Reducir el número de alumnos por aula facilita la tarea del profesor y mejora el rendimiento de los estudiantes. Pero, ¿es en realidad la mejor opción si se compara con otras intervenciones? El autor reclama considerar esta medida en relación con cambios más profundos que afecten a las formas de enseñar y aprender, a la organización social de la escuela y a sus relaciones con la comunidad.
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