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hesaurus Ecclesiae hesaurus Mundi 1as Jornadas sobre el Patrimonio Cultural de la Iglesia Juan Ignacio Pérez Giménez (Coord.) Iglesia Colegial Basílica de Santa María de Xàtiva hesaurus Ecclesiae. hesaurus Mundi 1as Jornadas sobre el Patrimonio Cultural de la Iglesia Xàtiva, 2016 hesaurus Ecclesiae. hesaurus Mundi 1as Jornadas sobre el Patrimonio Cultural de la Iglesia Xàtiva, 2016 Juan Ignacio Pérez Giménez (Coord.) Iglesia Colegial Basílica de Santa María de Xàtiva A D. Carlos Sarthou Carreres, y a todos los que durante el aciago verano de 1936 no dudaron en poner su vida en peligro con el propósito de salvaguardar los bienes culturales de la Iglesia. Edita: Iglesia Colegial Basílica de Santa María de Xàtiva Aula de Cultura Beato Gonzalo Viñes, 2018. Paper Plegat, s.l. © de los textos: Los autores © de la edición: Iglesia Colegial Basílica de Santa María. © de las fotografías: los autores Imagen de la cubierta: San Miguel Arcángel y María Magdalena. s. xv. Museu de La Seu, Xàtiva Dipòsit Legal: V-711-2018 ISBN: 978-84-947936-3-9 Imprimeix: Paper Plegat, s.l. ÍNDICE Presentación 11 Prólogo 13 Recuperación y gestión del patrimonio cultural 17 de la Catedral de Segorbe tras la Guerra Civil de 1936 Magín Arroyas Serrano, Vicente Martínez Molés y David Montolío Torán el relicario de la corona de espinas de alfonso el magnánimo Fernando Castelló Domènech 53 La reforma neóclasica de la Catedral de Valencia: diseño y ejecución Luis Cortés Meseguer 67 El patrimoni sonor: la música eclesiàstica Josep Manel Garcia Company 93 El conjunto cerámico de la Colegiata de Xàtiva Mercedes González Teruel 105 La voluntad de una reina: El monasterio franciscano de Santo Espíritu Alberto Marín Pastrana 133 El archivo personal de Roque Chabás: sus fondos conservados en la Catedral de Valencia Juan Francisco Morales Ferrer 149 Los Museos de la Iglesia en el contexto museográfico actual Remedios Moril 167 Bajo el signo de la unción escultórica: Vicente Rodilla Zanón en la documentación de los archivos diocesano y catedralicio de Valencia Juan Ignacio Pérez Giménez 181 La colección del Monasterio de Santa Clara: el legado borgiano gandiense Núria Ramón Marqués 229 Análisis estructural e intervención de tres libros de tradición hispanoárabe de la ALMOYNA de Valencia Patricia Real Machado y Gema María Candel Rodríguez 253 Programa de actividades de la i Bienal 267 Presentación Tienes en tus manos las relexiones y comunicaciones que con el título hesaurus Ecclesiae. hesaurus Mundi organizó la Seu de Xàtiva a través de su Centro de Estudios Históricos (Aula de Cultura Beato Gonzalo Viñes) con el objeto de contribuir al discernimiento del Patrimonio de la Iglesia como un servicio a la cultura universal. Entre la experiencia estética y la experiencia religiosa existe una especie de parentesco natural, especialmente acusado cuando se trata de la experiencia cristiana. La Iglesia cuando expresa su fe, la celebra y hace de ella una experiencia de arte, está contribuyendo a la cultura. «Contemplar» y «sentirse arrebatados» por lo contemplado son dos momentos que caracterizan tanto a la experiencia estética como la experiencia de la fe Cristiana. No hay contradicción entre el arte y el cristianismo. Entre la fe cristiana y la cultura. La Iglesia en el Concilio Vaticano II ha llegado al convencimiento de la armonía necesariamente existente entre el Cristianismo y todas las formas de la verdadera cultura humana. El término Ecclesia, que etimológicamente signiica convocación y, en el lenguaje clásico la asamblea de ciudadanos libres. Llamaron Casa de la Reunión Domus Ecclesiae al lugar donde se reunían para la acción sacramental y así con fácil metonimia se fue aplicando el nombre de Ecclesia también al ediicio material. 11 Queremos contribuir con la celebración de las Bienales a crear una sensibilidad que nos lleve a superar la visión unidimensional del hombre propia de la postmodernidad, enjambre de conocimientos débiles que avanzan por la vía negativa destruyendo la aportación que durante tanto tiempo uniicaba fe y cultura. Hoy habría que abrir las puestas de la Iglesia y aceptar la colaboración de muchos hombres y mujeres para intentar descubrir en el Hombre una profundidad necesaria para entender nuestra historia y todas las manifestaciones culturales que han aportado la autenticidad creadora como verdaderos artistas. Sabiendo que el arte está al servicio del Hombre. El tiempo ha demostrado el error de la crítica materialista, vulgar y demagógica que quiere desmitiicar o desacralizar las formas superiores del arte moderno y de la cultura. Es preciso reconciliar el mundo moderno con lo esencial del arte y a toda sociedad. Nuestra colaboración partiendo de las realidades y riquezas de nuestra historia quiere ser una contribución a la verdadera reconciliación entre fe y cultura, arte y modernidad, hombre actual y dimensión religiosa o de profundidad. Queriendo compartir este deseo, hemos soñado con la validez de las Jornadas de Relexión de la I Bienal que celebramos el año pasado y que ahora os ofrecemos en este libro. Un saludo, José Canet Canet Abad de Sta. María de Xàtiva. 12 Prólogo La Iglesia Católica, fundamento insustituible de la cultura occidental, es titular de un extenso patrimonio histórico – artístico, de especial notoriedad en el caso de España.1 Regulados tanto por el ordenamiento civil como por el eclesiástico2, los bienes culturales gestionados por la Iglesia se adscriben, como el resto, a las tipologías incluidas en la Ley de Patrimonio Histórico Español de 19852, aunque asignándoles además de una funcionalidad cultural, propia de cualquier bien, otra de índole pastoral, pues fueron creados para estar al «servicio de la misión» evangelizadora. En este sentido, la Declaración del Escorial sobre el Patrimonio Cultural (1996) deinió Patrimonio Cultural de la Iglesia como «el conjunto de bienes que la Iglesia creó, recibió, conservó y sigue utilizando para el culto, la evangelización y la difusión de la cultura. Son testimonio y prueba de 1 2 Utilizado por primera vez durante la Convención de La Haya de 1954, el concepto «Patrimonio Cultural» concierne a aquello heredado de nuestros ancestros, que tiene valor para nosotros y que es inherente a nuestra sociedad. Determinados especialistas entienden que el 70 % del total del patrimonio cultural español sería de titularidad, o habría pertenecido, a la Iglesia. Cfr. Reuben, S., Más allá del Prado: museos e identidad en la España democrática. Akal, Colección Arte y estética. Madrid. Labaca, Mª. L., «El Patrimonio Cultural de la Iglesia Católica en España». En el artículo 1.2 de la Ley de Patrimonio Histórico Español, de 25 de junio de 1985, se indica que «integran el Patrimonio Histórico Español los inmuebles y objetos muebles de interés artístico, histórico, paleontológico, arqueológico, etnográico, cientíico o técnico. También forman parte del mismo el patrimonio documental y bibliográico, los yacimientos y zonas arqueológicas, así como los sitios naturales, jardines y parques, que tengan valor artístico, histórico o antropológico». Puede observarse que no se hace mención especíica del patrimonio inmaterial; no obstante, en mayo de 2015 se incluiría el inciso: «Asimismo, forman parte del Patrimonio Histórico Español los bienes que integren el Patrimonio Cultural Inmaterial, de conformidad con lo que establezca su legislación especial». 13 la fe de un pueblo. Son también creaciones artísticas, huellas históricas, manifestaciones de cultura y civilización». Aunque a nivel nacional se convocan diversos ciclos de conferencias, cursos o seminarios relacionados con la Historia y el Arte, en los que se trata necesariamente del patrimonio eclesiástico, más allá de los cursos y jornadas organizados por la Conferencia Episcopal Española3 son escasas las iniciativas que lo toman como tema monográfico, y menos aún que partan de la propia institución. Por ello, entendemos que cualquier iniciativa que favorezca que el común de la sociedad conozca y aprecie los bienes de la Iglesia tendría que ser bien acogida. El presente libro incluye los textos de las ponencias presentadas a las I Jornadas sobre el Patrimonio Cultural de la Iglesia que la Colegiata de Santa María de Xàtiva programó como acto central de la primera edición de la Bienal hesaurus Ecclesiae. hesaurus Mundi. El Patrimonio Cultural de la Iglesia, Patrimonio de todos. La Bienal inició su programa con la inauguración de la exposición De papel y pergamino: Tesoros del Archivo de la Colegiata de Xàtiva, y con un concierto de órgano, a cargo de Pablo Márquez Caraballo, organista de la Catedral de Valencia (28 de octubre de 2016). Días más tarde (11 y 12 de noviembre de 2016), tuvieron lugar las Jornadas, en las que participaron profesores y especialistas de l’Institut Valencià de Conservació i Restauració y de l’Institut Superior d’Ensenyances Artístiques de la Comunitat Valenciana (Generalitat Valenciana), de la Universidad Católica San Vicente Mártir y la Universidad Politécnica de Valencia; de la Universitat de Lleida, el Monasterio de Santo Espíritu de Gilet, y de las catedrales de Segorbe, Orihuela y Valencia. Se clausuró con una visita guiada que, bajo el título Xàtiva, ciutat dels Borja, discurrió por los templos de Sant Francesc, Sant Pere y Santa María de la ciudad. Desde estas líneas deseamos mostrar nuestro agradecimiento a todas aquellas personas que, con su participación, propiciaron que esta iniciativa viera la luz. Especial consideración merecen los ponentes y el Sr. abad de la Colegiata Basílica de Santa María, D. José Canet, quien desde el primer momento aceptó y acogió como suyo este proyecto, con el que deseamos que el común de la sociedad sea consciente de que el patrimonio cultural de la Iglesia es patrimonio de todos, y como tal debemos 3 Jornadas Nacionales de Patrimonio Cultural, Jornadas de Museólogos, Jornadas Técnicas de Bibliotecarios y Archiveros, o los congresos organizados por la Asociación de Archiveros de la Iglesia en España. 14 apreciarlo y velar por su conservación. Estamos, moralmente, obligados a mantener y a transmitir a nuestros hijos aquello que hemos heredado de nuestros padres. Juan Ignacio Pérez Giménez Director de la I Bienal 15 Recuperación y gestión del patrimonio cultural de la Catedral de Segorbe tras la Guerra Civil de 1936 MAGÍN ARROYAS SERRANO Dr. VICENTE MARTÍNEZ MOLÉS Dr. DAVID MONTOLÍO TORÁN S.I. Catedral de Segorbe Se han cumplido 80 años del inicio de la Guerra Civil española de 1936 a 1939, que tuvo a la Iglesia Católica como una de las instituciones más afectadas por las consecuencias bélicas. No fue solamente la pérdida de varios miles de vidas humanas de católicos por el mero hecho de serlo, sin duda la más importante y relevante entre todas las que podrían señalarse, pues a ello habría que añadir, dentro de los aspectos sobre los que se relexiona en estas Jornadas, el desastre que el conlicto supuso para el patrimonio cultural que la institución poseía, mucho del mismo perdido para siempre en su destrucción y desaparición1. 1. Introducción La Catedral de Segorbe fue, dentro de la Comunidad Valenciana, quizá la institución más perjudicada en todo lo relacionado con esta segunda de las pérdidas, y como se ha escrito, uno de los ejemplos en el ámbito nacional de lo acontecido al patrimonio cultural eclesiástico. Como escribe Mateu y Llopis, haciendo referencia a sucesos desarrollados en 1937, «sin custodia oicial muchos de los templos o en manos de los llamados ‘comités’ u organismos revolucionarios, se procedía fríamente a 1 En lo que se reiere al patrimonio cultural en concreto en la zona republicana, pueden consultarse los trabajos de Álvarez (1982) y Girona (1986). 17 la lenta destrucción de archivos eclesiásticos, vendiéndolos a las fábricas de papel»2. Explicar aquellos momentos y, fundamentalmente, la posterior tarea de recuperación y gestión del patrimonio cultural catedralicio de Segorbe tras la guerra, es lo que se pretende hacer en las líneas que vienen a continuación. Unas memorias del que fuera deán concluido el conlicto, Romualdo Amigó, nos permiten acotar el tiempo de la desolación. En ellas, el testigo de la época, señala que estallada la guerra viendo el cariz que esta tomaba en los lugares que de momento quedaron en zona republicana: «(…) del tesoro artístico se escogieron aquellas piezas que eran más fáciles de ocultar, lo que se hizo lo más disimuladamente posible, en tres escondites de la Catedral y en dos del Palacio [Episcopal]. De los cinco cuatro fueron descubiertos, cosa nada extraña, si tenemos en cuenta que el Comité de Segorbe ocupó o ejerció su autoridad sobre ambos ediicios desde el 22 de julio de 1936 hasta el 29 de marzo de 1939, y, además el afán con que era derribado todo tabique que sonaba a hueco. En el quinto, no descubierto, se salvaron de la requisa siete cálices, un báculo episcopal, de plata, el valioso pectoral y anillo del que fue Obispo de la diócesis Sr. Hernández y que legó a la Catedral y dos interesantísimas miniaturas del pintor Ribalta3.» Las breves palabras ofrecen una clara síntesis de lo que pasó: tres años sin control sobre el ediicio y desaparición de todo el patrimonio cultural mueble, excepto lo oculto en un hueco que no fue localizado. En aquellos tres años imaginería, pintura, orfebrería, textiles, documentos y libros desaparecieron o salieron de la catedral hacia otros destinos. De estos últimos, los que se salvaron y recuperaron regresarían a su casa al concluir la guerra. Pero veamos con detalle qué pasó en los tres años del conlicto. Incautado el ediicio de la catedral, a los pocos días del estallido militar, por ser propiedad de «adictos a la rebelión», acabaría siendo cárcel de facciosos y acuartelamiento de milicias. En aquellos primeros meses, el patrimonio artístico, documental y bibliográico permaneció en el ediicio y, según se ha dicho, los libros y los documentos puestos en el suelo servían de cama para algunos soldados. En los primeros momentos bélicos del año 1936 fue el Museo Provincial la entidad que se dedicó a recoger el patrimonio provincial expo2 3 Mateu, 1950: 75. Amigó Ferrer, Romualdo: El Museo Catedralicio de Segorbe, 1958, Archivo de la Catedral de Segorbe, Personales, Papeles de Romualdo Amigó, texto manuscrito. 18 liado de los templos y casas privadas, así como desde el Gobierno Civil se solicitó información de lo requisado por los Comités Populares en las localidades. No hay hasta hoy dato alguno que nos aclare en este aspecto qué pasó en Segorbe en estos primeros meses, y hay que esperar a junio de 1937 para ver la actuación que en la localidad desarrolló la Junta de Incautación y Protección del Tesoro Artístico de Castellón, pero sospechamos que en esos aludidos meses algunas piezas de Segorbe acabaron llevadas a Castellón, siendo las que el 8 de junio de 1937 entregaba el gobernador a la Junta4, entre las que estarían la custodia gótica llamada del rey don Martín y el relicario de las Espinas, así como la cruz procesional mayor. Ninguna de las tres piezas citadas, por cierto, se ha recuperado. De nuevo, el 7 de octubre de dicho año, la Junta hacía una relación de objetos artísticos procedentes de Segorbe y en concreto del Tesoro de la Catedral, que tenían en Castellón5. En junio de 1937 se personaba en Segorbe la Junta y empezaba a intervenir sobre el patrimonio cultural catedralicio que quedaba. El informe de lo que se encontró es revelador de las circunstancias: «En la ciudad de Segorbe a treinta y uno de julio de mil novecientos treinta y siete. Constituidos en la Iglesia Catedral de dicha ciudad (…) para cumplimentar la orden telegráica de la Dirección General de Bellas Artes de 27 de los corrientes que dispone se levante acta del estado de este ediicio y sus enseres, procediendo a la incautación del mismo en nombre del Estado representado por la Junta del Tesoro Artístico, observamos lo siguiente: IGLESIA.= Entrando por la puerta recayente a la calle San Cristóbal y en cuya fachada no hay ninguna novedad que apreciar, señalamos en el vestíbulo que las ornacinas (sic), a ambos lados de él están sin imágenes. NAVE.= Arquitectónicamente bien conservada, como las pinturas de la vóbeda (sic) y completo el pavimento excepto unas losas saltadas en el presbiterio y el destrozo de los púlpitos. ALTARES y ornacinas (sic) completos y sin imágenes. EL CORO perfectamente conservado y le falta solo el facistol. Dos tribunas a ambos lados delante del Coro vacías. SACRISTÍA.= Conforme se entra a mano derecha la primera, segunda, tercera y cuarta habitación ofrecen los muebles en desorden y con algunos destrozos. En la cámara cuarta entre muebles y telas desordenadas se vé parte del facistol que estuvo en el Coro. CAMARIN.= También muebles en desorden y altar lateral sin imagen. La puerta de hierro, cierre de la ornacina (sic) del altar mayor violentada. EL CLAUSTRO.- Banda Norte. Arquitectónicamente bien conservada, desaparecidos el vía-crucis. Primera capilla verja forjada bien. Sin 4 5 Olucha, 2004: 60. Olucha, 2004: 110-111. 19 retablo. SALA VESTUARIO.= También falta el retablo. Armarios vacios, puerta de hierro forjada con desperfectos. Tercera capilla puerta de hierro forjada en buen estado. ANTIGUA AULA CAPITULAR, desnudas las paredes y muebles bastante maltratados. Por la escalera subida a las distintas dependencias de lo que fue Archivo del Cabildo dónde no queda un solo documento. Una décima parte de la documentación existente fue recogida y guardada en una dependencia del Consejo Municipal. La anaquelería y los muebles sufrieron bastantes desperfectos. Banda Este. Verja de hierro forjada en buen estado. La dependencia que sigue ofrece los muebles en desorden y ausencia total de los altares. AULA CAPITULAR. Ligeros desperfectos en los sepulcros yacentes de los Condes de Villanueva. No quedan ninguna de las tablas y lienzos salvo tres que no fueron trasladados a lo que fue Palacio Episcopal, y en parte inventariados por esta Junta en actuaciones anteriores. Las alas del claustro Sur y Oeste convertidas en almacén de algarrobas y carbón. Dos tabiques inutilizan el paso por el mismo claustro. Para llegar al ala Sur hay que entrar por el Aula Capitular a dependencia primera donde se hallan amontonados los muebles entremezclados con telas. Las dos capillas de esta ala Sur están sin altar y con las verjas de hierro forjado en buen estado. La puerta de la calle Santa María cerrada facilita el acceso al ala Oeste que no ofrece más particularidad que tener levantado parte del pavimento. Como se ha dicho antes está convertida en almacén de algarrobas y carbón. PISO PRIMERO DEL CLAUSTRO. Montón informe de deshechos de la antigua catedral junto con camas y otros útiles de la gente acuartelada anteriormente. En la segunda capilla del claustro Sur en una pequeña capilla adyacente existen varios racionalatos y otros manuscritos de interés. También en el Aula Capitular son cuatro en vez de tres los lienzos que subsisten colgados en la pared y un resto de polsera superior de retablo del siglo XV.» Se ha notado además la falta de una imagen que coronaría la reja que separa el coro de la nave de la iglesia. Se hallaron varias piezas de un retablo del siglo XV en mal estado de conservación en la segunda capilla recayente al claustro Sur. Y en las dependencias subiendo al coro (sic) varios estantes vacios que seguramente contuvieron los libros de coro de la Catedral y papeles de música de la misma. Quedan condenadas las puertas que comunican con el exterior y con el pasadizo que lleva al Palacio episcopal y precintadas, con el sello del Consejo Municipal de Segorbe y del que usan las fuerzas destacadas en esta Ciudad de las fuerzas de Asalto, recayentes las calles (digo) las puertas recayentes a la calle San Cristóbal, puerta principal y a la de Santa María. Se hace constar que en algunas habitaciones accesorias no se puede penetrar por no haber sido encontradas las llaves y que la Torre independizada su comunicación por un tabique que la separa de la iglesia solo tiene acceso por la calle y la llave continua en poder de las personas que la utilizan para usos civiles 20 y militares. Y que la puerta recayente a la calle Santa María no ha podido ser encontrada su llave y por eso se precinta y se deja condenada por el interior. Se ha dispuesto también el corte del luido eléctrico para evitar posibles siniestros6. De aquel momento, además del enfrentamiento en la localidad que se negaba a que las piezas artísticas saliesen hacia Castellón, concluido este con la creación de una Subjunta local que se haría cargo del patrimonio segorbino –también se creó en septiembre de 1937 una Subjunta en Orihuela-, la documentación de la Junta nos informa que había desaparecido totalmente la documentación musical y prácticamente desaparecido el archivo catedralicio y la biblioteca capitular –nada se dice del archivo diocesano-, pero y aunque no lo vieron físicamente apuntan que se conserva en el Seminario su biblioteca histórica. La actuación de la Junta de Castellón fue ordenar la custodia del patrimonio artístico en los sitios que se hallaba, acondicionar la iglesia de San Martín como futuro depósito del mismo, y que el ayuntamiento custodie los escasos restos, sobre todo pergaminos y algunos pocos libros, del archivo catedralicio y biblioteca capitular que están maltratados en las dependencias municipales. En una coincidencia cronológica, de la que Segorbe no tuvo noticia en aquellas fechas, se producía un hecho de gran trascendencia en lo que atañe al archivo de la Catedral. El gobierno de la República había promulgado varias disposiciones en su momento para que se vendiese a las fábricas de papel aquel papel viejo que se tuviese y de este, dada la escasez que había, se hiciese papel nuevo. Aquellas normas apuntaban directamente como susceptibles de su destrucción las bibliotecas y los archivos de las instituciones eclesiásticas, dada su inutilidad pues se decía ya no resurgirían en el futuro, de ahí que su papel viejo no fuese necesario para nada. En esas circunstancias se vendió el archivo y la biblioteca capitular, y sus pertenencias fueron localizadas en la fábrica de papel Layana, en Valencia. El que alguien providencialmente se lo dijese a Felipe Mateu Llopis, quien en esos días se preocupaba de recuperar los documentos del patrimonio cultural en Valencia, hizo que éste se personase en la citada fábrica y, cambiando a peso papel más moderno –periódicos y revistas coetáneas- por el viejo que había en la misma, recogiese lo que en esta había de Segorbe, y así se salvó de la total destrucción o desaparición el 6 Olucha, 2004: 87-89. La negrita es nuestra. Un resumen del documento que se suscribió en Segorbe, se recoje en el acta de la sesión celebrada por la Junta Delegada del Tesoro Artístico de fecha 4 de agosto de 1937, que aparece transcrita en la publicación Servicio, 1938. 21 archivo de Segorbe tanto el de su catedral como el diocesano, aunque de este último se dijese, incluso años más tarde, que acabó totalmente incendiado lo que hoy sabemos no fue cierto7. Un año después, en marzo de 1938, el patrimonio de la catedral que había en Castellón era entregado en custodia a la Junta Central en Valencia8 y meses más tarde, en junio, fue trasladado al depósito de las Torres de Serrano en la misma localidad el que se encontraba en Segorbe9. Curiosamente, en la relación de lo entregado no aparece el relieve atribuido a Donatello, que sí constaba en lo incautado un año antes10. También en este año, el Ayuntamiento entregaba en Valencia una documentación al Archivo Regional, tanto de procedencia municipal como ahora sabemos también de la Iglesia, y que ha quedado depositada en el Archivo del Reino hasta la actualidad. En marzo de 1939 se produjo el último de los incidentes que afectaron al patrimonio cultural de la catedral. En esas fechas, se procedió a la entrega en Ginebra (Suiza) de las obras de arte españolas que habían sido llevadas al Palacio de la Sociedad de Naciones de la ciudad, remitidas a aquella por los representantes del gobierno republicano para salvaguardar los «tesoros de arte españoles». Y en el inventario realizado encontramos piezas procedentes del patrimonio artístico de la catedral, entre ellas el ya citado retablo renacentista de piedra atribuido a Donatello11. Concluida la guerra, se iniciaba la nueva etapa de recuperación del patrimonio, algo que detallaremos más particularmente en los siguientes apartados de la exposición, y que a lo largo de varias décadas pudo llevarse a cabo por la actuación de personas con nombres y apellidos de las que hemos de dejar constancia permanente. En primer lugar, el canónigo Romualdo Amigó Ferrer que fue designado deán tras el conlicto, y que se encargó en un trabajo prolíico y tenaz, de la recuperación de la catedral y de su patrimonio. Gracias a él, la catedral se restauró arquitectónicamente; su patrimonio cultural se recuperó en lo que se halló, tanto aquel que se quedó en la península como en el mandado al extranjero, aunque no todo; se devolvió a Segorbe la documentación del archivo salvada en 7 8 9 10 11 Mateu, 1951: 76-78. Gómez, 1997: 111. Seguì, 2006: 608-609. Olucha, 2004: 124. Olucha, 2004: 149-152. Olucha, 2004: 59. Inventaire des ouvres d’art espagnoles transportées au Palais de la Societé des Nations en exécution des dispositions arrétes a Figueras, le 3 Février 1939, entre le représentant du Gouvernement Républicain et le D´lègue du Comité International pour le sauvegarde des trésors d’art espagnols, 1939, Archivo del Instituto de Patrimonio Cultural de España, Servicio de Patrimonio Nacional, C-096.01. Agradecemos a Juan Ignacio Pérez Giménez el poder haber consultado este documento. 22 Valencia, documental y musical, así como la bibliotecaria, sobre todo la de la biblioteca del Seminario. Incluso llegó a conseguir un depósito de obras de arte, procedente de los fondos recuperados por el Estado, que en cierta manera resarcieran de momento lo perdido. Fue, insistimos, una labor meritoria y que no se completaba nunca; siempre aparecía algo nuevo o se descubría información. A él se le debió la decisión de crear el Museo Catedralicio para que acogiese este patrimonio recuperado. Junto al deán, hemos de citar la igura del archivero Peregrín Llorens Raga, quien lograba la plaza de canónigo Archivero-Bibliotecario en la década de los cincuenta del siglo pasado, nombramiento que se hizo ante las peticiones de acceder a los fondos que presentaban eruditos del momento, y que supuso sacar del abandono en que se encontraba el patrimonio documental y bibliográico, concluyendo aquella labor al poder contar con un archivo de restos pero con presencia física visible cuando terminaron las primeras tareas allá por el año 1970. Otro de los personajes que hay que recordar por su gran dedicación, es la igura de José Climent Barber, prefecto de Música de la catedral de Valencia y que una circunstancia fortuita –su amistad con una familia segorbina- propició su tarea de reordenar y catalogar el fondo musical de la catedral recuperado, trabajo que se alargó dos décadas del pasado siglo y que concluyó con la publicación de su catálogo musical en 1984. Y por último, la igura del canónigo Ramón Rodríguez Culebras, el que fue director del Museo Catedralicio tras el deán Amigó o el canónigo Llorens Raga, que inluido por sus estancia en Munich (Alemania) dio un giro radical al concepto del museo y lo ubicó como una de las colecciones más importantes de arte dentro de la Comunidad Valenciana y en el conjunto del Estado. Pero de todo ello, hablaremos algo más detenidamente en los siguientes apartados de la exposición. 2. El patrimonio arquitectónico y artístico La riqueza y monumentalidad de un templo catedralicio, lo que se conoce como patrimonio arquitectónico y artístico, es el resultado de un pasado histórico y, en ocasiones, una situación geográica que lo justiica o explica. La Catedral de Segorbe es iglesia principal de una pequeña diócesis, pero su patrimonio, el que hubo y el que se conserva, no se corresponde con lo que cabe esperar de tal circunstancia. Antes de la Guerra Civil de 1936, en lo que a sus bienes artísticos se reiere, ya 23 algunas publicaciones desde el siglo xviii hasta principios del xx dejaban testimonio de la singularidad de piezas que albergaba12, de la misma forma que esta se recogía en trabajos de inventario o divulgación del patrimonio artístico13. Como ya se ha señalado anteriormente, tras el inicio de la guerra los acontecimientos se precipitaron. La ubicación de la ciudad en territorio republicano, situada en el camino de Valencia a Aragón, entre dos capitales trascendentales en la contienda, le hizo ser paso del movimiento incesante de tropas y estar expuesta ante algunas de las columnas, especialmente beligerantes con todo lo eclesiástico, que realizaban ese recorrido sobre todo en los primeros momentos del conlicto. La dispersión y recuperación de los bienes En los primeros días, todos los templos de la ciudad sufrieron ataques y expolios, tanto de objetos de culto y litúrgicos como de obras de arte. El Palacio Episcopal, donde se hallaba el Museo Diocesano, se convirtió en la sede de la cnt, el convento de agustinas y la Catedral en cuartel y el seminario sirvió de cuartel y cárcel. Todos sus bienes fueron coniscados. En cuanto se constituyó la Junta de Incautación, Protección y Salvamento del Tesoro Artístico de Castellón, se iniciaron las primeras actuaciones en la salvaguarda de los objetos artísticos de Segorbe siendo trasladadas a Castellón algunas piezas recogidas en el Museo de Bellas Artes, pero habrá que esperar a julio de 1937 para que su intervención sea más efectiva. Los bienes artísticos se quedaron en dependencias del Palacio Episcopal, ocupado como se ha dicho por la cnt, en el que estaban los objetos que contenía el Museo Diocesano, o en la propia catedral de donde, en un primer momento, se trasladaron para su almacenamiento en el convento segorbino de las Agustinas. Más tarde, la situación bélica y la propia inseguridad de la ciudad, hicieron que lo existente en la localidad se trasladase a Castellón, Valencia, Barcelona y Cartagena14. Ya en la propia intervención de la Junta del Tesoro, los miembros de esta que acuden a Segorbe señalan en la documentación los problemas que surgen en su actuación y las enormes mermas patrimoniales con las que se encontraron15. 12 13 14 15 Ponz, 1772-1794: Tomo IV, 36-37. Villanueva, 1804: Tomo III, 17-20 y 113. Tormo, 1923. Post, 1930. El Catálogo monumental de la provincia de Castellón de la Plana de Luis Tramoyeres realizado en 1919, o la Exposición Internacional de Barcelona del año 1929, por citar algunos ejemplos. Olucha, 2004. Saborit, 2005: 575-576. Olucha, 2004: 35-41. 24 Una vez concluida la guerra pronto se pudieron apreciar sus desastrosas consecuencias para el patrimonio eclesiástico de la ciudad, siendo la catedral uno de los espacios más terriblemente perjudicados. Se iniciaba la siguiente fase, en este caso de recuperación de los bienes, ahora bajo la dependencia del Servicio de Defensa del Patrimonio Nacional, el organismo que en la otra parte del conlicto civil intervenía en los temas del patrimonio cultural. Y en esos primeros momentos ocupó un papel relevante la actuación de Romualdo Amigó Ferrer, quien gestionó en nombre de la Iglesia las tareas de reintegración del patrimonio a su lugar de origen. Lo primero que se pudo constatar fue aquello desaparecido. Solamente se contaba con la memoria de los supervivientes, o la documentación localizada en Segorbe con las actas de incautación del año 1937 realizada por la Junta del Tesoro de Castellón. Una primera evaluación manifestaba que importantes obras del patrimonio catedralicio pictórico, escultórico, textil, de orfebrería o mueble, fueron destruidas o desaparecieron en el expolio de la Catedral de los primeros meses de guerra, inmersa la ciudad en el proceso revolucionario anterior a la llegada de la Junta de Recuperación. De los lienzos bocaporte de los retablos del templo, mayor y laterales, sólo se salvaron dos (la Santa Cena, de Luis Planes, y el San José, de Vicente López,), desapareciendo todos los demás. De los retablos y hornacinas se perdieron la totalidad de sus imágenes históricas y el antiguo tabernáculo. También la sillería de coro fue parcialmente destruida, así como el facistol, o desaparecida la antigua imagen de Santa María de la Seo emplazada sobre la rejería. Los objetos litúrgicos de orfebrería también fueron esquilmados. Así, nada se sabía de la custodia y el relicario de la Santa Espina, ambas importantísimas piezas góticas del siglo xv, del relieve de la Virgen de la Leche (siglo xvi) obra de Damián Forment, de la cruz procesional mayor obra de Martín Gerónimo, de los candelabros de cristal de roca, de la cruz de altar de Eloy Camañes, del relicario de San Vicente Ferrer (siglo xvi), de la cruz procesional (siglo xvi) o del reloj de arena (siglo xvi), del San Marcelo de esmalte de Limoges (siglo xvi), o el frailero de la Catedral (siglo xviii), entre otros. Mejor suerte hubo en otras piezas del patrimonio incautado y relacionado por la Junta del Tesoro en 1937, que se localizaron y pudieron recuperarse trayéndose incluso algunas del depósito que en 1939 se hiciese 25 por el gobierno republicano en Ginebra, singularmente tablas de retablos (del mayor pintado en su día por Vicente Macip, o los retablos góticos de Santa Clara y Santa Eulalia, San Martín y La Visitación), o el retablo de mármol de Donatello, que en primer lugar se depositó en el Museo Arqueológico Nacional en Madrid, y la imagen-relicario en plata de la Virgen del ofebre Eloy Camañes, datada en 161816. Otras piezas de orfebrería, en este caso no remitidas a Ginebra y que se recuperaron, fueron las dos custodias barrocas mayor y menor (1666), el tríptico de plata repujada (siglo xix), la Jarra bautismal (siglo xviii), la cruz procesional (ca. 1820), el relicario de San Abdón, el báculo de los obispos de Segorbe (siglo xvii) y otro báculo de obispo (siglo xvii). Por lo que respecta a la pintura, inalmente se pudo recuperar una buena parte de la misma, sobre todo medieval, renacentista y barroca, salvada por el aprecio que se tenía de ellas en aquellas décadas por estos estilos artísticos frente a lo neoclásico que, en gran parte al servicio del culto en la catedral, desapareció al igual que muchos de los pequeños objetos de arte. La restauración arquitectónica de la catedral La recuperación del culto en el templo catedralicio fue la primera de las preocupaciones de las autoridades eclesiásticas segorbinas. El espacio arquitectónico sufrió los efectos bélicos de la guerra, sobre todo el impacto de algunas bombas, dejando huecos en las cubiertas, ventanales destrozados y un interior en lamentable estado. Se intentó por Romualdo Amigó una primera intervención, que permitiera reabrir la iglesia, lo que se hizo tras la actuación por el Ministerio de Educación restaurando el cascarón del presbiterio, obra dirigida por el arquitecto Ricardo Macarrón. Pero la tarea global era de tal envergadura que, inalmente, hubo de recurrirse a la presencia de la Dirección General de Regiones Devastadas, organismo de la Administración encargado de tales funciones. Desde inales de 1939 hasta 1949, por Regiones Devastadas, se procedió en distintas fases a realizar los trabajos para la reconstrucción arquitectónica y, en algunos aspectos, artística del templo catedralicio. Según los proyectos redactados por el arquitecto Carlos Soria Pérez, encargándose de su ejecución los arquitectos Luis Gay Ramos, Andrés Boyer y Manuel Romaní Miquel, se fueron completando las fases de obra que, en un primer momento, propiciaron la recuperación del templo 16 Olucha, 2004: 55 y ss. 26 para sus funciones litúrgicas, algo que se aceleró ante la designación de obispo para la sede en 1944, siendo la adecuación del claustro alto para museo la última de las intervenciones del organismo concluida en 1949. Durante las obras se restauró todo el exterior de la calle San Cristóbal, las sacristías, dependencias auxiliares, cubiertas, pavimentos, altares, panteón de obispos, alumbrado general, sillería de coro, vidrieras, armariada y cajoneras de sacristía, restauración de puertas, nuevos púlpitos y balaustradas en el templo. En el claustro se restauraron las arcadas y muros con nuevos sillares, se hizo una nueva fuente central en el jardín, se sustituyeron todas las pilastrillas del claustro alto, se adecentaron las capillas claustrales; también se acondicionó el interior del campanario, se pusieron nuevas campanas en su caso y rehabilitó la escalinata que desciende hasta la calle Colón17. Concluida la obra arquitectónica, el Cabildo Catedral y el Ayuntamiento de la Ciudad sufragaron la nueva imagen titular del templo, una Asunción de la Virgen tallada, dorada y policromada realizada por el escultor valenciano Enrique Pariente. En la década de 1980 surgieron nuevos proyectos culturales para intervenir en la conservación del patrimonio cultural español. Los conocidos como Planes Nacionales del Patrimonio Cultural se concibieron para gestionar dicho patrimonio, deiniendo un método de procedimiento y una programación de intervención de las diversas instituciones u organismos de las diferentes administraciones sobre unos bienes culturales. El primer plan puesto en marcha fue el de Catedrales, perilado desde 1987 y plasmado en 1990, y a él se acogió la catedral. El Plan Director de la Catedral de Segorbe, realizado por un equipo interdisciplinar, venía a suponer la necesaria coordinación de las Instituciones para la actuación reglada y coherente en el ediicio, compaginando e integrando dos proyectos similares ordenados por la Consellería de Cultura de la Generalitat Valenciana, por un lado, y el Ministerio de Cultura del Gobierno de España, por otro. El proyecto, vino a ser el resultado del compromiso de cooperación entre las administraciones garantes del patrimonio y el organismo eclesiástico titular del bien. El desarrollo del Plan Director en muchos de sus aspectos y en concreto en la intervención restauradora arquitectónica, llegó a la catedral unido a otro proyecto que, por aquellos años arrancaba en la Comunidad 17 Carot, 1949: 10-12. 27 bajo la dirección de la Fundación pública La Luz de las Imágenes, destinada en principio a intervenir en la conservación del patrimonio inmueble y mueble eclesiástico valenciano. Segorbe fue elegida sede de actuación del proyecto, y en 2001 se abría la exposición que culminaba, en teoría, los trabajos de intervención. Para albergar la misma, se remodeló y restauró la catedral, actuando sobre diversos espacios, pero cuando se abría la exposición no se cerraba un proceso de rehabilitación integral. Con anterioridad se había actuado en las cubiertas de la capilla del Salvador o en la Torre Campanario y, posteriormente, se intervino en la reforma del Claustro Alto y en la Puerta Mayor, obras en las que la citada fundación actuó en algunas mientras que otras las sufragaron diferentes administraciones. La publicación en el Boletín Oicial del Estado del día 1 de octubre del decreto 163/2002, de 24 de septiembre, por el que se declara Bien de Interés Cultural al Conjunto Histórico Artístico de Segorbe y a su Catedral, que ya había sido reconocida como Monumento Nacional desde 1938, vino a constituir el último trámite del proceso administrativo de protección patrimonial de la institución catedralicia y sus bienes culturales. El Museo Catedralicio Tras la guerra civil y la experiencia sufrida en materia del patrimonio cultural mueble, Romualdo Amigó con el apoyo del Cabildo, decidieron agrupar el patrimonio artístico y mostrarlo creando para ello un museo que denominaron Catedralicio. En cierta manera, este se constituyó como heredero del antaño Museo Diocesano ubicado en el Palacio Episcopal, pero como el ediicio del palacio estaba en ruinas se eligió el claustro alto de la catedral para albergarlo y, de ahí, la denominación. Adecuadas las dependencias, se inauguraba en 1949. No era este el primer momento en que la institución tomaba decisiones para conservar el patrimonio artístico que dejaba de tener un uso litúrgico o funcional, pues ya desde inales del siglo xviii se tomaron decisiones al respecto como conservar las tablas del viejo retablo de la capilla mayor o se recibieron piezas con estos criterios, caso del relieve de Donatello o el tríptico de la Pasión con esmaltes de Limoges. Aunque detrás de todo ello aparecía la omnipresente presencia del deán Romualdo Amigó, la primera fase del modelo expositivo plasmado en el museo fue dirigida por José Pérez. En sus salas del claustro, a las que cabe añadir la capilla del Salvador y el Aula Capitular, se mostraba agrupado el patrimonio recuperado tanto en su origen de la Catedral como 28 de otras iglesias de la ciudad, con un criterio exclusivamente centrado en la materia (pintura, orfebrería, textil e, incluso, algunos elementos documentales). Con posterioridad, se hizo cargo de su gestión el canónigo archivero-bibliotecario Peregrín Llorens, pero sus actuaciones puntuales no supusieron grandes modiicaciones ni en el concepto ni en la forma de plasmar este. La llegada de Ramón Rodríguez a la dirección del museo en 1968 fue un auténtico cambio radical. Formado en Munich y con grandes conocimientos sobre la museología novedosa del momento, transformó no tan solo la muestra de las piezas con criterios distintos a la forma expositiva anterior, sino el concepto de lo que debía ser la institución. Su época de gestión, momento en el que el museo recibe el reconocimiento oicial de la administración como tal en 1994, se caracterizó en tareas de restauración, presencia de obras del fondo en exposiciones de trascendencia artística, así como la divulgación del conocimiento del patrimonio artístico de la catedral, tanto en muestras propias sobre el mismo como en la publicación de estudios de piezas del museo. A ello cabría añadir las diferentes exposiciones sobre artistas contemporáneos que alojaron las dependencias catedralicias, o el premio de pintura que él mismo patrocinaba con el in de incorporar obra nueva de temática religiosa a los fondos museográicos. Toda una labor ingente que fue premiada, en el año 1990, con la Medalla de las Bellas Artes concedida a la institución por la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia. Con la actuación de La Luz de las Imágenes y tras la exposición, llegó el momento de dar paso a una nueva fase del museo. En este caso, el proyecto museográico y la nueva exposición de la colección, se transformó totalmente en relación al pasado del museo. Los nuevos gestores del mismo, el director Pedro Saborit y los técnicos Ferran Olucha y David Montolió, aunque recogieron las ideas en su momento teorizadas por el fallecido Ramón Rodríguez, se encontraron con unas mayores posibilidades al disponer como espacio expositivo con las capillas del claustro bajo y la dependencia antaño ocupada por el archivo. El plan museográico del nuevo Museo Catedralicio de Segorbe, plantea un discurso que abarca diversos entornos y siempre acorde al hilo de un sentido-camino que diserta y explica lo que ha sido el arte y la propia historia de la Catedral y su diócesis, estructurado en torno al propio templo catedralicio, excelente ejemplo de arquitectura académica, y al claustro, tanto alto como bajo, núcleo del Museo, donde se 29 dispone una selección de piezas de acuerdo a un criterio cronológico y a la recuperación de las antiguas capillas góticas; todo ello intentando que el visitante quede inmerso en un espacio que evoca lo que ha sido una catedral, tanto en su espacio arquitectónico como en los elementos que embellecen el mismo. La obra artística forma parte de un todo y se abre a una compresión global y no hay que destacarla en sí misma, algo que se reserva al mundo de los historiadores y estudiosos. La conservación de las obras Uno de los problemas que se encontraron al recuperar el patrimonio artístico fue el deterioro del mismo. Los momentos no propiciaban una intervención restauradora de las piezas, pero transcurridas algunas décadas se comenzó a trabajar en este campo. La primera de las actuaciones fue sobre el deterioradísimo conjunto de retratos de prelados, la conocida como Galería de Obispos, que se encontraba en un lamentable estado de conservación. Los trabajos de recuperación de los lienzos fue desarrollada altruístamente por el pintor José Peris Aragó, y a su mano se deben los nuevos retratos de obispos que en aquellos años se incorporaron a la galería. Durante los años de gestión de Ramón Rodríguez, este contó con el pintor Gabriel Cantalapiedra como si se tratase del restaurador oicial de la institución, pero fue sin duda el proyecto de la exposición La Luz de las Imágenes cuando se produjo el gran salto en las tareas de recuperación y restauración del patrimonio artístico catedralicio. Durante el periodo de preparación de la exposición fueron muchísimas las obras que fueron sometidas a trabajos de conservación en los talleres de la fundación. Algunas de ellas fueron expuestas durante la muestra y otras se prepararon para su futura exhibición cuando se volviese a montar el museo catedralicio. Concluida la exposición, la colaboración de la fundación en tareas de conservación patrimonial siguió realizándose, aunque aparecieron otras instituciones, el Servicio de Restauración de la Diputación de Castellón o el Instituto Valenciano de Conservación y Restauración, que se incorporaron a esta tarea de recuperar las obras dañadas del patrimonio cultural catedralicio. La divulgación de la obra artística Tras la apertura del museo se inició la divulgación de su contenido, algo que se desarrollaría a través de varios medios complementarios. Por un 30 lado, la divulgación impresa de su contenido o de la colección en sí; por otro, la presencia puntual de obras en muestras divulgativas y, inalmente, la transmisión a través de estudios académicos de su riqueza patrimonial. Más allá de los folletos de mano que entonces y actualmente se hacen, el contenido de la colección se recogió en publicaciones que fueron apareciendo en diversos momentos. La primera de ellas, Breve descripción del Museo de la Catedral aparecida en los inicios de la década de los años 1960, se plantea como la narración de un visitante que anota cuanto observa en las salas18. Unos años después, en 1967, su entonces director Peregrín Llorens publicaba la Guía del Museo Catedralicio de Segorbe, en la que se describe por primera vez, además del contenido de las diferentes salas, datos relativos a la catalogación de las piezas19. Sendas aportaciones en esta línea realizadas por Rodríguez Culebras20, han precedido a la última de las publicaciones, el Catálogo del museo, la que ha venido a cubrir una de las facetas básicas en el conocimiento de la colección de toda institución21. Si la divulgación impresa es importante, tanto como ella es la muestra de ese patrimonio, algo que se viene realizando prestando piezas concretas a una exposición o siendo la base de la exposición temática. En este apartado, el patrimonio catedralicio ha sido importante en los préstamos realizados para muestras tan importantes como lo fue el pabellón de la Santa Sede en la Expo de Sevilla, en 1992, la exposición Carolus (20002001) o Inmaculada (2005), por citar algunas, y fundamental en la muestra sobre los Macip (1997). De la misma manera, ha sido aportador de obras a muchas de las exposiciones organizadas por la Fundación La Luz de las Imágenes e, incluso, soporte de algunas exposiciones como la dedicada a la orfebrería en el Alto Palancia. Pero, sin duda alguna, si hay que mencionar un momento concreto de gran trascendencia en lo que venimos desarrollando, este fue la exposición que albergó Segorbe en 2001-2002 de la Luz de las Imágenes, lo que supuso un antes y un después en todo lo referente al patrimonio cultural de la catedral. La muestra constituyó el auténtico motor para la renovación y rehabilitación de la Catedral de Segorbe y con ella la de su patrimonio y en concreto el Museo que, a partir de ese momento, tuvo 18 19 20 21 Vicent, 1962. Llorens, 1967. Rodríguez, 1989; Rodríguez, 1990. Rodriguez Culebras-Olucha Montins-Montolío Torán, 2006 31 un replanteamiento completo, acorde a la nueva conformación surgida de las diversas actuaciones que sobre el propio ediicio se habían realizado. La exposición de Segorbe tuvo como objetivo dar a conocer, por medio de las obras de arte y de los documentos existentes en la propia Catedral y en poblaciones de la antigua diócesis segobricense, la historia de una ciudad episcopal, cabeza de un obispado, que a lo largo de los siglos xiii-xx ha hecho realidad un contenido histórico. Bajo el lema «Desconocida, admirable», el espacio expositivo recuperó en su restauración y pudo exhibir un legado cultural, fundamentalmente de pintura de los siglos xiv al xvi, con ejemplares signiicativos del gótico internacional, el ciclo hispano-lamenco del promedio del siglo xv y la pintura valenciana del siglo xvi, con las tablas del retablo mayor de Vicente Macip y Juan de Juanes. A ello, pudo unirse el contemplar obra de los siglos xvii y xixi (Ribalta y su escuela, Espinosa, Vergara, Camarón, Planes y Vicente López), a lo que habría que añadir una rica colección de orfebrería y una importante muestra documental, así como piezas textiles de artesanía valenciana. En deinitiva, todo un conjunto de obras conservado a pesar de los avatares del tiempo y las actuaciones humanas. Por último, en este apartado dedicado al patrimonio arquitectónico y artístico, hay que hacer mención a la difusión del mismo a través de publicaciones cientíicas y académicas. Fue Rodríguez Culebras el iniciador en la segunda mitad del siglo xx, a gran escala, de la publicación de estudios referentes al patrimonio catedralicio. Una iniciativa que ha tenido continuidad tras su fallecimiento, y que permite presentar un gran repertorio de trabajos que inciden sobre la materia, culminando todo ello con algunas aportaciones ya de síntesis, como la tesis doctoral presentada con el signiicativo título El arte al servicio de una idea. La catedral de Segorbe en tiempos del clasicismo, estudio en el que se abarcan todos los aspectos del patrimonio catedralicio en este periodo de la historia22. Una tarea que continúa A pesar de que el interés por conservar los bienes muebles de la Catedral es constatable desde el siglo xviii, y que la intención de mostrar estos de una manera racional y argumentada es un hecho documental desde inales del siglo xix, lo cierto es que fue la Guerra Civil y sus consecuencias lo que ha supuesto una ardua e ingente tarea que, pese a los logros obtenidos, no puede decirse que ha inalizado. En los últimos 22 Montolío, 2014. 32 años hallazgos de obras desaparecidas, trabajos de restauración de piezas que necesitan la actuación preservadora de los técnicos, y sobre todo nuevos estudios con la divulgación cultural y cientíica de la riqueza de ese patrimonio, hacen que la tarea sea permanente. Lo que se inicio en 1939, con la recuperación del patrimonio no perdido y prosiguió sobre todo en la segunda mitad del siglo xx, es el inicio de un camino que no tiene retorno y en el que siempre siguen abriéndose horizontes para que el conocimiento del patrimonio cultural catedralicio y el evitar su pérdida o abandono sea una reto permanente. 3. El patrimonio documental musical Tal y como se ha escrito, ciertamente la localización geográica de Segorbe ofrece una situación envidiable para diferentes contactos e inluencias artísticas. La ciudad episcopal no fue un gran foco donde acudieran los músicos en busca de formas nuevas, pero estar en la encrucijada de caminos para subir a Zaragoza o bajar a Valencia, los largos años de unión con Albarracín, así como el haber sido diócesis sufragánea de Toledo y de Zaragoza, antes de serlo de Valencia, hizo que la catedral de Segorbe en los tiempos modernos fuera particularmente sensible en muchos aspectos, incluidos los musicales23. De hecho se ha airmado, y no es sentimiento localista, que junto a la Catedral Metropolitana de Valencia, el Colegio del Patriarca de la misma ciudad y la Catedral de Orihuela, Segorbe se convirtió, gracias a la capilla de música catedralicia, en uno de los principales focos musicales no sólo del Reino de Valencia sino de toda España, como lo prueba el hecho de que cantores, instrumentistas, organistas y maestros de Capilla procedentes de todo el territorio nacional se trasladasen en su día a Segorbe para opositar a una de las plazas en concurso24. Teniendo en cuenta estas características podemos partir en la exposición desde la idea de que Segorbe con la Catedral y su correspondiente capilla, fue motivo suiciente para que la producción musical que en ella se generaba y cuyo archivo custodiaba fuese mayor que el de cualquier otra población sin estos condicionantes. La gran mayoría de las obras que tuvo y que se han conservado, fueron compuestas expresamente por sus maestros de Capilla a lo largo del tiempo para interpretarlas en el seno de la catedral, si bien hay que subrayar el hecho de que también podemos 23 24 Arroyas y otros, 2006. Climent, 2001: 209-232. Herrero, 1987. 33 encontrarnos con algunos casos en que se trata de papeles a modo de copias de otras obras de autor foráneo, realizadas por los mismos maestros para su uso. También hubo otras que llegaron como obsequios a lo largo de los tiempos, pero en deinitiva todas ellas permitieron acrecentar en diferentes épocas el número de registros musicales de este archivo. No podemos seguir adelante sin aclarar antes lo que entendemos como patrimonio documental musical. En ese sentido nos estamos reiriendo a los libros cantorales, los papeles de música y la biblioteca musical impresa que conservamos en el Archivo de la Catedral de Segorbe, si bien a los efectos de la información que vamos a ofrecer a continuación, cabe señalar que nos vamos a ceñir, fundamentalmente, al apartado de los papeles de música o archivo musical, toda vez que tanto la actuación sobre los cantorales o la biblioteca musical está en proceso de desarrollo. Retomando la idea anteriormente ya expuesta, una vez comenzada la guerra nada se supo del destino que en los primeros meses pudieron tener los papeles de música o archivo musical de esta catedral, siendo en junio de 1937 cuando un informe de la Junta de Recuperación del Tesoro Artístico de Castellón señala: Y en las dependencias subiendo al coro varios estantes vacios que seguramente contuvieron los libros de coro de la Catedral y papeles de música de la misma25. Con independencia del error de ubicación del archivo de papeles de música, que no se situaba en las dependencias de «subiendo al coro» sino al órgano como sería lo correcto de expresión, puesto que este se guardaba en otra dependencia conocida como «archivo de música», hay que subrayar esta fecha de 1937 como el momento en que sabemos que los fondos ya no estaban custodiados en la Catedral de Segorbe, algo a tener en cuenta pues esto signiicaba que los papeles ya no se encontraban en aquellos momentos bajo el control de las autoridades segorbinas y habían, como hoy sabemos, pasado a manos de desconocidos para los redactores del informe y las propias autoridades. Cuándo ocurrió ello es difícil de concretar, pero el archivo musical afortunadamente no había sido destruido algo que se conoció tiempo después. Paralelamente a estos hechos, la memoria escrita en su día por Mateu y Llopis al hablar del archivo de la Catedral en aquellos momentos, nos dice que en las mismas fechas se localizaba la documentación archivística en una fábrica de papel de Valencia, y entre ella aparecían libros de coro 25 Servicio, 1938. Olucha, 2004: 88. 34 o, y es cita singularizada, el «Inventario del Archivo de Música de D. José Perpiñán Artíguez, maestro de Capilla de la Catedral de Segorbe», documento que hoy aún se conserva en los fondos catedralicios, pero nada dice sobre los papeles de música26. A la vista de la situación generada, inicialmente podríamos pensar que estos fondos fueron a parar junto con el resto de documentaciones de este archivo a la fábrica de pasta de papel a la que se envió la documentación eclesiástica, pero sin embargo nada hay que nos pueda conirmar esta hipótesis. Todo lo contrario, a día de hoy podemos airmar que no fue eso lo ocurrido en el caso concreto del fondo musical al que nos estamos reiriendo, ya que los papeles no están afectados por las secuelas que esta decisión podría haber generado sobre ellos y sobre su conservación, como sería manchas de humedad, roturas, etc., que sí vemos en otra documentación catedralicia. Esta realidad nos puede plantear diversas hipótesis acerca de la localización que pudo tener dicha documentación en aquellos momentos, siendo lógico pensar que debió llevarse a un lugar concreto, un sitio donde conscientemente se guardara una documentación tan valiosa e interesante como a la que nos estamos reiriendo, en espera de que la situación social y bélica mejorase. A día de hoy ya sabemos que el lugar elegido como refugio de esos papeles fue el Colegio del Patriarca de Valencia, ya que desde allí fue desde donde se devolvieron estos a la catedral de Segorbe una vez concluida la guerra, en fardos y sacos, tal y como había salido años atrás. La recuperación del fondo musical al inalizar la guerra y la catalogación de José Climent Retornados a Segorbe, estos papeles se conservaron durante los siguientes años en el mismo estado en que llegaron a la catedral, ubicados en las dependencias del viejo archivo, sin que nadie llevara a cabo ningún trabajo de ordenación o recuperación de los mismos, a excepción de ocasionales incursiones en ellos realizadas por el en su momento organista José Blasco para necesidades puntuales de su capilla. Esto nos plantea hoy la duda de si en este camino de ida y vuelta de los papeles hubo alguno que se pudo perder o si salieron los mismos que deinitivamente llegaron, tarea de revisión o inventariado que nadie llevó a cabo y que deja sin respuesta esta interesante cuestión. 26 Mateu, 1951: 78. 35 No era nada fácil. Quienes podían conocer el archivo musical habían fallecido y no existían documentos de inventario. El inventario último que pudo existir, el realizado por el maestro José Perpiñán en la década de los años veinte del siglo xx, nunca se ha encontrado y hoy sabemos, con la documentación localizada, que se puede intentar su recomposición parcial pero tras la guerra ni tan siquiera ello se planteaba. A nadie, en aquella vorágine de papeles almacenados sin orden alguno, se le ocurrió acudir a fuentes alternativas para saber qué hubo y qué se había recuperado. En vista de que pasados los años la documentación musical seguía guardada en los mismos sacos, tal y como se había recibido de Valencia, en la década de los sesenta se pretende ordenar los papeles recuperados que habían llegado y catalogar las obras que en ellos se conservaban. Se decidió contactar con el musicólogo y canónigo en Valencia José Climent Barber, quien en esos mismos años estaba realizando un trabajo semejante de catalogación en los archivos musicales de la catedral de Valencia y en el Colegio del Patriarca. Ello suponía, además de poder conocer en realidad el material documental musical que se había recuperado, el uniicar criterios de inventariado en estos tres fondos, pues se actuaba bajo los criterios de una misma persona. No fue un trabajo sencillo el que quedaba por hacer, pues se tuvieron que sacar todos los papeles de aquellos sacos, esparcirlos por la sala, repartir en montones la documentación intentando juntar partituras, particellas de regir, particellas de voces y particellas de instrumentos cuando correspondían a un mismo expediente. Así nos lo dice el propio Climent: En los años que median entre el inal de la guerra civil y 1960, cuando, por puro placer, me decidí a ordenar aquella montaña de papeles revueltos, fueron muchos los musicólogos que, buscando cosas determinadas y concretas, contribuyeron a aumentar aquel «totum revolutum». Hubo que buscar a qué composición pertenecía cada uno de los papeles sueltos e ir formando obras que, en muchísimas ocasiones, no se pudieron completar27. En el año 1984 se daba por concluida esta tarea, publicándose el trabajo realizado por José Climent en forma de catálogo de este fondo musical28. La tarea de catalogación se realizó con dos formas de agrupación como fueron actuar sobre los legajos, hoy cajas de archivo, bien de obra de un compositor concreto o de temas musicales, con criterios musicológicos y no estrictamente archivísticos. Esta clasiicación inalmente no fue 27 28 Climent, 1984: 9. Climent, 1984. 36 completa, pues quedaron algunos legajos y papeles por clasiicar. Parece ser que los tiempos por publicar los resultados apremiaban y se debía dar por concluida la tarea, fuera cual fuera el estado en que se encontrara la misma. Actualmente, sobre aquello que faltó por ordenar es en lo que estamos trabajando con el in de completar lo realizado inicialmente por Climent. La nueva gestión del fondo musical Gracias al trabajo realizado y presentado en su día por José Climent en su publicación, que ha sido de gran utilidad a la hora de poder trabajar e investigar en los fondos del archivo musical de la catedral de Segorbe todos estos años, se han podido realizar tanto tesis doctorales como artículos o proyectos de investigación de diversa índole. Pero hoy los tiempos han cambiado y las exigencias crecen en todos los sentidos y por ello, desde el año 2002 se consideró la necesidad de retomar aquel trabajo para actualizarlo y a la vez concluirlo, algo que se encuentra en fase de desarrollo todavía pero que esperamos nos lleve a conseguir el objetivo de que todo esté identiicado y localizado. Estas nuevas tareas se realizan a la par entre el técnico del archivo y el musicólogo colaborador del mismo, pues se considera que sólo el trabajo en equipo es la única manera irme de poder alcanzar un resultado con proyección de futuro. En este sentido, las líneas de actuación que se han seguido son las siguientes: a) A nivel de gestión interna, se ha pretendido la realización de nuevos inventarios tanto en lo que se reiere al general del fondo, como por autores, géneros musicales o etapas. Esto, además, se completará con la edición de un nuevo catálogo que muestre la realidad de este archivo en su contenido documental, con una información más amplia de la que ofrece el anterior catálogo. b) A nivel de accesibilidad, se han redactado unas normas de acceso para facilitar la consulta e investigación de las obras que se quieran consultar de entre aquellos documentos que conserva el fondo. Cabe señalar en este sentido que en los últimos años se han presentado diversas tesis doctorales sobre músicos u obras musicales con documentación del archivo, lo cual da signos claros de que éste no permanece cerrado al mundo investigador. c) Desde el propio archivo, y a efectos de poder documentar el patrimonio musical catedralicio, se ha creado un grupo de documentación 37 musical compuesto por el archivero y musicólogos colaboradores especialistas tanto en el fondo musical, como en músicos o en obras del archivo, lo que permite trabajar juntos y en la misma dirección. Los nuevos trabajos nos permiten y van a permitir llevar a cabo acciones como, por ejemplo, diferenciar la autoría de obras de músicos con idéntico nombre si bien distintos apellidos, y que hasta ahora permanecían todas uniicadas en el catálogo como es el caso concreto de José Gil Pérez y José Gil López29, identiicar papeles sin autoría, completar expedientes cuyos papeles se encuentran separados y dispersos, etc. d) Por lo que se reiere a la divulgación de los fondos, sin mencionar aquellas ediciones en las que no ha tenido parte directa la propia catedral, en este sentido y desde un posicionamiento de mantener en cualquier caso los posibles derechos de la Institución que se puedan tener sobre estas obras conservadas, se han puesto en marcha líneas de colaboración en ediciones como el facsímil del Oicio de Difuntos de Tomás Luís de Victoria30; la edición de la serie Segobricensis Musicae. Publicación del archivo musical de la catedral de Segorbe, iniciada en 2010, de la que ya han visto a la luz dos números31, la presencia institucional desde el archivo con aportación de comunicaciones en congresos, simposios y jornadas de temática musical o publicaciones en revistas32; o se ha fomentado la realización de trabajos de investigación de carácter académico sobre músicos que lo fueron en la catedral, como por ejemplo los de in de master y tesis doctorales33. También se ha trabajado en la recuperación tanto de los inventarios antiguos localizados, como en la bibliografía sobre el fondo editada en tiempos anteriores, caso concreto de la recientemente publicada Cronología de maestros de Capilla y Organistas de la Catedral de Segorbe, realizada hace más de un siglo por José Perpiñán y ahora reeditada, actualizada y completada34. e) Se está impulsando y preparando la integración del archivo en una amplia red de instituciones eclesiásticas con fondo musical, que permita en el futuro formar parte de un proyecto que puede tener grandes repercusiones en el ámbito investigador dentro del campo musical nacional. f ) Por último señalar que la gran apuesta de futuro que se pretende alcanzar con todos estos trabajos que hemos ido enumerando para la 29 30 31 32 33 34 Arroyas / Martínez, 2013: 65-71. Victoria, 2000. Andreví, 2010. Victoria, 2014. Arroyas / Martínez, 2012. Arroyas / Martínez / Martínez, 2013. Gorton, 2014. Martínez Molés, 2013. Marzal, 2013. Martínez Alberola, 2014. Martínez Molés, 2016. Perpiñán, 1896-1898. 2015. 38 propia institución en sí y para el campo de la musicología, es el poder llegar a redactar en su día lo que sería la historia musical de la catedral de Segorbe, tanto en el conocimiento de los autores músicos como de la obra musical vinculada a la historia del templo catedralicio (elaboración del documentario musical, etc.), algo lejano pero a su vez cada día más próximo. La recuperación del órgano histórico Finalmente, al hablar del patrimonio musical en este caso instrumental, una interesante actuación ha sido la recuperación del órgano histórico, algo que se ha procurado desde la inalización de la guerra civil, y que nos muestra el interés por recuperar el patrimonio sonoro catedralicio, lo cual queremos destacar. Los datos documentales hallados nos informan cronológicamente hablando de unas actuaciones realizadas a partir del siglo xix que parecen ser las más signiicativas en los últimos tiempos de una historia lejana, pues existen alusiones sobre el órgano en la catedral de Segorbe que se remontan al siglo xv. A modo de un breve resumen, en estos últimos tiempos conocemos de la construcción en el año 1805 del antiguo órgano barroco por parte del maestro organero José Martínez, instrumento que fue reformado en el año 1881 por Rafael Rodríguez. Tan solo unos años más tarde, en 1905, Pedro Palop fue el encargado de construir un nuevo órgano, romántico en este caso, y que sustituía al anterior. Lamentablemente, los efectos de la guerra del 1936 supusieron su destrucción parcial. Los primeros trabajos de recuperación tras la guerra se realizaron entre los años 1946 y 1948 por el organero José Panellas si bien no se concluyeron, lo cual llevó a realizar una segunda intervención en 1950 por el taller del organero Antonio Alberdi de Barcelona, que permitió contar deinitivamente con un órgano básico para las funciones litúrgicas de esta catedral. Pasados algunos años, se acabó por abandonar este órgano debido a los problemas de mantenimiento y conservación que presentaba y se debían atender con excesiva frecuencia, lo que hizo que inalmente se sustituyese éste por uno electrofónico que cubriera las necesidades, siguiendo la corriente del momento. Pero nunca se abandonó la idea de volver a contar con un órgano clásico y así, en el año 2013, tras varias propuestas y proyectos no realizados, el taller del maestro organero Carlos Álvarez 39 construye un órgano nuevo, el actual, que ha permitido volver a recuperar uno de los símbolos por excelencia de la sonoridad musical catedralicia. Las tareas pendientes Como se ha indicado, la gestión que se viene desarrollando sobre el patrimonio documental musical de la catedral no se encuentra concluida; tan solo se viene continuando un proceso que ha de conseguir cubrir los objetivos previstos. Ciertamente, para hablar de aquello que pasó en la guerra civil en lo que al patrimonio musical en papeles se reiere, lo que había y lo que desapareció en aquellas circunstancias, la localización de documentos e informaciones bibliográicas antiguas permitirá aunque sea en una aproximación poder concretar el daño sufrido. En este sentido, el viejo inventario del chantre Debón de 188635, las publicaciones de José Perpiñán en La música religiosa en España editadas a inales delo siglo xx y la reciente edición actualizada y ampliada de las mismas36 o el inventario del propio legado testamentario del maestro José Perpiñán de 192837, nos ayudarán a tal reconstrucción en la medida de lo posible. Por otro lado, el completar el documentario musical catedralicio, el inventario y catálogo de las obras que conserva el archivo, así como la catalogación de los Cantorales y la Biblioteca Musical, van a ser herramientas útiles para poder escribir en su día la que ha de ser historia musical del templo catedralicio de Segorbe. Todo ello con la ayuda de los investigadores que se sumerjan en ese mundo que aún sigue siendo tan desconocido y atrayente como es el de la música en Segorbe y su catedral. 4. El patrimonio documental y bibliográfico Sobre el patrimonio documental y bibliográico, ya hemos señalado con anterioridad la información en general sobre los momentos en que hubo incidencia sobre estos dos apartados concretos del patrimonio catedralicio. Resumiendo podemos decir que en 1936 el archivo catedralicio y la biblioteca capitular, lo que se denominaba en algunos casos como la Biblioteca del Lectoral, pues la Capitular en sí se había depositado en 35 36 37 Inventario de música de la Santa Yglesia Catedral de Segorbe, formado por el M.Y. Sr. Licdº D. Joaquín Debón y Hernnández, dignidad de Chantre de la misma, ., 1886, Archivo de la Catedral de Segorbe, Sección 0. Perpiñán, 1896-1898. 2015. Ynventario del archivo de música de D. José Perpiñán Artíguez, Pbro. Maestro de Capilla que fue de esta S.Y. Catedral, y que por testamento lega a la misma, 1928, Archivo de la Catedral de Segorbe, Sección 0. 40 el siglo xix en el Seminario, permaneció en el ediicio catedralicio tras la incautación. Al año siguiente, 1937, conocemos que, por una parte, el archivo es localizado en la fábrica de papel Layana de Valencia siendo destruido para su transformación en papel nuevo y nada se dice de los libros de la biblioteca catedralicia que, sospechamos, pudieron tener el mismo inal salvo que se juntasen con la Biblioteca del Seminario. El relato de lo que sucedía en Valencia nos es conocido por el escrito de Mateu y Llopis, al describir lo que se encontraron al visitar la fábrica Layana: «Lo primero que llamó la atención fue ver en un rincón varios libros de coro; luego aparecieron (…) y inalmente diversos papeles manuscritos que denunciaban ser de la Catedral de Segorbe. Los encargados de la fábrica, ante nuestras preguntas, dijeron que aquellos papeles procedía de la provincia de Alicante pero acosados por nuevas interrogaciones acabaron por confesar que eran de Segorbe; al parecer, de esta ciudad se habían sacado varios vagones de papel, porque a algún individuo de los del Comité de la fábrica le habían «descubierto» que en Segorbe había gran cantidad de papel viejo, en el Archivo de la Catedral; lo cierto es que en junio de 1937 se hallaban en la citada fábrica aquellos inmensos montones38.» Tal localización hizo que se realizasen rápidas gestiones, y que por el Director General de Archivos se remitiese un escrito al responsable de la fábrica en los siguientes términos: «Sabiendo esta Dirección General que por la Junta Delegada de Valencia se está procediendo a reconstruir el Archivo de la Catedral de Segorbe, de gran interés para el Tesoro documental de la Región valenciana, ruego a Vd. dé las máximas facilidades para que se lleve a cabo la meritoria labor que está realizando dicha Junta, signiicando la obligación de todos los organismos a prestar su ayuda para estos trabajos, según determina el decreto de creación de las Juntas de Defensa del Tesoro Artístico. Valencia 22 de julio de 193739.» A partir de ese momento, de la primera actuación intercambiando papel de periódicos viejos por la documentación y usando los vehículos particulares para sacar los documentos de la fábrica, se pasó a la retirada en camión sin intercambio alguno, y a su traslado y su almacenamiento identiicado en dependencias donde trabajaba la Junta de Recuperación de Valencia. Como dicen estas memorias citadas: «Del 19 de julio al 4 de agosto se retiraron 4.525 kilos de papel, del Archivo de la Catedral de Se38 39 Mateu, 1951: 76. Mateu, 1951: 77. 41 gorbe». Y esa circunstancia afortunada evitó la total destrucción del mismo. Paralelamente, en los mismos días, la Junta de Recuperación del Tesoro de Castellón en su visita a Segorbe, dice en sus documentos concretamente en el acta de reunión de fecha 4 de agosto del citado año 1937, que ha desaparecido el valiosísimo archivo catedralicio, a excepción de algunos libros racionales que permanecían en la catedral, y que halló en el Ayuntamiento unos pocos documentos y libros pertenecientes al patrimonio cultural eclesiástico, que ordena se custodien por las autoridades locales: «En una de las dependencias del Consejo Municipal, detrás del salón de sesiones, existe un montón de libros procedentes del Palacio Episcopal, pero entre ellos vimos algunos que llevaban indicación de proceder de la Biblioteca del Seminario; no sabemos ciertamente si se habían extraído antes o después de la Revolución aunque induce a creer lo primero la reiterada airmación que en los viajes a Segorbe se nos hace de que la Biblioteca del Seminario no ha padecido lo más mínimo. Lo lamentable, y a ello debe ponérsele pronto remedio, es el descuido con que se tiene en el mismo local, en montón en el suelo, un curioso núcleo de documentos, seguramente procedentes de los archivos catedralicios, la mayor parte de ellos pergaminos en su mayoría cédulas reales, bulas y breves pontiicios con magníicos sellos pendientes de plomo y cera que deberían recogerse y trasladarse a un local donde se conserven con el cuidado que merecen. El Consejo Municipal quedó en recogerlos y depositarlos provisionalmente en las estanterías que allí hay construidas hasta que se determine su instalación deinitiva40.» Estos debieron formar parte de lo depositado por el municipio en Valencia en 1938, aunque carecemos de información detallada coetánea que lo concrete. Recuperado de la fábrica Layana el patrimonio documental y bibliográico, que se consideró pertenecía a la catedral, fue depositado el mismo en el Colegio del Patriarca de Valencia y en otros depósitos (el archivo municipal, la universidad, la casa profesa de los Jesuitas…), donde permaneció hasta que concluida la guerra se trasladó posteriormente a Segorbe. Y aquí surge la primera duda: ¿se devolvió «todo» lo recuperado en su día en Valencia? La respuesta a día de hoy sigue sin poder despejar la duda; sospechamos que no fue así por algunos detalles posteriores, y lo sabemos con certeza en el caso de lo depositado por el Ayuntamiento en 1938 en el entonces conocido como Archivo Regional hoy Archivo del Reino de Valencia. El patrimonio documental: el Archivo de la Catedral Lo que a partir de 1939, concluido el conlicto, se devolvió a Segorbe 40 Servicio, 1939. 42 permanecería en fardos y sacos durante los años posteriores. No había posibilidades de actuar sobre estos documentos y así se tuvo en dependencias bien del Seminario o catedralicias, hasta que ya en la década de 1950 se resolvió, debido a consultas que se hacían por investigadores extranjeros interesados en saber si se conservaba o se había destruido durante la guerra, poner en marcha el proceso de recuperación del archivo con la documentación recuperada, nombrando para ello nuevo archivero catedralicio con plaza de canonjía. La oposición la ganó Peregrín Llorens Raga, eclesiástico valenciano que había sido antes de la guerra ayudante de Elías Olmos, archivero catedralicio de Valencia. Cuando descubrió las lamentables circunstancias en que estaba la documentación, puso en marcha un proyecto que, con la ayuda inicial del Ministerio quien trasladó tres técnicos facultativos de archivos a Segorbe, procedieron a la reconstrucción del fondo documental en lo que se había recuperado. Aquella fase solamente se dedicó al patrimonio documental, sin realizar ninguna tarea sobre el bibliográico que estaba en la catedral, aunque Llorens Raga sí que actuó por aquellos años en la Biblioteca del Seminario de la cual era el bibliotecario. En un primer momento, la clasiicación documental se realizaba según el clásico «libros y papeles», y en base a la vieja armariada de la llamada Torre del Archivo agrupados en bloques temáticos –armario 1, armario 2…-. Llorens Raga tuvo, al principio, unos intereses particulares que los acabaría plasmando en dos facticios: pergaminos y protocolos notariales. Del primero dio conocimiento con la edición de un catálogo41; respecto al segundo hubo que esperar a su publicación del inventario del Archivo, una vez consideró que el fondo ya estaba suicientemente ordenado para darlo a conocer, edición que vería la luz en 197042. Entre el primer momento y el resultado recogido en el inventario, hubo cambios importantes en el cuadro de clasiicación del fondo documental, y Llorens Raga daba a conocer los resultados de su tarea en publicaciones de estudios o la presencia en el Primer y único Congreso de Historia del País Valenciano, en el que participó informando en sendas aportaciones sobre el fondo archivístico y la documentación que albergaba este en concreto de naturaleza económica43. La ordenación de Llorens siguió vigente hasta, relativamente hablan41 42 43 Llorens, 1964-1965. Llorens, 1970. Llorens, 1973. 43 do, fechas recientes. Los cambios se limitaron a pasar los «legajos» a cajas de archivo que permiten una mejor conservación. Pero durante la etapa posterior, si bien fueron muchos los trabajos de divulgación de contenido que se hicieron en base a publicaciones de estudios concretos44, las tareas de gestión documental quedaron postergadas aunque se inició un intento de catalogación documental que quedó inconcluso, de tal forma que los peculiares «diversa» de Llorens que vemos constantemente al leer su inventario así han permanecido hasta época reciente. Todo empezó a modiicarse hace ahora 14 años. El traslado, entonces provisional y luego deinitivamente a unas nuevas dependencias, las que ahora ocupa el archivo y la biblioteca catedralicia, ha supuesto el momento para poner en marcha un proceso de gestión que cerrase deinitivamente la etapa Llorens. Es un proceso iniciado y que se sigue desarrollando, siempre con el principio de que el archivo permanezca abierto para el investigador, pese a las tareas internas que se realizan en el mismo. Para cumplir el objetivo, se han puesto en marcha trabajos como la elaboración de nuevo inventario y catálogo, en este caso no existente, del archivo. Las tareas de revisión documental han supuesto un planteamiento diferente, pues de un solo fondo se ha pasado, al descubrir los orígenes de la documentación, a dividirlo en varios fondos que, en realidad, se corresponden a distintos depósitos archivísticos de antaño. Así, se ha dejado como fondo básico el Catedralicio o Capitular, pero se recupera el Diocesano de Segorbe histórico -que llamamos Curia de Segorbe-, se singularizan archivos o fondos también de la catedral –Musical, Gráico…-, se introducen secciones dentro del Capitular que acogen documentos de otras procedencias –Jérica, Caudiel…-, se separa la documentación de archivos personales que se identiican con el nombre de su antaño propietario, como también se hace en el ahora llamado Fondo Protocolos que recoge la documentación notarial no estrictamente capitular, etc. En deinitiva, un nuevo cuadro de clasiicación de momento abierto, y que se podrá cerrar en el futuro cuando concluya la revisión de toda la documentación. Paralelamente a estas tareas internas, como ya se ha indicado, se favorece la investigación propiciando accesibilidad a los investigadores sobre todo en trabajos académicos (in de Master, Tesis doctorales…); se hace presencia de la institución en congresos, jornadas y publicaciones en revistas; se ponen en marcha grupos de trabajo interno (Grupo de 44 Saborit: 1984. 44 Documentación Musical del acs); se divulga el contenido del archivo, bien en documentos o instrumentos de descripción archivística (guía del archivo, inventarios del fondo,…) lo que se hace en base a su divulgación en red a través de la página web de la catedral45, al tiempo que se regularizan normas de accesibilidad, reproducción de documentos, etc. Ello afecta tanto a los propios fondos del archivo, como aquellos que se gestionan en condición de depósito, los archivos históricos parroquiales. Y para facilitar el conocimiento del fondo y de los trabajos que en aquel se realizan, se divulga todo ello a través de una revista electrónica de la propia institución, Segobricensis46. El patrimonio bibliográico: la Biblioteca Capitular A grandes rasgos si esto es lo relacionado con el patrimonio documental, lo relativo al patrimonio bibliográico ha seguido líneas paralelas. Si en un principio se guardaron, sin más, los libros recuperados en Valencia, la presencia de Llorens Raga impulsó una biblioteca auxiliar del Archivo, pero el Cabildo decidió crear una nueva biblioteca capitular adquiriendo obras comprando parte de la biblioteca personal de un canónigo biblióilo, Agapito Tortajada, y recibiendo donaciones. Ello y la suma de los fondos «auxiliares» del archivo y del museo catedralicio, forman la hoy denominada Biblioteca Capitular que, a efectos de gestión, constituye una Sección o Fondo del archivo. Las tareas sobre la misma han consistido en reordenar su contenido, que ha pasado a constar de los fondos «Histórico», «General», «Legados» y los temáticos o auxiliares de «Segorbe», «Archivo», «Museo» y «Música». De los trabajos de gestión interna y difusión, ya ha visto la luz el inventario del fondo Histórico –obras con más de cien años desde su fecha de edición, que ha identiicado más de un millar de títulos-, y que se ha colgado en red dentro de la web de la catedral47, así como la Catalogación del mismo que se tiene como documento interno de descripción, y se sigue con la identiicación y catalogación tanto del General como de los Legados o bibliotecas particulares donadas a la Catedral. 45 46 47 Guía del Archivo de la Catedral de Segorbe (2013). Segobricensis. Publicación de la Catedral de Segorbe. La revista fue creada el año 2009, y es consultable en la web catedralicia: www.catedraldesegorbe.es Simón / Arroyas, 2016. 45 5. El presente El repaso que hemos realizado a los acontecimientos históricos que tanta incidencia tuvieron sobre el patrimonio cultural de la catedral, las gestiones para recuperar el que se localizó y las tareas de puesta en valor del mismo, fundamentalmente en su custodia, conservación y accesibilidad para su difusión y conocimiento, aunque haya sido en tan breves líneas, no puede ocultar la magnitud de lo que para una institución como es la catedral segorbina ha supuesto como idea y como esfuerzo en todos los sentidos, humano y económico. Hoy, de la misma manera que se la cita como ejemplo de destrucción en aquellos años de la guerra, cabría referenciarla como modesto si se quiere, para no parecer presuntuosos, ejemplo de recuperación y puesta al día. Es una tarea lenta, somos lo que podemos ser, pero nunca detenida y que va ofreciendo los frutos deseados por quienes la desarrollan y esperados por la sociedad que los apoya y alienta. No hemos concluido y sabemos que hoy, en los inicios del siglo xxi, hay que dejar de ser un pequeño lugar apenas conocido, en ocasiones confundido con otros que suenan fonéticamente igual, y para ello tenemos que hacernos visibles. La «red», el mundo vinculado a Internet es la herramienta básica imprescindible y para ello hemos hecho posible una página web de la catedral (www.catedraldesegorbe.es) que nos haga existentes en ese irmamento48. No es lo único, también hemos apostado por divulgar lo que somos, lo que hacemos y lo que los investigadores logran descubrir con esos materiales que conservamos, custodiamos, restauramos en su caso, hacemos visibles en exposiciones, etc. Y en la tarea, desde hace ya una década, la institución se ve acompañada por la presencia de la sociedad civil a través de la denominada Institución SEO DE SEGORBE, entidad de apoyo al cabildo catedralicio en las tareas de protección del patrimonio cultural catedralicio. Es mucho lo que se ha hecho, pero también somos conscientes de que, tras ocho décadas, no ha concluido la tarea de recuperar aquello que se ha dado por no recuperado o destruido. Como en casi todo, quedan aun lecos pendientes. A modo de ejemplo, podemos citar piezas importantísimas de orfebrería –la custodia del rey Martín el Humano, el relicario de las Espinas- desaparecidas desde 1936, pero de las que contamos con lo que parece el testimonio gráico de su localización en 1939 por los miembros de la Comisaría o Servicio de Recuperación del Patrimonio en 48 La web, www.catedraldesegorbe.es, se creó el año 2009. 46 Castellón, en las dependencias de Santa Clara donde estaba el depósito de obra artística, y a partir de ahí se les pierde el rastro. No se ha perdido por el contrario el de documentos que, en 1938, se depositaron en el entonces Archivo Regional de Valencia hoy denominado del Reino de Valencia y que, tras varias décadas ocultos al conocimiento de la institución catedralicia, aparecieron en los inventarios del citado archivo como fondos en Depósito Segorbe. Y aunque se ha iniciado un largo proceso de reconocimiento, identiicación y demostración de origen, las autoridades ministeriales se niegan a su devolución al archivo de procedencia. Es lo que llamamos «papeles de Valencia», en similitud a los famosos «papeles de Salamanca» estos sí devueltos a Cataluña. Una doble vara de medir que nos afecta, aunque no perdemos la esperanza y no abandonamos su reivindicación. En deinitiva, ochenta años después esta historia que hemos narrado sólo quiere ser testimonio de que la Iglesia como institución nunca, pese a las circunstancias históricas y las agresiones recibidas, ha declinado sus obligaciones y siempre ha querido como hoy quiere ser custodia y conservadora de un patrimonio cultural, herencia de sus ieles, pero que no queda encerrado en su disfrute para sus miembros sino que lo abre a toda la sociedad, cuidándolo y gestionándolo para que sirva de testimonio de lo que se fue e hizo, memoria del pasado en cualquiera de los aspectos que su contemplación y uso en el transcurso de los tiempos maniieste. El patrimonio cultural de la Iglesia y su presencia social, su servicio a la sociedad, y el trabajo de quienes lo cuidan y divulgan en todos los tiempos, es lo que algunos han empezado a llamar la «diaconía cultural» dentro de la institución. Y en eso se sigue. 47 Bibliografía Álvarez Lopera, José (1982): La política de bienes culturales del gobierno republicano durante la guerra civil española. Madrid: Ministerio de Cultura. Andreví Castellá, Francisco (2010): «Tota Pulchra. Motete a la Santísima Virgen a seis voces y acompañamiento de órgano [1809]» (Edición a cargo de Magín Arroyas Serrano, Vicente Martínez Molés y David Montolío Torán). En: Segobricensis musicae/1. Segorbe: Catedral de Segorbe. Arroyas Serrano, Magín y otros (2006): «La Iglesia de Segorbe-Castellón». En: Historia de las Diócesis españolas, vol. VI. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, pp. 535-552s. Arroyas Serrano, Magín / Martínez Alberola, Francisco / Martínez Molés, Vicente (2013): «José Morata García (17691840), maestro de Capilla en Segorbe y Xàtiva». En: Segobricensis. Publicación de la Catedral de Segorbe, Vol. I (2009-2016), issn 2171-6285. Segorbe, pp. 41-59. 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De éste es bien conocido el Santo Cáliz1, la más preciada de las reliquias que en 1437 entregó Alfonso el Magnánimo a la Seo, a cambio de unos préstamos para inanciar sus campañas italianas.2 Pasaban a ser aval del dinero prestado, asegurándose el cabildo minimizar las pérdidas ante un posible impago. Al no poder afrontar el monarca el pago de la deuda contraída, que ascendía a más de 130.000 sueldos, los relicarios pasarían a formar parte del tesoro de la Metropolitana. El conjunto, que procedía de la Capilla Real de Barcelona3, construida unos años antes para albergar las reliquias de san Luis Obispo que el monarca había traído de su asedio a Marsella4, estuvo depositado, antes del ingreso en la catedral, en la capilla del Palacio del Real de Valencia. A lo largo de su dilatada historia, hasta hoy en buen medida desconocida, el relicario ha sido objeto de transformaciones: en los inventarios 1 2 3 4 Martín Lloris, 2010. Sanchis Sivera, 1909. Llorens Raga, 1964. Pons Alós, 2015. Las reliquias de la Corona de Aragón viajaron motivadas por la mala gestión de las órdenes religiosas que se encargaban de la Capilla Real, primero la Celestina y más tarde la Mercedaria. Y también por la construcción de la capilla ubicada en el convento de los Dominicos de Valencia. En: Riu / Pastor/Torra, 1999. Llorens Raga,1964: 41-45. 53 encontramos varias modiicaciones de las piezas, donantes inéditos y descripciones desconocidas de los relicarios. Aun así, estudios previos a nuestra investigación sobre el entorno regio de la Corona de Aragón nos aportan una visión anterior a su llegada a Valencia y a las posibles adquisiciones y usos en la corte.5 Basándonos en la documentación conservada en el Archivo de la Catedral de Valencia (acv) trataremos de reconstruir la historia del Relicario de la Corona de Espinas desde su llegada hasta después de la Guerra Civil española. La primera referencia al relicario real data de 1344, cuando es mencionada en las Ordinacions de la Casa Reial, de Pedro el Ceremonioso6. Movido por su gran devoción, el monarca, en su testamento de 13797, especiica que las reliquias deben excluirse de cualquier documento que pudiera despojarle de ellas8, ya que en anteriores ocasiones habían sido pignoradas o legadas sobre todo si estas estaban relacionadas con Jesucristo y la Virgen9. El objetivo que perseguía el rey era imitar lo que cien años atrás había hecho Luis IX, rey de Francia, con la creación de la Saint Chapelle, destinada a albergar la reliquia de la corona espinas que tenía desde el año 1239. El monarca francés la adquirió de manos del emperador de Constantinopla, al que la necesidad de liquidez le llevó a desprenderse de tan preciada reliquia10. Una de las primeras descripciones del relicario de la Corona de Espinas se encuentra en el inventario de la esposa de Martín I, María de Luna, redactado en 1399 en el cual empeña todo lo relacionado con en el rey y su capilla: «(…) II reliquiaris d’or amb peu i amb canó, al mig dels quals hi ha en cadascún I pom fet amb VI cayres; i amb cap de cadascún peu hi ha I canó de cristall, dins dels quals és una de les espines de la Corona de Jesucrist. Sobre cadascun dels dits canons de cristal hi ha I capitell d’or. Sobre els capitells una creu petita. Els quals relicaris están conservats en sengles estoigs de cuïr vermell (…)»11. 5 6 7 8 9 10 11 Martín Lloris, 2010. Torra Pérez, 1996. Martín Lloris, 2010: 198. Torra Pérez, 1996. Nota: 74. Torra Pérez, 1996: 508. Un claro ejemplo lo encontraríamos en los monarcas que coleccionaban estas reliquias, como Alfonso X el Sabio. Martín Lloris, 2010: 223. La transacción se materializó en Venecia por un importe cercano a las ciento treinta y cinco mil libras Vilar Bonet, 1988. 54 La disposición cilíndrica en tubos de cristal es una recomendación extraída de las ya citadas «Ordinacions» de 134412. El material empleado en la producción, según lo transcrito, es el oro, sin que lo decorara ninguna piedra preciosa, característica que no nos debe parecer extraña, ya que algunas piezas conservadas en la catedral, pertenecientes a la Corona, no están ni esmaltadas ni decoradas con pedrería. Uno de los inconvenientes de la documentación de la Cancillería Real es la aparición de varias piezas contenedoras de espinas, como apunta Catalina Martín Lloris13. En un inventario del año 1413 los frailes de la orden de los Celestinos hicieron un inventario cuando estos se encargaban de la Capilla Real y de las reliquias que la segundo esposa de Martin el Humano, Margarita de Prades14 se había llevado15. En él se describen las mismas reliquias que llegarían años después a la Catedral de Valencia. «(…) relicari d’or on es conserva un troç de la corona d’espines de Crist engastat en cristall, amb XVIII brillants i XII perles amb senyes reials i de bisbat, en el peu del relicari, más perles i el pináculo representa un tabernacle que es la Pietat de Crist (…)»16. Con toda probabilidad seguiría la estela de algunos relicarios conservados actualmente: base estrellada con las armas de la Corona, astil poligonal-sin citar la macolla- y en la parte superior un «tabernáculo»-se trataría de una micro arquitectura en forma de chapitel- y en su interior una imagen, seguramente esmaltada, como veremos, de la Piedad de Cristo. Se completaba con una profusa decoración en piedras preciosas. Si el trozo de corona es el mismo que se conserva en la actualidad, se trataría de la primera referencia. En el siglo xv encontramos un último documento que hace referencia a las reliquias de la Corona en este periodo. El depósito de Alfonso el Magnánimo, en 1437, con el que sufragar sus campañas en la península itálica. 12 13 14 15 16 Gimeno Blay, 2009. El posible origen de esta legislación debemos buscarlo en el Reino de Mallorca, cuando en la corte de Jaime III se redactan las «Leges Palatinae», aunque se cree que ya existían algunos documentos como tal. Martín Lloris, 2010. Existen otros relicarios en los se albergan Santas Espinas, pero las vagas descripciones y los vacíos documentales hacen difícil concretar algunos datos. En la Seo de Valencia también encontramos a la reina como donante. Actualmente no se conserva ninguna pieza original de la época, pero si alguna de sus reliquias. Se puede consultar este dato en Sanchis Sivera, 1909; Llorens Raga, 1964 y Pons Alós, 2015. Martín Lloris, 2010. Nota, 588. Martín Lloris, 2010: 178. 55 La descripción del relicario se compone de la misma estructura que encontramos en el inventario del año 1413, pero con algunas novedades y precisiones: «(…) un estoig de cuïr negre dins el qual hi ha una grosa peça de cristal dins la que hi ha un troç de la Corona de Jesucrist, en la que hi ha sis espines, tres senceres i tres trosejades, es lo dit troç ençernut17 en quatre capses totes d’or amb un pinacle damunt fet a manera de tabernacle tot d’or. Dins el tabernacle, la pietat de Jesucrist esmaltada d’or i al seu entorn hi ha tretze balais engastats i cinquanta nou perles de compte (…)»18. La transcripción detalla el receptáculo donde se encontraba el trozo de la corona con las reliquias. Este fragmento actualmente sabemos que es el que se conserva en el relicario realizado en el siglo xix. También se constata el estado de las espinas– tres enteras y otras tres rotas. La pieza «grossa de cristal» nos recuerda a una tipología de relicario que se conoce muy poco por los vestigios conservados. Existiría una pieza cilíndrica de cristal, decorada y cerrada en sus extremos por laminas labradas de plata u oro, en cuyo interior se mostraba el pedazo de la corona de espinas. Actualmente tenemos algunos ejemplos, como el de origen francés conservado en Turín (Figura 1); el lamenco conservado en la colección Lázaro Galdiano de mediados del Cuatrocientos y el de origen catalán conservado en el Museo de Cluny19. Piezas que nos hacen imaginar su forma en el siglo xv. Esta pieza se culminaría con la prototípica imagen de la Piedad que hay en su interior, citándola como un esmalte. Y como en toda pieza de orfebrería decorada con piedras preciosas, hay que tener en cuenta que eran susceptibles de ser arrancadas de sus cabujones y reaprovechadas para otras joyas o simplemente para ser vendidas. Debido a esto el número total de gemas que decoran la pieza de estudio mengua en cada documento consultado, pues de los dos inventarios vistos hasta ahora, ya había cinco menos que en un inicio, el total de ellas ascendía casi a las sesenta. Como dato curioso, si comparamos los últimos documentos advertimos como los esmaltes de la Corona no se citan, lo que suscita una posible pérdida de su base. 17 18 19 Ençernut, es una forma antigua de referirse a torcido o enrollado. Y por lo que vemos en el relicario coincide con la imagen de la reliquia. Archivo de la Catedral de Valencia (ACV). Legajo 3532. Jaume Monfort «antiguo», año 1437. El de la Colección Lázaro Galdiano en Cruz, 2000: 29-31. La del museo de Cluny, Dalmases, 1992. Vol.1: 354-355. 56 Fig.1 Relicario de la misma tipología que se conservaba en la Catedral de Valencia. Este procede de Limoges, Francia y se conserva en el Palazzo Madama de Turín. La pieza está datada de la primera mitad del siglo XIV. Pinterest Images©. La reliquia en la Catedral de Valencia. ss. xvi-xx. Dos documentos, datados en 1506 y 152420, hacen mención de las reliquias depositadas por el monarca Alfonso el Magnánimo en la Seo de Valencia. La primera de las fechas hace referencia a un préstamo de Fernando el Católico por una cifra cercana a los 40.000 ducados completado con un inventario21. De éste último se hizo una copia paralela conservada en el Archivo Municipal de Valencia, con idéntico año y otro también en el mismo archivo del 151622, realizados ambos, al parecer, por el Consell de la ciudad. Algunos especialistas creen que la participación del gobierno municipal se debía a que la catedral solo era la depositaria de las piezas y no su dueña. Por el contrario, también se piensa que la participación del Consell se debía a la presión realizada por el monarca a la misma ciudad. 20 21 22 ACV. Inventario de 1506. Sig. 47.10 y ACV. Inventario de 1524. Sig. 39.27 Pons Alós, 2015: 337. Agradecer a los investigadores Sandra Bernabeu Borja y a Juan Martínez Vinat por su atención y facilitarme una copia de los documentos. amv. A-53. Fº.220r-224v. de año 1506 y AMV. Manual de Consells. A-57. Fº 167r. Del año 1516. 57 Recordemos que el Católico había solicitado otro préstamo, que se suma a los anteriores realizados por su antecesor, el Magnánimo, y que le hacían retroceder en sus pretensiones de recuperar las reliquias. De todos modos, seguirá considerándolas como suyas. La postrera fecha mencionada, 1524, es del último inventario realizado ex profeso para las reliquias de la Corona. Los posteriores ya contarán con el total conservado en la Seu. La descripción de la pieza estudiada es la misma que en 1437. Aun así, ya observamos ciertas variaciones importantes, concretamente la falta de peaña. Esta reiteración descriptiva la hallaremos hasta el inventario de 158023. A su vez, según Sanchis Sivera existe un documento – al parecer un inventario del siglo xvi – donde encontramos una posible restauración24 y el origen del material para realizarlo. A continuación, transcribimos el texto y observamos lo antes comentado. «(…) Lo qual [relicario] no tenia peu i hui el té de plata sobredaurada de motlura antiga i te setanta tres perles com a pesols i catorze balaixos, els quals es troben més de les de les cinquanta quatre que i havien en l’inventari antic i es presumeix que serán d’un capellet en el que i havien set fermalls guarnits de perles menudes (…)». En el texto se indica que la base es antigua, reaprovechada y con el añadido de perlas a las que antes ya había. Algunas de ellas se dicen que eran de los siete broches de un «capellet». En el transcurso de nuevas investigaciones pude descubrir un inventario de sacristía del año 1595, en el que se habla de la pieza tal cual en los otros textos, pero con una base un tanto peculiar. Ésta estaba decorada con hojarasca -fullatge- mientras el nexo o macolla es descrito como un caracol. El último elemento es complicado de encontrar en este tipo de piezas, aunque no tanto si se tratan obras de carácter civil25. Para mayor complejidad, en una de las publicaciones realizadas por el profesor Cots Morató26 observamos como Joan Calderó, platero de la Seo, realiza un «asiento» para la reliquia de la Corona de Espinas en los 23 24 25 26 ACV. Inventario del 1540. Sig. 1652 e Inventario de 1580. Sig. 1655 Sanchis Sivera, 1909. Cruz Valdovinos, 1997. La icha numero 53 es la perteneciente al nautilo de origen germánico. En cuanto a la hojarasca descrita en el documento, nos podríamos hacer referencia aproximada de los motivos decorativos, si nos ijamos en la base del cáliz de los Vilarrassà, ya que en el mismo inventario esta pieza aparece con la misma descripción. Cots Morató, 2008: 138. Cuando se reiere a un «asiento», según el autor, puede darse a la unión de dos piezas, por lo que encajaría dentro de los textos encontrados. El citado orfebre está documentado como platero de la Seo entre 1586 y 1604. 58 últimos años del siglo xvi. Se puede constatar de que se trata de la misma base peculiar, púes se conoce otro documento datado en el año 162527 en el que se describe el relicario con esta peana. Trendrán que transcurrir tres décadas28 para encontrar la mayor modiicación del relicario. Se tratará de un periodo demasiado prolongado en el que se den ciertas novedades. A continuación, transcribimos en varios fragmentos el citado relicario y lo analizando paralelamente. «(…) un altre reliquiari, el pujament que es de plata sobredaurada, en el que hi ha diferents imatges i unes armes amb tres bastons verds ensessos (…)». Ésta es la primera parte de la pieza, el astil – sin hacer mención al pie – es de plata dorada, en el que hay ciertas imágenes que no especiica y que podrían haber sido esmaltes. También aparecen unas armas nobiliarias, identiicadas con la casa de los Pardo de la Casta: escudo representado en campo de oro, tres tizones toscos al natural ardiendo de gules, puestos en palo. Entendemos, por lo anterior, que el antiguo relicario se renovaría y esta familia sufragaría uno nuevo más ajustado a la época. Los Pardo de la Casta habían obtenido la villa de Alaquàs en la etapa inal del siglo xvi29, debido en parte al fallecimiento de varios de los familiares que debían ocupar dicho castillo, y que pertenecían a los Aguilar. El Señorío llegó con el matrimonio de Jerónima – hermana de los citados herederos – y Pedro Pardo de la Casta, Señor de la Casta30. Pero tras el fallecimiento de la esposa, hacia 1564, su hijo Juan tomó lo que por derecho le pertenecía antes del término del mismo siglo. Con la llegada de la centuria siguiente, el xvii, la situación de la familia pasó a ser delicada, propiciada por la expulsión de los moriscos, quienes trabajaban sus tierras y de las que recaudaban numerosas rentas. Como consecuencia, la villa vio reducido su número de habitantes a la mitad, algo que resultó insoportable para el señor, Luis Pardo de la Casta, hijo de Juan. Desde la expulsión de todos sus vasallos hasta el 1633, año en que se irma la concordia entre la familia y sus acreedores, se redujeron las pensiones de los censales, consiguiendo, de los adeudados, ventajosas gracias y perdones en los pagos. El noble conseguía así un paréntesis 27 28 29 30 ACV. Notal de Gaspar Palavicino, año 1625. Sig. 3093 ACV. Inventario de 1655. Sig. 1656. Información extraída de: http://castell.alaquas.org/esp/monumento.php. Vista el 3/12/2014. Consulta de la copia digital del documento, en el que se hace mención a la descendencia de los Pardo de la Casta hasta Luis Pardo de la Casta, hijo del citado Juan, casado con Ángela de Vilanova. http:// bibliotecadigital.rah.es/dgbrah/i18n/consulta/busqueda_referencia.cmd?campo=idtitulo&idValor=71004. Real Academia de la Historia. Signatura: 9/293, fº 122v. Visto el día 3/12/2014. 59 y los acreedores, al menos, parte de lo que se les debía31. Destacamos la igura de Luis, porque se encuentra dentro del periodo en el que se podría enmarcar el nuevo relicario y porque en el año 1627, debido a los servicios prestados a la Corona Española, le fue concedido el título de Marqués de la Casta32 por el rey Felipe IV, un hito más que relevante para que se pudiera encargar dicha pieza. Aunque si quisiéramos ajustar más las fechas, la especialista en la familia, Eva Gil Guerrero33, marca el año 1629 como el de la muerte de Luis Pardo de la Casta Tendría que realizarse un estudio más a fondo sobre los documentos de esta noble familia para dictaminar quien, cómo y el porqué de este relicario, aunque sepamos que esta pieza fue pagada por estos con parte de las espinas del monarca Alfonso el Magnánimo, como podremos comprobar en los siguientes fragmentos. «(…) i la resta de dit reliquiari es d’or, dins del qual hi ha un troç torsat d’or amb set espines de la corona de nostre Senyor, part d’elles senceres i part trencades i dos icades dins del mateix or, més amunt hi ha una imatge de Crist redemptor nostre, esmaltada de blanc i al remat del reliquiari hi ha una bola amb una corona i cinc perletes dalt i al voltant de la bola gravat : de alabastro unguenti dive Magdalene (…)». Observamos cómo el trozo de la corona es reutilizado, con unas espinas rotas y otras forradas con oro. Encima de ésta hay una imagen esmaltada de Cristo que en el inventario de 168434 se especiica como un «Ecce Homo». Sobre esta había una bola con una corona de cinco puntas con perlas en cada una de ellas. Esta esfera tenía grabada una frase en latín que signiica: «frasco de alabastro con ungüentos de la Magdalena»35. Un dato destacado sobre esta última parte del relicario, es que pertenecía al conjunto de la Corona de Aragón que se conservaba desde el 1437 en la Catedral y que en el siglo xvi se extrajo de las cajas selladas. Posteriormente, por algún motivo desconocido, se desprendió de su pieza principal36. 31 32 33 34 35 36 Gil Guerrero, 2011: 499. Véanse notas de la 51 a 55. Juan Redal/ Juan Caballer, 2009: 9-68. Gil Guerrero, 2011: 487-509. ACV, Sig. 1660. Inventario de 1684. El canónigo archivero de la Santa Iglesia catedral de Valencia, Vicente Pons, reiere que esta inscripción puede aludir al atributo que caracteriza a María Magdalena. También a la reliquia: un trozo de alabastro del frasco que llevaba los ungüentos y perfumes que María Magdalena llevaba el primer día de la Semana al Sepulcro para ungir al Señor. En el documento ACV. Legajo 1653. Inventario de la Sacristía del año 1547. Aparece en una nota al margen y a la altura del citado relicario, indicando que había una pieza más, pero se había desprendido y se colocó en una caja aparte. En el mismo inventario encontramos lo siguiente : «(…)una caxeta de fusta en que hi ha un canó de cristal amb un cobertor y una creu de argent daurat / y un collar en que set peces de 60 La descripción del año 1684 termina con el párrafo siguiente: «(…) i a les cantonades del reliquiari hi ha seixanta i cinc perles de la grandària de cigrons petits, icades de tres en tres i en falta una de les cantonades, hi ha catorze engastos amb pedres diferents, icades pel voltant entre les perles i sobre unes columnes que estan damunt de les cantonades sobre cada una hi ha dos perles la una més grossa que l’altra (…)». El fragmento detalla la decoración de pedrería, con las perlas que hay en cada una de las cuatro esquinas o costados que, como cita el inventario, contaba con sesenta y cinco, dispuestas de tres en tres. Entre ellas había un total de catorce piedras engastadas de formas diferentes. En cada vértice y desde abajo se alzaban unas columnas que tenían como remate dos perlas una más grande que la otra encima de la de mayor tamaño. La profusión de elementos decorativos nos hace pensar que se trate de una pieza de estilo barroco. El relicario permanecería de esta manera hasta su total destrucción en la Guerra de la Independencia, razón por la que omitiremos cualquier mención a otro inventario, pues el mensaje es reiterativo y no aporta novedades. Precisamente fue en el siglo xix, cuando la contienda lleva al conjunto del tesoro de la Seo de 1809 a 1813 a Mallorca, como queda patente en las publicaciones y los documentos37 consultados. En la crónica del traslado da una breve descripción del relicario y el estado de ellas al inicio de la guerra: «un relicario guarnecido de perlas y piedras con el pie de plata sobredorada y esmaltes, contiene espinas de la Corona… (…)», si bien escueta, cita el pie de la pieza del siglo xvii. Sin embargo, en sus pliegues inales da otra referencia a ésta, aunque de forma distinta: «(…) En los nº 12, 13 1438, se expresan las Espinas de la Corona de Nuestro Señor, las cuales estaban en tres relicarios distintos. (…) El del nº 14, contiene tres espinas enteras y tres rotas de la Corona de N.S.J.C. todas clavadas en un pedazo como de soga; una de las espinas enteras, al descomponer el Relicario para la fundición, se arrancó de su lugar, y procuré pegarla otra vez con cola; me pareció espina de junco según la pielecita que se separó un poco de su tronco. Coloqué esta Reliquia entre algodones en un globo 37 38 or amb pedres y perles y un pom redó de or amb un [ilegible] de alabastre del pot de Sancta Magdalena / y un remat de or amb una coroneta amb cinch perles y un zair y un anell de argent daurat amb una peça de cristal y un trocet de argent daurat (…)». Publicaciones de Cots Morató, 2012 y en Llorens Raga, 1964. Y los documentos: ACV, Leg.42.14 y 42.15. El número 12 y 13, corresponden a la espina de San Luis Rey y la que corona el relicario de Jaime Castellà. 61 Estado actual del relicario de Corona de Espinas. Las reliquias de su interior se datan del siglo XV, mientras que el resto es obra del 1825. Detalle del punzón y marca. Alberto Saiz Fotógrafo©. pequeño de plata que para este efecto me regaló don Joan Amat, director de la fábrica de moneda, el cual me regaló también la cajita de plata que contenía las dos monedas de Judas. (…)». Después de leer el testimonio de su custodio, el beneiciado Pedro Vicente Calvo, devolvieron ésta y el resto del conjunto a la Seo. Algunas de ellos se acomodaron a nuevos contenedores, en este caso se le fabricó un relicario nuevo, siendo el que actualmente se conserva, regalo de don Juan Bautista Pérez Caballero39, como bien queda relejado en la parte interior de la base. Sabemos que la citada pieza es obra de la ciudad de Valencia por el punzón – una L timbrada. El segundo es v.bro, lo que puede aducir al orfebre Vicente Broquer40, en este caso sería como mar39 40 Sanchis Sivera, 1909: 420. Fecha: 22-12-1818. En un documento de la Catedral de Valencia (ACV., Notario Francisco de Paula Furió. Leg, 3445), fechado seis meses antes de la donación aparece como, «(…) presbítero canónigo prebendado de la Santa Metropolitana Iglesia de Valencia (…)» y «(…) en calidad de Administrador por su Ilustrisimo Cabildo, de todas las casas y tierras(…)». Biografía extraída de Cots Morató, 2005: 187-189. Vicente Broquer, platero documentado entre los años 1784 y 1835, como maestro de oro de la Ciudad y Reino, citado como hijo de un colegial del gremio. Al parecer, por lo revisado en la bibliografía, pertenece a una larga familia de plateros. De la primera fecha 62 cador, ya que en el 1818 era elegido Mayoral Primero del Colegio de Plateros. Las últimas marcas que aparecen son unas letras difuminadas y otras más nítidas, […mañ], y que por la cronología podría tratarse del platero Josep Alemany (doc. entre 1816-1847)41, aunque para ello faltaría la conirmación documental que lo constate. En las fotos que conserva la Seo de Valencia realizadas en el inicio del siglo xx, procedentes del Instituto Amatller de Arte Hispánico de Barcelona no se conserva ninguna referente a la pieza que hemos estudio. Lo mismo ocurre si consultamos el apartado perteneciente a la Catedral en el Catálogo Monumental que realizó en 1916 Manuel González Simancas42. Hemos contemplado cómo las reliquias por una parte, y el relicario que las albergaba por otra, han evolucionado desde su supuesta aparición en las «Ordinacions» de Pedro el Ceremonioso, en el siglo xiv. En el transcurso de su historia ambos objetos aparecen en diferentes inventarios, con la correspondiente descripción dándonos por tanto una visión aproximada de su forma. Objeto de devoción, empeño o depósito, las reliquias que guardaba han permanecido hasta la actualidad como testimonio de un pasado. A día de hoy solo se conservan las espinas como reminiscencia de aquella pieza de 141343, de la que desconocemos su autor, seguramente un platero de la corte. Ha pasado por las manos de multitud de reyes, religiosos y seglares, y relejo de ello son los inventarios que nos cuentan con la palabra escrita lo que para unos tenía otro signiicado. Queda aún por saber quién fue el autor de la pieza, quién realizó el caracol de su macolla, o cómo una noble familia valenciana es capaz de reformar un relicario de origen Real. Con estas páginas extraemos parte de su historia, una de las muchas del gran conjunto que conforma el tesoro medieval de la Catedral Valencia. 41 42 43 mencionada es examinado y aprobado en la maestría con una sortija decorada con una esmeralda y dos diamantes, siendo sus padrinos Joan Casares y Rafael Ricart. A lo largo de los años inales del siglo xviii y el primer tercio del xix ocupará varios cargos como mayoral primero, examinador, prohombre, electo o parte de una comisión para remodelar las ordenanzas del Colegio, entre otros más. En la fecha que está marcado el relicario su autor desempeñaba el cargo de electo y elegido como mayoral primero del Colegio de Plateros. Cots Morató, 2005: 56-57. González Simancas, 1916: 183-206. Martín Lloris, 2010. Nota, 588 63 Bibliografía Cots Morató, Francisco (2005): Los plateros valencianos en la Edad Moderna (XVI-XIX): Repertorio biográico. Valencia: Universitat de València, Cots Morató, Francisco (2008): «Plateros en la Catedral de Valencia durante el siglo xvii». En: Jesús Rivas Carmona (Coord.). Estudios de Platería, Universidad de Murcia. Cots Morató, Francisco (2012): «Plata perdida para siempre: el inventario de la Catedral de Valencia de 1785». En: Jesús Rivas Carmona (Coord.). Estudios de Platería, Murcia: Universidad de Murcia. 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Tras la Guerra Civil (1936-1939) empezó un proceso de repristinación de su arquitectura gótica, en el que se está realizando la búsqueda de una catedral que jamás existió y que no puede entenderse sin la reforma neoclásica. Gracias a la información de esa etapa repristinadora y con los fondos documentales del Archivo de la Catedral de Valencia, podemos aproximarnos a lo que supone ser uno de los hitos del Academicismo valenciano y que cuya obra ha sido comparada a grandes Arquitectos como Alberti, Serlio o Palladio y equiparando la Catedral a grandes basílicas romanas como Santa María La Mayor o San Juan de Letrán, magníicos ejemplos de superposición de arquitecturas. Se pretende establecer en la ponencia, bajo la visión propia de la Arquitectura, los costes económicos, artíices y personajes relevantes, procesos, técnicas constructivas y analizar la arquitectura producida en el siglo xviii, a partir de las trazas y estructura góticas. Para denominarla caben combinaciones con los términos transformación o renovación y academicista o neoclásica. 67 1. Introducción Para entender la reforma clasicista de la catedral de Valencia es necesario analizar el contexto histórico de la época y los cambios estéticos que circundaban en la historia de la arquitectura, sus dirigentes, gustos, forma de vida, etc. Dichos cambios no surgen, a priori, como efecto espontáneo, sino que son motivados tras unos cambios importantes consecuencia de una reacción en determinado momento. De forma muy breve, como contexto histórico del siglo xviii, citaremos que la prosperidad que acusaba Valencia y su reino a inales del siglo xvii es truncado a principios del xviii, momento en que Valencia queda envuelta en la guerra de Sucesión por el apoyo mayoritario al archiduque Carlos de Austria. En 1707, tras la batalla de Almansa, el territorio valenciano queda adscrito bajo la dinastía de los Borbones y los valencianos perdieron los fueros por el Decreto de Nueva Planta (1714), promulgado por el rey Felipe V, quedando relegados al poder castellano de los Borbones y resultando Valencia como una ciudad más del nuevo estado centralista y totalmente bajo las leyes castellanas. No obstante, con el paso de los años y tras la larga paz establecidas en los reinados de Fernando VI y de Carlos III, Valencia tendrá prosperidad en la industria1, agricultura, artes y la erudición, pudiendo destacar personajes como los ilustrados Gregorio Mayans y Siscar (1699-1788), el médico y ilósofo Andrés Piquer (1711-1772), el canónigo de la catedral y mecenas del arte Francisco Pérez Bayer (1711-1794), el matemático Jorge Juan Santacilia (1713-1773) o los juristas y economistas José Maymó (1712-1775) y Tomás Ferrandis de Mesa (1710-1772). A todos ellos se les atribuye su labor crítica, racionalismo cientíico, compatibilizado con la fe cristiana2 y como descendientes y sucesores de los novatores como el matemático, ilósofo, físico y arquitecto Tomás Vicente Tosca (1651-1723). A nivel arquitectónico, a partir de la última década del siglo xvii y durante el xviii se produce en Valencia una masiva remodelación de iglesias de arquitectura gótica para adecuarse de la forma más económica 1 2 Valencia se caracterizó por tener una amplia producción de seda. Vilaplana Zurita, 1999: 90. «Según los datos de Ponz, de los 200.000 vecinos de la ciudad de Valencia y sus arrabales, había 10.000 que trabajaban en el arte de la seda. Entonces, y hasta inales de la segunda mitad del siglo xix, las hileras de moreras para el alimento de los gusanos de seda, plantadas en los márgenes de las acequias y de los caminos de la huerta de Valencia, constituyeron una nota característica. En 1724 la capital del reino contaba con 2.500 telares de seda, llegando a tener 5.000 en 1787. Los comerciantes solían proporcionar la seda a los tejedores para que la trabajasen en los telares de su casa, y después les compraban la producción. La riqueza de los colores y la predilección por las lores caracterizaba la bella producción sedera valenciana». Vilaplana Zurita, 1999:91. 68 posible a los cánones Concilio de Trento. En estas reformas, la primera fue la del presbiterio de la Catedral de Valencia en 1674, se adosaban por el intradós bóvedas tabicadas sin alterar la estructura original y revistiendo con yeso para corregir la arquitectura gótica y servir como soporte para frescos o bien yesería decorativa3. Ejemplos de estas remodelaciones tendríamos la Iglesia de San Nicolás, San Juan del Hospital, los Santos Juanes, San Martín, El Salvador o la de San Vicente Ferrer en el Convento de Santo Domingo. No obstante, la renovación total del interior de la Catedral y parte del exterior se realizaría a inales del siglo xviii y comenzaría un proceso de radical transformación, adecuando la obra de estructura gótica a las nuevas trazas acordes a la moda clasicista. Si bien podría considerarse como el in de la evolución constructiva de la catedral con la transformación clasicista, siendo la intervención de 1827 de ampliación y reforma del archivo su momento álgido, el resto del siglo xix sería de paz arquitectónica, con los proyectos no ejecutados para los nuevos órganos o los de fantástica traza de Timoteo Calvo y Ramón Ximenez. En el primer tercio del siglo xx y con los cambios políticos y de la administración nacional se realizan pequeñas reformas de mantenimiento y otras obras por el Arquitecto Conservador de Zona, Jeroni Martorell y, más importante aún, se declara la Catedral de Valencia como Monumento histórico-artístico perteneciente al Tesoro Artístico Nacional junto a otros muchos de todo el territorio nacional, publicado en la Gaceta de Madrid, número 155, de 4 de junio de 1931. En los incendios y saqueos de la Guerra Incivil (1936-1939) la Catedral vive, hasta nuestros días, sus mayores días de angustia y se cierra al culto. Será a partir de 1940, con la reforma de Traver, cuando se empieza la involución de la Catedral para adecuar el espacio de la nave central, con la eliminación del coro y tener una mayor cabida de ieles, al igual que otras catedrales como Pamplona o Granada. No se trata de un reproche hacia a Traver ni al Cabildo, ya que una catedral para realizar su cometido debe estar viva, su uso y función, no su arquitectura y en la época existía un vacío legislativo de intervención en torno a los monumentos. Con la reforma de Traver se eliminaron el coro y los órganos, dejando al descubierto la estructura y trazas de la arquitectura gótica en el tercer tramo de la nave central, y que plantearía la duda de si revestir de nuevo 3 Marín Sánchez, 2011. 69 Estado de la nave central en 1955 o descubrir la obra gótica, sin respetar la obra clasicista realizada siglo y medio antes. Tras esta primera obra, la Catedral iría transformándose en un palimpsesto interior de arquitectura neoclásica y gótica hasta la fecha actual y que por las obras de redescubrimiento de la obra gótica, se ha podido analizar y documentar ambas obras. 2. Justificantes de la renovación 2.1 La suiciencia económica Aún a pesar de que el Arzobispo de Valencia sea la máxima autoridad de la Diócesis de Valencia, la Catedral de Valencia se dirige por sí misma y su Cabildo, queda regida por una serie de estatutos y al igual que una gran empresa, la organización de la catedral estaba dividida en administraciones, según sus necesidades y cada una de ellas se encargaba de tareas determinadas. Aún a pesar de que no se ha realizado un estudio completo 70 y exhaustivo de las distintas administraciones4, así es como se deinen en los legajos del archivo a cada una de los distintos departamentos, se han contabilizado que resultaban activas en el periodo estudiado de inales del siglo xviii un total de 25, sin incluir la de la renovación. En estas administraciones, el responsable de cada administración era un canónigo concreto, cuyo nombramiento o cese quedaba plasmado en acta notarial y cuyos gastos eran iscalizados por otros canónigos, con el in de que existiera una absoluta transparencia en el proceso. Para las obras de renovación se creo una cuenta nueva y los cargos que existían en la administración de esta obra nueva eran: Canónigo Vicario General Capitular: como máxima autoridad del Cabildo. Canónigos comisarios de la obra: los que autorizaban el libramiento. Una vez realizadas las cuentas anuales realizadas por el sobrestante de la administración eran irmadas por dichos responsables. Tesorero y pagador canonical del «Conte de la Administració de la obra de renovació». Sobrestante y fabriquero de dicha administración-obra, es decir el pagador de jornales y materiales, Gaspar Leonart, hasta su fallecimiento, cargo que le sucedería Mariano Ortells a partir de 1780. No hay lugar a dudas que la Catedral era solvente como para acometer los trabajos de renovación, empresa que debiera realizarse durante varios años por la envergadura constructiva y económica, ya que como más tarde se verá, de inicio se destinaron para la obra 15000 libras, más del doble de lo que habían costado los tejados, y una previsión de 4800 libras anuales. En el primer año, desde septiembre de 1774 a mayo de 1775, tan solo se gastaron 6741 L (libras) 10 & (sueldos) 9 (dineros), las dietas de los maestros directores era de 1 L y la primera jornada de trabajo (1 de septiembre de 1774) fue realizada por el Maestro de obras, 4 oiciales albañilería, 1 oicial carpintero y 6 peones, costando 4 L 11 &. Como obra importante de la ciudad de Valencia sobre dichas fechas para establecer una comparativa económica, tenemos la Iglesia de las Escuelas Pías, cuya cúpula de 24’5 m de diámetro es la más grande de tierras valencianas. José Puchol trazó el plano y Antonio Gilabert lo corrigió y ejecutó, cuya construcción se inició el 9 de Marzo de 1767, se inalizó 4 Entrades de les Administracions de la present església des de 1 de maig 1770 ins 30 de Abril 1779, acv, Leg. 5945. 71 Sección de la Iglesia de las Escuelas Pías, según el Dr. Rafael Soler. en enero de 1771 y se inauguró en abril de 1773, teniendo un coste de 52301 L 12 & (moneda provincial) o su equivalente 787.400 reales 18 maravedís de vellón 5. 2.2 Condicionantes estéticos La renovación de la catedral de Valencia viene justiicada por varios motivos, siendo el principal el cambio de los gustos estéticos por la transformación de la sociedad del siglo xviii, la aparición de unos nuevos cánones estéticos que se habían formulado en las academias privadas desde inicios del siglo xviii y se habían asentado a lo largo del siglo en las academias de bellas artes, las únicas con autorización real y porque los principales dirigentes de la sociedad religiosa eran mecenas del Academicismo valenciano, viendo la arquitectura gótica como una arquitectura obsoleta. Hay que citar las introducciones arquitectónicas que se producen en la evolución de la Catedral, siendo verdaderos hitos estéticos de cada época y que es necesario conocer para entender el criterio neoclásico de la renovación. 5 Zacarés. Antigüedades y bellezas de Valencia, Colegio Andresiano é Iglesia de las Escuelas Pías. 72 La catedral de Valencia inicia su cronología tras la conquista de Valencia por Jaume I en 1238 y la compra de solares alrededor de la mezquita consagrada al culto cristiano; se comienzan las obras de la Seu en 1262, destacando que las portadas del transepto son de arquitecturas románica (la del Palau) y gótica (la de los Apóstoles). Su planta sería una combinación de planta de salón y cruz latina con girola, concebida a partir de las trazas reguladoras del octógono6 que forma la girola. De escasa altura si la comparamos a las grandes catedrales del gótico europeo, podemos airmar que sigue la composición derivada de la sección aurea y conocida como diagon y, según Verónica Llopis7, es una sucesión de arcos de diafragma con bóvedas de crucería como cubrición. Así pues, en la catedral de Valencia tendríamos la evolución del sistema de arcos de diafragma de las iglesias de reconquista en la que su cobertura es a base de vigas de madera, a la formación de este sistema con bóvedas de crucería, que en la bóveda inmediata a la portada del Palau su plementería es de piedra y en el resto de albañilería aplantillada. La cubierta, al igual que las iglesias góticas del Mediterráneo, era plana con trespol. Del siglo xiv se destacaría la construcción del Aula Capitular (capilla del Santo Cáliz) y de la torre del Micalet y del siglo xv, siglo de oro valenciano, es importante en la evolución de la Catedral, ya que se realiza la ampliación del cimborio con un cuerpo superior y se construye el último tramo de los pies, conectando así el Aula Capitular y el Micalet con el interior de la iglesia, destacándose el paso a una arquitectura gótica tardía. Muy pronta será la presencia renacentista en la catedral y ya a principios del mismo siglo xv (1417) se realiza el trasagrario en alabastro, en 1472 las pinturas de los ángeles músicos del presbiterio y en el siglo xvi es cuando se realizan la fachada curva con serlianas de la logia de los canónigos en la girola. A lo largo de estas fechas, las capillas de las naves laterales van creciendo cada una a su antojo en orden y magnitud presentando disparidad arquitectónica, destacando algunas reformas en el siglo xvii. Será en este siglo cuando se repare el pie del cimborio recayente a la portada de los Apóstoles (1660) y se construya el arco de paso de la catedral a la que se estaba construyendo Capilla de los Desamparados. Sin embargo, el auténtico hito de renovación de la Catedral viene de la mano de Pérez Castiel en 1674, cuando remodela el presbiterio escon6 7 Soler Sanz, 2008. «Trazados reguladores octogonales en la arquitectura Clásica». General de Ediciones de Arquitectura. Llopis Pulido, 2014: «La Catedral de Valencia: construcción y estructura. Análisis del cimborio». Tesis Doctoral con la dirección de Adolfo Alonso Durá y Arturo Martínez Boquera. 73 El presbiterio con la fantástica obra de Pérez Castiel. diendo las pinturas renacentistas con bóvedas tabicadas, los alzados con ricos mármoles y estableciendo el orden arquitectónico para que un siglo después, Gilabert y Martínez formalizaran la renovación total del interior de la catedral. Hoy en día, hay que lamentar la pérdida de la correcta lectura arquitectónica de la etapa barroca, del presbiterio y de la capilla de San Pedro, plasmado en la demolición de elementos arquitectónicos que por su naturaleza constructiva no pueden repararse si no es a través de una reconstrucción. La entrada del siglo xviii se produce con el proyecto de nueva portada a los pies de la nave central, por Conrad Rudolf y cuya construcción se demoraría durante todo el siglo. También en la primera mitad, se repara el cimborio por Joseph Navarro, se acucian los problemas de mantenimiento de las cubiertas y se considera obsoleta la arquitectura gótica del interior, reclamando el Cabildo una renovación, acorde a los nuevos gustos con la entrada del academicismo. Además, algunas de las principales iglesias valencianas construidas con una arquitectura gótica habían sido remodeladas interiormente con 74 cierto éxito y, tras consolidarse esta moda, tocaba el turno de la mayor de las iglesias de Valencia, su catedral. Por supuesto, que se contaba de amplios medios económicos para que se formalizara las propuestas de renovación arquitectónica. 2.3 La razón de la compatibilidad constructiva y patología La catedral había venido siendo construida en diversas etapas arquitectónicas y a nivel constructivo, cada etapa presenta ciertas características propias. Nos centraremos en las dos etapas arquitectónicas principales, las que determinarán la reforma clasicista y son la gótica, por ser la arquitectura predominante y la de su estructura y la barroca como antecedente a las obras de renovación. La gótica era resuelta con piedra en muros, columnas y pilares, arcos y nervios e incluso la plementería del tramo del transepto recayente a la puerta del Palau, la románica. Ya en las otras bóvedas de las naves principales, la plementería era resuelta con ladrillos aparejados a testa (a plec de llibre) y que representaba un avance tecnológico, disminuía el problema de cimbras y medios auxiliares aceleraba el proceso constructivo y reducía costes. Originariamente, estas bóvedas debieran estar encaladas, revestidas de yeso o con ingidos al igual que se encontraba hasta el siglo xx la capilla del Santo Cáliz, por lo que no representaba problema alguno que la plementería fuera de una materialidad u otra. Ya se ha visto que estamos hablando de un gótico de decoración austera. Por contra, el barroco presentaba una exhaustiva decoración con ricos mármoles y estucados, esculpiendo y revistiendo de colores y formas la fábrica gótica del presbiterio y capilla de San Pedro, utilizando la albañilería para formar las bóvedas que cerraban dichos espacios con bóvedas tabicadas. Por tradición constructiva y conocimientos propios de Gilabert y Martínez, combinarían ambos materiales, piedra y ladrillo, para acometer su obra, por lo que la materialidad no era ningún problema para ellos. A nivel estructural, con los datos que tenemos hoy en día, a excepción del tramo de los pies, las bóvedas de la nave central han sufrido muchas deformaciones y que parece ser, también han sido intervenidas en profundidad por el aspecto visual que ofrecen. A nivel patológico tendríamos dos aspectos: el primero estaría relacionado a nivel estructural con los efectos del asiento de la obra, los sísmicos y los del descendimiento de los pilares del cimborio, el de la nave del evangelio en el siglo xvii y el de la 75 Gilabert y Martínez revistieron los pilares de piedra con albañilería nave de la epístola en el xviii. El otro sería el relacionado por efecto de las iltraciones de humedad por la cubierta y que afectaría a una disgregación de los morteros y de los ladrillos y piedra de las bóvedas. Por otro lado, el cimborio había presentado continuos problemas: por un lado, en 1660, se recalzaría el pilar de los pies del cimborio recayente a la nave del Evangelio y, por otro, la tracería sufría desprendimientos de partes haciendo necesaria una intervención de consolidación. Con el descendimiento de los pilares, se produjo un giro del cuerpo del cimborio hacia los pies, produciendo el desgaste y rotura de las piedras de maineles por las tensiones a que están sometidas. Otro de los problemas no menos importante era el mantenimiento de la cubierta, ya que estaba formada por trespol y el interior de la catedral presentaba humedades y goteras, por lo que las intervenciones en este elemento eran continuas, tal y como cita Sanchis Sivera: «en los Libres de obres consta lo que se gastaba todos los años en pahimentar dalt en algunes parts dels terrats e dar lletades als dits terrats e cembori e sobrel capitol de lo que pasaven gran necesitat» 8. 8 Sanchis Sivera, 1909: 135. 76 El trespol, como cubierta de iglesia gótica del Mediterráneo, es el formado por sucesiva capas de mortero de cal y lechada de cal sobre la formación de las pendientes con relleno sobre las bóvedas. Ejemplos de este tipo de cubiertas las encontramos en la catedral de Orihuela o la iglesa San Bartolomé de Xàbia. 3. La renovación academicista de la Catedral 3.1 La elección del arquitecto Uno de los aspectos del que se podía vanagloriar antiguamente el Cabildo era de la elección del magister operis para acometer obras en la catedral; el Cabildo designaba a los mejores artíices tras un proceso de selección e incluso establecieron jurados en algunos concursos para garantizar el éxito y que fueran obras ejemplares. La catedral data su inicio constructivo en el siglo xiii, tras la demolición de la mezquita que ocupaba el mismo solar, y en el siglo xv es cuando quedaría completa en sus tramadas hasta los pies del Micalet. De la etapa gótica se destaca a los maestros Pere Balaguer, Martí Llobet, Antoni Dalmau, Francesc Baldomar y Pere Compte, maestros que debían superar diversas pruebas para obtener el encargo de las obras de la catedral y que dieron prestigio al cargo de maestro de obras de la catedral 9. Si Juliá lo Florentí y Paolo de San Leocadio y Francisco Pagano introdujeron, respectivamente, la escultura y pintura renacentistas en la catedral, Gaspar Gregori realizaría la introducción de la arquitectura renacentista con la Logia de los Canónigos. Del siglo xvii se destacarían obras puntuales de renovación en las capillas de las naves laterales y la intervención estructural en uno de los pilares del cimborio, contando con la participación de los maestros canteros Pedro Leonart, Joaquín Bernabeu y Pedro Do y asesoramiento del matemático Pablo Albiniano de Rojas. A inales de dicho siglo se realizaría el inicio de modernización con la obra de Pérez Castiel en el presbiterio, en el que recubrió con bóvedas tabicadas y ricas esculturas el presbiterio. El siglo xviii destaca considerablemente en la historia de los valencianos y también de la catedral, superponiéndose la voluntad e ímpetu humana del Cabildo a los avatares y problemas surgidos por motivos políticos o de conservación de la Catedral. Ya a primeros de dicho siglo, Conrad Rudolf proyecta la portada de los pies introduciendo una arquitectura expresiva y propagandística con la utilización de los recursos que habían 9 Bérchez - Zaragozá, 1995: 4. 77 establecido en el barroco maestros como Borromini o Guarini, curvas y contracurvas quebradas para formar planos donde ubicar esculturas de los principales santos valencianos. A la demora de su construcción por huida de Rudolf a causa de la Guerra de Sucesión, hay que sumarle la intervención de consolidación del cimborio en 1729, por Joseph Navarro, hasta que en 1769 el Cabildo decide establecer la renovación de la catedral, de la misma forma que ya se había producido en multitud de iglesias valencianas. La intensa actividad que se produce en el siglo xviii también vendrá relejada en la instauración del poder centralista de los borbones y la transición de la profesión de arquitecto, en el que debían tener autorización de las academias reales para poder ejercer la profesión. Para acometer un proyecto de tal trascendencia como sería el de la renovación neoclásica, al igual que habían sido solo los mejores maestros los que habían intervenido anteriormente en la Catedral, el Cabildo escogió al académico Antonio Gilabert, uno de los personajes que mayor prestigio ostentaba en Valencia. Del nutrido número de arquitectos valencianos que podían haber intervenido en la catedral, un total de 33, los de mayor prestigio eran Vicente Gascó y Gilabert, directores de Arquitectura de la recién creada Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia. De dicho número de arquitectos se descarta a Ventura Rodríguez y Diego Villanueva porque ostentaban cargo en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid. Solo dos son los personajes que por experiencia y prestigio podrían hacerles sombra, fray Joseph Pina y el Padre Cabezas, autor de San Francisco el Grande de Madrid; el primero trabajó hasta los últimos días de su vida, en 1772, en la erección de la Colegiata de Xàtiva y el segundo, estaba enfermo, mayor y en el ocaso de su vida, aunque sí existe constancia que el Cabildo lo designó para que se le consultase la idoneidad del proyecto de Gilabert, pero se duda que ejerciera su función. Entre Gilabert y Gascó se designó al primero porque tenía más experiencia profesional en la construcción e intervención en ediicios religiosos, ya que la formación de Gilabert había sido gremial, aprendiendo la construcción y arquitectura tras muchas obras; aprendizaje que el Academicismo erradicó para obtener el título de Arquitecto. Gilabert había realizado la iglesia de la Natividad de Turís e intervenido en las iglesias de las Escuelas Pías de Valencia y en la de L’Alcúdia (Valencia) y en él se juntaban la teoría y práctica, dos requisitos indispensables que 78 Sección transversal de la propuesta de Gilabert establece Vitruvio al buen arquitecto y que en pleno proceso de renovación de la Catedral lo demostraría al apear uno de los pies del cimborio para sustituir la piedra que lo componía. Además, sobre los proyectos presentados, Gascó mostraba menos practicidad y adecuación a la realidad, ya que proyectaba una sacristía de planta oval y no tenía en cuenta las capillas construidas, y para llevar a cabo su proyecto era necesario demolerlas todas. Gascó, 18 años más joven que Gilabert, es un arquitecto al que debe atribuírsele un excelente trabajo en el papel, constando sus proyectos de memoria, representaciones gráicas (plano/s), pliego de condiciones, precio de materiales y presupuesto, tal y como queda descrito en el proyecto para Ayuntamiento de Sueca (Valencia), junto a Rafael Morata, en agosto de 1759. Su personaje ha pasado a la historia más por su papel de académico que como arquitecto práctico de relevancia. Como obra relevante reformó la Basílica de la Virgen de los Desamparados entre 1763 y 176710. Como bien se puede observar, solo han sido los grandes maestros y los artíices relevantes de la historia arquitectónica los que intervinieron en la Catedral y le dieron el esplendor con que llegó al siglo xx. 3.2 Adaptaciones de la arquitectura. La arquitectura que se produce. Con la renovación academicista de la catedral se produce una simbiosis entre proyecto arquitectónico clásico y método constructivo medieval, 10 Pingarrón - Esaín, 1995. 79 en que la historia de la arquitectura/construcción ha demostrado su total compatibilidad, sobretodo, en los ejemplos de iglesias de transición de la arquitectura gótica a la renacentista en La Toscana (Italia) o en Valencia, como en la iglesia del colegio del Corpus Christi, en que se combinan las formas clásicas de su composición de planta y alzados con las bóvedas de crucería. Además, en Italia nos encontramos con numerosos casos de renovación estética de iglesias, sobretodo en el caso de basílicas paleocristianas, como las de Santa María la Mayor o San Juan de Letrán, ambas en Roma. Estas adecuaciones se tratan, pues, de renovación a una nueva estética arquitectónica y que no pueden separarse del aspecto cultural, pudiendo resultar cualquier intervención sobre ellas un ataque al patrimonio cultural y arquitectónico. La catedral de Valencia, además de las bóvedas de crucería, acusaba de una fuerte composición proyectual medieval, cuya planta y otros elementos arquitectónicos son propios de la etapa y construcción góticas, caso de la girola o cimborio, por ejemplo. Esos condicionantes fueron considerados particularmente en su adaptación a la arquitectura clasicista, en que en la renovación del interior existen dos cuestiones básicas: la primera, sería que la transformación solo modiica aspectos formales, no espaciales y, la segunda, es una adecuación decorativa en las naves principales y espacial en las capillas de las naves laterales. En cuanto a la modiicación de aspectos formales, a nivel proyectual se adoptó el orden y proporcionalidad establecida en el presbiterio por Pérez Castiel, a inales del siglo xvii, considerado este como el orden mayor y que modula en dos los alzados internos: la parte inferior es la resuelta por una composición clasicista basada en arcos de medio punto, basas, columnas con capiteles y entablamento a modo de cornisa continua, adaptando el proyecto clasicista a las trazas de la obra gótica. En la parte superior, es simplemente la resultante por el revestimiento de las bóvedas de crucería. En la parte inferior, además, se estableció un orden menor para modular el arranque de los arcos que separan las naves laterales de la principal, el de naves laterales y las portadas de las capillas de las naves laterales y de la girola. De esta forma, Gilabert proyectó una catedral neoclásica sobre una gótica con el principal condicionante del orden en el presbiterio. El incurvar las cornisas le dotó de mayor dinamismo a los alzados y conservar la máxima luz posible entre pilares al encajarlo con arcos rebajados, caso contrario al planteamiento inicial de la formación de serlianas y que se desestimaría porque tenía un mal encaje con los altares del trascoro en las naves laterales. 80 En la girola y cimborio se establecieron soluciones peculiares, ya que eran los espacios y elementos arquitectónicos con más diicultad para adecuarlos a los cánones clasicistas. En la girola, al igual que las naves laterales, se siguió el orden menor y al no poder establecer una portada para cada una de las capillas porque hubiera sido un tanto reiterante, se resolvió incurvar la cornisa continua y esconder las bóvedas de crucería de las capillas por debajo de bóvedas tabicadas. En cuanto al cimborio, solo se enmascaró la tracería gótica del primer cuerpo con una sucesión de pilastras con arcos de medio punto escondiendo parcialmente el apuntamiento de la tracería y revistiendo con yesos y estucos el total del interior del cimborio. Este maquillaje, tan solo tamizaría un primer impacto visual, como si de una obra de Pozzo se tratara. La materialidad de la renovación fue a base de revestir la piedra de los muros con albañilería, encajando sobre las rozas practicadas en la piedra el ladrillo para ejecutar las nuevas formas y revistiendo estos con ricos mármoles y jaspes, yesos, escayolas, estucos y dorados, sin escatimar el cabildo en costes. En el caso de las capillas de las naves laterales, se readecuaron los espacios demoliendo las antiguas capillas para su efecto y creando las nuevas con una dimensión menor que la luz entre los contrafuertes, siendo unas de planta cuadrada y otras rectangular; por lo que las cúpulas que la cierran son esféricas o elípticas. Con esta disposición, se generó el poché, es decir, un espacio residual generado tras conigurar las capillas laterales entre la obra existente y cuyo espacio fue aprovechado para conformar sacristías o lugar de almacenamiento, sin importar su forma, ni dimensión. Existen dos lecturas distintas en la renovación de la catedral, según se estudie el interior o el exterior. El interior presenta una visión unitaria acorde a una proporcionalidad establecida por Antonio Gilabert y desarrollada por él mismo y su colaborador Llorenç Martínez. Sin embargo, el exterior presenta una visión fragmentada, bien porque no se desarrollan algunos de los proyectos y, también, porque no existía una intención de uniicar el exterior, salvo la de pequeñas adecuaciones estéticas en ciertos paramentos, como el proyecto no ejecutado de la renovación de la puerta de los Apóstoles a una arquitectura neoclasicista. Sí existe una intencionalidad de tener las fachadas exteriores de las sacristías y espacios de uso distinto al litúrgico con un carácter residencial adecuado al entorno, caso de la casa del Magister en la calle Micalet o las oicinas y sacristías de la calle Barchilla. Estas fachadas presentaban 81 Imagen interior de la catedral de Valencia, 1917 distintas alteraciones proyectuales con respecto a ellas sin competir con las portadas monumentales. 3.3 Fases de la obra de renovación En enero de 1769 se acuerda que se formalice una comisión de canónigos para conferir sobre la renovación de la Catedral, aunque a inales del mismo año fallecería el arzobispo Andrés Mayoral, uno de los impulsores y protectores del Academicismo en Valencia. Aunque el cabildo catedralicio rige por sí mismo la Catedral, la renovación se retrasaría unos años por la inestabilidad del poder arzobispal en Valencia, en concreto, fueron 3 arzobispos distintos en 5 años. Antes de acometer la renovación interior era necesario detener las goteras y, para ello, se construyó una nueva cubierta, consistente en levantar sobre el trespol una cubierta a dos aguas formada por tabiquillos de ladrillos cerámicos a panderete y dejando un pasillo debajo de la cumbrera, tableros y tejas cerámicas, a excepción de la cubierta del cimborio que había sido renovada en 1729. Esta obra de cubiertas se realizó en 82 1773, siendo los artíices principales, los arquitectos Antonio Gilabert y Lorenzo Martínez y, el obrer de vila, Asencio Sánchiz. Tuvo una duración de 10 meses y el 29 de diciembre de 1773 se realizó la comprobación de la correcta ejecución de la obra los técnicos Raphael Morata, Joseph Pons y Juan Bautista Mínguez. En septiembre de 1774 empezarían las obras de renovación del interior de la catedral, empezando por la girola. En ella se utilizó el orden menor en las columnas, se curvaron las cornisas, las ventanas pasaron a ser cuadradas con frontón superior y se revistió con mármoles en los zócalos y estucos y dorados en los muros y bóvedas, habiendo escondido las de crucería de las capillas con bóvedas tabicadas. A mitad de 1775 se está trabajando en el transepto, empezando esta fase por la puerta del Palau y a mitad de 1776 se está renovando el primer cuerpo del cimborio. En las portadas del transepto los huecos fueron transformados a una sección rectangular, no eliminando las tracerías de la portada de los Apóstoles ni del Palau, pero sí sus vidrieras, si las hubiere. Es en el espacio del crucero donde convergen las reformas clasicistas de la catedral, siendo el orden establecido por Pérez Castiel en el presbiterio, un siglo antes, como el germen de la renovación neoclasicista. Gilabert acopló el compuesto con similares proporciones como el orden mayor, proporcionalidad que se iba a repetir en el transepto y en la nave principal. La obra estaba durando más de lo que imaginaba el Cabildo y en septiembre de 1776 se establece que las obras en el crucero se inalizaran para la iesta del Corpus del año próximo. Al mismo ritmo que discurrían las obras, en junio de 1777 se estableció la formalidad de desplazar el coro un tramo más hacia los pies, debiendo ocupar los tramos segundo y tercero, a contar desde los pies. Los trabajos empezarían en esas fechas, compatibilizándolos con los que se estaban realizando en el transepto. A inales del mismo año una sorpresa causó el pánico al cabildo, ya que no contaban con que aparecieran unas grietas en el pilar del cimborio recayente a la puerta del Palau, poco más de un siglo después de la intervención en el opuesto recayente a la puerta de los Apóstoles. Del dictamen realizado por los arquitectos Gilabert, Martínez, Joseph Gascó, Juan Bautista Mínguez y Mauro Minguet y los maestros canteros Andrés Soler y Diego Cubillas, se determinó que era debido a la poca dureza de la piedra. La intervención fue la sustitución del fuste del pilar por piedra más dura. 83 A partir de julio de 1778 y tras cuatro años de obras, se dejaron de pagar las obras por administración y se hicieron ajustes para completar la renovación de las naves principal y laterales y coro. Poco después, en enero de 1779 se realizó el ajuste de las obras para reformar algunas de las capillas laterales. Ahora bien, en el momento de este ajuste, las capillas de la Purísima y Sto. Tomás de Villanueva, las anexas al transepto, ya estaban renovadas, haciéndose mención que el resto se renovaría a semejanza de estas, salvo la parroquia de San Pedro. El que se realizase la renovación de las capillas, a excepción de la de Parroquia de San Pedro, les permitiría abolir privilegios y derechos de sepultura en el interior de la Catedral. Además, les permitió cambiar advocaciones y crear algunas nuevas relacionadas con la diócesis valenciana, al igual que habían establecido a nivel escultórico en la portada barroca, como aspecto de cierta disputa con el trono papal romano. A partir de 1780 se ralentizan mucho los pagos de la administración encargada de pagar a los maestros arquitectos, responsables también del pago a los operarios de albañilería, pero se están realizando las obras de la Capilla de San Miguel y San Pedro Pascual y cuerpos recayentes a la calle Barchilla, nave de la epístola, siendo sufragadas por otra administración distinta. Las cuentas inalizan el décimo año de la renovación (1784), pero no así sus obras, ya que están realizando la renovación de las capillas de San Vicente Mártir y San Luis Obispo, en la nave del Evangelio. Gilabert fallece a inales de 1792 y Martínez a principios de 1793, tomando el relevo Joseph Garcia. Este realizaría las nuevas fachadas exteriores de la calle Micalet. Tras inalizar esta etapa y existir un fracaso rotundo para construir una sacristía con una ambiciosa reforma urbanística en el lado nordeste, existe una serie de proyectos de nueva portada de los Apóstoles y otros de trascendencia pública que no se ejecutaron. Los primeros años del siglo xviii vienen de la mano de la guerra del Francés y los daños que se produjeron en la catedral, siendo el cimborio uno de los elementos más dañados. La última obra sería la ampliación del archivo y la modiicación de sus huecos de ventanas, desde 1826 hasta 1831, siendo el arquitecto Joaquin homas y Sanz. Una de las incógnitas desconocidas, es que no se conoce contrato para desarrollar el proyecto y las obras, tan solo los acuerdos económicos de los ajustes de la obra. Que no exista o no se conozca, no signiica que no lo hicieran, ya que en la documentación trabajada existente en el ar84 chivo, también cita se realizarán planos y estos, quizás por ser de trabajo, se echarían cuando se acabaría la obra o desaparecerían por suciedad acumulada y daños por su manipulación. 3.4 La ejecución material. En cuanto a la ejecución material del interior de la Catedral, la forma de intervención atendía a un único criterio formado por las técnicas de albañilería, utilizando la cantería únicamente para los aspectos estructurales. Con la arquitectura diseñada y que se pretendía ejecutar se compatibilizaba una estructura gótica con una decoración clasicista, adecuando las trazas góticas a las nuevas formas, gracias a la versatilidad de la albañilería. La renovación fue dirigida inicialmente por Antonio Gilabert y Lorenzo Martínez, siendo Vicente Esteve su colaborador para los detalles decorativos de carpintería, escultura y coloridos. Con anterioridad al comienzo de las obras, en mayo de 1774, Agustí Esteve realizó la maqueta de lo que sería el proyecto de la renovación del interior de la catedral. Por lo general, el ladrillo revestía la piedra hasta formar la cornisa neoclásica, estando encajado en la estructura pétrea por medio de rozas con el in de solidarizar ambas fábricas. Sobre esta, se establecía el revestimiento con mármoles para las basas y zócalos; revoco, estuco y elementos decorativos con escayola en los paramentos y, inalmente, decorado con dorados. Los paramentos superiores a las cornisas y las bóvedas estaban revestidos con estuco y dorados, debiendo estar el soporte repicado para una buena adherencia. En la obra trabajaban una media de unos 18 operarios y 8 oiciales de albañilería, siendo los maestros Arquitectos los encargados de pagar los jornales a los albañiles y carpinteros y canteros de albañilería, cuya jornada era de 6 días a la semana. Los zócalos, basas y pedestales de las columnas eran realizados por el taller del maestro Cantero Andrés Soler, siendo las piedras de Negro Alcublas, Onix, Rosa Valencia, Rojo Alicante y Blanco Macael. El revoco y estuco podría aplicarse directamente sobre la piedra de los paramentos, caso de la parte superior de las cornisas, o una vez realizado los paramentos de ladrillo que revestían la piedra. Esta técnica era dominada por la mayor parte de los oiciales de albañilería y se puede determinar que habrían dos tipos en la Catedral: El del cimborio y transepto, cuyo componente básico es mortero de cal y que tiene como principal ventaja una rapidez en la ejecución, 85 Basa de una de las pilastras de la nave de la Epístola porque no es necesario esperar a que se sequen las capas para aplicar una capa posterior. El existente en la capilla de San Sebastián, a los pies de la nave de la Epístola y cuyo componente básico es el yeso, teniendo especial precaución en el secado de las distintas capas antes de proceder con la siguiente capa, para que la humedad no se traslade a la supericie y se conserven los brillos. Los adornos y la talla fueron realizados por el maestro de Adornos Joaquin Vidal pudiendo colocar elementos prefabricados como canes o capiteles con anterioridad al revoco o tallando las molduras una vez realizado el tendido de yeso o revoco. El maestro Tornero fue Asencio Llanes, quien realizó las barandillas y balaustres situados sobre la cornisa continua. En cuanto al dorado en el interior existen dos técnicas distintas: - Corlado: es la aplicación de un barniz sobre una pieza plateada y bruñida que la hace parecer dorada. Se trata de una veladura con una resina de base alcohólica generalmente sobre plata, de forma que se imita al oro pero con un menor coste económico. Estos trabajos eran realizados 86 en los balaustres y barandillas por Antonio Fontanet (maestro Dorador). - Dorado al agua: Se realizaba sobre los elementos de adorno y talla, como ménsulas, capiteles o lacería. Esta técnica consiste en aplicar una cola de dorar al pan de oro y, posteriormente, se realiza el bruñido con piedra de ágata. Esta técnica requiere de gran maestría por existir distintas capas y fue realizado por el taller del maestro Dorador Martin Torra. Por los restos existentes, podríamos aventurarnos que los elementos dorados de la parte inferior de la cornisa de los alzados serían dorados al agua y los de la parte superior de plata corlada, por su oxidación, y cuyo efecto es similar. También existía la técnica de «dar de blanco algunos hierros», que sería darle el aspecto de metal rico como plata. Los vidrios para las ventanas fueron suministrados por Janque Kreynler y Francisco Neyrules, siendo los maestros Vidrieros Luciano Malras, Josef Coloma y Pascual Damia. Como escultores importantes que se encargaron de los cuatro evangelistas situados en las trompas del cimborio y los apóstoles de los altares del transepto tendríamos a Joseph Puchol, Joseph Esteve y Francisco Sanchiz. Por último, Joseph Ribelles realizó algunos trabajos de pintura, como la imitación de los jaspes en los retablos. 3.5 Coste de la obra de renovación y su valoración actual. Es en el apartado económico donde existen cierta complejidad y dudas en cuanto al coste real de las obras de renovación. Por un lado, porque durante los primeros cuatro años se trabajó por administración y después se realizó un ajuste de las obras pero que en realidad se pagó más dinero. Por otro, aunque existen libros de gastos de los jornales y materiales, existen distintos extractos de cuentas económicas, siendo el gasto mayor en las cuentas globales que en los recibos diarios. No obstante, se toman estas cuentas: 87 1772/12/17 a 1773/12/19 1774/01/09 a 1778/07/14 1778/07/15 a 1784/04/30 1792 a 1801/07/29 1802/01/01 a 1802/07/30 1827 a 1831/11/20 TOTAL Cubiertas 7242 L & 2 Inicio de obra renovación (fase I) Fase II obra renovación Capillas S. Vicente Mártir, S. Luis Obispo y otros Obras varias, reparaciones cúpulas y sacristías Ampliación sacristía 71631 L 12 & 3 38064 L 3 & 6 16050 L 14 & 6 5902 L 5 & 4 42330 L 3 & 181220 L 18 & 9 Aunque el coste de la ampliación de sacristía fue de 423.301 reales 24 maravedís de vellón, se ha realizado la valoración en libras. La libra era de 15 rs. 20 mrs. vn. Sin embargo, se ha tenido en cuenta que tratándose de Valencia, se debería tener en cuenta el cambio de la moneda valenciana, que aunque Aravaca11 la denomina imaginaria porque no estaban acuñadas, pero estaban introducidas en cambios de moneda y se usaba en contratos. Así pues, se ha realizado el cambio a reales valencianos, que 1 libra son 10 reales valencianos, siendo el real valenciano, 2 sueldos de 12 dineros y el dinero 2 maravedís de vellón. Otra de las aclaraciones que deben realizarse es que 1 libra = 20 sous (sueldos) y 1 sou = 12 diners (dineros), costando un jornal de albañilería (30/12/1774) compuesto por 4 oiciales y 4 peones de albañilería la cantidad de 3 L & (3 libras). Así pues, el coste económico de la renovación de la catedral de Valencia, desde el 17 de diciembre de 1772 -desde que se empezó a confeccionar la cal para la ejecución de la nueva cubierta- hasta el 20 de noviembre de 1831 -liquidación de las obras de la sacristía- ascendió a 181.220 L 18 & 9 (ciento ochenta y un mil doscientos veinte libras 18 sous y 9 diners). La cantidad económica de reparación de los destrozos de guerra de la Independencia, en 1812, no está contabilizado, que ascendió a 20.000 L. Para ver la magnitud de las obras en la catedral de Valencia y como comparación, la iglesia de las Escuelas Pías, cuyas obras inalizaron justo 11 Aravaca y Torrent, 1867 «Balanza métrica, o sea, igualdad de las pesas y medidas legales de Castilla, las de cuarenta y nueve provincias de España, sus posesiones de ultramar isla de Cuba, Puerto-Rico y Filipinas, y las de Francia, Inglaterra y Portugal”. Imprenta de José Domenech, Valencia 1867. 88 antes de acometer la renovación catedralicia en 1771, costó 52301 L 12 &, menos de una tercera parte. Aunque esta etapa neoclasicista ha sido denostada y demolida en gran parte, curiosamente con la entrada de la investigación académica en el siglo xx, deberían realizarse estudios con anterioridad a la intervención para evitar destrucciones irreparables de uno de los principales monumentos valencianos. No obstante aunque esté desapareciendo la estética clasicista, tal y como citó Daniel Benito, «no importa la destrucción para que conservemos su memoria y sepamos apreciarla». 89 Bilbliografía Alcahalí, el Barón de (1897): Diccionario biográico de artistas valencianos. Valencia: Imprenta de Federico Doménech. Aldana Fernández, Salvador (1998 y 2000): Real Academia de Bellas Artes de Valencia. Historia de una institución. Valencia: Real Academia de San Carlos, Valencia. Alsina, Claudi; Gaspar, Feliu y Marquet, Lluís (1990): Pesos, mides i mesures dels Països Catalans. Ed. Curial. Aravaca y Torrent, Antonio (1867): Balanza métrica, o sea, igualdad de las pesas y medidas legales de Castilla, las de cuarenta y nueve provincias de España, sus posesiones de ultramar isla de Cuba, PuertoRico y Filipinas, y las de Francia, Inglaterra y Portugal. Valencia: Imprenta de José Domenech. Benito Goerlich, Daniel (2010): Revestimientos barrocos valencianos. En: El barroco en las catedrales españolas. 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García Valldecabres, Jorge Luis (2010): La métrica y trazas en la iglesia de San Juan del Hospital de Valencia. Valencia: Universitat Politècnica de València. Tesis Doctoral. 90 Gavara Prior, Juan J. (1999): La Seu de la ciutat. Catálogo de planos, trazas y dibujos del archivo de la Catedral de Valencia (Fondo Histórico). Laborde, Alexandre (1826): Itinerario descriptivo de las Provincias de España. Reino de Valencia. Marín Sánchez, Rafael (2011), «Abovedimientos tabicados en los transformaciones interiores». En: Construyendo bóvedas tabicadas. Actas del Simposio Internacional sobre bóvedas fabricadas (Valencia 26, 27 y 28 de mayo de 2011). Martínez Hurtado, Sofía (2002): «El dorado. Técnica, procedimientos y materiales». En: Ars Longa,11. Valencia: Universitat de València. Ars Longa,11. Oñate Ojeda, Juan Angel (2012): La Catedral de Valencia. Valencia: Universitat de València. Sánchez Navarrete, Manuel (1987): La Catedral de Valencia. Imprime F. Domenech. Sanchis Sivera, José (1909). 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Bienal, al Senyor Abad de la Col·legiata de Santa Maria de Xàtiva, Don José Canet, i també al promotor i comissari de la mateixa Senyor Juan Ignacio Pérez. Trobe que és digne d’agrair la llibertat que ens han permès en l’elaboració de les ponències. Per a la producció musical intemporal de la cultura ibèrica, la religiositat i la veneració a la idea de Déu suposava l’essència de tota activitat, proposta o creació. Tot ho impregnava la idea de la Fe, i en conseqüència, tot ho impregnava l’església que la representava. Per poder parlar de patrimoni musical eclesiàstic i abordar dins de la ponència que els presente alguns aspectes de la seua situació, problemàtica i possibilitats de solució, es fa necessari que deixem apuntat quin concepte tenim de patrimoni a i de compartir-lo amb vostès i entendre’ns. En aquest sentit, ens referirem al concepte de patrimoni aplicat a la música, escrita i no escrita, pròpia de la tradició catòlica. El patrimoni cultural deu ser allò que fa de subjecte concatenant de satisfacció dels requeriments d’índole moral i estètica que arriben a 93 conigurar el cabal cultural que li és genuí a l’individu, a una família, a un grup o a una societat, de forma determinada i particular. Sobretot, cal assenyalar que eixa societat té propensió a transmetre’l a les generacions que van conigurant-la successivament, tot resseguint l’afany de conservació consubstancials al grup, sempre de caire instintiu i primari. Estem parlant d’un bé d’essència identitària, és a dir, de la identitat com a fet diferencial. El punt ins al qual les diferències esdevenen rellevants i deinitives respecte d’altres comunions requeriria d’estudi a part. Sols deixar dit ací, que la inluencia entre cultures i esglésies ha estat una constant al llarg dels segles. Tant mantenir les semblances com emfasitzar les diferències, convida a marcar bona part del caràcter del material musical elaborat. En aquest àmbit metodològic restringit, bàsicament cal entendre com a patrimoni musical els documents que de la música ens parlen, les composicions escrites o recollides via oral, els instruments musicals emprats per a l’exercici i pràctica de la música, els escrits teòrics elaborats pels músics, la iconograia al·lusiva, el coneixement del context sociocultural, polític i econòmic que ha contingut o causat aquestes manifestacions, i també, com no, les persones, les circumstàncies que les han envoltades tot modelant la seua vida musical. Si per patrimoni entenem l’acumulació de relictes del passat juntament amb les cròniques contingudes a les diverses fonts, les generacions actuals podem admirar els objectes nus (per a sempre?) de la seua funció originària. En la mesura que l’observació, l’estudi i la valoració relativitzada del conjunt patrimonial musical permeta fer una visió diacrònica dels fets coneguts, el «patrimoni–llegat» musical abastarà un valor testimonial inestimable. A la disciplina musicològica li queda molt a dilucidar dels discursos, les descripcions i les intencions del tractadistes i teòrics de la doctrina musical religiosa. Justament d’aquest vesant prové la capacitat de valoració actual del patrimoni material, però no serveix igual per a l’immaterial. Sens dubte, el patrimoni és el llegat dels avantpassats en favor del qui s’en reconeixen hereus i admetem, directa o indirectament, com a propi. Però també el mot té l’accepció, més primària, d’allò que cadascun de nosaltres, com a membres d’una societat, hem estat capaços d’acumular per al bé comú en la nostra demarcada vida al si de la mateixa. Si estem d’acord en aquest punt, convindrem que el patrimoni té un component temporal i bàsicament existencial. És molt possible que determinats béns 94 que per a mi tenen rellevància i signiicació identitària, com explicàvem adès, per als meus descendents no la tinga. En conseqüència pot semblar que patrimoni siga allò que pertanyia als qui ja han passat però que a dia de hui, sols ens aporta un valor afegit funcional als qui en procedim o procediran, sempre que ens aproite o li trobem raó de ser. Els usufructuaris d’allò que els arriba poden considerar-ho valuós o, ins i tot, un destorb, segons el seu grau de cultura, de compromís amb el grup, d’identitat, o, simplement, capacitat de sosteniment econòmic. La noció de patrimoni ha estat un sentiment canviant al llarg de la història, almenys al que amb música té a veure. A Espanya, el producte musical no gregorià, és a dir la música polifònica, s’usava i després ja deixava d’usar-se. Generalment era de consum a l’efecte i després se n’havia de tornar a crear per a cada situació o ocasió cerimonial. Potser es guardava a un armari en el millor dels casos, o en altres es perdia. No era aquest el cas del cant monòdic, gregorià o no, que semblava impertèrrit gravat als manuscrits i grans llibres corals. Tanmateix, ins i tot, aquests baluards de la tradició musical catòlica sofrien canvis i adaptacions als gustos i criteris dels qui cantaven depenent dels usos de les èpoques. Aquests cantorals tampoc no eren calaixos tancats. Sovint es demanava que se’n feren de nous i que s’inclogueren els cants que amb el temps havien anat incorporant-se al servei i costum litúrgic. La resta de música, és a dir la polifònica o de papers, la que es componia per a acompanyar l’oici arriba a constituir-se en un bast grup de composicions que es trobava a les esglésies, col·legiates i catedrals, i que des de la segona meitat del segle xvii i al llarg del xviii aniria guanyant en importància i quantitat ins al punt d’adonar-se’n els titulars de les institucions que en seleccionar-ne unes quantes, ja no era tan necessari haver de compondre’n més per a cada ocasió ex professo, i que podia fer-se ús de composicions, que hagueren agradat, d’èpoques anteriors i d’autors que ja no existien. Naix així la idea de repertori, que amb el temps va consolidant-se arribant a ser una de les causes per les quals la igura del mestre de capella com a compositor comença a perdre vigència i ins i tot a desaparèixer ja arribats al segle xix. La proliferació d’intèrprets formats i professionals permetia l’ús i consum de molta de la música escrita en temps anteriors, propiciant que ja no fóra tan necessària la igura del mestre de capella com a productor musical al si de la institució. 95 Fins i tot, quan la situació econòmica de les esglésies va agreujar-se després de les respectives desamortitzacions, les capelles com a entitats integrades en l’estructura institucional d’aquelles també desapareix. D’alguna manera, el periple de la música religiosa, auge, extensió i decreixement ins l’extinció, va estar directament relacionat amb la vigència del poder de la institució eclesiàstica dins del panorama social i polític de les nacions en general i d’Espanya en particular. Hem parlat suara del dinamisme diacrònic com a paràmetre de comprensió del concepte de patrimoni i de les circumstàncies de la música subjectes a la substancialitat de cada moment. En comparació a altres manifestacions artístiques el patrimoni musical és el que menys es veu per no ser-ne sumptuari ni estar construït amb materials preciosos i relíquies impossibles. Tanmateix és el principal patrimoni de l’església catòlica. Intentarem ara introduir-nos en el contingut i signiicació d’eixe patrimoni. Al il de la noció de patrimoni musical que volem mostrar, ens farem ressò de les relexions de Sant Agustí a les seues Confessions. Llibre nové, Capítol VI. 14 «[...] I ens batejàrem i va desaparèixer de nosaltres tota preocupació per la vida passada. No em saciava tots els dies de considerar amb dolçor admirable la profunditat del teu designi sobre la salvació del gènere humà. ¡Quant vaig plorar amb els teus himnes i càntics, commogut amb vehemència per les veus de la teua església modulant harmoniosa! Aquelles veus penetraven sense notarho a les meues oïdes, i la veritat luïa lentament al meu cor i cremava amb ella l’afecte de la pietat i corrien les meues llàgrimes i em sentia bé amb elles.1 [...] No obstant, quan recorde les llàgrimes vesades amb els cants de l’església en els primers temps des que vaig recuperar la fe, i també ara el molt que em commoc, no amb el cant sinó amb les coses mateixes cantades quan s’entonen conjuntades com una sola veu i amb l’apropiada modulació [...]. I així luctue entre el perill de la delectació i l’experiència del seu saludable beneici. Tot i que m’incline més a aprovar el costum de cantar a l’església perquè un esperit dèbil com el meu s’alce a l’afecte de la pietat pels afalacs de les oïdes. Pero quan el cant em commou més que el que es canta confese que peque i meresc càstig, i que preferiria aleshores no oir el cant.2» Veiem que per a Sant Agustí, des d’aquestes relexions antiquíssimes, la vàlua de la música deu raure en la possibilitat de transportar la paraula, 1 2 San Agustín: Confessions. Llibre nové, Capítol VI. 14. Ed. Tecnos, 2a. edició. Madrid, 2007. Íbidem: Llibre X, Capítol XXXIII. 50. 96 el missatge, és a dir, la doctrina. Malgrat la dualitat que Agustí ha sentit en diversos moments de la vivència de la Fe en referència al sentit de la música en l’expressió interna i externa del sentiment de Déu, la seua capacitat de transportar la paraula ha estat la clau i la raó de ser de la presència de la música al llarg dels segles al si de l’església. El seu valor ha estat la seua capacitat de commoure, d’ablanir els cors i combregar en la doctrina. Ja en l’època de Sant Agustí, al segle iv, es feia necessari uniicar els cants per a una mateixa església donada la diversitat de tradicions, tot cercant el concepte de patrimoni global de l’església. També en els productes d’aquesta necessitat rau una de les rels d’entendre el cant uniicat, des d’orient al catòlic romà, com a patrimoni immaterial. Una Església, una tradició. Als diferents concilis al llarg de la història s’ha palesat aquesta necessitat, refermant-se la importància de fer esforços en aquest sentit. Al més recent, al Concili Vaticà II podem observar la preocupació al respecte de la tradició com a patrimoni: • Dignitat de la música sacra. 112. La tradició musical de l’Església universal constitueix un tresor d’un valor inestimable, que sobreïx entre la resta d’expressions artístiques, principalment perquè el cant sagrat, unit a les paraules, constitueix una part necessària o integral de la litúrgia solemne. • 114. Conserves i cultives amb summa cura el tresor de la música sacra. Fomenten-se diligentment les escholae cantorum [...]3 Juntament amb aquestes disposicions determina la necessitat d’acurar la formació musical dels seminaristes, de conrear el cant gregorià i la música polifònica, que no deixen d’editar-se llibres de cant gregorià, que es potencie el cant religiós popular, promocionar la música en les missions, emprar l’orgue i els instruments adequats a l’ús sagrat, que convinguen a la dignitat del temple i contribuïsquen realment a l’ediicació dels idels. En la mateixa línia, podem apreciar que en l’època del Vaticà II, les autoritats eclesiàstiques continuaven preocupades per les mateixes qüestions bàsiques que en l’època de Sant Agustí: que les composicions presentaren les característiques de la veritable música sacra. Malgrat que la bellesa del cant (de la música) puga haver jugat un paper de distracció 3 Documentos del Vaticano II. Constituciones, Decretos, Declaraciones. Cap. VI. La Música Sagrada. 31 edició. Biblioteca de autores cristianos, Madrid, 1976. 97 del principi fonamental doctrinal al llarg dels segles, evidenciem que a mitjan del segle xx, també interessa l’Església que les composicions musicals no continguen diicultats soisticades que impedisquen que els cants puguen ésser interpretats també per les esglésies menors (cors modests) a i de fomentar la participació activa de tota l’assemblea de idels. Vist des d’aquesta perspectiva s’observa que en el transcurs de la història de la música del temple trobarem modes i costums que apuntaven cap a usos distints, o abusos segons el cas. En conseqüència, les característiques del patrimoni relacionat amb la música enllacen, com en la resta de les arts, amb els modismes i els diversos estils en funció del context sociocultural dominant, relacionats amb altres consideracions diferents a les purament espirituals o doctrinals, com ara les qüestions de patrocini i mecenatge. Per aquesta raó els successius concilis i les encícliques papals apuntaven reiterativament cap al retorn a l’autenticitat primerenca, a les tradicions prístines. A l’origen. Un exemple il·lustratiu i signiicatiu del que acabem de dir el representa la pugna entre el manteniment de les línies «puristes» de la composició musical i les interferències dins d’ella de la música no litúrgica, és a dir la del carrer, la teatral, la que atreia al poble. En èpoques primerenques els temples s’havien convertit en escenaris on la tradició popular tenia cabuda per mitjà de la teatralitat, tan íntimament relacionada en la base amb el simbolisme i l’esceniicació de la litúrgia: ofrenes, balls, actes sacramentals, processons representades, passions, vides de màrtirs, «villancicos», festes alegres pròpies del temps litúrgic, celebracions, campanes, músiques externes, etc. El temple era l’espai idoni de reunió entorn a allò sacramental. Tot cabia als espais comuns del temple a i d’estendre la paraula, la doctrina, la Fe. Amb el temps, per raons diverses, es va preferir que la litúrgia i les expressions de religiositat no litúrgiques tingueren una diferenciació espacial i, ins i tot, temporal. Passant el temps, com ja hem assenyalat, es va mirar de digniicar novament el que musicalment ocorria a l’interior dels temples. Aquesta exigència de dissociació entre la seriositat i gravetat dels oicis divins i la música de fora del temple, va estar causa de debat pel decòrum requerit i apropiat als oicis divins. Estàvem al segle xviii. Com a exemple, portem ací la igura del Pare Benito Feijoo, qui va estar un dels defensors de la neteja de la música sacra d’aquells elements que li eren afegits i per tant, no propis (observes que hem eludit el qualiicatiu d’aliens). Als seus escrits erudits en dedica uns quants a parlar i 98 criticar el tema. Tot i no esdevenir paradigma d’interpretació cientíica en la historiograia musical del segle xviii, potser amb el seu Discurso sobre la música de los Templos pot aportar-nos una aproximació soma de l’estat de la qüestió al primer terç d’aquell segle:4 I: (1) En els temps antiquíssims, si creiem Plutarc, sols s’usava la Música als Temples, i després va passar als Teatres. Abans servia com a decòrum del culte; després es va aplicar per estimular el vici. Abans sols s’escoltava la melodia als sacres Himnes; després es començaran a escoltar cantineles profanes. [...] II: (4) Així es va dividir en aquells retirats segles la Música entre el Temple i el Teatre, servint promíscuament a la veneració de la ares i a la corrupció dels costums. Però malgrat aquesta va ser una relaxació lamentable, no va estar la major que va patir aquest Art nobilíssim (la música); perquè aquesta es reservava per al nostre temps. [...] I en aquest darrers temps què s’ha fet? No sols s’ha conservat al Teatre la Música del teatre, sinó que també la Música pròpia del Teatre s’ha traslladat al Temple. Resulta obvi que a l’inrevés no podia ocórrer per raons d’hegemonia de l’Església consegüent al Contrareformisme espanyol. Tanmateix, sí que va poder eixir la música del temple al carrer a través de la música religiosa no litúrgica, les tradicions populars i els gèneres devocionals. A més a més, lluny de semblar simple la qüestió, no podem deixar de banda el fet que la inluència teatral a la qual es referia Feijoo no partia de formes teatrals autòctones, sinó de formes estrangeres, italianitzants en la major part dels casos i de franceses en altres. Apuntem ací d’aquesta manera, una dimensió concreta de l’estètica contextual de l’ús musical: dimensions i matisos diferents segons cada moment. Totes dos, la de dins i la de fora del temple, han arribat juntes a dia de hui. La inluència de la popular en la sacra, malgrat les discrepàncies, ha servit per modernitzar i fer evolucionar en riquesa i varietat la música sacra polifònica. Al seu torn, la sacra, sobretot a través dels textos, ha servit per «consagrar» composicions cabdals en la història de la música en relació a la inspiració i l’espiritualitat religiosa. En aquesta línia expositiva hem de ressenyar el paper que ha jugat la «gran música» qualiicada pels diferents discursos crítics i comercials realitzats sobre grans compositors tan de tradició catòlica com protestant. Ens referim a les obres la immensitat de les quals ha estat reconeguda com 4 feijoo, 1676-1764: «La Música de los Templos», a Teatro crítico universal. Tom I. Discurs XIV. Any 1726. (Ed. electr. http://www.ilosoia.org/bjf/bjt1) 99 a patrimoni quasi universal: Bach, Händel, Mozart, i altres noms que tots coneixem. Durant el segle xix i inclús després d’ell, la música romàntica europea havia servit de model de formulació musical per a tot tipus de composició que aspirara a ésser reconeguda i respectada per la institució eclesiàstica i per la feligresia. A mesura que el repertori diferent al cant pla, bàsic, el primer de les litúrgies, anava proliferant i cresquent, el concepte de repertori musical de l’interior del temple anava prenent cabdals diferències conceptuals, confonent-se entre els àmbits del que era propi del temple, de la litúrgia, de la religiositat, del gust i de l’art. La capacitat de representació del producte musical anava vinculada a la tipologia de patronatge que li corresponia segons que es categoritzara, a més, propi i identitari d’un estament social o d’un altre. La funció i sentit de la música, en ella mateixa, estava tan clara per a Sant Agustí com per a Nemesio Otaño, o per a Laurentio Perosi. El que havia ocorregut entremig tenia a veure amb les vicissituds contextuals que també havien afectat la resta d’àmbits artístics relacionades amb el culte, producte o causants de les successives transformacions socials. Mirarem ara d’exposar algunes relexions les quals encara que generals o generalistes, ens ajuden a enfocar una mirada a altres aspectes concrets la problemàtica del patrimoni musical relacionat amb les institucions religioses. Durant molt de temps, a Xàtiva, per exemple, malgrat que semblava clar que la propietat de les composicions musicals pertanyia a la Col·legiata, els músics que la produïen, mestres de capella i organistes principalment, sovint les consideraven seues. El mestre de capella com en la resta de col·legiates i catedrals de l’Estat, a Xàtiva, a més de regir la capella i altres obligacions pertinents al seu magisteri i representació, com ara ensenyar i mostrar els diputats i acòlits, tenir la seua custòdia i manutenció, i subvenir-los en allò que en fora menester, o concertar les eixides de la capella a altres llocs fora de l’església, o cercar músics adequats a les necessitats quan es tractava de qüestions puntuals, havia de compondre les peces corresponents al que s’exigia oicialment: «[…] por componer Villancicos, Lamentaciones, Misereres, etcétera, pues és trabajo anexo al Magisterio y tiene salario. Mas, si ocurriere de repente alguna función en la Colegial y fuere cenveniente hacer algo de nuevo, podrá el Vicario de Coro permitirle que gane la distribución algún dia, hallándose ocupado en la compòsición para la función. 100 [...] Aunque esta constitución en nada toca a los Beneiciados, pero como por ella se altera lo que siempre se ha observado en esta Colegial, no pueden menos que dexar manifestar que es costumbre de inmemorial que para que el Maestro de capilla se esmere y facilite cada año nuevos villancicos para la noche de Navidad del Señor, Misereres para Semana Santa y Lamentaciones, por graciosa gratiicación, siempre se le ha dispensado la presencia del coro por algunos días como que esto es en utilidad de la Colegial […]5.» Com ja hem avançat adés, els organistes i altres músics més avesos també componien, però en no tenir-ne obligació contractual, les seues composicions podien trobar-se al arxius musicals o no. En algunes ocasions les enviaven a altres esglésies a i d’obtenir llocs de feina de millor consideració o encàrrecs d’obres que els ajudaren a dur millor la seua vida. Per tant, ací estem parlant de l’acumulació d’un llegat als fons arxivístics. Aquesta densitat dels fons, en arribar el inal de poder sostenir l’estructura professional de la música al si de l’església, ha situat l’activitat productiva en una reserva -magatzem de relictes del passat, però no del present. En no poder-se sostenir el model empresarial que es donava al si de l’església com a institució de mecenatge i patronal, els canvis socials feren que música i intèrprets deixaren d’anar junts i que el material acumulat quedara progressivament orfe de la mà d’obra que l’executara, originat-se una espiral de separació que trencaria el concepte de patrimonitradició musical que s’havia format durant segles, derivant la institució en depositaria d’un llegat pràcticament mort. Relexions per compartir Pense en la música i la seua tradició interpretativa i em pregunte si en comparació amb la resta d’arts plàstiques, sobretot, són patrimoni eclesiàstic aquelles obres relacionades amb la religiositat? Que un quadre continga una estampa d’un sant Josep, no signiica que ens trobem davant un tros de patrimoni eclesiàstic. Almenys parlaríem d’una mostra de cultura religiosa però no del patrimoni quantiicable de tal o qual parròquia. Hauríem de diferenciar, per tant, entre patrimoni material i patrimoni cultural, vinculats però no necessàriament identiicats. Sembla que tot intent de comprensió apunta que el patrimoni pertany al propietari en el sentit estricte de la paraula. En conseqüència, bé patri5 Índice Promptuario de las obligaciones respectivas que están impuestas a los indivíduos de esta Ynsigne Yglesia de Santa María, de la Ciudad de San Felipe, para su mejor gobierno. acx, Caixa 21. 101 monial de l’església seria tot allò del que és propietària nominal. Aquest abast suposa sufragis directes, comandes, donacions, herències, adquisicions, encàrrecs, béns mobles i immobles, propietats cadastrals, usdefruits, etc. Com és el cas de la música? És de l’església la música de caire religiós? Bandegem d’entrar en aquest xicotet estudi a esbrinar el concepte d’obra d’art en parlar de música. No obstant, per tal d’endinsar-nos-en una mica en la resposta a la pregunta que ens acabem de plantejar, cal tenir en consideració que les composicions musicals destinades al culte, principalment, són obres amb una funció especíica i no obres que cercaren la perfecció estructural o estètica en sí mateixes. La mestria tenia a veure amb el domini artesà de les tècniques, el coneixements de les tendències i la presa de posició front a elles. D’una composició musical ad templum s’esperava que acomplira amb les regles de la composició establertes però menys o més compartides, segons períodes, i que servira a la funció que tenia. En aquest sentit, el concepte d’inventari referit al llegat musical dista del de patrimoni. Justament, la nostra relexió general ací és la d’aprofundir en el fenomen patrimonial cultural i no en la descripció inventariada d’uns documents de major o menor valor artístic, simbòlic o litúrgic. En aquest camí, ensopeguem de sobte amb el concepte d’arxiu. Si diem que Xàtiva manca d’arxiu musical religiós estem dient sols una part de la veritat, malgrat que siga una part signiicativa d’ella. Arxiu musical sacre en té poc, però la diferència entre els hàbits i pràctiques de la col·legia no dista massa de la d’altres esglésies importants, les quals conserven un inventari arxivat de papers de música bastant més extens, com ara el cas de les emblemàtiques de València: la Catedral i el Patriarca, i que permet fer-nos-en una idea de com podia ser el que hauria existit a Xàtiva.6 És per açò que insistisc en la dimensió cultural de la problemàtica, perquè pense serà la dilucidació dins d’aquest àmbit la que podrà aportar més llum, no a l’autocomplaença, sinó, precisament, a la potenciació de possibles vies de solució a l’esmentada problemàtica i a la sostenibilitat d’aqueix patrimoni musico-cultural. Treure’l de la letargia i situar-lo, si més no, a tall de consum cultural. Un exemple: quan ens referim a la música escrita, quin valor patrimonial té la graia? Sembla que té valor en la mesura que tot el món coneix que encripta un ediici sonor que no es veu, que no s’escolta, però 6 Garcia Company, 2007: La problemática del patrimoni musical a Xàtiva en el segle XVIII. Treball d’investigació. Universitat de València. Inèdit. 102 que ens manifesta l’existència d’un passat. Per tant quin paper juguen els intèrprets ara que no són assalariats? en quin lloc queden dins del concepte actual de patrimoni? Un gran patrimoni per a les esglésies (Església) són els seus fons arxivístics continguen el que continguen. Acumulen la informació sobre la seua història. Aquesta història també la constitueixen les vicissituds i successos que amb ella tenen a veure directa o indirectament. Des de lligalls de processos judicials ins a guions de villancets, des de llibres sacramentals a lletanies o goigs sense música. Com havíem esmentat abans, el llegat de composicions unit a les cròniques historiogràiques, als instruments, a la iconograia esdevenen part del valor patrimonial dels seus fons. Eixe pot ser el patrimoni material: els fons arxivístics. Ara bé, vull concloure plantejant un altre problema respecte de la vàlua del patrimoni heretat. Si aquesta documentació permet i permetrà estudis i investigacions sobre les matèries tractades, quin valor li queda a les composicions en sí, és a dir a la música, als sons, al fervor que causava la seua escolta, al valor sentimental i litúrgic de suport a la paraula, ara que no hi ha músics, ni instruments, ni salaris, ni música artesanal a les celebracions dels oicis? Exemple, si ja no queden monjos que puguen cantar gregorià, en què queda el valor dels llibres corals? Al llarg dels temps l’església catòlica ha pogut mantenir capelles i organistes, renovar els instruments. Ara ja no, en general. Quin és, per tant, a dia de hui el principal «actiu» musical de les esglésies? La música gravada? Fins i tot, el so de les campanes funciona enregistrat i governat des d’un ordinador. Tornem a pensar que mantenir el patrimoni musical eclesiàstic passa per formar intèrprets al temps que s’han de cuidar els papers i els instruments musicals. Els orgues necessiten reparació, els cors i les capelles s’haurien de replantejar. Si el principal actiu és la gent, la seua abnegació i atorgament, quan es fan almoines que també siguen per a la música en un sentit ampli. Pense que convindria recuperar el cerimonial: patrimoni antic i patrimoni actual. L’antic era ric, l’actual és pobre en ocasions de gaudir d’aquell. I ací tornem a les persones de cada moment. A dia de hui no podem gaudir d’aquest patrimoni musical només que de forma indirecta i esporàdicament. Durant segles s’oferia la possibilitat de fer de l’oici de músic una professió. Si no s’aconsegueix sols amb les persones que a dia de hui es 103 consideren església, s’haurien d’explorar altres vies comptant amb el món de la música religiosa de fora del temple. I ja com a inal, mirant d’assenyalar línies d’actuació des del compromís amb el patrimoni, vull refermar-me amb vostès que quan parlem de conservar el patrimoni musical ens referim a a continuar restaurant els llibres corals i els documents a digitalitzar-los a restaurar la iconograia Però i la interpretació? com es restaura? En qualsevol cas, l’Església esdevé dipositària del dret patrimonial d’una producció que en algun temps li ha pertangut en tant que no la pagava. En el seu moment els seus assalariats la componien per a ella com a part del seu contracte, sempre com a inversió en el bé i beneici de l’ediicació espiritual, pel bé de les ió i no a lrmar que els músics contribuassalariats la componien per a ella com a part del seu contracte, sempre coma inversiànimes, sempre en missió apostòlica. L’Església sap que té patrimoni musical en el sentit que hem descrit, però també sap que el té condicionat a l’existència de músics actuals que puguen interpretar-la, a diferència de la resta del patrimoni sumptuari. A hores d’ara resulta difícil bandejar la falta de raó en airmar que els músics contribuïren a fer «institució» a i de mantenir la professió i no a l’inrevés, és a dir, que la l’església mantenia els músics com a productors i agents d’un producte necessari per al manteniment d’una doctrina vital per al sosteniment de la institució. La propietat del patrimoni musical eclesiàstic sempre ha estat la Tradició, la Fe. La voluntat de les persones i dels artistes de participar cantant del combregar amb Déu ha estat i estarà el veritable patrimoni musical de l’església. Trobe que en la conservació i restauració musical del patrimoni, les parròquies menudes ho tenen difícil. I arribats ací, em pareix que quasi tornem a l’inici. Tornem al moment que no hi havia res i era el cant dels idels, simple, honorat, buit de pretensió material i ple d’esperit musical bàsic, el que constituïa l’essència de la música en el plànol de la comunicació espiritual amb Déu. 104 El conjunto cerámico de la Colegiata de Xàtiva MERCEDES GONZÁLEZ TERUEL Taller de Cerámica, Vallés 16 El patrimonio cerámico valenciano en la actualidad es el producto de una larga historia en la que intervienen todos los factores sociales de cada época. Si tenemos la oportunidad de agrupar y estudiar las piezas que conserva una institución como la Colegiata de Xàtiva, podremos valorar la importancia de la cerámica como transmisora de un conocimiento insustituible, tanto a partir de un pequeño fragmento, como de una gran zocalada. Si además, disponemos de los fondos documentales del Archivo de la misma Colegiata, en los que podemos seguir el rastro del Canónigo Miguel de Lobera Zamborán, y su amigo, Marcos Antonio Disdier Casanova, director de la renovación de la azulejería valenciana de inales del siglo xviii, pondremos en valor un gran y desconocido tesoro, que ofrecerá un nuevo punto de vista sobre el arte cerámico valenciano. La cerámica histórica, o patrimonial, forma parte incuestionable de la arquitectura y de los usos y costumbres de una sociedad. Actualmente, su papel ha cambiado y cada vez más se asocia la cerámica al coleccionismo de arte, a la decoración, al estudio, o a la exposición museística. La Colegiata de Santa María de Xàtiva posee un patrimonio cerámico poco apreciado y de alguna manera, desconocido, resultado de su vasta trayectoria, su rica historia, y fruto de las personas que han ido relacionándose de una manera o de otra con la institución. Esquemáticamente 105 Museo de la Colegiata de Santa María, vitrina con azulejos pertenecientes a la colección de la institución este conjunto podemos organizarlo en cinco apartados que van desde un fragmento de azulejo hasta una valiosa documentación escrita: 1. En primer lugar, la Colegiata de Santa María de Xàtiva, posee una colección de aproximadamente 300 azulejos exentos, procedentes de antiguos derribos, excavaciones o donaciones. Su cronología se sitúa entre el siglo xv y el siglo xix. En este apartado, además consideramos la cantidad de fragmentos de azulejos que se conservan, que poseen gran valor documental, aunque no se conserve la pieza completa. 2. En segundo lugar, es muy importante la colección de azulejos unidos a la arquitectura, reaprovechados, y que proceden de tres obras diferentes. El conjunto de lápidas cerámicas de la ermita de Sant Feliu de Xàtiva, y de la ermita de Sant Josep de Xàtiva, todas de principios del siglo xix forman un ejemplo único en su tipología. Además se conservan azulejos del siglo xvii al xix, como contrahuellas y azulejería de muestra. Los arrimaderos procedentes del conjunto de la iglesia de San Francisco dedicados a la Pasión, de principios del siglo xviii, son otro ejemplo del 106 esplendor de la azulejería barroca valenciana, y que pertenece a la colección de la Colegiata de Santa María de Xàtiva. 3. En tercer lugar, la Colegiata conserva piezas de forma como lebrillos, escudelles, platos, albarellos, cuencos de relejo metálico, y hasta una custodia modelada realizada en el siglo xx. Unas cuarenta piezas forman esta colección que cronológicamente podemos situarla entre el siglo xviii y el siglo xix. Asimismo una gran cantidad de interesantísimos fragmentos de piezas de forma completan el patrimonio cerámico de la Seu. 4. El cuarto lugar lo ocupa la imagen de nuestra Señora de la Seo realizada a inales del siglo xix, modelada en arcilla, y situada en lo alto del campanario. La escultura, de grandes dimensiones, alrededor de cuatro metros de altura, es única en su género y poco valorada. 5. Por último, si bien es importante la recuperación de las piezas cerámicas y su valoración, hemos de tener en cuenta además, las personas que a lo largo de la historia han trabajado por la Colegiata y forman su historia humana, relejada en los documentos que forman el archivo de la Colegiata. El canónigo Miguel de Lobera Zamborán residió en Xàtiva desde 1756 hasta su muerte en 1795. Fue un gran trabajador y estudioso, y igura fundamental en el desarrollo de la cerámica valenciana de inales del siglo xviii debido a su relación con Marcos Antonio Disdier Casanova, el director de la renovación de la azulejería valenciana del siglo xviii, nacido en Xàtiva en 1735. En el Archivo se guarda la partida de nacimiento de Marcos Antonio Disdier, distintos e importantes datos sobre su familia, y, entre otros documentos, el acta de la boda de la hija de Disdier, María Salvadora Disdier Ysnel, con Alejandro Faure Vinnales, el dueño de una fábrica de azulejos valenciana. En el pavimento de la ermita de Sant Feliu, se encuentran doce lápidas cerámicas procedentes del antiguo cementerio público1, que al perder su función, se aprovecharon como material de construcción y fueron colocadas como parte del suelo. Cronológicamente están situadas en el primer tercio del siglo xix, y su fabricación se realizó en Valencia capital. Su conservación es problemática, son piezas muy fragmentadas y en alguna de ellas es difícil leer el texto en su totalidad. Entre las intervenciones a las que debieron someterse estas piezas, además del arranque de su lugar original, pudo estar la excavación en el interior de la ermita que 1 A mediados del siglo xix, en Xàtiva funcionaban tres cementerios, el de les ánimes, el de Sant Feliu y el de Sant Josep, que fueron clausurados cuando se inaugura el actual cementerio en la carretera de Llosa de Ranes. 107 Lápida de la ermita de Sant Feliu, s. XIX llevó a cabo en 1908, el Abad Plá, y es posible que al tapar la excavación, las lápidas no se colocaran en su posición. Estas piezas cerámicas son un extraordinario documento para poder datar e identiicar otros azulejos de autor desconocido, al estar incluida en su inscripción el nombre y oicio del inado, la fecha de defunción y algún que otro dato como la tipografía utilizada. No sabemos si originalmente estarían colocadas en alto, en nicho, o se obrarían en el suelo. En alguna de ellas, a la vista de la colocación de las sombras en el diseño, sí que podemos intuir que se colocarían en alto, como por ejemplo la dedicada en 1818 a Vicente Bernabeu. Las distintas lápidas que se conservan son las siguientes: 1. Lápida de Juan Bataller, 1818, 12 azulejos dispuestos de forma 3x4, y de tamaño 20x20 cm cada uno. Texto: Aquí yace Juan Bataller Maestro de Soguero Murió el 18 de Junio de 1818, a la edad de (…) años. Rogad (…) para que descanse en pas, amen. R.Y.P. 2. Lápida de Vicente Bernabeu, 1818, 1 placa tamaño aproximado 108 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 30x40 cm. Texto: Aquí yace Vicente Bernabeu maestro de herrero consorte de Mariana Micó. murió en 15 de oc.e de 1818. de 70 años 6 m y 10 d de su edad R.I.P. Lápida de Dor (…) 1819, 4 azulejos dispuestos de forma 2x2, y de tamaño cada uno 20x20 cm. Texto: Aquí yace Dor (…) consorte de Juan Dutel (…) nueve de Enero de 1819 (…) de 37 años y meses Rueguen al todo poderoso por su alma. Lápida de Josefa Sans, 1820, 6 azulejos conservados de 9 azulejos dispuestos de forma 3x3, y de tamaño cada uno de 20x20 cm. Texto: Aquí yace Josefa Sans, Consorte (…) Viñes: murió día 3 de (…) del año 1820. de edad (…) años 1 mes y 6 (…). Lápida de María Cristina (¿?), 1820, un azulejo de tamaño 20 x20 cm. Texto: Aquí yace Maria Cristina (¿) (…) murió en 27 (…) de 1820 (…)de 50 años (…) por su Alma. Lápida de Valerian Romaní, 1824, un azulejo de tamaño 20x20 cm Texto: Aquí yace Valerian (…) Romani q.e murió el 24 de Fbrô. De 1824 de edad de 5. M. s y 1/&. Lápida de Teresa Fabra, 1824, un azulejo tamaño 20x20 cm Texto: Aquí yace Teresa Fabra murió en 27 de setembre de 1824. Rue=guen a Dios por su Alma. Lápida de Antonio Carrasco, 1825, una placa tamaño 20x20 cm. Texto: Aquí yace Antonio Carrasco labrador Consorte que fue de Teresa Martines falleció en 26 de Eneº de 1825. De 46 añº de edad. Lápida de Josefa Lópes, 1825, 1 placa tamaño aproximado de 30 x40 cm. Texto: Aquí yace Josefa Lopes, Consorte de Cristóval García, que falleció en 10 de Julio de 1826 a los 34 años de su edad. Rueguen á Dios por su Alma. Lápida de Francisco Ferri, 1827, una placa tamaño 20x20. Texto: Aquí yace francisco ferri mozo labrador : murió día 7 de octubre de 1827. de 18 años de edad. rueguen a dios por su alma. 109 11. Lápida de Pasquala Benito, 1827, 1 placa tamaño aproximado 30 x30 cm. Texto: …yace el Cadáver de Pasquala Benito Consorte que fue del Ess-no Felix Tomás Sanz. Falleció en 14 de Dbre de 1827 a los 57 años de edad. 12. Lápida de Manuel Sumsi, 1828, 4 azulejos dispuestos en 2x2, de tamaño 20x20 cm cada uno. Texto: Aquí yace Manuel Sumsi, Maestro de Albeitar, que murió en 21 de Junio de 1829. á los 42 años de edad. Rueguen a Dios por su Alma. Aunque las piezas cerámicas más importantes en la ermita de Sant Feliu son el conjunto funerario, hemos de apuntar que entre los azulejos recolocados en el pavimento se conservan azulejos realizados en el siglo xvii, xviii y xix, de las mejores fábricas de Valencia. Asimismo, en el muro frontal que forma el pedestal sobre el altar, a ambos lados de la escalera, dos paneles de azulejos blancos esmaltados, y de color manganeso realizados en el siglo xix, ornamentan la estancia y completan el patrimonio cerámico de la ermita. En la Ermita de Sant Josep, en el muro situado a la entrada, en la base del campanario, se conservan cinco lápidas cerámicas procedentes asimismo de anteriores enterramientos, y cuya cronología escrita data de 1817. Además de estas valiosas piezas, la ermita posee interesantes contrahuellas de azulejos, restos de azulejería del siglo xviii valenciano, y uno de los arrimaderos que formaba parte del conjunto de la iglesia de San Francisco dedicados a la Pasión, de principios del siglo xviii. Las lápidas son las siguientes: 1. Lápida de Francisca Moreno, 1817, una placa tamaño aproximado 35x35 cm. Texto: Aquí yace. Fran.ca. Moreno Consorte de Manuel Segura maestro de hornero murió dia 1º Junio 1817. a la edad. de 22. Años R.in P. 2. Lápida de José Navarro, 1817, dos piezas tamaño aproximado 20 x 40 cm. Texto: Aquí Yaze José Navarro, murió Día17 de Septiembre del Año1817. de edad de 67 años r.i.p. 3. Lápida de Laura Bru, 1817, cuatro azulejos dispuestos en 2x2, de tamaño 20x 20 cm cada uno. 110 Texto: Aquí yaze Laura Brû que Murió día 13 de Noviembre de laño 1817. A la edad de 34 años Rueg=n por su Alma. 4. Lápida de María Dolores Peris, 1817, cuatro azulejos dispuestos en 2x2, de tamaño 20 x20 cm cada uno. Texto: Aquí descansa el Cuerpo de Dª Maria Dolores Peris, Consorte de D. Francisco Albalat. Escrivano de esta Civdad que murió en 18 de Noviembre de 1817 de edad de 20 Años. r.i.p. 5. Lápida de Juaquina Gascó, 1817, una placa tamaño aproximado 30x30 cm. Texto: Aquí yaze Juaquina Gascó hija de Tomás Gascó de edad de 30. Meses Murió día 23. De Nouiembre 1817. En la Sacristía de la Seu, se encuentran reubicados los azulejos que en origen se encontraban en la iglesia de Sant Francesc de Xàtiva y cuyo tema gira en torno a los emblemas de la pasión. Supone una magníica obra de alrededor de cuarenta metros de largo por algo más de metro y medio de alto, muestra indudable del esplendor de la azulejería barroca valenciana de principio del siglo xviii. En estos azulejos domina el color 111 Azulejos procedentes de la Iglesia de Sant Francesc. Sacristía de la Seu, s. XVIII azul cobalto realizados los matices mediante pinceladas gruesas, además el verde cobre, amarillo y el ocre fuerte combinan en una obra realizada con azulejos de tamaño 13 x13 cm utilizados al inal del siglo xvii y principios del xviii. Angelotes con alas, pájaros, y delines grutescos se combinan con lores, cintas y roleos en una composición llena de fuerza y vitalidad. La escultura monumental en barro cocido es una práctica muy utilizada por los escultores sevillanos desde el siglo xv, y por los talleres cerámicos de Barcelona del siglo xix. En Valencia se utiliza, en el siglo xix, la técnica del modelado de iguras de arcilla, sobre todo, como boceto para trasladar dicha imagen a escultura real de mármol, o algún otro tipo de trabajo secundario en la elaboración de moldes. Por todo ello, la imagen escultórica de la Virgen de la Seo realizada en arcilla color claro, constituye una apreciable rareza teniendo en cuenta además, su tamaño, y las diicultades técnicas por la que pasaría antes de su colocación. La igura se sitúa en el centro de la estancia del templete que remata la torre campanario de La Seu, sobre un pilar mediante el que la base de 112 Virgen de la Seo Colegiata de Santa María. Torre de campanas. Templete la escultura se sitúa a la altura de la vista. La virgen sobre las nubes, es sustentada por cabezas de angelitos con alas. La virgen viste el manto tradicional, en su mano izquierda lleva al niño, y en la derecha mantiene un hierro que en su momento debió estar forrado con unas lores. Esta igura se modeló mediante el sistema de adición de materia, y quizás en su interior se halle algún tipo de estructura que sirva de sujección. Debido a su tamaño, se dividió en cuatro partes que al ser colocadas en el templete se unieron. La técnica del modelado permite que la terminación de la supericie respete la impronta del escultor, manteniendo la textura de las huellas y dejando la arcilla sin esmaltar, cocida en horno moruno, pero sin color. Según el testimonio de Manuel González Martí2 el autor de la imagen de la Virgen de la Seo es José Aniceto de Santigosa i Vestraten (Tortosa 1823-Barcelona 1895). Fue médico, escultor ceramista, y hombre muy activo que prácticamente utilizó todas las técnicas artísticas. Numerosas cerámicas que ornamentan las fachadas de Barcelona, y que son aparente2 González Martí, 1954: 195. 113 mente anónimas, son obra suya. Trabaja como encargado de escultura en los talleres de Antoni Tarrés, en Barcelona, el fabricante de cerámica más importante del siglo xix, y juntos impulsan la característica ornamentación en tierra cocida de muchos ediicios y monumentos de Cataluña, Andalucía y alguno en Valencia. Fue galardonado en numerosos certámenes y exposiciones, y junto a su hermano, Francisco Santigosa que vivía en Valencia, da a conocer su obra por toda la geografía española. Obras de José Aniceto de Santigosa, entre otras, son la decoración de la fachada de la casa de Antoni Tarrés en la calle Tallers nº 45 de Barcelona, las imágenes alegóricas de la Justícia y la prudencia de la fachada del ayuntamiento de Mataró (Barcelona), la Font del geni Catalá, al Plá del Palau de Barcelona, y el relieve del tímpano de la iglesia de Sant Jaume de Barcelona, irmado y realizado en 1878. Uno de sus trabajos más detallistas lo constituye un belén que realizó para su familia de alrededor de sesenta iguras las cuales se destruyeron en el año 1936, y de las que únicamente se conservan unas catorce en el Museo Comarcal de Cervera (Lleida). Miguel de Lobera Zamborán, Marcos Antonio Disdier Casanova, y el pavimento de la Sala Capitular de la Catedral de Las Palmas de Gran Canaria. Miguel Salvador de Lobera Zamborán nació en el pueblo de Bailo (Huesca)3, el 15 de Diciembre4 de 1723 y muere en San Phelipe de Xàtiva el 5 de Enero de 17955. Es el quinto señor que ostenta ese nombre en la casa Lobera de Bailo. El árbol genealógico de este linaje contiene a la vez políticos, escritores, sabios, médicos, pintores y eclesiásticos. Julián de Lobera (¿-1435), Luis de Lobera (1480-1551), Fray Athanasio de Lobera (¿-1605) y el pintor y el arquitecto Juan de Lobera (1604-1551), son algunos de los más conocidos personajes que forman el linaje hasta 1940, fecha a la que corresponde la última aportación genealógica del manuscrito privado de la familia6. Gran parte de la información de este 3 4 5 6 González/Jordá, 2010: 213-234 Libro manuscrito de la Casa Lobera de Bailo (Huesca), facilitado por la familia, en particular por Antonio Torres, descendiente directo que pierde el apellido Lobera por ser su abuela la que ostenta el apellido. Es habitante de Bailo a quien agradecemos la amabilidad con que nos recibió y facilitó la información que disponía. Lobera es considerado escritor por los textos en que relató los viajes del Obispo Juan Francisco Guillén en las Islas Canarias, y por los datos ofrecidos a José de Viera y Clavijo para que escribiera su Noticia sobre las Islas de Canaria, aunque efectivamente nunca publicó obra alguna, que sepamos hasta el momento. Latassa y Ortín, 1802: 7-8. Bescós Torres, 2004: 358. 114 linaje se debe al historiador Miguel Lorenzo de Lobera (1566-1607), ya que se dedicó a realizar una obra de carácter privado desde el año 1600 «para uso y aplicación del linaje de los Lobera en los procesos de infanzonía de un lado y del otro esclarecer la participación de sus personajes en los diferentes acontecimientos de la Historia de España»7. El que sería posteriormente el Canónigo Lobera de la Colegiata de San Phelipe, es hijo primogénito del matrimonio celebrado el 10 de Abril de 1723 entre Jorge Mateo de Lobera (Bailo, 1687- 1746) y de María Catalina Zamborán (¿-1759). Sus seis hermanos fueron bautizados como Pedro, Domingo, Mª Catalina, Mª Josefa, Manuela, y Mª Catalina Manuela8. El familiar que realmente marca la vida y trayectoria de Miguel desde muy joven es el que posteriormente sería nombrado Obispo de Canarias, su tío Juan Francisco Guillén Isso (Arbués 1686- Burgos 1757). Los datos sobre la vida del Canónigo Lobera en Bailo son escasos aunque conocemos que allí recibe el sacramento de la Conirmación el 22 de Mayo de 17299, y vive en el pueblo con su familia hasta 1732, fecha a partir de la cual no vuelve a aparecer en los registros de Bailo10. Realmente la vida de D. Miguel de Lobera podemos dividirla en tres etapas diferenciadas. La primera etapa de su vida, la más discreta, comprende desde el año 1723 hasta el año 1732. La segunda etapa, corre paralela a la vida de su tío Juan Francisco Guillén11 con el que viaja de acompañante a las Islas Canarias y que fecharíamos entre 1733 y 1756, fecha en la que el rey Fernando VI lo nombra Canónigo de San Felipe de Xàtiva a la edad de 33 años. La última etapa, la tercera, de su vida comenzaría en 1756 y acaba en 1795 con su muerte en la Ciudad de San Felipe (Xàtiva). «Su aplicación, y talentos tuvieron conocidos Empleos en las Ciencias. Tomó el Bonete de Doctor en Cánones, cuya facultad había estudiado en la Universidad de Valladolid, y obtuvo una Canongía en la Colegial de San Felipe, Xàtiva, de cuya Insigne Iglesia fue Decano»12. El día 31 de Diciembre de 1771, en San Felipe de Xàtiva irma y acaba el que será su único libro titulado Noticias del Señor Obispo D. Juan 7 8 9 10 11 12 Bescós Torres, Opus cit. Pág. 263. Libro manuscrito privado de la Casa Lobera. Información facilitada por el director del Archivo Diocesano de Jaca (Huesca), Felipe García, sobre la información del Archivo Parroquial de Bailo. Idem. Juan Francisco Guillén Isso es hermano de la madre de Miguel de Lobera sólo por parte materna. Es por ello que no coinciden los apellidos. Latassa y Ortín,1802: 8. 115 Francisco Guillén13. En este libro inédito14 relata el viaje de su tío a las Islas Canarias con el objetivo de informar al historiador y escritor José de Viera y Clavijo (Realejos 1731-Las Palmas 1813) para que incluyera estas observaciones en la obra que estaba escribiendo titulada Noticias de la Historia General de las Islas de Canaria15. En comunicación epistolar de José de Viera a Fernando de Molina se reiere a este hecho comentando que «Últimamente Dn Miguel de Lobera (a quien Vm acaso conoce) me ha escrito con singulares expresiones, me ha comunicado algunos papeles y me ha enviado la vida del Sr Guillén, su tío. Estoi (sic) muy reconocido a sus cordiales cartas y amable correspondencia16». Es a través de los hechos y la vida del Obispo Guillén cómo podemos conocer la vida de Miguel de Lobera durante los diez años que aproximadamente residieron en las Islas Canarias. «Don Miguel de Lobera no siguió toda la visita de nuestras Islas como un simple Caudatario o vana sombra del Obispo, su tío, sino como un observador relexivo que veía, retenía y escribía cuanto le parecía importante sobre Geografía, Historia Natural y Civil. Debemos a su aplicación aquel plan metódico y exacto del Estado de las Canarias, que imprimió y que con razón es estimado17.» Juan Francisco Guillén Isso, fue nombrado Obispo de Canarias el 28 de Febrero de 1739, pero no llega a las Islas hasta 1741. Tal y como relata su sobrino, el rey Felipe V le envió al secretario Abad de Vivanca para hacerle partícipe de su nombramiento. «Sintió gran mortiicación y repugnancia18», pero evidentemente, al inal aceptó. El Obispo Guillén en el período anterior a su promoción, fue graduado en Doctor en Teología con todos los títulos de honor y además obtuvo la Cátedra de Filosofía de la que fue maestro. En 1718 fue nombrado rector de la Iglesia Parroquial 13 14 15 16 17 18 Caballero Mújica, 2001: 273. Se conserva un ejemplar manuscrito en el Archivo de Acialcázar de Las Palmas de Gran Canaria. Apud. Caballero Mújica, F. 2001: 240. Agradecemos a D. Pedro Mª Pinto y Sancristóbal las facilidades ofrecidas para la consulta y fotograiado del documento. El título completo del texto es Apunte de algunas Noticias y memorias del Ilustrísimo Señor D. Juan Francisco Guillén, Obispo de Canarias y Arzobispo de Burgos, por Don Miguel de Lobera, su familiar, y sobrino, Canónigo de la Insigne Iglesia Colegial de San Felipe de Xàtiva, oicial y vicario foráneo de dicha ciudad y partido por el Ilustrísimo Excelentísimo Señor Don Tomás de Azpuru, Obispo de Valencia, Caballero Gran Cruzada de la Real distinguida Orden Española de Carlos III, del Consejo de Su Magestad, su Ministro en la Corte de Roma, cerca de la Santidad de Clemente XIV… (…) las noticias de la vida de este respetable prelado con la complacencia de tener a la vista las copiosas y (…) puntuales memorias que su digno sobrino D.M. de Lobera nos ha suministrado, penetrado del más tierno celo y amor a la memoria de su Ilustre tío; lleno de afecto y gratitud a las Canarias donde siempre le acompañó como familiar suyo (…) y obligado de su generosa amistad con el autor de esta historia. De Viera y Clavijo, J.,1783:158. Carta de José de Viera y Clavijo a D. Fernando de Molina el 12 de Agosto de 1774. Fernández Hernández, R., 2006:124 Viera y Clavijo,1783: 224 Caballero Mújica, 2001: 224 116 de Santa Cruz de Zaragoza, y en 1731 fue promovido por el Arzobispo a la Vicaría del Santo Templo Metropolitano del Salvador. Su hoja de servicios era impecable y la conianza de sus superiores era asimismo absoluta. Felipe V,…» acordándose del sobresaliente mérito en ambas carreras de Cátedras y Cuentas, sin haber practicado diligencia alguna, ni tener correspondencia en la Corte (…) le nombró Obispo de Canarias» 19. El aprecio que la Corona le profesaba se manifestó en la misión encomendada, lo cual le obligó a aceptar en contra de su voluntad…»consultando con Dios y personas doctas y espirituales»20. El relato del viaje desde que la mañana del 24 de Junio de 1741 llegó el Obispo Juan Francisco Guillén a la Isla de León (Cádiz) para esperar ocasión de embarcarse, es una iel descripción de los hechos en primera persona del viaje que asimismo realizó Miguel de Lobera. Se hicieron a la vela en un navío genovés llamado San Miguel el día 20 de Enero de 1741, y llegaron a Las Palmas de Gran Canaria el día de la Candelaria, por entonces Patrona del Obispado. El relato de los trabajos del Obispo transcurre entre epidemias, hambrunas, crisis y guerras. Su misión en Canarias…»padeciendo grandes sudores y trabajos, yendo en barcas de pescado»21 y repartiendo muchas limosnas, se distinguió por pasear por todas las Islas una a una, 22 intentando paliar la desastrosa situación con la que se iban encontrando. «Los años de 1748 y 1749 fueron muy calamitosos en las Islas. Se traía el trigo de España. La guerra diicultaba estos transportes. Su Ilustrísima socorrió con increíbles limosnas a sus feligreses y pobres»23. En Junio de 1743, un episodio consolidó deinitivamente al Obispo como iel aliado de Felipe V. El Almirante Carlos Windon capitaneando cinco navíos, amenaza a la capital después de haber atacado a La Gomera. «Se tocó alarma y rebato muy vivo, y acudieron las milicias de la ciudad y otros pueblos al Puerto de la Luz y a Conital, a donde pasó su Ilma. a caballo y exhortó a las milicias al buen ánimo para la defensa de la Religión y patria y el honor de las Armas de su Magestad24». «Inlamados los milicianos con la presencia y amonestaciones de su Prelado, pronunciaron vivas (…) y otras demostraciones de gozo». Al observar que los soldados no habían comido, 19 20 21 22 23 24 Idem. Idem. Caballero Mújica, 2001: 248 El Papa Benedicto XIV le felicitó por ello. En su Visita general No sin peligros de mar y tierra, predicó 175 sermones de misión, 21 pláticas a curas, 28 a religiosas y conirmó a 34.360 personas. De Viera y Clavijo, Opus cit., Pág. 248 Caballero Mújica, 2001: 225 Caballero Mújica, 2001: 248 117 se encargó de que recibieran pan, queso y vino, y añadió cuantas cargas de pescado pudo conseguir. «Y habiendo llegado a noticia de su Majestad por lo que le dijeron los comandantes (…) mandó que le escribiesen gracias por el Ministro y Secretario de Guerra. Honor que fue muy apreciable»25. Pero en Octubre de 1750 le llegan al Obispo las primeras noticias de la promoción a la Mitra de Burgos, con lo que se acercaba el inal de su trabajo y estancia en las Islas. «Y habiendo aceptado esta impensable honra que su Magestad le dispensaba, comenzó a organizar el viaje de vuelta26». La tarde del día 29 de Abril de 1751, el Navío de Guerra Inglés Garland, embarcó al Obispo Guillén y a su sobrino rumbo a Lisboa (Portugal)27, entre veintiún cañonazos como saludo, y lágrimas y abrazos como despedida 28. Así, el día 9 de Mayo desembarcaron frente al Palacio Real de Lisboa, y allí,…«en la Corte de Lisboa recibió muchas honras de todos los señores, especialmente del Duque de Sotomayor29 Embajador de España (…) del Cardenal Patriarca, D. Tomás de Almeida (1716-1754). Ambos enviaron sus carrozas a la Plaza para recibir a Su Ilustrísima (…). El Señor Patriarca le llevó una tarde a una de sus Quintas (…) El Señor Nuncio de Su Santidad (después Cardenal de Tempi), le visitó y honró sobremanera y hasta las mismas personas reales le hicieron muchas honras30». Y continúa la descripción de la estancia en Lisboa: «…por venir convaleciente (…) le aconsejaron los médicos tomase los baños de Las Caldas31. Le probaron muy bien (…). El día 10, solemnidad del Corpus, vio la procesión en compañía del Señor Duque Embajador. Y en la tribuna del órgano pontiicial, que celebró el Señor Patriarca, domingo 13, día de San Antonio, asistieron las personas reales a la de la Patriarcal. Finalmente, despedido por el Rey José I y la Reina Mª Antonia Victoria, Infanta de España, de la Reina Madre Mariana de Austria, de los Infantes e Infantas y de toda la Corte, a que debió mil honras y quedó también muy agradada de su Ilustrísima (…) y la política de haber vestido de luto su familia, que le traía a la Corte, y 25 26 27 28 29 30 31 El Marqués de la Ensenada le felicitó: «Señor: Ha debido al rey muy particular satisfacción lo que por informe del Brigadier D. José de Andoanegui ha expuesto el Comandante General de estas Islas, acerca del singular amor a su Real Servicio que manifestó V.S.I. el día 17 de Junio antecedente, animando con su presencia y socorros de dineros y víveres a las milicias de esas Islas que se previnieron a defender el desembarco que se reconoció intentaba ejecutar en ella, y no se veriicó, una escuadra inglesa de cinco navíos. Y me manda S.M. manifestar a V.S.I. su real agrado por este esfuerzo tan propio de su lealtad y persuasivo a la continuación de la que se observa en esos naturales»… San Ildefonso, primero de Sep. De 1743. De Viera y Clavijo Opus cit. Pág.246 Caballero Mújica, 2001: 258 Idem. Caballero Mújica, 2001: 259 Félix Fernando Yáñez de Sotomayor Lima y Masones, Duque de Sotomayor (1726-1767). Caballero Mújica, 2001: 260 Se reiere a las aguas termales de Caldas da Rainha (Portugal). 118 la del Señor embajador de España, con la muerte del Rey Juan V (…) y el 21 de Junio comenzó el viaje»32. La estancia del tío y sobrino en Lisboa se alarga durante aproximadamente un mes y medio, hasta que la comitiva parte en dirección Madrid, …»habiendo llegado a Aldea Gallega los carruajes que se habían pedido a Madrid, por no haberlos a propósito en Portugal, pasó el río en una escalera o falúa el 20 de Junio (de 1751)»33. Llegan a Madrid el día 7 de Julio y el 21 de Septiembre a Burgos. Miguel de Lobera acompaña a su tío y convive con él excepto el tiempo que marcha a Valladolid y Madrid donde cursa sus estudios34. El Arzobispo de Burgos,… «prelado cansado de vivir y trabajar»35, tuvo que soportar grandes disputas en el tiempo que duró su cargo. El desmembramiento de la diócesis de Burgos, y la erección de la Diócesis de Santander, centraron la actividad de su Mitra. En medio de estas circunstancias, Juan Francisco Guillén buscaba empleo para su sobrino…«y había enviado a Roma (…) una súplica pidiendo «una pensión sobre su Mitra a favor de D. Miguel de Lobera, sobrino suyo36». La pretensión del prelado es rechazada37, y deinitivamente la vida los separa cuando en 1756 el Rey concede a Miguel de Lobera una Canongía en la Iglesia Colegial de San Felipe de Xàtiva38. «Volvió a Burgos para despedirse, y de allí partió en 24 de Enero de 1757 para su destino y habiéndose detenido lo preciso en Madrid y Valencia, entró en San Phelipe el 14 de Marzo, y el 17 tomó posesión de dicha Canongía39». La última etapa de su vida se desarrolla en San Felipe (Xàtiva), aunque la gran cantidad de trabajos de los que se ocupa, a menudo le obligan a desplazarse a Madrid o a Valencia. El cuatro de Noviembre de 1756 la reunión de la Colegial de San Phelipe responde a la carta que Lobera envía como presentación…«al Cabildo participándole cómo su Magestad (que Dios Guarde) le había hecho la gracia del Canonicato que estaba vacante del Sr. Pedro Valterra40». El Ca32 33 34 35 36 37 38 39 40 Caballero Mújica, 2001: 261. Idem Recordemos el comentario anterior de Latassa y Ortín,1802: 8. «Tomó el Bonete de Doctor en Cánones, cuya facultad había estudiado en la Universidad de Valladolid». Olaechea Albistur, 1999: 232 Olaechea Albistur, 1999: 209 Es interesante el relato de las circunstancias que envuelven este rechazo a la pretensión del arzobispo de Burgos, Olaechea Albistur, 1999: 209 Relato del Libro manuscrito de la Casa de Lobera de Bailo, Huesca. Está fechado en 1785 el texto referente a la vida de Miguel de Lobera. Idem continuación del relato. Archivo Colegiata de Xàtiva (=acx), Libro de Determinaciones Capitulares 1754-1759, l-76,Vol. ii, p. 83. 119 bildo «le da la enhorabuena de tan acertada elección»41. El nuevo Canónigo presenta a D. Pedro Albornoz, Vicario General, el mandato de «…mitendo in posesione», y en la reunión del 16 de Marzo de 1757…«determinaron que se le dé la posesión mañana jueves por la mañana concluidos los oicios como se acostumbra en las demás posesiones»42. El 20 de Marzo Lobera ya forma parte del Cabildo al participar en el reparto de derechos, y el 24 de Marzo de 1757 asiste a la reunión de la Sala Capitular de la Colegiata de Santa María. La asistencia a estas reuniones no es continua, ya que a menudo viaja a Valencia para resolver pleitos. Su predisposición y eicacia se releja en las actas y el Cabildo agradece a menudo su buena conducta en cuestiones de pleitos43. De esta manera, se le nombra en Enero de 1759 Síndico Capitular. Poco a poco, D. Miguel va adquiriendo importancia y una de las primeras misiones que se le adjudican es el nombramiento como comisario junto a Diego Félix y a Cebrián, para encargarse de celebrar la proclamación de Carlos III y los funerales de Fernando VI44. La Colegiata a la que llega Miguel de Lobera, tiene una estructura parecida a la de un Cabildo Catedralicio. La presidencia era ocupada por el Deán y estaban bajo jurisdicción del Obispo de la Diócesis. Los oicios de los quince Canónigos de la Colegiata se repartían entre tres dignidades, Deán, Sacristán, y Chantre o Cabiscol, y el resto, que eran prebendados canonicales, cuyo orden era ijado por la antigüedad. Este sistema se fue complicando a lo largo del siglo xviii debido quizás a la bonanza económica y a la estabilidad institucional que vivió el clero de San Phelipe a inales del Siglo xviii45. En la reunión del Cabildo del día 29 de Octubre de 1759, el Canónigo Lobera da cuenta del estado de los pleitos en los que trabaja, y hace saber que tenía dispuesto un viaje a Madrid. Con motivo de su traslado a la Corte, se ofrece para realizar cualquier gestión que el Cabildo necesitara. Así, el Síndico Capitular, además, es nombrado comisionado del Ilustre Cabildo en la Corte de Madrid. El motivo personal de este viaje nos es desconocido, aunque uno de sus hermanos tenía allí su residencia y sabemos que aprovechó para otorgar testamento en Madrid ante el Notario 41 42 43 44 45 Archivo Colegiata de Xàtiva (=acx), Libro de Determinaciones Capitulares 1754-1759, l-76, Vol. ii, p. 83. Idem Pág. 95. De igual manera es enviado al Ayuntamiento para negociar las cargas a las que se sometía a la Iglesia y habla con el Padre guardián de los Capuchinos para resolver conlictos sobre los entierros, 6-vi-1759. acx, Libro de Determinaciones Capitulares 1754-1759, L-76, Vol ii, p. 199. acx, Libro de Acuerdos Capitulares, L-72, día 8 de Septiembre de 1759. Ramírez Aledon, 2007:145-191 120 Manuel García Ximénez el día 22 de Febrero de 176346. Lo cierto es que en Diciembre de 1759, Lobera ya está en la Corte y una de sus principales misiones consistirá en «…hablar con el Rey para que aumente las pensiones, y solicitar de la Real piedad de su Magestad oportunos medios a los atrasos»47. Siguiendo en la misma línea, aprovechando las circunstancias y quizás la buena relación de Lobera y su familia con la Corte48, el Cabildo retoma la cuestión de la restitución de la Catedralidad de San Phelipe, «Hecho presente el memorial que con esta emulación habían mandado hacer y (…) pidiendo a su Magestad la restitución de la antigua Silla Episcopal»49. Esta se va a convertir en la primera y fundamental misión de Lobera en Madrid, por la que va a recibir comisión, a la vez que los Capitulares ofrecen rogativas a la Patrona desde la Ciudad. Debido al trabajo encomendado como encargado de presentar el memorial sobre el restablecimiento de la Cátedra Episcopal, es recibido por distintas autoridades de la Corte para interesarles sobre la cuestión50. La estancia en Madrid dura hasta inales de Enero de 1763, y Lobera escribe el 7 de Noviembre de 1762 una carta desde la Villa…«en la que participa haberse tomado por su Majestad decisión contraria en el expediente de retribución o establecimiento de la Silla Episcopal» y como consecuencia el Cabildo deinitivamente acuerda que vuelva a su residencia en San Felipe. Cuando retoma su actividad de Canónigo, efectúa los trabajos de Archivero, Tesorero, Juez Contador, Racional del Cabildo, e incluso… «se le da comisión a Lobera para hacer constituciones para el gobierno de la Capilla de Música y de las demás que fuera necesario»51. Efectivamente, no hay cuestión importante relacionada con los trabajos artísticos en la Colegial en la que no tenga que ver Lobera de uno u otro modo. Es albacea testamentario, y mantiene una muy buena relación con Doña Victoria Albero, patrona del Retablo del Altar Mayor de La Colegiata 46 47 48 49 50 51 Archivo Histórico de Protocolos, Comunidad de Madrid. Tomo 18999, Folio 367n-370n. F:7. Lo fundamental de este documento es que comenta que, estando como transeúnte en esta Corte por negocios de la Colegial, y temeroso de la muerte, dispone que si esta ocurriera en Madrid, se le enterrara en la Parroquial de Santa Cruz, en el Centro de la ciudad. De otro modo, si la muerte ocurriera en San Phelipe, se le entierre en el lugar que corresponda por su Dignidad. Nombra albaceas en la Iglesia Colegial a Josep Ventura Soler, Canónigo, Manuel Camarena, Secretario del Cabildo y a Fray Joseph Alberto Pina (1693-1772) director de la Fábrica de la Colegiata. acx, Libro de Acuerdos Capitulares, L-72, día 1 Diciembre 1759. Recordemos el episodio del Obispo Guillén frente al Capitán Windon. acx, Libro de Acuerdos Capitulares, L-73, 24 de Junio de 1760. acx, Libro de Cartas L-91. Abril 1760-Julio1774. Esta misión le da la interesante oportunidad de entablar relación con las personalidades más inluyentes del momento. Entre otros concierta cita con Tomás Cebrián, Alférez Mayor, Marqués del Campo del Villar, Marqués de la Victoria, D. Josep Pinto Miguel, Rev. Padre Rábago, Cristóbal Monsoriu, Marqués de Esquilache, etc. Y a cuantos Obispos se podía contactar. acx, Libro de Acuerdos Capitulares, L-73, día 7 de Octubre de 1763. 121 en construcción. Cualquier cuestión entre el Cabildo y Victoria Albero, es Lobera quien lo gestiona. Cuando Doña Victoria muere, se encarga de la almoneda de sus bienes 52 y de los problemas que surgieron con su testamento 53. De hecho, Victoria Albero antes de su muerte deja comisarios de sus bienes a Benito Ruesta y a Miguel de Lobera…«para que en nombre de la bienhechora gobiernen y dirijan la Obra hasta que esté perfectamente acabada»54. Fue amigo personal de Fray Alberto Pina55, y estuvo en contacto con las directrices de la Academia respecto a la obra, el…«Sr Dn Miguel de Lobera hizo presente tenía arregladas las cuentas del tabernáculo»56. Asimismo,…«el infraescrito racional hizo presente una carta del Arzobispo por la que mandaba a D. Vicente Gasco, director de Arquitectura de la Real Academia de San Carlos57, reconociese si lo que se ha trabajado para el Retablo de la Iglesia estaba con arreglo al diseño aprobado (…) Acordaron que inspeccionase el Arquitecto el Retablo y que Miguel de Lobera le satisfaciese el importe de las dietas»58. La casa en la que vive el Canónigo es utilizada a menudo para las necesidades colegiales como cuando recibe comisión para encargarse del transporte del cuerpo de San Félix Mártir desde Alicante, «le tenían depositado en su casa a orden y disposición del Cabildo59». Allí se llega a realizar el reconocimiento del cuerpo, y se organiza el culto hasta que el Santo se llegue a depositar en el relicario de la Sacristía. La urna de cristal es diseñada por Bautista Cotanda, y prueba de la autoridad que disponía Lobera es que el Cabildo le comisiona junto a Ducos para encargar la Urna como les parezca, sin pedir opinión al Cabildo. En otro episodio se recibe la noticia de la llegada del Arzobispo que en ese momento se halla en Vallada60 y organizan el alojamiento… «para lo que señalaron la (casa) del Sr. Dn Miguel de Lobera por estar más inmediata a la Yglesia»61. 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 «Se le encarga, entre otras cosas, que venda en Valencia las alhajas de plata procedentes de la herencia de Victoria Albero y que no han podido ser vendidas en San Phelipe.» Libro de Acuerdos Capitulares, día 9 de Mayo de 1780, L-82. Pérez Giménez, J.I., (2014):349 y ss. Libro de Actas y representaciones 1774-1786, p. 76. acx. El diseño del Altar es aprobado por Ventura Rodríguez, académico de San Fernando. Lobera está al tanto de las directrices de la Academia en ese momento gracias a las relaciones que mantiene. En las actas se relata la cuestión sobre la elección de canteros que discuten Lobera y Pina, quienes deciden que se preiera a los canteros que más utilidad devuelvan a la fábrica. acx, Libro de Acuerdos Capitulares L-73, día 16 de Junio de 1766. acx, Libro de Actas Capitulares L-74, día 8 de Enero de 1788. Vivió entre 1734 y 1802. acx, Libro de Actas Capitulares L-74, día 26 de Febrero de 1780. acx, Libro de Actas Capitulares L-74, día 3 de Mayo de 1773, pág.172-173. acx, Libro de Actas Capitulares L-74, día 13 Noviembre de 1773. acx, Libro de Actas Capitulares L-74, día 9 de Noviembre de 1773. 122 El Canónigo, que vive en la Calle Obra Nueva62, enfrente mismo de la Colegiata en construcción, atiende sin descanso cuantos trabajos y misiones se le solicitan. En la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria se retoma, por esta época de 1778-1780, el proyecto de construcción de la Catedral. Miguel de Lobera continúa en contacto epistolar con sus amigos de Las Palmas de Gran Canaria, además de recibir en San Felipe a algún que otro canario de paso hacia Madrid63. A la vez que se ocupa de sus numerosos trabajos en la Colegiata, atiende los encargos comerciales que le llegan de sus amigos canarios. El día es ocupadísimo, escribe en una de sus cartas a José de Viera y Clavijo. Se dedica a enviar sedas y damascos de la mejor calidad y conianza fabricados en Valencia Capital como muestran numerosos recibos64 y hasta incluso llega a enviar a Tenerife una imagen de Santa Catalina de Sena y una imagen de Cristo realizados por José Esteve Bonet65. Realmente el Canónigo es un necesario mediador para que los miembros del Cabildo Canario adquirieran los géneros que no se hallaban o se fabricaban en las Islas. Además de objetos diversos, le solicitan a Lobera que les proporcione un médico desde San Felipe, ya que el Dr. Joaquín Belio, médico del Cabildo debía regresar a España, y se acordó B.S.N.D. … «que se escriba al Dr. Don Miguel de Lobera, insinuándole esta falta a in de que solicite un Facultativo»66. De esta manera, no es nada extraño que el Cabildo Canario ante las necesidades que surgían para la construcción de la Catedral de Las Palmas, contara con los servicios y consejos de Miguel de Lobera. Era la persona indicada para llevar a cabo la misión de conseguir un pavimento de gran calidad para colocarlo en la Sala Capitular de la Catedral de Las Palmas, que además contaba con la amistad del fabricante, y el suiciente conocimiento para poder coniar en él. Participó en la realización de la obra de la solería desde el principio de la proposición desde su lugar de residencia hasta que el pavimento inalmente se trasladó a Las Palmas de Gran Canaria. La obra de la Catedral ya está prácticamente acabada cuando se derriba la vieja Sala Capitular y tiene lugar la primera reunión del Cabildo 62 63 64 65 66 amx, Censo población. Vecindario general de la Ciudad de San Phelipe en el año 1772. Lligall nº 378. González Teruel, M., 2014 Archivo Catedral Las Palmas de Gran Canaria (=aclpgc), Carta de Retortillo a Viera 26 Julio de 1779, texto inédito. El encargo a José Esteve Bonet es descrito así: «Una Santa Catalina de Sena de seis palmos y cuarto de alta con un Cristo de un palmo y su peana para vestir para Canarias o Isla de Tenerife por medio de Don Miguel de Lobera Canónigo de San Felipe de Xàtiva. 30L. 10S». Igual Úbeda, A.,1970: 72. aclpgc, Libro Acuerdos Capitulares, Pág. 67. 123 en su nueva Sala, el 28 de Abril de 178167. La idea de pavimentar la Sala Capitular de la Catedral de Las Palmas de Gran Canaria con azulejos valencianos, debió partir del Canónigo Lobera, aunque no tenemos documentación alguna que lo corrobore. En un primer momento los miembros del Cabildo Canario pensaron en la colocación de mármol, como así lo escriben en el acta de la reunión capitular, pero el presupuesto era elevado. Al parecer, consultaron con Lobera y éste les ofreció la solución de pavimentar como se hacía en Valencia68. Es una empresa excepcional por la envergadura del envío y la distancia, que, sin embargo aceptan los miembros del Cabildo Canario sin vacilación. En la realización del encargo participan Miguel Mariano de Toledo69, Manuel Verdugo70, José Retortillo71, Marcos Antonio Disdier72 y Miguel de Lobera, entre otros. En aquellos años de alrededor de 1780, el Cabildo Canario está formado por un grupo de personas intelectualmente adscritas a la corriente ilustrada, que tanto signiicó para el progreso material y cultural del archipiélago73. El acuerdo para realizar el encargo se toma en Septiembre de 1784, tres años más tarde de aquella conversación en la Sala Capitular nueva. Manuel Verdugo mantenía contacto epistolar habitual con Lobera, y además había obtenido el grado de Doctor en Derecho Canónico en 1775, y en Valencia, y posiblemente fuera conocedor de la azulejería valenciana74, lo cual facilitaba la empresa. «Se acordó que se traiga de Valencia el número de ladrillos que fueran necesarios para la Sala»75. Lobera manda tres muestras de azulejos a Manuel Verdugo para que el Cabildo compruebe la calidad y decida el que más guste, o en su caso que decida el encargado del adorno, Toledo. La empresa que fabrica los azulejos en Valencia está gestionada por Marcos Antonio Disdier Casanova nacido en Xàtiva el 25 de Abril de 173576. Aunque siempre se le ha considerado francés de origen, en realidad 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76 Cazorla León, 1992: 253-257. En Valencia se utiliza el azulejo valenciano como pavimento desde antiguo. Ejemplo de ello son las solerías de la planta noble del palacio del Marqués de Benicarló (Castellón), el pavimento de las salas de la Lonja de Valencia, el pavimento del ediicio de la Generalitat valenciana, el pavimento del salón del Colegio del Arte Mayor de la seda de Valencia, el pavimento del Camarín de la Virgen del Olivar de Alacuás (Valencia), el pavimento de la Sala Capitular de la Seo de Zaragoza, etc., entre otros muchos. Secretario del Cabildo y encargado del adorno y conclusión de la Sala 1749-1816, único Obispo Canario El hombre encargado de las cuestiones económicas. El Director de la fábrica de azulejos de Valencia y nacido en Xàtiva en 1735. Alzola, 2007: 9. Idem. Cazorla León, :1992: 254. Más información en González Teruel, M. / Jordá Manzanaro, J., 2013: 42- 47. 124 es la tercera generación de la familia oriunda de Briançon (Francia), que trabaja para instituciones tan propias de su ciudad de nacimiento como pueden ser el Hospital, la Colegiata y los Trinquetes de pelota. Disdier se casa en Xàtiva con Madalena Ysnel Novella el 17 de Marzo de 1752, y tienen cuatro hijos entre los años 1754 y 1760. Maria Salvadora Disdier Ysnel es la única hija del matrimonio que nace en Xàtiva el día 2 de Diciembre de 1758, y con el tiempo supone la continuación del trabajo de su padre en la fábrica de Valencia. El día 29 de Abril de 1777 Maria Salvadora se casa con Alejandro Faure Viñales77 en la Colegiata de Xàtiva, y comienza la relación de los Disdier con la azulejería valenciana. Hasta el momento, Marcos Antonio era un comerciante con cierto éxito que además era mayordomo del Hospital de su ciudad y promocionaba la pelota como fuente de ingresos de dicha institución. El día 25 de mayo de 1777 fallece Magdalena Ysnel, y Marcos Antonio se va a vivir a Valencia con su hija, donde además ejerce de director de la empresa de sus consuegros. Así, Miguel de Lobera, comenta en una carta a Retortillo de fecha 22 de Diciembre de 1784, que «…el Director de la fábrica de azulejos de Valencia, fue vecino de San Felipe, y amigo, que se ha mudado a Valencia porque su hija se ha casado con el dueño de la fábrica de ladrillos y la ha tomado a su cargo para que los jóvenes vivan descansados»78. Marcos A., no conoce la industria cerámica hasta que su hija casa con Alejandro Faure, al menos que sepamos documentalmente hasta el momento. Los primeros trabajos que realiza el ahora director de la fábrica tienen relación con su ciudad de origen, como son los azulejos para la sala de mujeres del hospital de Xàtiva, el pavimento para la Sala Capitular de la Catedral de Las Palmas de Gran Canaria, y posiblemente el panel de la Botica Central de Artigues en la calle Noguera nº 10 de Xàtiva79. La Sala Capitular de La Catedral de Las Palmas de Gran Canaria, en la actualidad, está pavimentada con una extraordinaria solería realizada en Valencia entre 1781, año en que el Cabildo Canario decide pavimentar la Sala y 1785, año en que agradecen a Miguel de Lobera la atención prestada al encargo. Además de su calidad y su colorido, podemos admirar estos azulejos en su lugar original, sin restaurar y sin haber sufrido los distintos avatares a los que se someten los azulejos a lo largo de su vida útil. 77 78 79 Hijo de Alexandro Faure y Beatriz Vinnales, dueños de una empresa azulejera en Valencia. Pérez Guillen, 2000: 27. aclpgc «Carta de Lobera a Retortillo», San Felipe 22 de Diciembre de 1784. González Teruel /Jordá Manzanaro, 2013:42- 51. 125 El conjunto de la obra lo componen varios miles de azulejos que fueron transportados desde Valencia hasta Cádiz y de allí a Las Palmas de Gran Canaria. Es una obra bien documentada80, que conocemos gracias a la relación epistolar entre los miembros del cabildo canario, con el canónigo Lobera, y con Marcos A. Disdier, el fabricante. La decoración del pavimento canario consiste en un gran jarrón central puramente ornamental, carente por completo de perspectiva, que adquiere volumen gracias a la experimentada combinación de matices amarillos, ocres y dorados. En el vientre del jarro están escritas las iniciales E.C. (Ecclesia Canariense) a modo de divisa. De la boca del jarro salen ramas repletas de hojas y lores de extraordinaria vitalidad y colorido. Es un auténtico alarde de variedad vegetal. El motivo central, cuyo norte se sitúa mirando al presidente de la sala, está rodeado de una orla ovalada de láureas unidas por una cinta color manganeso. Esta cenefa que encuadra el diseño principal, a la vez marca una separación con el resto de azulejos de muestra que componen el pavimento hasta la pared, a excepción de 80 En estudio, en la actualidad (2017) 126 otra pequeña cinta que recorre nuevamente el exterior de la orla. La técnica utilizada para realizar estos azulejos es la tradicional en Valencia: la pintura sobre esmalte en crudo. Las pinceladas son rápidas y irmes, y muestran un dominio del color en su forma de óxidos, impecable. El jarrón está pintado con óxido de hierro y óxido de antimonio, que producen, después de la cocción de alrededor de 950 º C, los colores que simulan dorados. Son los colores dominantes en toda la obra. El óxido de cobre es utilizado profusamente y es la base de la decoración foliar, que desarrolla visos turquesas, lo que denota la composición alcalina del esmalte sobre el que se decora. El cobalto, en su presentación como zafre, sin embargo apenas es utilizado, y cuando lo hace, es de manera económica, casi imperceptible, como el agua que surge de los deli- nes a ambos lados del jarrón. Los diseños lorales son abundantes, tanto en variedad de motivos como en calidad pictórica. El repertorio es amplio, y aunque la fábrica de Disdier utiliza estos recursos en otras obras, en ninguna encontramos tal concentración. Podemos observar que la inspiración la encuentran en repertorios clásicos como son los grabados de Anne Hallen sobre dibujos de J.B. Pillement, aunque no en la totalidad de los motivos. Hay detalles que muestran los dibujos propios del obrador valenciano, como recetas de taller y que combinan extraordinariamente con los temas proporcionados por los repertorios de las escuelas de artes. Miguel de Lobera busca enviar a la Catedral de Canarias lo mejor que pueda fabricarse en Valencia. Antes de enviar el pavimento a su destino, Marcos Antonio realiza un viaje desde Valencia a San Felipe (Xàtiva), con su oicial y una muestra del trabajo realizado. El encargo está acabado y el Canónigo analiza la obra y muestra su disconformidad. En el centro del pavimento se ha pintado un lorón cuyo norte se encuentra en la dirección de la entrada a la Sala Capitular, con lo cual, el presidente del Cabildo, al sentarse lo vería de costado y esa situación no es correcta, porque además, las armas de la iglesia Canaria, la divisa que se sitúa en el centro del motivo principal, deben situarse en dirección al asiento de la presidencia. Podemos imaginar la reacción del industrial con el encargo acabado y este contratiempo. Entre la opinión de Disdier, la opinión de Lobera y la del Cabildo Canario, que no es experto en azulejería, se tomó la solución de enviar los dos pavimentos, y una vez allí, en su destino, que decidieran los dueños inales de la obra. En la actualidad, el lorón lo hemos conocido colocado en dirección a la presidencia. La sala mantiene el pavimento como se colocó en 1785, 127 y en perfecto estado. Se expone asimismo sobre una mesa de madera el boceto y cuadrícula en papel del pavimento enviado, pero a la manera que lo diseñó Disdier, con el lorón en la dirección y sentido de la puerta de entrada. Es una pieza única, y está pintada y dibujada a mano sobre cuatro pliegos de papel Imperial, que además era imprescindible para la correcta colocación del pavimento. El Canónigo Lobera cumplió el cometido que se le propuso. De hecho, el Cabildo Canario acuerda el 22 de mayo de 1785 que se responda al Señor Lobera dándole las más cumplidas gracias por su cuidado81. La función de intermediador de Lobera en las gestiones de realización y colocación de una obra tan ambiciosa como es el pavimento de la Sala capitular de la Catedral de Las Palmas de Gran Canaria, denota que era conocedor de la realidad industrial azulejera de inales del siglo xviii, y estaba al día de las corrientes artísticas del momento. La documentación nos da a conocer a un hombre cumplidor y formado, ilustrado y hombre de leyes, que trabaja incansablemente hasta tres años antes de fallecer en los que la enfermedad ya le impide asistir a las reuniones capitulares de la Colegiata de Xàtiva. Miguel de Lobera fue, además, suscriptor de diferentes e interesantes obras publicadas en su época, De la lección de la Sagrada Escritura en lenguas vulgares de J. Lorenzo Villanueva82, Colección de los apologistas antiguos de la religión Cristiana83, y Tratado de la Nobleza de la Corona de Aragón, de Mariano Madramany84 que podamos conocer. Además, entre sus actividades en San Felipe (Xàtiva), tenemos referencias de su trabajo como canónigo racional en 1793 participando en la elección de los músicos de la Colegiata, donde se eligió a José Morata como Maestro de Capilla85. El Canónigo de la Colegial D. Miguel de Lobera murió en San Felipe, el día 6 de Enero de 1795 a la edad de 72 años, sin recibir los Santos Sacramentos, como se lee en el libro de defunciones de la Colegiata de Xàtiva, y fue enterrado en la Seo el día 7 de Enero con ceremonia general de hermandad. En Sta. Cruz de Tenerife a veinticuatro días del mes de Abril de 1796: El Ilmo Señor D. Antonio Tavira y Almazán, Obispo de Canaria del Colegio 81 82 83 84 85 Cazorla León, Op. Cit. 226 Lorenzo Villanueva, J.1791. De Gourci,1792. Madramany y Calatayud, M., 1788. Pérez Giménez, V./ Pérez Giménez, J.I., 2009. 128 de S.M., habiéndosele dado parte de haber fallecido en la Ciudad de San Felipe del Arzobispado de Valencia Don Miguel de Lobera, Canónigo de aquella Iglesia Catedral en el día 6 de Enero de 1795, por certiicación de D, Vicente Nogueroles, Vicario de dicha Iglesia dada en el día trece del mismo mes de Enero, y autorizada por los escribanos públicos Manuel de Aranda, y Juan Bautista Vera el cual poseía la Capellanía que fundó Martín Navarro86. La importancia de esta comunicación reside en que D. Miguel de Lobera mantiene al menos durante cincuenta años la Capellanía de la Ciudad de Telde y prácticamente el auto donde se describe el fallecimiento es un lamento frente a las obligaciones que deberían cumplir los capellanes y que al residir fuera, literalmente dicen en España87 dejan el cargo sin valor. De Latassa por su parte, anuncia que Murió en esta Ciudad (Xàtiva) en 5 de Enero de 1795. Entre las alhajas que dejó a su casa nativa debe contarse su copiosa librería, que pasó a ella en aquel año88. 86 87 88 Caballero Múgica, F., 2007:318-321. Caballero Múgica, F., 2007:318-321. De Latassa y Ortín, F.,1802:8. 129 Bibliografía Alzola González, J.M. (2007): «El pavimento de la Sala Capitular de la Catedral de Santa Ana de Las Palmas de Gran Canaria». En: Noticias. El Museo Canario, nº 20 segundo cuatrimestre, segunda época, Las Palmas de Gran Canaria. Bescós Torres, M.P. (2004): Biografías aragonesas del Siglo de Oro. Zaragoza: Institución «Fernando el Católico», (CSIC). Exma. Diputación de Zaragoza. Caballero Múgica, F. (2001): Documentos episcopales canarios. Vol. III. De Bernardo de Vicuña y Zuazo a Francisco Javier Delgado y Venegas (1691-1768). Las Palmas de Gran Canaria: Real Sociedad Económica de Amigos del País. De Gourcy, F. A. (1792) Colección de los apologistas antiguos de la religión Cristiana. Madrid: Imprenta Real. De Latassa y Ortín, F. 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Gilet (Valencia) Archivo Catedral de Valencia La reina María de Luna (1358-1406), consorte de la Corona de Aragón desde el 23 de abril de 1399, esposa del rey Martín I más conocido como «el Humano», quiso ser consecuente con sus sentimientos y coherente con la fe que profesaba y fundar un monasterio franciscano. El nombre del monasterio, «Santo Espíritu», se elige siguiendo la corriente espiritualista del fraile Francesc Eiximenis (1330-1409), confesor de la reina y gran valedor de la creación del monasterio. Al Espíritu Santo se consagran cada mañana los religiosos para que el Señor les ilumine, les guíe y fortalezca. Eiximenis utilizaba su obra literaria para la predicación, un mecanismo fundamental para que sus palabras llegaran a todo el mundo. De su mano han salido obras tales como Lo Crestià, el Llibre dels Angels, el Llibre de les Dones o la Vida de Jesucrist. En cuanto a su pensamiento político, encuadrado dentro del Aristotelismo político es un claro defensor del pactismo. Eiximenis planteaba su predilección por la monarquía hereditaria, siempre que la comunidad conservara prerrogativas políticas. A su vez, defendía que el pueblo tenía soberanía y que las Cortes tenían el poder decisivo por encima del Rey. Su espiritualidad franciscana y su pensamiento político hizo que tuviera un fuerte vínculo con la monarquía de la Corona de Aragón, siendo primero el confesor de 133 Juan I y el director espiritual y confesor de la reina María de Luna después1. En la redacción del testamento de la reina en 1404, se donaba a los frailes franciscanos el monasterio de Sancti Spiritu que la propia María había promovido para la orden, así como una renta de 5.000 sueldos valencianos que se cobrarían de las rentas del Valle de Almonacid, aumentada más tarde en 1.500 sueldos que se debían destinar para el vestuario y la alimentación de los frailes y 500 sueldos más a cobrar de las rentas de Paterna (Valencia) para reparaciones del Monasterio2. «Sepan todos cómo Nos, por la gracia de Dios, reina de Aragón, de Valencia, de Mallorca, de Cerdeña, de Córcega, Condesa de Barcelona, del Rosellón y Sardenia, señora de la ciudad de Segorbe…» «… con la autoridad apostólica y para ellos se nos ha concedido, hemos hecho fundar, con piadosa devoción, en el Valle llamado de Tolíu, término de Murviedro, en el reino de Valencia, apartado de la población y trato de gentes, un monasterio con sus claustros y demás dependencias necesarias, y hemos determinado se intitule de Santo Espíritu; y queremos que este monasterio sea habitado por frailes de la Orden de San Francisco, que sirvan en él continuamente al Altísimo, que se regulen y vivan siempre según la Regla del dicho san Francisco, de la que no queremos se aparten nunca, y que permanezcan allí celebrando y haciendo los Divinos Oicios, como se acostumbra en estos monasterios en el Reino de Valencia; y a más, queremos que oren a Dios Nuestro Señor y a su gloriosísima Madre, enviando sin cesar estos piadosos holocaustos de oraciones por nuestra alma y por la de nuestros padres, y por la prosperidad de la Real Casa»3 La reina quiso hacer bien las cosas, ya que era no era de su jurisdicción una fundación religiosa, por lo que solicitó la autorización pertinente al papa Benedicto XIII que irmaría la bula Eximiae devotionis afectus el 16 de agosto de 1403. Datada en Pont de Sorge (Perpignan), en ella Benedicto XIII mandaba al obispo de Valencia averiguar si María de Luna había realizado un monasterio para el uso de la Orden de Hermanos Menores o franciscanos y que si lo hubiera creado que fuera el fraile Francesc Eiximenis quien nombrara al primer guardián del monasterio y otorgara al monasterio la jurisdicción habitual y algunos privilegios4. Estos privilegios fueron conirmados más tarde por el papa Martín 1 2 3 4 Ivars, (1989). Silleras Fernández, 2003: 889-894. Escritura de donación de Doña María de Luna, expedido el 21 de octubre de 1404 en el Monasterio de San Bernardo, hoy San miguel de los Reyes. Archivo de la Trinidad, núm. 4, A. Cuella Esteban, 2009 134 Fig. 1 V el 6 de diciembre de 1419 en la bula que comienza Humilibus et honestis5. En oposición al régimen interno de la orden franciscana esta bula otorgaba al monasterio de Santo espíritu una especie de abadía monacal casi independiente del resto de la Orden. Esta circunstancia duraría hasta el 19 de marzo de 1447, cuando Nicolás V expidió la bula Sub regulari Observantia degentium, en la que sujetaba la comunidad de Santo Espíritu a la jurisdicción del Vicario Provincial6. Hace ya más de 600 años de la donación y del cumplimiento de la voluntad de la reina con la creación del Monasterio. Santo Espíritu ha conseguido ser un referente espiritual y cultural de la comarca de Murviedro. Las paredes rebosan de historia, y los frailes han sabido mantener vivo el espíritu que quiso darle María de Luna. La ubicación del monasterio es pintoresca y simbólica. El valle de Toliu (Gilet) se encuentra rodeado por siete montañas que son interpretadas como los Siete Dones del Espíritu Santo. Los terrenos pertenecían 5 6 Sanchis Alventosa, Joaquín, 1948: 29 Archivo del Monasterio de Santo Espíritu del Monte. (=AMSE). Documento A. 135 a Don Pedro Guillem Catalá (noble de Gilet). Tras su muerte, los terrenos pasaron a su esposa Jaumeta de Poblet y a su hija Juana. Este lugar pareció a los frailes un buen sitio para el recogimiento, y la Reina puso todo su empeño para conseguirlo. El 31 de enero de 1402 se irmó en Burriana (Castellón) la escritura de donación para la construcción del Monasterio7 (ig. 1). La actual planta del monasterio data del año 1690. No se sabe cómo sería la primera construcción, seguramente pequeña y pobre. En el año 1402 la reina acudió al monasterio para supervisarlo. Quería un cenobio suntuoso y se encontró con un convento pequeño, donde predominaba la pobreza y la humildad. Tras la desilusión de un principio, la reina quedó contenta al ver la felicidad de los frailes8. La modiicación del monasterio no se emprenderá hasta 1681, gracias al P. Fray Fernando López que inició la labor de reediicación, ya que el convento se encontraba en un estado casi inhabitable. Los hombres más devotos de la comarca del Camp de Morvedre acudían a trabajar gratuitamente, solo recibían comida del monasterio. En ese mismo año se comenzó la nueva Iglesia, obra que terminó en el año 1690. En el año 1924 se reformó la fachada de la Iglesia y se levantó el actual campanario. Una arquitectura sencillamente simple, franciscanamente humilde. En el arco de entrada del monasterio podemos leer: «Real Colegio de Misioneros Franciscanos de Santo Espíritu», título que indica la fundación del Colegio de Misioneros Apostólicos en el año 1690, que coincide con el momento de mayor esplendor (ig. 2). Fig. 2 7 8 Sanchis Alventosa, Joaquín, 1948: 23. Barrachina Lapiedra, 2004: 61. 136 En medio del jardín rodeado de cipreses y palmeras encontramos el monumento dedicado a fray Pedro Vives enseñando el Catecismo a todas las generaciones. La cultura escrita, que tan bien supo plasmar Francesc Eiximenis y que muchos frailes han seguido a lo largo de la historia, se encuentra relejada en la obra de Fr. Pedro Vives (1788-1843), que escribió un «Catecismo» considerado como «el más conciso, el más claro y adecuado a toda clase de gentes… las ediciones son innumerables, entre corregidas, adicionadas o aumentadas»9. Un calvario de catorce templetes cubiertos de tejas azules y blancas con cerámica de Manises (Valencia) del siglo xviii con motivos del Vía crucis rodean la estatua de fray Pedro Vives. El paso del tiempo se nota en los templetes, donde podemos observar el impacto de balas de las guerras que han asolado a lo largo del tiempo al Monasterio. Las letrillas de Lope de Vega que se encuentran en los templetes nos invitan a la meditación y a la relexión. Monumento dedicado a fray Pedro Vives 9 Enciclopedia Universal Espasa, edición de 1930, t. 9, pp. 720. 137 Fig. 4 El escudo de la Corona de Aragón en la entrada al Monasterio recuerda a los Reyes Fundadores (ig. 4). Al introducirnos en el claustro, la primera imagen que nos encontramos es el altar a la Purísima. Un óleo sobre lienzo que presenta la Coronación de la Virgen, con cerámica valenciana del s. xviii. En 1709, ante la escasez de vocaciones por los problemas de la guerra de Sucesión, los religiosos acudieron al amparo de la Inmaculada y acordaron que todos los sábados irían a cantar el verso Mostra te esse Matrem y la antífona Conceptio tua, para que volvieran las vocaciones a Santo Espíritu10. Durante la guerra de 1936, el propio arquitecto del ejército republicano hizo desmontar los azulejos y los escondió. El 7 de diciembre de 1942 se reanudó el canto de la Salve al ser reconstruido el altar11. En el claustro bajo, tras un espléndido zócalo de azulejos encon10 11 Martínez, Pedro, o.c, parte II, cap 4. Archivo Monasterio Santo Espíritu (=AMSE), Libro Iº de Crónicas, p. 320. 138 tramos en relieve un Viacrucis de Fr. Pascual Nadal colocado en el año 1924. A cielo abierto encontramos presidiendo el claustro una imagen de san Francisco, junto a dos naranjos, dos palmeras y un cactus gigante llamado «Cirio del Perú», venido de América del Sur con algún hermano franciscano misionero. En el fondo del ala izquierda del claustro inferior una vieja puerta nos lleva a la escalera principal del Monasterio. Muchas sandalias franciscanas han pasado por esa escalera, pero sobre todo es recordada como el lugar donde un santo fundador, san Enrique de Ossó (fundador de la Compañía de Santa Teresa de Jesús) falleció el 27 de enero de 1896. Narran las crónicas de Santo Espíritu que don Enrique no quiso alojarse en la celda que le prepararon los frailes al considerarla «lujosamente amueblada», solo aceptó alojarse en la celda cuando colocaron sillas viejas y cubrieron la cama con ropas estropeadas. La noche del 27 de enero de 1896 se retiró a su celda, mientras trabajaba se empezó a encontrar mal, subió los once peldaños de la escalera y golpeó la puerta donde se encontraban los frailes que lo hallaron desvanecido. Rápidamente lo llevaron a su celda, donde encontró el descanso eterno12. Enrique de Ossó fue enterrado en el cementerio de la comunidad, como un franciscano más, hasta que el 13 de julio de 1908, tras el reconocimiento del médico forense, fue trasladado a Tortosa13. Ossó fue beatiicado por Juan Pablo II en 1979 y canonizado por el mismo pontíice el 16 de junio de 1993. Desde entonces, tanto la escalera como la habitación que lo albergó los últimos días de su vida, se conservan como preciada reliquia y son lugar de peregrinación de las Hermanas Teresianas. Justo al lado de la sala de Enrique de Ossó encontramos la Sala del Cardenal. Se trata de Don Mariano Barrio y Fernández, arzobispo de Valencia (1861-1876) (ig. 5). El cardenal era un amante de Santo Espíritu y ordenó construir una estancia para sus visitas al monasterio. El óleo que preside la sala es del pintor José Estruch Martínez. El cardenal Barrio realizaba ejercicios espirituales en Santo Espíritu e hizo muchas obras de restauración en el monasterio entre 1845 y 1878, años en los que el monasterio estuvo en poder de la mitra valenciana debido a la exclaustración de los frailes con motivo de las desamortizaciones de Mendizábal y de Madoz. El 21 de enero de 1878 los frailes volverían a Santo Espíritu gracias al Cardenal – Arzobispo de Valencia Antonio Monescillo. 12 13 amse, Libro de defunciones. Firma la nota necrólogica Fr. Buenaventura Ivars Ortolá. Barrachina Lapiedra, 2004: 82. 139 Fig. 5 Retrato de Enrique de Ossó Escalera principal Al entrar a la Iglesia de Santo Espíritu nos encontramos en el altar mayor un retablo de estilo renacentista, que se debió construir a inales del siglo xvi y que está coronado por el escudo del Conde de Torres Torres y Villanueva, que pagó la reconstrucción del retablo que se llevó a cabo en el año 1690 y que corresponde con la inalización de las obras de la nueva iglesia. La obra está realizada por Miguel Juan de Porta (1544-1609), discípulo de Juan de Juanes, maestro de la escuela valenciana de pintura. Una época que está considerada como la época dorada de la pintura valenciana. La tabla central del retablo corresponde a la venida del Espíritu Santo, Pentecostés, donde aparecen un total de 16 personajes en la composición pictórica. También son obra del pincel de Miguel de Porta las pinturas de los lados; el san Francisco, san Cristóbal, san Pedro y san Pablo. san Vicente Ferrer y san Antonio de Padua, como la Purísima, tienen características propias de los talleres de Juan de Juanes, aunque se desconoce la autoría de los mismos14 (ig. 6). Dentro de la Iglesia también encontramos la imagen de la Virgen de Gracia, de estilo barroco napolitano, obra realizada por Paolo Mattei en 14 Ridaura Ripollés, 1981: 27-36. 140 Fig. 6 Miguel Juan de Porta. Retablo Mayor del Cenobio Escudo nobiliario del conde de Torres Torres y Villanueva Napoles (1662-1728). El lienzo llegó a Santo Espíritu el año 1727 por medio de una donación (ig. 7). En la parte superior de la Iglesia encontramos el coro, lugar de oración de los frailes. El coro está presidido por el Cristo del Coro, obra de Ignacio Vergara tallada en el año 1749. En el mismo coro encontramos el órgano. Este instrumento musical proviene de la Iglesia de la Santísima Trinidad de Wray, del condado de Lancaster (Gran Bretaña). Fue un donativo de una familia afín a la comunidad15. Uno de los mayores tesoros que custodian las paredes del monasterio es la serie de los Benlliure dedicada a Francisco de Asís. José Benlliure nació en Valencia en 1855, tuvo tres hermanos artistas, el más destacado es el escultor Mariano Benlliure. Podemos destacar de su igura que fue Director de la Academia Española en Roma (1903-1912) y que ilustró el libro «La Barraca» de Vicente Blasco Ibañez. A expensas de la Tercera Orden 15 El encargado del montaje y la ainación del órgano fue Ximo Briz. En junio del año 2016 se llevó a cabo la bendición del órgano y el concierto inaugural del mismo a cargo de Pablo Márquez, organista de la Catedral de Valencia. 141 Fig. 7 Paolo Mattei. Virgen de Gracia Franciscana, con ocasión del vii centenario de la muerte de San Francisco de Asís, se decide encargar la obra San Francisco de Asís, Ilustraciones de José Benlliure y comentarios del P. Antonio Torró, Franciscano publicado en Valencia el año 1926. José Benlliure admiraba la vida y espiritualidad de San Francisco de Asís. Había pasado largas temporadas en Asís por lo que conocía sus paisajes y los lugares por lo que había vivido el santo. Así que no se limitó solo a ilustrar el texto del P. Torró, se puede decir que Benlliure pintó su testamento espiritual. La serie se compone de 64 obras cuyo tamaño es bastante similar (380 x 290 mm, 480 x 390 mm y solo uno mide 480 x 630 mm). De la vida de san Francisco se encuentran pintadas un total de cincuenta y una ilustraciones, dos se reieren a san Antonio de Padua, cinco relejan la vida en los conventos de Asís y seis tratan del culto y devoción a san Francisco16 (ig. 8 y 9). Después de su publicación en 1926 las obras quedaron en el domicilio familiar. El pintor nunca quiso separarse de la obra. Indico a su hija María 16 San Francisco soñado por Benlliure. Sexto centenario Monasterio Santo Espíritu del Monte. Valencia, 2004. 142 Fig. 8 José Benlliure. San Francisco de Asís que si tenía que desprenderse de la obra lo hiciese a la orden franciscana. En 1946 María Benlliure vendió la obra a la provincia franciscana de Valencia, Aragón y Baleares, por cien mil pesetas. El monasterio de Santo Espíritu se está llevando a cabo un proceso de recuperación y puesta en valor de su patrimonio. El año 2015 supuso un gran cambio en la orden franciscana. Tras muchos años de trabajo se produjo la uniicación de las ocho provincias franciscanas de España formando la nueva Provincia franciscana de la Inmaculada Concepción17. Uno de los principales proyectos que inició la nueva provincia fue la puesta en valor de las bibliotecas franciscanas que conformaban la nueva provincia. Los principales objetivos que se persiguen son: - Conservar y difundir el patrimonio bibliográico de la orden franciscana. - Garantizar contenidos de calidad con un mayor acceso para los usuarios. - Fomentar el uso didáctico y de investigación de la sociedad. 17 Las provincias de Santiago (Galicia) y Aranzazu (País Vasco y Navarra) no se unieron. 143 Fig. 9 José Benlliure Gil. San Francisco alcanza la Gloria - Crear un canal de información, difusión y promoción de la institución. - Crear una biblioteca central en el convento de San Francisco el Grande en Madrid y crear subsedes manteniendo la organización de las antiguas bibliotecas provinciales. Santo Espíritu es la subsede de la antigua Provincia de San José (Valencia, Aragón y Baleares). Actualmente la red de bibliotecas franciscanas la conforman un total de nueve bibliotecas: • Convento de San Francisco el Grande (Madrid) • Monasterio de Santo Espíritu (Gilet – Valencia) • Santuario Nuestra Señora de Loreto (Espartinas – Sevilla) • Santuario de San Pedro de Alcántara (Arenas de San Pedro – Ávila) • Monasterio de San Juan de los Reyes (Toledo) • Convento de San Salvador de la Horta (Barcelona) • Santuario Nuestra Señora de Regla (Chipiona – Cádiz) • Monasterio de Guadalupe (Guadalupe – Cáceres) • Franciscanos de Cartagena (Cartagena – Murcia) La ordenación y catalogación de las bibliotecas se está realizando acorde con las normas de Descripción Bibliográica Internacional Nor144 malizada (isbd)18. Esta norma especiica los requisitos para la descripción e identiicación de los tipos más comunes de recursos publicados de las colecciones de las bibliotecas. Para realizar esta tarea nos apoyamos en el programa Sophia19, que nos permite catalogar y gestionar las bibliotecas de la provincia franciscana de la Inmaculada Concepción. Sophia da la opción de estar conectados de manera virtual todas las bibliotecas franciscanas por lo que se realiza un trabajo conjunto, a su vez el conjunto de bibliotecas franciscanas posee un catálogo colectivo accesible a todo el mundo a través de la página web de la Provincia de la Inmaculada Concepción20. La biblioteca de Santo Espíritu cuenta con grandes fondos dedicados a la teología, estudio del franciscanismo, ilosofía, derecho e historia, tanto de la orden franciscana como de la comarca del Camp de Morvedre. Además cuenta en la actualidad con un fondo de 80.000 ejemplares, sumando fondo antiguo (5.000 ejemplares aproximadamente), incunables (43 ejemplares), fondo moderno y hemeroteca. En la biblioteca de Santo Espíritu se han centralizado los fondos de las bibliotecas de los conventos valencianos que se han ido cerrando en los últimos años. El último gran convento franciscano en territorio valenciano que cerró fue San Lorenzo (situado frente las Cortes Valencianas) que durante muchos años fue la Curia de la Provincia de San José. Santo Espíritu posee una gran colección de cerámica antigua, una parte proviene de donaciones y otra parte ha surgido de las reformas que se han llevado a cabo en el monasterio. Las hermanas Bolinches, profesoras de la escuela de cerámica de Manises, realizaron una intervención de dio como resultado un catálogo de cerámica de Santo Espíritu. Aparte del catálogo se ha conseguido la restauración de murales que estaban en el olvido (foto de mural). Carmen Estrela y José Hidalgo se han ocupado de la puesta en valor de la colección de placas fotográicas que se encuentran en el monasterio. Este sistema de fotografía se empezó a utilizar a inales del siglo xix, dejó de utilizarse cuando se creó el soporte de película que era mucho menos frágil que las placas, aunque este método fotográico se siguió utilizando en otros campos como la astronomía. Esta colección de placas fotográicas provienen de donaciones realizadas en torno a la década de los 70. El fondo consta actualmente de un 18 19 20 Madrid: Anabad-Arco Libros, 1993. Programa de gestión de bibliotecas adquirido a la empresa Cospa con sede en Madrid. Recurso en web: ofminmaculada.org 145 Fig. 10. Monasterio de Sto. Espíritu. Colección fotográica. total de 732 placas fotográicas catalogadas y digitalizadas. Las temáticas de las placas suelen ser de arte, escenas familiares de la alta burguesía valenciana, paisajes, fotos de Valencia antigua y de la exposición regional que se celebro a principio del siglo xx. Los frailes franciscanos han sabido preservar a lo largo de más de seiscientos años el espíritu que quiso dar la Reina María de Luna a este enclave en el Valle del Toliu. El monasterio de Santo Espíritu ha conseguido ser un referente cultural y espiritual del Camp de Morvedre. Un recinto que sigue recibiendo a cientos de feligreses semana tras semana que buscan entre las paredes de la Hospedería del Monasterio la tranquilidad y el sosiego de las siete colinas que rodean al monasterio. Un centro de espiritualidad pionero en la provincia de Valencia, que en el año 2014 sufrió una importante reforma para adaptarse a las exigencias de hospedaje actual. Santo Espíritu sigue cumpliendo la Voluntad de la Reina. 146 Bibliografía Barrachina Lapiedra, José María, o.f.m (2004): Sant Esperit, Sagunto. Brines i García, Lluís, (2004): La ilosofía social i política de Francesc Eiximenis. Sevilla: Novaedicio. Cervantes Peris, Javier, (1998): La herencia de María de Luna: una empresa feudal en el tardomedioevo valenciano. Segorbe: Ayuntamiento de Segorbe. Company, Ximo (2007). La época Dorada de la pintura valenciana (siglos XV y XVI). Valencia: Generalitat Valenciana. Javierre Mur, Áurea L. (1942): María de Luna, reina de Aragón. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Cientíicas, Instituto Jerónimo Zurita. Benllire y Gil, José (1855-1937) (2008): Centre del Carme del 15 de maig al 31 d´agost de 2008. Valencia: Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana. Ivars, Andrés o.f.m. (1989): El escritor Fr. Francisco Eximénez en Valencia (1383-1408). Valencia. Esteban Cuella, Ovidio (2009): Bulario de Benedicto XIII IV El papa Luna (1394-1423), promotor de la religiosidad hispana. Zaragoza, Institución «Fernando el Católico (c.s.i.c.) Excma. Diputación de Zaragoza. Ridaura Ripollés, Amparo (1981): Estudio iconográico del retablo de Santo Espíritu del Monte. «Primer coloquio de arte valenciano», Valencia: Universidad Literaria. San Francisco soñado por Benlliure (2004): Sexto centenario Monasterio Santo Espíritu del Monte. Valencia. Sanchis Alventosa, Joaquín, o.f.m. (1948): Santo Espíritu del Monte. Valencia. Riera i Melis, Antoni (coord.) (2015): Francesc Eiximenis (13301409): el context i l´obra d´un gran pensador català medieval. Barcelona: Institut d´Estudis Catalans. 147 El archivo personal de Roque Chabás: sus fondos conservados en la catedral de Valencia JUAN FRANCISCO MORALES FERRER Agencia Municipal de Lectura. Alfarrasí (Valencia) Archivo Catedral de Valencia Los documentos de archivo son a menudo los menos vistosos, atractivos y valorados de todo el patrimonio cultural (cuadros, pinturas, cerámica o arquitectura). Más si cabe en una sociedad marcada por cierta fobia al papel y una clara tendencia hacia lo tecnológico y lo digital1. Vivimos pues en un mundo globalizado y cada vez más hiperconectado, donde el libro digital es ya toda una realidad que ha venido para quedarse, siendo nuestros archivos cada vez más electrónicos2. 1 2 Tómese como ejemplo la última noticia aparecida recientemente en diferentes medios de comunicación social, en la que se hacía referencia a la decisión de algunas de las más importantes cadenas de hipermercados, de sustituir el ticket en papel por el electrónico. Consultable desde nuestro dispositivo móvil. Decisión tomada como una clara medida de ahorro económico, pero justiicada alegando motivos medioambientales. Actualmente se publica mucho más en digital que en soporte tradicional y están en auge toda una serie de plataformas editoriales donde el propio autor tiene la capacidad de auto editarse, sobre todo por lo que respecta a artículos cientíicos y técnicos donde las propias universidades permiten a sus investigadores publicar a través de sus repositorios. Además según los últimos índices de lectura a nivel mundial se lee mucho más en digital que en soporte papel, sobre todo prensa escrita, donde los periódicos casi no venden en papel y se sustentan por la publicidad que cobran por sus accesos a sus respectivos portales web. Según el periódico El País el año pasado del total de periódicos vendidos se estima que un 30% fueron en papel frente al 70% de ventas a través de accesos a su web. Alonso-Arévalo, Julio ; Cordón-García, José-Antonio La autopublicación, un nuevo paradigma en la creación digital del libro. Acimed, 2014, vol. 25, nº. 1. 149 Buena prueba de ello la encontramos en la nueva ley de procedimiento administrativo, en la que se da prioridad al registro electrónico a la hora de relacionarse el ciudadano con la administración3. Toda esta situación hace que nos planteemos cual será el futuro de los archivos personales. No tanto por los que ya están y han pasado a formar parte de nuestro patrimonio, y que mejor o peor tratados, conforman nuestro fondo documental. La mayoría de ellos en un soporte físico, aunque muchos ya también digitalizados. Toca pues ahora, plantearnos el reto de cómo serán nuestros archivos personales en un futuro. La propia tecnología ha hecho que con el auge del correo electrónico, ya ni nos planteemos en contar para la posteridad con la serie de correspondencia entre nuestros archivos personales4. Quedando relegado el correo ordinario a alguna notiicación oicial, y a mucho anuncio publicitario. Pero, ¿qué pasa con la comunicación personal? Me atrevería a decir que felicitaciones navideñas y poco más, es lo que nos enviamos actualmente por éste medio. Cierto es que existen diferentes programas y dispositivos donde guardar archivados esos e-mails privados que recibimos o enviamos, el mismo outlook o gmail dan esa opción, por citar algunos, y ser éstos de los más conocidos y generalizados en cuanto a su uso. Pero se nos presentan varios problemas al respecto, ya que ¿Cuánta gente hace uso de los mismos?, pero también ¿Qué se guarda y en qué condiciones de acceso y preservación? Lo que es evidente, es que en cuanto a preservación, nos encontramos con unos nuevos soportes documentales también caducos, puede que más efímeros aún que el papel5. Sobre todo si tenemos en cuenta al ritmo en que avanza la tecnología y van cambiando los formatos de intercambio de información, en constante evolución. Por otra parte a nivel de seguridad dichos nuevos soportes aún son poco iables. Pues nadie puede garantizarnos que cualquiera con ciertos conocimientos informáticos pueda acceder a nuestros datos, sobre todo, 3 4 5 Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas. Art. 14.3. Serie de correspondencia que por otra parte es de las más importantes y valoradas por los investigadores, y muchas veces razón de ser para la existencia del propio archivo personal. Un claro ejemplo es el del archivo de Joan Fuster, posiblemente uno de los mejores archivos de este tipo. Conservado en el Espai Fuster de la localidad de Sueca, y con sede en su propia casa natal, convertida ahora en Centro Cultural y Museo. Serie documental compuesta por más de 25.000 cartas, testimonio documental valiosísimo no solo para reconstruir la ya muy estudiada biografía del escritor valenciano, sino de la historia, la cultura y la sociedad valenciana desde la postguerra hasta inales del pasado siglo xx. ¿Qué pasa con la información que generamos y recibimos en las redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram) o a través de la mensajería instantánea (WhatsApp o Line)? Mucha de ella totalmente irrelevante, pero otra evidentemente no. ¿Quién la custodia, donde, y con qué garantías? 150 por lo que respecta a aquellos que se encuentran alojados en lo que se ha denominado la nube6. Todo esto en cuanto a la correspondencia pero dicha situación se va a hacer extensible a prácticamente todas las series documentales que actualmente conforman nuestros archivos personales. Yo mismo a la hora de redactar el presente artículo he realizado diferentes documentos y borradores, en diferentes soportes y formatos (correos electrónicos solicitando información, búsquedas en opac’s, borradores en Word y Libre Oice) pero que una vez presentado el artículo para su publicación serán borrados de mi ordenador para no ocupar inútilmente espacio en disco, dejando únicamente el texto deinitivo. ¿Entonces qué pasará si en un futuro alguien quiere estudiar el proceso de creación del mismo?, ¿Está bien que hagamos la selección documental a priori? Actualmente en la mayoría de los archivos personales que custodiamos esto se podría hacer perfectamente. Por ejemplo pongamos el caso del archivo personal de un determinado escritor. En él podríamos encontrar las libretas de anotaciones y apuntes de trabajo, el borrador manuscrito, el original mecanograiado, las pruebas de imprenta y las diferentes correcciones a la obra, donde se releja todo el proceso creativo del autor7. Solo el futuro dirá si en realidad con la digitalización y los nuevos soportes de información en realidad ganamos o estamos empobreciendo nuestros archivos personales. Pese a todo, hay que ser optimista, y en realidad, existe un boom por los archivos personales y familiares, fuente privilegiada para muchos historiadores. Prácticamente no existe ningún archivo o biblioteca, sea público o privado, que no disponga de este tipo de fondos documentales. Numerosos archivos o bibliotecas públicas cuentan con los fondos documentales de algún que otro erudito, que ha donado sus archivos a la institución municipal como garante de su conservación, siendo una importante fuente de estudio local. Destacada mención hay que hacer del crue y el trabajo que está haciendo con los archivos personales de las bibliotecas universitarias8, sobre 6 7 8 Además no podemos pasar por alto que existe todo un negocio montado alrededor de lo que se ha llamado el «Big Data» y las diferentes Start ups y empresas surgidas con ello. Pues la información que generamos, sobre todo a través de nuestros dispositivos móviles vale dinero, y con esos datos que generamos pueden inluir en nuestro comportamiento forzándonos a adquirir tan o cual producto generándonos una necesidad. Morales Ferrer, (2003): pp. 6-7. Grupo de trabajo del cau-crue, se reúne periódicamente, habiendo publicado su último informe en 2016 : http://cau.crue.org/Documents/GT/GT-AP/Informe%20%20Archivos%20Personales%2016.pdf 151 todo los de profesores eméritos y jubilados, pero también de otras ilustres personalidades que han querido depositar allí sus fondos documentales, destacando el trabajo realizado por la Universidad de Navarra9. Paradójicamente pese al boom por los archivos personales no existe ningún manual con cierto rigor cientíico donde se explique cómo tratar este tipo de fondos documentales. Sí existen abundantes artículos en revistas o en la propia red, así como instrumentos de descripción de archivos concretos, y del modo en que éstos se han gestionado. Por lo que sería interesante que se llevara a cabo esta tarea, al igual que existen manuales de archivos administrativos o de empresa. A nivel diocesano, tanto la Catedral de Valencia, como el archivo la curia, cuentan con muchos y variados fondos personales, de importantes personajes e instituciones religiosas valencianas. Por lo que sería interesante contar con un portal de archivos personales religiosos valencianos. No solo por el merecido reconocimiento hacia ellos, sino como testimonio de su labor social y pastoral. El archivo de la catedral de Valencia cuenta con 15 archivos personales. La igura de Roque Chabás No es mi intención hacer una reseña biográica de la vida de Chabás. Sería una osadía por mi parte hacerlo, pues ya existen obras al respecto realizadas por Manuel Bas Carbonell10, Elías Olmos Canalda, Mateu Rodrigo Lizondo o Ramón Fita Revert. Obras en las cuales nos basaremos fundamentalmente para la redacción de estas líneas. Sí me gustaría destacar aquellos factores de su vida que creo son determinantes para entender su igura y su obra, y que de alguna manera nos ayudarán a comprenderlo. Hablar de Chabás es sin duda hablar de uno de los personajes más ilustres e inluyentes de la historia de la iglesia valenciana. Pero Chabás no es solo un historiador de la iglesia al uso, Tambien es uno de los padres de la historiografía valenciana en general, y uno de los maestros de la archivística valentina. Por todo ello, se le ha considerado a Chabás como el principal representante de lo que se ha denominado la Escuela Histórica Valentina11. 9 10 11 http://www.unav.edu/web/archivo-general/fondos-personales Bas Carbonell, Manuel. «Roque Chabás: El historiador de la Renaixença». Dénia: Canfali Marina Alta, 1995. «La escuela histórica se formó en la archidiócesis de Valencia a inales del siglo XIX, con Roque Chabás Llorens (Dénia, 1844-1912), al que podemos considerar el primer investigador propiamente dicho de la moderna historia eclesiástica y civil valentina», p. 303. «La Luz de las Imágenes, Vol I» Valencia: Generalitat Valenciana, 1999. 152 Don Roque Chabás Llorens nace en 1844 en la ciudad de Dénia, en el seno de una familia de ascendencia francesa, por parte paterna. Familia aincada en la mencionada localidad costera de la Marina, que por aquel entonces ya contaba con una población variopinta y cosmopolita12 (donde era, y todavía es, aún frecuente encontrar apellidos de ascendencia francesa, inglesa o alemana entre sus vecinos) quienes establecieron allí residencia atraídos por el loreciente negocio de la pasa13 y por la vitalidad de su puerto comercial14. Los Chabás parece ser que fueron una familia de negocios, que gozaron de una buena posición económica que les permitía vivir sin estrecheces. Situación que marcó sin duda la vida de nuestro personaje, cuyas rentas familiares le permitieron en un futuro vivir dedicado al estudio y la investigación15. Por lo que respecta a la parte materna de su familia: los Llorens pertenecían a la típica familia tradicional valenciana oriunda de la mencionada comarca alicantina. Se trataba de una familia más humilde, pero de fuertes convicciones católicas, como bien mencionará Chabás en alguno de sus escritos. Prueba de ello fue que su hermana Vicenta tomará los hábitos de monja agustina descalza con destino al Convento de las Agustinas de su localidad natal, del que llegará a ser abadesa. En este ambiente familiar no es de extrañar que bien pronto, el joven Chabás, muestre inquietudes sacerdotales, por lo que es enviado a estudiar al Seminario de Valencia, allá por el año 1858, donde cursará los estudios eclesiásticos con un buen expediente y recibirá una sólida formación. 12 13 14 15 «La guerra de Sucesión con tres sitios y horrible asalto arrasó Dénia; muerto o emigrado casi todo su vecindario. Pero ni antes ni después hay luchas enconadas por el partidismo político. De tan magno quebranto se va reponiendo Dénia, resignada por indefensa a ser invadida por las tropas napoleónicas, Libre de éstas, reconstrúyese Dénia briosamente; se establecen varias casas comerciales francesas y congenian con el país, sin rencores. Va relejándose en ella la lucha política de la nación... Al establecimiento de comerciantes franceses se une el de buen contingente de ingleses, lo cual cosmopoliza las costumbres; son unos nuevos dianenses en modo tal que, por ejemplo los ingleses, sin obstáculo alguno pueden instituir un cementerio propio (Agosto 1885), cuya propiedad adquiere el gobierno inglés...» p. 78. Chabás Llorens, [1927]. «Bosquejo histórico de Dénia». Valencia: Imprenta hijo de Vives Mora, [1927]. «El denominador común de la comarca de La Marina y de su capital fue, en la centuria ochocentista, la inluencia de la expansión del cultivo de la vid para la producción de pasas. Ambas actividades constituyeron el eje en torno al cual se articuló la sociedad dianense, marcando en profundidad la pauta de los comportamientos del conjunto de la población.», Ferrer Marsal 1994: 124. «El puerto de Dénia : una ilusión de progreso». Valencia: Generalitat Valenciana. «El carácter de la población mereciera un capítulo extenso, pues es todo un caso. De campiña fértil, suelo y cielo próvidos de dones, Denia es una población sin miseria; su comercio de exportación, muy rico y famoso, le procura un tráico tan grande con Inglaterra, Alemania, Estados.Unidos, etc, que sus habitantes, vivienda, costumbres, revelan el gran inlujo de esos países, y por ende sus idiomas son bastante familiares», p. 69. «Bosquejo histórico de Dénia». Valencia : Imprenta hijo de Vives Mora, Chabás Llorens [1927]. «Heredó las tierras de la partida de la Boveta y la Madriguera, así como una cuarta parte de la casa de la calle Mayor, reuniendo en 1866 ka cantidad de 53.394 reales, una vez realizada la partición con sus hermanos. Cantidad bastante importante para aquella época...» Bas Carbonell, Manuel. «Roque Chabás: El historiador de la Renaixença». Dénia: Ajuntament de Dénia, 1995. p. 46. 153 Sobre todo en latín y lenguas clásicas, que tanto le ayudarán e inluirán para que posteriormente se dedique a la investigación histórica, al poder acceder a las fuentes documentales de primerísima mano. Obteniendo el título de Doctor en Teología en la mencionada universidad en 186516. Será ordenado sacerdote en junio de 1868, con apenas 24 años de edad, para ser destinado a su Denia natal, como coadjuntor de la Parroquia de San Antonio. Una iglesia ubicada en aquellos momentos en el extrarradio de la ciudad, en una zona nueva conocida como el Arrabal del Mar17. Pronto congenia con los vecinos de la ciudad y con los feligreses de su parroquia, fruto de su buen carácter y trato cercano. Así pues, conociendo las advocaciones populares de sus vecinos, publica la «Novena de la Virgen de los Desamparados», y funda en 1870 una Cofradía bajo dicha advocación con sede en su parroquia. Sin duda sus años de estudio en Valencia inluyen es esta decisión, ya que Chabás debió asistir con fervor a las múltiples manifestaciones que el pueblo valenciano muestra hacia su patrona, quedando impresionado por las mismas. Cuando salió Chabás del seminario, lo hizo sin duda, con unos sólidos conocimientos de paleografía, que aunados a su pasión por la historia y la arqueología, ciencias para las que poseía unas enormes cualidades mostradas ya desde bien niño, según airmaría su amigo Manuel Rico. Encontró Chabás en Denia el lugar perfecto para el desarrollo de las mismas, al tratarse de una ciudad estratégica con una gran importancia desde el punto de vista histórico, abrigo de diferentes civilizaciones y culturas. Éste sería pues lugar idóneo para el desarrollo de sus trabajos de investigación, siendo muchos los hallazgos arqueológicos que documentó y que gracias a él conocemos, al no haber llegado éstos hasta nuestros días. No sería nada fácil para Chabás publicar sus trabajos durante sus primeros años de investigador, pues aunque no era del todo desconocido entre los círculos intelectuales valencianos, aún no se había hecho un renombre entre los mismos. Además visionario como era, y dado que no había una publicación de referencia sobre historio valenciana, creará en 1866 la revista «El Archivo», dirigida por él y inanciada son sus propios fondos. El Archivo fue una revista literaria, sin precedentes para la historiografía valenciana. Impresa en casa de su amigo Pedro Botella, en la 16 17 Anales Valentinos: Revista de Filosofía y Teología, núm 64. Año xxxii, 2006: «El canónigo Roque Chabás y Lloréns en internet» por Alfonso Esponera Cerdán. p. 371-[374]. Bas Carbonell, 1995: 53-54 «Roque Chabás: El historiador de la Renaixença». Dénia: Ajuntament de Dénia. 154 calle del Cop de Denia, señaló un hito para la cultura valenciana, muy especialmente en el ámbito de la historia local. No siendo superada aún por ninguna otra publicación en su ámbito temático, según los actuales expertos en biblioilia. Muchas serían las informaciones recogidas por Chabás para sus artículos de revista, situación que sin duda, hizo que en 1876 publicará su primera obra de importancia la «Historia de la ciudad de Denia», siendo la mejor historia local que hasta la fecha se ha publicado de la ciudad. Obra de referencia incluso hoy en día, de un gran rigor cientíico y enorme calidad investigadora, muy bien documentada y escrita. Estas dos obras marcarán su futuro y su vida para siempre, ya que gracias a las mismas, su igura toma cierta fama y renombre, logrando entrar en los círculos culturales de Alicante y Valencia. Hasta tal punto que en 1879 Constantí Llombart lo incluye en su obra «Los Fills de Morta-Viva», publicación en la que aparecen las biografías de los más ilustres personajes valencianos de la época, no pudiendo faltar Chabás. Su nombre está ahora en boca de todos. Personajes de las talla de Francisco Figueras Pacheco, José Vives Císcar, Teodor Llorente, Antonio Chabret, Martínez Aloy, Serrano Morales, o el poeta Querol, entre otros. No solo hablan de ése joven historiador que tan magníica Historia de Dénia ha escrito, sino que también pasan a ser plumas asiduas en su revista «El Archivo», entablando con ellos amistad. Convirtiéndose Chabás, gracias a la actitud metódica con la que estudia la historia del pueblo valenciano y sus costumbres, en auténtico protagonista de la «Renaixença» valenciana. Periodo histórico comprendido entre los años 1874-1914 que ha sido cualiicado como la edad de plata de la historiografía valenciana, un tanto eclipsada por la renaixença catalana, pero de la que es indudable que beben muchos autores catalanes, recurriendo a los clásicos valencianos para fundamentar sus bases ideológicas y de recuperación lingüística. El Chabás archivero de la Catedral de Valencia Como se ha hecho referencia anteriormente, Chabás fue un gran historiador pero sobre todo fue un gran archivero, es más, jamás hubiera llegado a ser lo que fue dentro de la historiografía valenciana18, sin su 18 Chabás, sin tener detractores, ha sido considerado por algunos historiadores (entre ellos el profesor de la Universitat de València Marc Baldó), como demasiado ortodoxo por su constante recurrir a las fuentes documentales dejando poco margen a la creatividad y al análisis historiográico. Aunque también nos encontramos con otros historiadores admiradores acérrimos de su obra, que alaban su manera de hacer historia, tan bien documentada y metódica, éste es el caso del también profesor de la Universitat de València Mateu Rodrigo Lizondo. 155 pasión por los archivos. En ellos encontró las fuentes con las que documentarse para realizar sus trabajos históricos, y en los archivos sin duda pasó la mayoría de días de su vida. Así pues no podemos entender a Chabás, ni a su obra, sin su faceta de archivero, y para ello tomó un papel fundamental su nombramiento como titular del archivo de la Catedral de Valencia en 1891. Chabás llegará a Valencia de una manera casual y afortunada. Si bien es cierto que Dénia se le había quedado pequeña, su capacidad de trabajo y su voracidad investigadora hicieron que se abriera nuevos y más ambiciosos horizontes de estudio. Por lo que cada vez necesitará estar más cerca de los grandes archivos, en ellos se sentirá cómodo, y pasará muchas horas en busca de datos con los que documentar sus ya numerosos trabajos históricos y arqueológicos. Además Chabás, ya con un nombre, necesitará un cargo más acorde con su condición intelectual, por lo que se replanteará abandonar Dénia. Pero su decisión de abandonar su querida ciudad natal no se debería sólo a eso. Pronto surgirían las rencillas con Vicente Rocafull, párroco titular de la principal iglesia parroquial de Denia19, también aicionado a la investigación histórica. Quien veía a Chabás como un enemigo, pues aparte de su fama investigadora, que ya traspasaba las fronteras de la pequeña capital de La Marina. También vería con recelo cómo un joven cura recién llegado a Dénia irá obteniendo cada vez un mayor reconocimiento social entre la población dianense. Chabás daba clases de latín en los colegios de segunda enseñanza, formaba parte del patronato del Hospital de Dénia, era Cronista Oicial de la ciudad de Alicante, y estaba presente en cualquier actividad de la vida social de la ciudad. Como bien aparece referenciado en las numerosas noticias aparecidas al respecto en la prensa valenciana de la época20. Pero la situación se hará insostenible cuando Chabás logra arrebatarle la plaza de Académico de San Carlos en Valencia, acto que acentúa su mala relación. Decidiendo Chabás poner tierra de por medio, como única salida posible a unas discrepancias ya irreconciliables. Decisión no tomada 19 20 «La iglesia de la Asunción, el principal templo de Dénia, se encuentra en el corazón mismo de la ciudad, al lado del Ayuntamiento, en la plaza llamada de la Constitución. Ocupa parte del lugar donde, desde antiguo, se asentaba la Capilla de Sant Roc». Pág. 9. Gisbert Santonja, 1992 «El Llegat de L’Església de Dénia : Catáleg – Exposició». Oliva: Ajuntament de Dénia. «Gracias a la iniciativa del Director del Hospital de Dénia, el ilustrado Sr. Chabás, al que se debe una historia de aquella ciudad, el Ayuntamiento acordó, en una de sus últimas sesiones, procurar que las hermanas de la Caridad se encarguen de los establecimientos de beneicencia...». «Las Provincias, 20 de febrero de 1877». 156 por gusto, sino más bien por obligación, ya que él se siente a gusto en Dénia, de hecho en el futuro siempre acude a ella cuando sus obligaciones se lo permiten (bien a visitar a la familia, bien a pasar sus vacaciones de verano, o cuando buscaba recogerse en la tranquilidad de la ciudad para dedicarse a la escritura de alguno de sus trabajos) de hecho la muerte le sobreviene en Dénia, en uno de sus retiros de trabajo. Enterado Chabás de la existencia de una plaza vacante por oposición a la canonjía de la Iglesia Colegial de San Nicolás de Alicante. Se presentó a la misma, perdiendo la oposición injustamente en favor del candidato oicialista. Sin duda inluyó en dicha injusticia el haberse ganado, años atrás, ciertas enemistades durante un certamen literario celebrado en Alicante con motivo del cuarto Centenario de la Santa Faz, del que había sido elegido jurado, oponiéndose a valorar favorablemente una obra que habían destacado otros miembros del jurado para ser elegida ganadora y que a su juicio no tenía la calidad literaria suiciente para ello. Nada más terminar de opositar en Alicante, se enteró que había sido convocada otra plaza de canónigo archivero en la Catedral de Zaragoza. Tras presentarse a la misma, obtuvo idéntico resultado negativo. Aunque al parecer, esta vez, el resultado había sido más injusto aún, ya que aventajó, y mucho, al aspirante ganador de la plaza. Al superarlo con creces en el ejercicio de paleografía. Muy enfadado con el resultado, no dudó en presentarle sus quejas al mismísimo Presidente del Consejo de Ministros, Cánovas del Castillo, quien le mostró su apoyo y le hizo la promesa de otorgarle la próxima plaza que saliera vacante a canonjía. La suerte quiso que obtuviera una canonjía de gracia en la Catedral de Valencia (enero de 1891), con la carga de archivero, impuesta por el Cabildo. Imposición esta vez nada casual, pues en Valencia se conocían sus dotes investigadoras por sus insignes trabajos sobre la historia de la iglesia valentina, además de su pasión por la arqueología y la historia en general. Pero también eran dignos de elogio sus excelentes trabajos de ordenación de los importantes archivos históricos de localidades como Dénia, Xábia, Alzira, Segorbe o Sueca, trabajos que avalaban su nombramiento al frente del importante fondo documental catedralicio, uno de los más ricos de Europa. Chabás llegó a Valencia en una edad madura, tenía 47 años cuando fue nombrado canónigo-archivero. Se encontraba pues en el momento óptimo para emprender la magna tarea que le había sido encomendada: la organización del valioso archivo capitular, que parece ser no se encontraba 157 en las mejores condiciones archivísticas. Ingente fue la labor desempeñada en el archivo con celo y total voluntad de servicio, llevada a cabo hasta su muerte en abril de 1912. A parte de su indiscutible capacidad en materia archivística, Chabás debió ser un hombre muy trabajador, totalmente volcado con la tarea que le había sido solicitada, pues se dice que pasaba casi todo el día en el archivo. Después de asistir a sus obligaciones del coro, subía la enorme escalinata que conducía a las dependencias archivísticas, y allí estaba, removiendo papeles, anotando cuanto encontraba en ichas e índices, que por supuesto luego le servirían también para sus investigaciones21. Otra muestra de su inmensa capacidad de trabajo la encontramos en la continuación de la revista «El Archivo» también en Valencia. Chabás no solo va al archivo todos los días, sino que también saca tiempo para hacer de editor, director y publicista de una publicación que en ésta segunda época seria impresa en casa de Vives Mora. Ahora bajo el subtítulo de Revista de Ciencias Históricas, donde Chabás dio a conocer en innumerables artículos algunos de los tesoros artísticos de la Catedral de Valencia, buscaba pues dar a conocer así esas fuentes documentales que hasta ahora habían permanecido ocultas. También cabe destacar de Chabás, que en sus trabajos al frente del archivo catedralicio, incluso llegó a aplicar técnicas archivísticas novedosas para la época. Aprendidas en el archivo de la Corona de Aragón durante alguno de sus numerosos viajes a Barcelona22, bien a investigar en el mismo, o simplemente de visita, en alguno de los recesos de sus reuniones como miembro de la Academia de las Buenas Letras. A Chabás se debe la ordenación del archivo de una manera un tanto peculiar, él concebía los fondos documentales como partes del reino de la naturaleza. ¿Cuales eran 21 22 Nada mejor que las palabras del propio Roque Chabás para corroborar el trabajo realizado: «Desde 1892 he empleado las horas de coro de la mañana (por obligación, y otras sin obligación) en el arreglo de este archivo. Descuéntese el tiempo que ha sido preciso para hacer dos investigaciones de documentos, que me han ocupado muchos meses; que he sido fabriquero un año, y tres secretario capitular, todo lo cual me distraía mucho del arreglo empezado.Durante ese tiempo he ordenado los papeles y pergaminos, almacenando unos y otros; aquellos en numero de 6.000 volúmenes o legajos, y estos en numero de 8.200. Los primeros están todos catalogados, formuladas todas las papeletas del índice y redactada ya literariamente la mitad de este. Los pergaminos están todos colocados convenientemente y numerados; puestas en el catalogo las indicaciones todas de sus fechas y hecho el índice cronológico de todos los pergaminos. Se han estudiado ya mas de 5.000 y anotado su contenido en las papeletas del catalogo. Lo que falta para terminar el primer índice de los papeles es cuestión de meses: acaso para in de este año pueda concluirse. Para hacer lo mismo con los pergaminos se necesita que Dios me dé buena salud durante todo el año 1903». EL ARCHIVO METROPOLITANO DE VALENCIA. «Roque Chabás: Revista de Bibliografía Catalana». Num. 5; Juliol-Desembre de 1902; Any II. Barcelona: L’Avenç, 1902. «Numeración: Mucho me ha preocupado esta operación. En cada archivo se encuentra a su manera. Me resolví por la numeración correlativa, como en el Archivo General de la Corona de Aragón. Tiene la ventaja este sistema de su misma sencillez…». El archivo metropolitano de valencia. «Roque Chabás: Revista de Bibliografía Catalana». Num. 5; Juliol-Desembre de 1902; Any II. Barcelona: L’Avenç, 1902. 158 éstas partes? Pues dividió el fondo en tres grandes grupos documentales: los animales (los pergaminos), los vegetales (los legajos en papel) y los minerales (los valiosos códices muchos de ellos miniados). Y a Chabás se le debe también el único y más completo instrumento de descripción del archivo, el «Índice del Archivo de la Catedral de Valencia» editado por la Generalitat Valenciana en 1990, y que sigue siendo de vigencia y uso hoy en día, como obra de referencia para los investigadores y demás usuarios del archivo. Gran trabajo el realizado por Chabás aún hoy digno de elogio y reconocimiento. Aunque sin lugar a dudas uno de los mayores reconocimientos que recibiría Chabás por su labor realizada en el archivo, la obtuvo aún en vida, durante la visita de don Marcelino Menéndez Pelayo a Valencia. Cuando el 8 de abril de 1903, decide que lo primero que quiere visitar de la ciudad es el archivo de la Catedral del que tan bien había oído hablar, y después de pasar una jornada de estudio e investigación en sus dependencias, elogió abiertamente a don Roque por su infatigable labor23. Es justo señalar que la Catedral de Valencia, no solo le debe la ordenación de su archivo a Chabás, sino que también debe agradecerle, el hecho de que creara escuela entre sus colaboradores. Formándolos para que posteriormente la gestión del archivo iniciada por él, se pudiera mantener e incluso mejorar con el tiempo, con ello surgen las iguras de Elías Olmos Canalda24, José Sanchis Sivera o Pascual Boronat y Barrachina, entre otros discípulos de Chabás que de alguna manera continuaron su tarea. El archivo personal de Chabás y su colección on-line Conocer a una persona, como fue y que hizo, a través de sus papeles no es para nada fácil. Precisamente porque la persona es cambiante, esto es algo inherente a la propia personalidad, siempre en constante evolución y construcción. Además un archivo por muy personal que sea siempre será fragmentario, ya que existen aspectos de su vida o de su personalidad que conscientemente no han quedado plasmados en sus papeles por no interesarle a la persona que se hayan conservado. Hablar de la igura de Chabás por medio de su archivo personal, conservado en la Catedral de Valencia, es una tarea difícil y complicada 23 24 Airmando «que en España, no había ninguna catedral que tuviese el archivo tan bien ordenado como la de Valencia». Bas Carbonell, Manuel. «Roque Chabás: El historiador de la Renaixença» (1995): pp 163. Dénia: Ajuntament de Dénia. Olmos Canalda, Elías. «Inventario de los pergaminos del Archivo de la Catedral de Valencia». Valencia: Arzobispado de Valencia, 1961. 1344 p. 159 hoy en día. Pues éste se desmembró a la muerte de nuestro personaje. Conocemos la existencia de documentación que pudo pertenecer a Chabás o a su fondo personal en el Archivo Municipal de Dénia, el Archivo diocesano de Valencia, la Universidad de Valéncia o la Biblioteca Valenciana, Ayuntamiento de Valencia, Biblioteca Nacional de Madrid, entre otras instituciones. Teniéndose en cuenta que no solo hay documentación de archivo en las mencionadas instituciones, las cuales también tienen parte de la biblioteca de Chabás, muy rica y voluminosa, de la que solo se conservan unos 250 volúmenes entre el fondo de la Biblioteca Auxiliar del Archivo de la Catedral. Ya catalogada pudiéndose reconocer los volúmenes de Chabás por las siglas grabadas en el lomo de sus libros «R CH», o por las dedicatorias y demás anotaciones manuscritas de éste. Considerando que tanto el archivo como la biblioteca conforman un todo sin el cual se hace imposible conocer la envergadura del personaje Chabás. Sería interesante iniciar mediante alguna beca o proyecto de investigación, inanciado por parte de cualquier institución interesada, que reuniera todo el fondo Chabás de manera virtual, ya que hoy en día la tecnología así lo permite. Pero no solamente falta documentación del archivo personal por este motivo. También es frecuente encontrarnos en los archivos personales con documentación de un determinado personaje, que a priori, se cree pudo formar parte de su fondo personal, pero que realmente es de las instituciones en las que trabajó o de las que fue miembro, y viceversa25. Chabás fue uno de los fundadores de Lo Rat-Penat, fue miembro de la Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, de la de las Buenas Letras de Barcelona o de la Real Academia de la Historia, entre otras instituciones. Pudiéndonos encontrar documentación suya o referente a él en las mismas, y que evidentemente aunque formen parte de su actividad vital, no tendrían cabida en su archivo personal. Por tanto es difícil encontrar noticias de primera mano sobre el Chabás más personal entre la documentación que se encuentra en su archivo personal de la Catedral de Valencia. Pues en nuestro archivo la documentación de la que disponemos hace referencia fundamentalmente a las investigaciones históricas realizadas por don Roque, a sus notas de trabajo, sus publicaciones y artículos de revista, y a la ordenación del 25 Los llamados «papeles de función» de los que nos habla brillantemente el profesor de la Universidad de Valencia y canónigo-archivero de la Catedral de Valencia don Vicente Pons Alós en su última conferencia sobre el archivo personal de don Marcelino Olaechea Loizaga. Seminario «Marcelino Olaechea Loizaga: Iglesia, Sociedad y Política». Valencia: UIMP, del 22 al 24 febrero de 2017. 160 archivo catedralicio, que tan brillantemente llevo a cabo de una manera totalmente autodidacta y sin parangón para la época. Es curioso que un personaje con tanta vitalidad y que con tantas personas e instituciones mantuvo relación, no cuente en su archivo personal, más que con dos cartas enviadas por don Luis M. Albert miembro de la dirección del Colegio Español en Roma, donde se hospedó Chabás durante los meses que pasó estudiando en la Biblioteca Vaticana la obra el «Spill» de Jaume Roig26. Cuando precisamente como hemos señalado anteriormente ésta es una de las series documentales más importantes en cualquier archivo personal, y debería haber documentación al respecto, ya que indudablemente Chabás se relacionó con la mayoría de personajes de su época entablando relaciones personales no exentas de polémica27. Otra de las grandes ausencias documentales con la que nos encontramos en el archivo personal de don Roque, que más nos llama la atención, es que siendo fundador y director de la revista «El Archivo». No cuente entre su fondo documental con los originales enviados por los autores que en ella publicaron, ni tampoco con las pruebas de imprenta, correcciones y demás documentación al respecto. Es lógico que una parte de ésta documentación quedara en la imprenta de Vives Mora, durante la etapa de Valencia, y de Pedro Botella, para la de Denia. Pero parece raro que siendo Chabás archivero no se quedara con ninguna copia de la documentación, sobre todo de los originales una vez ya impresos. Encontrándose en su archivo solamente con separatas suyas de los artículos publicados en la mencionada revista, y alguna de los autores que participaron en la misma. Pero sin duda la serie documental más importante de cuantas conforman el archivo Chabás es la de documentación gráica. Con imágenes de gran calidad para la época (pues nos encontramos con los orígenes de la fotografía), que nos han llegado en un magníico estado de conservación. Algunas de ellas tomadas incluso por el propio Chabás con su cámara fotográica. En dicha serie documental no encontramos con recortes de prensa gráica, láminas, dibujos y estampas, guardadas por él, bien para ilustrar sus artículos y publicaciones, o como mero recuerdo personal, todas ellas de diversa temática e índole. Por lo que respecta a su fotografía, ésta sí que se puede clasiicar en diferentes áreas temáticas, según el uso 26 27 «El 4 de abril de 1900 don Roque marcha a Roma a investigar en la Biblioteca Vaticana el manuscrito original del Spill de Jaume Roig, permaneciendo tres meses en Italia...». Bas Carbonell, Manuel. «Roque Chabás: El historiador de la Renaixença». Dénia: Ajuntament de Dénia, 1995. p. 187. Bas Carbonell, Manuel. «Epistolario Chabás-Serrano Morales». Valencia: Ajuntament de València, 1995. 179 p. 161 que le pudo dar Chabás a las mismas. Nos encontramos pues con sus fotos personales y familiares, fotos de libros y documentos pertenecientes a su faceta como investigador en archivos y inalmente las relacionadas con el Chabás viajero y excursionista. Pertenecen a ésta última faceta las fotos que creemos más interesantes: las de paisajes, monumentos, vestigios arqueológicos y obras de arte. Un claro ejemplo de ello la encontramos en la fotografía anexa, donde se aprecia una instantánea de la Plaça del Mercat de Xàtiva, datada aproximadamente a principios del siglo xx28. Seguramente tomada en alguna de las excursiones culturales de Lo RatPenat, a las que Chabás era asiduo, y de las que se hace eco Teodor Llorente Falcó en su obra «Memorias de un sesentón»29. Para inalizar con la fotografía de Chabás, hay que destacar que su mayor importancia radica en que gracias a la misma, hoy en día podemos conocer obras artísticas desaparecidas como es el caso del retablo gótico realizado por Paolo de San Leocadio para la Iglesia Colegiata de Santa María de Gandía30, el cual se quemó en guerra. Quedando como única constancia y testimonio la instantánea de Chabás. Éstos serían algunos de los aspectos más importantes del archivo personal de Chabás, pero no se llega aquí de cualquier manera. Para ello se ha realizado un importante trabajo de ordenación del fondo, con la instalación de los documentos en carpetas normalizadas, con su membrete, y la asignación de un número currents que identiique a cada uno de los documentos dentro del fondo documental. Los cuales se han ido ubicando en el mismo de acuerdo con el correspondiente cuadro de clasiicación31. Muchos han sido los trabajos, publicaciones e investigaciones que se han realizado sobre la persona de Chabás y sobre su archivo personal, usándose su fondo documental conservado en la catedral. Sobre todo 28 29 30 31 Anexo 2a, página 12 «La mayoría de los expedicionarios era gente de calidad: el barón de Alcalalí, don Vicente Calabuig, don Facundo Burriel (padre e hijo del mismo nombre), don Luis Cebrián, don Roque Chabás, don José Sanchis Sivera, don Francisco Martí Grajales, don José Bodria y otros. [...] El prestigio que había alcanzado en toda la región valenciana el Rat Penat y la respetabilidad de muchas de las personas que iban en estas excursiones, eran motivo más que suiciente para que en todas partes se les recibiese con los brazos abiertos y se les agasajase. Por otra parte, estas expediciones servían para ir inventariando todas las riquezas artísticas e históricas que se conservaban en los pueblos de la región, porque algunos de los que a ellas concurrían tomaban notas de lo que veían...». Anexo 2b, página 12 Los archivos personales requieren un tratamiento especial, a la vez que especializado. Por lo que su cuadro de clasiicación es un tanto diferente al del resto de archivos, ni temático, ni orgánico-funcional. Para su elaboración se tiene que tener en cuenta la trayectoria vital del personaje y su manera de relacionarse, tanto con la administración como con el resto de personas e instituciones a las que de algún modo perteneció. Para la elaboración del cuadro de clasiicación de Chabás se ha tomado de referencia el que se aporta en la Biblioteca Valenciana, con su magníica sección de Archivos Personales e Institucionales. 162 aquellos realizados con motivo del 150 aniversario de su nacimiento, homenaje que le fue retribuido en su Denia natal. Pero hasta ahora, el archivo había permanecido, sino intacto, sin organizarse archivísticamente. Tan solo existían los trabajos de pre-inventario del fondo, los cuales se han respetado en la medida de lo posible, tareas realizadas por don Ramón Fita Revert, gran admirador y conocedor del personaje, y que tan bien ha estudiado la igura y la obra de Chabás. A quien desde estas líneas quiero agradecerle su cercanía y total predisposición a la hora de aclararme cualquier duda, sobre el archivo o sobre el personaje, durante los trabajos de inventariado del archivo, recientemente concluidos. En un mundo cada vez más tecnológico, es normal que el archivo personal de Chabás sea consultable por internet. Así lo quiere el investigador, facilitándole su acceso, y así lo requiere el archivero facilitándole la gestión. Así pues, ante la aparición de un artículo en la revista de la Asociación de Archiveros Valencianos, nos enteramos de la existencia de un software libre. El programa ica-atom32 creado por el Consejo Internacional de Archivos junto a la empresa Acess to Memory, como herramienta para la descripción y gestión de pequeños archivos institucionales sin mucho presupuesto como para permitirse la adquisición de un programa comercial. Artículo en el cual el Ateneo de Madrid contaba su experiencia en la adopción de éste software para la descripción de sus colecciones documentales. Advirtiéndole posibilidades para ser empleado en archivos personales, decidimos implantarlo en la Catedral de Valencia considerándolo como el más idóneo para éste tipo de documentación. Actualmente el archivo personal de don Roque Chabás se encuentra en fase de catalogación, siendo consultable en un futuro vía on-line con la correspondiente icha descriptiva de cada documento en isad (g), junto con la imagen digital del mismo. No me gustaría terminar éste artículo sin reiterarme en el agradecimiento, ofrecido ya al comenzar mi ponencia, tanto a D. José Canet, Abad de la Iglesia Colegiata de Santa María de Xàtiva, como a Juan Ignacio Pérez, archivero de la misma y director de éstas jornadas sobre el patrimonio cultural de la iglesia bajo el lema: «I Bienal: hesaurus Ecclesiae, hesaurus Mundi». 32 Herrera, C. «Una experiencia con ica-atom beta en el archivo del Ateneo de Madrid». Clara Herrera. Butlletí de l’Associació d’Arxivers Valencians, nº 39, octubre-diciembre 2010. -Araña, J. ; Herrera, C. «ica-atom, una buena herramienta para la difusión de los archivos en la web». Madrid: Ateneo de Madrid, marzo 2011. 163 Anexo 1: CUADRO DE CLASIFICACIÓN DEL ARCHIVO PERSONAL ROQUE CHABÁS 1. Documentación personal 2.1. Reconocimientos y crítica (artículos sobre Chabás) 2.2. Invitaciones y recordatorios 2. Obra de creación propia 2.1. Trabajos de investigación histórica 2.2. Notas de trabajo 2.3. Artículos de prensa 2.4. Dossiers de estudio 2.4.1. Arqueología 2.4.2. Arte 2.4.3. Historia 2.4.4. Historia de la iglesia valentina 2.4.4.1. Parroquias 2.4.4.2. Monasterios 2.4.5. Personajes valencianos 2.4.5.1. Centenarios 3. Correspondencia 3.1. Recibida por Chabás 4. Documentación gráfica 4.1 Dibujos 4.2. Grabados 4.3. Fotografías 4.3. Recortes de prensa gráica 5. Obra de creación ajena 5.1. Recortes de prensa 5.2 Partituras manuscritas 5.3. Originales manuscritos 5.4. Notas de trabajo 6. Documentación incorporada 6.1. Homenaje en Dénia 150 Aniversario de su nacimiento 6.2. Programa actividades 6.3. Dossier de prensa 164 Xàtiva. Plaza del Mercado Gandía. Colegiata. Retablo Mayor 165 Los Museos de la Iglesia en el contexto museográfico actual Dra. REMEDIOS MORIL Universidad Católica de Valencia «San Vicente Mártir» Los museos, sin duda, constituyen una de las instituciones culturales más importantes desde su creación y especialmente desde el pasado siglo xx. Se trata de organismos que han visto modiicada su propia concepción a lo largo del tiempo y que han desarrollado un mayor interés por integrar lo comunitario. Además de las transformaciones que se han producido en torno a su signiicado, la nueva museografía ha apostado, de forma decidida, por la difusión y la educación como características deinitorias de los museos del siglo xxi. Se persigue, mediante criterios pedagógicos y de marketing, una mayor accesibilidad y una mejora en la interpretación de los objetos que en ellos se conservan. La calidad y la cantidad de bienes que constituyen el patrimonio cultural de la Iglesia, en torno al setenta por ciento del patrimonio histórico nacional1, merecen una pausada relexión sobre su valor y aportación a la historia del arte y a la historia eclesial en particular. En un contexto de mayor consideración social y reconocimiento de nuestra herencia cultural, la Iglesia, al igual que han realizado otro tipo de instituciones, también ha venido apostando por la creación de este tipo de organismos, bien en forma de museos, colecciones o exposiciones, ejerciendo el derecho que posee a poder hacerlo2. 1 2 Reuben, 2002:102 Sancho, 1994: 49 167 Cuando nos aproximamos al mundo de los museos en nuestro país hemos de tener en cuenta principalmente la legislación que le atañe, tanto de carácter nacional como internacional. Por ello es pertinente destacar aquí la Ley de Patrimonio Histórico Español y el icom (Consejo Internacional de Museos), organismo de la Unesco que desde el año 1946 se ha ocupado del desarrollo de los museos en el mundo. El principal ordenamiento en materia patrimonial que existe en nuestro país es la Ley de Patrimonio Histórico Español 16/1985, de 25 de junio. Es en ella en la que de forma precisa viene deinida la institución museística. Según se recoge en ella los museos son «instituciones de carácter permanente que adquieren, conservan, investigan, comunican y exhiben, para ines de estudio, educación y contemplación, conjuntos y colecciones de valor artístico, histórico, cientíico y técnico o de cualquier otra naturaleza cultural»3. Por su parte los estatutos del icom deinen los museos del siguiente modo: «El museo es una institución permanente, sin ines de lucro, al servicio de la sociedad y de su desarrollo, abierta al público, que adquiere, conserva, investiga, difunde y expone los testimonios materiales del hombre y su entorno para la educación y el deleite del público que lo visita».4 En ambas deiniciones se destaca su permanencia en el tiempo y sus principales funciones; entre ellas cabe destacar la conservación, la investigación y la difusión teniendo como destino inal la educación general. Desde el año 2002, en la clasiicación de los museos que establece el icom, los Museos de Arte Religioso quedaron integrados en su primera tipiicación, la referida a los museos de arte. El Consejo deine este tipo de Museos como aquellos cuyos fondos están constituidos fundamentalmente «por objetos de Arte Religioso en general, es decir, por objetos que están o estuvieron destinados directamente al culto divino y a la devoción del pueblo o tratan simplemente de temas religiosos»5. Por su parte el Ministerio de Cultura español los sitúa en el apartado destinado a los museos especializados, es decir aquellos museos que profundizan en una parcela del Patrimonio Cultural que no queda cubierta en ninguna otra categoría. Si se estudian en profundidad las diferentes categorizaciones existentes se deduce la necesidad de la creación de una sección especíica para este tipo de museos y colecciones. Como justiicación de dicha pro3 4 5 Ley de Patrimonio Histórico Español 16/1985, de 25 de junio. (Tit. 7, cap. II, art. 59.3). Esta deinición fue recogida en los Estatutos del icom aprobados por la 16ª Asamblea General (La Haya el 5 de septiembre de 1989), y modiicados por la 18ª Asamblea General (Stavanger, Noruega, el 7 de julio de 1995), y por la 20ª Asamblea General (Barcelona, España, 6 de julio de 2001). icom (2005): «Estatutos icom España». En: https://www.icom-ce.org/estatutos/ 168 puesta se encuentra el hecho del incuestionable valor tanto cualitativo como cuantitativo de los bienes que en ellos se ubican. Los Bienes culturales de la Iglesia y sus museos constituyen una de las principales herencias de nuestro país. La Iglesia es propietaria de un amplio patrimonio histórico y artístico que ha venido conservando y utilizando durante siglos. Conviene destacar que se trata de un patrimonio amplio y diverso en lo que concierne a sus múltiples tipologías. Si tenemos en cuenta que mutabilidad y cambio son dos signiicaciones estrechamente ligadas a los bienes patrimoniales, puede resultarnos mucho más fácil comprender que existe un importante porcentaje de bienes artísticos que aún hoy cumplen con la inalidad para la que fueron creados pero también otros muchos que han dejado de ser utilizados como consecuencia del paso inexorable del tiempo o como resultado de las sucesivas reformas litúrgicas. Los Bienes Culturales de la Iglesia son bienes que presentan características singulares y que se encuentran conservados en museos o colecciones museográicas de titularidad eclesiástica tratando de preservar y conservar no sólo el bien material sino también los valores simbólicos que dieron y dan sentido al bien patrimonial. Como decíamos, los Bienes Culturales de la Iglesia presentan una evidente singularidad y especiicidad. Se trata de un patrimonio que presenta una diversidad de entidades titulares, entre las que destacan las grandes catedrales que jalonan nuestras diferentes diócesis; pero también iglesias, pequeñas capillas y ermitas, así como también monasterios o conventos que se extienden por pueblos y ciudades. Nos encontramos ante un patrimonio que se mantiene vivo gracias a su estrecha vinculación con las devociones de lugares y territorios. Se trata, además, de bienes afectados por un complejo entramado de normas civiles (tanto estatales como autonómicas) y condicionado por normas canónicas. Y lo más destacable es que nos encontramos con un patrimonio que posee una doble condición, la de ser bienes culturales pero también y, eso no lo debemos olvidar, ser en primer lugar, un patrimonio religioso. Por ello, es absolutamente fundamental que se tenga en cuenta y se respete la postura de la Iglesia en todo aquello que atañe a la conservación de sus bienes culturales. Uno de los hechos que más incidencia ha tenido en el apoyo en la creación de los museos eclesiásticos en nuestro país se produjo a través de los Acuerdos irmados entre la Comisión Mixta Estado-Iglesia Católica 169 en el año 1980. Dicha Comisión estableció la necesidad de que este tipo de bienes fueran «exhibidos en su emplazamiento original o natural. Cuando esto no sea posible o aconsejable, se procurará agruparlos en ediicios eclesiásticos, formando colecciones o museos donde se garantice su conservación y seguridad y se facilite su contemplación y estudio»6. A partir precisamente de esos acuerdos se redactó el primer Anteproyecto de Reglamento de los Museos Eclesiásticos de España que podemos fechar en el 28 febrero de 1984. Este Anteproyecto estableció la siguiente clasiicación: a) Por razón de su dependencia jerárquica: Diocesanos Exentos b) Por razón de su ámbito geográico: Diocesanos Comarcales Parroquiales c) Por razón de su titularidad: Diocesanos Catedralicios Colegiales Parroquiales De cofradías Monásticos o conventuales Mixtos Consideramos que se trata de una clasiicación que recoge la diversidad de las instituciones eclesiásticas, aunque no atiende a los contenidos o tipos de colecciones que albergan. Desde el punto de vista civil conviene recordar aquí el Real Decreto del 9 de enero de 1923 que promovió y reguló por primera vez la creación de los Museos Diocesanos en nuestro país. Según esta Orden se regulaba que «el Gobierno fomentará la creación de Museos Diocesanos para la mejor conservación y custodia de las riquezas artísticas, históricas 6 Comisión Mixta Estado-Iglesia Católica,1980:86 170 Fig. 1 Sala del Museo Diocesano en el antiguo Palacio Arzobispal Sarthou Carreres (1927) o arqueológicas de cada Diócesis»7. El contexto histórico y social en el que se produce esta ordenación hay que relacionarlo con los procesos demográicos de éxodo rural que dejaban por aquel entonces un importante patrimonio en un constatable abandono y peligro de desaparición. De ese momento es precisamente la fundación de museos diocesanos de Zamora (1926), Burgo de Osma (1928) o Burgos (1930). Entre estas iniciativas de creación de Museos que se producen en la década de los años veinte del siglo pasado, destaca en nuestra diócesis valentina la fundación del Museo diocesano llevado a cabo por la iniciativa y preocupación del Cardenal Reig Casanova, hecho que tuvo lugar tras producirse la visita pastoral al poco tiempo de su toma de posesión. El Arzobispo decidió recoger y preservar aquellos objetos y obras que se encontraban en desuso en las parroquias de la diócesis; para ello eligió como destino el Palacio Arzobispal (ig.1). Hemos podido conocer en 7 Real Decreto de 9 de enero de 1923, relativo a la enajenación válida de las obras artísticas, históricas o arqueológicas de que sean poseedoras las Iglesias, Catedrales, Colegiatas, Parroquias, Filiales, Monasterios, Ermitas y demás ediicios de carácter religioso. 10 de enero de 1923. Gaceta de Madrid, nº 10. Pp. 126-127. 171 profundidad las obras de este primer Museo Diocesano a partir del inventario realizado en 1923 por el sacerdote Barberá Sentamans que recogía aproximadamente unos 200 objetos de diferente tipología. Dicho inventario indicaba la procedencia de dichos bienes añadiendo también en algunos casos breves descripciones. Lamentablemente la guerra civil paralizó de forma inesperada la existencia de este museo como consecuencia del incendio y destrucción sufrido por el Palacio Arzobispal (ig. 2). Como consecuencia las obras se dispersaron y muchas de ellas ya no se localizarían nunca. Por otro lado, desde el punto de vista eclesiástico, es de destacar la Constitución Apostólica del Papa Juan Pablo II «Pastor Bonus» del año 1988. Se trata de un importante documento porque señala la necesidad de constituir museos de la Iglesia para recoger aquellos bienes «que no tengan ya un uso especíico, se guardarán convenientemente para su exposición»8. También el artículo 102 de la misma Constitución indica la inalidad que poseen estos museos al establecer que servirán «para la recogida y custodia de todo el patrimonio histórico en todo el territorio, para estar a disposición de todos los que se interesan por el mismo»9. Si atendemos a todas las cuestiones referidas anteriormente, son más que comprensibles las iniciativas que la Iglesia ha puesto en marcha para la creación de museos y colecciones museográicas de titularidad eclesiástica. Se trata de propuestas que deinen la postura de la Iglesia en torno a la conservación de sus bienes culturales. La Iglesia no ha dejado de poner en marcha iniciativas de creación de museos y colecciones museográicas de titularidad eclesiástica en todas las diócesis, también en la de Valencia. Si atendemos a la Ley autonómica del Patrimonio Cultural Valenciano (Ley 4/1998 de 11 de junio), es en su art. 68, en el que se ija el concepto de museo: «Artículo 68. Museos: concepto y funciones 1. Son museos las instituciones sin inalidad de lucro, abiertas al público, cuyo objeto sea la adquisición, conservación, restauración, estudio, exposición y divulgación de conjuntos o colecciones de bienes de valor histórico, artístico, cientíico, técnico, etnológico o de cualquier otra naturaleza cultural con ines de investigación, disfrute y promoción cientíica»10. 8 9 10 Juan Pablo II, 1988: art. 100. Juan Pablo II, 1988: art. 102. Ley autonómica del Patrimonio Cultural Valenciano (Ley 4/1998 de 11 de junio), art. 68. 172 Fig. 2 Destrucción del Palacio Arzobispal de Valencia en 1936 Traver Tomas (1946) En la diócesis de Valencia los museos reconocidos son el Museo del Patriarca, el Museo del Conjunto Hospitalario de San Juan del Hospital y el Museo Catedralicio-Diocesano. En cuanto a las colecciones museográicas que disfrutan de ese reconocimiento encontramos el Museo Parroquial de La Asunción de Nuestra Señora (Navarrés); Museo de la Parroquia de La Asunción de Nuestra Señora (Torrent); Museo Parroquial dels Sants Joans (Estivella); Colección Museográica de la Ermita de San Félix (Xàtiva); Museo de la Seu (Xàtiva); Museo Parroquial de la Mare de Déu de L´Assumpció (Montesa) y Museo Parroquial de La Asunción de Nuestra Señora (Bocairent). La Ley de Patrimonio Cultural Valenciano señala que son colecciones museográicas permanentes aquellas que reúnen bienes de valor histórico, artístico, cientíico o de cualquier otra naturaleza pero no les es posible desarrollar las funciones atribuidas a los museos, pero garantizan la conservación y custodia de los bienes, la investigación de sus fondos y la visita pública, (Ley 4/1998 de 11 de junio art. 69). Es importante considerar cómo afecta a la gestión de este tipo de museos y 173 colecciones el hecho de encontrarse asociados a ediicios de culto y cómo se ven condicionados por la naturaleza de dichos monumentos. Es conveniente destacar que la Iglesia ha venido generando a lo largo del tiempo una extensa documentación sobre sus museos, que en ocasiones, resulta poco conocida por los investigadores de este área de conocimiento. En esa documentación, la institución ha manifestado los criterios que considera adecuados para la conservación de su patrimonio. La Iglesia señala la evidente necesidad de creación de museos especíicos para este tipo de bienes, teniendo en cuenta que los objetos que contienen no pueden ser considerados, en ningún caso, como bienes neutros. Se considera imprescindible un tratamiento que atienda a la vertiente religiosa de este patrimonio y no sólo a la vertiente artística o estética. El resto de claves son importantes pero los valores religiosos son deinitorios de este tipo de bienes. «El arte religioso, en general, y de un modo especial, el arte sacro, pide un tratamiento distinto. Este tratamiento exige un Museo especíico. Dada la especiicidad del arte sacro, éste no tendría un tratamiento adecuado, si se presentara mezclado y confundido con otros objetos»11. La Iglesia se preocupa por la desvalorización de la esencia religiosa de su patrimonio, entendiendo que conservar un bien signiica también conservar en la medida de lo posible su naturaleza, inalidad y sentido originario, que es el sentido religioso y cultural. El reto que presentan estos museos va más allá de la conservación de las obras debiendo trabajar en la adecuada interpretación de las colecciones, no sólo histórica sino también pastoral y educativa. Los museos buscan como principal objetivo que los bienes patrimoniales de la iglesia tengan «valor para nosotros y que vale la pena preservarlos para las generaciones del presente y del futuro»12. Por lo que se reiere al debate en ocasiones existente entre la creación de museos diocesanos o la conservación de los bienes en los lugares de origen, la museografía actual considera que si los elementos patrimoniales no han quedado desligados o desconectados de los espacios para los que fueron destinados, su mejor lugar de presentación será su conjunto originario. Como ya señalaba Iguacén la mejor manera de conservar un bien patrimonial es situarlo «en el ámbito de vida integral que le es propio».13 En el caso de que el bien patrimonial haya resultado aislado, 11 12 13 Sancho, 1996: 27 Aplin, 2002: 357 Iguacén, 1985: 224. 174 será el espacio museístico el que le pueda proporcionar las claves de interpretación adecuadas. La Iglesia también ha creado organismos, normativas y orientaciones para el cuidado de sus bienes culturales y lo ha hecho tanto a nivel diocesano, como desde el punto de vista nacional e internacional. Destacan en este sentido la labor desarrollada por la Pontiicia Comisión para los Bienes Culturales de la Iglesia, el Secretariado de la Comisión Episcopal para el Patrimonio Cultural de la Iglesia en España y las Comisiones Diocesanas o Regionales de Arte Sacro. A través de todos ellos la Iglesia va poniendo las bases de lo que piensa sobre su patrimonio y establece orientaciones de cómo debe ser la intervención en este ámbito. En todos ellos se revela una constante y es la premisa de que la mejor forma de conservar un bien patrimonial es conocerlo en profundidad. Para ello se requiere su inventario y adecuada catalogación. Cualquiera que se dedique a la intervención en el patrimonio cultural de la Iglesia debería tener en cuenta estos criterios. De entre toda la documentación que la Iglesia ha generado en relación a la museografía destaca un importante documento. Nos referimos al que lleva por título «La función pastoral de los museos eclesiásticos», publicado el año 2001 por la Pontiicia Comisión para los Bienes Culturales de la Iglesia. Se trata de una carta dirigida a todas las diócesis del mundo en la que advierte de los peligros que acosan a este patrimonio en particular y señala los bienes que deberían integrar este tipo de museos de la Iglesia. La carta especiica que serán aquellos que no están en uso por reformas litúrgicas y los que no se pueden usar por antigüedad. Se trata de un documento que, como su título indica, nos recuerda la función catequética y pastoral de los museos de la Iglesia y cómo ésta puede ofrecer un tratamiento distinto y especíico de los bienes. Coincidimos en la decisiva necesidad de preservar no sólo el objeto desde el punto de vista material sino también y sobre todo, la memoria espiritual y los valores simbólicos que otorgan signiicación a los bienes conservados. Como hemos defendido en otras ocasiones, el tejido espiritual que da sentido a los objetos constituye igualmente un bien intangible que hay que preservar. Actualmente ha quedado superada la antigua museología en la que la pieza era suiciente y su mera exposición se consideraba adecuada. Hoy el hecho del profundo desconocimiento de la iconografía cristiana y de sus símbolos por gran parte de las futuras generaciones nos obliga 175 a plantearnos que quizá nos encontremos ante el peor xilófago de este patrimonio y ante el mayor riesgo de desaparición de esa herencia de carácter espiritual. Hace años ya lo advertía Plazaola al apuntar que nuestro patrimonio «es, ante todo, una herencia de símbolos»14 y señalaba cómo la educación actual puede llevarnos a ser «incapaces de comprender el sentido profundo de gran parte de nuestro arte religioso».15 También Hernández nos indicaba que el signiicado de muchos bienes del patrimonio de la Iglesia podía perder su signiicado «porque su contenido se ha convertido en una realidad ininteligible»16. No es posible obviar en este contexto de posmodernidad, que la mayor parte de lo que podríamos denominar el «imaginario colectivo europeo»17 se encuentra claramente impregnado de rasgos religiosos cristianos. Como señalaba Velasco «no se trata solamente de conservar el pasado y trasmitirlo a generaciones futuras, sino de reinterpretarlo e incorporarlo al presente»18. Este tipo de museos se convierten en un instrumento decisivo para el estudio de la historia de la iglesia, de la cultura religiosa, así como de costumbres y tradiciones que han constituido un testimonio de fe a lo largo de generaciones. Hemos de ser conscientes de la constante transformación de los bienes que conforman nuestro patrimonio cultural. Como señalaba Ballart, «el uso de objetos, el desuso, el reuso y el cambio de uso»19 debemos considerarlos como procesos absolutamente habituales. Por todo ello, es absolutamente imprescindible el diseño y elaboración de adecuados programas museológicos que permitan la correcta interpretación de estos bienes. Sin duda, la colaboración y el trabajo colectivo e interdisciplinar de personal especializado (historiadores del arte, técnicos en bellas artes, restauradores, teólogos, especialistas en liturgia, pedagogos, museólogos, etc.) permitirá que esto pueda hacerse realidad. Siguiendo a Lowenthal: «El pasado tangible no se sostiene por sí sólo. Las reliquias son mudas; les hace falta la interpretación para dar voz»20. El Presidente de la Pontiicia Comisión para los Bienes Culturales de la Iglesia señalaba en el año 2003, con motivo de la celebración de las xiii Jornadas Nacionales del Patrimonio Cultural de la Iglesia celebradas en 14 15 16 17 18 19 20 Plazaola, 1998: 23. Plazaola, 1998: 23. Hernández, 1998: 32. García Picazo, 1995: 36. Velasco, 2000: 154. Ballart, 1997: 19 Lowenthal,1998: 353. 176 Santander, que «cada diócesis debería satisfacer la exigencia de custodiar, recobrar y valorizar su propia memoria y de comunicarla al hombre de hoy con la institución de un museo propio»21. En este sentido es conveniente destacar aquí la labor que viene desempeñando la Asociación de Museólogos de la Iglesia en España, que lleva catalogados hasta el momento unos 190 museos. La labor educativa que estas instituciones tienen por delante se presenta como una tarea a la vez que urgente absolutamente necesaria. Es indudable la importancia del papel de la educación en la conservación del patrimonio y de los bienes culturales, en la medida en que ayudan a establecer relaciones de signiicatividad entre éstos y las personas. Precisamente las nuevas concepciones del patrimonio22 deinen éste por los vínculos que le atribuyen los sujetos, que son los que en última instancia, le otorgan signiicado. Es por tanto imprescindible que los museos sean capaces de generar experiencias signiicativas sobre el patrimonio. Junto a los museos, se han convertido en una realidad las colecciones museográicas parroquiales. Con gran esfuerzo cumplen una labor de conservación del patrimonio de las iglesias locales y son una buena muestra de la preocupación de las parroquias por sus bienes. Ayudan además a hacer más accesible un patrimonio en muchas ocasiones desconocido y favorecen las labores de restauración de los objetos que en ellas se encuentran. Esperemos que el esfuerzo de conservación, restauración, investigación y difusión del patrimonio que la Iglesia está llevando a cabo a través de sus museos, produzca grandes frutos y se releje en una mayor revalorización y estimación de esta herencia singular por parte de todos. En juego se encuentra gran parte de nuestra memoria colectiva y el hecho de que podamos trasmitir a las futuras generaciones el rico y complejo legado simbólico y de signiicados que la Iglesia ha dejado como herencia. 21 22 Marchisano, 2003: 42-55. Hernández Cardona, 2003: 455-466. 177 Bibliografía Aplin, G. (2002): Heritage: Identiication, Conservation and Management. Oxford: Oxford University Press. Ballart, J. (1997): El patrimonio histórico y arqueológico: valor y uso. Barcelona: Ariel Patrimonio histórico. Barberá Sentamans, A. 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Vicente Rodilla Zanón en la documentación de los archivos diocesano y catedralicio de Valencia1 JUAN IGNACIO PÉREZ GIMÉNEZ Archivos Diocesano y Catedralicio de Valencia Archivo Histórico Colegiata de Xàtiva Con el expolio e incendio de muchos templos de la retaguardia republicana, máxime durante el aciago verano de 1936, desaparecería una parte sustancial del patrimonio cultural de la Iglesia, patrimonio de todos. Finalizada la Guerra se promovieron una serie de medidas encaminadas a la reparación, o reconstrucción, de inmuebles y a la re-dotación de bienes de culto y de uso litúrgico, en las que no poca inluencia tendrían las orientaciones emanadas de la Exposición Internacional de Arte Sacro, programada por el Ministerio de Educación a través de la Jefatura Nacional de Bellas Artes y celebrada en Vitoria entre los meses de mayo y agosto de 1939.2 Por entonces, en la archidiócesis de Valencia y a instancias del arzobispo Prudencio Melo y Alcalde se reunían en el Ayuntamiento representantes de la oligarquía política, eclesiástica, económica y cultural con el propósito de fundar una Junta de Reparación y Construcción de Templos (30 de junio de 1939).3 De modo análogo a lo prescrito para 1 2 3 Deseo agradecer a don Ramón Fita Revert, director del Archivo Diocesano de Valencia y canónigo de la S. I. Catedral Metropolitana, a don Vicente Pons Alós, canónigo archivero bibliotecario de la misma, y al hijo del escultor, don Vicente Rodilla Garrido, el apoyo mostrado para la realización de este trabajo. Cfr. Soler Poch, 1939; Larrinaga Cuadra, 2006: 221-232; Boletín Oicial del Arzobispado de Valencia (=boav), nº 2.253, de 15 de julio y 2.256, de 1 de septiembre de 1939. La Junta quedaría constituida por una presidencia de honor conformada por el prelado, el general - jefe del Ejército de Levante, el gobernador civil y el alcalde de la ciudad; un comité permanente, integrado principalmente por el estamento eclesiástico -vicario general, canciller, etc.- y un número considerable de vocales, entre los que se incluían el decano del Colegio de Arquitectos o el director de la Academia de Bellas Artes de San Carlos. Comprendía, asimismo, tres comisiones: Fábrica, Hacienda y Propaganda. En la primera de ellas se insertó una Delegación de Arte Sacro y Liturgia, que más tarde constituiría por sí sola una Junta o Comisión. Los integrantes de la misma eran Guillermo Hijarrubia, prefecto de Sagradas Rúbricas y canciller-secretario del Arzobispado; Salvador Hernández, profesor de Historia del Arte; Alfonso Roig, profesor de la Escuela Superior de bb. aa. y Vicente Moreno, maestro de ceremonias. 181 los templos, en el reabastecimiento de los bienes muebles se pidió a los párrocos que siguieran, a pesar de la apremiante necesidad, «un criterio de depurado gusto artístico y de rigor litúrgico» y que toda actuación se efectuase siempre bajo la dirección de la Junta o Comisión, coordinada por la Cancillería o secretaría episcopal.4 Asimismo, se ijaba la exigencia de velar por la calidad y originalidad de las obras presentadas, indicándose que no serían admitidas las imágenes de producción mecánica o seriada.5 Entre los talleres artesanales de imaginería que mayor renombre alcanzarían en la Valencia de las décadas centrales del siglo xx se halla el fundado por Vicente Rodilla Zanón6, quien formaría parte del conjunto de autores que, salvada la masiva depuración impuesta por el nuevo orden establecido tras la guerra de 1936-1939, pudo dedicarse a la práctica pública de su profesión. No debe obviarse que un número importante de artíices de notable trayectoria y pericia fueron represaliados por su iliación política o ideológica, o por su intervención, cualquiera que fuese, en favor del bando que resultó inalmente perdedor. Otros se vieron obligados a desarrollar su labor en el exilio.7 Para reconstruir el devenir vital y artístico de Rodilla hemos consultado fuentes bibliográicas8 y documentales diversas. Respecto a las fuentes secundarias, cabe referir que en el aparato crítico no aludimos, salvo excepción, a las numerosas publicaciones que se han editado a nivel local en los últimos años y que pueden, aunque de modo circunstancial, citar al artista y hacer mención de las obras producidas para dicho ámbito. Aun siendo conscientes de que el presente trabajo habría resultado 4 5 6 7 8 A ellos se uniría Vicente Traver, arquitecto diocesano, en 1951, anteriormente vocal (cfr. boav de 1 de julio de 1939, nº 2.252, pp. 347-349, cit. en Carabal Montagud, M. Á. / Santamarina Campos, B. / Santamarina Campos, V. /Roig Picazo, 2008: 45. Antes de la guerra ya existía, como en el resto de las diócesis de España un consejo de similar ideario, la Junta Diocesana de Construcción y Reparación de Templos y Ediicaciones Eclesiásticas (creadas mediante Real Decreto de 19 abril 1913). «Reprímase el afán de multiplicar excesivamente retablos e imágenes. Debe presidir un criterio de selección, yendo de lo más necesario e importante a lo accesorio y secundario y todo ha de estar presidido por las leyes del arte y de la Sagrada Liturgia. Por lo cual, mandamos que no se proceda a ninguna restauración ni se compre ningún altar o imagen sin que previamente se envíen a nuestra Secretaría de Cámara proyecto y presupuesto». cfr. Carabal Montagud, M. Á. / Santamarina Campos, B. / Santamarina Campos, V. / Roig Picazo, 2008: 44. boav, nº 2264, 1 de enero de 1940, p. 10. Carabal Montagud, M. Á. / Santamarina Campos, B. / Santamarina Campos, 2011: 339-358. En los últimos años se han presentado numerosas investigaciones relacionadas con la producción escultórica de la posguerra, pudiendo mencionarse, por su trascendencia para el caso que nos ocupa, la tesis doctoral leída recientemente por el profesor Enrique López Catalá sobre el escultor José Mª Ponsoda, por el momento inédita. Uno de los últimos estudios que aborda el tema de los artistas exiliados es el de Cabañas Bravo, Miguel (2017). Escasas son las recensiones biográicas que hemos hallado del escultor. Entras las publicadas en soporte papel sobresale la de Blasco Carrascosa, 2003. 182 más completo de haberlo hecho, nuestra intención primordial era, y es, ofrecer un compendio de la trayectoria de don Vicente a partir de la documentación conservada tanto en el Archivo de la Seo, legada por el hermano del artista, Antonio Rodilla Zanón (1897 – 1984)9, como en el de la Curia Metropolitana, o Diocesano de Valencia. Un documento mecanograiado del archivo catedralicio, interesante, aunque conciso y parcial, en el que se resume el cursus honorum del escultor hasta 1966, constituyó nuestro punto de partida. Si bien en el mismo se echa en falta una relación, siquiera mínima, de su prolíica carrera como autor de imágenes devocionales, la información que aporta es verdaderamente útil para abordar determinados aspectos de su trayectoria profesional menos conocidos, caso de la técnica escultórica por él cultivada ya en su madurez, el denominado «mosaico en relieve», o la participación en proyectos de promoción eminentemente pública. Para la producción en madera recurrimos, principalmente, al Archivo Diocesano, pues conserva la documentación generada por la Comisión de Arte Sacro desde su fundación. De notorio interés son los expedientes que incluyen las solicitudes incoadas por los párrocos, los preceptivos presupuestos de los imagineros (que adjuntan en determinados casos bocetos o fotografías de las obras) y los dictámenes de la Comisión.10 La cronología de los expedientes abarca desde el año 1939 hasta mediados de la década de 1960, cuando el número de peticiones descendió de modo irreversible e, incluso, la propia Comisión dejó de funcionar de forma efectiva. La menor necesidad de imágenes y la indeinición en materia artística propia de la etapa postconciliar pudieron, como reiere la profesora Santamarina Campos, inluir en esta deriva. Unas fuentes y otras han resultado esenciales para la composición de nuestro primer acercamiento a la biografía del escultor nacido en Siete Aguas (Valencia). 1. Trayectoria artística de Rodilla Zanón 1.1 Los primeros años: Melilla En una entrevista publicada el día 8 de octubre de 1971 en el diario 9 10 La documentación del Fondo Antonio Rodilla, en el que se incluye la relativa a su hermano escultor, se halla en la actualidad en fase de catalogación, trabajo que lleva a término Alberto Marín Pastrana, técnico del archivo de la Metropolitana y bibliotecario del Monasterio de Santo Espíritu de Gilet. Agradezco tanto al propio Alberto Marín como a Inés López, técnico del Archivo Diocesano de Valencia, la información proporcionada, indispensable para la redacción del presente trabajo. Cfr. Corbín Ferrer, 2000. En ocasiones la solicitud era presentada cuando la obra había sido ya ejecutada, restando por tanto únicamente la autorización del delegado diocesano para poder prestarle culto público. Estos casos suelen corresponderse con obras cuyos autores gozaban de la conianza absoluta de los miembros de la Junta. 183 Las Provincias el propio Vicente Rodilla Zanón (Siete Aguas, 20 de abril de 1901 - Valencia, 29 de agosto de 1974) rememora los inicios de su formación artística en Valencia: «Yo quería ser pintor, pero una vez me detuve delante del taller de [José Mª] Ponsoda, en la Plaza de San Lorenzo, y me llamaron la atención sus imágenes. Entré a pedir trabajo y me aceptó. Poco tiempo después tuve como maestro a Julio Benlloch, que hubiera sido un gran escultor de no morir tan joven».11 Pronto ingresó en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Carlos de la capital, en la que, según certiicado de Francisco Almarche, secretario de la misma, cursaría y superaría, en los cursos 1917/1918 y 1918/1919, las asignaturas Dibujo del antiguo (1º y 2º) y del natural, y Modelado, del antiguo y del natural.12 Destinado a Melilla para cumplir con el preceptivo servicio militar, sus aptitudes artísticas pronto le valieron la recomendación del coronel de su regimiento13, siendo nombrado el día 11 octubre de 1923 ayudante 2º de Modelado y Vaciado de la Sección de Artes y Oicios de la Escuela General y Técnica de Melilla.14 Durante varios cursos se haría cargo, asimismo, del Taller de Cerámica de la propia Escuela en calidad de maestro interino, y en diciembre de 1928 accedió, a instancias de la Junta del Patronato del Instituto General y Técnico Victoria Eugenia, al puesto de maestro («en propiedad») de Alfarería Indígena15. La primera obra conocida de la etapa de Melilla sería un San Fernando, tallado para la Capilla Castrense16. En palabras de Juan Díez Sánchez y José Marqués, «luego de dos meses de trabajo a contrarreloj, Vicente Rodilla pudo concluir la obra gracias al apoyo constante de su jefe, el coronel de Ingenieros Luis Andrade, quien le ayudó a superar los últimos obstáculos que impedía concluir 11 12 13 14 15 16 Arazo, 1971: 23. Otro artículo publicado en prensa es el de Blasco Carrascosa, 1978. En el número 82 del rotativo El Artesano Español. Órgano de informativo de la Obra Sindical de Artesanía (Madrid, abril de 1952), se indica que «Vicente Rodilla Zanón nació en Siete Aguas (Valencia) en el año 1901. Hijo de modestos comerciantes, hubo de entregarse al trabajo desde muy temprana edad. Al trasladarse la familia a la capital valenciana, por vicisitudes del negocio de su padre, quien entró a trabajar como empleado subalterno en el periódico La Voz Valenciana, Vicente Rodilla, alternando con el trabajo en el taller de escultura que fundó, cursó estudios en la Escuela de Bellas Artes de Valencia». El certiicado (noviembre de 1923), conservado en el Archivo de la Seo, es en realidad copia validada por Bernardo Bueso Castillos, catedrático interino y secretario general de la Escuela General y Técnica de Melilla, en febrero de 1924. ACV, Fondo Antonio Rodilla, Subfondo Vicente Rodilla, c. 1 (en fase de inventario). En el primer curso de Modelado obtuvo la caliicación de notable. Díez Sánchez, 2010 y 2010 b. ACV, Fondo Antonio Rodilla, Subfondo Vicente Rodilla, c. 1 (en fase de inventario). Tomó posesión como tal el 7 de enero siguiente, percibiendo un sueldo anual de 3.000 ptas., retribución que tan solo dos meses más tarde se incrementaría en 500 ptas. Según un documento de noviembre de 1929, Rodilla cobraba 279’85 ptas. mensuales del mismo. Al parecer, esta imagen se halla desaparecida desde 1980, cfr. https://elalminardemelilla.com/tag/vicenterodilla-en-melilla/ 184 la talla, pues ésta debía contar con artística decoración ornamental difícil de realizar en Melilla por la falta de profesionales competentes; pensándose incluso en trasladar la igura a la Península para tal menester, con la consiguiente posibilidad de que se deteriorase. Más felizmente, a última hora, los esfuerzos del coronel dieron sus frutos y se pudo tener el auxilio de dos soldados artistas también de la Comandancia de Ingenieros, el decorador barcelonés José Espalta [Espelta?] y Andrés Contreras que confeccionó el logrado repujado de la espada que esgrime el Santo». En 1923 fue propuesto para la labra de las seis lápidas conmemorativas con las que debía honrarse a «las víctimas del Desastre de 1921», eligiéndose inalmente los números dos bocetos por él presentados, que se unirían a los efectuados por otros artíices.17 Un año después, realizaría un Mapa de España en relieve para el Parque Hernández de la misma ciudad: «Este mapa [fue] confeccionado con la ayuda de Manuel Aguilera, director de la Escuela de Artes y Oicios. De aproximadamente treinta y seis metros cuadrados y protegido por una pequeña verja, disponía de agua. De forma que al ser abierta una llave de paso, esta agua discurría por los ríos del gráico. Algunos años después este artístico mapa se ocultó de la vista de los melillenses y fue cubierto por una capa de arena a in de preservarlo al futuro, y otra de hormigón para igualar la supericie con la del resto del Parque».18 La documentación del archivo capitular nada dice del devenir de Rodilla en los años siguientes hasta que en otoño de 1928 remitió a la Sociedad Valenciana de Fomento del Turismo un folleto editado por la Sociedad Excursionista de Melilla, cuya portada se ilustraba con un bajorrelieve suyo. Poco después recibiría una notiicación (1928, diciembre 1. Valencia) mediante la cual se le comunicaba que, en virtud del acuerdo tomado en la reunión celebrada el día 29 de noviembre, había sido nombrado delegado, o correspondiente, de la sociedad en Melilla.19 Sintiendo que su etapa en la actual ciudad autónoma había llegado a su in, en 1929 regresa a Valencia, fundando un taller de escultura religiosa que sería arrasado durante la delagración de 1936, y restablecido tras la contienda. La perentoria necesidad de imágenes, unida a sus aptitudes 17 18 19 acv, Fondo Antonio Rodilla, Subfondo Vicente Rodilla, c. 1 (en fase de inventario). Pasados varios años, con el propósito de recuperar el espacio ocupado por esta construcción, el mapa fue sepultado. Recientemente ha sido redescubierto, aunque el estado de conservación no es óptimo. Cfr. García, Ventura (2010). acv, Fondo Antonio Rodilla, Subfondo Vicente Rodilla, c. 1 (en fase de inventario). 185 para la talla escultórica, la formación recibida y a una carrera ya consolidada; pero también al favor que siempre obtuvo de la Curia valentina no puede obviarse que su hermano fue rector del Seminario Metropolitano y vicario general de la diócesis de Valencia propiciaría que su obrador fuera uno de los más activos de la posguerra.20 1.2 La práctica escultórica a su vuelta a Valencia La Sección Arte Sacro del Archivo Diocesano contiene más de cien expedientes con documentación relativa a la talla de imágenes destinadas a templos, y otros espacios de culto, cuya autoría recae en el escultor sieteagüense. En el primero de los documentos del apéndice anotamos aquella información que, extraída del catálogo efectuado hace casi veinte años y de la lectura de los propios expedientes, consideramos relevante. Además de la población, institución comitente y advocación de las imágenes, se señala la cronología de las peticiones y de su aprobación, así como las medidas de la obra y el precio pactado por las mismas.21 Aunque del año 1939 únicamente se conserva un expediente con un presupuesto irmado, el que propone la talla de un Sagrado Corazón para la iglesia de La Cañada de Biar (Alicante), con el tiempo el número de encargos aumentaría de modo exponencial: de 1940, por ejemplo, hallamos ya una decena de peticiones. Cabe mencionar que no solo recibió encargos de imaginería; también se incluyen en algunos casos sagrarios o altares. El último encargo supervisado por la Comisión, una Santa Ana y la Virgen para Montichelvo, se produjo veinticinco años después del primero, esto es, en 1964. Apenas se conservan bocetos suyos en el fondo documental, pues, según señala Vicente Rodilla Garrido, hijo del artista, presentaba a la Comisión los modelos tridimensionales a escala que creaba como paso previo a la producción de la talla deinitiva.22 La cercanía de su taller al arzobispado posibilitó, sin duda, esta práctica. Numerosas instancias fueron redactadas a requerimiento de Juntas de Hermandades o cofradías, caso de ciertos municipios como Alzira o Gandía. En 1955 confeccionó un magníico Jesús Nazareno para la ciudad ducal, que puede contemplarse en la iglesia del Beato Andrés Hibernón 20 21 22 Con el tiempo, compaginaría su trabajo en el taller con la docencia de «Talla y escultura» en la Escuela de Artes y Oicios de Valencia entre 1950 y 1959, siendo además conservador de la Catedral, de la Basílica de la Virgen de los Desamparados, del Palacio Arzobispal y del Seminario Conciliar, de Valencia. Corbín Ferrer, 2000 b. La cercanía del taller debió de inluir en ello. 186 Alzira. Cristo de la Agonía y cuyas andas ejecutaría Vicente Catalá Peiró.23 Un año después salían de su taller de la Calle del Mar las tallas del Cristo de la Agonía y el de la Columna, costeadas por las hermandades homónimas de Alzira24. Como reiere Bernat Montagud, Rodilla airmó en su momento que «el Cristo de la Agonía del Alcira es una de mis mejores obras, casi diría mi obra preferida y una de las que con mayor agrado he trabajado. Existe en el Seminario de Valencia una reproducción en pequeño de este Cristo. Está montado en dos [tres] piezas, una desde la cabeza a las extremidades inferiores, siendo otras dos los brazos. El pelo es de madera de pino y el rostro es copia de la cara que quedó impregnada en el velo de la Santa Faz».25 La producción valenciana de Rodilla no fue, sin embargo, registrada en su totalidad por la Comisión Diocesana de Arte Sacro; al menos no se conservan expedientes de todas sus obras. Uno caso notorio es el de los 23 24 25 Alejos Morán, 2005: 70. Montagud Piera, 1994: 204, 206. Montagud Piera, 2006: 91-94, 194-202. 187 pasos procesionales del Cristo de la Buena Muerte y de Nuestra Señora de la Esperanza que, para Xàtiva, creó a instancias del empresario Gregorio Molina Ribera (†1971).26 La imagen de Santa Rita de Casia, tallada en 1958 para la parroquia de Santa María Goretti de Valencia a expensas de los feligreses Francisco Vicent y Ana Zaragozá27, y las de la Virgen de los Desamparados para el palacio arzobispal de Valencia y para la capilla del embalse de Alarcón son también prueba de ello. Precisamente, entre las advocaciones más repetidas en la obra de Rodilla se halla, junto a las que representan a san Vicente Ferrer, al Sagrado Corazón de Jesús y a Cristo en la Cruz, la de la Mare dels valencians.28 Tenemos constancia documental de diferentes trabajos para otros puntos de España, entre los que pueden citarse la Purísima que talló para el Regimiento de Infantería Burgos 36, de la ciudad de León, o las imágenes de San Pío X para la Catedral y Convento de Carmelitas Descalzas de Cádiz.29 El archivo catedralicio conserva la misiva remitida por el teniente coronel mayor del mencionado Regimiento poco después de recibir la imagen: «Acabo de presenciar su desembalaje y tengo el placer de comunicarle ha llegado en perfecto estado, sin la menor rozadura siquiera. En unión del Sr. Coronel y varios oiciales he permanecido un rato contemplándola y puedo asegurarle que a todos nos ha gustado mucho. Es una talla que acredita a su escultor, y una vez colocada en su altar creo que ofrecerá un aspecto inmejorable, tanto por la expresión de pureza de su cara como por su colocación. Los angelitos: perfectos, cada uno tiene una cara distinta dentro de la semejanza natural. En in, para mí ha sido de una gran satisfacción recibir los plácemes de mis compañeros, que gustoso le transmito, por considerar que habiendo 26 27 28 29 Para aproximarse a las vicisitudes que precedieron a la elección de Rodilla para la producción de dichos grupos, cfr. Bellver Blasco, 2014. Primer número del Boletín Aleluya de noviembre de 1958. Reproducimos las palabras que, no exentas del aparatoso lenguaje propio de la época, le dedican al escultor en 1944: «La imagen de la Virgen de los Desamparados, símbolo, cifra y síntesis de la escultura valenciana, es la ambiciosa obtención de nuestros actuales imagineros. Uno de los que más exacta devoción y aptitud artística ha logrado imprimir a la reproducción de la imagen de nuestra excelsa patrona es Vicente Rodilla. Joven aún, con innegable cultura, con sentida devoción, con admirables facultades, ha realizado perfectas visiones de la sagrada imagen. No menos que estas condiciones que le asignamos y que están patentes en el arte de Rodilla, son necesarias para salir con triunfo gozoso de esta tarea artística al tratar de reproducir la signiicativa actitud de nuestra Virgen de los Desamparados. La última imagen que conocemos, que conoce Valencia por haber estado expuesta en la Asociación de la Prensa, es la Virgen de Rodilla para el pantano de Alarcón» (cfr. «El escultor Vicente Rodilla y la imagen de la Virgen de los Desamparados». En La Patrona de Valencia. Anuario de la Virgen de los Desamparados, año XX, 2ª época, nº 2, mayo 1944). Diferentes cartas recibió el escultor de la Madre Teresa del Niño Jesús del cenobio citado a propósito del encargo de la imagen del papa Pío X. En las mismas se indica que la comunidad deseaba que fuese similar a la tallada por él mismo para la Santa Iglesia de Cádiz. El precio de la imagen ascendió a 41.500 pts. Las carmelitas solicitaron presupuesto de un Cristo, que al parecer, no pudo llevarse a término debido a la insuiciencia económica de la misma. 188 Xàtiva. Cristo de la Buena Muerte. depositada mi conianza en Ud. No solamente no me ha defraudado, sino que por el contrario, y como Ud. me decía, se ha superado a sí mismo». 30 El escultor aceptó, asimismo, encargos de templos e instituciones extranjeras, principalmente americanas. Ya en diciembre de 1950, por ejemplo, fue redactada una carta desde Caracas (Venezuela) anunciando la llegada de una imagen de Cristo en el Sepulcro, a la vez que agradece la labor efectuada: «Ayer, después de tanto batallar llegó su bella escultura a mi poder, la que recibí en perfecto estado. Imposible poder expresarle en estas cortas líneas la emoción que experimenta mi alma en estos momentos en que no encuentro frases para elogiar su obra maestra». Del devenir diario del taller poco podemos, por el momento, aportar. Aun así, un presupuesto no datado, seguramente de la década de 1960, nos informa de los precios establecidos por el obrador por la rea30 acv, Fondo Antonio Rodilla, sub-Fondo Vicente Rodilla. En fase de inventario. 189 lización de una imagen de Santa María Goretti, cuyo destino desconocemos31: - Por tallar la imagen durante 14 semanas, a 1.200 pts. semanales: 16.000 pts. Por realizar dos modelos de la imagen durante 4 semanas, a 1.200 pts. semanales: 4.800 pts. Por jornales de ayudante en la talla de la imagen: 3.650 pts. Por pintar la imagen y dorado de la peana: 5.000 pts. Por madera y jornales carpintero, en hacer armazón y construir peana: 4.890 pts. Por aureola de metal dorado: 200 pts. Por palma y azucenas: 40 pts. Total: 35.380 pts. En determinadas ocasiones, no obstante, Rodilla se abstuvo de cobrar los honorarios que le correspondían, caso de la restauración que hizo del Santísimo Cristo del Salvador de Valencia32 o de la imagen de Santa Cecilia que talló para la Sociedad Musical «La Paz» de su Siete Aguas natal.33 Rodilla confeccionó, asimismo, diferentes medallas conmemorativas, entre las que pueden citarse las del Marqués de Campo (en el centenario de los ferrocarriles españoles), la titulada Gratitud de Valencia, recordatoria de la riada de 1957, o las emitidas a propósito del Centenario de la canonización de san Vicente Ferrer o la Canonización de san Juan de Ribera.34 La repercusión que la obra de don Vicente tuvo en diferentes ámbitos propiciaría que pronto fuera seleccionado para algunos cargos oiciales. Unos años después de fundar el gremio de imagineros de Valencia (1945), sería nombrado procurador en Cortes por el Gremio de Artesanos (entre 1952 y 1955, y de 1955 a 1958).35 Fue por entonces cuando recibió el encargo de diseñar la fachada de la Exposición Internacional de Artesanía, 31 32 33 34 35 acv, Fondo Antonio Rodilla, Subfondo Vicente Rodilla, c. 3 (en fase de inventario). Carpeta «piezas granito, costos». Prueba de ello es la carta que le remitió en la primavera de 1951 (mayo 31) el presidente de la Real e Ilustre Cofradía del Santísimo Cristo del Salvador de Valencia. acv, Fondo Antonio Rodilla, Subfondo Vicente Rodilla, c. 1 (en fase de inventario). acv, Fondo Antonio Rodilla, Subfondo Vicente Rodilla, c. 1 (en fase de inventario). Noticia de esta última medalla hallamos en el boav nº 2750, de junio de 1960, p. 475: «El ilustre escultor valenciano don Vicente Rodilla la ha compuesto (la medalla), tomando como motivos fundamentales la igura del Santo y el escudo de su Real Colegio Seminario». Rodilla, que fue maestro mayor del Gremio de Artistas Falleros, abogó por la creación de un Museo dedicado a las fallas en la ciudad, cfr. «Por un museo fallero». El recorte de prensa se halla en acv, Fondo Antonio Rodilla, sub-Fondo Vicente Rodilla, c-1 (en fase de inventario). 190 D. Vicente Rodilla en su taller. celebrada en Madrid en 1953, para la que, además, presentaría diversas obras que lograrían algunos galardones.36 1.3 El Mosaico en relieve Cuando la década de 1950 llegaba a su in, Vicente Rodilla se adentró en una técnica escultórica, la del «Mosaico en relieve», que le ocuparía hasta prácticamente el inal de su vida.37 Respecto al procedimiento seguido para la consecución de la misma, el propio escultor, titular y propietario 36 37 Historial del escultor Vicente Rodilla Zanón. acv, Fondo Antonio Rodilla, sub-Fondo Vicente Rodilla. Según otro documento, «Premio extraordinario» y «Premio de honor». Algunas de las claves que explican el viraje artístico del escultor y ciertos aspectos metodológicos se hallan en el Estudio sobre las posibilidades del Mosaico en relieve, y en las Notas sobre la creación del Mosaico en relieve con mármoles pulidos en sus colores naturales que dejó escritas. Agapito Mas Tarín, en el artículo publicado en prensa con el título «El recuerdo de Vicente Rodilla en Siete Aguas», decía en referencia al mosaico en relieve los siguiente: «En los primeros pasos de su nuevo sistema de mosaicos, tuve ocasión de visitar su taller en la Calle del Mar de Valencia y convencerme de la importancia que suponía su invento, que su hija supo captar en toda su intensidad, siendo su principal colaboradora en un trabajo de paciencia y arte con los mosaicos en relieve y especial colorido en compañía de sus buenos ayudantes del taller…». El recorte de prensa se halla en ACV, Fondo Antonio Rodilla, Subfondo Vicente Rodilla, c. 2 (en fase de inventario). 191 de la patente de invención (nº 253.565. 1959, noviembre 19)38, indicó en su momento que: «Sobre los moldes vaciados de un original realizado en barro, se van colocando las teselas de mármol pulido de diversos colores, que son aianzadas entre sí por el cemento vertido sobre las mismas. Fraguado convenientemente, el conjunto se retira del molde y queda la pieza lista para iniciar la fase de terminación y repaso».39 Los mármoles tenían que ser «pulidos [y] de primera calidad, tanto nacionales como italianos, griegos, belgas, etc. se ijan sobre una delgada capa de hormigón armado que les proporciona una extraordinaria resistencia y dureza, al mismo tiempo que un peso relativamente liviano, de 40 a 45 kg por m2 aproximadamente». Se pueden realizar piezas de los más diversos tamaños, desde la diminuta miniatura hasta las más extensas supericies murales. En la realización de las piezas de gran tamaño se resuelve su manipulación, transporte y colocación, dividiéndola en fragmentos. Estos, a su vez, se unen de tal forma que su montaje deinitivo no tiene en absoluto junta alguna de unión. Por consiguiente, no existe limitación de tamaño en la obra a realizar. La rapidez de ejecución es verdaderamente notable, pudiéndose entregar una obra de unos 12 m2 de tipo igurativo en unos 20 días, aproximadamente, a partir del momento del encargo en irme. Este plazo es imposible de conseguir en cualquier otro tipo materia deinitiva. Por ejemplo, una pintura mural de esas dimensiones y características costaría unos 60 días aproximadamente. La misma obra en mármol tallado y unicolor vendría a costar unos 200 días, como mínimo. Asimismo, esta obra realizada en madera tallada y policromada vendría a costar unos 130 días. También existe una extraordinaria facilidad para corregir la obra, si fuese necesario, después de su colocación, sin que quede la más mínima huella de la corrección efectuada. Esto es imposible de conseguir en el mármol tallado, pieza fundida u otras materias nobles. Respecto a la interpretación, puede realizarse desde el más exagerado abstracto hasta el más puro realismo, ya que las teselas se ajustan en todas sus formas a la mayor exigencia artística. Buena prueba de ello es el número considerable que llevo realizado de retratos. Por las materias que intervienen en la realización del Mosaico en Relieve las obras pueden ir tanto en interiores como en exteriores, estando garantizada su inalterabilidad en cualquier clima o ambiente. Igual garantía 38 39 La memoria presentada por V. Rodilla puede consultarse en la web de la Oicina Española de Patentes y Marcas (http://www.oepm.es/pdf/ES/0000/000/00/25/35/ES-0253565_A1.pdf ). Fecha de consulta: 10/04/2017. El texto entrecomillado de este párrafo, y de los siguientes, salvo excepción, los hemos tomado de los documentos Estudio sobre las posibilidades del Mosaico en relieve y Notas sobre la creación del Mosaico en relieve con mármoles pulidos en sus colores naturales. 192 puede darse para aquellos lugares en que por el tránsito o paso puedan sufrir rozaduras o golpes. Las posibilidades son inmensas, ya que al realizarse los trabajos sobre planchas de cemento armadas, pueden conseguirse todas las formas, tanto planas como curvas; sin que por ello el factor económico se eleve mucho. El Mosaico en relieve puede utilizarse para enriquecer o decorar obras de muy distinta índole, como por ejemplo paramentos, bóvedas, enjutas, frisos, arcadas, zócalos, columnas, pilastras, pequeñas aplicaciones superpuestas, moldurones o molduras, lápidas, etc., así como retratos en todos sus tamaños, aplicaciones para el mobiliario suntuoso, etc.». El precio del m2 de las obras igurativas era, en abril de 1961, de 12.500 pesetas; y de 8.900 pts., en el caso de las decorativas. Los retratos que comprendían únicamente el rostro costaban 10.000 pts.; los de medio cuerpo, 15.000 pts., y los de cuerpo entero, 22.000 pts. En los apéndices que siguen a este trabajo, apenas asoman referencias a obras producidas para Cataluña, a diferencia de otras zonas de España como el País Vasco, Galicia, Andalucía o, por supuesto, Valencia. El propósito de dar salida a sus obras en tierras catalanas podría explicar la irma, en 1964, de un contrato junto a José Espelta, escultor de Barcelona, y Joaquín Segú, agente comercial residente también en la ciudad condal, por el que el Rodilla convenía con el resto el «otorgamiento en exclusiva de representación y venta de todas aquellas obras que realice por el procedimiento» de mosaico en relieve, para Cataluña y por un periodo de cinco años.40 Por supuesto, las noticias referentes a obras de Rodilla en la actual Comunitat Valenciana son las más comunes. Ya a inales de 1960 Rodilla recibió el encargo de confeccionar un relieve para la fachada principal del cementerio de Orihuela, una Piedad con Ángeles (300 x 300 cm.), que terminaría en febrero del año siguiente. El precio de la reforma, que incluía además del mosaico, ventanales, puerta, cruz e inscripción, fue de 197.380 pts.41 Era frecuente que el escultor subcontratara determinados trabajos. De 1960 data un presupuesto de fichet, s.a., para la confección de elementos de cerrajería tales como 40 41 acv, Fondo Antonio Rodilla, sub-Fondo Vicente Rodilla (en fase de inventario). La correspondencia entre Rodilla y el sacerdote Francisco Bru da cuenta de la satisfacción que el propio artista sentía una vez terminada la obra: «puedo asegurarle que la considero mi mejor obra, incluidas todas las que he realizado en mi vida artística». acv, Fondo Antonio Rodilla, sub-Fondo Vicente Rodilla, c. 2. (en fase de inventario). 193 Cementerio de Orihuela puertas o rejas para el camposanto oriolano. Dicha empresa colaboró en diversas ocasiones con su taller, como se desprende de esta frase del propio Rodilla: «el cerrajero al que me he dirigido es persona de buen gusto artístico, y formal y seria, tanto que es con el que estoy trabajando desde hace muchos años, mereciendo por ello toda mi conianza». En diciembre de 1963, el arzobispo de Valencia bendecía solemnemente el Retablo Mayor y presbiterio de la parroquia de San Juan Bautista, de Chiva (Valencia). Tuvo un coste de 400.000 pesetas, en las que se incluían «la dirección y colocación por personal técnico» de la obra, pero no «la obra de fábrica donde irá aplazado el retablo, así como la albañilería necesaria para la sujeción de las piezas, materiales de agarre, andamios», o el «transporte de la obra del estudio al lugar de emplazamiento»42. En una nota adicional de la Memoria y presupuesto del retablo del Altar Mayor, de enero de 1962, Rodilla informa de su predisposición para 42 Memoria y presupuesto del retablo escultórico del Altar Mayor de la Iglesia Parroquial de Chiva. En el citado documento se indica que efectuaba una rebaja de 50.000 pesetas sobre el precio inicial, que era, por tanto de 450.000 pesetas. 194 Altar mayor. Iglesia de San Juan Bautista de Chiva «regalar al pueblo de Chiva, con el que tantos vínculos me unen, las dos imágenes laterales; es decir la san Juan de Ribera y la de santo Tomás de Villanueva». No obstante, desde la arciprestal se pediría que la advocación de las mismas fuese «la de los antiguos patronos de esta población, los ss. Mártires Alejandro y Macario»43. La de Chiva es, con toda probabilidad, la obra de mayor empaque efectuada íntegramente en la técnica del Mosaico en relieve. A pesar de ello, el propio escultor explicaría que, en el caso de obras producidas en mosaico para Valencia, sentía especial predilección por «el monumento dedicado al hijo de Suñer, en Alcira: una escultura en mármol de Carrara (tamaño natural), frente a una fuente de mosaicos y rodeada de columnas y 43 Cfr. Anexo a la Memoria y presupuesto del retablo-Altar Mayor presentado por el escultor Vicente Rodilla. «La capilla mayor, aunque está privada del retablo original, ha sido restaurada con acierto. El actual retablo data de 1963 y es de proporciones monumentales y se debe al escultor Vicente Rodilla. En él se ha utilizado la técnica de teselas de mármol para recubrir por completo toda su supericie. Se compone de un alto zócalo sobre el cual cabalgan dos pares de columnas corintias en dos planos que soportan entablamento de frontón curvo que sirven para enmarcar la hornacina central presidida por una hermosa talla de San Juan Bautista debida al cincel de José Esteve Bonet» (cfr. Catálogo Monumental de la Provincia de Valencia = cmpv: 223). 195 Alzira. Monumento a Luis Suñer alegorías», y «por el relieve que hice para la Caja Rural de Cheste: una pareja de campesinos vendimiando, y al fondo, una panorámica del pueblo». Frecuentes son también las noticias relativas a pedidos procedentes del País Vasco y Galicia. En diciembre de 1961, por ejemplo, presentó un proyecto de decoración escultórica para el ábside de la, por entonces recientemente inaugurada, Basílica de Nuestra Señora de Aránzazu (Oñate, Guipúzcoa), titulado Gloria a la Santísima Virgen en los cielos y la Tierra, concebido íntegramente en mosaico en relieve y presupuestado en 3.700.000 pts. Sin embargo, el jurado designado a tal efecto optaría por el trabajo presentado por el escultor Julio López y los pintores Lucio Muñoz y Joaquín Ramos. Desde Baracaldo (Vizcaya), localidad natal del arzobispo de Valencia Marcelino Olaechea, le llegaría a principios de 1962 el encargo de confeccionar otras tres obras: una Purísima, una Santa Teresa y un San Juan de la Cruz, para la iglesia dedicada a la benemérita abulense. En el archivo capitular se conserva una carta remitida por el alcalde del municipio, José Mª Llaneza, al prelado, en la que reiere que 196 Relieve Caja Rural de Cheste «las imágenes de ornamentación del altar mayor y laterales del nuevo templo de Santa Teresa de Jesús que estamos construyendo en este su querido pueblo de Baracaldo han sido adjudicadas al escultor de esa don Vicente Rodilla Zanón, del que creo que V. E. Rvda. tiene muy buenas referencias por estar en relación con ese arzobispado. En el altar mayor va la imagen de Santa Teresa y en los laterales las de la Purísima y San Juan de la Cruz. El plazo de entrega está señalado para el día treinta y uno de mayo…».44 En enero de 1966 presentaba al sacerdote Juan Manuel de Beobide, el presupuesto de diversas imágenes en mosaico y un sagrario para la iglesia del Seminario Profesional Salesiano San José Artesano de Urnieta (Guipúzcoa), cuyos precios incluían transporte y montaje: Sagrado Corazón (51.125 pts.), San Francisco de Sales (51.125 pts.), Santo Domingo Savio (51.125 pts.), Santa María Domenica Mazzarello (51.125 pts.), María Auxiliadora (59.600 pts.), San Juan Bosco y aprendices (73.600 pts.), San José Obrero (85.000)45 y Piedad (para Sepulcro,129.950 pts.)46. Por su parte, el Sagrario se proyectó «en metal dorado con oro ino, interior cincelado y repujado… En 44 45 46 acv, Fondo Antonio Rodilla, sub-Fondo Vicente Rodilla, c. 2. (en fase de inventario). En un principio, según el propio documento, el presupuesto de esta imagen era de 110.440 pts. Por tanto, un total de 422.700 pts. a las que aplicaría un 10% de descuento. 197 Baracaldo. Iglesia de Santa Teresa. su parte frontal, a ambos lados de la puerta, mosaicos en relieve de mármoles en miniatura, representando los Evangelistas y la puerta con un mosaico en relieve, también en miniatura, copia del Santo Cáliz de la Última Cena, que se venera en Valencia».47 De junio de 1968 datan las Memorias y presupuestos de los trabajos escultóricos en Mosaico en relieve de mármoles que el escultor redactó para la Iglesia de Nuestra Señora de la Soledad (vulgo del Patriarca) de Vigo (Pontevedra), templo construido tan solo unos años antes a instancias de Leopoldo Eijo Garay (Vigo, 1878 - Madrid, 1963). Para dicha institución ejecutó una imagen de la Virgen de la Soledad, una mesa de altar, un sagrario, un bautisterio, un Via Crucis y varios confesionarios, por un total de 2.048.000 pts., impuestos incluidos.48 47 48 acv, Fondo Antonio Rodilla, sub-Fondo Vicente Rodilla, c. 3 (en fase de inventario). El citado documento indica que el coste de la Virgen del Altar Mayor («Semi-corpórea y tendrá una altura de 2’10 m., siendo el colorido el apropiado a la imagen») y el de un panel con la representación del «Gólgota, con una supericie de treinta metros cuadrados», fue de 631.282 pts. Esta cantidad, sumada al precio de la mesa del altar (153.000 pts.), sagrario (96.800 pts.), Vía Crucis (427.396 pts.), Bautisterio (510.840 pts.) y confesionarios (el precio de los mismos se hallaba incluido en los anteriores). De la mesa del altar decía lo siguiente: «la losa de la mesa será de 2’80 x 1 x 0’40 m., tallada en un bloque, y 198 Para el Seminario Mayor de San José, ubicado en la propia ciudad de Vigo, realizó un santo titular, un sagrario, otro Via Crucis y un San Telmo49, presupuestado todo en 339.496’96 pts.50 De la lectura de la correspondencia relativa a Urnieta y a Vigo puede colegirse que ambos encargos resultaron problemáticos. Retrasos en la entrega de las piezas, defectos en el acabado de las obras o, incluso, desavenencias económicas debieron causar desazón tanto en el artista como en los comitentes. El propio empaque de los trabajos y la distancia entre Valencia y los lugares de destino de las obras pudo inluir en ello.51 Aun así, como anteriormente había sucedido con las imágenes de devoción y procesionales, desde diversas partes del orbe se interesaron por el nuevo quehacer artístico de Vicente Rodilla, siendo el continente americano, en especial los Estados Unidos, el destino de parte de su obra; aunque su irma llegaría, incluso, a Asia. Por una carta remitida por el padre salesiano Ignacio Rubio en diciembre de 1970 sabemos que en el taller de Rodilla se trabajaba en tres mosaicos cuyo destino último era la congregación salesiana establecida en Meghalaya, India. El importe de dichas obras, un San Pablo, una María Auxiliadora y un Santísimo Cristo en la Cruz, fue de 200.000 pts., a las que se sumaron 31.000 pts. en concepto de impuestos, embalaje y transporte a Barcelona, ciudad desde la que se gestionó el envío. Dos meses después, ya desde Meghalaya, el propio Rubio agradece «el cariño que ha puesto Ud. en las estatuas, en su excelente embalaje y en llevarlas personalmente hasta Barcelona», a la vez que prometía comunicar puntualmente la llegada de las mismas. 49 50 51 el sepulcro y base serán chapados. Todo ello en granito, al igual que el resto del templo. El anagrama del centro del sepulcro será realizado en Mosaico en relieve de mármoles en sus colores naturales». Sagrario: «será [realizado] con metal dorado con oro ino y con incrustaciones de miniaturas reproducidas en Mosaico en relieve, de mármoles en sus colores naturales; siendo el interior repujado y acolchado en metal, también dorado con oro ino. Las dimensiones exteriores serán de 0’50 x 0’40 0’50 m. Las estaciones de Vía Crucis tendrán unas dimensiones de 1’20 x 0’80 m. La ejecución escultórica del mosaico en relieve será de carácter neoclásico y la entonación o colorido suave. El número total de imágenes que aparecerán en las catorce Estaciones será de treinta y cinco». Baptisterio: «las imágenes de Jesús y San Juan tendrán una altura aproximada de 1’20 m… La gran pechina posterior, así como la Pila Bautismal serán también realizadas en mosaico en relieve de mármoles y la entonación o colorido, suave.» acv, Fondo Antonio Rodilla, sub-Fondo Vicente Rodilla, c. 3 (en fase de inventario). Altura aproximada de las imágenes de San José y el Niño, y de San Telmo, 250 cm. acv, Fondo Antonio Rodilla, sub-Fondo Vicente Rodilla, c. 3 (en fase de inventario). Para la misma ciudad, concretamente para la parroquial iglesia de Nuestra Señora de Fátima, el escultor presupuestaría en 412.000 pts. ciertos trabajos. Algo similar sucedió con el encargo que efectuó para la Casa Hogar de Niñas Ciegas de Caracas, Venezuela. Para dicha institución el taller de Rodilla elaboró un grupo dedicado a Santa Lucía (presupuestado en 1.260 dólares), pues, al parecer, llegó con importantes desperfectos y con cambios sustanciales respecto al modelo presentado en su momento. acv, Fondo Antonio Rodilla, sub-Fondo Vicente Rodilla, c. 3 (en fase de inventario). 199 La vocación artística de Vicente Rodilla le llevaría, aún en los últimos años de su vida, a ejercitarse en la práctica de la pintura, recobrando así su inicial interés por este arte. «Últimamente, el escultor ya no trabajaba en su taller de la Calle del Mar; ni tampoco empuñaba el cincel ni la gubia; ni siquiera tomaba en sus manos diminutas teselas de mármol para realizar mosaicos en relieve… Los últimos años de su vida, mermadas, sus fuerzas físicas, pero no su vitalidad artística, se dedicó, con entusiasmo de novel y bríos de adolescente, a la pintura al óleo en la modalidad de bodegones, logrando piezas de innegable calidad, sobre todo, en la captación de bronces y cerámica, en las que se revela como auténtico maestro. Vicente Rodilla, escultor valenciano digno de igurar entre los mejores, es ya un nombre para la historia del arte». Sirvan estas palabras, escritas por Dª María Francisca Olmedo días después del fallecimiento de don Vicente52, para concluir la primera parte de este artículo, con el que esperamos contribuir en los trabajos de recuperación de la memoria del artista, igura imprescindible de la escultura valenciana del promedio del siglo xx. 2. Hacia un catálogo de la obra de D. Vicente Rodilla Zanón. -1Expedientes conservados en la Sección Arte Sacro del Archivo Diocesano de Valencia referentes a Vicente Rodilla Zanón.53 1. 2. 52 53 Albal. Parroquia de san Carlos Borromeo. San Carlos Borromeo. F. solicitud: 20/10/1955. F. aprobación: 10/03/1956. 110 cm. 7.000 pts. Titular de la parroquia. adv, Arte Sacro, 27/11/2826. Alberic. Parroquia de San Lorenzo Mártir. San José. Fecha solicitud: 01/ 12/1951. Fecha aprobación: 29/12/1951. 170 cm. 15.000 pts. adv, Arte Sacro, 27/18-2833. Numerosas fueron las muestras de condolencias que en forma de carta recibió su familia. Algunas de ellas, las que se remitieron a sus hermanos se conservan asimismo en el archivo de la Metropolitana de Valencia. Todos los municipios, salvo excepción son de la Provincia de Valencia. 200 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 54 55 56 Alcàsser. Parroquia de San Martín Obispo. Virgen de los Dolores. Fecha de la solicitud: 22/12/1940. F. aprobación: 10/03/1941. 1.500 pts. Imagen para vestir. Sustituye a una anterior, destruida. adv, Arte Sacro, 5/5-363. Alcúdia, L’. Parroquia de San Andrés Apóstol. San Andrés. Fecha de la solicitud: 09/11/1942. 140 cm. 4.000 pts. Imagen titular. adv, Arte Sacro, 6/2-437 b.54 Alfafara. Parroquia de la Transiguración del Señor. Divino Salvador. Fecha de la solicitud: 01/07/1956. Fecha de aprobación: 03/08/1956. 120 cm. 10.500 pts. adv, Arte Sacro, 27/58-2873. Alfarp. Parroquia de San Jaime Apóstol. San Jaime Apóstol. Fecha de la solicitud: 01/05/1942. Fecha de aprobación: 17/07/1942. adv, Arte Sacro, 7/38-565. Alfarp. Parroquia de San Jaime Apóstol. Virgen de los Dolores. Fecha de la solicitud: 01/12/1949. A iniciativa de la Junta de la Asociación de la Virgen de los Dolores. adv, Arte Sacro, 7/39-566. Almiserat/Almiserà. Parroquia de la Natividad de Nuestra Señora. Santísimo Cristo del Amparo. Fecha de la solicitud: 01/08/1943. 120 cm. 3.000 pts. adv, Arte Sacro, 6/37-473. Almiserat/Almiserà. Parroquia de la Natividad de Nuestra Señora. Sagrado Corazón de Jesús. Fecha de la solicitud: 26/10/1961. Fecha de aprobación: 11/11/1961. 150 cm. 15.000 pts. A expensas de un particular. adv, Arte Sacro, 32/18-3477. Alzira. Parroquia de San Juan Bautista. Cristo Cruciicado55. Fecha de la solicitud: 01/03/1956. Fecha de aprobación: 24/03/1956. 180 cm. 15.000 pts. adv, Arte Sacro, 27/36-2851. Alzira. Parroquia de San Juan Bautista. Jesús en la Columna56. Fecha de la solicitud: 01/03/1959. Fecha de aprobación: 15/04/1959. 160 cm. 8.000 pts. Paso procesional. Adquirida por la Cofradía del Señor a la Columna. adv, Arte Sacro, 27/38-2853. Bellreguart. Parroquia de San Miguel Arcángel. Virgen de los Dolores. Fecha de la solicitud: 09/03/1955. Fecha de aprobación: 29/03/1955. 165 cm. 3.000 pts. A expensas de la Cofradía del Silencio. Ya encargada en el momento de efectuar la solicitud. adv, Arte Sacro, 27/123-2938. Benaguasil. Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora. Virgen de los Do- Cit. en Catálogo Monumental de la Provincia de Valencia (= cmpv), p. 128, y en González Comenge; Vallés Borrás, 1997. Se trata del «Cristo de la Agonía», Cit. en cmpv: 54. = Cristo de la Flagelación. cit. en cmpv: 54. Paso procesional restaurado tras las riadas de 1982 y 1987 (cfr. ut supra Montagud Piera, B., 2006: 93). 201 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 22. 23. 57 58 59 lores. Fecha de la solicitud: 28/03/1943. Fecha de aprobación: 08/04/1943. 150 cm 1.800 pts. adv, Arte Sacro, 8/43-658. Benaguasil. Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora. San Luis Gonzaga. Fecha solicitud: 23/07/1943. Fecha de admisión a trámite: 20/07/1943. 110 cm. 1.200 pts. adv, Arte Sacro, 8/46-661. Benaguasil. Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora. San Luis Gonzaga. Fecha de la solicitud: 25/08/1943. Fecha de admisión a trámite: 26/08/1943. Para uso de la cofradía. adv, Arte Sacro, 8/48-663. Benaguasil. Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora. Jesús en la Cruz. Fecha de la solicitud: 15/02/1944. Fecha de admisión a trámite: 18/06/1944. 150 cm. 6.500 pts. A expensas de una familia. adv, Arte Sacro, 8/49-664. Benavites. Parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles. Inmaculada Concepción57. Fecha de la solicitud: 21/11/1955. Fecha de aprobación: 05/12/1955. 130 cm. 10.000 pts. A expensas de Teresa Vila para la Capilla de la Comunión, en la que reposan los restos mortales de su tío, José Vila Martínez, obispo que fue de Gerona. adv, Arte Sacro, 27/125-2940. Beniardá (Alicante). Parroquia de San Juan Bautista. San Juan Bautista. Fecha de la solicitud: 09/09/1948. Fecha de aprobación: 23/09/1948. 120 cm. 5.000 pts. Imagen ya tallada en el momento de solicitar la autorización. adv, Arte Sacro, 8/87-702. Beniardá (Alicante). Parroquia de San Juan Bautista, San Antonio Abad. Fecha de la solicitud: 29/12/1950. Fecha de aprobación: 04/01/1951. 100 cm. 4.300 pts. Imagen ya tallada en el momento de solicitar la autorización. adv, Arte Sacro, 27/132-2947. Beniarbeig. Parroquia de San Juan Bautista. Virgen de Agosto. Fecha de la solicitud: 10/08/1951. Fecha de aprobación: 10/08/1951. 2.500 pts. A expensas de José Faus Costa Marchán. adv, Arte Sacro, 27/131/2946. Beniarjó. Parroquia de San Juan Bautista. San Marcos.58 Fecha de la solicitud: --/05-1942. Fecha de admisión a trámite: 22/05/1942. 110 cm. 4.000 pts. A expensas de la feligresía. adv, Arte Sacro, 8/90-704. Beniarjó. Parroquia de San Juan Bautista. San Marcos Evangelista. Fecha de la solicitud: 01/09/1942. Fecha de aprobación: 15/10/1942. 120 cm. 4.000 pts. adv, Arte Sacro, 8/90-705. Benifaió. Parroquia de San Pedro Apóstol. San Cayetano de Tiene59. Fecha Cit. en cmpv: 404. Cit. en cmpv: 272. Cit. en cmpv: 135. Reproducción fotográica de las imágenes talladas para esta parroquia en: http://www. parroquiasantperebenifaio.es/el-nostre-temple. 202 24. 25. 26. 27. 28. 29. 30. 31. 32. 60 61 62 63 64 de la solicitud: 01/04/1942. 130 cm. 2.500 pts. Costeada por la feligresía. adv, Arte Sacro, 9/38-752. Benifaió. Parroquia de San Pedro Apóstol. San Roque60. Fecha de la solicitud: 23/08/1944. 150 cm. 5.000 pts. Costeada por particulares anónimos. adv, Arte Sacro, 9/50-764. Benifaió. Parroquia de San Pedro Apóstol. Sagrado Corazón de Jesús61. Fecha de la solicitud: 01/10/1942. 170 cm. 6.500 pts. Costeada por particular anónimo, adv, Arte Sacro, 9/40-754. Benifaió. Parroquia de San Pedro Apóstol. San Gregorio Magno62. Fecha de la solicitud: 01/05/1945. Fecha de aprobación: 04/07/1945. 125 cm. 4.000 pts. adv, Arte Sacro, 9/53-767. Benifaió. Parroquia de San Pedro Apóstol. San Vicente Ferrer63. Fecha de la solicitud: 18/08/1943. Fecha de aprobación: 18/08/1943. No hay presupuesto. adv, Arte Sacro, 9/39-753. Benimeli (Alicante). Parroquia de San Andrés Apóstol. San Andrés Apóstol. Fecha de la solicitud: 13/09/1957. Fecha de aprobación: 20/09/1957. 170 cm. 15.000 pts. Ya tallada. Solicitud presentada por el párroco de Ràfol de la Almunia, parroquia de la que dependía la de Benimeli. adv, Arte Sacro, 31/65-3380.64 Beniparrell. Santa Bárbara. Purísima Concepción. Fecha de la solicitud: 01/12/1955. Fecha de aprobación: 05/12/1955. 115 cm. 8.000 pts. Imagen ya encargada en el momento de presentar la solicitud. adv, Arte Sacro, 28/13-2972. Benissa (Alicante). Purísima Xiqueta y San Pedro Apóstol. Purísima Concepción. Fecha de la solicitud: 25/11/1951. Fecha de aprobación: 10/12/1951. 205 cm. 10.000 pts. adv, Arte Sacro, 28/17-2976. Biar (Alicante). Asunción de Nuestra Señora. Sagrado Corazón de Jesús. Fecha de la solicitud: 01/11/1939. Fecha de aprobación: 26/01/1940. 1.750 pts. Destinada a la Iglesia de La Cañada. Boceto. adv, Arte Sacro, 10/30-880. Buñol. Parroquia de San Pedro Apóstol. Santísimo Cristo del Perdón. Fecha de la solicitud: 20/09/1947. Fecha de aprobación: 21/10/1947. 160 cm. 5.000 pts. adv, Arte Sacro, 10/80-930. Cit. en cmpv: 135. Cit. en cmpv: 136. Cit. en cmpv: 136. Cit. en cmpv: 136. D. Bartolomé Doménech, párroco del templo, remitió a Rodilla una carta (1957, noviembre 16. Benimeli) en la que airma que la imagen ha sido del agrado de a feligresía (cfr. acv, Fondo Antonio Rodilla, Subfondo Vicente Rodilla, c. 1 (en fase de inventario). Recurso en web: https://es.wikipedia.org/wiki/ Iglesia_de_San_Andrés_Apóstol_(Benimeli). 203 33. 34. 35. 36. 37. 38. 39. 40. 41. 42. 65 66 67 Buñol. Parroquia de San Pedro Apóstol. San Francisco de Paula. Fecha de la solicitud: 30/07/1948. Fecha de aprobación: 22/09/1948. 120 cm. 5.000 pts. Imagen ya encargada en el momento de la presentación de la solicitud. A expensas de un particular. adv, Arte Sacro, 10/89-939. Buñol. Parroquia de San Pedro Apóstol. Virgen de Agosto. Fecha de la solicitud: 05/08/1945. Fecha de aprobación: 10/05/1945. 120 cm. 1.200 pts. Imagen ya encargada en el momento de redactar la solicitud. adv, Arte Sacro, 28/41-3000. Burjassot. Parroquia de San Juan de Ribera. San Juan de Ribera. Fecha de la solicitud: 02/01/1956. Fecha de aprobación: 02/02/1956. 135 cm. 9.000 pts. Imagen ya adquirida en el momento de redactar la solicitud. adv, Arte Sacro, 28/49-3008. Burjassot. Parroquia de San Juan de Ribera. Purísima Concepción. Fecha de la solicitud: 10/09/1955. Fecha de aprobación: 13/09/1955. 110 cm. 12.000 pts. Imagen ya encargada en el momento de redactar la solicitud. adv, Arte Sacro, 28/47-3006. Canals. Parroquia de San Antonio Abad. Cristo yacente. Fecha de la solicitud: 03/01/1942. Fecha de aprobación: 13/02/1942. 150 cm. 3.000 pts. adv, Arte Sacro, 11/12-978. Canet d’En Berenguer. Parroquia de San Pedro Apóstol. Sagrado Corazón de Jesús65. Fecha de solicitud: 27/02/1951. Fecha de aprobación: 01/03/1951. 100 cm. 2.000 pts. A expensas de una familia. Capilla lado Epístola. adv, Arte Sacro, 28/54-3013. Carcaixent. Asunción de Nuestra Señora. Santiago Apóstol. Fecha de la solicitud: 11/07/1950. Fecha de aprobación: 20/07/1950. 100 cm. 15.000 pts. adv, Arte Sacro, 11/33-1003. Carlet. Parroquia de Asunción de Nuestra Señora. Santa Cecilia66. Fecha de la solicitud: 17/06/1954. Fecha de aprobación: 21/10/1954. 125 cm. 5.000 pts. A expensas de la Sociedad Musical «Educación y Descanso» de la localidad, para recibir culto en la parroquia. adv, Arte Sacro, 28/68-3027. Casinos. Parroquia de Santa Bárbara Virgen y Mártir. Cristo Cruciicado. Fecha de la solicitud: 23/11/1943. Fecha de autorización para ser bendecida: 26/11/1943. Ya adquirida por la familia Esteban67. adv, Arte Sacro, 11/85-1055. Castalla. Ermita de la Preciosísima Sangre (Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora). Cristo yacente. Fecha de la solicitud: 08/05/1944. Fecha cmpv: 410. Según el cmpv: 139, en la primera capilla, lado del Evangelio. Solicitan autorización para bendecirla. 204 43. 44. 45. 46. 47. 48. 49. 68 69 de admisión a trámite: 11/05/1944. Incluye: Imagen, Sepulcro y andas. Imagen: 3.950 pts. Sepulcro y andas: 6.880 pts. A expensas de Francisco Berbegal y Juan Pérez. Sustituye a la que se hallaba en la Ermita de la Preciosísima Sangre («El Vellet de la Sang»), destruida. adv, Arte Sacro, 11/91-1061. Castalla. Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora. Sagrario. Fecha de la solicitud: 02/04/1945. Fecha de admisión a trámite: 06/06/1945. 12.000 pts. Metal dorado (no indica nombre de platero-orfebre, se la encomendaron a él directamente). A expensas de Cándida, Amalia e Isabel Bellod Mira68. adv, Arte Sacro, 11/99-1069. Castalla. Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora. Sagrado Corazón de Jesús. Fecha de la solicitud: 16/06/1946. Fecha de aprobación: 24/06/1946. 130 cm. 6.000 pts. A expensas de «las Sras. Torró Amorós y Bellot Mira, de Castalla». Imagen ya adquirida en el momento de presentar la solicitud. adv, Arte Sacro, 11/96-1066. Castalla. Ermita de la inca «Cabañes de Abajo» (Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora). San Pedro Apóstol. Fecha de la solicitud: 19/05/1948. Fecha de autorización para ser bendecida: 21/09/1948. 120 cm. 3.000 pts. La inca Cabañes de Abajo según la documentación era propiedad de Francisco Juan Marco69. adv, Arte Sacro, 11/93-1063. Cheste. Parroquia de San Lucas Evangelista. Sagrado Corazón de Jesús. Fecha de la solicitud: 14/03/1941. Fecha de aprobación de la obra ya terminada: 24/07/1941. 200 cm. 5.000 ptas. adv, Arte Sacro, 12/115-1217. Cheste. Parroquia de San Lucas Evangelista. Altar. Fecha de la solicitud: 03/06/1941. 7.000 pts. Mármol, bronce. adv, Arte Sacro, 12/129-1231. Chiva. Parroquia de San Juan Bautista. Virgen de Agosto. Fecha de la solicitud: 28/07/1940. Fecha de aprobación de la obra ya terminada: 06/08/1940. 150 cm. 1.000 pts. A expensas de los Clavarios de la Asunción. En la Guerra se salvó la corona y el manto de la imagen anterior, destruida. adv, Arte Sacro, 12/90-1192. Chiva. Parroquia de San Juan Bautista. Virgen de los Dolores. Fecha de la solicitud: 27/12/1940. Fecha de aprobación de la obra ya terminada: 10/03/1941. 150 cm. 1.500 pts. adv, Arte Sacro, 12/91-1193. Estas hermanas habían entregado, según se indica en el propio documento, 5.000 pts. para la restauración del altar y presbiterio. En el Archivo de la Catedral se conserva una carta (1948, julio 24. Castalla) de Librada Juan en la que indicaba que «fuimos a casa de D. Vicente Ferrol a por el santo; llegó sin novedad, solamente que tiene un peladito que hace algo feo. Desde luego…, se colocó en el carro, como dijo Ud.: con un colchón para librar los golpes… cuando Ud. Venga ya me arreglará» los desperfectos. A su vez, remarcaba que había «gustado mucho a todos, a nosotras también». 205 50. 51. 52. 53. 54. 55. 56. 57. 58. 59. 70 71 Chulilla. Parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles. San Vicente Ferrer. Fecha de la solicitud: 14/04/1943. 140 cm. 4.750 pts. «modelo igual al de Torrente». Sustituye a una imagen anterior destruida. adv, Arte Sacro, 12/138/1240.70 Cocentaina (Alicante). Asunción de Nuestra Señora – Santa María. Virgen de Fátima. Fecha de la solicitud: 05/08/1949. Fecha de aprobación: 19/08/1949. 130 cm. 4.250 pts. Cofradía de Nuestra Señora del Rosario. adv, Arte Sacro, 12/10/1112. Cocentaina (Alicante). Asunción de Nuestra Señora – Santa María. Ecce – Homo. Fecha de la solicitud: 10/08/1943. 115 cm. 6.000 pts. A expensas de Rafaela Brotons Montagud e hijos (Margarit – Brotons). adv, Arte Sacro, 12/11/1113. Confrides (Alicante). Parroquia de San José. Sagrado Corazón de Jesús. Fecha de la solicitud: 17/10/1947. Fecha de aprobación: 21/10/1947. 130 cm. 5.000 pts. A expensas de la Asociación Apostolado de Oración. adv, Arte Sacro, 8/88-703. Daimuz. Parroquia de San Pedro Apóstol. San Luis Gonzaga. Fecha de la solicitud: 15/07/1943. Admisión a trámite: 26/07/1943. 110 cm. 1.400 pts. Para vestir. adv, Arte Sacro, 13/1-1251. Eliana, L’. Parroquia de Nuestra Señora del Carmen. San Antonio Abad71. Fecha de la solicitud: --/01/1943. Fecha de aprobación: 16/03/1943. 150 cm. 3.500 pts. adv, Arte Sacro, 8/41-656. Eliana, L’. Parroquia de Nuestra Señora del Carmen. Piedad. Fecha de la solicitud: 06/04/1943. Admisión a trámite: 09/04/1943. 90 cm. 2.000 pts. A de la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores. A expensas En Tomo 2, p. 311 se cita una Nuestra Señora de los Dolores. adv, Arte Sacro, 13/22-1272. Favara. Parroquia de San Antonio Abad. San Antonio Abad. Fecha de la solicitud: 05/07/1951. Fecha de aprobación: 07/07/1951. 180 cm. 6.500 pts. A expensas de una familia anónima. Imagen del titular de la parroquia, para Altar Mayor. Ya tallada, solicitan autorización para bendecirla. adv, Arte Sacro, 29/87-3119. Font de la Figuera, La. Parroquia de Natividad de Nuestra Señora. «Andas y trono para la Virgen del Rosario de los niños». Fecha de la solicitud: 30/12/1943. Admisión a trámite: 18/06/1944. Anda dorada: 6.850 pts. Trono: 11.850 pts. adv, Arte Sacro, 32/47-3506. Font de la Figuera, La. Parroquia de Natividad de Nuestra Señora. Purísima Concepción. Fecha de la solicitud: 24/11/1951. Fecha de aprobación: Imagen reproducida: Bayarri, José Mª (1943). También ocupa la portada de la revista Rosas y Espinas, nº 313, de mayo-junio de 1943. cmpv: 311. 206 60. 61. 62. 63. 64. 65. 66. 67. 68. 69. 72 73 08/04/1952. 120 cm. 6.000 pts. Sustituye a una anterior, destruida. Tallada para el 2º altar del lado del Evangelio a expensas de Concepción Tomás Penadés. «cumpliendo la voluntad de Mª Gracia Penadés Soriano ». adv, Arte Sacro, 29/98-3130. Font de la Figuera, La. Parroquia de Natividad de Nuestra Señora. Altar Mayor. adv, Arte Sacro, 32/65-3524. Gandía. Colegiata de Santa María. Jesús Nazareno. Fecha de la solicitud: 07/03/1955. Fecha de aprobación: 08/03/1955. 170 cm. 8.000 pts. A expensas de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Imagen, ya encargada en el momento de la solicitud, para vestir72. adv, Arte Sacro, 29/119-3151. Guadassuar. San Vicente Mártir. Virgen de los Dolores, La Soledad. Fecha de aprobación: 13/04/1959. Fecha de la solicitud: 15/04/1959. 160 cm. 10.000 pts. A expensas de la Cofradía de la Santísima Virgen de los Dolores. adv, Arte Sacro, 29/147-3178. Llaurí. Parroquia de la Purísima Concepción. Virgen de Agosto. Fecha de la solicitud: 29/07/1946. Fecha de aprobación: 01/08/1946. 130 cm. 2.000 pts. Imagen ya adquirida. adv, Arte Sacro, 15/17-1513. Lloc Nou de Sant Jeroni. Parroquia de San Roque. Sagrado Corazón de Jesús. Fecha de la solicitud: 05/06/1958. Fecha de aprobación: 09/06/1958. 160 cm. 13.000 pts. Ya tallada. Con foto del boceto en madera. adv, Arte Sacro, 30/37-3217. Manises. Parroquia de San Juan Bautista. Mesa de altar. Fecha de la solicitud: 14/06/1940 Fecha de aprobación: 22/07/1940. 96 x 280 x 80 cm. 4.000 pts. Mármol, bronce. adv, Arte Sacro, 15/52-1548. Manises. Parroquia de San Juan Bautista. Ecce Homo.73 Fecha de la solicitud: 17/07/1947. Admisión a trámite: 23/12/1947. 110 cm. 3.000 pts. Sustituye a una anterior, destruida. adv, Arte Sacro, 15/56-1552. Manises. Parroquia de San Juan Bautista. San Juan Bautista. Fecha de la solicitud: 09/06/1953. Fecha de aprobación: 16/06/1953. 120 cm. 4.500 pts. Titular del municipio. A expensas del Ayuntamiento. Imagen procesional. adv, Arte Sacro, 30/52-3232. Montaverner. Santos Juan y Santiago. San José con el Niño. Fecha de la solicitud: 03/01/1943. Admisión a trámite: 31/03/1943. 150 cm. 5.000 pts. A expensas de particulares. adv, Arte Sacro, 16/99-1703. Montaverner. Santos Juan y Santiago. Virgen de los Dolores. Fecha de la solicitud: 01/04/1943. Fecha de aprobación: 31/03/1943. 130 cm. Restaurada entre 1986 y 1987 por Gustavo Aviñó Dasca, cfr. Alejos Morán, Asunción (2005): 70. cmpv: 513. 207 70. 71. 72. 73. 74. 75. 76. 77. 78. 79. 80. 74 75 1.500 pts. A expensas de un particular. adv, Arte Sacro, 16/98-1702. Montichelvo/Montitxelvo. Parroquia de Santa Ana. Divina Aurora. Fecha de la solicitud: 21/04/1945. Fecha de admisión a trámite: 25/04/1945. 130 cm. 5.500 pts. Sustituye a una anterior, destruida. adv, Arte Sacro, 17/7-1717. Montichelvo/Montitxelvo. Parroquia de Santa Ana. Santa Ana con la Virgen. Fecha de la solicitud: 13/07/1964. Fecha de aprobación: 17/07/1964. 150 cm. 25.000 pts. Imagen ya encargada en el momento de presentar la solicitud.74 adv, Arte Sacro, 24/11-2493. Montroi. Parroquia de San Bartolomé Apóstol. Divina Aurora. Fecha de la solicitud: 15/07/1959. Fecha de aprobación: 27/07/1959. 140 cm. 15.000 pts. Ya encargada. Suscripción popular. adv, Arte Sacro, 30/84-3264. Novetlè. Parroquia de Nuestra Señora del Rosario. San José. Fecha de la solicitud: 14/03/1943. Fecha de admisión a trámite: 20/03/1943. 100 cm. 2.500 pts. A expensas de una familia. adv, Arte Sacro, 17/63-1773. Paiporta. Parroquia de San Jorge Mártir. Virgen de los Desamparados. Fecha de la solicitud: 09/11/1959. Tamaño natural. 20.000 pts. ya tallada. adv, Arte Sacro, adv, Arte Sacro, 30/124-3304. Pego (Alicante). Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora. Trono para Ecce-Homo. 4.000 pts. A expensas de Dolores Torres Sala, baronesa viuda de Vallvert. Imita el de Nuestra Señora de los Desamparados de Valencia (una nube, dos mancebos y dos seraines). adv, Arte Sacro, 19/12-1931. Petrés. Parroquia de San Jaime Apóstol. Virgen de los Dolores. Fecha de la solicitud: 04/03/1950. Fecha de aprobación: 17/03/1950. 120 cm. 4.000 pts. Ya encargada. A expensas de Mª Dolores Villalba Michavila. adv, Arte Sacro, 31/16-3331. Petrés. Parroquia de San Jaime Apóstol. San Jaime Apóstol. Fecha de la solicitud: 06/07/1959. Fecha de aprobación: 17/07/1959. 140 cm. 30.000 pts. Sustituye a otra anterior destruida. adv, Arte Sacro, 31/17-3332. Puçol. Parroquia de los Santos Juanes. Pila Bautismal. Fecha de la solicitud: 13/01/1940. Fecha de aprobación: 22/02/1940. Fecha de inspección de la obra ya terminada: 15/07/1940. 5.000 pts. Piedra pulimentada y madera. Boceto. adv, Arte Sacro, 20/13-2052. Puçol. Parroquia de los Santos Juanes. Altar y Mesa. Fecha de la solicitud: 26/06/1942. Para la Capilla de la Comunión. Boceto. adv, Arte Sacro, 20/17-205675. Puçol. Parroquia de los Santos Juanes. Sagrario. Fecha de la solicitud: En febrero de dicho año, 1964, el escultor reconocía haber recibido ya 12.000 pts. ACV, Subfondo Vicente Rodilla Zanón, c. 2 (en fase de inventario). Números 80, 81, 82 y 83 en la misma solicitud. 208 81. 82. 83. 84. 85. 86. 87. 88. 89. 76 77 78 79 80 26/06/1942. 16.000 pts. Mármol y bronce. Para la Capilla de la Comunión. adv, Arte Sacro, 20/17-205676. Puçol. Parroquia de los Santos Juanes. Mesa de altar. Fecha de la solicitud: 26/06/1942. 7.250 pts. Mármol y bronce. Para la Capilla de la Comunión. adv, Arte Sacro, 20/17-205677 Puçol. Parroquia de los Santos Juanes. Comulgatorio. Fecha de la solicitud: 26/06/1942. 7.800 pts. Mármol y bronce. Para la Capilla de la Comunión. adv, Arte Sacro, 20/17-2056.78 Quart de Poblet. Aspirantado sacerdotal Beato Juan de Ávila. Virgen de los Desamparados. Fecha de la solicitud: 03/05/1945. Fecha de aprobación: 04/05/1945. 120 cm. Para la Capilla del Aspirantado sacerdotal Beato Juan de Ávila. adv, Arte Sacro, 12/43-1145 79. Quart de Poblet. Aspirantado sacerdotal Beato Juan de Ávila. Sagrario. Fecha de la solicitud: 03/05/1945. Fecha de aprobación: 04/05/1945. 35 x 40 cm. Con manifestador. Para la Capilla del Aspirantado sacerdotal Beato Juan de Ávila. adv, Arte Sacro, 12/43-1145.80 Rafelbunyol. San Antonio Abad. Pila bautismal. Fecha de la solicitud: 08/02/1940. Fecha de aprobación: 20/6/1940. 5.000 pts. Piedra pulimentada y madera. El presupuesto se solicitó a […] Justo y a Vicente Rodilla, aunque en el membrete del documento solo aparezca el nombre del segundo. adv, Arte Sacro, 20/32-2071. Rafelcofer. Parroquia de San Antonio de Padua y San Diego de Alcalá. Nuestra Señora de Fátima. Fecha de la solicitud: 21/07/1959. Fecha de aprobación: 13/08/1959. 90 cm. 10.000 pts. Ya tallada. A expensas de la familia Burgos – Giner. adv, Arte Sacro, 31/62-3377. Ribarroja del Túria. Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora. Virgen del Rosario. Fecha de la solicitud: 02/08/1951. Fecha de aprobación: 03/08/1951. 120 cm. 5.000 pts. Imagen ya tallada en el momento de iniciarse el expediente. adv, Arte Sacro, 31/68-3383. Real de Montroi. San Pedro Apóstol. Divino Adolescente. Fecha de la solicitud: 20/12/1944. Fecha de admisión a trámite: 27/12/1944. Imagen ya tallada, que sustituye a una anterior, destruida. adv, Arte Sacro, 20/87/2126. Ribarroja del Túria. Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora. Virgen del Pilar. Fecha de la solicitud: 03/10/1951. Fecha de aprobación: Vid. Nota anterior. Vid. Nota anterior. Vid. Nota anterior. Números 84 y 85 en la misma solicitud. Vid. Nota anterior. 209 90. 91. 92. 93. 94. 95. 96. 97. 98. 81 82 83 84 85 09/10/1951. Imagen: 48 cm. Pilar: 50 cm. 4.000 pts. Ya tallada. adv, Arte Sacro, 31/69-3384. Riola. Parroquia de Santa María la Mayor. Virgen del Rosario. Fecha de la solicitud: 22/12/1959. Fecha de aprobación: 25/01/1959. 15.000 pts. A expensas de Matilde Franco Merino. Cuando se presentó la solicitud, la imagen ya estaba tallada. adv, Arte Sacro, 31/78-3393.81 Riola. Parroquia de Santa María la Mayor. Altar. Fecha de la solicitud: 22/12/1959. Fecha de aprobación: 25/01/1959. Altar de escayola. 20.000 pts. adv, Arte Sacro, 31/78-3393.82 Rótova. Parroquia de San Bartolomé. Virgen de los Dolores83. Fecha de aprobación: 28/03/1960. Fecha de la solicitud: 05/04/1960. 5.000 pts. Cuando se presentó la solicitud, la imagen ya se había adquirido. adv, Arte Sacro, 31/85-3400. Serra. Parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles. Sagrado Corazón de Jesús84. Fecha de la solicitud: 08/06/1946. Fecha de aprobación: 24/06/1946. 4.500 ptas. Sustituye a una anterior, destruida. adv, Arte Sacro, 21/82-2247. Sagra (Alicante). San Sebastián Mártir. Virgen del Carmen. Fecha de la solicitud: 18/12/1954. Fecha de aprobación: 28/12/1954. 110 cm. 5.400 pts. ya encargada, costeada por Juan Bautista Ballester. adv, Arte Sacro, 31/99-3414. Sagunto. Arciprestal de Santa María (= de la Natividad de Nuestra Señora). Sagrado Corazón85. Fecha de aprobación: 22/06/1942. 170 cm. 6.500 pts. A expensas de Ignacio Lluesma Ríos. Obra ya realizada. Sustituye a una anterior. Ubicada en la Capilla 2ª lado de la Epístola. adv, Arte Sacro, 21/33-2198. Sagunto. Arciprestal de Santa María (= de la Natividad de Nuestra Señora). Flagelación del Señor. Fecha de la solicitud: 18/03/1947. Fecha de aprobación: 24/03/1947. 12.500 pts. Paso procesional Figuras: 160 cm. Anda: 150 cm. adv, Arte Sacro, 21/46-2211. Sagunto. Arciprestal de Santa María (= de la Natividad de Nuestra Señora). Sagrario. Fecha de la solicitud: 19/09/1945. Fecha de admisión a trámite: 21/09/1945. 75 x 55 cm. 2.000 pts. adv, Arte Sacro, 21/41-2206. Sagunto. Arciprestal de Santa María. Santo Sepulcro. Fecha de la solicitud: Números 91 y 92 en la misma solicitud. Números 91 y 92 en la misma solicitud. Virgen de la Soledad en cmpv: 299. En 1963, se hallaba el escultor trabajando en un Santo Sepulcro para la misma parroquia (Cfr. Copia de una carta remitida al párroco en 11 de marzo de 1963. acv, Subfondo Vicente Rodilla Zanón, c. 1. en fase de inventario). cmpv: 452. cmpv: 448. 210 99. 100. 101. 102. 103. 104. 105. 106. 107. 108. 109. 86 87 88 89 90 91 08/10/1941. 18.000 pts. Adjunta fotografía del destruido en la Guerra. adv, Arte Sacro, 21/15-2180. Sagunto. Ermita de San Miguel Arcángel86. San Miguel Arcángel87. Fecha de la solicitud: 03/06/1946. 160 cm. 6.500 pts. Para la ermita de San Miguel. adv, Arte Sacro, 21/44-2209. Siete Aguas. Parroquia de San Juan Bautista. San Juan Bautista. Fecha de la solicitud: 22/02/1940. Fecha de aprobación: 17/06/1940. 2.000 pts. Titular. Sustituye a la destruida. Boceto. adv, Arte Sacro, 21/86-2251.88 Siete Aguas. Parroquia de San Juan Bautista. Mesa de altar. Fecha de la solicitud: 22/02/1940. Fecha de aprobación: 17/06/1940. 1.000 pts. Mármol y piedra. adv, Arte Sacro, 21/86-2251.89 Siete Aguas. Parroquia de San Juan Bautista. Retablo. Fecha de la solicitud: 22/02/1940. Fecha de aprobación: 17/06/1940. 3.000 pts. adv, Arte Sacro, 21/86-2251.90 Siete Aguas. Parroquia de San Juan Bautista. Santísimo Cristo. Fecha de la solicitud: 20/06/1943. El expediente no conserva el presupuesto de V. Rodilla. adv, Arte Sacro, 21/90-2255. Siete Aguas. Parroquia de San Juan Bautista. Virgen de los Dolores. Fecha de la solicitud: 18/12/1944. Fecha de admisión a trámite: 27/12/1944. 110 cm. 1.500 pts. Sustituye a una anterior, desaparecida. adv, Arte Sacro, 21/92-2257.91 Siete Aguas. Parroquia de San Juan Bautista. San Blas. Fecha de la solicitud: 18/12/1944. Fecha de admisión a trámite: 27/12/1944. 85 cm. 2.000 pts. Sustituye a la destruida en la Guerra. adv, Arte Sacro, 21/92-2257. Siete Aguas. Parroquia de San Juan Bautista. Cristo de los Aligidos. Fecha de la solicitud: 26/05/1943. Fecha de admisión a trámite: 11/06/1943. 150 cm. A expensas de la familia Rodilla. adv, Arte Sacro, 21/94-2259. Siete Aguas. Parroquia de San Juan Bautista. Sagrario. Fecha de aprobación: 01/05/1946. Fecha de la solicitud: 10/06/1946. 10.000 pts. Metal y madera tallada y dorada. A expensas de la feligresía. adv, Arte Sacro, 21/93-2258. Siete Aguas. Parroquia de San Juan Bautista. San Juan Bautista. Fecha de la solicitud: 21/06/1954. Sustituye a una anterior, destruida, del mismo Vicente Rodilla. adv, Arte Sacro, 31/109-3424. Siete Aguas. Parroquia de San Juan Bautista. Santa Cecilia. Fecha de la Anexa a la Parroquia de la Natividad de Nuestra Señora. cmpv: 449 Los números 101, 102 y 103 en la misma solicitud. Los números 101, 102 y 103 en la misma solicitud. Los números 101, 102 y 103 en la misma solicitud. Los números 105 y 106 en la misma solicitud. 211 110. 111. 112. 113. 114. 115. 116. 117. 118. 119. 120. 92 93 94 95 96 97 solicitud: 03/04/1956. Fecha de aprobación: 23/04/1956. 110 cm. 2.500 pts. adv, Arte Sacro, 31/113-3428. Siete Aguas. Parroquia de San Juan Bautista. Purísima Concepción92. Fecha de la solicitud: 01/07/1956. Fecha de aprobación: 23/07/1956. 130 cm. 5.000 pts. Ya adquirida por la Congregación Hijas de María. adv, Arte Sacro, 31/110-3425. Silla. Nuestra Señora de los Ángeles. San Francisco Javier. Fecha de la solicitud: 12/01/1943. 140 cm. 4.000 pts. Foto. adv, Arte Sacro, 21/97-2262.93 Silla. Nuestra Señora de los Ángeles. Santa Teresita del Niño Jesús. Fecha de la solicitud: 12/01/1943. 85 cm. 1.500 pts. Foto. Adv, Arte Sacro, 21/97-2262.94 Silla. Nuestra Señora de los Ángeles. San Tarsicio. Fecha de la solicitud: 12/01/1943. Restauración de la imagen (de 185 cm.): 500 pts. adv, Arte Sacro, 21/97-2262.95 Silla. Nuestra Señora de los Ángeles. San Antonio Abad. Fecha de la solicitud: 12/01/1943. 75 cm. 1.500 pts. adv, Arte Sacro, 21/97-2262.96 Sot de Chera. San Sebastián Mártir. Virgen de los Dolores. Fecha de la solicitud: 22/07/1942. Fecha de admisión a trámite: 26/07/1943. 105 cm. 1.500 pts. ADV, Arte Sacro, 22/14-2291. Sot de Chera. San Sebastián Mártir. San Antonio Abad. Fecha de la solicitud: 09/01/1944. Fecha de admisión a trámite: 13/01/1944. Imagen ya tallada. Foto. adv, Arte Sacro, 22/15/2292. Sot de Chera. San Sebastián Mártir. Asunción de Nuestra Señora. Fecha de la solicitud: 29/07/1945. Fecha de aprobación: 10/08/1945. 1.200 pts. adv, Arte Sacro, 22/15b/2292b. Tavernes de la Valldigna. Parroquia de San José. Sagrado Corazón de Jesús. Fecha de la solicitud: 06/05/1955. Fecha de aprobación: 26/05/1955. 130 cm. 8.000 pts. Imagen ya encargada en el momento de la solicitud. adv, Arte Sacro, 31/125-3439. Torremanzanas/La Torre de les Maçanes (Alicante). Parroquia de Santa Ana. Santa Ana. Fecha de la solicitud: 30/01/1947. Fecha de aprobación: 05/08/1947. Sustituye a una anterior destruida. adv, Arte Sacro, 22/1132280.97 Torremanzanas/La Torre de les Maçanes (Alicante). Parroquia de Santa Ana. Inmaculada Concepción. Fecha de la solicitud: 30/01/1947. Fecha de CMPV: 231. Cuarta capilla lado del Evangelio. Los números 112, 113, 114 y 115 en la misma solicitud. Los números 112, 113, 114 y 115 en la misma solicitud. Los números 112, 113, 114 y 115 en la misma solicitud. Los números 112, 113, 114 y 115 en la misma solicitud. Los números 120 y 121 en la misma solicitud. 212 121. 122. 123. 124. 125. 126. 127. 128. 98 99 100 101 aprobación: 05/08/1947. Sustituye a una anterior destruida. adv, Arte Sacro, 22/113-2280.98 Torrent. Asunción de Nuestra Señora. San Vicente Ferrer99. Fecha de aprobación: 08/01/1942. Fecha de la solicitud: 02/03/1942. 200 cm. 6.500 pts. Imagen ya encargada en el momento de presentar la solicitud. adv, Arte Sacro, 22/94-2361. Torrent. Asunción de Nuestra Señora. Asunción de la Virgen100. Fecha de la solicitud: 07/08/1945. Fecha de aprobación: 11/08/1945. Grupo escultórico para Altar Mayor. 38.000 pts. Imagen: 180 cm. Imagen ya tallada en el momento de presentar la solicitud. adv, Arte Sacro, 22/105-2372. Torrent. Asunción de Nuestra Señora. Santa Teresa de Jesús. Fecha de la solicitud: 08/10/1942. Fecha de aprobación: 05/12/1942. 120 cm. 1.800 pts. Sustituye a una anterior destruida. Imagen ya encargada en el momento de presentar la solicitud. adv, Arte Sacro, 22/98-2365. Torrent. Asunción de Nuestra Señora. Trono para la Virgen del Perpetuo Socorro. Fecha de la solicitud: 10/03/1943. Admisión a trámite: 31/03/1943. 200 cm. 5.000 pts. adv, Arte Sacro, 22/99-2366. Turís. Parroquia de la Natividad de Nuestra Señora. San Francisco de Borja. Fecha de la solicitud: 22/07/1946. Fecha de aprobación: 01/08/1946. 140 cm. 6.000 ptas. Imagen ya encargada en el momento de presentar la solicitud. En el mismo expediente se incluyen las andas para la imagen, en madera dorada: 4.000 pts. adv, Arte Sacro, 23/05-2391. Valencia. Parroquia de San Roque. Santa Ana con la Virgen. Fecha de la solicitud: 09/04/1941. Fecha de aprobación: 24/04/1941. 70 x 35 cm. 3.000 pts. La obra se encomendó para la Alquería del Pi. El expediente incluye foto del boceto. adv, Arte Sacro, 24/111-2593. Valencia. Parroquia de San Valero Obispo y San Vicente Mártir. Piedad. Fecha de la solicitud: 24/02/1942. Fecha de aprobación: 08/04/1942. Tamaño natural. 12.000 pts. El expediente incluye una foto actual de la obra. adv, Arte Sacro, 25/75-2673.101 Valencia. Parroquia de la Santísima Cruz. Nuestra Señora de la Consolación. Los números 120 y 121 en la misma solicitud. Cit. en cmpv: 520. Cfr., asimismo, Besó Ros, 1994: 323-329. Cit. en CMPV: 520. Imagen reproducida en Bayarri, 1943 y en la revista Ecclesia, acompañada de un texto breve del que extractamos los siguiente: «Vicente Rodilla… ha estado inspiradísimo, causando una excelente impresión a cuantos la contemplan y que ha sido encargada para la parroquia de San Valero… es [Rodilla] uno de los más afamados en este arte, ya que pone todos sus sentimientos de católico en la creación de dicho arte religioso, dándole una encarnación tan adecuada y un colorido tan apropiado que sin la irma del autor se adivina quién es…».Sobre ella también escribió Vicente Badía, un artículo titulado «Figuras de la Pasión», publicado en un periódico del que no sabemos el título (bien Las Provincias, bien Levante), pero sí la fecha, 18 de abril de 1943. 213 129. 130. 131. 132. 133. 134. 135. 136. 102 103 104 Fecha de la solicitud: 01//10/1943. Admisión a trámite: 10/10/1943. Para el Altar de Nuestra Señora de la Consolación de Alpuente. A expensas de la Colonia de Alpuente en Valencia. «Copia de la auténtica, venerada en la parroquia de Corcolilla». adv, Arte Sacro, 3/76-237. Valencia. Parroquia de Cristo Rey. Inmaculado Corazón de María102. Fecha de la solicitud: 08/06/1945. Fecha de aprobación: 05/07/1945. 110 cm., 4.000 pts. Cuando se presentó la solicitud, la imagen estaba ya tallada. adv, Arte Sacro, 1/41-41. Valencia. San Martín obispo y San Antonio Abad. Virgen de la Esperanza. Fecha de la solicitud: 20/11/1946. Fecha de aprobación: 26/11/1946. 130 cm. 10.000 pts. Encargada por «los Corredores de Comercio de Valencia». Copia de la destruida en la Guerra. adv, Arte Sacro, 3/28-189.103 Valencia. Parroquia de San Martín Obispo y San Antonio Abad. San Ramón Nonato. Fecha de la solicitud: 24/07/1952. Fecha de aprobación: 19/08/1952. 100 cm. 4.000 pts. adv, Arte Sacro, 24/59-2541. 104 Valencia. Parroquia de Cristo Rey. San José. Fecha de la solicitud: 27/01/1949. Fecha de aprobación: 29/01/1949. 130 cm. 4.500 pts. Donación. adv, Arte Sacro, 1/43-43. Valencia. Parroquia de Santo Tomás Apóstol y San Felipe Neri. Virgen del Carmen. Fecha de la solicitud: 04/07/1949. Fecha de aprobación: 14/07/1949. 140 cm. 5.000 pts. Cuando se presenta la solicitud la imagen ya está encargada. adv, Arte Sacro, 25/54-2652. Valencia. Parroquia de San Pascual Bailón. San Antonio de Padua. Fecha de la solicitud: 11/03/1948. Fecha de aprobación: 14/03/1948. 80 cm. 3.000 pts. Donación de un particular. Cuando se presentó la solicitud, la imagen estaba ya tallada. adv, Arte Sacro, 24/97-2579. Valencia. Colegio Nuestra Señora de Loreto. Nuestra Señora de Loreto. Fecha de solicitud: 08/05/1953. Fecha de aprobación: 20/06/1953. Junto con el retablo del Altar Mayor. Altura imagen: 200 cm. 50.000 pts. adv, Arte Sacro, 22/36-2313. Vall d’Ebo (Alicante). Parroquia de San Miguel Arcángel. Virgen de los Dolores. Fecha de solicitud: 12/02/1947. Fecha de aprobación: 06/03/1947. 120 cm. 3.000 pts. A expensas del párroco. adv, Arte Sacro, 23/20. En el documento original: Sagrado Corazón de María. Cit. en Catálogo Monumental de la Ciudad de Valencia (=cmcv): 233. Cit. en cmcv: 233. 214 -2Obras siguiendo la técnica del Mosaico en relieve Para conigurar este repertorio provisional de obras ejecutadas en dicha técnica (que empezó a desarrollar en 1959), hemos utilizado algunos documentos en los que el artista, a modo de carta de presentación para futuros pedidos, proporcionó un listado con composiciones de temática miscelánea. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 105 106 107 Alacuás/Alaquàs (Valencia). Piedad. «200 x 200 cm.: Casa de Ejercicios Espirituales». Badajoz. Asunción de Santa María. Colegio Compañía de María. Virgen exenta: 8 x 6’25 m. [670.000 pts.]. Barcelona. Busto de Luis Oller y Sra. Barcelona. Benidorm (Alicante). Cristo al pie de la Cruz. «80 x 60 cm. Propiedad particular». Castellón. Paisaje Albufera. Armería Levantina (2’75 x 0’84 m). Chiva (Valencia). Altar Mayor. Iglesia parroquial de Chiva. Valencia. 11 x 17’50 m. Dénia (Alicante). Bautismo de Cristo. «200 x 100 cm. Parroquia de la Asunción de Ntra. Sra. de Dénia».105 Godella (Valencia). Sagrado Corazón. Monasterio de la Visitación. 2’20 m. Guardamar del Segura (Alicante). Jesús hablando a los apóstoles. Juniorado de los hh. Maristas. 5 x 0’90 m. [1963] foto 76. Guardamar del Segura (Alicante). María del Mar.106 Exenta. Juniorado de los HH. Maristas. [1963]. Hellín (Albacete). Apostolado. Colegio Compañía de María. 2 x 0’80 m.107 Hellín (Albacete). Pantocrátor. Colegio Compañía de María. 4 x 1’50 m. Hellín (Albacete). Madre Fundadora con alumna. Colegio Compañía de María. 1’70 m. Línea de la Concepción, La. San Pedro Apóstol. Iglesia de San Pedro. Encargo del Ministerio de Justicia. 1’80 m. Madrid. Padre Eterno. Patio interior de San Francisco el Grande. (2 x 2 m.). En otro listado observamos otro ítem con una obra del mismo tema y ubicación, aunque de diferentes medidas (Bautismo del Señor. Iglesia de la Asunción. Dénia. 3’50 x 0’80 m.). Se conserva copia del presupuesto que Rodilla remitió al instituto Marista de Guardamar del Segura: Virgen del mar, 120.000 pts.; Grupos de ángeles, 85.000 pts.; Sagrario, 30.000 pts.; Panel Jesús hablando a los Apostóles, 48.000 pts. El propio documento indica que sobre el precio inal (283.000 pts.) se aplicó un descuento de 50.000 pts. El costo de las tres piezas realizadas para Hellín fue de 145.000 pts. 215 16. Madrid. Paisaje japonés. Ediicio particular. Calle Núñez de Balboa. (2’50 x 1’60 m.). 17. Madrid. Busto de Fernando Ballesteros Morales. Subdirector general de Arquitectura. Tamaño natural. 18. Madrid. Busto de Pablo de Garnica. «Encargo del Banco Español de Crédito. Madrid: Sres. de Garnica». 19. Madrid. Paisaje. Madrid. «340 x 140 cm. Madrid: Zaguán de ediicio situado en la Calle Núñez de Balboa». 20. Orihuela. Piedad y ángeles. Fachada del Cementerio Católico. 3 x 3 m. foto 70. 21. Oviedo. Buen Pastor. Entrada Capilla de la Fundación Masaveu. 2’68 x 0’40 m. [40.000 pts.]. 22. Oviedo. Sagrada Familia. Entrada Capilla de la Fundación Masaveu. 2’68 x 0’40 m. [40.000 pts.]. 23. Oviedo. San José de Calasanz. Capilla Colegio pp. Escolapios. Ciudad Naranco. (5 x 5 m.). Foto 66. 24. Oviedo Sagrado Corazón. Capilla Colegio pp. Escolapios. Ciudad Naranco. (3 x 1’40 m.). Foto 66. 25. Oviedo. Purísima. Capilla Colegio pp. Escolapios. Ciudad Naranco. (3 x 1’40 m.). Foto 66. 26. San Sebastián. Alegoría «El Ahorro». Central de la Caja de Ahorros Provincial de Guipúzcoa. 3 x 3 m. [68.000 pts.] Foto 104. 27. Valladolid. Madonna. Fachada del nuevo seminario de Agustinos recoletos. (6 x 3 m). [120.000 pts.]. 28. Valladolid. Piedad. Capilla privada del Colegio de San José. Tamaño natural. [60.000 pts.]. 29. Valencia. Buen Pastor. «80 x 50 cm. Valencia: Palacio Arzobispal». 30. Valencia. Motivos valencianos. «20 apliques de 100 x 40 cm. Zaguán de la oicina central del antiguo Banco Español de Crédito». 31. Valencia. Las Tres Gracias de Capri. «380 x 200 cm.» Valencia: Restaurante Capri.108 32. Valencia. Venus (200 x 100 cm.). Establecimientos Mayordomo. 33. Valencia. Apolo (200 x 100 cm.). Establecimientos Mayordomo. 34. Valencia. San Pablo. Librerías Paulinas de Valencia (hh. de San Pablo). 1’50 m. Foto 93. 35. Valencia. Paisaje valenciano. Oicina central del antiguo Banco Español de Crédito. 3’83 x 1’60 m. [96.000 pts.]. 108 Según una relación de obras en mosaico en relieve confeccionada para servir de carta de presentación de sus trabajos, que incluye medidas y precios, esta pieza costó 105.000 pts. 216 36. 37. 38. 39. 40. 41. 42. 43. 44. 45. 46. 47. 48. 49. Valencia. Paisaje Albufera. Nuevo Gobierno Militar. 4 x 1’80 m. foto 71. Valencia. Atún. 3’70 x 0’70. En un comercio. Foto 72. Valencia. Labrador Valenciano. Ediicio particular. Tamaño natural. Foto 73. Busto Mr. Robert Mosses (presidente de la Feria Mundial de Nueva York). Busto reverendo Padre Salvador (Fundador del Montepío Divina Pastora de Valencia). Busto de José Solís Ruiz. Foto 87 «José Solís Ruiz (1913-1990), ministro. Encargo de la Delegación de Sindicatos de Valencia». Busto de Gregory Peters. Gerente Fenix co. (ny). Tamaño natural. Busto de Ildefonso Fierro. «Tamaño natural, encargo de c.o.i.n.t.r.a». Busto de la hija de Francisco Salvador. Alcalde que fue de Paterna. Busto de la hija de José Luis Pécker. (Locutor radiofónico † 2007). Retrato de John F. Kennedy. Chicago. «Encargo de Mrs. Virginia Mendenhall, de Chicago». Robert F. Kennedy, foto 106. Busto de Abraham Lincoln. Gonzaga University. Spokane. Washington. Busto: 1’50 m.109 Busto de Abraham Lincoln, por encargo de Mr. Maurice Goldberg, de Nueva York. -3Otros encargos Se relacionan a continuación tanto obras en madera (no recogidas en la documentación de la sección Arte Sacro del Archivo Diocesano, por no haberse presentado ante la comisión evaluadora, por tratarse de piezas producidas para otras provincias o por tener una cronología posterior a 1964) como en mosaico (no citadas en los documentos que utilizados para el apéndice anterior, nº 2), etc. El listado se completaría con ejemplares procedentes de otras instituciones y particulares, que esperamos dar a conocer cuando inalice el proceso de inventario de la documentación conservada en la Catedral de Valencia. 50. 109 110 Alboraia. Parroquia de la Asunción. Asunción.110 «Se ha realizado un busto de gran dimensión para la Universidad de Gonzaga en Spokane (Washington), que preside el ediicio dedicado a Abraham Lincoln». cmpv: 532. «… sobre peana, imagen en talla de la Asunción». 217 51. 52. 53. 54. 55. 56. 57. 58. 59. 60. 61. 62. 63. 64. 65. 66. 111 112 113 114 115 116 117 118 119 120 Antonio, San (Requena, Valencia). Iglesia de San Antonio de Padua. San Antonio de Padua.111 Alcalalí (Alicante). Virgen del Calvario. [140 cm. Madera de pino. Encargada en 1951]112 Alicante. Antigua Casa-Prisión Preventiva, denominada de José Antonio. Trabajos en la capilla e imagen de San José con el Niño.113 Alarcón (Cuenca), Embalse de. «Capilla e imagen de la Virgen [de los Desamparados]».114 Alzira (Valencia). Monumento a Luis Suñer.115 Badajoz. Catedral de San Juan Bautista. San Pascual Bailón. Badajoz. Catedral de San Juan Bautista. San Juan de Ribera. Baracaldo (Vizcaya). Iglesia de Santa Teresa de Jesús. Santa Teresa de Jesús (4 x 4 m.).116 Baracaldo (Vizcaya). Iglesia de Santa Teresa de Jesús. Purísima (tamaño natural). Baracaldo (Vizcaya). Iglesia de Santa Teresa de Jesús. San Juan de la Cruz (tamaño natural). Bocairent (Valencia). Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora. Busto del papa Pío XII.117 Cádiz. Catedral. San Pío X. [Anterior a 1964]. «En actitud de dar la Sagrada Comunión». Cádiz. Carmelitas Descalzas. San Pío X. Año 1964. [41.500 pts.].118 Cádiz. Colegio Marianistas. «Imágenes y trabajos en la capilla». Castalla (Alicante). «Escultura vestida de la Virgen de la Soledad»119. Chiva (Valencia). Busto de Manuel Corachán. Año 1965120 «Imagen de madera tallada y policromada del titular, obra de Vicente Rodilla» (cfr., cmpv: 377). Obtuvo el primer premio en la exposición Regional de Artesanía, cfr. http://www.alcalaliturismo.com/ portfolio_category/patrimonio/ y https://alcalali.wordpress.com/tag/codigos-qr/. Reproducida en el diario ABC, de 18 de marzo de 1960. Reproducción fotográica de la misma en el artículo «El escultor Vicente Rodilla y la imagen de la Virgen de los Desamparados». En La Patrona de Valencia. Anuario de la Virgen de los Desamparados, año xx, 2ª época, nº 2, mayo 1944. El precio del mismo, incluyendo la estatua de mármol de Carrara, superó los dos millones de pesetas. La producción de las tres obras (en mosaico en relieve) para la iglesia de Baracaldo tuvo un precio de 144.000 pts. «Recientemente la parroquia de Bocairente ha dedicado una lápida de mármol con su busto en bronce, obra del escultor Rodilla, colocándola junto a la portada del templo, para perpetuar la reverente estima y devoción de aquel pueblo, de abolengo tan cristiano, a s. s. el papa Pío xii. En el acto de inauguración, que tuvo lugar el día 1 de julio, y al que se unió la población en masa, intervinieron con breves palabras un hombre de a.c., el alcalde don José Juan Vañó, el cura don Pascual Calafat y el deán del cabildo doctor Hijarrubia» (cfr. boav, nº 2663, de 15 de julio de 1956, p. 319) Las religiosas pidieron que la imagen del pontíice siguiera la misma iconografía que la de la catedral gaditana. acv, Fondo Antonio Rodilla, Subfondo Vicente Rodilla Zanón, c. 2 (en fase de inventario). Fuente: «Notas para el catálogo de las obras escultóricas de Vicente Rodilla…». Díez, Juan; Marqués, José. Cfr.http://personajescelebresdemelilla.blogspot.com.es/2010/02/escultor- 218 67. 68. 69. 70. 71. 72. 73. 74. 75. 76. 77. 78. 79. 80. 81. 82. 83. 84. 121 122 123 124 125 126 127 128 129 130 131 Cullera (Valencia). Capilla de Santa Ana121. San Vicente Ferrer122 Gandía (Valencia). Plaza Mayor. San Francisco de Borja123. Año 1966. Benagéber (Valencia), Embalse de. «Capilla e imagen de la Virgen». Godella (Valencia). Convento de Carmelitas Descalzas. San José124 Elda (Alicante). Parroquia de Santa Ana. «Imagen para la misma». [Año 1951]125 León. Regimiento de Infantería Burgos 36. Purísima126. Madrid. Exposición Internacional de Artesanía. Imagen y retablo monumental de la fachada. Año 1953. Madrid. Medalla Marqués de Campo, en el centenario de los ferrocarriles españoles. Madrid. Cristo en la cruz. Iglesia del Colegio de Santa María del Pilar (Marianistas). Mahora (Albacete). [Nuestra Señora de Gracia127. Año 1958]. Manises (Valencia). Aeródromo/Aeroclub de Valencia. Monumento a los Caídos. Año 1944128. Meliana (Valencia). Iglesia en el Barrio de Roca. Sagrado Corazón.129 Melilla. San Fernando. ca. 1923. Melilla. Lápidas conmemorativas Víctimas del Desastre de 1921. Melilla. Mapa de España en relieve. [1924]. Melilla. Busto del General García Aldave.[1924].130 Melilla. Busto del General Emilio Fernández Pérez. [1925] Melilla. Placa Barrio General Sanjurjo.131 vicente-rodilla-en-melilla-y-4.html. Filial de la parroquia de los Santos Juanes de la misma localidad. «… recuerda la talla del ‘Pouet’ en Valencia» (cfr. cmpv: 474). Cit. en cmpv: 276. Cfr. «Una imagen de san José, de Rodilla, para la iglesia de las carmelitas. Breves datos de esta fundación religiosa, que ahora cumple el cincuentenario», en Diario Levante, [1973, mayo 15], de R. García de Vargas, cronista de la población y corresponsal de Levante. La imagen se dispuso en la fachada de la iglesia de San José y Santa Teresa del cenobio. En palabras de Santiago Rodríguez: ‘La belleza de la escultura, tan serena, tan apacible y con tan sobria delicadeza expresiva del santo, acaricia esa forma infantil del Niño, tan real y tan ideal a la vez. La grata sencillez del conjunto acredita la sensibilidad de uno de los mejores imagineros españoles’. El día 22 de octubre de 1951, el párroco, José Mª Amat, remitía una carta de felicitación al escultor, airmando que el sentir unánime de la población era de satisfacción por el trabajo efectuado. 1948. El Archivo de la Catedral conserva una carta remitida por el teniente coronel Gustavo Hernández. acv, Subfondo Vicente Rodilla Zanón, c. 1 (en fase de inventario). Patrona del municipio. El Archivo de la Catedral conserva una carta de Vicente Toledano Lores (1958, agosto 26). Inaugurado el día 4 de abril de 1944. Reproducción fotográica en Las Provincias, 2 de abril de 1944, p. 16. cmpv: 559. Cfr. http://personajescelebresdemelilla.blogspot.com.es/2010/02/escultor-vicente-rodilla-en-melilla-y-4. html. Inaugurada en 1926. Recurso en web: http://www.unionescritores.com/2010/08/articulo-de-juan-diez- 219 85. 86. 87. 88. 89. 90. 91. 92. 93. 94. 95. 96. 97. 98. 99. 132 133 134 135 136 137 138 139 140 141 142 143 Melilla. Sagrado Corazón. Iglesia de San Francisco Javier132 Melilla. Plano en relieve del Puerto de Melilla. [1929]. Moncada (Valencia)133. Seminario Metropolitano. Relieve eucarístico134 Moncada (Valencia). Seminario Metropolitano. Estatua de Pío IX, rematando la fachada de la iglesia. Moncada (Valencia). Seminario Metropolitano. Estatua de Pío XII, rematando la fachada de la iglesia. Moncada (Valencia). Seminario Metropolitano. Cristo en la Cruz, tallada en madera.135 Moncada (Valencia). Seminario Metropolitano. Virgen.136 Moncada (Valencia). Seminario Metropolitano. «Copia del busto de la Inmaculada de Vicente López». Moncada (Valencia). Seminario Metropolitano. Sagrario137. Moncada (Valencia). Seminario Metropolitano. Busto del arzobispo Olaechea.138 Nules (Castellón): trabajos realizados para la Cooperativa Agrícola San José entre 1967 y 1968139. Orihuela (Alicante). Cementerio. Piedad y ángeles. 140 Mosaico en relieve. Quintanar de la Orden (Toledo). María de Cleofás.141 Palmera (Valencia): Nuestra Señora de los Desamparados.142 Mosaico en relieve. Paterna (Valencia). Capilla del Colegio La Salle. «Imágenes y trabajos en la capilla».143 y-jose-marques.html. cfr. El artículo de V. García «El Sagrado Corazón de Rodilla siempre había estado ahí», dando a conocer el hallazgo de José Marqués, http://www.diariosur.es/v/20100411/melilla/sagrado-corazon-rodillasiempre-20100411.html. Fuente: «Notas para el catálogo de las obras escultóricas de Vicente Rodilla», Cfr. acv, Vicente Rodilla, C.1. En la fachada, sobre la puerta principal de la iglesia. Debe tratarse del citado en cmpv, Tomo 2º, p. 564. Escultura pétrea para el jardín. Con apostolado, iguras en madera de boj. Anteriormente en Basílica de Nuestra Señora de los Desamparados (cfr. cmcv: p. 262), en la actualidad en la escalera principal del Seminario Metropolitano (Moncada – Valencia). Escudos para la fachada e interiores, y celosías. acv, Subfondo Vicente Rodilla Zanón, c. 1 (en fase de inventario). 1961. Mosaico en relieve. En marzo de 1961 Rodilla escribía al sacerdote Fernando Brú en los siguientes términos: «En el día de hoy he procedido a desmontar y embalar el Grupo de la Piedad y ángeles, después de tenerla expuesta en mis estudios donde, como ya le indicaba en mi anterior, ha causado admiración a todos cuantos la han contemplado». En misiva, redactada en 20 de agosto de 1947, Ildefonso Cartas indica que «el in particular de estos señores [en referencia a unos «portadores», que no menciona], es que desean, toda vez que la que Ud. nos hizo de María Cleofé (sic) en las primeras fechas del año pasado gustó muchísimo en esta población». acv, Subfondo Vicente Rodilla Zanón, c. 1 (en fase de inventario). Cit. en cmpv: 296. Copia de la carta que Rodilla Zanón remitió a D. Francisco Baño, párroco, de 21 de julio de 1964 en acv, Subfondo Vicente Rodilla Zanón, c. 2 (en fase de inventario). Construida hacia 1955, esta capilla tiene «en el presbiterio, cascarón y otro menor empotrado que cobija una Inmaculada de tamaño mayor que el natural, obra de Rodilla… En la nave lateral derecha, gran Cristo 220 100. Pozo Lorente (Albacete). Parroquia de Santa Ana. Santa Ana.144 101. Siete Aguas (Valencia). Parroquia de San Juan Bautista. Asunción de Nuestra Señora145. 102. Rafal (Alicante). Santo Sepulcro. [1953]146 103. Siete Aguas (Valencia). Parroquia de San Juan Bautista. Virgen de la Soledad147. 104. Torremanzanas/Torre de les Maçanes (Alicante). Parroquia de Santa Ana. Inmaculada.148 105. Urnieta (Guipúzcoa). Iglesia del Seminario Salesiano de San José Urnieta. María Auxiliadora.149 106. Urnieta (Guipúzcoa). Iglesia del Seminario Salesiano de San José Urnieta. Sagrado Corazón de Jesús. 107. Urnieta (Guipúzcoa). Iglesia del Seminario Salesiano de San José Urnieta. Cristo Cruciicado. 108. Urnieta (Guipúzcoa). Iglesia del Seminario Salesiano de San José Urnieta. San José Obrero. 109. Urnieta (Guipúzcoa). Iglesia del Seminario Salesiano de San José Urnieta. San Juan Bosco. 110. Urnieta (Guipúzcoa). Iglesia del Seminario Salesiano de San José Urnieta. San Francisco. 111. Urnieta (Guipúzcoa). Iglesia del Seminario Salesiano de San José Urnieta. Santo Domingo Savio. 112. Urnieta (Guipúzcoa). Iglesia del Seminario Salesiano de San José Urnieta. Santa María Domenica Mazzarello. 113. Utiel. Iglesia parroquial. Cristo en la Cruz150. 1944. 114. Valencia. Casa Natalicia de San Vicente Ferrer («El Pouet»). San Vicente Ferrer y trabajo en la capilla.151 115. Valencia. Palacio Arzobispal. Ángel Custodio152. 144 145 146 147 148 149 150 151 152 de talla, obra de Rodilla», cfr. cmpv: 571. El archivo de la catedral custodia una carta remitida por A. Villena en la que participa al escultor de la llegada de la imagen y de la satisfacción que sienten por la misma. Asimismo, reiere que al trasunto se le han abierto unas grietas, «que sin tener mucha importancia, sí desluce un poco la belleza de la obra, por lo que le rogaría me comunique a qué se debe eso, y forma de repararlo, si ello es posible. acv, Subfondo Vicente Rodilla Zanón, c. 1 (en fase de inventario). Fuente: «Notas para el catálogo de las obras escultóricas de Vicente Rodilla»… http://www.rafal.es/el-municipio/iestas/el-santo-entierro/. Fuente: «Notas para el catálogo de las obras escultóricas de Vicente Rodilla». Imagen de vestir. El archivo de la catedral custodia una carta remitida por el cura-párroco en 16 de mayo de 1947. acv, Subfondo Vicente Rodilla Zanón, c. 1 (en fase de inventario). Puede verse una imagen de la misma en http://www.lahornacina.com/dossiermariaauxiliadora4.htm. De las Heras Esteban, 2003: 378. El día 30 de enero de 1955 se presentaba la renovada Casa Natalicia del Santo, siendo bendecidas las obras y los bienes patrimoniales de su interior por el arzobispo Olaechea. Cfr. BOAV, nº 2628 de 1 de febrero de 1955. Cit. en cmpv, Tomo 1º, p. 267. De piedra, en una hornacina situada en el ángulo de la fachada del Palacio que enfrenta a la catedral. 221 116. 117. 118. 119. 120. 121. 122. 123. 124. 125. 126. 127. 128. 129. 130. 131. 132. 133. 134. 135. 153 154 155 156 157 158 159 160 161 162 163 164 165 Valencia. Palacio Arzobispal. Cristo153. Valencia. Palacio Arzobispal. Restauración de la Capilla. Valencia. Palacio Arzobispal. Virgen de los Desamparados.154 Valencia. Catedral Metropolitana. Cristo155. Valencia. Catedral Metropolitana. «Relieve que remata el Altar de San José». Valencia. Catedral Metropolitana. Camarín del Santo Cáliz156. Valencia. Catedral Metropolitana. Cruciijo.157 Valencia. Catedral Metropolitana. Trabajos en la restauración de la propia s.i. Catedral. Valencia. Parroquia de Santa María Goretti. Santa Rita de Casia. 1958. 158 Valencia. Parroquia de San Esteban. San Luis Bertrán159. Valencia. Capilla de la Casa Natalicia de San Luis Bertrán, San Luis Bertrán.160 Valencia. Plaza de San Luis Bertrán. San Luis Bertrán161. 1966. Valencia. Real Monasterio de la Trinidad. Virgen de la Consolación.162 Valencia. Monasterio de Santa Catalina. Santa Catalina de Siena163. Valencia. Colegio de Loreto. «Imágenes y trabajos en la capilla». Valencia. Colegio Maristas. «Imágenes y trabajos en la capilla». Valencia. Institución Femenina Domus. Inmaculada164. Valencia. Medalla, para Premio extraordinario en dirección del Certamen Internacional de Bandas. [Valencia]. [Relieve] de Calixto III, «placa rotulatoria». Valencia. Medalla, conmemorativa del V Centenario de la canonización de san Vicente Ferrer.165 cmcv: 66. «En madera, propiedad del sacristán de la catedral, D. Pedro Escudero, que quiere donar a la Cartuja de Portaceli». Actualmente, junto a la entrada del Archivo. En el momento de la redacción del documento en el altar mayor. En la Residencia Sacerdotal de San Luis Bertrán se halla un Cristo en la Cruz, de gran formato. Dato obtenido de un documento de 1961. «relicario de alabastro a tono con el estilo lamígero del retablo», cfr. Catalá Gorgues, 1983: 170. En la Capilla de San Jacinto Castañeda, Cfr. CMPV, Tomo 1º, p. 170. Primer número del Boletín Aleluya de noviembre de 1958. A expensas de Francisco Vicent y Ana Zaragozá. A expensas de la Cofradía. cfr. «San Luis y nuestra parroquia», Boletín Aleluya [parroquia de San Esteban], 6 de octubre de 1974; también cmcv, p. 194. «Copia de la desaparecida de Ignacio Vergara». Catalá Gorgues, 1983: 268. Corona la fuente inaugurada, como reiere Felipe Mª Garín, en febrero de 1966: «… la imagen del santo, con el cruciijo en una mano, obra en bronce del escultor Vicente Rodilla… . La estatuilla fue mutilada en el mismo año y después retirada por el Ayuntamiento. Hoy repuesta, año centenario del santo valenciano», cfr. Garín Ortiz de Taranco, Felipe Mª (1983): 393. Más recientemente en De Las Heras Esteban, Elena (2003): 377. cmcv, p. 214. 1946. Puede verse una fotografía de la misma en: http://comunidadvalencianamemoriayarte.blogspot. com.es/2013/04/imagineria-valenciana-santa-catalina-de.html. Olmedo de Cerdá, Mª Francisca (1974). En palabras del propio escultor, en el anverso hallamos en su parte superior «las manos del Señor acogiendo en su seno la igura ascensional de san Vicente Ferrer. Con unas alas sintetizo los ángeles para no 222 136. 137. 138. 139. 140. 141. 142. 143. 144. 145. 146. 147. 148. 149. 150. 151. 152. 153. 166 167 168 169 170 171 172 Valencia. Medalla, con motivo de la Riada de 1957. Valencia. Medalla, Acción Católica. Valencia. Medalla conmemorativa de la canonización de san Juan de Ribera. Valencia. Proyecto para el Monumento de San Vicente Ferrer.166 Valencia. Restauración del Palau de la Generalitat, sede por entonces de la Diputación Provincial.167 Valencia. Monumento a Walt Disney. Jardines del Real – Viveros. Vallada (Valencia). San Bartolomé. San Bartolomé.168 Vigo (Pontevedra). Seminario Mayor de San José. San José. Vigo (Pontevedra). Seminario Mayor de San José. Sagrario y Vía Crucis. Vigo (Pontevedra). Seminario Mayor de San José. San Telmo. Vigo (Pontevedra). Iglesia de Nuestra Señora de la Soledad (vulgo del Patriarca). Virgen de la Soledad. Vigo (Pontevedra). Iglesia de Nuestra Señora de la Soledad. Mesa de altar, Sagrario, Vía Crucis y confesonarios. Villanueva de Lorenzana (Lugo), Imagen169. Yecla (Murcia). Virgen de los Escolapios170. 1952. Xàbia/Jávea (Alicante). Parroquia de San Bartolomé. Sagrario. [1964. 60.000 pts.]. Xàtiva (Valencia). Colegiata de Santa María. Restauración imagen del Cristo de la Flagelación. Xàtiva (Valencia). Parroquia de Nuestra Señora de la Merced y Santa Tecla. Cristo de la Buena Muerte.171 [1949]. Xàtiva (Valencia). Parroquia de Nuestra Señora de la Merced y Santa Tecla. Nuestra Señora de la Esperanza. 172 [1949]. restar ni empequeñecer la igura del santo». En el reverso, en el fondo «las arcadas de la Sala Capitular del Convento de Santo Domingo, con el escudo, en el centro, del antiguo Reino de Valencia, del que fue representante y compromisario en Caspe». Cfr. la entrevista que le realizó P. Isidro Díez, publicada con el título «El escultor Rodilla y la medalla del Centenario». Presentado junto al arquitecto Soria. Primer premio en el Concurso Nacional El archivo de la catedral custodia una carta remitida por Elisa Rodríguez Alonso en 20 de marzo de 1950. CMPV: 264. «El retablo mayor, que reproduce el primitivo, desaparecido, es de escayola dorada dispuesto en dos cuerpos; en el inferior la hornacina central queda encuadrada por seis columnas salomónicas y alberga una imagen de la Virgen de los Desamparados; el superior es un lienzo de Corell, representando a Cristo en el Calvario. En los muros laterales hay dos repisas con las imágenes de san Juan Bautista, obra de Casanova, y la de san Bartolomé, obra de Rodilla». Una misiva del Archivo Catedralicio (1950, marzo 20) desvela el nombre de la comitente de la obra: Elisa Rodríguez Esta imagen «la realizó para el Colegio calasancio de Yecla en 1952 siendo luego trasladado a la Casa de Ejercicios (Colegio de San Francisco), próxima a la carretera de Almansa» (cfr. Delicado Martínez, Francisco Javier (2005): 208; id. (2007). El archivo de la catedral custodia una carta remitida por Pablo Ortuño Carpena en 10 de enero de 1954. ACV, Subfondo Vicente Rodilla Zanón, c. 1 (en fase de inventario). A expensas de Gregorio Molina Ribera. A expensas de Gregorio Molina Ribera. 223 154. Xàtiva (Valencia). Parroquia de Nuestra Señora de la Merced y Santa Tecla. Reconstrucción de la imagen del Ecce-Homo. Rostro original.173 155. Virgen de Europa.174 156. Resurrección.175 157. Santo Domingo (República Dominicana). Hermanas Carmelitas. «Imágenes y trabajos en la capilla». 158. Tokio (Japón). Imagen de la «Virgen del Jardín».176 159. Mobile (Estado de Alabama, ee.uu.). Estatuas de Hernando de Soto, Bernardo Gálvez y Alfonso X el Sabio. También el Escudo de España, este en mosaico en relieve.177 1967. 160. Jacksonville (Estado de Florida, ee.uu.). Mosaico en relieve178 161. Catedral de Comodoro Rivadavia (Chubut/Escalante. Argentina). Trabajos varios.179 162. Busto de Francisco Franco.180 163. Busto de Ramón Gordillo.181 164. Retrato del arquitecto Carlos Soria.182 165. Busto de Goya. En el historial de 1966 se indica, además, que «también se han instalado obras de mosaico en relieve en Philadelphia, Rockford y Chicago, Rochester, Winter Park, New Orleans, Atlanta, etc.». 173 174 175 176 177 178 179 180 181 182 Cit. en cmpv: 638. Imagen encargada por la Delegación Nacional del Frente de Juventudes. Se talló con el propósito de «reintegrarla a la capilla del Peñón de Gibraltar, lugar que ocupaba una anterior, destruida en agosto de 1704». Mosaico en relieve. Hallamos una reproducción fotográica de la imagen en Bayarri, 1943. «… fue regalada por la ciudad de Turia a los misioneros valencianos en el Japón». Cfr., entre otros El Artesano Español. Órgano de informativo de la Obra Sindical de Artesanía (Madrid, abril de 1952). Levante, 9 de abril de 1967. Trabajos para la Plaza de España de la citada ciudad norteamericana. Marín, 1970. «En la actualidad, tiene pendiente de comienzo tres grandes mosaicos en relieve de 14 m. de alto por 4 m. de ancho para la nueva Iglesia catedral dedicada a San Juan Bosco, y afecta al Arzobispado de ComodoroRivadavia». Según el boav Nº 2822, de diciembre de 1965, monseñor Eugenio S. Peyrou, obispo de dicha diócesis, informó de que «la realización del altar mayor de la catedral de Comodoro, cuyo proyecto toca a su in, está a cargo del notable escultor de nuestra ciudad y ex procurador en Cortes, ilustrísimo señor don Vicente Rodilla». Bayarri, 1943. Id. nota anterior. Id. nota anterior 224 Bibliografía Agramunt Lacruz, Francisco (1999), Diccionario de artistas valencianos del siglo XX. Valencia: Albatros, Tomo iii, p. 1504. Alejos Morán, Asunción (2005): «Iconografía de la Semana Santa de Gandía». En: Aula sobre los valores de la Semana Santa de Gandía. Religiosidad, arte, historia, Gandia: Junta Mayor de Hermandades de Semana Santa. 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NÚRIA RAMÓN MARQUÉS Universitat de Lleida La colección del Monasterio de Santa Clara de Gandia es el tesoro artístico más valioso de las mujeres Borja conservado en el territorio valenciano. A través de ella es posible entender el mecenazgo artístico valenciano desde los siglos xv hasta el xviii pero, además, a través de sus obras y de la historia que hay detrás de ellas, podemos comprender el papel político que las mujeres Borja de este monasterio jugaron en la historia de Gandia, que coincidió con el momento político de la España de los Austrias. En primer lugar, merece una especial mención la dedicación y el sumo cuidado con el que las Hermanas de Santa Clara de Gandia han tenido a lo largo de los siglos para con estas obras. La fundamental sensibilidad en la conservación de su legado, ha contribuido al aumento del conocimiento del patrimonio valenciano dando a conocer obras inéditas de gran calidad de artistas reconocidos como Macip, Joan de Joanes, Paolo da san Leocadio…, a la vez se han podido estudiar pinturas que sólo se conocían a través de fotos antiguas. El origen de la colección pictórica del Monasterio de Santa Clara debemos situarlo en los primeros años de la fundación del monasterio gandiense. El 9 de junio de 1423, el papa Martín V irmó la bula Piis idelium votis, expedida en Santa María la Mayor de Roma, mediante la cual autorizaba la fundación de un nuevo convento de clarisas en la ciudad 229 del ducado. Esta petición era el resultado de la solicitud realizada por sor Violante de Aragón, abadesa del entonces Monasterio de Santa Isabel de Valencia, hija del primer duque real de Gandia Alfons el Vell (1342-1412) y prima de Martín I el Humano (1356-1410). En el monasterio se conserva el traslado de dicha bula con fecha de 7 de mayo de 1431, gracias a la cual, se han podido reunir datos acerca del proceso fundacional. En ella se indica que Violante de Aragón, abadesa del monasterio de santa Clara de Valencia le había solicitado al Papa la fundación en Gandia de un cenobio de clarisas siguiendo la segunda regla de santa Clara, según las condiciones de la reforma de Tordesillas. El encargado de ejecutar la bula será el abad del monasterio de Valldigna, el padre Berenguer, el cual deberá comprobar que el ediicio que iba a albergar a las hermanas estaba en condiciones para ser habitado. De esta manera, según reza el pergamino, el conjunto constará de iglesia con campanario, cementerio, claustro, huerto y todo lo necesario para albergar a doce religiosas. Por lo que se reiere al sustento económico, éste se realizaría gracias a una dote anual de 3.000 sueldos, que constituían las rentas que la propia Violante de Aragón recibía por parte de su padre Alfons el Vell y su hermano, Alfons el Jove. Además, también se asignaba como dote del monasterio los derechos, réditos y emolumentos sobre la villa y término de Calpe, concedidos por los duques de Gandia sobre las rentas que poseían en la misma. Mediante el privilegio de 11 de noviembre de 1428, el abad del monasterio de la Valldigna, Berenguer, se dirige a Violante de Aragón, en aquel momento abadesa del monasterio de santa Clara de Valencia, ratiicando la patente concedida por el Papa anteriormente citado. Fue a principios del año 1429 cuando las doce monjas procedentes del monasterio de santa Clara de Valencia se trasladan a Gandia para ocupar el nuevo recinto, momento en que la historia del cenobio da sus primeros pasos y comienzan a reunirse los primeros elementos constituyentes del patrimonio artístico. De la totalidad de las obras que se conservan en el monasterio, debemos considerar la pintura que a continuación presentamos como una de las primeras de este periodo inicial y, lamentablemente, la única que se conserva. Se trata de una sarga pintada al temple que representa a Santa Clara y Santa Inés de Praga (ig. 1). Tal y como hemos apuntado, esta obra debió de llegar a Gandia con las primeras monjas procedentes de Valencia. Su datación corresponde al primer cuarto del siglo xv. La escena representa a las dos santas de pie sobre un suelo formado por baldosas, en el interior 230 Fig. 1 Autor desconocido del círculo de Pere Nicolau. Santa Clara y Santa Inés de Praga de una estancia, enmarcadas por un arco de medio punto con decoración vegetal. A nuestra izquierda aparece santa Clara ataviada con el hábito marrón característico de la orden franciscana, tocada con el velo de color negro. Porta una corona de pequeño tamaño obedeciendo a su condición noble. En su mano derecha sostiene el báculo de abadesa, mientras que con la izquierda levanta un libro abierto, en clara alusión a la regla franciscana. A su lado, santa Inés de Praga vestida con la túnica franciscana, porta en su mano izquierda un libro cerrado y, en su derecha levanta un rosario formado por bolitas rojas. En esta ocasión, santa Inés se nos presenta con el velo blanco y, sobre su cabeza una regia corona indicando su condición social, pues fue una princesa bohemia hija de Otakar I de Bohemia y Bella III de Hungría. Algunos autores han querido ver en esta igura la representación de santa Isabel de Hungría. Sin embargo, no existen motivos historiográicos para identiicarla con esta igura y sí con santa Inés de Praga. Al respecto cabe recordar que entre santa Clara y santa Inés existió una importante relación epistolar que vino a durar más de dos décadas, aunque ellas jamás se conocieron 231 en persona. Sin embargo, al estudiar los escritos puede observarse cómo existía un gran cariño entre ellas. Estilísticamente esta pieza entronca con el periodo del gótico internacional de la primera década del siglo xv valenciano, cuando el principal taller pictórico que venía asumiendo los principales encargos era el de Pere Nicolau, caracterizado por las formas alargadas que pueden observarse tanto en los dedos de las manos, como en las propias iguras, y en dónde la verticalidad se ve reairmada a través de la linealidad de los pliegues conformados por los ropajes de las dos mujeres, así como por los elementos arquitectónicos que se sitúa detrás de ellas o las líneas del suelo enrejado sobre el que se alzan las iguras . Lamentablemente, esta primera fundación apenas duró 15 años debido a las diicultades económicas a las que la Comunidad se vio sometida, hecho que propició el traslado de las hermanas de Gandia al monasterio de la Trinidad de Valencia gracias a sus buenas relaciones con la reina María de Aragón, entrando el monasterio en una etapa de grave deterioro. Abandonado pues el cenobio, no será hasta el año 1457 cuando el noble nacido en Gandia, Luis de Vich, con la consiguiente autorización eclesiástica del momento, comienza a rehabilitar el monasterio a expensas suyas con el in de dejarlo en condiciones de volver a recibir a religiosas de la misma orden. A partir de ese momento, se procederá a la recuperación del recinto y a la búsqueda de una nueva Comunidad que ya permanecerá activa hasta nuestros días. Esta nueva Comunidad procedente de Francia, se establecerá en la Corona de Aragón como la primera que sigue la norma de santa Coleta caracterizada por la defensa de la absoluta pobreza. Gandia se convertirá en la diáspora que dará lugar a otros monasterios del territorio español, siendo uno de los más importante el Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid fundado por doña Juana de Austria, hermana de Felipe II y princesa de Portugal. Será desde este momento, cuando el linaje Borja quedará vinculado al monasterio de santa Clara y, por ende, su colección debe ser considerada como el legado artístico más importante conservado de esta familia hasta nuestros días. La relación entre los Borja y el monasterio se inicia con el posible regalo que le envía el papa Alejandro VI desde Roma a su nuera María Enríquez. Se trata de una tabla de iconografía mariana tradicionalmente atribuida al taller del pintor romano Antoniazzo Romano es la Virgen con el Niño (ig. 2) y cuya realización se enmarca dentro de la segunda 232 Fig. 2 Antoniazzo Romano. Virgen con el Niño mitad del siglo xv, momento clave en la expansión de la pintura de este artista. Esta pintura ha sido considerada por todos los investigadores que la han estudiado como una de las más importantes de la colección . Como ya hemos indicado anteriormente, se trata de una pintura sobre tabla de grandes dimensiones en la que se representa la Virgen del Pópolo. Esta tipología de Virgen procede de la variante mariana llamada Odegétria. El modelo fue uno de los principales objetos de culto utilizados por la iglesia de Constantinopla al considerarse como la representación de la verdadera imagen de la Virgen, pintada por san Lucas. En la mayoría de los casos, el modelo utilizado se caracteriza fundamentalmente por presentar a la Virgen sosteniendo al Niño Jesús en su brazo izquierdo. A su vez, el Niño levanta su mano derecha para bendecir mientras que con la izquierda porta un rollo, aunque en la tabla del monasterio, el Niño carece de este elemento. Desde el punto de vista descriptivo de la obra, prácticamente todo el espacio está ocupado por la igura de la Virgen representada de medio 233 cuerpo, sujetando a Jesús con su mano izquierda mientras que con la derecha parece querer tocar la del pequeño. El Niño tiene su mano derecha levantada con los dedos en actitud de bendecir al espectador. Destaca el hieratismo de las iguras y el predominio de las líneas rectas sólo roto por el drapeado del manto rojo de Jesús, en el que el artista parece que ha desplegado su destreza pictórica. Existe un contraste diacrónico en los ropajes, pues mientras la Virgen presenta el maphorion azul con el ribeteado en rojo y los típicos hilillos de oro de origen bizantino conocidos con el nombre de assist, el Niño lleva una túnica a la cintura y por la parte superior del cuello se le puede entrever una camisa blanca anudada, más común en la indumentaria masculina de inales del siglo xv. Por lo que respecta a los rostros, la Virgen presenta la mirada perdida con la cabeza inclinada ligeramente a la derecha, mientras que Jesús mira directamente al espectador con porte serio. El fondo está confeccionado con pan de oro, rota esa monocromía por un cordón trenzado que alterna los colores rojo y negro, en la parte superior de la tabla, de cuyos extremos penden dos cruces. En cuanto a la autoría, tal y como apunta el Dr. Company, de esta obra se desprenden contactos con las formas bizantinas y propias de la pintura de la escuela italiana y más concretamente, vinculada a la obra de Antonio di Benedetto Aquili, Antoniazzo Romano (doc. en Roma entre 1435/1440-1508/1512) o taller. Considerado como uno de los artistas más importantes de la pintura romana del Quattrocento, se debió de iniciar con su padre, el pintor Benedetto activo en Roma entre 1423 a 1451. En 1477 participó en la decoración de los frescos de la Biblioteca Vaticana junto con pintores italianos como Antonio da Vierbo (h. 1451516), Benozzo Gozzoli (1420-1497) o Domenico Ghirlandaio. A partir de 1490 Antoniazzo comenzó a recibir una gran cantidad de encargos, lo que le condujo a crear un taller de colaboradores para poder satisfacer la gran demanda de estas imágenes icónicas de la Virgen de arraigo bizantino. De hecho, podemos encontrar sus modelos repartidos por todo el mundo, aunque si bien cabe, siempre denotan ciertas variaciones en los modelos. Así, debemos relacionar nuestra tabla, con la Virgen y el Niño con pajarito (ca. 1495) localizada en la actualidad en el Museo de Bellas Artes de Valencia. Si comparamos ambas pinturas, vemos ciertos paralelismos por lo que respecta al tratamiento de la volumetría y los fondos dorados, así como el hieratismo característico de los iconos bizantinos tan repetidos por este autor. 234 Prácticamente desconocida por la historiografía actual, podemos aportar la imagen de una copia de la tabla de Santa Clara de Gandia que se localiza actualmente en la colección permanente de la abadía benedictina de Pannonhalma (Hungría), también atribuida a Antoniazzo Romano o taller . Según la información facilitada, la pintura húngara tendría unas dimensiones menores que la valenciana, pero los modelos son exactamente los mismos, a excepción de los colores empleados y el fondo dorado que, mientras en la tabla de la Virgen de san Lucas está decorado con motivos lorales realizados con punzón, en la de Gandia no presenta ningún tipo de decoración incisa. Según Company, probablemente fuera encargada por Alessandro Sforza, «Signore» de Pesaro hacia 1470. En 1493, su descendiente Guivanni Sforza, casó con Lucrecia de Borja, hija de Alejandro VI y cuñada de la duquesa María Enríquez, una de los más importantes mecenas de la ciudad y monasterio de Gandia. Otra vía por la que pudo llegar la tabla a Valencia sería como regalo que Alejandro VI le haría a su nuera María Enríquez. Es sabida la existencia de una la relación entre Romano y el propio Papa, al encargarle este último algunos de los trabajos pictóricos destinados a su coronación acaecida en agosto de 1492. Algunos autores proponen que la tabla llegaría como parte del equipaje que el duque Joan de Borja traería desde Roma a Gandia en 1493 para contraer matrimonio con su cuñada viuda. La Duquesa María Enríquez y la irrupción del Renacimiento en Gandia Entre los últimos años del siglo xv y los inicios del siglo xvi, Valencia se convierte en la punta de lecha al irrumpir de forma contundente la pintura renacentista en la Península Ibérica de la mano del mecenazgo de Rodrigo de Borja. El 19 de junio de 1472 el entonces cardenal de Porto-Santa Ruina Rodrigo de Borja llega a Valencia con el objetivo de recaudar fondos para luchar en las cruzadas contra los turcos. Sin embargo, conocedor de la destrucción del retablo mayor de la catedral metropolitana producido por un incendio en el año 1469, aprovechará el viaje para presentar al Cabildo a dos pintores que cambiarán la concepción de la pintura hasta el momento conocida en la Corona de Aragón; Paolo da San Leocadio y Francesco Pagano. Debemos recordar que la tradición pictórica por aquel entonces se basaba en los principios de la llamada pintura hispano-lamenca, caracterizada por la conluencia estilística de los modelos procedentes de los 235 Países Bajos. Con la llegada de Pagano y Leocadio se inicia un renacer en la concepción de la producción pictórica, ya que hasta este momento no existían en la ciudad artistas capaces de pintar al fresco. Esto supuso no sólo la aparición de una técnica desconocida, sino también la irrupción de un nuevo estilo: el Renacimiento italiano. A partir del año 1963 con el artículo de Adele Condorelli se iniciaron una serie de estudios sobre este pintor. El descubrimiento de los ángeles del presbiterio culminó con la obra del profesor Ximo Company en el año 2006, en la que se realiza una revisión y puesta al día sobre la personalidad y obra pictórica de este artista. Así pues, en 1472 llega a Valencia Paolo da San Leocadio, un pintor joven, natural de Reggio nell’Emilia, del que, si bien existe una extensa documentación sobre su estancia en Valencia, ciudad en la que reside más de 40 años, no se han localizado noticias que indiquen su formación inicial en Italia. Sobre sus orígenes, fue en el año 1989 cuando a partir de la revisión de noticias de archivo publicadas en los años 20 se localiza el acta de bautismo del propio pintor, estableciendo el lugar de nacimiento en la capital Reggio Emilia y, la fecha de bautismo el 10 de septiembre de 1447. Sabemos que fue el menor de cuatro hermanos y que debió de dirigirse hacia Ferrara como posible destino para su formación como pintor, puesto que es en este momento el lugar donde se desarrolla la edad de oro de la pintura italiana del Renacimiento. Si bien, también podría haberse movido por las zonas de Padua, Lombardía e incluso el Véneto. Para el Dr. Company, existe la posibilidad de que el propio Leocadio colaborara en los frescos de Schifanoia donde la inluencia del maestro Cosme Tura inluyó de manera incofundible en la formación de nuestro artista, pero también de otros maestros como Mantegna, Cossa y Roberti. Lo bien cierto es que tanto que Ferrara como Padua, a través de la pintura al fresco y de la miniatura ferraresa, constituirían los pilares de la formación de Leocadio . Según las hipótesis más recientes, Leocadio llegaría a Ferrara con diecisiete o dieciocho años, donde estarían pintándose los muros del Salón de los Meses del palacio Schifanoia. La providencia quiso que, ante la necesidad trabajo por un lado y, de mano de obra por otro, conluyó en la participación de Paolo en esta obra artística, coincidiendo con otros artistas y donde muy probablemente coincidiría con el napolitano Francesco Pagano. 236 Su llegada a Valencia y su relación con la familia Borja La vinculación de Paolo da San Leocadio con el apellido Borja está documentada fehacientemente a partir de su llegada a Valencia con Rodrigo de Borja en el año 1472, como ya hemos advertido al inicio de este apartado. Será a partir de este momento cuando las conexiones entre nuestro pintor y la familia Borja quedarán patentes a través de los encargos que esta estirpe nobiliaria le irá encargando. De su actividad en tierras valencianas tenemos una gran cantidad de noticias de archivo salvo entre los años 1485-1490, momento en el que se abre un vacío documental, que sólo se concibe con la posibilidad del viaje del maestro a Italia. Si bien no existe ningún testimonio documental que certiique esta posibilidad, la similitud representados en algunos modelos representados en Gandia y en Vila-real, coinciden con modelos que ser estaban produciendo en el entorno del ferrarés Maineri activo en Ferrara ca. 1480. A partir de este hecho, se ha podido establecer dos periodos claramente diferenciados; el primero correspondería a los frescos de la Catedral de Valencia con un estilo más dependiente de los modelos italianos de su formación, mientras que el segundo periodo se iniciaría con los trabajos realizados para Castellón de la Plana, Gandia y Vila-real, donde se observa en la obra de Leocadio una gran capacidad de asimilación de diferentes procedencias para posteriormente plasmarlos en una pintura con un estilo personal. A su llegada a Valencia el primer trabajo que se le encargará será una prueba del trabajo al fresco junto a su colega Francesco Pagano. El Cabildo de la Catedral ya le había encomendado unos años antes, en 1469, una prueba de una Adoración de los Magos a Nicolás Florentino que, si bien era un artista un tanto extravagante, su calidad como pintor hizo que el Capítulo de la Catedral le encargara el trabajo de decoración del Altar Mayor y, en marzo 1470 ya habían comenzado a comprar el material antes incluso de terminar dicha prueba. Sin embargo, cuatro meses más tarde, el maestro Florentino muere inesperadamente sin haber iniciado las pinturas. Ante este imprevisto, Pere Reixac y Antoni Canyiçar retoman los trabajos dejados por el pintor italiano, siendo procesados unos meses más tarde por los pésimos resultados obtenidos. Así pues, el 16 de julio de 1472 se encarga a Pagano y Leocadio una prueba al fresco que inalizará en agosto de 1476, culminando con el contrato de las pinturas del Altar Mayor de la Catedral de Valencia por 237 un valor de 3.000 ducados. El 22 de diciembre de 1481 se data la última ápoca de pago tras perder el proceso que el Cabildo había interpuesto al no estar totalmente de acuerdo con el resultado de las pinturas hechas en el Altar Mayor. Gracias a la amplia documentación sobre esta obra, podemos conocer de primera mano cuales fueron las partes realizadas por cada uno de los pintores. Así, dadas las diferencias entre Pagano y Leocadio, sabemos que se separaron las zonas de decoración, pintando la zona de los ángeles por completo Paolo. Terminadas las obras de la catedral, y tras el vacío documental al que hemos hecho referencia anteriormente, Paolo regresará a Valencia el 16 de enero de 1490 cuando se le documenta trabajando para el Consell Municipal de Castelló quien le encarga el retablo mayor de la iglesia de Santa María de dicha población. Allí permanece hasta 1492 cuando muere su segunda esposa y regresa a la ciudad de Valencia, si bien continuará trabajando en las pinturas de Castellón hasta el año1500. De este periodo no se ha conservado ninguna obra. Paolo da San Leocadio y su llegada a Gandia Con fecha del 29 de noviembre de 1501 María Enríquez, viuda del duque Joan de Borja, contrata con el pintor Paolo da San Leocadio el retablo para la Colegiata de Gandia. Con este documento, se inicia una estrecha relación entre la duquesa y el artista que durará aproximadamente unos diez años. De esta estrecha relación, nacerán varios encargos que se convertirán en la obra más importante del pintor realizada en España. Se trata de dos encargos de gran magnitud separados por seis años. El primero de ellos sería la realización del retablo de la Colegiata, mientras que el segundo se centraría en un encargo que, personalmente consideramos más íntimo, ya que la duquesa le encarga el retablo de la iglesia del Monasterio de santa Clara, así como diversas tablas para algunas estancias privadas del Palacio Ducal de la misma ciudad. Paolo disfrutará de prestigio y reconocimiento, llegando a tener casa propia y un trato privilegiado tanto para él como para su familia. Por lo que al primer contrato se reiere, este se fecha el 29 de noviembre de 1501. En él se establecen las capitulaciones para la realización del retablo mayor de la Colegiata de Gandia, el ediicio que la duquesa ya se había encargado de ampliar, como constatan las inscripciones que aparecen en una de las puertas de acceso al recinto. Así, si leemos detenidamente el texto, se indica que el retablo estará dedicado a los Siete Gozos de la 238 Virgen, destinando cada uno de ellos a una tabla. En la parte del banco se representarán las historias de la Pasión que, en esta ocasión elegirá la Duquesa aquellas que ella misma considere, al igual que sucederá en el guardapolvo, reservando este espacio a santos y que la comitente decida pintar. A todo ello se sumaría el dorado de las esculturas que el artesano Forment incorporaría a la tracería de la estructura del retablo. Según el acuerdo, el trabajo tenía que estar completamente terminado en tres años y el valor de la obra se cuantiica en 30.000 sueldos. Tal y como hemos advertido, se le proporciona una serie de privilegios y exenciones iscales durante el tiempo en el que tarde en ejecutar la obra. No obstante, en el contrato no se especiica ninguna apreciación más. Seis años más tarde, el 10 de enero de 1507 se pactan los capítulos para la confección de dos retablos y varias tablas entre María Enríquez y Paolo da San Leocadio, entre ellas, las que son objeto de nuestro estudio. Al analizar detenidamente este texto, nos damos cuenta de que no sólo se mantienen los beneicios iscales y privilegios personales, sino que aumentan en gran medida las propuestas de carácter social que le propone la Duquesa. Leocadio era vecino de Valencia y, commorant en la ciudad de Gandia. Eso signiica que no podía beneiciarse de los privilegios propios de estar empadronado en la ciudad ducal. Por ello, María Enríquez insta a Paolo da San Leocadio, no sólo a hacerse vecino de Gandía sino: son domicili e cap major. Es cuanto menos curiosa la distinción que hace escrito entre domicili y cap major. Este intento por satisfacer y conseguir una residencia estable del pintor favorecería, sin lugar a dudas, a convertir a Gandía en el foco de producción de la pintura leocadiana de este periodo. Nosotros entendemos que, al igual que su residencia, su taller se debió de establecer en esta ciudad, de manera que ello supondría no sólo que los trabajos que se le encargaran se producirían aquí, sino también que, Gandía se podría haber convertido en un centro al que acudirían artistas tanto para trabajar en los encargos del maestro Paolo como para ver las obras que en su obrador se estaban gestando. Todo ello amparado por los privilegios a los que se acogía por ser ciudadano de Gandía y, sobre todo, estar respaldado por un símbolo político tan potente como la casa Borja. Siguiendo con los beneicios de garantizarle una mayor estabilidad social al pintor y a su familia, la duquesa se compromete a tomar bajo su servicio a una de las hijas del maestro, sea cual sea su edad. También se compromete a dotarla y a casarla con un joven de su corte siempre 239 Fig. 3 La Natividad bajo la supervisión de su padre. En el caso de que la joven no quisiera casarse, profesaría en el Monasterio de Santa Clara de Gandía y no en otro, de manera que quedaría bajo la tutela o supervisión de la familia Borja y, más directamente de la propia duquesa. En el caso de que esta circunstancia ocurriera, la segunda hija del maestro pasaría también a estar bajo el protectorado de la casa Borja hasta encontrar marido, dotarla y casarla. Si, al igual que su hermana mayor, la muchacha decidiera ingresar en el Monasterio de Santa Clara, la dotaría, al igual que a la anterior, para poder profesar en el convento. Así pues, para que se haga efectivo el contrato de estas obras, Paolo de San Leocadio debe mudar su domicilio y su taller de Valencia a Gandia para el resto de su vida a no ser que por motivos justiicados corroborados por cuatro personas de conianza, dos de la duquesa y dos de Paolo, pueda marchar de la ciudad de Gandía bajo pago de indemnización a la casa Borja. 240 Fig. 4 Paolo da San Leocadio, Adoración de los Magos Las tablas del Monasterio de Santa Clara de Paolo da San Leocadio En el Museo de Santa Clara se conservan tres tablas procedentes del Monasterio de Santa Clara. Se trata de la La Natividad (ig. 3), Adoración de los Magos (ig. 4), y la Ascensión de Jesucristo (ig. 5). En este artículo nos centraremos en la tabla correspondiente la Natividad. No tenemos noticias de cuándo se realizó la tracería del actual retablo del altar mayor de la capilla del monasterio, pero sabemos que dos de estas tres obras fueron incorporadas a esta nueva estructura con anterioridad a la catalogación que se realizó en la ciudad hacia el año 2000. Se trataba de la Adoración de los Magos y de la Ascensión; en la actualidad sustituidas por reproducciones. La tercera de ellas, el Nacimiento, se localizaba en las dependencias de la clausura del monasterio. De lo que sería el resto del retablo, tenemos documentado gráicamente que en 1908 se localizaban en el monasterio dos tablas pertenecientes al altar mayor, hallándose 15 años más tarde en el Museo Diocesano de Valencia. Se trataba de las tablas correspondientes a la Resurrección y la Dormición de la Virgen. Unos años más tarde, en 1923 se incluye en el 241 Fig. 5 Paolo da San Leocadio, Ascensión catálogo de dicho museo diocesano una tercera tabla, Pentecostés, como perteneciente al mismo conjunto. Se desconoce la localización de estas tres tablas, pero, gracias a la documentación sabemos que todas ellas tenían unas dimensiones mayores que las que se conservan en el Museo de Santa Clara. Este hecho puede dar lugar a algunas interpretaciones. Según las capitulaciones del documento de 1507, María Enríquez encarga dos retablos y varias tablas. De los retablos, no indica los temas que deben aparecer en ellos, sin embargo, por lo que se reiere a las tablas sueltas, el documento cita: «(…) Ítem, ha de pintar una taula de la Adoració dels Reis. Ítem, promet pintar lo dit mestre Paulo altres dos taules, la una de la Nativitat de Jesucrist, l’altra de com Jesucrist aparegué a la Verge Maria quant resucita. (…)» ¿Podría tratarse de estas tablas sueltas y no del retablo de la capilla del monasterio? De ser esto posible, las tablas conservadas en el Museo 242 Fig. 6 Comparativa de fotografía infrarroja y la pintura original. Detalle rostro Virgen. Paolo da San Leocadio. La Natividad procederían del Palacio Ducal y llegarían al Monasterio de Santa Clara probablemente como parte de la dote de la propia María Enriquez. De ahí que Bertaux no viera estas tablas en el altar mayor y se encontraran en la clausura hasta que, tras la guerra del 36 y la vuelta de la Comunidad clariana al convento, las utilizarían como parte del nuevo retablo construido. El Nacimiento o la Adoración de los Pastores Esta tabla se localizaba en las dependencias del interior de la clausura hasta la inauguración de la colección museográica. Presenta unas dimensiones de 141, 9 x 96,6 cm donde el marco está integrado en la propia tabla. Este marco está realizado en pan de oro y, la pintura es óleo sobre tabla. Esta obra forma parte del encargo que, como hemos advertido anteriormente, la duquesa María Enríquez le hace al pintor Paolo da San Leocadio en 1507. Desde el punto de vista de la historiografía, esta tabla siempre se ha considerado como parte del retablo mayor de la propia capilla del monasterio. Sin embargo, según el documento de las capitulaciones del contrato, se hace referencia al encargo de una serie de 243 tablas independientes al propio retablo mayor, entre las que se nombra una «(…) Nativitat de Jesucrist (…)». La escena transcurre en un espacio abierto al aire libre, en el que aparecen las ruinas de la arquitectura clásica tanto en la parte posterior de la escena del nacimiento propiamente dicho, como en un primer plano, favoreciendo la creación de profundidad a la escena. El cuadro presenta una composición en la que destacan dos grupos claramente identiicados. Por un lado, la Virgen María, san José y el Niño Jesús, y por el otro los tres pastores en actitud de oración con el paisaje detrás de ellos en el que se puede apreciar la escena de la Anunciación a los Pastores. Predomina los colores azules y diferentes tonalidades de rojo para el tratamiento de los ropajes. Una de las características de la obra de Leocadio es el uso de textos bíblicos que aluden al pasaje que se representan en las tablas a modo de ribeteado; como se puede apreciar en el manto de la Virgen. Para crear profundidad, el pintor sitúa en un primer plano varios trozos de arquitectura clásica en primer plano junto con algunas hierbas que están tratadas con sumo detallismo, como si de la pintura lamenca se tratase. En el paisaje del fondo de la escena principal, dibujado como si de una miniatura se tratase se reconoce en la escena en la que el ángel se les aparece a los pastores para anunciar el Nacimiento del Mesías. Desde el punto de vista técnico, esta tabla ha sido sometida a un proceso de estudio a través de la fotografía infrarroja, fotografías de alta deinición, así como radiografías. La técnica y la aplicación de la pintura es la utilizada comúnmente en la pintura italiana del Quattrocento, empleando lienzo y tela que se enganchaba a la madera mediante cola de pieles y pasta de harina. Se imprimaba con yeso hasta obtener una resistencia y inura requerida y, inalmente se realizaba el dibujo preparatorio con punta de plomo. Gracias a la relectografía infrarroja, hemos advertido algunos arrepentimientos de Leocadio que le hicieron modiicar el dibujo inicial. Continuando con las obras más características del periodo denominado del tardogótico, destaca la obra del Tránsito de san Juan Evangelista (ig. 7) fechada entre 1515 y 1520. Se trata de una pintura realizada al óleo sobre tabla atribuida al Maestro de san Lázaro e identiicado por la historiografía con Nicolás Falcó. El maestro de San Lázaro fue un nombre de laboratorio creado por Post en el año 1935, al aunar una serie de tablas fechadas en el año 1520 por presentar una similitud en las características formales de todas ellas. Este nombre fue utilizado durante varios años hasta que, en el año 1993, el Dr. Ximo Company propuso la vinculación del 244 Fig. 7 Atribuida a Nicolás Falcó, Tránsito de san Juan Evangelista Maestro de san Lázaro con el pintor valenciano Nicolás Falcó; siendo esta atribución aceptada por el resto de la historiografía. De este pintor sabemos que su periodo de actividad abarca de 1493 a 1530, año en el que muere. Debemos ver a este artesano como un artista de tránsito entre el mundo medieval y las nuevas corrientes de mundo lamenco instauradas en el panorama valenciano a través de iguras como Reixach o Jacomart. Nicolás Falcó fue el iniciador de una familia de pintores que continuará con su hijo Onofre Falcó (activo entre 1536-1560). De sus primeras obras cabe destacar el retablo que realizó el 18 de marzo de 1499 para la iglesia de Xelva. Al parecer, algunos autores han querido ver la posibilidad de un periodo de formación de Nicolau Falcó en el taller de Paolo da san Leocadio. Si bien no tenemos noticias que permitan constatar esta relación, gracias a la colección del Monasterio de Santa Clara de Gandia podemos airmar casi con toda certeza que ambos debieron coincidir y conocer sus respectivos trabajos; ya que la localización de obras de los dos pintores para el mismo cenobio está documentada. Por lo que respecta a la descripción iconográica de la tabla, la escena 245 representa el momento en el que san Juan Evangelista asciende ayudado por una nube, desde el mundo terrenal al mundo celestial de una fosa que él mismo había hecho excavar junto al altar de la iglesia que sus discípulos y ieles le habían construido. La escena aparece dividida en dos planos, el plano terrenal en el que se encuentran representados diversos personajes pertenecientes a la curia sacerdotal, y el plano celestial formado por los apóstoles, la Virgen y Cristo rodeado por la mandorla de fuego. El hilo conductor entre ambos planos está formado por un Cristo cruciicado y la igura del propio san Juan Evangelista, que aparece representado como una igura de mayor tamaño que el resto, recurso estilístico utilizado para destacar la importancia o la advocación a la que está dedicada la pintura. En la parte superior del cuadro, encontramos una composición en la que la igura central es Cristo con el torso descubierto mostrando las llagas de la Pasión. De su boca sale una ilacteria en la que puede leerse «VENI DILECTO MEUS AD ME» para reforzar la predilección de Jesús por el más joven de sus apóstoles. Además, el espacio de la izquierda de Jesús está vacío, a la espera de la llegada del cuerpo de san Juan. En este plano superior aparecen representados a la derecha de Cristo, la Virgen María en primer lugar, acompañada por diversas iguras de hombres entre los que se pueden identiicar gracias a los atributos que porta; san Pedro con las llaves y san Pablo con la Espada. A la izquierda de la igura de Cristo aparece un espacio libre de iguras que es el reservado al propio san Juan Evangelista, al que el mismo Jesús está tendiendo la mano y dirigiéndose a través de la ilacteria como hemos advertido. En esta parte de la composición se puede apreciar a san Juan Bautista vestido de anacoreta. Asimismo, gracias a los elementos utilizados por el pintor, se pueden identiicar a san Lucas y san Marcos, ambos acompañados por el tetramorfo en la parte inferior, sujetando una pluma con su mano derecha mientras que con la izquierda sostienen una ilacteria en la que indica su nombre. Toda la escena transcurre en el interior de una capilla de arquitectura de estilo clásico acorde con las composiciones de la época renacentista. Destaca el suelo compuesto por «rajoletes» típicas valencianas que refuerzan la igura central haciendo que todos los puntos de fuga se concentren en ella de manera que el espectador se centre en la igura del santo. En cuanto a la paleta cromática, ésta se basa en colores cálidos destacando los dorados, rojos, negros y colores crema. El hieratismo de los personajes, algunas desproporciones anatómicas, así como la estandarización de 246 Fig. 8 Joan de Joanes, Retablo de la Anunciación los rostros contrasta con el tratamiento de las arquitecturas y de algunos elementos que han llevado a considerar esta obra a medio camino entre el gótico tardío y las nuevas formas renacentistas. En cuanto a la forma en la que pudo llegar esta pieza a la colección del monasterio, según las anotaciones localizadas en los papeles del archivo del convento, se hace referencia a que esta obra pudo ser regalada por el archiduque Ernesto de Austria (1553-1595) en atención a las hermanas de san Francesc de Borja que residían en este monasterio. Sin embargo, esta airmación no puede documentarse fehacientemente. Dentro de las obras más destacadas de la colección, tanto por su calidad como por su peculiaridad en la estructura es el Retablo de la Anunciación (ig. 8) del pintor valenciano Joan de Joanes. Se trata de una «fornícula-retablo» pensada para estar encastrada en el interior de la pared. Es por ello, por lo que pensamos que esta pieza pudo estar destinada a algunas de las capillas del monasterio. La obra está dividida en dos planos claramente diferenciados por una arquitectura pintada a modo de balaustrada formada por columnas entre 247 las que se sitúan ángeles músicos tocando instrumentos característicos de la época. Los ángeles aparecen vestidos con amplios ropajes y se advierten ilacterias acompañando a cada una de las iguras. La representación de la música angélica es común en escenas religiosas. En la parte superior del retablo se alza la imponente igura de la Santísima Trinidad compuesta por Dios Padre que sostiene al Niño Jesús en actitud de bendecir. Ambos aparecen sobre un lecho de nubes soportado por cabezas de querubines. La paloma del Espíritu Santo parece conectar el plano inferior con el superior. Alrededor de las iguras aparecen diversas ilacterias con textos que hacen referencia al Salmo xliv llamado «Epitálamo profético de los desposorios del Mesías con la Iglesia» y que hacen alusión a cánticos en honor de Jesucristo y su Iglesia, todos ellos extraídos del Antiguo Testamento. La base de esta obra está resuelta a modo de suelo formado por losas sobre las que se situaría un conjunto escultórico compuesto por la Virgen María y el Arcángel san Gabriel, hoy desaparecidas. Como ya hemos indicado anteriormente, el autor de esta obra fue Juan Vicente Macip Navarro, más conocido como Joan de Joanes (h. 1503/1505-1579). Hijo del pintor Vicente Macip, las primeras manifestaciones artísticas que se le conocen lo vinculan al retablo de la Catedral de Segorbe (1531) donde comparte trabajo con su padre. A partir de este momento las noticias documentales se sucederán estableciendo un amplio corpus pictórico del autor. En sus obras se releja una clara inluencia de los modelos italianos como Leonardo, Rafael Sanzio y Bronzino. Por lo que respecta a la datación, hemos optado por compararla con dos obras de características formales similares. La primera de ellas es el Bautismo de Cristo de la Catedral de Valencia y la Coronación de la Virgen de la Colección del Banco de Santander. En ambas los modelos de Dios Padre y la composición de las nubes con los querubines portadores de ilacterias conectan directamente con el conservado en la colección clarisa. Ambas pinturas están datadas entre los años 1530-1540. La similitud con el estilo compositivo, los aspectos formales y cromáticos nos inducen a añadir esta pieza de Gandía con el corpus de las obras del autor pertenecientes a este periodo. En el año 1648, profesa en el Monasterio de santa Clara sor Luisa de Borja y Doria (1632-1721). Según la documentación de archivo conservada en el monasterio, se sabe que D. Joan de Borja, tío de sor Luisa, encarga la realización de un conjunto de lienzos bajo la advocación de Arcángeles y 248 Fig. 9 Detalle documento de archivo. Archivo Monasterio de Santa Clara. Gandía Clarisas (ig. 10), de «pintura ina», para celebrar la profesión de su sobrina. Este conjunto estaba destinado originariamente para decorar el coro de la iglesia del monasterio y estaba formado por cuatro lienzos. Debido a la remodelación del coro, se tuvo que dividir el conjunto, siendo el lienzo conservado el único que mantiene su tamaño original. El cuadro, que según la documentación representa la visión de María de Cantavella, presenta una disposición equilibrada situando en el centro de toda la escena a la igura de Tobías niño que sostiene el un pescado con su mano izquierda, mientras que con la derecha está cogiendo la mano del arcángel. En la parte superior, de entre las nubes, aparece la Sagrada Familia formada por la Virgen María, san José y el Niño Jesús. A lo largo del cuadro se sitúan con alternancia y, comenzando de derecha a izquierda santa Clara, sosteniendo la custodia, san Miguel vestido con ropajes de soldado, santa Jacoba que sostiene con su mano derecha una copa de cristal que levanta hacia la Sagrada Familia, Tobías niño que sostiene un pescado con su mano izquierda y con la derecha le da la mano al arcángel Rafael, santa Inés que pisa con su pie izquierdo una corona como símbolo del rechazo de su condición noble y, inalmente el arcángel Baraquiel que porta un incensario y que cierra el conjunto1. Todos los personajes pueden reconocerse por sus atributos iconográicos, así como por el nombre escrito que aparece bajo de cada uno. Sin embargo, este último arcángel nos planteó una duda entre el nombre escrito y su atribución iconográica. El arcángel que portador del incensario es Sealtiel. Según las Sagradas Escrituras, se trata del ángel que aparece en el Libro del Apocalipsis y que porta el incensario para ofrecer a Dios su perfume junto con las oraciones2. En la obra que aquí nos ocupa, el nombre que 1 2 Sobre el tema de los arcángeles y su relación con el culto ver: González Estévez, 2014. Apocalipsis 8:3-4 249 Fig. 10 Escuela post-ribaltesca. Arcángeles y clarisas aparece debajo de la igura es Baraquiel. La hipótesis en ese momento que se nos planteó, fue la posibilidad de que fuera un repinte. Sometimos la pieza al estudio de luz ultravioleta y pudimos conirmar la sospecha. Por lo que respecta a la autoría de la obra, su estilo corresponde a la pintura post-ribaltesca, cercana a la pintura de los talleres de Jerónimo Jacinto de Espinosa, Vicente Castelló o Abdón Castalleda, todos ellos inluidos por la igura de Francisco Ribalta que implanta el tenebrismo en un momento en el que la pintura adquiere su carácter más moralizante y enfocado a adoctrinar a los ieles en los principios básicos de la fe y de la doctrina y práctica de los sacramentos. En los rostros de los personajes se caracterizan por presentar formas ovaladas, un minucioso estudio de los ropajes o, la extremada calidad a la hora de representar los objetos de cristal como la copa que sostiene en una de sus manos sor Jacoba. A modo de conclusión podemos decir que, tras esta breve presentación de algunas de las obras que forman parte de la colección del Monasterio de Santa Clara de Gandia, se ha podido constatar que el cenobio se convierte en el lugar al que varias de las mujeres de la familia Borja deciden retirarse para profesar como monjas de clausura. A través de las obras conservadas de artistas de la calidad de Paolo da San Leocadio, Joan de Joanes o Vicente Macip, entre otros, se puede reconstruir la historia de la pintura valenciana con un hilo conductor continuo desde los siglos xv hasta el xviii, para una sola comunidad, lo que la convierte en una de las colecciones más importantes de la Comunidad Valenciana. 250 Bibliografía Albi, José (1983): «Tres madonas inéditas en Gandía», En: Passió, Gandia, 1983, s.p. Aliaga, Joan (2015): El Museu de Santa Clara. Gandia. Obras Maestras. Gandia: Ajuntament de Gandia-CAEM. 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En: Ars Longa [22], pp. 87-92. 252 Análisis estructural e intervención de tres libros de tradición hispanoárabe de la Almoyna de Valencia PATRICIA REAL MACHADO Técnico en conservación y restauración de patrimonio bibliográico y documental, Subdirección de Conservación, Restauración e Investigación de Bienes Culturales CulturArts Generalitat Valenciana. real_pat@gva.es GEMA MARÍA CANDEL RODRÍGUEZ Técnico en conservación y restauración de patrimonio bibliográico y documental. valenciarestaura@gmail.com En este artículo se ha procurado, a partir de la intervención realizada por el Departamento de obra gráica y material de archivo de la Sudirección de Conservación, Restauración e Investigación de Bienes Culturales CulturArts Generalitat Valenciana, realizada a tres libros manuscritos de tradición mudéjar custodiados en el Archivo de la s.i. Catedral de Valencia; «Almoyna, 1355-56», «Almoyna, 1357» y «Almoyna Collecta de Censals 1378», contribuir a concienciar del valor histórico de las encuadernaciones y la necesidad de conservar las cubiertas y sus elementos originales. Estos tres libros son singulares no por la riqueza ornamental de sus cubiertas, de la cual carecen, sino por sus materiales y técnicas de construcción, pues ofrecen mucha información acerca de la encuadernación medieval de estilo mudéjar con tapas de papelón. El presente trabajo analiza las características técnicas de las encuadernaciones, centrándose en la comprensión de las generalidades estructurales y materiales utilizados en la construcción de un libro, aportando información sobre un tema inédito del que apenas existen publicaciones1. 1 Caballero, 2013: p.83. 253 Los libros de cuentas de l’Almoyna, institución benéica creada en 1303 a iniciativa del obispo Ramón Despont para proporcionar comida y sustento a los más necesitados. También fue conocida como Almoyna d’en Conesa, quien fue su primer capellán. Esta institución estuvo desde sus orígenes vinculada a la Catedral de Valencia y en sus libros de cuentas se relejaba anualmente, el registro de las cantidades recibidas y dadas por los procuradores de las tierras a la institución. En la actualidad hay muy pocos ejemplares con este tipo de encuadernación lexible de tradición hispanoárabe en los que se mezclan la tradición artística musulmana y cristiana. En concreto estos ejemplares del siglo XIV muestran una serie de características comunes, como son las cubiertas de cuero, las tapas de papelón2 y las cabezadas con núcleo de piel curtida al alumbre3. Aunque en alguno de estos elementos como es el acabado de la piel y la forma de la cubierta, hay diferencia entre ellos. Es difícil encontrar datos acerca de los artesanos encuadernadores de esta época y su identidad. Aunque las encuadernaciones analizadas contengan rasgos de tradición hispanoárabe, ello no quiere decir que el encuadernador medieval perteneciera a un grupo social o religión especíico, podían ser artesanos judíos, mudéjares o cristianos, todos eran conocedores de la técnicas ligatorias de occidente y oriente4. A pesar de que los judíos eran impuros para las autoridades eclesiásticas o civiles cristianas y de la existencia de estatutos que prohibían a los hebreos tocar los animales que consumían los cristianos, existen documentos que prueban que en el siglo XIV los judíos y cristianos se relacionaron en el comercio de venta de pieles5. Los artesanos de la piel, compraban directamente las pieles por piezas a los carniceros, mercaderes u otros artesanos de las pieles como curtidores y pellejeros. 2 3 4 5 «Ciñéndonos exclusivamente al aspecto constructivo de la encuadernación, los trabajos de investigación en España han sido muy escasos y se reducen prácticamente a Barbachano y Beny (2004), sobre las encuadernaciones románicas de la Academia de la Historia; Sánchez (2008) y Pickwoad (2012), sobre las encuadernaciones en pergamino; y, sobre la encuadernación en la Baja Edad Media y primer Renacimiento, los de Caballero (2008) y Blat (2012) citados en la bibliografía inal». Tapa formada por varias capas de papel superpuestas, normalmente reutilizadas, que pueden estar manuscritas o no. Piel normalmente de carnero, la cual es depilada y tratada con sales de alumbre, lo que le proporciona una extraordinaria lexibilidad y blancura. Real, 2014: pp. 22-28. Hinojosa, 1984: p. 1553. «En julio de 1378 Johan Desat, Pellicer, interpone querella ante el justicia civil contra Mosse Abella e Icach Almuli, quienes se habían comprometido a venderles todas las pieles de cordero y ovejas que fueron sacriicados en la carnicería desde Carnestoltes a San Juan. El cristiano había depositado 48 libras de ianza al judío, y éstos ni mataron los animales ni entregaron las pieles. Al no poder cumplir lo prometido fueron condenados». 254 El oicio de los artesanos de la piel y el cuero estaba muy desprestigiado socialmente pues se manipulaban pieles crudas, sangre y olían mal. La primera asociación documentada es la cofradía de oicio de los aluders i pergaminers de Valencia que se constituye en 1329 bajo el patronazgo de San Agustín6. En el libro «Almoyna Collecta de Censals 1378», el tipo de encuadernación es una cubierta semi-lexible, con la peculiaridad de ser de piel de color verde, sin solapa, ni ningún tipo de cierres y en la parte anterior se puede leer la inscripción «Almoyna Collecta de Censal»7 (ig. 1). La cubierta carece de ceja y sólo conserva el papelón en la tapa anterior, el cual está formado por papeles de tipo hispanoárabe manuscritos de diferentes tamaños, los cuales se superponen hasta alcanzar un grosor de 3 mm, y no se encuentran totalmente adheridos entre sí. La piel de la cubierta tiene un acabado sedoso y no parece tintada, pues en el proceso de tinción las pieles se sumergen y se colorean tanto por la parte exterior como interior, mientras que en este volumen la piel sólo se encuentra coloreada en su parte exterior y en su interior tiene su color original amarillento8. Se ha analizado una pequeña muestra de piel mediante edx (espectrometría de dispersión de rayos X), y se ha detectado la presencia mayoritaria de calcio (Ca) y azufre (S), lo que indica que se trata de sulfato de calcio. También se ha detectado en bajas concentraciones presencia de silicio (Si), aluminio (Al), hierro (Fe) y potasio (K), indicando la presencia de tierras, cloro (Cl) y sodio (Na). Este resultado indicaría la posible utilización de un colorante verde ijado sobre sulfato de calcio. Para poder determinar la naturaleza del colorante, se ha tomado como muestra un fragmento de piel que fue embutido en resina, para proceder a su estudio estratigráico con microscopía óptica. Se observan tres estratos: 6 7 8 La institución social de los Gremios articularon la organización laboral en la vida de la ciudad de Valencia hasta el siglo xviii. Surgen en la Baja Edad Media como cofradías religiosas agrupadas por oicios y con el tiempo adquirirán importancia sus funciones sociales con ines económicos y logran el reconocimiento jurídico administrativo. La tinta de la inscripción fue analizada con microscopia electrónica mediante edx (espectrometría de dispersión de rayos X), concluyendo la presencia de hierro (Fe) y azufre (S), lo que indica que se trata de una tinta ferrogálica. También se detectó alta concentración de calcio (Ca), potasio (K), sodio (Na), silicio (Si) y aluminio (Al). Blat, 2012: p. 37. «Es común encontrarnos con libros que por su importancia documental están encuadernados con una piel que les distingue de los demás, tal vez éste podría ser el caso del libro que nos ocupa, pues la información administrativa del registro de los censos que contiene, es muy importante para la institución de la Almoina.» 255 Fig. 1 Archivo Catedral de Valencia, Almoyna Collecta de Censals, 1378 1. Estrato de la piel, se trata de un estrato muy orgánico semitransparente. 2. Estrato de la piel, es un estrato orgánico blanco amarillento. 3. Estrato de color verde oscuro, muy orgánico, con presencia de sulfato de calcio, silicatos y colorante verde. El resultado de los análisis indica la posible utilización de un colorante verde orgánico ijado sobre sulfato de calcio, pero no ha sido posible concretar el tipo de colorante orgánico utilizado9. El proceso general del curtido de las pieles es: limpieza10, curtido y acabado. El proceso de curtido puede ser vegetal, en el que se utilizan taninos procedentes de las cortezas y agallas de algunos árboles (este es el origen del término tenería), o también puede ser un curtido mineral, más rápido que el vegetal, en el que se usan materiales como el alumbre11. El libro en su interior tiene un refuerzo en el lomo, realizado de una 9 10 11 Sabemos que para obtener colorantes en Marruecos se utilizan especias y el color verde también se puede lograr con la menta. En el proceso de limpieza, se remojan las pieles y se ablandan con baños alcalinos y salados para eliminar los restos de grasa, pelos y prepararlas para el curtido. La curtiduría o tenería es el lugar donde se realiza el proceso de curtido que convierte las pieles de los animales en cuero. En la utilizaban muchos materiales malolientes, por lo que las curtidurías se encontraban retiradas a las afueras de las ciudades. 256 Fig. 2 ACV, Llibre de l’Almoyna, 1378 manera que era muy común en el mundo árabe. Una pieza única de tela de lino12 cubre el lomo y excede a ambos planos de éste, dicha tela se sujeta a la cubierta y al papelón por una tira de piel y al cuerpo del libro por la costura de las cabezadas (ig. 2). En cuanto al sistema de montaje de la cubierta con el cuerpo del libro también resulta interesante su ainidad con la tradición árabe, éste se caracteriza por la ausencia de adhesivos, recurriendo a la utilización de tiras de la misma piel que la cubierta, que perforan la cubierta en la zona de la cabeza y el pie, y con un nudo sujetan los pliegues de la piel de la cubierta, el papelón y el refuerzo de tela del lomo. La costura ha sido realizada con hilo de cáñamo, el tipo de cosido es trenzado de cadenetas de clara inluencia oriental, con dos y tres estaciones de cosido. Los cuadernillos se encuentran rematados por dos cabezadas sencillas realizadas también con hilo de cáñamo, cuyas almas son piel de badana curtida al alumbre, están cosidas a los cuadernillos aprovechando 12 El estudio morfológico con microscopía óptica de las ibras de hilo del refuerzo muestra la presencia de ibras vegetales de lino, caracterizadas por su forma cilíndrica y la presencia de nudosidades transversales y cruzadas. 257 los mismos oriicios que las cadenetas del cosido. Sin embargo no se puede asegurar que los terminales del núcleo de las cabezadas enlacen con la cubierta, contribuyendo a la unión del cuerpo del libro a la cubierta13. Los dos libros de cuentas cuya cronología data entre 1355 y 1357 tienen encuadernaciones semi-lexibles con piel de badana y ambos poseen tapas de papelón con papel hispano-árabe14 de unos 2 mm de grosor. En concreto el libro «Almoyna, 1355-56» tiene una solapa de cartera ojival reforzada en el interior con pergamino y dos cierres de tipo manecilla con dos botones enrollados (baga i botó) de piel de badana. (ig. 3 y 4). En origen, el cuerpo del libro de «Almoyna 1357» estaba sujeto a su encuadernación por medio de las cabezadas. Éstas son simples y están elaboradas con hilo de cáñamo y alma de badana y se unían a la encuadernación porque estaban adheridas en el interior de las solapas de las cubiertas. Debido a los avatares del tiempo y un ataque severo de insectos a la encuadernación, la cubierta se encontraba separada en uno de los extremos de la cabezada inferior, quedando ésta estaba suelta de la tapa delantera. De igual modo que en el libro explicado anteriormente «Almoyna Collecta de Censals 1378», para reforzar las cubiertas de badana empleaban el papelón, y para reforzar la zona del lomo adherían tela de lino y otra capa de piel de badana, lo cual le aportaba mucha más resistencia. En cuanto al ejemplar «Almoyna, 1355-56», al haber sido intervenido anteriormente, no se tiene la certeza de cómo estaba sujeto el cuerpo del libro a la encuadernación en origen, ya que éste se encontraba completamente separado de su cubierta (ig. 5). Aunque sí se puede observar restos de piel de badana de las cabezadas que se introducen en el interior de las solapas de las cubiertas, que éstas tienen capas de papelón, y que en la zona del lomo existen restos de tejido situados de igual modo que se observaba en los otros dos ejemplares. En cuanto al tipo de papel, los libros «Almoyna, 1355-56» y «Almoyna, 1357» están elaborados con dos tipos de papel: el papel denominado 13 14 Caballero, 2013: Op. cit., p.64. «La práctica según la cual los terminales del núcleo de las cabezadas no penetran en la cubierta, era inconcebible en la encuadernación europea de la época, pero habitual entre los árabes.» Caballero, 2013: Op. cit., p.61. «El uso de cartón para la confección de las tapas de los libros es una de las características más renombradas de la encuadernación árabe. Se ha señalado en alguna ocasión que ello tiene que ver con la tradición copta o con la carestía de la madera, aunque es mucho más probable que pueda estar relacionado con el uso habitual del papel como soporte del libro árabe, en lugar del pesado y recio pergamino de la Europa medieval que se beneiciaba notablemente de la protección entre tablas. De esta manera, las encuadernaciones de los ejemplares con hojas de pergamino —salvo reencuadernaciones y «restauraciones» posteriores— presentan tapas de madera, mientras que los árabes, aun siendo de la misma época y salvo reencuadernaciones antiguas, utilizan el cartón, generalmente elaborado con hojas manuscritas de papel y de vitela. 258 Fig. 3 y 4 ACV, Llibre de l’Almoyna, 1355-56. Llibre de l’Almoyna, 1357 hispano-árabe, hecho de pasta de trapos de lino con una trituración muy basta y encolado de almidón, el cual se ha empleado en las tapas de papelón y los documentos sueltos; y el papel denominado de transición o «mixto»15 empleado para el cuerpo del libro, con una trituración más reinada, en el que es posible apreciar la verjura con presencia de corondeles muy sutiles y puntizones muy marcados. Cuando el estado de conservación de los documentos es bueno, el acabado de estos papeles presenta una apariencia satinada e incluso brillante, mientras que si se ven afectados por un ataque de microorganismos o por el efecto de la humedad la apariencia pasa a ser mate e incluso pulverulenta16. Se han encontrado iligranas en ambos ejemplares: en el libro «Almoyna, 1357» en la hoja de guarda adherida a la cubierta delantera la igura del gallo, y en el interior del cuerpo del libro la igura de la llave; en el ejemplar de «Almoyna, 1355-56» se ha encontrado la igura de la campana17. 15 16 17 Sistach, 1997: p. 71. Candel, G., Fernández, G., Ferrazza, L., Juanes, D., Soler, I. (2011): p. 119-121. Algunas de estas iligranas están catalogadas en varios diccionarios de marcas del papel, como el Briquet, Ligarzas y Oriols Valls i Subirà. 259 Fig. 5 ACV, Llibre de l’Almoyna, 1355-56 En cuanto al libro «Almoyna Collecta de Censals 1378», el papel empleado en su totalidad es papel hispanoárabe. El estudio morfológico de las ibras del soporte muestra un papel realizado con ibras vegetales de lino. El espesor de papel es entre 0,3 y 0,4 mm, no tiene iligranas, el apresto es de almidón18 y aparecen restos de hebras de los trapos triturados en su fabricación y alguna de color azul19. El potencial de información que contienen estas encuadernaciones por sus características singulares en cuanto a estructura y materiales que aún conservan le dan un valor histórico casi único. Es por esta razón por lo que se ha decidido que a pesar de su estado de deterioro, los tres volúmenes sean mínimamente intervenidos en el proceso de restauración, evitando eliminar materiales que supongan pérdida de información importante o añadir otros que puedan imposibilitar su estudio material. El apresto de papel es almidón, tal como muestran los ensayos de tinción realizados con el reactivo Lugol (solución acuosa de yodo y yoduro potásico). 19 Karavazek, 2006: 73. «el azul era el color del tocado habitual de los cristianos, al mismo tiempo que el color de luto para gran parte del mundo islámico, aunque para los Omeyas de España el color de luto era el blanco» 18 260 Fig. 6 ACV, Llibre de l’Almoyna, 1355-1356 Se ha optado por intervenir de manera «arqueológica», rechazando la idea de colocar injertos en las zonas donde se ha producido una pérdida de material, reforzando únicamente aquellas zonas donde existe peligro de pérdida de material original. Siguiendo este mismo principio, se ha decidido eliminar los parches e intervenciones anteriores que tenía el volumen «Almoyna, 1355-1356» y no volver a unir ni añadir más elementos (ig. 6 y 7). En los tres volúmenes, la acción de la humedad al arrastrar partículas solubles, ha producido manchas en el soporte y ha servido como catalizador para el desarrollo de acción microbiana debilitando el soporte celulósico, volviendo el papel algodonoso e incluso provocando la pérdida de algunas zonas. Las zonas afectadas por microorganismos se han preconsolidado pulverizando una solución hidroalcohólica (80% alcohol etílico 20% agua destilada) y a continuación se ha reforzado la zona con papeles rehumectables de muy bajo gramaje, preparados con almidón de trigo. Este tratamiento resulta idóneo para no alterar el tamaño y la textura del soporte celulósico sano, puesto que se necesita muy poca humedad para activar los papeles rehumectables. 261 Fig. 7 ACV, Llibre de l’Almoyna, 1355-56 Sólo en los casos en los que se necesitaba una ijación mayor se ha aplicado adhesivo de almidón de trigo como consolidante en muy bajas concentraciones (0,1 % en un litro de solución hidroalcohólica). Se ha optado por este adhesivo por ser similar al encolado original. En las zonas de faltantes de soporte celulósico se ha optado por reforzar aquellas que se encontraban más debilitadas y que eran imprescindibles de reforzar para su correcta digitalización y conservación en el tiempo, como son las galerías ocasionadas por los insectos en zonas perimetrales, bordes algodonosos y centros de los cuadernillos partidos, es decir, donde existía peligro de pérdida de material original. Para ello se han empleado papeles washi20 de bajo gramaje y adhesivo de almidón de trigo (ig. 8). En el libro «Almoyna Collecta de Censals 1378» el refuerzo de tela de lino del lomo se ha limpiado eliminando la suciedad por aspiración controlada y puntual debido a la delicadeza de la pieza. A continuación se aplicó vapor frío para alinear el forro y eliminar las deformaciones existentes y 20 Papel nao de 5gr de origen japonés y fabricado según el método tradicional. Es un papel muy resistente formado con ibras largas de Kozo y muy transparente. 262 Fig. 8 para ello se hidrataron las ibras y se recolocaron en su ubicación original (ig. 9). El tipo de consolidación fue local, sólo se reforzaron las zonas que presentaban alteraciones. El soporte elegido para el refuerzo fue una tela de algodón con trama en tafetán, el cual previamente fue teñido, buscando un tono lo más integrado posible con el color original. La ijación de estos soportes al original y las tramas desprendidas se hizo mediante costura con hilos de seda de dos cabos utilizando punto de restauración. Una vez inalizada la restauración (ig. 10) se realizaron cajas de conservación con cartones de calidad de archivo21 y sin adhesivos para cada uno de los libros, con el in de garantizar su correcta salvaguarda y garantizar su transmisión en el tiempo. Podemos concluir que las características mecánicas de las encuadernaciones lexibles con tapas de papelón, su ligereza, durabilidad, estabilidad química, diversidad técnica y fácil construcción, las convierten en eicaces encuadernaciones que se han conservado hasta la actualidad. 21 con una reserva alcalina y con un ph entre 7 y 8. 263 Fig. 9 ACV, Llibre de l’Almoyna, 1378 Fig. 10 264 Bibliografía Blat, A. (2012): Libros de la Almoina. Análisis estructural de tres volúmenes del siglo XIV. Valencia. Trabajo inal de Máster inédito. Candel, G., Fernández, G., Ferrazza, L., Juanes, D., Soler, I. (2011): «El papel hispano árabe en la Comunidad Valenciana». En: IV Primavera del Manuscrito Andalusí: Manuscritos: papel, técnicas y dimensión cultural. Universidad Hassan II de Casablanca. Editorial: Bouregreg. Rabat, Marruecos, pp. 115-140. ISBN:9789954-31-645-0 Hinojosa, J., (1984): «Actividades judías en la Valencia del siglo XIV», En: Anales de la Universidad de Alicante. Historia Medieval, Volumen 3. Caballero, M. (2013): «Las encuadernaciones mudéjares con tapas de papelón: tipologías orientales en el occidente medieval». En: Piel sobre tabla. Encuadernaciones mudéjares en la BNE. Catálogo de la exposición de la BNE. Madrid. pp. 83-100. Real, P. (2014): Análisis y estudio de las encuadernaciones de tradición hispanoárabes en el archivo y biblioteca de la Catedral de Valencia. Valencia. Trabajo inal de Máster inédito. Sistach, M. C. (2005): «Del papel árabe al papel con iligrana en el Archivo de la Corona de Aragón». En: VI Congreso Nacional de Historia del Papel en España: Actas. Valencia, pp. 105-114. 265 i bienal thesaurus ecclesiae, thesaurus mundi EL PATRIMONIO CULTURAL DE LA IGLESIA, PATRIMONIO DE TODOS Conferencias - Exposiciones - Visitas Guiadas Xàtiva (España), octubre - noviembre de 2016 La Seu és cultura! 267 Programa de actividades/programa d’activitats Exposiciones De papel y pergamino. Tesoros del Archivo de la Colegiata de Santa María de Xàtiva / De paper y pergamí. Tresors de l’Arxiu de la Col·legiata de Santa Maria de Xàtiva. Octubre – diciembre de 2016. (Lugar: Museo de la Seu) Inauguración: 28 de octubre (20’00 h). En la 2ª parte del acto, actuará D. Pablo Márquez Caraballo, organista de la S. I. Catedral de Valencia. El arte de la cerámica y la Seu. L’art de la cerámica i la Seu Inauguración: 11 de noviembre. I Jornadas sobre el Patrimonio Cultural de la Iglesia / I Jornades sobre el Patrimoni Cultural de l’Església (Palau de l’Ardiaca) Programa: Viernes, 11 de noviembre de 2016 / Divendres, 11 de novembre de 2016 18’30 h.: Presentación: D. Juan Ignacio Pérez Giménez, Director de la Bienal. Inauguración: Ilmo. Sr. D. José Canet Canet, abad de la Colegiata de Xàtiva; M. I. Sr. D. Jaime Sancho Andreu, canónigo de la S.I. Catedral de Valencia. 268 18’45-19’15 h.: La fe que se hace cultura. El nuevo Museo Catedral de Valencia, Dr. Jaime Sancho Andreu (Director del Museo Catedral de Valencia. Catedrático emérito de la Facultad de Teología «San Vicente Ferrer» de Valencia). 19’15-19’45 h.: El relicario medieval de la Catedral de Valencia. La reliquia de la Santa Espina de Alfonso V, D. Ferran Castelló Domènech (Universitat de València. Investigador en formación. Doctorando en Historia del Arte). 19’45-20’00 h.: Descanso 20’00-20’30 h.: La voluntad de una reina. El Monasterio franciscano de Santo Espíritu. D. Alberto Marín Pastrana (Bibliotecario - Gestor Cultural del Monasterio de Santo Espíritu de Gilet). 20’30 -21 h.: Conservar, restaurar e investigar, los tres pilares de actuación en patrimonio mueble, Dra. Gemma Mª Contreras Zamorano (Subdirectora de Conservació, Restauració i Investigació de l’Institut Valencià de Conservació i Restauració, CulturArts, Generalitat Valenciana). Sábado, 12 de noviembre de 2016 / Dissabte, 12 de novembre de 2016 10’30-11 h.: Miguel de Lobera y la creación del patrimonio cerámico valenciano, Dª Mercedes González Teruel, D. Javier Jordá (Taller de Cerámica Vallés 16). 11’00 -11’30 h.: Los Museos de la Iglesia en el contexto museográico actual, Dra. Remedios Moril Valle (Profesora de la Universidad Católica de Valencia «San Vicente Mártir»). 11’30-12’15 h.: Descanso 12’15-12’45 h.: El archivo personal de Roque Chabás: sus fondos conservados en la Catedral de Valencia, D. Juan Francisco Morales Ferrer (Técnico del Archivo Catedral de Valencia). 12’45-13’45 h.: Recuperación y gestión del patrimonio cultural de la Catedral de Segorbe tras la guerra civil de 1936, D. Magín Arroyas Serrano (Director Archivo de la Catedral de Segorbe), Dr. David Montolío Torán (Conservador del Museo de la Catedral de Segorbe), Dr. Vicente Martínez Molés (Profesor. Musicólogo del Archivo de la Catedral de Segorbe). 18’00-18’30 h.: La reforma neoclásica en la catedral de Valencia: diseño y ejecución, Dr. Luis Cortés Meseguer (profesor de la Universidad Politécnica de Valencia). 269 18’30-19’00 h.: La colección del Monasterio de Santa Clara: el legado borgiano gandiense», por la Dra. Nuria Ramón Marqués (profesora de la Universitat de Lleida). 19’00-19’15 h.: Descanso 19’15-19’45 h.: El Velázquez de Orihuela, Dr. Mariano Cecilia Espinosa (Director técnico del Museo Diocesano de Arte Sacro de Orihuela). 19’45-20’15 h.: El patrimoni sonor: la música eclesiàstica, Dr. Josep Manel Garcia Company (Director de l’Institut Superior d’Ensenyances Artístiques de la Comunitat Valenciana - iseacv). 20’15 h.: Clausura Actividades complementarias: Visita guiada Xàtiva, ciutat dels Borja. Sant Pere. Santa María. Colegiata y Museo. Sant Francesc (Guía: Dª Ana Hernández) Domingo, 13 de noviembre de 2016 (10’30 h.) Apertura extraordinaria del Museo. Durante los días 11 y 12 de noviembre de 2016 la Colegiata y su Museo abrirán en horario vespertino: 16’00 – 19’00 h. 270 Este libro se terminó de imprimir en los talleres de la imprenta Paper Plegat, el 8 de marzo de 2018, día de la festividad de San Juan de Dios. LAUS † DEO El presente volumen incluye los textos de las ponencias presentadas a 1as Jornadas que sobre el Patrimonio Cultural de la Iglesia programó la Colegiata de Santa María de Xàtiva como actividad central de la primera edición de la Bienal hesaurus Ecclesiae. hesaurus Mundi.