INTRODUCCIÓN
La población mayor de 60 años a nivel mundial sigue en aumento respecto a otros grupos etarios, por factores como los avances de la ciencia médica, el mejoramiento en el acceso y la oportunidad a los tratamientos, el progreso de las condiciones sociales y el incremento de la esperanza de vida. Esta población presenta diversos cambios fisiológicos, existiendo una estrecha relación entre los deterioros funcionales y la edad. El porcentaje de individuos que presentan dependencia ha aumentado, en especial a edades más avanzadas, con una alta prevalencia de enfermedades crónicas que demandan servicios de salud, siendo uno de los aspectos relevantes el mantenimiento de su salud1.
Entre estas condiciones encontramos a los trastornos orales, principalmente de efectos acumulativos, siendo un factor esencial para un envejecimiento saludable y una buena calidad de vida. Estas enfermedades bucales continúan siendo un problema de salud pública a nivel mundial, describiéndose a la Caries y las Enfermedades Periodontales como las más importantes entre la población adulta, llevando a la pérdida dentarias y uso de prótesis dentales2-4. Además, se ha demostrado una relación entre estas enfermedades orales y el desarrollo de problemas sistémicos, impactando en su estado de salud general5,6.
Chile no está ajeno a esto. Se ha descrito que las personas adultas mayores son el grupo con más daño en la salud bucal por no haber recibido durante su vida suficientes medidas de prevención o tratamientos adecuados y oportunos. Así mismo, se ha observado un incremento en esta población de personas institucionalizadas en residencias u hogares de ancianos, donde se espera que reciban protección y los cuidados que la familia no puede asumir por diversas razones7. Un tipo de estos centros son los Establecimientos de Larga Estadía para Adultos Mayores (ELEAM), regidos por el reglamento del Ministerio de Salud, y fiscalizados por la Secretaría Regional Ministerial (SEREMI) de Salud. Estos Establecimientos tienen por objeto la prevención y mantención de su salud que incluye el cuidado de la salud oral, la mantención y estimulación de su funcionalidad y el reforzamiento de sus capacidades remanentes para el mantenimiento de la calidad de vida8. A pesar de esto, encontramos que en un estudio realizado en ELEAM de Viña del Mar y Valparaíso se describe una prevalencia de Dientes Cariados, Obturados y Perdidos por Caries de 23,59 y prevalencias de 100% de pérdida de inserción y un 90,32% de mala higiene oral en personas de 60 años de Villa Alemana10.
Para lograr satisfacer los cuidados de salud, los ELEAM deberían operar de acuerdo a los estándares de calidad definidos por la autoridad, desarrollando planes de capacitación continua y evaluaciones permanentes de los conocimientos y desempeño del personal, de manera de asegurar la calidad técnica y humana de este recurso8. Ante esto, el propósito del presente estudio es valorar el nivel de conocimientos sobre higiene oral en cuidadores de adultos mayores residentes en ELEAM de Valparaíso, Chile, encargados de los cuidados básicos en este grupo de personas.
MATERIALES Y MÉTODOS
El presente es un estudio descriptivo en 75 trabajadores en 18 de los ELEAM autorizados por la SEREMI de Salud en Valparaíso. Se incluyeron personas mayores de edad, de ambos sexos, vinculados laboralmente al menos tres meses a estos establecimientos y que se encontraron realizando cuidados directos o de apoyo a los adultos mayores.
El cálculo del tamaño muestral se realizó mediante la fórmula de poblaciones finitas, con una población de 92 cuidadores, un nivel de confianza del 95% y un error estándar de muestreo del 5%. Los cuidadores se seleccionaron de forma aleatoria entre los establecimientos disponibles en la ciudad de Valparaíso, y luego de obtener permiso del director del centro, se firmó el consentimiento informado y se les aplicó la encuesta.
En una primera sección consultó sobre aspectos sociodemográficos, educativos, experiencia y capacitaciones. En la segunda, se interrogó específicamente sobre el nivel de conocimiento de los cuidadores en temas referentes a higiene oral, medidas preventivas, características del cepillo, técnica del cepillado, uso de la seda dental, uso de colutorios, higiene de la prótesis y la frecuencia de valoración por odontólogo en adultos mayores. Esta sección constó de 15 preguntas cerradas, las cuales fueron evaluadas por dos odontólogos con experiencia en el tema, evaluando la redacción de los ítems y dando validez al contenido. Los contenidos a evaluar se obtuvieron a partir de las normas clínicas de Salud Oral Integral para Adultos de 60 años11.
La encuesta se aplicó de forma individual a cada uno de los cuidadores, en el horario que ellos estimaron conveniente. A cada pregunta correcta se le asignó 1 punto, y a la respuesta incorrecta 0 puntos. El nivel de conocimiento del cuidador se clasificó de la siguiente manera: Alto (12-15 puntos) que corresponde a más del 80% de respuestas correctas; Medio (9-11 puntos), entre el 50-79,9% de respuestas correctas y Bajo (0-8 puntos) menos del 49,9% de respuestas acertadas.
El análisis de los datos se realizó mediante la distribución de las frecuencias y proporciones. Se utilizó la prueba exacta de Fisher entre el nivel de conocimientos y las variables capacitación y educación, y el coeficiente de correlación de Pearson para las variables años experiencia como cuidador y el puntaje del nivel de conocimientos.
RESULTADOS
Casi la totalidad de la población en estudio corresponde a mujeres (97,3%), con un amplio rango de edad, entre los 22 y 64 años (promedio de 40,89 años). La experiencia laboral es entre 1 y 20 años o más, con un promedio de 8,5 años. Sólo el 32% presentan una formación formal a nivel técnico, y el resto son autoformados. El 76% relató no presentar capacitación ni formación en cuidados de salud bucal.
El 86% de los cuidadores indica alguna técnica para la higiene oral en los adultos mayores, siendo asistidos un 92% de estos, mientras que el resto la realiza de manera autónoma. Las respuestas respecto a la técnica y frecuencia del cepillado, así como la textura, tamaño de la cabeza y momento del recambio del cepillo se describe en la tabla 1.
El 88% indica el uso de algún elemento complementario para la higiene oral, el 42% seda dental, 27% cepillos interdentales y 19% limpiador lingual. El 56% de los cuidadores no recomienda el uso de colutorios para complementar la higiene oral.
En relación a las medidas de aseo para la prótesis dental, el 88% de los cuidadores reconoce que se debe utilizar un cepillo diferente para la prótesis y para los dientes. Un 51% declaró indicar el uso de dentífrico, un 43% de agua y jabón, un 1% vinagre y el resto utilizaban todas las sustancias anteriores. El 100% de los encuestados recomiendan retirar la prótesis durante la noche, y el 95% indica su mantención en un vaso con agua.
El porcentaje de cuidadores que sugiere realizar la visita al odontólogo semestral o anual es similar, 45% y 43% respectivamente. Un 11% recomiendan que los adultos mayores sólo acudan al odontólogo cuando experimenten dolor, y el 1% cada cinco años.
Al analizar el puntaje total de conocimientos sobre higiene oral, se encuentra que 45 cuidadores (60%) presentan un nivel de conocimiento medio, 25% un nivel bajo y 15% un nivel alto. No se encontró una correlación entre este puntaje y los años de experiencia en el oficio de cuidador (r=0,172). No se aprecia una diferencia estadísticamente significativa entre cuidadores que tuvieron una educación formal y quienes no, respecto al nivel de conocimientos sobre higiene oral (p= 0,083). Al relacionar quienes declaran capacitación y su puntaje del nivel de conocimientos obtenido en la encuesta, no existe una diferencia estadísticamente significativa (p= 0,439).
DISCUSIÓN
El presente estudio se realizó con el fin de determinar el nivel de conocimientos sobre higiene oral de los cuidadores de adultos mayores que trabajan en los ELEAM de Valparaíso. Este trabajo es ejercido principalmente por mujeres (97%), coincidiendo con los datos entregados por el Servicio Nacional del Adulto Mayor, donde se atribuye este rol a las mujeres, por un factor histórico-cultural de la sociedad chilena.
El promedio de edad de las cuidadoras fue de 40 años, con una experiencia promedio en cuidados de Adultos Mayores de ocho años y medio, similares a otros reportes de investigaciones11-14. Sus edades tan extremas evidencian un proceso de renovación en las personas vinculadas a los ELEAM. El bajo nivel educacional de las cuidadoras es similar al reportado por Albala, quien en un estudio en conjunto con el Instituto de Nutrición y Tecnología en Alimentos de la Universidad de Chile encontró que la mitad de los cuidadores evaluados tiene 8 años o menos de escolaridad15.
Dentro de los resultados relacionados con el nivel de conocimientos para la higiene oral, un aspecto importante de analizar es lo relativo al apoyo que los cuidadores ofrecen a los adultos mayores, donde el 92% reporta ayudarlos cuando se cepillan los dientes. Si bien, ésta es una práctica positiva, el mantener la independencia para la realizar las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria debe incluirse como parte integral del cuidado del Adulto Mayor. Esta estrategia de reforzamiento positivo está relacionado con la disminución en la velocidad del desempeño, tanto mental como física, menor velocidad de procesamiento, y de la capacidad en la memoria operativa, principales cambios cognitivos durante la edad adulta avanzada. Es importante que los cuidadores promuevan la independencia de los adultos mayores en la ejecución de actividades como la higiene oral, y de esta manera estimular su independencia y autoestima y, en consecuencia, mejorar su calidad de vida. Además, estas actividades permiten ejercitar la coordinación motora, y en caso de mostrar una limitación en su realización se pueden utilizar aditamentos especiales diseñados con el fin de facilitar la higiene.
El nivel promedio de conocimientos de los cuidadores es nivel medio, entre un 50 y 79% de respuestas correctas (60% de la muestra). Sin embargo, en algunos aspectos básicos de la higiene oral, como la técnica del cepillado, es nulo, ya que ninguna de las cuidadoras respondió de forma correcta. Cuando se indaga sobre la frecuencia en el cambio del cepillo, estos informan que debe ser “cuando está desgastado” sustentando la necesidad de actualización en sus conocimientos que requieren.
De forma opuesta, en las preguntas relacionadas con frecuencia del cepillado e higiene de la prótesis, sobre su remoción y conservación, los cuidadores demostraron un alto nivel de conocimiento con respuestas positivas en un 97%, 100% y 95% respectivamente. Esto posiblemente se debe a su práctica diaria, donde aplican lo aprendido como conocimiento empírico de la población en general. Referente al tipo de cepillo recomendado para uso en adultos mayores, el 63% tiene conocimiento acorde con la recomendación de la Guía Clínica GES11. Esta Guía sustenta la aplicación de fluoruros en dentífrico o colutorios post cepillado, de forma de prevenir las caries en todos los adultos mayores, pero en este estudio un poco más de la mitad de las encuestadas recomendaba el uso de colutorios, sin ninguna especificación. En referencia a la frecuencia de la visita al odontólogo, los porcentajes de respuestas son similares para “cada seis meses” y “una vez al año”, 45% y 43% respectivamente
Es crucial crear una norma o instructivo para aplicar en este tipo de instituciones que cuidan y protegen a los adultos mayores. Hay experiencia mundial como Bélgica, donde se desarrolló una guía de atención de la salud oral para personas mayores en instituciones considerando aspectos como la educación, el control de la neumonía, el uso del cepillo de dientes eléctrico y colutorios con fluoruro16. Se han observado mejoras objetivas en la salud oral de los residentes cuando se formó al personal, reduciendo la prevalencia de la enfermedad de la mucosa oral, queilitis angular y estomatitis protésica17.
El personal demuestra conciencia respecto a la importancia del cuidado bucal en los adultos mayores, aunque critican que hay muy poca educación sobre el tema14,18. El 68% de las cuidadoras declararon una “autoformación” en sus conocimientos, basados en su experiencia y en la percepción que tienen respecto del tema, un aprendizaje colectivo transmitido en forma general sin ningún sustento. Por ello es vital la capacitación adecuada de los cuidadores para desarrollar y fortalecer competencias que conlleven a un desempeño de calidad en el cuidado de la salud oral de las personas mayores. No solamente la formación formal es importante, la capacitación continua se convierte también en una necesidad