El material "de siempre", el que ha representado y ha sido "el estandarte", durante varias décadas, de la educación física, el que ha llevada de la mano el desarrollo de la motricidad de muchas generaciones, en mejores o peores condiciones..., el que ha estado englobado, por pleno derecho, bajo las denominaciones de curricular, pedagógico y didáctico, independientemente de los objetivos educativos que se pretenden y de las orientaciones del currículo, se encuentra en entredicho. No queda duda de que los recursos materiales influyen considerablemente en proceso de enseñanza-aprendizaje, pero su importancia no reside tanto en los tipos y las cantidades, como en el conocimiento que los docentes poseen sobre sus potencialidades y en la forma de usarlos. En relación con ello, parece necesaria la reflexión sobre las funciones que pueden cumplir los recursos materiales, a partir del análisis de sus características físicas, e independientemente de la convencionalidad o no de los mismos, y aquellas que consideramos deben satisfacer. Ello nos ayudara a ser más cuidadosos con las premisas a tener en cuenta a la hora de la puesta en escena del acto didáctico.
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