Pretendo plantear en este trabajo dos cuestiones que considero estrechamente relacionadas entre sí: que los dragos existentes en Cádiz, citados por Estrabón en el siglo I, no procedían de las Islas Canarias, y que la púrpura de origen vegetal, o falsa púrpura, y el posible uso industrial que los fenicios harían del líquido que exuda el tronco de este árbol, debió ser uno de los tantos productos que formaron parte de tal denominación.
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