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RLA. Revista de lingüística teórica y aplicada

versión On-line ISSN 0718-4883

RLA v.45 n.2 Concepción  2007

http://dx.doi.org/10.4067/S0718-48832007000200008 

 

RLA, Revista de Lingüística Teórica y Aplicada, 45 (2), II Sem. 2007, pp. 89-109

 

DOCUMENTOS / FILES

 

INTEGRACIÓN FONÉTICA Y MORFOLÓGICA DE LOS PRESTAMOS: DATOS DEL LÉXICO DOMINICANO DEL BÉISBOL

 

THE PHONETIC AND MORPHOLOGICAL INTEGRATION OF LOANWORDS: A STUDY OF THE VOCABULARY OF BASEBALL IN DOMINICAN SPANISH

 

ORLANDO ALBA
Brigham Young University. USA. orlando_alba@byu.edu


RESUMEN

En este artículo se estudia el proceso de adaptación fonética y de integración morfológica de que son objeto los préstamos del inglés en el campo léxico del béisbol en el español de la República Dominicana. Los datos proceden de tres fuentes de información: transmisiones radiales y televisivas; un test asociativo que recoge el léxico disponible en ese centro de interés; un cuestionario dirigido. El análisis conduce a la conclusión de que la entrada de nuevos elementos léxicos procedentes del inglés no implica ningún peligro de alteración del español porque el sistema tiene la capacidad de asimilarlos e integrarlos de acuerdo con su propia estructura. En este sentido, la llegada de los préstamos puede verse como un fenómeno natural mediante el cual la lengua amplía y enriquece su caudal léxico, sin que al hacerlo se trastornen sus estructuras fonológica y morfológica.

Palabras claves: Adaptación fonética, anglicismo, béisbol, calco, español dominicano, préstamo.


ABSTRACT

This article examines the processes of phonetic adaptation and morphological integration affecting baseball terms imported from English into Dominican Spanish. The data are taken from three sources: television and radio broadcasts; a word association test designed to elicit speakers' available lexicon in this semantic field; a questionnaire administered under controlled conditions. Analysis of the data indicates that the importation of new lexical items from English does not represent a threat for Spanish since the Spanish linguistic system has the ability to assimilate and integrate such items by adapting them to its own structures. In this sense, the arrival of loanwords may be viewed as a natural phenomenon that enables the language to expand and enrich its lexis without disrupting its phonological and morphological structures in the process.

Keywords: Phonetic adaptation, anglicism, baseball, caique, dominican Spanish, loanwords, lexical borrowing.


 

I. INTRODUCCIÓN

ALGUNOS investigadores, en especial los que adoptan una visión normativa de la lengua, han expresado su preocupación por el posible, e incluso inminente, peligro de deterioro y de fragmentación a que está abocada la lengua española en América1.

En el fondo, esta actitud medrosa se ve impulsada precisamente por la naturaleza variable de la lengua, que debe adaptarse continuamente a las necesidades de sus usuarios para poder cumplir a cabalidad con su función.. Para responder a su misión comunicativa, las lenguas y sus dialectos son, y tienen que ser, entidades complejas y flexibles en las que la unidad convive con la diversidad. De ahí que los fenómenos lingüísticos sean esencial e intrínsecamente cambiantes por ser hechos históricos enmarcados en la multiplicidad social y geográfica de los hablantes, así como en las distintas situaciones en las que se realizan los actos de habla.

Una consecuencia de la esencia variable de las lenguas es justamente la presencia de elementos de procedencia extranjera. En toda lengua se encuentran préstamos que han llegado como resultado del contacto o de las relaciones que han tenido sus hablantes con otras lenguas a lo largo de la historia. Por tal razón, como se sabe, una lengua 'pura', que no haya heredado ni recibido ningún rasgo de otra, simplemente no existe. Para que tal situación fuera posible tendría que darse la extraña circunstancia de una sociedad completamente aislada e incomunicada con el resto del mundo, en la que todos y cada uno de sus miembros se mantuvieran durante toda la vida en permanente estado de enclaustramiento.

En épocas pasadas, era frecuente que el español tomara palabras del francés o de otras lenguas. En la actualidad, sin embargo, la influencia del inglés es, si no la única, sin duda la más intensa y abundante de todas. Y por varias razones, es también la que provoca las reacciones más adversas de ciertos sectores que se erigen en defensores de la lengua2.

El objetivo de este artículo consiste en analizar el proceso de adaptación fonética y de integración morfológica de que son objeto los préstamos del inglés en el campo léxico del béisbol en el español de la República Dominicana. La hipótesis que se plantea es que la entrada de nuevos elementos léxicos procedentes del inglés, o de cualquier lengua, no implica ningún peligro de alteración del español porque el sistema tiene la capacidad de asimilarlos e integrarlos de acuerdo con su propia estructura. En este sentido, la llegada de los préstamos puede verse como un fenómeno natural mediante el cual la lengua amplía y enriquece su caudal léxico, sin que al hacerlo se modifiquen o se trastornen sus estructuras fonológica y morfológica. Quienes se escandalizan e intentan defender al español de la 'amenaza extranjera', están subestimando la estabilidad y la fortaleza del sistema3.

II. ASPECTOS METODOLÓGICOS

Los datos analizados en este estudio forman parte del corpus de una investigación más amplia4. Proceden de tres fuentes de información: 1. Transmisiones radiales y televisivas; 2. Un test asociativo que recoge el léxico disponible en ese centro de interés; 3- Un cuestionario dirigido.

En el primer caso, fueron grabadas en cinta magnetofónica más de veinte horas de transmisiones directas de radio y de televisión de diversos partidos de béisbol correspondientes a las temporadas invernales de 1997-1998, 1999-2000 y 2002-2003- Una vez transliterado todo ese material, se procedió a la selección de un total de diez fragmentos de veinte minutos cada uno: tres pertenecen a la temporada que finalizó en enero de 1998, tres a la concluida en enero de 2000 y cuatro a la que terminó en enero de 2003- Cada trozo de grabación representa una cantidad de palabras que oscila entre 2.000 y 2.200. Según esto, el conjunto de los diez fragmentos de transmisiones incluye algo más de 20.000 elementos léxicos. En el análisis no fueron tomados en consideración los anuncios comerciales intercalados en la narración.

Como segunda fuente de información se seleccionó una muestra de 247 jóvenes de edades comprendidas entre los 17 y los 22 años. Un poco más de la mitad (134) son estudiantes de nivel universitario de Santo Domingo y de Santiago, que al momento de la encuesta cursaban el primer año de estudios en sus respectivas universidades. Los demás (113) son estudiantes del último año de bachillerato de un colegio privado urbano y de una escuela pública rural de la zona del Cibao. Los sujetos de la muestra fueron post-estratificados en cuatro grupos sociales (alto, medio-alto, medio, bajo) según la zona de residencia, el ingreso, la educación y la ocupación de sus padres. Durante 2 minutos, los encuestados enumeraron las palabras relacionadas con el juego de pelota que afluían a su memoria. Así se reunió un material espontáneo compuesto por 492 términos distintos. Este material de léxico disponible fue analizado mediante el programa computacional Dispolex (http://www.dispolex.com/), que pondera la frecuencia y el orden de aparición de los términos.

Por último, se elaboró un cuestionario de 221 preguntas consistentes en definiciones, en descripciones y en ilustraciones para que los encuestados produjeran, tanto oralmente como por escrito, el término correspondiente. Este cuestionario fue respondido por quince dominicanos de Santo Domingo y de Santiago: cinco de ellos son periodistas deportivos y los otros diez son ex-jugadores o aficionados muy conocedores del béisbol.. Estos encuestados fueron seleccionados de forma arbitraria y no al azar porque se buscaba información léxica específica y técnica, proveniente de personas relacionadas con el deporte. Así se suele proceder en situaciones similares. Por ejemplo, para investigar el léxico marinero, al estudioso no se le ocurre entrevistar a gente de la montaña.

A modo de ilustración, se presentan algunos ejemplos de preguntas con sus respuestas:

1. Cada uno de los nueve actos sucesivos en que se divide un juego de béisbol.
R. inning, entrada, episodio

2. Batazo generalmente elevado, que por lo común envía la pelota fuera del campo, y que permite al bateador recorrer las cuatro bases.
R. jonrón, cuadrangular

3 Jugador defensivo encargado de lanzar la pelota al bateador.
R pitcher, lanzador

III. CLASIFICACIÓN DE LOS PRESTAMOS

Dentro del conjunto de las unidades léxicas que se consideran anglicismos, existe una amplia diversidad. Muchas son palabras íntegramente importadas, en la forma y en el fondo, como hit, bleacher, pitcher, strike, otras son calcos motivados por el parecido en lo fonético y en lo semántico, como base (de 'basé), doble (de 'double), triple (de 'triple); otras consisten en traducciones más o menos exactas, pero no relacionadas en su forma fonológica, del tipo carrera (de ''run), jardinero céntralo centrocampista (de 'center fielder')5.

En el primer caso, proviene del inglés el signo completo, con su forma y su contenido. Por ejemplo, en la palabra strike, es fácil percibir la estructura fonológica inglesa, pronunciada de diversas maneras, con un mayor o menor grado de adaptación de su significante al español: [estráik], [estrái], [ehtrái], [etrái]. Pero también resulta claro que tiene origen inglés su sentido de 'lanzamiento bueno, de acuerdo con las reglas del juego, que el pitcher hace al bateador sin que éste logre conectarlo'. En español, este significado no corresponde a ninguna forma fonológica propia, porque el juego de pelota tiene origen extranjero y es relativamente reciente. Cuando el deporte no se conocía, el concepto asociado a 'strike', obviamente, no se encontraba presente en la mente de los hablantes.

Los casos como strikese consideran préstamos léxicos. En el vocabulario del béisbol dominicano pertenecen a esta categoría, entre otras, las siguientes palabras citadas en orden descendente según su índice de disponibilidad:

bate:

Pieza de madera de forma cilindrica, más gruesa por un extremo que por el otro, con la que se golpea la pelota.

home run:
Pelota bateada por el aire que pasa sobre la pared del outfield, y permite al bateador recorrer las cuatro bases y anotar carrera.
pitcher:
Jugador defensivo que lanza la pelota a los bateadores intentando que no puedan conectarla.
out:
Cada una de las tres jugadas defensivas de poner fuera a los bateadores o corredores durante una entrada.
catcher:
Jugador que ocupa la posición detrás del plato y recibe los lanzamientos del pitcher.
hit:
Batazo imposible de atrapar por parte de un jugador defensivo, que le permite al bateador alcanzar la primera base.
fouh:
Pelota bateada por el aire o por el suelo hacia la zona exterior de las líneas que delimitan el terreno de juego.
safe:
Término que indica que un corredor ha alcanzado legalmente una base.
umpire:
Arbitro del juego.
home:
Goma en forma de pentágono que marca el punto desde donde se batea.
center field:
Posición central del outfield o de los jardines. Por extensión, el jugador de esa posición.
left field: De las posiciones del outfield, la que está al lado izquierdo vista desde el home o el plato. Por extensión, el jugador de esa posición.
right field: Posición del lado derecho del outfield vista desde del home. Por extensión, el jugador de esa posición.
coach: Entrenador de jugadores y ayudante del manager en ciertas funciones.
shortstop:

Posición del infield situada entre la segunda y la tercera bases. Por extensión, el jugador de esa posición.

inning: Cada uno de los nueve actos, divididos en dos mitades, de los que consta un juego de béisbol.
dugout: Lugar donde se sientan los jugadores durante el juego cuando no están actuando en el terreno.
bleacher: Gradas del estadio situadas en las zonas más alejadas, donde son más baratas las boletas.
fly: Pelota que es bateada por el aire y se eleva a gran altura.
dead ball: Pelotazo que da el pitcher a un bateador.
rolling: Pelota que va rodando por el suelo al ser bateada por un jugador.
bullpen: Zona exterior al terreno de juego, en el área de los jardines, donde los pitchers, en especial los relevistas, hacen lanzamientos de calentamiento antes y durante el juego.
slider: Lanzamiento que hace el pitcher en el que la pelota dobla hacia el lado afuera y desciende al llegar al home.
swing: Movimiento coordinado realizado por el bateador con los brazos cuando intenta conectar la pelota lanzada por el pitcher.
wild pitch: Lanzamiento desviado hecho por el pitcher y que se le escapa al receptor.
playoff: Serie de varios partidos al final de la temporada en la que participan los equipos clasificados para ello.
back stop: Tipo de malla colocada detrás del home para proteger a los aficionados de las pelotas que se le escapan al catcher o que son bateadas de foul en esa dirección.
infield hit: Jugada en la que el bateador logra llegar a la primera base con un batazo de hit que no sale del cuadro interior.
bound: Salto que da la pelota al tocar el terreno.
line up: Lista de los nueve jugadores que participan en el juego en el orden en que deben batear.
slump: Disminución del rendimiento ofensivo de un jugador durante un período de tiempo relativamente largo.
wind up: Movimiento reglamentario que hace el pitcher en preparación para lanzar la pelota.

El fenómeno del anglicismo se manifiesta de manera distinta cuando lo que se transmite es sólo un nuevo significado, que se envuelve en una estructura fonética ya existente en español. Así sucede, por ejemplo, en casos como base y carrera. Ambas palabras existen desde hace siglos en español con sus correspondientes significados, pero antes de que el deporte hiciera su aparición en el mundo hispánico, ninguna de las dos tenía el sentido que tiene ahora en el ámbito del béisbol. De hecho, en varios países donde se habla español pero no se practica el juego de pelota, muchos hablantes desconocen que uno de los significados del término 'base' es 'almohadilla, saco de lona o pieza de goma con que se marcan los cuatro puntos donde se intersectan las líneas que delimitan el diamante en el terreno de juego'.

En estos casos, el proceso se considera un calco, es decir, una copia del significado de una palabra de la lengua fuente que se introduce en otra de la lengua receptora. Muchos lingüistas lo llaman un préstamo semántico o un traslado semántico6.

Como se puede observar en los ejemplos anteriores, unos calcos se realizan con formas que son similares en ambas lenguas, fonética y ortográficamente, de modo que resulta bastante fácil hacer la fusión o la copia. A este tipo corresponden base (de 'base'), bola (de 'ball'), doble (de 'double'), triple (de ' triple'), plato (de 'plate'). La relación o la semejanza fonética existente entre las dos palabras se revela con bastante transparencia.

Conviene aclarar aquí el caso del término 'bola'. Aunque en el sentido de 'pelota es una palabra netamente hispánica y no un calco del inglés 'ball, resulta que en el béisbol se llama también 'bola al 'lanzamiento desviado que hace el pitcher al bateador'. Y en este sentido particular, se trata de un claro ejemplo de traslado semántico inducido por la semejanza fonética entre ball, del inglés, y bola, del español.

Otros calcos se producen mediante un tipo de traducción literal que selecciona en la lengua receptora una forma equivalente, pero en un sentido distinto, a la palabra de la lengua fuente que se trata de importar. En este grupo hay que incluir unidades como carrera (de 'run'), lanzador(de 'pitcher'), receptor (de 'catcher'). Por ejemplo, en español, existe la palabra lanzador con el sentido general de 'que lanza'. Pero en el juego del béisbol adquiere el significado específico de 'pitcher', es decir, 'jugador defensivo encargado de lanzar la pelota al receptor, intentando que el bateador no pueda golpearla'. Un rasgo de este tipo de calco es la independencia fonética entre las palabras: carrera, por ejemplo, no tiene ningún vínculo en cuanto a su pronunciación con run; ni receptor con catcher. En síntesis, el término español que recibe el traslado semántico se corresponde con el que expresa el significado básico o general de la palabra inglesa, pero ambos son completamente distintos desde el punto de vista de su significante.

En otra categoría hay que situar los vocablos en los que de una base léxica inglesa se deriva otra palabra mediante la adición de un sufijo español, como sucede con batazo (de bat > bate), flaicito (de fly), jonronero (de home run), pitcheo (de pitch), espríntada (de sprint). En estos casos se revela un alto grado de integración o adaptación del préstamo a la estructura fonética y morfológica del español.

El cuadro siguiente ofrece una muestra de los anglicismos del béisbol que se emplean en el español de la República Dominicana, clasificados según los criterios ya expuestos.

Clasificación de algunos anglicismos del béisbol en la República Dominicana.

 

préstamos léxicos

préstamos consufijo español

calcos con relación fonética

calcos sin relación fonética

bleacher

batear

base

carrera

catcher

fildeador

bola

corredor

foul

flaicito

curva

cuenta

hit

jonronero

doble

elevado

home

pitcheo

línea

fuera

home run

piconazo

plato

lanzador

out

ponchado

sacrificio

receptor

pitcher

roletazo

triple

Robo

safe

Umpire

Para los fines de este estudio, evidentemente, sólo tienen interés los préstamos, ya que los calcos utilizan una forma fonológica hispánica.

IV. ADAPTACIÓN FONÉTICA DE LOS ANGLICISMOS

Como es lógico suponer, la pronunciación de los préstamos es variable. Es decir, no todos los hablantes los pronuncian exactamente de la misma manera, ni siquiera la misma persona lo hace igual en cada circunstancia. Es lo que pasa con cualquier fenómeno de la lengua, sea de tipo sintáctico, léxico o, sobre todo, fonético. En español general o estándar puede decirse, por ejemplo, tanto élite como elite, del francés 'élite. De manera similar sucede con préstamos del inglés tan conocidos como club y sandwich, que ofrecen variaciones de pronunciación como [klub], [klob], [klu], y [sáņdwič], [sáņdwi], [sáŋgwiče], respectivamente.

Ahora bien, en sentido general se puede observar una tendencia de carácter sociolingüístico: los hablantes de los niveles sociales bajos pronuncian los anglicismos con un alto grado de acomodación a las características de su propia lengua; en cambio, las personas de nivel social más elevado, especialmente cuando se expresan en estilo formal, como es el caso de los periodistas que narran el juego, tienden a mantener, o tratan de mantener, una pronunciación del préstamo similar, cercana, a la que tiene la palabra en la lengua original. De este modo, en las transmisiones se escuchan con frecuencia formas como [hit] ('hit'), [seif] ('safe'), [hom] ('home'), con mantenimiento de las consonantes finales /t/, /f/ y /m/.

Este comportamiento funciona probablemente como una señal de estatus. Por lo general, resulta prestigioso el poder mostrar a los demás el conocimiento de una lengua extranjera. No hay que olvidar, tampoco, que en el hablante 'culto' puede ejercer alguna influencia la imagen escrita de las palabras, ya que tiene acceso a la ortografía por medio de la lectura.

Sin embargo, en el habla popular, estas mismas palabras aparecen con una forma completamente asimilada a la estructura del español, es decir, sin /t/ ni lfl final, y con sustitución de la /m/ por la /n/: [hí] ('hit'), [sei] ('safe'), [huŋ] ('home'). Se podría decir en este sentido que el proceso de adaptación fonética de los préstamos guarda una estrecha relación con factores sociales. En la medida en que el uso de un término se populariza y se generaliza, en esa misma medida se adapta progresivamente a la estructura fonética de la lengua recipiente.

Es oportuno recordar que muchos hablantes de los estratos sociales altos y medios tienen cierto dominio del inglés; en cambio, los pertenecientes a los niveles bajos son, por lo común, monolingües. Estos últimos adquieren los anglicismos del béisbol exclusivamente por vía oral, sin el refuerzo que supone el contacto ortográfico y sin la ayuda de la enseñanza formal.

Se ofrece a continuación una lista de muchos de los préstamos presentes en el español del béisbol con las diversas formas fonéticas con que se expresan en el habla dominicana. Se incluyen las diversas variantes registradas, tanto en el habla culta como en la popular.


Un examen detenido de la pronunciación de que son objeto las palabras anteriores permite descubrir que es diferente el grado de adaptación a la estructura fonética del español que han alcanzado unas y otras. Como se sugirió anteriormente, varios factores contribuyen a esta diversidad. Dos de ellos se encuentran estrechamente relacionados: por un lado, la frecuencia de uso o el grado de difusión del préstamo y, por el otro, el nivel sociocultural de los hablantes7. Concomitantemente con esas causas, pueden actuar otras muy relevantes, como son la estructura fonológica de la palabra y, tal vez en menor grado, el riesgo de crear homonimia con una palabra existente en la lengua. El término ''coacti sirve para ilustrar el efecto de tales condicionantes. En tanto en el habla culta formal esa palabra tiende a mantener la palatal final /č/, conservando así su fisonomía inglesa ([kóač] o [kóč]), en el habla popular y en estilos espontáneos dicha consonante desaparece, con lo cual su forma fonológica queda completamente ajustada a la estructura española ([kó]).

Puede parecer curioso que en este caso, en lugar de eliminar la /č/, no se haya añadido una /e/, como sucede con otros anglicismos del mismo tipo. Por ejemplo, switch (interruptor) y clutch (embrague del auto) son convertidos en el habla popular dominicana en [swíče] y [klóče], respectivamente. Pero si se hubiera hecho lo mismo con coach, el resultado hubiera sido [kóče], dando lugar a una coincidencia con el sustantivo de uso general 'coche'. No hay que descartar que la evasión del choque de homónimos haya sido un factor relevante en la solución adoptada.

En casos como play off y wild pitch se observa un fenómeno similar. Ambas palabras presentan un nivel de españolización inferior al que se descubre en batey home run (jonrón), por ejemplo. De nuevo, esto guarda relación con la forma fonológica y con la frecuencia con que se utilizan esas palabras. No hay dudas de que las últimas son mucho más comunes y constituyen al mismo tiempo el punto de origen para la derivación de otras unidades léxicas: batazo, bateador, batear, jonronazo, jonronero, jonronear.

En el proceso de adaptación fonética de los préstamos, los ajustes se realizan de acuerdo con las necesidades y las características de cada caso. Los cambios más comunes suelen ser la prótesis de Id, que se encuentra en [eskór - ehkór] (de score), en [esláiðer - ehláiðer] (de slider), en [eslóŋ| - ehlóŋ] (de slump); y la apócope, que aparece en [fáo] (de foul), [fí] (de field), [áo] (de out). Algunos términos requieren la aplicación de ambos cambios, como se observa en [etrái] (de strike [stráik]), en [espái - epái] (de spikes [spáiks]), o en [ehláiðe - eláiðe] (de slider [sláið↑r]).

Y, como es lógico, la pronunciación del anglicismo se realiza de acuerdo con las normas y los hábitos articulatorios del español. Por ese motivo, los sonidos /t/ y /d/ iniciales de palabra (en team o en dugout) se pronuncian con la articulación dental propia del español y no elevando la lengua a la región alveolar, como se hace en inglés. Del mismo modo, la I ti inicial de right field o de rolling se adapta a la estructura española, convirtiéndose en la vibrante múltiple [ŕ]. Otros casos revelan un ajuste a la variedad dominicana, como sucede con home run y bullpen, por ejemplo, que se transforman fonéticamente en [honŕóŋ] y [bulpéŋ], con la /n/ final velarizada; el último, incluso, en el habla popular de la zona norte del país, aparece bajo la forma [buipéŋ], con vocalización de la /l/ final de sílaba.

V. INTEGRACIÓN MORFOLÓGICA DE LOS ANGLICISMOS

Existen anglicismos que no sólo se han acomodado fonéticamente a la estructura del español, sino que también se han integrado en su forma morfológica y se han convertido en fuente para la creación de nuevas palabras mediante la adición de sufijos españoles. Según esto, surgen formas híbridas constituidas por una raíz inglesa y una terminación hispánica. Uno de los ejemplos más notables de este fenómeno en el vocabulario del béisbol es bate (bat), del que derivan batear, bateador, batazo, batería. Otros casos son los siguientes:

base ball:

béisbol (béisbol), beisbolero, beisbolista;

catcher: quécher, quechear (quechar), quechecito;
field: fil, fildear, fildeador, fildeo;
fíy: flay, flaicito, aflaizado;
hit jit, jiteador, jitear;
home run: jonrón, jonronazo, jonronero, jonronear;
pick up: picó, piconazo;
pitcher: pícher, pichear (pichar), pichecito, picheo;
punch out: ponchado, ponchar, ponche, ponchador, ponchón.
rolling: rolin, rolata, roletazo, roletear;
sprint:  esprintada;
umpire: amp aya, ampayar.

Como se puede observar, las derivaciones casi siempre parten de un sustantivo del que se obtiene otro sustantivo (field - fildeo, béisbol - beisbolista, jonrón -jonronero, pitcher - picheo); un verbo (quécher - quechear, hit - hitear); o un adjetivo (fly- aflaizado).

Este proceso de integración morfológica constituye una demostración de que el préstamo ha dejado de ser y de sentirse como un elemento ajeno o extraño al sistema y ha logrado naturalizarse, asimilándose por completo a la estructura de la lengua receptora.

Un caso curioso es el del anglicismo rolling, adaptado fonéticamente como rolin, que hace referencia a la 'pelota que al ser bateada va rodando por el suelo'. En el habla formal de las narraciones, alterna con la variante hispánica rodado. También es usual el elemento roletazo, que añade el rasgo intensificador de 'pelota bateada con mucha fuerza por el suelo'. Habría que suponer que de rolin salió rolata, palabra de uso ocasional, de la cual se formó el término más común roletazo, con disimilación de la /a/: rolatazo> roletazo.

Pero lo enigmático es el origen etimológico de rolling. En la terminología inglesa no existe dicha palabra, y para expresar el concepto se suelen utilizar las formas grounder o ground ball. El término inglés roller, de donde pudo haber derivado rolling, a través de una confusión de sufijos, es utilizado en el vocabulario inglés del béisbol para designar 'un rodado lento, sin mucha fuerza'. En el español del béisbol en la República Dominicana, rolling carece de este matiz semántico atenuador de 'lento o sin fuerza'. Otra derivación extraña es la de piconazo, de pick up picó.

En el terreno morfológico también resulta interesante la forma corring, utilizada por algunos narradores dominicanos en frases como ésta: "El jugador hizo un corringmuy arriesgado y fue puesto out en la goma". Como es fácil advertir, en este caso se ha producido el fenómeno inverso al de, por ejemplo, home run > jonronero, citado anteriormente. En esta ocasión, a la base del verbo español correr se ha añadido el sufijo inglés -ing. Es notable el hecho de que no sólo es inglesa la terminación morfológica del gerundio corring, sino también la función nominal de objeto directo con que aparece utilizado: 'El jugador hizo un corring arriesgado'.

VI. PLURALIZACION DE LOS PRESTAMOS

Como es bien sabido, el proceso de formación del plural no siempre está claramente definido. Existe fluctuación, por ejemplo, paraja&a//, entre jabalísy jabalíes, y si de convoy se dice convoyes, de jerseyse dice jerséis. Es natural que estas variaciones o formas plurales inestables se den especialmente con los préstamos, como también muestran las alternancias entre clubs-clubes-clus y entre sánduiches (sángüiches)-sangüis.

En las transmisiones de los juegos de béisbol en la República Dominicana aparecen numerosos ejemplos de préstamos en los que el alomorfo plural que se repite de manera regular y sistemática es [ø]; es decir, el anglicismo se utiliza sin marca de pluralidad. Son reiterativos los casos del tipo dos ehtrái, hay dos ao, diez hit, tres inning, en los bleacher.

Se podría pensar que esta ausencia de marca en los plurales es la práctica usual en el español dominicano, que presenta un altísimo nivel de elisión de la /s/ final. Pero, en las transmisiones analizadas se observa que la /s/ final con función de plural se mantiene con mucha frecuencia en las palabras nativas: Las Águilas, de todas maneras, hay dos corredores en circulación, un total de tres carreras, dos imparables.

Para mayor ilustración del lector sobre el fenómeno de la pluralización de los anglicismos del béisbol, se transcriben a continuación varios trozos tomados de las transmisiones en los que se observa el fenómeno dentro de un contexto más amplio.

"No hay out Final del tercero. Dos por cero ganan las Águilas. Dos por una ganan Estrellas al Escogido. Batazo de bound alto por tercera. Recoge Arias, a segunda hay uno, a primera, dos, doble play. Cinco, cuatro, a tres; de tercera a segunda a primera. Dos out".

"Sí, loh tre catcher del Escogido están jugando defensa en el día de hoy porque no fue nadie a jugar. Foul atrás, cero bolas, dos strike".

"En tres inning completos. Águilas dos, Licey cero".

"El zurdo listo otra vez, aquí viene, afuera. La cuenta al máximo, tres bolah, dos strike para Guillermo García... Conecta batazo de fly altísimo, en zona foul detrás el receptor, que se coloca debajo y la captura. Hay dos out, no hay nadie en circulación. ... su promedio está en dos cuarenta y cuatro en el round robin: diez hiten cuarenta y un turnos".

"el equipo de las Águilas solamente le ha podido conectar dos hif.

" algunos scout de Grandes Ligas ..."

"Tiene doce hit en cuarenta y seis turnos".

"Un partido a casa llena en el Estadio Quisqueya, en los bleacher, hay gente colgando".

"Ron Belliard llega al conteo profundo, tres bolas y dos strike".

"Cero bola, dos strike para Tejada. Nueve por cero, ganando las Águilas. Entrando de nuevo al box el derecho Vladimir Pérez. El lanzamiento, afuera y baja. La cuenta en una bola, dos strike. Doce hit tiene el equipo de las Águilas. Uno nada más ha conectado el equipo de los Tigres. Listo ya el pitcher, aquí viene, strike tirándole, y lo ponchó. Este es el primer out. Aquí viene, alto el lanzamiento, primera mala. Dos hit en nueve turnos tiene Félix Martínez".

Esta situación no requiere mayores comentarios cuando ocurre en el uso popular, que como norma general omite la /s/ final de palabra. Es bien sabido que en el habla de los grupos sociales bajos de la República Dominicana son muy frecuentes secuencias de este tipo: tre muchacho, los hombre. Parece lógico pensar que en estas circunstancias la presencia de un término extranjero plantee un problema adicional.

Sin embargo, el hecho de que en la mayoría de los préstamos en función plural no aparezca la /s/ ni siquiera en el estilo formal y cuidadoso de las transmisiones, obliga a buscar una explicación. Probablemente la respuesta se encuentre en la estructura fonológica de las palabras. Varios de los ejemplos terminan con consonantes que en español están prohibidas o son raras en posición final de palabra, como la /t/ o la /k/. Los vocablos que más se repiten son out, hit, strike. Añadir la /s/ al término hit, por ejemplo, provocaría la inusual aparición del grupo consonantico /ts/ al fin de la palabra.

En los casos de inning y rolling, terminados en /n/, el hecho de ser palabras llanas con una [i] como última vocal las convierte en estructuras extrañas a la fonología del español, donde son inexistentes o extremadamente raras las palabras terminadas en -in inacentuada. Existen bastantes ejemplos terminados en -in acentuada, como jardín, maletín, jazmín, pero no es fácil encontrarlos con -in inacentuada. El caso de mitin es precisamente un préstamo del inglés que se ha internacionalizado. Es probable que su uso ampliamente difundido y generalizado, geográfica y socialmente, haya permitido la formación regular del plural en -es. mítines.

La consideración de las circunstancias anteriores ayuda a entender mejor por qué resulta problemático añadir la marca canónica de plural, la -s, a la mayoría de los préstamos aun en el habla culta formal.

Conviene puntualizar, a este respecto, que la situación de indistinción morfológica entre el singular y el plural no es ajena al español estándar o general. Existen cultismos que también quedan invariables en cuanto al número, como sucede con tedeum (el tedeum / los tedeum), y con memorándum (el memorándum / los memorándum), entre otros8.

Por otra parte, no debe olvidarse que la referida ausencia de esa marca no compromete, normalmente, la noción de pluralidad, porque existen otros mecanismos que también la expresan. En consecuencia, la información se mantiene a pesar de que la /s/ haya desaparecido.

Los recursos adicionales que en español manifiestan la pluralidad son de diversos tipos:

a. morfológico:

a. 1.1 la canción 
a. 2.1 el pobre 

a. 1.2 la cancione
a. 2.2 lo pobre

En los ejemplos anteriores resulta fácil observar que la distinción se expresa mediante la -e final (canción - cancione) y con el artículo (el- lo).

b.  sintácticos: b. 1.1 compré una manzana
b.2.1 la muchacha se fue 
b.1.2 compré manzana
b.2.2 la muchacha se fueron

En b.1.2, la ausencia de determinante frente a manzana revela que esa palabra tiene función plural, que lo que se quiere decir es manzanas, ya que la expresión de la singularidad se indica con un determinante: la o una; en b.2.2, la concordancia con el verbo fueron resuelve el problema.

c.  semánticos. c.1. un grupo de hombre
c.2. cuatro silla

La presencia en la frase nominal c.1. de un núcleo colectivo (grupo) y en c.2. del modificador cuatro no deja lugar a dudas: hombre debe entenderse como hombres, y silla, como sillas.

De acuerdo con las ideas anteriores, resulta evidente que no se plantea ningún problema de comunicación cuando el narrador o el comentarista dice los bleacher no hay out dos strike, loh tre catcher doce hit dejando al anglicismo sin su correspondiente marca morfológica de plural. En los cinco casos citados actúa algún elemento distinto a la /s/ para transmitir el sentido de pluralidad: en el primero lo hace un recurso morfológico (el artículo los); en el segundo, el contexto sintáctico (la ausencia de un determinante después del verbo hay); y en los últimos tres, la presencia de una unidad léxica (dos, tre, doce).

A veces, la terminación fonológica de algunos préstamos facilita el ajuste morfológico. Es el caso del término home run (jonrón), terminado en /n/ y con acentuación aguda, cuyo plural adopta el patrón español y añade -es (jonrones), siguiendo el modelo de cartón, marrón, avión.

Es interesante el caso de strike en el habla popular del Cibao, región donde los hablantes de los sectores socioculturalmente bajos de la población producen con frecuencia variable el proceso de vocalización de /r/ y /l/ finales de sílaba y de palabra y dicen paite (parte), colchón (colchón), papei (papel). El anglicismo strike se adapta fonéticamente mediante la aplicación de una prótesis de /e/ (estraik, ehtrai o etraí), como sucede con cualquier forma que contenga la combinación inicial de /s/ más consonante (scribere. escribir, stress, estrés). Ahora bien, cuando en el estilo informal un cibaeño quiere usar esa palabra en plural, para expresar, por ejemplo, que el bateador tiene una bola y dos..., no dice etraye, que sería lo regular según el modelo de las palabras agudas terminadas en diptongo con /i/ final (ley-leye(s), batey-bateye(s)), sino que utiliza la variante etrale, en la que se ha cambiado la /il final por la /l/. Se trata de un claro ejemplo de ultracorrección, que consiste en corregir un error inexistente, motivado tal vez por la analogía con otras palabras. El hablante asocia probablemente la forma etrai con algunas palabras agudas terminadas en /l/ que él emplea sustituyendo la /l/ por la [i], como canai (canal) o panai (panal), cuyos plurales respectivos son canale(s) y panale(s), con recuperación de la /l/ final del singular. De esta manera, el razonamiento resulta lógico y sencillo: si etrai es una variante popular de etral, como canai lo es de canal, el plural debe ser etrale(s).

Finalmente, hay dos casos que en el habla popular reciben dos soluciones diferentes en cuanto a la formación del plural: fieldy hit. El préstamo field es pronunciado generalmente sin la /d/ [fíl], e incluso sin la /l/ final en el habla popular [fí]. El plural de este término se construye agregando -es, como lo hacen las palabras agudas terminadas en /l/, del tipo mil o fusil. Resulta digno de atención en el habla popular el fenómeno de recuperación de la /l/ final a la hora de la transformación al plural. Field, convertido fonéticamente en [fí], aparece en plural bajo la forma file (lo file). Es el mismo proceso que se observa en otros casos, como mil (pronunciado popularmente [mí]), que en plural retoma la /l/ subyacente y se convierte en mile.

En cambio, la pluralización de que es objeto el préstamo hiten la lengua de los grupos sociales bajos es completamente diferente. Como es natural, la /t/ final desaparece y la palabra monosilábica queda convertida en [hí]. Y tal como sucede con otros casos de formas agudas terminadas en las vocales altas i - u (ají, rebú), el habla popular dominicana forma su plural añadiendo un morfema -se: ají- ajise, rebú - rehuse, unji - dojise. Como se ha comentado en otra ocasión, es probable que en este comportamiento haya influido una generalización del patrón seguido en palabras del tipo feliz y cruz. En estos casos, el plural se forma añadiendo -es: felices, cruces. Pero, como la pronunciación usual de las formas singulares es felí y crú, debido a la eliminación de la /sl, y sus plurales respectivos quedan también reducidos a felice y cruce, el hablante puede pensar que ha construido los plurales agregando -se. [felí - felise, crú - crúse].

Ahora bien, ¿por qué la forma popular [fí] (de 'field') recupera la consonante final en el plural, en tanto que [hí] (de 'hit) no lo hace? En el habla popular dominicana, el plural de [fí] es siempre [file] (nunca [*físe]) y el de [hí] es [híse] (nunca [*híte]). La explicación parece fácil: la /l/ es una consonante normal y frecuente al fin de la palabra, pero la /t/ no lo es. Este hecho ha contribuido a fijar o a mantener en la conciencia de los hablantes la imagen de la /l/ subyacente en la palabra /fil/, que aunque en singular aparece frecuentemente sin la consonante final, la recupera automáticamente en la formación del plural, según el modelo de [mí] (mil): [míle] (miles). También incide probablemente en este resultado el hecho de que, precisamente por ser la /l/ mucho más normal que la /t/ al final de la palabra, la variante singular [fíl], con la /l/ conservada, aparece con mayor frecuencia que [hít], con /t/ conservada, en el habla de las personas de nivel social alto y en las narraciones de radio. De este modo, los hablantes de los niveles sociales bajos han estado expuestos, es decir, han escuchado la variante [fíl] con mayor frecuencia que la forma [hít]. En este caso, se podría arriesgar la hipótesis de que en el español popular dominicano la representación subyacente, memorizada, del término en cuestión es /hi/, no /hit/. Los hablantes de este sociolecto, que por cierto ignoran que dicho vocablo es un anglicismo, tampoco tienen conciencia de la /t/ final, y esto los lleva consecuentemente a formar el plural con -se, según el modelo de ají- ajise.

VII. ASIGNACIÓN DEL GENERO A LOS PRESTAMOS

Los sustantivos del inglés no tienen género gramatical. Esto, lógicamente, plantea el problema de descubrir cómo se les asigna el género a los préstamos nominales provenientes del inglés que entran al español, donde todo sustantivo debe tener un género específico: masculino o femenino9.

Entre los factores que influyen en el proceso de asignación del género a los préstamos se mencionan los siguientes:

a.   El sexo del referente, en el caso de los seres animados.
b.  La semejanza fonológica de la terminación del préstamo con una terminación nominal de la lengua recipiente asociada a un género determinado.
c.   La asociación al género de una palabra homófona del idioma recipiente.
d.  La tendencia a adoptar el género 'no marcado' de la lengua recipiente.

El primero de los factores citados solamente es aplicable a una reducida cantidad de los préstamos. Sin embargo, su poder es absoluto y no admite excepciones. Varias investigaciones sobre el tema indican que a ninguna palabra con referente masculino se le asigna el género femenino y viceversa. Cuando el préstamo designa a un ser animado, el género gramatical que se adopta en la lengua recipiente es siempre el que corresponde al sexo del referente. De este modo, en el español del béisbol se dice un catcher, el coach, el manager, un pitcher derecho, un rookie, el utility, asignándoles el género masculino a esos anglicismos, porque todos hacen referencia, generalmente, a una persona de sexo masculino. Ocurre exactamente lo mismo con los términos de estructura fonológica hispánica, como inicialista, intermedista, antesalista, que se consideran masculinos a pesar de su terminación.

Con respecto al segundo factor, conviene recordar que en español, salvo algunas excepciones, las palabras que terminan en -a inacentuada, en -d, en -z, y en ciertos sufijos (-ción, -sión, -umbre, -tis), son femeninas; en cambio, las palabras terminadas en otros sonidos y las formas compuestas son masculinas. De acuerdo con este factor, es natural que los términos béisbol, bleacher, bound, box, bullpen, club, dead ball, double play, dugout, escore, field, forfeit, foul, foul tip, handicap, hit, home, home run, infield, inning, líder, line up, out, pick up, play, play off, ponche, rally, record, rolling adopten en el español dominicano el género masculino. Se habla así de 'los bleacher, 'un bound alto, 'un doble play,' el dugout,' quinto inning', 'rolin lento. Hay que observar que en bound, fieldy record, que podrían haber sido declaradas femeninas debido a la tendencia española a considerar femeninas las palabras terminadas en -d, esta consonante final solo tiene existencia ortográfica. En la pronunciación normal, la -d final desaparece, con lo que la última consonante de esos préstamos es -n, -l, -r, una terminación normalmente masculina.

Aunque los casos a los que se aplica no son numerosos, también influye en la asignación del género la asociación del anglicismo con una palabra homófona del idioma recipiente. Es muy probable que ésta sea una de las causas por las que base (de base) es femenina. En otros casos, la homofonía concurre con el factor de la terminación fonológica para determinar el género del sustantivo. Esta podría ser la doble razón por la que bola (de ball), curva (de curve), línea (de line) y rotación (de rotation) tienen género femenino. Las cuatro palabras no solamente tienen una configuración fonológica similar a la de su correspondiente en inglés, sino que también las tres primeras terminan en -a y la cuarta en -ción. El mismo argumento puede aplicarse a los términos masculinos doble (de double), plato (de plate) y sacrificio (de sacrifice).

Finalmente, varios autores entienden que existe una tendencia a adoptar el género 'no marcado' de la lengua recipiente, que en el caso del español es el masculino, como puede notarse en las parejas doctor- doctora, Juan - Juana. Aparentemente, este factor actúa con gran eficacia en el campo léxico del béisbol dominicano, porque si se observan los datos con cuidado, se descubre que más del 90% de los préstamos son masculinos. De un conjunto de aproximadamente 95 unidades sometidas a esta verificación, sólo 7 tienen género femenino.

average, back stop, balk, base, bate, batazo, bateador, bateo, batería, béisbol, bleacher, bola, bound, box, box score, bullpen, catcher, center field, club, coach, curva, dead ball, double play, draft, dugout, escore, esprintada, field, fildeo, fly, force out, forfeit, foul, foul tip, handicap, hit, hit and run, home, home run, infield, inning, jacket, left field, líder, línea, line up, manager, out, out field, pick up, pitcher, play, play off, ponche, rally, record, right field, rolling, rookie, roster, rotación, score, short stop, sinker, slider, slump, spikes, staff, standing, strike, swing, team, ticket, time, umpire, utility, wild pitch, wind up.

Como se puede observar, los préstamos léxicos son masculinos. Es decir, han adoptado el género masculino todas las unidades íntegramente importadas del inglés, tanto en su forma como en su sentido, del tipo box, dugout, fly, pitcher. Únicamente son femeninos 6 calcos realizados sobre formas fonológicas que en español son femeninas (base, batería, bola, curva, línea y rotación) y un préstamo con sufijo español terminado en -a: esprintada.

Aunque los datos anteriores parecen confirmar la efectividad y la relevancia de la denominada tendencia al género no marcado, en realidad, casi todos los préstamos examinados tienen una terminación que en español se asocia con el masculino, porque no acaban en -a, ni en -ción, -sión, -umbre, etc. Este factor, por tanto, podría explicar por sí solo la asignación del género, sin tener que acudir a la hipótesis de la tendencia a lo no marcado.

VIII. CONCLUSION

Antes de poner punto final a este trabajo, resulta apropiado y oportuno subrayar que en el campo léxico del béisbol, tanto los préstamos como los calcos se producen motivados por una necesidad, debido a la inexistencia en español de una palabra que exprese dicho concepto. Desde este punto de vista, la adopción de los términos strike (estráik - estrái) o home run (jonrón), y la adición del nuevo significado a una palabra ya existente, como bola, carrera o receptor, debe interpretarse como un enriquecimiento que, por lo demás, se ha realizado de forma muy económica, sin tener que crear y memorizar un nuevo significante. Es muy distinta la situación que se da con unidades de otras áreas semánticas, como aplicación, correr y romper, que a veces se utilizan en un sentido que en español contienen otros términos. Son conocidos los ejemplos del tipo 'hacer una aplicación , por 'hacer una solicitud;'correr para presidente', en lugar de 'postularse para, o aspirar a presidente'; 'romper la ley, por 'violar la ley. Estos calcos no obedecen a una necesidad impuesta por una carencia del español, sino a una pobreza léxica del hablante que ignora o ha olvidado que su lengua dispone de los recursos necesarios para expresar tales significados.

Aparte de la razón anterior, es decir, que en muchos casos la lengua receptora no posee una palabra para referirse a un determinado sentido, en otras ocasiones el uso del préstamo puede resultar más cómodo y fácil para los hablantes por dos motivos. Primero, porque a menudo se trata de una palabra más corta, más económica que la alternativa española. Dos ejemplos permiten ilustrar lo dicho: hit y home run (jonrón). Las variantes léxicas hispánicas sencillo, indiscutible, inatrapable, no sólo son más formales y menos populares, sino también mucho más largas que su equivalente hit. Lo mismo vale decir de cuadrangular o de vuelacerca, con relación a jonrón. En segundo lugar, porque el préstamo puede ser un término adquirido de manera espontánea en el ambiente natural de la comunidad antes de que el hablante haya entrado en contacto y haya conocido la variante competidora a través de la radio o de la prensa escrita.

En este sentido, el análisis del léxico disponible es muy revelador. Cuando existen dos variantes léxicas, una de origen inglés y otra de procedencia española, para expresar el mismo significado, la palabra de mayor disponibilidad es el préstamo, adquirido por vía oral desde la infancia. El equivalente hispánico aparece en el escenario mucho más tarde, usado con cierta regularidad solamente en el estilo formal de las narraciones radiales y de televisión. Por eso no está tan disponible como el anglicismo y apenas forma parte del léxico pasivo de los hablantes. A manera de muestra se presentan a continuación algunas de estas parejas de sinónimos o conjuntos de equivalencia semántica, obtenidos en el análisis de la disponibilidad. El número colocado a la derecha de cada término indica su posición en las listas según el índice de disponibilidad.

pitcher  6 .........  lanzador 40
catcher  .........   receptor    96
manager 18 ......... dirigente  175
inning 53 ......... entrada   84
rolling 92  ......... rodado 293

Con respecto a la hipótesis inicial, en conclusión, se puede afirmar que ha quedado plenamente corroborada: la entrada de los anglicismos en el campo léxico del béisbol no provoca ninguna alteración en el español de los dominicanos. En efecto, los materiales analizados aquí indican que las estructuras fonológica y morfológica de la lengua tienen notable fortaleza y estabilidad. Lejos de producir alguna modificación en el sistema, con el tiempo y en la medida en que su uso se generaliza, los préstamos del inglés se integran y son asimilados por el español. Al final, son moldeados de tal manera que se someten a los mismos procesos y restricciones que el resto del vocabulario. Dichas palabras se acomodan a la forma y estructura de la lengua receptora y adquieren carta de ciudadanía, ampliando así el caudal léxico de la comunidad.

NOTAS

1 Entre los principales autores que en el pasado han mostrado su temor ante el supuesto peligro de escisión del español se cuentan Andrés Bello, Rufino J. Cuervo y Amado Alonso. A mediados del siglo XX, Alonso expresaba su creencia de que 'el edificio de nuestra comunidad idiomática está cuarteado'. Entendía que tanto en el léxico como en el aspecto fonético, en el sintáctico y en el morfológico existían diferencias que podían acarrear 'males muy graves'. Sus ideas aparecen expuestas en el artículo "Unidad y defensa del idioma" (Alonso, 1956). Con posterioridad, autores de menor envergadura también se siguen preocupando porque piensan que 'la lengua española en América ha sufrido sensibles alteraciones', acentuadas por la influencia extranjera, que amenazan su unidad y su integridad.

2 En distintas obras se pueden leer afirmaciones como éstas: "Los anglicismos constituyen otra plaga en el español", "la invasión de los anglicismos es masiva". Se ha llegado a veces a condenar, por ejemplo, el uso de términos como 'flirteo' y 'flirtear' con el argumento de que 'todo lo que ellos puedan expresar se encuentra en las voces castellanas coqueteo y coquetear (Alfaro, 1970). Pero el mismo autor reconoce que estos términos, que ahora parecen y pueden ser considerados castellanos, derivan del francés "coquette", que a su vez procede de "coq" (gallo).

3 Esa actitud defensiva es la que se adopta en un artículo publicado hace ya varias décadas sobre los anglicismos del béisbol en Colombia, en el que el autor afirma que uno de los fenómenos principales que ha notado en la lengua hablada en ese país sudamericano es "su vulnerabilidad, entendida ésta como debilidad frente a la invasión anglicista". (Fernández García, 1971, p. 18).

4 La realización de dicho proyecto, patrocinado por el Departamento de Español y Portugués y por la Facultad de Humanidades de Brigham Young University, condujo a la publicación de Lengua y béisbol en la República Dominicana (Alba, 2006).

5 Acerca de este tema se han planteado diversas clasificaciones. Una de las más conocidas es la ofrecida por Helmut Lüdtke (1974, pp. 21-25). Aquí se adopta, con ciertos ajustes, la propuesta que hacen Otheguy y García (1989). Los autores distinguen dos categorías: préstamos y calcos. Los últimos son divididos en léxicos (word calques) y fraseológicos (phasal calques). Los léxicos, por su parte, se subdividen en dos tipos: los que aparecen fusionados (merged) fonológicamente con una palabra de la lengua receptora, y los que son independientes en cuanto a su forma fonológica en una y otra lengua.

6 Esta designación, tomada de H. Lüdtke (1974), es la que utiliza González Gómez (1998: pp. 91-99).

7 La importancia de la frecuencia de uso en la evolución fonética de las palabras ha sido reconocida desde hace tiempo por muchos lingüistas. Ya a finales del siglo XIX, el alemán Hugo Schuchardt insistía sobre el asunto, y a mediados del XX lo hacía el polaco Witold Maríczak (véase Maríczak, 1969). El maestro francés André Martinet también destaca el papel de la frecuencia en los procesos de cambio (Martinet, 1974). Con datos del español, M. Torreblanca revisa la hipótesis en un breve artículo titulado "La frecuencia de los morfemas y su evolución fonética" (Torreblanca, 1986).

8 Véase, por ejemplo, la Gramática de la lengua española, de Emilio Alarcos Llorach (1994, p. 64).

9 En el presente artículo se aprovecha el análisis de este problema presentado en el trabajo de Shana Poplack, Alicia Pousada y David Sankoff, 'Un estudio comparativo de la asignación de género a préstamos nominales', que aparece en El español del Caribe. Ponencias del VI Simposio de Dialectología. O. Alba (ed.), 1982, Santiago: Universidad Católica Madre y Maestra, pp. 239-269.

REFERENCIAS

Alarcos Llorach, Emilio. 1994. Gramática de la lengua española (Real Academia Española). Madrid: Espasa Calpe.

Alba, Orlando. 2006. Lengua y béisbol en la República Dominicana. Santo Domingo: Secretaría de Estado de Cultura.

Alfaro, Ricardo. 1970. Diccionario de anglicismos, Madrid: Editorial Gredos.

Alonso, Amado. 1956. "Unidad y defensa del idioma". Memorias del Segundo Congreso de Academias de la Lengua Española, pp. 33-48. Madrid.

Fernández García, Antonio. 1971. "Anglicismos del deporte en Colombia. El béisbol". Español Actual 19: 18-22.

González Gómez, Marjorie. 1998. "Anglicismos usados en narraciones costarricenses del béisbol". Káñina, Revista de Artes y Letras de la Universidad de Costa Rica, Vol. XXII (2): 91-99.

Lüdtke, Helmut. 1974. Historia del léxico románico. Madrid: Gredos.

Manczak, Witold. 1969. Le développement phonétique des langues romanes et la fréquence. Krakow, Uniwersytetu Jagiellónskiego.

Martinet, André. 1974. Economía de los cambios fonéticos. Tratado de fonología diacrónica. Madrid: Gredos.

Otheguy, Ricardo y Ofelia García. 1989. "Diffusion of lexical innovations in the Spanish of Cuban Americans", en Research Issues and Problems in United States Spanish. Latin American and Southwestern Varieties. Rio Grande Series in Language and Linguistics N°2, pp. 203-237. Pan American University at Brownsville.

Poplack, Shana, Alicia Pousada y David Sankoff. 1982. "Un estudio comparativo de la asignación de género a préstamos nominales", en El español del Caribe. Ponencias del VI Simposio de Dialectología. O. Alba(ed.). Santiago: Universidad Católica Madrey Maestra, pp. 239-269.

Torreblanca, M. 1986. "La frecuencia de los morfemas y su evolución fonética", en Actas del VIII Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas, publicadas por A. David Kossoff, José Amor y Vázquez, Ruth H. Kossoff, Geoffrey W. Ribbans. Madrid: Ediciones Istmo.

 


Recibido: 15-05-2007. Aceptado: 20-08-2007.

 

 

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