La terapia antirretrovírica, iniciada hace algo más de 20 años, ha modificado radicalmente la evolución y el pronóstico de la infección por VIH. A los tres grupos de antivíricos clásicos (inhibidores de la transcriptasa reversa análogos y no análogos de nucleótidos e inhibidores de la proteasa), se han añadido otros nuevos grupos, como los inhibidores de la fusión, los inhibidores de receptores de quimiocinas y los inhibidores de la integrasa, que plantean nuevas perspectivas terapéuticas, sobre todo en pacientes ya tratados. El objetivo del tratamiento continúa siendo la supresión de la replicación vírica, que es el principal factor que determina la evolución del cuadro. El desarrollo de nuevos regímenes terapéuticos más cómodos de administración, altamente eficaces y relativamente poco tóxicos permite alcanzar este objetivo en estadios más precoces de la enfermedad.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados