La Investigación Arqueomalacológica en la
Península Ibérica: Nuevas Aportaciones
Comité Editor:
Igor Gutiérrez Zugasti (IIIPC, Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria, España)
David Cuenca Solana (CReAAH UMR-6566, Francia)
Manuel González Morales (IIIPC, Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria, España)
Comité Científico:
María Teresa Aparicio (Museo Nacional de Ciencias Naturales-CSIC, España)
Pablo Arias (IIIPC, Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria, España)
Bárbara Avezuela (Universidad Nacional de Educación a Distancia, España)
Darío Bernal (Universidad de Cádiz, España)
Mariano Bonomo (Universidad Nacional de La Plata, Argentina)
Pedro Callapez (Universidade de Coimbra, Portugal)
Juan Jesús Cantillo (Universidad de Cádiz, España)
Eduardo Carmona (Servicio Territorial de Cultura de Valladolid, España)
André Carlo Colonese (University of York, Reino Unido)
Diana Carvajal Contreras (Universidad Externado de Colombia, Colombia)
Catherine Dupont (CReAAH UMR-6566, CNRS, Francia)
Miguel Ángel Fano (Universidad de La Rioja, España)
Javier Fernández López de Pablo (IPHES, Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social, España)
Carlos Fernández Rodríguez (Universidad de León, España)
Eloísa Bernáldez Sánchez (IAPH, Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, España)
Juan Francisco Gibaja (IMF, Institució Milà i Fontanals-CSIC, España)
María del Carmen Lozano (Gaia Museum S. L., España)
Ricard Marlasca (Posidònia S.L., España)
Arturo Morales (Universidad Autónoma de Madrid, España)
Marian Vanhaeren (PACEA UMR-5199, CNRS, France)
Ester Verdún (Universitat Autònoma de Barcelona, España)
Yurena Yanes (University of Cincinnati, Estados Unidos)
Mikel Zubimendi (Universidad Nacional de La Plata, Argentina)
Primera edición: Agosto, 2015
© Nadir Ediciones
Fernando de los Ríos 80. 5º Dcha. 39006 Santander, Cantabria
© Los autores
Maquetación y diseño: Eduardo Rivas.
www.erdesignplus.com
ISBN: 978-84-943376-1-1
D. Legal.: SA 457-2015.
Impreso en España - Printed in Spain
Esta edición es propiedad de Nadir Ediciones. Cualquier, forma de reproducción, distribución, traducción, comunicación pública o
transformación sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO
(Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.
La Investigación Arqueomalacológica en la
Península Ibérica: Nuevas Aportaciones
Actas de la IV Reunión de Arqueomalacología
de la Península Ibérica
Igor Gutiérrez Zugasti,
David Cuenca Solana,
Manuel R. González Morales,
(Eds.)
CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN,
CULTURA Y DEPORTE
Índice
Elementos de adorno malacológicos de la secuencia Solutrense de la Cova del Parpalló
(Gandia, València). Nuevos datos.
Begoña Soler Mayor. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Análisis de los moluscos continentales del Paleolítico Superior y del Epipaleolítico de la cueva de Nerja
(sala de la Mina), Málaga, España.
María Teresa Aparicio, Esteban Álvarez-Fernández , Jesús Francisco Jordá-Pardo,
Bárbara Avezuela-Aristu, Joan Emili Aura-Tortosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
Gasterópodos continentales en yacimientos arqueológicos de los valles Asón y Miera (Cantabria)
durante el Holoceno: aspectos paleo-ecológicos.
Jesús Ruiz Cobo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
Holocene climate variability in Mediterranean Iberia: a review of snail shell isotope record.
André Carlo Colonese, Giovanni Zanchetta, Anthony E. Fallick, Russell Drysdale . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
Los moluscos marinos del Mesolítico de la Cueva de la Cocina (Dos aguas, Valencia).
Análisis arqueomalacológico de la campaña de 1941.
Josep Lluís Pascual Benito, Oreto García Puchol . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65
Análisis arqueomalacológico de la unidad estratigráfica108 del conchero Mesolítico
de El Mazo (Llanes, Asturias): conclusiones socio-económicas y metodológicas.
Asier García-Escárzaga, Igor Gutiérrez-Zugasti, Manuel R. González-Morales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
Un acercamiento al aprovechamiento de los recursos litorales durante el Mesolítico:
los invertebrados marinos del abrigo de El Toral III (Llanes, Asturias).
Patricia Bello-Alonso, Lander Ozkorta-Escribano, Igor Gutiérrez-Zugasti. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
Instrumentos de concha y producción cerámica en los grupos neolíticos de la costa
Atlántica del oeste de Francia.
David Cuenca Solana, Catherine Dupont, Gwenaëlle Hamon . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101
Nuevos datos para la interpretación de los conjuntos malacofaunísticos de los asentamientos
neolíticos en la ciudad de Barcelona: el yacimiento de Reina Amàlia nº31-33.
Jordi Nadal, Ester Brieva, Anna Gómez, Miquel Molist, Javier González,
Karin Harzbecher, Lluís Lloveras. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
Las Náyades (Mollusca, Unionoida) del Calcolítico de Camino de las Yeseras
(San Fernando de Henares, Madrid).
Laura Llorente Rodríguez, Eufrasia Roselló Izquierdo, Arturo Morales Muñiz,
Corina Liesau von Lettow-Vorbeck, Arantxa Daza Perea, Rafael Araujo Armero . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125
8
Apuntes sobre formación de sitios a partir de restos arqueomalacológicos.
El conchero 4 del sitio Karoline (400 Cal BC - 300 Cal AD) de la costa Atlántica de Nicaragua).
Ermengol Gassiot Ballbè, Ignacio Clemente Conte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137
No sólo para comer. Análisis de los taxones minoritarios del conchero nº 4 de Karoline
(Costa Atlántica, Nicaragua).
Ignacio Clemente-Conte , Ermengol Gassiot Ballbè. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151
Estudio arqueomalacológico del yacimiento púnico de Na Galera (Mallorca-España).
Mercedes Alvarez Jurado-Figueroa, Miquel Àngel Vicens i Siquier, Agustín Fernández Martínez . . . . . . . . . 163
Los Concheros de Eirís (A Coruña): primeros resultados de una acumulación
singular de mejillones (Mytilus sp.) de época romana.
Carlos Fernández Rodríguez, Víctor Bejega García, Eduardo González Gómez de Agüero,
Eduardo Ramil Rego, Natividad Fuertes Prieto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 173
Marisqueo en la Baelo Claudia Tardorromana. Contextos malacológicos de las termas marítimas.
Darío Bernal-Casasola, Juan Jesús Cantillo, José Juan Díaz, José Ángel Expósito,
María de los Ángeles Pascual, Ana María Durante, Lorena Hoyo, Estrella Blanco, José Alberto Retamosa . . . . 187
Os moluscos marinhos como recurso alimentar no Garb al-Andalus dos sécs.
XII-XIII:Os sítios de Cacela Velha (Vila Real de Santo António) e Castelo de Salir (Loulé).
Maria João Valente, Soraia Martins . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 199
Explotación, conserva y comercio de moluscos en época histórica:
el caso de Taramancos (Noia, A Coruña, Galicia).
Eduardo González Gómez de Agüero, Víctor Bejega García, Carlos Fernández Rodríguez . . . . . . . . . . . . . 213
Pesquerías y mariscadores en la ensenada de Bolonia en época medieval y moderna.
Una nueva línea de investigación.
Darío Bernal-Casasola, Rafael Jiménez-Camino, Juan Jesús Cantillo, José Ángel Expósito,
José Juan Díaz, Macarena Bustamante, Macarena Lara, José Manuel Vargas, Alicia Arévalo,
Miguel Calvo, Nicolás Muñoz, Antonio Bellido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 227
Orifícios de predação em conchas de moluscos marinhos.
Um modelo experimental para o estudo de perfurações em conchas arqueológicas.
João Paulo Cabral, Sérgio Monteiro-Rodrigues . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 241
9
Introducción
El hallazgo de los concheros de Muge (Portugal) hace ya más de 150 años supuso un hito en la arqueología de la Península Ibérica. Por primera vez, los moluscos aparecían como un recurso explotado de forma sistemática por las poblaciones
humanas en contextos prehistóricos. En el tiempo que ha transcurrido hasta nuestros días, la investigación sobre la importancia de los recursos acuáticos para el ser humano (en especial los moluscos) ha crecido de manera considerable, especialmente en las últimas décadas. De forma similar, los estudios pioneros sobre esta cuestión se centraron en yacimientos
de época prehistórica, ya que la existencia de fuentes escritas para el estudio de épocas históricas promovió la generación
de un efecto disuasorio en relación al estudio de determinados materiales arqueológicos, especialmente los relacionados
con la Arqueozoología. Sin embargo, esta perspectiva ha cambiado radicalmente desde finales del siglo XX. Si bien los
estudios de moluscos prehistóricos se consolidaron con anterioridad, la investigación de estos organismos procedentes de
yacimientos históricos se ha incrementado de manera notable en los últimos años, aportando nueva información generada
desde puntos de vista diferentes a la obtenida a través de las fuentes escritas.
Desde sus comienzos en el año 2010, la Reunión Científica de Arqueomalacología de la Península Ibérica se ha consolidado como un foro para la exposición e intercambio de ideas e información en el campo de la Arqueomalacología. A lo
largo de estos años la participación ha ido creciendo debido a un interés cada vez mayor por determinar el papel de los recursos marinos, y en concreto de moluscos, equinodermos y crustáceos, en la vida de los seres humanos del pasado. Tras las
exitosas reuniones de León (2010), Barcelona (2011) y Cádiz (2012), la IV Reunión Científica de Arqueomalacología de la
Península Ibérica se celebró en Santander los días 22, 23 y 24 de Mayo de 2014, organizada por el Instituto Internacional
de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC) de la Universidad de Cantabria con la colaboración del Gobierno
de Cantabria, Gobierno del Principado de Asturias, Ayuntamiento de Santander, Ayuntamiento de Llanes, Fundación
Leonardo Torres Quevedo, Universidad de Oviedo, Cantabria Campus Internacional y la empresa Beta Analytic. Como
en ediciones anteriores, la reunión se ha nutrido de las contribuciones de investigadores procedentes de múltiples disciplinas, incluyendo prehistoriadores, arqueólogos, historiadores, arqueozoólogos, biólogos, geólogos… que han permitido
obtener una visión más completa de la importancia de estos recursos. En esta ocasión, la reunión contó con la presencia
de 45 investigadores procedentes de diferentes Universidades y Centros de Investigación nacionales e internacionales que
a lo largo de tres jornadas presentaron cinco ponencias invitadas y 25 comunicaciones sobre temas, regiones y cronologías
muy diversas pero con un nexo común, el uso y consumo de moluscos por los seres humanos en el pasado.
Las sesiones de comunicaciones ocuparon dos jornadas completas los días 22 y 23 de Mayo. La primera de ellas estuvo
centrada en la presentación de resultados de análisis realizados sobre conjuntos arqueomalacológicos del Paleolítico Superior, el Mesolítico y el Neolítico, mientras que la sesión del viernes 23 aglutinó trabajos de corte metodológico por la
mañana y de yacimientos situados cronológicamente entre la Edad del Bronce y la Edad Moderna por la tarde. Las comunicaciones presentadas trataron sobre las diversas utilizaciones que los grupos humanos han dado a los moluscos durante
la Prehistoria y la Historia (principalmente como alimento, ornamento e instrumento) pero también sobre investigación
aplicada, como la utilización de las conchas para la reconstrucción climática o para la datación de niveles arqueológicos.
Las sesiones generaron interesantes debates entre los participantes, destacando los referentes a la distancia máxima de la
costa a la que se transportan los moluscos, la protección jurídica del patrimonio arqueomalacológico y la sostenibilidad
del aprovechamiento de moluscos entre las poblaciones prehistóricas. El día 24 de Mayo se dedicó a realizar una excursión
a la zona oriental de Asturias, que sirvió como pequeño homenaje a la figura de Ricardo Estrada, Conde de la Vega del
Sella, en el centenario de la publicación de su excavación en la Cueva de El Penicial (1914), primer conchero mesolítico
excavado en la región cantábrica y uno de los primeros en la Península Ibérica. La calidad científica de sus trabajos lo convirtió en uno de los precursores de la arqueología moderna en la región, y gran parte de sus interpretaciones continúan
aún vigentes en la investigación arqueológica actual. La excursión incluyó la visita a los yacimientos de Cueto de la Mina,
La Riera y El Mazo, localizados en el municipio de Llanes y relacionados con la explotación de moluscos a lo largo de
diferentes momentos de la Prehistoria. La Reunión se clausuró con una conferencia titulada “El Mesolítico Asturiense: 100
años después” impartida en la Casa de Cultura de Llanes por el Catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cantabria
Manuel R. González Morales.
La investigación arqueomalacológica en la Península Ibérica ha experimentado una enorme evolución en las últimas décadas. En este volumen se incluyen 19 artículos presentados en la reunión celebrada en Santander, cubriendo un rango crono-
10
lógico que abarca desde los inicios del Paleolítico superior (p. ej. con contribuciones sobre los importantes yacimientos de
Parpalló y Nerja) hasta la Edad Media-Edad Moderna (p. ej. los casos de Baelo Claudia y Taramancos). Para asegurar la
calidad científica de los trabajos todos ellos fueron sometidos a revisión por pares por parte de los miembros del Comité
Científico del volumen, a quienes agradecemos su inestimable colaboración. La filosofía de la reunión ha sido, desde sus
inicios, aglutinar investigadores de cualquier nacionalidad que trabajen con materiales procedentes de yacimientos de
la Península Ibérica, pero también investigadores peninsulares que estudien restos malacológicos en cualquier lugar del
mundo. En este sentido, los trabajos aquí presentados incluyen investigaciones en lugares tan dispares como Francia, Italia
o Nicaragua. De la misma forma, aunque el título de la reunión hace referencia a la Península Ibérica, las investigaciones
realizadas en (o desde) las Islas Baleares y las Islas Canarias han tenido siempre cabida dentro de los parámetros de la reunión. Esta diversidad cronológica y geográfica ha ayudado a enriquecer el conocimiento y a fomentar el debate entre los
arqueomalacólogos participantes en las diferentes reuniones.
En definitiva, la publicación de estas nuevas aportaciones certifica el buen estado de salud del que goza la disciplina arqueomalacológica en la actualidad. Desde la organización de la IV Reunión Científica de Arqueomalacología de la Península
Ibérica hemos intentado aportar nuestro grano de arena para continuar en esta línea y fomentar la continuidad de la reunión,
que parece asegurada con la organización de una nueva edición en 2016 en Faro (Portugal). Esperamos veros allí a todos.
Igor Gutiérrez Zugasti, David Cuenca Solana, Manuel González Morales.
Fig. 1: Foto de grupo de los participantes en la sesión del viernes por la tarde.
Fig. 2: Visita al conchero mesolítico de El Mazo (Llanes,
Asturias).
Fig. 3: Conferencia de clausura sobre el Asturiense impartida por Manuel González Morales en la Casa de Cultura de
Llanes (Asturias).
11
Elementos de adorno malacológicos de la secuencia
Solutrense de la Cova del Parpalló (Gandia, València).
Nuevos datos1
Begoña Soler Mayor2
Resumen
Se presenta el estudio de una parte de la colección de malacofauna utilizada como ornamento de los niveles solutrenses del yacimiento paleolítico de la Cova del Parpalló (Gandia, Valencia). Se analizan un total de 434 restos,
la mayoría perforados para ser colgados o cosidos, estudiando las especies e identificando los procesos técnicos que
dieron lugar a las perforaciones.
Palabras clave: Adorno, malacofauna, perforaciones, Paleolítico, Solutrense, Mediterráneo.
Abstract
This paper provides an analysis of a collection of mollusks used as ornament found in the Solutrean levels of
Cova El Parpalló. A total of 434 residue shell remains have been studied, most of them drilled to be hung or sewn.
In this work we have identified the species and the technical processes used to produce holes.
Keywords: Ornament, mollusk, holes, Paleolithic, Solutrean, Mediterranean.
Este trabajo se enmarca en el proyecto “Una LargaTransición. Procesos regionales en la región mediterránea
ibérica (17000 – 8500 años BP) (LongTransMed)”. Ministerio de Ciencia y Tecnología, Dirección General de
Investigación, Gobierno de España. HAR2013-46861-R (2014-2016)
2
Museu de Prehistòria de València. C/Corona, 36. 46003 València.
begonya.soler@dival.es
1
13
Elementos de adorno malacológicos de la secuencia Solutrense de la Cova del Parpalló...
1. Antecedentes
La Cova del Parpalló de Gandia, es uno de los yacimientos paleolíticos más emblemáticos y estudiados
de la vertiente mediterránea peninsular. Excavado por
Lluís Pericot entre los años 1929 y 1931, su importancia radica en la amplia secuencia cronológica que presenta –entre el Gravetiense y el Magdaleniense- y en
la abundancia de restos arqueológicos ya sean líticos,
óseos, plaquetas con arte, elementos de adorno, mala
cofauna o fósiles. Es por esta razón que durante los últimos 80 años se han llevado a cabo múltiples publicaciones, desde las iniciales de Pericot (1942) o Vidal y
López (1942, 1943, 1947) tesis doctorales como las de
Fullola (1979) Aura (1988), Davidson, (1989), Jardón
(2000) o Tiffagom (2006) o el trabajo monográfico
sobre el estudio de las plaquetas y cantos de Villaverde
(1994), entre otros. Y en este momento se continúa investigando sobre Parpalló, sobre diferentes aspectos de
este yacimiento que parece inagotable.
A la ventaja material que supone que el yacimiento
haya sido excavado en su totalidad se une la desventaja
de no tener ningún testigo de la secuencia que permita
actualizar informaciones sobre el terreno. Hasta ahora
solo se ha podido contar con las múltiples revisiones de
la industria que ha intentado ajustar, a base de tecnología y tipología líticas, una de las secuencias de paleolítico más importante del Mediterráneo, así como algunas
dataciones (Aura, 2007).
Por lo que se refiere estrictamente al material malacológico y ornamental han sido varios los autores que
han dedicado su atención a este tema. Juan Vilanova
y Piera (1872) fue el primero que referenció las relaciones de intercambios con la costa que indicaban los
restos malacológicos que encontró en su prospección
del yacimiento:
Lo singular de esta caverna es que en muchas leguas a
la redonda no existe perdernal, una sustancia que debían
buscar aquellos trogloditas, o tal vez recibían a cambio de
otros productos, en las incipientes relaciones comerciales
(…) puede decirse lo propio de las conchas marinas allí
recogidas (Vilanova, 1893:481).
Posteriormente, Vicent Sos Baynat (Viñes et al.,
1942) realiza una clasificación de la fauna, en la que incluirá el estudio de cuatro bivalvos de Parpalló. En ese
mismo año, Pericot incluye en la publicación de Parpalló (Pericot, 1942) la clasificación provisional de 1035
moluscos realizada por Manuel Vidal y López, quien
14
también ese año publica dos artículos más sobre los moluscos de Parpalló (Vidal, 1942). Al año siguiente revisa 1003 ejemplares y hace un estudio sistemático de los
tipos y técnicas de perforación (Vidal y López, 1943).
Pero su aportación definitiva al estudio de los restos
malacológicos de Parpalló será publicada en 1947, donde clasifica 897 restos marinos y 110 continentales, a los
que atribuye diversos usos tanto bromatológicos como
ornamentales y de los que extrae conclusiones ambientales y paisajísticas (Vidal y López, 1947).
Habrá que esperar a la década de los 80 del siglo XX
para encontrar en la tesis doctoral de I. Davidson (Davidson, 1989: 185-186) una referencia a las especies
identificadas por Vidal y López.
Ya en 1990 realizamos, como trabajo de investigación de tercer ciclo, nuestro primer estudio sobre
los restos ornamentales de esta cueva que abarcaban
prácticamente toda la secuencia cronológica (Soler,
1990) y comenzamos nuestras primeras experimentaciones e investigaciones sobre cuestiones tecnológicas
relacionadas, entre otros, con los restos de Parpalló
(d’Errico et al., 1993).
La excavación de la Cova del Parpalló se desarrolló
entre los años 1929 y 1931. La secuencia solutrense se
excavó en 1930 la que corresponde a los tramos entre
4 m y 7,25 m de profundidad y en 1931 la correspondiente al talud, capas 13 a 29.
2.- Material y métodos
El conjunto arqueomalacológico de la Cova del
Parpalló, está representado por más de 1000 restos
entre fauna malacológica y restos ornamentales distribuidos en toda la secuencia paleolítica, como ya referenció Vidal y López (1947)
En nuestro anterior trabajo (Soler, 1990) estudiamos un conjunto de 251 restos ornamentales, de los
cuales sólo 173 correspondían a elementos sobre mala
cofauna de niveles solutrenses. El que ahora presentamos reúne un total de 26o restos más de ornamento sobre malacofauna que no habían sido objeto de
estudio desde el realizado por Vidal y López (1943),
lo que supone la suma total de 433 restos solutrenses.
En la Tabla 1 se detallan el número total de restos y
la distribución de las especies a través de la secuencia,
entre el inicio del Solutrense inferior y el Solutrense
superior, de los dos conjuntos estudiados.
Begoña Soler Mayor
Realizaremos la valoración de este nuevo conjunto
de manera aislada para, posteriormente, hacer una reflexión global contabilizando el número total, hasta el
momento, de la secuencia solutrense.
Para el análisis del conjunto solutrense hemos
seguido la secuencia cronológica establecida por
Pericot (1942), incorporando las actualizaciones
posteriores de Fullola, (1979), Aura (1995) y Tiffagom (2006). La secuencia queda establecida de la
siguiente manera:
-Solutrense inferior/ Solutrense Inferior-Solutrense Medio (SI/SI-SM): corresponde a los niveles de
Especies
solutrense inferior, entre los 7,25 m y los 6,25 m de
profundidad y las capas 28 y 29 del talud.
-Solutrense Medio (SM): corresponde estrictamente a los elementos aparecidos en la secuencia
del solutrense medio 5,25 y 6,25 m y las capas 24 a
27 del talud.
-Solutrense Superior (SS): corresponde a los niveles del solutrense superior, 4,45-5,25 m y las capas
13 a 20.
Un conjunto de 20 piezas procedentes de los
8-4 m, corresponden en su gran mayoría a la primera
SI+SI-SM
SM
SS
TOTAL SOLUTRENSE
14
36
90
140
Acanthocardia tuberculata
1
0
2
3
Cerastoderma edule
0
4
5
9
ESCAFÓPODOS
Antalis sp.
BIVALVOS
Chlamyx sp.
0
0
3
3
Glycymeris sp.
1
1
2
4
Mytilus
0
0
1
1
Pecten jacobeus
4
0
19
23
Pecten maximus
0
0
7
7
Pecten sp.
6
0
13
19
Arcularia gibbosula
0
0
1
1
Cerithidae
0
0
1
1
Cyclope neritea
1
0
2
3
Euspira catena
0
0
1
1
Littorina obtusata
0
0
7
7
Melanopsis tricarinata
1
1
0
2
Nassarius gibbosulus
1
3
1
5
Nassarius mutabilis
0
21
4
25
Natica sp.
0
1
1
2
Nucella lapillus
2
60
31
93
GASTERÓPODOS
Patella sp.
0
0
1
1
Patella vulgata
1
0
0
1
Semicassis vulgatus
0
0
1
1
Turritela sp.
0
2
0
2
Theodoxus fluviatilis
1
1
6
8
Trivia sp.
0
0
1
1
Escualos
0
1
1
2
Serpúlidos/ Vermétidos
10
55
0
65
Indeterminada
0
1
2
3
TOTAL
43
187
203
433
Tabla 1. Número total de restos. Especies representadas en la secuencia Solutrense de la Cova del Parpalló.
15
Elementos de adorno malacológicos de la secuencia Solutrense de la Cova del Parpalló...
de las unidades SI-SM, y así se considera en este trabajo hasta completar la revisión del material de Parpalló.
fragmento de húmero humano, que puede suponerse
pertenece al mismo individuo. (Pericot, 1942).
Son elementos que consideramos pudieron ser utilizados como objetos de adorno, bien como colgantes o sujetos a través del atado o cosido, o ser materia
prima para su elaboración. Este sería el caso de los
pectínidos puesto que aparecen a lo largo de toda la
secuencia fragmentados y sin marcas de utilización antrópicas en su mayor parte, pero que creemos que en
ningún caso tuvieron un uso alimenticio y sí ornamental (aquellos que presentan perforaciones) o, como ya
sugiriera Pericot (1942), como recipientes o útiles.
Cabría esperar que el material ornamental fuera más
abundante o quizá tuviera una representación especialmente significativa, sin embargo lo que se documenta
es un conjunto de veintitrés piezas, por tanto escaso,
representado por diez fragmentos de Pecten sp. sin modificación antrópica observable, un Antalis sp., un Cyclope neritea perforada y con restos de colorante rojo,
ocho gusanos (serpúlidos/vermétidos) y una Patella
vulgata sin perforar. Escaso conjunto en cualquier caso
que no aporta información sobre la identidad, especificidad o naturaleza de los restos allí enterrados.
Tras la determinación de especies, hemos realizado
un análisis detallado de los soportes, medidas, grado
de alteración, adherencias de color, para seguir con un
estudio detallado de las perforaciones mediante lupa
binocular, en este caso marca Leica M165c, con iluminador de luz fría Leica KL 1600 LED y para el registro
fotográfico hemos utilizado una cámara digital Canon
PowerShot SX200 IS y una cámara Nikon D90.
3. El registro arqueológico y la secuencia
Solutrense de Parpalló
3.1 Solutrense Inferior
De este nivel no habíamos estudiado ningún resto
anteriormente. Corresponde a los tramos entre 6,25
y 7,25 m de profundidad. Fueron excavados en 1930.
Por debajo de ellos solo hay documentados dos fragmentos de Pecten sp. sin perforar atribuibles al contacto con el gravetiense dado que se encuentran entre
los 7,50 y los 7,75 m.
De estos niveles solutrenses iniciales destaca la aparición en el sector CE, entre 6,50 y 6,25 m, de varios
restos humanos, en concreto un cráneo, un húmero y
dos tibias correspondientes a un individuo femenino,
de entre 17 y 18 años (Arsuaga et al., 2001:307-308).
Aunque en el momento de la excavación no se reconoce, posteriormente estos restos se describen como posible enterramiento, así lo comenta el propio Pericot en
su diario de excavación:
Alrededor había numerosas piedras que es imposible
decidir si acompañaban al cráneo, rodeándolo o cubriéndolo, aunque nos inclinamos por la negativa. La
rebusca detenida de la tierra que lo rodeaba no produjo
más que huesos animales, como de costumbre, y un solo
16
La pieza que llama más nuestra atención es la Patella
vulgata (Fig. 3-5) puesto que su presencia en el registro
paleolítico mediterráneo es muy escaso y esa mínima
representación nos hace pensar que su recogida no debió tener un fin bromatológico como en períodos posteriores. En la secuencia solutrense hemos documentado dos, ésta sin perforar y sin marcas antrópicas y otra
perforada en los momentos finales del solutrense.
3.2 Solutrense Inferior-Solutrense Medio
Entre los embalajes originales de Pericot, encontramos 20 restos que se describen como hallados entre
los 4 y los 8 metros de profundidad. Trece de ellos son
Antalis sp., dos Nucella lapillus, así como un Theodoxus
fluviatilis, un Nassarius gibbosulus, un Melanopsis tricarinata y dos gusanos –serpúlidos o vermétidos- Todos ellos son elementos que están presentes en toda la
secuencia solutrense de Parpalló y que, a excepción de
los gusanos, aparecen en casi todos los yacimientos paleolíticos de la secuencia mediterránea. Cabría destacar
la presencia de Nucella lapillus desde el inicio de la secuencia solutrense.
3.3 Solutrense Medio
Durante este período aumenta la representación de
materiales relacionados con el ornamento, llegando a
un total de 187 restos. Destaca especialmente, en este
nuevo recuento, la presencia de 49 ejemplares de Nucella lapillus (Figs. 3-1 y 2), de los cuales 9 están sin
perforar. Presentan perforación dorso-lateral, realizada por percusión indirecta en la mayor parte de los
casos. Diez ejemplares presentan escasos restos de colorante rojo sobre su superficie. Aunque respecto al nú-
Begoña Soler Mayor
Figura 1. Solutrense superior. Nucella lapillus perforadas.
17
Elementos de adorno malacológicos de la secuencia Solutrense de la Cova del Parpalló...
Figura 2. Solutrense superior: 1) Littorina littorea. 2) Theodoxus fluviatilis. 3) Theodoxus fluviatilis. 4) Cyclope neritea.
5)Euspira catena. 6) Pecten sp. perforado por rotación (¿). 7) Patella sp. perforada por percusión 8) Glycymeris sp.
18
Begoña Soler Mayor
mero total de restos el porcentaje es importante, debemos
pensar que todas ellas podrían forma parte de un solo conjunto, por ejemplo un collar podría utilizar un número de
ejemplares similar. Estos elementos son representativos
del importante porcentaje de gasterópodos que se contabiliza en este momento (Figs. 3 y 4) siendo el 39% del
total del ornato.
También es destacable la concentración de gusanos –
serpúlidos o vermétidos– que alcanza una representación
del 36% (Fig. 3.6 y 4) Estos elementos son moluscos marinos y pudieron haber sido recogidos en las playas al mismo tiempo que el resto de las especies. A la posibilidad de
que sean vermétidos, moluscos gasterópodos de pequeño
tamaño, se opone el que éstos suelen aparecer de forma
gregaria en grandes concentraciones de individuos en forma de costra o incluso de pequeños arrecifes. En el caso
de poder determinarse como serpúlidos, serían poliquetos, gusanos que viven en tubos calcáreos. Tanto si fueran
serpúlidos como vermétidos, son accesibles en las zonas
rocosas de las playas. Su morfología es muy similar a la de
Antalis y algunos de ellos aparecieron tiznados de ocre.
No nos parece extraño que pudieran formar parte del conjunto de ornamentos ya que simplemente con pasar un
hilo se conforma fácilmente un collar. Su determinación
y el por qué de su aparición en este momento concreto de
la secuencia requerirá un análisis en mayor profundidad.
3.4 Solutrense superior
Documentamos 115 elementos en esta nueva revisión,
ascendiendo así el total a 203 restos. Aunque la presencia
de gasterópodos sigue siendo mayoritaria, observamos un
fuerte incremento de los bivalvos que pasan de un 3% en
el solutrense medio a un 26% en este periodo. Esto es debido fundamentalmente a la fuerte presencia de restos de
pectínidos, la mayor parte sin estigmas antrópicos.
El resto de material está compuesto por Nucela lapillus, con 30 ejemplares (Fig. 1) -12 de ellos sin perforary Antalis sp. Quizá llama la atención en este conjunto la
escasa presencia de los pequeños gasterópodos Cyclope y
Theodoxus que aunque presentes en toda la secuencia, no
resultan especialmente representados, y la escasez tanto de
Glycymeris como de Cerastoderma.
Es destacable, sin embargo, la presencia de una Patella
sp. perforada, aparecida entre el material que presentamos
ahora por primera vez (Fig. 2-7). Su importancia deriva
de la escasa presencia de estas piezas -seis- en el conjunto
de yacimientos del ámbito mediterráneo. Se documentan
tres en el Magdaleniense del Cueva de Nerja (Málaga)
(Aura et al., 2010; Jordá et al., 2010), una en niveles relacionables con el Badeguliense de la Cueva de Maltravieso
(Cáceres) (Rodriguez et al., 2010), una en el Solutrense
de Cueva Ambrosio (Avezuela y Álvarez, 2012) y otra en
el de la Cova del Volcán del Faro (Cullera) (Soler et al.,
2013). En el caso de Parpalló, se trata de un ejemplar muy
rodado, con una importante alteración, pero con estigmas
claros de perforación intencional.
4.- Identificación de los procesos técnicos:
el origen de las perforaciones
Del conjunto de 261 nuevos elementos que hemos
estudiado pertenecientes a los niveles solutrenses, número total de restos, hay 34 elementos sin perforar,
bien enteros o fragmentados (de estos no sabemos si
pudieron haber perdido la perforación) y sin señales de
preparación para la perforación (Tabla 2).
La importancia de la determinación del tipo de perforaciones tiene dos razones fundamentales. En primer
lugar conocer la destreza técnica, medios, gestos y útiles que los seres humanos utilizaron para la elaboración
de estos objetos. Y en segundo lugar observar las especies seleccionadas, ya perforadas o no. La elección es la
que nos está indicando sus preferencias ya sea por cuestiones estéticas, rituales, de género, de identidad o de
simple curiosidad. Porque todo este trabajo nos debe
llevar a la comprensión del comportamiento, no sólo
tecnológico, sino también simbólico de estos grupos.
4.1 Los bivalvos
El número de restos determinados como de perforación no antrópica es sólo de siete bivalvos. Ésta realidad
viene dada por el escaso número de bivalvos completos
que hemos podido analizar y de todos ellos la única pieza cuyo orificio pudiera ser de origen antrópico es un
fragmento de valva de Pecten sp., (Fig. 2-6) que presenta restos de una posible perforación por rotación en la
aurícula derecha.
En los bivalvos, se ha observado que en muchas
ocasiones se trata de perforaciones no antrópicas,
(Fig. 2-8) relacionadas bien con la accción de otros animales sobre las cochas de estos moluscos, con la meteorización, tanatocenosis u otro tipo de alteraciones
(Zilhão et al., 2010), aunque su funcionalidad como
elemento de adorno debió ser la misma.
19
Elementos de adorno malacológicos de la secuencia Solutrense de la Cova del Parpalló...
Especies
No antrópica Sin perforar
Fragmentos
Rotación
Percusión indirecta
Presión interna
indeterminada
BIVALVOS
Acanthocardia sp.
2
Cerastoderma edule
4
Chlamys sp.
1
Glycymeris sp.
2
4
5
2
4
Mytilus sp.
1
Pecten jacobeus
22
Pecten maximus
7
Pecten sp.
18
1
GASTERÓPODOS
1
Cerithium vulgatum
1
Cyclope neritea
1
Euspira catena
Littorina obtusata
1
3
Melanopsis tricarinata
1
1
2
Nassarius mutabilis
Nassarius gibbosulus
1
1
2
1
2
Natica sp.
Nucella lapillus
1
24
4
55
4
Patella sp.
Patella vulgata
1
1
1
Semicassis undulata
Theodoxus fluviatilis
1
2
Tabla 2. Técnicas de perforación sobre los moluscos revisados para este estudio.
4.2 Los gasterópodos
Es posible determinar el origen de las perforaciones
sobre estas conchas a través del análisis mediante lupa
binocular y microscopio, así como con el desarrollo
de un programa experimental que permita registrar
de manera sistemática las huellas de las acciones. Las
acciones que hemos podido determinar sobre la superficie de las conchas han sido:
• Percusión indirecta: con un percutor duro + elemento punzante de materia lítica, ósea o de asta.
Se realiza desde la abertura de los gasterópodos.
A esta técnica adscribiríamos la mayor parte de las
Nucellas, Nassarius, Euspira así como Patella. La
situación es dorso-lateral. Presentan en su mayoría orificios irregulares, con desconchados, microfracturas y estrías en la parte externa de la concha y
sin ninguna alteración en su parte interna (Fig. 2).
Algunas Nucellas presentan una estría (Fig. 3-1)
que podría relacionarse con la técnica mixta de
20
serrado + presión que describe Pechaud (2012)
para algunos yacimientos de la Dordoña francesa.
Sin embargo, aunque en dos de las imágenes que
muestra en su trabajo se reconoce la preparación
de lo que denomina serrado, creemos que estas
marcas podrían estar relacionadas con la sujeción
de la pieza mediante un anudado, más que con la
preparación del orificio. Además, esa técnica de
perforación supone mucho más tiempo y destreza
que la que requiere la percusión indirecta desde el
interior del orifico. En nuestro caso el hecho de que
sólo aparece un pequeño fragmento de la estría en
un lado del orificio nos inclina a pensar más en una
consecuencia de la percusión.
• Presión: mediante elemento apuntado de piedra,
hueso, asta o madera. Desde la abertura de los gasterópodos hacia el interior. La situación es dorsolateral opuesta a la abertura. Esta técnica se documenta en perforaciones sobre Theodoxus, Cyclope,
Melanopsis o Littorina (Fig. 2).
Begoña Soler Mayor
Figura 3. Solutrense Medio: 1) Nucella lapillus con estrías de percusión. 2) Nucella lapillus. 3) Nassarius mutabilis.
4) Nassarius gibbosulus. 5) Patella vulgata. 6) Serpúlidos o Vermétidos. 7) Antalis sp.
21
Elementos de adorno malacológicos de la secuencia Solutrense de la Cova del Parpalló...
Figura 4. Distribución de los soportes por periodos. Número de restos.
22
Begoña Soler Mayor
Hemos de recordar que entre el material de Parpalló, en
nuestro anterior trabajo, describimos una Natica millepuctata (Soler, 1990: 50) que presentaba dos claras marcas de
abrasión sobre el dorso, sin llegar a producirse la perforación. En esta ocasión no hemos documentado nada similar, ni tan solo marcas de abrasión sobre ninguno de ellos.
4.3 Los escafópodos
Todos ellos han sido clasificados como Antalis sp.
debido al importante grado de alteración que presentan
en general. Aunque la mayoría se encuentran fragmentados, no hemos encontrado un patrón de fracturación
que muestre intencionalidad y sea repetitivo, aunque eso
no obsta para que algunos de ellos lo fueran de forma
intencionada. (Fig. 3).
5. Consideraciones y reflexiones finales
Como ya refirieran tanto Pericot (1942) como Vidal y
López (1947), lo que se observa tras el estudio de los elementos ornamentales, es que la representación de este tipo
de material no es muy elevada si la comparamos con los
números absolutos de industria lítica, plaquetas decoradas
o hueso trabajado.
Si contabilizamos el ornamento malacológico estudiado en 1990 y el que ahora presentamos podemos observar
que el material ornamental de Parpalló en los niveles solutrenses está conformado por un total de 433 restos. Parpalló es un yacimiento que ha sufrido múltiples traslados del
material por lo que no podemos tener la certeza de haber
revisado todo el material solutrense, aunque creemos que
sí la mayor parte.
En todo caso, si exceptuamos Reclau Viver con sus
más de 2000 ejemplares de Homalopoma sanguineum (Álvarez, 2004) – no se documenta en Parpalló-, el número
de elementos estudiados en nuestro yacimiento supone el
mayor repertorio de adorno solutrense recuperado en un
yacimiento del Mediterráneo hasta el presente (Avezuela y
Álvarez, 2012) con un total de 25 especies representadas
entre moluscos marinos y dulceacuícolas,
La investigación de este importante conjunto nos ha
dado la oportunidad de abordar el análisis de los tipos de
perforación con una mirada algo más amplia en lo tecnológico y nos ha llevado a iniciar un programa experimental
que deberá permitirnos reconocer, con más precisión las
diferentes técnicas utilizadas para perforar la malacofauna.
Por otra parte, creemos que un porcentaje importante de los materiales que se utilizaron no necesitaron
de ninguna preparación para la suspensión o el cosido.
Tanto los bivalvos recogidos ya perforados como los gusanos y los Antalis así lo demuestran.
Otra característica que se documenta de manera
sistemática en este, y en casi todos los yacimientos
paleolíticos del Mediterráneo, es la presencia tanto
de elementos marinos como dulceacuícolas. Estos últimos se resumen prácticamente en las dos especies
que aparecen en estos niveles: Theodoxus fluviatilis
y Melanopsis tricarinata.
Es interesante reflexionar también sobre el resto de
elementos que componen el ornato no malacológico
de esta nueva revisión que se reduce a varios dientes de
ciervo perforados y un fragmento fósil de Glycymeris
sp. no documentándose ni más dientes de escualo de los
dos ya estudiados, ni más fósiles.
Por lo que respecta al ocre, en la secuencia solutrense
solo lo hemos detectado de forma indirecta a través de
los restos en las piezas. Muchas de las conchas estaban
tiznadas de restos de ocre rojo, pero no podemos saber
con exactitud si se embadurnaron de forma voluntaria o
fue un contacto a posteriori. En cualquier caso, y dada la
existencia de plaquetas pintadas con este color, no es de
extrañar que al menos algunos de estos objetos estuvieran impregnados, bien directamente o bien por el contacto con restos en el cuerpo de quienes los portaran.
Hemos obviado en este trabajo el estudio de las posibles huellas de uso ya que éstas requieren de un análisis
más detallado con microscopía que será desarrollado en
una segunda fase.
La representación de los soportes documentados
concuerda con el resto de yacimientos del área mediterránea en la presencia mayoritaria de gasterópodos por
encima de los bivalvos así como por la importancia del
número de escafópodos.
Al realizar la valoración del total del material solutrense (Tabla 1 y Fig. 4), observamos que los gasterópodos suponen el 30 % de los restos en el solutrense medio
y el 40% en el superior; los gusanos (serpúlidos/vermétidos) que con un 35% tienen un importante presencia en el solutrense medio, desaparecen en el superior,
mientras que por especies Antalis aumenta del 23% al
45 % siendo mayoritarios en el solutrense superior, seguidos de Nucella lapillus.
23
Elementos de adorno malacológicos de la secuencia Solutrense de la Cova del Parpalló...
A la aparición de esta especie actualmente atlántica ya nos referimos en un trabajo anterior (Soler et al.,
2013:177), pero dada la importante presencia que supone en los niveles solutrenses de Parpalló con más de 90
ejemplares, queremos incidir en ella. Nucella lapillus, es
un molusco de la familia Muricidae. Es una especie común
hoy en día en las aguas del Atlántico y no se encuentra en
el Mediterráneo. El rango de temperaturas medias para la
vida de esta especie oscila entre los 0º C (hielo) en que los
individuos están inactivos y los 25ºC, ya que aunque en
Canadá la temperatura máxima de supervivencia está en
los 35ºC en las Islas Británicas a los 25ºC entran en coma
(Crothers, 1985).
La creencia de que esta especie era exclusivamente
atlántica ha dado lugar a interpretar su presencia en yacimientos mediterráneos como el resultado de un intercambio entre los grupos humanos que habitaban esta zona
con otros de procedencia o relaciones atlánticas. Aunque
esta posibilidad no es descartable, y más en un yacimiento
como Parpalló que podría servir como referente para la región mediterránea ibérica de lo que en otras regiones se ha
denominado como ‘sitios de agregación’ (Conkey, 1980),
creemos más plausible que su presencia sea debida al descenso de las temperaturas de las aguas del Mediterráneo
durante el máximo glaciar, tal y como indican los datos
obtenidos en los sondeos del mar de Alborán (Cacho et
al., 2001), con temperaturas alrededor de 9ºC, aptas para
el hábitat y reproducción de esta especie (Crothers, 1985).
Podemos añadir que la presencia de esta especie en Parpalló se suma a la de yacimientos como Volcán del Faro
(Cullera, Valencia), Coves de Santa Maira (Castell de Castells, Alicante) o Cova del Comte (Pedreguer, Alicante)
así como a la presencia de otras especies de condiciones
frías como Littorina obtusata.
Sin duda Parpalló sigue siendo un yacimiento clave para el estudio del Solutrense mediterráneo y los
objetos de adorno así lo corroboran. Pero a pesar del
elevado número de piezas somos conscientes de que
no podemos adentrarnos en el valor que estos grupos
humanos dieron a estos elementos, sus restos materiales no son suficientes para explicarnos la realidad de su
significado: quien los hizo, cómo y para qué los usaron
o que querían expresar con ellos.
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25
Análisis de los moluscos continentales del Paleolítico
Superior y del Epipaleolítico de la Cueva de Nerja
(Sala de la Mina), Málaga, España
María Teresa Aparicio1, Esteban Álvarez Fernández 2, Jesús Francisco Jordá Pardo3,
Bárbara Avezuela Aristu3, Joan Emili Aura Tortosa4
Resumen
Las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo por el Profesor Francisco Jordá Cerdá en la Sala de la Mina
de la cueva de Nerja (Málaga) han posibilitado la documentación de 19 niveles con abundantes restos malacológicos datados a finales del Pleistoceno superior y comienzos del Holoceno. En este trabajo presentamos
el estudio de los restos de moluscos terrestres y dulceacuícolas documentados en los niveles del Paleolítico
superior-Epipaleolítico (niveles NM19 a NM13). De los 11 taxones de gasterópodos terrestres, la especie dominante es Sphincterochila cariosula hispanica (Westerlund 1886). Los demás, ordenados por su abundancia
de mayor a menor, son: Iberus gualtieranus (Linnaeus 1758) morfo marmoratus, Iberus gualtieranus morfo
alonensis, Rumina decollata (Linnaeus 1758), Caracollina lenticula (Michaud 1831), Xerotricha madritensis
(Rambur 1868), Ferussacia follicula (Gmelin 1791), Testacella haliotidea Draparnaud 1801 y Cochlicella barbara (Linnaeus 1758). Los taxones dulceacuícolas encontrados son Melanopsis praemorsa (Linnaeus 1758), el
más abundante, y Theodoxus fluviatilis (Linnaeus 1758), con un solo ejemplar. La presencia de los tres taxones
de mayor tamaño (Iberus gualtieranus morfo alonensis, Iberus gualtieranus morfo marmoratus y Sphincterochila
cariosula hispanica), sería consecuencia de su utilización como alimento por el ser humano. Las demás especies
habrían llegado hasta la cueva de forma fortuita. De los patrones de abundancia de estas especies por niveles de
antigüedad se deduce que se produjeron tres cambios del patrón alimenticio, quizá asociados a la variación de
la distancia entre el yacimiento y la costa consecuencia de la alternancia de periodos fríos y cálidos indicados en
la cronoestratigrafía.
Palabras clave: Gasterópodos terrestres, moluscos dulceacuícolas, Paleolítico superior-Epipaleolítico, Arqueomalacología, conchero, sur de la Península Ibérica.
Departamento de Biodiversidad y Biología Evolutiva. Museo Nacional de Ciencias Naturales. C. José Gutiérrez Abascal 2,
E-28006 Madrid. teresa@mncn.csic.es
2
Departamento de Prehistoria, Hª Antigua y Arqueología, Universidad de Salamanca. Facultad de Geografía e Historia.
C. Cerrada de Serranos S/N, E-37002 Salamanca. estebanalfer@hotmail.com
3
Laboratorio de Estudios Paleolíticos. Departamento de Prehistoria y Arqueología, Facultad de Geografía e Historia.
UNED. Ciudad Universitaria. C. Senda del Rey 7. E-28040 Madrid. jjorda@geo.uned.es; barbara@bec.uned.es
4
Departament de Prehistòria i Arqueologia. Universitat de València. Avda. Blasco Ibáñez 28, E-46010 Valencia.
jeaura @uv.es
1
27
Abstract
Archaeological excavations carried out by Professor Francisco Jordá Cerda in Mina Chamber, or Sala de la Mina, in
Nerja Cave (Malaga) succeeded in documenting 19 levels with abundant malacological remains dated in the Late
Upper Pleistocene and Early Holocene. he terrestrial and freshwater molluscs found in the Upper PalaeolithicEpipalaeolithic levels (Levels NM19 to NM13) are studied here. Of the 11 terrestrial gastropod taxa, the most
common species is Sphincterochila cariosula hispanica (Westerlund 1886). he others, ordered from most to least
abundant, are Iberus gualtieranus (Linnaeus 1758) morfo marmoratus, Iberus gualtieranus morfo alonensis, Rumina decollata (Linnaeus 1758), Caracollina lenticula (Michaud 1831), Xerotricha madritensis (Rambur 1868),
Ferussacia follicula (Gmelin 1791), Testacella haliotidea (Draparnaud 1801) and Cochlicella barbara (Linnaeus
1758). he freshwater taxa are Melanopsis praemorsa (Linnaeus 1758), which is the most frequent, and heodoxus
luviatilis (Linnaeus 1758), of which only a single specimen has been documented. he presence of the three largest taxa Iberus gualtieranus morfo alonensis, Iberus gualtieranus morfo marmoratus and Sphincterochila cariosula
hispanica, would be a consequence of their consumption by the human groups. he other species would have reached the cave accidentaly. he frequency patterns of these species in the diferent levels suggest that three changes
occurred in the alimentary pattern, possibly in connection with variations in the distance between the site and the
coast owing to the alternating cold and warm periods indicated by the chronostratigraphy.
Keywords: Terrestrial gastropods, freshwater molluscs, Upper Palaeolithic-Epipalaeolithic, Archaeo-malacology, shell-midden, southern Iberian Peninsula.
Mª Teresa Aparicio, Esteban Álvarez-Fernández, Jesús Francisco Jordá-Pardo...
1. Introducción
La cueva de Nerja está situada en la Ladera del Águila, en el sur de la Sierra de Almijara, en el término municipal de Nerja, en la provincia de Málaga (España).
Su entrada está a una altitud de 158 metros sobre el
nivel del mar, y dista del mismo, en la actualidad, alrededor de un kilómetro. Geológicamente es una cavidad
kárstica que se desarrolló sobre los mármoles dolomíticos de edad triásica de las montañas de Almijara ( Jordá
Pardo et al., 2003, 2009, 2010 y 2011a y b).
Los depósitos arqueológicos están situados en las
salas más próximas a la antigua entrada de la cueva (sa-
las externas), ocupando una pequeña zona de la misma
(Fig. 1). Hasta el momento se han estudiado materiales
procedentes de tres de estas salas, Sala del Vestíbulo, excavada por Francisco Jordá Cerdá; Sala de la Torca, excavada por Manuel Pellicer Catalán; y Sala de la Mina,
excavada por ambos, Manuel Pellicer Catalán y Francisco Jordá Cerdá ( Jordá Pardo et al., 1990). Durante
la ocupación humana estas salas formaban un gran refugio rocoso, aunque en el presente están parcialmente
rellenas de sedimentos. Presentan una importante serie
estratigráfica que comprende desde el Pleistoceno superior hasta el Holoceno medio ( Jordá Pardo et al.,
1990; Villalba et al., 2007) (Fig. 2). La Cueva de Nerja
posee una de las colecciones más abundantes de gaste-
Figura 1. Plano de la situación de las salas externas en la Cueva de Nerja y de los sectores excavados. Se indica en rojo la sala de
procedencia de los materiales estudiados en este trabajo.
29
Análisis de los moluscos continentales del Paleolítico Superior y del Epipaleolítico...
Figura 2. Cronoestratigrafía de las Salas del Vestíbulo y de la Mina de Cueva de Nerja (según Jordá et al, 2003; 2009). Se enmarcan
en rojo los niveles de procedencia de los materiales estudiados en este trabajo.
30
Mª Teresa Aparicio, Esteban Álvarez-Fernández, Jesús Francisco Jordá-Pardo...
rópodos continentales de Europa ( Jordá Pardo et al.,
2003; Jordá Pardo et al., 2011a)
Los yacimientos con concheros de moluscos terrestres están ampliamente distribuidos por todo el
planeta, especialmente alrededor del Mediterráneo
y también en el Atlántico. Sin embargo, están escasamente estudiados cuando se comparan con los
yacimientos costeros de conchas marinas (Lubell,
2004a y 2004b; Gutiérrez-Zugasti, 2009). No obstante, estas evidencias bioarqueológicas aportan importantes datos para evaluar una serie de parámetros
como la estacionalidad, el sedentarismo, el espectro
dietético de los cazadores-recolectores y sus sistemas
de subsistencia (Taylor et al., 2011). También aportan valiosa información biogeográfica, bioclimática
y medioambiental (Bar-Yosef, 2005).
Existen claras evidencias de la utilización de los
caracoles terrestres en la dieta humana en diversos
yacimientos del área mediterránea (Lubell y Barton,
2011) y recientemente se está dedicando atención
a la problemática planteada a cerca de las causas de
la formación de los concheros de gasterópodos terrestres en los depósitos arqueológicos de finales del
Pleistoceno y del Holoceno, (Fernández-López de
Pablo et al., 2011; 2014). La información es diversa, y por esta razón resulta interesante considerar si
todos o algunos de los restos de moluscos encontrados, son intrusivos y fueron acumulados por procesos tafonómicos, o transportados por depredadores
no humanos.
En el presente trabajo presentamos el estudio de
de las conchas de moluscos terrestres y dulceacuícolas provenientes de las excavaciones realizadas por
el profesor Francisco Jordá Cerdá en la Sala de la
Niveles
m excavados
3
Mina de la cueva de Nerja, procedentes del Paleolítico
superior-Epipaleolítico, de los niveles NM13 a NM19.
2. Material y métodos
El profesor Francisco Jordá Cerdá realizó excavaciones arqueológicas en la Sala de la Mina, entre los años
1979 y 1987, documentando 19 niveles con abundantes
restos malacológicos, provenientes de finales del Pleistoceno superior y comienzos del Holoceno (Fig. 2) (Jordá
Pardo et al., 1990). En este estudio analizamos los moluscos de los niveles del NM13 al NM19 del Paleolítico
superior - Epipaleolítico, cuya datación es la siguiente: el
Nivel NM13 (12.990 -11.360 cal BP), Niveles NM16NM14 (14.920-13.570 cal BP) y Niveles NM19-NM
17 antes 18.800 BP (Fig. 2) (Jordá Pardo y Aura Tortosa,
2008). Fueron excavados un total de 12,01 m3. El material arqueológico después de cribado en la excavación, fue
triado y separado en el Departamento de Prehistoria de
la Universidad de Salamanca y posteriormente estudiado
en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN).
Para la identificación taxonómica se han utilizado los
trabajos de Ruiz et al. (2007) y Welter-Schultes (2012).
El número mínimo de individuos (NMI) fue determinado siguiendo la metodología de Moreno-Nuño (1994).
Asimismo se han determinado el número de restos (NR)
siguiendo la misma metodología, y el número de fragmentos (NF), que son aquellos restos de moluscos que
no forman parte del NMI.
3. Resultados
En la Tabla 1 se indican los resultados de los restos
de moluscos analizados en conjunto, en los siete niveles
considerados. El NMI (número mínimo de individuos)
MN13
MN14
MN15
MN16
MN17
MN18
MN19
Total
1,74
2,24
2,165
3,75
0,675
1,14
0,3
12,01
NMI
379
232
262
440
312
195
24
1844
Nº de restos (NR = NMI+ NF)
1335
627
840
1913
1643
1247
67
7672
Número de fragmentos (NF)
956
395
578
1473
1331
1052
43
5828
217,82
103,57
121,02
117,33
462,22
171,05
80
153,54
549,43
176,34
266,97
392,8
1971,85
922,81
143,33
485,26
767,24
279,91
387,99
510,13
2434,07
1093,86
223,33
638,80
NMI x m x 100 NR
28,39
37,00
31,19
23,00
18,99
15,64
35,82
24,03
NF x m x 100 NR
71,61
63,00
68,81
77,00
81,01
84,36
64,18
75,96
NMI x m3
NF x m
3
NR (NMI + NF) x m
3
3
3
Tabla 1. Restos de moluscos analizados en la Sala de la Mina de la Cueva de Nerja (Niveles NM13 a NM19).
31
Análisis de los moluscos continentales del Paleolítico Superior y del Epipaleolítico...
Niveles
MN13
MN14
MN15
MN16
MN17
MN18
MN19
Total
1,74
2,24
2,165
3,75
0,675
1,14
0,3
12,01
Iberus gualtieranus (Linnaeus 1758)
morfo alonensis
78
21
27
40
71
80
12
329
17,84
Iberus gualtieranus (Linnaeus, 1758)
morfo marmoratus
39
27
21
88
102
51
4
332
18
Sphincterochila cariosula hispanica
(Westerlund 1886)
191
100
141
235
104
51
5
827
44,85
Rumina decollata (Linnaeus 1758)
39
24
21
29
26
9
2
150
8,13
Caracollina lenticula (Michaud 1831)
8
4
6
1
19
1,03
Xerotricha madritensis (Rambur 1868)
7
2
1
2
13
0,7
Testacella haliotidea Draparnaud 1801
1
1
0,05
Coclicella barbara (Linnaeus 1758)
1
1
0,05
1
0,05
17
0,92
1
0,05
150
8,13
3
0,16
m3 excavados
%
Moluscos terrestres
1
Ferussacia follicula (Gmelin 1791)
Helicellino sp1
1
2
Helicellino sp2
2
1
2
6
4
1
Moluscos dulceacuícolas
Melanopsis praemorsa (Linnaeus 1758)
13
50
Theodoxus fluviatilis (Linnaeus 1758)
Total
379
232
43
41
1
2
262
440
2
312
1
195
24
1844
Tabla 2. NMI de los taxones encontrados en la Sala de la Mina de Nerja, en los niveles NM13 al NM19.
de todos los taxones en los niveles NM13 a NM19
es de 1844. Asimismo se indican el número de restos,
NR=7,67; el NR/m3= 638,80 y el total de ejemplares por m3 respecto al NR (24,03%), así como el NF,
NMI /m3, NF/m3 y sus porcentajes.
En la Tabla 2 se indica el NMI de los 13 taxones de
moluscos continentales que hemos podido identificar
en la Sala de la Mina, donde 11 especies son de gasterópodos terrestres, y dos especies de gasterópodos dulceacuícolas. La especie dominante es Sphincterochila
cariosula hispanica, cuya abundancia está cercana a la
mitad de todos los NMI contabilizados en este estudio. Las especies que le siguen con mayor frecuencia
son Iberus gualtieranus morfo marmoratus e Iberus
gualtieranus morfo alonensis. A continuación Rumina
decollata igualada con el gasterópodo dulceacuícola,
Melanopsis praemorsa. El resto de taxones presentan
una abundancia muy inferior, estando algunos representados únicamente por un ejemplar, como Testacella
32
haliotidea, Cochlicella barbara y Ferussacia follicula.
En la Fig. 3 se representan las especies identificadas en
este yacimiento.
Tres especies de gasterópodos terrestres son las de
mayor tamaño y las más abundantes (Tabla 2 y 3),
Iberus gualtieranus morfo alonensis, Iberus gualtieranus
morfo marmoratus, y Sphincterochila cariosula hispanica. Estas tres especies, conjuntamente, representan el
80,7% del total de NMI. Las medidas de la altura y la
anchura de estas tres especies (Tabla 3) están dentro del
rango de variación que presentan los ejemplares de las
mismas en la actualidad.
Rumina decollata, Caracollina lenticula y Xerotricha
madritensis poseen un tamaño más pequeño (diámetro
mayor de la concha entre 6 y 10 mm).
Con un sólo ejemplar aparecen Testacella haliotidea,
Cochlicella barbara y Ferussacia follicula, que también
Mª Teresa Aparicio, Esteban Álvarez-Fernández, Jesús Francisco Jordá-Pardo...
Figura 3. Especies identificadas en la Sala de la Mina de la Cueva de Nerja. 1.- Iberus gualtieranus morfo alonensis.
2.- Iberus gualtieranus morfo marmoratus. 3.- Sphincterochila cariosula hispanica. 4.- Rumina decollata. 5.- Cochlicella barbara.
6.- Ferussacia follicula. 7.- Caracollina lenticula. 8.- Xerotricha madritensis. 9.- Testacella haliotidea.10.- Melanopsis praemorsa.
11.- Theodoxus fluviatilis.
33
Análisis de los moluscos continentales del Paleolítico Superior y del Epipaleolítico...
Sphincterochila cariosula hispanica
Anchura
Altura
175
175
Nº de ejemplares
Media aritmética
16,34
10,68
Maximo
18,91
12,68
Mínimo
13,95
8,89
Desviación estandar
1,0021
0,8205
Iberus gualtieranus morfo alonensis
Anchura
Altura
Nº de ejemplares
41
41
Media aritmética
38,002
27,43
Maximo
48,14
32,59
Mínimo
31,5
21,68
Desviación estandar
3,59
2,71
Anchura
Altura
Iberus gualtieranus morfo marmoratus
Nº de ejemplares
45
45
Media aritmética
20,46
11,71
Maximo
24,75
14,24
Mínimo
13,28
9,29
Desviación estandar
1,91
1,03
Tabla 3. Morfometría de las tres especies de mayor tamaño encontradas en la Sala de la Mina de la Cueva de Nerja.
son de pequeño tamaño (ente 7 y 10 mm de altura, las
dos últimas). Testacella haliotidea presenta una concha
reducida de 4,5 mm.
No hemos podido llegar a nivel de especie en los taxones que hemos denominado Helicella sp1 y Helicella sp2,
dado que las especies de este género se determinan por
los caracteres del aparato genital del que carecemos. Son
de pequeño tamaño (diámetro mayor de la concha entre
4 y 8 mm) y representan tan sólo el 0,92% y 0,05%, respectivamente.
Las especies dulceacuícolas encontradas son dos: 1.Melanopsis praemorsa que representa el 8,13% y su altura
oscila entre 8 y 12 mm. Algunas de sus conchas aparecen afectadas por el fuego. 2.- Theodoxus fluviatilis que
tan sólo representa el 0,16% y su tamaño es de unos 6
mm. El único ejemplar encontrado no presenta signos de
manipulación antrópica, no está perforado, aunque sus
conchas se han utilizado frecuentemente como adornocolgante, incluso en otros niveles del mismo yacimiento
(Jordá Pardo et al., 2010).
Las especies Iberus gualtieranus morfo marmoratus y
Sphincterochila cariosula hispanica presentan, en este
34
yacimiento, un tipo de roturas que pudieran haber
sido realizadas por depredación por animales, con una
frecuencia del 17,21%. Estas roturas tienen distintas
morfologías, que podemos asimilar a tres tipos: 1.- la
rotura desde el ápice, con la destrucción subsiguiente
de la concha, que a veces afecta a una buena parte de la
misma. Este tipo de alteración tafonómica ya ha sido
descrita en la literatura (Aparicio, 2004). 2.- En la zona
de la periferia de la concha, rotura que permite acceder
al musculo columelar, romper este y liberar el animal
permitiendo su salida fuera. 3.- Rotura del ápice y de
la parte lateral de la concha al mismo tiempo (Fig. 4).
Con el objetivo de comparar la malacofauna entre
los distintos niveles estratigráficos, hemos calculado el
NMI/m3, representados en la Fig. 5. En ella distinguimos tres patrones: 1.- el representado por los niveles
NM19, NM18 y NM17, con una mayor abundancia
de las tres especies de mayor tamaño, en una composición de taxones similar y creciente del nivel más antiguo al más moderno; 2- el representado por los niveles
NM16, NM15 y NM14, dónde la abundancia de las
especies de gasterópodos de mayor tamaño disminuye
significativamente, a excepción de la Sphincterochila cariosula hispanica; 3.- el representado por el nivel
Mª Teresa Aparicio, Esteban Álvarez-Fernández, Jesús Francisco Jordá-Pardo...
Figura 4. Roturas causadas, posiblemente, por animales. 1- tipo 1 producida desde el ápice con la destrucción de parte de la concha, en
2 ejemplares de Sphincterochila cariosula hispanica.2- tipo 2, en la periferia de la concha de 4 ejemplares de Sphincterochila cariosula
hispanica. 3- tipo 3, con afectación desde el ápice y el lateral de la concha, en 2 ejemplares de Sphincterochila cariosula hispanica.
4- tipo 1 en dos ejemplares de Iberus gualtieranus morfo alonensis. 5- tipo 3 en la misma especie.
35
36
Análisis de los moluscos continentales del Paleolítico Superior y del Epipaleolítico...
Figura 5. Representación gráfica del NMI/m3 de cada especie en los distintos niveles estratigráficos de la Sala de la Mina de la Cueva de Nerja.
Mª Teresa Aparicio, Esteban Álvarez-Fernández, Jesús Francisco Jordá-Pardo...
Figura 6. Representación gráfica de la abundancia total (sin distinguir taxones) de NMI/m3 de los moluscos continentales y de los
moluscos marinos en los distintos niveles estratigráficos de la Sala de la Mina de la Cueva de Nerja.
NM13 dónde aumenta algo la abundancia de
Iberus gualtieranus morfo alonensis, Sphincterochila cariosula hispanica crece de nuevo en NMI y las
demás especies mantienen su presencia aunque en
menor número.
En la Fig. 6 está representada la abundancia de
los moluscos continentales, en número total de
ejemplares sin distinguir taxones, así como la de los
moluscos marinos, igualmente en números totales
sin distinguir taxones. Observamos tres patrones
similares a los que se acaban de describir. El primer
patrón que comprendería los niveles NM19, NM18
y NM17 dónde la presencia de los moluscos marinos es testimonial. El segundo patrón que incluye
los niveles NM16, NM17 y NM18, donde el MNI
de los moluscos marinos es mayor y disminuyen en
número los moluscos continentales, y por último el
nivel NM13 donde el NMI de los moluscos marinos aumenta considerablemente.
4. Discusión y conclusiones
La presencia de los tres taxones de mayor tamaño
(Iberus gualtieranus morfo alonensis, Iberus gualtieranus morfo marmoratus y Sphincterochila cariosula
hispanica), sería consecuencia de su utilización como
alimento por el ser humano. Su tamaño, abundancia, aportación como nutriente y presencia en asociación directa con otros restos introducidos en la
cueva con fines alimenticios, son argumentos en los
que se apoya esta interpretación, de manera similar
a lo señalado en otros concheros circunmediterráneos y atlánticos (Lubell 2004a, 2004b; Lubell y
Barton, 2011; Gutiérrez-Zugasti, 2011, FernándezLópez de Pablo et al., 2011, 2014).
Sphincterochila cariosula hispanica, especie claramente mediterránea (endémica de la zona costera de Málaga en Andalucía), tiene una concha algo
más robusta que las demás especies terrestres aquí
analizadas, carácter que le confiere una ventaja favoreciendo su fosilización diferencial. Este hecho
explicaría su mayor abundancia en la cueva, por encima de las dos especies del género Iberus.
Desafortunadamente, tenemos escasa información sobre las causas de las roturas de las conchas.
No hay que descartar que pudieran haberse producido por depredadores, aunque no se pueda precisar
el animal que las ha provocado. En la literatura hay
descritas roturas similares a las encontradas en este
yacimiento producidas por roedores (Cadé, 1999;
Yusa et al., 2000; Allen, 2004; Rosin et al., 2011),
por lo que pudieran haber sido producidas por estos
37
Análisis de los moluscos continentales del Paleolítico Superior y del Epipaleolítico...
animales. También hay descritas en la literatura roturas producidas por aves que podrían confundirse
con las de los roedores (Yanes et al., 1991; Aparicio,
2004), por lo que sería deseable poder reconocer el
depredador que las ha producido.
Exceptuando los tres taxones de mayor tamaño,
las demás especies de gasterópodos terrestres habrían
llegado a la cueva de forma fortuita. Su abundancia
y tamaño, sensiblemente inferiores, así lo indicarían.
Pudieron llegar fácilmente adheridas a otros alimentos, combustibles u objetos. En cuanto a las especies
dulceacuícolas, la única concha de Theodoxus fluviatilis hallada en los niveles considerados, no presenta
manipulación antrópica, aunque pudiera servir de
materia prima de reserva para su posterior transformación en objeto de adorno-colgante. Sin embargo
Melanopsis praemorsa presenta una abundancia que
merece consideración. Los taxones de la familia Melanosisdae tienen, en la actualidad, una distribución
disyunta: por un lado viven en Nueva Zelanda y en
Nueva Caledonia y por otra en el Mediterráneo.
Son unos moluscos antiguos, en esta región aparecen al menos desde el Neógeno (Glaubrecht, 2000).
En nuestras latitudes, las formas que encontramos,
pertenecerían a una especie altamente polimórfica
con numerosas subespecies que presentan una distribución circunmediterránea (Glaubrecht, 2000).
En España esta especie está documentada en el Levante y en la zona mediterránea de Andalucía. Jordá
Pardo et al. (2011a), en la Sala del Vestíbulo, donde
también encuentran este taxón (con el nombre de
M. laevigata), indican que quizá llegara hasta allí adherida a las algas, introducida accidentalmente por
las actividades humanas. Fernández-López de Pablo
et al., (2011), encuentra asimismo cantidades significativas de Melanopsis tricarinata tricarinata (probablemente la misma especie que nosotros consideramos), en el yacimiento del Arenal de la Virgen,
sugiriendo su introducción selectiva por el hombre
en el mismo. Carecemos de evidencias, como la presencia de conchas perforadas, que sugieran su utilización con motivo ornamental. Pudiera ser que por
su tamaño, ni grande para servir de alimento, ni
pequeño para ser ignorada, tamaño de la pinza de
nuestra mano (entre 8 y 12 mm), pudiera haber sido
quizá utilizada como un sistema de ficha o pieza para
realizar conteos. Aparecen algunas conchas quemadas, quizá porque estaban siendo utilizadas cerca de
los hogares, en las áreas específicas, de mayor actividad, habitadas por los grupos humanos. Además las
conchas de Melanopsis praemorsa tienen una dureza/
38
resistencia que permite una reiterada manipulación
antrópica.
En el primero los tres patrones señalados en la
figura 5 (niveles NM19, NM18 y NM17), se aprecia
la mayor abundancia de las tres especies de mayor
tamaño, con las variaciones ya señaladas. Teniendo
en cuenta que la presencia de estas tres especies en el
yacimiento son consecuencia de un aporte antrópico, vendría a indicar que los habitantes de la cueva
formaron un “conchero” con los caracoles que se comían. La abundancia de las mismas indica también
que las condiciones climáticas en estos tres niveles
no pudieron ser muy frías, porque el hielo constituye
un factor limitante para la vida de las dos especies
de Iberus y de Sphincterochila cariosula hispanica. En
los tres niveles que marcan el segundo patrón (niveles NM16, NM15 y NM14) la disminución en la
abundancia de los dos taxones de Iberus sugiere un
cambio en el patrón alimenticio, indicando posiblemente la disminución de su consumo. También esta
disminución podría ser consecuencia de un cambio
en las condiciones climáticas con unas características menos favorables para el desarrollo de las especies de Iberus, aunque la presencia y abundancia de
Sphincterochila cariosula hispanica nos marcaría unas
condiciones climáticas templadas. Por último, en el
tercer patrón, (nivel NM13, Fig. 5), las variaciones
en las abundancias de Iberus gualtieranus morfo
alonensis y de Sphincterochila cariosula hispanica, y
las de las demás especies, sugieren un nuevo cambio
de patrón alimenticio o del aporte a la cavidad en el
área muestreada.
Los tres patrones ya indicados en la Fig. 6 parecen
apoyar también un cambio de patrón alimentario,
pero además sugieren un patrón alternativo. En los
niveles más antiguos habría un predominio de consumo de moluscos continentales sustituido posteriormente, en los niveles más recientes por el predominio del consumo de moluscos marinos. En el nivel
NM16 los habitantes de la cueva habrían empezado
a consumir los moluscos marinos de forma conspicua en detrimento del consumo de los continentales,
cambio que se intensificaría en el nivel NM13, en
favor de los moluscos marinos.
Estos cambios en los conjuntos de malacofauna
continental pudieron ser indicativos, indirectamente, de los cambios en la posición de la línea de costa
y la distancia entre la cueva y el mar. Está bien documentado que esta distancia ha variado conside-
Mª Teresa Aparicio, Esteban Álvarez-Fernández, Jesús Francisco Jordá-Pardo...
rablemente en el pasado ( Jordá Pardo et al., 2009;
2011b), dependiendo de los periodos fríos y cálidos
indicados en la cronoestratigrafía. Posiblemente en
los niveles NM19, NM18 y NM17, la distancia hasta
el mar desde la cueva, fuera lo suficientemente grande como para dificultar el traslado de los moluscos
marinos hasta la misma, favoreciéndose así el consumo y almacenamiento de los moluscos terrestres más
próximos. La distancia que separa los yacimientos de
la línea de costa ha sido sugerida igualmente para explicar la escasez de marisqueo en yacimientos como
la Cueva del Caballo y de la Cueva del Algarrobo
(Martínez, 1997) en la zona mediterránea. En el
nivel NM16 se habría producido un acercamiento
del nivel del mar a la cueva, facilitando el trasporte
de las conchas marinas, patrón que se mantendría en
los niveles NM15 y NM14. Por último, en el nivel
NM13, la distancia de la cueva hasta el mar se habría reducido nuevamente, permitiendo el aumento
masivo del transporte de las conchas marinas hasta
el yacimiento.
En el futuro, una evaluación completa del uso de
la malacofauna continental debería tener en cuenta
los datos obtenidos en todas las salas, valorando así
patrones diacrónicos generales y rasgos particulares
vinculados a las diversas ocupaciones.
Agradecimientos
A José Alberto Paz de la Flor por su colaboración con las medidas, las tablas y las fotos; a Jesús
Muñoz por la realización de las fotos y a Alfonso
Nombela por la preparación de las figuras. Las tres
personas del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid.
Bibliografía
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of terrestrial gastropods. En: Barker G.M. (Ed.),
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Gasterópodos continentales en yacimientos
arqueológicos de los valles Asón y Miera (Cantabria)
durante el Holoceno: aspectos paleo-ecológicos
Jesús Ruiz Cobo1
Resumen
Se aborda aquí el estudio de las posibilidades de interpretación paleo-ecológica resultado del análisis de conjuntos amplios de conchas de gasterópodos continentales recuperados en las excavaciones arqueológicas, un tipo de
trabajo cada vez más frecuente en los proyectos de investigación. Se detallan conclusiones concretas para varias series de malacofauna procedentes de yacimientos arqueológicos a partir sobre todo de los ambientes de procedencia
de las especies. La mayor parte de los proyectos cuyos resultados se utilizan en este trabajo parten de excavaciones
realizadas en yacimientos datados en el Holoceno de dos valles de Cantabria, el del Asón y el del Miera datados
en el Holoceno. Los resultados más destacables son los que permiten interpretar las variaciones en la densidad y
riqueza de gasterópodos en los niveles arqueológicos en términos de cambios en la ocupación de la estación arqueológica.
Palabras clave: Gasterópodos continentales, yacimiento arqueológico, reconstrucción ambiental, Holoceno,
Cantabria, Asón, Miera.
Abstract
This paper studies the potential of palaeo-ecological interpretations resulting from the analysis of large assemblages of terrestrial gastropod shells found in archaeological excavations, a type of analysis that is becoming increasingly common in research projects. Certain conclusions are described for several malacofaunal assemblages
retrieved in archaeological deposits, based mainly on the natural environments of the species. Most of the results
used in this paper come from excavations at Holocene sites in two Cantabrian valleys, the Asón and the Miera.
The main conclusion is that the variations in density and abundance of gastropods in archaeological levels can be
interpreted in terms of changes in the occupation of the archaeological site.
Keywords: Terrestrial gastropods, archaeological site, environmental reconstruction, Holocene, Cantabria,
Asón, Miera.
1
GEIS C/R. Grupo de exploraciones e investigaciones subterráneas Carballo Raba. C/ Alcalde Arche s/n. Bajos municipales
Muriedas. Camargo. Cantabria. Mail: jesuscc70@gmail.com.
43
Gasterópodos continentales en yacimientos arqueológicos de los valles Asón...
1. Introducción
Se pueden diferenciar tres enfoques en los trabajos
sobre los gasterópodos continentales:
a) Análisis económico: puesto que algunas especies
de gasterópodos sirvieron de alimento a los grupos
humanos que formaron los yacimientos arqueológicos (por ejemplo Gutiérrez Zugasti, 2009, Fig. 1;
Ruiz Cobo et al., 1999), estas tienen cierto peso en
la economía y pueden establecerse las áreas de recogida, los momentos del año, las áreas y dinámicas de
recolección, etc.
b) Estudios tafonómicos. La presencia de especies en
contextos arqueológicos determinados, permite
obtener conclusiones sobre la integridad y los tipos
de alteración sufridos por los registros sedimentarios. Este sería el caso de Cornu aspersum, o Potamopyrgus antipodarum que sabemos han colonizado la región a partir de un momento concreto de
la historia por lo que su presencia en una fase muy
anterior debe ser explicada (Aparicio 2001; Soler et
al., 2006). Otra cuestión de la que pueden derivarse
conclusiones de interés es la aparición de especies
con perfiles ecológicos muy estrictos, concretamente termófilas, en niveles asignados a épocas frías.
c) Estudios de tipo paleo-ecológico. El carácter muchas veces masivo de la presencia de conchas de
gasterópodos terrestres en los niveles arqueológicos
y su especificidad ambiental, permite considerar
la asociación presente en el yacimiento como un
reflejo modificado por la presencia humana de las
Figura 1. Gráfico de frecuencias de número de restos (NR) y del número mínimo de individuos (NMI) de Cepaea nemoralis en
yacimientos arqueológicos de la Cornisa Cantábrica, a partir de Gutiérrez Zugasti (2009).
44
Jesús Ruiz Cobo
asociaciones que vivieron tanto en la propia estación
como en su entorno. Desde un enfoque dinámico
pueden utilizarse las variaciones en el número de especies y de individuos de cada una de las especies que
viven en los diferentes niveles de la cavidad como indicador de los cambios producidos en este entorno
por la actividad humana.
Este trabajo se centrará en el último de estos tres
apartados. Es resultado del desarrollo de una serie de
estudios de muestras de gasterópodos procedentes de
yacimientos arqueológicos de la región - varios de ellos
realizados por el autor - y paralelamente del estudio de
la fauna actual de gasterópodos continentales de Cantabria. En esta región actualmente viven un centenar
especies terrestres y una treintena de especies dulceacuícolas. El grado de conocimiento de ambas es muy
diferente, mientras que de las primeras se dispone de
estudios concretos y de la información publicada para
el País Vasco (por ejemplo Altonaga et al., 1994; Ojea
et al., 1983), no se puede decir lo mismo de las especies
que viven asociadas a masas de agua, a las fuentes y a
las corrientes subterráneas, para las que se dispone de
menos trabajos y un menor número de muestreos (por
ejemplo Arconada et al., 1984; Rolan, 1991).
En Cantabria, a diferencia de otras comunidades autónomas, como por ejemplo el País Vasco (Altonaga et
al., 1994) o Castilla - La Mancha (Bragado et al., 2010),
no se ha realizado el estudio monográfico de los gasterópodos continentales. Esta falta de un catálogo detallado de las especies presentes en nuestra región hoy
día y especialmente la escasez de datos disponibles sobre sus preferencias ecológicas, supone un importante
problema de entrada para extraer información sobre las
asociaciones de especies que integran las series recuperadas en contextos arqueológicos. Esto nos ha llevado a
realizar muestreos y clasificaciones en parte del territorio regional.
Los caracoles, a diferencia de otros organismos, presentan una serie de ventajas como fuente de información paleo-ambiental:
c) Además resulta habitual poder realizar la clasificación
de las conchas a nivel de especie, salvo para los miembros de algunos géneros con rasgos externos menos
definidos o que han perdido el brillo y la decoración.
Resulta también un importante obstáculo la presencia de fracturas y sobre todo de acumulaciones
de carbonato, a menudo dentro y en el entorno de
la boca, un sector cuyo estudio puede ser clave para
establecer una caracterización específica.
d) Una parte significativa de las especies - o determinadas asociaciones de especies-, se desarrollan exclusivamente en ecosistemas concretos, lo que les da valor
como indicadores ecológicos.
El objetivo genérico de este trabajo ha sido establecer
qué tipo de información paleo-ecológica concreta proporcionan las asociaciones de especies en los contextos
arqueológicos en cueva estudiados, básicamente en horizontes del Holoceno temprano de Cantabria. Se pueden
concretar varios puntos:
• �ué puede deducirse de la proporción entre especies
troglobias y aquellas que viven al aire libre.
• �ué factores han producido el aporte de especies que
viven en el exterior de la cavidad hasta el yacimiento.
• �ué datos pueden proporcionan las especies de hábitat exterior presentes en el yacimiento sobre el entorno inmediato a la cavidad.
• Por último nos planteamos si las variaciones a lo largo
de la secuencia del número de individuos de especies endógenas, es decir las que vivían en el mismo
entorno del hábitat humano -techo, paredes y suelo
de la cavidad-, pueden relacionarse con la intensidad
de la ocupación del sitio en la prehistoria. Se puede
diferenciar aquí entre las especies de hábitat parietal
y las especies humícolas que podrían tener respuestas
diferentes al estrés creado en sus poblaciones por la
ocupación humana.
2. Método y objetivos
a) Su abundancia en los terrenos calcáreos y en distintos
ambientes, permite que aparezcan bien representados en los yacimientos formados en la boca de las
cavidades cársticas.
Para la realización de este estudio se han llevado a
cabo dos tipos de trabajos de forma paralela:
b) Su concha, formada por carbonato cálcico, resiste relativamente bien la degradación y aparece incluso en
contextos antiguos (Madurga, 1973).
a) Estudio de las asociaciones actuales de gasterópodos
continentales a partir de la recogida de cincuenta
muestras en las cuencas del Miera y Asón. En la se45
Gasterópodos continentales en yacimientos arqueológicos de los valles Asón...
lección de los puntos de muestreo se han diversificado los ambientes, tanto desde un punto de vista
topográfico - sectores de fondo de valle, de ladera-,
como de los sustratos -calcáreos puros, mixtos, detríticos- y con diferentes coberteras vegetales -bosque
mixto, encinar, landas, prados-. Se han combinado
muestreos selectivos con muestreos de sedimento;
en este último caso se ha recogido una muestra de
250 gr de sedimento y se ha cribado con malla mínima de 0,5 mm. Los resultados de esta parte del
trabajo exceden los objetivos del artículo por lo que
sólo se utilizarán como marco de referencia en la
interpretación paleo-ecológica de las asociaciones
recuperadas en estaciones arqueológicas. Al realizar
estas interpretaciones debe tenerse en cuenta que los
paisajes actuales de Cantabria son resultado de profundas modificaciones realizadas por las sociedades
humanas en los últimos milenios. Esto hace complejo establecer la correspondencia entre las comunidades actuales y las que vivieron durante el primer
post-glacial. Por otra parte sabemos que aunque la
temperatura de los últimos milenios se ha movido
en unos rangos similares a los de hoy, con variaciones de ±1 ó 2 grados en los últimos milenios (Davis
et al., 2003) la vegetación fue muy diferente.
b) Estudios de series de gasterópodos en yacimientos arqueológicos, llevados a cabo por distintos
investigadores. Sus resultados conforman ya un
corpus de datos que consideramos significativo. Se
incluyen aquí los datos proporcionados por una
docena de yacimientos arqueológicos de época
tardiglaciar y sobre todo holocénica, situados en
Cantabria. En concreto:
• Cubío Redondo (Matienzo, Ruesga). Se trata de
un campamento mesolítico ubicado en una cueva
pequeña, en un ambiente de media montaña caliza. Las dataciones radiométricas del yacimiento
indican que se formó durante casi dos milenios en
un momento cultural mesolítico. Fue utilizada por
un pequeño grupo de cazadores recolectores, que
consumieron allí las cabras, corzos, ciervos, jabalíes
y rebecos que cazaron en los cordales inmediatos.
Además recolectaron y consumieron avellanas,
bellotas y caracoles de tierra (Ruiz Cobo y Smith,
2001). Las series de gasterópodos obtenidas a lo largo de toda la secuencia fueron estudiadas por M.T.
Aparicio (2001).
• Sima del Diente (Matienzo, Ruesga). Abrigo utilizado como lugar de refugio por pastores neolíticos
46
y como lugar de inhumación durante la Edad del
Bronce. Se excavó en el fondo de una pequeña
sima, un espacio no habitable por los grupos humanos, que está labrada junto a la pared de un
amplio abrigo, casi en la cumbre de uno de los
cordales que rodean la depresión de Matienzo.
Como en el yacimiento anterior todo el sedimento extraído de la cueva fue cribado en laboratorio. Las conchas de gasterópodos recuperadas
fueron estudiadas por M.T. Aparicio (2003).
• Cofresnedo (Matienzo, Ruesga). Esta gran cavidad fue utilizada por grupos humanos, de forma
discontinua, desde el último interglaciar hasta la
Edad Media. Las muestras de sedimento resultaron pobres en conchas de gasterópodos y proceden de la zona central del vestíbulo y de restos
de un conchero mesolítico cementado en la boca
(Ruiz Cobo y Smith, 2003a).
• Cueva de Cobrante (San Miguel de Aras, Voto).
Esta amplia cavidad se encuentra en un paisaje
de media montaña, al fondo del valle de Aras,
cerca de la desembocadura del Asón y contiene
un complejo y rico yacimiento arqueológico. Fue
excavada durante varias campañas por P. Rasines
del Río (2010) que nos proporcionó muestras de
gasterópodos procedentes de niveles asignados
al mesolítico. El sondeo se realizó en una plataforma situada en la zona del fondo del vestíbulo,
concretamente a 37 metros de la línea de visera
actual de la cavidad (Ruiz Cobo, 2010).
• En el proyecto Los Tiempos de Altamira, coordinado por el Centro de Investigaciones y Museo
de Altamira, se han estudiado las series de gasterópodos recuperadas en las excavaciones del Las
Aguas (Novales), Linar (La Busta de Periedo) y
Cualventi (Oreña), centrado en el estudio de fases tardiglaciares (Ruiz Cobo y Muñoz Fernández, en prensa). En este artículo sólo haremos
referencia al primero de los yacimientos.
• Abrigo del Carabión en San Miguel de Aras
(Voto). Yacimiento situado en un abrigo fluvial
inmediato al río Clarón. El año 2009 fue excavado bajo la dirección de M. Pérez Bartolomé
y aportó un nivel aziliense y otro de facies conchero asignado al Mesolítico final y primer Neolítico separados por un hiato sedimentario casi
estéril (Pérez Bartolomé, 2013). El problema de
estas series es que proceden de un sector limi-
Jesús Ruiz Cobo
tado de la estratigrafía, el paquete superior. En
ellas se han identificado 612 ejemplares correspondientes a 37 especies de hábitat terrestre y 7
de hábitat fluvial.
3. Resultados y discusión
A continuación destacamos los planteamientos
más significativos derivados del estudio de las series
obtenidas en excavaciones arqueológicas.
te, en una amplia diversidad de medios y puede
encontrarse en los tallos de las encinas, sobre las
rocas, bajo los troncos, etc.
• Los cantiles calizos que forman la pared donde
se abre la cueva. Allí desarrollaron su ciclo vital:
Chondrina kobelti, Abida vasconica, Pyramidula
rupestris, Cochlostoma (Obscurella) sp.
• Del exterior, en un entorno más amplio, proceden las conchas de la ubicua Helicella itala y
Pyrenaearia cantabrica.
3.1 Cubio Redondo
En Cubío Redondo el estudio de las conchas de
Cepaea nemoralis reveló que habían sido consumidas en el yacimiento dado que en varios casos aparecieron asociadas a restos de hogar e incluso presentaban fragmentos de carbón en su interior. El
análisis del tamaño de las conchas de esta especie
reveló la existencia de dos poblaciones: una mayoría
de adultos, de más de un año de edad, con valores
medios de diámetro de entorno a 25 mm y una población de subadultos, de unos 18 mm de diámetro
medio que nacieron en la primavera del año en que
fueron recogidos. Esto revela que este recurso se
recogió durante el otoño, en torno a septiembre u
octubre. Además este momento sería óptimo para
su recogida por coincidir con las primeras lluvias
(Rasilla Álvarez, 1994).
En este yacimiento se estudiaron además las conchas del resto de las especies de gasterópodos. La
muestra estaba formada por 455 ejemplares e incluye 21 especies (Aparicio, 2001), procedentes de al
menos tres ambientes:
• La zona media e interior de la cavidad en que vive
Zonitidae sp., el grupo de especies mejor representado (básicamente formado por conchas de
Oxychilus sp.). También Elona quimperiana y
Azeca goodalli son frecuentes en los primeros tramos de la cavidad.
• El sector exterior de la cueva donde, en la capa
superficial, pueden vivir especies húmicas, como
Oestophorella buvinieri, Discus rotundatus, Cochlicopa lubrica, Pomatias elegans, Puctum pygmaeum, Vallonia costata, Vitrea contracta, Pupilla
muscorum y Truncatellina cylindrica. En cuanto a
Clausilia bidentata aparece, al menos actualmen-
Figura 2. Concha de Pyrenaearia cantabrica (Cueva del Cubío
Redondo de Matienzo) una especie que parece más común en
los yacimientos mesolíticos de montaña que en la actualidad
en los mismos entornos.
47
Gasterópodos continentales en yacimientos arqueológicos de los valles Asón...
Aparicio (2001) encuentra similitudes entre esta
serie de malacofauna continental y la analizada en
Los Canes, con un yacimiento de época similar y situado en un contexto también homogéneo, aunque de
carácter funerario (Aparicio y Escorza 1998). Ahora
bien, destaca la proporcionalmente baja representación
de P. elegans en Cubío Redondo, y apunta a que quizás
son las condiciones de habitabilidad, mejores en este
yacimiento, las que explican una mayor intensidad en
la ocupación humana de la cueva, lo que ha incidido
en una menor proliferación de esta especie en el humus
de la cavidad. También destaca la aparición de conchas
de P. cantabrica, una especie relativamente rara en la
zona hoy día, aunque presente (Fig. 2). Actualmente en
Cantabria vive en laderas calizas desnudas, en muchos
casos sobre los matorrales que crecen entre las rocas de
los canchales estabilizados. Por último la aparición de
algunos fragmentos de Cornu aspersum, se interpreta
como producto de una contaminación, es decir resultado de una mezcla del sedimento del nivel con restos
de la superficie, dado que se considera que esta especie
llega a la Cornisa Cantábrica en momentos posteriores,
bien con los cultivos de la neolitización o bien con la
romanización (Aparicio, 2001). Actualmente C. aspersum resulta más frecuente en los muestreos localizados
en las cercanías del hábitat humano y se enrarece en las
zonas de media montaña.
Se hace necesario explicar la presencia de especies
detritívoras, típicas del entorno vestibular, en un punto
a unos 8 m de la boca. Es posible que hayan llegado a
esta posición junto con las conchas de C. nemoralis y el
resto de la basura humana desde posiciones inmediatas
a la boca, como parte del proceso de limpieza realizado
en las sucesivas ocupaciones de la cueva, dado que la
morfología de la cavidad no permite la existencia de un
drenaje de agua desde el exterior.
Como parte del estudio arqueológico de las evidencias recuperadas y dado que todo el sedimento
fue tamizado y seleccionado en laboratorio, se realizó
un estudio estadístico a partir de las frecuencias de las
diferentes categorías de ecofactos en las tallas (Ruiz
Cobo y Smith, 2001:50). El análisis de las correspondencias (Greenacre y Primicerio, 2013) evidenció que
las frecuencias de microfauna y de gasterópodos -excluyendo las conchas de C. nemoralis- se correlacionaban de modo estadísticamente significativo entre sí,
oponiéndose en los factores a los carbones, fragmentos
de macrofauna, fragmentos de Mytilus sp. y pequeños
fragmentos de barro cocido - evidencia del desmantelamiento de hogares-. Esto permitía interpretar ambas
48
categorías - gasterópodos y microfauna - como indicadores de fases de abandono de la cavidad. Los resultados permiten esbozar la dinámica de ocupación de la
cueva, que duró entre uno y dos milenios según dataciones radiocarbónicas: las primeras ocupaciones -talla
8- aportaron máximos de microfauna y gasterópodos
y corresponden a visitas dispersas en el tiempo, lo que
permite la existencia en la cavidad de poblaciones naturales de gasterópodos y la conservación de sus conchas.
La ocupación se intensifica en las tallas 7 y 6, aunque
sigue teniendo carácter esporádico. Después, en la talla 5, se produce una fase de abandono detectada por
el uso de la cavidad por rapaces nocturnas y la reconstrucción de las poblaciones de moluscos parietales y de
suelo. A partir de aquí, las frecuencias de los restos de
las tallas 4 a 1 indican que la ocupación humana del
vestíbulo es intensa, lo que limita mucho el uso de la
cueva por los gasterópodos y por las rapaces.
3.2 Sima del Diente
En las muestras de sedimento de la Sima del Diente
se identificaron 16 especies de gasterópodos terrestres
-1663 individuos- Aparicio (2003). La mayor parte corresponde a especies que o bien vivían en la propia sima
-Zonitidae sp., Cryptazeca vasconica, E. quimperiana- o
bien poblaban el abrigo exterior, como Oestophorella
buvinieri. En este yacimiento, como en otros, se atestigua que la especie C. aspersum sólo aparece en las capas
más recientes, de cronología sub-actual, lo que encaja
con lo comentado más arriba. El registro sedimentario
que rellena la sima tiene una doble procedencia: algunos niveles se han ido formando exclusivamente por
aportes del propio sistema cárstico y otros presentan
además sedimentos procedentes del abrigo exterior, e
incluyen elementos industriales del hábitat del abrigo.
En estas capas con aporte exterior la proporción de especies que vivían dentro de la sima era menor que en los
niveles producto de la génesis interna de la cavidad, de
formación más lenta, dominados por especies troglobias. Esto permitió establecer diferentes velocidades de
formación para cada nivel, pues debe tenerse en cuenta
que el ritmo de caída de las especies endógenas se mantiene estable (Ruiz Cobo y Smith, 2003b).
3.3 Cofresnedo
En el estudio de Cofresnedo el resultado más interesante fue constatar las variaciones en la diversidad
de especies y en la riqueza de sus poblaciones según se
Jesús Ruiz Cobo
avanza hacia el interior de la cueva. Así se observó una
reducción del 54 % en número de especies y del 85
% en número de individuos entre un muestreo en el
vestíbulo y otro realizado a 15 m de la boca. En este
yacimiento aparecieron, en posiciones interiores, especies de hábitat troglófilo -Oxychilus helveticus, C.
vasconica y Zospeum suarezi- (Ruiz Cobo y Smith,
2003a). La única estación arqueológica de Cantabria
donde ha aparecido esta última especie, además de
Cofresnedo, es la cueva 2179 de Matienzo (Smith y
Echevarría 2010).
3.4 Las Aguas
Los sondeos realizados en el yacimiento de Las
Aguas se practicaron en puntos interiores de la cueva,
apareciendo en sus muestras tanto especies de hábitat
troglófilo como otras del exterior de la cavidad (Ruiz
Cobo y Muñoz, en prensa). La presencia de especies
procedentes del exterior, dado que no son comestibles, se podría explicar hipotéticamente por su aporte
junto con algún tipo de material que, por exclusión, y
dado que estos animales viven sobre los arbustos y en
las ramas secas, podría tratarse de la leña, llevada al
yacimiento por los grupos humanos para sus hogares.
Destaca la importancia de conchas de hygromidos
(familia hygroomiidae), cuyos representantes más habituales en Cantabria son Hygromia limbata y Mengoana
jeschaui, ambas muy ligadas hoy en esta región al bosque caducifolio. La principal aportación del estudio de
este yacimiento fue constatar que uno de los cortes fue
realizado en un sector revuelto por el funcionamiento
hídrico como evidenciaban, además de estudios sedimentológicos, la aparición de conchas de C. nemoralis,
un molusco de clima templado, en un nivel pleniglaciar, que aportó incluso restos de reno (Ruiz Cobo y
Muñoz, Fernández en prensa). En el gráfico de la Fig. 3
se reflejan las frecuencias absolutas del número mínimo
de individuos en los niveles de la cueva de Las Aguas.
3.5 Cobrante
En el yacimiento de Cobrante se estudió una muestra muy reducida en número, en la que sólo aparecen
una docena de especies, la mayoría en los niveles holocénicos (Ruiz Cobo, 2010). De ellas C. vasconica,
O. helveticus y E. quimperiana son las de hábitat más
troglófilo. Se trata de habitantes del suelo y las paredes del vestíbulo de la cueva, sector en que se realizó
un sondeo, en un ambiente con condiciones de luz atenuada, humedad ambiental media-alta y temperatura
estable. De los detritus del suelo del sector más exterior,
Figura 3. Gráfico de frecuencias absolutas del número mínimo de individuos (NMI) en los niveles de Las Aguas (Novales).
49
Gasterópodos continentales en yacimientos arqueológicos de los valles Asón...
concretamente del suelo del abrigo, donde hoy son frecuentes, proceden Discus rotuntadus, Aegopinella nitidula y O. buvinieri. Es muy probable que hayan sido
transportados hasta la zona media del vestíbulo, por
la lámina de agua, en momentos de gota fría. Además
aparecen conchas de C. nemoralis, caracol que sabemos
fue consumido en los niveles mesolíticos pues aparece
asociado a restos producidos por el hábitat humano,
como huesos fracturados de macromamíferos, restos
de carbón etc. La última especie identificada es Helicella itala. Dado que no vive en el abrigo sino en zonas
exteriores sus conchas han debido llegar al interior de
la cueva junto con algún material, probablemente con
ramas, cortezas o maderas utilizadas como combustible
por los grupos humanos que ocuparon este espacio.
3.6 El Carabión
En las muestras obtenidas en las diez tallas en que se
excavó el conchero del Abrigo del Carabión, aparecen
especies que vivieron en diferentes ambientes:
a) El propio abrigo rupestre. Se trata de E. quimperiana, O. cellarius, C. vasconica, Crytptazeca kobelti y
Azeca goodalli. En el material húmico y entre las piedras desarrollaron su ciclo vital O. buvinieri, Discus
rotundatus, Aeopinella nitidula, Lauria cylindracea
y P. elegans. Tres especies del género Obscurella (O.
hidalgoi, O. crassilabrum y O. bicostulata) y dos del
género Abida (Abida bigerrensis y Abida vasconica)
vivieron en el cantil calizo formado sobre el abrigo. Otras especies de pequeño tamaño viven en el
humus y en el horizonte A del suelo: Cecilioides
acicula, Acicula fusca, Carychium tridentatum, Cochlicopa lubrica, Euconulus fulvus, Vallonia costata,
Vallonia excentrica y Vitrea crystallina.
b) Formaciones vegetales que nacen en la cresta y en la
cima del mazo donde se encuentra el abrigo: Clausilia bidentata, H. limbata, Oestophora silvae, C.
nemoralis, Cochlicella barbara y Helicella itala. Se
ha planteado que la presencia de C. bidentata y de
H. itala puede ser indicador de una cierta bonanza
climática (Evans, 1972), aunque su carácter ubicuo,
al menos en la actualidad en la región, desde ambientes de montaña hasta la llanura litoral, hace que
quizás este planteamiento no pueda ser aplicado a
la zona. De hecho las poblaciones de Helicella itala
son ricas y sus conchas alcanzan mayor tamaño en
las zonas calcáreas abiertas a partir de los 1100 m,
según se ha constatado en los muestreos realizados
en Cantabria por el autor.
c) Especies fluviales. Resulta destacable la aparición en
los niveles arqueológicos de especies que viven en
Figura 4. Número de individuos por tallas para especies/ géneros de agua dulce del Abrigo del Carabión (Voto).
50
Jesús Ruiz Cobo
Figura 5. Evolución del ratio entre número de especies de hábitat terrestre y fluvial en las diferentes tallas del Abrigo del
Carabión (Voto).
el río o sobre las plantas que crecen en el cauce. Se
trata de Pisidium sp., Theodoxus fluviatilis, Galba
trunculata, Bithynia tentaculata, Alzoniella cantabrica y Radix ovata. En el gráfico de la Fig. 4, que
indica el número de individuos de especies de agua
dulce por tallas en el Carabión, se observa cómo las
inundaciones sobre el abrigo se mantuvieron a lo
largo de la formación del paquete sedimentario. En
la Fig. 5 se ha expresado la evolución en el tiempo de
la relación entre el número de especies de hábitat terrestre y fluvial. Además se atestigua la abundancia
de Potamopyrgus antipodarum una especie también
fluvial que al parecer llegó a Europa en época histórica (Soler et al., 2006). Se interpreta su presencia
como producto de la contaminación de la superficie
del yacimiento por las últimas inundaciones.
4. Conclusiones
Respecto al primer objetivo -obtener conclusiones
a partir de la proporción entre especies troglobias y exteriores- los resultados no son concluyentes, al menos
si las interpretaciones se realizan en términos cuantitativos. Se evidencian dos restricciones en el avance de
este objetivo a) la falta de estudios de detalle sobre las
preferencias actuales de muchas especies y b) los amplios rangos de tolerancia evidenciados para varias de
ellas -especialmente las pobladoras de la superficie del
suelo-, respecto a la humedad, la temperatura y la luz,
lo que les permite vivir tanto en el vestíbulo de una cavidad como en el fondo de un abrigo. En este aspecto se
podría avanzar a partir del estudio de las restricciones
que las preferencias alimenticias imponen en sus respectivas áreas de hábitat. En el único yacimiento donde se ha interpretado la relación entre frecuencias de
especies troglobias / exteriores es en la Sima del Diente
donde se han constatado diferentes velocidades de formación de los niveles con distintas génesis - interna /
externa- (Ruiz Cobo y Smith, 2003).
El segundo objetivo aborda la interpretación de los
factores que provocan el aporte de especies que viven
en el exterior de la cavidad hasta el yacimiento. En Cobrante la presencia en el yacimiento de especies que viven en la hojarasca y los detritus de la zona vestibular
lleva a plantear que pudieron ser arrastradas a la zona
interior por la lámina de agua. En cambio en el Cubío
Redondo las condiciones de sedimentación sugieren
que las conchas de moluscos se integraron en la basura
51
Gasterópodos continentales en yacimientos arqueológicos de los valles Asón...
en la zona vestibular antes de ser desplazadas por los
humanos junto con los demás restos en un proceso
de barrido hasta el fondo de la cueva. En Las Aguas
se ha justificado, hipotéticamente, la presencia de algunas especies silvícolas con el aporte de leña desde el
exterior. En el mismo caso estarían Cobrante y Carabión, donde se ha relacionado la presencia de H. itala
en horizontes arqueológicos formados por el hábitat
humano con el aporte de materiales vegetales desde
el exterior, dado que esta especie no vive en el interior de las cuevas ni en sus vestíbulos. También se ha
atestiguado el aporte de especies por la acción del río,
en el caso del Abrigo del Carabión, lo que indica que
el lugar de hábitat tuvo que ser abandonado, o desplazado a otro punto del complejo, en determinados
momentos. Estas inundaciones siguen produciéndose hoy día lo que explica la presencia de P. antipodarum en los sedimentos.
En cuanto a la capacidad de las especies de hábitat
exterior presentes en el yacimiento de informar sobre
el tipo de paisaje inmediato a la cavidad las series estudiadas han sido muy parcas en información y en ningún caso puede realizarse ninguna inferencia clara.
Lo que sí se ha constatado es la capacidad de las
variaciones en la riqueza de las poblaciones de gasterópodos sin interés económico de informar sobre la
intensidad del hábitat humano en espacios concretos
de las cavidades, como se ha puesto de manifiesto en el
Cubío Redondo.
Consideramos que para avanzar en el diseño de
interpretaciones paleoecológicas se necesita disponer
tanto de estudios de preferencias ambientales precisas
para cada especie como de series amplias de malacofauna terrestre obtenidas con criterios uniformes y con
información precisa de sus contextos de recuperación.
Agradecimientos
Quiero mostrar mi agradecimiento a Teresa Aparicio que me ha ayudado siempre a desenvolverme en
estas cuestiones y a Han Raven por sus orientaciones
en la clasificación de algunas especies y por revisar este
manuscrito. Y a los directores de los diferentes proyectos de investigación por haberme confiado sus muestras y permitirme utilizar sus resultados: Emilio Muñoz, Mercedes Pérez, Ramón Montes, Pedro Rasines
y Peter Smith. Y por último a todos los miembros del
GEIS C/R y CAEAP por su apoyo.
52
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53
Holocene climate variability in Mediterranean Iberia:
a review of snail shell isotope record
André Carlo Colonese1, Giovanni Zanchetta2,3,4, Anthony E. Fallick5, Russell Drysdale6
Abstract
Late Pleistocene and Holocene archaeological deposits in the western Mediterranean very often preserve abundant terrestrial gastropod shell remains. Stable isotope studies of their shell carbonate provide valuable information on past climate and environments. Here we re-examine the stable carbon and oxygen isotope data of snail
shells from archaeological deposits in the Mediterranean façade of the Iberian Peninsula and compare with data
available for other areas of the western Mediterranean. Stable isotope compositions differ remarkably between
Late Pleistocene, Holocene and modern shells. The results likely reflect changes in atmospheric conditions and
vegetation over time. Fossil shells offer the opportunity to link climate variability and local environmental conditions.
Keywords: Iberian Peninsula, archaeological record, land snail shells, stable isotopes, palaeoclimate and palaeoenvironment.
Resumen
Las conchas de moluscos terrestres suelen ser frecuentes en depósitos arqueológicos del Pleistoceno superior y
el Holoceno en el Mediterráneo occidental. La composición isotópica de sus carbonatos proporciona información
sobre el clima y el medio ambiente del pasado. En este trabajo presentamos los resultados isotópicos del carbono y
del oxígeno de conchas recuperadas en varios sitios del Península Ibérica, específicamente en su sector Mediterráneo. Se observan diferencias significativas entre los valores del Pleistoceno superior, el Holoceno y la actualidad.
Los resultados probablemente reflejan variaciones hidrológicas y cambios en la vegetación a lo largo del tiempo.
Así, las conchas fósiles ofrecen la oportunidad de conectar cambios climáticos con las condiciones ambientales a
nivel local.
Palabras Clave: Península Ibérica, arqueología, gasterópodos terrestres, isótopos estables, palaeoclima y palaeoambiente.
BioArCh, Department of Archaeology, University of York, Biology S. Block, York YO10 5DD, United Kingdom.
andre colonese@york.ac.uk
2
Dipartimento di Scienze della Terra, University of Pisa, Via S. Maria, 53, 56126 Pisa, Italy.
3
IGG-CNR Via Moruzzi, 1 56100 Pisa, Italy.
4
INGV sez. Pisa, Via della Faggiola 32, 56126 Pisa, Italy.
5
Scottish Universities Environmental Research Centre, East Kilbride G75 0QF, Glasgow, Scotland.
6
Department of Resource Management and Geography, University of Melbourne, Victoria 3010, Australia
1
55
Holocene climate variability in Mediterranean Iberia: A review of snail shell...
1. Introduction
relative humidity and temperature, but generally the
influence of these variables on shell δ18O is not straightforward, and distinctive regional relationships are usually observed (e.g. Zanchetta et al., 2005; Yanes et al.,
2009). Shell δ13C is mainly a function of respired CO2
(i.e. diet; Stott, 2002), which for most land snails species means plants. Shell δ13C thus mainly reflects vegetation type (e.g. C3, C4 photosynthetic pathway), as well
as species-specific feeding behaviour (e.g. Colonese et
al., 2010a) and potentially the effect of environmental
conditions on the carbon isotope fractionation of the
plants (Kohn, 2010).
Environmental proxies preserved in archaeological contexts can help link palaeoclimate data - usually
extracted from highly resolved environmental archives
(e.g. speleothems, ice, marine and lacustrine deposits)
- with local environmental conditions, providing insight into resource availability and limitations for past
human societies (Sandweiss and Kelly, 2012). Late
Pleistocene - Holocene archaeological deposits around
the Mediterranean basin often contain numerous land
snail shells (e.g. Fernández-López de Pablo et al., 2014).
Their frequency and relative abundance in well-dated
stratigraphic deposits make the shells an attractive
source of environmental information through distinct
analytical techniques. For example, it has been shown
that the stable carbon (δ13C) and oxygen (δ18O) isotope
composition of these shells can be a useful indicator of
local vegetation and atmospheric conditions. Shell δ18O
has been related to the oxygen isotope ratio of rainfall,
Through a comprehensive compilation of literature
data this study reviews the stable carbon and oxygen
isotope of shells from archaeological sites in the Mediterranean façade of the Iberian Peninsula (Fig. 1; Table
1). Our aim is to compare the degree of deviation of archaeological shells from modern counterparts from the
Late Pleistocene, with a particular focus on the Holo-
Figure 1. Study area showing the location of the archaeological sites on Iberian Peninsula (1, Los Castillejos; 2, Marroquíes; 3,
Arena de la Virgen and Casa Corona at Villena; 4, Bauma del Serrat del Pont) and southern Italy (5, Grotta d’Oriente, 6, Grotta
della Serratura; 7, Grotta di Latronico 3; 8, Grotta del Romito).
Site
C age (ka cal BP)
Reference
~4.0 - 7.2
Yanes et al., 2011
~4.1
Yanes et al., 2013a
3 - Arena de la Virgen and Casa Corona
~8.5 - 12.2
Yanes et al., 2013b
4 - Bauma del Serrat del Pont
~2.5 - 9.0
Colonese et al., 2013
1 - Los Castillejos
2 - Marroquíes
14
Table 1. Archaeological sites of the Mediterranean façade of the Mediterranean facade of the Iberian Peninsula as reported in Figure 1.
56
André Carlo Colonese, Giovanni Zanchetta, Anthony E. Fallick...
cene. Shell isotope data are corrected for their modern
counterparts and compared with other published shell
isotope values from the western Mediterranean (Colonese et al., 2007; 2010a,b; 2011).
2. Materials and Methods
The stable isotope data of archaeological and modern
snail shells from the Mediterranean façade of the Iberian
Peninsula were taken from Yanes et al. (2011, 2013a;
2013b) and from Colonese et al. (2013) (Tab. 1). The
δ18O and δ13C values of archaeological shells were corrected to the average values of the modern counterparts
from the same area (Δ‰ = δ18O, δ13Carchaeological shells δ18O, δ13Caverage value of modern shells). For comparison, modern
shell δ18O and δ13C values were also corrected for their
average values. For each site we considered only species
for which both modern and archaeological shells had
been analysed. In doing so, deviations in δ18O and δ13C
values between modern and archaeological shells should
only reflect changes in environmental conditions at the
local scale. However, when comparing sites, it needs to
be assumed that the species analysed have similar ecological requirements and activity periods, which is not
necessarily true (Cook, 2001). For some Mediterranean
species these assumptions may be reasonably approached
(e.g. Cernuella virgata, Eobania vermiculata, Pomatias
elegans, e.g. Giusti and Castagnolo, 1982), while for other it remains to be verified (e.g. Helix ligata). Modern
shell δ13C values were also corrected (+1.14‰) for the
global decrease of atmospheric δ13C values (Friedli et al.,
1986). Statistical analyses, including 95% confidence ellipse, were performed using RStudio and the package ellipse (Murdoch and Chow, 1996).
3. Results and discussion
3.1 Modern shells
The δ18O and δ13C values of modern shells from the
Mediterranean façade of Iberian Peninsula were positively correlated (R2 = 0.57; n = 64; Fig. 2). This regional
relationship mainly arises from the presence of species
experiencing very distinct ecological and climate conditions. This is particularly the case of Sphincterochila candidissima from Villena, which is a drought tolerant species and has the highest δ18O and δ13C values amongst
the analysed species resulting from higher body fluid
evaporation, the consumption of water-stressed vegetation and 13C enriched limestone in an area with a continental dry climate (Yanes et al., 2013b). Other taxa
(Pomatias elegans, Cernuella sp; Rumina decollata) are
much more comparable in terms of ecological requirements and thus record more similar environmental conditions. Indeed very weak correlations were observed
between shell δ18O and δ13C values and altitude, amount
of precipitation, and average δ18O values of rainfall over
the sampled area (R2 = <0.20 for both δ18O and δ13C).
Figure 2. δ18O and δ13C values of
modern shells from sites in Table 1
(Iberian Peninsula). For comparison
shells from southern Italy and
Sicily are also reported. Notice
the moderate positive correlation
between δ18O and δ13C values in
Mediterranean Iberian shells (95%
confidence ellipses).
57
Holocene climate variability in Mediterranean Iberia: A review of snail shell...
Exceptionally, a substantial negative correlation was
found between average annual temperature and shell
δ13C (R2 = -0.64), but lower for δ18O (R2 = -0.30). Excluding Sphincterochila candidissima from Villena, the
shells from the Iberian Peninsula have δ18O and δ13C
values that fall into the range (95% confidence) of those observed in southern Italy and Sicily (Colonese et al.,
2007; 2010a,b; 2011, 2014). No correlation is observed
between δ18O and δ13C values of shells from southern
Italy and Sicily. This may be to the restricted sampling
areas and less contrasting climate conditions compared
to that of the Iberian Peninsula. Lower δ13C values in
southern Italy are yielded by species typically associated
with humid and shady environments (e.g. Discus rotundatus at Grotta del Romito), and much less thermophilic and tolerant to moderately dry conditions as the majority of species analysed in Mediterranean Iberian (e.g.
Cernuella virgata; Pomatias elegans).
3.2 Late Pleistocene-Holocene shells
Holocene shells from the Mediterranean margin of
the Iberian Peninsula (n = 169) are significantly depleted in both 18O (p < 0.001) and 13C (p < 0.001) compared to their modern counterparts (n = 64). Snail isotope data from the Atlantic side of the Iberian Peninsula
are also reported as comparison and show an opposite
trend with δ18O values similar to higher the modern
counterparts (Yanes et al., 2012). Late Pleistocene
shells (n = 8) are slightly lighter or have similar δ13C
and δ18O values of modern specimens (Fig. 4 and 5).
In general lower shell Δ18O values have been mainly
interpreted as the product of wetter conditions,
while higher Δ18O values are associated with lower
water availability, which is in agreement with other
palaeoenvironmental records (Yanes et al., 2011;
2013a,b; Colonese et al., 2013).
To the date the unique late Pleistocene shell δ13C and
δ O values in Mediterranean façade of Iberian Peninsula comes from Casa Corona at Villena (Yanes et al.,
2003b). Shell δ13C values have been interpreted as the
results of water-stressed vegetation coupled to the effect
of higher atmospheric δ13C, while shell δ18O would be associated to a general decrease of atmospheric temperature. Data southern Italy reveal similar to higher δ18O and
δ13C values compared to modern shells (Colonese et al.,
2010b). Despite the correction for the global decrease
of atmospheric δ13C values shells from the Atlantic side
of Iberian Peninsula and southern Italy are still 13C-enriched compared to their modern counterparts (Fig. 5).
Comprehensively these data are indicative of dry conditions and water-stressed vegetation cover, in particular
during the Younger Dryas cold interval (~11,7 – 12.9
ka cal BP; Carlson, 2013).
18
Figure 3. Early to late Holocene
shell δ18O and δ13C deviations from
modern average (Δ‰) for each site
(95% confidence ellipses).
58
André Carlo Colonese, Giovanni Zanchetta, Anthony E. Fallick...
Figure 4. Late Pleistocene to late Holocene shell δ18O deviations from modern average (Δ‰) for each site. Modern shells (at 0
cal ka BP) are also corrected for their average values (the grey band represents the range). From north to south A) Bauma del
Serrat del Pont; B) Arena de la Virgen and Casa Corona at Villena; C) Marroquíes; D) Los Castillejos, E) Southern Italian
Peninsula and Sicily. Pollen-derived climate conditions depict a humid, transitional and aridification phase for the Holocene of
the Mediterranean façade of the Iberian Peninsula (Pérez-Obiol et al., 2011). The formal boundary between the Late Pleistocene
and Holocene and the time of the Younger Dryas cold event are also reported.
59
Holocene climate variability in Mediterranean Iberia: A review of snail shell...
Figure 5. Late Pleistocene to late Holocene shell δ13C deviations from modern average (Δ‰) for each site. Modern shells (at 0
cal ka BP) are also corrected for their average values (the grey band represents the range). From north to south A) Bauma del
Serrat del Pont; B) Arena de la Virgen and Casa Corona at Villena; C) Marroquíes; D) Los Castillejos, E) Southern Italian
Peninsula and Sicily. Pollen-derived climate conditions depict a humid, transitional and aridification phase for the Holocene of
the Mediterranean façade of the Iberian Peninsula (Pérez-Obiol et al., 2011). The formal boundary between the Late Pleistocene
and Holocene and the time of the Younger Dryas cold event are also reported.
60
André Carlo Colonese, Giovanni Zanchetta, Anthony E. Fallick...
The hydrological model for the Holocene shows
some regional specificity. The lowest Δ18O values (up
to ~-4‰) are confined to sites in SE Spain (i.e. Villena, Marroquíes, Los Castillejos), while in the NE of the
Iberian Peninsula (Bauma del Serrat del Pont) the Δ18O
values are much higher (~-1‰). Such regional differences match other continental environmental proxies in
pointing to a contrasting seasonal, mainly summer, distribution of precipitation at middle latitudes of the Mediterranean and Europe during the Holocene (Magny et
al., 2012). According to several continental palaeoenvironmental proxies, summer precipitation regime differed markedly between south and north Mediterranean
regions, with maximum and minimum summer precipitations in southern and northern sectors respectively.
This would have affected the time of snail activity, with
southern snails recording this summer precipitation
maxima. The sensitivity of snail shell oxygen isotopes
to such latitudinal gradients of precipitation would be
further supported by higher Δ18O values (+0.3‰) of
Holocene shells in the Atlantic façade of the Iberian Peninsula (Yanes et al., 2012; Colonese et al., 2013).
The δ13C record appears to reflect the complex
vegetation cover in the western Mediterranean from
the Late Pleistocene to the late Holocene (e.g. PérezObiol et al., 2011). In most of the sites the shells are
13
C depleted during the middle Holocene compared to
present day, but not to the extent that it is observed in
18
O. For example, Holocene shells from Villena are generally enriched in 13C compared to modern specimens
(Yanes et al., 2013b), despite the decrease in 18O from
the Late Pleistocene. This pattern does not reflect the
trend observed at Marroquíes, Los Castillejos (SE Iberian Peninsula) and Bauma del Serrat del Pont (NE Iberian Peninsula); rather, it appears more consistent with
some sites in Southern Italy and Sicily. Holocene shells
from Grotta della Serratura and Grotta d’Oriente, for
example, have high Δ13C values in spite of their low
Δ18O values (Colonese et al., 2010b; 2011). Both Italian sites are located at low elevation where the presentday annual amount of precipitation is <800 mm. During the middle Holocene coastal areas of southern Italy
had a vegetation cover dominated by evergreen trees
and shrubs, as opposite to upland areas with more deciduous trees forest (Tinner et al., 2009). Open vegetation with drought tolerant species are similarly reported
by Holocene pollen records at Villena (Yll et at., 2003).
Therefore, although large-scale atmospheric and hydrological conditions seem to explain variations in Δ18O
since the Late Pleistocene, shell Δ13C values appear to
reflect local vegetation dynamics which, in some cases,
are in conflict with the general model of shell δ18O as a
function of hydrological balance. Although vegetation
dynamics and composition may differ also as a function
of physical-geographic position of sites and diachronisms in vegetation response to climate conditions (e.g.
Pérez-Obiol et al., 2011), precipitation balance is unlikely to be the only model explaining late Quaternary
changes in Δ18O.. An additional factor possibly responsible for variations in shell δ18O is the seasonality of
precipitation and change in isotopic composition at the
source of precipitation. The snail shell data is likely to
be limited to spring and autumn months - when temperatures are mild and favourable for snail activity. Increased precipitation recorded by snails may have been
extremely seasonal in coastal areas (S. Italy) or at locations with arid or semiarid climate as Villena.
The western Mediterranean Sea is an essential source of rainfall over these areas (Celle-Jeanton et al.,
2001; Bard et al., 2002). Increased river discharge from
southern and northern areas of the Mediterranean
basin during the early-middle Holocene decreased its
seawater δ18O of ~1‰ (Paul et al., 2001). This dilution
is expected to have affected the average isotopic composition of convective precipitations sourced from the
Mediterranean and may have accounted for some of the
changes in shell δ18O at that time (as also proposed for
other continental carbonates, e.g. Marino et al., 2009).
As a consequence, the Δ18O and Δ13C values of late
Quaternary shells may not necessarily correlate. Shell
Δ18O and Δ13C values are thus better explained in terms
of regional and local changes in atmospheric conditions
and vegetation cover.
4. Conclusion
Archaeologists working around the western Mediterranean basin are increasingly incorporating stable
isotope studies on land snail shells in their research agenda. Data from the Iberian Peninsula and southern Italy,
including Sicily, expanded considerably in the last years
and regional comparison - although extremely complicated by several factors - can now be explored. The
snail shell isotope record is in general agreement with
palaeohydrological reconstructions provided by pollen
records from the Iberian Peninsula and lake records
from SW and N Mediterranean regions. During the
Holocene the shells from the Mediterranean façade of
the Iberian Peninsula point to wet conditions, coupled
with the effect of decreasing seawater δ18O. This is the
time of decreasing summer insolation maxima in the N
61
Holocene climate variability in Mediterranean Iberia: A review of snail shell...
Hemisphere and important atmospheric organization
over the Mediterranean basin. The stable carbon isotope composition most likely reflects vegetation cover at
local scale, which may also retain isotopic information
of local hydrological conditions. Overall, the regional
shell isotope records discussed herein emphasize the validity of snail shell remains as a complementary source
of information for palaeoenvironmental investigations,
but analysis need to be extended to other geographic
areas and to more recent time intervals (late Holocene).
Acknowledgements
This work is partially funded by the University of
Pisa (ex 60% G. Zanchetta), the Society of Antiquaries
of London (http://www.sal.org.uk/) and SUERC (UK).
SUERC is funded by a Consortium of Scottish Universities and NERC. The authors wish to thank G. Manganelli, T. Donnelly, J. Dougans, A. Tait, E. Rigawttiere,
I. Baneschi, N. Hausmann, F. Serchisu, H. Robson and
K. McGrath. The authors wish to thank Igor Gutiérrez
Zugasti, Manolo González, David Cuenca and the staff
of the IV Reunión Científica de Arqueomalacología
de la Península (Santander, 2014). The authors thank
Yurena Yanes and Igor Gutiérrez Zugasti for their comments on the manuscript.
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63
Los moluscos marinos del Mesolítico de la
Cueva de la Cocina (Dos Aguas, Valencia).
Análisis arqueomalacológico de la campaña de 1941
Josep Lluís Pascual Benito1, Oreto García Puchol2
Resumen
La cueva de la Cocina ofrece una de las secuencias más conocidas del “Epipaleolítico Geométrico” desde que
Javier Fortea publicó su análisis del Epipaleolítico mediterráneo en la Península Ibérica a partir de los primeros
trabajos en el yacimiento dirigidos por Luís Pericot en los años 40. En los años 70 Javier Fortea excavó en la cavidad
durante varias campañas, aunque hasta el momento sólo se han publicado algunas notas. Las referencias a la malacofauna se limitan a una nota de M. Vidal de 1945 en la que menciona la presencia de once restos de cinco especies
marinas y doce restos de cinco especies continentales. En el presente artículo se estudia la malacofauna marina de
la campaña de 1941, centrándonos en los sectores donde se observa mayor fiabilidad estratigráfica en base a la revisión de la totalidad de materiales que estamos llevando a cabo dentro del proyecto HAR2012 33111 “Meso Cocina: Los últimos caza-recolectores y el paradigma de la neolitización en el Mediterráneo peninsular”. En el conjunto
analizado se observan dos grupos tafonómicos, uno de carácter bromatológico con Cerastoderma glaucum y otro
de carácter ornamental con Columbella rustica, Glycymeris sp., Nassarius reticulatus y, posiblemente, Pecten sp.
Palabras clave: Mesolítico, País Valenciano, malacofauna marina, dieta, adorno.
Abstract
Cocina cave provides one of the better stratigraphic sequences of the “Geometric Epipaleolithic” since Javier
Fortea published their analysis of the Mediterranean Epipaleolithic in Iberia using data from the first works in the
site conducted by Luís Pericot in the 40s. In the 70s Javier Fortea excavated in the cave during several campaigns
although only some notes have been published so far. Information on the shell remains is limited, refering only
the presence of 11 remains corresponding to five marine species and 12 remains related to five continental species. In this paper we present the analysis of the shell assemblage found in the campaing conducted in 1941 and
studied now in the framework of the project HAR2012 33111 “Meso Cocina: Los últimos caza-recolectores y el
paradigma de la neolitización en el Mediterráneo peninsular”. Two taphonomic groups have been recognised in
the studied assemblage, one of a bromatological type and mainly composed by Cerastoderma glaucum, and other
ornamental that includes Columbella rustica, Glycymeris sp., Nassarius reticulatus y Pecten sp.
Keywords: Mesolithic, Valencia Region, marine molluscs, diet, ornament.
Servei d’Investigació Prehistòrica. Museu de Prehistòria de València.
Diputació de València. C/ Corona 36. 46003 València (España). josep.ll.pascual@uv.es
2
Investigadora Programa Ramón y Cajal. Departament de Prehistòria i Arqueologia, Universitat de València.
Av. Blasco Ibáñez 28. 46010 València (España). Oreto.garcia@uv.es
1
65
Los moluscos marinos del mesolítico de la Cueva de la Cocina (Dos aguas, Valencia)...
1. Introducción
1.1. El yacimiento
La Cueva de la Cocina (Dos Aguas, Valencia) se ubica en el extremo occidental de la sierra del Caballón,
a 405 m de altitud y a poco menos de 40 km en línea
recta de la actual línea de costa. Se trata de una amplia
cavidad, de unos 300 m2, con una boca de 22 m de anchura orientada a levante y con escasa visibilidad (Fig.
1). La cueva se abre en la parte cóncava de un recodo
estructural enfrentado directamente a la trayectoria del
barranco de la Ventana, el cual recoge las aguas de La
Canal -valle alto y de difícil acceso-, y termina bruscamente en un gran salto topográfico de unos 80 m de
altura que lo comunica con el barranco del Falón. Este
último es subsidiario del Júcar, el cual ofrece en este
punto un paisaje de aspecto muy quebrado formado
por un cantil continuo casi vertical, donde la red fluvial
se encaja en un valle tan estrecho que se reduce prácticamente al cauce que ocupan las aguas.
1.2 Las campañas de excavación, estudios y
secuencia estratigráfica
El yacimiento fue dado a conocer por las excavaciones del Servei d’Investigació Prehistòrica de Valencia en los años 40. La primera intervención fue un
pequeño sondeo en 1940. Después, bajo la dirección
de Luís Pericot, se efectuaron cuatro campañas en
1941, 1942, 1943 y 1945. Estas intervenciones y los
Figura 1. Fotos de la entrada (desde el exterior y desde el interior) y planta de la Cueva de la Cocina con indicación de los sectores
excavados por L. Pericot (en línea clara) y J. Fortea (en línea oscura). La trama rayada corresponde a la campaña de 194l.
66
Josep Lluís Pascual Benito, Oreto García Puchol
estudios sobre ellas lo convirtieron en un yacimiento
imprescindible para la definición del Epipaleolítico
reciente de la vertiente mediterránea peninsular (Pericot, 1945; Fortea, 1971 y 1973). Con posterioridad,
nuevos trabajos se llevaron a cabo de 1974 a 1981 bajo
la dirección de Javier Fortea (Fig. 1).
La secuencia estratigráfica obtenida en las primeras intervenciones (especialmente en el sector EI de 1945), de
4,5 m de potencia, sirvió de base a Fortea para establecer el
modelo evolutivo del “Epipaleolítico Geométrico de tipo
Cocina”, complejo industrial representativo en el marco
del mediterráneo peninsular de las industrias europeas de
raíz “tardenoide”, basado en la tipología y tecnología de
las armaduras líticas geométricas, en sus frecuencias y en
su puntual asociación con otros indicadores cronoculturales (cerámica). Fue estructurado en cuatro fases, organizadas a partir de los horizontes arqueológicos Cocina I a
IV. La última revisión de la industria lítica de los sectores
excavados por Pericot ha matizado esta secuencia del sector EI en el yacimiento, donde se distinguen bien las dos
fases más antiguas. Cocina I (Fase A) (circa 8600-8000
Cal BP), caracterizada por el predominio de los trapecios
fabricados a partir de soportes laminares fragmentados
mediante técnica de microburil, y Cocina II (Fase B) (circa 8000-7600 Cal BP), en la que los triángulos pasan a
ser las armaduras mejor representadas, destacando entre
ellos un tipo singular, con lados cóncavos y espina central
o tipo Cocina (García Puchol, 2005).
Por el momento resulta difícil individualizar con claridad en el yacimiento el horizonte Cocina III (o fase C)
que, en su día, se definió por los segmentos de retoque
abrupto y las cerámicas neolíticas «antiguas» (impresas,
incisas), aunque no invalida la fase C en el esquema general (García Puchol, 2005; Juan-Cabanilles y Martí, 20072008), mientras que ha sido desestimado como horizonte
cronocultural el nivel superficial u horizonte Cocina IV
(fase D), caracterizado en su momento por la técnica del
doble bisel aplicada a los geométricos (segmentos, triángulos) y presencia de cerámicas neolíticas más «avanzadas» (peinadas) y que fue interpretado como la evolución final de esas industrias en un horizonte neolítico más
avanzado, con algunos materiales de la Edad del Bronce,
ibéricos, medievales y modernos, consecuencia del frecuente uso de la cueva como refugio temporal y corral.
Aparte de los datos estratigráficos e industriales referidos a la campaña de 1945, y las referencias sobre la colección de plaquetas grabadas con motivos geométricos
recuperadas en el yacimiento,, se cuenta con estudios sobre la fauna por M. Pérez Ripoll, que evidencian la espe-
cialización del yacimiento en la caza de la cabra montés a
lo largo de toda la secuencia (Fortea et al., 1987) y sobre la
sedimentología por P. Fumanal (1986), que han permitido conocer las oscilaciones medioambientales.
2. La malacofauna marina de la campaña
de 1941
Hasta la fecha los restos malacológicos de Cocina
solo contaban con una nota provisional de M. Vidal
(1945), quien clasificó un pequeño lote dado a conocer
como apéndice en la primera publicación del yacimiento (Pericot, 1945). Entre las especies marinas señala la
presencia de 11 restos pertenecientes a cinco géneros
o especies: Columbella, Murex, “Cardium edule”, “Pectunculus” y “Nassa reticulata”, indicando que se encontraban frecuentemente perforadas lo que abogaría por
su uso como objetos de adorno.
En los últimos años, los materiales de las excavaciones antiguas depositados en el Museu de Prehistòria de València que, en su mayor parte, aún conservaban los envoltorios originales de los años 40, han
sido ordenados e inventariados en su totalidad. Esta
circunstancia ha permitido conocer que la malacofauna de las intervenciones de los años 40, en curso
de estudio, es abundante con más de 4000 restos,
de los que la mayor parte corresponden a caracoles
completos terrestres y dulceacuícolas, si bien los de
origen marino suman más de 800 ejemplares, un número destacado teniendo en cuenta que se trata de
un yacimiento de interior.
En este trabajo se estudwian los restos malacológicos marinos de la campaña de 1941, por ser la que,
tras la reciente revisión de la totalidad de la industria
lítica tallada, muestra una secuencia coherente con el
desarrollo del Mesolítico Geométrico, además de no
estar afectada por la posterior ocupación neolítica de
la cueva, lo que permite asignar con garantía el material a alguna de las dos fases mesolíticas del yacimiento, Cocina I y Cocina II.
Durante 1941 se excavó en una superficie de 3 x
3,5 m, cerca de la entrada, llegando hasta 2,5 m de
profundidad, mediante capas artificiales de entre 10
y 20 cm de espesor en el sector denominado “cata”,
realizando posteriormente una ampliación de 0,50 m
con capas de diversa potencia que se indican en las
tablas con la letra “a” tras el número de la misma y
que han podido relacionarse con una o dos capas de
67
68
Cocina
I
Capas
1
2
3
1a
4
2a
Total
Cerastoderma
glaucum
11
73
25
5
3
2
119
18
22
6
10
3
59
Columbella rustica
5
6
4a
7
8
TOTAL
9
7a
11
1
9
2
3
Glycymeris sp.
7
2
3
1
1
13
Total
L
Campaña
1941
1
2
2
123
28
6
93
1
1
1
Hinia reticulata
Pecten sp.
Nº. Restos
12
1
11
91
47
11
13
Tabla 1. Distribución por capas de los restos de moluscos marinos.
5
178
10
2
3
9
2
3
1
1
2
1
2
2
1
1
1
1
34
8
220
Los moluscos marinos del mesolítico de la Cueva de la Cocina (Dos aguas, Valencia)...
Cocina
II
Josep Lluís Pascual Benito, Oreto García Puchol
la cata inicial. Así, la capa 1a equivale a las capas 2-3,
la 2a a las 3-4, la 4ª a las 5-6 y la 7a a la 10.
los que el 64,2% son valvas enteras y el 35,7% valvas
fragmentadas (Tabla 2). No existen en la muestra
estudiada fragmentos de pequeño tamaño, hecho
que si ocurre en las excavaciones más recientes del
yacimiento, de lo que se deduce cierta selección en
la recogida de estos materiales en las campañas antiguas como también se ha observado para los caracoles terrestres, quizás debido a los diferentes tamaños
de criba utilizados, de los que no poseemos información.
En la Tabla 1 se indica el número de restos documentado en cada capa, un total de 220 pertenecientes a cinco especies, tres de bivalvos y dos de gasterópodos. El conjunto se encuentra dominado por
dos especies, Cerastoderma glaucum y Columbella
rustica, las cuales suman el 98,1% del total de restos.
Por fases, el número de restos y especies es desigual,
178 corresponden a Cocina II, donde solo hay dos
especies representadas, Cerastoderma glaucum y Columbella rustica, y 34 a Cocina I, donde aparte de las
anteriores se documentan Glycymeris sp., Nassarius
reticulatus y Pecten sp. Otros ocho restos se documentaron en tareas de limpieza (L). Los momentos
más recientes de la secuencia –capas 1 a 4- son los
que mayor número de restos contienen, el 76,2%.
Teniendo en cuenta la lateralidad de las valvas el
número mínimo de individuos es de 65, el número
de valvas derechas, si bien podría ser superior, alrededor de 111, el número mínimo de valvas calculado, toda vez que no hemos encontrado en este conjunto ningún ejemplar que case con su pareja.
Excepto dos ejemplares fragmentados procedentes de las capas 7 y 13 (Cocina I) los demás efectivos
de C. glaucum se documentan en Cocina II y, dentro
de este horizonte, se concentran en las capas 2 y 3 de
donde proceden el 83,7% de los restos (Fig. 2).
Cerastoderma glaucum (Bruguière, 1789)
Este bivalvo constituye el taxón mejor representado de la malacofauna marina con 123 restos, de
Cocina
II
Cocina
I
Capas
1
2
3
1a
4
2a
Total
7
13
Total
L
TOTAL
Nº de restos
11
73
25
5
3
2
119
1
1
2
2
123
Valvas enteras
6
45
19
5
3
1
79
Fragmentos
5
28
6
Nº mínimo de
valvas
10
62
25
Quemadas
1
13
3
Valva derecha entera
3
31
9
Valva derecha
fragmentada
1
10
3
Total valva derecha
4
41
12
Valva izquierda
entera
3
14
10
Valva izquierda
fragmentada
1
8
3
Total valva
izquierda
4
22
13
Frag. Labio o
cuerpo
3
10
5
5
5
3
78
2
41
1
1
2
1
44
3
108
1
1
2
1
111
1
18
18
2
50
50
1
15
15
1
65
65
2
1
1
28
1
29
1
13
1
1
1
15
1
41
1
1
2
44
13
1
1
14
Tabla 2. Características y distribución por capas de los restos de Cerastoderma glaucum.
69
Los moluscos marinos del mesolítico de la Cueva de la Cocina (Dos aguas, Valencia)...
Figura 2. Restos de Cerastoderma glaucum de la capa 3.
Figura 3. Relación anchura/altura de las valvas completas de Cerastoderma glaucum.
70
Josep Lluís Pascual Benito, Oreto García Puchol
La medición de todas las valvas muestra que la mayor parte de ellas corresponden a ejemplares adultos.
Tan solo en un caso la altura es inferior a 2 cm. (Fig.
3), por lo que probablemente existió una selección
por el tamaño en la recolección de este bivalvo.
ejemplares contienen. La mayor parte de las conchas
se conservan completas, aunque el 11,8% se encuentran fragmentadas por la perforación. El 12,9% se
encuentran quemadas y un ejemplar conserva escasos
restos de ocre en su superficie.
Ninguno de los restos de C. glaucum muestra erosión natural o incrustación de otros organismos postmortem, lo que sugiere que fueron recogidos vivos.
Este hecho y la selección por tamaños en su recolección, apunta a que tuvieron un carácter bromatológico. Desconocemos el modo en que fueron preparados para su ingesta. En este sentido el porcentaje de
valvas quemadas es escaso, un 17,2%. Algunas valvas
presentan una pequeña muesca en el labio que podría
relacionarse con la abertura de los ejemplares para acceder a las partes blandas, una hipótesis pendiente de
confirmar mediante experimentación.
Solo poco más de la tercera parte, un 36,5%,
conservan el ápice completo (Fig. 4: 1). El resto
de las conchas de C. rustica se encuentran rodadas,
habiendo perdido el ápice por erosión natural, así
como alguna vuelta, lo que indica, al contrario de lo
que pasa con C. glaucum, que fueron recogidas en la
playa una vez muerto el animal. Conservan cuatro
vueltas el 4,3%, tres vueltas el 32,2%, dos vueltas el
24,7% y una sola vuelta el 2,1%. En estos dos últimos casos se observa que la zona interior de la columela ha sido eliminada o ampliada antrópicamente
por presión y, por tanto, la zona apical se encuentra
perforada (Fig. 4: 2 y 3).
Columbella rustica (Linnaeus, 1758)
Es la segunda especie más abundante con 93 ejemplares, todos ellos perforados en la última vuelta. Se
encuentran mejor repartidos en toda la secuencia,
si bien vuelven a ser las capas superiores las que más
Todas las perforaciones ubicadas en la última vuelta de las C. rustica son amplias e irregulares y se efectuaron mediante percusión en el dorso de la última
vuelta junto al labio, observándose en algunos casos
una posterior regularización por presión.
Figura 4. Selección de conchas marinas empleadas como adorno.
71
Los moluscos marinos del mesolítico de la Cueva de la Cocina (Dos aguas, Valencia)...
Nassarius reticulatus (Linnaeus, 1758)
Un ejemplar completo sin señales de erosión natural con perforación en la última vuelta enfrentada a la
apertura realizada por percusión indirecta desde la cara
interior (Fig. 4: 4).
Glycymeris sp.
Dos valvas de este género, de pequeño tamaño y
muy rodadas, con perforación en el umbo producida
por erosión natural, una de ellas quemada (Fig. 4: 6
y 7). Su grado de rodamiento impide la clasificación
taxonómica a nivel de especie.
Pecten sp.
Un pequeño fragmento de borde y cuerpo del que
resulta difícil una clasificación taxonómica más precisa.
El borde muestra señales de erosión natural, mientras
que el resto del perímetro presenta una fractura angulosa antigua, por lo que se deduce que posiblemente se
fragmentó en el yacimiento (Fig. 4: 5).
3. La malacofauna marina de otros
yacimientos mesolíticos valencianos
de “Murex brandaris, Murex trunculus, Purpura haemastoma consul, Triton nodiferus, Cerithium vulgatum,
Columbella rustica, Nassa reticulata y Purpura haemastoma“ entre los gasterópodos y “Pectunculus violascense,
Venus gallina, Cardium glaucum, Spondylus gaederopus,
Cardium tuberculatum, Pecten jacobaeus y Arca noae”
entre los Lamelibranquios (VV.AA., 2008). Otro conchero, es el del nivel inferior del Abric de l’Assut de
d’Almassora (Vila-real, Castellón), con una potencia superior a 0,80 m de espesor en algún punto, sin material
lítico significativo y con abundantes conchas de moluscos marinos que “en su inmensa mayoría son del género
«cardium»; excepcionalmente se encuentran algunos
raros ejemplares del «pectunculus» y sólo en un caso
de «nática», «cyprea» y «columbela», esta última
perforada” (Esteve, 1970: 47). Este nivel se atribuye al
mesolítico por su carácter de conchero y por su cercanía
a Sitjar Baix (Martí et al., 2006), donde se documentó
un triangulo tipo Cocina (Pascual y García, 1998). El
tercer conchero del que tenemos noticias, actualmente
desaparecido y de atribución cronológica indeterminada, se localizó en los años ochenta en un corte realizado para transformaciones agrícolas en los alrededores
de Torre d’Espioca (Picassent, Valencia) y fue descrito
como una acumulación antrópica de conchas con esca-
Los restos malacológicos de origen marino son frecuentes en contextos mesolíticos valencianos, tanto en
yacimientos del Mesolítico de Muescas y Denticulados
(MMD) como del Mesolítico Geométrico (MG). Por
regla general se documentan en número muy escaso y
pertenecen a un reducido número de especies, si bien
existen algunas excepciones.
En tres casos los yacimientos forman auténticos
concheros, todos ellos ubicados próximos a la costa
y a marjales litorales (Fig. 5), si bien la información
que se posee sobre estos conjuntos es muy desigual y
no se dispone de ninguna cuantificación de los restos.
El más conocido es el de El Collao (Oliva, Valencia)
con una industria lítica donde se observan niveles del
MMD y de la fase A del MG, del que en los avances de
la malacofauna publicados se cita un amplio inventario de especies de origen marino entre las que abundan
“Pectunculous gaditanus” y “Cardium edule” y entre los
gasterópodos “Murex trunculus, Purpura haemastoma y Triton nodiferus” (Boscá, 1916). Posteriormente
J. Cuerda y L. Gasull ofrecen un listado de las especies marinas de los numerosos restos recuperados en
las excavaciones recientes, observando las presencia
72
Figura 5. Mapa del País Valenciano con yacimientos mesolíticos
donde abundan los restos de Cerastoderma glaucum.
Josep Lluís Pascual Benito, Oreto García Puchol
sos restos líticos y “abundantes valvas de Cerastoderma
edule/glaucum y escasos Cerithium vulgatum y Trunculariopsis trunculus” (Mateu et al., 1985: 93).
alguna “Hinia reticulata”, “Hinia costulata”, Cerastoderma glaucum y Antalis sp. (Barciela, 2008: 110).
Como ocurre en Cocina, en los tres concheros citados, la especie marina predominante es Cerastoderma
glaucum, una circunstancia que tan solo se observa en
otro yacimiento de interior recientemente excavado y
el único conjunto publicado, el del asentamiento al aire
libre de Benàmer (Muro, Alicante), donde en niveles
atribuidos a la fase A de MG, se documentaron 61 valvas del género Cerastoderma (edule/glaucum), muchas
de ellas completas, la mayor parte sin señales de erosión
y un ejemplar quemado, además de un valva de Glycymeris con perforación natural y un fragmento de Columbella rustica (Barciela, 2011: 250).
4. Conclusiones
Son más numerosos los yacimientos mesolíticos
valencianos con especies utilizadas para adornos presentes en Cocina, especialmente Columbella rustica
perforada presente en todos ellos, como ocurre en toda
la vertiente mediterránea peninsular, desde el Valle del
Ebro hasta la costa de Málaga (Pascual Benito, 1998:
132; Álvarez, 2008: 104), mientras que Glycymeris sp.,
Nassarius reticulatus, Pecten sp. y otras especies se documentan en menor numero de yacimientos. Sin ánimo
de ser exhaustivos citaremos el conjunto documentado
en niveles del MMD de la Cova de Santa Maira (Castell de Castells, Alicante): 16 Columbella rustica, dos
Hinia reticulata, un Glycymeris sp., dos Clancullus corallinus y un fragmento rodado de bivalvo indeterminado perforado (Pascual Benito, 2006a: 101). Además,
entre la escasa malacofauna no perforada de esa cavidad
–15 taxones- hay presencia de cardiidos y un fragmento rodado de bivalvo indeterminado ( Jordá, 2006: 89).
De la Penya del Comptador (Alcoi, Alicante) procede
una Columbella rustica en un contexto del MMD, del
Abric de la Falguera (Alcoi, Alicante) dos Columbella
rustica en la fase VII, atribuida a un momento intermedio de la fase A del MG (Pascual Benito, 2006b: 303),
de La Mangranera (Andilla, Valencia) una Columbella
rustica y una valva de cardiido muy rodada, de la Covacha de Llatas (Andilla, Valencia), atribuido a la fase
B/C del MG, M. Vidal determina “dos Columbelas,
un Pectunculus perforados y una valva de Cardium
edule” ( Jordá y Alcácer, 1949: 36), de la Cueva del
Lagrimal (Villena, Alicante) 15 Columbella rustica y
una Natica de la fase IV, atribuida al MG (Soler, 1991:
29) y de Casa de Lara (Villena, Alicante), con materiales de las fases A y B del MG y también neolíticos se
recogieron sin referencia estratigráfica conchas perforadas, entre ellas abundantes Columbella rustica,
El análisis de la malacofauna marina de la Cueva de
de la Cocina muestra un aprovechamiento de recursos
del mar y de humedales litorales para la obtención de
productos comestibles y de materia prima para adornos. La primera función se ve reforzada con la presencia
en el yacimiento de otras evidencias de origen marino.
Así en la revisión de los materiales se han identificado
diversos restos ictiológicos en curso de estudio, entre
ellos dos mandíbulas y numerosos molares de Sparus
aurata (dorada), una especie común en zonas litorales
y desembocaduras de los ríos y que en ocasiones se ha
llegado a pescar en zonas salobres de la Albufera, ecosistemas donde Cerastoderma glaucum abunda.
Como hemos visto, el empleo de recursos marinos
no es exclusivo de Cocina. En otros yacimientos mesolíticos valencianos, tanto ubicados próximos a la costa
como en el interior, la abundancia de conchas Cerastoderma glaucum apunta hacia la explotación con carácter bromatológico de este bivalvo. La relación con los
recursos litorales se ha documentado también durante
el MMD en Santa Maira, ubicada a unos 35 km de la
línea de costa actual, por los restos de espáridos, mugílidos y anguila allí documentados (Rodrigo, 2006: 87).
Así mismo, el consumo de proteínas de origen marino
por las poblaciones mesolíticas se ha constatado a partir del análisis de isótopos estables (carbono y nitrógeno) en restos humanos de El Collao y también de yacimientos en cueva del interior, Santa Maira y Mas Nou
(Salazar et al., 2014).
No existen datos seguros sobre la posición de la línea de costa durante la ocupación mesolítica de Cocina. En todo caso la distancia de Cocina a los recursos
marinos aquí vistos estaría, en línea recta, entre 30
y 38 km, distancias de la cueva a la zona inundable
(marjal de la Albufera), donde podía haber alguna
laguna costera, y a la línea de costa actual, donde se
sitúa la restinga de la Albufera.
La presencia significativa de restos malacológicos e
ictiológicos evidencia que la Cueva de la Cocina fue
un lugar frecuentado de forma recurrente a lo largo de
casi un milenio, especialmente durante la primera mitad del VI milenio antes del presente, por los últimos
cazadores-recolectores, en el marco de una estrategia
73
Los moluscos marinos del mesolítico de la Cueva de la Cocina (Dos aguas, Valencia)...
de explotación del territorio móvil que estaría ligada a
desplazamientos costa/interior, tal como ha sido formulado recientemente, al contemplar la posible existencia de unos 15 grupos locales durante el mesolítico
reciente en el País Valenciano, con un territorio con
diámetro variable en torno a los 25-35 km. (Martí et
al., 2008: 248, fig. 11).
De cualquier modo, la explotación de recursos
marinos para el consumo puede considerarse marginal y esporádica. La caza de la cabra y, en menor
número de ciervos y jabalíes, constituiría el principal recurso económico de los grupos de caza-recolectores que ocuparon a lo largo de casi un milenio
la Cueva de la Cocina.
Agradecimientos
Este trabajo se ha llevado a cabo en el marco del
proyecto “Meso Cocina: los últimos caza-recolectores y el paradigma de la neolitización en el mediterráneo occidental” (HAR2012-33111), subvencionado
por el Ministerio de Economía y Competividad, Gobierno de España.
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75
Análisis arqueomalacológico de la unidad
estratigráfica 108 del conchero mesolítico de El Mazo
(Llanes, Asturias): conclusiones socio-económicas
y metodológicas
Asier García-Escárzaga1, Igor Gutiérrez-Zugasti1, Manuel R. González-Morales1
Resumen
En esta investigación se presentan los resultados obtenidos en el análisis arqueomalacológico de la base del conchero de El Mazo (Llanes, Asturias), que se adscribe a un momento inicial del Mesolítico. El material examinado
procede de la unidad estratigráfica (UE) 108, de un área de 0,5 m2 y de un volumen total de 22 litros. Los resultados
obtenidos nos permiten plantear conclusiones de diferente índole: a) La presencia de Phorcus lineatus, Patella depressa y Patella ulyssiponensis indican la existencia de unas condiciones climáticas templadas, propias del Holoceno;
b) El porcentaje de las especies, las zonas de recolección y la biometría de determinados restos permiten plantear
una cierta intensificación en la captura de recursos costeros a inicios del Mesolítico; c) La elevada fragmentación
de las conchas parece sugerir una alta ocupación de la cavidad; y d) El estudio de los materiales procedentes de la
malla de 1 mm demostró la necesidad de analizar estos restos para estimar correctamente el número mínimo de
individuos de Paracentrotus lividus.
Palabras clave: Mesolítico, conchero, arqueomalacología, categorías de fragmentación, explotación de moluscos,
intensificación.
Abstract
In this paper, we show the results obtained through the archaeomalacological analysis of the oldest stratigraphic
unit of the shell midden site of El Mazo (Llanes, Asturias), dated to the early Mesolithic. The remains studied were
recovered from stratigraphic unit (SU) 108 and the total area and volume of sediment excavated was 0.5 m2 and
22 dm3, respectively. The results suggest different issues: a) The presence of Phorcus lineatus, Patella depressa and
Patella ulyssiponensis suggests that environmental conditions were very similar to today; b) The species representation, the collection areas and the biometrical study indicated that coastal resource exploitation during the early
Mesolithic was more intensive than in previous periods; c) The fragmentation indices suggested a high human occupation of the cave during this period; d) The study of material from the 1 mm mesh showed the need to analyse
these remains to correctly estimate de minimum number of Paracentrotus lividus.
Keywords: Mesolithic, shell midden, archaeomalacology, fragmentation categories, exploitation of molluscs,
intensification.
1
Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria, Universidad de Cantabria. Edif. Interfacultativo,
Avda. Los Castros s/n. 39005 Santander, España.
a.garcia.escarzaga@gmail.com; igorgutierrez.zug@gmail.com; moralesm@unican.es
77
Análisis arqueomalacológico de la unidad estratigráfica 108 del Conchero...
1. Introducción
La utilización de recursos marinos por parte de
poblaciones de cazadores-recolectores-pescadores
ha sido identificada en la región cantábrica desde
los inicios del Paleolítico superior y se prolonga a
lo largo de este periodo (Álvarez-Fernández, 2009;
2013; Cuenca-Solana et al., 2013; Gutiérrez Zugasti, 2009; Gutiérrez-Zugasti et al., 2013a), si bien la
evidencia actual sugiere que dicho aprovechamiento se llevó a cabo de forma poco intensa (GutiérrezZugasti et al., 2013b). Esta situación contrasta con
el posterior período mesolítico, en el que la información disponible sobre el aprovechamiento de
moluscos, equinodermos y crustáceos refleja una
mayor explotación de estos recursos (Álvarez-Fernández, 2011; Gutiérrez Zugasti, 2009; 2011a).
En este sentido, uno de los rasgos más característicos del Mesolítico Cantábrico (9500 – 6000 BP)
es la formación de concheros en zonas litorales,
siendo una de las más prolíficas la costa del Oriente
de Asturias. Las peculiaridades del registro arqueológico mesolítico en esta zona fueron identificadas
desde los inicios del siglo XX y dieron lugar a la
tradicionalmente denominada cultura Asturiense
(Clark, 1976; González Morales, 1982; Vega del
Sella, 1923), una de cuyas principales características es la abundante utilización de recursos costeros,
especialmente moluscos.
A pesar de que las investigaciones previas han
reportado una considerable información en relación a las características socio-económicas de los
últimos cazadores-recolectores-pescadores de la
región cantábrica, aún son abundantes los interrogantes relativos a la explotación del medio marino. Algunos de los aspectos de mayor interés son
la evolución del proceso de intensificación en el
aprovechamiento de recursos costeros, la reconstrucción de las condiciones paleoclimáticas o el
establecimiento de los patrones de ocupación de
los yacimientos.
En este trabajo se analizan los moluscos, equinodermos y crustáceos recuperados en la unidad
estratigráfica (UE) 108 de la cueva de El Mazo,
atendiendo especialmente a la representación de
especies, la tafonomía, las zonas de recolección y
la biometría. El objetivo de dicho análisis es aportar información sobre las condiciones climáticas a
inicios del Holoceno, el grado de ocupación de la
78
cavidad y las estrategias de subsistencia de los grupos humanos que habitaron El Mazo, valorando la
intensidad con la que se llevó a cabo la actividad
recolectora por parte de éstos.
2. Materiales y metodología
El material arqueológico analizado procede de
la base del conchero mesolítico de la cueva de El
Mazo (Llanes, Asturias) (Fig. 1) (Gutiérrez Zugasti y González Morales, 2014). En este estudio se
han examinado los restos de moluscos y de otros
recursos litorales (crustáceos y equinodermos) recuperados en la mitad sur de los sectores C y D de
los cuadros X15 y X16 de la UE 108 (Fig. 2), que
se adscriben a un momento inicial del Mesolítico
(9019-8729 cal BP, 8859-8449 cal BP, 8438-8176
cal BP). El material procede de un área de 0,5 m2 y
un volumen total de 22 dm3, y fue sometido a una
limpieza con agua y un cribado con mallas de 4, 2,
1 y 0,5 mm.
La metodología aplicada para la realización de
este análisis arqueomalacológico es la desarrollada
inicialmente por Moreno (1994) para el cálculo del
número de restos (NR) y el número mínimo de individuos (NMI) a partir de las diferentes categorías
de fragmentación, y completada posteriormente
por Gutiérrez Zugasti (2009; 2010; 2011b; 2011c)
para el índice de fragmentación (IF), el análisis biométrico y tafonómico, y el estudio de crustáceos y
equinodermos. La sistemática empleada es la propuesta por CLEMAM (Museo Nacional de Historia de París, http://www.somali.asso.fr/clemam/
index.clemam.htm) y WoRMS (World Register of
Marine Species, http://www.marinespecies.org/)
para las especies marinas y por Kerney y Cameron
(1999) para las terrestres. La identificación taxonómica ha sido realizada a partir de guías especializadas (Fechter y Falkner, 1993; Palacios y Vega
de la Torre, 1997). Las zonas de recolección de las
especies documentadas en este estudio (exposición,
sustrato y zonación vertical) han sido estimadas a
partir de la síntesis realizada por Gutiérrez Zugasti
(2009) sobre el hábitat preferente de las especies,
las observaciones realizadas en la playa de Langre
(Ribamontán al Mar, Cantabria) y las fórmulas
propuestas para tal efecto por Bailey y Craighead
(2003). El análisis estadístico y el test de normalidad (Shapiro-Wilk) ha sido realizado con el programa PAST (Hammer et al., 2001).
Asier García-Escárzaga, Igor Gutiérrez-Zugasti, Manuel R.González-Morales
Figura 1. Localización de El Mazo en el norte de la Península Ibérica.
79
Análisis arqueomalacológico de la unidad estratigráfica 108 del Conchero...
Figura 2. Perfil estratigráfico Norte del conchero en los cuadros X15 y X16 de El Mazo
3. Resultados
En la UE 108 se han documentado un total de
20 taxones (Tabla 1). Los dos taxones más abundantes son Phorcus lineatus (da Costa, 1778) y Patella sp., ya que entre ambos suponen el 87,4% del
NMI total. El resto de las especies representadas en
esta unidad son de carácter marginal, aunque deben reseñarse los resultados obtenidos para el erizo de mar Paracentrotus lividus (Lamarck, 1816),
80
pues a continuación de P. lineatus y Patella sp. es el
taxón con interés bromatológico más abundante,
con un 3,9% del NMI total.
El proceso tafonómico documentado con mayor
asiduidad es la fragmentación, aunque también se
han registrado otros procesos como la incrustación, la perforación, la carbonificación y el encostramiento. La cantidad de restos quemados en la
especie P. lineatus es del 77%, mientras que en el
Asier García-Escárzaga, Igor Gutiérrez-Zugasti, Manuel R.González-Morales
Taxón
UE 108
Bivalvos marinos
NR
NR%
NMI
NMI%
NMI/dm3
Peso (g)
Mytilus sp.
571
0,9
14
0,6
0,6
43,2
Total
571
0,9
14
0,6
0,6
43,2
Gasterópodos marinos
NR
NR%
NMI
NMI%
NMI/dm3
Peso (g)
1
0,002
1
0,04
0,05
0,9
2895
4,5
329
14,5
15,0
721,5
Gibbula umbilicalis
1
0,002
1
0,04
0,05
1,2
Gibbula sp.
24
0,04
15
0,7
0,7
4,8
Nassarius incrassatus
1
0,002
1
0,04
0,05
1,1
Patella vulgata
536
0,8
536
23,7
24,4
590,4
Patella depressa
230
0,4
230
10,2
10,5
231,3
Patella ulyssiponensis
32
0,0
32
1,4
1,5
45,6
Patella sp.
14988
23,1
853
37,7
38,8
1493
Total
18708
29
1998
88,2
91
Gasterópodos terrestres
NR
NR%
NMI
NMI%
NMI/dm
Peso (g)
Cepaea nemoralis
717
1,1
26
1,1
1,2
11,7
2
0,003
2
0,09
0,09
112
0,2
101
4,5
4,6
Oestophorella buvinieri
4
0,006
3
0,1
0,1
Familia Zonitidae
1
0,002
1
0,04
0,05
Orden Pulmonata
239
0,4
1
0,04
0,05
Pomatias elegans
107
0,2
23
1
1
Total
1182
1,8
157
6,9
7,1
29,8
Crustáceos
NR
NR%
NMI
NMI%
NMI/dm3
Peso (g)
Brachyura sp.
25
0,04
6
0,3
0,3
6,8
Balanus sp.
1
0,002
1
0,04
0,05
NR
NR%
NMI
NMI%
NMI/dm
Peso (g)
40412
62,3
89
3,9
4,05
432,5
396
0,6
0
0
0
64907
100
2265
100
103
Littorina saxatilis
Phorcus lineatus
Familia Clausiliidae
Cochlostoma sp.
Equinodermos
Paracentrotus lividus
No identificados
TOTAL
3090
3
0,2
3
3602,3
Tabla 1. Cuantificación (NR, NMI, peso, frecuencias relativas y densidad) de los taxones identificados.
81
Análisis arqueomalacológico de la unidad estratigráfica 108 del Conchero...
Figura 3. Índices de fragmentación de las diferentes especies (valores bajos reflejan una alta fragmentación).
género Patella es del 20,1%. El IF ha sido calculado de manera exclusiva con los datos procedentes
del análisis del material recogido en las mallas de
2 y 4 mm, para así poder comparar la información
recabada con aquella que ha sido presentada para
otros yacimientos de la región cantábrica, donde
no se ha realizado un cribado con la malla de 1
mm. El taxón que presenta un mayor IF es Cepaea
nemoralis (Linnaeus, 1758), seguido de Mytilus sp.
El género Patella y la especie P. lineatus también
presentan una alta fragmentación (Fig. 3).
El NMI de los diferentes taxones y sus hábitats
preferentes sugieren que se produjo un aprovechamiento mayoritario de zonas de costa abierta (Fig.
4A). La ecuación de Bailey y Craighead (2003)
indica que el 98,1% de los taxones de Patella vulgata Linnaeus, 1758 proceden de un área expuesta. El sustrato explotado con mayor asiduidad es
el rocoso, con un 98,7%, siendo minoritaria la
recolección en fondos arenosos (0,1%) o en áreas
terrestres (1,2%). La mayor parte de los recursos
litorales recuperados proceden del área intermareal (Fig. 4B). La fórmula de Bailey y Craighead
(2003) para calcular la posición en la vertical de P.
vulgata, sugiere que los taxones de esta especie fueron recogidos preferentemente en las zonas media
y baja del intermareal (78,8%).
El estudio biométrico ha permitido conocer los
tamaños (en mm) medios de P. lineatus, P. vulgata y Patella depressa Pennant, 1777 (Tabla 2). El
análisis estadístico y la aplicación del test ShapiroWilk han indicado que la distribución de los tamaños no es normal ni log-normal en las especies
P. lineatus (Fig. 5A) y P. vulgata (Fig. 5B), al tiempo que presenta una asimetría positiva en ambas
especies. En cambio, la distribución de los tamaños
Figura 4. Zonas de recolección: A) Exposición de la costa y B) Zonación vertical.
82
Asier García-Escárzaga, Igor Gutiérrez-Zugasti, Manuel R.González-Morales
Figura 5. Representación estadística y distribución de los tamaños de A) P. lineatus; B) P. vulgata y C) P. depressa.
83
Análisis arqueomalacológico de la unidad estratigráfica 108 del Conchero...
Longitud
Taxón
Anchura
n
Tamaño (mm)
n
Tamaño (mm)
P. lineatus
241
16,7
176
16,4
P. vulgata
391
24,6
397
20,1
P. depressa
168
24,5
167
19,8
P. lividus
(semi-pirámides)
175
9,9
175
4
P. lividus (rótulas)
431
4,9
Tabla 2. Longitud y anchura (en mm) de las principales especies explotadas.
Mallas utilizadas
Taxón
Bivalvos marinos
4 mm
4 -2 mm
Diferencias con
4 mm
4-2-1 mm
Diferencias con
4-2 mm
NMI
NMI
%
NMI
%
Mytilus sp.
9
14
35,7
14
0
Total Bivalvos
9
14
35,7
14
0
NMI
NMI
%
NMI
%
0
1
100
1
0
326
329
0,9
329
0
Gasteróp. marinos
Littorina saxatilis
Phorcus lineatus
Gibbula umbilicalis
1
1
0
1
0
Gibbula sp.
13
15
13,3
15
0
Nassarius incrassatus
1
1
0
1
0
Patella vulgata
536
536
0
536
0
Patella depressa
230
230
0
230
0
Patella ulyssiponensis
32
32
0
32
0
Patella sp.
633
853
25,8
857
0,5
Total Gast. marinos
1772
1998
140
2002
0,2
Gasteróp. terrestres
NMI
NMI
%
NMI
%
Cepaea nemoralis
6
26
76,9
26
0
Familia Clausiliidae
0
2
100
2
0
Cochlostoma sp.
11
101
89,1
101
0
Oestophorella
buvinieri
3
3
0
3
0
Familia Zonitidae
0
1
100
1
0
Orden Pulmonata
1
1
0
1
0
Pomatias elegans
11
23
52,2
23
0
Total Gast. terrestres
Crustáceos
Orden Brachyura
Balanus sp.
Equinodermos
Paracentrotus lividus
TOTAL
32
157
79,6
157
0
NMI
NMI
%
NMI
%
2
6
66,7
6
0
0
1
100
1
0
NMI
NMI
%
NMI
%
21
61
65,6
89
31,5
1836
2237
17,9
2269
1,4
Tabla 3. NMI recuperados empleando diferentes tamaños de mallas y las diferencias porcentuales si no se considerarían los restos
procedentes de las mallas de 2 y 1 mm.
84
Asier García-Escárzaga, Igor Gutiérrez-Zugasti, Manuel R.González-Morales
es normal para el taxón P. depressa (Fig. 5C). El
análisis biométrico de los tamaños (en mm) de P.
lividus ha sido realizado sobre los dos elementos
diagnósticos más abundantes: las semi-pirámides y
las rótulas (Tabla 2).
En este análisis arqueomalacológico se han estudiado de manera independiente los materiales
recuperados en las mallas de 4, 2, 1 y 0,5 mm para
así cuantificar el NMI que se perdería en el caso de
no utilizar los tamaños más pequeños. El porcentaje de NMI perdido entre el análisis de los restos
procedentes exclusivamente de la malla de 4 mm y
usando también la de 2 mm es especialmente reseñable en el género Patella y en la especie P. lividus.
La aportación de mayor interés al emplear el material recuperado en la malla de un 1 mm se produce
en P. lividus (Tabla 3). El análisis del material recuperado mediante el tamizado de 0,5 mm no ha
reportado ningún elemento diagnóstico.
4. Discusión
4.1. Representación taxonómica
Los resultados obtenidos sugieren que la explotación malacológica está definida por una notable
especialización, centrándose ésta en el género Patella y la especie P. lineatus. Esta información está en
sintonía con los estudios desarrollados para aquellas áreas de la región cantábrica exentas de estuarios, donde estos taxones siempre suponen más del
80% del NMI durante el Mesolítico (Álvarez Fernández et al., 2013; Gutiérrez Zugasti, 2009). Esta
especialización es consecuencia de la necesidad de
proceder a una explotación sistemática de los moluscos propios de un sustrato rocoso y de zonas de
costa abierta, donde los dos taxones señalados son
predominantes.
La proporción de los diferentes taxones también
tiene un interés paleoclimático, ya que determinadas especies presentan unas preferencias climáticas
definidas. Desde fines del Magdaleniense hasta el
Mesolítico se observa una sustitución gradual de
Littorina littorea (Linnaeus, 1758) por P. lineatus
y un aumento de Patella ulyssiponensis Gmelin,
1791 y P. depressa en detrimento de P. vulgata,
aunque esta última continúa apareciendo en proporciones considerables durante todo el Mesolítico (Álvarez-Fernández, 2011; Gutiérrez Zugasti,
2009). Los datos obtenidos para la UE 108 de El
Mazo se encuentran en sintonía con el patrón descrito, ya que no se han hallado restos de L. littorea
y el porcentaje de P. lineatus es similar al documentado en los yacimientos mesolíticos cercanos de
Poza l´Egua (Llanes, Asturias) (Arias et al., 2007)
o Mazaculos II (Ribadedeva, Asturias) (Gutiérrez
Zugasti, 2009), aunque, en La Llana (Llanes, Asturias) la aportación porcentual de P. lineatus es muy
superior (Gutiérrez Zugasti, 2009). A diferencia
de lo que ocurre en los yacimientos citados, donde
los porcentajes de P. depressa son similares a los de
P. vulgata, en la UE 108 de El Mazo la importancia
cuantitativa de P. vulgata es superior a la de P. depressa, aunque la presencia de este segundo taxón
permite corroborar un aumento cuantitativo de
esta especie a inicios del Holoceno.
El resto de los taxones identificados en la UE
108 se encuentran en proporciones meramente
testimoniales. A pesar de su baja proporción, las
especies C. nemoralis y P. lividus merecen una consideración pormenorizada. La presencia de caracoles terrestres en los yacimientos arqueológicos
a manudo tiene un origen intrusivo, como ocurre
en la UE 108 de El Mazo, si bien en ocasiones se
ha documentado su recogida y consumo por grupos humanos, como en el nivel aziliense de La
Fragua (Santoña, Cantabria) (Gutiérrez Zugasti,
2009; 2011d) o en los niveles mesolíticos de Arenal de la Virgen y Casa Corona (Villena, Alicante)
(Fernández-López de Pablo et al., 2011). Al tiempo, la presencia de C. nemoralis permite obtener
datos paleoclimáticos, ya que están relacionados
con áreas kársticas y húmedas, y con bosques caducifolios, característicos del Holoceno (Kerney
y Cameron, 1999). La cantidad de erizos de mar
recuperados en la región cantábrica habitualmente es escasa, salvo en el nivel mesolítico de Arenillas (Islares, Cantabria), donde se documentaron
243 individuos (2,3%) (Gutiérrez Zugasti, 2009)
y los niveles Magdaleniense Final y Aziliense de
Santa Catalina (Lekeitio, Bizkaia) con 297 (3,7%)
y 148 (3,8%) individuos, respectivamente (Gutiérrez Zugasti, 2014). En la UE 108 de El Mazo la
aportación cuantitativa de esta especie es menor,
sin embargo el porcentaje con respecto al total
del NMI es ligeramente superior y también lo es
la densidad por dm3 (Tabla 1), que en Santa Catalina fue de 1,3 para el Magdaleniense Final y 1,2
para el Aziliense. El hábitat preferente de estos organismos es el intermareal bajo y el submareal, lo
85
Análisis arqueomalacológico de la unidad estratigráfica 108 del Conchero...
que dificulta su captura. Esta idea sugiere una posible diversificación e intensificación en la captura de recursos marinos (Gutiérrez Zugasti, 2009;
2011c; 2014).
4.2. Análisis tafonómico
Los procesos tafonómicos de la UE 108 son
similares a los documentados en otros registros
cantábricos (Gutiérrez Zugasti, 2009). El encostramiento del material arqueológico se observa en
su mayor parte en el cuadro X15, más expuesto a
la precipitación de carbonato por ser la zona más
externa del sondeo y situarse bajo la cornisa del
abrigo. La carbonificación ha sido documentada
en la totalidad del área analizada de una forma muy
similar. Sin embargo, este agente tafonómico no
afectó de igual manera a todas las especies, ya que
mientras el número de restos del género Patella
carbonificados es del 20,1%, en el caso de P. lineatus es del 77%. La causa de este proceso post mortem en ambos taxones puede estar relacionada con:
a) un posible asado de los moluscos para su consumo; o con b) una acumulación de las conchas en
las inmediaciones de los hogares, propiciando así
su característica coloración negruzca. Los datos sugieren que la posibilidad con mayor verosimilitud
es la segunda, aunque la mayor carbonificación de
los restos de P. lineatus también podría estar relacionada con su asado para el consumo alimenticio,
ya que, a diferencia del género Patella, la extracción de este molusco requiere de su muerte previa.
El estudio de la fragmentación muestra que los
índices de Patella sp. y P. lineatus son bajos (Fig.
3), lo que evidencia una alta fragmentación, superior a la media del resto de yacimientos de la región
cantábrica (Gutiérrez Zugasti, 2009; 2011c). La
causa de esta elevada fragmentación podría estar
relacionada con una alta ocupación de la cavidad
a inicios del Mesolítico, ya que: a) no se han documentado desplazamientos o movimientos geológicos que pudieran causar la alta fragmentación; b)
el porcentaje de restos carbonificados en el caso del
género Patella no es lo suficientemente alto para
haber generado esa degradación; y c) las dataciones
absolutas de las unidades estratigráficas correspondientes a la base del conchero parecen corroborar
esta idea, ya que sugieren una rápida formación de
los niveles inferiores. La alta fragmentación del género Patella ha propiciado que el número de ápices
86
sea muy elevado (43% del NMI total de lapas), imposibilitando así su correcta identificación a nivel
de especie y provocando que un número importante de individuos hayan debido ser incluidos en la
categoría Patella sp.
4.3. Zonas de explotación
El NMI de los diferentes taxones recuperados y
las zonas de hábitat de estos organismos sugieren
que se produjo una explotación importante de la
costa abierta (Fig. 4A). El significativo porcentaje
que presentan los ambientes estuarinos tiene una
razón metodológica, ya que P. vulgata contribuye
a sumar en ambas zonas. No obstante, la ecuación
de regresión propuesta por Bailey y Craighead
(2003) indica que el 98,1% de los individuos de
esta especie proceden de un área expuesta. Por tanto, se puede afirmar que la explotación del litoral
se centraba casi con exclusividad en la costa abierta, y concretamente, en las zonas más batidas por el
oleaje. Esta información puede ser esgrimida para
justificar un proceso de intensificación en el aprovechamientos de recursos costeros, ya que desde
fines del Paleolítico Superior se aprecia un paulatino incremento de la explotación malacológica en
aquellas áreas más expuestas del litoral, y por ende
más peligrosas (Gutiérrez Zugasti, 2010).
Los datos referentes a la zonación vertical sugieren una explotación centrada en el intermareal,
siendo muy similar la contribución de las diferentes zonas (Fig. 4B). La aplicación de la fórmula
elaborada por Craighead para P. vulgata (Bailey y
Craighead, 2003) indica que el 78,8% de los individuos de esta especie proceden de la zona mediabaja del intermareal. Este porcentaje contrasta con
los obtenidos para otros yacimientos del Magdaleniense Superior Final y del Aziliense en la región cantábrica, momentos en los que se observa
una igual explotación de P. vulgata en zonas altas
y bajas del intermareal (Gutiérrez Zugasti, 2010).
Los resultados sugieren que se produjo una explotación importante de la zona de más difícil acceso
y que, al menos en la especie P. vulgata, el uso de
esta zona es mayor que en los periodos previos. Al
igual que ocurre con la mayor explotación de zonas
expuesta y el proceso de diversificación atestiguado, la información referente a la zonación vertical
sugiere la existencia de una cierta intensificación
en comparación con los momentos previos.
Asier García-Escárzaga, Igor Gutiérrez-Zugasti, Manuel R.González-Morales
4.4. Estudio biométrico y estadístico
Los tamaños de los taxones con interés bromatológico más representados (Patella sp. y P. lineatus)
se encuentran en sintonía con la información obtenida hasta el presente para la región cantábrica. La
longitud y el diámetro de los ejemplares muestran
una reducción de tamaños considerable con respecto al Paleolítico Superior (Álvarez-Fernández,
2009; Álvarez-Fernández et al., 2011; Arias et al.,
2007; Gutiérrez-Zugasti, 2011a; Ortea, 1986) y,
en términos generales, son muy similares a los del
Mesolítico (Álvarez-Fernández, 2013; ÁlvarezFernández et al., 2011; Arias et al., 2007; Gutiérrez-Zugasti, 2011a). Estos datos sugieren que la
presión sobre los recursos costeros ha aumentado
con respecto a los periodos previos. Sin embargo,
todavía no parece que esta intensificación sea muy
acusada, ya que el estudio estadístico y la aplicación del test Shapiro-Wilk muestran que la distribución de los tamaños no es normal ni log-normal
en P. lineatus (Fig. 5A) y P. vulgata (Fig. 5B), y que
en ambos casos esta distribución presenta una asimetría positiva, lo que indica que se produce una
recolección de los ejemplares de mayor tamaño. Si
bien es cierto que P. depressa (Fig. 5C) presenta
una distribución normal, la asimetría positiva sugiere que también se produce una captura de los individuos más grandes y que por tanto, no se produce una explotación indiscriminada de este taxón.
Por otro lado, el análisis biométrico de P. lividus (Tabla 2) refleja una reducción del tamaño de
las semi-pirámides con respecto a las recuperadas
en los niveles adscritos al Magdaleniense Superior
(11,1 mm), Magdaleniense Superior Final (10,8
mm) y Aziliense (10,6 mm) de Santa Catalina (Gutiérrez Zugasti, 2014). La reducción del tamaño de
las semi-pirámides en relación a los contextos previos podría ser interpretada como otro síntoma de
un proceso de intensificación en la explotación del
medio marino.
4.5. Consideraciones metodológicas
La mayor parte de las investigaciones arqueomalacológicas desarrolladas previamente en la región
cantábrica han analizado el material procedente
de diferentes tamaños de malla, siendo la de 2 mm
la de menores dimensiones. Hasta la fecha, sólo
se han considerado los materiales recuperados en
la malla de 1 mm para el estudio de J3, donde no
se observó una pérdida del NMI con respecto a la
malla de 2 mm (Álvarez-Fernández et al., 2010).
Los resultados presentados en este trabajo muestran que el NMI de P. lividus perdido supone casi
un 32% en el caso de no contabilizar los restos menores a 2 mm (Tabla 3). Esta desigual información
está causada porque la aportación cuantitativa de
P. lividus en J3 era muy escasa, hallándose exclusivamente radiolas y fragmentos de caparazón. En
conclusión, los datos presentados en este trabajo
sugieren que la omisión del estudio de los restos
recogidos en las mallas de 1 mm podría significar
una pérdida considerable de los elementos diagnósticos más pequeños y por tanto una infrarrepresentación del NMI.
5. Conclusiones
El crecimiento cuantitativo y cualitativo de los
estudios arqueomalacológicos en la región cantábrica ha permitido conocer la evolución de la explotación de moluscos a lo largo de la Prehistoria
en el área señalada. Las conclusiones obtenidas a
partir del análisis arqueomalacológico de la UE
108 de El Mazo están en sintonía con aquellas que
han sido esgrimidas previamente a partir de otros
contextos arqueológicos de la región cantábrica, y
que sugieren un aumento del consumo de recursos
marinos en general y malacológicos en particular
desde el Paleolítico Superior Final, alcanzado una
mayor importancia durante el Mesolítico e inicios
del Neolítico. Este trabajo ha permitido caracterizar el grado de explotación de moluscos, y por ende
también las características socio-económicas de los
grupos humanos prehistóricos a inicios del Mesolítico en el yacimiento de El Mazo. Los resultados
obtenidos sugieren que las condiciones climáticas
a inicios del Holoceno eran similares a las actuales.
La elevada fragmentación que presentan las conchas podría relacionarse con una alta ocupación de
la cavidad a inicios del Mesolítico. Al tiempo, las
zonas de recolección y la biometría parecen reflejar una intensificación en la explotación del medio
marino, al menos con respecto al Paleolítico Superior y al Aziliense. No obstante, esta intensificación no debió ser muy acusada, pues el estudio
estadístico refleja una recolección de los ejemplares más grandes. El uso de los materiales procedentes de la malla de 1 mm ha permitido observar que
se produce una pérdida significativa del NMI de
87
Análisis arqueomalacológico de la unidad estratigráfica 108 del Conchero...
P. lividus, cuya presencia no parece importante desde
un punto de vista cuantitativo pero sí cualitativo, en
tanto en cuanto permite constatar una mayor diversificación en la explotación de los recursos litorales.
Agradecimientos
Esta investigación se enmarca en el proyecto del
Plan Nacional de I+D+I “Tracechange: Identificación de eventos de cambio climático abrupto y su
impacto social durante el Pleistoceno final y el Holoceno inicial (15.000-7000 cal BP) (HAR201346802-P)”, financiada por el Ministerio de Economía y Competitividad del Gobierno de España. Al
tiempo, también ha sido financiada por la Universidad de Cantabria mediante una beca predoctoral
concedida a AGE y por el Ministerio de Economía
y Competitividad del Gobierno de España mediante
un contrato del programa Juan de la Cierva concedido a IGZ. Así mismo, debemos mostrar nuestro
agradecimiento a la Universidad de Cantabria, al
IIIPC, al Grupo de Ingeniería Fotónica por el apoyo
proporcionado y a David Cuenca Solana, Javier Martín Chivelet, Luis Teira y Patricia Bello Alonso por
su inestimable ayuda.
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89
Un acercamiento al aprovechamiento de los recursos
litorales durante el Mesolítico: los invertebrados
marinos del abrigo de El Toral III (Llanes, Asturias)
Patricia Bello-Alonso1, Lander Ozkorta-Escribano2, Igor Gutiérrez-Zugasti1
Resumen
Los concheros mesolíticos que se localizan en el área del oriente de Asturias y que han sido objeto de estudio
indican que los grupos de cazadores-pescadores-recolectores ejercían una intensa explotación sobre el medio litoral. Pese a todo, el estudio de concheros en la región no siempre ha sido llevado a cabo en detalle, principalmente,
debido a las características inherentes a los propios depósitos, que generalmente aparecen cementados. En este
artículo se presentan los resultados obtenidos tras el estudio de los restos de moluscos, crustáceos y equinodermos
hallados en las unidades estratigráficas 13A y 21 pertenecientes al depósito arqueológico de El Toral III (Llanes,
Asturias) y fechadas en un Mesolítico avanzado. La aplicación de una metodología de análisis dividida en varias
fases (clasificación taxonómica y anatómica de los restos, cuantificación de los mismos y análisis tafonómico) ha
permitido realizar una aproximación a las formas de vida de los grupos humanos que habitaron el yacimiento durante el periodo indicado, así como a los patrones de explotación del medio marino y a la importancia que tuvieron
estos recursos dentro de las estrategias de subsistencia de los últimos cazadores-pescadores-recolectores.
Palabras clave: Arqueomalacología, Mesolítico, Recursos costeros, Invertebrados marinos, Conchero.
Abstract
Previous research on Mesolithic shell middens located in eastern Asturias showed that hunter-fisher-gatherers
practiced an intensive exploitation of coastal environments. Nevertheless, the study of shell middens in the region
is usually difficult, mainly due to characteristics of the deposits, which are often cemented. In this paper we show
the results obtained through the study of molluscs, crustaceans and echinoderms found in the stratigraphic units
13A and 21 from El Toral III (Llanes, Asturias) and dated totheMesolithic. The analytical methodology was divided in several phases (anatomical and taxonomical identification, quantification and taphonomical analysis).
Results allowed an approach to the lifestyle of human groups that inhabited the site during the Mesolithic, as well
as to the patterns of exploitation of coastal environments and the importance of theseresources within the subsistence strategies of the last hunter-fisher-gatherers.
Keywords: Archaeomalacology, Mesolithic, Coastal resources, marine invertebrates, Shell midden.
Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria, Universidad de Cantabria.
Ed. Interfacultativo, Avda. de los Castros s/n, 39005 Santander (España).
patriciamariabelloalonso@gmail.com; igorgutierrez.zug@gmail.com
2
Universidad del País Vasco. Departamento de Estratigrafía y Paleontología, Ed. Facultad de Ciencia y Tecnología.
Barrio Sarriena s/n. 48940 Leioa, Bizakaia.
lozkorta@gmail.com
1
91
Un acercamiento al aprovechamiento de los recursos litorales durante el Mesolítico...
1. Introducción
Las diversas investigaciones llevadas a cabo desde
finales del siglo XIX hasta la actualidad dentro del
marco atlántico europeo señalan que los recursos marinos en general y la recolección de moluscos en particular han sido una de las principales fuentes de alimentación a las que ha recurrido el ser humano desde
tiempos remotos (Gutiérrez-Zugasti et al., 2011). En el
caso concreto de la región cantábrica, los depósitos de
conchero aparecen, fundamentalmente, desde el Paleolítico Superior hasta el Neolítico y en menor medida
en periodos posteriores (Leoz y Labadía, 1984; Altuna,
1985; Madariaga & Fernández-Pato, 1985; Moreno y
Morales, 1987; Álvarez-Fernández, 2011, 2012; Álvarez-Fernández et al., 2013; Gutiérrez-Zugasti, 2011a).
No obstante, las evidencias arqueológicas parecen indicar que fue durante el Mesolítico cuando se produjo un
aprovechamiento más sistemático de moluscos (Ortea,
1986; Bailey y Craighead, 2003; Arias et al., 2007; Álvarez Fernández, 2011; Gutiérrez-Zugasti, 2011a), realidad especialmente visible en el Oriente de Asturias a
lo largo del intervalo temporal denominado como Asturiense (Vega del Sella, 1923; Clark, 1976; González
Morales, 1982).
En este artículo se presentan los resultados del análisis de los moluscos, equinodermos y crustáceos procedentes de las unidades estratigráficas 13A y 21 de la
cueva de El Toral III (Llanes, Asturias). El objetivo de
este análisis es aportar nueva información sobre las características, tanto sociales como económicas, de los últimos cazadores-pescadores-recolectores que habitaron
la zona oriental de la costa asturiana, pues a pesar de
la larga tradición investigadora existente en esta zona,
aún son muchas las cuestiones por resolver. Al mismo
tiempo, a partir de los datos obtenidos también se busca aportar nuevas perspectivas sobre el aprovechamiento de los moluscos, las estrategias de explotación y la
importancia de estos recursos dentro de la dieta de los
grupos humanos.
2. Material y métodos
La cueva del El Toral III se localiza en la parroquia
de Andrín (Llanes, Asturias), dentro de la Región Cantábrica (Fig. 1) y dista 1 km de la franja litoral. Se trata
de una cavidad pequeña, de corto desarrollo relativo, ya
que a los pocos metros de la entrada se abre un socavón
de tamaño considerable que impide el paso pero que
conecta la cavidad con el resto del sistema kárstico. El
92
yacimiento arqueológico se localiza principalmente en
el abrigo exterior, que tiene unos ocho metros de longitud. La intervención arqueológica en el yacimiento
se inició en 2009 con motivo de la construcción de la
Autovía del Cantábrico, ya que el trazado inicial suponía la destrucción de esta cavidad. Las características
del abrigo hicieron que éste se dividiera en dos grandes
áreas diferenciadas, la zona A y la zona B. La primera
se localiza en la parte sur de la cavidad mientras que
la segunda se ubica en la parte norte del yacimiento.
La excavación del yacimiento puso de manifiesto la
existencia de diferentes unidades estratigráficas (UE),
la mayor parte de ellas de conchero, en las que se han
recuperado diferentes materiales. Asimismo se ha identificado la existencia de agujeros de poste relacionados
con las ocupaciones mesolíticas (Noval Fonseca, 2014).
Los materiales analizados en este estudio proceden de
la UE 13A, cuadro O6, subcuadros C y D (Zona A) y
de la UE 21, cuadro M9, subcuadros A y B (Zona B).
Las dataciones por radiocarbono sitúan estos depósitos
en un Mesolítico avanzado (Tabla 1).
La metodología de análisis aplicada para evaluar los
restos de moluscos y otros recursos litorales es la propuesta inicialmente por Moreno (1994) y completada después por Gutiérrez Zugasti (2009). Asimismo,
también se ha recurrido a bibliografía especializada
para llevar a cabo el primer paso del estudio, la identificación taxonómica y anatómica de los restos (Fechter & Falkner, 1993; Lindner, 1983). Esta primera
parte del estudio ha permitido clasificar el material
malacológico dentro de diferentes categorías de fragmentación. A partir de dichas categorías se ha calculado el número de restos (NR) y el número mínimo de
individuos (NMI) con el objetivo de obtener información sobre la representación de cada una de las especies dentro del conjunto. También se han documentado los principales procesos tafonómicos (Fernández
López, 1999) que han afectado a las conchas y se ha
calculado el índice de fragmentación (IF) siguiendo el
método propuesto por Gutiérrez Zugasti (2009).
Finalmente, a partir del NMI de cada taxón, y considerando el hábitat preferente de cada uno de ellos,
se han establecido las zonas de recolección en lo referente a la zonación, exposición y sustrato (Gutiérrez Zugasti, 2009). Al mismo tiempo, también se ha
utilizado tanto la ecuación propuesta por Craighead
(1995) para establecer el grado de exposición de las
zonas en las que se recogió la especie Patella vulgata
como la ratio Longitud/Altura para poder determinar
la zonación vertical de esta misma especie.
Patricia Bello-Alonso, Lander Ozkorta-Escribano, Igor Gutiérrez-Zugasti
Figura 1. Localización de la cueva de El Toral.
93
Un acercamiento al aprovechamiento de los recursos litorales durante el Mesolítico...
U.E.
Material
Lab Ref
Fecha
BP
Des. Est.
Mediana
cal BP
Método
21
Carbón
UGAMS-5401
6750
30
7662
7573
7607
C14 AMS
21
Hueso
humano
UGAMS-5400
7080
30
7782
7615
7690
C14 AMS
13A
Hueso
ICA-0802
7000
40
7935
7735
7839
C14 AMS
Intervalo cal BP
Tabla 1. Dataciones por radiocarbono disponibles para las UEs 13A y 21. La calibración se ha llevado a cabo utilizando el software
Oxcal 4.2 y la curva de calibración Intcal2013.
3. Resultados
presentada (29,4%) mientras que el mejillón Mytilus
galloprovincialis, el percebe Pollicipes pollicipes, el erizo
de mar Paracentrotus lividus, los balanos Balanus sp.,
los cangrejos Brachyura sp., y otros gasterópodos como
Gibbula sp. y Nassarius sp. presentan los porcentajes
más bajos.
3.1 UE 13A
3.1.1 Representación de especies
Los estimadores de abundancias resultantes de la
UE 13A (Tabla 2) muestran un claro predominio de
las lapas del género Patella en general (66,9%) y dentro
de éste, de la especie Patella depressa (23,6%) en particular, siendo su representación en el conjunto superior a Patella vulgata (14,5%) y a Patella ulyssiponensis
(3,3%). No obstante, si se toman los datos por especies,
el caracolillo Phorcus lineatus sería la especie más reTaxones
3.1.2 Procesos tafonómicos
Todo el conchero ha sido afectado por diversos
procesos tafonómicos. Al encontrarse estos restos
dentro de la cueva han sufrido erosión por el agua,
biodegradación, bioerosión, fragmentación y al-
UE 13A Sc. C/D
UE 21 Sc. A/B
Bivalvos marinos
NR
NMI
%NMI
NR
NMI
%NMI
Mytilus
galloprovincialis
2634
44
0,9
1803
127
1,6
Total Bivalvos
2634
44
0,9
1803
127
1,6
Gasterópodos marinos
NR
NMI
%NMI
NR
NMI
%NMI
Phorcus lineatus
5548
1431
29,4
769
346
4,3
Gibbula umbilicatis
24
6
0,1
11
11
0,1
Haliotis sp.
2
1
0,02
15
1
0,01
5
5
0,1
0
0
0
Patella vulgata
Nassarius sp.
706
706
14,5
1392
1392
17,1
Patella depressa
1149
1149
23,6
3887
3887
47,8
160
160
3,3
1180
1180
14,5
Patella sp.
34653
1242
25,5
9313
1119
13,8
Total gasterópodos
marinos
42247
4700
97
16567
7936
97,61
Crustáceos
NR
NMI
%NMI
NR
NMI
%NMI
Orden Brachyura
132
3
0,1
23
1
0,01
Patella ulyssiponensis
Balanus sp.
92
87
1,8
0
0
0
Pollicipes pollicipes
120
26
0,5
246
40
0,5
Equinodermos
NR
NMI
%NMI
NR
NMI
%NMI
Paracentrotus lividus
2255
7
0,1
8274
26
0,3
TOTAL
47480
4867
100
26913
8130
100
Tabla 2. Representación de taxones presentes en las UEs 13A y 21 (frecuencias absolutas y relativas del NR y NMI).
94
Patricia Bello-Alonso, Lander Ozkorta-Escribano, Igor Gutiérrez-Zugasti
teraciones térmicas. El índice de fragmentación
para P. lineatus es de 0,233, para el género Patella
es de 0,066 y para M. gallopovincialis es de 0,017
(Fig. 2A). El porcentaje de restos quemados es del
73% (Fig. 2B).
3.1.3 Áreas de recolección
Los estudios sobre las zonas de recolección indican que la recogida se llevó a cabo mayoritariamente
en el sustrato rocoso (99%). A su vez, el análisis revela que la explotación se llevó a cabo en costa abierta
ya que el 82,2% de los taxones identificados habitan
en esas zonas (Fig. 3A). En esta dirección apuntan
también los resultados de la ecuación de exposición
aplicada a las medidas de P. vulgata, ya que indican
un 93,7% de recolección en costa abierta y sólo un
6,3% en zonas abrigadas (Tabla 3). El análisis de la
zonación vertical refleja una explotación centrada
en el intermareal (95,8%). Dentro del mismo, se
aprecian porcentajes similares para las tres zonas,
alta, media y baja (Fig. 3B). A su vez, los análisis de
zonación sobre P. vulgata reflejan que se recogieron
mayoritariamente en zonas bajas (81,7%) (Tabla 3).
Figura 2. A) Índice de fragmentación de las principales especies
presentes en las UEs 13A y 21. 0= máxima fragmentación, 1=
mínima fragmentación; B) Proporción de restos quemados
(NRQ) y no quemados (NRnQ) en ambas UEs.
3.2 UE 21
3.2.1 Representación de especies
Los estimadores de abundancias resultantes de la
UE 21 (Tabla 2) muestran un claro predominio del género Patella en general (93,2%) y dentro de éste, la especie con mayor representación es P. depressa (47,8%)
en particular, siendo su representación en el conjunto superior a P. vulgata (17,1%) y a P. ulyssiponensis
(14,5%). El resto de taxones representados, como M.
galloprovincialis, P. lineatus, Gibbulaumbilicalis, Haliotis tuberculata, P. pollicipes, Brachyura sp. y P. lividus
solo suponen el 6,8% del total dentro del conjunto.
3.2.2 Procesos tafonómicos
Los procesos tafonómicos más comunes y con mayor presencia son, fundamentalmente, la biodegradación, el encostramiento y la fragmentación, aunque en
menor medida también se han encontrado restos afectados por alteraciones térmicas y la abrasión. El índice
de fragmentación señala que la especie M. galloprovincialis es, con diferencia, el taxón con mayor fragmentación (0,07), mientras que los índices para Patella sp. y
P. lineatus son 0,382 y 0,357 respectivamente (Fig. 2A).
Figura 3. Zonas de recolección de moluscos en las UEs 13A y
21. A) Exposición: proporción de especies recogidas en zonas
expuestas y abrigadas; B) Zonación: proporción de especies
recogidas en el supramareal, intermareal e inframareal.
95
Un acercamiento al aprovechamiento de los recursos litorales durante el Mesolítico...
UE
N
13A
21
Zonación
Exposición
Zona Alta
Zona Baja
Costa Expuesta
Costa Abrigada
525
18,3%
81,7%
93,7%
6,3%
358
19,7%
80,3%
99,3%
0,7%
Tabla 3. Zonas de recolección (zonación y exposición) de Patella vulgata a partir de las ecuaciones de regresión propuestas por
Craighead (1995).
En cuanto a la presencia de restos quemados, éstos solo
representan el 18,3% sobre el total de restos (Fig. 2B).
3.2.3 Áreas de recolección
Los resultados muestran que la explotación se llevó
a cabo, fundamentalmente, en sustrato rocoso (99,9%).
Los datos obtenidos para la determinación del área de
exposición evidencian un claro predominio de la recogida de especies propias de áreas de costa abierta (82%)
(Fig. 3A). Aplicando la fórmula de regresión para determinar la zona de recogida de la especie P. vulgata se
aprecia que los individuos recogidos en la zona expuesta (99,3%) son netamente superiores a los individuos
recogidos en la zona abrigada (Tabla 3). La estimación
de la zonación vertical refleja un predominio de la explotación del intermareal, especialmente de la zona
baja (Fig. 3B). Aplicando la fórmula para el cálculo de
la zonación para la especie P. vulgata, se evidencia que
las lapas se recogieron principalmente en la zona baja
del intermareal (80,3%) (Tabla 3).
4. Discusión
4.1 Representación de especies
Comparando los resultados obtenidos para cada
nivel se observan notables diferencias en cuanto a la
representatividad de cada una de las especies presentes, así pues, mientras en la UE 13A el porcentaje de
P. lineatus es de un 29,4% sobre el total, en la UE 21 la
representatividad de esta especie es del 4,3%. La importancia cuantitativa de este gasterópodo en la primera
UE señalada es superior a la obtenida en algunos niveles de otros yacimientos mesolíticos con características
similares como, por ejemplo, La Trecha y Mazaculos II
(Gutiérrez Zugasti, 2009). En cambio, en la UE 21 el
porcentaje de esta especie es menor que en dichos yacimientos y solo supera las cantidades documentadas
en La Fragua (Ortea, 1986; Arias et al., 2007; Gutiérrez Zugasti, 2009). Así mismo, también encontramos
que la proporción del género Patella es diferente entre
96
ambas UEs, pues en la 13A suponen un 66,9% sobre
el total y en la 21 representan un 93,2%. Para el caso
de la UE 21 nos encontramos con que el género Patella, por un lado, supera notablemente las cantidades
que presentan niveles de otros yacimientos como, por
ejemplo, La Llana (50,8%) o La Trecha (56%), y, por
otro, presenta un porcentaje ligeramente más alto que
Mazaculos II (82,8%) y La Fragua (82,6%) (Gutiérrez
Zugasti, 2009). En el caso de la UE 13A las diferencias
porcentuales con los yacimientos mencionados, fundamentalmente, con La Llana y La Trecha, se muestran
menos acusadas.
A pesar de las diferencias entre ambos niveles, P. depressa es la especie más representada y los gasterópodos
en su conjunto son el grupo con mayor presencia. En
este sentido, los datos de ambas unidades concuerdan
con la información obtenida en otros yacimientos del
Mesolítico Asturiense como La Riera, Poza l´Egua,
Mazaculos II, El Mazo y La Llana. En éstos se ha constatado que la suma de individuos del género Patella y P.
lineatus siempre superan el 80% del NMI, siendo bastante bajo el porcentaje presentado por otros taxones
habituales como, por ejemplo, el mejillón M. galloprovincialis, el erizo de mar P. lividus o los restos de crustáceos (Brachyura sp., P. pollicipes) (Ortea, 1986; Arias et
al., 2007; Gutiérrez Zugasti, 2009; Álvarez-Fernández
et al., 2013). Los datos proporcionados a partir del
análisis arqueomalacológico de las UEs 13A y 21 de El
Toral III, junto con los resultados obtenidos en otros
trabajos sobre yacimientos de similares características dentro de la región cantábrica, parecen mostrar la
existencia de una clara tendencia hacia la recolección
de unos determinados taxones (con predominio de
lapas y caracolillos), producto probablemente del tipo
de costa presente en la zona oriental de Asturias, con
predominio de las zonas rocosas de costa abierta, en las
que proliferan esos taxones.
4.2 Procesos tafonómicos
Los procesos tafonómicos con mayor relevancia en
las dos UEs analizadas son la fragmentación, la biode-
Patricia Bello-Alonso, Lander Ozkorta-Escribano, Igor Gutiérrez-Zugasti
gradación, el encostramiento y la carbonificación. El
estudio de la fragmentación, ha permitido observar
diferencias entre las UEs analizadas en este trabajo y
también con respecto a otros yacimientos de la región
cantábrica donde se ha aplicado esta metodología. En
el caso de M. galloprovincialis, el IF es similar para las
dos UEs estudiadas y para aquellos obtenidos en otros
registros arqueológicos como Mazaculos II (Gutiérrez
Zugasti, 2009, 2011b). El índice que presenta P. lineatus es más alto en la UE 13A que en la UE 21, pero en
ambos casos se muestran índices más bajos (y por tanto una mayor fragmentación) que los obtenidos en niveles mesolíticos de otros yacimientos de la zona de estudio. En el caso de Patella sp. los resultados de ambos
niveles son dispares, pues en la UE 13A es más bajo
que en otros registros, mientras que la UE 21 muestra
un índice que está en sintonía con los datos obtenidos
en otros yacimientos (Gutiérrez-Zugasti, 2011b). Las
razones que se pueden relacionar con este proceso son
diversas si atendemos a todo el conjunto de actividades antrópicas y procesos naturales que, comúnmente,
se generan en un yacimiento. Así pues, entre los diversos motivos puede estar el de una intensa ocupación
de la cueva, el uso de los moluscos como útil y/o la
intensidad de ciertos procesos naturales como, por
ejemplo, la biodegradación o el encostramiento (Gutiérrez Zugasti 2009, 2011b). Así mismo, la fragmentación del material también podría relacionarse con la
exposición de las conchas al fuego y la aparición de
restos carbonizados, pues este proceso afecta al material analizado, aunque de forma desigual, siendo leve
para la UE 21 (18,3%) y bastante notoria para la UE
13A (73%). La carbonificación de los individuos puede deberse o relacionarse con dos causas: a) el asado de
los moluscos en hogares o b) la realización de los hogares sobre el depósito de conchas. Este planteamiento,
vinculado al uso de las cuevas como zona de hábitat,
se encuentra en sintonía con otros datos que se tienen
para este yacimiento, como es la presencia de agujeros
de poste (Gutiérrez-Zugasti et al. 2011), o para otros
cercanos, como el conchero de El Mazo, donde se
han documentado vestigios de hogares in situ (Gutiérrez-Zugasti et al., 2014).
4.3 Áreas de recolección
Los datos disponibles en ambos niveles sugieren que
la recolección se llevó a cabo preferentemente en zonas rocosas, expuestas y bajas del intermareal, al igual
que ocurre en otros yacimientos mesolíticos como La
Llana, Mazaculos II, La Fragua y La Trecha (Gutiérrez
Zugasti, 2009, 2010, 2011a). La información relativa
al sustrato y la recogida sistemática en zonas de costa
abierta debe ser vinculada a la morfología de la costa
y la lejanía de zonas estuarinas, pues las más cercanas
en la actualidad se sitúan a más de 20 kilómetros, distancia no rentable para el transporte de los moluscos al
yacimiento. La explotación preferente (aunque no exclusiva) de zonas expuestas y bajas del intermareal (más
peligrosas y difíciles de explotar) probablemente indica
la existencia de cierta intensidad en la recogida de invertebrados marinos o un aprovechamiento concreto
durante los períodos de mareas vivas.
5. Conclusiones
En términos generales, los datos obtenidos muestran que ambos niveles tienen la composición típica
presentada por otros yacimientos adscritos al Mesolítico Asturiense. La representación de especies confirma
la existencia de un patrón en esta zona para el periodo
que nos ocupa, es decir, de nuevo, los gasterópodos en
general y la especie Phorcus lineatus y el género Patella
se presentan como los taxones más recolectados. Los
procesos tafonómicos identificados, fundamentalmente, fragmentación y alteración térmica, junto a las dataciones obtenidas, al hallazgo de evidencias de diversas
actividades desarrolladas en el yacimiento y la existencia de estructuras (agujeros de poste) parecen apuntar
hacia una ocupación del abrigo sino continuada sí prolongada en el tiempo. Al tiempo, las alteraciones que
presentan la mayor parte de los restos malacológicos a
consecuencia de la acción de agentes físico-químicos
y geológicos, principalmente biodegradación y encostramiento, indican que el material arqueológico estuvo
expuesto a la circulación de agua, como suele ser habitual en contextos kársticos.
Atendiendo tanto a los valores resultantes que han
permitido concretar el área de exposición como a los
datos obtenidos para la determinación del sustrato, se
evidencia una clara explotación de las zonas expuestas
y del ámbito rocoso. Así mismo, la zonación vertical
señala una recolección de moluscos localizada concretamente en la franja intermareal en general y en la zona
baja de la misma en particular. De este modo, se puede
observar un área de captación de moluscos muy concreta, lo cual es comprensible si se tiene en cuenta que esta
zona costera no alberga estuarios.
A pesar de que aún resultan escasos los análisis
arqueomalacológicos llevados a cabo en detalle, los
97
Un acercamiento al aprovechamiento de los recursos litorales durante el Mesolítico...
datos obtenidos hasta el momento para la región
cantábrica indican que, fundamentalmente, durante el Mesolítico los recursos litorales se convirtieron
en un recurso alimenticio importante y constante
dentro de la dieta de los últimos grupos de cazadores-pescadores-recolectores (Ortea, 1986; Bailey
y Craighead, 2003; Arias et al., 2007; Álvarez-Fernández, 2011; Gutiérrez Zugasti, 2009; 2011a). Al
tiempo, si se tienen en cuenta tanto los resultados
obtenidos a través de los análisis de isótopos estables
para determinar tanto las paleodietas (Arias, 2006)
como la estacionalidad (Deith, 1983; Deith y Shackleton, 1986; Craighead, 1995), se entiende que,
junto la caza de mamíferos terrestres (Marín Arroyo, 2004; 2013; Marín Arroyo y González Morales,
2009) y la recolección de frutos y plantas (López
Dóriga, 2013), el medio marino se configuró como
una zona clave en la estrategia de explotación y de
subsistencia de los grupos de cazadores-pescadoresrecolectores mesolíticos.
Agradecimientos
Esta investigación se ha desarrollado en el marco del
proyecto del Plan Nacional de I+D+I “Tracechange:
Identificación de eventos de cambio climático abrupto y su impacto social durante el Pleistoceno final y el
Holoceno inicial (15.000-7000 cal BP) (HAR201346802-P)”, financiado por el Ministerio de Economía
y Competitividad del Gobierno de España. Uno de los
autores (IGZ) es investigador del programa Juan de la
Cierva, financiado por el mismo ministerio. Asimismo,
agradecemos a las siguientes instituciones y personas su
ayuda durante la realización de la investigación: IIIPC,
Universidad de Cantabria, UTE Pendueles-Llanes, María Noval y Manuel R. González Morales.
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99
Instrumentos de concha y producción cerámica en
los grupos neolíticos de la costa Atlántica del oeste
de Francia
David Cuenca Solana1, Catherine Dupont1, Gwenaëlle Hamon2
Resumen
Tradicionalmente el uso de instrumentos de concha por los grupos humanos ha sido vinculado, sobre todo a partir del estudio de estos instrumentos en grupos de cazadores-recolectores, con el desarrollo de acciones expeditivas
y poco especializadas. A través del empleo de metodología de análisis funcional se ha realizado el estudio del material arqueomalacológico recuperado en Diconche (Saintes, Charente-Maritime, Francia) asignado cronológicamente al Neolítico final. Los resultados obtenidos muestran el uso de conchas para el desarrollo de diferentes fases
de la producción cerámica, en procesos de trabajo estandarizados y empleando un mismo útil de forma recurrente
durante varios ciclos productivos. La información obtenida contribuye a replantearnos el rol de estos instrumentos
dentro de los medios de producción empleados por los grupos que desarrollaron la explotación de los recursos litorales durante el Neolítico. Un momento en el que el incipiente proceso de sedentarización pudo desempeñar un
papel clave en algunas de las transformaciones relacionadas con la gestión de su utillaje.
Palabras clave: Análisis funcional, malacología, Neolítico, costa atlántica, cerámica.
Abstract
Research on shell tools used by human groups has focused mainly in hunter-gatherer societies so far, with limited
interest in their use by food producers. The use of these tools has been linked to the development of expeditious
and not very specialised actions. Shell material recovered in the archaeological site of Diconche (Saintes, Charente-Maritime, France), dated to the Neolithic, was studied using use wear methodology. The results showed the use
of shell tools at different phases of the ceramic production, in standardized work processes. The great development
of use-wear traces in these instruments suggests, through information obtained from analytical experimentation,
the use of these implements for several productive cycles. This information contributes to re-assess the role played
by shell tools in human groups during the Neolithic. A time when the new settlement patterns could have played
a key role in some of the changes related to tool management.
Keywords: Use wear, malacology, Neolithic, Atlantic coast, ceramic.
Centre de Recherche en Archéologie Archéosciences Histoire, UMR 6566 CNRS CReAAH. Université Rennes
Campus Beaulieu - Bât 24 – 25. 263 avenue du Général Leclerc - CS 74 205. 35042 RENNES Cedex. (Francia).
david.cuencasolana@univ-rennes1.fr; catherine.dupont@univ-rennes1.fr.
2
Colaboradora, CReAAH – 12 ter, rue des Mouettes, 566550 BELZ (Francia), hamon.gwen@gmail.com
1
1
101
Instrumentos de concha y producción cerámica en los grupos neolíticos de la...
1. Introducción
Durante los últimos años ha crecido el interés por estudiar la utilización del utillaje de concha por los grupos
humanos para desarrollar algunas de sus actividades productivas. El mayor auge de este tipo de análisis ha tenido
su foco en Oceanía o Sudamérica, mientras que en Europa
esta línea de trabajo ha tenido menor repercusión. En esta
última zona es pionero el trabajo de Taborin (Taborin,
1974) y posteriormente las aportaciones realizadas por
Vigié y Courtin desde mediados de los años 80 (Vigié y
Courtin, 1986; Courtin y Vigié, 1987; Vigié 1987, 1995),
centradas en el análisis de yacimientos de la costa mediterránea francesa. Posteriormente, a través de la metodología de análisis funcional se ha documentado el uso de este
utillaje en contextos localizados en el norte, como Santi-
mamiñe (Kortezubi, Bizkaia) (Cuenca Solana et al. 2010;
Gutiérrez Zugasti et al. 2011), y el sur de la costa atlántica
de la Península Ibérica, en sitios como SET Parralejos (Vejer de la Frontera, Cádiz) (Cuenca Solana et al.. 2013) o
Campo de Hockey (San Fernando, Cádiz) (Cuenca Solana, 2013), y en la costa mediterránea, en La Draga (Banyoles, Girona) (Clemente Conte y Cuenca Solana, 2011).
También desde otras perspectivas de análisis, en este caso a
través de la observación macroscópica, se han documentado instrumentos de concha en contextos de esta cronología
del sur de la Península Ibérica (Maicas Ramos, 2008) y de
la zona mediterránea (Pascual Benito, 2008). En Francia
destaca el estudio inicial realizado en el propio sitio
de Diconche (Saintes, Charente-Maritime). Este se
desarrolló empleando moldes de resina y observación
mediante microscopio electrónico de barrido (Gruet
Fig.1. Localización de los sitios neolíticos analizados mediante metodología de análisis funcional en la costa Atlántica de Francia.
102
David Cuenca Solana, Catherine Dupont y Gwenaëlle Hamon
et al. 1999). Como resultado de este análisis asociaron
la valva de Pecten al trabajo de la piel, a través de los resultados obtenidos por Vigié y Courtin (Vigié y Courtin,
1986), mientras que planteaban que otras conchas podrían
haber sido empleadas como recipiente o para la decoración de cerámica, especialmente las conchas de Cardium.
Otros análisis han sido desarrollados más recientemente
(Cuenca Solana, 2013; Dupont y Cuenca Solana, 2014)
sobre el material malacológico de Er Yoh (Isla de Houat,
Morbihan) (Le Rouzic, 1930), Pont Bordeau (Saintes,
Charente-Maritime) (Rousseau, 2012) y Mont d’Hubert
(Escalles, Nord-Pas-de-Calais) (Praud, 2014) (Fig. 1). El
objetivo de nuestra investigación será analizar la colección
malacológica de Diconche empleando metodología de
análisis funcional, lo que permitirá, dado el carácter analítico y experimental de esta disciplina, relacionar los instrumentos de trabajo utillaje con los procesos productivos
en los que fueron empleados.
1.1 Diconche: localización y características de la
ocupación
El yacimiento de Diconche se localiza en Saintes (Charente-Maritime, Francia) a 25 metros sobre el nivel actual
del mar y a 45 km de la línea de costa actual (Fig. 1). La excavación del sitio se desarrolló entre 1987 y 1991 (Burnez
y Fouéré, 1999). La extensión completa del yacimiento
ocupa unas 3,5 hectáreas, terreno en el cual se han documentado gran cantidad de estructuras de distinta complejidad situadas en horizontes de ocupación vinculados a diferentes fases del Neolítico. Esta asignación cronológica se
ha realizado a partir del estudio tipológico de la industria
lítica y cerámica y de las dataciones de radiocarbono, que
sitúan la ocupación entre el 3940 ± 90 y 4520 ± 50 BP
(Burnez y Fouéré, 1999), 4384 ± 129 y 5178 ± 97 cal BP
(mediante CalPal-2007) (Weninger y Joris, 2007; Weninger et al. 2008).
Durante la excavación se recuperaron gran cantidad de
restos líticos de sílex, principalmente de origen local, tanto
restos de talla, soportes de diferentes morfologías y piezas
retocadas, lo que indica que la producción de al menos
una parte de este utillaje fue realizada en el propio contexto (Burnez y Fouéré, 1999). Sobre este conjunto no se ha
realizado ningún análisis de huellas de uso. Los resultados
obtenidos en el análisis tipológico y químico de la cerámica también indica que una parte de la producción se llevó
a cabo en el sitio (Convertini, 1999).
Respecto a la fauna se han recuperado más de 22.000
restos durante la intervención arqueológica, principal-
mente de fauna doméstica, caracterizada por la presencia
de bóvido, oveja, cabra y cerdo, y en menor medida perro
y caballo. También la fauna salvaje también está representada a través de la presencia de ciervo y de jabalí (Bökönyi
y Bartosiewicz, 1999).
Al tratarse de un yacimiento de una gran extensión,
durante la intervención se realizaron más de una veintena de sondeos de diferentes dimensiones y en distintos
emplazamientos. Las conchas analizadas proceden de las
zonas de excavación 3 y 4, cuyos niveles de ocupación fueron asignados cronológicamente al Neolítico final (Burnez y Fouéré, 1999). La interpretación que se ha realizado
del depósito arqueomalacológico en el sitio de Diconche
es que la recolección estuvo orientada a la realización de
adornos y a su utilización como instrumento de trabajo
(Gruet et al. 1999). Éste aspecto ha podido ser confirmado posteriormente a través de los resultados obtenidos en
nuestro análisis de la colección malacológica.
2. Material y métodos
Se han analizado 186 conchas y/o fragmentos procedentes de Diconche: 63 valvas de Ostrea edulis (Linné,
1758) , 32 conchas completas o fragmentos de Ruditapes
decussatus (Linné, 1758), 27 de Cerastoderma edule (Linné, 1758), 18 de Lutraria sp., 10 de Cardiidae, nueve de
Callista chione (Linné, 1758), siete de Mytilus edulis (Linné, 1758), tres de Antalis sp., tres de Mactra glauca (Born,
1778), tres de Ocenebra erinaceus (Linné, 1758), dos de
Scrobicularia plana (da Costa, 1778), dos de Nucella lapillus (Linné, 1758), dos de Littorina obtusata (Linné,
1758), dos de Glycymeris glycymeris (Linné, 1758), una
de Laevicardium sp., una de Nassarius reticulatus (Linné,
1758) y una de Pecten maximus (Linné, 1758). Las especies documentadas provienen de sustrato arenoso, salvo
O. edulis, O.erinaceus y L. obtusata que habitan en sustratos de roca (Dupont, 2006). El estado de conservación de
las conchas era adecuado para su análisis, aunque algunas
piezas presentaban una leve biodegradación y/o encostramiento. Este material ha sido estudiado empleando metodología de análisis funcional (Semenov, 1964), es decir
mediante la observación macroscópica y microscópica en
busca de alteraciones generadas por su utilización como
instrumento, y la experimentación analítica para verificar/
refutar la interpretación de estos estigmas. Para ello se ha
empleado una lupa binocular Leica S8APO, un microscopio metalográfico Leica DM2500 y una cámara Leica
DFC adaptada a ambos equipos para realizar la documentación fotográfica. Posteriormente a la realización del análisis del material arqueomalacológico se ha realizado una
103
Instrumentos de concha y producción cerámica en los grupos neolíticos de la...
experimentación analítica, es decir sometida al control de
diferentes variables, orientada a desarrollar diferentes acciones dentro del proceso de manufactura de cerámica, actividad con la cual se relacionaron inicialmente las huellas
de uso determinadas en algunas de las conchas analizadas.
3. Resultados
3.1. Las muestras arqueológicas
El análisis ha permitido documentar 17 conchas con
uso y otras cuatro con un uso posible. De esta forma en el
sondeo 3 se han documentado 11 conchas con alteraciones
producidas por el uso: un fragmento de C. chione con uso
posible, cuatro conchas completas de R. decussatus con uso,
tres fragmentos de Lutraria sp., dos de ellas con uso posible,
y dos fragmentos de M. glauca, uno de ellos con uso posible. Debido al estado de conservación y/o a la morfología
de los fragmentos no ha sido posible reconocer en todas los
casos si se trataba de una valva derecha o izquierda. En todo
caso ha sido posible evidenciar la presencia de cuatro fragmentos o valvas derechas completas (1060, 914, 1803 y
1204) y ocho izquierdas (823, 2277, 1510, 107, 783, 975,
1390, 315 y 1664). El sondeo 4 ha proporcionado 10 conchas con huellas de uso: un fragmento de C. chione, cinco
de R. decussatus, dos de Lutraria sp., una concha de C. edule y otra de P. maximus. Doce de estas conchas completas
y/o fragmentos presentan huellas de uso similares (188, 36,
823, 739, 107, 783, 1390, 1803, 315, 1204 (Fig. 2) y 1664
(Fig. 3), caracterizadas por un pulido cerrado, con diferentes niveles de desarrollo según cada caso. El pulido presenta
microtopografía rugosa y brillante, además de un variable
número de estrías, más numerosas en la arista y en la cara
interna de las conchas y en menor medida en la cara externa. Estas son anchas, irregulares y de fondo oscuro, con
una disposición predominantemente transversal, resultado
de ejercer cinemáticas de raspado (Figs. 2 y 3). Este tipo de
huellas de uso se han documentado en diferentes zonas de
las conchas, predominando el borde natural, sobre todo en
la cara interna, que ha funcionado como conductora durante la realización de las acciones. En algunos casos se han
Fig. 2. Valva derecha de Ruditapes decussatus (1204) documentada en Diconche.
104
David Cuenca Solana, Catherine Dupont y Gwenaëlle Hamon
Fig. 3. Valva izquierda de Pecten maximus (1664) documentada en Diconche.
documentado huellas similares en el umbo y en la zona
central de la cara externa. Incluso se ha evidenciado la utilización de más de una parte de la misma concha como
zona activa para su uso instrumental, empleando tanto
el borde natural como el umbo, en las piezas 36, 1204
(Fig. 2) y 1664 (Fig. 3). Respecto a las huellas de uso
macroscópicas se aprecia un variable desarrollo del redondeamiento en los bordes empleados como superficies
activas de estos instrumentos. En algunos casos se eviden-
cia una llamativa pérdida de materia que ha modificado de
forma muy visible esta zona, generando facetas en las aristas. Sobre las zonas usadas localizadas en la cara externa,
tanto en la parte central de la concha como en el umbo, se
aprecia una severa alteración de la capa superficial, que en
muchos casos ha expuesto la capa subyacente con diferentes grados de desarrollo del pulido, que es cerrado y brillante con microtopografía rugosa, junto a estrías similares a las
documentadas en la arista o en la cara interna.
105
Instrumentos de concha y producción cerámica en los grupos neolíticos de la...
Nº identif.
Especie
Zona Activa
Uso
Acción
Materia
1510
Callista chione
Borde anterior en la cara interna y externa
Po
TR?
?
739
Cerastoderma edule
Parte central de la cara externa
Uso
TR
arcilla
946
Lutraria lutraria
Borde ventral en la cara interna y externa
Uso
TR
?
1803
Ruditapes decussatus
Borde anterior en la cara interna y externa
Uso
TR
arcilla
1390
Ruditapes decussatus
Borde anterior en la cara interna y externa
Uso
TR
arcilla
914
Ruditapes decussatus
Borde anterior en la cara interna
Uso
TR
884
Ruditapes decussatus
Borde dorsal anterior en la cara interna
Uso
TR
?
107
Callista chione
Charnela
Uso
TR
arcilla
975
Ruditapes decussatus
Borde anterior en la cara interna
Uso
TR
arcilla
783
Ruditapes decussatus
Borde anterior en la cara interna y externa
Uso
TR
arcilla
36
Ruditapes decussatus
Borde anterior en la cara interna, y arista y en el umbo
Uso
TR
arcilla
823
Ruditapes decussatus
Borde anterior en la cara interna y externa
Uso
TR
arcilla
582
Lutraria lutraria
Borde anterior en la cara interna y externa
Po
TR
?
546
Lutraria lutraria
Borde anterior en la cara interna y externa
Po
TR
?
188
Callista chione
Borde anterior y arista en la cara interna
Uso
TR
arcilla
46
Mactra glauca
Borde anterior en la cara interna
Uso
TR
?
2277
Mactra glauca
Charnela
Po
TR
?
1204
Ruditapes decussatus
Borde anterior en la cara interna y umbo
Uso
TR
arcilla
36
Ruditapes decussatus
Borde dorsal anterior en la cara interna
Po
TR
arcilla
315
Lutraria lutraria
Borde dorsal posterior y zona central de la cara externa
Uso
TR
arcilla
1664
Pecten maximus
Borde anterior en la cara interna y umbo
Uso
TR
arcilla
Tabla.1 Instrumentos de concha documentados en Diconche e interpretación funcional según los resultados de la experimentación
analítica. Uso= Instrumento usado; PO= Instrumento con uso probable; TR= Acción transversal.
Actividad
Arcilla
Ángulo
Zona activa
Acción
Duración
Raspado
Fresca
75/90º
Borde/cara interna
TR/U
10''
Raspado
Fresca
75/90º
Borde/cara interna
TR/U
10''
Raspado
Fresca
75/90º
Borde/cara interna
TR/U
20''
Alisado
Semiseca
75/90º
Borde/cara interna
TR/U
20''
Alisado
Semiseca
75/90º
Borde/cara interna
TR/U
10''
Alisado
Semiseca
75/90º
Borde/cara interna
TR/U
30''
Raspado
Seca
75/90º
Borde/cara interna
TR/U
10''
Raspado
Seca
75/90º
Borde/cara interna
TR/U
20''
Raspado
Seca
75/90º
Borde/cara interna
TR/U
30''
Alisado
Semiseca
75/90º
Borde/cara interna
TR/U
10''
Alisado
Semiseca
75/90º
Borde/cara externa
TR/U
10''
Bruñido
Seca
180º
Acción
TR/U
10''
Bruñido
Seca
180º
Umbo
TR/U
20''
Bruñido
Seca
180º
Umbo
TR/U
30''
Raspado
Fresca
75/90º
Borde/cara interna
TR
30''
Alisado
Fresca
180º
Umbo
TR/U
10''
Alisado
Fresca
180º
Umbo
TR/U
20''
Alisado
Fresca
180º
Umbo
TR/U
30''
Tabla 2. Experimentos de tipo analítico realizados para interpretar el material malacológico de Diconche. TR= Acción transversal.
TR/U= Acción transversal unidireccional.
106
David Cuenca Solana, Catherine Dupont y Gwenaëlle Hamon
Además de estas piezas se documentaron otras cinco
con huellas de uso (46, 884, 975, 36 y 946) pero con un desarrollo poco significativo para poder concretar la materia
procesada. Teniendo en cuenta las alteraciones macroscópicas de las zonas activas, con presencia de redondeamientos
de grado bajo-medio, estas piezas podrían haber procesado
alguna materia de dureza blanda-media no muy abrasiva,
salvo en el caso del fragmento de R. decussatus 884, con
una mayor presencia de estrías perpendiculares resultado de
procesar una materia más abrasiva. En todos los casos la disposición lineal del pulido indica la realización de acciones
transversales.
Por último cuatro piezas (546, 582, 2277 y 1510) presentan un escaso desarrollo de las huellas de uso, lo que impide confirmar su utilización. Estas piezas se recogen en este
análisis bajo la hipótesis de un uso posible.
Teniendo en cuenta las características de las huellas de
uso documentadas en todas estas conchas se planteó la hipótesis de que estas conchas podrían haber sido empleadas
para el desarrollo de diferentes actividades vinculadas con la
manufactura de la producción cerámica (Tabla 1).
3.2. La experimentación analítica
Se ha realizado una experimentación analítica para desarrollar diferentes acciones dentro del proceso de manufactura de cerámica. En concreto se han realizado 18 experimentos (Tabla 2) empleando el borde o el umbo de conchas de
R. decussatus para alisar, raspar y bruñir arcilla en diferentes
estados, variando entre humedecida y seca. Para realizar la
experimentación se empleó arcilla natural de granito, con
una granulometría muy similar a las cerámicas recuperadas
en Diconche. La pasta contenía principalmente inclusiones
heterométricas de fragmentos de roca, cuarzo, feldespato,
moscovita y biotita. La preparación de la arcilla para la experimentación se ha realizado eliminando manualmente las
inclusiones minerales más grandes (mayores de 2 mm) y los
restos de plantas. Finalmente se llevó a cabo una trilla para
homogeneizar la pasta y expulsar las burbujas de aire.
La experimentación realizada con arcilla fresca ha
mostrado en los instrumentos un escaso desarrollo de las
huellas de uso tras 10 minutos de trabajo, siendo necesario al menos 20 minutos para obtener rastros significativos (Fig. 4).
La diferenciación de las huellas entre el procesado de
arcilla fresca y seca se basa en el desarrollo de un pulido
más cerrado y brillante en los instrumentos que han pro-
cesado arcilla seca (Fig. 5), junto a una mayor presencia
de surcos anchos e irregulares. Por el contrario, en los
instrumentos que han procesado arcilla fresca destaca la
presencia de estrías más finas y largas, que penetran más
hacia el interior de la cara interna de la concha. De este
modo la arcilla en estado fresco es menos abrasiva y más
dúctil, lo que genera un desarrollo menor o más lento de
los rastros de uso, y una mayor penetración de la materia
en el filo activo del instrumento.
La actividad de raspado genera pulidos más desarrollados y cerrados sobre los instrumentos, junto a mayor cantidad de estrías y surcos dispuestos de forma más caótica. En
cambio, el alisado genera mayor cantidad de estrías oblicuas
e incluso en algún caso localizadas en longitudinal al borde
activo. El umbo de las conchas de R. decussatus se ha mostrado muy funcional para realizar la actividad de bruñido
final, incluso más que el borde de la concha. En las piezas
experimentales utilizadas para el bruñido de arcilla semiseca se aprecia una mayor alteración macroscópica que en
las piezas empleadas para realizar el alisado de arcilla fresca,
donde apenas hay alteración de esta superficie.
La experimentación ha mostrado que el raspado puede
hacerse con la arcilla fresca y seca, pero siempre empleando
el borde de la concha. De la misma forma el alisado puede realizarse también con la arcilla en estado fresco, pero
en este caso tanto el borde cómo el umbo se ha mostrado
efectivos para el desarrollo de esta acción. Sin embargo, si la
arcilla esta semi-seca o seca esta acción es escasamente efectiva, ya que realmente se produce un raspado sin conseguir
alisar la superficie del vaso cerámico. Para realizar el pulido
la arcilla debe de estar en un estado semi-seco, pero solamente es funcional la utilización del umbo o de la superficie
de la cara externa de la concha, ya que el borde presenta una
insuficiente superficie de contacto para generar el bruñido
de forma efectiva. De esta forma, las conchas de R. decussatus son eficaces para realizar distintas actividades dentro de
la producción cerámica, desde el trabajo inicial de alisado
en fresco, hasta el bruñido de la arcilla seca previo a la cocción.
4. Discusión
Diversos trabajos ya han mostrado que la producción
cerámica puede realizarse empleando diferentes instrumentos de trabajo. En este sentido ha sido documentado
el empleo de instrumentos líticos (Anderson Gerfaud et al.
1989; Gassin, 1993; Méry et al. 2007), óseos (Martineau y
Maigrot, 2004), así como el uso de conchas para la decoración (Salanova, 1992). La información etnográfica tam107
Instrumentos de concha y producción cerámica en los grupos neolíticos de la...
Fig. 4. Huellas de uso en instrumentos
experimentales después de raspar arcilla fresca. 1) Cara interna después de
10 minutos de trabajo a 100X. 2) Detalle de la misma zona a 200X. 3) Rastros después de 20 minutos de trabajo a
100X. 4) Misma zona a 200X. 5) Después de 30 minutos de actividad a 100X
6) Misma zona de la concha a 200X.
Fig. 5. Huellas de uso en instrumentos
experimentales utilizados para bruñir
arcilla seca. 1) Cara externa de la concha
después de 10 minutos a 10X. 2) Detalle de la misma zona a 100X. 3) Después de 20 minutos de actividad a 10X.
4) Zona fotografiada anteriormente a
100X. 5) Huellas de uso después de 30
minutos de actividad a 10X. 6) Detalle
de la misma zona de la concha a 100X.
108
David Cuenca Solana, Catherine Dupont y Gwenaëlle Hamon
bién aporta algunos referentes acerca del uso instrumental
de conchas para esta función (Cuenca Solana et al. 2011).
En el caso concreto de Diconche, teniendo en cuenta su
localización a 45 kilómetros de la línea de costa actual, y
la presencia de signos de una recolección post mortem
(Gruet et al. 1999), a través de la aparición de organismos
incrustantes en la cara interna de las conchas, todo parece
indicar que el objetivo de esta captación no fue su consumo bromatológico, sino su uso como instrumento de trabajo. Esta hipótesis se apoya también en el elevado índice
de conchas con huellas de uso, que se sitúa por encima del
11%. En cuanto al rol desempeñado por estos instrumentos
en las estrategias económicas de los grupos humanos que
desarrollaron la ocupación del sitio, la comparación entre
los resultados obtenidos en la experimentación analítica y el
análisis del material malacológico permite establecer varias
hipótesis para su interpretación.
Respecto a las acciones técnicas dentro del proceso de
manufactura de cerámica podríamos diferenciar la realización de tres fases diferenciadas. De este modo las piezas
188, 823, 783, 914, 1803 y 1390 presentan huellas de uso
en el borde de la concha, en la arista, en la cara interna y,
en algún caso, levemente en la cara externa debido a un
contacto marginal con la arcilla procesada. Los resultados
experimentales indican que podría tratarse de la realización
de un trabajo de raspado de arcilla, en una fase inicial del
proceso de manufactura de la cerámica. Más complejo es
establecer el estado concreto de la arcilla procesada, debido
a la diferente abrasividad de los desgrasantes naturales, que
puede generar un desarrollo más o menos rápido de los rastros de uso, o el desarrollo de un pulido algo más brillante y
cerrado. En todo caso, lo más probable es que esta actividad
se haya llevado a cabo con la arcilla en estado fresco, lo bastante humedecida para que el raspado mediante el borde de
la concha sea efectivo para moldear la cerámica en esta fase
inicial de la producción.
Las piezas 739, 107 y 315 presentan huellas de uso en la
cara externa de la concha. La pieza 315 presenta también el
mismo tipo de modificaciones en el borde dorsal posterior.
Los resultados de la experimentación permiten interpretar que estas huellas son causadas por la utilización de esta
zona para realizar el bruñido o alisado de arcilla, aunque
teniendo en cuenta la morfología de la cara externa de la
concha de C. edule (739) parece más factible la hipótesis
del bruñido. En todo caso se trata de un trabajo de corta duración que no ha generado alteraciones importantes a nivel
macroscópico. Respecto a las piezas 107 y 315, teniendo en
cuenta las características y ubicación de las huellas de uso,
así como la significativa modificación a nivel macroscópico
de la zona activa (en ambos casos la parte central de la cara
externa), estas conchas se habrían empleado para realizar el
bruñido, aunque en ambos casos el trabajo ha sido de mayor
duración que en el caso anterior o con la arcilla en un estado
más seco.
Las piezas 36, 1204 (Fig. 3) y 1664 (Fig. 4) presentan
unas características un tanto diferentes. Las huellas de uso en
estos tres casos se documentan tanto en el borde de la concha como en el umbo, con unas características diferenciadas
en ambas zonas. Teniendo en cuenta la ubicación y características de las huellas de uso, el borde habría sido utilizado
para llevar a cabo una tarea de raspado de la arcilla, siendo
más complejo determinar el estado concreto de la materia.
Por el contrario el umbo habría sido utilizado para realizar
el bruñido, mostrando un mayor desarrollo de pulido, más
cerrado y con mayor densidad de estrías y surcos irregulares.
De esta forma estas tres piezas habrían sido utilizadas en dos
fases diferenciadas de la manufactura de la cerámica producida en Diconche, tanto en los procesos iniciales orientados
a dar forma al recipiente, como en el bruñido final previo a
la cocción. El gran desarrollo de las huellas de uso mostrado
en la mayor parte de los instrumentos de Diconche, que ha
alterado de forma acusada la morfología natural de las conchas, tanto en el borde como en el umbo, hace pensar que es
probable que hayan sido utilizados en varios ciclos productivos, es decir, para la manufactura de varias cerámicas. De
esta forma estos instrumentos constituyen una muestra de
utilización estandarizada orientada a realizar la misma acción técnica de forma reiterada dentro de diferentes ciclos
de producción. Este tipo de uso contrasta con la utilización
de este tipo de utillaje de concha en contextos vinculados a
grupos con una economía basada en la caza y la recolección.
De esta forma tanto durante el Paleolítico como el Mesolítico el uso de los instrumentos de concha se ha mostrado de
carácter expeditivo, orientado al desarrollo de acciones de
corta duración y a procesar una amplia gama de materias
de origen animal, vegetal y mineral (Cuenca Solana, 2013).
Probablemente estos cambios respecto a la gestión de estos
instrumentos de trabajo están vinculados con la sedentarización de los grupos humanos a partir del V milenio BP, y
con la posibilidad de mantener en uso el utillaje en el propio
contexto mientras su efectividad permite el desarrollo de la
actividad a la que es destinado.
5. Conclusión
La información obtenida a partir del análisis funcional
de la colección malacológica de Diconche aporta una novedosa perspectiva para la interpretación del sitio y de las
estrategias económicas de los grupos humanos que ocuparon el enclave. De esta forma se ha documentado la realiza109
Instrumentos de concha y producción cerámica en los grupos neolíticos de la...
ción de, al menos, una parte de la producción cerámica en
el propio contexto. Además se ha podido reconocer cómo
se han realizado algunos de estos procesos técnicos, a través
del análisis de los instrumentos empleados para su desarrollo. Estas aportaciones contribuyen a reforzar el potencial
de la metodología de análisis funcional como herramienta
de acercamiento al conocimiento de lo modos de vida y de
producción de los grupos humanos.
Agradecimientos
DCS ha realizado esta investigación gracias a una bolsa
postdoctoral de Fyssen Foundation. Los autores agradecen
las facilidades del Musée archéologique de la Ville de Saintes para analizar los materiales en la sede del CReAAH en
Rennes, así como a Emmanuelle Vigiér, directora del Musée
de Préhistoire de Carnac J. Miln-Z. Le Rouzic, por prestarnos el espacio para desarrollar la experimentación. Por último nuestro agradecimiento a Igor Gutiérrez-Zugasti por su
ayuda para realizar una adecuada traducción del resumen,
así como a los dos revisores que han colaborado a mejorar la
calidad final del manuscrito.
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111
Nuevos datos para la interpretación de los conjuntos
malacofaunísticos de los asentamientos neolíticos en
la ciudad de Barcelona: el yacimiento de Reina Amàlia
nº31-33
Jordi Nadal1, Ester Brieva1, Anna Gómez2, Miquel Molist2, Javier González 4,
Karin Harzbecher4, Lluís Lloveras 1,3
Resumen
En los últimos años se han excavado diferentes yacimientos neolíticos en el barrio del Raval de Barcelona que
han proporcionado conjuntos arqueomalacológicos importantes. En el presente trabajo presentamos los resultados
obtenidos en el yacimiento de Reina Amàlia nº 31-33. Los taxones mejor representados son, en primer lugar, el género Glycymeris y, menos importante, el género Patella. Otras especies están representadas de manera anecdótica.
Su estudio permite reconocer los agentes que originaron el registro: recolección con funcionalidad subsistencial
y para la fabricación de ornamentos. Se describen diferentes modos de obtención de los adornos sobre concha.
Palabras clave: Neolitico Antiguo, Barcelona, Glycymeris, Patella.
Abstract
In recent years, archaeological excavations in several Neolithic sites from the neighborhood of El Raval in Barcelona have provided important archaeomalacological samples. In this paper we present the results obtained at
the Reina Amàlia No. 31-33 site. The most abundant taxa belong to Glycymeris genus and, less important, Patella
genus. Other species are only represented by very few individuals. This study allows us to recognize the agents that
originated the assemblage: gathering for food purposes and to make ornaments. The way these ornaments were
made are also described.
Keywords: Ancient Neolithic, Barcelone, Glycymeris, Patella.
SERP. Departament de Prehistòria, Història Antiga i Arqueologia. Universitat de Barcelona. C/Montalegre 6-8.08001.
Barcelona. jnadal@uoc.edu , esterbrieva@gmail.com , lluislloveras@ub.edu
2
SAPPO. Departament de Prehistòria. Universitat Autònoma de Barcelona. Facultat de Filosofia i Lletres. Edifici B. 08193.
Bellaterra. anna.gomez@uab.cat , mique.molist@uab.cat
3
School of Archaeology and Ancient History. University of Leicester. University Road. LE1 7RH. Leicester.
4
GLOBAL CHM SL. Av. Corts Catalanes 5-7.08173 Sant Cugat del Vallès.
jmusteriense@gmail.com , karinharzbecher@gmail.com
1
113
Nuevos datos para la interpretación de los conjuntos malacofaunísticos...
1. Introducción
En una anterior edición de las reuniones científicas
de Arqueomalacología de la Península Ibérica, ya dimos
cuenta de la riqueza del registro del Neolítico Antiguo
en la Ciudad de Barcelona y sobre la presencia de restos malacofaunísticos marinos en sus yacimientos. En
aquella ocasión se presentaron los resultados de la que
fue la primera de las grandes estaciones neolíticas excavadas en el barrio del Raval de Barcelona, la Caserna
de Sant Pau del Camp (desde ahora CSPC) (Lloveras
et al., 2014). En aquel estudio planteábamos el origen
tafonómico de un gran conjunto de moluscos marinos,
previamente estudiado (Estrada y Nadal, 2008), ya que
su naturaleza, mayoritariamente conchas del género
Glycymeris con un intenso grado de rodamiento marino, dificultaba interpretar el agente, o agentes, de la
acumulación. En aquel trabajo, tras discutir una posible causa natural, que ha quedado descartada por los
estudios geomorfológicos de la evolución de la línea de
costa en Barcelona a lo largo de la historia ( Julià y Riera,
2012), apuntábamos que gran parte de la acumulación
pudiera vincularse a algún tipo de ritual funerario asociado a los enterramientos del Neolítico Postcardial, ya
que la distribución espacial de las conchas y la situación
de los enterramientos permitían sustentar tal hipótesis.
Esta interpretación podría tomar fuerza vistos los casos
históricos y etnográficos que se conocen al respecto de
la utilización de conchas como material delimitador de
los espacios mortuorios (Holum et al., 1999; Poisblaud
et al., 2002; Thiam, 2013). En cualquier caso, no se descartaban otros agentes, de mucha menor entidad, en la
formación del conjunto: alimentación, que excluía,
lógicamente, cualquier espécimen rodado pero no así
la conchas del género Patella, y usos ornamentales, en
algunos, pocos, casos en que material estaba claramente
modificado a tal efecto, y en otros elementos susceptibles de haber sido seleccionados para dicha función
pero finalmente desechados.
Con posterioridad, hemos tenido la oportunidad de
analizar algunos conjuntos arqueomalacológicos más,
procedentes de los yacimientos neolíticos barcelonenses. Destacamos el caso del yacimiento del Nou Conservartori del Liceu (desde ahora NCL), que se situaba
en la calle Nou de la Rambla nº82-88, y que, entre otros
períodos cronológicos, se encontraron diversas estructuras fechables en el Neolítico Antiguo Evolucionado,
con unas dataciones absolutas de 5780±40 BP (47204530 cal BC a dos sigma) y 5700±40 BP (4670-4640
cal BC a dos sigma) (Bordas et al., 2013). Aunque este
yacimiento es modesto en cuanto a cantidades de restos
114
malacofaunísticos, con un total de 80 efectivos, cabe destacar la localización de una clara acumulación artificial,
dentro de una estructura neolítica, de 57 conchas del
género Glycymeris con las características más habituales
descritas en el conjunto de CSPC: alto rodamiento marino y práctica inexistencia de fragmentación posterior
(bordes con fractura no rodada). A su vez, en otra estructura, aparecieron dos fragmentos de una misma pieza de brazalete realizado sobre concha de Glycymeris, los
tradicionalmente conocidos en la antigua bibliografía
arqueológica como “brazaletes de pectúnculo” (Bordas
et al., 2013: figuras 5 y 6). Así, sin descartar las conclusiones a las que llegábamos en el caso del conjunto de
CSPC, las evidencias del NCL, parecen probar la recolección y acopio de valvas rodadas de Glycymeris para la
fabricación de objetos ornamentales. Debemos recordar,
la diferencia numérica de cada conjunto, casi 4000 ejemplares en CSPC y escasamente 80 en NCL.
Los datos que ahora ofrecemos proceden de un nuevo yacimiento próximo, al que dedicamos el presente
trabajo, y pueden aportar nueva luz a los diferentes
usos y procesos de transformación que se dieron a los
elementos malacofaunísticos, especialmente los rodados, en los asentamientos del Neolítico antiguo de las
poblaciones que ocuparon el llano de Barcelona: el yacimiento de la calle Reina Amàlia nº31-33.
2. El yacimiento
Como los demás yacimientos excavados estos últimos 20 años en el barrio del Raval de Barcelona, el
descubrimiento y excavación del yacimiento de Reina
Amàlia nº31-33 (desde ahora RA), se debe a las intervenciones de salvamento de una zona que urbanísticamente se está modificando y que, por otra parte, es de
expectativa arqueológica. El yacimiento como tal es la
continuación necesaria de otros cercanos (Gómez y
Molist, 2013) (Fig. 1). Se descubre durante unas prospecciones realizadas en el año 2007 y finalmente se excava entre los años 2008 y 2009 bajo dirección de dos
de los firmantes del presente trabajo ( J.G. y K.H.). Se
interviene una extensión de 200 m2, en la que se detecta
una secuencia estratigráfica estructurada en unos primeros niveles contemporáneos e históricos debajo de los
cuales se desarrolla un nivel de origen coluvional (nivel
IV), de matriz arcillosa y coloración rojiza, que sellaba
los niveles anteriores, arqueológicos. Debajo de este paquete sedimentario natural, se documentaba el nivel V,
alrededor de una cota absoluta de 5,3 msnm en el que
se recortaban las diferentes estructuras localizadas en el
Jordi Nadal, Ester Brieva, Anna Gómez, Miquel Molist, Javier González...
Figura 1. Localización del yacimiento de Reina Amàlia 31-33 en el entramado urbano del barrio del Raval (ciudad de Barcelona).
yacimiento, entre los 5,3 y los 3,8 msnm (Fig. 2). El elemento de mayor entidad, que atomiza las estructuras
exteriores, es una gran estructura de habitación (fondo
de cabaña) de planta pseudo-ovalada con una superficie
de más de 50 m2, que excava el subsuelo del yacimiento.
En su interior se encontraron, en la zona nordeste y sudoeste, dos enterramientos infantiles que se realizaron
sincrónicamente al uso de la cabaña. En los sedimentos
que colmataban la estructura se localizaron fragmentos
cerámicos con asas de cinta, con decoraciones plásticas arqueadas (tradicionalmente llamadas “bigotes”),
vasos compuestos carenados, con asas tubulares o tuneliformes, características del grupo “Montboló”, que
definen un momento postcardial, normalmente citado
como Neolítico Antiguo Evolucionado en la zona de
estudio, momento de transición con el Neolítico medio. El material cerámico iba acompañado de industria
lítica sobre sílex y jaspe (material local proveniente de
la cercana montaña de Montjuïc), macroutillaje lítico
(molinos), algo de industria ósea y restos faunísticos de
vertebrados, además del material arqueomalacológico,
objeto de estudio de este trabajo. Alrededor del fondo
de cabaña se abrían diferentes estructuras, contemporáneas a la construcción y uso de la misma, de conservación desigual, y que en algunos casos deben interpretarse como hogares y en otros como silos. Una estructura
al noreste del yacimiento (E-XIV) correspondía a un
enterramiento individual. Sus características apuntan
a los futuros “sepulcros de fosa” propios del Neolítico
medio catalán, aunque determinados aspectos demuestran una cierta continuidad con las tradiciones de los
enterramientos del Neolítico postcardial, como los que
se encuentran en el vecino yacimiento de CSPC. En
todo caso, en dicha estructura no se recuperó material
malacofaunístico. Los materiales descritos son totalmente coherentes con las dataciones absolutas obtenidas. El origen del asentamiento se situaría con la datación más antigua de 5750±40 BP (4700-4500 cal BC
a dos sigma) (Beta-259278), que se obtuvo en el hogar
central del fondo de cabaña. Luego tendríamos la datación del sedimento de relleno de esta gran estructura,
de 5720±40 BP (4690-4460 cal BC a dos sigma) (Beta115
Nuevos datos para la interpretación de los conjuntos malacofaunísticos...
Figura 2. Proceso de excavación y planta del yacimiento.
116
Jordi Nadal, Ester Brieva, Anna Gómez, Miquel Molist, Javier González...
259279). La fecha final para el yacimiento la da el enterramiento, que se aleja sensiblemente de lo que sería la
ocupación del asentamiento: 5620±40 BP (4530-4360
cal BC a dos sigma) (Beta-259280). En conclusión, estamos delante de una ocupación delimitada por un espacio
temporal relativamente breve y sin rupturas, que puede
adscribirse a las fases finales del Neolítico Antiguo Evolucionado Postcardial (González et al., 2011).
último cálculo se realizó mediante el recuento de los elementos anatómicos no repetitivos de conchas enteras o
rotas (Gutiérrez Zugasti, 2009; Giovas, 2009; Mason et
al., 1998; Moreno, 1994). En el caso de algunos bivalvos
(glycyméridos), el grado de rodamiento era tan intenso
que la lateralidad de los elementos no ha podido establecerse, y por ello el NMI se ha calculado dividiendo por
dos el número de elementos enteros y rotos.
3. Material y métodos
4. Resultados
El material analizado en el estudio arqueomalacológico es de 537 efectivos, aunque unas pocas conchas correspondientes a pulmonados terrestres (2 especímenes
de Rumina decollata y 1 de Cernuella virgata), que parecen ser aportaciones naturales, no han sido tenidas en
cuenta en el presente trabajo, por lo que hemos acabado
trabajando con 534 registros. El material fue recuperado
en la excavación de manera individualizada, siendo situado tridimensionalmente y agrupado en unidades estratigráficas. El material nos llegó ya lavado y siglado. Se ha
estudiado a nivel global de yacimiento, dada la coherencia cronológica que antes mencionábamos y de cara a obtener un conjunto cuantitativamente significativo. Por
otra parte, no se han apreciado diferencias substanciales
entre el material recuperado entre las diversas estructuras. La identificación taxonómica se realizó con la contrastación de elementos diagnósticos con ejemplares de
nuestra colección de referencia. La identificación de dichos caracteres se hizo a nivel macroscópico. Se analizaron variables como el estado de integridad de las conchas
(entera, rota -en el caso que la pieza conserve elementos
anatómicos no reiterativos que permitan utilizarla en
el recuento de individuos- y fragmento, cuando no hay
elementos no reiterativos), la parte anatómica representada, en caso de piezas rotas o fragmentos, diferentes tipos de alteración (rodamiento marino, otras alteraciones
naturales o antrópicas), lateralidad (en el caso de los bivalvos) y biometría. En la caracterización métrica de los
especímenes, también se ha considerado la longitud y la
anchura máxima de la pieza independientemente de que
los elementos pudieran presentar alteraciones tafonómicas (rodamiento, fracturación) en tanto que estos datos
nos permitirán valorar si hubo algún tipo de selección de
los especímenes según tamaño. Los diferentes tipos de
alteraciones se estudiaron mediante la observación microscópica con una lupa binocular Olympus S261 entre
6 y 45 aumentos. La información del análisis se gestionó
con una base de datos FileMaker Pro para entorno PC
de cara a obtener las cuantificaciones de Número de Restos (NR) y Número Mínimo de Individuos (NMI). Este
El desglose taxonómico del NR, el NMI y sus valores porcentuales pueden consultarse en la Tabla 1.
Como en los casos anteriormente citados de yacimientos neolíticos próximos a RA (CSPC y NCL), el taxón
más abundante es el género Glycymeris, que en el yacimiento globalmente alcanza el 70,59% de los efectivos
en NR, aunque disminuye su importancia hasta el 40%
en NMI (calculado de la división por dos de las valvas).
En los casos que se ha llegado a una determinación específica, Glycymeris nummaria es la más importante. A
continuación, y nuevamente de manera similar a lo que
pasaba en CSPC, el segundo grupo en importancia es
el del género Patella (que cuando se ha determinado
a nivel específico se trata mayoritariamente de Patella caerulea). El resto de taxones tiene una presencia
anecdótica, en muchos casos representados por un
único efectivo.
Por lo que respecta a las características de cada uno
de los taxones, debemos decir que los especímenes de
Glycymeris se encuentran rodados o muy rodados la mayoría de las veces (324 casos, que suponen el 87,9%). Por
otra parte, algunos de estos elementos corresponden a
conchas enteras, no fragmentadas, pero absolutamente
erosionadas hasta el punto de que desaparecen elementos como el umbo o la charnela, adoptando una característica morfología de disco. Las piezas enteras con esta
característica suponen casi el 13% de los efectivos de este
género. Por otra parte, algo que caracteriza el conjunto
de Glycymeris de RA es la mayor presencia de elementos
con fracturas posteriores al rodamiento marino, que no
estaban casi presentes en CSPC o NCL. Se han contabilizado 32 casos de valvas rotas y 148 de fragmentos rotos que suponen casi el 50% de los restos de este taxón.
Finalmente, destacamos que 40 elementos presentan
perforación en el umbo. En la mayoría de los especímenes se trata de perforaciones mecánicas que en muchos
casos han quedado afectadas por rodamiento marino
posterior y, por lo tanto, no son de factura antrópica.
A pesar de ello, algún elemento con perforación an117
Nuevos datos para la interpretación de los conjuntos malacofaunísticos...
Taxón
NR
%NR
NMI
%NMI
Patella sp.
62
11,61
52
29,71
Patella caerulea
11
2,05
11
6,28
Patella ulyssiponensis
4
0,74
4
2,28
Semicassis granulata
2
0,34
2
1,14
Charonia lampas
3
0,56
1
0,57
Conus ventricosus
1
0,18
1
0,57
Stramonita haemastoma
8
1,49
8
4,57
Hexaplex trunculus
1
0,18
1
0,57
Bolinus brandaris
1
0,18
1
0,57
1
Luria lurida
1
0,18
1
0,57
1
Columbella rustica
2
0,34
2
1,14
2
Phorcus turbinatus
5
0,93
2
1,14
Cerithium vulgatum
1
0,18
1
0,57
Gastropoda nd
3
0,56
Glycymeris sp.
314
58,8
50
28,57
22
Glycymeris glycymeris
12
2,24
6
3,42
2
Glycymeris nummaria
51
9,55
14
8
16
Acanthocardia sp.
3
0,56
Acanthocardia tuberculata
18
3,37
8
4,57
3
Arca noae
2
0,34
1
0,57
Barbatia barbata
1
0,18
1
0,57
Cerastoderma glaucum
3
0,56
3
1,71
Cardiidae
3
0,56
Callista chione
4
0,74
2
1,14
Chamelea gallina
1
0,18
1
0,57
Mytilus galloprovincialis
3
0,56
1
0,57
Spondylus gaederopus
1
0,18
1
0,57
Bivalvia ND
13
2,43
TOTAL
534
175
ED
1
5
1
54
Tabla 1. Resultados de la distribución taxonómica de los elementos identificados en el yacimiento en número de restos (NR)
y número mínimo de individuos (NMI) y piezas que presentan modificaciones, naturales o antrópicas, que permitirían su uso
como elementos decorativos (ED).
trópica, acabada con pulimento, implica que dichos
elementos pudieran haber sido seleccionados con la
voluntad de ser utilizados como ornamentos tipo
colgante, sin ninguna o con muy poca modificación
de la concha. Por lo que respecta a las piezas enteras, rodadas o no, hay una distribución de su altura
y anchura máxima, que van desde diámetros aproximados de 10 mm hasta los 70 mm. A pesar de dicha
distribución, parece intuirse un cierto hiato entre las
piezas de 35 y 45 mm. Pensamos que tal vez existiera alguna selección, que luego discutiremos, de unos
118
elementos de dimensiones más pequeñas, inferiores
a los 35/40 mm de diámetro y de piezas más grandes, superiores a los 45/50 mm (Fig. 3). Sobre las
conchas más pequeñas, tenemos un par de casos de
homogenización de forma (redondeada) y tamaño
hasta obtener un elemento discoidal preparado para
ser transformado en cuenta y lo que sería un fragmento de cuenta que debió desecharse al romperse
en el momento de la realización de la perforación
central, que no se llegó a concluir. Estos elementos
presentan un diámetro entre 10 y 15 mm.
Jordi Nadal, Ester Brieva, Anna Gómez, Miquel Molist, Javier González...
El género Patella, que en NR supone el 14,4% de
los efectivos, se incrementa hasta casi tener la misma importancia que Glycymeris (38,3%) en NMI.
El rodamiento de estos especímenes, por sus características ecológicas, no determina que los animales
fueran recogidos ya muertos en la costa, como pasa
con Glycymeris. Por otra parte, en estas conchas no es
infrecuente encontrar muescas en los bordes, en casi
un 15% de los efectivos. Dichas muescas podrían ser
desconchados provocados en el momento de recolectar, vivos, los animales en el sustrato rocoso. Esta
interpretación permitiría asociar las conchas del género Patella con el consumo, algo parecido a lo que ya
pasaba en CSPC.
Figura 3. Distribución de medidas en milímetros de los
elementos enteros (rodados y no rodados) del género
Glycymeris. Altura máxima en las abscisas y anchura máxima
en las ordenadas.
De los taxones menores, los bivalvos (especialmente los cárdidos) parecen comportarse de manera similar a Glycymeris, por lo que respecta a la conservación
de las conchas, rodamiento, fracturación y presencia
de modificaciones para su uso como elementos ornamentales. Respecto a los gasterópodos, sin tener
en cuenta el género Patella, siendo muy escasos en la
muestra, sorprende por un lado su diversidad taxonó-
mica – nueve especies representadas en un conjunto
de 20 elementos-, y por otro el hecho de que mayoritariamente presentan o bien alteraciones naturales
que los hacen susceptibles de ser utilizados como objetos de adorno (Stramonita haemastoma, Ceritium
vulgatum) o presentan claras perforaciones antrópicas (Luria lurida, Semicassis granulata, Bolinus brandaris, Columbella rustica) (Fig. 4).
Figura 4. Elementos poco modificados o no modificados susceptibles de uso como elementos decorativos: Semicassis granulata,
Bolinus brandaris, Luria lurida, Stramonita haemastoma (3 ejemplares) y Columbella rustica.
119
Nuevos datos para la interpretación de los conjuntos malacofaunísticos...
5. Discusión
Los resultados del desglose taxonómico y las características descritas para los diferentes grupos nos permiten especular al respecto del origen del conjunto,
que seguramente sería múltiple.
Por un lado tendríamos las especies recogidas con
finalidades subsistenciales. De manera clara solo estaría representado el género Patella, aunque no se pueden descartar otros taxones, que por sus dimensiones
o por el estado de las conchas serían susceptibles de
su consumo: Charonia lampas, Phorcus turbinatus,
Mytilus galloprovincialis, Callista chione, Chamelea
gallina y algunos ejemplares cárdidos sin rodamiento
marino. El consumo de Patella ya se había propuesto
en el caso de CSPC (Lloveras et al., 2014:175). Las
muescas presentes en los bordes de algunas conchas
se relacionarían con la extracción del animal del substrato rocoso.
Otros elementos, recogidos vivos o muertos, prácticamente no se modificaron para su uso como col-
gantes. En las conchas rodadas, las perforaciones de
los umbos, en el caso de los bivalvos, o de la espira,
junto con el aprovechamiento de la apertura del peristoma, en el caso de los gasterópodos, hacen susceptibles estos elementos como objetos de adorno sin
ninguna otra modificación. En el caso de los bivalvos, la presencia de perforaciones similares pero de
carácter antrópico, mediante pulimento, sugieren ese
posible uso para los elementos modificados de forma
natural que solamente deberían ser seleccionados. En
caso de la inexistencia de perforación natural, en algunos gasterópodos se realizó, de manera poco precisa, seguramente mediante percusión, una o varias
perforaciones en la vuelta corporal.
Pero un gran número de elementos pudieron ser
seleccionados con la voluntad de una transformación
más intensa, nuevamente para su uso como materia
prima para la fabricación de ornamentos. Los taxones seleccionados para esta función serían bivalvos,
tal vez cárdidos pero especialmente glycyméridos.
Aunque ya hemos visto que estos elementos podían
recogerse ya modificados en el umbo o que una ligera
Figura 5. Posibles cadenas operativas para la fabricación de cuentas discoidales sobre Glycymeris. A: proceso sobre valvas grandes;
B: Proceso sobre valvas pequeñas.
120
Jordi Nadal, Ester Brieva, Anna Gómez, Miquel Molist, Javier González...
perforación en esta parte podía transformarlos en
objetos ornamentales poco elaborados, las conchas
se habrían recolectado también para, mediante dos
posibles cadenas operativas, obtener cuentas de
morfología discoidal. En una primera posible cadena operativa, se habrían seleccionado las conchas
más grandes (tal vez las superiores a 40 mm) que se
habrían fragmentado mediante percusión, dejando
fragmentos con bordes no rodados. Gran parte de los
fragmentos obtenidos se desecharían como residuo.
Los fragmentos más pequeños se modificarían entonces, mediante pulimento, hasta obtener una cuenta
discoidal (Fig. 5A). Dicho sistema seria parecido al
que se ha propuesto para el neolítico italiano en otros
taxones, por ejemplo en el caso de Spondylus gaederopus y Charonia en el yacimiento de Arene Candide
(Borello y Rossi, 2004). Otro proceso de elaboración
pasaría por seleccionar las conchas más pequeñas,
especialmente aquellas con diámetros entre 10 y 20
mm, similares ya al diámetro de las cuentas discoidales. La modificación se realizaría en este caso directamente a partir del pulimento, homogenizando
diámetros y grosores, y finalmente realizando la perforación de la cuenta (Fig. 5B). El segundo sistema
sería muy próximo a las técnicas de elaboración que
tradicionalmente se han sugerido para la elaboración
en serie de las frecuentes cuentas discoidales realizadas en concha, generalmente cárdidos, que se recuperan en los contextos del Neolítico catalán (Llovera et
al., 1991). En el registro de RA podemos encontrar
los elementos residuales de los diferentes tiempos de
ambas cadenas operativas propuestas aunque no encontramos los ornamentos finalizados, hasta cierto
punto lógico si el registro del yacimiento se considera
en su mayor parte material amortizado y desechado.
6. Conclusiones
El registro arqueomalacológico del yacimiento
de Reina Amàlia 31-33 se suma a otros yacimientos
neolíticos del barrio del Raval de Barcelona (CSPC
y NCL) y vuelve a demostrar la importancia que estos elementos jugaron entre las primeras sociedades
agricultoras del llano de Barcelona. En este sentido,
los nuevos datos permiten corroborar algunas interpretaciones hechas en estudios anteriores. Así, se demuestra la recolección de conchas para la fabricación
de objetos de ornamentación personal, sean usados
sin modificación previa, sea con una ligera modificación que no altera la morfología natural de la concha,
o sea usando ésta como materia prima para la fabrica-
ción de cuentas de forma y tamaño substancialmente
diferenciados de la concha.
La recolección de moluscos con finalidades alimentarias parece también quedar probada, especialmente
para el género Patella, sin que puedan descartarse otros
taxones. No obstante, la explotación de los recursos
marítimos en unos asentamientos, claramente costeros, que no distarían mucho más de 500-900 metros
de la línea de mar, sigue revelándose poco importante.
La práctica ausencia de restos de peces y una gran proporción de conchas recogidas una vez los animales estaban muertos así parecen indicarlo. Creemos que, en
este sentido, deben evaluarse las transformaciones tafonómicas que puedan haber sufrido los yacimientos.
Además deberían integrarse a este tipo de estudios, el
de la cultura material (posibles pesos de red) y en la
medida que sea posible, la caracterización isotópica de
los restos humanos.
Por último decir que el material de RA no aporta
nuevos datos al respecto de un posible uso de las conchas como elementos vinculados a los rituales funerarios tal y como se apuntaba para CSPC. En cualquier
caso, el enterramiento de RA se aleja de los modelos
del Neolítico antiguo, aproximándose a los propios
del Neolítico medio catalán.
Agradecimientos
Para el presente trabajo se han recibido ayudas de
los proyectos de investigación SGR2014-108 de la
Generalitat de Catalunya, HAR2014-55131 del Ministerio de Economía y Competitividad y UAM-C065
( J.L., L.L. y E.B) y de los proyectos 014 SGR-1248 de
la Generalitat de Catalunya y del HAR 2013-43624
del Ministerio de Economía y Competitividad (A.G.
y M.M.). Además M.M. se beneficia del Programa
ICREA Academia y L.L. recibe la ayuda de un contrato postdoctoral BP-A 00334 2011 del Departament
d’Universitats, Recerca i Societat de la Informació de
la Generalitat de Catalunya i del programa COFUND
(Accions Marie Curie). Agradecemos muy especialmente la ayuda y colaboración del Museu d’Historia de
la Ciutat de Barcelona, con el que se ha establecido un
convenio con los autores de este trabajo adscritos a la
Universitat Autònoma de Barcelona para el estudio del
registro arqueológico prehistórico de dicha ciudad. El
trabajo original ha sido corregido y enriquecido gracias
a los comentarios y propuestas de dos revisores anónimos propuestos por la organización.
121
Nuevos datos para la interpretación de los conjuntos malacofaunísticos...
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Las Náyades (Mollusca, Unionoida) del Calcolítico
de Camino de las Yeseras (San Fernando de Henares,
Madrid)
Laura Llorente Rodríguez1, Eufrasia Roselló Izquierdo1, Arturo Morales Muñiz1, Corina
Liesau von Lettow-Vorbeck1,3, Arantxa Daza Perea3,4, Rafael Araujo Armero2
Resumen
El registro pretérito de las náyades o almejas de agua dulce ibéricas continúa siendo muy pobre a pesar del auge
de los análisis arqueomalacológicos en la Península durante la pasada década. Las náyades recuperadas en el yacimiento de Camino de Las Yeseras representan, por ello, una importante aportación que proporciona información
sobre tres aspectos independientes: (i) el uso dado a estas náyades, que presumiblemente abarcaba tanto actividades utilitarias como rituales, (ii) la paleobiogeografía de estas especies y (iii) la calidad de las aguas en el entorno del
yacimiento durante el Calcolítico. El estudio valora la presencia de los peces recuperados en Camino de las Yeseras
desde la perspectiva de potenciales hospedadores de las larvas (gloquidios) de las náyades.
Palabras clave: Náyades, Península Ibérica, Calcolítico.
Abstract
The ancient record of the Iberian naiads is still poorly documented despite the development of archaeo-malacological research that has taken place over the past decade in the peninsula. The naiad remains retrieved at Camino
de las Yeseras thus constitute a welcome addition that provides information concerning three different aspects,
namely: (i) the use given to these molluscs, which apparently was of both utilitarian and ritual connotations, (ii)
the paleobiogeography of the group, and (iii) the quality of the waters close to the site during the Chalcolithic
period. The study discusses the presence of the fish taxa documented at Camino de las Yeseras from the standpoint
of their role as hosts of the naiads’ larval stages (glochidia).
Keywords: Naiads, Iberian Peninsula, Chalcolithic.
Laboratorio de Arqueozoología, Universidad Autónoma de Madrid. C/ Darwin, 2, 28049. Madrid.
laura.llorente@uam.es; eufrasia.rosello@uam.es; arturo.morales@uam.es;
2
Museo Nacional de Ciencias Naturales. C/ José Gutiérrez Abascal, 2, 28006. Madrid. rafael@mncn.csic.es
3
Departamento de Prehistoria y Arqueología, Universidad Autónoma de Madrid. C/ Francisco Tomás y Valiente, 1,
28049. Madrid. corina.liesau@uam.es
4
Contratada predoctoral del programa para la Formación de Personal Investigador en Formación, Subprograma FPIMINECO: BES-2012-056461. arantzazu.daza@uam.es
1
125
Las Náyades (mollusca, unionoida) del calcolítico de Camino de las Yeseras...
1. Introducción
En la Península Ibérica se han documentado restos
de náyades en yacimientos arqueológicos desde el Paleolítico Superior (Cueva del Valle; Altuna, 1972), siendo a
partir del Neolítico cuando el registro de estos bivalvos
continentales se hace más notable tanto en número de yacimientos como de restos (Moreno, 1995: Apéndice 4).
Sin embargo, a pesar de que la investigación arqueomalacológica viene experimentado un considerable impulso en
la Península en el último lustro gracias, entre otros, a la positiva sinergia proporcionada por las Reuniones Científicas
de Arqueomalacología de la Península Ibérica, los estudios
sobre náyades aún siguen siendo escasos, como se ha señalado en un trabajo reciente (González et al., 2014). Dado
que los problemas derivados de los diferentes métodos de
recuperación en las excavaciones arqueológicas afectan a
todos los restos de moluscos por igual y que las conchas de
náyades no acusarían, en principio, una mayor pérdida en
el registro de la que presentan moluscos marinos o terrestres, debido a la robustez que exhiben sus conchas, debemos pensar en otras razones que expliquen el paupérrimo
registro de estos bivalvos en yacimientos.
La rarefacción de las náyades en los actuales cursos
fluviales ibéricos podría invitarnos a pensar que tampoco
fueron un recurso abundante en el pasado, pero esta situación no es sino reflejo del deterioro que vienen sufriendo
estos ambientes desde el inicio del siglo XX. De hecho,
hasta hace pocas décadas, sus concentraciones podían alcanzar los 700 individuos por metro cuadrado en algunos
cursos fluviales liderando asimismo la biomasa animal de
éstos (Strayer et al., 2004; Araujo et al., 2009).
A pesar de estas abundancias locales en el pasado, su
apreciable diversidad en la Península Ibérica, (10 especies
repartidas en 2 familias y 4 géneros; Tabla 1), y su hipervariabilidad morfológica hace de las náyades un grupo especialmente difícil de identificar incluso para los especialistas. De ahí que en muchos trabajos las identificaciones
no puedan descender del nivel de orden. Por último, la
escasez de colecciones de referencia y la dispersión de caracteres de identificación en diferentes trabajos dificultan
adicionalmente esta labor al arqueomalacólogo. La determinación más fiable de la concha se realiza a través de los
dientes cardinales, debiendo quedar relegados el resto de
los fragmentos a un nivel inespecífico. Por todo ello, en
la Tabla 1 ofrecemos una clave dicotómica, atendiendo a
los principales rasgos diagnósticos, para la determinación
de náyades en yacimientos arqueológicos recomendando
que, siempre que sea ello posible, se acuda a un especialista
para la confirmación de cualquier identificación. Desde
126
que se conoce con precisión la distribución de las especies
peninsulares (Araujo et al., 2009), la procedencia de los
restos arqueológicos puede convertirse en un dato fundamental para la determinación específica.
Contando la Península Ibérica con tan amplio repertorio de especies y con densidades en el pasado que parece
ser podían haber llegado a tapizar el fondo de un río (Strayer, 2008), no extraña que las náyades hayan sido objeto
recurrente de interés por parte del ser humano, hecho que
también debemos tener cuenta a la hora de interpretar las
muestras arqueológicas. Martínez Sánchez (2013) confirma la habitual presencia de náyades en las ocupaciones del
Guadalquivir entre el IV y III milenio a.C., y en la Meseta
Norte diferentes autores atestiguan esta presencia desde
el Calcolítico hasta la Edad Media (García Barrios, 2007;
González et al., 2014; Gutiérrez Zugasti et al., 2014).
Aunque se conocen citas de consumo en Europa desde periodos prehistóricos (Barn Elms, Londres/Reino Unido;
Neolítico; Kennard, 1943) y, sobre todo, a partir de época romana (p. ej. castillo de Heidenberger; Sanderberger,
1873), el interés principal de las náyades parece haberse
centrado en su explotación como elementos de adorno,
especialmente en el caso de sus perlas. Tanto es así que los
nombres de dos de los géneros hacen referencia a este hecho. Así, para los romanos, margaritae era el término dado
a las perlas y unio el que se empleaba para referirse a las
de mayor calidad o excepcional talla (Valledor y Araujo,
2011). El nácar de las conchas sirvió asimismo para fabricar utensilios o adornar éstos, caso del nácar de M. auricularia en los mangos de cuchillos. Esta actividad, así como
la fabricación de botones, perduró en algunas regiones del
Ebro hasta finales del s. XX (Álvarez, 1998; Zapater et al.,
2006). En el registro arqueológico constan fragmentos
trabajados de náyades en los poblados de “Los Castillejos”
(Zaragoza-Neolítico), “Cerro Macareno” (Sevilla-Edad
del Bronce) y “Moncín” (Zaragoza-Edad del Bronce)
(Araujo y Moreno, 1999). La ostra de agua dulce, margaritona o náyade auriculada (M. auricularia Spengler, 1973),
se utilizó también para confeccionar castañuelas en tanto
que el mejillón del pintor (U. pictorum Linnaeus, 1758)
fue empleado por estos artesanos como contenedor para
mezclar pigmentos aprovechando el revestimiento impermeable que proporcionaba su nácar (Valledor y Araujo,
2011). Por último, las náyades han tenido un uso en el
mundo simbólico como atestigua su presencia en ajuares
de las cuevas calcolíticas funerarias del Valle de las Higueras (Huecas, Toledo; Bueno et al., 2005).
En un escenario global de progresiva extinción, el estudio de las náyades arqueológicas contribuye a perfilar la
distribución pretérita de las especies y con ello a entender
Laura Llorente Rodríguez, Eufrasia Roselló Izquierdo, Arturo Morales Muñiz...
1a Con dientes cardinales
3
1b Sin dientes cardinales: Género Anodonta
2
2a Parte superior del umbo con crestas paralelas al ligamento.
Borde dorsal diagonal
Anodonta anatina
2b Parte superior del umbo con crestas paralelas a las estrías de crecimiento.
Borde dorsal horizontal
Anodonta cygnea
3a Con dientes laterales patentes
4
3b Adulto con dientes laterales difuminados con el borde posterior de la concha
Margaritifera margaritifera
4a Dientes cardinales grandes y robustos
5
4b Dientes cardinales finos: Género Unio
6
5a Umbo deprimido, escultura del umbo lisa y dientes laterales posteriores rectos
5b Umbo convexo, escultura del umbo ondulada y dientes laterales posteriores
curvos
Margaritifera auricularia
Potomida littoralis
6a Concha redondeada
Unio gibbus
6b Concha alargada. Determinación específica según cuenca hidrográfica
U. delphinus (Atlántico)
U. mancus (Mediterráneo)
U. ravoisieri (Banyoles y río Ser)
U. tumidiformis (SO Atlántico)
Tabla 1. Clave dicotómica para la determinación de las náyades ibéricas tomando como referencia los trabajos de Araujo
y Moreno (1999) y Thomas (2006).
cambios operados en los ecosistemas dulceacuícolas, permitiendo además inferir el entorno de un yacimiento y
la relación de sus pobladores con el mismo. La principal
función ecológica de las náyades dentro del sistema fluvial es su papel como dinamizadoras de nutrientes en los
sistemas acuáticos y como oxigenadoras del agua. Ello se
realiza a través de la filtración de la materia orgánica, tanto
del agua como del sedimento, a razón de hasta 50 litros al
día por cada individuo. Tal extremo convierte a las náyades en excelentes bioindicadores de la calidad de las aguas
(Vaughn y Hakenkamp, 2001; Strayer et al., 2004).
Un aspecto menos conocido es su valor como indicadores de la presencia de determinados peces, necesarios
para completar aquéllas su ciclo biológico. Las hembras
grávidas expulsan unas larvas características, denominadas gloquidios, que se anclan y enquistan generalmente
en las branquias de determinadas especies de peces. Los
gloquidios permanecen en las branquias hasta completar
su metamorfosis. En ese momento, se rompe la cubierta
del quiste y los juveniles caen al fondo, donde se entierran
y comienzan su fase de vida libre. Así, y dependiendo de la
especificidad por el hospedador, la presencia de una deter-
minada náyade nos permitirá inferir la de aquellos peces
que precisa su ciclo biológico. Todo ello permite inferir
la existencia de ciertos peces en una zona sin necesidad
de encontrarlos en el depósito arqueológico (Vaughn y
Taylor, 2000; Araujo et al., 2005; Strayer, 2008).
Partiendo de estas consideraciones, valoraremos ahora
la información biológica y la cultural que aportan las náyades del yacimiento del Camino de las Yeseras.
2. Material y métodos
La colección procede de una selección de muestras
del yacimiento madrileño del Camino de Las Yeseras
(San Fernando de Henares). Éste se localiza en un lugar estratégico para la explotación de recursos fluviales,
como es la confluencia de los ríos Jarama y Henares. Su
cronología abarca desde el Calcolítico hasta la Edad del
Bronce (todo el III milenio a.C. y parte del II a.C.). En
las campañas de excavación realizadas en 1999 y 20032004 por la empresa Gestión del Patrimonio, S.L., se
excavaron casi medio millar de estructuras. En 2006 el
127
Las Náyades (mollusca, unionoida) del calcolítico de Camino de las Yeseras...
Figura 1. A) Localización de Camino de las Yeseras. B) Ubicación regional del yacimiento. C) Planimetría general del yacimiento.
Contextos funerarios/rituales: A1E4, A10E1, A15E8-I, A16E7, A21E6, A36extE3, A36extE3-VIII, A60E1. Hoyos con restos de
malacofauna: F-262, F-265, A55E1, CorteO.Est.A, CorteE.Est.A, CorteE.Est.AB, CorteE.Est.E-I. Tramos de foso: A15E8-B,
A54E121E01, A53A121E01, A38E1, A55E3, A 56-57, A 133E1/I, A133E1-V. Cabañas: F-322, F-286, F-254, F-305, F-411,
A9E2, A17E9, A55E2, CorteE.Est.E. Zona central: A132I, A132II, A-132III, A 132VI.
128
Laura Llorente Rodríguez, Eufrasia Roselló Izquierdo, Arturo Morales Muñiz...
yacimiento fue sometido a un proceso de retirada del
nivel vegetal con una pala excavadora, seguido de un
raspado manual de toda la superficie, documentándose más de 8.000 estructuras, de las cuales 825 fueron
excavadas. En total, la excavación afectó a un total de
3 Ha sobre las 22 Ha estimadas de ocupación (Fig.
1). La ocupación calcolítica presenta una importante
diversidad de estructuras que incluye miles de hoyos,
estructuras habitacionales y de producción, y hasta
seis recintos de fosos, la mayoría de ellos concéntricos (Ríos, 2011). El yacimiento también destaca por
su variado registro de tumbas con inhumaciones precampaniformes y campaniformes (Liesau et al., 2008;
Vega et al., 2010; Gómez et al., 2011). El carácter de
excavación preventiva hizo que sólo el sedimento de
algunos contextos singulares y de todos los campaniformes funerarios fuese cribado y flotado (Liesau,
2011; Llorente, 2011; Liesau et al., 2013).
Como primer avance al estudio de los moluscos,
hemos seleccionado 32 contextos que comprenden
depósitos funerarios, hoyos, cabañas y tramos de los
fosos que delimitaban perimetralmente la zona habitacional. Las náyades de este estudio proceden de
estructuras de cronología calcolítica.
La identificación de algunas piezas requirió el concurso de la colección de referencia del Museo Nacional de Ciencias Naturales. Tanto la nominación de
taxones como la presentación de éstos en las tablas
se ajustan a las directrices de la taxonomía biológica (Llorente, 2012). El patrón de fracturación para
proceder a la cuantificación ha seguido los criterios
ofrecidos por Moreno (1994, 1995) y Gutiérrez ZuContexto
Cabañas
gasti (2009). Los estimadores utilizados han sido el
número de restos (NR) y el número mínimo de individuos (NMI). Éste último cuantificador no se aplicó
a la categoría Unionoida.
3. Resultados
Las muestras de náyades superan ampliamente las
colecciones que habitualmente se documentan en yacimientos arqueológicos peninsulares (Tabla 2). Tal
abundancia se debe en parte a una acusada fragmentación que, en ausencia de elementos diagnósticos,
nos obliga a crear una amplia categoría inespecífica.
El número mínimo de individuos, sigue constatando
unos valores notables (112). La especie dominante es
Potomida littoralis (Cuvier, 1798) pero es apreciable
la presencia de Unio delphinus (Spengler, 1793) y, secundariamente, la de Margaritifera auricularia.
Las náyades aparecieron en estructuras de habitación, en hoyos y en tramos de fosos, pero destaca su
abundancia en las estructuras de la zona central del
yacimiento donde parece que se podrían concentrar
las actividades económicas. Adicionalmente, algunos ejemplares aparecieron en contextos rituales
(Tabla 3). Entre éstos destacan los funerarios, tanto individuales como colectivos (donde aparecen P.
littoralis y U. delphinus) y, sobre todo, el espectacular contexto con un enorme cráneo de uro sobre una
cuña de barro, donde documentamos una valva de
M. auricularia. A pesar de esta diversidad de contextos, no hemos hallado huellas de manipulación
en resto alguno.
Funerarios/
rituales
Zona central
Hoyos
Tramos de foso
TOTALES
TAXÓN
NR
NMI
NR
NMI
NR
NMI
NR
NMI
NR
NMI
NR
NMI
Unio
delphinus
11
9
2
2
20
11
1
1
6
5
40
28
Potomida
littoralis
13
9
5
4
52
44
11
7
27
30
108
94
Margaritifera
auricularia
2
1
1
1
1
1
2
2
6
5
Unionoida
44
TOTAL
70
13
19
21
171
6
244
18
56
30
72
8
107
318
23
472
112
Tabla 2. Frecuencias de náyades en cada uno de los tipos de contextos considerados en la Figura 1.
129
Las Náyades (mollusca, unionoida) del calcolítico de Camino de las Yeseras...
Contexto funerario
Descripción
Área 10, El-01, UE 01
Inhumación doble
Área 16, El-07, UUEE 1 y 2
Enterramiento en fosa, adulto joven;
calcolítico sin campaniforme
Área 15, El-8-I, UE 03
Enterramiento en fosa; 4 individuos:
2 mujeres, 2 infantiles; calcolítico sin
campaniforme
Área 36 ext., El-03, UE 01
Área funeraria 2
Área 21, El-06, UE 02
Enterramiento en fosa alterado; restos
humanos dispersos; 4 individuos: 3 adultos,
1 infantil; con campaniforme
Restos humanos dispersos; 4 individuos: 3
adultos, 1 infantil
Taxón
NR
NMI
Potomida litoralis
2
1
Unionoida
2
Potomida littoralis
1
Unionoida
1
Unio delphinus
1
1
Unio delphinus
1
1
Área 36 ext., El-03, UE 03
Área funeraria 2. Espacio funerario amplio
con inhumaciones campaniformes
Unionoida
1
Área 36 ext.,3-VIII Franja 1
Área funeraria 2. Espacio funerario amplio
con inhumaciones campaniformes. Interior
gran tinaja
Unionoida
1
Área 36 ext., El-03, UE 05
Área funeraria 2
Potomida litoralis
1
Unionoida
1
Área 60, El 01, UE 02
Depósito con cráneo de uro
Margaritifera auricularia
1
1
1
1
Tabla 3. Relación de contextos funerarios y rituales con presencia de náyades.
4. Discusión
Comenzando por los aspectos culturales, la información contextual indica que las náyades no parecen
ser intrusivas pues el yacimiento se localiza por encima de la llanura de inundación de ambos ríos (Ríos,
2011). El uso ritual de las náyades no puede descartarse al documentarse en un total de 9 contextos
de este tipo (Tabla 3). Ello, unido a su abundancia,
apunta a que su presencia dista mucho de ser casual.
Sin embargo, no hemos podido constatar una asociación inequívoca de las conchas con los inhumados,
como se documenta en una de las cuevas artificiales
del yacimiento calcolítico del Valle de las Higueras
(Bueno et al., 2005).
Las más altas frecuencias de náyades se constatan
en estructuras con desechos culinarios y artefactos
varios, tanto en los tramos de fosos como en las estructuras del área central. Tal circunstancia podría
sustentar una hipótesis de consumo. El consumo de
náyades está documentado etnográficamente pero
como actividad muy esporádica, debido a la consistencia basta y correosa de su carne a la que tampoco
130
acompaña su característico sabor a fango derivado
de la actividad filtradora (Zapater et al., 2009). Tal
consumo ha sido sugerido para el Neolítico Antiguo de Xarez 12 (Reguengos de Monsaraz, Portugal;
Gonçalves, 2003), el IV y el III milenio a.C. en numerosos yacimientos del valle del Guadalquivir (Martínez, 2013), así como en la Primera y Segunda Edad
del Hierro del valle del Duero (Era Alta, El Castillo,
La Mota, Valoria y el Soto de Medinilla; Morales y
Liesau, 1995: Tabla 38) y en la colonia romana de
Victrix Iulia Celsa (Velilla de Ebro, Zaragoza; Cabrera y Beltrán, 1998).
La ausencia de huellas de manipulación antrópica
descartaría un aprovechamiento del nácar a pesar de
ser ésta una actividad documentada desde el inicio de
las economías de producción, así como en ocupaciones calcolíticas, caso de Marroquíes Bajos ( Jaén; Lozano y Rodríguez, 2014).
Lo cierto es que resulta complicado inferir el uso
antrópico de las náyades en los registros arqueológicos
debido a esta infrecuencia de huellas de manipulación
(González et al., 2014; Gutiérrez Zugasti et al., 2014).
Laura Llorente Rodríguez, Eufrasia Roselló Izquierdo, Arturo Morales Muñiz...
Por lo que se refiere a los aspectos corológicos, observamos tres situaciones distintas (Fig. 2): (a) especies que se
distribuyen por las cuencas atlántico-mediterráneas, (b)
especies que se distribuyen por las cuencas atlánticas, y
c) especies que se distribuyen por las cuencas mediterráneas. Desde esta perspectiva, la presencia de P. littoralis
y U. delphinus en Camino de las Yeseras concuerda con
los datos actuales (Fig. 2), mientras que la presencia de
M. auricularia amplía su rango de distribución, actualmente restringido al Ebro, hecho documentado en otros
yacimientos arqueológicos (Moreno y Araujo, 1999).
El hábitat óptimo de P. littoralis y U. delphinus se sitúa en los tramos medios de los ríos, preferentemente en
zonas de agua remansada, aunque limpia. La localización del yacimiento en la confluencia de dos ríos apunta
a que los pobladores del Camino de las Yeseras llevaron
a cabo una explotación sistemática de las náyades locales. Esta hipótesis vendría apoyada por la presencia tanto
de galápagos como de aves acuáticas (Pérez et al., 2011;
Llorente, 2011).
Un último aspecto a considerar es la relación de las
náyades durante su ciclo biológico con un grupo apenas
representado en Camino de las Yeseras: los peces. La relación que tienen estos bivalvos con sus hospedadores es,
como antes comentamos, muy específica (Araujo et al.,
2000, 2009). Así, las colonias de U. delphinus, probablemente requieran la presencia de espinosos (Gasterosteus
aculeatus), bogas de río (Chondrostoma sp.) o barbos
(Luciobarbus sp., Barbus sp.) (Araujo et al., 2009). Las
dos últimas especies ícticas son también parasitadas por
los gloquidios de P. littoralis. En el caso de M. auricularia, hasta ahora se han confirmado como hospedadores
nativos el esturión europeo (Acipenser sturio) y el pez
fraile (Blennius fluviatilis) (Araujo et al., 2001). Esto
quiere decir que el elenco de especies piscícolas presentes en esta confluencia de los ríos Jarama y Henares hubo
de ser necesariamente mucho más rica de lo que el registro arqueológico evidencia (Roselló, 2011).
y arqueológicos como los textos medievales, señalan la
presencia de sábalos en la cuenca del Tajo, desde el último interglaciar (Eemiense; 166 ka) hasta pasado el siglo
XVI (Morales, 1980; Sánchez Quiñones, 2006). Además de esta dilatada presencia del pez en la cuenca del
Tajo, sábalo y margaritona solapan sus distribuciones
actuales, tanto en el bajo Ebro como en algunos ríos de
Francia. Estas putativas interrelaciones son la base sobre
la que se va a poner en marcha un proyecto de conservación de M. auricularia en un río de la cuenca del Loira
porque aunque los experimentos de infección de peces
con gloquidios de esta náyade no han considerado hasta
ahora al sábalo como agente de dispersión, parece que la
presencia de la náyade podría venir condicionada por la
del sábalo (R. Araujo, com. pers.; Araujo et al., 2009).
Los datos de Camino de las Yeseras podrían, por tanto,
aportar una insospechada vía de confirmación para los
zoólogos que van a llevar a cabo este experimento.
a) Potomida littoralis
b) Unio delphinus
c) Margaritifera auricularia
La especie piscícola más frecuente en Camino de las
Yeseras es, el sábalo (Alosa alosa) (Roselló, 2011). Aunque no está consignada como hospedador de ninguna
náyade, su presencia parece remitir a algún tipo de relación con M. auricularia. En este sentido, cabe señalar
que el sábalo es una especie que evita las aguas turbias,
siendo la margaritona una especie que contribuye a mantenerlas limpias, por lo que la conjunción de náyades y
sábalos en Camino de las Yeseras sugiere unas aguas limpias de los ríos Jarama y Henares en aquellos momentos. Por otra parte, tanto los registros paleontológicos
Figura 2. Distribución ibérica de las tres especies de náyades
recuperadas en el yacimiento de Camino de las Yeseras
(círculo azul). Los cuadrados rojos señalan presencias actuales
y los círculos negros en el mapa C las citas arqueológicas
recopiladas por Araujo y Moreno (1999) a las que hemos
añadido El Hornazo (1; Gutiérrez Zugasti et al., 2014), Cerro
de la Mesa (2; Chapa et al., 2014), Valle de las Higueras (3;
Bueno et al., 2005), Pozo Nuevo (4; García Barrios, 2007)
y El Arrabal califal de Córdoba (5; Lozano et al., 2004).
131
Las Náyades (mollusca, unionoida) del calcolítico de Camino de las Yeseras...
5. Conclusiones
La abundancia de náyades y la diversidad de contextos en los que éstas aparecieron en Camino de las Yeseras indican un aprovechamiento antrópico diversificado.
Por inercia, sospechamos que éste podría incluir tanto el
consumo como algún papel dentro del mundo simbólico, aunque todavía se está pendiente de un estudio más
exhaustivo del tema.
Las náyades de Camino de las Yeseras constituyen un
aporte clave para evaluar la paleo-biogeografía de estas
especies en la Península Ibérica y evidencian, junto con
los restantes grupos acuáticos (galápagos, aves y peces),
un aprovechamiento sistemático de los recursos fluviales
del entorno, que no parece, en cualquier caso, haber sido
intensivo.
Aunque la representación de peces en el registro
faunísticos de este yacimiento es escasa, la presencia de
las náyades sugiere la existencia de una comunidad piscícola mucho más amplia de la que sugiere el registro íctico. Como corolario de esto último, la coetaneidad de la
margaritona y el sábalo en Camino de las Yeseras apunta
a algún tipo de relación ecológica, que justificaría los futuros experimentos que se proyectan para confirmar el
papel del sábalo como hospedador de los gloquidios de
M. auricularia.
Agradecimientos
Este trabajo se ha realizado gracias a la subvención
obtenida: Las sociedades calcolíticas y su marco temporal
en la región de Madrid. Una revisión a la luz de nuevos
datos. (Plan Nacional I + D+ i HAR 2011-28731. Ministerio de Economía y Competitividad), y el proyecto
Ictioarqueologia de la Prehistoria cantábrica: Modelos
para la caracterización de las primeras pesquerías europeas (Ministerio de Economía y Competitividad). HAR
2014-55722-P
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Apuntes sobre formación de sitios a partir de
restos arqueomalacológicos. El conchero 4 del sitio
Karoline (400 cal BC - 300 cal AD) de la costa
Atlántica de Nicaragua)
Ermengol Gassiot Ballbè1, Ignacio Clemente Conte2
Resumen
El análisis detallado de la fauna malacológica procedente de concheros tiene un gran potencial en arqueología.
Por una parte, la caracterización precisa de estos sedimentos ilustra las dinámicas de formación de un yacimiento, al
permitir intuir la velocidad de sedimentación de las conchas o si se trató de un proceso continuo o no. Por la otra, el
estudio métrico de las conchas facilita indicios sobre cómo se llevó a cabo la recolección de moluscos e incluso sobre la presión que la actividad extractiva ocasionó sobre cada especie. Este trabajo aborda estas cuestiones mediante
el estudio del conchero 4 del yacimiento de Karoline, una aldea prehistórica de la Costa Atlántica de Nicaragua.
Palabras clave: Arqueomalacología, Caribe, Donax sp.
Abstract
The detailed analysis of malacological fauna from shell middens has proved to have a big potential in archaeology. By one hand, a precise characterization of the sediments from this kind of context illuminates the dynamics
of formation of an archaeological site. It permits to guess the speed of deposition of the shells and the formation
of the sedimentary deposits, the continuity or not of this process, etc. Furthermore, the metric study of the shells
facilitates indications on how their gathering was done and, even, on the pressure that their exploitation had over
the species. This paper works on these questions trough the study of the shell midden number 4 from Karoline, a
prehistoric village in the Atlantic Coast of Nicaragua.
Keywords: Shell midden, Archaeomalacology, Caribbean, Donax sp.
Departament de Prehistòria. Universitat Autònoma de Barcelona. Edifici B. Bellaterra 08193, BARCELONA. España.
ermengol.gassiot@gmail.com
2
CSIC-Institución Milá y Fontanals (IMF), Departamento de Arqueología y Antropología, AGREST. c/ Egipciaques 15,
08001 Barcelona. ignacio@imf.csic.es
1
137
Apuntes sobre formación de sitios a partir de restos arqueomalacológicos...
1. Introducción
A pesar de la notoria visibilidad de los depósitos arqueológicos de conchas que dan forma y nombre a los
concheros, los estudios de la fauna malacológica desde la
arqueología son, por lo general, todavía poco frecuentes
incluso en este tipo de yacimientos. Además cuando se
realizan en gran medida tienen una orientación principalmente taxonómica y solo se ofrecen listados de las
especies representadas. Recientemente algunos trabajos
han comenzado a modificar esta situación desarrollando
los sistemas de cuantificación de los restos malacológicos,
analizándolos desde una perspectiva paleoeconómica o
como indicadores paleoambientales, de la estacionalidad
de las ocupaciones, de los procesos de trabajo implicados
en su explotación, etc. (Gassiot, 2005; Gutiérrez, 2009;
Mason et al., 1998; Szabó et al., 2014).
Partiendo de las excavaciones del conchero número 4
del sitio Karoline (ver Clemente y Gassiot, en este volumen), este trabajo plantea el estudio arqueomalacológico de los depósitos que lo conforman, formados casi
exclusivamente por restos del bivalvo Donax sp., como
una herramienta útil para ilustrar tanto las dinámicas
de formación del sitio como los procesos de trabajo implicados en ellas. Por motivos de espacio, se deja de lado
la mención a otros elementos del registro arqueológico
generado y que ya han sido publicados en otros lugares
(Clemente et al., 2009, 2010, 2012 y 2013). Un primer
elemento revisado en este trabajo es la propia definición
de los diferentes estratos del “conchero” a partir de la caracterización de su composición sedimentaria. En otros
términos, se propone un análisis de la homogeneidad/
heterogeneidad de los depósitos del conchero atendiendo a la definición cuantitativa de sus componentes. El
segundo aspecto que aborda este trabajo es la caracterización métrica de las conchas del taxón dominante en
el conchero y que constituye una porción relevante de
su contenido. En definitiva, se busca por una parte describir de forma precisa la composición del conchero, reconociendo y cuantificando su variabilidad interna. Por
la otra, a través del estudio métrico de las conchas este
trabajo apunta una breve discusión sobre la modalidad
de su recolección.
2. Las excavaciones en el conchero 4 del
sitio Karoline
Descubierto en el año 1999, el sitio Karoline está formado por al menos 12 concheros dispersos en la ladera de una pequeña elevación y un montículo de tierra y
138
piedras central (Fig. 1). La zona es una área de bosque
tropical, actualmente degradada por actividades agrícolas y ganaderas, con pequeños cursos de agua cercanos y el límite sur actual de la gran Pearl Lagoon a 3,8
km al nordeste. La colina donde se emplaza el sitio se
sitúa en la orilla de lo que fue el extremo meridional
de la Pearl Lagoon y que hoy se encuentra sedimentado, dando lugar a una llanura arenosa con vegetación
de sabana y zonas pantanosas (Clemente et al., 2010;
Gassiot, 2005). El litoral exterior actual se localiza a
casi 4 km al este, después de cruzar una extensa llanura arenosa, con pantanos y dunas, marcando diversas
paleocostas. En su conjunto, Karoline parece haber estado conformado por diversas unidades de habitación
que generaron concheros en sus inmediaciones fruto
del consumo intenso del bivalvo Donax denticulatus y
Donax estriatus (denominados ají por los habitantes
de la zona). Estos concheros, además de basureros, alojaron también diversas áreas de actividad (Clemente et
al., 2012, 2013).
Uno de ellos, el conchero 4 ha sido parcialmente
excavado en diversas campañas entre los años 2002 y
2008. La excavación se realizó sobre una extensión de
50 m2 y abarcó parte de los niveles superiores del conchero y de su exterior, donde se buscó el área doméstica al que, se suponía, se vinculaba la acumulación
de conchas y otros desechos. En la campaña de 2008
se completó la excavación en extensión con una zanja
con el fin de definir mejor su estratigrafía interna y su
diacronía. Se recogieron muestras de sedimento del
conchero, tanto durante la excavación como, posteriormente, de los perfiles. En los concheros 1 y 5 se
realizaron sondeos para, además de su cronología,
analizar su estratigrafía interna y recoger muestras.
La datación de los concheros números 1, 4 y 5 (Fig.
1) muestra rangos temporales similares, sugiriendo
que su formación fue sincrónica, seguramente con diversas unidades domésticas funcionando simultáneamente. Permite plantear que Karoline fue un asentamiento que como mínimo existió entre los siglos IV/
III cal BC hasta los siglos III/IV cal AD con diversos
concheros formándose simultáneamente. El estudio
de los materiales y los contextos arqueológicos documentados permite completar esta primera impresión
sobre Karoline, esbozando una imagen de las prácticas de subsistencia de sus pobladores prehistóricos:
qué recursos se explotaron y, en algunos casos, cómo
fue su explotación; cómo fueron las actividades que
dieron lugar a los concheros; qué representaron los
concheros en el asentamiento; etc.
139
Ermengol Gassiot Ballbè; Ignacio Clemente Conte
Figura 1. Localización del área de estudio en Nicaragua (izquierda), con un mapa del emplazamiento en ella de Karoline y otros yacimientos así como las principales poblaciones del área
(imagen central). A la derecha, planta del yacimiento.
Apuntes sobre formación de sitios a partir de restos arqueomalacológicos...
3. Métodos y materiales
3.1. La excavación y datación del conchero 4
de Karoline
La excavación del conchero 4 de Karoline se efectuó en extensión, a lo largo de un área de 60 m2 y
siguiendo la estratigrafía observable, individualizando una gran parte de los materiales arqueológicos
(cerámica, lítica, fauna, semillas, carbones, etc.) y
registrando su situación tridimensional. Ello ha permitido asociar de forma precisa los diferentes materiales a contextos estratigráficos específicos, así como
también establecer los patrones de dispersión de cada
categoría de restos y asociaciones/disociaciones espaciales entre tipos de materiales. De esta forma, al
poder caracterizar diferentes áreas de actividad tanto
dentro como fuera del conchero y ponerlas en relación con algunos agujeros de poste documentados
durante la excavación se ha podido plantear la existencia de un espacio de habitación y su disposición
(Clemente et al., 2012). Por otra parte, la realización
de una trinchera ha facilitado el conocimiento de la
diacronía interna del conchero, pudiendo acotar tanto su duración temporal como sus ritmos de formación internos.
Gracias a esta última operación, que complementa la excavación en extensión, se ha podido constatar
que el conchero 4 de Karoline está conformado por
tres grandes fases de acumulación de depósitos de
una gran cantidad de conchas, principalmente Donax denticulatus y Donax estriatus. La más antigua,
que dio lugar al conchero C3 de 70 cm. de espesor
documentado en la trinchera, se formó en un lapsus
de tiempo muy breve entre el 380 y el 230 cal BC, tal
y como indica el solapamiento de las tres dataciones
efectuadas. La segunda corresponde a depósitos acumulados entre un momento de formación de suelo
sobre el conchero C3 (alrededor 350-60 cal BC) y
otro nivel sin conchas entre los concheros C2 y C1,
datado entre 85 cal BC y 16 cal AD. El último período de formación del conchero concluyó entre el
250 y el 350 cal AD, tal y como certifica la datación
procedente de su superficie (Fig. 1).
3.2. Muestreo y descripción de los depósitos
del conchero 4 de Karoline
En arqueología la categoría conchero se emplea
con relación a realidades bastante diversas (Gassiot,
140
2001; Gassiot, 2005; Stein 1992). En algunas ocasiones se utiliza para referir a depósitos de conchas con
poca matriz sedimentaria (por ejemplo, Ramos y Lazarich, 2002), independientemente del volumen que
éstos alcancen. En otras, la simple presencia de una
cantidad remarcable a ojos del/la observador/a de
restos de conchas en el sedimento ya justifica el uso
del término (Sanoja y Vargas, 1995). En muchas ocasiones la variabilidad dentro de un mismo período y
ámbito geográfico entre yacimientos es muy grande,
de tal forma que el término designa contextos sedimentarios muy diferentes que contienen vestigios de
la explotación de moluscos (Bailey et al., 2013; Erlandson, 1994; Gutiérrez, 2009; Stark y Voorhies,
1978). Esta heterogeneidad puede darse también a
lo interno de una misma secuencia estratigráfica, con
depósitos muy diferenciados en términos de cantidad
y estado de conservación de restos malacológicos.
Esta realidad plantea la conveniencia de buscar
fórmulas para describir la composición de este tipo
de depósitos de forma precisa. Sin querer entrar en el
debate sobre cuál es la mejor forma para cuantificar
la composición de los sedimentos de un conchero, en
este trabajo planteamos la caracterización de los estratos que conforman el conchero 4 de Karoline. Para
ello durante la excavación se procedió a reservar una
muestra de 2 litros para cada 30 litros de sedimento
exhumado. Posteriormente, durante la documentación de los cortes de la trinchera, a parte de una primera descripción visual de los diferentes estratos representados, se seleccionaron muestras de algunos de
ellos que por sus características (densidad de conchas,
grado de fragmentación, cantidad de matriz sedimentaria) se consideraran indicativos de la heterogeneidad sedimentaria del conchero. En el laboratorio se
dividieron las muestras para reservar una réplica de
seguridad en Managua y trasladar otra a Barcelona.
Sobre este último conjunto, se han homogenizado las
muestras a 1 litro de sedimento y se ha procedido a
su estudio.
Con el fin de caracterizar la composición de las diferentes muestras, cada una de ellas se tamizó a través
de una malla de 0,5 mm. Esta operación permitió separar la matriz de las conchas y otros restos. A partir
de aquí, de forma manual se separaron los diferentes
materiales recogidos en el tamiz. Dado que en todas
las muestras el taxón malacológico altamente predominante era Donax sp., se definió una categoría para
las conchas enteras de Donax y otra para las fragmentadas. Esta distinción se estableció porque durante
Ermengol Gassiot Ballbè; Ignacio Clemente Conte
la excavación se apreciaba una marcada variabilidad
en la preservación de las conchas que se correlacionaba positivamente con la cantidad de sedimento.
Por otra parte se distinguió también la presencia
de conchas de Polymesoda y de otros tipos de moluscos, además de carbón, fauna vertebrada, etc. En
consecuencia se definieron las siguientes variables:
sedimento, Donax enteras, Donax fragmentadas, Polymesoda, otras conchas, fauna vertebrada, cerámica,
carbón, piedras y coral. Dada la heterogeneidad de
las categorías, su cuantificación se realizó a partir del
peso. En total se contabilizaron 84 muestras procedentes de la trinchera.
3.3. Medición de las conchas
Hace unos años, uno de nosotros (Gassiot, 2005)
realizó un pequeño estudio de 10 muestras del conchero 1 de Karoline, conformadas casi exclusivamente por Donax sp. En ese trabajo se planteaba que la
diversidad de tamaños obtenidos de las conchas de
esta especie se correlacionaba con su sistema de recolección en grupo, con las manos o incluso con palas y
canastos. Esta situación se contraponía a la documentada en los concheros donde otra especie, Polymesoda
solida (o almeja), era dominante casi en exclusiva. En
estos, las dimensiones de las conchas eran más homogéneas y las diversas muestras estudiadas presentaban
menores coeficientes de variación (Gassiot, 2005).
En el presente estudio se han efectuado mediciones de las conchas enteras de Donax sp. de las muestras recogidas durante la excavación de la trinchera
del conchero 4 de Donax sp. La finalidad ha sido,
por una parte, confirmar la tendencia documentada
en Gassiot (2005). En el proceso de cuantificación
de los componentes sedimentarios de las muestras,
se separaron todas las conchas enteras de Donax sp.
así como, si las había, las de Polymesoda solida. En el
primer taxón se separaron las conchas superiores de
las inferiores y para las 84 muestras analizadas, con
el fin de efectuar únicamente las mediciones de largo
y ancho sobre la categoría más numerosa para cada
muestra. Previamente se había comprobado, sobre
especímenes que conservaban articuladas ambas conchas, que las diferencias métricas entre ellas eran insignificantes. Se midieron 100 conchas por muestra,
excepto en aquellos casos en que la cifra de enteras era
menor. Las escasas conchas completas de Polymesoda
solida también se midieron, distinguiendo si se trataba de conchas inferiores o superiores.
4. Resultados
4.1. Composición del conchero 4 de Karoline
El análisis de la composición de las 84 muestras
de sedimento de la trinchera realizada en el conchero
4 de Karoline muestra la diversidad de los depósitos
que lo conforman. Este hecho ya era evidente tanto
durante los trabajos de excavación como en la posterior documentación de los perfiles (Fig. 2). La descripción de la composición de las diferentes muestras
evidencia de forma precisa esta heterogeneidad. Del
total, 17 muestras tienen una cantidad de matriz sedimentaria inferior al 50% de su peso (muestras 1-17,
Fig. 3). En ellas todas ellas la suma de las conchas de
Donax sp. enteras y fracturadas supera la mitad de la
muestra. De éstas, dos tienen más del 50% de su peso
conformado por conchas enteras de Donax sp. Concretamente, en un caso (muestra n° 1, Fig. 3) alcanza
el 71% del total, mientras que la matriz sedimentaria
no llega al 16% del peso y prácticamente el resto corresponde a conchas de Donax sp. fracturadas y una
pequeña porción (0,5%) a conchas de Polymesoda.
Otro ejemplo distinto de un claro predominio de las
conchas lo tenemos en una muestra (n° 7) donde las
conchas fragmentadas superan ligeramente el 60% del
peso, las enteras algo más del 2% y el resto corresponde a tierra. En el extremo opuesto, en dos muestras la
cantidad de conchas es casi inapreciable (n° 84 y 84).
La segunda de ellas corresponde a la base del conchero
y las conchas presentes, únicamente muy fracturadas,
corresponden a poco más del 0,5% de su peso. En las
muestras restantes, todas ellas obtenidas en contextos
de “conchero”, en 14 de ellas (n° 69 a 82) el peso de la
tierra supone más del 80% del total, y la cantidad de
conchas enteras y fragmentadas oscila entre el 16% y
el 0,65%. Entre estas situaciones opuestas, en el resto
de muestras la presencia de conchas en general es superior al 20%.
Un cómputo de la diversidad en la composición
del conchero lo proporciona el cálculo estadístico de
índices de diversidad alfa, empleados para el cálculo
del grado de uniformidad y diversidad de muestras
de distintos tamaños y conformadas por un número
variable de clases representadas. Consideradas la totalidad de las 84 muestras, el índice Fisher (Mehta y
Patel, 1986), que mide el grado de uniformidad entre
0 (nula) y 1 de cada una ellas, oscila entre 0,68 y 0.
Las muestras con un valor prácticamente de 0 corresponden a aquellas formadas prácticamente sólo por
tierra, mientras que en el extremo opuesto nos encon141
142
Apuntes sobre formación de sitios a partir de restos arqueomalacológicos...
Figura 2. Detalle del perfil Norte (izquierda), Este (tramo central) y Sur (derecha) de la trinchera realizada en el conchero 4 de Karoline. Se indica la procedencia de las dataciones realizadas
y la composición sedimentológica de algunos de los estratos.
143
Ermengol Gassiot Ballbè; Ignacio Clemente Conte
Figura 3. Composición sedimentaria de las muestras del conchero 4 de Karoline mencionadas en el texto.
Apuntes sobre formación de sitios a partir de restos arqueomalacológicos...
tramos con aquellas donde los pesos de las diferentes
categorías son más uniformes. Dentro del conjunto,
la mediana se sitúa en 0,49. Con todo, en la práctica
este cómputo está condicionado por el hecho que tres
de los componentes (tierra, conchas enteras y conchas
fracturadas de Donax) tienen una presencia muy superior al resto, hecho que condiciona los valores altos i el
nivel de variabilidad de los índices Fisher.
Una opción para resolver este condicionante es considerar los tres componentes hegemónicos en las diferentes muestras y que, en la práctica totalidad de ellas,
suponen de largo más del 90% de su peso. Cuando se
realiza esta operación, se aprecia una cierta correlación
entre la mayor cantidad de tierra y el predominio de
conchas fracturadas de Donax sp. con respecto a las
enteras. En cambio, cuando la cantidad de Donax sp.
sin fracturar es alta, en general el volumen de tierra es
reducido. Este fenómeno parece correlacionarse con
un proceso rápido de formación y recubrimiento de los
depósitos con conchas poco fragmentadas, con periodos de meteorización reducidos. Muestra, en todo caso,
la diversidad de procesos y situaciones en los que tuvo
lugar la formación del conchero y justifica la necesidad
de afrontar su excavación a partir del reconocimiento
de los diferentes estratos que lo conforman.
4.2. Caracterización métrica de Donax sp
De las 84 muestras de conchero, se han podido efectuar mediciones de conchas enteras de Donax sp. en 82
de ellas. En las otras dos restantes los restos de material
malacológico eran muy escasos y no había conchas enteras que permitieran efectuar medidas. Por otra parte,
se han efectuado mediciones de dos muestras de Donax
sp. recolectadas en la población de Tasbapawnie, habitada por la etnia Miskito, propia de la mitad norte de la
Costa Atlántica de Nicaragua (Fig. 1). Sus pobladores
consumen esta especie en los meses en que se encuentra disponible en los bancos de las playas de arena de la
costa a mar abierto de su aldea. Una de las muestras fue
recolectada en la misma playa por el equipo de arqueólogos que en febrero de 2009, al inicio de la estación
seca, efectuaba trabajos en la zona. Se trataba, por lo
tanto, de especímenes vivos. La otra se recogió en el basurero de una casa del mismo pueblo y correspondían a
conchas consumidas en las semanas precedentes.
La Fig. 4 muestra los resultados para cada una de
las muestras. En total se han medido 5.210 ejemplares
procedentes del conchero, con un promedio de 63,5
144
Figura 4. Distribución de las longitudes de las conchas
de Donax sp. en las 82 muestras arqueológicas donde se
ha efectuado la medición. En el extremo derecho, las dos
muestras actuales.
Ermengol Gassiot Ballbè; Ignacio Clemente Conte
Figura 5. Media y coeficiente de variación de las muestras de Donax sp. En el extremo derecho, las dos muestras actuales.
Figura 6. Media y coeficiente de variación de las muestras de Polymesoda solida.
145
Apuntes sobre formación de sitios a partir de restos arqueomalacológicos...
por muestra. La longitud media de las conchas de
Donax sp. es de poco más de 13 mm., aunque oscila
entre los 10,6 y 15,8 mm. En 14 de las 82 muestras el
25% de los ejemplares tenían una longitud inferior
a los 10 mm. y en 35 inferior a los 12 mm. En el extremo opuesto, en 18 de ellas había un 25% de conchas con más de 16 mm. de largo, mientras que en
62 el 25% o más de la muestra superaba los 14 mm.
de largo. En definitiva, se trata de distribuciones
que en general son asimétricas con una oblicuidad
(skewness) predominantemente positiva, es decir,
que tienden a estar escoradas hacia los valores más
altos. Sin embargo, la presencia de contingentes de
pequeñas dimensiones condiciona a la baja las medias. Este último fenómeno se evidencia en el hecho
que en 19 de las muestras se contabilizaron conchas
de menos de 7 mm. de largo y en más de la mitad,
concretamente en 42, de menos de 8 mm.
Como documentó Gassiot (2005) para el conchero 1 de Karoline, la variabilidad de las dimensiones de las conchas en las muestras del conchero 4 es
también considerable. Los coeficientes de variación
de las diferentes muestras oscilan entre los 10,4 y
los 34,7 (Fig. 5), un rango similar al observado en el
conchero 1. En cambio, nuevamente la dispersión de
las medidas de Polymesoda solida es muy inferior. En
6 de las muestras de sedimento del conchero se han
podido obtener el largo de al menos 10 conchas. Sus
coeficientes de variación oscilan en 5 de las muestras
entre 6,4 y 12,5, mientras que la sexta muestra, con
únicamente 10 mediciones, es de 18,3 (Fig. 6). En
todo caso, sus valores son notoriamente inferiores a
los de Donax sp., hecho que muestra una mayor uniformidad en los tamaños de los especímenes consumidos y descartados en el conchero.
5. Consideraciones finales
Los concheros constituyen fenómenos arqueológicos muy diversos. Producto de la explotación
intensa de fauna malacológica, sus procesos de formación responden a dinámicas muy diferentes. En
la misma Costa Atlántica de Nicaragua, los concheros de Karoline constituyen montículos de conchas
marcadamente estratificados, donde Donax sp. es el
taxón dominante y con una considerable cantidad
de restos de fauna vertebrada (Gassiot 2005; Clemente et al., 2013). En cambio, no muy lejos en Sitetaia (Fig. 1), por mencionar un ejemplo, los concheros contienen exclusivamente Polymesoda solida, no
146
tienen una estratificación evidente ni tampoco contienen prácticamente ningún otro material arqueológico (Gassiot, 2005). Internamente el conchero 4
de Karoline también evidencia una heterogeneidad
en los estratos que los constituyen. Además de la
presencia de restos de estructuras en su interior, mayormente agujeros de poste (Clemente et al., 2013),
en este trabajo se ha mostrado de forma cuantitativa
cómo la composición de los depósitos de conchero
es marcadamente variable. Mientras en unos estratos
la presencia de matriz sedimentaria es muy reducida
y muestran un marcado predominio de las conchas
enteras, en otros predomina la tierra con un porcentaje alto de las conchas muy fragmentadas. La reducción del ritmo o la interrupción de la acumulación
de conchas, el pisoteo y la meteorización parecen
explicar esta variabilidad.
Otro elemento tratado en este trabajo es la caracterización métrica de las conchas de Donax sp.
La diversidad en sus medidas es indicativa de la explotación de una población de edades muy distintas. O dicho en otros términos, que su proceso de
recolección no excluyó individuos de tamaño muy
reducido prácticamente contenían una cantidad
muy reducida de carne. Este hecho contrasta con el
espectro de tamaños de otro bivalvo explotado tanto en el conchero 4 de Karoline como en otros de
la zona, Polymesoda solida, que se agrupan de forma
menos ambigua en torno a medidas más uniformes
y contienen un número muy reducido de individuos
muy pequeños. Seguramente el segundo taxón fue
recolectado buscando una a una cada concha entre
el lodo de las lagunas litorales, como sucede en la
actualidad, mientras que Donax sp. fue recogido en
cantidades mayores de la arena de las playas exteriores. Esta dualidad marca diferencias en los procesos
de trabajo implicados en la explotación de ambos
taxones. Estas divergencias son importantes de cara
al análisis de la productividad de ambas explotaciones tal y como ya señaló Gassiot (2005). Mientras
en el caso de la recolección uno a uno del molusco,
la productividad mayor o menor del proceso de trabajo puede establecerse en parte a partir del tamaño
de los individuos recolectados, en la recolección en
“masa” el cálculo del rendimiento y la detección de
rendimientos decrecientes son más complejos. Por
razones de espacio este debate no se desarrolla aquí.
De forma complementaria, la determinación de
los tamaños de Donax sp. ha hecho evidente otra
situación. Las muestras procedentes del conchero
Ermengol Gassiot Ballbè; Ignacio Clemente Conte
4 tienen individuos que tienden a tener un menor
tamaño que las recolectadas, tanto etnográficamente como experimentalmente, en Tasbapawni. La
diferencia métrica entre estas últimas y la mayoría
de las arqueológicas es significativa en términos estadísticos por encima del 0,005. Evidentemente para
confirmar esta situación deberían considerarse más
ejemplos actuales en la comparación. Sin embargo,
pone de relieve un punto interesante a analizar con
más detenimiento en otro lugar: una posible mayor
presión sobre el crecimiento de las poblaciones de
Donax sp. en la prehistoria que en la actualidad,
como mínimo durante el período de existencia de
Karoline y en su área de captación.
En definitiva, este breve trabajo pone encima de
la mesa el enorme potencial del análisis detallado
de la composición malacológica de los sedimentos
de conchero, más allá de la determinación taxonómica de la fauna malacológica y la identificación de
los biotopos explotados. Por sus características, los
vestigios malacológicos pueden ilustrar, mediante
su disposición, cantidad y estado de conservación
las dinámicas formativas de los yacimientos donde
abundan así como, en otro nivel, la forma en cómo
fueron explotados.
Agradecimientos
Agradecemos a dos revisores los comentarios y
aportaciones que han realizado al texto original y
que han permitido mejorarlo. Los errores que todavía pueda contener son, en todo caso, responsabilidad de los autores.
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148
No sólo para comer. Análisis de los taxones
minoritarios del conchero nº 4 de Karoline
(Costa Atlántica, Nicaragua)
Ignacio Clemente-Conte1, Ermengol Gassiot Ballbè2
Resumen
En este trabajo presentamos el estudio de las conchas minoritarias registradas tras la excavación del conchero nº
4 del sitio Karoline, en la Costa Atlántica de Nicaragua. Los concheros identificados en esta zona geográfica suelen
ser mayoritariamente de Polymesoda sp. Sin embargo, aunque este taxón también se registra en Karoline, el taxón
mayoritario es el Donax sp. Aparte de estos taxones hemos identificado nueve más. Algunos de ellos además de
haber servido como alimento pudieron tener un valor añadido ya que fueron utilizados tanto para la manufactura
de bienes de consumo directos (adornos) como indirectos (instrumentos de trabajo). El análisis funcional permite
determinar cuáles de ellos fueron utilizados como instrumentos de trabajo.
Palabras clave: Malacología, Caribe, Nicaragua, Arqueología.
Abstract
In this work we present the result of the study of marginal taxa recovered during the excavation of the shellmidden nº 4 of the Karoline site, in the Atlantic coast of Nicaragua. In this geographical area, the shell-middens
are generally constituted of Polymesoda sp. However, at Karoline the main taxon is a marine shell, Donax sp. In
addition, several other taxa (nine) have been recognized; although some of them have been collected as food, some
other were used to produce goods of direct (ornaments) and indirect (tools) consumption. Use wear analysis of
these shells permits identify what of them were used as tools.
Keywords: Malacology, Caribe, Nicaragua, Archaeology.
CSIC- Institución Milá y Fontanals (IMF). Departamento de Arqueología y Antropología. Barcelona.
ignacio@imf.csic.es
2
Departament de Prehistòria. Universitat Autònoma de Barcelona.
ermengol.gassiot@uab.cat
1
151
No sólo para comer. Análisis de los taxones minoritarios del conchero...
Introducción.
En este trabajo presentamos el estudio de la malacofauna minoritaria recuperada durante las excavaciones (2002-2008) del conchero nº 4 del sitio Karoline, en la costa Atlántica de Nicaragua. El sitio
Karoline se localiza en el municipio de Kukra Hill,
entre la Laguna de Perlas y la Bahía de Bluefields (Fig.
1). Las excavaciones y sondeos en diversos concheros
de este asentamiento indican que fue ocupado entre
400 cal ANE al 350 cal DNE, coincidiendo principalmente con el período Preclásico tardío de Mesoamérica (Gassiot et al., 2005). Los concheros del
sitio Karoline se caracterizan por ser montículos de
conchas con un taxón predominante: – Donax sp.;
concretamente Donax denticulatus y Donax striatus,
ambos provenientes de los nichos arenosos de la playa. El segundo taxón malacológico con mayor representatividad es la Polymesoda solida, un tipo de almeja
de agua dulce que se recogió principalmente durante
la estación seca (Colonese et al., en prensa). Los 13
concheros de Karoline se disponen alrededor de un
montículo central de grandes dimensiones que fue
construido con bloques de basalto y arcilla y que no
contiene resto malacológico alguno (Clemente y Gassiot, 2004/5; Clemente et al., 2013). Sin embargo, los
montículos de conchas contienen ingentes cantidades
de conchas de Donax sp. que fueron traídas en canoa
desde las playas del Caribe que se encuentran a 4 km
de distancia en línea recta (Gassiot, 2005). Aparentemente cada conchero fue formado por una única
unidad habitacional que depositaba las conchas de los
moluscos consumidos en la pendiente que daba a una
paleolaguna (Clemente et al., 2012, 2013). Como
hemos mostrado ya en otros trabajos, los especímeESPECIE
Anadara sp.
nes de Donax sp. recogidos en las arenas del litoral
caribeño no fueron seleccionados por su tamaño sino
más bien al contrario: fueron recolectados en masa,
quizás con la ayuda de cestos o con ambas manos arrasando incluso con individuos de tamaños minúsculos
que prácticamente no aportaban nada de carne a la
dieta (Clemente et al., 2009; Gassiot, 2005; Gassiot
y Clemente, en este volumen). Al mismo tiempo que
transportaban ese recurso alimenticio, también se
traía desde el mar al yacimiento otros productos para
ser consumidos, bien como alimentos o bien como
materias primas para la manufactura de objetos y/o
instrumentos de producción. Así pues, se constata la
presencia de diversos corales que en algunos casos,
como el coral negro, fue pulimentado y utilizado para
la elaboración de objetos (Fig.2).
En el conchero nº 4 de Karoline, aparte de Donax y
Polymesoda solida, se han determinado 9 especies más
de moluscos consumidos. Se trata de una aportación
totalmente marginal al conjunto de la malacofauna,
que no representa ni el 1% del total, tanto en términos de número de restos como de número mínimo de
individuos (Gassiot, 2005; Gassiot y Clemente, este
volumen). Su determinación la realizó André Colonese en los laboratorios de la IMF-CSIC en Barcelona.
La mayoría de ellas fueron probablemente un recurso
alimenticio, mientras que otras tuvieron un valor añadido al utilizarse bien como elementos de adorno o
como instrumentos de producción (Tabla 1).
Las páginas siguientes tratan de caracterizar cómo
fue el consumo de aquellas especies que pudieron ser
utilizadas con otros fines aparte del bromatológico. La
muestra analizada está conformada por 97 ejemplares,
NÚMERO
(%)
1
1,0
VALOR AÑADIDO
Cassidae sp.
4
4,1
IP+EA
Codiaka orbicularis
9
9,3
IP
Naticidae (fam.)
3
3,1
EA
Nerita cf. Pelorata
12
12,4
Oliva sp.
1
1,0
Psabiidae (fam.)
1
1,0
Solecurtidae (fam.)
1
1,0
Stramonita haemostoma
62
63,9
Indet.
3
3,1
TOTAL
97
EA
EA
Tabla 1: Taxones minoritarios determinados en el conchero nº 4 de Karoline. Se anota en la columna de la derecha si tienen un
valor añadido por ser usados como bienes de consumo: IP=Instrumento de Producción, EA= Elemento de Adorno.
152
153
Ignacio Clemente-Conte y Ermengol Gassiot Ballbè.
Figura 1. Mapas y planos del sitio de Karoline en la Costa Atlántica de Nicaragua. De izquierda a derecha: Mapa general de Nicaragua (Google maps), mapa del área de estudio entre Bahía
de Bluefields y Laguna de Perlas. En rectángulo amarillo se sitúa el sitio Karoline junto al municipio Kukra Hill. Finalmente plano de situación de los diferentes concheros y montículo
central identificados en el sitio de Karoline.
No sólo para comer. Análisis de los taxones minoritarios del conchero...
Figura 2. Ejemplos de otros recursos marinos como son los corales aportados a Karoline. En la foto de la izquierda se representa
una pieza tallada, raspada y pulimentada de coral negro.
procedentes de 9 taxones. Tres conchas no han podido ser determinadas. Todas proceden de la trinchera
excavada en el conchero y fueron recogidas tanto directamente en la excavación como en las muestras de
sedimento analizadas (Clemente et al., 2013; Gassiot
y Clemente, este volumen). A parte, incluimos en el
texto la referencia a los escasos especímenes de Donax
sp. y Polymesoda sp. que presentan perforaciones intencionales. La presencia de este tipo de modificaciones en estos dos taxones es muy residual y en ningún
caso alcanza el 0,5% del total.
2. Cuentas de collar y conchas perforadas.
Las cuentas de collar o colgantes recuperados en
el conchero nº 4 de Karoline están elaboradas en diversas materias primas de origen animal como huesos de ave serrados (1 ejemplar), dientes de cocodrilo perforados (2 ejemplares) y conchas de moluscos
pulimentadas (4). A parte, una vértebra de pescado
presenta una perforación y quizás fue también usada como colgante. También hay conchas que únicamente presentan una perforación sin otro tipo de
trabajo añadido (ver tabla 1). También se han documentado 5 cuentas de collar elaboradas en diversas rocas (Fig. 3). De estas últimas destacamos las
elaboradas en una roca verde, probablemente jadeíta
muy común en las sociedades del Caribe. Por lo general, se plantea que desde la zona de Guatemala se
difundió esta roca por todo el Caribe y las Antillas
(Zachary et al., 2009).
154
El análisis funcional de los restos líticos recuperados
en el conchero 4 de Karoline ha permitido identificar
18 perforadores que se utilizaron para elaborar la gran
mayoría de estos tipos de cuentas. Su presencia indica
que reflejan procesos de producción que tuvieron lugar
en esa unidad doméstica en concreto. Son fragmentos
de sílex con una punta en triedro utilizados para perforar rocas no muy duras y/o concha, dientes o huesos
(Clemente et al., 2008). Por las características de esta
zona activa, estos instrumentos sirvieron para hacer
perforaciones de hasta 4 ó 5 milímetros como máximo.
Sin embargo, las cuentas de collar en jadeíta tienen dimensiones (15 mm) cuyas perforaciones no pudieron
realizarse con esos instrumentos. Probablemente para
ello utilizaron mechas finas de piedra con el sistema de
arco. Tal vez estas cuentas exógenas vinieran ya elaboradas como producto finalizado y con un valor añadido
de intercambio (Fig.3).
Las cuatro cuentas elaboradas en conchas recortadas y pulimentadas probablemente pertenezcan a la
especie Casidae sp., ya que se trata de la única documentada en Karoline que tiene el espesor suficiente
como para servir como materia prima para la elaboración de cuentas de collar, aunque como ocurre con la
mayoría de estas conchas resulta muy difícil determinar la especie o familia utilizada (Fig.3).
En varias conchas de distintas especies hemos
identificado la elaboración de perforaciones. En algunas ocasiones se utilizó algún tipo de perforador
lítico para realizar el agujero. Se trata del mismo tipo
Ignacio Clemente-Conte y Ermengol Gassiot Ballbè.
Figura 3. Arriba: perforador de sílex utilizado para horadar una materia dura de origen animal, preferentemente concha. Centro
izquierda: ejemplos de cuentas de collar líticas con perforación realizada con instrumento lítico; las dos más grandes y de color
verde son de jadeíta. En el recuadro dos cuentas en piedra y una (derecha) de concha. Abajo: colmillo de cocodrilo perforado
y detalle de la perforación.
155
No sólo para comer. Análisis de los taxones minoritarios del conchero...
Figura 4. Arriba: caracol Naticidae fam. Con perforación antrópica para uso como elemento de adorno, a la derecha detalle del
agujero de unos 3,5 mm de diámetro. Centro: Polymesoda y Donax con perforaciones realizadas por percusión, a la derecha se
aumenta una de las Donax de gran tamaño con perforación y brillo. No se les atribuye un uso concreto. Abajo: Probable cuenta
de collar en Stramonita haemostoma con detalles de la perforación por percusión; derecha: probable cuenta elaborada en Oliva sp.
de instrumento que se utilizó también para horadar
algunas cuentas de piedra o en diente de cocodrilo
(Clemente et al., 2008). En el caso de otros tipos
de moluscos, tan solo en una concha del caracol de
la familia Naticidae hemos registrado este tipo de
perforación (Fig. 4).
En las otras valvas se ha utilizado la percusión
como técnica para elaborar las perforaciones. Es el
caso de la Oliva sp. y de Stramonita haemostoma. Éstas
últimas son el taxón más numeroso entre las especies
minoritarias de Karoline. La mayoría de ellas (60 de
las 62 documentadas) están fracturadas y presentan
signos de haber estado en contacto con el fuego que
156
les da una coloración entre gris y negra. Las perforaciones se realizan en el centro de la parte externa y en
muchas ocasiones pareciera que se perforan para la
extracción y consumo del animal; pero excepcionalmente algunas parecen tener cierto redondeamiento
en las aristas que permite hipotetizar sobre un posible uso como elemento de adorno (Fig.4, el ejemplar
de abajo a la izquierda).
Entre los taxones más numerosos que conforman
los concheros de Karoline también hemos registrado
la perforación en algunos ejemplares. La perforación
también pudo ser realizada por percusión desde la
cara interna. En un primer momento pensamos que
Ignacio Clemente-Conte y Ermengol Gassiot Ballbè.
su origen podría estar relacionado con algún proceso tafonómico. Sin embargo, también creemos que
si así fuera tendría que estar más representados entre
la gran cantidad de Donax recuperadas y estudiadas.
Normalmente éstas sufren distintos tipos de fracturas pero no perforaciones. Otro aspecto que nos
hace pensar en una intencionalidad de esas perforaciones es que tanto las Donax como las Polymesodas
perforadas son muy espesas y de tamaño considerable (Fig. 4). No hemos observado en las aristas de
esas perforaciones desgastes u otros elementos que
nos ayuden a percibir si fueron usadas como elementos de adorno o si tuvieron algún otro uso. Es
de remarcar que a nivel etnográfico, por ejemplo
en Brasil, se ha documentado el uso de conchas engarzadas a modo de sonajeros o de tobilleras usadas
como elementos de música o marcadores de ritmos
en las danzas (Prous, 1992).
3. Conchas usadas como Instrumentos
de Producción.
En las dos primeras campañas de excavación en el
conchero nº 4 de Karoline no se recuperó ninguna
especie de molusco que nos hiciera suponer su uso
como instrumento de trabajo, pues hasta entonces
en las capas superficiales del conchero prácticamente
sólo se habían recuperado conchas de Donax sp. y Polymesoda solida. Hasta entonces, habíamos analizado
toda la industria lítica, tanto los sílex tallados como
los fragmentos de manos y ‘metates’ utilizados como
molinos (Clemente et al., 2008). A partir del análisis funcional de los restos líticos documentamos diferentes actividades productivas realizadas con ellos.
La madera fue trabajada intensamente en el sitio y los
instrumentos que intervinieron en ello se encontraban repartidos por toda la superficie del espacio excavado salvo en la zona del conchero. También, fuera
del área de depósito de las conchas, se localizaban
los instrumentos utilizados para trabajar cerámica:
lascas de sílex para decorar, espátulas de piedra para
adelgazar las paredes de las vasijas y bruñidores en
cantos y/o guijarros de córtex lisos. Igualmente alejados de las áreas de desechos, se recuperaron los perforadores utilizados para la elaboración de cuentas de
collar y otros objetos. Sin embargo, curiosamente, no
se documentaron instrumentos líticos utilizados en
actividades de carnicería y/o en procesado de pieles.
Esto nos hizo suponer que tal vez para esas actividades hubieran utilizado algún material perecedero
como cuchillos en maderas duras o el uso de cañas
de bambú por ejemplo (Clemente y Gassiot, 2012;
Clemente et al., 2010, 2013).
En 2008 realizamos la última intervención en el
conchero nº 4 de Karoline con la intención de conocer cómo se había formado el conchero y cuál podía
ser la potencia del mismo. Para ello realizamos una
trinchera de un metro de ancho por 3,5 m de largo,
de forma que abarcáramos tanto la zona de conchero como la tierra adyacente donde probablemente se
ubicaba la vivienda. Esta excavación nos sirvió para
ver tanto en superficie como en los perfiles que ese
conchero había tenido tres fases diferentes de formación. En cada una de ellas la cabaña se desplazó hacia
el norte reubicando los agujeros de poste principales.
Estas camadas de conchero se formaron en periodos
de tiempo relativamente cortos, pudiendo ocupar un
espesor de 50 cm en tan solo 50 o 60 años, según las
dataciones obtenidas. Los concheros, normalmente
con tierras orgánicas oscuras y arcillas marrones, son
intercalados por una sedimentación muy rojiza con
una granulometría redondeada que asociamos a los
momentos de destrucción de la cabaña que formó el
conchero. Tal vez se tratara de huracanes, tan asiduos
en esas costas del Caribe (Clemente y Gassiot 2011;
Clemente et al., 2013).
En esta última campaña recuperamos también varios ejemplares de Codiaka orbicularis (Tabla 1) que
presentaban rasgos macroscópicos que indicaban un
probable uso como instrumentos de trabajo. Una vez
analizamos con el método traceológico los macro y
micro rastros de uso (Clemente, 1997; Clemente y
Mansur, 2009; Cuenca et al., 2014; Semenov, 1964)
comprobamos que efectivamente habían sido utilizados. Dos de ellos presentaban huellas en sus bordes
de haberse utilizado para raspar/raer madera y otras
tres fueron utilizadas en actividades relacionadas con
el procesado de pieles (Fig. 5). El resto de las conchas
de esta especie estaban muy fragmentadas o el estado de conservación de sus superficies no permitieron
analizarlas con detalle.
El uso de esta especie de concha para actividades
relacionadas con el trabajo de pieles y madera ya se
había documentado previamente en otras zonas del
Caribe, como en la isla de Guadalupe (Lammers,
2008).
Un fragmento de concha, posiblemente de Cassidae sp., fue formatizado por percusión para obtener
un pedazo de concha cuadrangular que también fue
157
No sólo para comer. Análisis de los taxones minoritarios del conchero...
Figura 5. Codiaka orbicularis con huellas de uso atribuidas al trabajo de piel.
158
Ignacio Clemente-Conte y Ermengol Gassiot Ballbè.
Figura 6. Fragmento de Cassidae sp. utilizado para el raspado de piel. Nótese como en las zonas oscuras de la estructura mineral se
observan con más claridad los rastros de uso aunque el desarrollo sea similar en los anillos blancos.
utilizado, en dos de sus laterales y con un ángulo de
trabajo muy alto, para raspar piel. Las huellas de uso
se disponen sobre la superficie de forma que se hacen
más patentes en las zonas oscuras que en las claras de
la concha (Fig. 6).
4. Discusión/Conclusión
En este trabajo hemos puesto en valor el análisis
funcional de los instrumentos de trabajo en concha.
Por una parte porque nos ha permitido observar, por
ejemplo, que las actividades productivas relacionadas
con el procesamiento de pieles se realizaron en Karoline con instrumentos en concha y no con el instrumental lítico (Clemente et al., 2008). Aún falta reconocer los instrumentos utilizados por los habitantes
de Karoline para realizar actividades de carnicería.
Tal vez utilizaron ‘tecnologías invisibles’ o instrumentos que han desaparecido por no conservarse a nivel
arqueológico. Nos referimos al probable uso de instrumentos cortantes en maderas duras o en bambú,
como sería el caso de sitios del holoceno en el sudeste
asiático. Tan solo con el análisis de las estrías de descuartizado/descarnado en los huesos de los animales
ha podido identificarse el uso de estos cuchillos a nivel arqueológico (West y Louys, 2007).
Parece ser que el uso de conchas para trabajar pieles es algo común en distintos contextos y cronologías
arqueológicas (Clemente y Cuenca, 2011; Cuenca et
al., 2011). En Karoline se usaron dos especies de conchas para estas actividades, una de ellas, la Codiaka
orbicularis, se utilizó sin modificación alguna. Sin embargo, si no hubiésemos utilizado la microscopía para
analizar el fragmento de probable Cassidae sp. y lo
hubiéramos analizado solamente desde un punto de
vista morfotecnológico podríamos haber dicho que
se trataba de una preforma para realizar una cuenta
de collar. Podría darse ese caso que. para preparar las
cuentas inicialmente se retalla un fragmento que luego se pulimenta; sin embargo, la realidad nos muestra
que fue utilizado como instrumento.
Por el momento en esta zona del Caribe, la costa Atlántica de Nicaragua, no se han recuperado herramien159
No sólo para comer. Análisis de los taxones minoritarios del conchero...
tas como hachas y azuelas pulimentadas y elaboradas
con conchas grandes como Strombus. Hecho que sí
se ha registrado en otras zonas caribeñas como en las
Antillas. La elaboración de esos instrumentos requiere de un conocimiento específico para llevar a cabo el
proceso de desbastado y formatización de los mismos,
así como reconocer los residuos que pueden generarse
durante su producción (Serrand, 2008; Serrand y Bonissent, 2005). También en la costa mediterránea de
la Península Ibérica se recuperó un instrumento pulimentado elaborado en concha Spondylus gaederopus y
que fue usado en el neolítico para trabajar la madera
(Clemente y Orozco, 2012).
En cuanto a los elementos de adorno en el conchero nº 4, se han recuperado productos realizados
en dientes de cocodrilo, en rocas y conchas. Además
se han documentado tan solo en el último momento de ocupación 18 perforadores que pudieron utilizarse tanto para perforar hueso como para rocas
y conchas. Sin embargo, las cuentas de roca verde,
probablemente jadeíta, no pudieron perforarse con
esos instrumentos tan rudimentarios. Por las características de las perforaciones, realizadas por ambos
lados, se debió de usar una mecha fina y tal vez en
un taladro tipo arco.
Numerosas conchas presentan perforaciones por
percusión. Algunas de ellas pudieron servir como
elementos de adorno o tener alguna otra función
(p. ej. ¿sonajeros?). En el caso de las Stramonita
haemostoma, si la perforación fue para realizar un
elemento de adorno, habría que pensar también pudieron utilizar el fuego para conseguir un cambio
de coloración de las conchas.
Agradecimientos
Agradecemos a los dos revisores anónimos las
aportaciones que han realizado y que han permitido
mejorar sustancialmente la comprensión del texto.
Agradecemos también a los arqueólogos y arqueólogas de la UNAN-Managua y a los estudiantes de la
UAB que participaron en las diferentes campañas de
excavación en el sitio de Karoline.
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161
Estudio arqueomalacológico del yacimiento púnico
de Na Galera (Mallorca-España)
Mercedes Alvarez Jurado-Figueroa1, Miquel Àngel Vicens i Siquier2, Agustín Fernández
Martínez1
Resumen
Los estudios arqueomalacológicos están en sus inicios en Baleares. Los escasos análisis realizados hasta hace poco
se limitaban, generalmente, a enumerar los taxones presentes en los yacimientos. Este vacío extraña especialmente
en un medio insular.
En este trabajo se pretende mostrar cómo, aplicando la metodología de trabajo desarrollada en este campo, ha
sido posible determinar la funcionalidad en época púnica de un asentamiento en la Bahía de Palma de Mallorca.
Realizar el análisis arqueomalacológico en el yacimiento de Na Galera ha permitido, desde la primera campaña de
excavación, conocer aspectos como el tipo de actividad económica, sistema de producción, área de captación de
recursos y la influencia de la cultura fenicia.
Palabras clave: Arqueomalacología, recursos marinos, púrpura, Protohistoria, fenicios, Islas Baleares.
Abstract
Archaeomalacological studies in the Balearics Islands are very scarce. Until recently studies were generally limited to list the taxa present in archaeological sites. This lack of studies is especially strange in an island environment.
This paper pretends to show how applying the methodology developed in this field, it has been possible to determine the Punic use of a settlement in the Bay of Palma de Mallorca. Results from the archaeomalacological analysis
at the site of Na Galera has allowed, since the first archaeological season, to know aspects like the economic activity, production system, the collection of resources and the influence of the Phoenician culture.
Keywords: Archaeomalacology, marine resources, purple dye, phoenicians, Balearic Islands.
1
2
Arqueólogo, arqueoinsula@gmail.com
Eco Consulta. Consultora ambiental, mavicens@eco-consulta.net
163
estudio arqueomalacológico del yacimiento púnico de Na Galera (Mallorca-España)
1. Introducción
La explotación de recursos marinos o la presencia de
moluscos, en contextos arqueológicos de cualquier época, no se habían abordado en profundidad hasta hace
muy poco. Una simple referencia a su presencia o apunte fue lo común en las publicaciones científicas sobre la
prehistoria balear (Lilliu, 1965; Veny, 1968). Los escasos
estudios existentes se debían a disciplinas de las Ciencias
de la Tierra (Cuerda, 1975).
La evidente relación entre las primeras culturas en
las Islas Baleares con el mar y de su implicación en las
complejas relaciones que se dieron en el Mediterráneo
en ese momento (Salvà y Javaloyas, 2013), han sido tradicionalmente olvidadas por la bibliografía historiográfica. Ha ido surgiendo la necesidad de llenar este vacío
de información.
1.1. Estado de la cuestión
A mediados del pasado siglo se comenzó a mencionar
la presencia de moluscos en los yacimientos arqueológicos de las Islas Baleares. Luis R. Amorós (1952) fue uno
de los primeros en citar la existencia de conchas en los
ajuares funerarios del bronce en Mallorca.
En la década de los 60 se empieza a apuntar la posible utilización de los moluscos como alimento (Lilliu,
1965), o de su uso como ornamentación (Veny, 1968).
Más tarde J. Cuerda (1975), con su trabajo sobre la
geomorfología litoral del cuaternario en Baleares, se convertirá en obra de referencia sobre fósiles de moluscos.
Las últimas décadas del s. XX supusieron un replanteamiento general en cuanto a los métodos de trabajo en Arqueología que también afectó a los estudio de
arqueofauna. A pesar de esto, en Baleares no es hasta
mucho después cuando se despierta el interés por la
malacología, en relación con el estudio de materiales de
algunos yacimientos fenicios (Carrasco y Acuña, 2005;
Carrasco, 2007).
D. Ramis escribe en su tesis sobre la fauna de Baleares (2006) que en las memorias de excavación de varios
yacimientos prehistóricos se menciona la existencia de
restos de moluscos marinos, junto a la fauna doméstica, y
las evidencias de pesca son totalmente inexistentes. Otro
estudio trata los recursos marinos, presentes en un yacimiento de Cabrera, y su gestión durante la Antigüedad
(Riera y Riera, 2004).
164
No será hasta la segunda década del presente siglo y
en paralelo al desarrollo de esta disciplina cuando comiencen a publicarse algunos análisis arqueomalacológicos, centrados en el conocimiento de la paleoecología o la economía de las primeras comunidades en
las Islas. En poco tiempo el panorama ha cambiado
sustancialmente; se van incorporando los análisis de
recursos marinos a las investigaciones en curso. Para
Formentera (Marlasca, 2010; Marlasca et al., 2014;
Sureda et al., 2014) y en Ibiza y Formentera se ha prospectado el litoral, documentando numerosos puntos
de interés relacionados con la producción de púrpura durante toda la antigüedad (Costa y Alfaro, 2012).
En Mallorca se están revisando, de forma sistemática,
los restos de malacofauna procedentes de anteriores
campañas de excavación (Vicens, 2012; Vicens et al.,
2014; Vicens y Hernández, 2014) como tema de una
tesis doctoral. Algunos análisis arqueomalacológicos
que permanecen inéditos han supuesto un importante
avance, en cuanto al conocimiento de la gestión de los
recursos marinos en determinados contextos de la isla,
como el presente trabajo sobre el yacimiento púnico
de Na Galera.
Se han documentado restos de ictio y/o malacofauna en numerosos lugares (Fig. 1), bien en yacimientos
arqueológicos o mediante prospecciones. Podemos
avanzar que los diferentes grupos humanos en Baleares,
durante toda la Prehistoria y la Antigüedad, utilizaron
los recursos que les ofrecía el mar con distinta finalidad: nutricional como en Na Guardis-Mallorca (Carrasco y Acuña, 2005), económica como en Pla de Ses
Figueres-Cabrera (Riera y Riera, 2004) e ideológica
como en Es Culleram-Ibiza (Carrasco, 2007). Vemos
así, en las Islas, un panorama que no difiere mucho al
resto del Mediterráneo occidental en ese periodo.
2. El yacimiento arqueológico de
Na Galera (Mallorca)
Na Galera se halla sobre un islote costero de la bahía de Palma de Mallorca (en las Islas Baleares), cuyas
coordenadas son: UTM 31N ETRS89 (X: 474816 /
Y: 4376161). Está enclavado al SO de la isla, en el eje
entre Ibiza y la ensenada palmesana, posee una superficie de 2.738 m2 y una cota de 4,83 m s.n.m.. Localizado en la parte central de la bahía, con excelente dominio visual sobre esta y los montes que la circundan,
así como de casi toda la costa sur de la isla, separado
de tierra 160 m. Su ubicación se ajusta al modelo de
asentamiento fenicio y púnico (Fig. 2).
Mercedes Alvarez Jurado-Figueroa, Miquel Àngel Vicens i Siquier...
Figura 1. Lugares donde se documenta la presencia de ictio y/o malacofauna en contexto arqueológico.
A principios de los años 80 Guerrero Ayuso realizó
una prospección y concluyó que el asentamiento era un
punto de apoyo a la navegación de cabotaje que facilitaría la redistribución de mercancías entre fenicios y
población indígena (Guerrero, 1997).
Se comenzó a excavar en 2012 con el fin de establecer la secuencia cronológica y funcionalidad del
enclave. Durante esa campaña se exhumó un gran edificio de planta cuadrada que ocupa la parte central del
islote y se detectó un depósito de conchas (su localización en Fig. 3) que fue objeto del siguiente estudio
arqueomalacológico.
3. Análisis arqueomalacológico y la
explotación de recursos marinos
en el yacimiento
La recogida de fauna marina y su posterior análisis
es una herramienta eficaz para conocer aspectos económicos y sociales, especialmente en contextos aún poco
estudiados como la protohistoria en Mallorca. Los res-
Figura 2. Localización del yacimiento de Na Galera (Mallorca).
165
estudio arqueomalacológico del yacimiento púnico de Na Galera (Mallorca-España)
Figura 3. Planimetría del yacimiento de Na Galera con localización del depósito de conchas.
Gasterópodos
Taxones representados
NMI en depósito conchas
NMI dispersos en nivel de uso
Patella
328
55
Phorcus
316
49
Cerithium vulgatum
3
Stramonita haemastoma
4
Hexaplex trunculus
6
Glycymeris glycymeris
Bivalvos
1
Pecten
1
Dasyatis pastinaca
aguijón completo
2 vértebras
1 vértebra
Sparus aurata
3 mandíbulas inferiores
Scombridae ¿sarda?
1 esqueleto completo
Indeterminado
1 esqueleto
Tabla 1. Fauna marina recuperada en el yacimiento arqueológico de Na Galera.
166
6
Spondylus gaederopus
Scombridae (thunnus)
Ictiofauna
4
Mercedes Alvarez Jurado-Figueroa, Miquel Àngel Vicens i Siquier...
Figura 4. Taxones de malacofauna representada en Na Galera. 1. Spondylus; 2. Glycymeris; 3. Patella; 4. Pecten; 5. Phorcus;
6. Hexaplex trunculus; 7. Cerithium vulgatum; 8. Stramonita haemastoma.
tos de peces y moluscos hallados, durante la campaña
de 2012 en Na Galera, fueron clasificados para su estudio en dos grupos; los que formaban parte del depósito
de conchas y los que aparecieron dispersos por todo el
nivel de ocupación (Tabla 1).
3.1. Morfología y análisis del depósito de
conchas
El depósito de conchas estaba formado por un nivel en positivo de 7,8 m2 de longitud en horizontal
por 0,35 m apróx. en vertical, bastante homogéneo. Al
localizar la acumulación de malacofauna se optó por
realizar un muestreo (de 1 m2) debido a la extensión
del depósito, para comprobar la evolución del mismo
tanto horizontal como vertical. Contenía también tres
acumulaciones de cenizas y carbones bien localizadas y
muy definidas, sin ninguna estructura asociada, escasos
restos de ovicápridos muy fragmentados y machacados, algunos cantos rodados de variado tamaño (uno
de ellos fracturado por la mitad y utilizado a posteriori como machacador -con huellas de uso-), un par de
vértebras de pez y un núcleo de sílex negro, de buena
calidad y tamaño.
Se procedió al cribado, limpiado, triado, cuantificación y estudio biométrico, calculando el número de
restos (NR) y número mínimo de individuos (NMI)
según el número de ápices (ver Tabla 1).
Entre los individuos del género Patella están presentes todos los tamaños; su longitud varía desde los 34,6
a los 16 mm, su altura va de los 15,50 hasta los 5 mm, y
su anchura entre 30 y 14 mm. Para el género Phorcus la
biometría ofrece los siguientes datos; su altura va desde
los 28,30 a los 12 mm, y la anchura entre los 26,85 y
15 mm.
El NR es 648. Se da una proporción similar, tanto de
los distintos tamaños como de los dos géneros mayoritariamente representados. Llama la atención la paridad
167
estudio arqueomalacológico del yacimiento púnico de Na Galera (Mallorca-España)
entre el número de individuos de Patella sp. y Phorcus
sp. Con frecuencia aparecen juntos en contextos arqueológicos y su consumo está bien documentado desde los
grupos de cazadores-recolectores hasta la actualidad.
Las conchas fueron depositadas por un agente antrópico, de forma claramente intencional. Los individuos
no presentaban fragmentaciones, ni perforaciones, ni
evidencias de termoalteración. No se observó ningún
resto adherido a las conchas y solamente en algunos
ejemplares de Phorcus existían leves fracturas postdeposicionales, conservandose casi todos los individuos
enteros. No había tampoco restos que evidenciaran una
operación de triturado de las conchas.
3.2. Otros restos de fauna marina
Estos moluscos y peces (ver Tabla 1) fueron recuperados junto con el resto del material arqueológico, dispersos por los distintos sectores del último nivel de ocupación de época púnica, durante la intervención de 2012.
En este grupo los taxones más ampliamente representados también son; Patella sp., con todos los tamaños, su
altura va desde los 37 a los 14 mm, y Phorcus sp. también
con variedad de tallas, su anchura va desde los 26 a los
16 mm.
Los ejemplares de Muricidae de este grupo; Hexaplex
trunculus y Stramonita haemastoma, se encuentran representados en una pequeña proporción numérica con
respecto a otras familias, y poseen buenas tallas. Sus medidas, generalmente, van desde los 55 a 35 mm de altura
y entre 32 a 23 mm de anchura.
Destaca la presencia de Cerithium vulgatum y Pecten
sp. (1 valva izquierda que conserva los elementos diagnósticos). Estas especies, al igual que Glycymeris glycymeris habitan en la zona infralitoral y media, en fondos
arenosos o fangosos. Son comestibles y también pueden usarse como cebo de pesca. El ejemplar de Spondylus gaederopus (1 valva superior completa) también
habita en el roquedo próximo a la costa. Los bivalvos se
encontraron en pequeña proporción, sus tamaños son
medios-bajos (Fig. 4).
El NR es de 125 individuos, teniendo en cuenta los
ápices. Tampoco este grupo presentaba fragmentaciones, perforaciones, ni evidencias de termoalteración, adherencias sobre las conchas o en su interior. Entre estas,
lógicamente, había mayor número de muestras con fracturas postdeposicionales.
168
Entre la ictiofauna documentada en este grupo (Tabla 1) destaca una espina o aguijón de pez raya, perteneciente a Dasyatis pastinaca, apareció sobre el espacio
lumbar de unos restos óseos humanos completos. Esta
especie habita en fondos de arena o fango, en los que se
entierra, tapándose con la arena. Se alimenta de peces,
moluscos y crustáceos. Su cola presenta una espina en la
base, dentada, que tras su picadura se parte al retirarla.
Su temporada de pesca es de mayo a septiembre, coincide estacionalmente con el resto de especies documentadas en el yacimiento.
4. Discusión y conclusiones
El depósito de conchas por su contenido en conjunto nos sugiere que es un desecho antrópico intencionado, tras un episodio de actividad puntual del procesado
de especies marinas. Las cenizas y carbones, hallados
entre las conchas, se interpreta como un vertido durante dicha actividad. Los cantos rodados con huellas de
haber sido utilizados como machacadores y el núcleo
de sílex, concentrados en el mismo lugar que las cenizas y las conchas, evidencian una zona de trabajo bien
definida. Se ha descartado que se trate de un episodio
alimenticio puntual por parte de un grupo amplio de
personas no sólo por el NR y la extensión del depósito
(7,8 m2). Las dimensiones y condiciones del islote lo
hacen inhabitable, no está unido a tierra y en el registro
se evidencia que fue un punto de actividad pesquera y
procesado de malacofauna con varias zonas de trabajo
bien diferenciadas.
Del estudio arqueomalacológico se deduce que no
se practicaba una recogida selectiva en cuanto a la variedad de tamaños; el marisqueo era indiscriminado. La
mayoría de moluscos documentados tienen su hábitat
en sustratos rocosos, en la zona próxima a la costa media y baja de mareas y son de fácil recolección en el entorno. Patella sp. y Phorcus sp. son los más ampliamente
representados en Na Galera. La similitud, en cuanto a
especies y su proporción, con otros yacimientos contemporáneos en el Mediterráneo nos hablan de uniformidad en las costumbres alimenticias.
Tanto para el avistamiento de bancos de peces,
como para su captura mediante artes de red, la ubicación del yacimiento en el centro de la Bahía de Palma
de Mallorca es excelente. Los hallazgos de agujas y alineaciones de cantos rodados con huellas evidencian el
uso de redes y/o palangres. Las espinas de túnidos y una
posible torreta (orientada hacia el oeste) sugieren que
Mercedes Alvarez Jurado-Figueroa, Miquel Àngel Vicens i Siquier...
Figura 5. Materiales encontrados en el yacimiento; restos de agujas y anzuelos, variedad de tallas Patella sp. y Phorcus sp., restos de
cerámica o de vajilla denominada “platos de pescado” y aguijón de Dasyatis pastinaca.
se practicaría la pesca de grandes especies migratorias,
con vigía. También es probable la utilización de otras
técnicas que compatibilizasen con la almadraba y el
marisqueo.
Una de las actividades económicas más lucrativas y
extendidas en el Mediterráneo antiguo es la pesca de
especies migratorias; caballas, bonitos y en especial
el atún para su posterior transformación en salazones
(Fernández Nieto, 2002). Sin embargo, en Mallorca la
existencia de pesquerías o almadrabas en época prerromana no estaba constatada. En otros yacimientos de
la Península Ibérica se aprecia un inicio o aumento de
su producción en estas mismas fechas. En Na Galera
se dan indicadores suficientes para determinar que se
llevó a cabo este tipo de actividad (Fig. 5). Además del
resultado del análisis malacológico estructuras como
hornos con residuos de plomo, numerosas huellas de
poste, evidencias de una torreta y otros materiales (cantos rodados, agujas, nódulos de sílex, restos de peces
pelágicos) indican sin lugar a dudas que no sólo se llevó
a cabo la pesca y recepción de productos marinos, sino
que también existió una transformación de los mismos.
El lugar fue amortizado y abandonado, siendo los datos que nos ofrece el registro arqueológico limitados.
Por el momento no podemos precisar con exactitud
en qué consistió la transformación de malacofauna, ni
confirmar si estas tareas se alternaban estacionalmente como en otros yacimientos donde se ha constatado
la obtención de salazón y púrpura de forma alterna,
debido a que no han sido identificados ciertos indicadores como la separación y peculiar fragmentación de
los múrices o piletas.
Para establecer la cronología, del nivel excavado, se
han utilizado fechas radiocarbónicas y relativas a partir del material arqueológico documentado; monedas
y tipologías cerámicas. Podemos concluir que en Na
Galera hubo una fase de ocupación previa, en la que
se construyó el edificio central. Posteriormente, tras un
hiato, constatamos que el espacio es reutilizado como
pesquería y para la transformación de recursos marinos
(entre el 230 a.C. al 120 a.C.) probablemente con carácter estacional. Esto debe ser interpretado dentro del
169
estudio arqueomalacológico del yacimiento púnico de Na Galera (Mallorca-España)
panorama general de este periodo histórico; la isla de
Mallorca podría haber entrado en la órbita del mundo
púnico y en la política activa que los bárquidas estaban
desarrollando en ese momento. La Arqueología y las
fuentes antiguas nos hablan de ello; la acuñación de
moneda en Ibiza (Campo, 1993) y las noticias sobre la
contratación de mercenarios en Baleares por Diodoro
(B.H. 13), son reveladoras en este sentido.
Por el momento desconocemos la estructura de
propiedad y el modelo de gestión de la pesquería, desde dónde era dirigida y si los que en ella trabajaban
eran fenicios o indígenas. En cualquier caso, los sistemas constructivos utilizados en el asentamiento están
muy alejados de los modelos talayóticos. La fuerte influencia cartaginesa o ebusitana se manifiesta también
a través de las monedas y las cerámicas. Este tipo de
instalaciones necesita de un orden jerárquico capaz de
poder fundarlas y dirigirlas. Es revelador en este sentido que el grupo de material cerámico más numeroso,
encontrado en el yacimiento, sea vajilla fina (ebusitana
y de importación). Este hecho podría indicar la presencia en la pesquería de individuos de alto estatus que
controlasen las actividades y se lucrasen con su gestión.
El destino que tenía la producción es aún desconocido. Conocemos la existencia de un mercado consolidado en la Península Ibérica, el importante papel redistribuidor de Ibiza y Cartagena (desde su fundación)
y las necesidades de suministro, en la coyuntura previa
a la II Guerra Púnica. Es lógico pensar que la producción iba destinada a satisfacer la demanda creciente
en estos circuitos pero no podemos descartar que su
destino fuese la propia isla, enfocado quizás, hacia un
mercado emergente.
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171
Los Concheros de Eirís (A Coruña):
primeros resultados de una acumulación singular
de mejillones (Mytilus sp.) de época romana
Carlos Fernández Rodríguez1, Víctor Bejega García1, Eduardo González Gómez de Agüero1,
Eduardo Ramil Rego2, Natividad Fuertes Prieto1
Resumen
Se presentan los resultados del análisis parcial de dos concheros localizados en el lugar de Eirís (Galicia). Se
evalúan las características más destacadas de ambos depósitos, como el predominio absoluto de los restos malacológicos, y entre estos del mejillón, o el alto grado de fragmentación presente. Se propone, como hipótesis interpretativa, su vinculación con la elaboración de algún producto tipo conserva con finalidad comercial, considerando
tanto las peculiaridades del registro como su ubicación cerca del puerto de Brigantium (A Coruña) y del trazado
propuesto para las vías de comunicación que conectaban este lugar costero con el interior.
Palabras clave: Arqueomalacología, Época romana, Conchero, Mejillón (Mytilus sp.), Galicia (noroeste ibérico).
Abstract
This paper deals with the results of the analysis of two shell middens located in Eirís (Galicia, north-western
Spain). The main features of both middens are assessed, including the clear predominance of marine shell remains,
in particular mussels, and the high degree of fragmentation of the remains. We propose, as an interpretive hypothesis, that this site might have been manufacturing some type of food (pickle sauce or similar) for commercial
purposes. This may be derived from the peculiarities of the archaeological record and its location close to the port
of Brigantium (A Coruña) and the proposed communication routes connecting this port with various other places
inland.
Key words. Archaeomalacology, Roman Times, Shell midden, Mussel (Mytilus sp.), Galicia (north-western Spain).
Area de Prehistoria, Departamento de Historia, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de León. Campus de Vegazana
s/n – 24071 León (España). cferr@unileon.es; arqueomalacoleon@hotmail.es; n.fuertes@unileon.es
2
Museo de Prehistoria e Arqueoloxía de Vilalba, Rúa Dr Domingo Goas, 2 – 27780 Vilalba (Lugo, España)
director@museovilalba.org
1
173
Los concheros de Eirís (A Coruña): Primeros resultados de una acumulación singular...
1. Introducción
Nuestro conocimiento de la explotación de los recursos haliéuticos en época romana se hace cada vez
más preciso, gracias no solo a la información transmitida por los autores clásicos latinos sino también por
el estudio del registro arqueológico. En relación con
este último aspecto, y por lo que respecta al marco
geográfico de la Península Ibérica, son de destacar los
resultados procedentes del área del Estrecho, donde
en los últimos años se ha asistido a un impulso significativo del reconocimiento y análisis de los centros
de procesado de peces y moluscos de época romana
(García Vargas y Bernal Casasola, 2009), actividad
que intensificará la ya desarrollada durante la presencia púnica en esta misma zona (Sáez Romero, 2011;
Morales y Roselló, 2012).
El Atlántico, con un índice de biodiversidad mucho
más rico que el Mediterráneo, no podía ser soslayado
por este tipo de actividades industriales, y la investigación en la actual costa portuguesa está poniendo
de manifiesto un importante número de instalaciones
vinculadas con el procesado de productos marinos
(por ejemplo, Teichner, 2007; Gabriel et al., 2009).
También para Galicia, en el ámbito del noroeste ibérico, se ha señalado la existencia de un significativo
número de estructuras de época romana identificadas
con factorías litorales relacionadas con las salazones
de pescado (Suárez Piñeiro, 2003; Currás, 2007), aun
cuando tan solo se dispone de un único análisis de los
restos de ictiofauna vinculados a uno de estos complejos (Ferré, 1996).
Por lo que se refiere de forma más específica al estudio de los moluscos marinos desde una perspectiva industrializada en época romana, la investigación ha estado principalmente centrada en los aspectos vinculados
con la recogida y procesado de las diferentes especies de
gasterópodos relacionados con la elaboración del color
púrpura (Fernández Uriel, 2010; Cantillo et al., 2014),
poniéndose de manifiesto las dimensiones de una actividad que, sin duda por su trascendencia económica,
supera claramente las aguas mediterráneas para extenderse por el Atlántico, disponiendo en la actualidad de
evidencias desde el litoral portugués (Teichner, 2006)
hasta las costas francesas (Dupont, 2013), sin que por
supuesto el noroeste ibérico parezca haber sido ajeno
a esta producción (Fernández Rodríguez et al., 2014).
Los depósitos de conchas de Eirís que aquí analizamos aportan una perspectiva diferente relacionada con
174
el aprovechamiento y procesado de los moluscos marinos, puesto que no se vinculan con la explotación de los
murícidos para la obtención de la púrpura, pero parecen reflejar una actividad similar al menos en cuanto a
su carácter industrial.
2. El yacimiento
El Parque de Eirís (A Coruña) se localiza en el área
periurbana de la ciudad Herculina, en su margen meridional. Su emplazamiento está configurado por una
amplia vaguada de relieve subhorizontal delimitada al
norte por los Montes das Moas y do Castro, y al sur por
el Monte da Madosa. Esta vaguada comunica al este
con las llanuras de Monelos y Matogrande, lugares por
donde discurre el trazado de una vía romana que comunicaba el núcleo portuario y urbano de Brigantium
con el interior, ya sea la XX o per loca maritima del itinerario antonino (Caamaño y Naveiro, 1992) o una secundaria que uniría Brigantium con la citada principal
cuyo trazado discurriría más al interior (Franco, 2001).
El lugar de los hallazgos se sitúa a 60 m.s.n.m.; a unos
600 m al sur se encuentra la boca de la ría do Burgo,
estuario dominado por arenales y fangos, y a otros 600
m al este está la ensenada de Oza, donde los arenales
alternan con una línea de costa rocosa (Fig. 1).
En el transcurso de las obras del Proyecto de Urbanización para el Desarrollo del Plan Especial del Sector
6 del “Parque de Eirís” (Eirís, A Coruña), promovidas
por el ayuntamiento herculino, unos vecinos de la zona
avisan de la aparición de materiales (ladrillos) y algunas
estructuras de aparente carácter romano. Ya avanzadas
las obras, se acomete una campaña de excavación arqueológica de doce días entre los meses de noviembre
y diciembre de 2002. El proyecto se desarrolla en tres
fases sucesivas que integran una prospección sistemática, la documentación de perfiles de obra y la realización de diez sondeos valorativos. La mayoría de estos
sondeos tuvo un resultado negativo, tan solo en uno de
ellos se localizó una estructura de época Contemporánea, mientras que otros dos (Sondeo 09 y Sondeo 10)
ofrecieron materiales de adscripción romana, sin que
de momento sea posible una mayor concreción cronológica (Fig. 1).
En el Sondeo 09 (S-09) se documentó una estructura negativa, una especie de pozo de morfología cilíndrica excavado en la roca base (saprolita granítica)
con unas dimensiones de unos 245 cm de diámetro por
160 de profundidad, superando la superficie del son-
175
Carlos Fernández Rodríguez, Víctor Bejega García, Eduardo González...
Figura 1. Localización del yacimiento de Eirís y de los sondeos realizados.
Figura 2. Planta y sección del Sondeo 9.
Los concheros de Eirís (A Coruña): Primeros resultados de una acumulación singular...
deo. En su parte superior contenía algunos restos latericios de adscripción romana, mientras la mayor parte
de su espacio interior estaba relleno con restos malacológicos (Fig. 2).
En el área del Sondeo 10 (S-10) también afloraba
una concentración de conchas que motivó su excavación. Se documentó una pequeña fosa irregular excavada en la saprolita, con un relleno de piedras irregulares
mezcladas con fragmentos de tégula, todo ello cubierto
por una capa de de restos malacológicos que alcanzaba
los 30 cm de espesor (Fig. 3).
El volumen y las características del material recuperado, tanto in situ, como en posición derivada (acopios
de tierra vegetal de la obra de urbanización), confir-
Figura 3. Planta y sección del Sondeo 10.
176
man la existencia de un yacimiento romano de pequeña entidad. Los sondeos que ofrecieron materiales
romanos se encuentran en la zona meridional del vial,
donde los testimonios orales de los vecinos indican que
se localizaban diversos muros y una concentración de
restos arqueológicos.
3. Material y métodos
Dadas las condiciones en que se encontraba el yacimiento por los trabajos mecánicos previos a la intervención arqueológica, los depósitos de conchas suponían la principal evidencia arqueológica. Dos de los
sondeos realizados (S-09 y S-10) se correspondieron
con sendas estructuras rellenas de conchas, procedién-
Carlos Fernández Rodríguez, Víctor Bejega García, Eduardo González...
dose a recuperar la totalidad del material hasta que
finalizó el tiempo disponible para la actuación (no se
alcanzó la base del pozo del Sondeo 09). Los resultados
que ahora presentamos se corresponden con un análisis parcial del volumen total recuperado, si bien existe
una gran homogeneidad en la composición de estos
concheros, por lo que consideramos que son suficientemente representativos de ambos depósitos.
Del Sondeo 09, correspondiente a la estructura tipo
pozo rellena con restos de conchas, se han procesado
un total de tres muestras, seleccionadas de forma aleatoria entre el total recuperado. En conjunto supone
más de 20 kg de peso (20.790 gr), con un volumen que
casi alcanza los 20 litros (19.200 cc).
Del Sondeo 10 se presentan en este análisis los resultados obtenidos de una bolsa del muestreo, también
seleccionada de forma aleatoria. En este caso, se corresponde con un peso de algo más de 4 kg (4.140 gr) y
un volumen de 4.000 cc. Actualmente se está procesando otra muestra de este mismo depósito, con unos
resultados prácticamente idénticos a los obtenidos en
la anterior.
Para el tratamiento de la muestra seguimos los procedimientos metodológicos señalados por diferentes
autores (Stein, 1992; Bejega, 2008; etc.), y que podemos resumir en las fases de cribado, triado, identificación, toma de valores biométricos y cuantificación. En
relación con el cribado, se realizó un doble proceso: el
primero con agua, utilizando una malla de Ø 0’8 mm
de luz, y el segundo en seco, con malla de Ø 1 mm.
Para la identificación de las especies se utilizó básicamente nuestra colección comparativa de referencia,
aunque también se tuvieron en cuenta diferentes criterios específicos establecidos por diferentes autores
(Linder, 1977; Sabelli, 1982; Ramonell, 1985; Mexía,
2000; entre otros).
En relación con la identificación específica de los
mejillones, aunque algunos autores (Rolán y Otero,
1996) indican que la única especie presente en la actualidad en las costas del noroeste es Mytilus galloprovincialis (Lamarck, 1819), se ha decidido incluirlos en
el grupo genérico Mytilus sp., debido a la problemática
que presenta la diferenciación específica entre Mytilus
edulis (Linnaeus, 1758) y la antes citada a partir exclusivamente de valvas (Moreno Nuño, 1994), y máxime
considerando el alto grado de fragmentación de los
ejemplares analizados en este caso.
Respecto a la cuantificación, el Número de Restos
(NR) se ha calculado directamente mediante el recuento
de los restos asignados a cada especie, exceptuando el caso
del mejillón (Mytilus sp.) para el que, debido a su abundante presencia y alta fragmentación, se ha estimado este
valor a partir de los resultados obtenidos del recuento de
los restos incluidos en una fracción del peso total correspondiente a cada especie. El grado de fragmentación de
las especies se ha valorado conforme al índice propuesto
por Gutiérrez Zugasti (2009), basado en coeficientes de
fragmentación fijos para bivalvos y gasterópodos.
En el cálculo del Número Mínimo de Individuos
(NMI) se utilizaron las categorías de fragmentación establecidas por Moreno Nuño (1994) para gasterópodos
y bivalvos.
La toma de valores biométricos se hizo siguiendo los
parámetros habituales (por ejemplo, Moreno Nuño,
1994; Gutiérrez Zugasti, 2009). La asignación de los restos a Grupos Tafonómicos se ha basado en las categorías
establecidas por Gautier (1978) y Moreno Nuño (1994).
La valoración de presencia se ha estimado conforme a los
cálculos del Índice de Constancia e Índice de Dominancia (Moreno Nuño, 1994).
4. Resultados
Las muestras hasta ahora procesadas reflejan una composición claramente dominada por los restos de conchas
marinas. El peso de los diferentes componentes (Tabla 1)
indica que la malacofauna es casi exclusivamente el único aporte de origen antrópico. Si excluimos el material
sedimentario (arenas y gravas de saprolita granítica) que
se incorporaría a estos depósitos de forma natural, las demás evidencias que podríamos relacionar con desechos
de actividades humanas suponen valores anecdóticos; en
su mayoría se trata de pequeñas esquirlas de huesos de
mamíferos, algunos restos de ictiofauna (de los que tan
solo se ha podido identificar una vértebra precaudal y
otra caudal de Sardina pilchardus) y también puntuales
fragmentos cerámicos (de pequeñas dimensiones e incluso rodados). Durante la excavación no se realizó ningún
tipo de selección y separación de materiales, por lo que los
resultados presentados son fiel reflejo de la composición
del conchero. Se trata en definitiva de unos depósitos
muy específicos en su composición, que no se corresponde con la que podríamos considerar como característica
de actividades domésticas, en la que otro tipo de evidencias (restos óseos, cerámicas e incluso carbones u otros
materiales) suelen presentar una mayor importancia.
177
Los concheros de Eirís (A Coruña): Primeros resultados de una acumulación singular...
S9 / M1
gr.
S9 / M2
%
gr.
S9 / M3
%
7378,0
gr.
S10 / M1
%
%
6964,0
Triado (> 1mm)
5734,0
82,34
5005,0
67,84
3904,0
60,55
2137,5
51,63
Sedimento
525,0
9,16
1683,0
33,63
604,0
15,47
471,0
22,04
13,0
0,26
5,0
0,23
Cerámica
6448,0
gr.
Peso inicial
Latericio
4140,0
50,0
1,28
41,0
1,92
Malacofauna
5203,0
90,74
3305,5
66,04
3233,0
82,81
1616,5
75,63
Macrofauna
3,0
0,05
1,0
0,02
13,0
0,33
0,5
0,02
0,5
0,01
1,0
0,03
0,5
0,02
3,0
0,05
2,0
0,04
3,0
0,08
3,0
0,14
Ictiofauna
Carbón
Tabla 1. Composición de las muestras analizadas. Se indica el peso (en gr.) y su frecuencia relativa.
Atendiendo a la composición de los depósitos (Tabla 1), se aprecia alguna diferencia entre las muestras
en relación con el residuo cribado (material triado). El
mayor volumen obtenido en la muestra 1 del Sondeo
09 está reflejando, al menos, el que se procesara todo el
material superior a 0,8 mm sin proceder al segundo cribado en seco con la malla de Ø 1 mm. En las otras tres
muestras, en las que sí se realizó este segundo proceso,
disminuye de forma clara el volumen de material procesado; debemos señalar que la revisión del residuo entre
0,8 y 1 mm no aportó ningún elemento significativo.
Otro aspecto que puede llamar la atención es la variación en la cantidad de sedimento inorgánico de origen
natural presente, con valores que oscilan desde el 9% a
más del 33%. Parece lógico suponer que la mayor presencia de este componente pueda estar en relación con
la ubicación de la muestra en el depósito original, así las
inmediatas a la pared del pozo deberían reflejar un mayor aporte de saprolita granítica; pero también pudo
tener importancia el proceso de formación de estos
concheros, puesto que un aporte lento habría favorecido la inclusión, por procesos tafonómicos, de los materiales del entorno. Si bien ambos depósitos, como ya indicamos, fueron recogidos en su totalidad, no se reflejó
la ubicación espacial de cada muestra, lo que hace difícil contrastar estas hipótesis. No obstante, el procesado
de más muestras ayudará a evaluar más correctamente
el proceso de formación de estos concheros.
Los resultados del análisis malacológico son los recogidos en la Tabla 2. Los datos individualizados de las
tres muestras del Sondeo 09 son muy similares, por lo
que se ha decidido agruparlos con el fin de facilitar la
comparación entre ambos concheros. No se han cuantificado más que por el peso, y por tanto no se han incluido en los cálculos, los valores de los micromoluscos
178
(no identificados a nivel específico), de los balanos o
bellotas de mar (Balanus sp.), cuya presencia debe relacionarse con Mytilus, y de un conjunto de restos de
pequeñas dimensiones que no han podido ser correctamente identificados.
De forma general se aprecia el predominio casi absoluto de Mytilus sp., que supone más del 96% de los restos de ambas muestras, frecuencia que se reduce aproximadamente a un 77% si consideramos el NMI pero que
de nuevo se incrementa en los índices de biomasa hasta
más del 83%, reflejo de la débil resistencia de la concha
de estos moluscos ante los procesos de fractura. Los
índices de fragmentación para Mytilus son suficientemente expresivos: 0,00254 en el Sondeo 09 y 0,0084 en
la muestra del Sondeo 10, lo que en principio sugiere
un mayor tamaño de los restos del segundo de los concheros, pero en cualquier caso reflejando un extremado
fraccionamiento (Fig. 4). En conjunto, los valores de
esta especie minimizan sustancialmente la importancia
de las demás documentadas.
La fuerte fragmentación no solo afecta a las valvas
de Mytilus, sino que se refleja en la mayoría de los taxones; por ejemplo, los índices calculados para Ruditapes
decussatus (Linnaeus, 1758), cuyas valvas son significativamente más resistentes que las de mejillón, son de
0,037 para el Sondeo 09 y de 0,027 para el Sondeo 10.
Esta característica dificulta la valoración de las restantes
especies. No obstante, y sobre todo a partir de los datos
del conchero del Sondeo 09, consideramos que hay un
conjunto de taxones con unos valores que no permiten
que su presencia pueda ser evaluada como meramente casual, caso de Ruditapes, Ensis ensis (Linneaeus,
1758) / Solen vagina (Linnaeus, 1758), Cerastoderma
edule (Linnaeus, 1758) y muy posiblemente también el
Carlos Fernández Rodríguez, Víctor Bejega García, Eduardo González...
Patella sp.
Phorcus lineatus
Littorina obtusata
Littorina littorea
Gibbula sp.
Nassarius reticulatus
Linatella caudata
Mytilus sp.
Ostrea edulis
Ruditapes decussatus
Venerupis corrugata
Cerastoderma edule
Mymachlamys sp.
Donax sp.
Ensis / Solen
Anomia ephippium
Paracentrotus lividus
Pollicipes pollicipes
Caracol terrestre
indet.
TOTAL
Balanus sp.
Micromoluscos
Fragmentos indet.
NR
154
19
29
36
9
14
5
302848
295
1842
1
520
4
5
2984
266
6
10
5
SONDEO 9 / M 1-2-3
%NR
NMI
Peso
0,0498
20
23
0,0061
8
12,5
0,0094
19
17,0
0,0116
9
7,0
0,0029
9
3
0,0045
9
8,0
0,0016
2
1,0
97,9926
98
10602,0
0,0955
2
82
0,5960
79
508,5
0,0003
1
2
0,1683
30
248,0
0,0013
2
1,0
0,0016
3
2,0
0,9655
41
77,0
0,0861
13
27,0
0,0019
1
0,5
0,0032
2
1,0
0,0016
1
0,5
309052
% Peso
0,198
0,108
0,146
0,060
0,026
0,069
0,009
91,216
0,705
4,375
0,017
2,134
0,009
0,017
0,662
0,232
0,004
0,009
0,004
IC
100
100
100
33,3
100
66,6
33,3
100
66,6
100
33,3
100
66,6
33,3
100
66,6
33,3
66,6
33,3
11623,0
89,0
24,5
5,0
SONDEO 10 / M 1
VALORACIÓN
NR
%NR
NMI
Peso
% Peso
IC
Patella sp.
17
0,0540
2
1,5
0,093
Littorina obtusata
2
0,0064
2
1,0
0,062
Littorina littorea
11
0,0349
6
5,5
0,342
Nassarius reticulatus
1
0,0032
1
1,0
0,062
30291
96,2199
150
1339,0
Ostrea edulis
312
0,9911
2
Ruditapes decussatus
738
2,3443
26
Cerastoderma edule
16
0,0508
1
Ensis / Solen
83
0,2637
Pollicipes pollicipes
9
0,0286
Caracol terrestre
indet.
1
0,0032
Mytilus sp.
TOTAL
31481
VALORACIÓN
ID
ICxID
1,9
190
0,7
70
1,8
180
0,9
30
0,9
90
0,8
53,3
0,2
6,7
76,3
7630
0,2
13,3
7,4
740
0,1
3,3
2,8
280
0,2
13,3
0,3
10
3,9
390
1,2
79,9
0,1
3,3
0,2
13,3
0,1
3,3
ID
ICxID
100
1
100
100
3,1
310
100
1
100
100
0,5
50
83,168
100
77,7
7770
70
4,348
100
1
100
188,0
11,677
100
13,5
1350
1,0
0,062
100
0,5
50
1
2,0
0,124
100
0,5
50
1
0,5
0,031
100
0,5
50
1
0,5
0,031
100
0,5
50
1610,0
Balanus sp.
5,0
Micromoluscos
1,0
Fragmentos indet.
0,5
Tabla 2. Estimadores de abundancia de los taxones identificados en los concheros del Sondeo 09 (valores agrupados de tres
muestras) y del Sondeo 10. Se indica el NR-número de restos, NMI-número mínimo de individuos y peso, en gramos, así como los
índices de valoración relativa (IC-índice de constancia, ID-índice de dominancia).
179
Los concheros de Eirís (A Coruña): Primeros resultados de una acumulación singular...
Figura 4. Mytilus sp.: Fragmentos (A) y selección de ápices (B).
conjunto formado por Ostrea edulis (Linnaeus, 1758)
y Anomia ephippium (Linnaeus, 1758). El grupo de
patélidos (Patella sp.) y otros gasterópodos con interés
bromatológico -Littorina obtusata (Linnaeus, 1758),
Littorina littorea (Linnaeus, 1758) y Gibbula sp.- también puede haber sido incorporado de forma intencionada si bien, como señalaremos, creemos que su presencia puede deberse a otras causas.
Los resultados del Sondeo 10 divergen en algunos
aspectos de los anteriores. Además del predominio ya
indicado de Mytilus, entre los demás taxones destacan,
de nuevo, las especies antes señaladas, excepto en el
caso de Cerastoderma, representado por un reducido
conjunto de restos fuertemente fragmentados (como
refleja su peso, al igual que sucede con Ensis/Solen), y la
ausencia de Anomia. No sabemos hasta qué punto los
valores correspondientes a estas especies podrán modificarse al procesar nuevas muestras.
Las demás especies cuentan con valores prácticamente anecdóticos en el conjunto y la ausencia de
alguna de las mismas en el Sondeo 10 puede deberse
exclusivamente a causas totalmente aleatorias y al menor volumen de material procesado. En cualquier caso,
este hecho tampoco supone modificación alguna de la
propuesta explicativa que planteamos para estas acumulaciones.
Si atendemos al hábitat de los taxones presentes, reconocemos tres conjuntos diferenciados:
Sustrato rocoso: representado sobre todo por la especie más abundante, Mytilus sp., además de los patélidos (Patella sp.) y otros gasterópodos [Phorcus lineatus
(da Costa, 1778), Littorina littorea, Littorina obtu180
sata y Gibbula sp.], así como los percebes -Pollicipes
pollicipes (Gmelin, 1790)-. También Linatella caudata (Gmelin, 1791) y Nassarius reticulatus (Linnaeus,
1758), como depredadores del mejillón, deben incluirse en este conjunto.
Sustrato arenoso-fangoso: es el segundo grupo en
importancia, dominando Ruditapes decussatus, pero
también representado por Ensis/Solen, Cerastoderma
edule y también, aunque sus valores resulten anecdóticos, Venerupis corrugata (Gmelin, 1791)y Donax sp.
Fondos rocosos: medio representado por especies
que básicamente habita los fondos marinos entre el intermareal y los primeros niveles del infralitoral: Ostrea
edulis, Anomia ephippium, Mymachlamys sp. y Paracentrotus lividus (Lamarck, 1816), las dos últimas exclusivamente representadas por un reducido volumen de
restos en las muestras del Sondeo 09.
Evaluando el conjunto de manera global teniendo en cuenta la zona de hábitat de las distintas especies, el medio rocoso es el que aporta con diferencia
un mayor volumen, tanto en restos (más del 97%)
como en individuos (en torno al 84%), suponiendo
aproximadamente el 90% del peso de las conchas. Por
el contrario, la representación del medio arenoso es
bastante reducida, si bien, como ya indicamos, con un
conjunto de especies que alcanza valores significativos
en ambos concheros.
5. Discusión y conclusiones
El análisis de los concheros de Eirís ha puesto de
manifiesto en primer término el absoluto dominio de
Carlos Fernández Rodríguez, Víctor Bejega García, Eduardo González...
los restos de moluscos marinos frente a los demás materiales, representados todos de forma mínima y cuya
llegada a estos depósitos parece haber sido casual.
En relación con la composición malacológica, el mejillón constituye el principal molusco representado, con
valores que minimizan los de las restantes especies documentadas. A su presencia podemos vincular la de los
demás taxones representativos de medios rocosos, cuya
recogida puede haberse producido de forma simultánea, e incluso casual, a la de Mytilus. Los gasterópodos
depredadores del mejillón sin interés bromatológico y
por supuesto los balanos responderían sin duda a este
planteamiento. No puede excluirse una recogida intencional de otras, principalmente en el caso de los gasterópodos del género Littorina y Patella, pero los reducidos valores de estas especies tan abundantes en otros
yacimientos no parecen apoyarlo, a lo que debemos
añadir las pequeñas longitudes de los cinco ejemplares
de Patella en los que se ha podido tomar esta medida
(rango: 18,3-34,3 mm), representativas de individuos
muy pequeños para lo que es la norma habitual en el
noroeste (por ejemplo, González Gómez de Agüero,
2009), y que podrían reflejar la recogida de lapas inmediatas a los mejillones o que, ocasionalmente, se desplazaran sobre los mismos; lo mismo sucede con las tallas
deducidas a partir de las alturas de los ejemplares de
Littorina y Phorcus. De igual manera debemos valorar
los restos de Pollicipes o incluso de Paracentrotus, con
una presencia mínima que no pasa de ser casual.
Un segundo grupo de especies es el que podemos
considerar representativo de un medio arenoso, entre
las que hay algunas con valores significativos, principalmente Ruditapes decussatus, Ensis/Solen e incluso
Cerastoderma edule, aun considerando su escasa aportación en el Sondeo 10; los demás taxones procedentes
de este mismo medio podrían reflejar recogidas casuales, de ahí una presencia muy puntual.
Las ostras, tanto la común (Ostrea edulis) como la
denominada ostra de perro (Anomia ephippium) resultan más difíciles de valorar, ya que sobre todo la
primera está representada por un número de restos
significativo pero que puede ser reflejo de la fácil
fragmentación de su concha, como sugiere tanto el
mínimo de ejemplares presente como especialmente
la baja biomasa que aquellos suponen. No obstante,
Anomia si tiene una representación más equilibrada
en cuanto a los dos primeros estimadores considerados y esto puede sugerir que la presencia de ambas sea
intencional, sobre todo atendiendo al diferente tipo
de medio en el que viven estas especies.
En definitiva, nos encontramos con dos concheros formados por una mezcla reiterada de Mytilus,
como molusco predominante, con una aportación
recurrente de una serie de taxones característicos del
medio arenoso (Ruditapes, pero también Ensis/Solen
y Cerastoderma). Las demás especies pueden haber
llegado como acompañantes recogidas durante el
proceso de recolección de estas principales. Concheros que además se caracterizan por una alta fragmentación de los restos.
A la vista de estos resultados, y como hipótesis de
trabajo en el momento actual, no descartamos la posibilidad de que estos depósitos estén conformados
por los desechos resultantes de la elaboración de un
producto tipo conserva o incluso de salsa realizada
de forma exclusiva con moluscos. A este respecto, son
bien conocidas las recetas transmitidas por los autores
latinos -garum, liquamen, muria, cordula, etc.- (por
ejemplo, Étienne y Mayet, 2002), pero en los últimos
años se ha llamado la atención sobre la complejidad y
extraordinaria variedad que realmente podría haber
existido en relación con la elaboración de este tipo de
preparados (por ejemplo, Bernal, 2009). Así, el análisis
de los contenidos de algunas ánforas del sur peninsular ha puesto de manifiesto la existencia de productos
elaborados a partir de varios componentes entre los
que se encuentran tanto especies marinas (ictiofauna)
como terrestres (Roselló et al., 2003) además de diversos aditivos de origen vegetal (Ruiz y Gil, 2007).
En relación con la producción y comercio de posibles productos a partir del procesado de moluscos
marinos (dejando aparte la púrpura), hay referencias a
la existencia de ánforas para el transporte de ostras en
escabeche (Bernal, 2009); si bien de cronología algo
más antigua, también se ha documentado en niveles
púnico-mauritanos de Lixus (Marruecos) la presencia
de conchas de mejillones en el interior de ánforas (Aranegui, 2004), aun cuando la correcta interpretación
de este registro y su posible vínculo con algún tipo de
conserva necesita ser adecuadamente evaluado mediante la realización de diferentes analíticas. Y de interés también son los depósitos de moluscos dominados por una especie, como Cerastoderma en la factoría
portuguesa de Cerro da Vila (Teichner, 2006), para los
que sin embargo no se ha barajado una interpretación
vinculada a un posible procesado para su comercio.
181
Los concheros de Eirís (A Coruña): Primeros resultados de una acumulación singular...
La ubicación del yacimiento de Eirís también
resulta de interés. Si bien no inmediato a la costa,
su vinculación con una vía romana facilitaría la
comercialización del posible producto elaborado,
tanto hacia el interior como hacia el núcleo urbano
y el puerto de Brigantium, donde se conocen otras
instalaciones de procesado de productos marinos
(Fernández Rodríguez et al., 2014) y su importancia a nivel comercial en época romana ha sido puesta de manifiesto a partir del registro arqueológico
de forma bien documentada (Naveiro, 1991). Por
su parte, la llegada de la materia prima, los moluscos, tampoco resultaría complicada; desde el propio puerto podría abastecerse este lugar y, en todo
caso, las áreas de captación se sitúan en un radio de
unos 600 m, tal y como hemos indicado en la caracterización del yacimiento.
Es indudable que nos faltan elementos para evaluar correctamente estas hipótesis, y la destrucción
de las posibles estructuras romanas de Eirís antes de
la intervención arqueológica suponen una pérdida
significativa. Asimismo, todavía no están claras las
causas que han motivado la fuerte fragmentación de
los moluscos, su posible vinculación con el procesado o si fue originada durante el vertido o en fases
posteriores. También resulta llamativa la estructura
tipo pozo en la que se acumuló el conchero del Sondeo 09; un origen relacionado con el tratamiento de
los moluscos sería muy diferente a un vínculo limitado de forma exclusiva a una amortización. Confiamos que tanto posibles nuevos hallazgos en esta zona
como la continuación de los análisis de estos y otros
concheros sirvan para responder a alguna de las cuestiones que aquí hemos planteado.
Agradecimientos
El profesor Darío Bernal nos ha indicado los problemas que plantea la interpretación de los hallazgos
de Lixus y la necesidad de desarrollar diferentes analíticas para resolverlos.
El texto se ha visto mejorado con los comentarios
realizados por los dos evaluadores que lo revisaron.
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184
Marisqueo en la Baelo Claudia Tardorromana.
Contextos malacológicos de las termas marítimas
Darío Bernal-Casasola1, Juan Jesús Cantillo1, 2, José Juan Díaz1, José Ángel Expósito1,3,
María de los Ángeles Pascual1, Ana María Durante1, Lorena Hoyo1, Estrella Blanco1,
José Alberto Retamosa1
Resumen
Como resultado del proyecto de investigación “La economía marítima y las actividades haliéuticas en Baelo
Claudia (Tarifa, Cádiz)”, autorizado por la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía,
se ha descubierto un nuevo complejo termal en esta importante ciudad romana del conventus Gaditanus. Las excavaciones desarrolladas entre los años 2011 y 2013 han permitido exhumar una amplia secuencia diacrónica, que se
sitúa entre el s. I a.C. y el VI d.C. Resultan especialmente significativos en relación con la explotación de recursos
marinos los niveles de abandono de la gran natatio de estas nuevas Termas Marítimas, fechados en tres momentos
precisos: época de Diocleciano, que es cuando se expolian las termas (finales del s. III o inicios del s. IV); la segunda
mitad del s. V, momentos de colmatación definitiva de la gran piscina excavada; y el s. VI, fechas en las cuales se
abandona definitivamente el asentamiento.
En dichos niveles tardorromanos se han recuperado centenares de ejemplares de diversas especies de malacofauna, siendo especialmente abundantes los gasterópodos marinos verificando que el antiguo edificio termal fue
reutilizado con finalidad diversa a la primigenia.
En este trabajo se presenta una primera evaluación de estos recursos marinos, cuyo interés es notable ya que existen muy pocas evidencias en el ámbito del Círculo del Estrecho, bien fechadas estratigráficamente, relacionadas específicamente con el marisqueo y el consumo de recursos marinos en la Antigüedad Tardía, incluyendo el hallazgo
de instrumental sobre concha relacionado con actividades haliéuticas (aerófonos sobre Charonia lampas y mejillón
reutilizado como herramienta artesanal de uso indeterminado).
Palabras clave: Baelo Claudia, Antigüedad Tardía, Malacofauna, explotación de recursos marinos, Aerófonos.
Grupo de Investigación HUM-440. Área de Arqueología. Departamento de Historia, Geografía y Filosofía. Facultad
de Filosofía y Letras. Universidad de Cádiz. Avda. Dr. Gómez Ulla 1, 11003 Cádiz (España). dario.bernal@uca.es;
josejuan.diaz@uca.es; angeles.pascual@uca.es; anamaridurante@gmail.com; lorena.hoyogomez@alum.uca.es;
yeyi_blanco@hotmail.com; jose.retamosagamez@alum.uca.es
2
Ayuntamiento de Vejer de la Frontera. Plaza de España, 1, 11150, Vejer de la Frontera (Cádiz, España).
jesus.cantillo@uca.es
3
Conjunto Arqueológico Baelo Claudia. Consejería de Educación, Cultura y Deporte. Junta de Andalucía. Ensenada de
Bolonia, s/n, 11380 Tarifa (Cádiz, España). josea.exposito@juntadeandalucia.es
1
187
Abstract
A new bath complex has been discovered in this so well known Roman city of the conventus Gaditanus, as a result
of the Research Project “Maritime economy & halieutic activities at Baelo Claudia (Tarifa, Cádiz)”. Recent ield
campaigns (2011 & 2013), with the permission of the Regional Government (Consejería de Educación, Cultura y
Deporte of the Junta de Andalucía) have revealed a long diachronic sequence, from the I c. BC to the VI AD. he
abandonment layers of a big pool (natatio) inside this new Maritime Baths are related to the exploitation of marine
resources. hree particular well dated contexts have been selected: Diocletian times (late III – early IV AD), when
the building was pillaged; the second half of the V c. AD, when the big pool was completely covered; and the VI
c. AD, the last moments of life in the site. Hundreds of shells have been recovered in these Late Roman layers,
mainly marine gastropods, verifying that the ancient baths where reused in Late Antiquity with other functional
purposes. We present here a irst panorama of the shells recovered, whose interest is remarkable as regionally (in
the so called Circle of the Strait) there are few stratigraphically well dated deposits related to beach-combering
and consumption of marine resources in Late Roman times. Some shells used as halieutic instruments are included
(two Charonia lampas with cut edges as aerophones, and a mussel reused as an undetermined artefact).
Keywords: Baelo Claudia, Late Roman times, Shells, marine resources exploitation, Aerophones.
Darío Bernal-Casasola, Juan Jesús Cantillo, José Juan Díaz, José Ángel Expósito...
1.- Contexto arqueológico
Las excavaciones realizadas entre los años 2011 y
2013 en la zona meridional de Baelo Claudia, enmarcadas en el estudio del barrio pesquero-conservero de esta
conocida ciudad romana situada en el Fretum Gaditanum (Fig. 1 A), han permitido descubrir un gran suburbium al oeste del Arroyo de las Villas, documentado por
prospecciones geofísicas y por sondeos arqueológicos.
En su interior se ha podido excavar parte de un edificio
balneario de grandes dimensiones, definido como las
Termas Marítimas de este próspero municipium hispanorromano (Fig. 1 B), el cual fue construido durante la
primera mitad del s. II d.C. (Bernal et al. 2013). Se trata de un complejo monumental de notable importancia, al cual se asocia un programa decorativo de primer
orden, como ilustra el hallazgo de una copia del famoso
Doríforo de Policleto, estatua que ornamentaba una
hornacina del complejo, realizada en mármol griego de
la isla de Paros (Roda et al., 2015). Actualmente están
en proceso de estudio estas excavaciones arqueológicas
a cargo de un equipo interdisciplinar de la Universidad
de Cádiz y la Junta de Andalucía, insertándose esta
contribución en dicho proceso.
Los niveles arqueológicos que han proporcionado
restos ictiológicos o malacológicos son muy abundantes, si bien para este trabajo se han seleccionado únicamente tres ejemplos, ilustrativos del momento de abandono del complejo termal, dos de ellos procedentes de
la colmatación del denominado ambiente H-2 (UU.
EE. 2530 y 2535) y un estrato de la adyacente habitación H-3 (U.E. 2617), como se ilustra en la Fig. 1 C.
Por su parte la U.E. 2535 es el primer nivel de relleno sobre el suelo de la piscina o natatio, conformado
por multitud de restos de mármoles y decoración arquitectónica resultado del expolio tras su inmediato
abandono, el cual se ha podido fechar con precisión
a finales del s. III o inicios del IV por la presencia de
cerámicas africanas de importación –ARSW de la
forma Lamboglia 35 ter, Lamboglia 40bis/Hayes 50
y Hayes 58; ánforas africanas del tipo Africana IIA y
IID/Keay VII, junto a cerámicas de cocina de la forma Culinaire Type 3, variantes B/Hayes 181 y lucernas de disco-. Se utilizó como vertedero, pues se han
documentado también otro tipo de biofactos en su
matriz (Bernal et al., 2014).
La U.E. 2530 es un estrato relacionado con el cambio de uso de estas instalaciones, que provocaron el empleo de la antigua piscina termal (H-2) como un lugar
para la realización de actividades artesanales –fragua
entre ellas-, colmatándola con residuos de diversa naturaleza, entre ellos los orgánicos. Se fecha con claridad
en la segunda mitad del s. V por el contexto cerámico,
y en ella aparecieron los fragmentos de la citada estatua
marmórea (Bernal et al, 2013: 138-140, figs. 19 y 20).
Por último, la U.E. 2617 es un nivel sedimentario que cubría el suelo de la habitación H-3, y que se
corresponde con el último momento de abandono
de estas habitaciones, previamente a un posible seísmo que provocó el desplome de las paredes (Bernal
et al., 2015): la abundancia de malacofauna durante las excavaciones permitió verificar que el último
uso dado a estas instalaciones se relacionaba con la
explotación (¿y procesado/venta?) de recursos marinos (Bernal et al., 2014).
2.- Análisis arqueomalacológico
En relación a la metodología de estudio, para la
identificación taxonómica hemos acudido a las fuentes bibliográficas de referencia básicas (Sabelli, 1980;
Lindner, 1983; Poppe y Goto, 1993; Hayward et al.,
1998; Gofas et al., coord., 2010), así como a una colección comparativa de referencia de restos malacológicos
actuales. Además, para aunar criterios relacionados con
la nomenclatura de las distintas especies documentadas, nos hemos apoyado en la base de datos del CLEMAM (Check list of European marine mollusca), del
Museo Nacional de Historia Natural de París (http://
www.somali.asso.fr/clemam/index.clemam.html).
En lo que respecta a la cuantificación, para el cálculo de los restos de moluscos nos hemos basado en una
serie de índices de abundancia cuya estimación se ha
efectuado a partir del NR, que expresa el número de
restos totales por especies; y el NMI, que indica el número mínimo de individuos por especies y responde a
la suma de partes anatómicas concretas. En el caso de
los bivalvos se establece mediante el recuento de valvas
completas + valvas fragmentadas con charnela + fragmentos charnelares (anterior o posterior, el valor más
alto). Para los gasterópodos espiralados se establece
mediante la suma de individuos completos + individuos fragmentados + fragmentos apicales-umbilicales;
mientras que para los gasterópodos no espiralados la
fórmula es la suma de individuos completos + individuos fragmentados + fragmentos apicales (Gutiérrez
Zugasti, 2009). A partir de la identificación taxonómica
y del conocimiento de las preferencias de hábitat de las
189
Marisqueo en la Baelo Claudia Tardorromana. Contextos malacológicos...
Figura 1. Localización de Baelo Claudia en el Estrecho de Gibraltar (A), con detalle de la ubicación de las Termas Marítimas en
relación al plano de la ciudad (B), y planimetría del edificio con indicación de las habitaciones H-2 y H-3, de las cuales proceden
los estratos cuyo contenido malacológico se analiza (C).
190
Darío Bernal-Casasola, Juan Jesús Cantillo, José Juan Díaz, José Ángel Expósito...
Figura 2. Representación de los taxones malacológicos documentados, tanto de bivalvos marinos -Callista chione (A),
Cerastoderma edule (B), Glycymeris sp. (C), Mytilus galloprovincialis (D), Lima lima (E), Ostrea edulis (F), Panopea glycimeris
(G)- como de gasterópodos - Astraea rugosa (H), Charonia lampas (I), Cymbium olla ( J), Cymbula nigra (K), Phorcus
lineatus (L), Phorcus turbinata (LL), Patella caerulea (M), Patella ferruginea (N), Patella intermedia (O), Patella rustica (P),
Patella ulyssiponensis (Q) y Stramonita haemastoma (R)-.
191
192
U.E. 2530
NMI %NMI
3
1,85
NR
13
%NR
6,50
14
7,00
9
16
8,00
6
U.E. 2535
NMI %NMI
-
Peso
188
NR
-
%NR
-
5,55
344
5
29,41
2
9
5,55
484
6
35,29
3,00
3
1,85
133
-
1
0,50
1
0,61
5
7
3,50
4
2,46
-
-
-
-
-
57
NR
2
2
2
6
1
5
20
U.E. 2617
NMI %NMI
2
0,18
Peso
-
NR
3
%NR
0,26
16,66
132
9
0,78
6
4
33,33
145
5
0,43
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
29
-
-
-
-
-
-
1
5,88
1
-
-
-
-
-
28,5
%NR
1,00
1,00
1,00
3,00
0,50
2,50
10,00
29
NMI
2
1
2
6
1
5
18
17,90
%NMI
1,23
0,61
1,23
3,70
0,61
3,08
11,11
1183
Peso
108
55
4
242
3
30
273
12
NR
1
1
-
41
20,50
41
25,30
204
2
12
1,00
6,00
2
5
1,23
3,08
50
25,00
50
-
-
143
200
General
NMI %NMI
5
0,39
Peso
62
NR
16
%NR
1,16
0,55
193
28
2,04
17
1,35
537
3
0,27
174
27
1,97
16
1,27
803
-
-
-
-
6
0,43
3
0,23
133
-
-
-
-
-
1
0,07
1
0,07
5
-
1
0,08
1
0,09
28
8
0,58
5
0,39
57
8,33
22
-
-
-
-
-
1
0,07
1
0,07
22
-
-
-
1
0,08
1
0,009
25
1
0,07
1
0,07
25
70,58
%NR
5,88
5,88
-
7
NMI
1
1
-
58,33
%NMI
8,33
8,33
-
279
Peso
143
7
-
19
NR
1
1084
45
2
1,64
%NR
0,08
94,09
3,90
0,17
13
NMI
1
1022
45
2
1,19
%NMI
0,09
94,28
4,15
0,18
179
Peso
5
6345
311
29
88
NR
2
3
2
7
1085
45
6
22
6,42
%NR
0,14
0,21
0,14
0,51
79,25
3,28
0,43
1,60
49
NMI
2
2
2
7
1023
45
6
20
3,89
%NMI
0,15
0,15
0,15
0,55
81,31
3,57
0,47
1,58
1964
Peso
108
198
4
247
6347
311
37
302
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
41
2,99
41
3,25
204
12
42
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
2
12
0,14
0,87
2
5
0,15
0,39
12
42
30,86
310
3
17,64
3
25
15
-
-
-
-
-
53
3,87
53
4,21
325
-
-
-
-
-
-
-
-
1
0,08
1
0,09
7
1
0,14
1
0,07
7
71,50
133
82,10
1308
5
29,41
5
41,66
165
1133
98,36
1071
98,80
6697
1282
93,58
1210
96,10
8144
100
162
100
2591
17
100
12
100
464
1152
100
1084
100
6785”
1369
100
1258
100
10108
Tabla 1. Síntesis de los taxones documentados, por estratos y de manera global.
Peso
382
Marisqueo en la Baelo Claudia Tardorromana. Contextos malacológicos...
Taxones
Bivalvos marinos
Callista chione
Cerastoderma
edule
Glycymeris sp.
Glycymeris
violascens
Lima lima
Mytilus
galloprovincialis
Ostrea edulis
Panopea
glycimeris
Total bivalvos
Gasterópodos
Astraea rugosa
Charonia lampas
Cymbium olla
Cymbula nigra
Phorcus lineatus
Phorcus turbinata
Patella caerulea
Patella ferruginea
Patella
intermedia
Patella rustica
Patella sp.
Patella
ulyssiponensis
Stramonita
haemastoma
Total
gasterópodos
TOTAL
Darío Bernal-Casasola, Juan Jesús Cantillo, José Juan Díaz, José Ángel Expósito...
Figura 3. Dos vistas del ápice de Charonia lampas seccionado
para su uso como aerófono (U.E. 2535).
A
B
Figura 4. Habitaciones colmatadas por la U.E. 2617 (A), y
detalle de los centenares de Phorcus lineatus (B) recuperados
en este estrato tardorromano de las Termas Marítimas de
Baelo Claudia.
distintas especies a determinados nichos ecológicos,
hemos establecido un análisis del área de captación
donde los grupos humanos ejercieron la recolección
de moluscos, distinguiendo entre ambiente o piso
(supralitoral, mesolitoral e infralitoral), sustratos
(arenosos, fangosos, rocosos, etc.) y zonación (costa
abierta, estuario, etc.), de cara a valorar también los
posibles patrones y técnicas de recolección. Además
de ello se han analizado los restos atendiendo a sus
alteraciones tafonómicas.
La malacofauna de la fase tardorromana de las Termas Marítimas de Baelo Claudia ha sido documentada en general en un buen estado de conservación, lo
que ha permitido en su extensa mayoría identificarla
taxonómicamente hasta el grado máximo de clasificación (Fig. 2). A lo largo de toda la secuencia estratigráfica se ha establecido una relación de especies
representadas tanto por bivalvos como por gasterópodos marinos, espiralados y no espiralados, resultando
la sistemática taxonómica del conjunto descrito en la
identificación total de ocho especies de bivalvos marinos y trece de gasterópodos, que sintetizamos en la
Tabla 1, desglosando los datos por estratos y realizando un sumatorio general.
En relación a la U.E. 2535, ha sido un estrato poco
representativo desde el punto de vista arqueomalacológico (teniendo en cuenta la superficie de más de 20
m2 excavados), en el que se han documentado únicamente 17 restos, aportando un número mínimo de 12
individuos. Ello permite incidir en el carácter ocasional de la fauna –conjuntamente con la terrestre, no
ilustrada- y de cómo la interpretación de estos restos
debe ser planteada como resultado de prácticas bromatológicas: residuos que han sido desechados a una zona
de vertedero. De éstos, siete son bivalvos y otros cinco
gasterópodos, repartidos de manera casi paritaria en el
registro. En cuanto a los bivalvos, Glycymeris sp. es la
especie más representada, y entre los gasterópodos, las
lapas están igualmente muy presentes, en su variedad
de Patella ulyssiponensis y Patella caerulea. Destacar
la aparición de una caracola de dimensiones medias
(Charonia lampas) con el ápice truncado y sin erosionar, lo que parece probar una fractura intencionada,
posiblemente motivada por su particular uso como instrumento sonoro (Fig. 3). Este tipo de aerófonos son
muy frecuentes en ámbito costero en el Estrecho de
Gibraltar, conociéndose múltiples ejemplares en época
púnica y romana, asociados en buena parte a contextos haliéuticos o fábricas pesquero-conserveras (Sáez y
Gutiérrez, 2014). En la propia Baelo Claudia, en una
tumba tardorromana, se ha documentado una caracola
de esta tipología con el extremo apical sin fractur, que
ha sido interpretada como un posible aerófono votivo
o buccinum, revelando la vinculación del difunto con
las pesquerías (Bernal et al., 2011: 400).
Por su parte, en la U.E. 2530 se han documentado
200 restos pertenecientes a un número mínimo de 162
individuos. De ellos 29 son bivalvos (17,90%) y 133
gasterópodos (82,10%). Se aprecia una elevada presencia de patélidos, constituyendo la Patella ulyssiponensis
193
Marisqueo en la Baelo Claudia Tardorromana. Contextos malacológicos...
Figura 5. Indicación de la zona desgastada en el margen dorsal
de Mytilus galloprovincialis (U.E. 2617).
(50 individuos) y la Patella intermedia (41 ejemplares) las especies con mayor grado de recolección. Le
siguen en importancia Patella ferruginea, con un mínimo de 18 individuos. En cuanto a los bivalvos, Glycymeris sp. y Cerastoderma edule, ambos con al menos
9 individuos, son los que presentan mayor dominancia, si bien la erosión que presentan los gliciméridos,
incluso con el umbo perforado, es indicativa de su
recolección postmortem, quizás resultado de la pesca
con artes determinadas (redes), desechando los ejemplares muertos. Todo ello permite plantear que estos
residuos hallados en niveles del s. V d.C. sean resultado de descartes de pesca y de restos de marisqueo, especialmente debido al substrato rocoso del cual proceden el 80% de los individuos diagnosticados (129
lapas). Desde un punto de vista tafonómico hemos
detectado en este estrato otra Charonia lampas con el
ápice truncado, susceptible de haber sido usada también como aerófono. Asimismo, se han identificado
restos de erosión marina en Cymbula nigra, y termoalteración, proceso térmico este último de compleja interpretación, ya que normalmente el calentamiento
para cocinado de la concha de las lapas no suele dejar
tales evidencias, siendo atribuible tal vez a fenómenos
postdeposicionales.
Por último la U.E. 2617, descrita como el nivel de
abandono más tardío de todos, fechado en el s. VI, ha
sido el que ha presentado un mayor volumen de conchas marinas, con hasta 1152 restos de un mínimo de
1084 individuos, con sólo 13 bivalvos (1,19%) y 1071
gasterópodos (98,80%). Se constata una explotación
centrada con claridad en la recolección de burgaíllos,
de los que se han descrito hasta 1129 ejemplares, 1084
pertenecientes a la especie Phorcus lineatus (94,28 %)
y 45 de Phorcus turbinata (4,15%). Este gran conjunto malacológico apareció en un estrato que cubría por
194
completo el suelo de la H-3, incluyendo una pequeña
habitación cuadrangular con pavimentación con crustae pétreas (Fig. 4 A). Su interés es que permite interpretar que en esta última fase del inmueble se estaban
realizando en esta zona del edificio reaprovechado
actividades haliéuticas, posiblemente relacionadas
con la venta de marisco y otros productos marinos,
pues de lo contrario no se explica bien el hallazgo de
más de un millar de burgaíllos en este nivel (Fig. 4 B),
constituyendo prácticamente el único componente
significativo de cultura material de este estrato. Por
último, indicar el hallazgo en la U.E. 2617 de una valva de mejillón (Mytilus galloprovincialis) con la zona
dorsal muy desgastada, quizás como consecuencia de
un uso continuado del mismo como herramienta para
algún tipo de actividad indeterminada (Fig. 5). Este
detalle tafonómico es de gran interés, y aunque por
el momento no han sido realizados análisis traceológicos que permitan determinar el tipo de abrasión y
por tanto la materia prima objeto de alisado, parece
evidente su relación con actividades artesanales o haliéuticas, que requerían de herramientas poco especializadas como la aquí documentada.
3.- Interpretación histórica.
Conchylioleguli en la Baelo
tardoantigua
Los restos malacológicos documentados en los
niveles de relleno y abandono de las habitaciones
excavadas en las Termas Marítimas de Baelo Claudia
confirman una intensa explotación de los recursos marinos entre los ss. IV y VI d.C. Se han documentado
una veintena de taxones y 1258 individuos. De ellos,
destacan especialmente los gasterópodos (96,10%) y
dentro de este grupo, las especies que habitan en el
sustrato rocoso del intermareal, pues allí es donde se
localizan los burgaíllos y las lapas, que son las que capitalizan el conjunto (Fig. 6). La primera conclusión,
por tanto, es que el registro malacológico es resultado de la actividad preferentemente de mariscadores,
que habrían explotado intensamente el intermareal y
la cercana zona rocosa, los conocidos conchylioleguli
según las fuentes clásicas. Ellos mismos, de manera
complementaria, habrían recolectado algunos bivalvos en la zona arenosa (diversas especies de almejas
y mejillones sobre todo), que en total no superan el
centenar de individuos (49 exactamente, constituyendo el 3,89% del total), de los cuales algunos llegaron
muertos al yacimiento (bioerosión), resultado quizás
del uso de rastros o del empleo de redes.
Darío Bernal-Casasola, Juan Jesús Cantillo, José Juan Díaz, José Ángel Expósito...
Por otra parte, destacar la ausencia en los tres estratos analizados y en general en todos los contextos excavados en las Termas Marítimas de restos de anzuelos
–frente a los diversos hallazgos de otros instrumentos
metálicos de diversa tipología y monedas- (Bernal et
al., 2014); y tampoco han sido recuperados restos de
pesas de redes, muy frecuentes en otros sectores del yacimiento. Quizás por ello más que piscatores haya que
pensar en mariscadores en sentido estricto, cuyo papel
está muy minusvalorado en la literatura científica para
la Antigüedad –en favor de las grandes pesquerías del
atún rojo-, como hemos expuesto en otro lugar (Bernal,
2011). A ellos habría que asociarles los dos restos de las
pequeñas caracolas con el ápice perforado, utilizadas
como buccina, un elemento habitual para las señales
sonoras en ámbito marino que sabemos ahora que en
Baelo Claudia era frecuentemente utilizado. Que sean
dos los aerófonos recuperados es otro elemento más a
valorar del carácter haliéutico de la comunidad que en
época tardorromana generó estos residuos.
Otro elemento destacable del estudio malacológico
realizado es que ha permitido proponer una funcionalidad a las estructuras de la última fase de vida del inmueble, especialmente a la denominada estancia H-3.
En ella, el más de un millar de burgaíllos recuperados
sobre el suelo de la habitación permite plantear que durante el VI en estas dependencias de las antiguas termas
Figura 6.- Porcentaje de abundancias en gasterópodos y bivalvos (arriba), y valoración del NMI en gasterópodos, agrupando en
familias a lapas (Patellidae) y burgaíllos (Trochidae) (debajo).
195
Marisqueo en la Baelo Claudia Tardorromana. Contextos malacológicos...
romanas se desarrollaron actividades vinculadas con
el procesado y la posible venta de moluscos y otros recursos bromatológicos. El hallazgo de un posible instrumento de uso artesanal (M. galloprovincialis con
el margen dorsal con un desgaste acusado, como consecuencia de su reiterado uso - ¿alisador? ¿desescamador?, ya que se han documentado ictiofaunas arqueológicas en el mismo estrato-) parece significativo en
dicho sentido, tratándose del ejemplar de mejillón de
mayores dimensiones documentado, de manera que
se ajustaba con facilidad a la palma de la mano. Un
área de preparación y/o de venta de recursos marinos
es la propuesta más viable por el momento, dada la
cercanía de la costa (apenas unas decenas de metros)
y la ausencia de cubetas de salazones u otras estructuras productivas, concentradas en otras áreas litorales
de la ciudad hispanorromana.
No se ha detectado un cambio en el patrón de explotación a lo largo de la secuencia, ya que las especies bien representadas lo están en todos los niveles,
por lo que no parece que asistamos a cambios significativos en las estrategias de explotación de los recursos marinos en este caso, al menos de los malacológicos. Destacar que en esta ocasión no han aparecido
evidencias relacionadas con la explotación de la púrpura marina, ya que únicamente está documentada
la Stramonita haemastoma, y de forma episódica y
anecdótica (U.E. 2617); frente a otros yacimientos
como los concheros de c/ Luis Milena (San Fernando, Cádiz), Gades (c/ Sagasta, Cádiz), Metrouna (Tetuán), Carteia (San Roque, Cádiz) o Septem (Ceuta), que en ámbito regional atestiguan la producción
de tinte púrpura –remitimos a las Actas de la III Reu
nión de Arqueomalacología de la Península Ibérica
para las referencias precisas respecto a estos talleres-.
El ejemplo más cercano es precisamente el de Carteia, en la Bahía de Algeciras (s. IV d.C.), en el cual
se combinaron las actividades de producción purpúrea con el procesado de lapas y burgaíllos (precisamente las dos especies mayoritarias en Baelo Claudia) para el preparado de recursos bromatológicos.
En las Termas Marítimas baelonenses no se trata de
concheros propiamente dichos, aunque los recursos
explotados en estas fechas son muy similares, frente
a la escasez de bivalvos.
Estos nuevos datos son significativos a nivel regional, sumándose a los escasos contextos similares
estudiados y publicados de época tardorromana (especialmente en Carteia, Septem e Iulia Traducta) y
denotan la importancia de la explotación de los re196
cursos marinos por parte de las sociedades que habitaron las aguas del Estrecho de Gibraltar en los últimos siglos de la Antigüedad Clásica.
Agradecimientos
Este artículo es resultado de los proyectos
HAR2013-43599-P del Plan Nacional I+D+i/ Feder,
denominado “Pesquerías y artesanado haliéutico en
el Fretum Gaditanum. Caracterización arqueológica,
arqueozoológica y experimental de las conservas marinas”; y del Proyecto General de Investigación “La
economía marítima y las actividades haliéuticas en
Baelo Claudia. Problemas de atribución funcional en
el barrio meridional”, autorizado por la Consejería de
Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía
(2010-2015).
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y reflexiones en clave de proceso histórico, Actas de
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197
Os moluscos marinhos como recurso alimentar no
Garb al-Andalus dos sécs. XII-XIII: Os sítios de
Cacela Velha (Vila Real de Santo António) e Castelo
de Salir (Loulé)
Maria João Valente1, Soraia Martins2
Resumo
A alimentação das populações do Algarve na Época Almóada (sécs. XII-XIII) incluiu recursos malacológicos de
origem marinha. A partir de dois sítios arqueológicos recentemente estudados — Cacela Velha e Castelo de Salir
— caracterizamos aspetos desses recursos e da sua utilização pelas comunidades islâmicas.
Cacela Velha fica situada no litoral algarvio, no Parque Natural da Ria Formosa. Os vários contextos islâmicos
estudados revelam uma maior abundância de berbigão (Cerastoderma edule), conquilha (Donax trunculus) e ostra
(Ostrea edulis), espécies ainda hoje muito comuns na área. A amêijoa-boa (Ruditapes decussatus) é rara, apesar da
sua atual abundância. Outras espécies, como a vieira (Pecten maximus) e as castanholas (Glycymeris bimaculata,
G. glycymeris e G. nummaria.) devem ter tido usos para lá do alimentar.
O Castelo de Salir localiza-se a cerca de 20 km da costa, na transição do Barrocal para a Serra do Caldeirão. Os
materiais analisados revelaram uma preferência pela amêijoa. A coleção atesta a existência de redes de distribuição
de marisco para zonas mais interiores do território do Garb al-Andalus.
Os dados disponíveis para outros sítios arqueológicos de época islâmica no Sul de Portugal demonstram que
as espécies mais consumidas são a amêijoa, o berbigão, a ostra e a conquilha, sobretudo em áreas onde o acesso a
espécies típicas de ambiente rochoso era difícil.
Palavras-chave: Dieta, Islâmico, Algarve, molusco, zooarqueologia.
Universidade do Algarve, Faculdade de Ciências Humanas e Sociais, Campus de Gambelas, 8000-117 Faro, Portugal.
Centro de Estudos de Arqueologia, Arte e Ciências do Património (CEAACP). mvalente@ualg.pt
2
Colaboradora da Universidade do Algarve, Faculdade de Ciências Humanas e Sociais, Campus de Gambelas, 8000-117
Faro, Portugal.soraiaclm@gmail.com
1
199
Abstract
he diet of the Algarve populations during the Almohad period (12-13th centuries) included marine mollusks.
From two archaeological sites recently studied—Cacela Velha and Castelo de Salir—we characterize those resources and their usage by human communities.
Cacela Velha is located in the south Algarvian coast, within the Ria Formosa Natural Park. he studied Islamic
contexts show a predominance of common cockle (Cerastoderma edule), wedge clam (Donax trunculus) and oyster
(Ostrea edulis), currently common species in the area. However, the most abundant species today, the chequered
carpet shell (Ruditapes decussatus), is rare in the archaeological deposits. Other taxa, such as the great scallop (Pecten maximus) and bittersweet clams (Glycymeris bimaculata, G. glycymeris e G. nummaria) were used for purposes
besides food.
Castelo de Salir is located 20km from the coast, in the transition from the Barrocal to the Serra do Caldeirão
ranges. he studied materials revealed a preference for chequered carpet shell. he collection suggests the existence
of shellish distribution networks connected to more interior areas of Garb al-Andalus.
Other sites from the same period in Southern Portugal yielded a majority of chequered carpet shell, common
cockle, oyster and wedge clam, especially in areas where the access to rocky shores was diicult.
Keywords: Diet, Islamic, Algarve, mollusk, zooarchaeology.
Maria João Valente, Soraia Martins
1. Introdução
Apresentamos dois sítios arqueológicos do
Algarve datados do período medieval islâmico,
cujas faunas malacológicas foram recentemente estudadas: Cacela Velha, localizada na costa
meridional, em plena Ria Formosa, e Castelo de
Salir, sito em zona interior, na transição do Barrocal para a Serra do Caldeirão. Tratam-se de
sítios de características distintas, não só pela sua
localização, mas também pela sua funcionalidade: um seria um aglomerado habitacional fortificado associado à exploração agrícola e marinha;
outro teria uma maior preponderância militar,
mas também apresentando atributos rurais. Ambos os sítios contém depósitos datáveis da Época
Almóada (sécs. XII e XIII).
A partir dos dados obtidos para estes dois locais iremos fazer um ponto da situação atual dos
estudos arqueomalacológicos nos sítios islâmicos
do Sul de Portugal e sua contribuição para a dieta
da altura.
embarcações ao canal que conduzia ao porto de
Tavira. A sul desenvolve-se a laguna interior de
uma das barras arenosas da Ria Formosa, área de
grande geodiversidade e extraordinário ecossistema. Tal riqueza ecológica faz da zona a mais importante em Portugal para a produção de bivalves
(80–90% da produção nacional atual), destacando-se as amêijoas (principalmente a amêijoa-boa,
Ruditapes decussatus) e os berbigões (Cerastoderma edule) (Muzavor, 1991). Outros bivalves com
produção também elevada são as ostras (Ostrea
edulis e Crassostrea angulata) e a conquilha (Donax trunculus).
As escavações arqueológicas realizadas em Cacela entre 1998 e 2007, sob direção de Cristina
Garcia, incidiram em duas áreas distintas: na plataforma superior de Cacela, o Largo da Fortaleza;
e, já fora do perímetro de muralhas, numa plataforma inferior, o Poço Antigo (Fig. 2) (Garcia et
al., 2006; Garcia et al., no prelo b).
2. Cacela Velha
Cacela Velha é um pequeno núcleo fortificado,
localizado no concelho de Vila Real de Santo António, na área oriental do Algarve e implantado
no espaço privilegiado do Parque Natural da Ria
Formosa (Fig. 1).
O sítio posiciona-se sobre uma arriba, dominando para nascente a baía de Monte Gordo até
à foz do Rio Guadiana e para poente o acesso das
Figura 2. Cacela Velha. Vista aérea com localização das áreas
intervencionadas. Foto de Lúcio Alves.
Na área onde se localiza o atual Largo da Fortaleza foram identificados restos de habitações de
período islâmico, associados a um conjunto de
oito silos cheios de materiais cerâmicos e faunísticos (vertebrados e invertebrados; dois deles não
foram escavados), datados da Época Almóada
(sécs. XII–XIII) (Valente et al., no prelo).
Figura 1. Sítios islâmicos no Sul de Portugal com estudos
arqueomalacológicos. Legenda: 1 – Ribāt da Arrifana; 2 –
Alcaria de Arge, 3 – Lixeira de Silves, 4 – Silo 1 de Albufeira,
5 – Castelo de Salir, 6 – Casa das Bicas (Loulé), 7 – Alcáçova
de Mértola, 8 – Cacela Velha.
Fora do perímetro muralhado, numa plataforma inferior na margem da ribeira das Hortas (ou
de Cacela), foi parcialmente escavado o Bairro
Islâmico do Poço Antigo, abandonado na primeira metade do século XIII e onde foi identificada
uma zona habitacional alargada (Garcia 2002;
Garcia et al., no prelo a).
201
Os moluscos marinhos como recurso alimentar no Garb al-Andalus dos sécs...
A fauna malacológica exumada em ambos os locais foi já objecto de estudo em Afonso (2004) e
Valente et al. (no prelo).
2.1. Os moluscos marinhos de Cacela Velha e
caracterização ambiental da Ria Formosa
Da grande quantidade de espécies de moluscos
marinhos recolhida em Cacela a maioria são bivalves
(n=25); os gastrópodes apresentam muito menor diversidade (n=7). A Tabela 1 apresenta a listagem das
espécies identificadas, com indicação genérica do seu
habitat preferido (substrato rígido ou móvel) e zonação batimétrica (i.e. médio, infra e circalitoral). A
última coluna indica a atual frequência das espécies na
Ria Formosa, com base em bibliografia da especialidade. Na Fig. 3 podem observar-se algumas das espécies
recolhidas no Largo da Fortaleza.
A caracterização ambiental dos taxa presentes demonstra a propensão para a recolha de moluscos de
ambientes de fundos móveis (de sedimentos lodosos
e arenosos), nas zonas médio e infralitorais. As comunidades humanas habitantes de Cacela nos sécs. XII
e XIII privilegiariam, assim, a recolha de marisco nas
águas adjacentes, algum dele existente ainda hoje nas
áreas lagunares (e.g. berbigões [Cerastoderma edule])
e nas zonas arenosas de face de praia (e.g. conquilhas
[Donax trunculus]). Existem também alguns animais
que, hoje em dia, encontramos fora da zona interna da
ria, em substratos e zonações diversas, incluindo espécies típicas de ambientes rochosos em zona intermareal
(e.g. mexilhões [Mytilus sp.] e infralitoral (e.g. patasde-burro [Cymbium olla]). A frequência destes nos depósitos arqueológicos é, todavia, muito menor.
Foram igualmente identificados moluscos cefalópodes, através de fragmentos de animal da família Sepiidae (provavelmente o choco Sepia officinalis), e crustáceos cirrípedes pela presença de cracas (Balanus sp.)
2.2. Largo da Fortaleza
O material malacológico de idade islâmica exumado
na área da Fortaleza perfaz mais de 52 kg. Os contextos
aqui considerados estão distribuídos por dois momentos cronológicos: os níveis islâmicos propriamente ditos e os níveis considerados de abandono.
Para a análise quantitativa deste material, são apresentados dois índices: o Número de Restos Determinados (NRD; equivalente ao NISP inglês) e o Número
Mínimo de Indivíduos (NMI). A metodologia adotada para o cálculo do NMI encontra-se descrita em Valente et al. (no prelo).
Figura 3. Algumas das espécies recolhidas no Largo da
Fortaleza em Cacela Velha. Legenda: 1 – Acanthocardia
echinata, 2 – Acanthocardia tuberculata, 3 – Cerastoderma edule,
4 – Laevicardium crassum, 5 – Donax trunculus, 6 – Glycymeris
bimaculata (espécime erodido), 7 – Glycymeris nummaria,
8 – Eastonia rugosa, 9 – Lutraria lutraria, 10 – Mactra glauca,
11 – Ostrea edulis, 12 – Cymbium olla, 13 – Pecten maximus,
14 – Charonia lampas.
202
Os restos de moluscos correspondentes à ocupação
islâmica e seu abandono são abundantes (Tabela 2).
No geral, os espécimes apresentam-se em bom estado.
São raros os que evidenciam carbonização, o que pode
indicar que grande parte dos moluscos eram consumidos em cru (eventualmente com algum condimento)
ou após passagem rápida pelo fogo, sem deixar marcas,
apenas para abrir as valvas e facilitar o acesso à parte
comestível do animal.
A grande maioria da coleção (+7700 NRD) provém
dos vários silos de preenchimento islâmico. As abundâncias de espécies variam conforme os silos, apesar
de, no geral, as espécies maioritárias serem o berbigão
Maria João Valente, Soraia Martins
Habitat
CLASSE / Família Espécie
Nome comum
RIG
MOV
Zonação
Medio
Infra
•
•
Circa
RF
BIVALVIA
•
Anomiidae
Anomia ephippium (Linnaeus, 1758)
—
Cardiidae
Acanthocardia echinata (Linnaeus, 1758)
Berbigãosarilho
•
Acanthocardia tuberculata (Linnaeus, 1758)
Berbigãogrande
•
•
•
R
Cerastoderma edule (Linnaeus, 1758)
Berbigão
•
•
•
CC
Laevicardium crassum (Gmelin, 1791)
Berbigãolustroso
•
•
•
•
R
•
R
•
R
Donacidae
Donax trunculus (Linnaeus, 1758)
Conquilha
•
Glossidae
Glossus humanus (Linnaeus, 1758)
—
•
•
•
•
RR
Glycymeridae
Glycymeris bimaculata (Poli, 1795)
Castanhola
•
•
•
RR
Glycymeris glycymeris (Linnaeus, 1758)
Castanhola
•
•
•
RR
Glycymeris nummaria (Linnaeus, 1758)
Castalhola
•
•
C
R
Hiatellidae
Panopea glycimeris (Born, 1778)
Taralhão
•
•
R
Mactridae
Eastonia rugosa (Helbling, 1779)
—
•
•
R
Lutraria lutraria (Linnaeus, 1758)
Taralhão
•
•
C
Mactra glauca (Born, 1778)
Ameijolaamarela
•
•
C
Mactra stultorum (Linnaeus, 1758)
Amêijoa-lisa
•
•
R
Spisula solida (Linnaeus, 1758)
Amêijoabranca
•
•
•
R
•
•
R
Mytilidae
Mytilus edulis (Linnaeus, 1758)
Mexilhão
ou/e Mytilus galloprovincialis (Lamark, 1819)
•
Pectinidae
Talochlamys multistriata (Poli, 1795)
•
Vieira
•
•
•
•
Pecten maximus (Linnaeus, 1758)
Vieira
Ostridae
Ostra edulis (Linnaeus, 1758)
Ostraredonda
Pharidae /
Solenidae
Ensis sp. / Solen marginatus (Pulteney, 1799)
Lingueirão
•
•
•
C
•
Solecurtidae
Solecurtus strigilatus (Linnaeus, 1758)
—
Veneridae
Callista chione (Linnaeus, 1758)
Ameijola
Chamelea gallina (Linnaeus, 1758)
Pé-deburrinho
Ruditapes decussatus (Linnaeus, 1758)
Âmeijoa-boa
Cerithiidae
Cerithium vulgatum (Bruguière, 1792)
—
Fasciolariidae
Fusinus sp.
—
Muricidae
Bolinus brandaris (Linnaeus, 1758)
Búzio-fémea
Hexaplex trunculus (Linnaeus, 1758)
Búzio-macho
•
•
Charonia lampas (Linnaeus, 1758)
Buzina
•
•
Turritellidae
Turritella communis (Risso, 1826)
Turritelacomum
•
Volutidae
Cymbium olla (Linnaeus, 1758)
Pata-de-burro
•
•
•
R
CC
•
C
•
R
•
R
•
•
C
•
•
CC
•
•
GASTROPODA
Ranellidae
•
•
•
•
•
•
C
•
•
RR
•
•
C
•
•
C
•
•
R
•
?
•
C
Tabela 1. Lista das espécies de moluscos marinhos presentes em Cacela Velha. Legenda: Tipo de habitat (rochoso ou móvel) e
respetiva zonação (médio, infra ou circalitoral). Na última coluna é indicada a atual frequência na Ria Formosa: CC – muito
comum, C – comum, R – rara, RR – muito rara. Fontes: Silvestre e Baptista, 1980; Fischer et al., 1987; Poppe e Goto, 1993;
Saldanha, 1995; Hayward et al., 1998; Borges, 2007.
203
Os moluscos marinhos como recurso alimentar no Garb al-Andalus dos sécs...
SÍTIO /
(LF, Islâmico)
Cacela (LF, Islâmico)
CacelaCacela
(LF, Abandono)
CONTEXTO
SÍTIO /
CONTEXTO
PERÍODO
Sécs. XII-XIII
PERÍODO
NRD
Sécs. XIISéc. XIII
XIII
Sécs.
Séc.XII-XIII
XIII
NRD
NRD
NMI
Cacela (LF, Abandono)
Cacela (PA)
Castelo de Salir Cacela (PA)
NMI NMI
NRD NRD
Sécs. XII-XIII
NRD NMI
Sécs. XIIXIII
NMINRD
Castelo de S
Sécs. XII-X
NRD
BIVALVIA
BIVALVIA
Cerastoderma
edule
4103
53,2%
Cerastoderma
2043 59,2%
edule
4103 53,2%
Donax trunculus
1520
19,7%
trunculus
723Donax
20,9%
894
1520 19,7%
723
76,5%
449 77,7%
20,9%26,3%
894
52
Glycymeris
(várias espécies)
131
1,7%
Glycymeris
73
2,1%
4
(várias espécies)
131
0,3% 1,7%
2
2,1% 7,6%
4
15
Mytilus edulis /
M.galloprovincialis
14
0,2%
3
Pecten maximus
187
2,4%
maximus6
71Pecten
2,1%
187
0,5% 2,4%
3
Ostrea edulis
1225
15,9%
edulis 31
306Ostrea
8,9%
1225
306
2,7% 15,9%
8
1,4%
8,9% 28,3%
31
56
Ruditapes
decussatus
211
2,7%
Ruditapes
88
2,5%
decussatus
211 2,7%
88
17,6%
101 17,5%
206 817
17,6%
101 333
17,5% 93,5%
6
3,0%
62,5% 3,0%
93,7%
Outros taxa
295
3,8%
taxa 26
124Outros
3,6%
295
2,2% 3,8%
13
3,6% 9,6%
26
19
2,2%
0,0%
1
0,1%
1
0,3%
1
0,1%
9
1,0%
3
0,8%
9
1,0%
206
1
0,0%
1
Patella
0,0%
(várias espécies)
Monodonta
lineata / M. edulis
Monodonta
lineata / M. edulis
Stramonita
haemastoma
Stramonita
haemastoma
Outros taxa
22
0,2%
3
71
0,5%
124
2,2%
2,4%
11
23
3,1%
76,5% 449 77,7% 52
21
2,4%
26,3%
0,3% 1,5%2
13
0,3%
5
15
1,4%
7,6%
13
1,5%
0,5% 1,3%3
11
0,5%
3
23
0,8%
11,6%
11
1,3%
1,4%
56
28,3%
0,1%
2,1% 11,6%
6
23
2,7%
8
13
2,2%
19
817 93,7%
9,6%
0,3%
taxa
20Outros
0,6%
2
1
0,0%
22
0,2% 0,3%
2
1
20
0,3%
2
40,6% 2,0%
0,2%
2
0,3%
4
2,0%
Pollicipes
Pollicipes
7709
TOTAL
3452
1169
7709
578
3452 198
1169 872
578 356
198
Tabela 2. Quantificação de moluscos marinhos (e Cirripedia) em sítios islâmicos no Sul de Portugal. Legenda: NRD – Número
de Restos Determinados (=NISP). NMI = Número Mínimo de Indivíduos. Fontes: Moreno-Nuño, 1993 (Mértola, Alcáçova);
Antunes, 1996 (Mértola, Casa II); Afonso, 2004 (Cacela, Poço Antigo); Gonçalves et al., 2007 (Lixeira de Silves); Callapez, 2011
(Ribāt Arrifana); Callapez, 2012 (Silo 1 de Albufeira); Branco e Valente, no prelo (Bicas, Loulé); Martins, no prelo (Castelo
Salir); Valente et al., no prelo (Cacela, Largo da Fortaleza).
(Cerastoderma edule) e a conquilha (Donax trunculus),
seguidas da ostra (Ostrea edulis). A quantidade de material presente em cada silo varia muito, sendo que o silos 3 e 7 tinham grandes quantidades (+4500 e +2000
NRD, respetivamente), enquanto os silos 1 e 5 continham quantidades exíguas (66 e 4, respetivamente) (Valente et al., no prelo).
Os depósitos interpretados como correspondentes
à última fase da ocupação almóada (i.e. abandono)
tinham menos quantidade de material. Neles a espécie
mais frequente é a conquilha (Donax trunculus), seguida da amêijoa-boa (Ruditapes decussatus) (Tabela 2).
Não deixa de ser curioso que a amêijoa apareça em
números comparativamente tão reduzidos durante o
204
11,6%
CIRRIPEDIA
CIRRIPEDIA
TOTAL
14
73
0,3%
21
GASTROPODA
GASTROPODA
Patella
(várias espécies)
Mytilus edulis /
0,1%
M.galloprovincialis
2043 23
59,2%11,6%
grosso da ocupação islâmica, para depois aumentar de
forma evidente na fase de abandono, a par do desaparecimento absoluto de berbigão (Cerastoderma edule).
2.3. Poço Antigo
A escavação arqueológica da zona extramuralhas,
correspondente ao Bairro Islâmico, decorreu em 1998
e 2001. Foram postas a descoberto três habitações, de
pequena ou média dimensão (Garcia 2002; Garcia et
al., no prelo b). Nesta área também foram recolhidos
materiais diversos, incluindo louça de cozinha e de
mesa, bem como restos faunísticos, onde se registou
alguma malacofauna. De notar, contudo, que a recolha dos materiais zooarqueológicos no Poço Antigo
872
Maria João Valente, Soraia Martins
Salir
Ribāt da
Arrifana
Lixeira de Silves
Silo 1
(Albufeira)
Bicas
Mértola (Alcáçova)
Mértola
(Casa II)
Séc. XII
Sécs. XII-XIII
Sécs. XII-XIII
Séc. XIII
Sécs. XII-XIII
Sécs. XII-XIII
NMI
NMI
NMI?
NRD
XIII
%
%
%
NMI
11
5
3
% 333
3,1%
1,4%
0,8%
93,5%
39
0,1%
866
42,0%
24
2,3%
54
21,6%
1
0,1%
4
1,6%
12
0,0%
29
1,4%
39
3,7%
3383
10,5%
14
0,7%
267
25,1%
13
0,6%
30
2,8%
5
2,0%
4
NMI
NRD
9
10,3%
7
24,1%
2
0,9%
9
10,3%
3
10,3%
2
0,9%
12
5,4%
19
0,1%
70
3,4%
26
2,4%
3
1,2%
6
6,9%
2
6,9%
7
3,2%
214
0,7%
1038
50,3%
265
24,9%
182
72,8%
60
69,0%
14
48,3%
198
89,2%
82
0,3%
24
1,2%
30
2,8%
2
2,3%
2
6,9%
1
0,5%
1
1,1%
1
3,4%
%
1
0,3%
4309
13,4%
106
10,0%
%
3
0,8%
3329
10,3%
252
23,7%
5672
17,6%
12
1,1%
337
1,0%
12
1,1%
14774
45,9%
356
NRD
32174
8
2062
0,4%
1064
2
250
0,8%
87
29
222
Tabela 2. (Continuação).
não foi feita de forma sistemática, resultando assim
numa pequena amostra do que ali se encontrava.
Os restos de conchas contabilizam um total de
198 espécimes e estão em bom estado de preservação
(Afonso, 2004; Garcia et al., no prelo a). Há uma
maior abundância da ostra (Ostrea edulis) e da conquilha (Donax trunculus), seguida do berbigão (Cerastoderma edule) e da vieira (Pecten maximus). Tal
como nos contextos do Largo da Fortaleza, a amêijoaboa (Ruditapes decussatus) é rara (Tabela 2).
de valvas direitas de vieiras (Pecten maximus) junto
a uma estrutura de combustão localizada na cozinha
(Fig. 4) presume a sua utilização como utensílio para
transporte ou doseadoras de líquidos.
Das conchas exumadas, poucas evidenciam
carbonização. Segundo Afonso (2004) algumas
(como as ostras) ostentam fraturas provavelmente
provocadas por ação humana, para acesso às partes
moles do animal.
Nem todos os espécimes terão tido uso meramente
alimentar. A existência, por exemplo, de um conjunto
Figura 4. Poço Antigo (Cacela Velha). Habitação com estrutura
de combustão rodeada de conchas de vieira (Pecten maximus).
Foto de C.T. Garcia.
205
Os moluscos marinhos como recurso alimentar no Garb al-Andalus dos sécs...
2.4. Sumário dos dados
Apesar da distinção numérica dos moluscos presentes nos vários contextos de Cacela, parece ser óbvio que
os seus habitantes durante os sécs. XII e XIII tinham
nos animais marinhos locais um importante recurso,
principalmente alimentar.
Existe alguma variabilidade nas espécies presentes e
na sua abundância relativa nos vários depósitos e momentos de ocupação; não obstante, as espécies preferidas mantêm-se as mesmas: o berbigão (Cerastoderma
edule), a conquilha (Donax trunculus) e a ostra (Ostrea
edulis). Qualquer uma destas espécies é hoje muito comum por toda a Ria Formosa.
O berbigão é a espécie que hoje detém menor valor
comercial no Algarve. Prefere águas pouco profundas,
normalmente de entremarés, e pode ser capturado com
alguma facilidade, em especial durante a maré-baixa.
A conquilha prefere ambientes mais próximos do mar,
com substratos arenosos e salinidade normal, mas partilha com o berbigão a propensão por águas de pouca
profundidade e mediolitorais, bem como a facilidade
de captura. A ostra é a espécie que fornece mais alimento por indivíduo, pois a parte mole, de valia alimentar,
atinge tamanho muito maior que o berbigão e a conquilha. A sua carne é, aliás, desde há muito considerada
uma iguaria. Segundo Shatzmiller (1994: 178-179),
no Mediterrâneo islâmico, as atividades ligadas à pesca
e marisqueio assumiam particular relevo e a recoleção
das ostras foi uma das que adquiriu estatuto especializado, dando origem ao “pescador de ostras”.
A alternância das quantidades destas espécies pode
estar relacionada com o ecossistema da época, refletindo a sua abundância nos bancos locais de marisqueio.
As amêijoas-boa (Ruditapes decussatus) assumem
uma situação particular. Atualmente, esta é a espécie
mais comercializada na Ria Formosa, algo que não se
reflete nos depósitos ora estudados, onde a amêijoa-boa
nunca tem estatuto maioritário.
poderia decorrer dos fenómenos de galgamento da
barra arenosa frontal, ainda hoje frequentes, inibindo o desenvolvimento de viveiros de amêijoa.
2. Falta de afinidade lagunar das populações da altura, pois a amêijoa-boa trata-se de “uma espécie tipicamente lagunar, maioritariamente presente em
locais de vasa/arenosa e vasa em zonas interiores da
Ria Formosa” (Afonso, 2004: 51).
3. Uma outra possibilidade prende-se com questões
culturais ou de preferência culinária, mas esta afigura-se-nos menos provável face à abundância que
esta espécie têm noutros sítios islâmicos do Sul de
Portugal (ver secção 4).
4. Grande importância comercial da amêijoa-boa, levando à sua exportação para fora de Cacela, restando poucos espécimes para consumo das comunidades locais.
Finalmente, note-se que, apesar da maior parte da
utilização destes moluscos ter sido alimentar, existem
algumas espécies, como as castanholas (Glycymeris
bimaculata, G. glycymeris e G. nummaria) e as vieiras
(Pecten maximus), que podem ter tido outras funções,
sejam elas de cariz doméstico (como transportadoras
ou doseadoras de material líquido) ou apoio a outras
atividades (como, por exemplo, pesos de pesca). No
caso das castanholas algumas delas terão sido apanhadas após a sua morte, evidenciando elevada erosão biostratonómica (veja-se, por exemplo, o n.º 6 da Fig. 3).
3. Castelo de Salir
O Castelo de Salir localiza-se no interior da região
do Algarve, mais precisamente na zona do Barrocal Algarvio, no concelho de Loulé. Pela sua localização, terá
servido como entreposto de ligação entre o Algarve e as
planícies interiores alentejanas. Dista atualmente c. 20
km da costa meridional (Fig. 1).
O contexto que reflete uma maior captura de amêijoa-boa é o do Abandono islâmico (c. 18%; Tabela 2);
em todos os outros depósitos do período islâmico a sua
presença é diminuta (>3%). Este facto pode dever-se a
vários fatores:
A construção islâmica do Castelo de Salir deveu-se
à grande instabilidade política dos reinos de taifa e as
constantes investidas dos cristãos a sul, durante o século XI (Martins, no prelo). Ao longo da sua atividade,
nomeadamente durante a época Almóada, o castelo
teve a função de defesa do Garb al-Andaluz.
1. Na época a amêijoa-boa poderia não ser abundante nas zonas adjacentes às ocupações. Esta situação
Os trabalhos arqueológicos iniciaram-se em 1987,
sob a direção de Helena Catarino da Universidade de
206
Maria João Valente, Soraia Martins
Coimbra, e prolongaram-se intermitentemente até
1998. Ao longo das intervenções foram postos a descoberto troços da muralha albarrã e várias estruturas
almóadas, com espaços habitacionais e silos (Catarino,
1999/2000: 77-128). Foram também exumados vários
materiais, incluindo cerâmicas, vidros, metais e fauna
de vertebrados e invertebrados. A fauna foi estudada
no âmbito da tese de mestrado de uma das signatárias
(Martins, 2013; Martins, no prelo).
Neste trabalho focamos, somente, a fauna malacológica encontrada nos silos com material inequivocamente islâmico: silos 1, 2 (nível 4 apenas), 3 e 8. Isto
significa uma amostra de 872 restos malacológicos de
um total de 4203 recolhidos no sítio (Tabela 2). Os
dois primeiros silos apresentam poucos espécimes; já
os restantes têm maior quantidade e variedade taxonómica (Martins, no prelo). É ainda importante referir que é provável que este material seja de depósitos
almóadas; contudo, será possível alguma mistura de
materiais almorávidas.
A malacofauna analisada é relativamente homogénea. Foi possível identificar um total de oito taxa,
com predominância dos bivalves, sendo que a grande
maioria dos restos são de amêijoas-boa (Ruditapes decussatus). As restantes espécies são muito menos abundantes, nenhuma perfazendo mais de 2,5%. Note-se
todavia que, na restante fauna malacológica presente
em Salir (alguma dela talvez também de época também
islâmica), o berbigão é uma espécie bastante frequente
(Martins, 2013).
A coleção encontrava-se em muito bom estado de
conservação e, em alguns casos, foi possível verificar
marcas de carbonização.
Ao contrário de Cacela, os moluscos marinhos presentes em Salir são de origem alóctone, atestando a
existência de redes de distribuição de marisco para zonas mais interiores do território algarvio.
4. Dados comparativos: sítios islâmicos
no Sul de Portugal com fauna
malacológica
Dispomos de vários estudos, mais ou menos detalhados, sobre fauna malacológica em sítios islâmicos do
Sul de Portugal (Fig. 1): o Ribāt da Arrifana (Aljezur;
Callapez, 2011), a Alcaria de Arge (Portimão; análise a
decorrer), a Lixeira de Silves (Gonçalves et al., 2007), o
Silo Islâmicos de Albufeira (Callapez, 2012), Casa das
Bicas (Loulé; Branco e Valente, no prelo) e dois contextos dentro da Alcáçova de Mértola (Moreno-Nuño,
1993; Antunes, 1996).
Localizado na costa ocidental do Algarve, num
ambiente de características rochosas, o Ribāt da Arrifana (Aljezur) é um sítio de funcionalidade essencialmente político-militar, mas integrando-se também
numa estratégica económica e religiosa (Gomes e
Gomes, 2011). Com uma arquitetura complexa, que
incluí mesquitas, espaços habitacionais e minarete,
este ribāt terá sido fundado cerca de 1130, sendo
abandonado algumas décadas mais tarde. O material
exumado data do séc. XII, entre as épocas Almorávida
e Almóada. Habitado por monges-guerreiros, os vestígios alimentares são maioritariamente de moluscos
marinhos, apesar de existirem também restos de mamíferos e aves (Antunes, 2011).
A fauna marinha identificada avulta a mais de
114.000 restos, correspondentes a cerca de 32.000 indivíduos (Tabela 2). Estes materiais foram recolhidos
em dois sectores principais e duas camadas distintas
apesar de coincidentes no período. A lista de moluscos
é muito vasta, com mais de 50 taxa, na sua maioria classificados ao nível da espécie (Callapez, 2011). Avultam
os espécimes de cirripídeos (Pollicipes pollicipes) e gastrópodes (Stramonita haemastoma, Monodonta lineata e várias espécies de Patella). De entre os bivalves,
o mexilhão (Mytilus edulis) é também relevante. Nesta
coleção é evidente a recorrência de espécies locais, recolhidas em ambiente rochoso.
Escavado em 2001, sob a direção de Armando Sabrosa (Sabrosa et al., 2005), o sítio da Alcaria de Arge
fica localizado na área da confluência da ribeira de
Boina com o Rio Arade, atualmente a 6 km da costa
meridional do Algarve. Trata-se de um aglomerado habitacional de características rurais, como outros que se
desenvolveram em torno de Silves durante o período
islâmico, e que aproveitou certamente a boa visibilidade da área em sua volta e a navegabilidade do rio, bem
como o fácil acesso aos recursos estuarinos (para a caça
de aves locais, pesca e recolha de bivalves).
Nele foram identificadas várias estruturas, nomeadamente um amplo núcleo habitacional com numerosos compartimentos e 11 silos. A cerâmica exumada é
típica da Época Almóada (sécs. XII e XIII) e o abandono do sítio deve estar relacionado com a conquista cristã da cidade de Silves em meados do séc. XIII.
207
Os moluscos marinhos como recurso alimentar no Garb al-Andalus dos sécs...
De entre a fauna recolhida abundam os restos de invertebrados, mas existem também mamíferos, aves e peixes
(Moreno-García et al., 2008).
Os materiais malacológicos encontram-se ainda em
fase de estudo (na Universidade do Algarve, sob a direção de uma das signatárias [MJV]) e ainda não há dados quantitativos finais. Contudo, de entre as espécies
já identificadas, estão a amêijoa-boa (Ruditapes decussatus), a vieira (Pecten maximus), as castanholas (várias
espécies de Glycymeris) e o mexilhão (Mytilus sp.). Os
moluscos mais abundantes são, todavia, o berbigão
(Cerastoderma edule) e a ostra (Ostrea edulis). Estas espécies, de carácter eminentemente estuarino, atestam a
preferência pela recolha de moluscos nas áreas adjacentes ao sítio.
A chamada Lixeira de Silves localiza-se num conjunto de estruturas urbanas, assinaladas na zona sudoeste da cidade homónima, a cerca de 50m do atual
Rio Arade. Foi escavada em 2001 pelo Gabinete de
Arqueologia, Conservação e Restauro da Câmara Municipal de Silves. No curso desses trabalhos identificouse uma grande estrutura, talvez para abastecimento e
condução de água que, depois de desativada, terá servido como lixeira durante a Época Almóada. Foram
ali assinalados inúmeros materiais arqueológicos, onde
abundam os restos faunísticos, tanto de vertebrados
(Gonçalves, 2006; Davis et al., 2007) como de invertebrados (Gonçalves et al., 2007).
Trata-se de uma coleção vasta, com mais de 4500 restos de moluscos que contabilizaram 2354 indivíduos
pertencentes a 22 taxa diferentes. A grande maioria
são bivalves marinhos, donde se salientam as amêijoasboa (Ruditapes decussatus) e o berbigão (Cerastoderma
edule) (Tabela 2). As ostras (Ostrea edulis) são menos
numerosas. Grande parte dos espécimes são alóctones,
tendo sido recolhidos em meio estuarino ou lagunar,
provavelmente no estuário do Rio Arade, localizado a
cerca de 10 km de Silves.
Os autores do estudo notam também que algumas
espécies (como a castanhola [Glycymeris glycymeris],
a vieira [Pecten maximus] e até mesmo a ostra [Ostrea
edulis]) terão tido outras utilizações para lá das alimentares (como pesos de pesca, por exemplo).
Localizado em Albufeira, junto à costa meridional do Algarve, existe um contexto medieval islâmico (denominado “Silo 1”), de Época Almóada
(Callapez, 2012). A coleção de moluscos marinhos
208
estudada compreende cerca de 1100 exemplares,
na sua grande maioria interpretados como restos
alimentares. Nela se salientam o mexilhão (Mytilus
edulis), a amêijoa-boa (Ruditapes decussatus) e o caramujo (Monodonta edulis).
O autor do estudo menciona também a probabilidade de outras espécies, como as castanholas (Glycymeris g. e G. violascens), terem sido utilizadas como
pesos de rede de pesca. As vieiras (Pecten maximus)
podem ter sido utilizadas como espátulas para recolha
de bivalves.
A “Casa das Bicas” situa-se na zona histórica de
Loulé. Durante as intervenções arqueológicas, entre 2006 e 2013, pela Divisão de Cultura e Turismo
da Câmara Municipal de Loulé, foram postas a descoberto estruturas de um edifício balnear de Época
Islâmica (Luzia, 2008). De entre os vários materiais
exumados encontram-se faunas, incluindo mamíferos, aves e moluscos.
Alguns desses materiais faunísticos, provenientes
de uma área circunscrita fora da zona balnear, que terá
sido utilizada como lixeira na Época Almóada (séc.
XIII), foram recentemente estudados por Branco e Valente (no prelo).
Nesta pequena coleção contabilizaram-se 328 restos
de fauna malacológica, dos quais foram classificados
284 (87%), que se agrupam em oito taxa de bivalves
e gastrópodes. Nota-se a predominância da amêijoaboa (Ruditapes decussatus). O berbigão (Cerastoderma
edule) também é relativamente abundante. As conchas
com evidência de carbonização são raras.
Uma vez que Loulé se situa numa área a relativa distância da costa e do estuário mais próximo (c. 9 km em
linha recta), os moluscos marinhos são certamente de
origem alóctone.
Localizada no interior do território alentejano,
numa elevação na margem direita do rio Guadiana,
imediatamente a montante da confluência da ribeira de
Oeiras, a vila de Mértola é reconhecida pela sua riqueza
arqueológica (e.g. Macias, 1996). Contudo, apenas dois
contextos do interior da Alcáçova, datáveis do séc. XIII,
têm materiais malacológicos estudados e publicados:
uma área restrita escavada em 1990-91 (Moreno-Nuño,
1993) e a Casa II (Antunes, 1996). Em ambos os contextos predominam os bivalves marinhos, com grande
abundância de amêijoas-boa (Ruditapes decussatus).
Maria João Valente, Soraia Martins
5. Discussão dos dados e conclusões
O primeiro aspeto a salientar é que quase todos os
contextos com estudos arqueomalacológicos datam
da Época Almóada (sécs. XII–XIII). A única exceção
é o Ribāt de Arrifana, cuja ocupação corresponde à
transição da Época Almorávida para a Almóada (séc.
XII). Aliás, esta é uma realidade geral dos sítios de idade islâmica no Algarve: a grande maioria corresponde
ao momento mais tardio da presença muçulmana no
Garb al-Andalus.
A regularidade da presença de moluscos marinhos
em contextos islâmicos atesta bem a sua importância
nos hábitos alimentares das populações, em especial
aquelas que habitavam próximo da costa. Infelizmente, os tratados de agricultura, de alimentos e de hisba
para a Andaluzia — como o Kitab al-Filaha (“Livro da
Agricultura”) do sevilhano Ibn al-Awwam ou o Kitab
al-Agdiya (“Tratado dos Alimentos”) do também andaluz Abū Marwān Ibn Zuhr — nada referem sobre os
moluscos marinhos.
No geral, as espécies mais abundantes nestes sítios
são a amêijoa-boa (Ruditapes decussatus), o berbigão
(Cerastoderma edule), a ostra (Ostrea edulis) e a conquilha (Donax trunculus), em especial nos locais onde
o acesso a espécies típicas de ambientes rochoso é difícil. A amêijoa está por vezes ausente ou rareia nos
contextos que, a priori, estariam próximos dos locais
naturais de captura. Tal é o caso dos contextos de Cacela ou da Alcaria de Arge, onde esta espécie surge em
quantidade comparativamente reduzida. É, todavia,
predominante nos contextos mais afastados das zonas
de recolha (Salir, Mértola, Silves, Loulé) demonstrando o seu êxito comercial e preferência gastronómica,
bem como a existência de redes de distribuição de
marisco para zonas mais interiores do território. Por
ora a razão desta situação não é bem conhecida, mas
parece-nos que a amêijoa poderia ter um significado
económico e culinário particular, tornando-a a espécie mais apetecida nos mercados e, consequentemente, menos abundante nos sítios adjacentes aos locais
de captura que talvez a exportassem.
Nas coleções analisadas são poucas as evidências de
carbonização, o que parece atestar um processamento
culinário simples e/ou sem contato direto com o fogo.
De notar que em vários dos contextos estudados
é comum a presença de taxa que podem ter aproveitamento não alimentar, como a vieira (Pecten maxi-
mus) e as castanholas (várias espécies de Glycymeris).
As conchas destes animais, de consistência robusta, seriam muitas vezes usadas como elementos decorativos
ou ornamentais, ou como pesos de pesca ou instrumentos para tarefas manuais. É, aliás, possível que a maioria
delas fossem apanhadas após a morte do animal. Tal
hipótese é reforçada pelo facto dos espécimes recolhidos corresponderem a valvas desarticuladas e, frequentemente, com evidências de abrasão biostratonómica.
Agradecimentos
À Cristina Garcia pelo apoio e incentivo ao estudo
zooarqueológico de Cacela. À Patrícia Dores e Catarina Oliveira, do Centro de Interpretação e Informação
do Património de Cacela (CIIPC)/Câmara Municipal
de Vila Real de Santo António. À Isabel Luzia e Alexandra Pires, da Divisão de Cultura e Turismo da Câmara
Municipal de Loulé. À Cristina Dores, da Universidade do Algarve, pela ajuda na lavagem dos materiais e
seu acondicionamento. Ao João de Deus Gomes e à
Eliana Goufa que colaboraram no estudo dos contextos no Largo da Fortaleza em Cacela. Finalmente, ao
Centro de Estudos de Arqueologia, Arte e Ciências do
Património (CEAACP), que concedeu um importante apoio para a deslocação de uma de nós à IV Reunião
Científica de Arqueomalacologia da Península Ibérica.
Agradecemos ainda aos dois revisores que, com as
suas sugestões, ajudaram a melhorar este trabalho.
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211
Explotación, conserva y comercio de moluscos en
época histórica: el caso de Taramancos
(Noia, A Coruña, Galicia)
Eduardo González Gómez de Agüero1, Víctor Bejega García1, Carlos Fernández Rodríguez1
Resumen
En el año 2011 con motivo de la realización del corredor Brión-Noia, se descubrió en la población de Taramancos, sobre una pequeña elevación con amplia visibilidad sobre la Ría de Noia-Muros, un yacimiento desconocido
hasta la fecha. La intervención se centró en la superficie ocupada por la traza, sacando a la luz diversas estructuras,
así como 17 acumulaciones de conchas de diverso tamaño. En el presente trabajo analizaremos la composición
malacológica de dos de estos depósitos. Estos se componen principalmente por dos taxones: Ostrea edulis y Cerastoderma edule, lo que parece indicar un interés específico por el marisqueo de estas especies, posiblemente destinado a su procesado y comercialización, como parecen indicar también las fuentes escritas.
Palabras clave: Arqueomalacología, Ostra (Ostrea edulis), Berberecho (Cerastoderma edule), Baja Edad Media –
Edad Moderna, Galicia (Noroeste Ibérico).
Abstract
The site of Taramancos is located on a small hill with wide visibility over the Muros-Noia Estuary (A Coruña,
Galicia). In 2011 an archaeological rescue excavation unearthed various structures and archaeological materials.
Evidence has been found of the site having been inhabited at different points in time: in prehistoric times (possibly
during the Bronze Age), in Galaico-Roman and Roman times, as well as during the Middle Ages and later in the
Modern Age. Seventeen shell middens were excavated. This paper presents the results of the malacological analysis
of two of these shell middens, formed containing oysters and common cockles. The analysis links the archaeological record with the processing and trade of oysters and common cockles in Galicia during the Late Middle Ages
and Early Modern History (15th-17th centuries). Written documentation is essential to support the results.
Key words: Archaeomalacology, Oyster (Ostrea edulis), Common cockle (Cerastoderma edule), Late Middle
Ages - Modern History, Galicia (Northwest Iberia).
Area de Prehistoria, Departamento de Historia, Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de León. Campus de
Vegazana s/n – 24071 León (España). arqueomalacoleon@hotmail.es; cferr@unileon.es
1
213
Explotación, conserva y comercio de moluscos en época histórica: el caso de Taramancos...
1. Introducción
Las intervenciones arqueológicas en periodos históricos de cronologías post-romanas han estado tradicionalmente más centradas en la recuperación y puesta
en valor de estructuras que en la excavación de los basureros y en el análisis de los restos en ellos existentes.
Además, la existencia de una documentación escrita,
que se hace más cuantiosa a medida que avanzamos en
el tiempo, ha centralizado la atención de los investigadores, apoyándose en la misma para dar respuesta a los
aspectos más variados que caracterizaron a los distintos
grupos sociales de estos periodos, incluyendo la vida
cotidiana y, por lo tanto, la alimentación (por ejemplo,
VV.AA. 1996; de Castro, 1996).
A lo largo de las dos últimas décadas del siglo pasado, con la promulgación de las distintas leyes de
Patrimonio Cultural (tanto a nivel estatal como autonómico) y las consiguientes normativas de carácter
arqueológico, junto a la mejora (al menos teórica) de
las metodologías de excavación arqueológica, se han
incrementado sustancialmente las intervenciones en
depósitos adscritos a períodos cronológicos recientes
(sobre todo medievales, pero también de época moderna y contemporánea), lo que a su vez ha supuesto la recuperación de unos materiales (artefactos y ecofactos)
cuyo estudio se ha ido haciendo cada vez más habitual.
Fundamentalmente, estas actuaciones han estado enmarcadas en proyectos más amplios de recuperación y
puesta en valor de un bien, pero tampoco son ajenas a
proyectos de investigación que tratan de resolver algún
aspecto que requiere una aproximación arqueológica
(para el ámbito del noroeste, puede verse Varela Campos 2008, 2009, 2010).
Los resultados obtenidos, todavía limitados en el
campo de la zooarqueología (sirvan como ejemplo a
nivel peninsular, Davis, 2006; Costa y Braz, 2007; Castaños et al., 2011), al menos ayudan a complementar
unas fuentes documentales que no siempre atienden
de igual manera a todas las variables de interés para el
conocimiento de la realidad económica y social de un
periodo y zona concreta, puesto que su origen suele
responder a objetivos muy diferentes y se centran en
las clases más privilegiadas (Eiras Roel, 1993, evalúa la
información disponible para la Edad Moderna).
Es en este marco en el que se inscribe el estudio de los
restos malacológicos recuperados en Taramancos. En el
ámbito galaico, la información sobre la recolección, comercio y consumo de moluscos durante la Edad Media
214
y periodos posteriores desde una perspectiva arqueológica es todavía muy limitada, empezando a desarrollarse en estos últimos años algunas analíticas (Álvarez,
Castro, 2010; Bejega et al., 2011), si bien muchos resultados todavía se mantienen inéditos, como los de Castelo da Rocha (Santiago) o Punta Atalaia (San Cibrao),
o solo han sido parcialmente publicados, como Castelo
de Moeche (Fernández Rodríguez, 2007).
2. El yacimiento
El yacimiento de Taramancos (Noia, A Coruña) se
localiza en las inmediaciones de la población del mismo nombre, en una pequeña elevación (en torno a los
20 m s.n.m.) próxima al mar (unos 220 m en la actualidad), con una buena visibilidad de la ría y del entorno
inmediato (Fig. 1). Sin que se contase con referencias
previas que permitiesen presuponer su existencia, el
descubrimiento tuvo lugar en el año 2011, al iniciarse
los trabajos para la construcción del Corredor BriónNoia, siendo la empresa Ambiotec - Medio Ambiente y
Arqueología la encargada de llevar a cabo la correspondiente intervención arqueológica, que fue desarrollada
en distintas fases entre los meses de julio y noviembre
del citado año. Con una función organizativa, el espacio arqueológicamente cautelado fue distribuido
en dos sectores (Sector 1 y Sector 2), separados por el
camino que comunica la aldea de Taramancos con la
zona litoral (playa de Testal), superficie que sería la última en ser excavada (Mosquera Souto, 2012b), siendo
identificada como Sector 3 (Fig. 2). Los Sectores 1 y 2
se organizaron, a su vez, en Áreas.
La información disponible se concreta en dos informes valorativos de la intervención (Mosquera Souto,
2012a, 2012b) y un anexo de la memoria definitiva
todavía no finalizada que se ocupa del estudio del material arqueológico recuperado (Ambiotec, 2014), incluyendo además varios apéndices referentes al informe
de la restauración de diversas piezas, el análisis de los
restos orgánicos de origen marino (González Gómez
de Agüero et al., 2012) y una datación radiocarbónica
que corresponde a un momento ocupacional muy anterior al del estudio que aquí presentamos.
El registro arqueológico es muy diverso y su evaluación no parece sencilla. Se han documentado distintas
fases de ocupación identificadas por la aparición de
un petroglifo con cazoletas, agujeros de poste que en
algún caso conformarían fondos de cabañas, además
de muros que evidencian tanto estructuras circulares
Eduardo González Gómez de Agüero, Víctor Bejega García, Carlos Fernández...
Figura 1. Localización del yacimiento de Taramancos.
Figura 2. Taramancos: Vista aérea de la superficie excavada, delimitando los Sectores establecidos y señalando la ubicación de los
Concheros 1 y 5 (C01 y C05) en el Sector 2.
215
Explotación, conserva y comercio de moluscos en época histórica: el caso de Taramancos...
como construcciones de planta rectangular. El estudio
del material, especialmente de la cerámica y de los restos metálicos (Ambiotec, 2014), refleja una gran heterogeneidad, incluyendo piezas de la Prehistoria Reciente
(tentativamente asignadas a la Edad del Bronce) pero
también de la Edad del Hierro (castreño), época romana, Edad Media e incluso de cronologías más recientes.
3. Material y métodos
En la zona excavada se documentaron un total de 17
acumulaciones de conchas de diferentes dimensiones,
amortizando las estructuras constructivas y sobre los
derrumbes de las mismas (Mosquera Souto, 2012a). El
muestreo de estos depósitos fue realizado por el equipo
que llevó a cabo la excavación. Una vez finalizada la intervención, se nos remitieron para su estudio 13 muestras correspondientes a cinco de estas acumulaciones:
tres localizadas en el Sector 1 (concheros 3, 5b y 9) y dos
en el Sector 2 (concheros 1 y 5).
Si bien los resultados obtenidos del análisis de la fauna marina reflejan unas composiciones similares (González Gómez de Agüero et al., 2012), el restante material arqueológico asociado a estos depósitos refleja, por
lo que se refiere al Sector 1, una gran indefinición. El
análisis de estas piezas, mayoritariamente cerámicas, se
traduce en una amplia variabilidad cronológica que se
extiende desde época galaico-romana hasta, al menos, la
Edad Media (Ambiotec, 2014); en unos concheros que
Figura 3. Vista parcial del Conchero 01 sobre la Estructura 54.
216
no tienen una entidad suficiente como para respaldar
una secuencia de vertidos tan dilatada en el tiempo.
Por ello, y en tanto no se disponga de una explicación
coherente para estos resultados, consideramos que no
es oportuno evaluar los datos obtenidos en el análisis
faunístico de estos depósitos.
La información referente a los dos concheros analizados del Sector 2 resulta más coherente. Ambos se localizan en las cotas superiores de la secuencia documentada, superponiéndose a las estructuras más recientes.
El material inorgánico analizado se identifica principalmente con fragmentos de una cerámica común cronológicamente poco significativa, lo que se refleja en una
adscripción genérica ‘romano/medieval’ o ‘medieval’.
No obstante, del Conchero 1 procede una moneda que
permite una datación post quem bastante precisa: un ceutí portugués acuñado en el siglo XV (Ambiotec, 2014),
lo que apoyaría una cronología bajomedieval o incluso
de primeros momentos de la Edad Moderna para la formación del depósito. Esta misma propuesta cronológica
es la sugerida a partir de los resultados del análisis de la
ictiofauna de estos dos concheros (González Gómez de
Agüero, 2014), en los que se reconoce una actividad centrada en la captura de sardinas y merluzas y donde están
representadas determinadas especies de fondo cuya pesca resulta difícilmente explicable en periodos anteriores.
El Conchero 1 del Sector 2 (que parcialmente también se extendía por el Sector 3) presenta unas dimensiones de 13m de longitud E-O y entre 3,5 y 5,3m de
Eduardo González Gómez de Agüero, Víctor Bejega García, Carlos Fernández...
anchura N-S, con una potencia variable de 10 a 50cm.
Recientemente había sido alterado por dos zanjas para
la instalación de canalizaciones. Se superponía a la Estructura 54, un espacio de planta rectangular que conserva parte de un pavimento enlosado (Mosquera Souto,
2012a) (Fig. 3). De este depósito proceden tres muestras
(S2/C1/R1, S2/C1/R2 y S2/C1/R3) correspondientes
a rebajes regulares de 10cm de potencia tomados en una
columna de 20cm de anchura, procedimiento identificado con un ‘muestreo en columna’ (Bejega, 2008; Bejega
et al., 2010).
El Conchero 5 del Sector 2 no está definido en la
memoria, si bien cubre las estructuras más recientes e incluía cerámica común con la misma adscripción cronocultural que la documentada en el Conchero 1. Del mismo, debido a su escaso espesor, se tomaron tres muestras
en distintos lugares del depósito (S2/C5/M1, S2/C5/
M2 y S2/C5/M3) abarcando cada una toda su potencia
estratigráfica; estrategia denominada ‘muestreo aislado’
(Bejega, 2008; Bejega et al., 2010).
De cada una de las muestras, teniendo en cuenta la
homogeneidad en su composición, se procesó en laboratorio un volumen de 2000 cc (aproximadamente unos
2 kg de peso), considerado suficiente para su caracterización conforme a lo indicado por distintos autores
(por ejemplo, Bowlder, 2006). Se siguieron los procedimientos metodológicos habituales (Stein, 1992; Bejega, 2008), y que podemos resumir en el cribado, triado,
identificación, toma de valores biométricos y cuantificación. El cribado siguió un doble procesado: uno primero
con agua, utilizando una malla de Ø 0´8 mm de luz, y
otro posterior en seco, con malla de Ø 1 mm, lo que asegura una recuperación bastante fiable de todos los restos
identificables de pequeñas dimensiones.
tablecidas por Moreno Nuño (1994) para gasterópodos
y bivalvos. Además, se han calculado los valores de peso
(entendido como la biomasa) para cada especie.
El grado de fragmentación se ha calculado y valorado conforme a la propuesta metodológica de Gutiérrez Zugasti (2009), basada en coeficientes de fragmentación fijos para bivalvos y gasterópodos. El Índice de
Fragmentación oscila entre 0 (muy fragmentado) y 1
(nada fragmentado).
4. Resultados
Atendiendo a los resultados del estudio taxonómico
(Tabla 1), se aprecia un claro dominio de las especies
procedentes del sustrato arenoso-fangoso/fangosorocoso, especialmente del intermareal, si bien con presencia ocasional de especies que ocupan el infralitoral
superior. El sustrato rocoso está representado en mucha
menor medida por especies típicas del intermareal y de
niveles medios-inferiores de la roca.
Figura 4. Ejemplar de Ostrea edulis que conserva las valvas
unidas.
Para la identificación de especies se utilizó básicamente nuestra colección comparativa de referencia, aunque
también se tuvieron en cuenta los criterios específicos establecidos por distintos autores (entre otros, Ramonell,
1985; Mexía, 2000).
En relación con la cuantificación, el Número de Restos (NR) se ha calculado mediante el recuento de los
restos asignado a cada especie. Para aquellas con una
abundante presencia y alta fragmentación (como berberecho o mejillón), se realizó una estimación a partir de
los valores obtenidos del recuento de los restos incluidos
en una fracción del peso total correspondiente a cada especie. Para el cálculo del Número Mínimo de Individuos
(NMI) se utilizaron las categorías de fragmentación es-
Figura 5. Valvas de Cerastoderma edule con muescas en el borde
(posiblemente relacionadas con el sistema de apertura utilizado).
217
218
S2 / C1 / R2
S2 / C1 / R3
NR
%
NMI
%
Peso
IF
NR
%
NMI
%
Peso
IF
Littorina
littorea
6
0,31
4
3,15
10,5
0,5
10
0,17
2
1,04
4,0
0,08
Nassarius
reticulatus
2
0,10
2
1,57
1,5
0,5
Mytilus sp.
486
25,00
13
10,24
62,0
0,02
179
3,13
1
0,52
13,5
Ostrea edulis
509
26,18
9
7,09
302,0
0,03
134
2,34
4
2,08
Cerastoderma
edule
785
40,38
95
74,80
511,0
0,1
5349
93,42
182
Ruditapes
decussatus
41
2,11
1
0,79
28,0
0,02
34
0,59
Solen
marginatus
115
5,92
3
2,36
8,0
0,02
19
0,33
TOTAL
1944
127
923,0
5726
NR
%
NMI
%
Peso
IF
1
0,03
1
0,46
2,0
1
0,003
10
0,32
1
0,46
3,0
0,05
97,0
0,02
9
0,29
1
0,46
16,0
0,1
94,79
939,0
0,04
3075
99,16
212
97,70
1026,0
0,08
1
0,52
17,0
0
4
0,13
1
0,46
4,0
0
2
1,04
3,5
0,05
2
0,06
1
0,46
0,5
0
192
1074,0
3101
217
1051,5
Tabla 1. Estimadores de abundancia de los moluscos identificados en cada muestra (NR-número de restos, NMI-número mínimo de individuos y peso en gramos) e Índices de Fragmentación (IF).
Explotación, conserva y comercio de moluscos en época histórica: el caso de Taramancos...
S2 / C1 / R1
Littorina
littorea
Nassarius
reticulatus
Mytilus sp.
Mimachlamys
varia
Pecten
maximus
Ostrea edulis
Cerastoderma
edule
Ruditapes
decussatus
Venerupis
corrugata
Solen
marginatus
TOTAL
S2 / C5 / M2
S2 / C5 / M3
%
NMI
%
Peso
IF
NR
%
NMI
%
Peso
IF
4
0,30
2
3,03
3,5
0,25
5
0,25
4
5,56
3,0
0,4
19
1,43
19
28,79
0,5
0,5
381
28,65
1
1,52
18,5
0,001
283
14,26
2
2,78
21,0
1
0,08
1
1,52
1,0
0,5
1
0,08
1
1,52
1,0
0
710
53,38
35
53,03
336,0
0,01
1535
77,33
55
76,39
180
13,53
5
7,58
51,5
0,04
140
7,05
8
25
1,88
1
1,52
14,5
0,02
10
0,50
1
11
9
1330
Tabla 1 (Continuación).
0,68
1
66
1,52
3,5
430,0
0,1
1985
NR
%
NMI
%
Peso
IF
0,005
272
38,36
3
25,00
16,0
0,005
773,0
0,02
319
44,99
4
33,33
108,0
0,01
11,11
55,0
0,04
104
14,67
4
33,33
24,0
0,04
1
1,39
5,0
0
14
1,97
1
8,33
5,0
0
0,05
1
1,39
2,0
0,25
0,55
1
1,39
2,0
0
72
861,0
709
12
153,0
Eduardo González Gómez de Agüero, Víctor Bejega García, Carlos Fernández...
S2 / C5 / M1
NR
219
Explotación, conserva y comercio de moluscos en época histórica: el caso de Taramancos...
Se documenta el predominio de dos taxones:
Cerastoderama edule (Linné, 1758) en el Conchero 1 y Ostrea edulis (Linné, 1758) en el Conchero
2, con valores proporcionalmente inversos y en la
mayoría de las ocasiones con frecuencias (en cualquiera de los índices considerados para la cuantificación) superiores a los que corresponden a todas las
demás especies (exceptuando tan solo la muestra 3
del Conchero 5). Debemos señalar que, para ambas
especies, durante el procesado de las muestras no
resultó extraordinario encontrar valvas que pertenecieran al mismo ejemplar, conservándose algunas
todavía unidas (Fig. 4). Por lo que se refiere a C. edule, se ha documentado la presencia recurrente de una
pequeña muesca en el borde de las valvas, pudiendo
corresponder a marcas relacionadas con el sistema
de apertura empleado (figura 5).
La tercera especie mejor representada en cuanto a
número de restos es Mytilus sp. que, como en el caso
de las dos precedentes, está documentada en todas
las muestras analizadas. Sin embargo, no resulta fácil
evaluar su importancia real debido a la fragilidad de
su concha, lo que favorece su elevada fragmentación
(índices globales de 0,02 en el Conchero 1 y de 0,004
en el Conchero 5) (Tabla 1), propiciando un sesgo
favorable si se valora su presencia exclusivamente a
partir del número de restos. No obstante, sus valores
se reducen considerablemente si atendemos al número mínimo de individuos representados.
Los demás taxones identificados suponen valores
anecdóticos en el total de cada muestra, y en ningún
caso su presencia parece reflejar una actividad centrada en su recolección específica, a diferencia de lo que
puede deducirse en el caso de ostras y berberechos.
Tanto Solen marginatus (Pulteney, 1799) como
Ruditapes decussatus (Linné, 1758), con representación en casi todas las muestras analizadas, habitan el
intermareal y los primeros estadios del infralitoral,
en sustratos blandos de tipo arenoso-fangoso, al igual
que otras con una presencia mucho más puntual: Venerupis corrugata (Gmelin, 1791), Pecten maximus
(Linné, 1758) y Mimachlamys varia (Linné, 1758).
Estos bivalvos tienen importancia bromatológica, y
alguno con un alto aprecio culinario, de ahí que no
deje de ser significativa su restringida presencia. Hay
que tener en cuenta que comparten hábitat con C.
edule, por lo que la recolección de aquellos ha podido
estar vinculada a la recogida intensiva de ejemplares
220
de esta especie, que quizás fuera también la predominante en el medio explotado.
Nassarius reticulatus (Linné, 1758) no tiene interés bromatológico, por lo que debemos considerarla
como especie intrusiva cuya presencia estaría vinculada al marisqueo de otras de arena, donde también
habita. Actualmente es común encontrarla en el interior de las nasas, donde se alimenta del cebo; si bien
no podemos asegurar el empleo de este arte de pesca
a partir de la relación de las especies documentadas.
Un segundo conjunto de taxones, mucho más
minoritario, corresponde a las especies propias del
sustrato rocoso. La mejor representada, y que ya
evaluamos con anterioridad, es Mytilus sp. La otra
especie característica de medio rocoso es Littorina littorea (Linné, 1758) presente en casi todas las
muestras, pero siempre con valores muy reducidos
tanto de restos (NR) como de individuos (NMI).
Ambas especies pudieron haber sido objeto de consumo alimenticio.
En conjunto se define una explotación muy centrada en bivalvos característicos del sustrato fangoso-arenoso. Además, L. littorea es indicadora de
una zona de salinidad reducida, característica de la
proximidad de alguna desembocadura fluvial o de
una zona poco expuesta o de fondo de ría. El medio
descrito encuadra perfectamente con el existente en
la actualidad en las inmediaciones del yacimiento, al
fondo de la ría de Muros-Noia, donde el litoral se
identifica con una extensa playa (Testal, con 1,5 km
de longitud) y por la abundancia de mariscos bivalvos (principalmente berberecho) (Mosquera Souto,
2012a). La existencia de algunos afloramientos rocosos sería suficiente para responder del limitado
volumen de especies características de este medio
que se han documentado. Todo ello hace probable
que la actividad mariscadora se desarrollase en el entorno inmediato a este lugar de Taramancos.
El predominio de C. edule en el Conchero 1 y de
O. edulis en el Conchero 5 puede hacernos pensar en
una explotación planificada, temporal, centrada en
uno de los dos moluscos; pero tampoco podemos excluir otras posibilidades, como un procesado y consiguiente vertido de los desechos (las valvas) de manera
independiente, sin que ello implique que la recolección y manipulación de estas dos especies no pueda
haberse realizado de forma coetánea.
Eduardo González Gómez de Agüero, Víctor Bejega García, Carlos Fernández...
Aun cuando no podemos evaluar con detalle los
resultados del análisis biométrico de las valvas de O.
edulis y C. edule (González Gómez de Agüero et al.,
2012), debemos indicar la regularidad de las tallas,
reflejando la explotación de ejemplares medios-grandes, lo que puede ser indicio de un cierto control sobre estas poblaciones, además de una selección de los
ejemplares para su procesado.
5. Discusión
La representación taxonómica de moluscos del
yacimiento de Taramancos muestra una serie de diferencias significativas con respecto a otros sitios contemporáneos del noroeste. Mientras que las muestras
de Area (Bejega et al., 2011) y Punta Atalaia (en proceso de estudio) se caracterizan por una alta variedad
taxonómica, en Taramancos son solo dos las especies
que responden del principal volumen de evidencias,
Cerastoderma edule y Ostrea edulis.
Sin poder excluirse la vinculación de estos registros con simples vertidos de desechos relacionados
con la alimentación de la población local, resulta significativa su localización en las proximidades de la línea de costa sin conexión con un entramado urbano.
La relación de ambos depósitos con las fases ocupacionales más recientes del yacimiento nos ha llevado
a buscar en la documentación escrita una explicación
que permita comprender la naturaleza del registro.
En la Galicia medieval es habitual que cada ría
tenga un puerto principal de descarga, siendo dos en
este caso: los de Muros y Noia. Por lo que a Noia se
refiere, otros puertos tienen también derecho a descarga, estando prohibido el procesado de los productos marinos en los núcleos urbanos (Fabeiro Gómez,
1990: 104), lo que originó la aparición de instalaciones fabriles en sus proximidades (Ferreira Priegue,
1998; 2009). Uno de estos puertos es el de Taramancos, citado en el Fuero de Noia (siglo XV), en el que
también se destaca la importancia del marisqueo de
ostras (López Ferreiro, 1895: 121-122).
Teniendo en cuenta esta información documental,
cabe la posibilidad de que los restos documentados
pertenezcan a una de estas instalaciones de procesado
de productos marinos. Así, y además de los moluscos,
se recuperaron en estos concheros restos de pescado,
principalmente de dos especies con gran importancia
comercial en el periodo: Sardina pilchardus y Mer-
luccius merluccius, esta última con claras evidencias
de procesado para su conservación mediante salado
(González Gómez de Agüero, 2014).
En el caso de los moluscos, el procesado se centraría en C. edule y O. edulis. El tipo de tratamiento
realizado resulta más difícil de precisar, aunque en el
caso de la ostra el escabechado parece el más probable. Entre las principales exportaciones de productos
marinos de finales de la Edad Media y a lo largo de
la Edad Moderna realizadas desde Galicia se encontraban los moluscos escabechados, sobre todo ostras,
cuyo principal destino era Castilla y Portugal, siendo la Casa Real uno de los principales consumidores
(Calo Lourido, 1998). En su elaboración se retiraba
la concha y se freía el molusco (Calo Lourido, 1998),
por lo que estas partes duras quedarían en los lugares
de procesado y no viajarían con la carne. Se ha propuesto que esta técnica de escabechado se introduce
en Galicia a principios del siglo XVI, procedente de
los puertos hanseáticos (Ferreira Priegue, 1998).
La importancia de la ostra de la ría de Noia queda
claramente reflejada en sus fueros, donde se grava su
marisqueo, a diferencia de otros moluscos (López
Ferreiro, 1895: 117). Los ostreiros también aparecen
en las actas del Concello de Noia, al sancionarse, a
mediados del siglo XVII, la recogida de ostras en los
meses de veda y prohibirse la utilización de rastrillos, puesto que ya en varios lugares se había esquilmado esta especie por culpa de la sobreexplotación
(Fabeiro Gómez, 1990: 157). Más tardíamente indica Cornide (1788: 217-220) que su marisqueo se
realizaba tanto con rastros, que dañaban de manera
importante el fondo marino, como con el angazo.
En relación con su producción, desde el s. X se tiene
constancia de la existencia en Galicia de viveros de
ostras, como se refleja en la donación del rey Ordoño II al obispo Sabarico de Mondoñedo (Martínez
Ferreiro et al., 1998).
Si bien parece claro el procesado de ostras para la
realización de conservas, el caso del berberecho plantea mayores problemas, ya que no es una especie que
aparezca citada habitualmente en la documentación
de la época, por lo que no parece haber tenido un gran
interés bromatológico. No obstante, desde el siglo
XVI va a ser habitual su exportación, junto con otros
moluscos, a Portugal (Ferreira Priegue, 1998). En el
siglo XVIII, Cornide (1788) indica que se recogía
con unos escardillos, como la almeja, y se consumía
tanto en crudo como aderezado, siendo muy común
221
Explotación, conserva y comercio de moluscos en época histórica: el caso de Taramancos...
en tortilla. En el caso de Taramancos, la similitud
del registro con el de la ostra sugiere un tratamiento
similar para la elaboración de escabeche.
En relación con la tercera especie mejor representada, el mejillón, distintos autores señalan que durante la Baja Edad Media y la Edad Moderna tuvo
cierta importancia a nivel de exportaciones, junto a
otros moluscos (Meijide Pardo, 1975; Calo Lourido, 1998). Según Cornide (1788: 153-155) su carne
sería la mejor después de la ostra. De todos modos,
el volumen de mejillón registrado en Taramancos no
permite deducir una actividad centrada en su recolección y procesado con finalidad comercializadora,
a diferencia que para ostras y berberechos.
La explicación para las demás especies representadas, con valores muy reducidos, no se presenta fácil.
Su presencia puede ser resultado de ejemplares recolectados de manera no intencional durante el marisqueo de ostras y berberechos, siendo descartados en
alguna fase inicial del proceso de producción, aun
cuando esto en absoluto excluya que hayan podido
ser consumidas (en el caso de las que tienen interés
bromatológico), al igual que sucedería con los mejillones.
6. Conclusiones
Los resultados presentados para estos dos concheros son muy similares a los obtenidos en los demás
depósitos analizados de Taramancos (González Gómez de Agüero et al., 2012), lo que sugiere una formación similar, tanto desde un punto de vista cronológico como causal. No obstante, ya hemos señalado
los problemas de adscripción cronológica que plantea el resto del material arqueológico recuperado
en asociación a los mismos, haciéndose necesario
esperar a que se clarifique este aspecto antes de proceder a la correcta evaluación del contenido orgánico. Por el contrario, en los dos depósitos que hemos
presentado se ha recuperado un material cerámico
más homogéneo e incluso algún elemento cronológico bastante preciso, como una moneda portuguesa
en circulación durante la Baja Edad Media y la Alta
Edad Moderna.
Los restos de moluscos documentados en estos
dos concheros parecen responder principalmente a
desechos del procesado y conserva de ostra y berberecho propios de finales de la Edad Media y Edad
222
Moderna. La presencia de instalaciones alejadas de
los núcleos de población, donde se elaborarían estos productos, parece ser algo exclusivo de Noia, en
donde además existen varios puertos con derecho
a descarga, siendo uno de estos el de Taramancos.
En el caso de los moluscos, estas producciones se
vincularían con ostras y berberechos, pero también
se ha constatado el tratamiento de pescado: sardina
y merluza.
El marisqueo de estas dos especies se produciría
en el entorno más inmediato al yacimiento, existiendo una selección de taxones y de tallas, posiblemente
con cierto control sobre los bancos de estos moluscos, sin que incluso se pueda descartar un cultivo de
los mismos.
Durante la Edad Media el consumo de marisco
parece haber sido muy marginal, al menos conforme
se refleja en la documentación escrita, estando mal
considerado a excepción de determinadas especies
como la ostra; de hecho en las leyes suntuarias de
época bajomedieval aparece explícitamente excluido
de las comidas más lujosas (Ferreira Priegue, 1998).
Sin embargo, el registro recuperado y analizado de
yacimientos medievales del noroeste peninsular está
poniendo de manifiesto el consumo de moluscos,
además de la ostra, no solo en lugares costeros, sino
también en lugares del interior y con alto poder adquisitivo. Lógicamente, en las comunidades costeras
parece haber supuesto un elemento habitual en la
dieta, aun cuando no con la abundancia que parece
haber alcanzado en periodos precedentes.
Finalmente, resulta llamativa la intensa actividad
mariscadora de ostra documentada durante los siglos XVI-XVIII, que incluso llegó a agotar algunos
de los lugares de recolección, dando pie a la promulgación de medidas proteccionistas. No parece
lógico vincular estos datos con la situación alcanzada a mediados del siglo XX en el noroeste, cuando
se pierden los últimos bancos de producción natural de ostra (Polanco, Corral, 2004), sobre todo al
contar con informantes del siglo XIX que inciden
en su extraordinaria abundancia en estas costas
(Graells, 1870). Sin embargo, quizás sí sea posible
rastrear ya entonces la idea de unos bancos ostrícolas inagotables, lo que daría lugar a una explotación
anárquica que, en la medida que se iban mejorando los sistemas de explotación y comercialización,
incrementaría la presión sobre unos recursos que
finalmente llegarían a agotarse.
Eduardo González Gómez de Agüero, Víctor Bejega García, Carlos Fernández...
Agradecimientos
La empresa Ambiotec - Medio Ambiente y Arqueología, responsable de la intervención arqueológica en Taramancos, nos confío el estudio de los
restos faunísticos y puso a nuestra disposición los resultados de la excavación y la documentación gráfica
del yacimiento.
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Pesquerías y mariscadores en la ensenada de Bolonia
en época medieval y moderna. Una nueva línea de
investigación
Darío Bernal-Casasola1, Rafael Jiménez-Camino2, Juan Jesús Cantillo1,3, José Ángel
Expósito1,4, José Juan Díaz1, Macarena Bustamante1,5, Macarena Lara1, José Manuel
Vargas1, Alicia Arévalo1, Miguel Calvo1, Nicolás Muñoz1, Antonio Bellido1
Resumen
Las excavaciones realizadas en los años 2011 a 2013 en el barrio meridional de la ciudad hispanorromana de
Baelo Claudia en la zona cercana al curso de la playa, junto a las recientemente descubiertas Termas Marítimas,
han permitido la documentación de niveles arqueológicos de época bajomedieval/moderna. Se trata de una fase
de gran interés, ya que son mínimos los datos arqueológicos de estos momentos documentados en la ensenada de
Bolonia, que fue objeto de ocupación muy puntual entre el abandono de la ciudad romana y época contemporánea. Se han recuperado monedas de Alfonso X (1252-1284) y de Enrique IV (1471-1474) -maravedíes y blancas
respectivamente- junto a cerámicas de tradición islámica y cristiana, asociadas a varias fosas de expolio de estructuras precedentes, todo ello amortizado por un posible terremoto, según se desprende del traumático desplome
de unidades constructivas sobre la habitación H-2. Son muy frecuentes en estos niveles de ocupación los restos
haliéuticos, tanto de ictiofauna como de malacología, lo que denota la importancia de la explotación de recursos
marinos en estas fechas.
En el trabajo se presenta la problemática de los recursos marinos y los datos históricos relativos a las almadrabas
en la zona de estudio en estas fechas, posiblemente causantes de la reactivación del poblamiento en la fértil ensenada tarifeña, una interesante y novedosa línea de investigación sobre la cual habrá que profundizar en el futuro. Se
han identificado 19 especies distintas de malacofauna (6 bivalvos – Callista chione, Cerastoderma edule, Chamelea
gallina, Glycymeris sp., Mytilus galloprovincialis, Mytilus sp.- y 13 gasterópodos -Charonia lampas, Cymbium olla,
Cymbula nigra, Cymatium cutacea, Cymatium sp., Phorcus lineatus, Patella caerulea, Patella intermedia, Patella
rustica, Patella ferruginea, Patella sp., Patella ulyssiponensis, Stramonita haemastoma), procedentes de diversos contextos estratigráficos.
Palabras-clave: Baelo Claudia, época medieval, época moderna, malacofauna, explotación de recursos marinos,
terremoto.
Grupo de Investigación HUM-440. Área de Arqueología. Departamento de Historia, Geografía y Filosofía. Facultad de Filosofía
y Letras. Universidad de Cádiz. Avda. Dr. Gómez Ulla 1, 11003 Cádiz (España).
dario.bernal@uca.es, josejuan.diaz@uca.es, macarena.lara@uca.es, josemanuel.vargas@uca.es, alicia.arevalo@uca.es,
pedromiguel2@ono.com, muz-basllot@hotmail.com, antobell@hotmail.com
2
Ayuntamiento de Algeciras. Paseo de Victoria Eugenia, 17 (local), 11207 Algeciras (Cádiz, España).
cultura.arqueologia@ayto-algeciras.es
3
Ayuntamiento de Vejer de la Frontera. Plaza de España, 1, 11150, Vejer de la Frontera (Cádiz, España). jesus.cantillo@uca.es
4
Conjunto Arqueológico Baelo Claudia. Consejería de Educación, Cultura y Deporte. Junta de Andalucía. Ensenada de Bolonia, s/n,
11380 Tarifa (Cádiz, España). josea.exposito@juntadeandalucia.es
5
Universidad Autónoma de Madrid. Departamento de Historia y Teoría del Arte. Campus de Cantoblanco. Universidad Autónoma,
28049 Madrid. macarena.bustamante@uam.es
1
227
Abstract
he excavations carried out in the years 2011 to 2013 in the southern quarter of the Roman city of Baelo Claudia
in the area close to the beach, next to the recently discovered Maritime Baths, have allowed the documentation of
archaeological levels of late medieval/modern era. It is a phase of great interest, since the archaeological data of
these times are really scarce in the Bay of Bolonia, which was the subject of really ocassional occupation between
the abandonment of the Roman city and contemporary times.
Coins of Alfonso X (1252-1284) and Enrique IV (1471-1474) - Maravedis and “blancas” respectively – have
been recovered, together with christian ceramics and pottery of islamic tradition, associated with several pits of
spoliation of previous structures. All this context was abandoned due to a possible earthquake as shown by the
traumatic collapse of constructive units over the loor of the so called H-2 room. Halieutic remains (ish bones &
shells) are very common in these sedimentary levels, which denote the importance of the exploitation of marine
resources in these dates.
he paper presents the state of the art of our knowledge of the marine resources exploitation and the historical
data relating to the drag-nets (“almadrabas”) in the area. hese activities possibly caused the reactivation of the
settlement in the fertile Tarifa bay, an interesting new line of research which will have to be deepened in the future.
Nineteen diferent shell species have been identiied (6 bivalves – Callista chione, Cerastoderma edule, Chamelea
gallina, Glycymeris sp., Mytilus galloprovincialis, Mytilus sp.- y 13 gastropods -Charonia lampas, Cymbium olla,
Cymbula nigra, Cymatium cutacea, Cymatium sp., Phorcus lineatus, Patella caerulea, Patella intermedia, Patella
rustica, Patella ferruginea, Patella sp., Patella ulyssiponensis, Stramonita haemastoma), in diferent stratigraphic
contexts.
Keywords: Baelo Claudia, Medieval times, Modern Era, marine resources exploitation, earthquake.
Darío Bernal-Casasola, Rafael Jiménez-Camino, Juan Jesús Cantillo...
1. Contexto arqueológico
La conocida ciudad romana de Baelo Claudia, situada en la orilla norte del Estrecho de Gibraltar (Fig. 1
A), tuvo una intensa ocupación en época romana, con
el establecimiento de un enclave centrado en la explotación del atún desde mediados del s. II a.C., y con una
floreciente economía activa durante la totalidad de
época imperial (Arévalo y Bernal, 2007). El paulatino
eclipse de la actividad conservera en la Antigüedad Tardía provocó su lenta desaparición, y se considera que su
abandono definitivo se produjo en el s. VII d.C. (Sillières, 1997: 62-63).
Con posterioridad, hay datos puntuales de reocupación durante época medieval, como ilustra la remodelación de las estructuras del teatro romano –posible
torre- y los niveles de ocupación documentados en la
cisterna norte de la ciudad –excavados hace años pero
totalmente inéditos-. No obstante no existe trabajo alguno en el cual se hayan estudiado en detalle estas evidencias arqueológicas, al menos hasta la fecha. Recientes investigaciones arqueológicas han documentado en
las excavaciones realizadas en la necrópolis oriental en
el año 2012 restos de una fosa de expolio de una tumba monumental romana, en la cual se han recuperado
materiales cerámicos de tradición meriní con una moneda –cornado de vellón- de Sancho IV, lo que ha sido
interpretado como evidencias de la ocupación de la
ensenada en los ss. XIII – XIV, y la posible existencia
en esta zona de un campamento militar castellano, relacionado con el proceso de conquista de la plaza de
Tarifa en 1292 (Prados et al., 2012; García et al., 2014).
En un contexto similar se documentan los hallazgos producidos en las excavaciones realizadas por la
Universidad de Cádiz entre los años 2011 y 2013 al
oeste del Arroyo de las Villas, junto al margen costero,
espacio en el cual se ha descubierto una importante
área suburbana del asentamiento, habiéndose excavado en su interior parte de un edificio interpretado
como las Termas Marítimas de la ciudad baelonense
(Fig. 1 B), con una gran natatio o piscina de agua fría
y otras estancias, algunas de ellas calefactadas (Bernal
et al., 2013). En los niveles superiores que se depositaron sobre las estructuras romanas ya abandonadas
se han documentado evidencias de una ocupación de
esta zona baja de la ciudad en unos momentos que situamos entre la conquista castellana de la ciudad en
1292 y principios del XVI, a tenor del hallazgo tanto
de monedas como del registro cerámico, en la denominada Fase V de la secuencia (Bernal et al., 2014).
Concretamente las estructuras excavadas se corresponden con hallazgos en dos zonas (Fig. 1 C), situadas
sobre las habitaciones H-1 y H-3 (Sondeo 26) y sobre la
H-2 de las antiguas termas romanas (Sondeo 25). En el
primer caso se trata de diversas fosas realizadas en el substrato sedimentario (UU.EE. 2308, 2310, 2311, 2601,
2602), colmatadas con arena negruzca resultado de la
degradación de productos orgánicos, en cuyo interior se
han documentado tres monedas –blancas- de Enrique
IV, fechadas entre el 1471-1474, y formas cerámicas de
la vajilla de mesa que avalan esta cronología. Destacan
como indicadores cronológicos dos platos de paredes
divergentes y borde en ala, con el fondo cóncavo de la
serie melado y manganeso (Fig. 2), cuya producción se
conoce muy bien en contextos sevillanos datados en el
siglo XV y las primeras décadas del XVI (Rueda y López,
1997: 556, Lám. 5), y en los niveles portugueses de Alcazarseguer (1458-1550, Texeira et al., 2013: 318-319, fig.
8), entre otros. Junto a estos se documentan escudillas de
la serie melada con perfil hemiesférico y fondo también
cóncavo –en el único ejemplar constatado- con un desarrollo cronológico centrado entre el siglo XIV y el XVI.
Por tanto, la datación de estas estructuras hay que situarla
entre finales del siglo XV y principios del XVI, una época
en la cual la ciudad de Tarifa estuvo, casi siempre, bajo
el control de los Enríquez, que pugnaron continuamente
con la Casa de Medina Sidonia por hacerse con el control de las actividades almadraberas en su alfoz (Ladero,
1993). El hallazgo de recursos marinos en dichos contextos arqueológicos permite, por primera vez, plantear la
importancia de la explotación de recursos haliéuticos en
la ensenada de Bolonia en estas fechas.
Por otra parte, se han documentado una serie de
unidades murarias de grandes dimensiones –más de 4
metros de alzado- desplomadas traumáticamente sobre
la habitación H-2, efecto de un posible seísmo (Bernal
et al., 2015). Bajo el desplome de dichas estructuras, los
estratos de abandono localizados (UU.EE. 2505, 2511 y
2516), ofrecieron un repertorio integrado mayoritariamente por manufacturas de tradición islámica (ataifores
de borde quebrado; jarritas y cántaros con decoración de
trazos de manganeso sobre bizcocho; alcadafes de paredes divergentes y superficie interior alisada; tapaderas de
perfil cóncavo y fondo plano; y cerámica de cocina), pero
en los que se recuperaron algunos indicadores que sitúan
su horizonte cronológico en un momento posterior a la
conquista, entre los que destaca un maravedí de Alfonso
X, fechado entre el 1252-1284 (Bernal et al., 2015). Junto a éste, se hallaron formas cerámicas claramente cristianas que permiten suponer una datación de estos estratos
entre los últimos años del siglo XIII y el siglo XV.
229
pesquerías y mariscadores en la ensenada de bolonia en época medieval y moderna...
A
B
C
Figura 1. Situación de Baelo Claudia en el Estrecho de Gibraltar (A), con indicación de las Termas Marítimas en el suburbium
occidental (B), e indicación de los espacios objeto de estudio en la planimetría del complejo termal (C).
230
Darío Bernal-Casasola, Rafael Jiménez-Camino, Juan Jesús Cantillo...
apicales o umbilicales, al valor mayor; mientras que
para los gasterópodos no espiralados la fórmula es
la suma de individuos completos + individuos fragmentados + fragmentos apicales (Gutiérrez Zugasti,
2009). A partir de la identificación taxonómica y del
conocimiento de las preferencias de hábitat de las distintas especies a determinados nichos ecológicos, se
analiza el área de captación, separando el ambiente o
piso (supralitoral, mesolitoral e infralitoral), los sustratos (arenosos, fangosos, rocosos, etc.) y la zonación
(costa abierta, estuario, etc.). También se ha realizado
el estudio tafonómico de los restos malacológicos.
Figura 2. Plato de cerámica de época moderna, con borde
en ala, vidriado melado y decoración en manganeso
(U.E. 2602).
2. Análisis arqueomalacológico.
Métodos y resultados
Metodológicamente para la identificación taxonómica se ha recurrido a los repertorios más utilizados
(Sabelli, 1980; Lindner, 1983; Poppe y Goto, 19911993; Hayward et al., 1998; Gofas et al., coord.,
2010), así como a nuestra colección comparativa de
referencia de restos malacológicos actuales ( J.J. Cantillo, Universidad de Cádiz – Ayuntamiento de Vejer). Se utiliza la base de datos CLEMAM (Check list
of European marine mollusca), del Museo Nacional de
Historia Natural de París para la denominación de los
taxones (http://www.somali.asso.fr/clemam/index.
clemam.html, abril de 2014).
En relación a la cuantificación, para el cálculo de
los restos de moluscos nos hemos basado en una serie de índices de abundancia, cuya estimación se ha
efectuado a partir del NR, que expresa el número de
restos totales por especies; y el NMI, que indica el número mínimo de individuos por especies, y responde
a la suma de partes anatómicas concretas. En el caso
de los bivalvos se establece mediante el recuento de
valvas completas + valvas fragmentadas con charnela + fragmentos charnelares (completos + anterior o
posterior, el valor más alto). Para los gasterópodos espiralados se establece mediante la suma de individuos
completos + individuos fragmentados + fragmentos
La malacofauna de la fase medieval-moderna de
las Termas Marítimas de Baelo Claudia ha sido documentada en general en un buen estado de conservación, lo que ha permitido en su extensa mayoría
identificar taxonómicamente hasta el grado máximo
de clasificación. A lo largo de toda la secuencia estratigráfica se ha establecido una relación de especies
representadas tanto por bivalvos como por gasterópodos marinos (Fig. 3), cuya síntesis se presenta en la
Fig. 5 y en la Tabla 1.
En la U.E. 2308 se han documentado 28 restos
pertenecientes a un número mínimo de 17 individuos, distribuidos entre bivalvos (35,3%) y gasterópodos (64,7%), constituyendo las especies de hábitat de roca del mesolitoral las que aparecen con
mayor número (Mytilus galloprovincialis, Phorcus
lineatus y los patélidos). El burgaíllo (Phorcus lineatus) ha sido la especie con mayor grado de cuantificación, con 8 ejemplares.
Por su parte, la U.E. 2310 ha presentado un volumen de conchas menor que el anterior, con al menos 4 bivalvos (66,7%) y 2 gasterópodos (33,3%). Al
igual que el estrato anterior, Mytilus galloprovincialis
y Phorcus lineatus, cuyos hábitats se desarrollan en el
sustrato rocoso del mesolitoral, se presentan con mayor frecuencia. Aquí también ha sido interesante el
registro de un glicimérido de grandes proporciones
(105 gr. de peso) visiblemente erosionado, por lo que
su presencia en el estrato puede ser accidental (Fig.
4). El otro bivalvo, Chamelea gallina, del que tan sólo
se ha documentado un individuo, habita en sustrato
arenosos de ambientes estuarinos.
En el caso de la U.E. 2311, descrita como el relleno
de una fosa, el registro arqueomalacológico continua
siendo bastante exiguo. Dos de las tres especies que
aparecen habitan en sustratos rocosos del intermareal
231
pesquerías y mariscadores en la ensenada de bolonia en época medieval y moderna...
Figura 3. Taxones identificados, tanto de bivalvos marinos - Callista chione (A), Cerastoderma edule (B), Chamelea gallina (C),
Glycymeris sp. (D), Mytilus galloprovincialis (E)- como de gasterópodos - Charonia lampas (F), Cymatium cutacea (G), Cymbula nigra
(H), Phorcus lineatus (I), Patella caerulea ( J), Patella ferruginea (K), Patella intermedia (L), Patella rustica (M), Patella ulyssiponensis
(N), Stramonita haemastoma (O)-.
232
Darío Bernal-Casasola, Rafael Jiménez-Camino, Juan Jesús Cantillo...
tadas de esta familia se han contabilizado un mínimo
de 26 ejemplares, algunos de ellos con incrustaciones
de balanos, caso de la Patella caerulea, o de serpúlidos,
en la Patella intermedia.
Por último, la U.E. 2602, asociada al nivel de ocupación más reciente de esta fase, ha registrado 72 restos de un número mínimo de 44 individuos, entre los
16 bivalvos (36,4%) y los 28 gasterópodos (63,6%). Se
aprecia una recolección de ambientes rocosos del mesolitoral, donde habitan las especies más representadas en
este estrato (el gasterópodo Phorcus lineatus y el bivalvo
Mytilus galloprovincialis).
Figura 4. Glycymeris sp. erosionado y recogido post-mortem
(U.E. 2310).
(Mytilus galloprovincialis y Cymbula nigra), de donde
se pudo efectuar la recolección. En el caso de Charonia lampas, utilizada en muchos casos como aerófonos,
aparece completa, por lo que parece su fin debió ser el
bromatológico.
Por su parte, la U.E. 2505 ha sido la que ha presentado un mayor número de individuos: se han documentado 17 bivalvos (16,6%) y 85 gasterópodos (83,3%),
para un total de 102 ejemplares. De este conjunto, los
provenientes de ambientes rocosos son los que presentan unos porcentajes mayores, como es el caso de Phorcus lineatus (17,6%) o los patélidos, de cuyo conjunto
se han documentado al menos 63 ejemplares, entre los
15 de Cymbula nigra (14,7%), los 11 de Patella intermedia (10,8%), los 10 de Patella ferruginea (9,8%), 9
de Patella sp. (8,8%), 7 de Patella caerulea (6,8%), los
6 de Patella rustica (5,8%) y los 5 de Patella ulyssiponensis (4,9%). Cabe destacar desde el punto de vista
tafonómico, por un lado, la presencia de un ejemplar
de Patella ferruginea con multitud de serpúlidos y balanos adheridos al margen dorsal de su concha; y por
otro lado, un ejemplar de Glycymeris sp. con evidentes
signos de erosión y umbo horadado, indicativo de una
recogida post-mortem.
En cuanto a la U.E. 2511, también ha presentado
un volumen de conchas importante en comparación
con el registrado en otros estratos. Se han documentado 77 restos de al menos 59 individuos, con más aportación de gasterópodos: un NMI de 47 (79,6%) frente
a los 12 bivalvos (20,3%). Por especies, de nuevo los
burgaíllos y las lapas son las más recolectadas. En el
caso de las últimas, entre todas las especies documen-
Desde el punto de vista tafonómico, cabe destacar la
aparición de algunos ejemplares con evidentes signos de
carbonificación, caso de Cymatium cutacea, junto a los
patélidos, posiblemente como consecuencia de un procesado de los moluscos previo a su consumo o bien por
su contacto con las brasas, algo lógico por la gran cantidad de hogares y restos orgánicos termoalterados que
han aparecido en dicho nivel de ocupación. También
cabe señalar la aparición de un glicimérido erosionado
y con el umbo perforado, producto de una recogida del
mismo en la playa cuando el animal ya estaba muerto.
3. Valoración y perspectivas
Los restos presentados en este trabajo son exiguos,
pero de gran interés al tratarse de las primeras evidencias de aprovechamiento de los recursos marinos
en esta zona costera de Tarifa entre los ss. XV y XVI.
Junto a los hallazgos ya citados en el área de la necrópolis oriental baelonense fechados en época de Sancho
IV -1284/1295- (García et al., 2014), los datos aquí
presentados amplían la secuencia, al menos a época de
Enrique IV (1471-1474) y quizás algo más tarde. Todo
ello converge en proponer una ocupación de la zona
más importante de lo hasta ahora planteado en la bibliografía publicada.
En el conjunto de moluscos marinos estudiados de
esta fase reciente se han identificado un total de 19
especies distintas (6 bivalvos y 13 gasterópodos). Esta
amplia variabilidad taxonómica nos indica que la explotación no se centró en una determinada especie y
ambiente marino determinados. Sin embargo, sí que
se da una preferencia por los sustratos rocosos del intermareal, una zona de fácil accesibilidad en bajamar y
para la cual la recolección de moluscos no necesita de
grandes artilugios ni medios técnicos.
233
pesquerías y mariscadores en la ensenada de bolonia en época medieval y moderna...
Figura 5. Porcentaje del NMI entre bivalvos y gasterópodos (A), distribución por especies en base al NMI (B), y NMI por
especies de la familia Patellidae (C).
234
Darío Bernal-Casasola, Rafael Jiménez-Camino, Juan Jesús Cantillo...
Taxones
U.E. 2308
Bivalvos marinos
Callista chione
U.E. 2310
U.E. 2311
NR
NMI
Peso
NR
NMI
Peso
NR
NMI
Peso
3
2
37
-
-
-
-
-
-
Chamelea gallina
-
-
-
1
1
3
-
-
-
Glycymeris sp.
5
1
13
1
1
105
-
-
-
Mytilus galloprovincialis
8
3
13
7
2
9
1
1
1
Total bivalvos
16
6
63
9
4
117
1
1
1
Gasterópodos
NR
NMI
Peso
NR
NMI
Peso
NR
NMI
Peso
-
-
-
-
-
-
1
1
67
Charonia lampas
Cymbula nigra
-
-
-
-
-
-
1
1
18
Phorcus lineatus
8
8
30
2
2
7
-
-
-
Patella ferruginea
3
2
27
-
-
-
-
-
-
Patella sp.
1
1
1
-
-
-
-
-
-
Total gasterópodos
12
11
58
2
2
7
2
2
85
TOTAL
28
17
121
11
6
124
3
3
86
Taxones
Bivalvos marinos
U.E. 2505
U.E. 2511
U.E. 2602
General
NR
NMI
Peso
NR
NMI
Peso
NR
NMI
Peso
NR
NMI
Peso
Callista chione
2
2
30
2
2
42
-
-
-
7
6
109
Cerastoderma edule
20
9
313
11
5
134
-
-
-
31
14
447
-
-
-
1
1
3
8
4
132
3
2
57
26
13
475
Chamelea gallina
-
-
-
Glycymeris sp.
9
5
168
Mytilus galloprovincialis
2
1
12
-
-
-
41
14
51
59
19
84
Mytilus sp.
-
-
-
1
1
1
-
-
-
1
1
1
Total bivalvos
33
17
523
22
12
309
44
16
108
125
54
1119
Gasterópodos
NR
NMI
Peso
NR
NMI
Peso
NR
NMI
Peso
NR
NMI
Peso
Charonia lampas
4
3
190
2
2
115
-
-
-
7
6
372
Cymbium olla
-
-
-
1
1
5
-
-
-
1
1
5
Cymbula nigra
20
15
360
2
2
92
-
-
-
23
18
470
Cymatium cutacea
-
-
-
-
-
-
2
2
18
2
2
18
Cymatium sp.
-
-
-
1
1
8
-
-
-
1
1
8
Phorcus lineatus
18
18
92
15
13
59
16
16
79
59
57
267
Patella caerulea
7
7
37
3
3
30
4
4
18
14
14
85
Patella intermedia
11
11
87
12
12
102
-
-
-
23
23
189
Patella rustica
6
6
45
1
1
9
-
-
-
7
7
54
Patella ferruginea
13
10
207
5
5
65
7
6
86
28
23
385
Patella sp.
28
9
130
11
5
41
-
-
-
40
15
172
Patella ulyssiponensis
5
5
30
-
-
-
-
-
-
5
5
30
Stramonita haemastoma
1
1
22
2
2
27
-
-
-
3
3
49
Total gasterópodos
113
85
1200
55
47
553
29
28
201
213
175
2104
TOTAL
146
102
1723
77
59
862
73
44
309
338
229
3223
Tabla 1. Síntesis de los taxones documentados en las UU.EE. del Sondeo 23 (tabla superior) y de los Sondeos 25 y 26,
junto a la valoración global (tabla inferior).
235
pesquerías y mariscadores en la ensenada de bolonia en época medieval y moderna...
Por especies hay un claro predominio de los patélidos, de los cuales destaca igualmente su variabilidad
taxonómica, con hasta 7 especies distintas y un total de
87 individuos. Le siguen en importancia los burgaíllos
(NMI=57) y los mejillones (NMI=19), todas ellas
especies de roca. La única especie de sustrato arenoso
que ha sido objeto de cierta recolección es el bivalvo
Cerastoderma edule, con 14 individuos. Este tipo de
recolección de especies de ámbito rocoso hace pensar
de nuevo en la intensa actividad de mariscadores, que
debieron aprovechar los cercanos roquedales costeros,
especialmente aquellos de la zona occidental de la ensenada (Cabo Camarinal).
Desde el punto de vista tafonómico hemos detectado una elevada fractura en especies frágiles,
fundamentalmente en Mytilus galloprovincialis y en
otras como la Glycymeris sp. En el primer caso, como
consecuencia de agentes antrópicos, como el pisoteo
del nivel de ocupación o sedimentológicos –compresión-; sin embargo, la causa más probable del elevado
grado de fracturación que presentan los gliciméridos
se deba a agentes naturales. La presencia de algunos
ejemplares con evidencias de su recolección post mortem podría a priori hacer pensar en la presencia de las
conchas en el yacimiento como resultado de procesos
naturales (maremoto o resultado de mareas vivas o
temporales debido a la cercanía de la costa). No obstante, su recuperación en niveles de clara génesis antrópica en la mayor parte de las ocasiones (rellenos de
fosas) permite excluir dicha posibilidad.
En general son restos de mediano o gran tamaño
que debieron haber cumplido una función bromatológica, algunos de los cuales, como los procedentes de la
U.E. 2602, fueron cocinados, ya que además de presentar termoalteración, proceden de un nivel con fogatas,
donde también se han documentado otros restos orgánicos en similares condiciones.
Respecto a la interpretación de los contextos de
hallazgo (fosas rellenas de desechos y niveles de abandono) no resulta fácil saber si los mismos responden a
residuos de colectivos instalados de manera episódica y
puntual en esta zona de la ensenada o bien si se trata de
la actividad de pescadores u otros colectivos artesanales. El mobiliario no es determinante en dicho sentido,
aunque la escasa entidad de las estructuras localizadas
(todas ellas negativas –y también similares a las que
hemos indicado en el área de la necrópolis oriental, al
otro lado del yacimiento-) hace pensar en una ocupación puntual y quizás estacional.
236
En lo que respecta a la interpretación del tipo de
ocupación, los recientes hallazgos en el área oriental
del yacimiento han sido relacionados con un posible
campamento militar castellano de época de Sancho
IV -1284/1295- (García et al., 2014). En nuestro caso
no es fácil realizar una interpretación funcional de los
mismos, aunque la cantidad de recursos marinos documentados –también ictiofaunas arqueológicas en los
mismos contextos, en proceso de estudio actualmentenos hace pensar que quizás tengan que ver con las pesquerías existentes en la zona tras la conquista cristiana.
La conquista de Tarifa se produjo en 1292, años después de que la revuelta mudéjar obligara a cambiar la
política repobladora de Alfonso X hacia una modalidad que transformó drásticamente la organización del
territorio. La anterior estructura del poblamiento andalusí, basada en un amplio número de explotaciones
agropecuarias diseminadas, desapareció al tener que
exiliarse sus pobladores de forma masiva. Las exenciones tributarias y otros privilegios fomentados por
la monarquía atrajeron sólo a un reducido número de
pobladores que dedicados, principalmente, a las actividades militares, se concentraron en las villas fortificadas, dejando el resto del agro despoblado (Ladero y
Gonzalez, 1977). No tenemos constancia de que esta
situación variara hasta el primer cuarto del siglo XVI,
momento en el que se generaron nuevas expectativas
económicas al finalizar la Guerra con Granada y afianzarse el proceso de señorialización de la villa al recibir
Fadrique Enríquez el título de Marqués de Tarifa en
1514 (Martín, 2009-2010).
La información sobre la organización territorial del
alfoz de Tarifa en momentos posteriores a la conquista
es parca, ya que no se ha conservado el Libro de Repartimiento. Los escasos documentos conocidos, entre los
que destacan los pleitos sobre los límites de términos,
indican un predomino de la actividad ganadera. Junto a ésta, la explotación de los recursos marinos debió
constituir uno de los principales revulsivos económicos de esta zona, como ya lo fuera en época islámica
(al-Idrisi y al-Zuhri citan la pesca de atunes en el Estrecho). La llegada de nuevos pobladores no supuso
un cambio en la explotación de los recursos marinos,
como demuestra la pronta mención a las almadrabas de
Gibraltar en su carta-puebla, tan sólo un año después
de que fuera conquistada. En 1299, Alfonso Pérez de
Guzmán, alcaide de Tarifa, obtuvo la explotación de la
almadraba de Conil. Ésta, junto a la de Zahara, serían
las principales explotaciones de la casa de los Guzmanes que, al menos desde mediados del siglo XIV, aspiró
Darío Bernal-Casasola, Rafael Jiménez-Camino, Juan Jesús Cantillo...
a controlar en régimen de monopolio todas las almadrabas de la costa del reino de Sevilla (Ladero, 1993:
346-347). Sin embargo, las referencias concretas a las
pesquerías y almadrabas en el término de Tarifa son,
para esta época, muy difusas, con indicios de su existencia desde el s. XIV (Martín, 2006: 134 y 140), y claramente documentadas desde el siglo XV gracias a los
pleitos que los Enríquez entablaron contra los Duques
de Medina Sidonia, para hacer valer su derecho a armar
estas artes en la costa tarifeña (Martín, 2006: 139-141).
Las probanzas de un expediente relacionado con este
proceso permiten situar varios caladeros (Los Lançes,
Zahara y Conil entre otros, Martín, 2006: 140), sin
embargo, no tenemos ninguna noticia de esta práctica,
específicamente en la playa de Bolonia, hasta principios
del siglo XVIII, momento en el que Pérez de Colosía y
Sarriá (1991: 250-253) acreditan, a partir de la información contenida en las actas capitulares de Tarifa, una
autorización regia para armar almadrabas en la ensenada. Aunque no hemos podido rastrear el origen de esta
regalía y no contamos con documentación de archivo
que determine el aprovechamiento bajomedieval de los
recursos marinos en la ensenada de Bolonia, la ausencia,
hasta el momento, de estructuras medievales en el yacimiento, la concentración de las evidencias en la zona
aledaña a la playa y los restos de ictiofauna contenidos
en los depósitos analizados, nos permiten plantear, a
modo de hipótesis, la vinculación de la actividad realizada en este lugar con la pesca. Teniendo en cuenta la
cronología barajada por el contexto cerámico y numismático, especialmente de los sondeos 23 y 26, el registro arqueológico se data entre finales del siglo XV y la
primera mitad del siglo XVI, momento en el que Tarifa
estuvo, mayoritariamente, bajo el control de los Enríquez. Los mismos pleitos llevados a cabo en el período
demuestran el interés de éstos en afianzar la actividad
almadrabera en la costa tarifeña, que sin duda estaban
llevando a cabo, al margen de los Medina Sidonia.
Se trata ésta de una línea de investigación a desarrollar en el futuro, para la cual estos depósitos malacológicos de época bajomedieval y moderna, documentados
en las excavaciones de Bolonia constituyen un sugerente
indicio, cuya horquilla cronológica probablemente habrá que matizar con nuevos datos en los próximos años.
Agradecimientos
Este artículo es resultado de los proyectos HAR2013
- 43599 del Plan Nacional I+D+i/ Feder, denominado “Pesquerías y artesanado haliéutico en el Fretum
Gaditanum. Caracterización arqueológica, arqueozoológica y experimental de las conservas marinas”; y
del Proyecto General de Investigación “La economía
marítima y las actividades haliéuticas en Baelo Claudia. Problemas de atribución funcional en el barrio
meridional”, autorizado por la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía
(2010-2015).
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Orifícios de predação em conchas de moluscos
marinhos. Um modelo experimental para o estudo de
perfurações em conchas arqueológicas
João Paulo Cabral1, Sérgio Monteiro-Rodrigues2
Resumo
Estudaram-se conchas perfuradas naturalmente de Chamelea striatula, Donax vittatus, Mactra stultorum, Mytilus
galloprovincialis, Nucella lapillus, Spisula solida e Spisula subtruncata. Observaram-se dois tipos fundamentais de
orifícios de predação: Tipo I, de forma cilíndrica-cónica invertida e um diâmetro interno de 1,0-1,8 mm, presumivelmente causados por Muricidae; Tipo II, de forma abobadada invertida-parabólica e um diâmetro interno de
1,8-2,5 mm, presumivelmente causados por Naticidae. Ambos os tipos de orifícios apresentaram a superfície interna regular e lisa. As conchas de Mytilus galloprovincialis e de Nucella lapillus apresentaram predominantemente
orifícios do Tipo I, sem localização preferencial. As conchas das restantes espécies apresentaram predominantemente orifícios do Tipo II, localizados muito perto do lado dorsal, com alguns orifícios do Tipo I, dispersos pela
superfície da concha.
No laboratório perfuraram-se conchas de Donax vittatus, Mytilus galloprovincialis, Nucella lapillus e Spisula
solida com furadores produzidos a partir de pequenas lascas e lâminas de sílex, recolhido em Cantanhede e em Rio
Maior (Portugal), usando fundamentalmente a técnica de perfuração por rotação. Geralmente, os orifícios feitos
com furadores foram maiores e de contorno mais irregular do que os orifícios de predação. Todavia, foi possível
fazer orifícios quase tão pequenos como os de predação do Tipo I. Nenhum dos orifícios apresentou uma superfície
interna tão regular e lisa como a observada nos orifícios de predação. Todos os orifícios apresentaram indícios do
movimento rotativo feito com o furador, indispensável para uma perfuração efectiva. A forma e a dimensão dos
orifícios feitos com os furadores dependeram mais da morfologia das respectivas extremidades activas, sempre variáveis entre diferentes furadores, do que do tipo de sílex ou da espécie de concha perfurada.
Concluiu-se que, para as conchas e furadores usados, uma observação cuidada dos orifícios com grande ampliação permite discernir, com pouca margem de erro, se se trata de um orifício de predação natural ou de um
orifício feito com um furador de sílex usando perfuração por rotação. Discutem-se as implicações dos resultados
para conchas perfuradas encontradas em contexto arqueológico.
Palavras-chave: Moluscos, Conchas perfuradas, Perfurações naturais, Perfurações experimentais, Furadores
de sílex.
Universidade do Porto, Faculdade de Ciências, Rua do Campo Alegre, s/n, 4169-007 Porto (Portugal).
jpscabral@hotmail.com, jpcabral@fc.up.pt.
2
Universidade do Porto, Faculdade de Letras e Centro de Estudos em Arqueologia, Arte e Património (CEAAP),
Via Panorâmica, s/n, 4150-564 Porto (Portugal), Investigador no projecto ATLANTMIDDENS (HAR201129907-C03-01; IIIPC, Universidad de Cantabria, Espanha). sergiomonteirorodrigues@gmail.com.
1
241
Abstract
We studied naturally perforated shells by predators of Chamelea striatula, Donax vittatus, Mactra stultorum,
Mytilus galloprovincialis, Nucella lapillus, Spisula solida and Spisula subtruncata. Two main types of holes were observed: Type I, with an inverted cylindrical-conical shape and an inner diameter of 1.0-1.8 mm, presumably caused
by Muricidae; Type II, with a domed inverted-parabolic shape and an inner diameter of 1.8-2.5 mm, presumably
caused by Naticidae. Both types of holes had a regular and smooth inner surface. he shells of Mytilus galloprovincialis and Nucella lapillus showed predominantly Type I holes without preferential location. he shells of other
species showed mainly Type II holes located very close to the dorsal side, with some Type I holes, dispersed over
the surface of the shell.
In the laboratory, shells of Donax vittatus, Mytilus galloprovincialis, Nucella lapillus and Spisula solida were drilled with awls made from small lint lakes and blades, using the technique of drilling by semicircular rotation. he
lint was collected in Cantanhede and Rio Maior (Portugal). Generally, the holes made with awls were larger and
more irregular in the outline than the holes of predation. However, it was possible to drill holes almost as small
as Type I predation holes. None of the holes made with the awls had so regular and smooth inner surface as seen
in the predation holes. All holes presented evidence of the rotating movement made by the awl, indispensable for
efective drilling. he shape and dimension of the holes made with the awls depended more on the morphology
of the extremities of the awls, always diferent among diferent awls, rather than the lint type or the shell species.
It was concluded that, for the shells and awls studied, careful observation of the holes with high magniication,
allows to discern, with little margin for error, if it is a natural predation hole or a hole made with a lint awl using
drilling by rotation. he implications of the results for perforated shells found in archaeological context are discussed.
Keywords: Molluscs, Perforated shells, Natural perforations, Experimental perforations, Flint awls.
João Paulo Cabral, Sérgio Monteiro-Rodrigues
1. Introdução
A maioria dos moluscos tem uma concha calcária que serve de protecção contra predadores, mas
existem moluscos capazes de perfurar a concha de
outros moluscos. Dentro dos gastrópodes, os moluscos perfurantes de conchas distribuem-se principalmente pelas famílias Muricidae Rafinesque, 1815 e
Naticidae Guilding, 1834 (Carriker, 1981).
Em todas as regiões costeiras existem moluscos
perfuradores de conchas. Conhecendo as espécies
de moluscos perfuradores (Carriker, 1981; Kabat,
1990) e a fauna malacológica portuguesa (Macedo
et al., 1999), as principais espécies de moluscos que
podem ocorrer em Portugal continental, que têm
a capacidade de perfurar conchas de moluscos deverão ser as seguintes: 1. Família Muricidae Rafinesque, 1815: Nucella lapillus (Linné 1758: Buccinum);
Ocenebra erinaceus (Linné 1758: Murex). 2. Família
Naticidae Guilding, 1834: Euspira catena (da Costa
1778: Cochlea); Euspira fusca (de Blainville 1825:
Natica); Euspira nitida (Donovan 1804: Nerita).
Orania fusulus (Brocchi 1814: Murex), da família
Muricidae, é também um animal perfurante, mas é
uma espécie do Mediterrâneo e a sua ocorrência em
Portugal é reduzida (Macedo et al., 1999 : 202).
Relativamente ao habitat das espécies predadoras, Nucella lapillus vive geralmente em substratos
rochosos na zona entre-marés, podendo ocasionalmente ocorrer a maiores profundidades (Cadée,
1968; Rolán Mosquera, 1984: 232-234, 1993: 79;
Davenport et al., 1998; Rovero et al., 1999). Ocenebra erinaceus tanto vive em substratos rochosos
na região entre-marés, como no infralitoral, tanto
rochoso como arenoso (Cadée, 1968; Rolán Mosquera, 1984: 227-228, 1993: 79,80,91,92; Rolán
Mosquera y Otero-Schmitt, 1996: 89). As espécies
de Euspira (Lunatia) vivem na região infralitoral
(Cadée, 1968; Rolán Mosquera, 1984: 213-215).
Os gastrópodes da família Muricidae causam perfurações de secção cilíndrica-cónica invertida, no
presente trabalho designadas de Tipo I, enquanto
os gastrópodes da família Naticidae causam perfurações de forma abobadada invertida-parabólica,
aqui designadas de Tipo II (Kabat, 1990; Kowalewski, 2004; Hauser et al., 2008).
Têm sido encontradas, em contexto arqueológico, conchas de moluscos marinhos com perfurações
conspícuas (Tavares da Silva y Cabrita, 1966; Stiner,
1999, 2010; Vanhaeren y d’Errico, 2001, 2002; Álvarez Fernández, 2002, 2006b; Chauviere, 2002;
Trubitt, 2003; d’Errico et al., 2005; Avezuela, 2010;
Zilhão et. al., 2010; Avezuela Aristu y Álvarez Fernández, 2012; Cardoso y Dias Coelho, 2012) e estas
perfurações têm sido comparadas com as obtidas
experimentalmente em conchas perfuradas com
furadores líticos ou de osso (Chauviere, 2002; Vanhaeren y d’Errico, 2002; Álvarez Fernández, 2006a;
Avezuela, 2010).
Nas conchas perfuradas de moluscos arqueológicos, as perfurações são deliberadas, feitas pelo homem? Ou são conchas já perfuradas que são usadas
pelo homem? São perfurações de predação ou orifícios de danificação física? No intuito de contribuir
para esclarecer estas questões, realizou-se um estudo
morfométrico comparativo com conchas perfuradas
por predadores e conchas perfuradas intencionalmente com furadores de sílex confeccionados pelos
autores, semelhantes aos encontrados em contexto
arqueológico.
2. Material e métodos
Estudaram-se conchas perfuradas por predação
de Chamelea striatula (da Costa 1778: Pectunculus),
Donax vittatus (da Costa 1778: Cuneus), Mactra
stultorum (Linné 1758: Cardium; sinónimo: Cardium corallinum Linné 1758), Mytilus galloprovincialis (Lamarck 1819), Nucella lapillus (Linné 1758:
Buccinum), Spisula solida (Linné 1758: Cardium) e
Spisula subtruncata (da Costa 1778: Trigonella).
Excepto algumas conchas de Mytilus galloprovincialis (9 exemplares) que foram recolhidas vivas (Ínsua, Caminha) quando se encontravam a ser
perfuradas por Nucella lapillus, todas as restantes
foram recolhidas mortas nas seguintes praias do
litoral de Portugal continental: Ínsua (Caminha);
Mindelo; A Ver-o-Mar; Boa Nova; Esmoriz; Maceda; Costa de Caparica; Troia. Só foram utilizadas as conchas que não mostravam sinais significativos de erosão.
No laboratório, as conchas de bivalves foram medidas e os orifícios localizados de acordo com as variáveis apresentadas na Estampa 1. Nas conchas de
Nucella lapillus não se efectuaram estas medições, em
virtude do reduzido número de exemplares estudados.
243
Orifícios de predação em conchas de moluscos marinhos...
Igualmente em laboratório perfuraram-se conchas
mortas de Chamelea striatula, Donax vittatus, Mytilus
galloprovincialis, Nucella lapillus e Spisula solida com
furadores produzidos a partir de lascas e lâminas de
sílex de Cantanhede e de Rio Maior. Confeccionaram-se também furadores em quartzo hialino e em
quartzito, mas estas matérias-primas revelaram-se inadequadas para esta função, dado que a zona activa
fracturava, não chegando a perfurar a concha. No decurso da perfuração as extremidades activas dos furadores tiveram de ser recorrentemente reavivadas. Em
todas as situações, os retoques foram realizados por
pressão, quer com um punção de haste de cervídeo,
quer com pequenos seixos de quartzito. A perfuração
das conchas exigiu um movimento de rotação do furador, para a frente e para trás, e uma certa pressão. A
utilização desta técnica de perfuração decorreu do facto de se ter pretendido produzir orifícios semelhantes
aos que resultam da predação, de modo a que ambos
fossem susceptíveis de comparação. A técnica de perfuração usada corresponde à técnica de «perfuração
por rotação» segundo a terminologia de Álvarez Fernández (2006a) e de «perfuração por rotação semicircular» segundo Avezuela (2010).
O impacto do furador nas conchas, quer através de
percussão directa, quer através de percussão indirecta
com percutor brando (haste de cervídeo) não resultava em perfuração, mas antes em quebra da concha, facto também referido por Álvarez Fernández (2006a).
A técnica de perfuração por abrasão (Álvarez Fernández, 2006a; Avezuela, 2010), utilizando um seixo
rolado de quartzito de grão grosseiro como abrasivo,
em posição dormente, foi igualmente ensaiada. Todavia, a elevada dureza das conchas dos bivalves tornou
este procedimento extremamente custoso.
Os orifícios de predação e os orifícios causados
pelos instrumentos de sílex foram observados com
uma lupa binocular, geralmente com uma ampliação
total de 20-40x. Os orifícios foram fotografados e, a
partir das fotografias digitais, calculados, para cada
orifício interior (parte interior do orifício) e exterior
(parte exterior do orifício), os comprimentos de dois
eixos perpendiculares, usando como padrão para calibração, um micrómetro objectivo (Nikon) com 1 mm
e o software Autodesk Design Review 2013.
Estampa 1. Esquema indicativo das variáveis usadas para
localizar os orifícios de predação e as dimensões das conchas
estudadas de bivalves. Para as conchas de Chamelea striatula,
Donax vittatus, Mactra stultorum, Spisula solida, Spisula
subtruncata: SL: comprimento; SH: altura; SLP: distância
entre o orifício e a extremidade posterior; SLA: distância
entre o orifício e a extremidade anterior; SHD: distância
entre o orifício e a extremidade dorsal; SHV: distância
entre o orifício e a extremidade ventral. Para as conchas de
Mytilus galloprovincialis: SL: comprimento; SW: largura;
SLD: distância entre o orifício e a extremidade dorsal; SLV:
distância entre o orifício e a extremidade ventral; SWP:
distância entre o orifício e a extremidade posterior; SWA:
distância entre o orifício e a extremidade anterior.
244
O diâmetro médio foi calculado como a média dos
dois eixos perpendiculares. A circularidade do orifício foi definida como o quociente entre os dois eixos
perpendiculares (menor/maior), em cada orifício. A
abertura relativa do orifício foi determinada como o
quociente entre os diâmetros médios do orifício interior e exterior.
3. Resultados
No sentido de confirmar a identificação dos tipos de orifícios, capturámos alguns exemplares de
Mytilus galloprovincialis no momento de perfuração
por Nucella lapillus. Os orifícios (Estampa 2A), que
classificámos como do Tipo I, são morfologicamente
João Paulo Cabral, Sérgio Monteiro-Rodrigues
muito semelhantes aos que Kowalewski (2004) apresenta para as perfurações feitas por Nucella lamellosa
em Mytilus trossulus. Os orifícios apresentam uma
forma cilíndrica-cónica invertida.
dimensões superiores ao do tipo I. São morfologicamente muito semelhantes aos observados por Chiba
y Sato (2012) em conchas de Ruditapes philippinarum perfuradas por Euspira fortunei.
Os orifícios que classificámos como do Tipo II
(Estampa 2B), tipicamente causados por Naticidae,
têm uma forma abobadada invertida-parabólica e de
Nas conchas de bivalves de fundos arenosos
(Chamelea striatula, Donax vittatus, Mactra stultorum, Spisula solida e Spisula subtruncata) observámos os dois tipos de orifícios, mas os dos Tipo I
eram muito menos numerosos do que os do Tipo II
(Quadro I). Nas conchas dos moluscos de substrato
rochoso da região entre-marés (Mytilus galloprovincialis e Nucella lapillus) só observámos orifícios do
Tipo I (Quadro I).
Os dados morfométricos dos orifícios de predação
estudados apresentam-se no Quadro I. O número de
exemplares estudados variou bastante entre as diversas espécies, mas reflectiu a abundância destas espécies nas praias amostradas.
As dimensões dos orifícios variaram entre as espécies, mas os do Tipo I eram sempre menores do que os
do Tipo II. Tanto o orifício interior como o exterior
demonstraram ser quase perfeitamente circulares. O
orifício interior era geralmente 80% mais pequeno do
que o exterior.
Relativamente à perfuração de conchas com utensílios de sílex, importa referir que não foi possível
perfurar as de Chamelea striatula, dado que todas se
partiram.
Estampa 2. Exemplos representativos de orifícios de predação
do Tipo I (A) e do Tipo II (B).
A. Orifício causado por Nucella lapillus (Muricidae) num
mexilhão. Mexilhão capturado no momento de ser perfurado.
Os orifícios deste tipo têm uma forma cilíndrica-cónica
invertida.
B. Orifício do Tipo II numa concha morta de Chamelea
striatula, causado presumivelmente por uma espécie de
Euspira (Naticidae). Este tipo de orifício apresenta uma forma
abobadada invertida-parabólica. Escala, 1 mm.
Estampa 3. Exemplos de furadores usados no presente
trabalho, fotografados depois de utilizados em várias
perfurações. Ambos os furadores foram feitos com sílex de
Rio Maior. A seta indica a extremidade activa usada para
perfurar. Escala, 1 cm.
245
246
Orifício interior
Espécie
Donax vittatus
Mactra stultorum
Mytilus
galloprovincialis
Nucella lapillus
Spisula solida
Spisula
subtruncata
N
Orifício
Tipo
Diâmetro
médio
(mm)
Abertura
relativa do
orifício
SLP/SL
(Mytilus:
SLD/SL)
SHD/SH
(Mytilus:
SWP/SW)
(média %
comprimento)
(média %
largura)
Circularidade
Diâmetro
médio
(mm)
Circularidade
Orifício
interior/
Orifício
exterior
natural
3
I
1,31
0,96
1,67
0,99
0,78
0,51
0,33
natural
30
II
1,99
0,89
2,64
0,93
0,75
0,50
0,09
natural
36
I
1,40
0,96
1,70
0,95
0,82
0,43
0,24
natural
136
II
1,75
0,92
2,14
0,96
0,82
0,42
0,17
silex de Rio Maior
8
NA
2,10
0,91
2,37
0,95
0,89
NA
NA
silex de Cantanhede
7
NA
2,05
0,95
2,28
0,93
0,90
NA
NA
natural
15
II
2,51
0,93
3,04
0,95
0,82
0,50
0,06
natural
453
I
0,99
0,93
1,22
0,95
0,81
0,45
0,53
natural (espécimes vivos)
9
I
1,06
0,93
1,77
0,95
0,60
ND
ND
silex de Rio Maior
7
NA
1,67
0,91
2,74
0,87
0,61
NA
NA
silex de Cantanhede
8
NA
2,18
0,89
3,32
0,94
0,63
NA
NA
natural
14
I
1,10
0,91
1,33
0,94
0,82
ND
ND
silex de Rio Maior
7
NA
1,85
0,92
2,68
0,95
0,69
NA
NA
silex de Cantanhede
6
NA
2,37
0,93
3,29
0,95
0,71
NA
NA
natural
6
I
1,82
0,95
2,41
0,97
0,75
0,48
0,14
natural
31
II
2,34
0,92
2,99
0,96
0,78
0,48
0,09
silex de Rio Maior
6
NA
2,26
0,94
2,89
0,97
0,77
NA
NA
silex de Cantanhede
5
NA
2,40
0,93
3,50
0,94
0,68
NA
NA
natural
15
I
1,39
0,95
1,78
0,97
0,79
0,55
0,51
natural
101
II
2,08
0,92
2,80
0,95
0,74
0,54
0,09
Quadro I. Caracterização morfométrica dos orifícios de predação e dos orifícios feitos com furadores de sílex. Para as conchas de Chamelea striatula, Donax vittatus, Mactra stultorum,
Spisula solida, Spisula subtruncata: SL: comprimento; SH: altura; SLP: distância entre o orifício e a extremidade posterior; SHD: distância entre o orifício e a extremidade dorsal. Para as
conchas de Mytilus galloprovincialis: SL: comprimento; SW: largura; SLD: distância entre o orifício e a extremidade dorsal; SWP: distância entre o orifício e a extremidade posterior. NA,
não aplicável; ND, não determinado; N, número de exemplares.
Orifícios de predação em conchas de moluscos marinhos...
Chamelea
striatula
Tipo de orifício
Orifício exterior
João Paulo Cabral, Sérgio Monteiro-Rodrigues
os de predação do Tipo I. Os orifícios mais estreitos feitos com furadores de sílex tinham 1,1 mm de
diâmetro interno. Os orifícios naturais de predação
mais estreitos foram os de Tipo I em Mytilus galloprovincialis com 0,99 de diâmetro interno médio
(Quadro I). Da bibliografia consultada, a grande
maioria dos orifícios descritos em conchas arqueológicas são muito maiores (Vanhaeren y d’Errico,
2001, 2002; Chauviere, 2002). Segundo Vanhaeren y d’Errico (2002) a perfuração com recurso a
furador em osso pode também originar orifícios de
reduzida dimensão. No entanto, estes orifícios são
sempre maiores que os de predação e, sobretudo,
muito mais irregulares.
Estampa 4. Exemplos representativos de orifícios feitos
com furadores confeccionados com sílex de Rio Maior, em
conchas de Donax vitattus (A), Mytilus galloprovincialis (B),
Nucella lapillus (C) e Spisula solida (D). Os orifícios têm um
contorno mais irregular do que os de predação (ver Estampa
2) e apresentam marcas nítidas de abrasão, resultantes do
movimento do furador, para a frente e para trás. Escala, 1 mm.
Nas conchas que foi possível perfurar, as quatro espécies estudadas revelaram diversos comportamentos.
As conchas de Donax vittatus partiam-se facilmente.
As conchas de Nucella lapillus foram as mais fáceis de
perfurar. As conchas de Mytilus galloprovincialis eram
inicialmente difíceis de perfurar, mas depois de atingida uma certa profundidade, a perfuração tornava-se
mais fácil. Comportamento distinto deste revelaram as
conchas de Spisula solida que, depois de uma fase inicial de perfuração rápida, se tornavam muito difíceis de
perfurar. Estes comportamentos diversos estão muito
possivelmente relacionados com a composição e organização interna das conchas estudadas.
Alguns exemplos representativos de furadores e de
orifícios feitos com estes instrumentos estão nas Estampas 3 e 4 e os valores morfométricos no Quadro I.
Todos os orifícios feitos com furadores de sílex
através de rotação semicircular revelaram um contorno mais irregular do que os orifícios de predação
(Estampa 4), apesar de em termos médios, serem relativamente circulares (Quadro I).
Os orifícios feitos com furadores de sílex eram
geralmente maiores do que os orifícios naturais, mas
foi possível fazer orifícios quase tão pequenos como
Nenhum dos orifícios feitos com furadores de sílex apresentou uma superfície interna tão lisa e regular como a observada nos orifícios de predação. Todos os orifícios apresentaram indícios do movimento
rotativo feito com o furador, indispensável para uma
perfuração efectiva.
Em termos gerais, constatou-se que a forma e a
dimensão dos orifícios feitos com os furadores dependeram mais da morfologia da extremidade activa
do próprio furador, sempre variável entre diferentes
furadores, do que do tipo de sílex ou da espécie de
concha perfurada.
A característica mais distintiva dos orifícios feitos
com furadores líticos era a superfície interna, com
marcas nítidas de abrasão (Estampa 4), resultantes do
movimento rotativo, para a frente e para trás, feito
com o furador.
4. Discussão
Os tipos de orifícios de predação que observámos
nas conchas estudadas estão de acordo com a bibliografia publicada (Cadée, 1968; Carriker, 1981; Rolán Mosquera, 1984; Kabat, 1990; Rolán Mosquera y
Otero-Schmitt, 1996): as espécies que vivem em fundos com areia, cascalho ou lama (Chamelea striatula;
Donax vittatus; Mactra stultorum; Spisula solida; Spisula subtruncata) podem ser perfuradas pelas espécies
de Euspira, mas também, em menor grau, por Ocenebra erinaceus ou ocasionalmente por Nucella lapillus;
as espécies que vivem sobretudo em fundos rochosos,
na região entre-marés (Mytilus galloprovincialis e Nucella lapillus) podem ser perfuradas por Nucella lapillus ou Ocenebra erinaceus.
247
Orifícios de predação em conchas de moluscos marinhos...
De acordo com a bibliografia, nos Muricidae, não se
conhece o que determina o sítio exacto da perfuração,
que pode ocorrer em qualquer local da concha. Nos
Naticidae, quando o predador detecta a presa, escava
rapidamente o substrato para chegar até si. No processo
de captura das presas excretam grandes quantidades de
muco que serve para se fixarem à vítima. O sítio da perfuração depende da forma como a vítima é agarrada e
localiza-se numa determinada região de uma das valvas
(Carriker, 1969, 1981; Kabat, 1990; Davenport et al.,
1998; Rovero et al., 1999; Ishida, 2004; Kowalewski,
2004). As observações que realizámos no presente trabalho relativamente os orifícios do Tipo I estão de acordo com a bibliografia. Em todas as conchas, os orifícios
apresentaram-se dispersos na concha, aparentemente ao
acaso, e desta forma os valores médios das variáveis SLP
(distância entre o orifício e a extremidade posterior da
concha) / SL (comprimento da concha) e SHD (distância entre o orifício e a extremidade dorsal da concha) /
SH (altura da concha) situaram-se geralmente perto de
0,5 (Quadro I). Relativamente aos orifícios do Tipo
II, presumivelmente causados por Naticidae, localizavam-se sempre perto do umbo (lado dorsal), e assim o
valor médio da variável SHD (distância entre o orifício e a extremidade dorsal da concha) / SH (altura da
concha) era muito baixo. Estes resultados contribuem
para um melhor conhecimento do mecanismo de predação das Euspira.
Os orifícios feitos com furadores de sílex, usando um
movimento rotativo para a frente e para trás, apresentavam uma forma aproximadamente circular e vestígios
de abrasão na sua superfície interna. Usando este tipo
de perfuração, Álvarez Fernández (2006a) e Avezuela
(2010) também referiram a formação de orifícios circulares e a existência de marcas (estrias segundo Avezuela,
2010) deixadas pelo movimento rotativo do furador.
Em trabalhos publicados em que são mencionadas
situações nas quais os furadores foram batidos contra a
concha por percussão directa ou por pressão (Chauviere, 2002; Vanhaeren y D’Errico, 2002; Álvarez Fernández, 2006a), os orifícios apresentados são muito irregulares e totalmente distintos dos que se observaram no
presente trabalho.
Têm sido divulgadas muitas conchas de moluscos
perfuradas encontradas em contexto arqueológico.
Todavia, na grande maioria dos casos, as imagens publicadas não têm pormenor suficiente para que as possamos comparar com as descritas no presente trabalho.
Vanhaeren y D’Errico (2002) descreveram as conchas
248
perfuradas de Littorina obtusata exumadas na gruta do
Caldeirão. Tanto quanto é possível apurar pela figura
10-15 (g,i), os orifícios são aparentados com os obtidos no presente trabalho, usando instrumentos líticos
aplicados com um movimento rotativo. Existe contudo
a possibilidade de orifícios irregulares feitos por perfuração directa serem posteriormente regularizados usando um instrumento lítico, possibilidade aliás referida
por aqueles dois investigadores.
Comparando os orifícios naturais de predação com
os realizados com furadores de sílex, constata-se que
uma observação cuidada à lupa dos orifícios permite
discernir, com pouca margem de erro, se se trata de um
orifício de predação natural ou de um orifício feito com
um furador de sílex.
Estas conclusões não devem ser directamente extrapoladas para conchas perfuradas encontradas em contexto arqueológico por razões várias, nomeadamente
as seguintes: 1. As conchas encontradas em estruturas
arqueológicas podem ter estado enterradas durante largos períodos de tempo. Dependendo, por exemplo, do
pH do solo, pode ocorrer uma certa erosão química da
concha. Podemos antever que em solos ácidos, a concha
se vá dissolvendo e os detalhes das estruturas perdendo. Conchas encontradas em contextos arqueológicos
que possam ter sido perfuradas com instrumentos líticos semelhantes aos usados no presente trabalho e de
forma análoga, podem assim não ter uma morfologia
semelhante à que observámos. 2. As conchas perfuradas
encontradas em contexto arqueológico podem ter sido
usadas para finalidades diversas. Este uso, cuja natureza
dificilmente conheceremos com certeza, pode resultar
em desgaste, uniforme ou localizado. As superfícies internas dos orifícios, inicialmente rugosas (se as conchas
foram perfuradas com furadores análogos aos que usámos neste trabalho), podem apresentar-se alisadas, por
exemplo, se aqueles tiverem sido usados para suspensão.
O esclarecimento destas questões demanda mais experimentação, para a qual se sugerem alguns tópicos,
como o estudo da erosão química de conchas perfuradas com furadores pela acção de condições de acidez e
o estudo da perfuração com furadores em osso e metálicos de morfologia variável.
5. Conclusões
Para as espécies de conchas estudadas e para os furadores de sílex do tipo empregue, uma observação cui-
João Paulo Cabral, Sérgio Monteiro-Rodrigues
dada dos orifícios à lupa permite saber com confiança
se se trata de um orifício de predação natural ou de um
orifício feito com um furador de sílex usando um movimento rotativo de perfuração.
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