En estos últimos años, la extracción de áridos en la zona del Cascajo (Calahorra, La Rioja), ha supuesto la destrucción de restos arqueológicos correspondientes a cinco asentamientos de diferentes épocas. El último de ellos, la aldea medieval de Aguilar, un poblado dependiente de Calahorra durante la Baja Edad Media, y documentado desde el año 1287 hasta su desaparición a finales del siglo XVI
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