Uno de los fenómenos históricos que, sin duda, más profundamente han calado en la memoria colectiva del pueblo europeo ha sido el morbo pestífero que, al mediar el siglo XIV, azotó la mayor parte del territorio de Europa. La magnitud de su impacto explica que esta epidemia posea el nombre propio de Peste Negra, por el que es universalemente conocida y que, en opinión de M. Mollat y P. Wolff, obedece al color que tomaban los cuerpos de las víctimas afectadas por una de sus tres variedades, la bubónica.
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