La palpación de una masa abdominal y la presencia de hipertensión de difícil control debe hacernos pensar en la posible existencia de un feocromocitoma. El feocromocitoma maligno representa entre el 2 y el 11% de los tumores neuroendocrinos, productor de catecolaminas, en el que la tríada clínica típica no siempre está presente, siendo la clínica bastante variable. El patrón nodipper en la monitorización ambulatoria de la presión arterial (MAPA), la determinación de metanefrinas plasmáticas y cromogranina A, junto a las pruebas de imagen realizadas, confirmaron el diagnóstico. Son de mal pronóstico, con una supervivencia menor del 50% a los 5 años. Su tratamiento se basa principalmente en la exéresis del tumor. Suelen ser radiorresistentes y la respuesta a la quimioterapia es mínima, por lo que el tratamiento suele tener un enfoque principalmente paliativo.
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