REVISTA ELECTRÓNICA DE ESTUDIOS FILOLÓGICOS

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REIVINDICACIÓN  DEL  GIRO  “A  POR”

Francisco Gómez Ortín

(Universidad de Murcia)

 

 

0. Introducción

Una vieja obsesión mía ha sido la defensa a ultranza de la locución prepositiva a por. Como prueba de ello y a guisa de zaguán al prolijo análisis al que someteremos la predicha locución, voy a transcribir íntegro el primer artículo que escribí en la prensa sobre el tema, titulado ¿Es incorrecto decir a por?:

“-Remigia, sube a la terraza por la escalera. –No va a ser por el ascensor, que no hay ¡en una casa de cinco pisos! –Lo que te digo es que subas y te bajes la escalera de aluminio; que hay que poner en la alcoba la pera, que se ha fundido. –Pues, ya podía la señora hablar en cristiano. Porque, vamos, una será muy burra (hablando conmigo sola), pero si usté me dice, sube a por la escalera, servidora lo habría entendido al momento, y nos ahorrábamos esta repalandoria. ¡No te amola! – (Doña Cirila, haciendo mutis) ¡Vaya una criada soleta y respondona; pero tiene más razón que un santo!

Pues, resulta que nuestro paisano Campmany, el inconmensurable periodista, ha deslizado un juicio descalificatorio sobre la dicción a por, tildándola de “disparate gramatical, porque trae dos preposiciones juntas” (ABC, 6-1-90). Entre Campmany, el de la pluma incandescente, y la ruda sirvienta, la opción no ofrece duda. Y, sin embargo, yo me alineo con la “menegilda”, la que, naturalmente, no está sola, sino muy bien respaldada por literatos y filólogos de fuste. No se me esconde que la precita locución arrastra condena desde 1874, en que la Gramática académica le colgó el sambenito de solecismo vitando. Pero, la verdad es que nunca se han dado razones convincentes para su proscripción, y, si me apuran, ni razones siquiera. Apañados estaríamos, si sólo fuera lícito emplear las palabras de los clásicos: tendríamos que hablar casi por señas. En cuanto al peregrino argumento de nuestro paisano, ni a la Academia ni a ningún gramático se le ocurriría decir que es un disparate usar dos preposiciones juntas, pues ahí está, para desmentirlo, el empleo constante, antiguo y moderno, de preposiciones agrupadas. Sólo la Academia, en su Esbozo de Nueva Gramática (1973), enumera 24 combinaciones prepositivas (pp. 435-436). Ejemplos usuales: para con Dios, para en uno, por ante mí, por de pronto, por entre unas matas, de a kilo, de por vida, quitar de en medio, hasta en misa. Nuestra locución a por, fórmula concisa y precisa, evita ambigüedades, al par que reúne las cualidades de claridad, brevedad y funcionalidad. Nada extraña que escritores casticistas, como Unamuno y Azorín, se prendaran de ella. “De hecho –declaran Alcina Franch y J. M. Blecua-, pese a la prohibición académica, la locución se ha impuesto y generalizado en la lengua hablada en muchas zonas e incluso en la lengua escrita” (Gramática española. 1975,  838).

Pero, lo más chocante del caso es la posición un si es no es equívoca de la Academia. Por una parte, la ha venido rechazando desde 1874 como solecismo, y desde 1900 como “partículas incongruentes”. Mas, por otra parte, de unos treinta años acá, le va concediendo implícitamente cierta legitimidad, aunque no le haya dado cabida en el Diccionario oficial. Así, por ejemplo, en el Diccionario Histórico de la Lengua Española (1960) de la misma Academia, aparece registrada sin el menor reparo, y documentada con citas de autores, como Blasco Ibáñez, Azorín, Unamuno, Valle-Inclán y Castillo-Puche, y con un testimonio de non: el de Julio Casares, secretario perpetuo de la R. Academia. Este gran lexicógrafo la defendió con brío, ya en 1918, en contra de la actitud de la misma Academia, lanzando este brillante alegato: “Cuando el lenguaje popular acierta a destruir con instinto admirable una anfibología del idioma de un modo sobrio y eficaz, ¿en nombre de qué principios se desdeña su obra? Creo, pues, que ese “a por” ha venido a llenar un vacío” (Crítica efímera, I, 89). La lista de escritores que acogen la consabida dicción podría ampliarse mucho más. De mi cosecha tengo recogidos lugares de R. Pérez de Ayala, L. Fernández-Ardavín, Miguel Delibes, M. Halcón, F. García-Pavón, R. Sánchez-Ferlosio, Alfonso Paso, Francisco Umbral y los murcianos V. Medina, J. Arderíus, Gregorio Javier, J.L. Castillo-Puche, A. Martínez-Mena y S. García Jiménez. En la Facultad de Letras de la Universidad de Murcia, veo un anuncio, escrito a mano, que reza: “Estudiantes de Hispánicas, pueden pasar a por el sobre” (26-4-90). Asimismo, la Academia depone ya su ceño condenatorio en el Esbozo de Nueva Gramática (p. 436), limitándose a describir el hecho lingüístico: “El empleo de esta locución ha progresado especialmente en el habla usual de las provincias del centro peninsular, y aún podrían citarse algunos ejemplos literarios. Sin embargo, la conversación culta de España suele sentirla como vulgar y procura evitarla”. Nos queda reseñar la postura del académico M. Seco, en su celebrada Gramática esencial del español (1989). Él acepta en el texto la discutida expresión sin escrúpulo, pero, curándose en salud, deja caer al desgaire esta filigrana de nota: “Los gramáticos tachan tradicionalmente de incorrecta la combinación a por, sin mucho fundamento” (p. 200). Le faltó añadir: a remolque de la Academia. ¡Qué forma de escabullirse tiene el pícaro, como si no fuera con él lo de gramático y académico! Pero, remata, sincero, con una media ladeada que basta: “sin mucho fundamento”. ¡Bravo por D. Manuel! Apoyada en tan poderosos valedores (la multitud de escritores mencionados) y arropada por el pueblo soberano, la malhadada locución a por logrará pronto ser amnistiada y rehabilitada. Esperamos que la Real Academia, limpia de prejuicios y sinrazones, se decida a fijar esta locución tan necesaria, para mayor esplendor de la lengua española, admitiéndola por fin en el próximo Diccionario oficial de 1992. Entretanto, lo dicho: me quedo con la claridad de la Remigia. (Diario La Opinión, de Murcia, 27-2-1990, 17).

 

Con este artículo queda perfilado el  tema que nos ocupa, y anticipado en síntesis lo que ahora nos proponemos desarrollar.

 

I.  Historia del giro a por

Todo comenzó aquel fatídico 1874, en que la Academia, en su Gramática oficial, condenaba fulminantemente y sin apelación, a la pobre locución a por, por el execrable delito de solecismo. Comenzaba una sañuda persecución, digna de mejor causa, de la que ha sido víctima el diáfano giro a por. Sin embargo, las inmediatas ediciones anteriores no mencionan para nada el sobredicho giro. La Gramática de la Lengua Castellana, de 1866, puntualiza: “La preposición para úsase varias veces delante de otras preposiciones: ¿Quién es la criatura para con el Criador?; Aquí para entre nosotros” (p. 137). “Por se une algunas veces a la preposición entre, precediéndola, v. gr. Por entre unas matas” (p. 138). “Una preposición rige a otra. Esto se verifica en ciertas locuciones como las que siguen: Tomar un libro de sobre la mesa; Correr por entre abrojos; Vender un caballo por sin tacha; Obrar de por sí; Huir de con su padre; Dar por de Eugenio lo que era de Isidoro, y otras” (p. 174). La Gramática de 1867 copia literalmente a la anterior. La edición de 1870 modifica un tanto la redacción de la p. 174: “Por último hay conceptos cuya expresión requiere la concurrencia de dos preposiciones, como lo prueban estos ejemplos:” (repite los seis de la edición de 1867).

La descomulgada locución prepositiva a por precede a la designación de lo que se busca, desea o persigue, con sentido equivalente a: en busca de, a apoderarse de, a conseguir o ganar, a comprar, a recoger, traer o llevar. De ahí que se una a los verbos ir, marchar, venir, entrar, salir, pasar, subir, bajar, y similares.

Fue tildada de solecismo, vicio idiomático que el DRAE define: "Falta de sintaxis; error cometido contra la exactitud o pureza de un idioma". Muy al contrario, ¿puede darse mayor exactitud y pureza de expresión, o sea limpieza de superfluidad, que el acertadísimo giro elíptico a por, con admirable economía de verbos, y sin mancilla alguna extranjerizante? Ejemplaricemos. La frase "voy a casa del médico a hacerle venir", “voy a llamar o traer al médico” se sustituye por 'voy a por el médico', "voy a la carnicería a comprar o traerme carne", se abrevia 'voy a por carne', "voy (al estanco) a comprar tabaco", 'voy a por tabaco', “voy a la panadería (al horno, a la tienda) a comprar pan, ‘voy a por pan’(sustituye al verbo y al nombre del lugar adonde se va). Se ha acusado también a nuestra proscrita locución de contravenir la norma general de evitar el ayuntamiento de dos preposiciones, norma que ha tenido y tiene numerosas excepciones. He aquí algunas de ellas: pasó por en medio de la plaza; resucitó de entre los muertos; por entre unas matas; Isabel y Fernando para en uno son; el amor para con el prójimo; ese libro data de hacia 1900; por ante mí, el escribano real; “El mundo por de dentro“, título de una obra de Quevedo; “es cosa para entre poderosos” (J. Jiménez Lozano, El viaje de Jonás. Barcelona, 2002, 37); "no hay quien lo quite de en medio" (J. Campmany, ABC, 1-10-1998, 17). "Una mujer que llevaba en sus manos, por sobre los sabañones del frío y del pescado, grandes anillos" (F. Umbral, Las ninfas, Barcelona, 2001, 64). Son incontables las agrupaciones de partículas acumulativas: de a pie, de a caballo, de a tres al cuarto, de por vida, de por allá, el arcaico por a del que deriva para. Rematamos con dos textos  de Sta. Teresa de Jesús, donde emplea sorprendentes combinaciones prepositivas: "Un fortalecerse el alma a costa del cuerpo, y ella toma allí bastimento para contra él" (Camino de perfección, Madrid, Apostolado de la Oración, 1944, 425). "Si no hacemos caso de El, sino que en recibiéndole nos vamos de con El a buscar otras cosas más bajas" (O. c., 453).

 

II.  Modernidad de la locución a por

Cualquier cita tempranera de a por, que se pudiera aducir en textos anteriores al siglo XIX, es de nulo valor, pues ha de ser forzosamente espuria, no auténtica. Conozco un documento del s. XV, de texto falseado, por mala trascripción: "E luego los ofiçiales enbiaron al reyno de Murçia a por el pan" (Juan Manzano, Los Pinzones y el Descubrimiento de América. II. Madrid, Ed. Cultura Hispánica, 1988, 84). Pero, el documento original omite la a: "al reyno de Murçia por el pan", como pude comprobar personalmente, en el Archivo General de Indias, en Sevilla (Contratación leg. 4674, primer libro Manual del tesorero, fº 104).

Otro caso. "Fui a por mis pavos"... "No sé yo quien me mandaba a mí volver por pavos ni aun por calabazas" (Gregorio González, El quitón Onofre. Ed. de Fernando Cabo. Salamanca 1988, 242). El anacronismo del giro a por se deberá a ultracorrección del editor o del impresor. Contrasta el a por con las dos veces seguidas de por solo sin a, uso común en el siglo XVII. 

La verdad es que nadie sabe ni dónde, ni cuándo, ni cómo empezó a usarse la concisa, precisa y preciosa preposición impropia a por. Rafael Lapesa, académico, adscribe el giro a por al habla vulgar y rústica: “El origen popular de a por es indudable; en Fortunata y Jacinta, Papitos, criada de doña Lupe, dice: “Vengo a por la lámpara para aviarla”; años antes, en 1874, la Gramática de la Academia decía: “A por, aunque tan repetido entre el vulgo, es solecismo”. Sin embargo, ha sido empleado por escritores como Unamuno y Azorín, y defendido por Julio Casares, pues evita anfibologías” (Historia de la Lengua Española. 9ª ed. Madrid, Gredos, 1988, 472, n. 10). ¿Quién fue el genio popular anónimo que ideó, pergeñó y emitió por primera vez esta, para mí, genial combinación prepositiva, aunque otros la juzguen monstruoso "engendro" lingüístico, vituperable y vitando?  Calculando por la fecha de la condena oficial académica de la locución, hemos de suponer que fue promediado el siglo XIX o, a lo más, en sus principios, cuando la precita fórmula preposicional saltó al ruedo del habla con tal fortuna e impacto, que la R. Academia alarmada hubo de reprobarla duramente, creyendo así atajar el contagio de tal expresión. E pur si muove! Ahora, cuando principia el siglo XXI, ha cundido ya tanto y está tan arraigado su uso, que lo que cumpliría es rendirle homenaje de desagravio y entronizarla oficialmente en el Diccionario, pues se lo ha ganado a pulso contra viento y marea. No sólo se merece que la despenalicen, sino que  ensalcen y recomienden su empleo, por su original y sintética formación. Ha sido un caso paradigmático de triunfo arrollador del uso ("quem penes arbitrium est et norma loquendi", Horacio), frente a la rigidez normativa académica.

 

III.  Testimonios de filólogos

Estamparemos, por orden cronológico, los testimonios incontrovertibles de filólogos, gramáticos y preceptistas de fuste, que hemos podido acarrear.

 Julio CASARES, secretario perpetuo de la R. Academia, arremete contra los puristas que atacan el giro a por, en un contundente alegato: "En los momentos en que la elipsis es una economía preciosa, podemos ordenar sin verbos: tú, a la botica; tú, a por el médico. Este a por, que significa no sólo ir a buscar al médico, sino traérselo consigo, hay que expresarlo en francés con los dos verbos aller chercher y en inglés y alemán con los verbos to fetch y holen, respectivamente. Ciertamente, los clásicos no conocieron la forma ir a por. Ni en los que yo he leído ni en el Vocabulario del maestro Correas he podido hallar asidero para mi propósito. Si es verdad que los clásicos no escribieron a por, no es menos cierto que el empleo de dos preposiciones juntas es régimen corriente en nuestro idioma ("lo tomó de sobre la mesa", "nuestros deberes para con Dios"; "resucitó de entre los muertos"; "por ante mí el notario"; "de por sí"; "de a perra chica"; "por entre unas matas", etc. etc.). La partícula a, como heredera de la latina ad, denota movimiento, dirección, destino. Este sentido hace de la preposición a séquito ordinario de los verbos ir, correr, subir, bajar y otros, cuando expresan movimiento de algo que se aleja del lugar en que estamos. Esta condición suya le ha hecho juntarse con algunos adverbios, aportando a la idea de lugar la de movimiento que le es propia (adonde, adentro, ¡afuera!, ¡adelante!). De aquí que en las expresiones elípticas (a Roma por todo, a la guerra, a votar) baste y sobre con dicha preposición para suplir el sentido del verbo ir, sobrentendido. Veamos los argumentos que podían alegarse para la revisión del fallo de mi giro patrocinado.

Primero. Allá, en la cuna del romance, las preposiciones por y a, que la lengua literaria ha pretendido malquistar entre sí, se enlazaron con vínculo permanente para dar vida a la preposición pora, hoy para, que no existió en el idioma latino.

Segundo. La correspondencia usual entre pregunta y respuesta pide que al omitir en ésta el verbo de aquélla, se conserve la misma preposición: - ¿Por quién preguntas? Por tu padre. -¿De quién murmuras? De mi jefe. -¿Con quién hablas? Con mi amigo. Este mismo uso hace que a la pregunta ¿A qué vas a la fuente?, se conteste: A por agua.

Tercero y último. Cuando el lenguaje popular acierta a destruir con instinto admirable una anfibología del idioma, de un modo sobrio y eficaz, ¿en nombre de qué principios se desdeña su obra? Ejemplos al canto: Voy al teatro por la música, puede significar que voy por escucharla o a buscarla; a por la música no puede significar más que esto último. Para que la criada baje del piso principal una escalera de mano, le digo: Sube por la escalera. Sonríe y aguarda. La sonrisa quiere decir: ¡No, que iba a subir por el balcón! La espera tiene por objeto averiguar para qué ha de subir. Sube a por la escalera no admite anfibología. Y podrían multiplicarse los ejemplos: No es igual ir a por agua o ir a buscarla, que ir por agua o ir embarcado; ir a por tierra que ir por tierra. Creo, pues, que ese a por ha venido a llenar un vacío, como dice la gente fina" (Divertimientos filológicos, en Obras Completas. III. Madrid, Espasa-Calpe, 1947, 60-61).

 

2º Manuel CRIADO DE VAL: "La doble preposición.- Hay algunos casos en que sí está admitido que se usen dos preposiciones. Por ejemplo, "para con los amigos", y en menor medida "por entre". Pero no es nada recomendable el repetir dos preposiciones. Pueden encontrarse ejemplos en los que usando dos preposiciones, a y por, se logra una expresión más clara o más intensa. Por ejemplo, si decimos "vete por tabaco", es lo mismo que decir "vete a por tabaco", por lo tanto la a sobra. Pero si decimos "voy por dinero", podemos entender que vamos a buscar dinero o que vamos a ir a cambiar dinero. En cambio, si decimos "voy a por dinero", el sentido es muy claro de que se va en busca de dinero. También si decimos una frase "Fue a por él", damos a entender que fue en busca de alguien con ganas de pelea o de enfrentarse con él, sentido que no tendría si le quitamos la a, o por lo menos no lo tendría tan claro. Otro ejemplo "voy por la comida", no es lo mismo que "voy a por la comida". ¿Es correcto decir "voy a por agua"? No, aunque lo cierto es que se usa muchísimo. Va en contra de una ley que casi puede considerarse general y que en resumen dice así: "no se debe usar dos preposiciones juntas" (Así hablamos. Madrid,  Prensa Española, 1974,  127-128). "El uso excesivo de la preposición a, que casi siempre es obra del deseo popular de ultracorrección. Vi a la película nacional, Me mandó a llamar, Voy a por leña" (Gramática Española.  Madrid 1958, 58). ¿De dónde se ha sacado esa ley que “casi puede considerarse general de no usar dos preposiciones juntas”? Si existen tantas excepciones a esa regla, ¿por qué únicamente no ha de permitirse  la combinación a por?

 

3º Emilio LORENZO, académico: "Hay quienes todavía, apoyados en un juicio anónimo de la Gramática de 1874 (RAE), que califica de "solecismo" -¿por qué?- el uso de la locución "a por", lo consideran "incorrecto", contra el parecer de Azorín, Unamuno, Valle-Inclán, Casares, Benavente, Torrente, Seco, etc., hoy practicado de manera general en España, v. gr. en título de editorial de ABC (10-7-1995); o el titular a toda plana de Diario-16 (25-7-1995), "¡A por la sexta!". ¿Es más "correcto" "ir por la escalera", que "ir a por la escalera"? Eso creen, pero es ambiguo, por tanto, equívoco" ("Lo correcto y lo incorrecto", en tercera  de ABC (8-VIII-1995).

"Aquellas preposiciones tradicionales excesivamente cargadas de funciones             -pensamos principalmente en de, en, por- se ven relevadas a menudo por nuevas formaciones que evitan ambigüedades y prestan más riqueza y expresividad al idioma: vine por ti es equívoco, pero no lo son vine a causa de ti (o por tu causa), ni vine a por ti (vine a buscarte)" (El español de hoy, lengua en ebullición. Madrid, Gredos, 1971,  50-51).

"Inventario de "preposiciones propias": Aunque las existencias de éste (inventario) se han incrementado, el mayor contingente de nexos nominales lo dan hoy las llamadas "impropias" o frases prepositivas, que el autor (Manuel Seco) registra y describe. Muy sensatamente defiende la expresividad de las preposiciones acumuladas contra el tradicional criterio académico, en el caso de a por. Le brindamos un ejemplo que creemos puede ayudar a zanjar la cuestión: contrástese se fue de casa por su padre, con se fue de casa a por su padre" (O. c.,  151).

 

4º Manuel SECO, académico: "A por. La Academia, en su Gramática de 1931, # 263, tachaba de incorrecta la combinación de las preposiciones a y por; y todavía en su Esbozo de 1973 (3.11.2.), aunque reconoce que el empleo de esta locución ha progresado incluso en la literatura, señala que "la conversación culta suele sentirla como vulgar y procura evitarla". No hay, sin embargo, razón seria para censurar este uso, tan legítimo como otras combinaciones de preposiciones (de entre, por entre, para con, etc.) nunca repudiadas por los gramáticos. A por ya fue defendido por Unamuno y Benavente, y también por Casares (Nuevo concepto, 56-61), a pesar de las reservas de muchos escritores y hablantes: Galdós subrayaba el a por para marcar su distanciamiento respecto al uso coloquial de sus personajes: "Fabiana Jaime hacía también su escapadita a por un abrigo de última novedad" (España trágica, 966). Torrente reflejaba irónicamente la opinión de los "celosos del lenguaje": "¡Y esos dos a por, de esa manera reiterados, como si uno solo no bastase! Los castrofortinos, tan celosos de su lenguaje, uno de los pocos lugares donde se habla bien el castellano, no sabían entonces qué les ofendía más: si la calumnia a la familia Aguiar, o el solecismo repetido e insolente" (Saga, 254). El uso es frecuente en España (no en América): "Una vieja que todas las mañanas salía a por vino con un jarrico" (Azorín, Castilla, 63). "Entre los rastrojos y la jara, a por liebres" (Martín-Santos, Tiempo, 234); y se encuentra más en la lengua hablada que en la escrita. Es evidente la ventaja expresiva que posee a por: Fui por ella es ambiguo, pues podría ser 'fui a causa de ella' o 'fui a buscarla'; Fui a por ella es solamente 'fui a buscarla' (Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española. 9ª ed. Madrid, Espasa-Calpe, 1986, 6-7).

 

Diccionario del Español Actual. (Madrid, Aguilar, 1999).  Autores: Manuel Seco, académico, Olimpia Andrés y Gabino Ramos: “a por, introduce un destino, en busca de”, con cita de Ana Mª Matute.

 

6º Mª Victoria Pavón Lucero: “La preposición por, con verbos de movimiento, indica la finalidad o el objetivo de dicho movimiento. En estos casos, los sintagmas encabezados por dicha preposición suelen aparecer precedidos de la preposición de origen de o de la de destino a. Este último caso sólo es frecuente en España (Vengo de por agua. Lo mandó a por vino. Fui a por su abrigo). En estas circunstancias, la preposición a se puede suprimir sin apenas producir una alteración de significado (Fui por su abrigo. Lo mandó por vino). Sólo determinadas construcciones, como He venido por mi hermana pequeña, resultan ambiguas entre la interpretación de finalidad u objetivo y la de causa. Cuando se suprime la preposición de, sin embargo, se produce un cambio sensible de significado, y la construcción con por sólo puede interpretarse como destino del movimiento (Vengo por agua)” (“Clases de partículas: Preposición, conjunción y adverbio”, en Gramática descriptiva de la Lengua Española. I. Sintaxis básica de las clases de palabras. Dirigida por Ignacio Bosque y Violeta Demonte. Madrid, R. Academia Española, Espasa-Calpe, 1999, 578-579).

 

9º Arturo Ramoneda: "El empleo de a + por con verbos de movimiento (voy a por agua; vengo a por ti) es habitual desde la segunda mitad del siglo XIX, como puede verse en obras de Unamuno, de Azorín y de otros grandes escritores. Según el Esbozo de la Real Academia Española: "El empleo de esta locución ha progresado especialmente en el habla usual de las provincias del centro peninsular, y aun podrían citarse algunos ejemplos literarios, si bien es desconocida en América. Sin embargo, la conversación culta de España suele sentirla como vulgar y procura evitarla". Debe prescindirse de esta construcción en los casos en que es innecesaria. En lugar de: Voy a por el periódico o Iré a por pan, es preferible decir: Voy por el periódico, Iré por pan.

Sin embargo, en otros casos puede evitar ambigüedades. La frase Voy a por dinero significa Voy a buscar dinero; en Voy por dinero puede entenderse que el que habla va por interés" (Manual de estilo. Guía práctica para escribir mejor. Madrid, Alianza Editorial, 2002,  199).

 

¿Qué más podría yo añadir a estos testigos de cargo, que abonan mi tesis?

No es la primera vez que afronto el tema, siquiera haya sido en la prensa en tono divulgativo. Pero, en esta ocasión, es mi ánimo explayarme en su análisis de forma exhaustiva. Para mejor fijar el estado de la cuestión, aireemos ejemplos ilustrativos de la anfibología que provoca la sola preposición por. Esta contiene doble sentido, causal o final: Voy por tu madre puede significar a causa de tu madre, por orden suya, por amor o respeto a tu madre, frente a Voy a por tu madre, a buscarla o traerla, con claro valor de finalidad o de intención.

Hay curiosas frases equívocas, como la de F. Umbral: “Esta mañana he bajado a por huevos” (Leyenda del César visionario, 63). Sin la partícula a, la frase cobra un inesperado tono malsonante. Cotéjese con el titular, publicado en ABC (26-9-1990), “Una corbeta irá a Suez a por correo”. Quítese la a, y sale un desternillante chiste. El mismo ABC, en su Libro de Estilo, reconoce que el giro se puede prestar a confusión, y cuando exista peligro de ambigüedad recomienda el uso de a por.

La locución elíptica está ya muy bien consolidada en el uso. Prueba de ello es la rica diversificación semántica que ha adquirido en su empleo metafórico. Veamos ejemplos: "La suscripción pro Víctimas del Terrorismo, a por los cuatrocientos millones de pesetas" (ABC, 17-12-1991) significa que la Asociación espera ganar o conseguir esa cantidad. Otro ejemplo: "Si mis hijos ven a mi yerno, sí que se tiran a por él" (La Verdad, de Murcia, 30-10-1990). "Gil y Gil a por Mendoza" (ABC, 28-9-1990)

Más textos periodísticos: "A por el Consejo del Reino" (título de editorial de Blanco y Negro (10-1-1976,  32). "Urtain, a por el campeonato de Europa" (titular, en YA 27-5-1971).

"Sergi Bruguera, a por su tercer título de Roland Garros" (pie de fotografía, en ABC, 7-6-1997)

"¡A por lo que queda!" (portada de ABC, 28-12-1992). Eslogan socialista para las elecciones.

"Van a por La Clave" ("se quieren cargar La Clave") (titular de ABC, 25-12-1992,  30).

"Esta tarde en la Condomina. España frente a Bélgica, a por la victoria" (titular en La Verdad, 11-4-1973,  25). "Clinton se lanza a por los estados republicanos de la América profunda" (titular de ABC, 22-10-1992,  31).  “A por los nueve, de nueve” (El Mundo, 30-10-2005, 66)

 

IV.  Detractores

Tengo localizado a un puñado de filólogos y escritores que, arrastrados por el ejemplo de la Real Academia de la Lengua, censuran el modo adverbial a por. Tales son:

1. A impulsos de la Academia, los gramáticos más puristas condenaron  la locución a por. Así, Julián Martínez Mier menciona la frase “ir a por agua, por ir por agua” entre los “barbarismos vulgares y solecismos” (Método de ortografía española. Madrid, 1921, 197).

2. Manuel Alvar López, académico: “Así este hombre (Lorenzo) sigue asido a lo que le hace ser: he dicho vulgarismos (“de que”, llegar al quiosco “a por”)” (”Encuentro con un viejo conocido”, en Blanco y Negro, 31-12-1995, 6 (Crítica de Diario de un jubilado, de Miguel Delibes).

3. Abel Posse: "La turba quería asaltar la casa de Gobierno. Venía a por él (como todavía dicen los españoles, pese a la reunión de la Academia en Valladolid)" ("España en la crisis argentina", en ABC, 2-2-2002, tercera). Téngase en cuenta que la locución a por es desconocida en América, al igual que otros usos gramaticales americanos se ignoran en España.

Unamuno (en el artículo “Rebeca”, publicado en Los Lunes de El Imparcial del 2 de marzo de 1914) pone dos veces, ir a por agua"

4. Lorenzo López Sancho, crítico teatral: "Vamos a por la parejita con su atroz solecismo en el título y su hiperbólica trama y acción" (ABC, 1-10-1968,  71).

 

V.  Usuarios o Defensores

Ahí va este abrumador rimero de citas, recogidas al albur de mis lecturas, y ordenadas alfabéticamente. Huelga destacar la variadísima procedencia geográfica de autores mentados.

1. Manuel ALQUIFE: “Me despertó el cartero, que venía a por la carta, que no era para mí” (Tierra del aire. Madrid, 1989, 14).

2. Luis María ANSON, académico: “Va a por los quince años en el Gobierno” (“Felipe González, una fórmula agotada”, en ABC, 13-6-1994, tercera)

3. Matilde ASENSI, n. de Alicante: “Voy a por mis cosas- dijo, dando un paso rápido hacia la puerta del salón” (El origen perdido. Barcelona, Planeta, 2003, 540).

4. Andrés BERLANGA: "A mí, como la Cleo se me ponga entre ceja y ceja, a por ella voy" (La gaznápira, 1984, 90).

5. Antonio BURGOS, n. de Sevilla:"Llegó del colegio, e iba a la cocina a por chocolate” (Las cabañuelas de agosto, novela. Barcelona, Planeta, 1982, 74). “Tú fuiste a Coria a por aquel hombre en una mañana de verano” (O.c., 242)

6. Jorge CELA TRULOCK: "El búho se pone en el cimbel y el águila baja a por la presa" (Cuando sonríes. Cuentos. Madrid, Ediciones Libertarias, 1988, 23). "El señorito va a por vino en su pueblo" (O. c., 51).

7. José CONDE GARCÍA, maestro nacional, n. de Albacete: "Ya se lo diremos a su papá cuando venga a por tabaco" (Travesuras y andanzas (Memorias de un niño contadas por un viejo). Almansa, Hijos de A. Molina, 1957, 13)

8. Rafael CONTE: "Pues actualidades (de libros) hay muchas, se trata de ir a por ellas, de buscarlas, de ponerlas a la luz" (“De la crítica y sus formas”, en ABC, 30-9-1996,  tercera).

9. Miguel DELIBES, académico, n. de Valladolid: "Iban a por más ancho campo, a por nuevos horizontes, a buscar mares" (La sombra del ciprés es alargada. Barcelona, Destino, 1953, 177). "Voy a La Cullera a por la leche" (El camino. Barcelona, Destino, 1984, 223). "¡Las gafas! Carmen fue a por ellas, y se las puso" (Cinco horas con Mario. Barcelona, Destino, 1993, 28). “Si no lloras, te bajo conmigo a por la leche donde el señor Avelino” (El príncipe destronado. Barcelona, Destino, 1994, 13). “Es el demonio que viene a por ti para llevarte de los pelos a los infiernos” (O.c., 50).

10. Guillermo DÍAZ-CANEJA: "No era conveniente que fuera la Justina en persona a por los tubérculos" (patatas) (El carpintero y los frailes, novela. Madrid, Pueyo, 1927, 17).

11. Mónica FERNÁNDEZ-ACEYTUNO, n. de Galicia: “Un roble o un castaño no están maduros hasta que se presenta una pareja de arrendajos a por sus frutos” (“Dos arrendajos y un cuervo”, en ABC, 24-11-2003).

12. Luis FERNÁNDEZ ARDAVÍN: "Festejando la flor primera/ vamos todos al campo a por flor,/ que es la entrada de la primavera/ y almendros cortamos para nuestro amor" (libreto de la zarzuela La Parranda. Madrid 1928, acto 1º, cuadro 1º, 9-10). Acotación del autor: "Carmela. (Que ha entrado a por el garrote y sale en aquel momento)(O. c., acto 3º, 64).

13. Cristina FERNÁNDEZ CUBAS, n. de Arenys de Mar (Barcelona) "De pronto la inaplazable necesidad de bajar al sótano a por leña" (El reloj de Bagdad, del libro Mi hermana Elba y Los altillos de Brumal (1988), recogido en Cien años de cuentos, antología de J. Mª. Merino. Madrid, Alfaguara, 1998,  431).

14. Jesús FERNÁNDEZ SANTOS: "Vienen a por nosotras" (Jaque a la dama. Barcelona, Planeta, 1982, 31)

15. Francisco GARCÍA PAVÓN, n. de Tomelloso (C. Real): "Cuando la Gertrudis se dio por vencida, fue a por las cervezas" (Las Hermanas Coloradas. Barcelona, Destino, 1970, 59). "Deja ahí ese hatillo y vamos a por la Pepa" (Los liberales, 1968, 107). "Voy rápido a por los del Juzgado" (Nuevas historias de Plinio. 1971, 209).

16. José María GIL ROBLES, n. de Salamanca: “¡A por los trescientos!” (famoso eslogan del jefe de la CEDA durante la campaña electoral, en los años de la segunda República).

17. José María GIRONELLA, n. de Gerona: "Mientras contemplaba a las mujeres nazaretanas acudir a por agua a la llamada Fuente de la Virgen María" (Carta a mi madre muerta. Barcelona, Planeta, 1992,  200).

18. Manuel HALCÓN, académico: "Vamos a por la cátedra de Madrid, que quedará el año que viene" (Monólogo de una mujer fría. Madrid, Espasa-Calpe, 1972, 78 , Col. Austral (a por va en bastardilla). "Cuando en una tienda de Madrid surge algo con verdadero sello de distinción, parece que lo huele desde su casa y va a por ello" (O. c., 159 (a por va sin bastardilla).

19. José JIMÉNEZ LOZANO, Premio Cervantes: "Hasta el pobre Sacris quiere venir. Pues que le traigan, contestó la Petra. Y a por él se fueron" (Duelo en la Casa Grande. Barcelona, Anthropos, 1982, 30). "Y si se las mata (a las gallinas) para caldo, ¿adónde se va a por los huevos para las tortillas y los flanes?" (O. c., 60). "¿No venía aquí una monja con una tartana a por patatas y alubias?" (O. c., 72). "Te decía que fueras a por el cura para casarlos" (O. c., 126).

20. Luis LANDERO, académico, n. de León: "Mientras Amalia iba a por la fregona, una vecina le preguntó" (Caballeros de fortuna. Barcelona, Tusquets, 1994, 97). "Se levantaba a por una manta, pues lo que urgía era defenderse del frío" (O. c., 274). "Alarmado, mandó a por el bedel, que llegó desde el fondo lóbrego del pasillo" (Juegos de la edad tardía. Barcelona, Tusquets, 1993, 65). "Midiendo la distancia, fue a por la guitarra" (O. c, 170). "Fue a por la Enciclopedia" (O. c., 200). "¡Y lo dice así, como si fuese a por pastillas a la esquina!" (O. c., 240).

21. Manuel LEGUINECHE: "Andrés viene a por su gato, que resulta que es gata" (La felicidad de la tierra. Barcelona, Suma de letras, 2001, 81). "Bajábamos a  la Alhóndiga a por aceite" (O. c., 168). "Le había reservado a Romualdo unas entradas para la corrida de Madrid, pero no vino a por ellas" (O. c., 189).

22. Torcuato LUCA DE TENA, académico: "A por usted vengo- comentó, dirigiéndose a Alicia" (Los renglones torcidos de Dios. Barcelona, Planeta, 2000, 93). "Echaste a correr, temorosa de que volviera a por ti" (O. c., 143).

23. José Ángel MAÑAS: "Entonces voy a por la maquinilla" (Historias del Kronen. Barcelona,  Destino, 1994,  199).

24. José Antonio MARINA: "Azacanear significa ir al azacán, a la acequia, a por agua" (“Crónicas de la ultramodernidad. Elogio de los arapesh", en ABC Cultural. 20-3-1998, p. 62)

 25. Juan MARSÉ: "¿Quieres que vaya a por hielo?" (La muchacha de las bragas de oro. Barcelona. Planeta, 1988, 688).

26. Manuel MARTÍN FERRAND: "Ridículo para quienes pueden salir trasquilados en su intento de ir a por lana a un campo de algodón" ("La ecuación de Rubalcaba", en ABC, 14-10-2003).

27. Gustavo MARTÍN GARZO, n. de Valladolid, Premio Nacional de Literatura: "Pensó en Pilar y en que tenía que ir a por leche"  (Primeras páginas de su próxima novela, en ABC Cultural, nº 308- 26-9-1997, 22). "Tienes que ir a por cera, le dijo Pilar. La cera se la compraban al sacristán" (O. c., 23). "Se acercó para decirle que tenían que ir a Medina de Rioseco, a por el hielo" (ibíd.)."Trataron de darle leche, pero el perrito era demasiado pequeño. Decidieron ir a por un biberón" (Las historias de Marta y Fernando. Madrid, Bibliotex, 2001, Premio Nadal, 23); "Es una de las niñas, seguro que viene a por el perro" (O. c., 24).

28. Ana María MATUTE, académica: “Borja se levantó de un salto, y fue a por más vino” (Los mercaderes. Primera memoria, 1960,  109, cit. en Diccionario del Español Actual, de M. Seco, O. Andrés,  G. Ramos,  1999, s/v. a).

29.  Alfonso PASO, comediógrafo: “Vamos a por la parejita”, título de una obra  del autor, estrenada  en el Teatro Alcázar, de Madrid, por el actor Antonio Garisa (h. 1965).

30.  Ramón PÉREZ DE AYALA: “-¿A dónde vais? – A por los balones, respondió Rielas” (A.M.D.G. Madrid, 1983, 226).

31.  Francisco PINO, poeta vallisoletano, de 92 años: "El verbo va a por agua. Se conjuga./ ¡Oh pájaro infeliz!" (del  libro de poesías El pájaro enjaulado, en ABC, 13-4-2002,  44).

32. Álvaro POMBO, n. de Santander: “A ráfagas empezó a salir la niebla, como venida del infierno a por nosotros por el atrevimiento de viajar como locos” (Cuentos reciclados. Barcelona, Anagrama, 1997,  32. "Yo no me tengo que ocupar cada semana de ir de papelería en papelería a por el sobre" (O. c., 48)

33. Valentí PUIG, n. de Mallorca: "De nuevo padecen las buenas gentes que cada mañana van a por pan" ("Ibarretxe se sale de Schengen", en ABC, 29-9-2003,  6).

34. Carmen RICO-GODOY: "Alguien llama a la puerta. Emilia (la criada) debe haber (sic) bajado a la calle a por algo. Voy a abrir. Es el cartero" (Cómo ser una mujer y no morir en el intento. Madrid,  Temas de Hoy, 1991).

35. Carmen RIGALT, n. de Lérida: "Es que vengo a por el tabaco, que se me había olvidado" (Yo fui chica de alterne. Madrid 1976, 40). "El padre se fue un día a por tabaco" (O. c., 50). "Pues ir a por cena. Trae dinero, que salgo yo a por más (bocadillos)" (O.c: 52). "Te encargas tú de ir a por las botellas" (O. c., 56) "Fui a por el abrigo" (O. c. 95).

36. Virginia RÓDENAS: "Lo mismo prueban en sus venas la pureza del "caballo", que les mandan a comprar el pan", "Un grupo de "yonquis", que lo mismo son utilizados para verificar en sus venas la pureza de la droga que para ir a por el pan" (Reportaje en ABC, 1-8-1997, p. 60).

37. Francisco RODRÍGUEZ ADRADOS, académico: "La Generalitat, ¿va a ir a Europa a por menos calidad?" ("Ahora soy sueco", en ABC, 4-10-2003, tercera).

38. Federico ROMERO y G. FERNÁNDEZ SHAW: “Vendrá a por algo que se le olvidaba” (Libreto de la zarzuela  La rosa del azafrán, estrenada en 1931. Acto 2º, cuadro 4º. Madrid, Unión Musical  Española, 1970, 47,

39. José Luis SAMPEDRO, académico, n. de Barcelona: "Si me recuerdas la marca, bajo otra vez a por el pan" (La sonrisa etrusca. Barcelona, Plaza y Janés, 2001,  77). "La muchacha se me abrazó frenética y me explicó: ¡Venía a por mí con los ojos fuera, un sátiro!" (O. c.,  292)

40. Rafael SÁNCHEZ FERLOSIO, Premio Cervantes: “Qué, ¿a por la chavala?” (El Jarama, 157).

41. Miguel SÁNCHEZ OSTIZ, n. en Pamplona: "Nos fuimos hacia el muelle y las luces de una marisquería providencial a por los ostiones y las centollas y el vino blanco" ("Punta Arenas, ciudad fantasma", relato en ABC, 4-9-2003).

42. Francisco UMBRAL: "Yo misma esta mañana he bajado a por huevos" (Leyenda del César visionario. Barcelona, Seix Barral, 1991,  63). "Los falangistas agrarios se vuelven a sus pueblos, que conocen mejor, a por el boticario darwiniano, a por el médico marañoniano, a por el maestro republicano, si es que queda alguno" (O. c.,  183). "Paulo, ¿qué hace la pasma que no viene a por ti?" (El Giocondo. Barcelona,  Planeta, 1970,  71). -"Sólo quedaba yo para ir al mercado a por un poco de carne, de pescado, de fruta" (Las ninfas. Madrid, 2001, 60). "Habíamos acudido a por cinco kilos de carbón" (O. c. 69). “Un poco de charla, otro café  y a por el segundo artículo del día” (Los alucinados. Madrid, La Esfera, 2001, 130)

43. Miguel de UNAMUNO, n. de Bilbao: “ir a por agua” (dos veces en el artículo “Rebeca”, publicado en Los Lunes de El Imparcial, 2-3-1914).

44.  Alberto VÁZQUEZ-FIGUEROA: “Ese hijo de puta va a por el agua” (Los ojos del tuareg. Barcelona, Plaza y Janés, 2002, 252).

45. Manuel VÁZQUEZ MONTALBÁN, n. de Barcelona: "Carvallo fue a por su sillón giratorio y se escondió en él" (El hombre de mi vida. Barcelona, Planeta, 2000,  11).  "Respiró cuando vio que los dos recién llegados se iban a por Inma" (O. c. 44). "Entonces Inma se levantó y se fue a por un montón de libros" (O. c., 47) (“Asesinato en Prado del Rey”. Murcia, La Verdad, 1993, p. 39).

 

VI.  Uso dialectal  del giro a por

1. Manuel ALVAR (et alii): El ALEA o Atlas Lingüístico y Etnográfico de Andalucía (Granada, 1960-1973), obra de Manuel Alvar, Antonio Llorente y Gregorio Salvador, documenta la extensión diatópica de a por (de hace unos cincuenta años) en esa región. Ya entonces era compacto el uso de a por en las provincias de Almería, Granada, Jaén, Córdoba y el norte de Sevilla, predominando el simple por en Málaga, Cádiz y Huelva, acaso por arcaismo castellano.

2. Rafael ANDOLZ: “ir a casa del pobre a por pan” (Diccionario Aragonés-Castellano,. 2ª ed. Zaragoza 1984, s/v. pan.).

3.  Teudiselo CHACÓN BERRUGA: “Otros solecismos  o incorrecciones generales en el habla local son: Uso de “dos partículas incongruentes” en una oración =ir a por, (general en el español peninsular)  Había ido a por agua” (El Habla de la Roda de la Mancha. Albacete, Instituto de Estudios Albacetenses, 1981, 273).

 Pilar GARCÍA MOUTON: "Como en otras variedades del castellano, está muy extendido el uso de a por en contextos que sólo pedirían por: Voy a por las entradas 'Voy por las entradas' dentro del castellano o habla de Madrid (Lenguas y dialectos de España. Madrid, ArcoLibros, 1994, 30-31). Para demostración de su uso, la autora reproduce un chiste de Forges (El Mundo, 26-4-1994):-"Si no conculca ningún precepto legal, yo voy a por ellos. -Vayan sus señorías a por los cafés. - No: si es lo que vamos a tener que acabar haciendo".

5.  Miguel MORAL MORAL: “En la expresión a por agua usada en los lagares, dar vueltas al husillo de modo que la viga no presione sobre el castillete" (Voces de Gumiel de Hizán (Burgos), recogidas por el maestro nacional M. Moral Moral, en RDTrP XVII (1961) cuaderno 3º, p. 374)."En la expresión a por vino, que se emplea en los lagares, dar vueltas al husillo de modo que la viga presione el castillo" (O. c., 383).

6. Gregorio SALVADOR: "Los casos de acumulación de preposiciones admiten más posibilidades de las señaladas por la Gram. Acad. # 263. En Cúllar, como en Cespedosa, es muy frecuente de con (vengo de con tu padre) y lo mismo el tan generalizado a por e incluso de a por (vengo de a por agua)" (El habla de Cúllar-Baza (Granada), en RFE  (1958-59) 71).

7. Pedro SÁNCHEZ SEVILLA documenta  el empleo de la locución a por en su pueblo natal salmantino, colindante con  Ávila (El habla de Cespedosa de Tormes, en  RFE (1929) 251).

 

 

VII.  Teoría gramatical  académica sobre preposiciones

Trascribimos la doctrina de la RAE, expuesta en su Gramática de la Lengua Castellana. Nueva edición, corregida y aumentada. Madrid, Imp. Manuel Tello, 1874: "Preposiciones que admiten en composición la compañía de otras.- Las pasmosa variedad de relaciones que concebimos entre los seres y que procuramos expresar con palabras, es causa de que nos contentemos con las expresiones sencillas, destinadas a lo usual y corriente, teniendo que recurrir a otras fórmulas más complicadas, para casos de mayor delicadeza y para explicar conceptos más sutiles. Lo que podríamos llamar riqueza de lenguaje, y no es sino la necesidad progresiva de más exquisita expresión, hace que hayamos acertado a reunir preposiciones, haciéndolas presentarse juntas, y producir no tanto un elegante pleonasmo, como una pintura más viva de la idea de participación y de comunicación, que consigo lleva cada una de por sí. La inagotable bondad de Dios para con los hombres, no es lo mismo que si dijéramos para los hombres o con los hombres.

Cuando decimos de entre, de por, hasta para, por de, según con, es que expresamos relaciones que no consienten ninguna otra forma: no es gala, es necesidad la que nos obliga a expresarnos así. Cuando la unión y consorcio es de dos preposiciones, casi siempre se crea y se procura expresar alguna idea, alguna relación nueva que no puede explicarse de otro modo. No hay duda: tropezamos entonces con las que filológicamente podrían llamarse relaciones complexas o mixtas, que sólo así pueden representarse. El estudio de este fenómeno filológico, aunque curioso y hasta útil, no es del presente lugar. Baste haberlo apuntado, y la enumeración de las principales combinaciones de varias preposiciones, que se presenta a continuación, acaso por primera vez, sin que nos gloriemos de haberlas apurado todas.

Cuadro de las preposiciones dobles.-

A y Cabe no admiten compañía. A Por, aunque tan repetido entre el vulgo, es solecismo.

Ante, Bajo, Con, no consienten que después de ellas vayan otras.

Contra suele presentarse con una de sus hermanas antepuesta, y otra pospuesta, v.gr. Alzóse en contra de todos.

De se combina con sus hermanas con, entre, hacia, por y sobre.

Desde, suele ir seguida de Por, v.gr. Desde por la mañana.

En, según se acaba de decir, se une a contra de.

Entre y Hacia no preceden a otras.

Hasta admite las combinaciones Hasta con, Hasta de, Hasta en, Hasta para, Hasta Por, Hasta sin, Hasta sobre.

Para se usa en las siguientes combinaciones: Para con, Para de, Para desde, Para en, Para entre, Para sin, Para sobre.

Por consiente las que siguen: Por ante, Por bajo, Por de, Por entre, Por sin.

Según admite la compañía de con, contra, de, desde, en, sobre.

Sin se acompaña con Para y Sobre." (pp. 220-221).

 

VIII.  El giro a por en el folclore español

1. Resurrección María de AZKUE: "- ¿Adónde vas, muchacha? le preguntaron. - La madre me ha enviado a por fresas. - ¡A por fresas! ¡Con el frío que hace!". (Euskalerriaren Yakintza (Literatura popular del País Vasco). II. Cuentos y Leyendas. Madrid, Espasa-Calpe, 1942, 19). Texto bilingüe. “Enviad un pordiosero a por limosna a todos los rincones” (O. c.,  50).

2. Aurelio M. ESPINOSA: "Espérenme, que voy a por dinero. Y se marchó el diablo a por dinero" (Cuentos populares de España, recogidos en 1920. 3ª ed. Madrid, Espasa-Calpe, C. Austral, 1965, 94). "Tenía que ir todos los días al monte a por leña" (O. c., 103). "Iba a por una carroza al palacio. Llega a la fuente con un cántaro a por agua. Y llega el rey a por su novia" (O. c., 130). "Yo voy a misa y a por flores" (O. c., 208-209).

3. Gregorio GARCÍA-ARISTA: "¡Mira! ¡El calderero que sube a por tú!" (Fruta de Aragón: Envío 1º: Enverada. Madrid, Pueyo (h. 1920). "¡Conque, Bernabé, a por coles!" (O. c., 172).

 4. J. GARCÍA MERCADAL: “Un baturro subió al cielo/con una guitarra rota,/ y al verlo, San Pedro dijo:/ Ya estás golviendo a por otra” (copla de jota de Joaquín J. Bañolas, cit. en La jota aragonesa. Antología. Madrid, Taurus, 1964,  128). Está claro que el recopilador ha puesto conscientemente a por, pudiendo prescindir de la a, absorbida por la sinalefa.

5. Francisca GARCÍA REDONDO: "Cuando el trigo está en la era,/ se va el polvo y queda el grano./ A por la chica venimos/ que la mayor tiene amo" (Canción de trabajo Trilladora, en Cancionero Arroyano (de Arroyo de la Luz). Cáceres, Diputación Provincial, 1985, 103). Es indudable que el texto es así, que no es errata, ya que sendas y distintas notas musicales corresponden a cada una de las sílabas A por la.

6. Bonifacio GIL GARCÍA: “¡Aragón, biem, bam!/ San Cosme y San Damián/ a por uvitas van,/ el uno con la talega/ y el otro con el costal” (canción, que cantan los niños en Arnedo cuando suenan las campanas de la parroquia de San Cosme y San Damián, en Cancionero Popular de la Rioja. Barcelona, CSIC, Gobierno de La Rioja, 1987,  346).

7. Juan de JUAN DEL ÁGUILA: “¿Dónde vas a por agua,/paloma mía?/- ¿Dónde vas a por agua?/ - Voy a la cía” (canción de Asturias, en Lo que canta el pueblo español. 2ª ed. Madrid, Unión Musical Española, 1966, 54). “¿Dónde vas a por agua,/ garrido mozo?” (canción “El calangrejo” de Castilla, O. c.,76). “No vayas, mozuelo al prado,/ no te vayas a por hierba” (canción “Mañanitas de febrero” de Santander, O. c., 202). Al escandir los versos, se comprueba que la a del giro a por es imprescindible. Los versos de Santander son octosílabos.  

8. Arcadio LARREA: "Yendo a por agua/ a la fuente fría" (versión del romance Las tres moritas, en A la rueda, rueda, p. 174).

9. José Manuel de PRADA  SAMPER: “Yo no he venido a por un personaje. He venido a buscar a Ascaria” (El pájaro que canta el bien y el mal. La vida y los cuentos tradicionales de Azcaria Prieto (1883-1970). Palencia, Ediciones Lengua de Trapo, 2004, 83.

 Azcaria, natural de Morgovejo y Saldaña. “- Madre, ¿dónde va? – A por un saco de yerba, hija” (p. 137) Asunción Herrero Prieto, hija de Ascaria, trascripción de grabadora.

“Entonces íbamos al caño, que decíamos, a la fuente, a por agua” (p. 193) Marina Rodríguez,  nieta de Ascaria, grabación. “Bajé yo a por ella (su madre), y la traje aquí conmigo” (p. 195) Aurelio Herrero Prieto, hijo de Ascaria, grabación.

10. Aníbal SÁNCHEZ FRAILE: “Un cocherito leré,/ me dijo anoche leré/… (final) Fui a la botica leré/ a por jarabe leré” (Nuevo Cancionero Salmantino. Salamanca, Imp. Provincial, 1943, 231). El verso octosílabo requiere el a del giro a por.

11. SECCIÓN FEMENINA: “¿Dónde vas a por agua,/ paloma mía?/ - ¿Dónde vas a por agua?/- Voy a la cía” (danza asturiana, en Cancionero de la S. Femenina de F.E.T. Madrid, 1943, 75). La combinación de versos heptasílabos y pentasílabos exige la a del giro a por.

13. José TORRALBA: "Los pastores y pastoras/todos corren a por leña,/para calentar al Niño/ que nació en la nochebuena" (La albada, de Cardenete (Cuenca), en  Cancionero Popular de la Provincia de Cuenca. Cuenca, Diputación, 1982,  383). La medida perfecta del octosílabo demuestra la autenticidad del giro a por.

14. Gabriel Mª. VERGARA MARTÍN: “A la Vera, a por piojos y canalera”. Se alude a que en los pueblos de la Vera de Ávila y Cáceres hay mucha miseria, y son muy frecuentes las diarreas, por lo frío de sus aguas y el mucho consumo de sus abundantes frutas" (Refranero Geográfico Español. 2ª ed. Madrid, Edit. Hernando, 1986,  67) 1ª ed. 1936.

 

IX.  El giro a por en la Región de Murcia

1. Joaquín ARDERÍUS. n. de Lorca: "Yo iba a por el huevo, como el pez a la carnada" (Los príncipes iguales. Madrid 1928, 27). "¡Hale! ¡A por las almas de dos príncipes... ¡A por un par de águilas" (p. 41). "Venimos a por Justo- declaró Martín" (Justo el Evangélico. Madrid 1929)

2. José Luis CASTILLO PUCHE, n. de Yecla: "Yo sólo había sido resistente luchando, y gritando a mis soldados: A por ellos, muchachos, duro, adelante" (El vengador. Barcelona, Destino, 1956, 163-64, p. 2). "Yo pensaba que todo sería tener que salir corriendo a por el médico" (El amargo sabor de la retama. Barcelona, Destino, 1979, p. 117). "Llegaban  a la puerta las beatas pamplinosas a por la llave de la ermita" (Libro de las visiones y de las revelaciones. Barcelona, Destino, 52). "Frasquito salió. Iba a por un botijo o un vaso de agua" (Hicieron partes. Madrid 1957, p. 174).

3. Santiago DELGADO, n de Murcia: "Venían tropas enemigas hacia él; a por él, a por su cabeza" (Crónica de Todmir, el último visigodo. Toledo, Incipit Ed., 1997, 190). "Quédate aquí. Enviaré a alguien a por ti" (El Rey Mago perdido. Murcia 1995,  204).

4. José FERNÁNDEZ-CORMENZANA, n. de Álava: "A las cuatro vuelvo a por el niño" (Dame el fusil pequeño. Barcelona, Plaza y Janés, 1977,  351). "-¿Y adónde vas con ese vaso? - A por aceite de ricino para purgarnos" (O. c., 143). El autor vivió como niño refugiado en Murcia, durante la guerra civil de 1936.39.

5. Miguel FRANCO SÁNCHEZ, n. de Lorca: "Vinieron a por él, y no se resignaban a dejarlo aquí conmigo" (La hora de mi cita. Murcia, Cajamurcia, 1995, 62).

6. Salvador GARCÍA JIMÉNEZ, n. de Cehegín: "¡A la lucha!¡A por ellas, padre! (las ranas)" Se dispararon en correndilla hacia un anchurón de agua" (Coro de alucinados, Barcelona, Marte, 1975, 22). "Tuvo que volver a por él" (O. c., 57).  "Nos gustaría ir a por la nena... Por eso no me lanzo a por la nena" (La paloma y el desencanto. Murcia, Godoy, 1981, 100).

7. José A. GARCÍA MARTÍNEZ-ALBALADEJO, n. de Guadalupe: “Recuerdos tenemos de ver a nuestra madre acercarse de mañana al horno, con la cesta o la bolsa a por el pan"  (Maciascoque, 1997, 86)

8. Justo GARCÍA SORIANO, n. de Orihuela: “"Sólo en la parte N. de la región, por su vecindad con la Mancha, suele oirse el feo solecismo de "ir a por", que repugna a los oídos más rústicos del resto del país" (Vocabulario del Dialecto Murciano. Madrid, R. Academia, 1932, XCIX (99). Disentimos de la localización del giro a por en el N. de Murcia y adjudicación a la Mancha, y sobre todo, la pretendida repugnancia  de los rústicos murcianos al uso de a por.

9. Gregorio JAVIER, n. de Caravaca: "A por ella vendrían grandes carretas con bueyes" (Cristo y la sed. Barcelona, Plaza y Janés, 1963, 20) "Cuando llegaban a por la cal traían los carros" (ibíd.). "Antes iban con burros a por bojas y matas secas" (O. c. 121). "Simón, vengo a por ti" (O. c. 140). "Impaciente, se dirigió a por un taxi" (Siglo XX. Barcelona, 1965,  142). "Tenía por costumbre ir a por un cántaro de agua... Solía ir a por agua con frecuencia" (Caravaca de la Cruz. Barcelona 1961, 69). "Varias mujeres hablaban antes de entrar a por la compra" (O. c., 127)."Aquella tarde había estado yo en una farmacia a por un calmante" (O. c. 308). "Los del pueblo estuvieron subiendo allí a por leña" (O. c., 405)

10.  Pedro JIMÉNEZ LÓPEZ, n. de Jumilla: "Lo mandas a por basura,/ antes que el sol eche luz,/ y si no trae dos capazos,/ lo pones como el betún" (Cascarroteos y Repalandorias. Poesías festivas. Jumilla, Imp. de P. Jiménez , 1913,  30 )

11. Alfonso MARTÍNEZ-MENA, n. de Alhama: "En cuanto se le quede la capaza vacía, lo tienes aquí a por comida" (Antifiguraciones. Madrid, Magisterio Español, 1977, 53). "Este pasar el tiempo sin ir a por agua a fuente Calasero... No lo lleva a por agua, tan sólo lo pasea" (O. c., 61). "La gitana joven marchaba a por agua con un cántaro pegado a la cadera" (El espejo de Narciso. Murcia, Universidad, 1990, 97). "Al salir de la Facultad ibas a por mi voz escrita a pluma" (Otrosí, 1988,  105)

12. Vicente MEDINA, n. de Archena: "Consiste en ir a por esparto a las mismas atochas" (Patria chica,  en Obras Completas. III. Rosario de Santa Fe, 1920, 50). "¿Vamos esta noche a por esparto?" (O. c., 51). "A por agua fue. y están/ esperándola entavía" (Aires murcianos. Murcia 1981, 52). "Anda, nene, ves al huerto/ a por una cesta de habas" (O. c., 246). "Zagalico a por istiércol" (O. c. 263). "Se ve una moza que sale/ a por lumbre" (O. c.,  292).

13. Pascuala MOROTE MAGÁN, n. de Jumilla: "Va una zagala a por agua con un cántaro" (Cultura tradicional de Jumilla. Los cuentos populares de Jumilla. Murcia, 1990, 106). "Había ido a por patatas" (O. c., 193). "Soy la muerte, que vengo a por ti" (O. c., 136). "Mañana nos vamos a por leña" (O. c. 198). "Levántate, que vayamos a por las uvas" (O. c., 270).

14. Luis ORTS, n. de La Ñora: "Pos abora tiene Andrés que ir a por álamo a la orilla de la cieca y nosotras a traer flores y ramos de azadar" (Vida huertana. 2ª serie. Murcia, El Tiempo, 1909, 12)."Las zagalas están a por flores en un güerto que tenemos" (O. c., 21) "Mañana mesmo que venga tu maire a por ti y pleito rematao” (O. c.,  92).

15. Juan PÉREZ (“Galdós”), n. de Murcia: "Muchas mujeres venidas a presenciar nuestros festejos, y si se tercia, a por el novio" (Un año en Murcia 1962-1963. Madrid 1986, 81). “Eduardo marchó a por don Faustino, el médico” (Escrito en las estrellas. Murcia 1992, 70)

16. Arturo PÉREZ-REVERTE, académico, n. de Cartagena: "Un día antes de bajar a por tabaco y fugarse con la charcutera de la esquina" (La piel del tambor. Madrid, Alfaguara, 1995,  200)

17.  Joan PIERSON BERENGUER: “ir a por leña. Esta locución preposicional empezó a extenderse en el habla popular desde la segunda mitad del siglo XIX según la RAE (Esbozo, 436) y la registra el ALEA por toda Andalucía Oriental. Se oye mucho en Almería. La acumulación en este caso (que reúne a+por) tiene la motivación semántica de limitar la función de la preposición por a relacionar un verbo de movimiento, con un objeto que ha de ser recogido, anulando así del amplio campo semántico que cubre por, otras relaciones de tipo causal, de motivación o de sustitución. Se evita así la posible confusión semántica en una frase como voy por ti". (El habla de la Almería Oriental en la obra del poeta Sotomayor. Almería, IEA, Diputación Provincial, 1987, 161).

18.  Pilar POLO CARRERES, n. de Yecla: "Ahora a ver adonde echo yo mano a por unos arcabuces" (En vísperas de la Virgen, en Teatro. Yecla, Ayuntamiento, 1989,  16). "Se fue mi hermana a por ella la semana pasada" (Amor a la tierra, en Teatro, 52)."Se tenía que acercar casa de su tía Catalina a por ellos (los arcabuces)" (El paseo, en Teatro, 104). "Charlaron junto al pozo donde ella había ido con su cántaro a por agua" (Cuentos yeclanos. Yecla 1986).

19. Miguel SÁNCHEZ ROBLES, n. de Caravaca: "Sixto ha venido a por tabaco" (La tristeza del barro. Junta de Castilla y León, 2000,  27). "Se sentaba enfrente de la máquina tragaperras hasta que cerraban el bar o se le acababa el dinero y salía a por más"  (O. c., 119).

20. Mª José SÁNCHEZ VÁZQUEZ, n. de Moratalla: “No podía permanecer quieta, esperando que la vaquilla viniese a por ella” (El sembrador de sueños. Murcia, Ed. Regional, 2004, 70).

21. Alberto SEVILLA, n. de Murcia: "También se emplean partículas incongruentes que forman igual vicio de dicción. Pongamos un ejemplo tomado de cierta obra de Blasco Ibáñez: "Cuando el muchacho encontraba acomodo, el padre se despedía de él con un par de besos, y seguidamente iba a por el macho para volver a casa" (Gazapos literarios. Murcia 1909, 168). Este escritor se erige en purista del idioma, soslayando el uso del giro a por en Murcia, pero  censurándolo en  Blasco Ibáñez.

22. VV. AA.: "Si quieres el corazón, sube a por él" (“El mono titiritero, contado por  Carmen Esteve, 75 años, de La Arboleja, en Cuentos murcianos de tradición oral, recopilados por Elvira Carreño. Pedro Guerrero y otros. Murcia, Universidad, 1993, 188). "Fueron a por el tío Rescoldo, lo metieron en un saco para llevarlo al mar" (“El tío Rescoldo”, contado por Encarna López, 46 años, de Sangonera la Seca, en o. c., 194). "El jefe, enfadado, subió él mismo a por el herrero" (“El herrero de Albatera”, contado por Eloy Gambín, 80 años, de Molina de Segura, en o. c., 199). "Pepitico, tienes que ir a por leña, y tú. Pepitica, vas a ir a por leche" (“Pepitico y Pepitica”, contado por Pedro Martínez, 90 años, de Algezares, en o. c., 255).

 

X.  El caso Campmany

Conste, ante todo, mi infinita admiración por el insuperable periodista murciano Jaime Campmany. Por eso, me desagrada tener que censurarle en un punto muy concreto. En mi opinión, la actitud del gran escritor respecto al giro a por, es sobremanera contradictoria. Obsérvese el paréntesis: "El manifiesto de los Trescientos ("A por los trescientos", que decía Gil Robles, dándole patadas a la gramática) quiere que concedamos la presunción de santidad a los tres jueces" (Cabezas de turco, en ABC, 23-1-2002). Según esto,  por coherencia con su errónea teoría de que es incorrecto el empleo de dos preposiciones seguidas, se ve forzado a escribir de una manera que suena a rara o trasnochada: “Vamos por Aznar –ha dicho Rubalcaba a sus leones-. Vamos primero por Aznar, que tiempo tendremos de ir por Rajoy” (“Aznar en la picota”, en ABC, 12-8-2004).

Sin embargo, cuando escribe espontáneamente y sin complejos provincianos, usa el giro a por, al igual que tantos excelentes literatos y escritores: "Vergara tuvo que volver al taller de su padre a robar otro botellín de gasolina, y Molina, a la botica a por más algodón" (Jinojito el Lila. Cuadernos de párvulo (novela). Barcelona, Destino, 1977, 45). "Jinojito se quedó sentado en un banco del patio esperando a que vinieran a por él, que algunas veces venía un ama gorda  para llevárselo a casa" (O. c., 56) "- Ahí te vas a quedar hasta que tu padre venga a por ti. - Que mi padre no puede venir a por mí, que no vive con nosotros" (O. c., 179-180). Lo mismo practica en el periódico: "A por el coche fue un policía de los de la escolta del prohombre Alfonso Guerra" (“La grúa”, en ABC, 23-9-1992, 19). "A Paesa no hay quien lo quite de en medio, y si viniese a por él aquel carro de fuego que arrebató a Elías, lo más probable es que el carro regresase de vacío" (“La resurrección, en ABC, 1-10-1998, 17). "A Felipe le salió el tiro por la culata, y fue a por lana y salió trasquilado"(“El perro rabioso”, en ABC, 25-4-1998, 17).

 

XI.  El giro a por en traducciones de la Biblia

El lenguaje de los textos bíblicos traducidos corresponde a un nivel diastrático culto, habida cuenta de su contexto serio y científico y de su principal destino religioso y litúrgico, que afecta a la generalidad de los creyentes. Conviene advertir que existen sendas traducciones oficiales distintas para España e Hispanoamérica al objeto de evitar términos tabúes o raros, y desde luego, el giro a por, desconocido en ultramar, no  ha de aparecer en  libros editados allá. 

Por supuesto, la Nueva Biblia Española, de Alonso Schökel y Juan Mateos admite el predicho giro a por, según el propósito de los autores, declarado en la Introducción a esta nueva versión bíblica: “La edición ofrece una traducción para ser leída. El sentido original tiene que resultar inmediatamente accesible al lector de lengua hispana. El lector español no tendrá que aprender un “castellano bíblico” para entender esta Biblia, sino que la leerá en el castellano real, vivo, de nuestros días, adaptado  al nivel estilístico del original. Para traducirlo hemos operado con las posibilidades del castellano actual, en sus diversos géneros y estilos; las enormes posibilidades del castellano coloquial y literario han sido puestas al servicio de esta traducción”.

 Los libros de Samuel han sido traducidos por Manuel Iglesias González y Luis Alonso Schökel.  “Mandaron gente a Siló a por el arca de la alianza del Señor” (1 Samuel.  4, 4)  “Manda a por él (1 Sam 16,11)” y “Jessé mandó a por él” (1 Sam 16, 12). A su vez, el texto oficial de la liturgia de la misa, aprobado por la Conferencia Episcopal española reza así: "Mandaron gente a Siló a por el arca de la alianza del Señor" (1 Samuel 4, 4, p. 532). "Samuel dijo: Manda por él” (1 Sam 16, 11). “Jesé mandó a por él y lo hizo entrar" (1 Sam, 16, 12, p. 539) (Leccionario  IV del Tiempo ordinario. Lectura continuada. Texto aprobado por el Episcopado Español en 1972. Barcelona 1989, Editoriales Litúrgicas de España reunidas). Curiosamente se emplean seguidas las dos fórmulas, la tradicional, “Manda por él”, y la moderna, “Mandó a por él” (a menos que no sea errata una de ellas). Es evidente que la traducción del Leccionario es casi literalmente idéntica a la de la Nueva Biblia Española, lo que significaría que los liturgistas del Leccionario han preferido tomarla de esta Biblia. Es de suponer que habrá  más ejemplos del giro a por en la Nueva Biblia Española y en los libros litúrgicos, pero es ímproba labor hallarlos. Estos los tropecé al azar. Aunque los lugares parezcan pocos, son asaz probatorios de que los cultísimos traductores estiman  gramatical y estilísticamente correcta la locución prepositiva a por, y asimismo, consideran que les ha de sonar muy normal a toda clase de lectores y de asistentes a los actos litúrgicos.