecen probar la recolección y acopio de valvas rodadas de Glycymeris para la fabricación de objetos ornamentales. Debemos recordar, la diferencia numérica de cada conjunto, casi 4000 ejemplares en CSPC y escasamente 80 en NCL. Los datos que ahora ofrecemos proceden de un nuevo yacimiento próximo, al que dedicamos el presente trabajo, y pueden aportar nueva luz a los diferentes usos y procesos de transformación que se dieron a los elementos malacofaunísticos, especialmente los rodados, en los asentamientos del Neolítico antiguo de las poblaciones que ocuparon el llano de Barcelona: el yacimiento de la calle Reina Amàlia nº31-33. 2. El yacimiento Como los demás yacimientos excavados estos últimos 20 años en el barrio del Raval de Barcelona, el descubrimiento y excavación del yacimiento de Reina Amàlia nº31-33 (desde ahora RA), se debe a las intervenciones de salvamento de una zona que urbanísticamente se está modificando y que, por otra parte, es de expectativa arqueológica. El yacimiento como tal es la continuación necesaria de otros cercanos (Gómez y Molist, 2013) (Fig. 1). Se descubre durante unas prospecciones realizadas en el año 2007 y finalmente se excava entre los años 2008 y 2009 bajo dirección de dos de los firmantes del presente trabajo ( J.G. y K.H.). Se interviene una extensión de 200 m2, en la que se detecta una secuencia estratigráfica estructurada en unos primeros niveles contemporáneos e históricos debajo de los cuales se desarrolla un nivel de origen coluvional (nivel IV), de matriz arcillosa y coloración rojiza, que sellaba los niveles anteriores, arqueológicos. Debajo de este paquete sedimentario natural, se documentaba el nivel V, alrededor de una cota absoluta de 5,3 msnm en el que se recortaban las diferentes estructuras localizadas en el Jordi Nadal, Ester Brieva, Anna Gómez, Miquel Molist, Javier González... Figura 1. Localización del yacimiento de Reina Amàlia 31-33 en el entramado urbano del barrio del Raval (ciudad de Barcelona). yacimiento, entre los 5,3 y los 3,8 msnm (Fig. 2). El elemento de mayor entidad, que atomiza las estructuras exteriores, es una gran estructura de habitación (fondo de cabaña) de planta pseudo-ovalada con una superficie de más de 50 m2, que excava el subsuelo del yacimiento. En su interior se encontraron, en la zona nordeste y sudoeste, dos enterramientos infantiles que se realizaron sincrónicamente al uso de la cabaña. En los sedimentos que colmataban la estructura se localizaron fragmentos cerámicos con asas de cinta, con decoraciones plásticas arqueadas (tradicionalmente llamadas “bigotes”), vasos compuestos carenados, con asas tubulares o tuneliformes, características del grupo “Montboló”, que definen un momento postcardial, normalmente citado como Neolítico Antiguo Evolucionado en la zona de estudio, momento de transición con el Neolítico medio. El material cerámico iba acompañado de industria lítica sobre sílex y jaspe (material local proveniente de la cercana montaña de Montjuïc), macroutillaje lítico (molinos), algo de industria ósea y restos faunísticos de vertebrados, además del material arqueomalacológico, objeto de estudio de este trabajo. Alrededor del fondo de cabaña se abrían diferentes estructuras, contemporáneas a la construcción y uso de la misma, de conservación desigual, y que en algunos casos deben interpretarse como hogares y en otros como silos. Una estructura al noreste del yacimiento (E-XIV) correspondía a un enterramiento individual. Sus características apuntan a los futuros “sepulcros de fosa” propios del Neolítico medio catalán, aunque determinados aspectos demuestran una cierta continuidad con las tradiciones de los enterramientos del Neolítico postcardial, como los que se encuentran en el vecino yacimiento de CSPC. En todo caso, en dicha estructura no se recuperó material malacofaunístico. Los materiales descritos son totalmente coherentes con las dataciones absolutas obtenidas. El origen del asentamiento se situaría con la datación más antigua de 5750±40 BP (4700-4500 cal BC a dos sigma) (Beta-259278), que se obtuvo en el hogar central del fondo de cabaña. Luego tendríamos la datación del sedimento de relleno de esta gran estructura, de 5720±40 BP (4690-4460 cal BC a dos sigma) (Beta115 Nuevos datos para la interpretación de los conjuntos malacofaunísticos... Figura 2. Proceso de excavación y planta del yacimiento. 116 Jordi Nadal, Ester Brieva, Anna Gómez, Miquel Molist, Javier González... 259279). La fecha final para el yacimiento la da el enterramiento, que se aleja sensiblemente de lo que sería la ocupación del asentamiento: 5620±40 BP (4530-4360 cal BC a dos sigma) (Beta-259280). En conclusión, estamos delante de una ocupación delimitada por un espacio temporal relativamente breve y sin rupturas, que puede adscribirse a las fases finales del Neolítico Antiguo Evolucionado Postcardial (González et al., 2011). último cálculo se realizó mediante el recuento de los elementos anatómicos no repetitivos de conchas enteras o rotas (Gutiérrez Zugasti, 2009; Giovas, 2009; Mason et al., 1998; Moreno, 1994). En el caso de algunos bivalvos (glycyméridos), el grado de rodamiento era tan intenso que la lateralidad de los elementos no ha podido establecerse, y por ello el NMI se ha calculado dividiendo por dos el número de elementos enteros y rotos. 3. Material y métodos 4. Resultados El material analizado en el estudio arqueomalacológico es de 537 efectivos, aunque unas pocas conchas correspondientes a pulmonados terrestres (2 especímenes de Rumina decollata y 1 de Cernuella virgata), que parecen ser aportaciones naturales, no han sido tenidas en cuenta en el presente trabajo, por lo que hemos acabado trabajando con 534 registros. El material fue recuperado en la excavación de manera individualizada, siendo situado tridimensionalmente y agrupado en unidades estratigráficas. El material nos llegó ya lavado y siglado. Se ha estudiado a nivel global de yacimiento, dada la coherencia cronológica que antes mencionábamos y de cara a obtener un conjunto cuantitativamente significativo. Por otra parte, no se han apreciado diferencias substanciales entre el material recuperado entre las diversas estructuras. La identificación taxonómica se realizó con la contrastación de elementos diagnósticos con ejemplares de nuestra colección de referencia. La identificación de dichos caracteres se hizo a nivel macroscópico. Se analizaron variables como el estado de integridad de las conchas (entera, rota -en el caso que la pieza conserve elementos anatómicos no reiterativos que permitan utilizarla en el recuento de individuos- y fragmento, cuando no hay elementos no reiterativos), la parte anatómica representada, en caso de piezas rotas o fragmentos, diferentes tipos de alteración (rodamiento marino, otras alteraciones naturales o antrópicas), lateralidad (en el caso de los bivalvos) y biometría. En la caracterización métrica de los especímenes, también se ha considerado la longitud y la anchura máxima de la pieza independientemente de que los elementos pudieran presentar alteraciones tafonómicas (rodamiento, fracturación) en tanto que estos datos nos permitirán valorar si hubo algún tipo de selección de los especímenes según tamaño. Los diferentes tipos de alteraciones se estudiaron mediante la observación microscópica con una lupa binocular Olympus S261 entre 6 y 45 aumentos. La información del análisis se gestionó con una base de datos FileMaker Pro para entorno PC de cara a obtener las cuantificaciones de Número de Restos (NR) y Número Mínimo de Individuos (NMI). Este El desglose taxonómico del NR, el NMI y sus valores porcentuales pueden consultarse en la Tabla 1. Como en los casos anteriormente citados de yacimientos neolíticos próximos a RA (CSPC y NCL), el taxón más abundante es el género Glycymeris, que en el yacimiento globalmente alcanza el 70,59% de los efectivos en NR, aunque disminuye su importancia hasta el 40% en NMI (calculado de la división por dos de las valvas). En los casos que se ha llegado a una determinación específica, Glycymeris nummaria es la más importante. A continuación, y nuevamente de manera similar a lo que pasaba en CSPC, el segundo grupo en importancia es el del género Patella (que cuando se ha determinado a nivel específico se trata mayoritariamente de Patella caerulea). El resto de taxones tiene una presencia anecdótica, en muchos casos representados por un único efectivo. Por lo que respecta a las características de cada uno de los taxones, debemos decir que los especímenes de Glycymeris se encuentran rodados o muy rodados la mayoría de las veces (324 casos, que suponen el 87,9%). Por otra parte, algunos de estos elementos corresponden a conchas enteras, no fragmentadas, pero absolutamente erosionadas hasta el punto de que desaparecen elementos como el umbo o la charnela, adoptando una característica morfología de disco. Las piezas enteras con esta característica suponen casi el 13% de los efectivos de este género. Por otra parte, algo que caracteriza el conjunto de Glycymeris de RA es la mayor presencia de elementos con fracturas posteriores al rodamiento marino, que no estaban casi presentes en CSPC o NCL. Se han contabilizado 32 casos de valvas rotas y 148 de fragmentos rotos que suponen casi el 50% de los restos de este taxón. Finalmente, destacamos que 40 elementos presentan perforación en el umbo. En la mayoría de los especímenes se trata de perforaciones mecánicas que en muchos casos han quedado afectadas por rodamiento marino posterior y, por lo tanto, no son de factura antrópica. A pesar de ello, algún elemento con perforación an117 Nuevos datos para la interpretación de los conjuntos malacofaunísticos... Taxón NR %NR NMI %NMI Patella sp. 62 11,61 52 29,71 Patella caerulea 11 2,05 11 6,28 Patella ulyssiponensis 4 0,74 4 2,28 Semicassis granulata 2 0,34 2 1,14 Charonia lampas 3 0,56 1 0,57 Conus ventricosus 1 0,18 1 0,57 Stramonita haemastoma 8 1,49 8 4,57 Hexaplex trunculus 1 0,18 1 0,57 Bolinus brandaris 1 0,18 1 0,57 1 Luria lurida 1 0,18 1 0,57 1 Columbella rustica 2 0,34 2 1,14 2 Phorcus turbinatus 5 0,93 2 1,14 Cerithium vulgatum 1 0,18 1 0,57 Gastropoda nd 3 0,56 Glycymeris sp. 314 58,8 50 28,57 22 Glycymeris glycymeris 12 2,24 6 3,42 2 Glycymeris nummaria 51 9,55 14 8 16 Acanthocardia sp. 3 0,56 Acanthocardia tuberculata 18 3,37 8 4,57 3 Arca noae 2 0,34 1 0,57 Barbatia barbata 1 0,18 1 0,57 Cerastoderma glaucum 3 0,56 3 1,71 Cardiidae 3 0,56 Callista chione 4 0,74 2 1,14 Chamelea gallina 1 0,18 1 0,57 Mytilus galloprovincialis 3 0,56 1 0,57 Spondylus gaederopus 1 0,18 1 0,57 Bivalvia ND 13 2,43 TOTAL 534 175 ED 1 5 1 54 Tabla 1. Resultados de la distribución taxonómica de los elementos identificados en el yacimiento en número de restos (NR) y número mínimo de individuos (NMI) y piezas que presentan modificaciones, naturales o antrópicas, que permitirían su uso como elementos decorativos (ED). trópica, acabada con pulimento, implica que dichos elementos pudieran haber sido seleccionados con la voluntad de ser utilizados como ornamentos tipo colgante, sin ninguna o con muy poca modificación de la concha. Por lo que respecta a las piezas enteras, rodadas o no, hay una distribución de su altura y anchura máxima, que van desde diámetros aproximados de 10 mm hasta los 70 mm. A pesar de dicha distribución, parece intuirse un cierto hiato entre las piezas de 35 y 45 mm. Pensamos que tal vez existiera alguna selección, que luego discutiremos, de unos 118 elementos de dimensiones más pequeñas, inferiores a los 35/40 mm de diámetro y de piezas más grandes, superiores a los 45/50 mm (Fig. 3). Sobre las conchas más pequeñas, tenemos un par de casos de homogenización de forma (redondeada) y tamaño hasta obtener un elemento discoidal preparado para ser transformado en cuenta y lo que sería un fragmento de cuenta que debió desecharse al romperse en el momento de la realización de la perforación central, que no se llegó a concluir. Estos elementos presentan un diámetro entre 10 y 15 mm. Jordi Nadal, Ester Brieva, Anna Gómez, Miquel Molist, Javier González... El género Patella, que en NR supone el 14,4% de los efectivos, se incrementa hasta casi tener la misma importancia que Glycymeris (38,3%) en NMI. El rodamiento de estos especímenes, por sus características ecológicas, no determina que los animales fueran recogidos ya muertos en la costa, como pasa con Glycymeris. Por otra parte, en estas conchas no es infrecuente encontrar muescas en los bordes, en casi un 15% de los efectivos. Dichas muescas podrían ser desconchados provocados en el momento de recolectar, vivos, los animales en el sustrato rocoso. Esta interpretación permitiría asociar las conchas del género Patella con el consumo, algo parecido a lo que ya pasaba en CSPC. Figura 3. Distribución de medidas en milímetros de los elementos enteros (rodados y no rodados) del género Glycymeris. Altura máxima en las abscisas y anchura máxima en las ordenadas. De los taxones menores, los bivalvos (especialmente los cárdidos) parecen comportarse de manera similar a Glycymeris, por lo que respecta a la conservación de las conchas, rodamiento, fracturación y presencia de modificaciones para su uso como elementos ornamentales. Respecto a los gasterópodos, sin tener en cuenta el género Patella, siendo muy escasos en la muestra, sorprende por un lado su diversidad taxonó- mica – nueve especies representadas en un conjunto de 20 elementos-, y por otro el hecho de que mayoritariamente presentan o bien alteraciones naturales que los hacen susceptibles de ser utilizados como objetos de adorno (Stramonita haemastoma, Ceritium vulgatum) o presentan claras perforaciones antrópicas (Luria lurida, Semicassis granulata, Bolinus brandaris, Columbella rustica) (Fig. 4). Figura 4. Elementos poco modificados o no modificados susceptibles de uso como elementos decorativos: Semicassis granulata, Bolinus brandaris, Luria lurida, Stramonita haemastoma (3 ejemplares) y Columbella rustica. 119 Nuevos datos para la interpretación de los conjuntos malacofaunísticos... 5. Discusión Los resultados del desglose taxonómico y las características descritas para los diferentes grupos nos permiten especular al respecto del origen del conjunto, que seguramente sería múltiple. Por un lado tendríamos las especies recogidas con finalidades subsistenciales. De manera clara solo estaría representado el género Patella, aunque no se pueden descartar otros taxones, que por sus dimensiones o por el estado de las conchas serían susceptibles de su consumo: Charonia lampas, Phorcus turbinatus, Mytilus galloprovincialis, Callista chione, Chamelea gallina y algunos ejemplares cárdidos sin rodamiento marino. El consumo de Patella ya se había propuesto en el caso de CSPC (Lloveras et al., 2014:175). Las muescas presentes en los bordes de algunas conchas se relacionarían con la extracción del animal del substrato rocoso. Otros elementos, recogidos vivos o muertos, prácticamente no se modificaron para su uso como col- gantes. En las conchas rodadas, las perforaciones de los umbos, en el caso de los bivalvos, o de la espira, junto con el aprovechamiento de la apertura del peristoma, en el caso de los gasterópodos, hacen susceptibles estos elementos como objetos de adorno sin ninguna otra modificación. En el caso de los bivalvos, la presencia de perforaciones similares pero de carácter antrópico, mediante pulimento, sugieren ese posible uso para los elementos modificados de forma natural que solamente deberían ser seleccionados. En caso de la inexistencia de perforación natural, en algunos gasterópodos se realizó, de manera poco precisa, seguramente mediante percusión, una o varias perforaciones en la vuelta corporal. Pero un gran número de elementos pudieron ser seleccionados con la voluntad de una transformación más intensa, nuevamente para su uso como materia prima para la fabricación de ornamentos. Los taxones seleccionados para esta función serían bivalvos, tal vez cárdidos pero especialmente glycyméridos. Aunque ya hemos visto que estos elementos podían recogerse ya modificados en el umbo o que una ligera Figura 5. Posibles cadenas operativas para la fabricación de cuentas discoidales sobre Glycymeris. A: proceso sobre valvas grandes; B: Proceso sobre valvas pequeñas. 120 Jordi Nadal, Ester Brieva, Anna Gómez, Miquel Molist, Javier González... perforación en esta parte podía transformarlos en objetos ornamentales poco elaborados, las conchas se habrían recolectado también para, mediante dos posibles cadenas operativas, obtener cuentas de morfología discoidal. En una primera posible cadena operativa, se habrían seleccionado las conchas más grandes (tal vez las superiores a 40 mm) que se habrían fragmentado mediante percusión, dejando fragmentos con bordes no rodados. Gran parte de los fragmentos obtenidos se desecharían como residuo. Los fragmentos más pequeños se modificarían entonces, mediante pulimento, hasta obtener una cuenta discoidal (Fig. 5A). Dicho sistema seria parecido al que se ha propuesto para el neolítico italiano en otros taxones, por ejemplo en el caso de Spondylus gaederopus y Charonia en el yacimiento de Arene Candide (Borello y Rossi, 2004). Otro proceso de elaboración pasaría por seleccionar las conchas más pequeñas, especialmente aquellas con diámetros entre 10 y 20 mm, similares ya al diámetro de las cuentas discoidales. La modificación se realizaría en este caso directamente a partir del pulimento, homogenizando diámetros y grosores, y finalmente realizando la perforación de la cuenta (Fig. 5B). El segundo sistema sería muy próximo a las técnicas de elaboración que tradicionalmente se han sugerido para la elaboración en serie de las frecuentes cuentas discoidales realizadas en concha, generalmente cárdidos, que se recuperan en los contextos del Neolítico catalán (Llovera et al., 1991). En el registro de RA podemos encontrar los elementos residuales de los diferentes tiempos de ambas cadenas operativas propuestas aunque no encontramos los ornamentos finalizados, hasta cierto punto lógico si el registro del yacimiento se considera en su mayor parte material amortizado y desechado. 6. Conclusiones El registro arqueomalacológico del yacimiento de Reina Amàlia 31-33 se suma a otros yacimientos neolíticos del barrio del Raval de Barcelona (CSPC y NCL) y vuelve a demostrar la importancia que estos elementos jugaron entre las primeras sociedades agricultoras del llano de Barcelona. En este sentido, los nuevos datos permiten corroborar algunas interpretaciones hechas en estudios anteriores. Así, se demuestra la recolección de conchas para la fabricación de objetos de ornamentación personal, sean usados sin modificación previa, sea con una ligera modificación que no altera la morfología natural de la concha, o sea usando ésta como materia prima para la fabrica- ción de cuentas de forma y tamaño substancialmente diferenciados de la concha. La recolección de moluscos con finalidades alimentarias parece también quedar probada, especialmente para el género Patella, sin que puedan descartarse otros taxones. No obstante, la explotación de los recursos marítimos en unos asentamientos, claramente costeros, que no distarían mucho más de 500-900 metros de la línea de mar, sigue revelándose poco importante. La práctica ausencia de restos de peces y una gran proporción de conchas recogidas una vez los animales estaban muertos así parecen indicarlo. Creemos que, en este sentido, deben evaluarse las transformaciones tafonómicas que puedan haber sufrido los yacimientos. Además deberían integrarse a este tipo de estudios, el de la cultura material (posibles pesos de red) y en la medida que sea posible, la caracterización isotópica de los restos humanos. Por último decir que el material de RA no aporta nuevos datos al respecto de un posible uso de las conchas como elementos vinculados a los rituales funerarios tal y como se apuntaba para CSPC. En cualquier caso, el enterramiento de RA se aleja de los modelos del Neolítico antiguo, aproximándose a los propios del Neolítico medio catalán. Agradecimientos Para el presente trabajo se han recibido ayudas de los proyectos de investigación SGR2014-108 de la Generalitat de Catalunya, HAR2014-55131 del Ministerio de Economía y Competitividad y UAM-C065 ( J.L., L.L. y E.B) y de los proyectos 014 SGR-1248 de la Generalitat de Catalunya y del HAR 2013-43624 del Ministerio de Economía y Competitividad (A.G. y M.M.). Además M.M. se beneficia del Programa ICREA Academia y L.L. recibe la ayuda de un contrato postdoctoral BP-A 00334 2011 del Departament d’Universitats, Recerca i Societat de la Informació de la Generalitat de Catalunya i del programa COFUND (Accions Marie Curie). Agradecemos muy especialmente la ayuda y colaboración del Museu d’Historia de la Ciutat de Barcelona, con el que se ha establecido un convenio con los autores de este trabajo adscritos a la Universitat Autònoma de Barcelona para el estudio del registro arqueológico prehistórico de dicha ciudad. El trabajo original ha sido corregido y enriquecido gracias a los comentarios y propuestas de dos revisores anónimos propuestos por la organización. 121 Nuevos datos para la interpretación de los conjuntos malacofaunísticos... Referencias Bordas, A., Gómez, A., Julià, R., Llergo, Y., Nadal, J., Piqué, R., Riera, S., Ríos, P., Saña, M.,Molist, M., 2013. 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Interpretación tafo122 Las Náyades (Mollusca, Unionoida) del Calcolítico de Camino de las Yeseras (San Fernando de Henares, Madrid) Laura Llorente Rodríguez1, Eufrasia Roselló Izquierdo1, Arturo Morales Muñiz1, Corina Liesau von Lettow-Vorbeck1,3, Arantxa Daza Perea3,4, Rafael Araujo Armero2 Resumen El registro pretérito de las náyades o almejas de agua dulce ibéricas continúa siendo muy pobre a pesar del auge de los análisis arqueomalacológicos en la Península durante la pasada década. Las náyades recuperadas en el yacimiento de Camino de Las Yeseras representan, por ello, una importante aportación que proporciona información sobre tres aspectos independientes: (i) el uso dado a estas náyades, que presumiblemente abarcaba tanto actividades utilitarias como rituales, (ii) la paleobiogeografía de estas especies y (iii) la calidad de las aguas en el entorno del yacimiento durante el Calcolítico. El estudio valora la presencia de los peces recuperados en Camino de las Yeseras desde la perspectiva de potenciales hospedadores de las larvas (gloquidios) de las náyades. Palabras clave: Náyades, Península Ibérica, Calcolítico. Abstract The ancient record of the Iberian naiads is still poorly documented despite the development of archaeo-malacological research that has taken place over the past decade in the peninsula. The naiad remains retrieved at Camino de las Yeseras thus constitute a welcome addition that provides information concerning three different aspects, namely: (i) the use given to these molluscs, which apparently was of both utilitarian and ritual connotations, (ii) the paleobiogeography of the group, and (iii) the quality of the waters close to the site during the Chalcolithic period. The study discusses the presence of the fish taxa documented at Camino de las Yeseras from the standpoint of their role as hosts of the naiads’ larval stages (glochidia). Keywords: Naiads, Iberian Peninsula, Chalcolithic. Laboratorio de Arqueozoología, Universidad Autónoma de Madrid. C/ Darwin, 2, 28049. Madrid. laura.llorente@uam.es; eufrasia.rosello@uam.es; arturo.morales@uam.es; 2 Museo Nacional de Ciencias Naturales. C/ José Gutiérrez Abascal, 2, 28006. Madrid. rafael@mncn.csic.es 3 Departamento de Prehistoria y Arqueología, Universidad Autónoma de Madrid. C/ Francisco Tomás y Valiente, 1, 28049. Madrid. corina.liesau@uam.es 4 Contratada predoctoral del programa para la Formación de Personal Investigador en Formación, Subprograma FPIMINECO: BES-2012-056461. arantzazu.daza@uam.es 1 125 Las Náyades (mollusca, unionoida) del calcolítico de Camino de las Yeseras... 1. Introducción En la Península Ibérica se han documentado restos de náyades en yacimientos arqueológicos desde el Paleolítico Superior (Cueva del Valle; Altuna, 1972), siendo a partir del Neolítico cuando el registro de estos bivalvos continentales se hace más notable tanto en número de yacimientos como de restos (Moreno, 1995: Apéndice 4). Sin embargo, a pesar de que la investigación arqueomalacológica viene experimentado un considerable impulso en la Península en el último lustro gracias, entre otros, a la positiva sinergia proporcionada por las Reuniones Científicas de Arqueomalacología de la Península Ibérica, los estudios sobre náyades aún siguen siendo escasos, como se ha señalado en un trabajo reciente (González et al., 2014). Dado que los problemas derivados de los diferentes métodos de recuperación en las excavaciones arqueológicas afectan a todos los restos de moluscos por igual y que las conchas de náyades no acusarían, en principio, una mayor pérdida en el registro de la que presentan moluscos marinos o terrestres, debido a la robustez que exhiben sus conchas, debemos pensar en otras razones que expliquen el paupérrimo registro de estos bivalvos en yacimientos. La rarefacción de las náyades en los actuales cursos fluviales ibéricos podría invitarnos a pensar que tampoco fueron un recurso abundante en el pasado, pero esta situación no es sino reflejo del deterioro que vienen sufriendo estos ambientes desde el inicio del siglo XX. De hecho, hasta hace pocas décadas, sus concentraciones podían alcanzar los 700 individuos por metro cuadrado en algunos cursos fluviales liderando asimismo la biomasa animal de éstos (Strayer et al., 2004; Araujo et al., 2009). A pesar de estas abundancias locales en el pasado, su apreciable diversidad en la Península Ibérica, (10 especies repartidas en 2 familias y 4 géneros; Tabla 1), y su hipervariabilidad morfológica hace de las náyades un grupo especialmente difícil de identificar incluso para los especialistas. De ahí que en muchos trabajos las identificaciones no puedan descender del nivel de orden. Por último, la escasez de colecciones de referencia y la dispersión de caracteres de identificación en diferentes trabajos dificultan adicionalmente esta labor al arqueomalacólogo. La determinación más fiable de la concha se realiza a través de los dientes cardinales, debiendo quedar relegados el resto de los fragmentos a un nivel inespecífico. Por todo ello, en la Tabla 1 ofrecemos una clave dicotómica, atendiendo a los principales rasgos diagnósticos, para la determinación de náyades en yacimientos arqueológicos recomendando que, siempre que sea ello posible, se acuda a un especialista para la confirmación de cualquier identificación. Desde 126 que se conoce con precisión la distribución de las especies peninsulares (Araujo et al., 2009), la procedencia de los restos arqueológicos puede convertirse en un dato fundamental para la determinación específica. Contando la Península Ibérica con tan amplio repertorio de especies y con densidades en el pasado que parece ser podían haber llegado a tapizar el fondo de un río (Strayer, 2008), no extraña que las náyades hayan sido objeto recurrente de interés por parte del ser humano, hecho que también debemos tener cuenta a la hora de interpretar las muestras arqueológicas. Martínez Sánchez (2013) confirma la habitual presencia de náyades en las ocupaciones del Guadalquivir entre el IV y III milenio a.C., y en la Meseta Norte diferentes autores atestiguan esta presencia desde el Calcolítico hasta la Edad Media (García Barrios, 2007; González et al., 2014; Gutiérrez Zugasti et al., 2014). Aunque se conocen citas de consumo en Europa desde periodos prehistóricos (Barn Elms, Londres/Reino Unido; Neolítico; Kennard, 1943) y, sobre todo, a partir de época romana (p. ej. castillo de Heidenberger; Sanderberger, 1873), el interés principal de las náyades parece haberse centrado en su explotación como elementos de adorno, especialmente en el caso de sus perlas. Tanto es así que los nombres de dos de los géneros hacen referencia a este hecho. Así, para los romanos, margaritae era el término dado a las perlas y unio el que se empleaba para referirse a las de mayor calidad o excepcional talla (Valledor y Araujo, 2011). El nácar de las conchas sirvió asimismo para fabricar utensilios o adornar éstos, caso del nácar de M. auricularia en los mangos de cuchillos. Esta actividad, así como la fabricación de botones, perduró en algunas regiones del Ebro hasta finales del s. XX (Álvarez, 1998; Zapater et al., 2006). En el registro arqueológico constan fragmentos trabajados de náyades en los poblados de “Los Castillejos” (Zaragoza-Neolítico), “Cerro Macareno” (Sevilla-Edad del Bronce) y “Moncín” (Zaragoza-Edad del Bronce) (Araujo y Moreno, 1999). La ostra de agua dulce, margaritona o náyade auriculada (M. auricularia Spengler, 1973), se utilizó también para confeccionar castañuelas en tanto que el mejillón del pintor (U. pictorum Linnaeus, 1758) fue empleado por estos artesanos como contenedor para mezclar pigmentos aprovechando el revestimiento impermeable que proporcionaba su nácar (Valledor y Araujo, 2011). Por último, las náyades han tenido un uso en el mundo simbólico como atestigua su presencia en ajuares de las cuevas calcolíticas funerarias del Valle de las Higueras (Huecas, Toledo; Bueno et al., 2005). En un escenario global de progresiva extinción, el estudio de las náyades arqueológicas contribuye a perfilar la distribución pretérita de las especies y con ello a entender Laura Llorente Rodríguez, Eufrasia Roselló Izquierdo, Arturo Morales Muñiz... 1a Con dientes cardinales 3 1b Sin dientes cardinales: Género Anodonta 2 2a Parte superior del umbo con crestas paralelas al ligamento. Borde dorsal diagonal Anodonta anatina 2b Parte superior del umbo con crestas paralelas a las estrías de crecimiento. Borde dorsal horizontal Anodonta cygnea 3a Con dientes laterales patentes 4 3b Adulto con dientes laterales difuminados con el borde posterior de la concha Margaritifera margaritifera 4a Dientes cardinales grandes y robustos 5 4b Dientes cardinales finos: Género Unio 6 5a Umbo deprimido, escultura del umbo lisa y dientes laterales posteriores rectos 5b Umbo convexo, escultura del umbo ondulada y dientes laterales posteriores curvos Margaritifera auricularia Potomida littoralis 6a Concha redondeada Unio gibbus 6b Concha alargada. Determinación específica según cuenca hidrográfica U. delphinus (Atlántico) U. mancus (Mediterráneo) U. ravoisieri (Banyoles y río Ser) U. tumidiformis (SO Atlántico) Tabla 1. Clave dicotómica para la determinación de las náyades ibéricas tomando como referencia los trabajos de Araujo y Moreno (1999) y Thomas (2006). cambios operados en los ecosistemas dulceacuícolas, permitiendo además inferir el entorno de un yacimiento y la relación de sus pobladores con el mismo. La principal función ecológica de las náyades dentro del sistema fluvial es su papel como dinamizadoras de nutrientes en los sistemas acuáticos y como oxigenadoras del agua. Ello se realiza a través de la filtración de la materia orgánica, tanto del agua como del sedimento, a razón de hasta 50 litros al día por cada individuo. Tal extremo convierte a las náyades en excelentes bioindicadores de la calidad de las aguas (Vaughn y Hakenkamp, 2001; Strayer et al., 2004). Un aspecto menos conocido es su valor como indicadores de la presencia de determinados peces, necesarios para completar aquéllas su ciclo biológico. Las hembras grávidas expulsan unas larvas características, denominadas gloquidios, que se anclan y enquistan generalmente en las branquias de determinadas especies de peces. Los gloquidios permanecen en las branquias hasta completar su metamorfosis. En ese momento, se rompe la cubierta del quiste y los juveniles caen al fondo, donde se entierran y comienzan su fase de vida libre. Así, y dependiendo de la especificidad por el hospedador, la presencia de una deter- minada náyade nos permitirá inferir la de aquellos peces que precisa su ciclo biológico. Todo ello permite inferir la existencia de ciertos peces en una zona sin necesidad de encontrarlos en el depósito arqueológico (Vaughn y Taylor, 2000; Araujo et al., 2005; Strayer, 2008). Partiendo de estas consideraciones, valoraremos ahora la información biológica y la cultural que aportan las náyades del yacimiento del Camino de las Yeseras. 2. Material y métodos La colección procede de una selección de muestras del yacimiento madrileño del Camino de Las Yeseras (San Fernando de Henares). Éste se localiza en un lugar estratégico para la explotación de recursos fluviales, como es la confluencia de los ríos Jarama y Henares. Su cronología abarca desde el Calcolítico hasta la Edad del Bronce (todo el III milenio a.C. y parte del II a.C.). En las campañas de excavación realizadas en 1999 y 20032004 por la empresa Gestión del Patrimonio, S.L., se excavaron casi medio millar de estructuras. En 2006 el 127 Las Náyades (mollusca, unionoida) del calcolítico de Camino de las Yeseras... Figura 1. A) Localización de Camino de las Yeseras. B) Ubicación regional del yacimiento. C) Planimetría general del yacimiento. Contextos funerarios/rituales: A1E4, A10E1, A15E8-I, A16E7, A21E6, A36extE3, A36extE3-VIII, A60E1. Hoyos con restos de malacofauna: F-262, F-265, A55E1, CorteO.Est.A, CorteE.Est.A, CorteE.Est.AB, CorteE.Est.E-I. Tramos de foso: A15E8-B, A54E121E01, A53A121E01, A38E1, A55E3, A 56-57, A 133E1/I, A133E1-V. Cabañas: F-322, F-286, F-254, F-305, F-411, A9E2, A17E9, A55E2, CorteE.Est.E. Zona central: A132I, A132II, A-132III, A 132VI. 128 Laura Llorente Rodríguez, Eufrasia Roselló Izquierdo, Arturo Morales Muñiz... yacimiento fue sometido a un proceso de retirada del nivel vegetal con una pala excavadora, seguido de un raspado manual de toda la superficie, documentándose más de 8.000 estructuras, de las cuales 825 fueron excavadas. En total, la excavación afectó a un total de 3 Ha sobre las 22 Ha estimadas de ocupación (Fig. 1). La ocupación calcolítica presenta una importante diversidad de estructuras que incluye miles de hoyos, estructuras habitacionales y de producción, y hasta seis recintos de fosos, la mayoría de ellos concéntricos (Ríos, 2011). El yacimiento también destaca por su variado registro de tumbas con inhumaciones precampaniformes y campaniformes (Liesau et al., 2008; Vega et al., 2010; Gómez et al., 2011). El carácter de excavación preventiva hizo que sólo el sedimento de algunos contextos singulares y de todos los campaniformes funerarios fuese cribado y flotado (Liesau, 2011; Llorente, 2011; Liesau et al., 2013). Como primer avance al estudio de los moluscos, hemos seleccionado 32 contextos que comprenden depósitos funerarios, hoyos, cabañas y tramos de los fosos que delimitaban perimetralmente la zona habitacional. Las náyades de este estudio proceden de estructuras de cronología calcolítica. La identificación de algunas piezas requirió el concurso de la colección de referencia del Museo Nacional de Ciencias Naturales. Tanto la nominación de taxones como la presentación de éstos en las tablas se ajustan a las directrices de la taxonomía biológica (Llorente, 2012). El patrón de fracturación para proceder a la cuantificación ha seguido los criterios ofrecidos por Moreno (1994, 1995) y Gutiérrez ZuContexto Cabañas gasti (2009). Los estimadores utilizados han sido el número de restos (NR) y el número mínimo de individuos (NMI). Éste último cuantificador no se aplicó a la categoría Unionoida. 3. Resultados Las muestras de náyades superan ampliamente las colecciones que habitualmente se documentan en yacimientos arqueológicos peninsulares (Tabla 2). Tal abundancia se debe en parte a una acusada fragmentación que, en ausencia de elementos diagnósticos, nos obliga a crear una amplia categoría inespecífica. El número mínimo de individuos, sigue constatando unos valores notables (112). La especie dominante es Potomida littoralis (Cuvier, 1798) pero es apreciable la presencia de Unio delphinus (Spengler, 1793) y, secundariamente, la de Margaritifera auricularia. Las náyades aparecieron en estructuras de habitación, en hoyos y en tramos de fosos, pero destaca su abundancia en las estructuras de la zona central del yacimiento donde parece que se podrían concentrar las actividades económicas. Adicionalmente, algunos ejemplares aparecieron en contextos rituales (Tabla 3). Entre éstos destacan los funerarios, tanto individuales como colectivos (donde aparecen P. littoralis y U. delphinus) y, sobre todo, el espectacular contexto con un enorme cráneo de uro sobre una cuña de barro, donde documentamos una valva de M. auricularia. A pesar de esta diversidad de contextos, no hemos hallado huellas de manipulación en resto alguno. Funerarios/ rituales Zona central Hoyos Tramos de foso TOTALES TAXÓN NR NMI NR NMI NR NMI NR NMI NR NMI NR NMI Unio delphinus 11 9 2 2 20 11 1 1 6 5 40 28 Potomida littoralis 13 9 5 4 52 44 11 7 27 30 108 94 Margaritifera auricularia 2 1 1 1 1 1 2 2 6 5 Unionoida 44 TOTAL 70 13 19 21 171 6 244 18 56 30 72 8 107 318 23 472 112 Tabla 2. Frecuencias de náyades en cada uno de los tipos de contextos considerados en la Figura 1. 129 Las Náyades (mollusca, unionoida) del calcolítico de Camino de las Yeseras... Contexto funerario Descripción Área 10, El-01, UE 01 Inhumación doble Área 16, El-07, UUEE 1 y 2 Enterramiento en fosa, adulto joven; calcolítico sin campaniforme Área 15, El-8-I, UE 03 Enterramiento en fosa; 4 individuos: 2 mujeres, 2 infantiles; calcolítico sin campaniforme Área 36 ext., El-03, UE 01 Área funeraria 2 Área 21, El-06, UE 02 Enterramiento en fosa alterado; restos humanos dispersos; 4 individuos: 3 adultos, 1 infantil; con campaniforme Restos humanos dispersos; 4 individuos: 3 adultos, 1 infantil Taxón NR NMI Potomida litoralis 2 1 Unionoida 2 Potomida littoralis 1 Unionoida 1 Unio delphinus 1 1 Unio delphinus 1 1 Área 36 ext., El-03, UE 03 Área funeraria 2. Espacio funerario amplio con inhumaciones campaniformes Unionoida 1 Área 36 ext.,3-VIII Franja 1 Área funeraria 2. Espacio funerario amplio con inhumaciones campaniformes. Interior gran tinaja Unionoida 1 Área 36 ext., El-03, UE 05 Área funeraria 2 Potomida litoralis 1 Unionoida 1 Área 60, El 01, UE 02 Depósito con cráneo de uro Margaritifera auricularia 1 1 1 1 Tabla 3. Relación de contextos funerarios y rituales con presencia de náyades. 4. Discusión Comenzando por los aspectos culturales, la información contextual indica que las náyades no parecen ser intrusivas pues el yacimiento se localiza por encima de la llanura de inundación de ambos ríos (Ríos, 2011). El uso ritual de las náyades no puede descartarse al documentarse en un total de 9 contextos de este tipo (Tabla 3). Ello, unido a su abundancia, apunta a que su presencia dista mucho de ser casual. Sin embargo, no hemos podido constatar una asociación inequívoca de las conchas con los inhumados, como se documenta en una de las cuevas artificiales del yacimiento calcolítico del Valle de las Higueras (Bueno et al., 2005). Las más altas frecuencias de náyades se constatan en estructuras con desechos culinarios y artefactos varios, tanto en los tramos de fosos como en las estructuras del área central. Tal circunstancia podría sustentar una hipótesis de consumo. El consumo de náyades está documentado etnográficamente pero como actividad muy esporádica, debido a la consistencia basta y correosa de su carne a la que tampoco 130 acompaña su característico sabor a fango derivado de la actividad filtradora (Zapater et al., 2009). Tal consumo ha sido sugerido para el Neolítico Antiguo de Xarez 12 (Reguengos de Monsaraz, Portugal; Gonçalves, 2003), el IV y el III milenio a.C. en numerosos yacimientos del valle del Guadalquivir (Martínez, 2013), así como en la Primera y Segunda Edad del Hierro del valle del Duero (Era Alta, El Castillo, La Mota, Valoria y el Soto de Medinilla; Morales y Liesau, 1995: Tabla 38) y en la colonia romana de Victrix Iulia Celsa (Velilla de Ebro, Zaragoza; Cabrera y Beltrán, 1998). La ausencia de huellas de manipulación antrópica descartaría un aprovechamiento del nácar a pesar de ser ésta una actividad documentada desde el inicio de las economías de producción, así como en ocupaciones calcolíticas, caso de Marroquíes Bajos ( Jaén; Lozano y Rodríguez, 2014). Lo cierto es que resulta complicado inferir el uso antrópico de las náyades en los registros arqueológicos debido a esta infrecuencia de huellas de manipulación (González et al., 2014; Gutiérrez Zugasti et al., 2014). Laura Llorente Rodríguez, Eufrasia Roselló Izquierdo, Arturo Morales Muñiz... Por lo que se refiere a los aspectos corológicos, observamos tres situaciones distintas (Fig. 2): (a) especies que se distribuyen por las cuencas atlántico-mediterráneas, (b) especies que se distribuyen por las cuencas atlánticas, y c) especies que se distribuyen por las cuencas mediterráneas. Desde esta perspectiva, la presencia de P. littoralis y U. delphinus en Camino de las Yeseras concuerda con los datos actuales (Fig. 2), mientras que la presencia de M. auricularia amplía su rango de distribución, actualmente restringido al Ebro, hecho documentado en otros yacimientos arqueológicos (Moreno y Araujo, 1999). El hábitat óptimo de P. littoralis y U. delphinus se sitúa en los tramos medios de los ríos, preferentemente en zonas de agua remansada, aunque limpia. La localización del yacimiento en la confluencia de dos ríos apunta a que los pobladores del Camino de las Yeseras llevaron a cabo una explotación sistemática de las náyades locales. Esta hipótesis vendría apoyada por la presencia tanto de galápagos como de aves acuáticas (Pérez et al., 2011; Llorente, 2011). Un último aspecto a considerar es la relación de las náyades durante su ciclo biológico con un grupo apenas representado en Camino de las Yeseras: los peces. La relación que tienen estos bivalvos con sus hospedadores es, como antes comentamos, muy específica (Araujo et al., 2000, 2009). Así, las colonias de U. delphinus, probablemente requieran la presencia de espinosos (Gasterosteus aculeatus), bogas de río (Chondrostoma sp.) o barbos (Luciobarbus sp., Barbus sp.) (Araujo et al., 2009). Las dos últimas especies ícticas son también parasitadas por los gloquidios de P. littoralis. En el caso de M. auricularia, hasta ahora se han confirmado como hospedadores nativos el esturión europeo (Acipenser sturio) y el pez fraile (Blennius fluviatilis) (Araujo et al., 2001). Esto quiere decir que el elenco de especies piscícolas presentes en esta confluencia de los ríos Jarama y Henares hubo de ser necesariamente mucho más rica de lo que el registro arqueológico evidencia (Roselló, 2011). y arqueológicos como los textos medievales, señalan la presencia de sábalos en la cuenca del Tajo, desde el último interglaciar (Eemiense; 166 ka) hasta pasado el siglo XVI (Morales, 1980; Sánchez Quiñones, 2006). Además de esta dilatada presencia del pez en la cuenca del Tajo, sábalo y margaritona solapan sus distribuciones actuales, tanto en el bajo Ebro como en algunos ríos de Francia. Estas putativas interrelaciones son la base sobre la que se va a poner en marcha un proyecto de conservación de M. auricularia en un río de la cuenca del Loira porque aunque los experimentos de infección de peces con gloquidios de esta náyade no han considerado hasta ahora al sábalo como agente de dispersión, parece que la presencia de la náyade podría venir condicionada por la del sábalo (R. Araujo, com. pers.; Araujo et al., 2009). Los datos de Camino de las Yeseras podrían, por tanto, aportar una insospechada vía de confirmación para los zoólogos que van a llevar a cabo este experimento. a) Potomida littoralis b) Unio delphinus c) Margaritifera auricularia La especie piscícola más frecuente en Camino de las Yeseras es, el sábalo (Alosa alosa) (Roselló, 2011). Aunque no está consignada como hospedador de ninguna náyade, su presencia parece remitir a algún tipo de relación con M. auricularia. En este sentido, cabe señalar que el sábalo es una especie que evita las aguas turbias, siendo la margaritona una especie que contribuye a mantenerlas limpias, por lo que la conjunción de náyades y sábalos en Camino de las Yeseras sugiere unas aguas limpias de los ríos Jarama y Henares en aquellos momentos. Por otra parte, tanto los registros paleontológicos Figura 2. Distribución ibérica de las tres especies de náyades recuperadas en el yacimiento de Camino de las Yeseras (círculo azul). Los cuadrados rojos señalan presencias actuales y los círculos negros en el mapa C las citas arqueológicas recopiladas por Araujo y Moreno (1999) a las que hemos añadido El Hornazo (1; Gutiérrez Zugasti et al., 2014), Cerro de la Mesa (2; Chapa et al., 2014), Valle de las Higueras (3; Bueno et al., 2005), Pozo Nuevo (4; García Barrios, 2007) y El Arrabal califal de Córdoba (5; Lozano et al., 2004). 131 Las Náyades (mollusca, unionoida) del calcolítico de Camino de las Yeseras... 5. Conclusiones La abundancia de náyades y la diversidad de contextos en los que éstas aparecieron en Camino de las Yeseras indican un aprovechamiento antrópico diversificado. Por inercia, sospechamos que éste podría incluir tanto el consumo como algún papel dentro del mundo simbólico, aunque todavía se está pendiente de un estudio más exhaustivo del tema. Las náyades de Camino de las Yeseras constituyen un aporte clave para evaluar la paleo-biogeografía de estas especies en la Península Ibérica y evidencian, junto con los restantes grupos acuáticos (galápagos, aves y peces), un aprovechamiento sistemático de los recursos fluviales del entorno, que no parece, en cualquier caso, haber sido intensivo. Aunque la representación de peces en el registro faunísticos de este yacimiento es escasa, la presencia de las náyades sugiere la existencia de una comunidad piscícola mucho más amplia de la que sugiere el registro íctico. Como corolario de esto último, la coetaneidad de la margaritona y el sábalo en Camino de las Yeseras apunta a algún tipo de relación ecológica, que justificaría los futuros experimentos que se proyectan para confirmar el papel del sábalo como hospedador de los gloquidios de M. auricularia. Agradecimientos Este trabajo se ha realizado gracias a la subvención obtenida: Las sociedades calcolíticas y su marco temporal en la región de Madrid. Una revisión a la luz de nuevos datos. (Plan Nacional I + D+ i HAR 2011-28731. Ministerio de Economía y Competitividad), y el proyecto Ictioarqueologia de la Prehistoria cantábrica: Modelos para la caracterización de las primeras pesquerías europeas (Ministerio de Economía y Competitividad). HAR 2014-55722-P Referencias Álvarez, R. M., 1998. La industria del nácar de Margaritifera auricularia en Aragón y la gestión ambiental. Temas de Antropología Aragonesa 8, 113-212. Altuna, J., 1972. Fauna de mamíferos de los yacimientos prehistóricos de Guipúzcoa. 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Palabras clave: Arqueomalacología, Caribe, Donax sp. Abstract The detailed analysis of malacological fauna from shell middens has proved to have a big potential in archaeology. By one hand, a precise characterization of the sediments from this kind of context illuminates the dynamics of formation of an archaeological site. It permits to guess the speed of deposition of the shells and the formation of the sedimentary deposits, the continuity or not of this process, etc. Furthermore, the metric study of the shells facilitates indications on how their gathering was done and, even, on the pressure that their exploitation had over the species. This paper works on these questions trough the study of the shell midden number 4 from Karoline, a prehistoric village in the Atlantic Coast of Nicaragua. Keywords: Shell midden, Archaeomalacology, Caribbean, Donax sp. Departament de Prehistòria. Universitat Autònoma de Barcelona. Edifici B. Bellaterra 08193, BARCELONA. España. ermengol.gassiot@gmail.com 2 CSIC-Institución Milá y Fontanals (IMF), Departamento de Arqueología y Antropología, AGREST. c/ Egipciaques 15, 08001 Barcelona. ignacio@imf.csic.es 1 137 Apuntes sobre formación de sitios a partir de restos arqueomalacológicos... 1. Introducción A pesar de la notoria visibilidad de los depósitos arqueológicos de conchas que dan forma y nombre a los concheros, los estudios de la fauna malacológica desde la arqueología son, por lo general, todavía poco frecuentes incluso en este tipo de yacimientos. Además cuando se realizan en gran medida tienen una orientación principalmente taxonómica y solo se ofrecen listados de las especies representadas. Recientemente algunos trabajos han comenzado a modificar esta situación desarrollando los sistemas de cuantificación de los restos malacológicos, analizándolos desde una perspectiva paleoeconómica o como indicadores paleoambientales, de la estacionalidad de las ocupaciones, de los procesos de trabajo implicados en su explotación, etc. (Gassiot, 2005; Gutiérrez, 2009; Mason et al., 1998; Szabó et al., 2014). Partiendo de las excavaciones del conchero número 4 del sitio Karoline (ver Clemente y Gassiot, en este volumen), este trabajo plantea el estudio arqueomalacológico de los depósitos que lo conforman, formados casi exclusivamente por restos del bivalvo Donax sp., como una herramienta útil para ilustrar tanto las dinámicas de formación del sitio como los procesos de trabajo implicados en ellas. Por motivos de espacio, se deja de lado la mención a otros elementos del registro arqueológico generado y que ya han sido publicados en otros lugares (Clemente et al., 2009, 2010, 2012 y 2013). Un primer elemento revisado en este trabajo es la propia definición de los diferentes estratos del “conchero” a partir de la caracterización de su composición sedimentaria. En otros términos, se propone un análisis de la homogeneidad/ heterogeneidad de los depósitos del conchero atendiendo a la definición cuantitativa de sus componentes. El segundo aspecto que aborda este trabajo es la caracterización métrica de las conchas del taxón dominante en el conchero y que constituye una porción relevante de su contenido. En definitiva, se busca por una parte describir de forma precisa la composición del conchero, reconociendo y cuantificando su variabilidad interna. Por la otra, a través del estudio métrico de las conchas este trabajo apunta una breve discusión sobre la modalidad de su recolección. 2. Las excavaciones en el conchero 4 del sitio Karoline Descubierto en el año 1999, el sitio Karoline está formado por al menos 12 concheros dispersos en la ladera de una pequeña elevación y un montículo de tierra y 138 piedras central (Fig. 1). La zona es una área de bosque tropical, actualmente degradada por actividades agrícolas y ganaderas, con pequeños cursos de agua cercanos y el límite sur actual de la gran Pearl Lagoon a 3,8 km al nordeste. La colina donde se emplaza el sitio se sitúa en la orilla de lo que fue el extremo meridional de la Pearl Lagoon y que hoy se encuentra sedimentado, dando lugar a una llanura arenosa con vegetación de sabana y zonas pantanosas (Clemente et al., 2010; Gassiot, 2005). El litoral exterior actual se localiza a casi 4 km al este, después de cruzar una extensa llanura arenosa, con pantanos y dunas, marcando diversas paleocostas. En su conjunto, Karoline parece haber estado conformado por diversas unidades de habitación que generaron concheros en sus inmediaciones fruto del consumo intenso del bivalvo Donax denticulatus y Donax estriatus (denominados ají por los habitantes de la zona). Estos concheros, además de basureros, alojaron también diversas áreas de actividad (Clemente et al., 2012, 2013). Uno de ellos, el conchero 4 ha sido parcialmente excavado en diversas campañas entre los años 2002 y 2008. La excavación se realizó sobre una extensión de 50 m2 y abarcó parte de los niveles superiores del conchero y de su exterior, donde se buscó el área doméstica al que, se suponía, se vinculaba la acumulación de conchas y otros desechos. En la campaña de 2008 se completó la excavación en extensión con una zanja con el fin de definir mejor su estratigrafía interna y su diacronía. Se recogieron muestras de sedimento del conchero, tanto durante la excavación como, posteriormente, de los perfiles. En los concheros 1 y 5 se realizaron sondeos para, además de su cronología, analizar su estratigrafía interna y recoger muestras. La datación de los concheros números 1, 4 y 5 (Fig. 1) muestra rangos temporales similares, sugiriendo que su formación fue sincrónica, seguramente con diversas unidades domésticas funcionando simultáneamente. Permite plantear que Karoline fue un asentamiento que como mínimo existió entre los siglos IV/ III cal BC hasta los siglos III/IV cal AD con diversos concheros formándose simultáneamente. El estudio de los materiales y los contextos arqueológicos documentados permite completar esta primera impresión sobre Karoline, esbozando una imagen de las prácticas de subsistencia de sus pobladores prehistóricos: qué recursos se explotaron y, en algunos casos, cómo fue su explotación; cómo fueron las actividades que dieron lugar a los concheros; qué representaron los concheros en el asentamiento; etc. 139 Ermengol Gassiot Ballbè; Ignacio Clemente Conte Figura 1. Localización del área de estudio en Nicaragua (izquierda), con un mapa del emplazamiento en ella de Karoline y otros yacimientos así como las principales poblaciones del área (imagen central). A la derecha, planta del yacimiento. Apuntes sobre formación de sitios a partir de restos arqueomalacológicos... 3. Métodos y materiales 3.1. La excavación y datación del conchero 4 de Karoline La excavación del conchero 4 de Karoline se efectuó en extensión, a lo largo de un área de 60 m2 y siguiendo la estratigrafía observable, individualizando una gran parte de los materiales arqueológicos (cerámica, lítica, fauna, semillas, carbones, etc.) y registrando su situación tridimensional. Ello ha permitido asociar de forma precisa los diferentes materiales a contextos estratigráficos específicos, así como también establecer los patrones de dispersión de cada categoría de restos y asociaciones/disociaciones espaciales entre tipos de materiales. De esta forma, al poder caracterizar diferentes áreas de actividad tanto dentro como fuera del conchero y ponerlas en relación con algunos agujeros de poste documentados durante la excavación se ha podido plantear la existencia de un espacio de habitación y su disposición (Clemente et al., 2012). Por otra parte, la realización de una trinchera ha facilitado el conocimiento de la diacronía interna del conchero, pudiendo acotar tanto su duración temporal como sus ritmos de formación internos. Gracias a esta última operación, que complementa la excavación en extensión, se ha podido constatar que el conchero 4 de Karoline está conformado por tres grandes fases de acumulación de depósitos de una gran cantidad de conchas, principalmente Donax denticulatus y Donax estriatus. La más antigua, que dio lugar al conchero C3 de 70 cm. de espesor documentado en la trinchera, se formó en un lapsus de tiempo muy breve entre el 380 y el 230 cal BC, tal y como indica el solapamiento de las tres dataciones efectuadas. La segunda corresponde a depósitos acumulados entre un momento de formación de suelo sobre el conchero C3 (alrededor 350-60 cal BC) y otro nivel sin conchas entre los concheros C2 y C1, datado entre 85 cal BC y 16 cal AD. El último período de formación del conchero concluyó entre el 250 y el 350 cal AD, tal y como certifica la datación procedente de su superficie (Fig. 1). 3.2. Muestreo y descripción de los depósitos del conchero 4 de Karoline En arqueología la categoría conchero se emplea con relación a realidades bastante diversas (Gassiot, 140 2001; Gassiot, 2005; Stein 1992). En algunas ocasiones se utiliza para referir a depósitos de conchas con poca matriz sedimentaria (por ejemplo, Ramos y Lazarich, 2002), independientemente del volumen que éstos alcancen. En otras, la simple presencia de una cantidad remarcable a ojos del/la observador/a de restos de conchas en el sedimento ya justifica el uso del término (Sanoja y Vargas, 1995). En muchas ocasiones la variabilidad dentro de un mismo período y ámbito geográfico entre yacimientos es muy grande, de tal forma que el término designa contextos sedimentarios muy diferentes que contienen vestigios de la explotación de moluscos (Bailey et al., 2013; Erlandson, 1994; Gutiérrez, 2009; Stark y Voorhies, 1978). Esta heterogeneidad puede darse también a lo interno de una misma secuencia estratigráfica, con depósitos muy diferenciados en términos de cantidad y estado de conservación de restos malacológicos. Esta realidad plantea la conveniencia de buscar fórmulas para describir la composición de este tipo de depósitos de forma precisa. Sin querer entrar en el debate sobre cuál es la mejor forma para cuantificar la composición de los sedimentos de un conchero, en este trabajo planteamos la caracterización de los estratos que conforman el conchero 4 de Karoline. Para ello durante la excavación se procedió a reservar una muestra de 2 litros para cada 30 litros de sedimento exhumado. Posteriormente, durante la documentación de los cortes de la trinchera, a parte de una primera descripción visual de los diferentes estratos representados, se seleccionaron muestras de algunos de ellos que por sus características (densidad de conchas, grado de fragmentación, cantidad de matriz sedimentaria) se consideraran indicativos de la heterogeneidad sedimentaria del conchero. En el laboratorio se dividieron las muestras para reservar una réplica de seguridad en Managua y trasladar otra a Barcelona. Sobre este último conjunto, se han homogenizado las muestras a 1 litro de sedimento y se ha procedido a su estudio. Con el fin de caracterizar la composición de las diferentes muestras, cada una de ellas se tamizó a través de una malla de 0,5 mm. Esta operación permitió separar la matriz de las conchas y otros restos. A partir de aquí, de forma manual se separaron los diferentes materiales recogidos en el tamiz. Dado que en todas las muestras el taxón malacológico altamente predominante era Donax sp., se definió una categoría para las conchas enteras de Donax y otra para las fragmentadas. Esta distinción se estableció porque durante Ermengol Gassiot Ballbè; Ignacio Clemente Conte la excavación se apreciaba una marcada variabilidad en la preservación de las conchas que se correlacionaba positivamente con la cantidad de sedimento. Por otra parte se distinguió también la presencia de conchas de Polymesoda y de otros tipos de moluscos, además de carbón, fauna vertebrada, etc. En consecuencia se definieron las siguientes variables: sedimento, Donax enteras, Donax fragmentadas, Polymesoda, otras conchas, fauna vertebrada, cerámica, carbón, piedras y coral. Dada la heterogeneidad de las categorías, su cuantificación se realizó a partir del peso. En total se contabilizaron 84 muestras procedentes de la trinchera. 3.3. Medición de las conchas Hace unos años, uno de nosotros (Gassiot, 2005) realizó un pequeño estudio de 10 muestras del conchero 1 de Karoline, conformadas casi exclusivamente por Donax sp. En ese trabajo se planteaba que la diversidad de tamaños obtenidos de las conchas de esta especie se correlacionaba con su sistema de recolección en grupo, con las manos o incluso con palas y canastos. Esta situación se contraponía a la documentada en los concheros donde otra especie, Polymesoda solida (o almeja), era dominante casi en exclusiva. En estos, las dimensiones de las conchas eran más homogéneas y las diversas muestras estudiadas presentaban menores coeficientes de variación (Gassiot, 2005). En el presente estudio se han efectuado mediciones de las conchas enteras de Donax sp. de las muestras recogidas durante la excavación de la trinchera del conchero 4 de Donax sp. La finalidad ha sido, por una parte, confirmar la tendencia documentada en Gassiot (2005). En el proceso de cuantificación de los componentes sedimentarios de las muestras, se separaron todas las conchas enteras de Donax sp. así como, si las había, las de Polymesoda solida. En el primer taxón se separaron las conchas superiores de las inferiores y para las 84 muestras analizadas, con el fin de efectuar únicamente las mediciones de largo y ancho sobre la categoría más numerosa para cada muestra. Previamente se había comprobado, sobre especímenes que conservaban articuladas ambas conchas, que las diferencias métricas entre ellas eran insignificantes. Se midieron 100 conchas por muestra, excepto en aquellos casos en que la cifra de enteras era menor. Las escasas conchas completas de Polymesoda solida también se midieron, distinguiendo si se trataba de conchas inferiores o superiores. 4. Resultados 4.1. Composición del conchero 4 de Karoline El análisis de la composición de las 84 muestras de sedimento de la trinchera realizada en el conchero 4 de Karoline muestra la diversidad de los depósitos que lo conforman. Este hecho ya era evidente tanto durante los trabajos de excavación como en la posterior documentación de los perfiles (Fig. 2). La descripción de la composición de las diferentes muestras evidencia de forma precisa esta heterogeneidad. Del total, 17 muestras tienen una cantidad de matriz sedimentaria inferior al 50% de su peso (muestras 1-17, Fig. 3). En ellas todas ellas la suma de las conchas de Donax sp. enteras y fracturadas supera la mitad de la muestra. De éstas, dos tienen más del 50% de su peso conformado por conchas enteras de Donax sp. Concretamente, en un caso (muestra n° 1, Fig. 3) alcanza el 71% del total, mientras que la matriz sedimentaria no llega al 16% del peso y prácticamente el resto corresponde a conchas de Donax sp. fracturadas y una pequeña porción (0,5%) a conchas de Polymesoda. Otro ejemplo distinto de un claro predominio de las conchas lo tenemos en una muestra (n° 7) donde las conchas fragmentadas superan ligeramente el 60% del peso, las enteras algo más del 2% y el resto corresponde a tierra. En el extremo opuesto, en dos muestras la cantidad de conchas es casi inapreciable (n° 84 y 84). La segunda de ellas corresponde a la base del conchero y las conchas presentes, únicamente muy fracturadas, corresponden a poco más del 0,5% de su peso. En las muestras restantes, todas ellas obtenidas en contextos de “conchero”, en 14 de ellas (n° 69 a 82) el peso de la tierra supone más del 80% del total, y la cantidad de conchas enteras y fragmentadas oscila entre el 16% y el 0,65%. Entre estas situaciones opuestas, en el resto de muestras la presencia de conchas en general es superior al 20%. Un cómputo de la diversidad en la composición del conchero lo proporciona el cálculo estadístico de índices de diversidad alfa, empleados para el cálculo del grado de uniformidad y diversidad de muestras de distintos tamaños y conformadas por un número variable de clases representadas. Consideradas la totalidad de las 84 muestras, el índice Fisher (Mehta y Patel, 1986), que mide el grado de uniformidad entre 0 (nula) y 1 de cada una ellas, oscila entre 0,68 y 0. Las muestras con un valor prácticamente de 0 corresponden a aquellas formadas prácticamente sólo por tierra, mientras que en el extremo opuesto nos encon141 142 Apuntes sobre formación de sitios a partir de restos arqueomalacológicos... Figura 2. Detalle del perfil Norte (izquierda), Este (tramo central) y Sur (derecha) de la trinchera realizada en el conchero 4 de Karoline. Se indica la procedencia de las dataciones realizadas y la composición sedimentológica de algunos de los estratos. 143 Ermengol Gassiot Ballbè; Ignacio Clemente Conte Figura 3. Composición sedimentaria de las muestras del conchero 4 de Karoline mencionadas en el texto. Apuntes sobre formación de sitios a partir de restos arqueomalacológicos... tramos con aquellas donde los pesos de las diferentes categorías son más uniformes. Dentro del conjunto, la mediana se sitúa en 0,49. Con todo, en la práctica este cómputo está condicionado por el hecho que tres de los componentes (tierra, conchas enteras y conchas fracturadas de Donax) tienen una presencia muy superior al resto, hecho que condiciona los valores altos i el nivel de variabilidad de los índices Fisher. Una opción para resolver este condicionante es considerar los tres componentes hegemónicos en las diferentes muestras y que, en la práctica totalidad de ellas, suponen de largo más del 90% de su peso. Cuando se realiza esta operación, se aprecia una cierta correlación entre la mayor cantidad de tierra y el predominio de conchas fracturadas de Donax sp. con respecto a las enteras. En cambio, cuando la cantidad de Donax sp. sin fracturar es alta, en general el volumen de tierra es reducido. Este fenómeno parece correlacionarse con un proceso rápido de formación y recubrimiento de los depósitos con conchas poco fragmentadas, con periodos de meteorización reducidos. Muestra, en todo caso, la diversidad de procesos y situaciones en los que tuvo lugar la formación del conchero y justifica la necesidad de afrontar su excavación a partir del reconocimiento de los diferentes estratos que lo conforman. 4.2. Caracterización métrica de Donax sp De las 84 muestras de conchero, se han podido efectuar mediciones de conchas enteras de Donax sp. en 82 de ellas. En las otras dos restantes los restos de material malacológico eran muy escasos y no había conchas enteras que permitieran efectuar medidas. Por otra parte, se han efectuado mediciones de dos muestras de Donax sp. recolectadas en la población de Tasbapawnie, habitada por la etnia Miskito, propia de la mitad norte de la Costa Atlántica de Nicaragua (Fig. 1). Sus pobladores consumen esta especie en los meses en que se encuentra disponible en los bancos de las playas de arena de la costa a mar abierto de su aldea. Una de las muestras fue recolectada en la misma playa por el equipo de arqueólogos que en febrero de 2009, al inicio de la estación seca, efectuaba trabajos en la zona. Se trataba, por lo tanto, de especímenes vivos. La otra se recogió en el basurero de una casa del mismo pueblo y correspondían a conchas consumidas en las semanas precedentes. La Fig. 4 muestra los resultados para cada una de las muestras. En total se han medido 5.210 ejemplares procedentes del conchero, con un promedio de 63,5 144 Figura 4. Distribución de las longitudes de las conchas de Donax sp. en las 82 muestras arqueológicas donde se ha efectuado la medición. En el extremo derecho, las dos muestras actuales. Ermengol Gassiot Ballbè; Ignacio Clemente Conte Figura 5. Media y coeficiente de variación de las muestras de Donax sp. En el extremo derecho, las dos muestras actuales. Figura 6. Media y coeficiente de variación de las muestras de Polymesoda solida. 145 Apuntes sobre formación de sitios a partir de restos arqueomalacológicos... por muestra. La longitud media de las conchas de Donax sp. es de poco más de 13 mm., aunque oscila entre los 10,6 y 15,8 mm. En 14 de las 82 muestras el 25% de los ejemplares tenían una longitud inferior a los 10 mm. y en 35 inferior a los 12 mm. En el extremo opuesto, en 18 de ellas había un 25% de conchas con más de 16 mm. de largo, mientras que en 62 el 25% o más de la muestra superaba los 14 mm. de largo. En definitiva, se trata de distribuciones que en general son asimétricas con una oblicuidad (skewness) predominantemente positiva, es decir, que tienden a estar escoradas hacia los valores más altos. Sin embargo, la presencia de contingentes de pequeñas dimensiones condiciona a la baja las medias. Este último fenómeno se evidencia en el hecho que en 19 de las muestras se contabilizaron conchas de menos de 7 mm. de largo y en más de la mitad, concretamente en 42, de menos de 8 mm. Como documentó Gassiot (2005) para el conchero 1 de Karoline, la variabilidad de las dimensiones de las conchas en las muestras del conchero 4 es también considerable. Los coeficientes de variación de las diferentes muestras oscilan entre los 10,4 y los 34,7 (Fig. 5), un rango similar al observado en el conchero 1. En cambio, nuevamente la dispersión de las medidas de Polymesoda solida es muy inferior. En 6 de las muestras de sedimento del conchero se han podido obtener el largo de al menos 10 conchas. Sus coeficientes de variación oscilan en 5 de las muestras entre 6,4 y 12,5, mientras que la sexta muestra, con únicamente 10 mediciones, es de 18,3 (Fig. 6). En todo caso, sus valores son notoriamente inferiores a los de Donax sp., hecho que muestra una mayor uniformidad en los tamaños de los especímenes consumidos y descartados en el conchero. 5. Consideraciones finales Los concheros constituyen fenómenos arqueológicos muy diversos. Producto de la explotación intensa de fauna malacológica, sus procesos de formación responden a dinámicas muy diferentes. En la misma Costa Atlántica de Nicaragua, los concheros de Karoline constituyen montículos de conchas marcadamente estratificados, donde Donax sp. es el taxón dominante y con una considerable cantidad de restos de fauna vertebrada (Gassiot 2005; Clemente et al., 2013). En cambio, no muy lejos en Sitetaia (Fig. 1), por mencionar un ejemplo, los concheros contienen exclusivamente Polymesoda solida, no 146 tienen una estratificación evidente ni tampoco contienen prácticamente ningún otro material arqueológico (Gassiot, 2005). Internamente el conchero 4 de Karoline también evidencia una heterogeneidad en los estratos que los constituyen. Además de la presencia de restos de estructuras en su interior, mayormente agujeros de poste (Clemente et al., 2013), en este trabajo se ha mostrado de forma cuantitativa cómo la composición de los depósitos de conchero es marcadamente variable. Mientras en unos estratos la presencia de matriz sedimentaria es muy reducida y muestran un marcado predominio de las conchas enteras, en otros predomina la tierra con un porcentaje alto de las conchas muy fragmentadas. La reducción del ritmo o la interrupción de la acumulación de conchas, el pisoteo y la meteorización parecen explicar esta variabilidad. Otro elemento tratado en este trabajo es la caracterización métrica de las conchas de Donax sp. La diversidad en sus medidas es indicativa de la explotación de una población de edades muy distintas. O dicho en otros términos, que su proceso de recolección no excluyó individuos de tamaño muy reducido prácticamente contenían una cantidad muy reducida de carne. Este hecho contrasta con el espectro de tamaños de otro bivalvo explotado tanto en el conchero 4 de Karoline como en otros de la zona, Polymesoda solida, que se agrupan de forma menos ambigua en torno a medidas más uniformes y contienen un número muy reducido de individuos muy pequeños. Seguramente el segundo taxón fue recolectado buscando una a una cada concha entre el lodo de las lagunas litorales, como sucede en la actualidad, mientras que Donax sp. fue recogido en cantidades mayores de la arena de las playas exteriores. Esta dualidad marca diferencias en los procesos de trabajo implicados en la explotación de ambos taxones. Estas divergencias son importantes de cara al análisis de la productividad de ambas explotaciones tal y como ya señaló Gassiot (2005). Mientras en el caso de la recolección uno a uno del molusco, la productividad mayor o menor del proceso de trabajo puede establecerse en parte a partir del tamaño de los individuos recolectados, en la recolección en “masa” el cálculo del rendimiento y la detección de rendimientos decrecientes son más complejos. Por razones de espacio este debate no se desarrolla aquí. De forma complementaria, la determinación de los tamaños de Donax sp. ha hecho evidente otra situación. Las muestras procedentes del conchero Ermengol Gassiot Ballbè; Ignacio Clemente Conte 4 tienen individuos que tienden a tener un menor tamaño que las recolectadas, tanto etnográficamente como experimentalmente, en Tasbapawni. La diferencia métrica entre estas últimas y la mayoría de las arqueológicas es significativa en términos estadísticos por encima del 0,005. Evidentemente para confirmar esta situación deberían considerarse más ejemplos actuales en la comparación. Sin embargo, pone de relieve un punto interesante a analizar con más detenimiento en otro lugar: una posible mayor presión sobre el crecimiento de las poblaciones de Donax sp. en la prehistoria que en la actualidad, como mínimo durante el período de existencia de Karoline y en su área de captación. En definitiva, este breve trabajo pone encima de la mesa el enorme potencial del análisis detallado de la composición malacológica de los sedimentos de conchero, más allá de la determinación taxonómica de la fauna malacológica y la identificación de los biotopos explotados. Por sus características, los vestigios malacológicos pueden ilustrar, mediante su disposición, cantidad y estado de conservación las dinámicas formativas de los yacimientos donde abundan así como, en otro nivel, la forma en cómo fueron explotados. Agradecimientos Agradecemos a dos revisores los comentarios y aportaciones que han realizado al texto original y que han permitido mejorarlo. Los errores que todavía pueda contener son, en todo caso, responsabilidad de los autores. Referencias Coast of Nicaragua. The analysis of the last phase of the shell midden KH-4 at Karoline (250350 cal AD) En: Longo, L. (Coord). ”Prehistoric Technology” 40 years later: functional studies and the Russian Legacy. BAR International Series 1783, Archaeopress, Oxford, 285-294. Clemente, I., Gassiot, E., García, V., 2012. Actividades productivas y “espacios domésticos” en el poblado prehistórico de Karoline (Costa Atlántica de Nicaragua). En: Acosta, G. (Ed.) Arqueologías de la vida cotidiana: espacios domésticos y áreas de actividad en el México antiguo y otras zonas culturales. VII Coloquio Pedro Bosch Gimpera. Instituto de Investigaciones Antropológicas UNAM, México DF, 551-571 Clemente, I., Gassiot, E., García, V., 2013. Prehistoric shell middens on the Caribbean coast of Nicaragua: food production, structures and site formation. En: Bailey, G.N.; Hardy, K. Camara, A. 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Análisis de los taxones minoritarios del conchero nº 4 de Karoline (Costa Atlántica, Nicaragua) Ignacio Clemente-Conte1, Ermengol Gassiot Ballbè2 Resumen En este trabajo presentamos el estudio de las conchas minoritarias registradas tras la excavación del conchero nº 4 del sitio Karoline, en la Costa Atlántica de Nicaragua. Los concheros identificados en esta zona geográfica suelen ser mayoritariamente de Polymesoda sp. Sin embargo, aunque este taxón también se registra en Karoline, el taxón mayoritario es el Donax sp. Aparte de estos taxones hemos identificado nueve más. Algunos de ellos además de haber servido como alimento pudieron tener un valor añadido ya que fueron utilizados tanto para la manufactura de bienes de consumo directos (adornos) como indirectos (instrumentos de trabajo). El análisis funcional permite determinar cuáles de ellos fueron utilizados como instrumentos de trabajo. Palabras clave: Malacología, Caribe, Nicaragua, Arqueología. Abstract In this work we present the result of the study of marginal taxa recovered during the excavation of the shellmidden nº 4 of the Karoline site, in the Atlantic coast of Nicaragua. In this geographical area, the shell-middens are generally constituted of Polymesoda sp. However, at Karoline the main taxon is a marine shell, Donax sp. In addition, several other taxa (nine) have been recognized; although some of them have been collected as food, some other were used to produce goods of direct (ornaments) and indirect (tools) consumption. Use wear analysis of these shells permits identify what of them were used as tools. Keywords: Malacology, Caribe, Nicaragua, Archaeology. CSIC- Institución Milá y Fontanals (IMF). Departamento de Arqueología y Antropología. Barcelona. ignacio@imf.csic.es 2 Departament de Prehistòria. Universitat Autònoma de Barcelona. ermengol.gassiot@uab.cat 1 151 No sólo para comer. Análisis de los taxones minoritarios del conchero... Introducción. En este trabajo presentamos el estudio de la malacofauna minoritaria recuperada durante las excavaciones (2002-2008) del conchero nº 4 del sitio Karoline, en la costa Atlántica de Nicaragua. El sitio Karoline se localiza en el municipio de Kukra Hill, entre la Laguna de Perlas y la Bahía de Bluefields (Fig. 1). Las excavaciones y sondeos en diversos concheros de este asentamiento indican que fue ocupado entre 400 cal ANE al 350 cal DNE, coincidiendo principalmente con el período Preclásico tardío de Mesoamérica (Gassiot et al., 2005). Los concheros del sitio Karoline se caracterizan por ser montículos de conchas con un taxón predominante: – Donax sp.; concretamente Donax denticulatus y Donax striatus, ambos provenientes de los nichos arenosos de la playa. El segundo taxón malacológico con mayor representatividad es la Polymesoda solida, un tipo de almeja de agua dulce que se recogió principalmente durante la estación seca (Colonese et al., en prensa). Los 13 concheros de Karoline se disponen alrededor de un montículo central de grandes dimensiones que fue construido con bloques de basalto y arcilla y que no contiene resto malacológico alguno (Clemente y Gassiot, 2004/5; Clemente et al., 2013). Sin embargo, los montículos de conchas contienen ingentes cantidades de conchas de Donax sp. que fueron traídas en canoa desde las playas del Caribe que se encuentran a 4 km de distancia en línea recta (Gassiot, 2005). Aparentemente cada conchero fue formado por una única unidad habitacional que depositaba las conchas de los moluscos consumidos en la pendiente que daba a una paleolaguna (Clemente et al., 2012, 2013). Como hemos mostrado ya en otros trabajos, los especímeESPECIE Anadara sp. nes de Donax sp. recogidos en las arenas del litoral caribeño no fueron seleccionados por su tamaño sino más bien al contrario: fueron recolectados en masa, quizás con la ayuda de cestos o con ambas manos arrasando incluso con individuos de tamaños minúsculos que prácticamente no aportaban nada de carne a la dieta (Clemente et al., 2009; Gassiot, 2005; Gassiot y Clemente, en este volumen). Al mismo tiempo que transportaban ese recurso alimenticio, también se traía desde el mar al yacimiento otros productos para ser consumidos, bien como alimentos o bien como materias primas para la manufactura de objetos y/o instrumentos de producción. Así pues, se constata la presencia de diversos corales que en algunos casos, como el coral negro, fue pulimentado y utilizado para la elaboración de objetos (Fig.2). En el conchero nº 4 de Karoline, aparte de Donax y Polymesoda solida, se han determinado 9 especies más de moluscos consumidos. Se trata de una aportación totalmente marginal al conjunto de la malacofauna, que no representa ni el 1% del total, tanto en términos de número de restos como de número mínimo de individuos (Gassiot, 2005; Gassiot y Clemente, este volumen). Su determinación la realizó André Colonese en los laboratorios de la IMF-CSIC en Barcelona. La mayoría de ellas fueron probablemente un recurso alimenticio, mientras que otras tuvieron un valor añadido al utilizarse bien como elementos de adorno o como instrumentos de producción (Tabla 1). Las páginas siguientes tratan de caracterizar cómo fue el consumo de aquellas especies que pudieron ser utilizadas con otros fines aparte del bromatológico. La muestra analizada está conformada por 97 ejemplares, NÚMERO (%) 1 1,0 VALOR AÑADIDO Cassidae sp. 4 4,1 IP+EA Codiaka orbicularis 9 9,3 IP Naticidae (fam.) 3 3,1 EA Nerita cf. Pelorata 12 12,4 Oliva sp. 1 1,0 Psabiidae (fam.) 1 1,0 Solecurtidae (fam.) 1 1,0 Stramonita haemostoma 62 63,9 Indet. 3 3,1 TOTAL 97 EA EA Tabla 1: Taxones minoritarios determinados en el conchero nº 4 de Karoline. Se anota en la columna de la derecha si tienen un valor añadido por ser usados como bienes de consumo: IP=Instrumento de Producción, EA= Elemento de Adorno. 152 153 Ignacio Clemente-Conte y Ermengol Gassiot Ballbè. Figura 1. Mapas y planos del sitio de Karoline en la Costa Atlántica de Nicaragua. De izquierda a derecha: Mapa general de Nicaragua (Google maps), mapa del área de estudio entre Bahía de Bluefields y Laguna de Perlas. En rectángulo amarillo se sitúa el sitio Karoline junto al municipio Kukra Hill. Finalmente plano de situación de los diferentes concheros y montículo central identificados en el sitio de Karoline. No sólo para comer. Análisis de los taxones minoritarios del conchero... Figura 2. Ejemplos de otros recursos marinos como son los corales aportados a Karoline. En la foto de la izquierda se representa una pieza tallada, raspada y pulimentada de coral negro. procedentes de 9 taxones. Tres conchas no han podido ser determinadas. Todas proceden de la trinchera excavada en el conchero y fueron recogidas tanto directamente en la excavación como en las muestras de sedimento analizadas (Clemente et al., 2013; Gassiot y Clemente, este volumen). A parte, incluimos en el texto la referencia a los escasos especímenes de Donax sp. y Polymesoda sp. que presentan perforaciones intencionales. La presencia de este tipo de modificaciones en estos dos taxones es muy residual y en ningún caso alcanza el 0,5% del total. 2. Cuentas de collar y conchas perforadas. Las cuentas de collar o colgantes recuperados en el conchero nº 4 de Karoline están elaboradas en diversas materias primas de origen animal como huesos de ave serrados (1 ejemplar), dientes de cocodrilo perforados (2 ejemplares) y conchas de moluscos pulimentadas (4). A parte, una vértebra de pescado presenta una perforación y quizás fue también usada como colgante. También hay conchas que únicamente presentan una perforación sin otro tipo de trabajo añadido (ver tabla 1). También se han documentado 5 cuentas de collar elaboradas en diversas rocas (Fig. 3). De estas últimas destacamos las elaboradas en una roca verde, probablemente jadeíta muy común en las sociedades del Caribe. Por lo general, se plantea que desde la zona de Guatemala se difundió esta roca por todo el Caribe y las Antillas (Zachary et al., 2009). 154 El análisis funcional de los restos líticos recuperados en el conchero 4 de Karoline ha permitido identificar 18 perforadores que se utilizaron para elaborar la gran mayoría de estos tipos de cuentas. Su presencia indica que reflejan procesos de producción que tuvieron lugar en esa unidad doméstica en concreto. Son fragmentos de sílex con una punta en triedro utilizados para perforar rocas no muy duras y/o concha, dientes o huesos (Clemente et al., 2008). Por las características de esta zona activa, estos instrumentos sirvieron para hacer perforaciones de hasta 4 ó 5 milímetros como máximo. Sin embargo, las cuentas de collar en jadeíta tienen dimensiones (15 mm) cuyas perforaciones no pudieron realizarse con esos instrumentos. Probablemente para ello utilizaron mechas finas de piedra con el sistema de arco. Tal vez estas cuentas exógenas vinieran ya elaboradas como producto finalizado y con un valor añadido de intercambio (Fig.3). Las cuatro cuentas elaboradas en conchas recortadas y pulimentadas probablemente pertenezcan a la especie Casidae sp., ya que se trata de la única documentada en Karoline que tiene el espesor suficiente como para servir como materia prima para la elaboración de cuentas de collar, aunque como ocurre con la mayoría de estas conchas resulta muy difícil determinar la especie o familia utilizada (Fig.3). En varias conchas de distintas especies hemos identificado la elaboración de perforaciones. En algunas ocasiones se utilizó algún tipo de perforador lítico para realizar el agujero. Se trata del mismo tipo Ignacio Clemente-Conte y Ermengol Gassiot Ballbè. Figura 3. Arriba: perforador de sílex utilizado para horadar una materia dura de origen animal, preferentemente concha. Centro izquierda: ejemplos de cuentas de collar líticas con perforación realizada con instrumento lítico; las dos más grandes y de color verde son de jadeíta. En el recuadro dos cuentas en piedra y una (derecha) de concha. Abajo: colmillo de cocodrilo perforado y detalle de la perforación. 155 No sólo para comer. Análisis de los taxones minoritarios del conchero... Figura 4. Arriba: caracol Naticidae fam. Con perforación antrópica para uso como elemento de adorno, a la derecha detalle del agujero de unos 3,5 mm de diámetro. Centro: Polymesoda y Donax con perforaciones realizadas por percusión, a la derecha se aumenta una de las Donax de gran tamaño con perforación y brillo. No se les atribuye un uso concreto. Abajo: Probable cuenta de collar en Stramonita haemostoma con detalles de la perforación por percusión; derecha: probable cuenta elaborada en Oliva sp. de instrumento que se utilizó también para horadar algunas cuentas de piedra o en diente de cocodrilo (Clemente et al., 2008). En el caso de otros tipos de moluscos, tan solo en una concha del caracol de la familia Naticidae hemos registrado este tipo de perforación (Fig. 4). En las otras valvas se ha utilizado la percusión como técnica para elaborar las perforaciones. Es el caso de la Oliva sp. y de Stramonita haemostoma. Éstas últimas son el taxón más numeroso entre las especies minoritarias de Karoline. La mayoría de ellas (60 de las 62 documentadas) están fracturadas y presentan signos de haber estado en contacto con el fuego que 156 les da una coloración entre gris y negra. Las perforaciones se realizan en el centro de la parte externa y en muchas ocasiones pareciera que se perforan para la extracción y consumo del animal; pero excepcionalmente algunas parecen tener cierto redondeamiento en las aristas que permite hipotetizar sobre un posible uso como elemento de adorno (Fig.4, el ejemplar de abajo a la izquierda). Entre los taxones más numerosos que conforman los concheros de Karoline también hemos registrado la perforación en algunos ejemplares. La perforación también pudo ser realizada por percusión desde la cara interna. En un primer momento pensamos que Ignacio Clemente-Conte y Ermengol Gassiot Ballbè. su origen podría estar relacionado con algún proceso tafonómico. Sin embargo, también creemos que si así fuera tendría que estar más representados entre la gran cantidad de Donax recuperadas y estudiadas. Normalmente éstas sufren distintos tipos de fracturas pero no perforaciones. Otro aspecto que nos hace pensar en una intencionalidad de esas perforaciones es que tanto las Donax como las Polymesodas perforadas son muy espesas y de tamaño considerable (Fig. 4). No hemos observado en las aristas de esas perforaciones desgastes u otros elementos que nos ayuden a percibir si fueron usadas como elementos de adorno o si tuvieron algún otro uso. Es de remarcar que a nivel etnográfico, por ejemplo en Brasil, se ha documentado el uso de conchas engarzadas a modo de sonajeros o de tobilleras usadas como elementos de música o marcadores de ritmos en las danzas (Prous, 1992). 3. Conchas usadas como Instrumentos de Producción. En las dos primeras campañas de excavación en el conchero nº 4 de Karoline no se recuperó ninguna especie de molusco que nos hiciera suponer su uso como instrumento de trabajo, pues hasta entonces en las capas superficiales del conchero prácticamente sólo se habían recuperado conchas de Donax sp. y Polymesoda solida. Hasta entonces, habíamos analizado toda la industria lítica, tanto los sílex tallados como los fragmentos de manos y ‘metates’ utilizados como molinos (Clemente et al., 2008). A partir del análisis funcional de los restos líticos documentamos diferentes actividades productivas realizadas con ellos. La madera fue trabajada intensamente en el sitio y los instrumentos que intervinieron en ello se encontraban repartidos por toda la superficie del espacio excavado salvo en la zona del conchero. También, fuera del área de depósito de las conchas, se localizaban los instrumentos utilizados para trabajar cerámica: lascas de sílex para decorar, espátulas de piedra para adelgazar las paredes de las vasijas y bruñidores en cantos y/o guijarros de córtex lisos. Igualmente alejados de las áreas de desechos, se recuperaron los perforadores utilizados para la elaboración de cuentas de collar y otros objetos. Sin embargo, curiosamente, no se documentaron instrumentos líticos utilizados en actividades de carnicería y/o en procesado de pieles. Esto nos hizo suponer que tal vez para esas actividades hubieran utilizado algún material perecedero como cuchillos en maderas duras o el uso de cañas de bambú por ejemplo (Clemente y Gassiot, 2012; Clemente et al., 2010, 2013). En 2008 realizamos la última intervención en el conchero nº 4 de Karoline con la intención de conocer cómo se había formado el conchero y cuál podía ser la potencia del mismo. Para ello realizamos una trinchera de un metro de ancho por 3,5 m de largo, de forma que abarcáramos tanto la zona de conchero como la tierra adyacente donde probablemente se ubicaba la vivienda. Esta excavación nos sirvió para ver tanto en superficie como en los perfiles que ese conchero había tenido tres fases diferentes de formación. En cada una de ellas la cabaña se desplazó hacia el norte reubicando los agujeros de poste principales. Estas camadas de conchero se formaron en periodos de tiempo relativamente cortos, pudiendo ocupar un espesor de 50 cm en tan solo 50 o 60 años, según las dataciones obtenidas. Los concheros, normalmente con tierras orgánicas oscuras y arcillas marrones, son intercalados por una sedimentación muy rojiza con una granulometría redondeada que asociamos a los momentos de destrucción de la cabaña que formó el conchero. Tal vez se tratara de huracanes, tan asiduos en esas costas del Caribe (Clemente y Gassiot 2011; Clemente et al., 2013). En esta última campaña recuperamos también varios ejemplares de Codiaka orbicularis (Tabla 1) que presentaban rasgos macroscópicos que indicaban un probable uso como instrumentos de trabajo. Una vez analizamos con el método traceológico los macro y micro rastros de uso (Clemente, 1997; Clemente y Mansur, 2009; Cuenca et al., 2014; Semenov, 1964) comprobamos que efectivamente habían sido utilizados. Dos de ellos presentaban huellas en sus bordes de haberse utilizado para raspar/raer madera y otras tres fueron utilizadas en actividades relacionadas con el procesado de pieles (Fig. 5). El resto de las conchas de esta especie estaban muy fragmentadas o el estado de conservación de sus superficies no permitieron analizarlas con detalle. El uso de esta especie de concha para actividades relacionadas con el trabajo de pieles y madera ya se había documentado previamente en otras zonas del Caribe, como en la isla de Guadalupe (Lammers, 2008). Un fragmento de concha, posiblemente de Cassidae sp., fue formatizado por percusión para obtener un pedazo de concha cuadrangular que también fue 157 No sólo para comer. Análisis de los taxones minoritarios del conchero... Figura 5. Codiaka orbicularis con huellas de uso atribuidas al trabajo de piel. 158 Ignacio Clemente-Conte y Ermengol Gassiot Ballbè. Figura 6. Fragmento de Cassidae sp. utilizado para el raspado de piel. Nótese como en las zonas oscuras de la estructura mineral se observan con más claridad los rastros de uso aunque el desarrollo sea similar en los anillos blancos. utilizado, en dos de sus laterales y con un ángulo de trabajo muy alto, para raspar piel. Las huellas de uso se disponen sobre la superficie de forma que se hacen más patentes en las zonas oscuras que en las claras de la concha (Fig. 6). 4. Discusión/Conclusión En este trabajo hemos puesto en valor el análisis funcional de los instrumentos de trabajo en concha. Por una parte porque nos ha permitido observar, por ejemplo, que las actividades productivas relacionadas con el procesamiento de pieles se realizaron en Karoline con instrumentos en concha y no con el instrumental lítico (Clemente et al., 2008). Aún falta reconocer los instrumentos utilizados por los habitantes de Karoline para realizar actividades de carnicería. Tal vez utilizaron ‘tecnologías invisibles’ o instrumentos que han desaparecido por no conservarse a nivel arqueológico. Nos referimos al probable uso de instrumentos cortantes en maderas duras o en bambú, como sería el caso de sitios del holoceno en el sudeste asiático. Tan solo con el análisis de las estrías de descuartizado/descarnado en los huesos de los animales ha podido identificarse el uso de estos cuchillos a nivel arqueológico (West y Louys, 2007). Parece ser que el uso de conchas para trabajar pieles es algo común en distintos contextos y cronologías arqueológicas (Clemente y Cuenca, 2011; Cuenca et al., 2011). En Karoline se usaron dos especies de conchas para estas actividades, una de ellas, la Codiaka orbicularis, se utilizó sin modificación alguna. Sin embargo, si no hubiésemos utilizado la microscopía para analizar el fragmento de probable Cassidae sp. y lo hubiéramos analizado solamente desde un punto de vista morfotecnológico podríamos haber dicho que se trataba de una preforma para realizar una cuenta de collar. Podría darse ese caso que. para preparar las cuentas inicialmente se retalla un fragmento que luego se pulimenta; sin embargo, la realidad nos muestra que fue utilizado como instrumento. Por el momento en esta zona del Caribe, la costa Atlántica de Nicaragua, no se han recuperado herramien159 No sólo para comer. Análisis de los taxones minoritarios del conchero... tas como hachas y azuelas pulimentadas y elaboradas con conchas grandes como Strombus. Hecho que sí se ha registrado en otras zonas caribeñas como en las Antillas. La elaboración de esos instrumentos requiere de un conocimiento específico para llevar a cabo el proceso de desbastado y formatización de los mismos, así como reconocer los residuos que pueden generarse durante su producción (Serrand, 2008; Serrand y Bonissent, 2005). También en la costa mediterránea de la Península Ibérica se recuperó un instrumento pulimentado elaborado en concha Spondylus gaederopus y que fue usado en el neolítico para trabajar la madera (Clemente y Orozco, 2012). En cuanto a los elementos de adorno en el conchero nº 4, se han recuperado productos realizados en dientes de cocodrilo, en rocas y conchas. Además se han documentado tan solo en el último momento de ocupación 18 perforadores que pudieron utilizarse tanto para perforar hueso como para rocas y conchas. Sin embargo, las cuentas de roca verde, probablemente jadeíta, no pudieron perforarse con esos instrumentos tan rudimentarios. Por las características de las perforaciones, realizadas por ambos lados, se debió de usar una mecha fina y tal vez en un taladro tipo arco. Numerosas conchas presentan perforaciones por percusión. Algunas de ellas pudieron servir como elementos de adorno o tener alguna otra función (p. ej. ¿sonajeros?). En el caso de las Stramonita haemostoma, si la perforación fue para realizar un elemento de adorno, habría que pensar también pudieron utilizar el fuego para conseguir un cambio de coloración de las conchas. Agradecimientos Agradecemos a los dos revisores anónimos las aportaciones que han realizado y que han permitido mejorar sustancialmente la comprensión del texto. Agradecemos también a los arqueólogos y arqueólogas de la UNAN-Managua y a los estudiantes de la UAB que participaron en las diferentes campañas de excavación en el sitio de Karoline. Referencias Clemente Conte, I., 1997. Los instrumentos líticos del Túnel VII: una aproximación etnoarqueo- 160 lógica. 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Realizar el análisis arqueomalacológico en el yacimiento de Na Galera ha permitido, desde la primera campaña de excavación, conocer aspectos como el tipo de actividad económica, sistema de producción, área de captación de recursos y la influencia de la cultura fenicia. Palabras clave: Arqueomalacología, recursos marinos, púrpura, Protohistoria, fenicios, Islas Baleares. Abstract Archaeomalacological studies in the Balearics Islands are very scarce. Until recently studies were generally limited to list the taxa present in archaeological sites. This lack of studies is especially strange in an island environment. This paper pretends to show how applying the methodology developed in this field, it has been possible to determine the Punic use of a settlement in the Bay of Palma de Mallorca. Results from the archaeomalacological analysis at the site of Na Galera has allowed, since the first archaeological season, to know aspects like the economic activity, production system, the collection of resources and the influence of the Phoenician culture. Keywords: Archaeomalacology, marine resources, purple dye, phoenicians, Balearic Islands. 1 2 Arqueólogo, arqueoinsula@gmail.com Eco Consulta. Consultora ambiental, mavicens@eco-consulta.net 163 estudio arqueomalacológico del yacimiento púnico de Na Galera (Mallorca-España) 1. Introducción La explotación de recursos marinos o la presencia de moluscos, en contextos arqueológicos de cualquier época, no se habían abordado en profundidad hasta hace muy poco. Una simple referencia a su presencia o apunte fue lo común en las publicaciones científicas sobre la prehistoria balear (Lilliu, 1965; Veny, 1968). Los escasos estudios existentes se debían a disciplinas de las Ciencias de la Tierra (Cuerda, 1975). La evidente relación entre las primeras culturas en las Islas Baleares con el mar y de su implicación en las complejas relaciones que se dieron en el Mediterráneo en ese momento (Salvà y Javaloyas, 2013), han sido tradicionalmente olvidadas por la bibliografía historiográfica. Ha ido surgiendo la necesidad de llenar este vacío de información. 1.1. Estado de la cuestión A mediados del pasado siglo se comenzó a mencionar la presencia de moluscos en los yacimientos arqueológicos de las Islas Baleares. Luis R. Amorós (1952) fue uno de los primeros en citar la existencia de conchas en los ajuares funerarios del bronce en Mallorca. En la década de los 60 se empieza a apuntar la posible utilización de los moluscos como alimento (Lilliu, 1965), o de su uso como ornamentación (Veny, 1968). Más tarde J. Cuerda (1975), con su trabajo sobre la geomorfología litoral del cuaternario en Baleares, se convertirá en obra de referencia sobre fósiles de moluscos. Las últimas décadas del s. XX supusieron un replanteamiento general en cuanto a los métodos de trabajo en Arqueología que también afectó a los estudio de arqueofauna. A pesar de esto, en Baleares no es hasta mucho después cuando se despierta el interés por la malacología, en relación con el estudio de materiales de algunos yacimientos fenicios (Carrasco y Acuña, 2005; Carrasco, 2007). D. Ramis escribe en su tesis sobre la fauna de Baleares (2006) que en las memorias de excavación de varios yacimientos prehistóricos se menciona la existencia de restos de moluscos marinos, junto a la fauna doméstica, y las evidencias de pesca son totalmente inexistentes. Otro estudio trata los recursos marinos, presentes en un yacimiento de Cabrera, y su gestión durante la Antigüedad (Riera y Riera, 2004). 164 No será hasta la segunda década del presente siglo y en paralelo al desarrollo de esta disciplina cuando comiencen a publicarse algunos análisis arqueomalacológicos, centrados en el conocimiento de la paleoecología o la economía de las primeras comunidades en las Islas. En poco tiempo el panorama ha cambiado sustancialmente; se van incorporando los análisis de recursos marinos a las investigaciones en curso. Para Formentera (Marlasca, 2010; Marlasca et al., 2014; Sureda et al., 2014) y en Ibiza y Formentera se ha prospectado el litoral, documentando numerosos puntos de interés relacionados con la producción de púrpura durante toda la antigüedad (Costa y Alfaro, 2012). En Mallorca se están revisando, de forma sistemática, los restos de malacofauna procedentes de anteriores campañas de excavación (Vicens, 2012; Vicens et al., 2014; Vicens y Hernández, 2014) como tema de una tesis doctoral. Algunos análisis arqueomalacológicos que permanecen inéditos han supuesto un importante avance, en cuanto al conocimiento de la gestión de los recursos marinos en determinados contextos de la isla, como el presente trabajo sobre el yacimiento púnico de Na Galera. Se han documentado restos de ictio y/o malacofauna en numerosos lugares (Fig. 1), bien en yacimientos arqueológicos o mediante prospecciones. Podemos avanzar que los diferentes grupos humanos en Baleares, durante toda la Prehistoria y la Antigüedad, utilizaron los recursos que les ofrecía el mar con distinta finalidad: nutricional como en Na Guardis-Mallorca (Carrasco y Acuña, 2005), económica como en Pla de Ses Figueres-Cabrera (Riera y Riera, 2004) e ideológica como en Es Culleram-Ibiza (Carrasco, 2007). Vemos así, en las Islas, un panorama que no difiere mucho al resto del Mediterráneo occidental en ese periodo. 2. El yacimiento arqueológico de Na Galera (Mallorca) Na Galera se halla sobre un islote costero de la bahía de Palma de Mallorca (en las Islas Baleares), cuyas coordenadas son: UTM 31N ETRS89 (X: 474816 / Y: 4376161). Está enclavado al SO de la isla, en el eje entre Ibiza y la ensenada palmesana, posee una superficie de 2.738 m2 y una cota de 4,83 m s.n.m.. Localizado en la parte central de la bahía, con excelente dominio visual sobre esta y los montes que la circundan, así como de casi toda la costa sur de la isla, separado de tierra 160 m. Su ubicación se ajusta al modelo de asentamiento fenicio y púnico (Fig. 2). Mercedes Alvarez Jurado-Figueroa, Miquel Àngel Vicens i Siquier... Figura 1. Lugares donde se documenta la presencia de ictio y/o malacofauna en contexto arqueológico. A principios de los años 80 Guerrero Ayuso realizó una prospección y concluyó que el asentamiento era un punto de apoyo a la navegación de cabotaje que facilitaría la redistribución de mercancías entre fenicios y población indígena (Guerrero, 1997). Se comenzó a excavar en 2012 con el fin de establecer la secuencia cronológica y funcionalidad del enclave. Durante esa campaña se exhumó un gran edificio de planta cuadrada que ocupa la parte central del islote y se detectó un depósito de conchas (su localización en Fig. 3) que fue objeto del siguiente estudio arqueomalacológico. 3. Análisis arqueomalacológico y la explotación de recursos marinos en el yacimiento La recogida de fauna marina y su posterior análisis es una herramienta eficaz para conocer aspectos económicos y sociales, especialmente en contextos aún poco estudiados como la protohistoria en Mallorca. Los res- Figura 2. Localización del yacimiento de Na Galera (Mallorca). 165 estudio arqueomalacológico del yacimiento púnico de Na Galera (Mallorca-España) Figura 3. Planimetría del yacimiento de Na Galera con localización del depósito de conchas. Gasterópodos Taxones representados NMI en depósito conchas NMI dispersos en nivel de uso Patella 328 55 Phorcus 316 49 Cerithium vulgatum 3 Stramonita haemastoma 4 Hexaplex trunculus 6 Glycymeris glycymeris Bivalvos 1 Pecten 1 Dasyatis pastinaca aguijón completo 2 vértebras 1 vértebra Sparus aurata 3 mandíbulas inferiores Scombridae ¿sarda? 1 esqueleto completo Indeterminado 1 esqueleto Tabla 1. Fauna marina recuperada en el yacimiento arqueológico de Na Galera. 166 6 Spondylus gaederopus Scombridae (thunnus) Ictiofauna 4 Mercedes Alvarez Jurado-Figueroa, Miquel Àngel Vicens i Siquier... Figura 4. Taxones de malacofauna representada en Na Galera. 1. Spondylus; 2. Glycymeris; 3. Patella; 4. Pecten; 5. Phorcus; 6. Hexaplex trunculus; 7. Cerithium vulgatum; 8. Stramonita haemastoma. tos de peces y moluscos hallados, durante la campaña de 2012 en Na Galera, fueron clasificados para su estudio en dos grupos; los que formaban parte del depósito de conchas y los que aparecieron dispersos por todo el nivel de ocupación (Tabla 1). 3.1. Morfología y análisis del depósito de conchas El depósito de conchas estaba formado por un nivel en positivo de 7,8 m2 de longitud en horizontal por 0,35 m apróx. en vertical, bastante homogéneo. Al localizar la acumulación de malacofauna se optó por realizar un muestreo (de 1 m2) debido a la extensión del depósito, para comprobar la evolución del mismo tanto horizontal como vertical. Contenía también tres acumulaciones de cenizas y carbones bien localizadas y muy definidas, sin ninguna estructura asociada, escasos restos de ovicápridos muy fragmentados y machacados, algunos cantos rodados de variado tamaño (uno de ellos fracturado por la mitad y utilizado a posteriori como machacador -con huellas de uso-), un par de vértebras de pez y un núcleo de sílex negro, de buena calidad y tamaño. Se procedió al cribado, limpiado, triado, cuantificación y estudio biométrico, calculando el número de restos (NR) y número mínimo de individuos (NMI) según el número de ápices (ver Tabla 1). Entre los individuos del género Patella están presentes todos los tamaños; su longitud varía desde los 34,6 a los 16 mm, su altura va de los 15,50 hasta los 5 mm, y su anchura entre 30 y 14 mm. Para el género Phorcus la biometría ofrece los siguientes datos; su altura va desde los 28,30 a los 12 mm, y la anchura entre los 26,85 y 15 mm. El NR es 648. Se da una proporción similar, tanto de los distintos tamaños como de los dos géneros mayoritariamente representados. Llama la atención la paridad 167 estudio arqueomalacológico del yacimiento púnico de Na Galera (Mallorca-España) entre el número de individuos de Patella sp. y Phorcus sp. Con frecuencia aparecen juntos en contextos arqueológicos y su consumo está bien documentado desde los grupos de cazadores-recolectores hasta la actualidad. Las conchas fueron depositadas por un agente antrópico, de forma claramente intencional. Los individuos no presentaban fragmentaciones, ni perforaciones, ni evidencias de termoalteración. No se observó ningún resto adherido a las conchas y solamente en algunos ejemplares de Phorcus existían leves fracturas postdeposicionales, conservandose casi todos los individuos enteros. No había tampoco restos que evidenciaran una operación de triturado de las conchas. 3.2. Otros restos de fauna marina Estos moluscos y peces (ver Tabla 1) fueron recuperados junto con el resto del material arqueológico, dispersos por los distintos sectores del último nivel de ocupación de época púnica, durante la intervención de 2012. En este grupo los taxones más ampliamente representados también son; Patella sp., con todos los tamaños, su altura va desde los 37 a los 14 mm, y Phorcus sp. también con variedad de tallas, su anchura va desde los 26 a los 16 mm. Los ejemplares de Muricidae de este grupo; Hexaplex trunculus y Stramonita haemastoma, se encuentran representados en una pequeña proporción numérica con respecto a otras familias, y poseen buenas tallas. Sus medidas, generalmente, van desde los 55 a 35 mm de altura y entre 32 a 23 mm de anchura. Destaca la presencia de Cerithium vulgatum y Pecten sp. (1 valva izquierda que conserva los elementos diagnósticos). Estas especies, al igual que Glycymeris glycymeris habitan en la zona infralitoral y media, en fondos arenosos o fangosos. Son comestibles y también pueden usarse como cebo de pesca. El ejemplar de Spondylus gaederopus (1 valva superior completa) también habita en el roquedo próximo a la costa. Los bivalvos se encontraron en pequeña proporción, sus tamaños son medios-bajos (Fig. 4). El NR es de 125 individuos, teniendo en cuenta los ápices. Tampoco este grupo presentaba fragmentaciones, perforaciones, ni evidencias de termoalteración, adherencias sobre las conchas o en su interior. Entre estas, lógicamente, había mayor número de muestras con fracturas postdeposicionales. 168 Entre la ictiofauna documentada en este grupo (Tabla 1) destaca una espina o aguijón de pez raya, perteneciente a Dasyatis pastinaca, apareció sobre el espacio lumbar de unos restos óseos humanos completos. Esta especie habita en fondos de arena o fango, en los que se entierra, tapándose con la arena. Se alimenta de peces, moluscos y crustáceos. Su cola presenta una espina en la base, dentada, que tras su picadura se parte al retirarla. Su temporada de pesca es de mayo a septiembre, coincide estacionalmente con el resto de especies documentadas en el yacimiento. 4. Discusión y conclusiones El depósito de conchas por su contenido en conjunto nos sugiere que es un desecho antrópico intencionado, tras un episodio de actividad puntual del procesado de especies marinas. Las cenizas y carbones, hallados entre las conchas, se interpreta como un vertido durante dicha actividad. Los cantos rodados con huellas de haber sido utilizados como machacadores y el núcleo de sílex, concentrados en el mismo lugar que las cenizas y las conchas, evidencian una zona de trabajo bien definida. Se ha descartado que se trate de un episodio alimenticio puntual por parte de un grupo amplio de personas no sólo por el NR y la extensión del depósito (7,8 m2). Las dimensiones y condiciones del islote lo hacen inhabitable, no está unido a tierra y en el registro se evidencia que fue un punto de actividad pesquera y procesado de malacofauna con varias zonas de trabajo bien diferenciadas. Del estudio arqueomalacológico se deduce que no se practicaba una recogida selectiva en cuanto a la variedad de tamaños; el marisqueo era indiscriminado. La mayoría de moluscos documentados tienen su hábitat en sustratos rocosos, en la zona próxima a la costa media y baja de mareas y son de fácil recolección en el entorno. Patella sp. y Phorcus sp. son los más ampliamente representados en Na Galera. La similitud, en cuanto a especies y su proporción, con otros yacimientos contemporáneos en el Mediterráneo nos hablan de uniformidad en las costumbres alimenticias. Tanto para el avistamiento de bancos de peces, como para su captura mediante artes de red, la ubicación del yacimiento en el centro de la Bahía de Palma de Mallorca es excelente. Los hallazgos de agujas y alineaciones de cantos rodados con huellas evidencian el uso de redes y/o palangres. Las espinas de túnidos y una posible torreta (orientada hacia el oeste) sugieren que Mercedes Alvarez Jurado-Figueroa, Miquel Àngel Vicens i Siquier... Figura 5. Materiales encontrados en el yacimiento; restos de agujas y anzuelos, variedad de tallas Patella sp. y Phorcus sp., restos de cerámica o de vajilla denominada “platos de pescado” y aguijón de Dasyatis pastinaca. se practicaría la pesca de grandes especies migratorias, con vigía. También es probable la utilización de otras técnicas que compatibilizasen con la almadraba y el marisqueo. Una de las actividades económicas más lucrativas y extendidas en el Mediterráneo antiguo es la pesca de especies migratorias; caballas, bonitos y en especial el atún para su posterior transformación en salazones (Fernández Nieto, 2002). Sin embargo, en Mallorca la existencia de pesquerías o almadrabas en época prerromana no estaba constatada. En otros yacimientos de la Península Ibérica se aprecia un inicio o aumento de su producción en estas mismas fechas. En Na Galera se dan indicadores suficientes para determinar que se llevó a cabo este tipo de actividad (Fig. 5). Además del resultado del análisis malacológico estructuras como hornos con residuos de plomo, numerosas huellas de poste, evidencias de una torreta y otros materiales (cantos rodados, agujas, nódulos de sílex, restos de peces pelágicos) indican sin lugar a dudas que no sólo se llevó a cabo la pesca y recepción de productos marinos, sino que también existió una transformación de los mismos. El lugar fue amortizado y abandonado, siendo los datos que nos ofrece el registro arqueológico limitados. Por el momento no podemos precisar con exactitud en qué consistió la transformación de malacofauna, ni confirmar si estas tareas se alternaban estacionalmente como en otros yacimientos donde se ha constatado la obtención de salazón y púrpura de forma alterna, debido a que no han sido identificados ciertos indicadores como la separación y peculiar fragmentación de los múrices o piletas. Para establecer la cronología, del nivel excavado, se han utilizado fechas radiocarbónicas y relativas a partir del material arqueológico documentado; monedas y tipologías cerámicas. Podemos concluir que en Na Galera hubo una fase de ocupación previa, en la que se construyó el edificio central. Posteriormente, tras un hiato, constatamos que el espacio es reutilizado como pesquería y para la transformación de recursos marinos (entre el 230 a.C. al 120 a.C.) probablemente con carácter estacional. Esto debe ser interpretado dentro del 169 estudio arqueomalacológico del yacimiento púnico de Na Galera (Mallorca-España) panorama general de este periodo histórico; la isla de Mallorca podría haber entrado en la órbita del mundo púnico y en la política activa que los bárquidas estaban desarrollando en ese momento. La Arqueología y las fuentes antiguas nos hablan de ello; la acuñación de moneda en Ibiza (Campo, 1993) y las noticias sobre la contratación de mercenarios en Baleares por Diodoro (B.H. 13), son reveladoras en este sentido. Por el momento desconocemos la estructura de propiedad y el modelo de gestión de la pesquería, desde dónde era dirigida y si los que en ella trabajaban eran fenicios o indígenas. En cualquier caso, los sistemas constructivos utilizados en el asentamiento están muy alejados de los modelos talayóticos. La fuerte influencia cartaginesa o ebusitana se manifiesta también a través de las monedas y las cerámicas. Este tipo de instalaciones necesita de un orden jerárquico capaz de poder fundarlas y dirigirlas. Es revelador en este sentido que el grupo de material cerámico más numeroso, encontrado en el yacimiento, sea vajilla fina (ebusitana y de importación). Este hecho podría indicar la presencia en la pesquería de individuos de alto estatus que controlasen las actividades y se lucrasen con su gestión. El destino que tenía la producción es aún desconocido. Conocemos la existencia de un mercado consolidado en la Península Ibérica, el importante papel redistribuidor de Ibiza y Cartagena (desde su fundación) y las necesidades de suministro, en la coyuntura previa a la II Guerra Púnica. Es lógico pensar que la producción iba destinada a satisfacer la demanda creciente en estos circuitos pero no podemos descartar que su destino fuese la propia isla, enfocado quizás, hacia un mercado emergente. Referencias Amorós, L.R. 1952. La Edad del Bronce En Mallorca. 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Se evalúan las características más destacadas de ambos depósitos, como el predominio absoluto de los restos malacológicos, y entre estos del mejillón, o el alto grado de fragmentación presente. Se propone, como hipótesis interpretativa, su vinculación con la elaboración de algún producto tipo conserva con finalidad comercial, considerando tanto las peculiaridades del registro como su ubicación cerca del puerto de Brigantium (A Coruña) y del trazado propuesto para las vías de comunicación que conectaban este lugar costero con el interior. Palabras clave: Arqueomalacología, Época romana, Conchero, Mejillón (Mytilus sp.), Galicia (noroeste ibérico). Abstract This paper deals with the results of the analysis of two shell middens located in Eirís (Galicia, north-western Spain). The main features of both middens are assessed, including the clear predominance of marine shell remains, in particular mussels, and the high degree of fragmentation of the remains. We propose, as an interpretive hypothesis, that this site might have been manufacturing some type of food (pickle sauce or similar) for commercial purposes. This may be derived from the peculiarities of the archaeological record and its location close to the port of Brigantium (A Coruña) and the proposed communication routes connecting this port with various other places inland. Key words. Archaeomalacology, Roman Times, Shell midden, Mussel (Mytilus sp.), Galicia (north-western Spain). Area de Prehistoria, Departamento de Historia, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de León. Campus de Vegazana s/n – 24071 León (España). cferr@unileon.es; arqueomalacoleon@hotmail.es; n.fuertes@unileon.es 2 Museo de Prehistoria e Arqueoloxía de Vilalba, Rúa Dr Domingo Goas, 2 – 27780 Vilalba (Lugo, España) director@museovilalba.org 1 173 Los concheros de Eirís (A Coruña): Primeros resultados de una acumulación singular... 1. Introducción Nuestro conocimiento de la explotación de los recursos haliéuticos en época romana se hace cada vez más preciso, gracias no solo a la información transmitida por los autores clásicos latinos sino también por el estudio del registro arqueológico. En relación con este último aspecto, y por lo que respecta al marco geográfico de la Península Ibérica, son de destacar los resultados procedentes del área del Estrecho, donde en los últimos años se ha asistido a un impulso significativo del reconocimiento y análisis de los centros de procesado de peces y moluscos de época romana (García Vargas y Bernal Casasola, 2009), actividad que intensificará la ya desarrollada durante la presencia púnica en esta misma zona (Sáez Romero, 2011; Morales y Roselló, 2012). El Atlántico, con un índice de biodiversidad mucho más rico que el Mediterráneo, no podía ser soslayado por este tipo de actividades industriales, y la investigación en la actual costa portuguesa está poniendo de manifiesto un importante número de instalaciones vinculadas con el procesado de productos marinos (por ejemplo, Teichner, 2007; Gabriel et al., 2009). También para Galicia, en el ámbito del noroeste ibérico, se ha señalado la existencia de un significativo número de estructuras de época romana identificadas con factorías litorales relacionadas con las salazones de pescado (Suárez Piñeiro, 2003; Currás, 2007), aun cuando tan solo se dispone de un único análisis de los restos de ictiofauna vinculados a uno de estos complejos (Ferré, 1996). Por lo que se refiere de forma más específica al estudio de los moluscos marinos desde una perspectiva industrializada en época romana, la investigación ha estado principalmente centrada en los aspectos vinculados con la recogida y procesado de las diferentes especies de gasterópodos relacionados con la elaboración del color púrpura (Fernández Uriel, 2010; Cantillo et al., 2014), poniéndose de manifiesto las dimensiones de una actividad que, sin duda por su trascendencia económica, supera claramente las aguas mediterráneas para extenderse por el Atlántico, disponiendo en la actualidad de evidencias desde el litoral portugués (Teichner, 2006) hasta las costas francesas (Dupont, 2013), sin que por supuesto el noroeste ibérico parezca haber sido ajeno a esta producción (Fernández Rodríguez et al., 2014). Los depósitos de conchas de Eirís que aquí analizamos aportan una perspectiva diferente relacionada con 174 el aprovechamiento y procesado de los moluscos marinos, puesto que no se vinculan con la explotación de los murícidos para la obtención de la púrpura, pero parecen reflejar una actividad similar al menos en cuanto a su carácter industrial. 2. El yacimiento El Parque de Eirís (A Coruña) se localiza en el área periurbana de la ciudad Herculina, en su margen meridional. Su emplazamiento está configurado por una amplia vaguada de relieve subhorizontal delimitada al norte por los Montes das Moas y do Castro, y al sur por el Monte da Madosa. Esta vaguada comunica al este con las llanuras de Monelos y Matogrande, lugares por donde discurre el trazado de una vía romana que comunicaba el núcleo portuario y urbano de Brigantium con el interior, ya sea la XX o per loca maritima del itinerario antonino (Caamaño y Naveiro, 1992) o una secundaria que uniría Brigantium con la citada principal cuyo trazado discurriría más al interior (Franco, 2001). El lugar de los hallazgos se sitúa a 60 m.s.n.m.; a unos 600 m al sur se encuentra la boca de la ría do Burgo, estuario dominado por arenales y fangos, y a otros 600 m al este está la ensenada de Oza, donde los arenales alternan con una línea de costa rocosa (Fig. 1). En el transcurso de las obras del Proyecto de Urbanización para el Desarrollo del Plan Especial del Sector 6 del “Parque de Eirís” (Eirís, A Coruña), promovidas por el ayuntamiento herculino, unos vecinos de la zona avisan de la aparición de materiales (ladrillos) y algunas estructuras de aparente carácter romano. Ya avanzadas las obras, se acomete una campaña de excavación arqueológica de doce días entre los meses de noviembre y diciembre de 2002. El proyecto se desarrolla en tres fases sucesivas que integran una prospección sistemática, la documentación de perfiles de obra y la realización de diez sondeos valorativos. La mayoría de estos sondeos tuvo un resultado negativo, tan solo en uno de ellos se localizó una estructura de época Contemporánea, mientras que otros dos (Sondeo 09 y Sondeo 10) ofrecieron materiales de adscripción romana, sin que de momento sea posible una mayor concreción cronológica (Fig. 1). En el Sondeo 09 (S-09) se documentó una estructura negativa, una especie de pozo de morfología cilíndrica excavado en la roca base (saprolita granítica) con unas dimensiones de unos 245 cm de diámetro por 160 de profundidad, superando la superficie del son- 175 Carlos Fernández Rodríguez, Víctor Bejega García, Eduardo González... Figura 1. Localización del yacimiento de Eirís y de los sondeos realizados. Figura 2. Planta y sección del Sondeo 9. Los concheros de Eirís (A Coruña): Primeros resultados de una acumulación singular... deo. En su parte superior contenía algunos restos latericios de adscripción romana, mientras la mayor parte de su espacio interior estaba relleno con restos malacológicos (Fig. 2). En el área del Sondeo 10 (S-10) también afloraba una concentración de conchas que motivó su excavación. Se documentó una pequeña fosa irregular excavada en la saprolita, con un relleno de piedras irregulares mezcladas con fragmentos de tégula, todo ello cubierto por una capa de de restos malacológicos que alcanzaba los 30 cm de espesor (Fig. 3). El volumen y las características del material recuperado, tanto in situ, como en posición derivada (acopios de tierra vegetal de la obra de urbanización), confir- Figura 3. Planta y sección del Sondeo 10. 176 man la existencia de un yacimiento romano de pequeña entidad. Los sondeos que ofrecieron materiales romanos se encuentran en la zona meridional del vial, donde los testimonios orales de los vecinos indican que se localizaban diversos muros y una concentración de restos arqueológicos. 3. Material y métodos Dadas las condiciones en que se encontraba el yacimiento por los trabajos mecánicos previos a la intervención arqueológica, los depósitos de conchas suponían la principal evidencia arqueológica. Dos de los sondeos realizados (S-09 y S-10) se correspondieron con sendas estructuras rellenas de conchas, procedién- Carlos Fernández Rodríguez, Víctor Bejega García, Eduardo González... dose a recuperar la totalidad del material hasta que finalizó el tiempo disponible para la actuación (no se alcanzó la base del pozo del Sondeo 09). Los resultados que ahora presentamos se corresponden con un análisis parcial del volumen total recuperado, si bien existe una gran homogeneidad en la composición de estos concheros, por lo que consideramos que son suficientemente representativos de ambos depósitos. Del Sondeo 09, correspondiente a la estructura tipo pozo rellena con restos de conchas, se han procesado un total de tres muestras, seleccionadas de forma aleatoria entre el total recuperado. En conjunto supone más de 20 kg de peso (20.790 gr), con un volumen que casi alcanza los 20 litros (19.200 cc). Del Sondeo 10 se presentan en este análisis los resultados obtenidos de una bolsa del muestreo, también seleccionada de forma aleatoria. En este caso, se corresponde con un peso de algo más de 4 kg (4.140 gr) y un volumen de 4.000 cc. Actualmente se está procesando otra muestra de este mismo depósito, con unos resultados prácticamente idénticos a los obtenidos en la anterior. Para el tratamiento de la muestra seguimos los procedimientos metodológicos señalados por diferentes autores (Stein, 1992; Bejega, 2008; etc.), y que podemos resumir en las fases de cribado, triado, identificación, toma de valores biométricos y cuantificación. En relación con el cribado, se realizó un doble proceso: el primero con agua, utilizando una malla de Ø 0’8 mm de luz, y el segundo en seco, con malla de Ø 1 mm. Para la identificación de las especies se utilizó básicamente nuestra colección comparativa de referencia, aunque también se tuvieron en cuenta diferentes criterios específicos establecidos por diferentes autores (Linder, 1977; Sabelli, 1982; Ramonell, 1985; Mexía, 2000; entre otros). En relación con la identificación específica de los mejillones, aunque algunos autores (Rolán y Otero, 1996) indican que la única especie presente en la actualidad en las costas del noroeste es Mytilus galloprovincialis (Lamarck, 1819), se ha decidido incluirlos en el grupo genérico Mytilus sp., debido a la problemática que presenta la diferenciación específica entre Mytilus edulis (Linnaeus, 1758) y la antes citada a partir exclusivamente de valvas (Moreno Nuño, 1994), y máxime considerando el alto grado de fragmentación de los ejemplares analizados en este caso. Respecto a la cuantificación, el Número de Restos (NR) se ha calculado directamente mediante el recuento de los restos asignados a cada especie, exceptuando el caso del mejillón (Mytilus sp.) para el que, debido a su abundante presencia y alta fragmentación, se ha estimado este valor a partir de los resultados obtenidos del recuento de los restos incluidos en una fracción del peso total correspondiente a cada especie. El grado de fragmentación de las especies se ha valorado conforme al índice propuesto por Gutiérrez Zugasti (2009), basado en coeficientes de fragmentación fijos para bivalvos y gasterópodos. En el cálculo del Número Mínimo de Individuos (NMI) se utilizaron las categorías de fragmentación establecidas por Moreno Nuño (1994) para gasterópodos y bivalvos. La toma de valores biométricos se hizo siguiendo los parámetros habituales (por ejemplo, Moreno Nuño, 1994; Gutiérrez Zugasti, 2009). La asignación de los restos a Grupos Tafonómicos se ha basado en las categorías establecidas por Gautier (1978) y Moreno Nuño (1994). La valoración de presencia se ha estimado conforme a los cálculos del Índice de Constancia e Índice de Dominancia (Moreno Nuño, 1994). 4. Resultados Las muestras hasta ahora procesadas reflejan una composición claramente dominada por los restos de conchas marinas. El peso de los diferentes componentes (Tabla 1) indica que la malacofauna es casi exclusivamente el único aporte de origen antrópico. Si excluimos el material sedimentario (arenas y gravas de saprolita granítica) que se incorporaría a estos depósitos de forma natural, las demás evidencias que podríamos relacionar con desechos de actividades humanas suponen valores anecdóticos; en su mayoría se trata de pequeñas esquirlas de huesos de mamíferos, algunos restos de ictiofauna (de los que tan solo se ha podido identificar una vértebra precaudal y otra caudal de Sardina pilchardus) y también puntuales fragmentos cerámicos (de pequeñas dimensiones e incluso rodados). Durante la excavación no se realizó ningún tipo de selección y separación de materiales, por lo que los resultados presentados son fiel reflejo de la composición del conchero. Se trata en definitiva de unos depósitos muy específicos en su composición, que no se corresponde con la que podríamos considerar como característica de actividades domésticas, en la que otro tipo de evidencias (restos óseos, cerámicas e incluso carbones u otros materiales) suelen presentar una mayor importancia. 177 Los concheros de Eirís (A Coruña): Primeros resultados de una acumulación singular... S9 / M1 gr. S9 / M2 % gr. S9 / M3 % 7378,0 gr. S10 / M1 % % 6964,0 Triado (> 1mm) 5734,0 82,34 5005,0 67,84 3904,0 60,55 2137,5 51,63 Sedimento 525,0 9,16 1683,0 33,63 604,0 15,47 471,0 22,04 13,0 0,26 5,0 0,23 Cerámica 6448,0 gr. Peso inicial Latericio 4140,0 50,0 1,28 41,0 1,92 Malacofauna 5203,0 90,74 3305,5 66,04 3233,0 82,81 1616,5 75,63 Macrofauna 3,0 0,05 1,0 0,02 13,0 0,33 0,5 0,02 0,5 0,01 1,0 0,03 0,5 0,02 3,0 0,05 2,0 0,04 3,0 0,08 3,0 0,14 Ictiofauna Carbón Tabla 1. Composición de las muestras analizadas. Se indica el peso (en gr.) y su frecuencia relativa. Atendiendo a la composición de los depósitos (Tabla 1), se aprecia alguna diferencia entre las muestras en relación con el residuo cribado (material triado). El mayor volumen obtenido en la muestra 1 del Sondeo 09 está reflejando, al menos, el que se procesara todo el material superior a 0,8 mm sin proceder al segundo cribado en seco con la malla de Ø 1 mm. En las otras tres muestras, en las que sí se realizó este segundo proceso, disminuye de forma clara el volumen de material procesado; debemos señalar que la revisión del residuo entre 0,8 y 1 mm no aportó ningún elemento significativo. Otro aspecto que puede llamar la atención es la variación en la cantidad de sedimento inorgánico de origen natural presente, con valores que oscilan desde el 9% a más del 33%. Parece lógico suponer que la mayor presencia de este componente pueda estar en relación con la ubicación de la muestra en el depósito original, así las inmediatas a la pared del pozo deberían reflejar un mayor aporte de saprolita granítica; pero también pudo tener importancia el proceso de formación de estos concheros, puesto que un aporte lento habría favorecido la inclusión, por procesos tafonómicos, de los materiales del entorno. Si bien ambos depósitos, como ya indicamos, fueron recogidos en su totalidad, no se reflejó la ubicación espacial de cada muestra, lo que hace difícil contrastar estas hipótesis. No obstante, el procesado de más muestras ayudará a evaluar más correctamente el proceso de formación de estos concheros. Los resultados del análisis malacológico son los recogidos en la Tabla 2. Los datos individualizados de las tres muestras del Sondeo 09 son muy similares, por lo que se ha decidido agruparlos con el fin de facilitar la comparación entre ambos concheros. No se han cuantificado más que por el peso, y por tanto no se han incluido en los cálculos, los valores de los micromoluscos 178 (no identificados a nivel específico), de los balanos o bellotas de mar (Balanus sp.), cuya presencia debe relacionarse con Mytilus, y de un conjunto de restos de pequeñas dimensiones que no han podido ser correctamente identificados. De forma general se aprecia el predominio casi absoluto de Mytilus sp., que supone más del 96% de los restos de ambas muestras, frecuencia que se reduce aproximadamente a un 77% si consideramos el NMI pero que de nuevo se incrementa en los índices de biomasa hasta más del 83%, reflejo de la débil resistencia de la concha de estos moluscos ante los procesos de fractura. Los índices de fragmentación para Mytilus son suficientemente expresivos: 0,00254 en el Sondeo 09 y 0,0084 en la muestra del Sondeo 10, lo que en principio sugiere un mayor tamaño de los restos del segundo de los concheros, pero en cualquier caso reflejando un extremado fraccionamiento (Fig. 4). En conjunto, los valores de esta especie minimizan sustancialmente la importancia de las demás documentadas. La fuerte fragmentación no solo afecta a las valvas de Mytilus, sino que se refleja en la mayoría de los taxones; por ejemplo, los índices calculados para Ruditapes decussatus (Linnaeus, 1758), cuyas valvas son significativamente más resistentes que las de mejillón, son de 0,037 para el Sondeo 09 y de 0,027 para el Sondeo 10. Esta característica dificulta la valoración de las restantes especies. No obstante, y sobre todo a partir de los datos del conchero del Sondeo 09, consideramos que hay un conjunto de taxones con unos valores que no permiten que su presencia pueda ser evaluada como meramente casual, caso de Ruditapes, Ensis ensis (Linneaeus, 1758) / Solen vagina (Linnaeus, 1758), Cerastoderma edule (Linnaeus, 1758) y muy posiblemente también el Carlos Fernández Rodríguez, Víctor Bejega García, Eduardo González... Patella sp. Phorcus lineatus Littorina obtusata Littorina littorea Gibbula sp. Nassarius reticulatus Linatella caudata Mytilus sp. Ostrea edulis Ruditapes decussatus Venerupis corrugata Cerastoderma edule Mymachlamys sp. Donax sp. Ensis / Solen Anomia ephippium Paracentrotus lividus Pollicipes pollicipes Caracol terrestre indet. TOTAL Balanus sp. Micromoluscos Fragmentos indet. NR 154 19 29 36 9 14 5 302848 295 1842 1 520 4 5 2984 266 6 10 5 SONDEO 9 / M 1-2-3 %NR NMI Peso 0,0498 20 23 0,0061 8 12,5 0,0094 19 17,0 0,0116 9 7,0 0,0029 9 3 0,0045 9 8,0 0,0016 2 1,0 97,9926 98 10602,0 0,0955 2 82 0,5960 79 508,5 0,0003 1 2 0,1683 30 248,0 0,0013 2 1,0 0,0016 3 2,0 0,9655 41 77,0 0,0861 13 27,0 0,0019 1 0,5 0,0032 2 1,0 0,0016 1 0,5 309052 % Peso 0,198 0,108 0,146 0,060 0,026 0,069 0,009 91,216 0,705 4,375 0,017 2,134 0,009 0,017 0,662 0,232 0,004 0,009 0,004 IC 100 100 100 33,3 100 66,6 33,3 100 66,6 100 33,3 100 66,6 33,3 100 66,6 33,3 66,6 33,3 11623,0 89,0 24,5 5,0 SONDEO 10 / M 1 VALORACIÓN NR %NR NMI Peso % Peso IC Patella sp. 17 0,0540 2 1,5 0,093 Littorina obtusata 2 0,0064 2 1,0 0,062 Littorina littorea 11 0,0349 6 5,5 0,342 Nassarius reticulatus 1 0,0032 1 1,0 0,062 30291 96,2199 150 1339,0 Ostrea edulis 312 0,9911 2 Ruditapes decussatus 738 2,3443 26 Cerastoderma edule 16 0,0508 1 Ensis / Solen 83 0,2637 Pollicipes pollicipes 9 0,0286 Caracol terrestre indet. 1 0,0032 Mytilus sp. TOTAL 31481 VALORACIÓN ID ICxID 1,9 190 0,7 70 1,8 180 0,9 30 0,9 90 0,8 53,3 0,2 6,7 76,3 7630 0,2 13,3 7,4 740 0,1 3,3 2,8 280 0,2 13,3 0,3 10 3,9 390 1,2 79,9 0,1 3,3 0,2 13,3 0,1 3,3 ID ICxID 100 1 100 100 3,1 310 100 1 100 100 0,5 50 83,168 100 77,7 7770 70 4,348 100 1 100 188,0 11,677 100 13,5 1350 1,0 0,062 100 0,5 50 1 2,0 0,124 100 0,5 50 1 0,5 0,031 100 0,5 50 1 0,5 0,031 100 0,5 50 1610,0 Balanus sp. 5,0 Micromoluscos 1,0 Fragmentos indet. 0,5 Tabla 2. Estimadores de abundancia de los taxones identificados en los concheros del Sondeo 09 (valores agrupados de tres muestras) y del Sondeo 10. Se indica el NR-número de restos, NMI-número mínimo de individuos y peso, en gramos, así como los índices de valoración relativa (IC-índice de constancia, ID-índice de dominancia). 179 Los concheros de Eirís (A Coruña): Primeros resultados de una acumulación singular... Figura 4. Mytilus sp.: Fragmentos (A) y selección de ápices (B). conjunto formado por Ostrea edulis (Linnaeus, 1758) y Anomia ephippium (Linnaeus, 1758). El grupo de patélidos (Patella sp.) y otros gasterópodos con interés bromatológico -Littorina obtusata (Linnaeus, 1758), Littorina littorea (Linnaeus, 1758) y Gibbula sp.- también puede haber sido incorporado de forma intencionada si bien, como señalaremos, creemos que su presencia puede deberse a otras causas. Los resultados del Sondeo 10 divergen en algunos aspectos de los anteriores. Además del predominio ya indicado de Mytilus, entre los demás taxones destacan, de nuevo, las especies antes señaladas, excepto en el caso de Cerastoderma, representado por un reducido conjunto de restos fuertemente fragmentados (como refleja su peso, al igual que sucede con Ensis/Solen), y la ausencia de Anomia. No sabemos hasta qué punto los valores correspondientes a estas especies podrán modificarse al procesar nuevas muestras. Las demás especies cuentan con valores prácticamente anecdóticos en el conjunto y la ausencia de alguna de las mismas en el Sondeo 10 puede deberse exclusivamente a causas totalmente aleatorias y al menor volumen de material procesado. En cualquier caso, este hecho tampoco supone modificación alguna de la propuesta explicativa que planteamos para estas acumulaciones. Si atendemos al hábitat de los taxones presentes, reconocemos tres conjuntos diferenciados: Sustrato rocoso: representado sobre todo por la especie más abundante, Mytilus sp., además de los patélidos (Patella sp.) y otros gasterópodos [Phorcus lineatus (da Costa, 1778), Littorina littorea, Littorina obtu180 sata y Gibbula sp.], así como los percebes -Pollicipes pollicipes (Gmelin, 1790)-. También Linatella caudata (Gmelin, 1791) y Nassarius reticulatus (Linnaeus, 1758), como depredadores del mejillón, deben incluirse en este conjunto. Sustrato arenoso-fangoso: es el segundo grupo en importancia, dominando Ruditapes decussatus, pero también representado por Ensis/Solen, Cerastoderma edule y también, aunque sus valores resulten anecdóticos, Venerupis corrugata (Gmelin, 1791)y Donax sp. Fondos rocosos: medio representado por especies que básicamente habita los fondos marinos entre el intermareal y los primeros niveles del infralitoral: Ostrea edulis, Anomia ephippium, Mymachlamys sp. y Paracentrotus lividus (Lamarck, 1816), las dos últimas exclusivamente representadas por un reducido volumen de restos en las muestras del Sondeo 09. Evaluando el conjunto de manera global teniendo en cuenta la zona de hábitat de las distintas especies, el medio rocoso es el que aporta con diferencia un mayor volumen, tanto en restos (más del 97%) como en individuos (en torno al 84%), suponiendo aproximadamente el 90% del peso de las conchas. Por el contrario, la representación del medio arenoso es bastante reducida, si bien, como ya indicamos, con un conjunto de especies que alcanza valores significativos en ambos concheros. 5. Discusión y conclusiones El análisis de los concheros de Eirís ha puesto de manifiesto en primer término el absoluto dominio de Carlos Fernández Rodríguez, Víctor Bejega García, Eduardo González... los restos de moluscos marinos frente a los demás materiales, representados todos de forma mínima y cuya llegada a estos depósitos parece haber sido casual. En relación con la composición malacológica, el mejillón constituye el principal molusco representado, con valores que minimizan los de las restantes especies documentadas. A su presencia podemos vincular la de los demás taxones representativos de medios rocosos, cuya recogida puede haberse producido de forma simultánea, e incluso casual, a la de Mytilus. Los gasterópodos depredadores del mejillón sin interés bromatológico y por supuesto los balanos responderían sin duda a este planteamiento. No puede excluirse una recogida intencional de otras, principalmente en el caso de los gasterópodos del género Littorina y Patella, pero los reducidos valores de estas especies tan abundantes en otros yacimientos no parecen apoyarlo, a lo que debemos añadir las pequeñas longitudes de los cinco ejemplares de Patella en los que se ha podido tomar esta medida (rango: 18,3-34,3 mm), representativas de individuos muy pequeños para lo que es la norma habitual en el noroeste (por ejemplo, González Gómez de Agüero, 2009), y que podrían reflejar la recogida de lapas inmediatas a los mejillones o que, ocasionalmente, se desplazaran sobre los mismos; lo mismo sucede con las tallas deducidas a partir de las alturas de los ejemplares de Littorina y Phorcus. De igual manera debemos valorar los restos de Pollicipes o incluso de Paracentrotus, con una presencia mínima que no pasa de ser casual. Un segundo grupo de especies es el que podemos considerar representativo de un medio arenoso, entre las que hay algunas con valores significativos, principalmente Ruditapes decussatus, Ensis/Solen e incluso Cerastoderma edule, aun considerando su escasa aportación en el Sondeo 10; los demás taxones procedentes de este mismo medio podrían reflejar recogidas casuales, de ahí una presencia muy puntual. Las ostras, tanto la común (Ostrea edulis) como la denominada ostra de perro (Anomia ephippium) resultan más difíciles de valorar, ya que sobre todo la primera está representada por un número de restos significativo pero que puede ser reflejo de la fácil fragmentación de su concha, como sugiere tanto el mínimo de ejemplares presente como especialmente la baja biomasa que aquellos suponen. No obstante, Anomia si tiene una representación más equilibrada en cuanto a los dos primeros estimadores considerados y esto puede sugerir que la presencia de ambas sea intencional, sobre todo atendiendo al diferente tipo de medio en el que viven estas especies. En definitiva, nos encontramos con dos concheros formados por una mezcla reiterada de Mytilus, como molusco predominante, con una aportación recurrente de una serie de taxones característicos del medio arenoso (Ruditapes, pero también Ensis/Solen y Cerastoderma). Las demás especies pueden haber llegado como acompañantes recogidas durante el proceso de recolección de estas principales. Concheros que además se caracterizan por una alta fragmentación de los restos. A la vista de estos resultados, y como hipótesis de trabajo en el momento actual, no descartamos la posibilidad de que estos depósitos estén conformados por los desechos resultantes de la elaboración de un producto tipo conserva o incluso de salsa realizada de forma exclusiva con moluscos. A este respecto, son bien conocidas las recetas transmitidas por los autores latinos -garum, liquamen, muria, cordula, etc.- (por ejemplo, Étienne y Mayet, 2002), pero en los últimos años se ha llamado la atención sobre la complejidad y extraordinaria variedad que realmente podría haber existido en relación con la elaboración de este tipo de preparados (por ejemplo, Bernal, 2009). Así, el análisis de los contenidos de algunas ánforas del sur peninsular ha puesto de manifiesto la existencia de productos elaborados a partir de varios componentes entre los que se encuentran tanto especies marinas (ictiofauna) como terrestres (Roselló et al., 2003) además de diversos aditivos de origen vegetal (Ruiz y Gil, 2007). En relación con la producción y comercio de posibles productos a partir del procesado de moluscos marinos (dejando aparte la púrpura), hay referencias a la existencia de ánforas para el transporte de ostras en escabeche (Bernal, 2009); si bien de cronología algo más antigua, también se ha documentado en niveles púnico-mauritanos de Lixus (Marruecos) la presencia de conchas de mejillones en el interior de ánforas (Aranegui, 2004), aun cuando la correcta interpretación de este registro y su posible vínculo con algún tipo de conserva necesita ser adecuadamente evaluado mediante la realización de diferentes analíticas. Y de interés también son los depósitos de moluscos dominados por una especie, como Cerastoderma en la factoría portuguesa de Cerro da Vila (Teichner, 2006), para los que sin embargo no se ha barajado una interpretación vinculada a un posible procesado para su comercio. 181 Los concheros de Eirís (A Coruña): Primeros resultados de una acumulación singular... La ubicación del yacimiento de Eirís también resulta de interés. Si bien no inmediato a la costa, su vinculación con una vía romana facilitaría la comercialización del posible producto elaborado, tanto hacia el interior como hacia el núcleo urbano y el puerto de Brigantium, donde se conocen otras instalaciones de procesado de productos marinos (Fernández Rodríguez et al., 2014) y su importancia a nivel comercial en época romana ha sido puesta de manifiesto a partir del registro arqueológico de forma bien documentada (Naveiro, 1991). Por su parte, la llegada de la materia prima, los moluscos, tampoco resultaría complicada; desde el propio puerto podría abastecerse este lugar y, en todo caso, las áreas de captación se sitúan en un radio de unos 600 m, tal y como hemos indicado en la caracterización del yacimiento. Es indudable que nos faltan elementos para evaluar correctamente estas hipótesis, y la destrucción de las posibles estructuras romanas de Eirís antes de la intervención arqueológica suponen una pérdida significativa. Asimismo, todavía no están claras las causas que han motivado la fuerte fragmentación de los moluscos, su posible vinculación con el procesado o si fue originada durante el vertido o en fases posteriores. También resulta llamativa la estructura tipo pozo en la que se acumuló el conchero del Sondeo 09; un origen relacionado con el tratamiento de los moluscos sería muy diferente a un vínculo limitado de forma exclusiva a una amortización. Confiamos que tanto posibles nuevos hallazgos en esta zona como la continuación de los análisis de estos y otros concheros sirvan para responder a alguna de las cuestiones que aquí hemos planteado. Agradecimientos El profesor Darío Bernal nos ha indicado los problemas que plantea la interpretación de los hallazgos de Lixus y la necesidad de desarrollar diferentes analíticas para resolverlos. El texto se ha visto mejorado con los comentarios realizados por los dos evaluadores que lo revisaron. Bibliografía Aranegui Gascó, C., 2004. Lixus (Larache, Marruecos). En: VV.AA. Excavaciones Arqueológicas en 182 el Exterior. Misiones españolas en la cuenca del Mediterráneo. Bienes Culturales 3. Ministerio de Cultura, Madrid, 171-181. Bejega García, V., 2008. Composición y metodología de análisis de concheros aplicada a los castros litorales gallegos. Actas de las I Jornadas de Jóvenes en Investigación Arqueológica ( JIA): Dialogando con la cultura material (Madrid, 2008). 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Contextos malacológicos de las termas marítimas Darío Bernal-Casasola1, Juan Jesús Cantillo1, 2, José Juan Díaz1, José Ángel Expósito1,3, María de los Ángeles Pascual1, Ana María Durante1, Lorena Hoyo1, Estrella Blanco1, José Alberto Retamosa1 Resumen Como resultado del proyecto de investigación “La economía marítima y las actividades haliéuticas en Baelo Claudia (Tarifa, Cádiz)”, autorizado por la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, se ha descubierto un nuevo complejo termal en esta importante ciudad romana del conventus Gaditanus. Las excavaciones desarrolladas entre los años 2011 y 2013 han permitido exhumar una amplia secuencia diacrónica, que se sitúa entre el s. I a.C. y el VI d.C. Resultan especialmente significativos en relación con la explotación de recursos marinos los niveles de abandono de la gran natatio de estas nuevas Termas Marítimas, fechados en tres momentos precisos: época de Diocleciano, que es cuando se expolian las termas (finales del s. III o inicios del s. IV); la segunda mitad del s. V, momentos de colmatación definitiva de la gran piscina excavada; y el s. VI, fechas en las cuales se abandona definitivamente el asentamiento. En dichos niveles tardorromanos se han recuperado centenares de ejemplares de diversas especies de malacofauna, siendo especialmente abundantes los gasterópodos marinos verificando que el antiguo edificio termal fue reutilizado con finalidad diversa a la primigenia. En este trabajo se presenta una primera evaluación de estos recursos marinos, cuyo interés es notable ya que existen muy pocas evidencias en el ámbito del Círculo del Estrecho, bien fechadas estratigráficamente, relacionadas específicamente con el marisqueo y el consumo de recursos marinos en la Antigüedad Tardía, incluyendo el hallazgo de instrumental sobre concha relacionado con actividades haliéuticas (aerófonos sobre Charonia lampas y mejillón reutilizado como herramienta artesanal de uso indeterminado). Palabras clave: Baelo Claudia, Antigüedad Tardía, Malacofauna, explotación de recursos marinos, Aerófonos. Grupo de Investigación HUM-440. Área de Arqueología. Departamento de Historia, Geografía y Filosofía. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Cádiz. Avda. Dr. Gómez Ulla 1, 11003 Cádiz (España). dario.bernal@uca.es; josejuan.diaz@uca.es; angeles.pascual@uca.es; anamaridurante@gmail.com; lorena.hoyogomez@alum.uca.es; yeyi_blanco@hotmail.com; jose.retamosagamez@alum.uca.es 2 Ayuntamiento de Vejer de la Frontera. Plaza de España, 1, 11150, Vejer de la Frontera (Cádiz, España). jesus.cantillo@uca.es 3 Conjunto Arqueológico Baelo Claudia. Consejería de Educación, Cultura y Deporte. Junta de Andalucía. Ensenada de Bolonia, s/n, 11380 Tarifa (Cádiz, España). josea.exposito@juntadeandalucia.es 1 187 Abstract A new bath complex has been discovered in this so well known Roman city of the conventus Gaditanus, as a result of the Research Project “Maritime economy & halieutic activities at Baelo Claudia (Tarifa, Cádiz)”. Recent ield campaigns (2011 & 2013), with the permission of the Regional Government (Consejería de Educación, Cultura y Deporte of the Junta de Andalucía) have revealed a long diachronic sequence, from the I c. BC to the VI AD. he abandonment layers of a big pool (natatio) inside this new Maritime Baths are related to the exploitation of marine resources. hree particular well dated contexts have been selected: Diocletian times (late III – early IV AD), when the building was pillaged; the second half of the V c. AD, when the big pool was completely covered; and the VI c. AD, the last moments of life in the site. Hundreds of shells have been recovered in these Late Roman layers, mainly marine gastropods, verifying that the ancient baths where reused in Late Antiquity with other functional purposes. We present here a irst panorama of the shells recovered, whose interest is remarkable as regionally (in the so called Circle of the Strait) there are few stratigraphically well dated deposits related to beach-combering and consumption of marine resources in Late Roman times. Some shells used as halieutic instruments are included (two Charonia lampas with cut edges as aerophones, and a mussel reused as an undetermined artefact). Keywords: Baelo Claudia, Late Roman times, Shells, marine resources exploitation, Aerophones. Darío Bernal-Casasola, Juan Jesús Cantillo, José Juan Díaz, José Ángel Expósito... 1.- Contexto arqueológico Las excavaciones realizadas entre los años 2011 y 2013 en la zona meridional de Baelo Claudia, enmarcadas en el estudio del barrio pesquero-conservero de esta conocida ciudad romana situada en el Fretum Gaditanum (Fig. 1 A), han permitido descubrir un gran suburbium al oeste del Arroyo de las Villas, documentado por prospecciones geofísicas y por sondeos arqueológicos. En su interior se ha podido excavar parte de un edificio balneario de grandes dimensiones, definido como las Termas Marítimas de este próspero municipium hispanorromano (Fig. 1 B), el cual fue construido durante la primera mitad del s. II d.C. (Bernal et al. 2013). Se trata de un complejo monumental de notable importancia, al cual se asocia un programa decorativo de primer orden, como ilustra el hallazgo de una copia del famoso Doríforo de Policleto, estatua que ornamentaba una hornacina del complejo, realizada en mármol griego de la isla de Paros (Roda et al., 2015). Actualmente están en proceso de estudio estas excavaciones arqueológicas a cargo de un equipo interdisciplinar de la Universidad de Cádiz y la Junta de Andalucía, insertándose esta contribución en dicho proceso. Los niveles arqueológicos que han proporcionado restos ictiológicos o malacológicos son muy abundantes, si bien para este trabajo se han seleccionado únicamente tres ejemplos, ilustrativos del momento de abandono del complejo termal, dos de ellos procedentes de la colmatación del denominado ambiente H-2 (UU. EE. 2530 y 2535) y un estrato de la adyacente habitación H-3 (U.E. 2617), como se ilustra en la Fig. 1 C. Por su parte la U.E. 2535 es el primer nivel de relleno sobre el suelo de la piscina o natatio, conformado por multitud de restos de mármoles y decoración arquitectónica resultado del expolio tras su inmediato abandono, el cual se ha podido fechar con precisión a finales del s. III o inicios del IV por la presencia de cerámicas africanas de importación –ARSW de la forma Lamboglia 35 ter, Lamboglia 40bis/Hayes 50 y Hayes 58; ánforas africanas del tipo Africana IIA y IID/Keay VII, junto a cerámicas de cocina de la forma Culinaire Type 3, variantes B/Hayes 181 y lucernas de disco-. Se utilizó como vertedero, pues se han documentado también otro tipo de biofactos en su matriz (Bernal et al., 2014). La U.E. 2530 es un estrato relacionado con el cambio de uso de estas instalaciones, que provocaron el empleo de la antigua piscina termal (H-2) como un lugar para la realización de actividades artesanales –fragua entre ellas-, colmatándola con residuos de diversa naturaleza, entre ellos los orgánicos. Se fecha con claridad en la segunda mitad del s. V por el contexto cerámico, y en ella aparecieron los fragmentos de la citada estatua marmórea (Bernal et al, 2013: 138-140, figs. 19 y 20). Por último, la U.E. 2617 es un nivel sedimentario que cubría el suelo de la habitación H-3, y que se corresponde con el último momento de abandono de estas habitaciones, previamente a un posible seísmo que provocó el desplome de las paredes (Bernal et al., 2015): la abundancia de malacofauna durante las excavaciones permitió verificar que el último uso dado a estas instalaciones se relacionaba con la explotación (¿y procesado/venta?) de recursos marinos (Bernal et al., 2014). 2.- Análisis arqueomalacológico En relación a la metodología de estudio, para la identificación taxonómica hemos acudido a las fuentes bibliográficas de referencia básicas (Sabelli, 1980; Lindner, 1983; Poppe y Goto, 1993; Hayward et al., 1998; Gofas et al., coord., 2010), así como a una colección comparativa de referencia de restos malacológicos actuales. Además, para aunar criterios relacionados con la nomenclatura de las distintas especies documentadas, nos hemos apoyado en la base de datos del CLEMAM (Check list of European marine mollusca), del Museo Nacional de Historia Natural de París (http:// www.somali.asso.fr/clemam/index.clemam.html). En lo que respecta a la cuantificación, para el cálculo de los restos de moluscos nos hemos basado en una serie de índices de abundancia cuya estimación se ha efectuado a partir del NR, que expresa el número de restos totales por especies; y el NMI, que indica el número mínimo de individuos por especies y responde a la suma de partes anatómicas concretas. En el caso de los bivalvos se establece mediante el recuento de valvas completas + valvas fragmentadas con charnela + fragmentos charnelares (anterior o posterior, el valor más alto). Para los gasterópodos espiralados se establece mediante la suma de individuos completos + individuos fragmentados + fragmentos apicales-umbilicales; mientras que para los gasterópodos no espiralados la fórmula es la suma de individuos completos + individuos fragmentados + fragmentos apicales (Gutiérrez Zugasti, 2009). A partir de la identificación taxonómica y del conocimiento de las preferencias de hábitat de las 189 Marisqueo en la Baelo Claudia Tardorromana. Contextos malacológicos... Figura 1. Localización de Baelo Claudia en el Estrecho de Gibraltar (A), con detalle de la ubicación de las Termas Marítimas en relación al plano de la ciudad (B), y planimetría del edificio con indicación de las habitaciones H-2 y H-3, de las cuales proceden los estratos cuyo contenido malacológico se analiza (C). 190 Darío Bernal-Casasola, Juan Jesús Cantillo, José Juan Díaz, José Ángel Expósito... Figura 2. Representación de los taxones malacológicos documentados, tanto de bivalvos marinos -Callista chione (A), Cerastoderma edule (B), Glycymeris sp. (C), Mytilus galloprovincialis (D), Lima lima (E), Ostrea edulis (F), Panopea glycimeris (G)- como de gasterópodos - Astraea rugosa (H), Charonia lampas (I), Cymbium olla ( J), Cymbula nigra (K), Phorcus lineatus (L), Phorcus turbinata (LL), Patella caerulea (M), Patella ferruginea (N), Patella intermedia (O), Patella rustica (P), Patella ulyssiponensis (Q) y Stramonita haemastoma (R)-. 191 192 U.E. 2530 NMI %NMI 3 1,85 NR 13 %NR 6,50 14 7,00 9 16 8,00 6 U.E. 2535 NMI %NMI - Peso 188 NR - %NR - 5,55 344 5 29,41 2 9 5,55 484 6 35,29 3,00 3 1,85 133 - 1 0,50 1 0,61 5 7 3,50 4 2,46 - - - - - 57 NR 2 2 2 6 1 5 20 U.E. 2617 NMI %NMI 2 0,18 Peso - NR 3 %NR 0,26 16,66 132 9 0,78 6 4 33,33 145 5 0,43 - - - - - - - - - - 29 - - - - - - 1 5,88 1 - - - - - 28,5 %NR 1,00 1,00 1,00 3,00 0,50 2,50 10,00 29 NMI 2 1 2 6 1 5 18 17,90 %NMI 1,23 0,61 1,23 3,70 0,61 3,08 11,11 1183 Peso 108 55 4 242 3 30 273 12 NR 1 1 - 41 20,50 41 25,30 204 2 12 1,00 6,00 2 5 1,23 3,08 50 25,00 50 - - 143 200 General NMI %NMI 5 0,39 Peso 62 NR 16 %NR 1,16 0,55 193 28 2,04 17 1,35 537 3 0,27 174 27 1,97 16 1,27 803 - - - - 6 0,43 3 0,23 133 - - - - - 1 0,07 1 0,07 5 - 1 0,08 1 0,09 28 8 0,58 5 0,39 57 8,33 22 - - - - - 1 0,07 1 0,07 22 - - - 1 0,08 1 0,009 25 1 0,07 1 0,07 25 70,58 %NR 5,88 5,88 - 7 NMI 1 1 - 58,33 %NMI 8,33 8,33 - 279 Peso 143 7 - 19 NR 1 1084 45 2 1,64 %NR 0,08 94,09 3,90 0,17 13 NMI 1 1022 45 2 1,19 %NMI 0,09 94,28 4,15 0,18 179 Peso 5 6345 311 29 88 NR 2 3 2 7 1085 45 6 22 6,42 %NR 0,14 0,21 0,14 0,51 79,25 3,28 0,43 1,60 49 NMI 2 2 2 7 1023 45 6 20 3,89 %NMI 0,15 0,15 0,15 0,55 81,31 3,57 0,47 1,58 1964 Peso 108 198 4 247 6347 311 37 302 - - - - - - - - - - 41 2,99 41 3,25 204 12 42 - - - - - - - - - - 2 12 0,14 0,87 2 5 0,15 0,39 12 42 30,86 310 3 17,64 3 25 15 - - - - - 53 3,87 53 4,21 325 - - - - - - - - 1 0,08 1 0,09 7 1 0,14 1 0,07 7 71,50 133 82,10 1308 5 29,41 5 41,66 165 1133 98,36 1071 98,80 6697 1282 93,58 1210 96,10 8144 100 162 100 2591 17 100 12 100 464 1152 100 1084 100 6785” 1369 100 1258 100 10108 Tabla 1. Síntesis de los taxones documentados, por estratos y de manera global. Peso 382 Marisqueo en la Baelo Claudia Tardorromana. Contextos malacológicos... Taxones Bivalvos marinos Callista chione Cerastoderma edule Glycymeris sp. Glycymeris violascens Lima lima Mytilus galloprovincialis Ostrea edulis Panopea glycimeris Total bivalvos Gasterópodos Astraea rugosa Charonia lampas Cymbium olla Cymbula nigra Phorcus lineatus Phorcus turbinata Patella caerulea Patella ferruginea Patella intermedia Patella rustica Patella sp. Patella ulyssiponensis Stramonita haemastoma Total gasterópodos TOTAL Darío Bernal-Casasola, Juan Jesús Cantillo, José Juan Díaz, José Ángel Expósito... Figura 3. Dos vistas del ápice de Charonia lampas seccionado para su uso como aerófono (U.E. 2535). A B Figura 4. Habitaciones colmatadas por la U.E. 2617 (A), y detalle de los centenares de Phorcus lineatus (B) recuperados en este estrato tardorromano de las Termas Marítimas de Baelo Claudia. distintas especies a determinados nichos ecológicos, hemos establecido un análisis del área de captación donde los grupos humanos ejercieron la recolección de moluscos, distinguiendo entre ambiente o piso (supralitoral, mesolitoral e infralitoral), sustratos (arenosos, fangosos, rocosos, etc.) y zonación (costa abierta, estuario, etc.), de cara a valorar también los posibles patrones y técnicas de recolección. Además de ello se han analizado los restos atendiendo a sus alteraciones tafonómicas. La malacofauna de la fase tardorromana de las Termas Marítimas de Baelo Claudia ha sido documentada en general en un buen estado de conservación, lo que ha permitido en su extensa mayoría identificarla taxonómicamente hasta el grado máximo de clasificación (Fig. 2). A lo largo de toda la secuencia estratigráfica se ha establecido una relación de especies representadas tanto por bivalvos como por gasterópodos marinos, espiralados y no espiralados, resultando la sistemática taxonómica del conjunto descrito en la identificación total de ocho especies de bivalvos marinos y trece de gasterópodos, que sintetizamos en la Tabla 1, desglosando los datos por estratos y realizando un sumatorio general. En relación a la U.E. 2535, ha sido un estrato poco representativo desde el punto de vista arqueomalacológico (teniendo en cuenta la superficie de más de 20 m2 excavados), en el que se han documentado únicamente 17 restos, aportando un número mínimo de 12 individuos. Ello permite incidir en el carácter ocasional de la fauna –conjuntamente con la terrestre, no ilustrada- y de cómo la interpretación de estos restos debe ser planteada como resultado de prácticas bromatológicas: residuos que han sido desechados a una zona de vertedero. De éstos, siete son bivalvos y otros cinco gasterópodos, repartidos de manera casi paritaria en el registro. En cuanto a los bivalvos, Glycymeris sp. es la especie más representada, y entre los gasterópodos, las lapas están igualmente muy presentes, en su variedad de Patella ulyssiponensis y Patella caerulea. Destacar la aparición de una caracola de dimensiones medias (Charonia lampas) con el ápice truncado y sin erosionar, lo que parece probar una fractura intencionada, posiblemente motivada por su particular uso como instrumento sonoro (Fig. 3). Este tipo de aerófonos son muy frecuentes en ámbito costero en el Estrecho de Gibraltar, conociéndose múltiples ejemplares en época púnica y romana, asociados en buena parte a contextos haliéuticos o fábricas pesquero-conserveras (Sáez y Gutiérrez, 2014). En la propia Baelo Claudia, en una tumba tardorromana, se ha documentado una caracola de esta tipología con el extremo apical sin fractur, que ha sido interpretada como un posible aerófono votivo o buccinum, revelando la vinculación del difunto con las pesquerías (Bernal et al., 2011: 400). Por su parte, en la U.E. 2530 se han documentado 200 restos pertenecientes a un número mínimo de 162 individuos. De ellos 29 son bivalvos (17,90%) y 133 gasterópodos (82,10%). Se aprecia una elevada presencia de patélidos, constituyendo la Patella ulyssiponensis 193 Marisqueo en la Baelo Claudia Tardorromana. Contextos malacológicos... Figura 5. Indicación de la zona desgastada en el margen dorsal de Mytilus galloprovincialis (U.E. 2617). (50 individuos) y la Patella intermedia (41 ejemplares) las especies con mayor grado de recolección. Le siguen en importancia Patella ferruginea, con un mínimo de 18 individuos. En cuanto a los bivalvos, Glycymeris sp. y Cerastoderma edule, ambos con al menos 9 individuos, son los que presentan mayor dominancia, si bien la erosión que presentan los gliciméridos, incluso con el umbo perforado, es indicativa de su recolección postmortem, quizás resultado de la pesca con artes determinadas (redes), desechando los ejemplares muertos. Todo ello permite plantear que estos residuos hallados en niveles del s. V d.C. sean resultado de descartes de pesca y de restos de marisqueo, especialmente debido al substrato rocoso del cual proceden el 80% de los individuos diagnosticados (129 lapas). Desde un punto de vista tafonómico hemos detectado en este estrato otra Charonia lampas con el ápice truncado, susceptible de haber sido usada también como aerófono. Asimismo, se han identificado restos de erosión marina en Cymbula nigra, y termoalteración, proceso térmico este último de compleja interpretación, ya que normalmente el calentamiento para cocinado de la concha de las lapas no suele dejar tales evidencias, siendo atribuible tal vez a fenómenos postdeposicionales. Por último la U.E. 2617, descrita como el nivel de abandono más tardío de todos, fechado en el s. VI, ha sido el que ha presentado un mayor volumen de conchas marinas, con hasta 1152 restos de un mínimo de 1084 individuos, con sólo 13 bivalvos (1,19%) y 1071 gasterópodos (98,80%). Se constata una explotación centrada con claridad en la recolección de burgaíllos, de los que se han descrito hasta 1129 ejemplares, 1084 pertenecientes a la especie Phorcus lineatus (94,28 %) y 45 de Phorcus turbinata (4,15%). Este gran conjunto malacológico apareció en un estrato que cubría por 194 completo el suelo de la H-3, incluyendo una pequeña habitación cuadrangular con pavimentación con crustae pétreas (Fig. 4 A). Su interés es que permite interpretar que en esta última fase del inmueble se estaban realizando en esta zona del edificio reaprovechado actividades haliéuticas, posiblemente relacionadas con la venta de marisco y otros productos marinos, pues de lo contrario no se explica bien el hallazgo de más de un millar de burgaíllos en este nivel (Fig. 4 B), constituyendo prácticamente el único componente significativo de cultura material de este estrato. Por último, indicar el hallazgo en la U.E. 2617 de una valva de mejillón (Mytilus galloprovincialis) con la zona dorsal muy desgastada, quizás como consecuencia de un uso continuado del mismo como herramienta para algún tipo de actividad indeterminada (Fig. 5). Este detalle tafonómico es de gran interés, y aunque por el momento no han sido realizados análisis traceológicos que permitan determinar el tipo de abrasión y por tanto la materia prima objeto de alisado, parece evidente su relación con actividades artesanales o haliéuticas, que requerían de herramientas poco especializadas como la aquí documentada. 3.- Interpretación histórica. Conchylioleguli en la Baelo tardoantigua Los restos malacológicos documentados en los niveles de relleno y abandono de las habitaciones excavadas en las Termas Marítimas de Baelo Claudia confirman una intensa explotación de los recursos marinos entre los ss. IV y VI d.C. Se han documentado una veintena de taxones y 1258 individuos. De ellos, destacan especialmente los gasterópodos (96,10%) y dentro de este grupo, las especies que habitan en el sustrato rocoso del intermareal, pues allí es donde se localizan los burgaíllos y las lapas, que son las que capitalizan el conjunto (Fig. 6). La primera conclusión, por tanto, es que el registro malacológico es resultado de la actividad preferentemente de mariscadores, que habrían explotado intensamente el intermareal y la cercana zona rocosa, los conocidos conchylioleguli según las fuentes clásicas. Ellos mismos, de manera complementaria, habrían recolectado algunos bivalvos en la zona arenosa (diversas especies de almejas y mejillones sobre todo), que en total no superan el centenar de individuos (49 exactamente, constituyendo el 3,89% del total), de los cuales algunos llegaron muertos al yacimiento (bioerosión), resultado quizás del uso de rastros o del empleo de redes. Darío Bernal-Casasola, Juan Jesús Cantillo, José Juan Díaz, José Ángel Expósito... Por otra parte, destacar la ausencia en los tres estratos analizados y en general en todos los contextos excavados en las Termas Marítimas de restos de anzuelos –frente a los diversos hallazgos de otros instrumentos metálicos de diversa tipología y monedas- (Bernal et al., 2014); y tampoco han sido recuperados restos de pesas de redes, muy frecuentes en otros sectores del yacimiento. Quizás por ello más que piscatores haya que pensar en mariscadores en sentido estricto, cuyo papel está muy minusvalorado en la literatura científica para la Antigüedad –en favor de las grandes pesquerías del atún rojo-, como hemos expuesto en otro lugar (Bernal, 2011). A ellos habría que asociarles los dos restos de las pequeñas caracolas con el ápice perforado, utilizadas como buccina, un elemento habitual para las señales sonoras en ámbito marino que sabemos ahora que en Baelo Claudia era frecuentemente utilizado. Que sean dos los aerófonos recuperados es otro elemento más a valorar del carácter haliéutico de la comunidad que en época tardorromana generó estos residuos. Otro elemento destacable del estudio malacológico realizado es que ha permitido proponer una funcionalidad a las estructuras de la última fase de vida del inmueble, especialmente a la denominada estancia H-3. En ella, el más de un millar de burgaíllos recuperados sobre el suelo de la habitación permite plantear que durante el VI en estas dependencias de las antiguas termas Figura 6.- Porcentaje de abundancias en gasterópodos y bivalvos (arriba), y valoración del NMI en gasterópodos, agrupando en familias a lapas (Patellidae) y burgaíllos (Trochidae) (debajo). 195 Marisqueo en la Baelo Claudia Tardorromana. Contextos malacológicos... romanas se desarrollaron actividades vinculadas con el procesado y la posible venta de moluscos y otros recursos bromatológicos. El hallazgo de un posible instrumento de uso artesanal (M. galloprovincialis con el margen dorsal con un desgaste acusado, como consecuencia de su reiterado uso - ¿alisador? ¿desescamador?, ya que se han documentado ictiofaunas arqueológicas en el mismo estrato-) parece significativo en dicho sentido, tratándose del ejemplar de mejillón de mayores dimensiones documentado, de manera que se ajustaba con facilidad a la palma de la mano. Un área de preparación y/o de venta de recursos marinos es la propuesta más viable por el momento, dada la cercanía de la costa (apenas unas decenas de metros) y la ausencia de cubetas de salazones u otras estructuras productivas, concentradas en otras áreas litorales de la ciudad hispanorromana. No se ha detectado un cambio en el patrón de explotación a lo largo de la secuencia, ya que las especies bien representadas lo están en todos los niveles, por lo que no parece que asistamos a cambios significativos en las estrategias de explotación de los recursos marinos en este caso, al menos de los malacológicos. Destacar que en esta ocasión no han aparecido evidencias relacionadas con la explotación de la púrpura marina, ya que únicamente está documentada la Stramonita haemastoma, y de forma episódica y anecdótica (U.E. 2617); frente a otros yacimientos como los concheros de c/ Luis Milena (San Fernando, Cádiz), Gades (c/ Sagasta, Cádiz), Metrouna (Tetuán), Carteia (San Roque, Cádiz) o Septem (Ceuta), que en ámbito regional atestiguan la producción de tinte púrpura –remitimos a las Actas de la III Reu nión de Arqueomalacología de la Península Ibérica para las referencias precisas respecto a estos talleres-. El ejemplo más cercano es precisamente el de Carteia, en la Bahía de Algeciras (s. IV d.C.), en el cual se combinaron las actividades de producción purpúrea con el procesado de lapas y burgaíllos (precisamente las dos especies mayoritarias en Baelo Claudia) para el preparado de recursos bromatológicos. En las Termas Marítimas baelonenses no se trata de concheros propiamente dichos, aunque los recursos explotados en estas fechas son muy similares, frente a la escasez de bivalvos. Estos nuevos datos son significativos a nivel regional, sumándose a los escasos contextos similares estudiados y publicados de época tardorromana (especialmente en Carteia, Septem e Iulia Traducta) y denotan la importancia de la explotación de los re196 cursos marinos por parte de las sociedades que habitaron las aguas del Estrecho de Gibraltar en los últimos siglos de la Antigüedad Clásica. Agradecimientos Este artículo es resultado de los proyectos HAR2013-43599-P del Plan Nacional I+D+i/ Feder, denominado “Pesquerías y artesanado haliéutico en el Fretum Gaditanum. Caracterización arqueológica, arqueozoológica y experimental de las conservas marinas”; y del Proyecto General de Investigación “La economía marítima y las actividades haliéuticas en Baelo Claudia. Problemas de atribución funcional en el barrio meridional”, autorizado por la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía (2010-2015). Bibliografia Bernal, D., 2011. Rastreando a los mariscadores romanos en las playas del Círculo del Estrecho. Patélidos, burgaíllos, mejillones y concheros poligénicos. En Bernal, D. (Ed.) Pescar con Arte. Fenicios y romanos en el origen de los aparejos andaluces, Monografías del Proyecto Sagena 3, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz, Cádiz, 37-54. 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Retamosa, J.A., Durante, A., Muñoz, N. y Bellido, A., en prensa 2015. Evidencias arqueológicas de desplomes paramentales traumáticos en las Termas Marítimas de Baelo Claudia. Reflexiones arqueosismológicas, Cuaternario y Geomorfología. Marine events and coastal settlements in southwestern Iberia – número Monográfico-, J. Rodríguez Vidal y J. Campos eds., Madrid. Gofas, S., Salas, C., Moreno, D., 2010, coords.: Moluscos marinos en Andalucía, Consejería de Medio Ambiente, Junta de Andalucía, Sevilla. Gutiérrez Zugasti, I., 2009. La explotación de moluscos y otros recursos litorales en la región cantábrica durante el Pleistoceno Final y Holoceno Inicial, Ediciones de la Universidad de Cantabria, Santander. Hayward, P., Nelson-Smith, T., Shields, Ch., 1998. Flora y fauna de las costas de España y de Europa, Ediciones Omega, Barcelona. Lindner, G., 1983. Moluscos y caracoles del Atlántico y Mediterráneo, Ediciones Omega, Barcelona. Poppe, G.T. y Gotto, Y., 1993. 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Nuevos datos y reflexiones en clave de proceso histórico, Actas de la III Reunión de Arqueomalacología de la Península Ibérica, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz, Cádiz, 161-178. 197 Os moluscos marinhos como recurso alimentar no Garb al-Andalus dos sécs. XII-XIII: Os sítios de Cacela Velha (Vila Real de Santo António) e Castelo de Salir (Loulé) Maria João Valente1, Soraia Martins2 Resumo A alimentação das populações do Algarve na Época Almóada (sécs. XII-XIII) incluiu recursos malacológicos de origem marinha. A partir de dois sítios arqueológicos recentemente estudados — Cacela Velha e Castelo de Salir — caracterizamos aspetos desses recursos e da sua utilização pelas comunidades islâmicas. Cacela Velha fica situada no litoral algarvio, no Parque Natural da Ria Formosa. Os vários contextos islâmicos estudados revelam uma maior abundância de berbigão (Cerastoderma edule), conquilha (Donax trunculus) e ostra (Ostrea edulis), espécies ainda hoje muito comuns na área. A amêijoa-boa (Ruditapes decussatus) é rara, apesar da sua atual abundância. Outras espécies, como a vieira (Pecten maximus) e as castanholas (Glycymeris bimaculata, G. glycymeris e G. nummaria.) devem ter tido usos para lá do alimentar. O Castelo de Salir localiza-se a cerca de 20 km da costa, na transição do Barrocal para a Serra do Caldeirão. Os materiais analisados revelaram uma preferência pela amêijoa. A coleção atesta a existência de redes de distribuição de marisco para zonas mais interiores do território do Garb al-Andalus. Os dados disponíveis para outros sítios arqueológicos de época islâmica no Sul de Portugal demonstram que as espécies mais consumidas são a amêijoa, o berbigão, a ostra e a conquilha, sobretudo em áreas onde o acesso a espécies típicas de ambiente rochoso era difícil. Palavras-chave: Dieta, Islâmico, Algarve, molusco, zooarqueologia. Universidade do Algarve, Faculdade de Ciências Humanas e Sociais, Campus de Gambelas, 8000-117 Faro, Portugal. Centro de Estudos de Arqueologia, Arte e Ciências do Património (CEAACP). mvalente@ualg.pt 2 Colaboradora da Universidade do Algarve, Faculdade de Ciências Humanas e Sociais, Campus de Gambelas, 8000-117 Faro, Portugal.soraiaclm@gmail.com 1 199 Abstract he diet of the Algarve populations during the Almohad period (12-13th centuries) included marine mollusks. From two archaeological sites recently studied—Cacela Velha and Castelo de Salir—we characterize those resources and their usage by human communities. Cacela Velha is located in the south Algarvian coast, within the Ria Formosa Natural Park. he studied Islamic contexts show a predominance of common cockle (Cerastoderma edule), wedge clam (Donax trunculus) and oyster (Ostrea edulis), currently common species in the area. However, the most abundant species today, the chequered carpet shell (Ruditapes decussatus), is rare in the archaeological deposits. Other taxa, such as the great scallop (Pecten maximus) and bittersweet clams (Glycymeris bimaculata, G. glycymeris e G. nummaria) were used for purposes besides food. Castelo de Salir is located 20km from the coast, in the transition from the Barrocal to the Serra do Caldeirão ranges. he studied materials revealed a preference for chequered carpet shell. he collection suggests the existence of shellish distribution networks connected to more interior areas of Garb al-Andalus. Other sites from the same period in Southern Portugal yielded a majority of chequered carpet shell, common cockle, oyster and wedge clam, especially in areas where the access to rocky shores was diicult. Keywords: Diet, Islamic, Algarve, mollusk, zooarchaeology. Maria João Valente, Soraia Martins 1. Introdução Apresentamos dois sítios arqueológicos do Algarve datados do período medieval islâmico, cujas faunas malacológicas foram recentemente estudadas: Cacela Velha, localizada na costa meridional, em plena Ria Formosa, e Castelo de Salir, sito em zona interior, na transição do Barrocal para a Serra do Caldeirão. Tratam-se de sítios de características distintas, não só pela sua localização, mas também pela sua funcionalidade: um seria um aglomerado habitacional fortificado associado à exploração agrícola e marinha; outro teria uma maior preponderância militar, mas também apresentando atributos rurais. Ambos os sítios contém depósitos datáveis da Época Almóada (sécs. XII e XIII). A partir dos dados obtidos para estes dois locais iremos fazer um ponto da situação atual dos estudos arqueomalacológicos nos sítios islâmicos do Sul de Portugal e sua contribuição para a dieta da altura. embarcações ao canal que conduzia ao porto de Tavira. A sul desenvolve-se a laguna interior de uma das barras arenosas da Ria Formosa, área de grande geodiversidade e extraordinário ecossistema. Tal riqueza ecológica faz da zona a mais importante em Portugal para a produção de bivalves (80–90% da produção nacional atual), destacando-se as amêijoas (principalmente a amêijoa-boa, Ruditapes decussatus) e os berbigões (Cerastoderma edule) (Muzavor, 1991). Outros bivalves com produção também elevada são as ostras (Ostrea edulis e Crassostrea angulata) e a conquilha (Donax trunculus). As escavações arqueológicas realizadas em Cacela entre 1998 e 2007, sob direção de Cristina Garcia, incidiram em duas áreas distintas: na plataforma superior de Cacela, o Largo da Fortaleza; e, já fora do perímetro de muralhas, numa plataforma inferior, o Poço Antigo (Fig. 2) (Garcia et al., 2006; Garcia et al., no prelo b). 2. Cacela Velha Cacela Velha é um pequeno núcleo fortificado, localizado no concelho de Vila Real de Santo António, na área oriental do Algarve e implantado no espaço privilegiado do Parque Natural da Ria Formosa (Fig. 1). O sítio posiciona-se sobre uma arriba, dominando para nascente a baía de Monte Gordo até à foz do Rio Guadiana e para poente o acesso das Figura 2. Cacela Velha. Vista aérea com localização das áreas intervencionadas. Foto de Lúcio Alves. Na área onde se localiza o atual Largo da Fortaleza foram identificados restos de habitações de período islâmico, associados a um conjunto de oito silos cheios de materiais cerâmicos e faunísticos (vertebrados e invertebrados; dois deles não foram escavados), datados da Época Almóada (sécs. XII–XIII) (Valente et al., no prelo). Figura 1. Sítios islâmicos no Sul de Portugal com estudos arqueomalacológicos. Legenda: 1 – Ribāt da Arrifana; 2 – Alcaria de Arge, 3 – Lixeira de Silves, 4 – Silo 1 de Albufeira, 5 – Castelo de Salir, 6 – Casa das Bicas (Loulé), 7 – Alcáçova de Mértola, 8 – Cacela Velha. Fora do perímetro muralhado, numa plataforma inferior na margem da ribeira das Hortas (ou de Cacela), foi parcialmente escavado o Bairro Islâmico do Poço Antigo, abandonado na primeira metade do século XIII e onde foi identificada uma zona habitacional alargada (Garcia 2002; Garcia et al., no prelo a). 201 Os moluscos marinhos como recurso alimentar no Garb al-Andalus dos sécs... A fauna malacológica exumada em ambos os locais foi já objecto de estudo em Afonso (2004) e Valente et al. (no prelo). 2.1. Os moluscos marinhos de Cacela Velha e caracterização ambiental da Ria Formosa Da grande quantidade de espécies de moluscos marinhos recolhida em Cacela a maioria são bivalves (n=25); os gastrópodes apresentam muito menor diversidade (n=7). A Tabela 1 apresenta a listagem das espécies identificadas, com indicação genérica do seu habitat preferido (substrato rígido ou móvel) e zonação batimétrica (i.e. médio, infra e circalitoral). A última coluna indica a atual frequência das espécies na Ria Formosa, com base em bibliografia da especialidade. Na Fig. 3 podem observar-se algumas das espécies recolhidas no Largo da Fortaleza. A caracterização ambiental dos taxa presentes demonstra a propensão para a recolha de moluscos de ambientes de fundos móveis (de sedimentos lodosos e arenosos), nas zonas médio e infralitorais. As comunidades humanas habitantes de Cacela nos sécs. XII e XIII privilegiariam, assim, a recolha de marisco nas águas adjacentes, algum dele existente ainda hoje nas áreas lagunares (e.g. berbigões [Cerastoderma edule]) e nas zonas arenosas de face de praia (e.g. conquilhas [Donax trunculus]). Existem também alguns animais que, hoje em dia, encontramos fora da zona interna da ria, em substratos e zonações diversas, incluindo espécies típicas de ambientes rochosos em zona intermareal (e.g. mexilhões [Mytilus sp.] e infralitoral (e.g. patasde-burro [Cymbium olla]). A frequência destes nos depósitos arqueológicos é, todavia, muito menor. Foram igualmente identificados moluscos cefalópodes, através de fragmentos de animal da família Sepiidae (provavelmente o choco Sepia officinalis), e crustáceos cirrípedes pela presença de cracas (Balanus sp.) 2.2. Largo da Fortaleza O material malacológico de idade islâmica exumado na área da Fortaleza perfaz mais de 52 kg. Os contextos aqui considerados estão distribuídos por dois momentos cronológicos: os níveis islâmicos propriamente ditos e os níveis considerados de abandono. Para a análise quantitativa deste material, são apresentados dois índices: o Número de Restos Determinados (NRD; equivalente ao NISP inglês) e o Número Mínimo de Indivíduos (NMI). A metodologia adotada para o cálculo do NMI encontra-se descrita em Valente et al. (no prelo). Figura 3. Algumas das espécies recolhidas no Largo da Fortaleza em Cacela Velha. Legenda: 1 – Acanthocardia echinata, 2 – Acanthocardia tuberculata, 3 – Cerastoderma edule, 4 – Laevicardium crassum, 5 – Donax trunculus, 6 – Glycymeris bimaculata (espécime erodido), 7 – Glycymeris nummaria, 8 – Eastonia rugosa, 9 – Lutraria lutraria, 10 – Mactra glauca, 11 – Ostrea edulis, 12 – Cymbium olla, 13 – Pecten maximus, 14 – Charonia lampas. 202 Os restos de moluscos correspondentes à ocupação islâmica e seu abandono são abundantes (Tabela 2). No geral, os espécimes apresentam-se em bom estado. São raros os que evidenciam carbonização, o que pode indicar que grande parte dos moluscos eram consumidos em cru (eventualmente com algum condimento) ou após passagem rápida pelo fogo, sem deixar marcas, apenas para abrir as valvas e facilitar o acesso à parte comestível do animal. A grande maioria da coleção (+7700 NRD) provém dos vários silos de preenchimento islâmico. As abundâncias de espécies variam conforme os silos, apesar de, no geral, as espécies maioritárias serem o berbigão Maria João Valente, Soraia Martins Habitat CLASSE / Família Espécie Nome comum RIG MOV Zonação Medio Infra • • Circa RF BIVALVIA • Anomiidae Anomia ephippium (Linnaeus, 1758) — Cardiidae Acanthocardia echinata (Linnaeus, 1758) Berbigãosarilho • Acanthocardia tuberculata (Linnaeus, 1758) Berbigãogrande • • • R Cerastoderma edule (Linnaeus, 1758) Berbigão • • • CC Laevicardium crassum (Gmelin, 1791) Berbigãolustroso • • • • R • R • R Donacidae Donax trunculus (Linnaeus, 1758) Conquilha • Glossidae Glossus humanus (Linnaeus, 1758) — • • • • RR Glycymeridae Glycymeris bimaculata (Poli, 1795) Castanhola • • • RR Glycymeris glycymeris (Linnaeus, 1758) Castanhola • • • RR Glycymeris nummaria (Linnaeus, 1758) Castalhola • • C R Hiatellidae Panopea glycimeris (Born, 1778) Taralhão • • R Mactridae Eastonia rugosa (Helbling, 1779) — • • R Lutraria lutraria (Linnaeus, 1758) Taralhão • • C Mactra glauca (Born, 1778) Ameijolaamarela • • C Mactra stultorum (Linnaeus, 1758) Amêijoa-lisa • • R Spisula solida (Linnaeus, 1758) Amêijoabranca • • • R • • R Mytilidae Mytilus edulis (Linnaeus, 1758) Mexilhão ou/e Mytilus galloprovincialis (Lamark, 1819) • Pectinidae Talochlamys multistriata (Poli, 1795) • Vieira • • • • Pecten maximus (Linnaeus, 1758) Vieira Ostridae Ostra edulis (Linnaeus, 1758) Ostraredonda Pharidae / Solenidae Ensis sp. / Solen marginatus (Pulteney, 1799) Lingueirão • • • C • Solecurtidae Solecurtus strigilatus (Linnaeus, 1758) — Veneridae Callista chione (Linnaeus, 1758) Ameijola Chamelea gallina (Linnaeus, 1758) Pé-deburrinho Ruditapes decussatus (Linnaeus, 1758) Âmeijoa-boa Cerithiidae Cerithium vulgatum (Bruguière, 1792) — Fasciolariidae Fusinus sp. — Muricidae Bolinus brandaris (Linnaeus, 1758) Búzio-fémea Hexaplex trunculus (Linnaeus, 1758) Búzio-macho • • Charonia lampas (Linnaeus, 1758) Buzina • • Turritellidae Turritella communis (Risso, 1826) Turritelacomum • Volutidae Cymbium olla (Linnaeus, 1758) Pata-de-burro • • • R CC • C • R • R • • C • • CC • • GASTROPODA Ranellidae • • • • • • C • • RR • • C • • C • • R • ? • C Tabela 1. Lista das espécies de moluscos marinhos presentes em Cacela Velha. Legenda: Tipo de habitat (rochoso ou móvel) e respetiva zonação (médio, infra ou circalitoral). Na última coluna é indicada a atual frequência na Ria Formosa: CC – muito comum, C – comum, R – rara, RR – muito rara. Fontes: Silvestre e Baptista, 1980; Fischer et al., 1987; Poppe e Goto, 1993; Saldanha, 1995; Hayward et al., 1998; Borges, 2007. 203 Os moluscos marinhos como recurso alimentar no Garb al-Andalus dos sécs... SÍTIO / (LF, Islâmico) Cacela (LF, Islâmico) CacelaCacela (LF, Abandono) CONTEXTO SÍTIO / CONTEXTO PERÍODO Sécs. XII-XIII PERÍODO NRD Sécs. XIISéc. XIII XIII Sécs. Séc.XII-XIII XIII NRD NRD NMI Cacela (LF, Abandono) Cacela (PA) Castelo de Salir Cacela (PA) NMI NMI NRD NRD Sécs. XII-XIII NRD NMI Sécs. XIIXIII NMINRD Castelo de S Sécs. XII-X NRD BIVALVIA BIVALVIA Cerastoderma edule 4103 53,2% Cerastoderma 2043 59,2% edule 4103 53,2% Donax trunculus 1520 19,7% trunculus 723Donax 20,9% 894 1520 19,7% 723 76,5% 449 77,7% 20,9%26,3% 894 52 Glycymeris (várias espécies) 131 1,7% Glycymeris 73 2,1% 4 (várias espécies) 131 0,3% 1,7% 2 2,1% 7,6% 4 15 Mytilus edulis / M.galloprovincialis 14 0,2% 3 Pecten maximus 187 2,4% maximus6 71Pecten 2,1% 187 0,5% 2,4% 3 Ostrea edulis 1225 15,9% edulis 31 306Ostrea 8,9% 1225 306 2,7% 15,9% 8 1,4% 8,9% 28,3% 31 56 Ruditapes decussatus 211 2,7% Ruditapes 88 2,5% decussatus 211 2,7% 88 17,6% 101 17,5% 206 817 17,6% 101 333 17,5% 93,5% 6 3,0% 62,5% 3,0% 93,7% Outros taxa 295 3,8% taxa 26 124Outros 3,6% 295 2,2% 3,8% 13 3,6% 9,6% 26 19 2,2% 0,0% 1 0,1% 1 0,3% 1 0,1% 9 1,0% 3 0,8% 9 1,0% 206 1 0,0% 1 Patella 0,0% (várias espécies) Monodonta lineata / M. edulis Monodonta lineata / M. edulis Stramonita haemastoma Stramonita haemastoma Outros taxa 22 0,2% 3 71 0,5% 124 2,2% 2,4% 11 23 3,1% 76,5% 449 77,7% 52 21 2,4% 26,3% 0,3% 1,5%2 13 0,3% 5 15 1,4% 7,6% 13 1,5% 0,5% 1,3%3 11 0,5% 3 23 0,8% 11,6% 11 1,3% 1,4% 56 28,3% 0,1% 2,1% 11,6% 6 23 2,7% 8 13 2,2% 19 817 93,7% 9,6% 0,3% taxa 20Outros 0,6% 2 1 0,0% 22 0,2% 0,3% 2 1 20 0,3% 2 40,6% 2,0% 0,2% 2 0,3% 4 2,0% Pollicipes Pollicipes 7709 TOTAL 3452 1169 7709 578 3452 198 1169 872 578 356 198 Tabela 2. Quantificação de moluscos marinhos (e Cirripedia) em sítios islâmicos no Sul de Portugal. Legenda: NRD – Número de Restos Determinados (=NISP). NMI = Número Mínimo de Indivíduos. Fontes: Moreno-Nuño, 1993 (Mértola, Alcáçova); Antunes, 1996 (Mértola, Casa II); Afonso, 2004 (Cacela, Poço Antigo); Gonçalves et al., 2007 (Lixeira de Silves); Callapez, 2011 (Ribāt Arrifana); Callapez, 2012 (Silo 1 de Albufeira); Branco e Valente, no prelo (Bicas, Loulé); Martins, no prelo (Castelo Salir); Valente et al., no prelo (Cacela, Largo da Fortaleza). (Cerastoderma edule) e a conquilha (Donax trunculus), seguidas da ostra (Ostrea edulis). A quantidade de material presente em cada silo varia muito, sendo que o silos 3 e 7 tinham grandes quantidades (+4500 e +2000 NRD, respetivamente), enquanto os silos 1 e 5 continham quantidades exíguas (66 e 4, respetivamente) (Valente et al., no prelo). Os depósitos interpretados como correspondentes à última fase da ocupação almóada (i.e. abandono) tinham menos quantidade de material. Neles a espécie mais frequente é a conquilha (Donax trunculus), seguida da amêijoa-boa (Ruditapes decussatus) (Tabela 2). Não deixa de ser curioso que a amêijoa apareça em números comparativamente tão reduzidos durante o 204 11,6% CIRRIPEDIA CIRRIPEDIA TOTAL 14 73 0,3% 21 GASTROPODA GASTROPODA Patella (várias espécies) Mytilus edulis / 0,1% M.galloprovincialis 2043 23 59,2%11,6% grosso da ocupação islâmica, para depois aumentar de forma evidente na fase de abandono, a par do desaparecimento absoluto de berbigão (Cerastoderma edule). 2.3. Poço Antigo A escavação arqueológica da zona extramuralhas, correspondente ao Bairro Islâmico, decorreu em 1998 e 2001. Foram postas a descoberto três habitações, de pequena ou média dimensão (Garcia 2002; Garcia et al., no prelo b). Nesta área também foram recolhidos materiais diversos, incluindo louça de cozinha e de mesa, bem como restos faunísticos, onde se registou alguma malacofauna. De notar, contudo, que a recolha dos materiais zooarqueológicos no Poço Antigo 872 Maria João Valente, Soraia Martins Salir Ribāt da Arrifana Lixeira de Silves Silo 1 (Albufeira) Bicas Mértola (Alcáçova) Mértola (Casa II) Séc. XII Sécs. XII-XIII Sécs. XII-XIII Séc. XIII Sécs. XII-XIII Sécs. XII-XIII NMI NMI NMI? NRD XIII % % % NMI 11 5 3 % 333 3,1% 1,4% 0,8% 93,5% 39 0,1% 866 42,0% 24 2,3% 54 21,6% 1 0,1% 4 1,6% 12 0,0% 29 1,4% 39 3,7% 3383 10,5% 14 0,7% 267 25,1% 13 0,6% 30 2,8% 5 2,0% 4 NMI NRD 9 10,3% 7 24,1% 2 0,9% 9 10,3% 3 10,3% 2 0,9% 12 5,4% 19 0,1% 70 3,4% 26 2,4% 3 1,2% 6 6,9% 2 6,9% 7 3,2% 214 0,7% 1038 50,3% 265 24,9% 182 72,8% 60 69,0% 14 48,3% 198 89,2% 82 0,3% 24 1,2% 30 2,8% 2 2,3% 2 6,9% 1 0,5% 1 1,1% 1 3,4% % 1 0,3% 4309 13,4% 106 10,0% % 3 0,8% 3329 10,3% 252 23,7% 5672 17,6% 12 1,1% 337 1,0% 12 1,1% 14774 45,9% 356 NRD 32174 8 2062 0,4% 1064 2 250 0,8% 87 29 222 Tabela 2. (Continuação). não foi feita de forma sistemática, resultando assim numa pequena amostra do que ali se encontrava. Os restos de conchas contabilizam um total de 198 espécimes e estão em bom estado de preservação (Afonso, 2004; Garcia et al., no prelo a). Há uma maior abundância da ostra (Ostrea edulis) e da conquilha (Donax trunculus), seguida do berbigão (Cerastoderma edule) e da vieira (Pecten maximus). Tal como nos contextos do Largo da Fortaleza, a amêijoaboa (Ruditapes decussatus) é rara (Tabela 2). de valvas direitas de vieiras (Pecten maximus) junto a uma estrutura de combustão localizada na cozinha (Fig. 4) presume a sua utilização como utensílio para transporte ou doseadoras de líquidos. Das conchas exumadas, poucas evidenciam carbonização. Segundo Afonso (2004) algumas (como as ostras) ostentam fraturas provavelmente provocadas por ação humana, para acesso às partes moles do animal. Nem todos os espécimes terão tido uso meramente alimentar. A existência, por exemplo, de um conjunto Figura 4. Poço Antigo (Cacela Velha). Habitação com estrutura de combustão rodeada de conchas de vieira (Pecten maximus). Foto de C.T. Garcia. 205 Os moluscos marinhos como recurso alimentar no Garb al-Andalus dos sécs... 2.4. Sumário dos dados Apesar da distinção numérica dos moluscos presentes nos vários contextos de Cacela, parece ser óbvio que os seus habitantes durante os sécs. XII e XIII tinham nos animais marinhos locais um importante recurso, principalmente alimentar. Existe alguma variabilidade nas espécies presentes e na sua abundância relativa nos vários depósitos e momentos de ocupação; não obstante, as espécies preferidas mantêm-se as mesmas: o berbigão (Cerastoderma edule), a conquilha (Donax trunculus) e a ostra (Ostrea edulis). Qualquer uma destas espécies é hoje muito comum por toda a Ria Formosa. O berbigão é a espécie que hoje detém menor valor comercial no Algarve. Prefere águas pouco profundas, normalmente de entremarés, e pode ser capturado com alguma facilidade, em especial durante a maré-baixa. A conquilha prefere ambientes mais próximos do mar, com substratos arenosos e salinidade normal, mas partilha com o berbigão a propensão por águas de pouca profundidade e mediolitorais, bem como a facilidade de captura. A ostra é a espécie que fornece mais alimento por indivíduo, pois a parte mole, de valia alimentar, atinge tamanho muito maior que o berbigão e a conquilha. A sua carne é, aliás, desde há muito considerada uma iguaria. Segundo Shatzmiller (1994: 178-179), no Mediterrâneo islâmico, as atividades ligadas à pesca e marisqueio assumiam particular relevo e a recoleção das ostras foi uma das que adquiriu estatuto especializado, dando origem ao “pescador de ostras”. A alternância das quantidades destas espécies pode estar relacionada com o ecossistema da época, refletindo a sua abundância nos bancos locais de marisqueio. As amêijoas-boa (Ruditapes decussatus) assumem uma situação particular. Atualmente, esta é a espécie mais comercializada na Ria Formosa, algo que não se reflete nos depósitos ora estudados, onde a amêijoa-boa nunca tem estatuto maioritário. poderia decorrer dos fenómenos de galgamento da barra arenosa frontal, ainda hoje frequentes, inibindo o desenvolvimento de viveiros de amêijoa. 2. Falta de afinidade lagunar das populações da altura, pois a amêijoa-boa trata-se de “uma espécie tipicamente lagunar, maioritariamente presente em locais de vasa/arenosa e vasa em zonas interiores da Ria Formosa” (Afonso, 2004: 51). 3. Uma outra possibilidade prende-se com questões culturais ou de preferência culinária, mas esta afigura-se-nos menos provável face à abundância que esta espécie têm noutros sítios islâmicos do Sul de Portugal (ver secção 4). 4. Grande importância comercial da amêijoa-boa, levando à sua exportação para fora de Cacela, restando poucos espécimes para consumo das comunidades locais. Finalmente, note-se que, apesar da maior parte da utilização destes moluscos ter sido alimentar, existem algumas espécies, como as castanholas (Glycymeris bimaculata, G. glycymeris e G. nummaria) e as vieiras (Pecten maximus), que podem ter tido outras funções, sejam elas de cariz doméstico (como transportadoras ou doseadoras de material líquido) ou apoio a outras atividades (como, por exemplo, pesos de pesca). No caso das castanholas algumas delas terão sido apanhadas após a sua morte, evidenciando elevada erosão biostratonómica (veja-se, por exemplo, o n.º 6 da Fig. 3). 3. Castelo de Salir O Castelo de Salir localiza-se no interior da região do Algarve, mais precisamente na zona do Barrocal Algarvio, no concelho de Loulé. Pela sua localização, terá servido como entreposto de ligação entre o Algarve e as planícies interiores alentejanas. Dista atualmente c. 20 km da costa meridional (Fig. 1). O contexto que reflete uma maior captura de amêijoa-boa é o do Abandono islâmico (c. 18%; Tabela 2); em todos os outros depósitos do período islâmico a sua presença é diminuta (>3%). Este facto pode dever-se a vários fatores: A construção islâmica do Castelo de Salir deveu-se à grande instabilidade política dos reinos de taifa e as constantes investidas dos cristãos a sul, durante o século XI (Martins, no prelo). Ao longo da sua atividade, nomeadamente durante a época Almóada, o castelo teve a função de defesa do Garb al-Andaluz. 1. Na época a amêijoa-boa poderia não ser abundante nas zonas adjacentes às ocupações. Esta situação Os trabalhos arqueológicos iniciaram-se em 1987, sob a direção de Helena Catarino da Universidade de 206 Maria João Valente, Soraia Martins Coimbra, e prolongaram-se intermitentemente até 1998. Ao longo das intervenções foram postos a descoberto troços da muralha albarrã e várias estruturas almóadas, com espaços habitacionais e silos (Catarino, 1999/2000: 77-128). Foram também exumados vários materiais, incluindo cerâmicas, vidros, metais e fauna de vertebrados e invertebrados. A fauna foi estudada no âmbito da tese de mestrado de uma das signatárias (Martins, 2013; Martins, no prelo). Neste trabalho focamos, somente, a fauna malacológica encontrada nos silos com material inequivocamente islâmico: silos 1, 2 (nível 4 apenas), 3 e 8. Isto significa uma amostra de 872 restos malacológicos de um total de 4203 recolhidos no sítio (Tabela 2). Os dois primeiros silos apresentam poucos espécimes; já os restantes têm maior quantidade e variedade taxonómica (Martins, no prelo). É ainda importante referir que é provável que este material seja de depósitos almóadas; contudo, será possível alguma mistura de materiais almorávidas. A malacofauna analisada é relativamente homogénea. Foi possível identificar um total de oito taxa, com predominância dos bivalves, sendo que a grande maioria dos restos são de amêijoas-boa (Ruditapes decussatus). As restantes espécies são muito menos abundantes, nenhuma perfazendo mais de 2,5%. Note-se todavia que, na restante fauna malacológica presente em Salir (alguma dela talvez também de época também islâmica), o berbigão é uma espécie bastante frequente (Martins, 2013). A coleção encontrava-se em muito bom estado de conservação e, em alguns casos, foi possível verificar marcas de carbonização. Ao contrário de Cacela, os moluscos marinhos presentes em Salir são de origem alóctone, atestando a existência de redes de distribuição de marisco para zonas mais interiores do território algarvio. 4. Dados comparativos: sítios islâmicos no Sul de Portugal com fauna malacológica Dispomos de vários estudos, mais ou menos detalhados, sobre fauna malacológica em sítios islâmicos do Sul de Portugal (Fig. 1): o Ribāt da Arrifana (Aljezur; Callapez, 2011), a Alcaria de Arge (Portimão; análise a decorrer), a Lixeira de Silves (Gonçalves et al., 2007), o Silo Islâmicos de Albufeira (Callapez, 2012), Casa das Bicas (Loulé; Branco e Valente, no prelo) e dois contextos dentro da Alcáçova de Mértola (Moreno-Nuño, 1993; Antunes, 1996). Localizado na costa ocidental do Algarve, num ambiente de características rochosas, o Ribāt da Arrifana (Aljezur) é um sítio de funcionalidade essencialmente político-militar, mas integrando-se também numa estratégica económica e religiosa (Gomes e Gomes, 2011). Com uma arquitetura complexa, que incluí mesquitas, espaços habitacionais e minarete, este ribāt terá sido fundado cerca de 1130, sendo abandonado algumas décadas mais tarde. O material exumado data do séc. XII, entre as épocas Almorávida e Almóada. Habitado por monges-guerreiros, os vestígios alimentares são maioritariamente de moluscos marinhos, apesar de existirem também restos de mamíferos e aves (Antunes, 2011). A fauna marinha identificada avulta a mais de 114.000 restos, correspondentes a cerca de 32.000 indivíduos (Tabela 2). Estes materiais foram recolhidos em dois sectores principais e duas camadas distintas apesar de coincidentes no período. A lista de moluscos é muito vasta, com mais de 50 taxa, na sua maioria classificados ao nível da espécie (Callapez, 2011). Avultam os espécimes de cirripídeos (Pollicipes pollicipes) e gastrópodes (Stramonita haemastoma, Monodonta lineata e várias espécies de Patella). De entre os bivalves, o mexilhão (Mytilus edulis) é também relevante. Nesta coleção é evidente a recorrência de espécies locais, recolhidas em ambiente rochoso. Escavado em 2001, sob a direção de Armando Sabrosa (Sabrosa et al., 2005), o sítio da Alcaria de Arge fica localizado na área da confluência da ribeira de Boina com o Rio Arade, atualmente a 6 km da costa meridional do Algarve. Trata-se de um aglomerado habitacional de características rurais, como outros que se desenvolveram em torno de Silves durante o período islâmico, e que aproveitou certamente a boa visibilidade da área em sua volta e a navegabilidade do rio, bem como o fácil acesso aos recursos estuarinos (para a caça de aves locais, pesca e recolha de bivalves). Nele foram identificadas várias estruturas, nomeadamente um amplo núcleo habitacional com numerosos compartimentos e 11 silos. A cerâmica exumada é típica da Época Almóada (sécs. XII e XIII) e o abandono do sítio deve estar relacionado com a conquista cristã da cidade de Silves em meados do séc. XIII. 207 Os moluscos marinhos como recurso alimentar no Garb al-Andalus dos sécs... De entre a fauna recolhida abundam os restos de invertebrados, mas existem também mamíferos, aves e peixes (Moreno-García et al., 2008). Os materiais malacológicos encontram-se ainda em fase de estudo (na Universidade do Algarve, sob a direção de uma das signatárias [MJV]) e ainda não há dados quantitativos finais. Contudo, de entre as espécies já identificadas, estão a amêijoa-boa (Ruditapes decussatus), a vieira (Pecten maximus), as castanholas (várias espécies de Glycymeris) e o mexilhão (Mytilus sp.). Os moluscos mais abundantes são, todavia, o berbigão (Cerastoderma edule) e a ostra (Ostrea edulis). Estas espécies, de carácter eminentemente estuarino, atestam a preferência pela recolha de moluscos nas áreas adjacentes ao sítio. A chamada Lixeira de Silves localiza-se num conjunto de estruturas urbanas, assinaladas na zona sudoeste da cidade homónima, a cerca de 50m do atual Rio Arade. Foi escavada em 2001 pelo Gabinete de Arqueologia, Conservação e Restauro da Câmara Municipal de Silves. No curso desses trabalhos identificouse uma grande estrutura, talvez para abastecimento e condução de água que, depois de desativada, terá servido como lixeira durante a Época Almóada. Foram ali assinalados inúmeros materiais arqueológicos, onde abundam os restos faunísticos, tanto de vertebrados (Gonçalves, 2006; Davis et al., 2007) como de invertebrados (Gonçalves et al., 2007). Trata-se de uma coleção vasta, com mais de 4500 restos de moluscos que contabilizaram 2354 indivíduos pertencentes a 22 taxa diferentes. A grande maioria são bivalves marinhos, donde se salientam as amêijoasboa (Ruditapes decussatus) e o berbigão (Cerastoderma edule) (Tabela 2). As ostras (Ostrea edulis) são menos numerosas. Grande parte dos espécimes são alóctones, tendo sido recolhidos em meio estuarino ou lagunar, provavelmente no estuário do Rio Arade, localizado a cerca de 10 km de Silves. Os autores do estudo notam também que algumas espécies (como a castanhola [Glycymeris glycymeris], a vieira [Pecten maximus] e até mesmo a ostra [Ostrea edulis]) terão tido outras utilizações para lá das alimentares (como pesos de pesca, por exemplo). Localizado em Albufeira, junto à costa meridional do Algarve, existe um contexto medieval islâmico (denominado “Silo 1”), de Época Almóada (Callapez, 2012). A coleção de moluscos marinhos 208 estudada compreende cerca de 1100 exemplares, na sua grande maioria interpretados como restos alimentares. Nela se salientam o mexilhão (Mytilus edulis), a amêijoa-boa (Ruditapes decussatus) e o caramujo (Monodonta edulis). O autor do estudo menciona também a probabilidade de outras espécies, como as castanholas (Glycymeris g. e G. violascens), terem sido utilizadas como pesos de rede de pesca. As vieiras (Pecten maximus) podem ter sido utilizadas como espátulas para recolha de bivalves. A “Casa das Bicas” situa-se na zona histórica de Loulé. Durante as intervenções arqueológicas, entre 2006 e 2013, pela Divisão de Cultura e Turismo da Câmara Municipal de Loulé, foram postas a descoberto estruturas de um edifício balnear de Época Islâmica (Luzia, 2008). De entre os vários materiais exumados encontram-se faunas, incluindo mamíferos, aves e moluscos. Alguns desses materiais faunísticos, provenientes de uma área circunscrita fora da zona balnear, que terá sido utilizada como lixeira na Época Almóada (séc. XIII), foram recentemente estudados por Branco e Valente (no prelo). Nesta pequena coleção contabilizaram-se 328 restos de fauna malacológica, dos quais foram classificados 284 (87%), que se agrupam em oito taxa de bivalves e gastrópodes. Nota-se a predominância da amêijoaboa (Ruditapes decussatus). O berbigão (Cerastoderma edule) também é relativamente abundante. As conchas com evidência de carbonização são raras. Uma vez que Loulé se situa numa área a relativa distância da costa e do estuário mais próximo (c. 9 km em linha recta), os moluscos marinhos são certamente de origem alóctone. Localizada no interior do território alentejano, numa elevação na margem direita do rio Guadiana, imediatamente a montante da confluência da ribeira de Oeiras, a vila de Mértola é reconhecida pela sua riqueza arqueológica (e.g. Macias, 1996). Contudo, apenas dois contextos do interior da Alcáçova, datáveis do séc. XIII, têm materiais malacológicos estudados e publicados: uma área restrita escavada em 1990-91 (Moreno-Nuño, 1993) e a Casa II (Antunes, 1996). Em ambos os contextos predominam os bivalves marinhos, com grande abundância de amêijoas-boa (Ruditapes decussatus). Maria João Valente, Soraia Martins 5. Discussão dos dados e conclusões O primeiro aspeto a salientar é que quase todos os contextos com estudos arqueomalacológicos datam da Época Almóada (sécs. XII–XIII). A única exceção é o Ribāt de Arrifana, cuja ocupação corresponde à transição da Época Almorávida para a Almóada (séc. XII). Aliás, esta é uma realidade geral dos sítios de idade islâmica no Algarve: a grande maioria corresponde ao momento mais tardio da presença muçulmana no Garb al-Andalus. A regularidade da presença de moluscos marinhos em contextos islâmicos atesta bem a sua importância nos hábitos alimentares das populações, em especial aquelas que habitavam próximo da costa. Infelizmente, os tratados de agricultura, de alimentos e de hisba para a Andaluzia — como o Kitab al-Filaha (“Livro da Agricultura”) do sevilhano Ibn al-Awwam ou o Kitab al-Agdiya (“Tratado dos Alimentos”) do também andaluz Abū Marwān Ibn Zuhr — nada referem sobre os moluscos marinhos. No geral, as espécies mais abundantes nestes sítios são a amêijoa-boa (Ruditapes decussatus), o berbigão (Cerastoderma edule), a ostra (Ostrea edulis) e a conquilha (Donax trunculus), em especial nos locais onde o acesso a espécies típicas de ambientes rochoso é difícil. A amêijoa está por vezes ausente ou rareia nos contextos que, a priori, estariam próximos dos locais naturais de captura. Tal é o caso dos contextos de Cacela ou da Alcaria de Arge, onde esta espécie surge em quantidade comparativamente reduzida. É, todavia, predominante nos contextos mais afastados das zonas de recolha (Salir, Mértola, Silves, Loulé) demonstrando o seu êxito comercial e preferência gastronómica, bem como a existência de redes de distribuição de marisco para zonas mais interiores do território. Por ora a razão desta situação não é bem conhecida, mas parece-nos que a amêijoa poderia ter um significado económico e culinário particular, tornando-a a espécie mais apetecida nos mercados e, consequentemente, menos abundante nos sítios adjacentes aos locais de captura que talvez a exportassem. Nas coleções analisadas são poucas as evidências de carbonização, o que parece atestar um processamento culinário simples e/ou sem contato direto com o fogo. De notar que em vários dos contextos estudados é comum a presença de taxa que podem ter aproveitamento não alimentar, como a vieira (Pecten maxi- mus) e as castanholas (várias espécies de Glycymeris). As conchas destes animais, de consistência robusta, seriam muitas vezes usadas como elementos decorativos ou ornamentais, ou como pesos de pesca ou instrumentos para tarefas manuais. É, aliás, possível que a maioria delas fossem apanhadas após a morte do animal. Tal hipótese é reforçada pelo facto dos espécimes recolhidos corresponderem a valvas desarticuladas e, frequentemente, com evidências de abrasão biostratonómica. Agradecimentos À Cristina Garcia pelo apoio e incentivo ao estudo zooarqueológico de Cacela. À Patrícia Dores e Catarina Oliveira, do Centro de Interpretação e Informação do Património de Cacela (CIIPC)/Câmara Municipal de Vila Real de Santo António. À Isabel Luzia e Alexandra Pires, da Divisão de Cultura e Turismo da Câmara Municipal de Loulé. À Cristina Dores, da Universidade do Algarve, pela ajuda na lavagem dos materiais e seu acondicionamento. Ao João de Deus Gomes e à Eliana Goufa que colaboraram no estudo dos contextos no Largo da Fortaleza em Cacela. Finalmente, ao Centro de Estudos de Arqueologia, Arte e Ciências do Património (CEAACP), que concedeu um importante apoio para a deslocação de uma de nós à IV Reunião Científica de Arqueomalacologia da Península Ibérica. Agradecemos ainda aos dois revisores que, com as suas sugestões, ajudaram a melhorar este trabalho. Referências Afonso, C.M.L., 2004. Estudo da malacofauna descoberta nas escavações arqueológicas de Cacela Velha – campanha 2001/2002. Relatório policopiado, Universidade do Algarve, Faro. Antunes, M.T., 1996. Alimentação de origem animal em regime islâmico - Alcaria Longa e Casa II da Alcáçova de Mértola. Arqueologia Medieval 4, 267-276. Antunes, M.T., 2011. Ribāt da Arrifana (Aljezur) – Arqueozoologia, Estudo complementar. In: Gomes, R.V., Gomes, M.V., Tente, C. (Eds.), Cristãos e Muçulmanos na Idade Média Peninsular. Encontros e Desencontros. Instituto de Arqueologia e Paleociências das Universidades Nova de Lisboa e do Algarve, Lisboa, 157-164. 209 Os moluscos marinhos como recurso alimentar no Garb al-Andalus dos sécs... Borges, T. (Ed.), 2007. Biodiversidade nas pescas do Algarve (Sul de Portugal). Universidade do Algarve, Faro. Branco, R., Valente, M.J., no prelo. Análise zooarqueológica de vertebrados e invertebrados Material proveniente da ocupação islâmica da Casa das Bicas (Loulé, Portugal). Atas do VII Encuentro Arqueologia Del Suroeste (Aroche-Serpa, novembro 2013). Callapez, P., 2011. Estudo zooarqueológico dos invertebrados do Ribāt da Arrifana (Aljezur, Portugal). Sua relação com as comunidades marinhas litorais e com hábitos alimentares no algarve muçulmano do Século XII. In: Gomes, R.V., Gomes, M.V., Tente, C. (Eds.), Cristãos e Muçulmanos na Idade Média Peninsular. Encontros e Desencontros. Instituto de Arqueologia e Paleociências das Universidades Nova de Lisboa e do Algarve, Lisboa, 165-186. Callapez, P.M., 2012. Invertebrados: aspectos da malacofauna e do consumo de moluscos no Algarve muçulmano. In: M.V. Gomes (Eds.), Silo Islâmico de Albufeira (Rua Henrique Calado). Instituto de Arqueologia e Paleociências e Autores, Lisboa, 85-95. Catarino, H., 1999/2000. Castelo de Salir: escavações da campanha de 1998. Al-‘Ulyã 7, 77-128. 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Atas do VII Encuentro Arqueologia Del Suroeste (Aroche-Serpa, novembro 2013). 211 Explotación, conserva y comercio de moluscos en época histórica: el caso de Taramancos (Noia, A Coruña, Galicia) Eduardo González Gómez de Agüero1, Víctor Bejega García1, Carlos Fernández Rodríguez1 Resumen En el año 2011 con motivo de la realización del corredor Brión-Noia, se descubrió en la población de Taramancos, sobre una pequeña elevación con amplia visibilidad sobre la Ría de Noia-Muros, un yacimiento desconocido hasta la fecha. La intervención se centró en la superficie ocupada por la traza, sacando a la luz diversas estructuras, así como 17 acumulaciones de conchas de diverso tamaño. En el presente trabajo analizaremos la composición malacológica de dos de estos depósitos. Estos se componen principalmente por dos taxones: Ostrea edulis y Cerastoderma edule, lo que parece indicar un interés específico por el marisqueo de estas especies, posiblemente destinado a su procesado y comercialización, como parecen indicar también las fuentes escritas. Palabras clave: Arqueomalacología, Ostra (Ostrea edulis), Berberecho (Cerastoderma edule), Baja Edad Media – Edad Moderna, Galicia (Noroeste Ibérico). Abstract The site of Taramancos is located on a small hill with wide visibility over the Muros-Noia Estuary (A Coruña, Galicia). In 2011 an archaeological rescue excavation unearthed various structures and archaeological materials. Evidence has been found of the site having been inhabited at different points in time: in prehistoric times (possibly during the Bronze Age), in Galaico-Roman and Roman times, as well as during the Middle Ages and later in the Modern Age. Seventeen shell middens were excavated. This paper presents the results of the malacological analysis of two of these shell middens, formed containing oysters and common cockles. The analysis links the archaeological record with the processing and trade of oysters and common cockles in Galicia during the Late Middle Ages and Early Modern History (15th-17th centuries). Written documentation is essential to support the results. Key words: Archaeomalacology, Oyster (Ostrea edulis), Common cockle (Cerastoderma edule), Late Middle Ages - Modern History, Galicia (Northwest Iberia). Area de Prehistoria, Departamento de Historia, Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de León. Campus de Vegazana s/n – 24071 León (España). arqueomalacoleon@hotmail.es; cferr@unileon.es 1 213 Explotación, conserva y comercio de moluscos en época histórica: el caso de Taramancos... 1. Introducción Las intervenciones arqueológicas en periodos históricos de cronologías post-romanas han estado tradicionalmente más centradas en la recuperación y puesta en valor de estructuras que en la excavación de los basureros y en el análisis de los restos en ellos existentes. Además, la existencia de una documentación escrita, que se hace más cuantiosa a medida que avanzamos en el tiempo, ha centralizado la atención de los investigadores, apoyándose en la misma para dar respuesta a los aspectos más variados que caracterizaron a los distintos grupos sociales de estos periodos, incluyendo la vida cotidiana y, por lo tanto, la alimentación (por ejemplo, VV.AA. 1996; de Castro, 1996). A lo largo de las dos últimas décadas del siglo pasado, con la promulgación de las distintas leyes de Patrimonio Cultural (tanto a nivel estatal como autonómico) y las consiguientes normativas de carácter arqueológico, junto a la mejora (al menos teórica) de las metodologías de excavación arqueológica, se han incrementado sustancialmente las intervenciones en depósitos adscritos a períodos cronológicos recientes (sobre todo medievales, pero también de época moderna y contemporánea), lo que a su vez ha supuesto la recuperación de unos materiales (artefactos y ecofactos) cuyo estudio se ha ido haciendo cada vez más habitual. Fundamentalmente, estas actuaciones han estado enmarcadas en proyectos más amplios de recuperación y puesta en valor de un bien, pero tampoco son ajenas a proyectos de investigación que tratan de resolver algún aspecto que requiere una aproximación arqueológica (para el ámbito del noroeste, puede verse Varela Campos 2008, 2009, 2010). Los resultados obtenidos, todavía limitados en el campo de la zooarqueología (sirvan como ejemplo a nivel peninsular, Davis, 2006; Costa y Braz, 2007; Castaños et al., 2011), al menos ayudan a complementar unas fuentes documentales que no siempre atienden de igual manera a todas las variables de interés para el conocimiento de la realidad económica y social de un periodo y zona concreta, puesto que su origen suele responder a objetivos muy diferentes y se centran en las clases más privilegiadas (Eiras Roel, 1993, evalúa la información disponible para la Edad Moderna). Es en este marco en el que se inscribe el estudio de los restos malacológicos recuperados en Taramancos. En el ámbito galaico, la información sobre la recolección, comercio y consumo de moluscos durante la Edad Media 214 y periodos posteriores desde una perspectiva arqueológica es todavía muy limitada, empezando a desarrollarse en estos últimos años algunas analíticas (Álvarez, Castro, 2010; Bejega et al., 2011), si bien muchos resultados todavía se mantienen inéditos, como los de Castelo da Rocha (Santiago) o Punta Atalaia (San Cibrao), o solo han sido parcialmente publicados, como Castelo de Moeche (Fernández Rodríguez, 2007). 2. El yacimiento El yacimiento de Taramancos (Noia, A Coruña) se localiza en las inmediaciones de la población del mismo nombre, en una pequeña elevación (en torno a los 20 m s.n.m.) próxima al mar (unos 220 m en la actualidad), con una buena visibilidad de la ría y del entorno inmediato (Fig. 1). Sin que se contase con referencias previas que permitiesen presuponer su existencia, el descubrimiento tuvo lugar en el año 2011, al iniciarse los trabajos para la construcción del Corredor BriónNoia, siendo la empresa Ambiotec - Medio Ambiente y Arqueología la encargada de llevar a cabo la correspondiente intervención arqueológica, que fue desarrollada en distintas fases entre los meses de julio y noviembre del citado año. Con una función organizativa, el espacio arqueológicamente cautelado fue distribuido en dos sectores (Sector 1 y Sector 2), separados por el camino que comunica la aldea de Taramancos con la zona litoral (playa de Testal), superficie que sería la última en ser excavada (Mosquera Souto, 2012b), siendo identificada como Sector 3 (Fig. 2). Los Sectores 1 y 2 se organizaron, a su vez, en Áreas. La información disponible se concreta en dos informes valorativos de la intervención (Mosquera Souto, 2012a, 2012b) y un anexo de la memoria definitiva todavía no finalizada que se ocupa del estudio del material arqueológico recuperado (Ambiotec, 2014), incluyendo además varios apéndices referentes al informe de la restauración de diversas piezas, el análisis de los restos orgánicos de origen marino (González Gómez de Agüero et al., 2012) y una datación radiocarbónica que corresponde a un momento ocupacional muy anterior al del estudio que aquí presentamos. El registro arqueológico es muy diverso y su evaluación no parece sencilla. Se han documentado distintas fases de ocupación identificadas por la aparición de un petroglifo con cazoletas, agujeros de poste que en algún caso conformarían fondos de cabañas, además de muros que evidencian tanto estructuras circulares Eduardo González Gómez de Agüero, Víctor Bejega García, Carlos Fernández... Figura 1. Localización del yacimiento de Taramancos. Figura 2. Taramancos: Vista aérea de la superficie excavada, delimitando los Sectores establecidos y señalando la ubicación de los Concheros 1 y 5 (C01 y C05) en el Sector 2. 215 Explotación, conserva y comercio de moluscos en época histórica: el caso de Taramancos... como construcciones de planta rectangular. El estudio del material, especialmente de la cerámica y de los restos metálicos (Ambiotec, 2014), refleja una gran heterogeneidad, incluyendo piezas de la Prehistoria Reciente (tentativamente asignadas a la Edad del Bronce) pero también de la Edad del Hierro (castreño), época romana, Edad Media e incluso de cronologías más recientes. 3. Material y métodos En la zona excavada se documentaron un total de 17 acumulaciones de conchas de diferentes dimensiones, amortizando las estructuras constructivas y sobre los derrumbes de las mismas (Mosquera Souto, 2012a). El muestreo de estos depósitos fue realizado por el equipo que llevó a cabo la excavación. Una vez finalizada la intervención, se nos remitieron para su estudio 13 muestras correspondientes a cinco de estas acumulaciones: tres localizadas en el Sector 1 (concheros 3, 5b y 9) y dos en el Sector 2 (concheros 1 y 5). Si bien los resultados obtenidos del análisis de la fauna marina reflejan unas composiciones similares (González Gómez de Agüero et al., 2012), el restante material arqueológico asociado a estos depósitos refleja, por lo que se refiere al Sector 1, una gran indefinición. El análisis de estas piezas, mayoritariamente cerámicas, se traduce en una amplia variabilidad cronológica que se extiende desde época galaico-romana hasta, al menos, la Edad Media (Ambiotec, 2014); en unos concheros que Figura 3. Vista parcial del Conchero 01 sobre la Estructura 54. 216 no tienen una entidad suficiente como para respaldar una secuencia de vertidos tan dilatada en el tiempo. Por ello, y en tanto no se disponga de una explicación coherente para estos resultados, consideramos que no es oportuno evaluar los datos obtenidos en el análisis faunístico de estos depósitos. La información referente a los dos concheros analizados del Sector 2 resulta más coherente. Ambos se localizan en las cotas superiores de la secuencia documentada, superponiéndose a las estructuras más recientes. El material inorgánico analizado se identifica principalmente con fragmentos de una cerámica común cronológicamente poco significativa, lo que se refleja en una adscripción genérica ‘romano/medieval’ o ‘medieval’. No obstante, del Conchero 1 procede una moneda que permite una datación post quem bastante precisa: un ceutí portugués acuñado en el siglo XV (Ambiotec, 2014), lo que apoyaría una cronología bajomedieval o incluso de primeros momentos de la Edad Moderna para la formación del depósito. Esta misma propuesta cronológica es la sugerida a partir de los resultados del análisis de la ictiofauna de estos dos concheros (González Gómez de Agüero, 2014), en los que se reconoce una actividad centrada en la captura de sardinas y merluzas y donde están representadas determinadas especies de fondo cuya pesca resulta difícilmente explicable en periodos anteriores. El Conchero 1 del Sector 2 (que parcialmente también se extendía por el Sector 3) presenta unas dimensiones de 13m de longitud E-O y entre 3,5 y 5,3m de Eduardo González Gómez de Agüero, Víctor Bejega García, Carlos Fernández... anchura N-S, con una potencia variable de 10 a 50cm. Recientemente había sido alterado por dos zanjas para la instalación de canalizaciones. Se superponía a la Estructura 54, un espacio de planta rectangular que conserva parte de un pavimento enlosado (Mosquera Souto, 2012a) (Fig. 3). De este depósito proceden tres muestras (S2/C1/R1, S2/C1/R2 y S2/C1/R3) correspondientes a rebajes regulares de 10cm de potencia tomados en una columna de 20cm de anchura, procedimiento identificado con un ‘muestreo en columna’ (Bejega, 2008; Bejega et al., 2010). El Conchero 5 del Sector 2 no está definido en la memoria, si bien cubre las estructuras más recientes e incluía cerámica común con la misma adscripción cronocultural que la documentada en el Conchero 1. Del mismo, debido a su escaso espesor, se tomaron tres muestras en distintos lugares del depósito (S2/C5/M1, S2/C5/ M2 y S2/C5/M3) abarcando cada una toda su potencia estratigráfica; estrategia denominada ‘muestreo aislado’ (Bejega, 2008; Bejega et al., 2010). De cada una de las muestras, teniendo en cuenta la homogeneidad en su composición, se procesó en laboratorio un volumen de 2000 cc (aproximadamente unos 2 kg de peso), considerado suficiente para su caracterización conforme a lo indicado por distintos autores (por ejemplo, Bowlder, 2006). Se siguieron los procedimientos metodológicos habituales (Stein, 1992; Bejega, 2008), y que podemos resumir en el cribado, triado, identificación, toma de valores biométricos y cuantificación. El cribado siguió un doble procesado: uno primero con agua, utilizando una malla de Ø 0´8 mm de luz, y otro posterior en seco, con malla de Ø 1 mm, lo que asegura una recuperación bastante fiable de todos los restos identificables de pequeñas dimensiones. tablecidas por Moreno Nuño (1994) para gasterópodos y bivalvos. Además, se han calculado los valores de peso (entendido como la biomasa) para cada especie. El grado de fragmentación se ha calculado y valorado conforme a la propuesta metodológica de Gutiérrez Zugasti (2009), basada en coeficientes de fragmentación fijos para bivalvos y gasterópodos. El Índice de Fragmentación oscila entre 0 (muy fragmentado) y 1 (nada fragmentado). 4. Resultados Atendiendo a los resultados del estudio taxonómico (Tabla 1), se aprecia un claro dominio de las especies procedentes del sustrato arenoso-fangoso/fangosorocoso, especialmente del intermareal, si bien con presencia ocasional de especies que ocupan el infralitoral superior. El sustrato rocoso está representado en mucha menor medida por especies típicas del intermareal y de niveles medios-inferiores de la roca. Figura 4. Ejemplar de Ostrea edulis que conserva las valvas unidas. Para la identificación de especies se utilizó básicamente nuestra colección comparativa de referencia, aunque también se tuvieron en cuenta los criterios específicos establecidos por distintos autores (entre otros, Ramonell, 1985; Mexía, 2000). En relación con la cuantificación, el Número de Restos (NR) se ha calculado mediante el recuento de los restos asignado a cada especie. Para aquellas con una abundante presencia y alta fragmentación (como berberecho o mejillón), se realizó una estimación a partir de los valores obtenidos del recuento de los restos incluidos en una fracción del peso total correspondiente a cada especie. Para el cálculo del Número Mínimo de Individuos (NMI) se utilizaron las categorías de fragmentación es- Figura 5. Valvas de Cerastoderma edule con muescas en el borde (posiblemente relacionadas con el sistema de apertura utilizado). 217 218 S2 / C1 / R2 S2 / C1 / R3 NR % NMI % Peso IF NR % NMI % Peso IF Littorina littorea 6 0,31 4 3,15 10,5 0,5 10 0,17 2 1,04 4,0 0,08 Nassarius reticulatus 2 0,10 2 1,57 1,5 0,5 Mytilus sp. 486 25,00 13 10,24 62,0 0,02 179 3,13 1 0,52 13,5 Ostrea edulis 509 26,18 9 7,09 302,0 0,03 134 2,34 4 2,08 Cerastoderma edule 785 40,38 95 74,80 511,0 0,1 5349 93,42 182 Ruditapes decussatus 41 2,11 1 0,79 28,0 0,02 34 0,59 Solen marginatus 115 5,92 3 2,36 8,0 0,02 19 0,33 TOTAL 1944 127 923,0 5726 NR % NMI % Peso IF 1 0,03 1 0,46 2,0 1 0,003 10 0,32 1 0,46 3,0 0,05 97,0 0,02 9 0,29 1 0,46 16,0 0,1 94,79 939,0 0,04 3075 99,16 212 97,70 1026,0 0,08 1 0,52 17,0 0 4 0,13 1 0,46 4,0 0 2 1,04 3,5 0,05 2 0,06 1 0,46 0,5 0 192 1074,0 3101 217 1051,5 Tabla 1. Estimadores de abundancia de los moluscos identificados en cada muestra (NR-número de restos, NMI-número mínimo de individuos y peso en gramos) e Índices de Fragmentación (IF). Explotación, conserva y comercio de moluscos en época histórica: el caso de Taramancos... S2 / C1 / R1 Littorina littorea Nassarius reticulatus Mytilus sp. Mimachlamys varia Pecten maximus Ostrea edulis Cerastoderma edule Ruditapes decussatus Venerupis corrugata Solen marginatus TOTAL S2 / C5 / M2 S2 / C5 / M3 % NMI % Peso IF NR % NMI % Peso IF 4 0,30 2 3,03 3,5 0,25 5 0,25 4 5,56 3,0 0,4 19 1,43 19 28,79 0,5 0,5 381 28,65 1 1,52 18,5 0,001 283 14,26 2 2,78 21,0 1 0,08 1 1,52 1,0 0,5 1 0,08 1 1,52 1,0 0 710 53,38 35 53,03 336,0 0,01 1535 77,33 55 76,39 180 13,53 5 7,58 51,5 0,04 140 7,05 8 25 1,88 1 1,52 14,5 0,02 10 0,50 1 11 9 1330 Tabla 1 (Continuación). 0,68 1 66 1,52 3,5 430,0 0,1 1985 NR % NMI % Peso IF 0,005 272 38,36 3 25,00 16,0 0,005 773,0 0,02 319 44,99 4 33,33 108,0 0,01 11,11 55,0 0,04 104 14,67 4 33,33 24,0 0,04 1 1,39 5,0 0 14 1,97 1 8,33 5,0 0 0,05 1 1,39 2,0 0,25 0,55 1 1,39 2,0 0 72 861,0 709 12 153,0 Eduardo González Gómez de Agüero, Víctor Bejega García, Carlos Fernández... S2 / C5 / M1 NR 219 Explotación, conserva y comercio de moluscos en época histórica: el caso de Taramancos... Se documenta el predominio de dos taxones: Cerastoderama edule (Linné, 1758) en el Conchero 1 y Ostrea edulis (Linné, 1758) en el Conchero 2, con valores proporcionalmente inversos y en la mayoría de las ocasiones con frecuencias (en cualquiera de los índices considerados para la cuantificación) superiores a los que corresponden a todas las demás especies (exceptuando tan solo la muestra 3 del Conchero 5). Debemos señalar que, para ambas especies, durante el procesado de las muestras no resultó extraordinario encontrar valvas que pertenecieran al mismo ejemplar, conservándose algunas todavía unidas (Fig. 4). Por lo que se refiere a C. edule, se ha documentado la presencia recurrente de una pequeña muesca en el borde de las valvas, pudiendo corresponder a marcas relacionadas con el sistema de apertura empleado (figura 5). La tercera especie mejor representada en cuanto a número de restos es Mytilus sp. que, como en el caso de las dos precedentes, está documentada en todas las muestras analizadas. Sin embargo, no resulta fácil evaluar su importancia real debido a la fragilidad de su concha, lo que favorece su elevada fragmentación (índices globales de 0,02 en el Conchero 1 y de 0,004 en el Conchero 5) (Tabla 1), propiciando un sesgo favorable si se valora su presencia exclusivamente a partir del número de restos. No obstante, sus valores se reducen considerablemente si atendemos al número mínimo de individuos representados. Los demás taxones identificados suponen valores anecdóticos en el total de cada muestra, y en ningún caso su presencia parece reflejar una actividad centrada en su recolección específica, a diferencia de lo que puede deducirse en el caso de ostras y berberechos. Tanto Solen marginatus (Pulteney, 1799) como Ruditapes decussatus (Linné, 1758), con representación en casi todas las muestras analizadas, habitan el intermareal y los primeros estadios del infralitoral, en sustratos blandos de tipo arenoso-fangoso, al igual que otras con una presencia mucho más puntual: Venerupis corrugata (Gmelin, 1791), Pecten maximus (Linné, 1758) y Mimachlamys varia (Linné, 1758). Estos bivalvos tienen importancia bromatológica, y alguno con un alto aprecio culinario, de ahí que no deje de ser significativa su restringida presencia. Hay que tener en cuenta que comparten hábitat con C. edule, por lo que la recolección de aquellos ha podido estar vinculada a la recogida intensiva de ejemplares 220 de esta especie, que quizás fuera también la predominante en el medio explotado. Nassarius reticulatus (Linné, 1758) no tiene interés bromatológico, por lo que debemos considerarla como especie intrusiva cuya presencia estaría vinculada al marisqueo de otras de arena, donde también habita. Actualmente es común encontrarla en el interior de las nasas, donde se alimenta del cebo; si bien no podemos asegurar el empleo de este arte de pesca a partir de la relación de las especies documentadas. Un segundo conjunto de taxones, mucho más minoritario, corresponde a las especies propias del sustrato rocoso. La mejor representada, y que ya evaluamos con anterioridad, es Mytilus sp. La otra especie característica de medio rocoso es Littorina littorea (Linné, 1758) presente en casi todas las muestras, pero siempre con valores muy reducidos tanto de restos (NR) como de individuos (NMI). Ambas especies pudieron haber sido objeto de consumo alimenticio. En conjunto se define una explotación muy centrada en bivalvos característicos del sustrato fangoso-arenoso. Además, L. littorea es indicadora de una zona de salinidad reducida, característica de la proximidad de alguna desembocadura fluvial o de una zona poco expuesta o de fondo de ría. El medio descrito encuadra perfectamente con el existente en la actualidad en las inmediaciones del yacimiento, al fondo de la ría de Muros-Noia, donde el litoral se identifica con una extensa playa (Testal, con 1,5 km de longitud) y por la abundancia de mariscos bivalvos (principalmente berberecho) (Mosquera Souto, 2012a). La existencia de algunos afloramientos rocosos sería suficiente para responder del limitado volumen de especies características de este medio que se han documentado. Todo ello hace probable que la actividad mariscadora se desarrollase en el entorno inmediato a este lugar de Taramancos. El predominio de C. edule en el Conchero 1 y de O. edulis en el Conchero 5 puede hacernos pensar en una explotación planificada, temporal, centrada en uno de los dos moluscos; pero tampoco podemos excluir otras posibilidades, como un procesado y consiguiente vertido de los desechos (las valvas) de manera independiente, sin que ello implique que la recolección y manipulación de estas dos especies no pueda haberse realizado de forma coetánea. Eduardo González Gómez de Agüero, Víctor Bejega García, Carlos Fernández... Aun cuando no podemos evaluar con detalle los resultados del análisis biométrico de las valvas de O. edulis y C. edule (González Gómez de Agüero et al., 2012), debemos indicar la regularidad de las tallas, reflejando la explotación de ejemplares medios-grandes, lo que puede ser indicio de un cierto control sobre estas poblaciones, además de una selección de los ejemplares para su procesado. 5. Discusión La representación taxonómica de moluscos del yacimiento de Taramancos muestra una serie de diferencias significativas con respecto a otros sitios contemporáneos del noroeste. Mientras que las muestras de Area (Bejega et al., 2011) y Punta Atalaia (en proceso de estudio) se caracterizan por una alta variedad taxonómica, en Taramancos son solo dos las especies que responden del principal volumen de evidencias, Cerastoderma edule y Ostrea edulis. Sin poder excluirse la vinculación de estos registros con simples vertidos de desechos relacionados con la alimentación de la población local, resulta significativa su localización en las proximidades de la línea de costa sin conexión con un entramado urbano. La relación de ambos depósitos con las fases ocupacionales más recientes del yacimiento nos ha llevado a buscar en la documentación escrita una explicación que permita comprender la naturaleza del registro. En la Galicia medieval es habitual que cada ría tenga un puerto principal de descarga, siendo dos en este caso: los de Muros y Noia. Por lo que a Noia se refiere, otros puertos tienen también derecho a descarga, estando prohibido el procesado de los productos marinos en los núcleos urbanos (Fabeiro Gómez, 1990: 104), lo que originó la aparición de instalaciones fabriles en sus proximidades (Ferreira Priegue, 1998; 2009). Uno de estos puertos es el de Taramancos, citado en el Fuero de Noia (siglo XV), en el que también se destaca la importancia del marisqueo de ostras (López Ferreiro, 1895: 121-122). Teniendo en cuenta esta información documental, cabe la posibilidad de que los restos documentados pertenezcan a una de estas instalaciones de procesado de productos marinos. Así, y además de los moluscos, se recuperaron en estos concheros restos de pescado, principalmente de dos especies con gran importancia comercial en el periodo: Sardina pilchardus y Mer- luccius merluccius, esta última con claras evidencias de procesado para su conservación mediante salado (González Gómez de Agüero, 2014). En el caso de los moluscos, el procesado se centraría en C. edule y O. edulis. El tipo de tratamiento realizado resulta más difícil de precisar, aunque en el caso de la ostra el escabechado parece el más probable. Entre las principales exportaciones de productos marinos de finales de la Edad Media y a lo largo de la Edad Moderna realizadas desde Galicia se encontraban los moluscos escabechados, sobre todo ostras, cuyo principal destino era Castilla y Portugal, siendo la Casa Real uno de los principales consumidores (Calo Lourido, 1998). En su elaboración se retiraba la concha y se freía el molusco (Calo Lourido, 1998), por lo que estas partes duras quedarían en los lugares de procesado y no viajarían con la carne. Se ha propuesto que esta técnica de escabechado se introduce en Galicia a principios del siglo XVI, procedente de los puertos hanseáticos (Ferreira Priegue, 1998). La importancia de la ostra de la ría de Noia queda claramente reflejada en sus fueros, donde se grava su marisqueo, a diferencia de otros moluscos (López Ferreiro, 1895: 117). Los ostreiros también aparecen en las actas del Concello de Noia, al sancionarse, a mediados del siglo XVII, la recogida de ostras en los meses de veda y prohibirse la utilización de rastrillos, puesto que ya en varios lugares se había esquilmado esta especie por culpa de la sobreexplotación (Fabeiro Gómez, 1990: 157). Más tardíamente indica Cornide (1788: 217-220) que su marisqueo se realizaba tanto con rastros, que dañaban de manera importante el fondo marino, como con el angazo. En relación con su producción, desde el s. X se tiene constancia de la existencia en Galicia de viveros de ostras, como se refleja en la donación del rey Ordoño II al obispo Sabarico de Mondoñedo (Martínez Ferreiro et al., 1998). Si bien parece claro el procesado de ostras para la realización de conservas, el caso del berberecho plantea mayores problemas, ya que no es una especie que aparezca citada habitualmente en la documentación de la época, por lo que no parece haber tenido un gran interés bromatológico. No obstante, desde el siglo XVI va a ser habitual su exportación, junto con otros moluscos, a Portugal (Ferreira Priegue, 1998). En el siglo XVIII, Cornide (1788) indica que se recogía con unos escardillos, como la almeja, y se consumía tanto en crudo como aderezado, siendo muy común 221 Explotación, conserva y comercio de moluscos en época histórica: el caso de Taramancos... en tortilla. En el caso de Taramancos, la similitud del registro con el de la ostra sugiere un tratamiento similar para la elaboración de escabeche. En relación con la tercera especie mejor representada, el mejillón, distintos autores señalan que durante la Baja Edad Media y la Edad Moderna tuvo cierta importancia a nivel de exportaciones, junto a otros moluscos (Meijide Pardo, 1975; Calo Lourido, 1998). Según Cornide (1788: 153-155) su carne sería la mejor después de la ostra. De todos modos, el volumen de mejillón registrado en Taramancos no permite deducir una actividad centrada en su recolección y procesado con finalidad comercializadora, a diferencia que para ostras y berberechos. La explicación para las demás especies representadas, con valores muy reducidos, no se presenta fácil. Su presencia puede ser resultado de ejemplares recolectados de manera no intencional durante el marisqueo de ostras y berberechos, siendo descartados en alguna fase inicial del proceso de producción, aun cuando esto en absoluto excluya que hayan podido ser consumidas (en el caso de las que tienen interés bromatológico), al igual que sucedería con los mejillones. 6. Conclusiones Los resultados presentados para estos dos concheros son muy similares a los obtenidos en los demás depósitos analizados de Taramancos (González Gómez de Agüero et al., 2012), lo que sugiere una formación similar, tanto desde un punto de vista cronológico como causal. No obstante, ya hemos señalado los problemas de adscripción cronológica que plantea el resto del material arqueológico recuperado en asociación a los mismos, haciéndose necesario esperar a que se clarifique este aspecto antes de proceder a la correcta evaluación del contenido orgánico. Por el contrario, en los dos depósitos que hemos presentado se ha recuperado un material cerámico más homogéneo e incluso algún elemento cronológico bastante preciso, como una moneda portuguesa en circulación durante la Baja Edad Media y la Alta Edad Moderna. Los restos de moluscos documentados en estos dos concheros parecen responder principalmente a desechos del procesado y conserva de ostra y berberecho propios de finales de la Edad Media y Edad 222 Moderna. La presencia de instalaciones alejadas de los núcleos de población, donde se elaborarían estos productos, parece ser algo exclusivo de Noia, en donde además existen varios puertos con derecho a descarga, siendo uno de estos el de Taramancos. En el caso de los moluscos, estas producciones se vincularían con ostras y berberechos, pero también se ha constatado el tratamiento de pescado: sardina y merluza. El marisqueo de estas dos especies se produciría en el entorno más inmediato al yacimiento, existiendo una selección de taxones y de tallas, posiblemente con cierto control sobre los bancos de estos moluscos, sin que incluso se pueda descartar un cultivo de los mismos. Durante la Edad Media el consumo de marisco parece haber sido muy marginal, al menos conforme se refleja en la documentación escrita, estando mal considerado a excepción de determinadas especies como la ostra; de hecho en las leyes suntuarias de época bajomedieval aparece explícitamente excluido de las comidas más lujosas (Ferreira Priegue, 1998). Sin embargo, el registro recuperado y analizado de yacimientos medievales del noroeste peninsular está poniendo de manifiesto el consumo de moluscos, además de la ostra, no solo en lugares costeros, sino también en lugares del interior y con alto poder adquisitivo. Lógicamente, en las comunidades costeras parece haber supuesto un elemento habitual en la dieta, aun cuando no con la abundancia que parece haber alcanzado en periodos precedentes. Finalmente, resulta llamativa la intensa actividad mariscadora de ostra documentada durante los siglos XVI-XVIII, que incluso llegó a agotar algunos de los lugares de recolección, dando pie a la promulgación de medidas proteccionistas. No parece lógico vincular estos datos con la situación alcanzada a mediados del siglo XX en el noroeste, cuando se pierden los últimos bancos de producción natural de ostra (Polanco, Corral, 2004), sobre todo al contar con informantes del siglo XIX que inciden en su extraordinaria abundancia en estas costas (Graells, 1870). Sin embargo, quizás sí sea posible rastrear ya entonces la idea de unos bancos ostrícolas inagotables, lo que daría lugar a una explotación anárquica que, en la medida que se iban mejorando los sistemas de explotación y comercialización, incrementaría la presión sobre unos recursos que finalmente llegarían a agotarse. Eduardo González Gómez de Agüero, Víctor Bejega García, Carlos Fernández... Agradecimientos La empresa Ambiotec - Medio Ambiente y Arqueología, responsable de la intervención arqueológica en Taramancos, nos confío el estudio de los restos faunísticos y puso a nuestra disposición los resultados de la excavación y la documentación gráfica del yacimiento. Referencias Alvarez Fernández, E., Castro, J.C., (2010) Shells in the Middle Ages: archaeomalacological remains from the city walls at Pontevedra (Galicia, Spain). En: Alvarez Fernández, E., Carvajal-Contreras, D.R. (Eds.), Not only food. Marine, terrestrial and freshwater molluscs in Archaeological sites (Proceedings of the 2nd ICAZ Archaeomalacology Working Group, Santander, 2008) Sociedad de Ciencias Aranzadi, Munibe Suplemento 31, Donostia, 200-206. Ambiotec, 2014. Memoria Técnica: Excavación arqueológica del yacimiento de Taramancos_Noia. Anejo_Estudio de material: presentación preliminar. Informe Técnico, inédito. Bejega García, V., 2008. 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Una nueva línea de investigación Darío Bernal-Casasola1, Rafael Jiménez-Camino2, Juan Jesús Cantillo1,3, José Ángel Expósito1,4, José Juan Díaz1, Macarena Bustamante1,5, Macarena Lara1, José Manuel Vargas1, Alicia Arévalo1, Miguel Calvo1, Nicolás Muñoz1, Antonio Bellido1 Resumen Las excavaciones realizadas en los años 2011 a 2013 en el barrio meridional de la ciudad hispanorromana de Baelo Claudia en la zona cercana al curso de la playa, junto a las recientemente descubiertas Termas Marítimas, han permitido la documentación de niveles arqueológicos de época bajomedieval/moderna. Se trata de una fase de gran interés, ya que son mínimos los datos arqueológicos de estos momentos documentados en la ensenada de Bolonia, que fue objeto de ocupación muy puntual entre el abandono de la ciudad romana y época contemporánea. Se han recuperado monedas de Alfonso X (1252-1284) y de Enrique IV (1471-1474) -maravedíes y blancas respectivamente- junto a cerámicas de tradición islámica y cristiana, asociadas a varias fosas de expolio de estructuras precedentes, todo ello amortizado por un posible terremoto, según se desprende del traumático desplome de unidades constructivas sobre la habitación H-2. Son muy frecuentes en estos niveles de ocupación los restos haliéuticos, tanto de ictiofauna como de malacología, lo que denota la importancia de la explotación de recursos marinos en estas fechas. En el trabajo se presenta la problemática de los recursos marinos y los datos históricos relativos a las almadrabas en la zona de estudio en estas fechas, posiblemente causantes de la reactivación del poblamiento en la fértil ensenada tarifeña, una interesante y novedosa línea de investigación sobre la cual habrá que profundizar en el futuro. Se han identificado 19 especies distintas de malacofauna (6 bivalvos – Callista chione, Cerastoderma edule, Chamelea gallina, Glycymeris sp., Mytilus galloprovincialis, Mytilus sp.- y 13 gasterópodos -Charonia lampas, Cymbium olla, Cymbula nigra, Cymatium cutacea, Cymatium sp., Phorcus lineatus, Patella caerulea, Patella intermedia, Patella rustica, Patella ferruginea, Patella sp., Patella ulyssiponensis, Stramonita haemastoma), procedentes de diversos contextos estratigráficos. Palabras-clave: Baelo Claudia, época medieval, época moderna, malacofauna, explotación de recursos marinos, terremoto. Grupo de Investigación HUM-440. Área de Arqueología. Departamento de Historia, Geografía y Filosofía. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Cádiz. Avda. Dr. Gómez Ulla 1, 11003 Cádiz (España). dario.bernal@uca.es, josejuan.diaz@uca.es, macarena.lara@uca.es, josemanuel.vargas@uca.es, alicia.arevalo@uca.es, pedromiguel2@ono.com, muz-basllot@hotmail.com, antobell@hotmail.com 2 Ayuntamiento de Algeciras. Paseo de Victoria Eugenia, 17 (local), 11207 Algeciras (Cádiz, España). cultura.arqueologia@ayto-algeciras.es 3 Ayuntamiento de Vejer de la Frontera. Plaza de España, 1, 11150, Vejer de la Frontera (Cádiz, España). jesus.cantillo@uca.es 4 Conjunto Arqueológico Baelo Claudia. Consejería de Educación, Cultura y Deporte. Junta de Andalucía. Ensenada de Bolonia, s/n, 11380 Tarifa (Cádiz, España). josea.exposito@juntadeandalucia.es 5 Universidad Autónoma de Madrid. Departamento de Historia y Teoría del Arte. Campus de Cantoblanco. Universidad Autónoma, 28049 Madrid. macarena.bustamante@uam.es 1 227 Abstract he excavations carried out in the years 2011 to 2013 in the southern quarter of the Roman city of Baelo Claudia in the area close to the beach, next to the recently discovered Maritime Baths, have allowed the documentation of archaeological levels of late medieval/modern era. It is a phase of great interest, since the archaeological data of these times are really scarce in the Bay of Bolonia, which was the subject of really ocassional occupation between the abandonment of the Roman city and contemporary times. Coins of Alfonso X (1252-1284) and Enrique IV (1471-1474) - Maravedis and “blancas” respectively – have been recovered, together with christian ceramics and pottery of islamic tradition, associated with several pits of spoliation of previous structures. All this context was abandoned due to a possible earthquake as shown by the traumatic collapse of constructive units over the loor of the so called H-2 room. Halieutic remains (ish bones & shells) are very common in these sedimentary levels, which denote the importance of the exploitation of marine resources in these dates. he paper presents the state of the art of our knowledge of the marine resources exploitation and the historical data relating to the drag-nets (“almadrabas”) in the area. hese activities possibly caused the reactivation of the settlement in the fertile Tarifa bay, an interesting new line of research which will have to be deepened in the future. Nineteen diferent shell species have been identiied (6 bivalves – Callista chione, Cerastoderma edule, Chamelea gallina, Glycymeris sp., Mytilus galloprovincialis, Mytilus sp.- y 13 gastropods -Charonia lampas, Cymbium olla, Cymbula nigra, Cymatium cutacea, Cymatium sp., Phorcus lineatus, Patella caerulea, Patella intermedia, Patella rustica, Patella ferruginea, Patella sp., Patella ulyssiponensis, Stramonita haemastoma), in diferent stratigraphic contexts. Keywords: Baelo Claudia, Medieval times, Modern Era, marine resources exploitation, earthquake. Darío Bernal-Casasola, Rafael Jiménez-Camino, Juan Jesús Cantillo... 1. Contexto arqueológico La conocida ciudad romana de Baelo Claudia, situada en la orilla norte del Estrecho de Gibraltar (Fig. 1 A), tuvo una intensa ocupación en época romana, con el establecimiento de un enclave centrado en la explotación del atún desde mediados del s. II a.C., y con una floreciente economía activa durante la totalidad de época imperial (Arévalo y Bernal, 2007). El paulatino eclipse de la actividad conservera en la Antigüedad Tardía provocó su lenta desaparición, y se considera que su abandono definitivo se produjo en el s. VII d.C. (Sillières, 1997: 62-63). Con posterioridad, hay datos puntuales de reocupación durante época medieval, como ilustra la remodelación de las estructuras del teatro romano –posible torre- y los niveles de ocupación documentados en la cisterna norte de la ciudad –excavados hace años pero totalmente inéditos-. No obstante no existe trabajo alguno en el cual se hayan estudiado en detalle estas evidencias arqueológicas, al menos hasta la fecha. Recientes investigaciones arqueológicas han documentado en las excavaciones realizadas en la necrópolis oriental en el año 2012 restos de una fosa de expolio de una tumba monumental romana, en la cual se han recuperado materiales cerámicos de tradición meriní con una moneda –cornado de vellón- de Sancho IV, lo que ha sido interpretado como evidencias de la ocupación de la ensenada en los ss. XIII – XIV, y la posible existencia en esta zona de un campamento militar castellano, relacionado con el proceso de conquista de la plaza de Tarifa en 1292 (Prados et al., 2012; García et al., 2014). En un contexto similar se documentan los hallazgos producidos en las excavaciones realizadas por la Universidad de Cádiz entre los años 2011 y 2013 al oeste del Arroyo de las Villas, junto al margen costero, espacio en el cual se ha descubierto una importante área suburbana del asentamiento, habiéndose excavado en su interior parte de un edificio interpretado como las Termas Marítimas de la ciudad baelonense (Fig. 1 B), con una gran natatio o piscina de agua fría y otras estancias, algunas de ellas calefactadas (Bernal et al., 2013). En los niveles superiores que se depositaron sobre las estructuras romanas ya abandonadas se han documentado evidencias de una ocupación de esta zona baja de la ciudad en unos momentos que situamos entre la conquista castellana de la ciudad en 1292 y principios del XVI, a tenor del hallazgo tanto de monedas como del registro cerámico, en la denominada Fase V de la secuencia (Bernal et al., 2014). Concretamente las estructuras excavadas se corresponden con hallazgos en dos zonas (Fig. 1 C), situadas sobre las habitaciones H-1 y H-3 (Sondeo 26) y sobre la H-2 de las antiguas termas romanas (Sondeo 25). En el primer caso se trata de diversas fosas realizadas en el substrato sedimentario (UU.EE. 2308, 2310, 2311, 2601, 2602), colmatadas con arena negruzca resultado de la degradación de productos orgánicos, en cuyo interior se han documentado tres monedas –blancas- de Enrique IV, fechadas entre el 1471-1474, y formas cerámicas de la vajilla de mesa que avalan esta cronología. Destacan como indicadores cronológicos dos platos de paredes divergentes y borde en ala, con el fondo cóncavo de la serie melado y manganeso (Fig. 2), cuya producción se conoce muy bien en contextos sevillanos datados en el siglo XV y las primeras décadas del XVI (Rueda y López, 1997: 556, Lám. 5), y en los niveles portugueses de Alcazarseguer (1458-1550, Texeira et al., 2013: 318-319, fig. 8), entre otros. Junto a estos se documentan escudillas de la serie melada con perfil hemiesférico y fondo también cóncavo –en el único ejemplar constatado- con un desarrollo cronológico centrado entre el siglo XIV y el XVI. Por tanto, la datación de estas estructuras hay que situarla entre finales del siglo XV y principios del XVI, una época en la cual la ciudad de Tarifa estuvo, casi siempre, bajo el control de los Enríquez, que pugnaron continuamente con la Casa de Medina Sidonia por hacerse con el control de las actividades almadraberas en su alfoz (Ladero, 1993). El hallazgo de recursos marinos en dichos contextos arqueológicos permite, por primera vez, plantear la importancia de la explotación de recursos haliéuticos en la ensenada de Bolonia en estas fechas. Por otra parte, se han documentado una serie de unidades murarias de grandes dimensiones –más de 4 metros de alzado- desplomadas traumáticamente sobre la habitación H-2, efecto de un posible seísmo (Bernal et al., 2015). Bajo el desplome de dichas estructuras, los estratos de abandono localizados (UU.EE. 2505, 2511 y 2516), ofrecieron un repertorio integrado mayoritariamente por manufacturas de tradición islámica (ataifores de borde quebrado; jarritas y cántaros con decoración de trazos de manganeso sobre bizcocho; alcadafes de paredes divergentes y superficie interior alisada; tapaderas de perfil cóncavo y fondo plano; y cerámica de cocina), pero en los que se recuperaron algunos indicadores que sitúan su horizonte cronológico en un momento posterior a la conquista, entre los que destaca un maravedí de Alfonso X, fechado entre el 1252-1284 (Bernal et al., 2015). Junto a éste, se hallaron formas cerámicas claramente cristianas que permiten suponer una datación de estos estratos entre los últimos años del siglo XIII y el siglo XV. 229 pesquerías y mariscadores en la ensenada de bolonia en época medieval y moderna... A B C Figura 1. Situación de Baelo Claudia en el Estrecho de Gibraltar (A), con indicación de las Termas Marítimas en el suburbium occidental (B), e indicación de los espacios objeto de estudio en la planimetría del complejo termal (C). 230 Darío Bernal-Casasola, Rafael Jiménez-Camino, Juan Jesús Cantillo... apicales o umbilicales, al valor mayor; mientras que para los gasterópodos no espiralados la fórmula es la suma de individuos completos + individuos fragmentados + fragmentos apicales (Gutiérrez Zugasti, 2009). A partir de la identificación taxonómica y del conocimiento de las preferencias de hábitat de las distintas especies a determinados nichos ecológicos, se analiza el área de captación, separando el ambiente o piso (supralitoral, mesolitoral e infralitoral), los sustratos (arenosos, fangosos, rocosos, etc.) y la zonación (costa abierta, estuario, etc.). También se ha realizado el estudio tafonómico de los restos malacológicos. Figura 2. Plato de cerámica de época moderna, con borde en ala, vidriado melado y decoración en manganeso (U.E. 2602). 2. Análisis arqueomalacológico. Métodos y resultados Metodológicamente para la identificación taxonómica se ha recurrido a los repertorios más utilizados (Sabelli, 1980; Lindner, 1983; Poppe y Goto, 19911993; Hayward et al., 1998; Gofas et al., coord., 2010), así como a nuestra colección comparativa de referencia de restos malacológicos actuales ( J.J. Cantillo, Universidad de Cádiz – Ayuntamiento de Vejer). Se utiliza la base de datos CLEMAM (Check list of European marine mollusca), del Museo Nacional de Historia Natural de París para la denominación de los taxones (http://www.somali.asso.fr/clemam/index. clemam.html, abril de 2014). En relación a la cuantificación, para el cálculo de los restos de moluscos nos hemos basado en una serie de índices de abundancia, cuya estimación se ha efectuado a partir del NR, que expresa el número de restos totales por especies; y el NMI, que indica el número mínimo de individuos por especies, y responde a la suma de partes anatómicas concretas. En el caso de los bivalvos se establece mediante el recuento de valvas completas + valvas fragmentadas con charnela + fragmentos charnelares (completos + anterior o posterior, el valor más alto). Para los gasterópodos espiralados se establece mediante la suma de individuos completos + individuos fragmentados + fragmentos La malacofauna de la fase medieval-moderna de las Termas Marítimas de Baelo Claudia ha sido documentada en general en un buen estado de conservación, lo que ha permitido en su extensa mayoría identificar taxonómicamente hasta el grado máximo de clasificación. A lo largo de toda la secuencia estratigráfica se ha establecido una relación de especies representadas tanto por bivalvos como por gasterópodos marinos (Fig. 3), cuya síntesis se presenta en la Fig. 5 y en la Tabla 1. En la U.E. 2308 se han documentado 28 restos pertenecientes a un número mínimo de 17 individuos, distribuidos entre bivalvos (35,3%) y gasterópodos (64,7%), constituyendo las especies de hábitat de roca del mesolitoral las que aparecen con mayor número (Mytilus galloprovincialis, Phorcus lineatus y los patélidos). El burgaíllo (Phorcus lineatus) ha sido la especie con mayor grado de cuantificación, con 8 ejemplares. Por su parte, la U.E. 2310 ha presentado un volumen de conchas menor que el anterior, con al menos 4 bivalvos (66,7%) y 2 gasterópodos (33,3%). Al igual que el estrato anterior, Mytilus galloprovincialis y Phorcus lineatus, cuyos hábitats se desarrollan en el sustrato rocoso del mesolitoral, se presentan con mayor frecuencia. Aquí también ha sido interesante el registro de un glicimérido de grandes proporciones (105 gr. de peso) visiblemente erosionado, por lo que su presencia en el estrato puede ser accidental (Fig. 4). El otro bivalvo, Chamelea gallina, del que tan sólo se ha documentado un individuo, habita en sustrato arenosos de ambientes estuarinos. En el caso de la U.E. 2311, descrita como el relleno de una fosa, el registro arqueomalacológico continua siendo bastante exiguo. Dos de las tres especies que aparecen habitan en sustratos rocosos del intermareal 231 pesquerías y mariscadores en la ensenada de bolonia en época medieval y moderna... Figura 3. Taxones identificados, tanto de bivalvos marinos - Callista chione (A), Cerastoderma edule (B), Chamelea gallina (C), Glycymeris sp. (D), Mytilus galloprovincialis (E)- como de gasterópodos - Charonia lampas (F), Cymatium cutacea (G), Cymbula nigra (H), Phorcus lineatus (I), Patella caerulea ( J), Patella ferruginea (K), Patella intermedia (L), Patella rustica (M), Patella ulyssiponensis (N), Stramonita haemastoma (O)-. 232 Darío Bernal-Casasola, Rafael Jiménez-Camino, Juan Jesús Cantillo... tadas de esta familia se han contabilizado un mínimo de 26 ejemplares, algunos de ellos con incrustaciones de balanos, caso de la Patella caerulea, o de serpúlidos, en la Patella intermedia. Por último, la U.E. 2602, asociada al nivel de ocupación más reciente de esta fase, ha registrado 72 restos de un número mínimo de 44 individuos, entre los 16 bivalvos (36,4%) y los 28 gasterópodos (63,6%). Se aprecia una recolección de ambientes rocosos del mesolitoral, donde habitan las especies más representadas en este estrato (el gasterópodo Phorcus lineatus y el bivalvo Mytilus galloprovincialis). Figura 4. Glycymeris sp. erosionado y recogido post-mortem (U.E. 2310). (Mytilus galloprovincialis y Cymbula nigra), de donde se pudo efectuar la recolección. En el caso de Charonia lampas, utilizada en muchos casos como aerófonos, aparece completa, por lo que parece su fin debió ser el bromatológico. Por su parte, la U.E. 2505 ha sido la que ha presentado un mayor número de individuos: se han documentado 17 bivalvos (16,6%) y 85 gasterópodos (83,3%), para un total de 102 ejemplares. De este conjunto, los provenientes de ambientes rocosos son los que presentan unos porcentajes mayores, como es el caso de Phorcus lineatus (17,6%) o los patélidos, de cuyo conjunto se han documentado al menos 63 ejemplares, entre los 15 de Cymbula nigra (14,7%), los 11 de Patella intermedia (10,8%), los 10 de Patella ferruginea (9,8%), 9 de Patella sp. (8,8%), 7 de Patella caerulea (6,8%), los 6 de Patella rustica (5,8%) y los 5 de Patella ulyssiponensis (4,9%). Cabe destacar desde el punto de vista tafonómico, por un lado, la presencia de un ejemplar de Patella ferruginea con multitud de serpúlidos y balanos adheridos al margen dorsal de su concha; y por otro lado, un ejemplar de Glycymeris sp. con evidentes signos de erosión y umbo horadado, indicativo de una recogida post-mortem. En cuanto a la U.E. 2511, también ha presentado un volumen de conchas importante en comparación con el registrado en otros estratos. Se han documentado 77 restos de al menos 59 individuos, con más aportación de gasterópodos: un NMI de 47 (79,6%) frente a los 12 bivalvos (20,3%). Por especies, de nuevo los burgaíllos y las lapas son las más recolectadas. En el caso de las últimas, entre todas las especies documen- Desde el punto de vista tafonómico, cabe destacar la aparición de algunos ejemplares con evidentes signos de carbonificación, caso de Cymatium cutacea, junto a los patélidos, posiblemente como consecuencia de un procesado de los moluscos previo a su consumo o bien por su contacto con las brasas, algo lógico por la gran cantidad de hogares y restos orgánicos termoalterados que han aparecido en dicho nivel de ocupación. También cabe señalar la aparición de un glicimérido erosionado y con el umbo perforado, producto de una recogida del mismo en la playa cuando el animal ya estaba muerto. 3. Valoración y perspectivas Los restos presentados en este trabajo son exiguos, pero de gran interés al tratarse de las primeras evidencias de aprovechamiento de los recursos marinos en esta zona costera de Tarifa entre los ss. XV y XVI. Junto a los hallazgos ya citados en el área de la necrópolis oriental baelonense fechados en época de Sancho IV -1284/1295- (García et al., 2014), los datos aquí presentados amplían la secuencia, al menos a época de Enrique IV (1471-1474) y quizás algo más tarde. Todo ello converge en proponer una ocupación de la zona más importante de lo hasta ahora planteado en la bibliografía publicada. En el conjunto de moluscos marinos estudiados de esta fase reciente se han identificado un total de 19 especies distintas (6 bivalvos y 13 gasterópodos). Esta amplia variabilidad taxonómica nos indica que la explotación no se centró en una determinada especie y ambiente marino determinados. Sin embargo, sí que se da una preferencia por los sustratos rocosos del intermareal, una zona de fácil accesibilidad en bajamar y para la cual la recolección de moluscos no necesita de grandes artilugios ni medios técnicos. 233 pesquerías y mariscadores en la ensenada de bolonia en época medieval y moderna... Figura 5. Porcentaje del NMI entre bivalvos y gasterópodos (A), distribución por especies en base al NMI (B), y NMI por especies de la familia Patellidae (C). 234 Darío Bernal-Casasola, Rafael Jiménez-Camino, Juan Jesús Cantillo... Taxones U.E. 2308 Bivalvos marinos Callista chione U.E. 2310 U.E. 2311 NR NMI Peso NR NMI Peso NR NMI Peso 3 2 37 - - - - - - Chamelea gallina - - - 1 1 3 - - - Glycymeris sp. 5 1 13 1 1 105 - - - Mytilus galloprovincialis 8 3 13 7 2 9 1 1 1 Total bivalvos 16 6 63 9 4 117 1 1 1 Gasterópodos NR NMI Peso NR NMI Peso NR NMI Peso - - - - - - 1 1 67 Charonia lampas Cymbula nigra - - - - - - 1 1 18 Phorcus lineatus 8 8 30 2 2 7 - - - Patella ferruginea 3 2 27 - - - - - - Patella sp. 1 1 1 - - - - - - Total gasterópodos 12 11 58 2 2 7 2 2 85 TOTAL 28 17 121 11 6 124 3 3 86 Taxones Bivalvos marinos U.E. 2505 U.E. 2511 U.E. 2602 General NR NMI Peso NR NMI Peso NR NMI Peso NR NMI Peso Callista chione 2 2 30 2 2 42 - - - 7 6 109 Cerastoderma edule 20 9 313 11 5 134 - - - 31 14 447 - - - 1 1 3 8 4 132 3 2 57 26 13 475 Chamelea gallina - - - Glycymeris sp. 9 5 168 Mytilus galloprovincialis 2 1 12 - - - 41 14 51 59 19 84 Mytilus sp. - - - 1 1 1 - - - 1 1 1 Total bivalvos 33 17 523 22 12 309 44 16 108 125 54 1119 Gasterópodos NR NMI Peso NR NMI Peso NR NMI Peso NR NMI Peso Charonia lampas 4 3 190 2 2 115 - - - 7 6 372 Cymbium olla - - - 1 1 5 - - - 1 1 5 Cymbula nigra 20 15 360 2 2 92 - - - 23 18 470 Cymatium cutacea - - - - - - 2 2 18 2 2 18 Cymatium sp. - - - 1 1 8 - - - 1 1 8 Phorcus lineatus 18 18 92 15 13 59 16 16 79 59 57 267 Patella caerulea 7 7 37 3 3 30 4 4 18 14 14 85 Patella intermedia 11 11 87 12 12 102 - - - 23 23 189 Patella rustica 6 6 45 1 1 9 - - - 7 7 54 Patella ferruginea 13 10 207 5 5 65 7 6 86 28 23 385 Patella sp. 28 9 130 11 5 41 - - - 40 15 172 Patella ulyssiponensis 5 5 30 - - - - - - 5 5 30 Stramonita haemastoma 1 1 22 2 2 27 - - - 3 3 49 Total gasterópodos 113 85 1200 55 47 553 29 28 201 213 175 2104 TOTAL 146 102 1723 77 59 862 73 44 309 338 229 3223 Tabla 1. Síntesis de los taxones documentados en las UU.EE. del Sondeo 23 (tabla superior) y de los Sondeos 25 y 26, junto a la valoración global (tabla inferior). 235 pesquerías y mariscadores en la ensenada de bolonia en época medieval y moderna... Por especies hay un claro predominio de los patélidos, de los cuales destaca igualmente su variabilidad taxonómica, con hasta 7 especies distintas y un total de 87 individuos. Le siguen en importancia los burgaíllos (NMI=57) y los mejillones (NMI=19), todas ellas especies de roca. La única especie de sustrato arenoso que ha sido objeto de cierta recolección es el bivalvo Cerastoderma edule, con 14 individuos. Este tipo de recolección de especies de ámbito rocoso hace pensar de nuevo en la intensa actividad de mariscadores, que debieron aprovechar los cercanos roquedales costeros, especialmente aquellos de la zona occidental de la ensenada (Cabo Camarinal). Desde el punto de vista tafonómico hemos detectado una elevada fractura en especies frágiles, fundamentalmente en Mytilus galloprovincialis y en otras como la Glycymeris sp. En el primer caso, como consecuencia de agentes antrópicos, como el pisoteo del nivel de ocupación o sedimentológicos –compresión-; sin embargo, la causa más probable del elevado grado de fracturación que presentan los gliciméridos se deba a agentes naturales. La presencia de algunos ejemplares con evidencias de su recolección post mortem podría a priori hacer pensar en la presencia de las conchas en el yacimiento como resultado de procesos naturales (maremoto o resultado de mareas vivas o temporales debido a la cercanía de la costa). No obstante, su recuperación en niveles de clara génesis antrópica en la mayor parte de las ocasiones (rellenos de fosas) permite excluir dicha posibilidad. En general son restos de mediano o gran tamaño que debieron haber cumplido una función bromatológica, algunos de los cuales, como los procedentes de la U.E. 2602, fueron cocinados, ya que además de presentar termoalteración, proceden de un nivel con fogatas, donde también se han documentado otros restos orgánicos en similares condiciones. Respecto a la interpretación de los contextos de hallazgo (fosas rellenas de desechos y niveles de abandono) no resulta fácil saber si los mismos responden a residuos de colectivos instalados de manera episódica y puntual en esta zona de la ensenada o bien si se trata de la actividad de pescadores u otros colectivos artesanales. El mobiliario no es determinante en dicho sentido, aunque la escasa entidad de las estructuras localizadas (todas ellas negativas –y también similares a las que hemos indicado en el área de la necrópolis oriental, al otro lado del yacimiento-) hace pensar en una ocupación puntual y quizás estacional. 236 En lo que respecta a la interpretación del tipo de ocupación, los recientes hallazgos en el área oriental del yacimiento han sido relacionados con un posible campamento militar castellano de época de Sancho IV -1284/1295- (García et al., 2014). En nuestro caso no es fácil realizar una interpretación funcional de los mismos, aunque la cantidad de recursos marinos documentados –también ictiofaunas arqueológicas en los mismos contextos, en proceso de estudio actualmentenos hace pensar que quizás tengan que ver con las pesquerías existentes en la zona tras la conquista cristiana. La conquista de Tarifa se produjo en 1292, años después de que la revuelta mudéjar obligara a cambiar la política repobladora de Alfonso X hacia una modalidad que transformó drásticamente la organización del territorio. La anterior estructura del poblamiento andalusí, basada en un amplio número de explotaciones agropecuarias diseminadas, desapareció al tener que exiliarse sus pobladores de forma masiva. Las exenciones tributarias y otros privilegios fomentados por la monarquía atrajeron sólo a un reducido número de pobladores que dedicados, principalmente, a las actividades militares, se concentraron en las villas fortificadas, dejando el resto del agro despoblado (Ladero y Gonzalez, 1977). No tenemos constancia de que esta situación variara hasta el primer cuarto del siglo XVI, momento en el que se generaron nuevas expectativas económicas al finalizar la Guerra con Granada y afianzarse el proceso de señorialización de la villa al recibir Fadrique Enríquez el título de Marqués de Tarifa en 1514 (Martín, 2009-2010). La información sobre la organización territorial del alfoz de Tarifa en momentos posteriores a la conquista es parca, ya que no se ha conservado el Libro de Repartimiento. Los escasos documentos conocidos, entre los que destacan los pleitos sobre los límites de términos, indican un predomino de la actividad ganadera. Junto a ésta, la explotación de los recursos marinos debió constituir uno de los principales revulsivos económicos de esta zona, como ya lo fuera en época islámica (al-Idrisi y al-Zuhri citan la pesca de atunes en el Estrecho). La llegada de nuevos pobladores no supuso un cambio en la explotación de los recursos marinos, como demuestra la pronta mención a las almadrabas de Gibraltar en su carta-puebla, tan sólo un año después de que fuera conquistada. En 1299, Alfonso Pérez de Guzmán, alcaide de Tarifa, obtuvo la explotación de la almadraba de Conil. Ésta, junto a la de Zahara, serían las principales explotaciones de la casa de los Guzmanes que, al menos desde mediados del siglo XIV, aspiró Darío Bernal-Casasola, Rafael Jiménez-Camino, Juan Jesús Cantillo... a controlar en régimen de monopolio todas las almadrabas de la costa del reino de Sevilla (Ladero, 1993: 346-347). Sin embargo, las referencias concretas a las pesquerías y almadrabas en el término de Tarifa son, para esta época, muy difusas, con indicios de su existencia desde el s. XIV (Martín, 2006: 134 y 140), y claramente documentadas desde el siglo XV gracias a los pleitos que los Enríquez entablaron contra los Duques de Medina Sidonia, para hacer valer su derecho a armar estas artes en la costa tarifeña (Martín, 2006: 139-141). Las probanzas de un expediente relacionado con este proceso permiten situar varios caladeros (Los Lançes, Zahara y Conil entre otros, Martín, 2006: 140), sin embargo, no tenemos ninguna noticia de esta práctica, específicamente en la playa de Bolonia, hasta principios del siglo XVIII, momento en el que Pérez de Colosía y Sarriá (1991: 250-253) acreditan, a partir de la información contenida en las actas capitulares de Tarifa, una autorización regia para armar almadrabas en la ensenada. Aunque no hemos podido rastrear el origen de esta regalía y no contamos con documentación de archivo que determine el aprovechamiento bajomedieval de los recursos marinos en la ensenada de Bolonia, la ausencia, hasta el momento, de estructuras medievales en el yacimiento, la concentración de las evidencias en la zona aledaña a la playa y los restos de ictiofauna contenidos en los depósitos analizados, nos permiten plantear, a modo de hipótesis, la vinculación de la actividad realizada en este lugar con la pesca. Teniendo en cuenta la cronología barajada por el contexto cerámico y numismático, especialmente de los sondeos 23 y 26, el registro arqueológico se data entre finales del siglo XV y la primera mitad del siglo XVI, momento en el que Tarifa estuvo, mayoritariamente, bajo el control de los Enríquez. Los mismos pleitos llevados a cabo en el período demuestran el interés de éstos en afianzar la actividad almadrabera en la costa tarifeña, que sin duda estaban llevando a cabo, al margen de los Medina Sidonia. Se trata ésta de una línea de investigación a desarrollar en el futuro, para la cual estos depósitos malacológicos de época bajomedieval y moderna, documentados en las excavaciones de Bolonia constituyen un sugerente indicio, cuya horquilla cronológica probablemente habrá que matizar con nuevos datos en los próximos años. Agradecimientos Este artículo es resultado de los proyectos HAR2013 - 43599 del Plan Nacional I+D+i/ Feder, denominado “Pesquerías y artesanado haliéutico en el Fretum Gaditanum. Caracterización arqueológica, arqueozoológica y experimental de las conservas marinas”; y del Proyecto General de Investigación “La economía marítima y las actividades haliéuticas en Baelo Claudia. Problemas de atribución funcional en el barrio meridional”, autorizado por la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía (2010-2015). Referencias Arévalo, A. y Bernal, D., 2007. Las cetariae de Baelo Claudia. Avance de las investigaciones arqueológicas en el barrio meridional (2000-2004). Arqueología Monografías, Sevilla. Bernal, D., Arévalo, A., Muñoz, A., Expósito, J.A., Díaz, J.J., Lagóstena, J., Vargas, J.M., Lara, M., Moreno, E., Sáez, A.M., Bustamante, M., 2013: Las termas y el suburbium marítimo de Baelo Claudia. Avance de un reciente descubrimiento. Onoba 1, 115-152. Bernal, D., Díaz., J.J., Expósito, J.A., 2014. Informe y Memoria Final de Actividad Arqueológica Puntual. Termas Marítimas de Baelo Claudia. Original inédito depositado en la Delegación Territorial de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía en Cádiz. Bernal-Casasola, D., Expósito, J.Á., Díaz, J.J., Bustamante, M., Lara, M., Vargas, J.M., Jiménez-Camino, R., Calvo, M., Luaces, M., Pascual, M.A., Blanco, E., Hoyo, L., Retamosa, J.A., Durante, A., Muñoz, N., Bellido, A., 2015. Evidencias arqueológicas de desplomes paramentales traumáticos en las Termas Marítimas de Baelo Claudia. Reflexiones arqueosismológicas. Cuaternario y Geomorfología 29 (1-2), 119-136. García, I., Prados, F., López, M., 2014. La ensenada de Bolonia (Tarifa, Cádiz) en tiempos de Sancho IV. El registro arqueológico medieval en el marco del proyecto MBC. Al Qantir 16, Tarifa, 234-238. Gofas, S., Salas, C., Moreno, D. (Coords.), 2010. Moluscos marinos en Andalucía, Consejería de Medio Ambiente, Junta de Andalucía, Sevilla. Gutiérrez Zugasti, I., 2009. La explotación de moluscos y otros recursos litorales en la región cantábrica du- 237 pesquerías y mariscadores en la ensenada de bolonia en época medieval y moderna... rante el Pleistoceno Final y Holoceno Inicial. 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Observaram-se dois tipos fundamentais de orifícios de predação: Tipo I, de forma cilíndrica-cónica invertida e um diâmetro interno de 1,0-1,8 mm, presumivelmente causados por Muricidae; Tipo II, de forma abobadada invertida-parabólica e um diâmetro interno de 1,8-2,5 mm, presumivelmente causados por Naticidae. Ambos os tipos de orifícios apresentaram a superfície interna regular e lisa. As conchas de Mytilus galloprovincialis e de Nucella lapillus apresentaram predominantemente orifícios do Tipo I, sem localização preferencial. As conchas das restantes espécies apresentaram predominantemente orifícios do Tipo II, localizados muito perto do lado dorsal, com alguns orifícios do Tipo I, dispersos pela superfície da concha. No laboratório perfuraram-se conchas de Donax vittatus, Mytilus galloprovincialis, Nucella lapillus e Spisula solida com furadores produzidos a partir de pequenas lascas e lâminas de sílex, recolhido em Cantanhede e em Rio Maior (Portugal), usando fundamentalmente a técnica de perfuração por rotação. Geralmente, os orifícios feitos com furadores foram maiores e de contorno mais irregular do que os orifícios de predação. Todavia, foi possível fazer orifícios quase tão pequenos como os de predação do Tipo I. Nenhum dos orifícios apresentou uma superfície interna tão regular e lisa como a observada nos orifícios de predação. Todos os orifícios apresentaram indícios do movimento rotativo feito com o furador, indispensável para uma perfuração efectiva. A forma e a dimensão dos orifícios feitos com os furadores dependeram mais da morfologia das respectivas extremidades activas, sempre variáveis entre diferentes furadores, do que do tipo de sílex ou da espécie de concha perfurada. Concluiu-se que, para as conchas e furadores usados, uma observação cuidada dos orifícios com grande ampliação permite discernir, com pouca margem de erro, se se trata de um orifício de predação natural ou de um orifício feito com um furador de sílex usando perfuração por rotação. Discutem-se as implicações dos resultados para conchas perfuradas encontradas em contexto arqueológico. Palavras-chave: Moluscos, Conchas perfuradas, Perfurações naturais, Perfurações experimentais, Furadores de sílex. Universidade do Porto, Faculdade de Ciências, Rua do Campo Alegre, s/n, 4169-007 Porto (Portugal). jpscabral@hotmail.com, jpcabral@fc.up.pt. 2 Universidade do Porto, Faculdade de Letras e Centro de Estudos em Arqueologia, Arte e Património (CEAAP), Via Panorâmica, s/n, 4150-564 Porto (Portugal), Investigador no projecto ATLANTMIDDENS (HAR201129907-C03-01; IIIPC, Universidad de Cantabria, Espanha). sergiomonteirorodrigues@gmail.com. 1 241 Abstract We studied naturally perforated shells by predators of Chamelea striatula, Donax vittatus, Mactra stultorum, Mytilus galloprovincialis, Nucella lapillus, Spisula solida and Spisula subtruncata. Two main types of holes were observed: Type I, with an inverted cylindrical-conical shape and an inner diameter of 1.0-1.8 mm, presumably caused by Muricidae; Type II, with a domed inverted-parabolic shape and an inner diameter of 1.8-2.5 mm, presumably caused by Naticidae. Both types of holes had a regular and smooth inner surface. he shells of Mytilus galloprovincialis and Nucella lapillus showed predominantly Type I holes without preferential location. he shells of other species showed mainly Type II holes located very close to the dorsal side, with some Type I holes, dispersed over the surface of the shell. In the laboratory, shells of Donax vittatus, Mytilus galloprovincialis, Nucella lapillus and Spisula solida were drilled with awls made from small lint lakes and blades, using the technique of drilling by semicircular rotation. he lint was collected in Cantanhede and Rio Maior (Portugal). Generally, the holes made with awls were larger and more irregular in the outline than the holes of predation. However, it was possible to drill holes almost as small as Type I predation holes. None of the holes made with the awls had so regular and smooth inner surface as seen in the predation holes. All holes presented evidence of the rotating movement made by the awl, indispensable for efective drilling. he shape and dimension of the holes made with the awls depended more on the morphology of the extremities of the awls, always diferent among diferent awls, rather than the lint type or the shell species. It was concluded that, for the shells and awls studied, careful observation of the holes with high magniication, allows to discern, with little margin for error, if it is a natural predation hole or a hole made with a lint awl using drilling by rotation. he implications of the results for perforated shells found in archaeological context are discussed. Keywords: Molluscs, Perforated shells, Natural perforations, Experimental perforations, Flint awls. João Paulo Cabral, Sérgio Monteiro-Rodrigues 1. Introdução A maioria dos moluscos tem uma concha calcária que serve de protecção contra predadores, mas existem moluscos capazes de perfurar a concha de outros moluscos. Dentro dos gastrópodes, os moluscos perfurantes de conchas distribuem-se principalmente pelas famílias Muricidae Rafinesque, 1815 e Naticidae Guilding, 1834 (Carriker, 1981). Em todas as regiões costeiras existem moluscos perfuradores de conchas. Conhecendo as espécies de moluscos perfuradores (Carriker, 1981; Kabat, 1990) e a fauna malacológica portuguesa (Macedo et al., 1999), as principais espécies de moluscos que podem ocorrer em Portugal continental, que têm a capacidade de perfurar conchas de moluscos deverão ser as seguintes: 1. Família Muricidae Rafinesque, 1815: Nucella lapillus (Linné 1758: Buccinum); Ocenebra erinaceus (Linné 1758: Murex). 2. Família Naticidae Guilding, 1834: Euspira catena (da Costa 1778: Cochlea); Euspira fusca (de Blainville 1825: Natica); Euspira nitida (Donovan 1804: Nerita). Orania fusulus (Brocchi 1814: Murex), da família Muricidae, é também um animal perfurante, mas é uma espécie do Mediterrâneo e a sua ocorrência em Portugal é reduzida (Macedo et al., 1999 : 202). Relativamente ao habitat das espécies predadoras, Nucella lapillus vive geralmente em substratos rochosos na zona entre-marés, podendo ocasionalmente ocorrer a maiores profundidades (Cadée, 1968; Rolán Mosquera, 1984: 232-234, 1993: 79; Davenport et al., 1998; Rovero et al., 1999). Ocenebra erinaceus tanto vive em substratos rochosos na região entre-marés, como no infralitoral, tanto rochoso como arenoso (Cadée, 1968; Rolán Mosquera, 1984: 227-228, 1993: 79,80,91,92; Rolán Mosquera y Otero-Schmitt, 1996: 89). As espécies de Euspira (Lunatia) vivem na região infralitoral (Cadée, 1968; Rolán Mosquera, 1984: 213-215). Os gastrópodes da família Muricidae causam perfurações de secção cilíndrica-cónica invertida, no presente trabalho designadas de Tipo I, enquanto os gastrópodes da família Naticidae causam perfurações de forma abobadada invertida-parabólica, aqui designadas de Tipo II (Kabat, 1990; Kowalewski, 2004; Hauser et al., 2008). Têm sido encontradas, em contexto arqueológico, conchas de moluscos marinhos com perfurações conspícuas (Tavares da Silva y Cabrita, 1966; Stiner, 1999, 2010; Vanhaeren y d’Errico, 2001, 2002; Álvarez Fernández, 2002, 2006b; Chauviere, 2002; Trubitt, 2003; d’Errico et al., 2005; Avezuela, 2010; Zilhão et. al., 2010; Avezuela Aristu y Álvarez Fernández, 2012; Cardoso y Dias Coelho, 2012) e estas perfurações têm sido comparadas com as obtidas experimentalmente em conchas perfuradas com furadores líticos ou de osso (Chauviere, 2002; Vanhaeren y d’Errico, 2002; Álvarez Fernández, 2006a; Avezuela, 2010). Nas conchas perfuradas de moluscos arqueológicos, as perfurações são deliberadas, feitas pelo homem? Ou são conchas já perfuradas que são usadas pelo homem? São perfurações de predação ou orifícios de danificação física? No intuito de contribuir para esclarecer estas questões, realizou-se um estudo morfométrico comparativo com conchas perfuradas por predadores e conchas perfuradas intencionalmente com furadores de sílex confeccionados pelos autores, semelhantes aos encontrados em contexto arqueológico. 2. Material e métodos Estudaram-se conchas perfuradas por predação de Chamelea striatula (da Costa 1778: Pectunculus), Donax vittatus (da Costa 1778: Cuneus), Mactra stultorum (Linné 1758: Cardium; sinónimo: Cardium corallinum Linné 1758), Mytilus galloprovincialis (Lamarck 1819), Nucella lapillus (Linné 1758: Buccinum), Spisula solida (Linné 1758: Cardium) e Spisula subtruncata (da Costa 1778: Trigonella). Excepto algumas conchas de Mytilus galloprovincialis (9 exemplares) que foram recolhidas vivas (Ínsua, Caminha) quando se encontravam a ser perfuradas por Nucella lapillus, todas as restantes foram recolhidas mortas nas seguintes praias do litoral de Portugal continental: Ínsua (Caminha); Mindelo; A Ver-o-Mar; Boa Nova; Esmoriz; Maceda; Costa de Caparica; Troia. Só foram utilizadas as conchas que não mostravam sinais significativos de erosão. No laboratório, as conchas de bivalves foram medidas e os orifícios localizados de acordo com as variáveis apresentadas na Estampa 1. Nas conchas de Nucella lapillus não se efectuaram estas medições, em virtude do reduzido número de exemplares estudados. 243 Orifícios de predação em conchas de moluscos marinhos... Igualmente em laboratório perfuraram-se conchas mortas de Chamelea striatula, Donax vittatus, Mytilus galloprovincialis, Nucella lapillus e Spisula solida com furadores produzidos a partir de lascas e lâminas de sílex de Cantanhede e de Rio Maior. Confeccionaram-se também furadores em quartzo hialino e em quartzito, mas estas matérias-primas revelaram-se inadequadas para esta função, dado que a zona activa fracturava, não chegando a perfurar a concha. No decurso da perfuração as extremidades activas dos furadores tiveram de ser recorrentemente reavivadas. Em todas as situações, os retoques foram realizados por pressão, quer com um punção de haste de cervídeo, quer com pequenos seixos de quartzito. A perfuração das conchas exigiu um movimento de rotação do furador, para a frente e para trás, e uma certa pressão. A utilização desta técnica de perfuração decorreu do facto de se ter pretendido produzir orifícios semelhantes aos que resultam da predação, de modo a que ambos fossem susceptíveis de comparação. A técnica de perfuração usada corresponde à técnica de «perfuração por rotação» segundo a terminologia de Álvarez Fernández (2006a) e de «perfuração por rotação semicircular» segundo Avezuela (2010). O impacto do furador nas conchas, quer através de percussão directa, quer através de percussão indirecta com percutor brando (haste de cervídeo) não resultava em perfuração, mas antes em quebra da concha, facto também referido por Álvarez Fernández (2006a). A técnica de perfuração por abrasão (Álvarez Fernández, 2006a; Avezuela, 2010), utilizando um seixo rolado de quartzito de grão grosseiro como abrasivo, em posição dormente, foi igualmente ensaiada. Todavia, a elevada dureza das conchas dos bivalves tornou este procedimento extremamente custoso. Os orifícios de predação e os orifícios causados pelos instrumentos de sílex foram observados com uma lupa binocular, geralmente com uma ampliação total de 20-40x. Os orifícios foram fotografados e, a partir das fotografias digitais, calculados, para cada orifício interior (parte interior do orifício) e exterior (parte exterior do orifício), os comprimentos de dois eixos perpendiculares, usando como padrão para calibração, um micrómetro objectivo (Nikon) com 1 mm e o software Autodesk Design Review 2013. Estampa 1. Esquema indicativo das variáveis usadas para localizar os orifícios de predação e as dimensões das conchas estudadas de bivalves. Para as conchas de Chamelea striatula, Donax vittatus, Mactra stultorum, Spisula solida, Spisula subtruncata: SL: comprimento; SH: altura; SLP: distância entre o orifício e a extremidade posterior; SLA: distância entre o orifício e a extremidade anterior; SHD: distância entre o orifício e a extremidade dorsal; SHV: distância entre o orifício e a extremidade ventral. Para as conchas de Mytilus galloprovincialis: SL: comprimento; SW: largura; SLD: distância entre o orifício e a extremidade dorsal; SLV: distância entre o orifício e a extremidade ventral; SWP: distância entre o orifício e a extremidade posterior; SWA: distância entre o orifício e a extremidade anterior. 244 O diâmetro médio foi calculado como a média dos dois eixos perpendiculares. A circularidade do orifício foi definida como o quociente entre os dois eixos perpendiculares (menor/maior), em cada orifício. A abertura relativa do orifício foi determinada como o quociente entre os diâmetros médios do orifício interior e exterior. 3. Resultados No sentido de confirmar a identificação dos tipos de orifícios, capturámos alguns exemplares de Mytilus galloprovincialis no momento de perfuração por Nucella lapillus. Os orifícios (Estampa 2A), que classificámos como do Tipo I, são morfologicamente João Paulo Cabral, Sérgio Monteiro-Rodrigues muito semelhantes aos que Kowalewski (2004) apresenta para as perfurações feitas por Nucella lamellosa em Mytilus trossulus. Os orifícios apresentam uma forma cilíndrica-cónica invertida. dimensões superiores ao do tipo I. São morfologicamente muito semelhantes aos observados por Chiba y Sato (2012) em conchas de Ruditapes philippinarum perfuradas por Euspira fortunei. Os orifícios que classificámos como do Tipo II (Estampa 2B), tipicamente causados por Naticidae, têm uma forma abobadada invertida-parabólica e de Nas conchas de bivalves de fundos arenosos (Chamelea striatula, Donax vittatus, Mactra stultorum, Spisula solida e Spisula subtruncata) observámos os dois tipos de orifícios, mas os dos Tipo I eram muito menos numerosos do que os do Tipo II (Quadro I). Nas conchas dos moluscos de substrato rochoso da região entre-marés (Mytilus galloprovincialis e Nucella lapillus) só observámos orifícios do Tipo I (Quadro I). Os dados morfométricos dos orifícios de predação estudados apresentam-se no Quadro I. O número de exemplares estudados variou bastante entre as diversas espécies, mas reflectiu a abundância destas espécies nas praias amostradas. As dimensões dos orifícios variaram entre as espécies, mas os do Tipo I eram sempre menores do que os do Tipo II. Tanto o orifício interior como o exterior demonstraram ser quase perfeitamente circulares. O orifício interior era geralmente 80% mais pequeno do que o exterior. Relativamente à perfuração de conchas com utensílios de sílex, importa referir que não foi possível perfurar as de Chamelea striatula, dado que todas se partiram. Estampa 2. Exemplos representativos de orifícios de predação do Tipo I (A) e do Tipo II (B). A. Orifício causado por Nucella lapillus (Muricidae) num mexilhão. Mexilhão capturado no momento de ser perfurado. Os orifícios deste tipo têm uma forma cilíndrica-cónica invertida. B. Orifício do Tipo II numa concha morta de Chamelea striatula, causado presumivelmente por uma espécie de Euspira (Naticidae). Este tipo de orifício apresenta uma forma abobadada invertida-parabólica. Escala, 1 mm. Estampa 3. Exemplos de furadores usados no presente trabalho, fotografados depois de utilizados em várias perfurações. Ambos os furadores foram feitos com sílex de Rio Maior. A seta indica a extremidade activa usada para perfurar. Escala, 1 cm. 245 246 Orifício interior Espécie Donax vittatus Mactra stultorum Mytilus galloprovincialis Nucella lapillus Spisula solida Spisula subtruncata N Orifício Tipo Diâmetro médio (mm) Abertura relativa do orifício SLP/SL (Mytilus: SLD/SL) SHD/SH (Mytilus: SWP/SW) (média % comprimento) (média % largura) Circularidade Diâmetro médio (mm) Circularidade Orifício interior/ Orifício exterior natural 3 I 1,31 0,96 1,67 0,99 0,78 0,51 0,33 natural 30 II 1,99 0,89 2,64 0,93 0,75 0,50 0,09 natural 36 I 1,40 0,96 1,70 0,95 0,82 0,43 0,24 natural 136 II 1,75 0,92 2,14 0,96 0,82 0,42 0,17 silex de Rio Maior 8 NA 2,10 0,91 2,37 0,95 0,89 NA NA silex de Cantanhede 7 NA 2,05 0,95 2,28 0,93 0,90 NA NA natural 15 II 2,51 0,93 3,04 0,95 0,82 0,50 0,06 natural 453 I 0,99 0,93 1,22 0,95 0,81 0,45 0,53 natural (espécimes vivos) 9 I 1,06 0,93 1,77 0,95 0,60 ND ND silex de Rio Maior 7 NA 1,67 0,91 2,74 0,87 0,61 NA NA silex de Cantanhede 8 NA 2,18 0,89 3,32 0,94 0,63 NA NA natural 14 I 1,10 0,91 1,33 0,94 0,82 ND ND silex de Rio Maior 7 NA 1,85 0,92 2,68 0,95 0,69 NA NA silex de Cantanhede 6 NA 2,37 0,93 3,29 0,95 0,71 NA NA natural 6 I 1,82 0,95 2,41 0,97 0,75 0,48 0,14 natural 31 II 2,34 0,92 2,99 0,96 0,78 0,48 0,09 silex de Rio Maior 6 NA 2,26 0,94 2,89 0,97 0,77 NA NA silex de Cantanhede 5 NA 2,40 0,93 3,50 0,94 0,68 NA NA natural 15 I 1,39 0,95 1,78 0,97 0,79 0,55 0,51 natural 101 II 2,08 0,92 2,80 0,95 0,74 0,54 0,09 Quadro I. Caracterização morfométrica dos orifícios de predação e dos orifícios feitos com furadores de sílex. Para as conchas de Chamelea striatula, Donax vittatus, Mactra stultorum, Spisula solida, Spisula subtruncata: SL: comprimento; SH: altura; SLP: distância entre o orifício e a extremidade posterior; SHD: distância entre o orifício e a extremidade dorsal. Para as conchas de Mytilus galloprovincialis: SL: comprimento; SW: largura; SLD: distância entre o orifício e a extremidade dorsal; SWP: distância entre o orifício e a extremidade posterior. NA, não aplicável; ND, não determinado; N, número de exemplares. Orifícios de predação em conchas de moluscos marinhos... Chamelea striatula Tipo de orifício Orifício exterior João Paulo Cabral, Sérgio Monteiro-Rodrigues os de predação do Tipo I. Os orifícios mais estreitos feitos com furadores de sílex tinham 1,1 mm de diâmetro interno. Os orifícios naturais de predação mais estreitos foram os de Tipo I em Mytilus galloprovincialis com 0,99 de diâmetro interno médio (Quadro I). Da bibliografia consultada, a grande maioria dos orifícios descritos em conchas arqueológicas são muito maiores (Vanhaeren y d’Errico, 2001, 2002; Chauviere, 2002). Segundo Vanhaeren y d’Errico (2002) a perfuração com recurso a furador em osso pode também originar orifícios de reduzida dimensão. No entanto, estes orifícios são sempre maiores que os de predação e, sobretudo, muito mais irregulares. Estampa 4. Exemplos representativos de orifícios feitos com furadores confeccionados com sílex de Rio Maior, em conchas de Donax vitattus (A), Mytilus galloprovincialis (B), Nucella lapillus (C) e Spisula solida (D). Os orifícios têm um contorno mais irregular do que os de predação (ver Estampa 2) e apresentam marcas nítidas de abrasão, resultantes do movimento do furador, para a frente e para trás. Escala, 1 mm. Nas conchas que foi possível perfurar, as quatro espécies estudadas revelaram diversos comportamentos. As conchas de Donax vittatus partiam-se facilmente. As conchas de Nucella lapillus foram as mais fáceis de perfurar. As conchas de Mytilus galloprovincialis eram inicialmente difíceis de perfurar, mas depois de atingida uma certa profundidade, a perfuração tornava-se mais fácil. Comportamento distinto deste revelaram as conchas de Spisula solida que, depois de uma fase inicial de perfuração rápida, se tornavam muito difíceis de perfurar. Estes comportamentos diversos estão muito possivelmente relacionados com a composição e organização interna das conchas estudadas. Alguns exemplos representativos de furadores e de orifícios feitos com estes instrumentos estão nas Estampas 3 e 4 e os valores morfométricos no Quadro I. Todos os orifícios feitos com furadores de sílex através de rotação semicircular revelaram um contorno mais irregular do que os orifícios de predação (Estampa 4), apesar de em termos médios, serem relativamente circulares (Quadro I). Os orifícios feitos com furadores de sílex eram geralmente maiores do que os orifícios naturais, mas foi possível fazer orifícios quase tão pequenos como Nenhum dos orifícios feitos com furadores de sílex apresentou uma superfície interna tão lisa e regular como a observada nos orifícios de predação. Todos os orifícios apresentaram indícios do movimento rotativo feito com o furador, indispensável para uma perfuração efectiva. Em termos gerais, constatou-se que a forma e a dimensão dos orifícios feitos com os furadores dependeram mais da morfologia da extremidade activa do próprio furador, sempre variável entre diferentes furadores, do que do tipo de sílex ou da espécie de concha perfurada. A característica mais distintiva dos orifícios feitos com furadores líticos era a superfície interna, com marcas nítidas de abrasão (Estampa 4), resultantes do movimento rotativo, para a frente e para trás, feito com o furador. 4. Discussão Os tipos de orifícios de predação que observámos nas conchas estudadas estão de acordo com a bibliografia publicada (Cadée, 1968; Carriker, 1981; Rolán Mosquera, 1984; Kabat, 1990; Rolán Mosquera y Otero-Schmitt, 1996): as espécies que vivem em fundos com areia, cascalho ou lama (Chamelea striatula; Donax vittatus; Mactra stultorum; Spisula solida; Spisula subtruncata) podem ser perfuradas pelas espécies de Euspira, mas também, em menor grau, por Ocenebra erinaceus ou ocasionalmente por Nucella lapillus; as espécies que vivem sobretudo em fundos rochosos, na região entre-marés (Mytilus galloprovincialis e Nucella lapillus) podem ser perfuradas por Nucella lapillus ou Ocenebra erinaceus. 247 Orifícios de predação em conchas de moluscos marinhos... De acordo com a bibliografia, nos Muricidae, não se conhece o que determina o sítio exacto da perfuração, que pode ocorrer em qualquer local da concha. Nos Naticidae, quando o predador detecta a presa, escava rapidamente o substrato para chegar até si. No processo de captura das presas excretam grandes quantidades de muco que serve para se fixarem à vítima. O sítio da perfuração depende da forma como a vítima é agarrada e localiza-se numa determinada região de uma das valvas (Carriker, 1969, 1981; Kabat, 1990; Davenport et al., 1998; Rovero et al., 1999; Ishida, 2004; Kowalewski, 2004). As observações que realizámos no presente trabalho relativamente os orifícios do Tipo I estão de acordo com a bibliografia. Em todas as conchas, os orifícios apresentaram-se dispersos na concha, aparentemente ao acaso, e desta forma os valores médios das variáveis SLP (distância entre o orifício e a extremidade posterior da concha) / SL (comprimento da concha) e SHD (distância entre o orifício e a extremidade dorsal da concha) / SH (altura da concha) situaram-se geralmente perto de 0,5 (Quadro I). Relativamente aos orifícios do Tipo II, presumivelmente causados por Naticidae, localizavam-se sempre perto do umbo (lado dorsal), e assim o valor médio da variável SHD (distância entre o orifício e a extremidade dorsal da concha) / SH (altura da concha) era muito baixo. Estes resultados contribuem para um melhor conhecimento do mecanismo de predação das Euspira. Os orifícios feitos com furadores de sílex, usando um movimento rotativo para a frente e para trás, apresentavam uma forma aproximadamente circular e vestígios de abrasão na sua superfície interna. Usando este tipo de perfuração, Álvarez Fernández (2006a) e Avezuela (2010) também referiram a formação de orifícios circulares e a existência de marcas (estrias segundo Avezuela, 2010) deixadas pelo movimento rotativo do furador. Em trabalhos publicados em que são mencionadas situações nas quais os furadores foram batidos contra a concha por percussão directa ou por pressão (Chauviere, 2002; Vanhaeren y D’Errico, 2002; Álvarez Fernández, 2006a), os orifícios apresentados são muito irregulares e totalmente distintos dos que se observaram no presente trabalho. Têm sido divulgadas muitas conchas de moluscos perfuradas encontradas em contexto arqueológico. Todavia, na grande maioria dos casos, as imagens publicadas não têm pormenor suficiente para que as possamos comparar com as descritas no presente trabalho. Vanhaeren y D’Errico (2002) descreveram as conchas 248 perfuradas de Littorina obtusata exumadas na gruta do Caldeirão. Tanto quanto é possível apurar pela figura 10-15 (g,i), os orifícios são aparentados com os obtidos no presente trabalho, usando instrumentos líticos aplicados com um movimento rotativo. Existe contudo a possibilidade de orifícios irregulares feitos por perfuração directa serem posteriormente regularizados usando um instrumento lítico, possibilidade aliás referida por aqueles dois investigadores. Comparando os orifícios naturais de predação com os realizados com furadores de sílex, constata-se que uma observação cuidada à lupa dos orifícios permite discernir, com pouca margem de erro, se se trata de um orifício de predação natural ou de um orifício feito com um furador de sílex. Estas conclusões não devem ser directamente extrapoladas para conchas perfuradas encontradas em contexto arqueológico por razões várias, nomeadamente as seguintes: 1. As conchas encontradas em estruturas arqueológicas podem ter estado enterradas durante largos períodos de tempo. Dependendo, por exemplo, do pH do solo, pode ocorrer uma certa erosão química da concha. Podemos antever que em solos ácidos, a concha se vá dissolvendo e os detalhes das estruturas perdendo. Conchas encontradas em contextos arqueológicos que possam ter sido perfuradas com instrumentos líticos semelhantes aos usados no presente trabalho e de forma análoga, podem assim não ter uma morfologia semelhante à que observámos. 2. As conchas perfuradas encontradas em contexto arqueológico podem ter sido usadas para finalidades diversas. Este uso, cuja natureza dificilmente conheceremos com certeza, pode resultar em desgaste, uniforme ou localizado. As superfícies internas dos orifícios, inicialmente rugosas (se as conchas foram perfuradas com furadores análogos aos que usámos neste trabalho), podem apresentar-se alisadas, por exemplo, se aqueles tiverem sido usados para suspensão. O esclarecimento destas questões demanda mais experimentação, para a qual se sugerem alguns tópicos, como o estudo da erosão química de conchas perfuradas com furadores pela acção de condições de acidez e o estudo da perfuração com furadores em osso e metálicos de morfologia variável. 5. Conclusões Para as espécies de conchas estudadas e para os furadores de sílex do tipo empregue, uma observação cui- João Paulo Cabral, Sérgio Monteiro-Rodrigues dada dos orifícios à lupa permite saber com confiança se se trata de um orifício de predação natural ou de um orifício feito com um furador de sílex usando um movimento rotativo de perfuração. Bibliografia Álvarez Fernández, E., 2002. Ejemplares perforados del gastrópodo Homalopoma sanguineum durante el Paleolítico Superior en Europa Occidental. Cypsela 14, 43-54. Álvarez Fernández, E., 2006a. Los objetos de adornocolgantes del Paleolítico Superior y del Mesolítico en la Cornisa Cantábrica y en el valle del Ebro: una visión europea. 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