Este trabajo parte del concepto de "instancia abridora de mundo" como uno de los conceptos más elaborados de la reflexión filosófica, desde el predominio del ente, pasando por la conciencia, hasta llegar a un modo singular de experiencia que encuentra su apoyo en la "finitud" y en la "desposesión". Los puntos esenciales del artículo son el análisis del frágil itinerario de la subjetividad, el estudio del Da-sein, como límite de la ontología substancialista, y la experiencia de la negatividad como forma apropiada para alumbrar la manifestación del ser. En este sentido, se pone de relieve la contraposición existente entre ella y la experiencia del "tú", que se propone en Gadamer, y en la teoría de la acción comunicativa de J. Habermas.
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