INTRODUCCIÓN
La fotografía facial, como examen complementario en odontología ha demostrado utilidad en el diagnóstico, planificación y evaluación de los tratamientos de cirugía ortognática, rehabilitación oral y ortodoncia1. Con el fin de disminuir las discrepancias entre la medición directa en el rostro y en la fotografía facial, se ha buscado estandarizar el protocolo utilizado para la obtención de la imagen, siendo la postura del individuo al tomar la fotografía un factor importante2.
El Instituto de Ilustraciones Medicas de Inglaterra propuso la utilización del Plano de Frankfort (PF) paralelo al piso como la posición estándar para fotografías faciales3,4. El trazado del PF está definido según referencias en tejidos duros. La referencia posterior es el punto más alto del meato auditivo externo (Porion) y el anterior es el punto más bajo del reborde orbitario (Orbital)5. En el perfil facial el PF es identificado según referencias en tejidos blandos, siendo el borde superior del tragus y la proyección del punto orbitario en tejidos blandos sus puntos de partida y término respectivamente6.
Distintos investigadores han propuesto el uso de la Posición Natural de Cabeza (PNC) como la postura para las tomas fotográficas faciales7,8. Esto, debido a su buena reproductibilidad y cercanía a la posición habitual de las personas, siendo así una referencia más confiable que el PF paralelo al piso6. La PNC se define como aquella posición que adquiere un sujeto relajado cuando fija sus ojos hacia el horizonte sin ninguna interferencia externa. El eje visual se encuentra horizontal y es controlada por factores como el sistema visual y vestibular, la propiocepción músculo articular, la oclusión dental, y la actividad neuromuscular9.
Se ha estudiado una variación entre el PF y la horizontal verdadera y se ha visto que difiere una de la otra en promedio 1 a 5 grados10. La apariencia de perfil de una persona puede cambiar cuando su posición natural de cabeza es llevada a una posición forzada mediante una manipulación externa, situando el PF trazado en tejidos blandos paralelo al piso6. El clínico debe tener especial cuidado en pacientes que adoptan una posición modificada por ejemplo clase II o III esqueletal, en donde el sujeto podría posicionar la cabeza de tal manera que enmascara su patrón facial. En estos casos, el examinador puede intervenir para conseguir la orientación adecuada. Estos cambios en la posición de la cabeza pueden llevar a diagnósticos erróneos, particularmente en el análisis de tejidos blandos11.
El objetivo de este estudio fue comparar el paralelismo entre la horizontal verdadera y el PF trazado en tejidos blandos, cuando el sujeto se encuentra en PNC. De esta manera se busca aportar a la discusión sobre la posición que resulte más ideal para la toma de la fotografía de perfil y que permita al clínico llegar a diagnósticos certeros.
MATERIAL Y MÉTODO
Muestra: El estudio se realizó durante un periodo de 2 meses, desde Junio a Septiembre del año 2016 en las dependencias de la Facultad de Odontología de la Universidad de Chile, donde se seleccionaron 97 estudiantes mediante método por conveniencia, de los cuales 38 correspondieron a hombres y 59 a mujeres, con un intervalo de edad de 19 a 29 años, con ausencia de una discapacidad motora que les impidiera mantener una postura estable o alteraciones morfológicas severas que pudiesen afectar el desarrollo craneofacial. Todos los participantes firmaron un consentimiento informado.
Descripción de la toma fotográfica: A cada uno de los 97 sujetos se le tomó una fotografía de perfil usando el protocolo de Astudillo y cols., 201812. Se usó una cámara Réflex digital Pentax K-3 de sensor DX con una resolución de 24 megapíxeles, un lente de longitud focal fija de 100 mm y a una distancia de 110 cm entre el sensor de la cámara y el nasion del paciente. La cámara se encontraba soportada por un trípode a la altura de la cabeza del sujeto. El foco estaba a la altura del nasion. La cámara fue usada en modo manual, con los siguientes parámetros: ISO 100, apertura de diafragma f=11, velocidad de obturación 1/125 seg. Adicionalmente se utilizó un flash externo con difusor para mejorar la iluminación de las fotografías extraorales en función TTL.
Para lograr una correcta inclinación de la cámara, se usó un trípode con nivelador de burbuja, lo que permitió una orientación horizontal de este elemento. Luego, la cámara utilizada contaba con la función de giroscopio integrada, lo que permitió orientar la cámara en sentido horizontal y vertical electrónicamente. Finalmente, para corroborar si la foto estaba orientada correctamente se usó una plomada, para luego analizar mediante el software Adobe® Photoshop CS6® la inclinación de la fotografía.
Previo a la toma fotográfica, se solicitó a cada sujeto que se retirara objetos que pudieran interferir con las mediciones, tales como audífonos, aros, lentes u otros. Adicionalmente fue necesario ocultar el pelo detrás del pabellón auricular para facilitar la visualización del tragus. Además, un único operador buscó la expresión del punto suborbitario a nivel de los tejidos blandos en el lado derecho del sujeto mediante la palpación y procedió a marcarlo con un marcador indeleble de punta fina color negro.
Para alcanzar una PNC se utilizó el protocolo propuesto por Sollow y Tallgren en 197113, el cual consiste en pedirle al sujeto que realice una pequeña caminata en el punto indicado del set fotográfico, luego se le solicita que realice movimientos de flexión y extensión de su cabeza con una amplitud decreciente hasta que sienta que alcanzó una posición natural. Finalmente se le solicita que trague saliva y se espera 2 o 3 segundos, lo que permite obtener una posición de reposo mandibular para finalmente realizar la toma fotográfica.
A cada fotografía, mediante el programa Adobe® Photoshop CS6®, se trazó el PF en tejidos blandos y luego se procedió a medir la angulación de este. La Fig. 1 representa un esquema del Plano de Frankfort trazado en tejidos blandos. Los datos se tabularon en una planilla Excel (Microsoft® Excel® 2010) y se procesaron estadísticamente con el Software Stata14® S/E®. Se aplicó el test de Shapiro-Wilk, para establecer el tipo de distribución de los datos y se utilizó t- test para determinar si existía diferencia estadística entre los planos trazados y la horizontal verdadera (90º). Se determinó un intervalo de confianza de 95% y se consideró que había diferencia estadística con valores de p< 0.05.
RESULTADOS
El valor promedio del Plano de Frankfort trazado en tejidos blandos, comparado con la horizontal verdadera fue de 98.8° con una desviación estándar de 5.27º, con un valor mínimo de 83.2º y un valor máximo de 111.2º. Esto indica una diferencia de 8.8º con respecto a la horizontal verdadera (90º) la cual resulta ser una diferencia estadística (Tabla 1).
DISCUSIÓN
Los resultados obtenidos demuestran que existe diferencia estadística entre el PF trazado en tejidos blandos y la horizontal verdadera cuando el sujeto se encuentra en PNC, siendo en promedio 8.8° mayor. Estos resultados se corresponden con lo descrito previamente en la literatura, donde autores como Ferrairo y cols., 199414 encontraron que el PF trazado en tejidos blandos se encontraba 13.24° mayor que la horizontal. A su vez, otros estudios han encontrado una variación entre el PF y la horizontal verdadera mediante la toma de telerradiografía lateral de cráneo, en donde el PF difiere en promedio de 1 a 5 grados respecto a la horizontal verdadera10.
La relevancia de estos resultados radica en que la apariencia de perfil de una persona puede cambiar cuando se le pide que cambie su PNC para alinearse según el PF6, lo que puede llevar a diagnósticos erróneos, particularmente en el análisis de tejidos blandos11. Por otra parte, la PNC refleja de forma más fidedigna la posición habitual del individuo15.
La utilidad de la fotografía facial como examen complementario en odontología depende en gran medida de que exista una concordancia entre la medición directa en el rostro y la medición a partir de una fotografía, para de esta manera evitar errores en el diagnóstico. Ante esta perspectiva la PNC sería una referencia más confiable que el PF6.
Un factor que podría considerarse como limitante de este estudio es la variación que existe en la anatomía del pabellón auricular, referencia posterior del PF trazado en tejidos blandos. Según un estudio de Alexander K. y cols., 201116, los hombres presentan orejas más grandes que las mujeres, aumentando también su tamaño en relación a la edad. Además, existen diferencias en cuanto al lado estudiado, pudiendo así ser asimétricas en un mismo individuo.
Por otra parte, es necesario considerar la importancia de una correcta palpación y marcación del punto suborbitario, ya que una mala ubicación de esta referencia producirá variaciones en los resultados.
Son necesarios más estudios que permitan simplificar la técnica, obtener mayor precisión de las medidas y abordar de mejor manera las variables que pudiesen influir negativamente el método.