Nunca he viajado a un sitio con la intenciĆ³n de dibujar una historia. Entrevista a Guy Delisle

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Guy Delisle (Quebec, 1966) es uno de los grandes exponentes de la historieta. Es autor de Shenzhen, el relato de su paso por la primera ciudad en China que puso en marcha la ā€œeconomĆ­a socialista de mercadoā€. Luego contĆ³ sus experiencias en la orwelliana Corea del Norte en las pĆ”ginas de Pyongyang. Posteriormente reflejĆ³ la cotidianeidad en RangĆŗn entre los tentĆ”culos de la junta militar en CrĆ³nicas birmanas y, de igual manera, abordĆ³ las dificultades del conflicto israelĆ­-palestino en CrĆ³nicas de JerusalĆ©n. A finales del aƱo pasado, Astiberri, su editorial en espaƱol, lanzĆ³ su libro mĆ”s reciente, Escapar. Historia de un rehĆ©n, que cuenta el secuestro de un miembro de MĆ©dicos sin Fronteras en Chechenia a mediados de 1997.

Sus libros suelen ser autobiogrĆ”ficos, ĀæcĆ³mo fue trabajar con material no autobiogrĆ”fico, como en el caso de Escapar?

Fue significativamente distinto. Por lo mismo me tomĆ³ mĆ”s tiempo de lo habitual. ConocĆ­ a Christophe AndrĆ©, el protagonista, en 2001. Me contĆ³ su historia e hice un primer intento de dibujar su experiencia. DudĆ© un poco y dejĆ© el proyecto de lado durante algunos aƱos. Era un desafĆ­o mayor contar la experiencia de otra persona en una situaciĆ³n tan delicada. Hace dos aƱos, finalmente, me propuse terminar este trabajo. Fue de gran ayuda que Christophe revisara todas mis notas y avances. ConsultĆ³ cada pĆ”gina y tambiĆ©n los miembros de su familia tuvieron acceso a los distintos momentos de creaciĆ³n. El resultado final fue muy emocionante para Christophe.

Hay un elemento en Escapar que golpea de lleno al lector. AdemĆ”s de las malas condiciones de reclusiĆ³n y de la incertidumbre, el protagonista enfrenta largos periodos de aburrimiento, una silenciosa tortura…

Era un elemento de gran interĆ©s para mĆ­ en esta historia desde que me la contĆ³ Christophe. HabĆ­a una rutina que aparecĆ­a, pero llegaban los momentos de planear la fuga, de no dejarse vencer por la falta de actividad, de ver cĆ³mo avanzaba el tiempo. El combate pasaba en su cabeza. Era fascinante cĆ³mo Christophe recurrĆ­a a varias cosas para enfrentar esta situaciĆ³n. Recordaba escenas de batallas famosas y momentos de felicidad. Dibujar esta lucha por no ceder al aburrimiento se convirtiĆ³ en una tarea imprescindible en este libro.

ĀæCĆ³mo define sus obras? ĀæHace periodismo, crĆ³nica de viajes, cĆ³mic-reportaje, memorias?

No defino necesariamente lo que hago. Los crĆ­ticos y periodistas catalogan estos trabajos como novela grĆ”fica, aunque para mĆ­ son simplemente cĆ³mics. No pienso en producir otra cosa. Cuando hice CrĆ³nicas de JerusalĆ©n tuve la sensaciĆ³n de elaborar una tarjeta postal. No tuve la impresiĆ³n de realizar un gran reportaje ni nada por el estilo. Los otros libros obedecieron a un proceso similar. No soy un periodista, asĆ­ que mezclo historias testimoniales con relatos personales sobre mis hijos, sobre la gente que encuentro y elementos que vi en los distintos barrios por los que pasĆ©. Los libros han sido resultado de una mezcla entre estos puntos tan diferentes.

ĀæQuĆ© le ha permitido captar las cosas de forma distinta a un periodista?

Cuando un periodista es destinado a un lugar especĆ­fico, debe volver con un conjunto de historias. En mi caso, no debo enfrentar esta presiĆ³n. He permanecido en ciudades por razones distintas al periodismo. Por ejemplo, cuando estuve viviendo en JerusalĆ©n, al igual que en otros sitios, tomĆ© muchas notas y de vuelta a casa me puse a revisarlas. Luego tengo que valorar si existe un libro detrĆ”s de todo eso. Me ha pasado que las experiencias y las notas que tomĆ© no son suficientes para crear un libro. Me sucediĆ³, por ejemplo, con el tiempo que vivĆ­ en Vietnam y EtiopĆ­a. No me siento obligado a dibujar si no encuentro el suficiente material para hacerlo. Me sirve mucho el hecho de tener tiempo para recorrer las ciudades, hablar con la gente, observar hĆ”bitos, hacerme preguntas, no sentirme atado por la censura que podrĆ­a sufrir un periodista al llevar a cabo su labor.

ĀæLe interesarĆ­a viajar por Estados Unidos para dibujar el ambiente de la presidencia de Donald Trump?

Recorrer Estados Unidos es algo que me encantarĆ­a, pero sin asociar el viaje a Trump. Me interesarĆ­a mucho visitar las pequeƱas poblaciones, sobre todo del centro del paĆ­s, evitando las grandes ciudades que ya estĆ”n muy documentadas. La gente que vive en estas pequeƱas poblaciones me resulta interesante. El lado polĆ­tico no me llama la atenciĆ³n en este caso. No creo ser el mĆ”s indicado para hacerlo. De cualquier modo, muchas personas lo harĆ”n de una forma mĆ”s profunda. Nunca he viajado a un sitio con la firme intenciĆ³n de dibujar una historia. Mis obras son el producto de otras circunstancias.

ĀæCon quĆ© dibujante de novela grĆ”fica se siente mĆ”s en sintonĆ­a? Hay nombres muy destacados como Joe Sacco, Riad Sattouf y Marjane Satrapi…

Tenemos ciertas semejanzas. Sin embargo, Sacco es un periodista. Trabaja un tema muy a fondo y consulta mucho los archivos. Riad Sattouf labora con los recuerdos de infancia, algo que yo no hago, aunque compartimos el sentido del humor. Estamos en el mismo territorio que explora el cĆ³mic desde hace algunos aƱos. Trabajamos con eventos reales, como tambiĆ©n pasa con Satrapi. Lo bueno es constatar los distintos matices y formas que puede adoptar este estilo de cĆ³mic que hacemos.

ĀæHa tenido problemas con la censura o ha practicado alguna vez la autocensura?

Algunos conocidos que han visitado Corea del Norte me han comentado que Pyongyang no es muy apreciado en ese paĆ­s. Con CrĆ³nicas de JerusalĆ©n no tuve problemas, salvo alguna que otra carta que recibĆ­ por parte de miembros de la comunidad judĆ­a en Francia, donde decĆ­an no estar de acuerdo con algunos aspectos del libro. Pero nunca he vivido casos graves. En cuanto a la autocensura, creo que todos la hemos practicado en algĆŗn momento. A mĆ­ me ocurre que me autocensuro algunas veces con el fin de no fastidiar a la gente. A menudo pienso que si voy a molestar a alguien debe ser porque tengo algo importante que contar. EstĆ” tambiĆ©n la posibilidad de poner en riesgo a alguna persona. En este caso prefiero quitar de la historia ese dato. TambiĆ©n he escondido la verdadera identidad de alguna persona. ~

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(Oaxaca, 1977) es doctor en ciencia polƭtica por la Universidad de Montreal. Colabora en medios impresos de EspaƱa y AmƩrica Latina.


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