Estela funeraria de cronología califal aparecida en Mengíbar (Jaén), María Antonia Martínez Núñez.

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Publicación bianual Número 07 // 2010

JUNTA DE ANDALUCÍA. CONSEJERÍA DE CULTURA Conjunto Arqueológico Madinat al-Zahra

Cuadernos de Madinat al-Zahra es una publicación científica bianual editada por el Conjunto Arqueológico de Madinat al-Zahra, que inició su andadura en el año 1987. Recoge trabajos originales que aborden temáticas referentes a la historia y arqueología de al-Andalus y el mundo mediterráneo dentro del marco cronológico de la Edad Media. No obstante, los consejos de redacción y asesor podrán valorar positivamente la inclusión de estudios que den cabida a otros ámbitos y a una ampliación de los límites cronológicos especificados, siempre que contribuyan a la mejor comprensión del periodo. De igual modo, y de forma ocasional, podrán introducirse secciones monográficas o actas de jornadas o reuniones científicas.

DIRECCIÓN ANTONIO VALLEJO TRIANO Conjunto Arqueológico de Madinat al-Zahra CONSEJO DE REDACCIÓN (Miembros de la Comisión Técnica de Madinat al-Zahra) Vocales:

MANUEL ACIÉN ALMANSA Universidad de Málaga CARMEN BARCELÓ TORRES Universidad de Valencia EDUARDO MANZANO MORENO Profesor de investigación del CSIC RUBÍ SANZ GAMO Directora del Museo de Albacete JUAN SERRANO MUÑOZ Arquitecto

CONSEJO ASESOR PATRICE CRESSIER CNRS, Lyon PIERRE GUICHARD Universidad de Lyon II ESTEBAN HERNÁNDEZ BERMEJO Universidad de Córdoba Mª ANTONIA MARTÍNEZ NÚÑEZ Universidad de Málaga ALASTAIR NORTHEDGE Universidad de Paris I VÍCTOR PÉREZ ESCOLANO Universidad de Sevilla

Edita JUNTA DE ANDALUCÍA. Consejería de Cultura © de la edición JUNTA DE ANDALUCÍA. Consejería de Cultura Diseño y maquetación: Carmen Jiménez Diseño de portada: Zum Creativos Imprime: Tecnographic ISSN: 1139-9996 Depósito Legal: SE-8516/2010 Distribución nacional e internacional: 1000 ejemplares


Publicación bianual Número 07 // 2010

ÍNDICE

MISCELÁNEA DE HISTORIA Y CULTURA MATERIAL DE AL-ANDALUS. HOMENAJE A MARYELLE BERTRAND (Textos reunidos por P. CRESSIER, I. MONTILLA TORRES, J. R. SÁNCHEZ VICIANA y A. VALLEJO TRIANO)

05 PRESENTACIÓN Patrice Cressier, Irene Montilla Torres, José Ramón Sánchez Viciana y Antonio Vallejo Triano

06 MARYELLE BERTRAND 06

Maryelle Bertrand (1948-2007) Léon Pressouyre

08

Maryelle Bertrand. Bibliografía 1985-2008

10 LOS SEÑORES DE LA GUERRA 13

Las primeras guerras internas de al-Andalus Eduardo Manzano Moreno

27

Les seigneurs de la Marche (as habu al-tag ri) : les Ban u cAmr u s et les Banu †abri t de Huesca Philippe Sénac

43

Militares en iluminaciones y marfiles: una visión del ejercito califal Juan Zozaya Stabel-Hansen

64 LOS SOPORTES MATERIALES DEL DISCURSO IDEOLÓGICO 67

Le chapiteau, acteur ou figurant du discours architectural califal ? Omeyyades d'al-Andalus et Fatimides d’Ifràà qiya Patrice Cressier

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Estela funeraria de cronología califal aparecida en Mengíbar (Jaén) María Antonia Martínez Núñez

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Nuevas evidencias de cecas africanas en época de al-öakam II: al-Mans u rah/al-Mans u riyya y al-Bas ra Alberto Canto García

102 ESPACIOS DE VIDA 105 Excavations in medieval settlements at Volubilis. 2000-2004 Elizabeth Fentress and Hassan Limane 123 Casas y cosas: espacios y funcionalidad en las viviendas emirales del Tolmo de Minateda

(Hellín, Albacete) Sonia Gutiérrez Lloret y Víctor Cañavate Castejón 149 La vivienda tradicional en la cuenca del Mediterráneo: del iw an al qb u’, pasando por el bahw Sakina Missoum 175 Habitat e utensílios na Mértola almóada Susana Gómez, Lígia Rafael e Santiago Macias


196 CASTILLOS Y PALACIOS 199 La fortaleza de Amergo (Marruecos) ¿Otro ejemplo de influencia hispánica en Marruecos? Manuel Acién Almansa 219 Los baños de la tropa de la Alcazaba de Almería: resultados preliminares de la intervención

arqueológica Sophie Gilotte, Ángela Suárez Márquez, Francisca Alcalá Lirio y Francisco Arias de Haro 239 El asentamiento islámico de Giribaile (Jaén). De asentamiento de altura a castillo almohade Juan Carlos Castillo Armenteros, Luis María Gutiérrez Soler y María Victoria Gutiérrez Calderón 263 Los palacios islámicos de Jaén. El palacio de Santo Domingo y los jardines de los Uribe Vicente Salvatierra Cuenca, Mercedes Navarro Pérez y Ángela Esteban Marfil 293 Notes sur les forteresses de la t a ca de Bentomíz (Vélez Málaga) Marie-Christine Delaigue

308 CUEVAS NATURALES, CUEVAS ARTIFICIALES Y OTROS SUBTERRÁNEOS 311 La caverne, refuge de « l'ami de Dieu » : une forme particulière de l'érémitisme au temps

des Almoravides et des Almohades (Maghreb extrême, XIe-XIIIe siècles) Jean-Pierre Van Staëvel 327 Le vocabulaire des grottes et des cavernes dans le Maghreb médiéval à la lumière des sources

arabes Mohamed Meouak 343 Las cuevas de Benaxuay. Un grupo de cuevas-ventana andalusíes en el río Chelva (Valencia) Agustí Ribera 369 Antiguos depósitos de agua en la ciudad de Palma: un patrimonio oculto Maria Antònia Carbonero Gamundí

382 INTERCAMBIOS, HOMBRES Y NATURALEZA 385 Contribución a la historia ambiental de la cuenca del Guadiana Menor (Sureste ibérico):

avances y propuestas de investigación desde la arqueología José Antonio Garrido García 405 Una aproximación a las canteras de piedra calcarenita de Madà nat al-Zahr a’ Antonio Vallejo Triano y Ramón Fernández Barba 421 Comercio mudo / Silent Trade en el Islam Pedro Chalmeta Gendrón 429 1287: onomástica femenina en Menorca islámica Guillem Rosselló Bordoy y Mª Magdalena Riera Frau

434 CRÓNICA DEL CONJUNTO ARQUEOLÓGICO



PRESENTACIÓN En noviembre de 2007, la noticia del fallecimiento de Maryelle Bertrand nos dejó, a todos sus amigos, golpeados y desamparados. Para la mayoría, además, la sorpresa era brutal: con su habitual pudor, Maryelle había callado, durante aquellos fatídicos meses, la gravedad de su enfermedad. De repente, se hacía un inmenso vacío. Todos vivimos entonces un sentimiento de amistad irremediablemente truncada y nos enfrentamos a la añoranza de la complicidad que nos había unido. El vacío no era solo personal, íntimo, sino que era también colectivo y científico. Maryelle había llevado una carrera en cierta forma atípica, parcialmente al margen de las instituciones, pero había participado de pleno en la reflexión que, por aquellos momentos, centraba la atención de los historiadores, en torno a la percepción y a la definición misma de al-Andalus. Estaba presente también en los debates de los primeros años ochenta, en los que se intentaba establecer las reglas de una nueva arqueología que fuera a la vez mejor articulada con el cuestionamiento histórico y más acorde con las necesidades de nuestra sociedad. El tiempo ha mostrado la parte de ilusión que conllevaban tales proyectos, y como se erosionaron frente a la práctica cotidiana que se fue imponiendo. Todavía bajo la emoción causada por su desaparición, y quizá tanto para ayudarnos en nuestro duelo como para recuperar parte de la ilusión pasada, a un grupo de sus amigos nos pareció que convenía rendir un justo tributo a la aportación científica y a la calidez humana de Maryelle. Vicente Salvatierra nos permitió reaccionar en el acto y acogió enseguida una breve semblanza de la vida de Maryelle y su bibliografía completa en la revista Arqueología y territorio medieval1. A más largo plazo, concebimos el proyecto de un homenaje de carácter académico y científico que reuniese contribuciones de los historiadores y arqueólogos de al-Andalus que habían sido los más próximos a Maryelle. Desde el principio, Antonio Vallejo propuso a los Cuadernos de Madànat al-ZahrÄ’ como soporte editorial de este segundo acto. El lector tiene entre las manos el resultado de esta empresa colectiva, asumida por todos con tenacidad y entusiasmo, y a la que –más allá de la diversidad cronológica y de los intereses de cada uno– se ha intentado dar la mayor coherencia temática posible. D. Léon Pressouyre, catedrático emérito de historia del arte medieval de la universidad de Paris 1 – Panthéon Sorbonne, quien dirigió la monumental tesis doctoral de Maryelle y le brindó un apoyo continuado a lo largo de los años, nos aportó, desinteresadamente, su visión personal de la trayectoria profesional y vital de nuestra amiga. Lamentablemente, L. Pressouyre falleció en agosto de 2009, antes de que este homenaje a Maryelle Bertrand haya tomado su forma definitiva2. Ambos, profesor y discípula, quedarán asociados en nuestra memoria. A continuación, las distintas contribuciones vienen agrupadas en apartados sucesivos y complementarios (Los señores de la guerra; Los soportes materiales del discurso ideológico; Espacios de vida; Castillos y palacios; Cuevas naturales, cuevas artificiales y otros subterráneos; Intercambios, hombres y naturaleza). Patrice Cressier, Irene Montilla Torres, José Ramón Sánchez Viciana y Antonio Vallejo Triano

1 “In Memoriam. Maryelle Bertrand (1948-2007)”, Arqueología y territorio medieval, 15, 2008, pp. 9-12. 2 Véase una breve nota necrológica en Bulletin monumental, 2010 (II), pp. 131-132.

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LOS SOPORTES MATERIALES ...

ESTELA FUNERARIA DE CRONOLOGÍA CALIFAL APARECIDA EN MENGÍBAR (JAÉN)

Mª Antonia Martínez Núñez

Resumen Este artículo tiene como objetivo la traducción y estudio de una inscripción funeraria aparecida en el término de Mengíbar (Jaén), en el curso de unas excavaciones arqueológicas del año 2003. Es la primera inscripción árabe que aporta esta localidad y presenta las mismas características formales que otros ejemplares procedentes de la provincia de Jaén. La inscripción ha conservado la fecha, de mediados del siglo IV/X. Palabras clave: al-Andalus, epigrafía, estelas funerarias, siglo X, Jaén.

Abstract This article has as its main aim the translation and study of a funerary inscription found in the term of Mengíbar (Jaén), during the course of archaeological excavations (the year 2003). It is the first Arab inscription found in this locality and it presents the same formal characteristics of other inscriptions of the province of Jaén. The inscription has preserved the date, around the middle of the 4th H. / 10th A.D. century. Keywords: al-Andalus, Epigraph, Tombstone, 10th century, Jaén.

Departamento de Filología Griega, Estudios Árabes, Lingüística General y Documentación. Universidad de Málaga. [ mamartinez@uma.es ]

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Mª ANTONIA MARTÍNEZ NÚÑEZ

En las excavaciones llevadas a cabo en el año 2003 en el lugar llamado “Venta del Llano”, en el término de Mengíbar (Jaén)1, apareció una estela funeraria con inscripción en grafía árabe y fecha expresa del siglo IV H. /X J.C. Este sitio, propiedad de la empresa Geolit, estaba destinado a la construcción del Parque Científico del Aceite y del Olivar. La estela funeraria apareció fuera de su contexto de origen, en una zona de silos y fosas excavadas en la roca, exactamente en el relleno de la fosa 349 B, junto a materiales cerámicos de cronología omeya2. El análisis detallado de esta inscripción constituye el objetivo de este breve texto, una modesta contribución epigráfica al merecido homenaje que se le se le brinda a Maryelle Bertrand, pero muestra indudable de mi sincera amistad. El estudio y publicación de este tipo de materiales epigráficos, que van apareciendo esporádicamente en distintas zonas de la Península Ibérica, resulta imprescindible para actualizar el corpus de inscripciones árabes andalusíes. En este sentido, la provincia de Jaén ha venido aportando epígrafes de distinto carácter con posterioridad a la célebre recopilación de E. Lévi-Provençal3, como se puede comprobar en el repertorio publicado por A. Labarta en 19904 y en las aportaciones posteriores de J. Aguirre Sádaba5. Las excavaciones llevadas a cabo en diferentes enclaves de esta provincia han sacado a la luz nuevos y muy interesantes restos epigráficos. He tenido ocasión de analizar algunos de ellos, como los hallados en el Castillo de Santa Catalina, en Jaén capital6. También se me ha brindado últimamente la oportunidad de revisar y actualizar los datos relativos a las inscripciones jiennenses propiedad de la Real Academia de la Historia, con motivo de la realización del Catálogo de epigrafía árabe del Gabinete de Antigüedades7. Así, ha sido posible establecer que la inscripción fundacional de un burí a nombre del califa al-öakam II, datada en el año 357/ 968, no procede en realidad de Baños de la Encina, como erróneamente se había establecido, sino de Talavera de la Reina (Toledo), donde fue encontrada en el siglo XVIII8, mientras que sí procede con seguridad de esta localidad jien-

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nense la estela funeraria, realizada en cúfico inciso y datada a finales del siglo X, que apareció en el año 19029. A esta última hay que añadir, ahora, los nuevos hallazgos epigráficos que han proporcionado las muy recientes excavaciones del Castillo de Baños de la Encina10. La lápida que nos ocupa es el primer epígrafe árabe que, por el momento, ha proporcionado la localidad de Mengíbar. Con este ejemplar, fechado a mediados del siglo IV/X, el número de inscripciones jiennenses de dicho siglo asciende a dieciséis, contando la última inscripción funeraria aparecida en Baños de la Encina, las doce que recoge Ana Labarta11 y los dos epitafios de Arjona publicados en 1998 por Javier Aguirre12. De las otras dos estelas funerarias que este último autor incluyó en su artículo de 1996, la originaria de Cazalilla es anterior, del siglo III/IX13 y la de Úbeda, con el epitafio de Abë l-cAbbÄs b. cAbd al-MÄlik b. cUmar, sí es del siglo X14, pero había sido recogida antes por Ana Labarta15.

1. DESCRIPCIÓN La lápida es rectangular con los lados verticales más largos (lám. 1), la forma más común de las estelas funerarias andalusíes, aunque hay algunos casos excepcionales de estelas que presentan los lados horizontales más largos, como el ejemplar de Arjona16, en la provincia de Jaén, y uno de Orihuela17, en Alicante, ambos del siglo IV/X, o la estela almeriense fechada en el año 488/109518. Esta lápida de Mengíbar presenta, además, la parte inferior del rectángulo más estrecha que la superior, lo que le confiere “una figura casi trapezoidal”, como la tipología que describe C. Barceló para las estelas de la zona alicantina durante el siglo X19. La inscripción se compone de once líneas y está realizada en cúfico arcaico de labra incisa. El campo epigráfico, enmarcado por un filete tallado en relieve de apariencia tosca e irregular, ocupa todo el frontal de la lápida, pero deja en la parte inferior un espacio sin epigrafiar. En cuanto a la ubicación de este tipo de estelas, con estrechamiento en la parte inferior, anepígrafa,

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ESTELA FUNERARIA DE CRONOLOGÍA CALIFAL APARECIDA EN MENGÍBAR (JAÉN)

Lám. 1.

cabe la posibilidad de que se hincaran verticalmente en la cabecera de las sepulturas, bien directamente en la tierra o bien “encajadas en algún tipo de pie”, como plantea C. Barceló y es el caso de un lote de estelas funerarias conservado en el Ribat de Soussa20, en el actual Túnez. Otras características formales de este epígrafe, como el material utilizado –una piedra caliza muy porosa habitual en la zona jiennense– y la modalidad de labra y de grafía empleadas –cúfico austero con talla incisa–, coinciden con las que presenta un buen número de inscripciones procedentes de la actual provincia de Jaén21. Las medidas totales de la lápida son: 57 cm de altura máxima conservada x 37 cm de anchura máxima y 14,50 cm de grosor. El campo epigráfico mide 36 cm x 29 cm de anchura máxima (24 cm la anchura mínima). El filete es de 7 cm en

la parte superior, de 2,50 en el lateral izquierdo y de 4,50 cm en el lateral derecho. El estado de conservación es bastante bueno por lo que respecta al campo epigráfico, pero el filete de enmarque está muy deteriorado, pues presenta roturas en la parte superior derecha, afectando al comienzo del epígrafe, y especialmente en la parte inferior derecha, donde también se ha perdido la primera palabra del último renglón. Está deteriorado el renglón 2º, con una rotura en la parte correspondiente al ism y nasab del difunto, por lo que la lectura del antropónimo es hipotética en este punto, aunque sí se ha conservado intacta la nisba. En cuanto a la fecha del óbito consignada, también se ha perdido el día de la semana, en el renglón 9º, parte del nombre del mes, en el renglón 10º, por rotura de la parte central de ambos renglones, y ha desaparecido, en el último renglón, la unidad de los numerales del año (lám. 2).

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Mª ANTONIA MARTÍNEZ NÚÑEZ

7. es Su siervo y Su enviado *al que envió con la dirección 8. y la religión verdaderas para que prevalezca sobre las religiones* (Q. IX, 33)27 9. Murió la noche del… a quince 10. días pasados de ra(bàc) al-Äjir del año 11. …y cincuenta y trescientos (novecientos sesenta y…)28

3. ANÁLISIS CALIGRÁFICO

Lám. 2.

2. LECTURA Y TRADUCCIÓN

1. (En el nom)bre de Dios, el Clemente, el Misericordioso 2. Este es el sepulcro de al-‘îãà (¿?) ibn cîtiya (¿?) 3. al-¶udÄmà, Dios se apiade de él y

4. se apiade de cualquier creyente que pida para él misericordia. 5. Daba testimonio de que no hay divinidad sino

6. Dios, Él solo, no tiene asociado, y de que MuÜammad

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La inscripción, con una rígida labra incisa, está realizada en cúfico austero de aspecto tosco (fig. 1). A ello contribuye el hecho de que, a partir del 5º renglón, se pierde la horizontalidad de la línea de base, de tal forma que en los últimos renglones la escritura discurre en sentido ascendente y la ubicación de algunos grupos de grafemas rompe la linealidad. Asimismo, las astas, o trazos altos de las letras, pierden, a veces, la verticalidad con respecto a la línea de base, como sucede con el trazo 12i, m y f (lÄm inicial, medial y final) en layla (9º renglón), jalat (10º) y cala (8º). También inciden, sin duda, en esa apariencia tosca y popular del epígrafe los rasgos arcaizantes que, en general, presenta su grafía (fig. 2). Se trata de un cúfico austero, desprovisto de cualquier ornato y que reúne todas las características formales del cúfico arcaico de la etapa emiral29, y esto, a pesar de su plena cronología califal omeya, cuando ya en Córdoba, y en otras provincias, se habían afianzado importantes innovaciones en el diseño de las trazas cúficas, como los nexos curvos en la unión de algunos grafemas, la equiparación en altura de 2i y m (bÄ’, tÄ’, tÄ’, etc. inicial y medial) y 12i y m, o el apéndice ascendente y en forma de “cuello de cisne” de la letra 14f y a (nën final y aislado)30. No obstante, este epígrafe presenta un rasgo destacable por su excepcionalidad y su carácter innovador. Se trata del pronunciado apéndice descendente que presenta el grafema 1f (alif final), como se aprecia en al-cîãà (2º renglón), en dacÄ (4º renglón) y en mà’a (último renglón), no documentado en las inscripciones del periodo omeya más representativas desde el punto de vista epigráfico29, ni en las de esa cronología procedentes de la provincia de Jaén.

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ESTELA FUNERARIA DE CRONOLOGÍA CALIFAL APARECIDA EN MENGÍBAR (JAÉN)

También son destacables otros hechos de grafía. Así, se debe señalar la forma especial y angulosa que adopta el grafema 9i (cayn inicial) en cîtiya (2º renglón), escrito de la misma forma que en cabdan, en el renglón 4º, mientras que en dacÄ, la palabra siguiente del reglón 4º, la factura de cayn inicial es diferente y más próxima a la habitual para esta cronología. Este mismo grafema 9 en posición medial presenta la parte superior abierta; figura habitual en el cúfico andalusí del periodo omeya, tanto emiral como califal32. Es reseñable, asimismo, el punto diacrítico ubicado debajo de la letra 2i (bÄ’ inicial) de ibn y el otro situado debajo de 10i, el qÄf inicial de qabr, ambos en el 2º renglón. La anotación de puntos diacríticos en inscripciones cúficas de cronología califal es un hecho constatado en otros ejemplares de la provincia de Jaén33 y en uno de Vélez Rubio, en la provincia de Almería34. En este epígrafe se observa la identificación en el diseño de algunos grafemas: la forma que adopta el trazo 14f y a es muy parecida a la de 5f y a (rÄ’/zay final y aislado); los grafemas 10 (fÄ’/qÄf) y 16 (wÄw) en posición final y aislada tienen una figura muy semejante; y el grafema 15 (hÄ’), en posición inicial y medial (ver hÄdÄ en el 2º renglón y yaåhadu en el 5º renglón), está trazado en la mayor parte de los casos con una forma muy parecida a la del grafema 13i y m (màm inicial y medial). Sin embargo, el nexo lÄm-alif aparece con un aspecto distinto en cada una de las ocasiones en que se consigna: dos en el renglón 5º, una en el 6º y una en el 10º. Al igual que sucede en otros epígrafes jiennenses del siglo X35, el último de los nexos lÄm-alif del renglón 5º y el que aparece en el renglón 10º presentan la parte inferior en forma de triángulo y los trazos altos en aspa. Este es otro rasgo arcaizante que coincide con el diseño de este nexo en inscripciones de los años 220 y 241 de la Hégira36. De igual manera, el término AllÄh se ha realizado de forma diferente en las tres ocasiones en que aparece escrito en esta inscripción: en el renglón 1º, en el 3º y el que está partido entre el renglón 5º y el 6º. La forma que adopta en el renglón 3º es la más próxima a la de los epígrafes de

cronología emiral37, mientras que en el renglón 6º el grafema 15f adopta un diseño muy especial. En cuanto al término MuÜammad, al final del 6º renglón, aparece escrito en un nivel superior y montado sobre el filete, por falta de espacio. Se ha realizado, además, con un diseño gráfico inusual, con el màm inicial montado sobre el comienzo del ÜÄ’ medial. Una grafía muy especial presenta también la expresión li-yuìhira-hu, ubicada hacia la mitad del 8º renglón, con el trazo 8m (ìÄ’ medial) escrito sobre los otros grafemas que le acompañan, pero conservando los nexos de unión con ellos. Tanto el término MuÜammad, que en este contexto de la åahÄda debía llevar alif ortográfico (por ir en acusativo indeterminado: MuÜammadan), como la preposición calà, en el 8º renglón, se presentan con escritura defectiva; es decir, sin anotar alif mamdëda en el primer caso y alif maqãëra en el segundo. Y, por último, hay que señalar la separación de palabras entre renglones (3º-4º y 5º-6º), pero siempre tras grafemas que no se unen al trazo siguiente, lo que, como advirtió C. Barceló, constituye un hecho habitual en grafía lapidaria andalusí38. El aspecto tosco y algo descuidado de este epígrafe, junto a su labra incisa, con algunas deficiencias de ejecución, lo aproximan a otras inscripciones realizadas en las zonas rurales de la provincia de Jaén. Sin embargo, la expresión árabe es del todo correcta y los elementos del formulario, así como el orden en que aparecen, coinciden con los que presentan los epitafios procedentes de zonas urbanas.

4. ANÁLISIS TEXTUAL El texto de la inscripción está prácticamente completo, por lo que se han conservado todos los elementos que lo componen. Son los que siguen: 1) Basmala completa 2) Expresión hÄdÄ qabr (“éste es el sepulcro de”…) 3) Nombre del difunto 4) Eulogia raÜima-hu AllÄh (“Dios tenga miseri-

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Mª ANTONIA MARTÍNEZ NÚÑEZ

cordia/ Dios se apiade de él”), con una breve extensión. 5) †ahÄda o profesión de fe 6) Breve cita coránica 7) El término tuwuffiya (“murió”) 8) Fecha La basmala completa, con la que comienza este texto, es la fórmula introductoria habitual en los epitafios andalusíes hasta el siglo XIII39. A esa fórmula introductoria le sigue la expresión hÄdÄ qabr y el nombre del difunto, secuencia habitual en los epitafios cordobeses de cronología emiral y califal40 y, asimismo, en los de la zona levantina de la misma cronología41. La expresión hÄdÄ qabr se consigna habitualmente en los epitafios andalusíes, salvo en los realizados en zonas rurales y en los fechados en el siglo XIII, en los que desaparece este elemento del formulario y la mención del difunto va precedida de tuwuffiya42. En cuanto a la onomástica del difunto, al-cîãà b. c îtiya al-¶udÄmà, la lectura del ism y del nasab es hipotética en algunos de sus extremos, debido al deterioro de esa parte del epígrafe, pero la interpretación propuesta se atiene a la secuencia consonántica conservada. Por otra parte, tanto alc îãà como cîtiya están documentados por Ibn öazm43, aunque dichos nombres no se encuentran entre los antropónimos andalusíes más frecuentes. En cuanto a la nisba, su lectura no ofrece ninguna duda: al-¶udÄmà; una nisba tribal de origen árabe. Los íudÄmíes se contaban entre los nómadas que, en época preislámica, se asentaron en la Siria y la Palestina bizantinas y entre los aliados árabes del emperador Heraclio. Pronto islamizados, intervinieron en la conquista de Siria y bajo los omeyas formaron la mayor parte del ¶und de Palestina44. Según Ibn öazm, algunos buéën ¶udÄm se instalaron en al-Andalus, en los distritos de †adëna, al-¶azàra, Tudmàr e Iåbàliyya45. Y, en efecto, el ¶und de Palestina se asentó en la zona de Sidonia, mientras que en Jaén lo hizo el ¶und de Qinnasràn, entre cuyos contingentes también contaba con los de origen yemení46. Aunque la presencia de íudÄmíes en Jaén no fuese muy significativa, esta nisba está documentada en otro

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epitafio, más tardío, hallado en el barrio de la Magdalena en la capital, Jaén47 . El cuarto elemento del formulario es la eulogia raÜima-hu AllÄh, referida al difunto y ubicada inmediatamente detrás del nombre del difunto. Este elemento se consigna de forma sistemática en epitafios de los primeros siglos del islam andalusí, estando sólo ausente en casos puntuales, entre ellos una estela funeraria de Jimena (Jaén) fechada en el año 367/97748, y en zonas geográficas concretas a partir del siglo XI y sobre todo en el XII49. En cuanto a la ubicación, tras la mención del difunto, coincide con la secuencia más habitual de época califal omeya50, aunque en unos pocos epitafios de esa cronología aparece detrás del término tuwuffiya51, como se observa en un ejemplar procedente de Torre del Campo52, en Jaén. Como señala Carmen Barceló53, lo habitual en el siglo X es que los epitafios de zonas urbanas presenten la secuencia basmala completa + hÄdÄ qabr + nombre del difunto + eulogia raÜima-hu AllÄh, mientras que los de zonas rurales sustituyen hÄdÄ qabr por tuwuffiya y mantienen la misma secuencia basmala + tuwuffiya + nombre del difunto + raÜima-hu AllÄh. En la lápida de Mengíbar que nos ocupa esta eulogia se encuentra, además, ampliada con la expresión wa-raÜima cabdan dacÄ la-hu bi-raÜma (“y se apiade de cualquier creyente que pida para él misericordia”). Ésta y otras eulogias de relación del mismo talante, como wa-raÜima man dacÄ la-hu biraÜma / wa-raÜima man yarÜamu calay-hi (“y se apiade de quien pida para él misericordia”) y waraÜima (o wa-raÜmat AllÄh c alà) al-muslimàn aímacàn (“y se apiade de todos los musulmanes”), se documentan en epitafios andalusíes54, algunos de la provincia de Jaén, como el fragmento del siglo X aparecido en Baños de la Encina55. A continuación, y como quinto elemento del formulario, se incluye la åahÄda, o profesión de fe islámica, en una de sus versiones más completas, con introducción, tahlàl completo y risÄla completa (kÄna yaåhadu an lÄ ilÄha illÄ AllÄh waÜda-hu lÄ

åaràka la-hu wa-anna MuÜammad abdu-hu warasëlu-hu). La risÄla se completa con la introducción

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ESTELA FUNERARIA DE CRONOLOGÍA CALIFAL APARECIDA EN MENGÍBAR (JAÉN)

de una breve cita coránica (reproducción incompleta de Q. IX, 33 o LXI, 9), un sexto elemento del formulario que insiste en la misión profética. La inclusión de la åahÄda, con o sin cita coránica, entre el nombre del difunto, seguido de raÜima-hu AllÄh, y la expresión tuwuffiya, como en este caso, se documenta en epitafios cordobeses de época emiral y califal56. Fuera de Córdoba, este orden de los componentes del formulario se observa en estelas funerarias de algunas zonas de al-Andalus, pero a partir del siglo XI57. En cuanto a la cita coránica, cuando se consigna, lo hace en aquellos epitafios que incluyen la åahÄda completa, como sucede en los cordobeses de cronología omeya y en casos puntuales de Toledo58. Sin embargo, los epitafios de la provincia de Jaén no suelen consignar la åahÄda y los escasos ejemplares que sí la incluyen, lo hacen al final del formulario, tras la mención de la fecha del óbito59. El séptimo elemento del formulario es el término tuwuffiya (“murió”), que aparece en la práctica totalidad de los epitafios andalusíes, tan sólo sustituido en contadas ocasiones por mÄta60. El lugar que ocupa en la lápida de Mengíbar, tras la åahÄda, coincide con el que presentan epitafios cordobeses de cronología omeya y en una de las estelas funerarias de Orihuela61. Por otra parte, la inclusión de tuwuffiya, antes de la fecha, en formularios que consignan también hÄdÄ qabr antes del nombre difunto, es lo habitual en epitafios andalusíes de ámbito urbano62. En epitafios de medios rurales,

como sucede en algunos hallados en la actual provincia de Jaén, se suprime hÄdÄ qabr y el verbo tuwuffiya aparece ubicado entre la basmala y el nombre del difunto63. El formulario se cierra con la mención de la fecha del óbito, sin añadir ninguna cita coránica ni eulogia de relación, frente al uso habitual de este tipo de elementos en época califal omeya64. La datación es muy completa, ya que precisa el momento del óbito, la feria de la semana (aquí desaparecida), el día del mes y el año (del que se ha perdido la unidad). En epigrafía andalusí los textos funerarios suelen incluir todas estas precisiones cronológicas, frente a las inscripciones fundacionales y conmemorativas, cuya fecha presenta una formulación mucho más escueta65. El término empleado para designar el año es sana, el más frecuente, asimismo, en epigrafía andalusí y utilizado de forma casi única hasta el siglo XI66. De todo lo anterior se puede inferir, a modo de conclusión, que las características textuales –elementos del formulario y orden en que aparecen– aproximan esta estela a las procedentes de cementerios urbanos andalusíes, pero esto contrasta con el aspecto tosco de su labra incisa y con los rasgos arcaizantes de su grafía, que remiten a inscripciones funerarias realizadas en los medios rurales. Y no es posible avanzar más allá, pues se desconocen todos los datos relativos a la ubicación original de la lápida –tipo de enterramiento y posible cementerio de procedencia–, ya que, fue encontrada fuera de su contexto de origen, en un nivel de relleno de una de las fosas excavadas en la roca.

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Fig. 1.

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Fig. 2. Alfabeto.

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Notas 1 Las Excavaciones fueron dirigidas por los arqueólogos D. Manuel Molinos Molinos y Dña. Vanessa Portero Fernández, a quienes quiero agradecer, junto a Vicente Salvatierra y J. C. Castillo Armenteros, la información que me han proporcionado sobre el hallazgo, así como la remisión del material fotográfico. 2 La cerámica de cronología omeya aparecida en la excavación ha sido publicada por SALVATIERRA CUENCA, CASTILLO ARMENTEROS 2008: 109-133, donde se incluyen los datos relativos al enclave, la excavación y la cronología de los distintos materiales y sectores. Sobre la fosa 349, cfr. la tabla 2, p. 122 del citado artículo. 3 LÉVI-PROVENÇAL 1931. 4 En el que incorpora todos los epígrafes publicados hasta ese momento y algunos otros que permanecían inéditos; LABARTA 1990: 123-137. 5 AGUIRRE SÁDABA 1996: 321-338; AGUIRRE SÁDABA 1998: 161-181. 6 MARTÍNEZ NÚÑEZ 2002: 165-179.

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7 MARTÍNEZ NÚÑEZ 2008: nº 57-60, pp. 158-162.

30 OCAÑA JIMÉNEZ 1970: 26-35; MARTÍNEZ NÚÑEZ 1995: 134-

8 Como lo han podido demostrar los Drs. Alberto Canto e

138. Sobre rasgos arcaizantes en otras estelas de cronología califal, cfr. MARTÍNEZ NÚÑEZ 2001: 54-56.

Isabel Rodríguez, colaboradores en la realización del Catálogo, quienes exponen detalladamente los motivos de la falsa atribución y los que justifican su origen cierto en la localidad toledana; CANTO GARCÍA, RODRÍGUEZ CASANOVA 2006: 57-66. Cfr., asimismo, MARTÍNEZ NÚÑEZ 2008: nº 84, pp. 220-222 y pp. 29 y 40-41. 9 Como se expone en MARTÍNEZ NÚÑEZ 2008: nº 57, pp. 158-159. 10 Se trata de tres fragmentos de estelas funerarias aparecidos en el curso de las excavaciones realizadas durante el año 2008 en el Castillo de Baños de la Encina. Aunque su estudio pormenorizado está en curso de realización, se puede afirmar que todas ellas presentan grafía cúfica incisa y que son de diferentes cronologías, alguna conserva la data expresa y otra restos de la onomástica del difunto, como adelanté en la ponencia presentada en un reciente congreso internacional celebrado en Silves; cfr. MARTÍNEZ NÚÑEZ 2009: 46-47. 11 LABARTA 1990: nº 1-13, pp. 126-131. En realidad son trece las inscripciones del siglo X que recoge, pues incluye el epígrafe fundacional de un burí, del año 357/ 968, que se atribuía a Baños de la Encina (nº 5); v. supra, notas 8 y 9. Ese número supone un incremento importante en comparación con las seis que registraba LÉVI-PROVENÇAL 1931: nº 147-152, entre las que también se incluía la fundacional atribuida a Baños (nº 150). 12 El primero con fecha expresa del año 352/963 y el segundo

31 Como se puede observar en los alfabetos de esa cronología que reproduce OCAÑA JIMÉNEZ 1970: fig. 1-8; o en los de Madànat al-ZahrÄ’; MARTÍNEZ NÚÑEZ 1995: 147. 32 Salvo en algún caso aislado en el que este grafema presenta una forma cerrada, a modo de triángulo invertido, como en el epígrafe fundacional de la primitiva mezquita aljama de Sevilla, del año 214/829, el más arcaico de al-Andalus; OCAÑA JIMÉNEZ 1970: 22, fig. 1; o en una estela funeraria de Orihuela (Alicante), fechada en el año 335/946; MARTÍNEZ NÚÑEZ 2001: nº 1, pp. 51-60, especialmente p. 55 y lám. 1. 33 En cúfico inciso con algunos puntos diacríticos está realizada la estela funeraria hallada en 1902 en Baños de la Encina, propiedad de la Real Academia de la Historia; MARTÍNEZ NÚÑEZ 2008: nº 57, pp. 158-160. También el último hallazgo epigráfico realizado en 2008, en las excavaciones arqueológicas del Castillo de Baños de la Encina. Aunque su estudio está en curso de realización, se puede adelantar que se trata de un fragmento de estela funeraria, cuyo texto ha conservado restos de las fórmulas introductorias (basmala, tasliya) y de la onomástica del difunto (el nasab Ibn YaÜyà). La fecha se ha perdido, pero sus rasgos caligráficos, en una austera grafía cúfica incisa con algunos puntos diacríticos, remite a una cronología del siglo X, cfr. MARTÍNEZ NÚÑEZ 2009: 47, fig. 5. 34 Es una estela funeraria del año 329/941 procedente de

13 Está fechada en el año 271/885; AGUIRRE SÁDABA 1996: 322-330, lám. II, fig. I.

Jarea, en Vélez Rubio (Almería), también propiedad de la Real Academia de la Historia; MARTÍNEZ NÚÑEZ 2008: nº 4, pp. 56-57. Aunque esta estela almeriense presenta el cúfico labrado en relieve y los puntos diacríticos incisos, realizados a trépano.

14 Lleva fecha expresa del 361/972; AGUIRRE SÁDABA 1996:

35 LABARTA 1990: nº 3 y nº 8.

330-337, lám. II, fig. II.

36 Corresponden respectivamente a uno de los epígrafes fun-

del 364/975; AGUIRRE SÁDABA 1998: 163-171 y 172-181.

16 AGUIRRE SÁDABA 1998: nº 2, pp. 172-181, lám. II, fig. II.

dacionales de la Alcazaba de Mérida y al epitafio de GaÅàra; OCAÑA JIMÉNEZ 1970: 24, fig. 2, p. 25, fig. 3 y p. 47, fig. 9 a) y b). También se documenta en epígrafes de cronología califal de algunas provincias; MARTÍNEZ NÚÑEZ 2001: 55.

17MARTÍNEZ NÚÑEZ 2001: nº 3, fig. 7, lám. 3, pp. 67-72.

37 OCAÑA JIMÉNEZ 1970: 48, fig. 10 a) y b).

18 BARCELÓ 1998: 65.

38 BARCELÓ 1998: 104-105.

19 BARCELÓ 1998: 69.

39 En ese momento empezó a utilizarse en algunos casos la

15 Aunque esta autora la había fechado en el año “3[3]1 H./943 J.C.”; LABARTA 1990: nº 2, pp. 126-127.

20 Son estelas de cronología otomana, pero recuerdan las naza-

Üamdala; cfr. BARCELÓ 1990: 44.

ríes procedentes de la rawÅa de la Alhambra; cfr. KOURAÏCHI 1999: 177 y 201, fig. 15. Sobre este aspecto concreto y las hipótesis sobre la ubicación de las estelas, cfr. MARTINEZ NÚÑEZ 1996: 135; MARTÍNEZ NÚÑEZ 2001: 73-74.

nº 5; o el procedente de Córdoba, pero conservado en el Museo de Málaga; LÉVI-PROVENÇAL 1931: nº 3, pp. 3-4; ACIÉN ALMANSA, MARTÍNEZ NÚÑEZ 1982: nº 2, pp. 21-22.

21 LABARTA 1990: 123.

41 BARCELÓ 1998: 81 y nº 2, 4, 8 y 10; MARTÍNEZ NÚÑEZ

22 Lectura hipotética por la rotura de la primera parte de este

2001: nº 3, p. 71.

ism. 23 Lectura hipotética, pues lo que parece estar escrito es 24 Con escritura defectiva, por 25 Con alif mamdëda por alif maqãëra, por

40 Como los que consigna OCAÑA JIMÉNEZ 1970: nº 3, nº 4 y

42 O de cualquiera de sus variantes, como wa-kÄna wafÄtu-hu

(“y tuvo lugar su muerte”), expresión documentada en algunos epitafios de la provincia de Jaén; BARCELÓ 1990: 45-46; MARTÍNEZ NÚÑEZ 2001: 58; LÉVI-PROVENÇAL 1931: nº 149; LABARTA 1990: nº 4; AGUIRRE SÁDABA 1996: 324 y 332. 43 IBN öAZM AL-ANDALUSú 1982: 78 (al-cîãà) y 454 (cîtiya).

26 Con escritura defectiva, por 27 Cita incompleta de Q. IX, 33 (= Q. LXI, 9), pues falta la

44 En época omeya esta tribu pretendía descender de KahlÄn

parte final que suele incluirse en otros epitafios andalusíes.

b. Saba’, del Yemen, y estar emparentada con los Lajm y los c îmila. Sobre todo ello, cfr. BOSWORTH 1965: 588.

28 La fecha, por tanto, debe oscilar entre el año 351 y el 359

45 IBN öAZM 1982: 421. Al-cîãà era el ism de uno de los hijos

H., correspondientes al 962-969 J. C.

del emir omeya MuÜammad I; LÉVI-PROVENÇAL 1931: 4.

29 Sobre los rasgos del cúfico arcaico, cfr. OCAÑA JIMÉNEZ

46 Como exponen AGUIRRE SÁDABA, JIMÉNEZ MATA 1979:

1970: 22-26.

102-105.

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47 Se conserva en el patio de la Iglesia de la Magadalena y existe un vaciado en el Museo Arqueológico Nacional. El nombre del difunto es MuÜammad b. cAmr b. cUtmÄm al-¶udÄmà (m. 576/1180); LÉVI-PROVENÇAL 1931: nº 157; REVILLA VIELVA 1932: nº 277; LABARTA 1990: nº 18. En un epitafio almeriense del año 1131 también se documenta esta nisba; LÉVI-PROVENÇAL 1931: nº 113, p. 118. 48 OCAÑA JIMÉNEZ 1953: 400-407. 49 BARCELÓ 1990: 46-47; MARTÍNEZ NÚÑEZ 2001: 59-60. 50 BARCELÓ 1990: 46; BARCELÓ 1998: 81. En una lápida funeraria de Arjona (Jaén), fechada en el 364/975, se consigna la variante raÜmat AllÄh calay-hi, tras el nombre del difunto; AGUIRRE SÁDABA 1998: nº 2, pp. 172-173. 51 MARTÍNEZ NÚÑEZ 2001: nº 1 y nº 2, pp. 60, 66; BARCELÓ 1998: nº 8 y nº 11. 52 LÉVI-PROVENÇAL 1931:147.

con el epitafio de Ibn Mugàt, del 477/1055, consigna esta cita coránica sobre la misión profética y, asimismo otro cipo de las mismas características, hoy desaparecido; MARTÍNEZ NÚÑEZ 2008: nº 103 y nº 104, pp. 251-255. 59 Como sucede en la estela de Jimena, realizada en cúfico inciso y fechada en 367/977; OCAÑA JIMÉNEZ 1953: 400-407; y en otra del siglo XI, que se conserva en el Museo de Jaén y presenta grafía cúfica en relieve de tradición cordobesa; FERNÁNDEZ PUERTAS 1976: 221. 60 Como en el epitafio, antes citado, de al-Manãër I de Badajoz; MARTÍNEZ NÚÑEZ 2008: nº 18. Sobre el uso de

53 BARCELÓ 1990: 46. 54 BARCELÓ 1990: 47; BARCELÓ 1998: 80-81. En Badajoz se

documenta fa/wa-raÜima man da Ä la-hu bi-raÜma en el epitafio, hoy desaparecido, del fundador de la taifa aféaãí, al-Manãër I, y en otro más tardío, del año 545/1150; MARTÍNEZ NÚÑEZ 2008: nº 18 y nº 19, pp. 79-82. En una estela funeraria de Arcos de la Frontera del 416/1025, también desaparecida, se consigna la variante wa-raÜima man yarÜamu calay-hi y en el cipo toledano del año 391/1001 se incluye esta otra versión fa-raÜima AllÄh man taraÜÜama calay-hi wa-dacÄ la-hu (“y se apiade Dios de quien implore para él Su misericordia e invoque a su favor”); MARTÍNEZ NÚÑEZ 2008: nº 25, pp. 95-98 y nº 101, pp. 244-247, respectivamente. 55 MARTÍNEZ NÚÑEZ 2008: nº 57; LÉVI-PROVENÇAL 1931: nº c

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LÉVI-PROVENÇAL 1931: nº 55; MARTÍNEZ NÚÑEZ 2008: nº 103. También en algunos almerienses y del país valenciano; BARCELÓ 1990:48; BARCELÓ 1998: nº 12, nº 14 y nº 20. En estos epitafios la expresión raÜima-hu AllÄh suele ubicarse tras tuwuffiya y no tras el nombre del difunto. 58 BARCELÓ 1990: 47. En cuanto a Toledo, el conocido cipo

tuwuffiya en epitafios andalusíes y su esporádica sustitución por mÄta; BARCELÓ 1990: 48.

61 OCAÑA JIMÉNEZ 1970: nº 5 y nº 8; MARTÍNEZ NÚÑEZ

2001: nº 3, p. 71. 62 Incluidos algunos jiennenses, como el de Villacarrillo del 328/940 y el epitafio de una musulmana del siglo X; LÉVIPROVENÇAL 1931: nº 148 y nº 152. También en el de Jimena y en el conservado en el Museo de Jaén, que publican M. Ocaña y A. Fernández Puertas; v. supra nota 59. 63 Es lo que sucede en los epitafios de Cazalilla y Úbeda que

151 y nº 156; LABARTA 1990: nº 9 y nº 17. 56 LÉVI-PROVENÇAL 1931: nº 3; ACIÉN ALMANSA, MARTÍNEZ

publicó AGUIRRE SÁDABA 1996, y en algunos de los que consignan la variante wa-kÄna wafÄtu-hu; LÉVI-PROVENÇAL 1931: nº 149. En una estela de Arjona del 352/963 el orden de los elementos es basmala completa + eulogia raÜima AllÄh + nombre del difunto + tuwuffiya; AGUIRRE SÁDABA 1998: nº 1, p. 165. 64 BARCELÓ 1998: 82. Los formularios de las tres estelas de cro-

NÚÑEZ 1982: nº 2; OCAÑA JIMÉNEZ 1970: nº 3, nº 4, nº 5. También se observa este orden en uno de Orihuela; MARTÍNEZ NÚÑEZ 2001: nº 3, pp. 71-72. 57 En los de Toledo del año 421/1030 y del 477/1055;

66 BARCELÓ 1990: 48-49.

nología califal aparecidas en Orihuela terminan también con la mención de la fecha; MARTÍNEZ NÚÑEZ 2001: 60, 66, 72. 65 MARTÍNEZ NÚÑEZ 1995: 142.

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