Artículos
Autodeterminación en
personas con discapacidad intelectual que envejecen y algunas variables que
inciden en su desarrollo
Self-determination in people with intellectual disabilities who age and some variables that affect their
development
Izaskun Álvarez-Aguado ialvareza@udla.cl
Universidad de Las Américas, Chile
Vanessa Vega Córdova vanessa.vega@pucv.cl
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile
Herbert
Spencer González hspencer@ead.cl
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile
Félix González-Carrasco felix.gonzalez@ead.cl
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile
Marcela Jarpa Azagra marcela.jarpa@pucv.cl
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile
Karla Campaña Vilo kcampana@ucm.cl
Universidad Católica del Maule, Chile
Autodeterminación en personas con discapacidad intelectual que
envejecen y algunas variables que inciden en su desarrollo
Interdisciplinaria, vol. 38, núm. 3, pp. 139-154, 2021
Centro Interamericano de Investigaciones Psicológicas y Ciencias
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bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0
Internacional.
Recepción:
14 Febrero 2020
Aprobación:
19 Mayo 2021
Financiamiento
Fuente: Proyecto
FONDECYT de Postdoctorado N.º 3190675: “Facilitando el aprendizaje a lo largo
de la vida: desafíos que plantea el envejecimiento de la población con
discapacidad intelectual o del desarrollo en Chile”, financiado por la Agencia
Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) del Gobierno de Chile.
Resumen:
La autodeterminación es un constructo clave para garantizar el
desarrollo de habilidades que permitan a las personas con discapacidad
intelectual adquirir el control sobre sus vidas. Este estudio busca conocer los
niveles de autodeterminación de 516 adultos con discapacidad intelectual en
proceso de envejecimiento y algunas variables que inciden en su desarrollo.
Desde un enfoque cuantitativo, los datos se han recopilado con una escala ad
hoc elaborada desde el modelo funcional de autodeterminación. Las
evidencias se han analizado mediante estadísticos descriptivos e inferenciales.
Los niveles de autodeterminación de la mayoría de los participantes se sitúan
en un rango bajo. Los principales resultados muestran cómo el desarrollo de
competencias relacionadas con la autodefensa o el autoconocimiento está muy
descendido a diferencia de otras habilidades como la realización de elecciones
o la resolución de problemas. Además, la severidad de la discapacidad, la edad,
el lugar de residencia o el tipo de apoyo se identifican como factores
incidentes en el logro de la autodeterminación. La discusión revela, entre
otras, la necesidad de priorizar el aprendizaje de competencias relacionadas
con la autorrealización como fundamento de las propuestas de intervención en
autodeterminación. Este estudio contribuye a enriquecer el grueso de
investigaciones sobre autodeterminación en la adultez tardía, siendo este un
aspecto apenas abordado en la literatura. Además, complementa los resultados de
otras investigaciones con respecto a los factores que pueden condicionar el
desarrollo de estas habilidades. Esto permite ir diseñando intervenciones que
propicien oportunidades para trabajar la autodeterminación desde las necesidades
sentidas de estas personas.
Palabras clave: adultos, autodeterminación, ciclo vital, discapacidad
intelectual, envejecimiento.
Abstract: Self-determination is a key construct
to guarantee the development of skills that enable people
with disabilities to acquire control over their lives. This
concept is understood as a
set of volitional actions or abilities that
help the person to act as the primary causal agent in their own life without
unnecessary external influences. Progressively, this construct has been shaped as a personal disposition to exercise control over one's own
behavior, becoming a priority educational goal and an indicator
of quality of life in the field of intellectual
disability. However, people with intellectual
disabilities have premature aging processes generally accompanied by mental health disorders or emotional problems
that hinder the performance of self-determination
skills. Specifically, they have difficulties
in developing actions aimed at promoting positive attributions of effectiveness or aimed at establishing
personal goals. This complicates the acquisition of skills for self-regulation and the increase of personal empowerment skills. This study seeks
to know the self-determination levels of 516 aging adults with
intellectual disabilities aged between 45 and 86 years (. = 68.32; S = 4.95). Most
of them live in the Metropolitan Region (Chile), have severe intellectual disabilities, are men and live with the
family. From a quantitative approach and under an inclusive research model, the data have been
collected using an ad hoc scale as a result of the revision
of the ARC-INICO Self-determination
Assessment Scale (Verdugo
et al., 2015) and the Self-determination
Scale ARC staff (Wehmeyer,
1995). The results have been analyzed using
descriptive and inferential
statistics that have preceded the use of parametric statistics. The self-determination levels of the majority of the participants (39.1 %) are in
a low range. In addition, the development
of competencies related to self-defense or self-knowledge are greatly diminished, unlike other skills such
as making choices or solving problems.
Likewise, the analysis shows how those participants who reside in the family home present higher averages in their self-determination than those who
live outside the family home. Similarly, participants with mental health disorders have lower averages in their self-determination than those who
do not present these pathologies. Regarding the degree
of disability, the levels of self-determination of the mild group are higher than those
of the group of adults with severe intellectual
disability. Those who most often
have family support have higher
levels of self-determination
than those who receive only
professional support. With regard to age, the youngest
participants have higher averages than the rest
in terms of their self-determination. The discussion
highlights, among others, the need
to prioritize the learning of skills related to self-realization as the basis of the
proposals for intervention in self-determination
at this stage of life. The results suggest some implications
to consider for the planning of interventions, for example, they should
seek the development of skills that strengthen the self-defense capacity of people with intellectual disabilities, promote the increase of opportunities for the realization of meaningful choices, adapt to the scenarios
in which aging people with intellectual
disabilities usually operate, and involve families and professionals to achieve skills related to self-determination in old age. Despite
the fact that one of the
main limitations of this research is
that the results are not generalizable, this study contributes
to enriching the bulk of research on self-determination in late adulthood, this being an aspect
barely addressed in the literature. In addition, it suggests
the development of future lines of research related to the impact of technological
supports on the quality of life of people with intellectual disabilities who age or with
the study of cognitive impairment or the presence
of mental health disorders
in the levels of self-determination of these people.
Keywords: adults, aging, intellectual
disability, life cycle, self-determination.
Introducción
En la actualidad, uno de los constructos con mayor relevancia en
el ámbito de la discapacidad intelectual es el de autodeterminación (Wehmeyer, Palmer, Shogren,
Williams-Diehm y Soukup, 2013). Este concepto se refiere a todas
aquellas habilidades que permiten controlar aspectos importantes para uno
mismo: elegir entre distintas opciones, defender las propias opiniones, tener
metas personales, plantearse objetivos realistas, etcétera. (Schalock, Keith, Verdugo y
Gómez, 2010). Progresivamente, este constructo se ha ido conformando
como una disposición personal a ejercer control sobre la propia conducta,
convirtiéndose en una meta educativa prioritaria y en un indicador de calidad
de vida en el campo de la discapacidad intelectual (Álvarez-Aguado, Vega, Spencer, González y
Arriagada, 2019). Desde el ámbito psicoeducativo, este concepto se concreta
en el modelo funcional de autodeterminación (Wehmeyer et al., 2013), redefinido
recientemente bajo la teoría de la agencia causal (Vicente, Guillén, Verdugo y Calvo, 2018).
Atendiendo al citado modelo, la autodeterminación se entiende
como un conjunto de acciones volitivas, competencias o habilidades que ayudan a
la persona a actuar como agente causal primario en su propia vida sin
influencias externas innecesarias (Wehmeyer et al., 2011). Según este
modelo, son cuatro las características que definen a una persona autodeterminada: (1) desempeña comportamientos autónomos,
(2) sus conductas son autorreguladas, (3) desarrolla habilidades orientadas al
empoderamiento personal, y (4) ejecuta acciones que redundan en su
autorrealización. La evidencia ha demostrado que cuando se actúa sobre la base
de estas características, las personas con discapacidad intelectual ven
incrementadas sus competencias para la resolución de problemas (Cote et al., 2014), el establecimiento de
metas personales (Kleinert,
Harrison, Dueppen, Mills y Tailor, 2014), un mejor reconocimiento de
sus fortalezas (Huaiquián,
Arriagada, Betanzo, Inostroza y Llanquitruf, 2018; Lee, Wehmeyer,
Palmer, Soukup y Little, 2008; Wehmeyer et al.,
2011; Wehmeyer
et al., 2013), se implican activamente en la toma de decisiones (Frielink, Schuengel y Embregts,
2018), disfrutan de una mejor calidad de vida (Schalock et al., 2010) y en
definitiva, tienen más capacidad para dirigir sus vidas (Chadwick y Fullwood,
2018).
Desde el ámbito de la educación especial y la psicología
educativa, durante los últimos años, el interés por conocer la incidencia de
determinados factores en el logro de la autodeterminación ha sido notable. Se
ha hecho hincapié en identificar hasta qué punto el contexto familiar (Álvarez-Aguado et al., 2019; Vicente et al., 2018), el estilo de
crianza (Wehmeyer et al.,
2011) o las oportunidades en el entorno educativo formal (Mumbardó-Adam et al., 2017)
condicionan el desarrollo de la autodeterminación y de sus características
definitorias.
Los resultados de estos estudios evidencian cómo la presencia de
hermanos en el entorno familiar (Vicente
et al., 2018), un estilo de crianza más democrático (Wehmeyer et al., 2011) o una mayor
frecuencia en los apoyos que reciben las personas con discapacidad intelectual
(Mumbardó-Adam et al.,
2017; Vicente et al., 2017)
fortalecen sus competencias para evaluar las consecuencias de los propios
actos, confiar en sí mismos y resolver problemas cotidianos con asiduidad.
Más allá de los elementos contextuales, también se ha estudiado
la influencia de ciertos factores personales en el desempeño de comportamientos
autodeterminados. Mientras en algunos estudios la
autodeterminación se ve condicionada por el género, el grado de compromiso
cognitivo y la edad (Nota, Ferrari, Soresi y Wehmeyer, 2007; Shogren, Wehmeyer, Palmer y Paek, 2013),
en otras investigaciones el desarrollo de competencias para la
autodeterminación está más influenciado por las habilidades sociales o la
conducta adaptativa (Carter, Lane, Pierson y Stang, 2008; Gómez-Vela,
Verdugo, González, Badía y Wehmeyer,
2012).
Pese al notable avance en investigación sobre autodeterminación,
estudios recientes evidencian cómo las personas con discapacidad intelectual
durante la adultez presentan serios problemas para desempeñar conductas autodeterminadas (Chadwick
y Fullwood, 2018; Frielink et al.,
2018; Jones et al., 2018; Oswald et al., 2018).
En concreto, cuentan con dificultades para desarrollar acciones dirigidas al
fomento de atribuciones positivas de eficacia (Jones et al., 2018; Oswald et al., 2018)
u orientadas al establecimiento de metas personales (Chadwick y Fullwood,
2018; Frielink
et al., 2018). Para Wehmeyer, Shogren y Thompson
(2018), esto complica la adquisición de habilidades para la autorregulación
y el incremento de competencias de empoderamiento personal.
Partiendo de estos hallazgos, la literatura actual (Wehmeyer et al., 2018)
revela la necesidad de seguir profundizando en el estudio de las habilidades de
autodeterminación que posee este colectivo y en las variables que puedan
condicionarla. Precisamente, y en línea con la literatura, este estudio busca
conocer los niveles de autodeterminación de adultos con discapacidad
intelectual en proceso de envejecimiento e identificar qué elementos están
incidiendo en su consecución. Esto permitirá avanzar en la implementación de
intervenciones exitosas e incrementar la calidad de vida de estas personas (Oswald et al., 2018).
Método
Participantes
Participaron 516 adultos con discapacidad intelectual en proceso
de envejecimiento entre los 45 y 86 años (M = 68.32; D = 4.95). La selección de
la muestra atendió a cuatro criterios de conveniencia: (1) tener un diagnóstico
de discapacidad intelectual según los estándares explicitados en el DSM-5; (2)
encontrarse dentro de un rango etario entre los 45-90 años; (3) poseer
habilidades de comprensión lectora que permitiesen completar de manera autónoma
el instrumento de evaluación, y (4) en caso de no poseer competencias lectoras,
mostrar habilidades de comprensión oral para entender el contenido de los
distintos ítems de la escala, aplicándose en forma de entrevista semiestructurada.
La mayor parte de los participantes residían en la Región Metropolitana
(Chile). Más de la mitad de los encuestados tenían discapacidad intelectual
severa (n = 338), eran hombres (n = 298) y vivían con la familia (n = 313).
Todos formaban parte de asociaciones de atención a la discapacidad intelectual.
Estas entidades se encargaron de proporcionar a los investigadores los datos
relativos al diagnóstico y al expediente sociosanitario
de los participantes. En la Tabla 1 se explicitan algunas
características sociodemográficas de los encuestados.
Tabla 1
Variables |
Indicadores |
Frecuencia |
% |
|
Edad |
45-60 |
172 |
33.3 |
|
61-76 |
271 |
52.5 |
||
77 o más |
73 |
14.4 |
||
Sexo |
Masculino |
298 |
57.7 |
|
Femenino |
218 |
42.2 |
||
Grado de compromiso cognitivo |
Leve |
35 |
6.70 |
|
Moderado |
143 |
27.7 |
||
Severo |
338 |
65.5 |
||
Lugar de vivienda habitual |
En el hogar familiar |
313 |
60.6 |
|
Fuera del hogar familiar |
203 |
39.3 |
||
Problemas de salud mental |
Sí |
330 |
63.9 |
|
No |
186 |
36.0 |
||
Tipo de apoyo más frecuente |
Familiar |
228 |
25.5 |
|
Profesional |
110 |
21.3 |
||
Tecnológico |
178 |
26.7 |
||
Instrumento
Se diseñó una escala ad hoc autodirigida. Para ello, se
revisaron dos instrumentos: escala ARC-INICO de evaluación de la
autodeterminación (Verdugo et al., 2015)
y escala de autodeterminación personal ARC (Wehmeyer, 1995). Ambas escalas
están validadas y han sido pensadas para evaluar los niveles de
autodeterminación de personas con discapacidad intelectual; además, se basan en
el modelo funcional de autodeterminación (Wehmeyer, 1999, Wehmeyer et al.,
2011) y se dividen en cuatro subescalas cada una.
A pesar de estar validadas, ambas escalas presentaban una serie de características que imposibilitaban su aplicación
en esta investigación: a) la edad mínima de los participantes de esta investigación
era de 45 años y el rango etario al que se dirige la
escala ARC-INICO es de 11-19 años, y b) la versión para personas adultas de la escala de autodeterminación personal ARC no estaba validada
transculturalmente en el momento en el que se desarrolló
el presente estudio. Partiendo de estas premisas y para construir el
instrumento ad hoc,
se analizó la estructura de estas dos escalas y la
correspondencia entre sus ítems y dimensiones. Esto permitió operacionalizar el constructo y determinar el número
de ítems a considerar. En total se definieron 44
ítems distribuidos en cuatro subescalas y once
indicadores (Tabla 2). Las opciones de respuesta del
instrumento se estructuraron en una escala tipo Likert de seis puntos desde 1 (no puedo hacerlo aunque me
apoyen) hasta 6 (puedo hacerlo solo).
Tabla 2
Subescala |
Indicador |
Ejemplo ítem |
|
Autonomía |
Realización de elecciones Toma de decisiones
Resolución de problemas |
Elijo cosas en mi día a día. Soy capaz de
decidir en qué gastar mi dinero. Me desplazo sin problemas de un lugar a
otro. |
|
Autorregulación |
Establecimiento de metas Autoinstrucción
Autoevaluación |
Sé proponerme metas que quiero cumplir.
Aprendo cosas que me interesan. Vuelvo a intentar algo que no me ha salido
bien. |
|
Empoderamiento |
Autodefensa Locus de control interno
Expectativas de logro Atribuciones de eficacia |
Soy capaz de opinar sobre cosas que me
importan. Tengo confianza en mí para lograr algo. Tengo claro qué cosas puedo
hacer bien. Sé que soy bueno para algunas cosas. |
|
Autorrealización |
Autoconocimiento |
Sé qué cosas me hacen sentir mal. |
|
Para garantizar la validez de contenido de la escala, los ítems
fueron sometidos a juicio de cinco expertos (todos ellos investigadores en
instituciones de educación superior: cuatro académicos y un estudiante de
posgrado con amplia trayectoria en el ámbito de la discapacidad intelectual y
con conocimientos estadísticos). Los resultados se analizaron con alpha de Krippendorff (.952) y
kappa de Cohen (.950) que mostraron un alto nivel de acuerdo interjueces (96.7 %). Para determinar la bondad de ajuste
de la escala, se efectuó un análisis factorial exploratorio (Pedrosa, Juarros,
Robles, Basteiro y García, 2014). Para determinar
la viabilidad del análisis factorial exploratorio se aplicó la prueba de esferificidad de Bartlett y la medida de adecuación muestral de KMO. Los resultados del test de Bartlett (χ2
= 14545; gl = 946; ρ = .001) permitieron rechazar la
hipótesis nula de diagonalidad de la matriz.
Asimismo, la proximidad del índice KMO a 1 (.912) evidenció valores bajos en
los coeficientes de correlación parciales y una alta correlación intervariable. Para contrastar la estructura resultante se
procedió a la realización de un análisis factorial confirmatorio. Los valores
de los índices parciales de bondad de ajuste mostraron resultados excelentes.
En cuanto a la consistencia interna del instrumento, el cálculo del alpha de Cronbach arrojó un α =
.965. Los valores de alpha para las cuatro subescalas también manifestaron una elevada consistencia:
autonomía (α = .885), autorregulación (α = .874), empoderamiento (α = .913) y
autorrealización (α = .694).
Procedimiento
Se realizó un estudio cuantitativo de carácter
descriptivo-correlacional. La aplicación de la escala se efectuó de manera
escalonada según la disponibilidad de los centros con los que se estableció
contacto para la obtención de la muestra (N = 10). Antes de la aplicación del
instrumento se obtuvieron los consentimientos informados de los participantes.
La investigación obtuvo la aprobación bioética de la Pontificia Universidad
Católica de Valparaíso (Chile).
Resultados
Los resultados se han analizado con el programa SPSS-22 mediante
estadísticos descriptivos e inferenciales que han precedido al uso de
estadísticos paramétricos. Para facilitar su interpretación, las puntuaciones
directas de la escala se han dividido en tres rangos (bajo, medio, alto). Los
niveles de autodeterminación de la mayoría de los participantes (39.1 %) se
sitúan en un rango bajo. No obstante, algunos de los encuestados muestran un
nivel de desarrollo medio (33.1 %) o alto (27.7 %) de habilidades para la
autodeterminación. El análisis de los estadísticos descriptivos para cada una
de las subescalas indica cómo las de autonomía (M =
4.31) y autorrealización (M = 2.95) presentan las medias más elevadas, y las subescalas de autorregulación (M = 2.79) y empoderamiento
las más bajas (M = 2.26).
Si se focaliza la atención en los indicadores sobre
autodeterminación relacionados con las distintas subescalas
(Tabla 3), se observa cómo el desarrollo de habilidades para
la realización de elecciones (M = 4.54), la toma de decisiones (M = 4.49) y la
resolución de problemas (M = 4.40) presentan los promedios más altos. Sin
embargo, la ejecución de comportamientos relacionados con la autodefensa (M =
2.41), las atribuciones positivas de eficacia (M = 2.38) o las expectativas de
logro (M = 2.34), apenas tienen presencia entre las conductas de los
participantes.
Tabla 3
Indicador |
M |
D |
Resolución de problemas |
4.40 |
1.33 |
Realización de elecciones |
4.54 |
1.39 |
Toma de decisiones |
4.49 |
1.41 |
Autoconocimiento |
2.95 |
1.56 |
Establecimiento de metas |
2.96 |
1.42 |
Autoinstrucción |
3.30 |
1.26 |
Autoevaluación |
2.64 |
1.58 |
Autodefensa |
2.41 |
1.65 |
Locus de control interno |
2.43 |
1.69 |
Expectativas de logro |
2.34 |
1.68 |
Atribuciones positivas de eficacia |
2.38 |
1.71 |
Al revisar la matriz de correlaciones aplicando Spearman, entre los ítems de la escala se puede determinar
cuáles son los indicadores que presentan mayor relación entre sí. Tomar
decisiones importantes se relaciona con una mayor frecuencia a elegir cosas en
el día a día (r = .772; ρ = .002) y a solucionar algunos problemas (r = .861; ρ
= .000). Proponerse metas por cumplir se relaciona con una mayor tendencia, por
parte de los participantes, a planificar su tiempo libre (r = .721; ρ = .003) y
manejar sus horarios (r = .711; ρ = .004). Para los participantes, el hecho de
conocer sus derechos está fuertemente relacionado con una mayor disposición a
dar su opinión sobre cosas que les importan (r = .889; ρ = .000) o a decir lo
que piensan o quieren (r = .793; ρ = .000). Hacer uso del propio dinero cuando
se quiere, se relaciona con una mayor tendencia a organizar mejor las cosas
personales (r = .853; ρ = .000) y a ir por donde se desea libremente (r = .876;
ρ = .000).
Para seguir profundizando en el análisis, se ha estudiado la
existencia de diferencias significativas en la puntuación promedio total de la
escala, atendiendo a las siguientes variables: edad, género, grado de
compromiso cognitivo, presencia de trastornos de salud mental, lugar de
vivienda habitual y tipo de apoyo más frecuente. Para determinar la
significatividad de las diferencias entre puntajes se ha comprobado la normal
distribución de los datos utilizando la prueba de Kolmogorov-Smirnov
como paso previo al cálculo de ANOVA (F). Al comparar la puntuación general
promedio con las diferentes variables, se encuentran diferencias significativas
en función todas ellas exceptuando el género.
El cálculo del coeficiente de correlación (r) evidencia una alta
relación entre el nivel de autodeterminación de los participantes y la edad (r
= .883; ρ = .000), el grado de compromiso cognitivo (r = .891; ρ = .000), la
presencia de trastornos de salud mental (r = .816; ρ = .000), el lugar de
vivienda habitual (r = .749; ρ = .002) y el tipo de apoyo (r = .801; ρ = .000).
El análisis de regresión lineal también muestra cómo los cambios en los niveles
de autodeterminación se relacionan con modificaciones en los valores de estas
variables.
Para ahondar en el análisis, se ha llevado a cabo un estudio de
comparación entre medias y contrastes post hoc. El análisis comparativo entre
medias muestra cómo aquellos participantes que residen en el domicilio familiar
(M = 158.2) presentan promedios significativamente más elevados en su
autodeterminación que quienes viven fuera del hogar familiar (M = 139.7). Del
mismo modo, los participantes con trastornos de salud mental tienen promedios
significativamente inferiores en su autodeterminación (M = 138.8) que quienes
no presentan patologías de salud mental (M = 157.7). El estudio de los
contrastes post hoc evidencia cuáles son las medias intergrupos
que estadísticamente más difieren entre sí. Con respecto al grado de compromiso
cognitivo, los niveles de autodeterminación del grupo leve (M = 156.5) son
significativamente más elevados (E. típico = 9.411; ρ = .000) que los del grupo
de adultos con discapacidad intelectual severa (M = 105.5). En cuanto al tipo
de apoyo, las diferencias existen (E. típico = 9.995; ρ = .000) entre el grupo
de personas que reciben apoyo familiar (M = 156.7) y quienes tienen apoyo de
tipo profesional (M = 148.4). Los participantes que con mayor frecuencia tienen
apoyo familiar presentan niveles de autodeterminación significativamente
superiores que los que reciben solo apoyo profesional. Con respecto a la edad,
las diferencias se dan entre el grupo de 45-60 años (M = 4.04) y los demás:
61-76 años (M = 3.83; E. típico = .131; ρ = .000) y 77 o más (M = 3.79; E.
típico = .145; ρ = .000). Los participantes más jóvenes tienen promedios
significativamente más elevados que el resto en cuanto a su autodeterminación.
Partiendo de las medias de las subescalas
(autonomía, autorregulación, empoderamiento y autorrealización), se ha
efectuado un análisis de varianza para determinar si los promedios obtenidos
presentan diferencias significativas en función de las variables
sociodemográficas. Las diferencias en los promedios para la subescala
de autonomía varían significativamente atendiendo al grado de compromiso
cognitivo de los participantes (F = 10.658; ρ = .000) y su lugar de vivienda
habitual (F = 7.105; ρ = .002). Las puntuaciones en autorregulación, por su
parte, presentan diferencias significativas según la presencia de trastornos de
salud mental (F = 15.155; ρ = .000) y el grado de compromiso cognitivo (F =
19.549; ρ = .000). Las habilidades de empoderamiento entre los participantes
difieren significativamente según el tipo de apoyo recibido (F = 5.545; ρ = .011)
y el grado de compromiso cognitivo (F = 12.068; ρ = .000). A su vez, los
promedios para la subescala de autorrealización
difieren de forma significativa en función de la edad de los participantes (F =
10.017; ρ = .000) y su grado de compromiso cognitivo (F = 10.408; ρ = .000).
Partiendo de estos resultados, el estudio comparativo entre
promedios para las distintas subescalas manifiesta
cómo las personas con problemas de salud mental (M = 4.14) tienen puntuaciones
significativamente inferiores en su autorregulación que quienes no presentan
esta condición (M = 4.41). Por su parte, quienes viven en el hogar familiar (M
= 4.14) tienen promedios significativamente menos elevados en su autonomía que
quienes habitan fuera del domicilio familiar (M = 4.43). En el caso de la edad,
las diferencias se observan entre los dos grupos de mayor rango etario y el de
menor edad: quienes forman parte de los grupos entre 61-76 años (E. Típico =
.592; ρ = .001) y 77 o más años (E. Típico = .577; ρ = .001), presentan niveles
más elevados en su autorrealización que los participantes cuya edad oscila
entre los 45-60 años. En el caso de los apoyos, las diferencias se dan entre
quienes cuentan con apoyo de tipo tecnológico y familiar (E. Típico = .477; ρ =
.006). Los participantes que reciben apoyo tecnológico con mayor frecuencia
presentan puntajes superiores en el desarrollo de habilidades para el
empoderamiento personal que quienes reciben apoyo familiar.
Atendiendo al grado de compromiso cognitivo, el análisis de los
contrastes post hoc permite
evidenciar cómo las diferencias más significativas en las cuatro subescalas se dan entre los pares de grupos leve-moderado y
leve-severo. Los participantes con discapacidad leve presentan promedios
significativamente más altos que los participantes con discapacidad moderada o
severa en sus niveles de autonomía, autorregulación, empoderamiento y
autorrealización personal.
Por último, se ha analizado la correlación existente entre el
nivel de compromiso cognitivo de los participantes y los diferentes ítems de la
escala. Las correlaciones más significativas manifiestan cómo en la mayor parte
de los ítems se da una relación alta e inversa (Tabla 4). El
estudio de estas relaciones determina que, cuanto mayor es el grado de
compromiso cognitivo, menor es la frecuencia con la que los participantes
llevan a cabo conductas tendentes a la realización de elecciones (χ2
= 40.523; r = -.832; ρ = .000), a la autoevaluación del proceso de toma de
decisiones (χ2 = 40.122; r = -.881; ρ = .000), a la identificación
de las fortalezas personales (χ2 = 41.309; r = -.923; ρ = .000), a
la expresión de opiniones propias (χ2 = 38.141; r =-.754; ρ = .001),
a la perseverancia en el logro de objetivos (χ2 = 52.265; r = -.752;
ρ = .001) y a la evaluación de los planes o tareas ejecutadas (χ2 =
40.049; r = -.867; ρ = .000). No obstante, a medida que el nivel de compromiso
cognitivo se incrementa, también aumenta la frecuencia con la que los
participantes realizan acciones relacionadas con el reconocimiento de las
propias fortalezas (χ2 = 40.002; r = .844; ρ = .000) o la resolución
de problemas habituales (χ2 = 37.11; r = .744; ρ = .001).
Tabla 4
Ítems |
r |
Elijo cosas en mi día a día. |
-.832** |
Pienso en las consecuencias de mis acciones. |
-.881** |
Tengo claro qué cosas puedo hacer bien. |
-.923** |
Doy mi opinión sobre cosas que me importan. |
-.754** |
Tengo confianza en mí para lograr algo. |
.844** |
Soluciono algunos problemas. |
.744** |
Vuelvo a intentar algo que no me ha salido
bien. |
-.752** |
Pienso en las cosas que pueden pasar cuando
hago algo. |
-.867** |
** La correlación es significativa a nivel de ρ < .001
(bilateral).
Discusión
Los resultados de esta investigación coinciden con las
conclusiones de otros estudios (Frielink et al., 2018; Jones et al., 2018; Oswald et al., 2018)
al mostrar bajos niveles de autodeterminación en personas adultas con
discapacidad intelectual. En concreto, el desarrollo de habilidades
relacionadas con el empoderamiento personal o la defensa de los propios
intereses es un tema aún pendiente entre el colectivo de adultos con
discapacidad intelectual. No obstante, es necesario fortalecer la capacidad de
autodefensa de estas personas porque aumenta notablemente sus oportunidades de
elección y control personal (Jones et al.,
2018). En la misma línea, este estudio ha demostrado cómo la capacidad de
empoderamiento se incrementa cuando las personas con discapacidad intelectual
cuentan con apoyos tecnológicos que complementan otro tipo de apoyos (familiar
o profesional).
Pese a los bajos niveles de autodeterminación, entre las
conductas de los participantes se observan algunas competencias relacionadas
con el constructo. La realización de elecciones y la resolución de problemas
son dos de las habilidades que los participantes llevan a cabo con mayor
asiduidad. Sin embargo, algunos autores (Nonnemacher y Bambara, 2011; Wehmeyer et al.,
2018) sugieren contrastar con las propias personas si los problemas que
resuelven o las elecciones que toman son significativas para ellas y responden
a intereses personales. De lo contrario, no podría hablarse de acciones
volitivas ni autodeterminadas.
En este estudio, la frecuencia en el ejercicio de habilidades
para la autonomía personal (realización de elecciones, toma de decisiones,
etcétera) supone un desequilibrio importante con respecto al desarrollo del
resto de características del constructo. Precisamente, en el ámbito de la
discapacidad intelectual, las propuestas de intervención que existen para
trabajar la autodeterminación en la etapa adulta están destinadas, en su
mayoría, a fomentar la autonomía en entornos laborales (Hoffman, Harbour,
Clark y Dean, 2018). No obstante, los desafíos a
los que se enfrentan las personas con discapacidad intelectual durante la
adultez (procesos de duelo, reubicación del lugar de residencia,
envejecimiento) van más allá del desarrollo de competencias para la autonomía y
exigen nuevas formas de orientar el trabajo sobre autodeterminación (Álvarez-Aguado et al., 2019; Wehmeyer et al.,
2013).
De hecho, la literatura sugiere que el aprendizaje de
competencias relacionadas con el autoconocimiento y la autorrealización
personal deben priorizarse en los programas de intervención para la
autodeterminación porque: (a) permiten articular objetivos realistas que
redundan en resultados valiosos (Chadwick y
Fullwood, 2018), y (b) ayudan a la identificación
de aspiraciones y deseos personales (Dew, Collings, Dillon, Gentle y Douse, 2018).
En esta investigación, los participantes cuentan con escasas
competencias para desarrollar habilidades de autoconocimiento. La literatura
evidencia un acuerdo considerable al otorgar al contexto -y no tanto a factores
individuales-la responsabilidad de los bajos niveles de autoconocimiento en
personas con discapacidad intelectual (Hoffman
et al., 2018). Según estos estudios, es alto el número de profesionales y
familias que no abordan con las propias personas las diferencias que les
caracterizan. Este posicionamiento dificulta naturalizar la diversidad y limita
el ejercicio de la autodeterminación (Wehmeyer et al., 2011).
Este estudio, por otro lado, muestra una relación relevante
entre la autodeterminación y algunas variables sociodemográficas. La edad, por
ejemplo, incide en los niveles de autodeterminación de los participantes. No
obstante, la literatura difiere a la hora de considerarla como factor predictor
de autodeterminación. Para Gómez-Vela et
al. (2012) no hay diferencias significativas en la autodeterminación en
función de la edad. Sin embargo, otros autores encuentran niveles superiores de
autodeterminación en las personas con discapacidad intelectual de mayor edad (Nota et al., 2007; Shogren et al.,
2013). En este estudio, por el contrario, las personas de mayor edad
desarrollan menos habilidades de autodeterminación que los participantes más
jóvenes. Algunos autores (Rodríguez,
Verdugo y Sánchez, 2015) aluden al deterioro cognitivo natural como factor
explicativo de esta tendencia. Según estos estudios, las personas con
discapacidad intelectual sufren procesos de envejecimiento prematuros (desde
los 45 años) acompañados generalmente de trastornos de salud mental o problemas
emocionales que dificultan el desempeño de habilidades para la
autodeterminación. En esta investigación, precisamente, la presencia de
trastornos de salud mental entre los participantes actúa como factor
condicionante de autodeterminación y procesos de autorregulación.
Por otro lado, algunas investigaciones (Nota et al., 2007) muestran la existencia
de una relación constante entre el nivel de autodeterminación y el grado de
compromiso cognitivo. En este trabajo, los participantes con discapacidades más
leves presentan mayores niveles de autodeterminación que sus pares con
discapacidades más severas. Sin embargo, aunque la investigación evidencia una
asociación importante entre la autodeterminación y el grado de compromiso
cognitivo, esta relación es compleja y puede que no sea significativa cuando se
tienen en cuenta factores como la conducta adaptativa o las habilidades
sociales (Vicente et al., 2017). No
obstante, y pese a la tendencia general, hay ciertos comportamientos que los
participantes ejecutan con mayor frecuencia conforme más severa es la
discapacidad intelectual: el reconocimiento de las propias fortalezas y la
resolución de problemas habituales.
Más allá de variables de índole personal, al igual que en investigaciones
como la de Boluarte
(2019), en este estudio, se ha evidenciado cómo algunos factores
contextuales inciden en la autodeterminación y en la calidad de vida de estas
personas. En la literatura, el nivel socioeconómico o la estructura familiar se
identifican como principales aspectos condicionantes de autodeterminación (Chadwick y Fullwood,
2018; Chou et
al., 2017; Mumbardó-Adam
et al., 2017; Vicente et al., 2017;
Wehmeyer et al.,
2011). En esta investigación, el lugar en el que habitan los participantes
también se posiciona como elemento incidente en el desarrollo de
autodeterminación. Quienes residen en el domicilio familiar presentan mayores
niveles de autodeterminación que quienes viven fuera del hogar familiar. No
obstante, quienes habitan fuera del domicilio familiar son más autónomos. Estos
resultados coinciden con algunos hallazgos (Dunn, Claire y Holland, 2008; Nota et al., 2007) en los que las
personas con discapacidad intelectual que residen en viviendas colectivas
(residencias) experimentan mejores aptitudes para la toma de decisiones y la
realización de elecciones.
Asimismo, el tipo de apoyo con el que los participantes cuentan
se convierte en un factor que interviene en la autodeterminación. En esta
investigación, quienes tienen apoyo familiar presentan niveles de
autodeterminación superiores que los que reciben únicamente apoyo profesional.
Investigaciones como las de Álvarez-Aguado
et al. (2019) o Manjarrés-Carrizaleza
y Hederich-Martínez (2019) también dan cuenta de
la relevancia del ambiente familiar para el incremento de estas habilidades. En
estos estudios, la confianza, el afecto, las creencias y actitudes familiares
condicionan la autodeterminación y el desarrollo personal.
Por otra parte, el género es una variable escasamente abordada
en la investigación sobre discapacidad intelectual y autodeterminación.
Únicamente en la investigación llevada a cabo por Nota et al. (2007), los hombres puntúan
de forma más positiva en algunos dominios: expresión de preferencias, toma de
decisiones, etcétera. El presente estudio se alinea con los resultados de la
investigación de Gómez-Vela et al. (2012)
al no evidenciarse diferencias significativas en los niveles de autodeterminación
en función del género.
Asimismo, los resultados de esta investigación sugieren algunas
implicaciones prácticas a considerar para la planificación de intervenciones
sobre autodeterminación: (a) deben procurar el desarrollo de habilidades que
fortalezcan la capacidad de autodefensa de las personas con discapacidad
intelectual; (b) deben promover el incremento de oportunidades para la
realización de elecciones significativas; (c) deben adaptarse a los escenarios
en los que se desenvuelven habitualmente las personas con discapacidad
intelectual en proceso de envejecimiento, y (d) deben involucrar a familias y
profesionales para el logro de habilidades relacionadas con la
autodeterminación en la vejez.
Pese a que una de las principales limitaciones de esta investigación
es que los resultados no son generalizables, este estudio presenta algunas
fortalezas: (a) contribuye a enriquecer el grueso de investigaciones sobre
autodeterminación en la etapa adulta, siendo este un aspecto apenas abordado en
la literatura; (b) complementa los resultados de otras investigaciones con
respecto a los factores que pueden condicionar el desarrollo de estas
habilidades. Esto permite ir diseñando intervenciones que propicien
oportunidades para desarrollar la autodeterminación desde las necesidades
sentidas de este colectivo. Además, sugiere el desarrollo de futuras líneas de
investigación relacionadas con el impacto de los apoyos tecnológicos sobre la
calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual que envejecen o con
el estudio del deterioro cognitivo o la presencia de trastornos de salud mental
en los niveles de autodeterminación de estas personas.
Agradecimientos
Los autores agradecen el apoyo del proyecto FONDECYT de
Postdoctorado N.º 3190675: “Facilitando el aprendizaje a lo largo de la vida:
desafíos que plantea el envejecimiento de la población con discapacidad
intelectual o del desarrollo en Chile”, financiado por la Agencia Nacional de
Investigación y Desarrollo (ANID) del Gobierno de Chile.
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