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Revista médica de Chile

versión impresa ISSN 0034-9887

Rev. méd. Chile v.131 n.4 Santiago abr. 2003

http://dx.doi.org/10.4067/S0034-98872003000400001 

Rev Méd Chile 2003; 131: 355-358

 

Editorial

 

Facultad de Medicina de la
Universidad de Chile:
170 años al servicio del país

The University of Chile School of
Medicine: an educational institution
serving the country for over 170
years

 

 

 

 

 

 

The first course on Medical Sciences in Chile was inaugurated in 1833, being its director William C Blest, MD, an Irish physician graduated in Edinburgh University. Therefore, Dr. Blest can be considered the founder of Chilean formal medical education. When the University of Chile was established (in 1842), among its five initial Faculties was included Medicine, on the basis of the Medical Sciences course created ten years before. By then, the medical profession was not yet socially reputed and the initial years of the Faculty were difficult. During the 19th Century and until the second decade of the 20th century, this was the only medical school in the country. Its development was slow but sustained, reaching its apogee in the middle of the 20th Century, when it had outstanding clinical and basic sciences teachers and investigators. Clinical research, postgraduate teaching and medical specialization had a great development during that period. Nowadays, it is a complex Faculty that teaches eight health sciences courses leading to different professional titles, gives higher academic degrees in biomedicine and public health and certifies different medical specialties. It has a modern, well equipped library and a unique Museum of Medicine. Besides the traditional Departments in Medical Faculties, it has Departments of Medical Teaching, Bioethics and Medical Humanities. It provides continuing medical education programs and distance teaching has recently experienced a great development. The community is also favored with specific teaching programs. The academic promotion of its faculty members is based in a strict evaluation. During its existence, the Faculty has graduated a large number of physicians and other health care professionals. Our country should be grateful to the University of Chile Faculty of Medicine, in its 170th birthday, for its outstanding contribution to the development, welfare and happiness of Chilean society (Rev Méd Chile 2003; 131: 355-8).

(Key Words: Education, medical; History of Medicine, 19th Cent; History of Medicine, 20th Cent; Schools, medical).

"El constante y ardiente deseo de mi vida ha sido el coadyuvar a la benéfica tendencia, dignidad, importancia y respeto de la profesión a la que pertenezco; y siendo yo el primero que tiene la honra de abrir las majestuosas puertas de la medicina al público chileno, ciencia ilustre que me pone en circunstancias de poder ser útil al país, mi pecho se conmueve por un sentimiento de gratitud hacia el Gobierno que me ha proporcionado los medios de llenar mis anhelos y de que mi nombre se encuentre en su futura historia"1.

Con esta vibrante "Alocución" dirigida a los "señores alumnos", el Dr. Guillermo C Blest inauguraba el Primer Curso de Medicina en Chile, en el Instituto Nacional, el 27 de abril de 1833. Había sido creado por Decreto del 19 de marzo del mismo año, con las firmas del Presidente de la República Don Joaquín Prieto y su Ministro de Interior y Relaciones, Don Joaquín Tocornal2. En 1826, Blest había publicado en la Imprenta de la Independencia sus agudas "Observaciones sobre el actual estado de la medicina en Chile con la propuesta de un plan para su mejora"3, cuyo título indicaba su voluntad de contribuir a superar la condición precaria en que se encontraba la medicina nacional.

Lo cierto es que este médico irlandés, graduado en la Escuela de Medicina de la Universidad de Edinburgo -una de las más famosas de Europa en esa época- trajo la experiencia y la cultura educacional europea a nuestra tierra, grabando su nombre en forma imperecedera en la historia de Chile4. En rigor, el Dr. Blest puede ser considerado el fundador de la enseñanza formal de la medicina en Chile. Fue, además, un pionero de la salud pública y Diputado de la República. A nuestro parecer, Guillermo Blest destaca como una de los figuras intelectuales más sobresalientes de Chile en el siglo XIX. Por eso es que no deja de ser llamativo que, el único homenaje rendido por el país a su memoria sea el de la Facultad de Medicina, que construyó dentro de sus recintos una plaza que lleva su nombre.

Al crearse la Universidad de Chile, en 1842, como continuadora de la Universidad de San Felipe (que había sido fundada en 1738) se configuró la Facultad de Medicina, encabezada por su primer Decano, el Dr. Lorenzo Sazie, a la que se integraron los profesores del Curso de Medicina del Instituto Nacional. La Facultad tuvo que asumir desde sus inicios el peso del fracaso de su antecesora para lograr la formación de los médicos que el país imperiosamente requería.

Los comienzos de la Facultad fueron difíciles y su funcionamiento inseguro dado que, en la época, la medicina no gozaba de mayor prestigio social. Sin embargo, su desarrollo, aunque lento, fue sostenido. Comenzó su tarea educativa con un número reducido de estudiantes, el que paulatinamente fue creciendo y, antes del término del siglo XIX, tenía un número mayor de estudiantes que el de las carreras más tradicionales en aquellos tiempos, como Teología o Derecho.

Durante el siglo XIX5, los grandes hitos del desarrollo de la medicina nacional se confunden con el de la Facultad de Medicina, que era la única en el país. Entre ellos podemos mencionar la fundación de la Sociedad Médica de Santiago (1869) y de la Revista Médica de Chile (1872), dos pilares del progreso médico en Chile; el envío de un grupo de médicos a perfeccionarse a Europa (1874), dando así comienzo a los estudios de postgrado; la creación del Profesorado Extraordinario (1879), que permitió la incorporación a la docencia de destacados profesionales; el ingreso a sus aulas de la primera mujer que cursó estudios universitarios en el país (1881), superando un arraigado prejuicio colonial; la realización del Primer Congreso Médico Chileno (1889), signo de madurez de la medicina nacional, y la inauguración del espléndido edificio de la avenida Independencia, dotado de aulas, laboratorios y biblioteca (1889). En todos estos avances, los profesores de la Facultad jugaron un papel decisivo.

Durante el siglo XX, los principales acontecimientos fueron la creación de la Sociedad de Biología (1928), testimonio del grado de desarrollo que había alcanzado la investigación científica en el país; la selección de los postulantes a la Carrera de Medicina y la limitación de la matrícula de ingreso (1929), medidas adoptadas tempranamente por la Facultad para asegurar la calidad de la enseñanza; la reforma de los estudios médicos (1943), destinada a descentralizar e impulsar una enseñanza práctica y activa, aprovechando el campo clínico de los hospitales públicos; la fundación de la Escuela de Salud Pública (1943), que habría de tener decisiva influencia en la creación, una década después, del Servicio Nacional de Salud; el establecimiento del régimen de jornada completa y dedicación exclusiva (1949), signo de la madurez institucional de la Facultad, y la creación sucesiva de nuevas carreras de la salud para fortalecer la diversidad profesional requerida por un equipo sanitario. La fundación de la Escuela de Graduados (1954) dio comienzo formal a la especialización y subespecialización en medicina, con variados programas de formación de especialistas, y la puesta en marcha del programa de "médicos generales de zona" (1955), que permitió dotar de médicos a los establecimientos sanitarios de las provincias. La Facultad explicitó sus propósitos institucionales en una Declaración de Principios y en el Primer Seminario de Formación Profesional Médica (1960), organizado en conjunto con el Servicio Nacional de Salud, el Colegio Médico y otras Facultades de Medicina, se fijaron importantes objetivos educacionales y sanitarios para Chile5. No menos significativo fue el rol que desempeñó la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile en representación del estado chileno, en la supervisión docente de las Escuelas de Medicina de la Universidad de Concepción (1924) y de la Pontificia Universidad Católica de Chile (1929) hasta que obtuvieron su plena autonomía, en 1981. Hoy, como sabemos, son prestigiosas Facultades de Medicina.

La Facultad de Medicina de la Universidad de Chile logró su consolidación definitiva en las primeras décadas del siglo XX, alcanzando su apogeo a mediados del siglo, época en que contaba con una pléyade de sobresalientes profesores en ciencias básicas, preclínicas, clínicas y salud pública. En muchos círculos académicos del extranjero, era considerada la mejor Escuela de Medicina de Latinoamérica.

Hacia fines de 1960 se produjo una reforma universitaria, con fuerte impacto en la estructura y funcionamiento de la Facultad y, en la década del 70, sufrió el embate de los acontecimientos políticos que sacudieron al país. Pero, no sin dificultades, logró mantener su integridad y el ritmo del progreso.

Durante las últimas dos décadas del siglo XX, se crearon los programas de Magíster y de Doctorado en Ciencias Biomédicas; se modernizó la biblioteca; se creó el Centro de Estudios Bioéticos y Humanísticos y Unidades de Educación Médica, transformadas luego en Departamentos; se organizó el Museo Nacional de Medicina; se inició y consolidó la innovación curricular; se formó el Instituto de Ciencias Biomédicas; se dio impulso a los procesos de autoevaluación y acreditación de las Escuelas de Medicina del país; se creó el Doctorado en Salud Pública; se extendieron y profundizaron los vínculos internacionales y se hicieron notorios avances para completar la infraestructura física de su edificio central, en la avenida Independencia.

Esta labor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, así simplemente enumerada, no da cuenta del inmenso esfuerzo, dedicación y desvelo de centenares de profesores y académicos que, a lo largo de 170 años, han contribuido al desarrollo de la medicina chilena. Esto es lo que ha permitido la formación de decenas de miles de profesionales, especialistas y académicos; dar un gran impulso a la investigación en ciencias biomédicas, en clínica y salud pública; crear sociedades científicas de especialidades y subespecialidades; desarrollar la salud pública y contribuir a la creación de nuevas instituciones educacionales en medicina y salud.

Es claro que en todas las grandes marcas del desarrollo médico del país ha estado presente el espíritu creador, la mano realizadora, la motivación y el esfuerzo de los profesores de la Facultad de Medicina. Como lo ha destacado Ricardo Cruz Coke6, tanto en el siglo XIX como en el XX, muchos de sus profesores tuvieron una activa participación en la vida nacional, ejerciendo una importante influencia social y política, que contribuyó a concretar los objetivos de la Facultad de Medicina.

Al cumplir 170 años de fructífera vida y en los albores del siglo XXI, la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile se encuentra en la plenitud de su desarrollo institucional, tal vez como ninguna otra en el país. Es una institución educacional compleja, que forma profesionales en 8 carreras de la salud; posee un destacable desarrollo del postgrado; constituye uno de los principales centros de investigación en ciencias biológicas; realiza una extensa labor de educación continua presencial y a distancia, y de extensión a la comunidad; posee la principal Escuela de Salud Pública del país, que otorga grados académicos superiores; tiene una moderna biblioteca de ciencias biomédicas con tecnología de información avanzada, un acervo bibliográfico y documental único en el país y, por añadidura, una hermosa arquitectura; posee un Departamento especializado que cultiva las Humanidades Médicas y contribuye a una formación integral de los estudiantes, y otro de Educación Médica que permite el desarrollo de ésta, hoy en día, importante especialidad; dispone de un valioso Museo Nacional de Medicina, testigo material de la historia médica del país; tiene una infraestructura rica en laboratorios de investigación, aulas y espacios de recreación para estudiantes, académicos y funcionarios y ha logrado modernizar y hacer más eficiente su sistema de administración y finanzas. Por último y tan importante como todo lo anterior, cuenta con un extenso, variado y calificado cuerpo académico, en las áreas básica, clínica y de salud pública, el que está sometido a un estricto y dinámico proceso de jerarquización académica y calificación. La Facultad de Medicina ha logrado convertirse a través de los años, en una de las más importantes y desarrolladas de la Universidad de Chile.

Nuevos proyectos para adaptarse a realidades socio-económicas, educacionales y de salud cambiantes, son los desafíos que está enfrentando con decisión, hoy como lo hizo en el pasado. Podemos decir que la Facultad de Medicina ha sido fiel a su tradición y ha estado abierta al progreso que le han exigido los nuevos tiempos.

Creemos que no sólo los círculos universitarios y académicos deben estar agradecidos de esta Facultad, sino todo el país por la contribución que ella ha hecho -en la esfera de sus responsabilidades específicas- al desarrollo, bienestar y felicidad de la sociedad chilena. En esta tarea común, la Facultad ha ejercido liderazgo y cumplido un papel tan destacado como silencioso. La Revista Médica de Chile que, a través de sus páginas más que centenarias, ha ido recogiendo la historia de la medicina chilena y ha sido testigo de las actividades creativas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y de sus académicos, le rinde un tributo de respeto, admiración y agradecimiento en esta Editorial que aparece en el mismo mes en que -hace 170 años- nacieron esta Facultad y la enseñanza médica chilena.

Dr. Alejandro Goic G.
Editor Emérito de la Revista Médica de Chile y
Presidente de la Academia Chilena de Medicina.

Referencias

1. Alocución. Del Profesor de Medicina Dr. Guillermo C Blest en la apertura del Curso de esta Facultad. Rev Méd Chile 1983; 111: 360-63.

2. Decreto de creación del primer curso de ciencias médicas en Chile (19 de marzo, 1833). Rev Méd Chile 1983; 111: 358-59.

3. Blest G. Observaciones sobre el actual estado de la medicina en Chile. Con la propuesta de un plan para su mejora. Rev Méd Chile 1983; 111: 350-7.

4. Costa Casaretto C. Presentación del Dr. Guillermo C Blest. Rev Méd Chile 1983; 111: 364-7.

5. Goic A. 150 años de educación médica formal en Chile (1833-1983). Rev Méd Chile 1983; 111: 343-9.

6. Cruz-Coke R. Los profesores de la Escuela de Medicina y la historia política nacional. Rev Méd Chile 1983; 111: 380-7.

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