VOLUMEN: 4 NÚMERO: 7

 

INFLUENCIA DEL NIVEL DE INTENSIDAD AFECTIVA EN EL PROCESAMIENTO DE ESTÍMULOS EMOCIONALES EN UNA TAREA STROOP

Guillermo Campoy Menéndez, Julia García Sevilla, Amaro Egea Caparrós, Luciana Saurín Riquelme y Francisco Martínez Sánchez
Universidad de Murcia (Spain)

 


INTRODUCCIÓN

    La Intensidad Afectiva (IA) describe las diferencias individuales en la intensidad de la respuesta emocional (Larsen y Diener, 1987); diversas evidencias experimentales parecen confirmar que la intensidad con la que se experimentan los afectos y emociones son independientes de la valencia, frecuencia e intensidad de los estímulos que las desencadenan (Larsen, Diener y Emmons, 1986; Diener, Larsen, Levine y Emmons, 1985); además, se ha demostrado que las diferencias individuales en IA son estables en el tiempo y consistentes en distintos contextos situacionales (Diener y Larsen, 1984; Larsen et al., 1986).

    Las marcadas diferencias individuales en la intensidad de las respuestas emocionales han sido objeto de atención por las distintas teorías y modelos explicativos de la emoción. Se asume la existencia de diversos procesos y subprocesos cognitivos mediadores entre el estímulo y la experiencia emocional (Ortony, Clore y Collins, 1996; Clore, 1994; Leventhal y Scherer, 1987; Leventhal, 1984; Scherer, 1994; Lang, 1994), aceptándose implícitamente que la experiencia emocional está mediada, entre otros, por procesos de evaluación o valoración (Fernández-Abascal, 1995; Frijda, 1993), caracterizados por la existencia de diversos grados propositividad, conciencia y complejidad procesual (Martínez-Sánchez, 1998; Fernández-Abascal y Martínez-Sánchez, en prensa).

    Se dispone, sin embargo, de escasa información en torno a los procesos cognitivos que explican las diferencias individuales en la IA en respuesta a estímulos afectivos. Larsen y Diener (1985, 1987) sugieren que estas diferencias podrían derivarse de la existencia de sesgos en la valoración estimular, entre los que podrían estar implicados patrones atencionales y de memoria específicos, así como la abstracción selectiva, la personalización y la sobregeneralización (Flett, Boase, McAndrews, Pliner y Blankstein, 1986; Larsen, Diener y Copranzano, 1987). Además de los procesos de valoración y procesamiento diferencial de la información emocional, se cree que las diferencias individuales en IA podrían cumplir una función autorregulatoria, tendente al mantenimiento del nivel óptimo de activación fisiológica individual (Larsen y Zarate, 1991).

    Parece plausible atribuir las diferencias individuales en la IA a la existencia de sesgos valorativos, atencionales y de memoria ante estímulos afectivos. Para la psicología cognitiva de la emoción (Mathews y MacLeod, 1994) la función de estos sesgos es, inicialmente, adaptativa: "para contribuir a la adaptación [...] el sistema cognitivo ha de ser capaz de dos funciones primordiales: priorización y compensación. En ambas, el sistema cognitivo tiene que ser activo en la búsqueda de información y en la utilización de recursos auxiliares. Por un lado, de entre la multiplicidad de informaciones, se debe priorizar el procesamiento de las más relevantes para la propia adaptación" (Calvo y García, 2000; p. 28).

    Numerosos trabajos han demostrado la existencia de sesgos en la priorización de la dirección atencional (Byrne y Eysenck, 1995; MacLeod y Mathews, 1988; MacLeod y Hagan, 1992; Mogg y Bradley, 1998), la interpretación de estímulos ambiguos (MacLeod y Cohen, 1993; Calvo y Eysenck, 1998; Calvo, Eysenck y Castillo, 1997; Calvo y Castillo, 1997; Calvo, Eysenck y Estévez, 1994), y la recuperación de información de la memoria (Ellis y Moore, 1999; Christianson y Engelberg, 1999), principalmente en el estudio de los sesgos cognitivos implicados en los trastornos de ansiedad (Eysenck y Calvo, 1992; Eysenck, 1997; Calvo y Garcia, 2000).

    Desde este marco teórico, el propósito de este trabajo es el estudio de los patrones atencionales de respuesta ante estímulos afectivos de diversa valencia hedónica, relacionados con diferentes niveles de IA. Para este objetivo hemos utilizado la tarea experimental denominada stroop emocional (véase Martínez-Sánchez y Marín, 1997), una adaptación de la desarrollada inicialmente por J.R. Stroop (Stroop, 1935). En tarea stroop emocional se presentan palabras de diverso valor afectivo escritas con diferentes coloraciones; la tarea de los sujetos consiste en indicar el color con que aparece escrita cada una de las palabras lo más rápidamente posible, ignorando su contenido semántico. El sesgo atencional se materializa en los mayores tiempos de reacción cuando la palabra tiene contenido emocional, en comparación con los tiempos de reacción obtenidos en respuesta a la presentación de palabras de valencia hedónica neutra. Dicho efecto se interpreta clásicamente como una expresión el grado en que el contenido de los estímulos emocionales es procesado e interfiere el procesamiento primario del color.

    La hipótesis principal de este trabajo propone que la mayor reactividad afectiva de los sujetos con altos niveles de IA estará relacionada con un mayor efecto stroop emocional. Con el objetivo de desechar explicaciones alternativas no emocionales a las posibles diferencias encontradas entre los diferentes niveles de IA, el efecto de stroop emocional se estudia conjuntamente con el stroop clásico, ante el cual no se predicen diferencias en función del nivel de IA. Por último, el posible efecto de stroop emocional se analiza separadamente para los estímulos positivos y negativos, con el propósito de probar la consistencia de los resultados experimentales que parecen indicar que el stroop emocional está determinado principalmente por los tiempos de reacción antes estímulos emocionales negativos (por ej., McKenna y Sharma, 1995; Pratto y John, 1991).

 

MÉTODO

Sujetos

    Cincuenta y un alumnos de primer curso de la licenciatura de Psicología (Universidad de Murcia), 12 varones y 39 mujeres de edades comprendidas entre 18 y 33 años (media = 19,8; dt = 3,2). La participación en el experimento formaba parte del programa de prácticas de una de las asignaturas de la licenciatura.

Aparatos

    Un ordenador PC Pentium con monitor VGA controlado por un programa elaborado para este fin, utilizando el software de psicología experimental MEL 2.0 (Micro Experimental Laboratory), de Psychology Software Tools (Schneider, 1988, 1995; Rodgers, Schneider, Pitcher y Zuccolotto, 1995).

Cuestionarios

    Todos los sujetos fueron sometidos a evaluación psicológica utilizando la Escala de Intensidad Afectiva (Larsen y Diener, 1987), en su adaptación española (Martínez-Sánchez; 1995; Martínez-Sánchez y Ortiz Soria, 2000). La AIM es un autoinforme que mide la intensidad de la reacción afectiva de los sujetos ante diversos sucesos y situaciones potencialmente desencadenadoras de respuestas afectivas; está compuesta por 40 ítem, ante los cuales los sujetos deben valorar cómo reaccionan ante las diferentes situaciones que se proponen, respondiendo en una escala Likert de seis puntos, siendo: (1) nunca, (2) casi nunca, (3) a veces, (4) regularmente, (5) casi siempre, (6) siempre.

Estímulos

    Los nombres de los cuatro colores empleados (azul, amarillo, rojo y verde) y quince palabras seleccionadas a partir de los resultados de dos estudios previos (Algarabel, 1996; Campoy, 1999), en los cuales un conjunto amplio de palabras fueron valoradas empleando escalas de agradabilidad. Las palabras afectivamente significativas (cinco positivas y cinco negativas) fueron seleccionadas de entre las que obtuvieron puntuaciones extremas en las escalas, mientras que las palabras neutras (cinco) lo fueron de entre las que obtuvieron puntuaciones cercanas al punto medio. En la selección de los estímulos se consideró su frecuencia léxica (Alameda y Cuetos, 1995), así como número de letras y sílabas. En el Anexo 1, se presentan los estímulos empleados junto con los valores de frecuencia, agradabilidad, etc., que fueron tomados en cuenta en la selección final de los estímulos.

Procedimiento

    Se instruyó a los sujetos para que pulsaran lo más rápidamente, y cometer sin errores, una de entre cuatro teclas según el color con que aparecieran en la pantalla los estímulos (ver Anexo 2); los cuatro colores posibles eran azul, amarillo, rojo y verde. Con el objetivo de mantener el interés por la tarea, se estableció un sistema de puntos según el cual los aciertos permitían obtener entre uno y tres puntos (más puntos a mayor rapidez en la respuesta) mientras que los errores se penalizaban con la pérdida de tres puntos. A intervalos regulares (cada 23 ensayos en la fase práctica y cada 19 en la experimental) se informaba de los puntos obtenidos durante los últimos ensayos, así como de la puntuación máxima que se podría haber obtenido en el mejor de los casos.

    La secuencia de presentación de cada ensayo fue la siguiente: (1º) en el centro de la pantalla aparecía un símbolo de sostenido que servía como punto de fijación (duración, 400 ms); (2º) la pantalla quedaba en blanco (100 ms); (3º) aparecía el estímulo coloreado y se esperaba la respuesta del sujeto; (4º) la pantalla quedaba en blanco durante 2000 ms antes de comenzar nuevamente en el paso 1º. El orden de presentación se estableció al azar, con la restricción de que un mismo estímulo o un mismo color no apareciera consecutivamente en dos ocasiones.

    La fase de práctica estaba compuesta por dos bloques de 92 ensayos cada uno, separados de un periodo de descanso de 30 segundos; en cada bloque de práctica, 23 cadenas de letras (por ejemplo, wwwww) aparecían una vez en cada uno de los cuatro colores. Finalizada la fase de práctica, un mensaje en la pantalla informaba del comienzo de la fase experimental. Esta fase estaba compuesta por tres bloques de 76 ensayos, separados, como en el caso anterior, de un periodo de descanso de 30 segundos. En cada bloque experimental, cada una de las 15 palabras y de los cuatro nombres de colores aparecía una vez con cada una de las coloraciones posibles. Durante el primer bloque de práctica, se proporcionaba retroalimentación tras cada ensayo; en el resto del experimento, sólo aparecía un mensaje de advertencia tras los errores.

    Al finalizar la tarea experimental, los sujetos completaron la escala de intensidad afectiva de Larsen.

RESULTADOS

Intensidad afectiva

    Las puntuaciones en la escala de IA estuvieron comprendidas entre 113 y 201, siendo la mediana 153, la media 154 y la desviación típica 18,08. Los sujetos se dividieron en dos grupos en función de sus puntuaciones en la escala: los sujetos que obtuvieron puntuaciones por encima de la mediana fueron clasificados como altos en IA (n=25) y el resto, como bajos en IA (n=26).

Stroop clásico

    El efecto stroop clásico fue analizado mediante un ANOVA mixto dos por dos (factor intersujetos: nivel de IA, con dos niveles: alto y bajo; factor intrasujeto: coloración, con dos niveles: consistente e inconsistente), el cual resultó significativo para el factor coloración (F(1, 49)= 116,970; p< 0,000), pero no para en nivel de IA (F(1, 49)= 0,147; p=0,703) ni para la interacción (F(1, 49)=0,040; p=0,842). El efecto del factor coloración se debió a que los tiempos de reacción ante estímulos con coloración consistente (el nombre del color y la coloración coinciden; por ej., la palabra rojo escrita en rojo) fueron menores que los estímulos con coloración inconsistente (el nombre y la coloración no coinciden; por ej., la palabra rojo escrita en azul).

FIGURA 1
Tiempo medio de reacción (expresado en milésimas de segundo en el eje de ordenada) ante estímulos con coloración consistente (por ej., la palabra rojo escrita en rojo) e inconsistente (por ej., la palabra rojo escrita en azul) en los grupos de intensidad afectiva baja (izquierda) y alta (derecha).

Stroop emocional

    En efecto stroop emocional fue analizado empleando un ANOVA mixto 3 por 2 (factor intrasujeto: tipo de estímulo, con tres niveles: positivo, neutro, negativo; factor intersujetos: nivel IA, con dos niveles: alto, bajo), cuyos resultados no resultaron significativos para el factor nivel de IA (F(2,98)=1,585); p=0,214), pero sí para factor tipo de estímulo (F(2, 98)=5,707; p=0,005), así como para la interacción tipo de estímulo por nivel de IA (F(2,98)=5,672; p=0,005). Como se puede apreciar en la Figura 2, la significación de la interacción viene motivada por el hecho de que el efecto de stroop emocional apareció en el grupo de alta IA (F(2,48)= 8,508; p= 0,001) pero no en el grupo de baja IA (F(2,50)= 0,183; p= 0,183). La significación del factor tipo de estímulo es debida a que los estímulos afectivamente relevantes acarrean mayores tiempos de reacción que los estímulos neutros (F(2,49)=8,486; p=0,001), y esto ocurre tanto con las palabras positivas (F(2, 49)=5,992; p=0,005) como con las negativas (F(2, 49)=8,896; p=0,001); finalmente, los tiempos de reacción ante palabras positivas y negativas no difirieron significativamente (F(2, 49)=1,779; p=0,214).

FIGURA 2
Tiempo medio de reacción ante estímulos afectivamente positivos, neutros y negativos en los grupos de intensidad afectiva baja (izquierda) y alta (derecha).

DISCUSIÓN

    En relación al efecto stroop clásico, los resultados muestran que los tiempos de reacción ante estímulos de coloración inconsistente (por ej., la palabra rojo escrita en azul) son significativamente mayores que los obtenidos ante estímulos de coloración consistente (por ej., la palabra rojo escrita en rojo), confirmándose el efecto de stroop clásico (Stroop, 1935). Tal y como era de esperar, el efecto de stroop clásico no interacciona con el nivel de IA (ver Figura 1), estando presente tanto en el subgrupo de sujetos de IA alta como en el de IA baja.

    En relación a las palabras con carga afectiva, los tiempos de reacción ante estímulos afectivamente significativos (tanto positivos como negativos) fueron mayores que los obtenidos ante estímulos neutros. El hecho de encontrar diferencias en la tarea de stroop emocional entre los estímulos neutros y los positivos contrasta con los resultados obtenidos por McKenna y Sharma (1995), quienes obtuvieron mayores tiempos de reacción ante estímulos negativos que ante estímulos positivos, no encontrando diferencias entre los positivos y los neutros. Esta circunstancia no carece de importancia, ya que diferentes hipótesis acerca del locus del efecto stroop emocional predicen distintos resultados acerca de los estímulos positivos (ver McKenna y Sharma, 1995).

    Con respecto al principal objetivo de nuestra investigación, los datos mostraron que el nivel de IA condiciona la aparición del efecto de stroop emocional, apareciendo este efecto sólo en el subgrupo de sujetos de IA alta (ver Figura 2). La ausencia de relación entre el nivel de IA y el efecto de stroop clásico permite mantener una interpretación emocional de este hecho, descartándose otras explicaciones posibles, como las basadas en diferencia entre los grupos en cuanto al procesamiento semántico de estímulos verbales.

    En su conjunto, los resultados apoyan la suposición de Larsen y colaboradores (1987) de que las diferencias individuales en intensidad afectiva están relacionadas con patrones atencionales específicos durante la exposición de estímulos de valencia emocional y no ante estímulos de valencia hedónica neutra. En un reciente trabajo, Vanman, Dawson y Brennan (1999) obtienen resultados concordantes con esta hipótesis, al mostrar cómo los sujetos con altos niveles de intensidad afectiva emiten juicios de valoración más extremos respecto a la valencia hedónica –tanto positiva como negativa- de varios diversos estímulos emocionales (imágenes del IAPS), en relación a los sujetos con bajos niveles de IA.

    Finalmente, estos resultados apoyan la consideración de la intensidad afectiva como un predictor de la intensidad de las reacciones afectivas, siendo relevante su estudio en la investigación de los procesos de afrontamiento del estrés (Catanzaro, 1997), al estar vinculado a determinadas disposiciones de afrontamiento (afrontamiento centrado en la emoción, expectativas negativas sobre la habilidad para regular sus estados emocionales), que podrían hacer a los sujetos con altos niveles de intensidad afectiva, en ocasiones, vulnerables a padecer dificultades de ajuste (Ortiz Soria, 1999) al enfrentase a tareas en que se demandan respuestas emocionales adaptativas.


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Anexo 1: Estímulos empleados en el experimento y parámetros considerados para su selección

tipo

palabra

nº letras

nº sílabas

frecuencia (Alameda y Cuetos, 1995)

agradabilidad 1

(Algarabel, 1996)

agradabilidad 2

(Campoy, 1999)

POS

fiesta

6

2

140

6,00

6,905

NEU

prensa

6

2

124

4,75

-

NEG

hambre

6

2

129

1,82

-5,774

POS

cariño

6

3

58

6,10

7,964

NEU

ganado

6

3

58

3.90

-

NEG

navaja

6

3

50

1,94

-

POS

abrazo

6

3

44

6,13

7,750

NEU

esfera

6

3

46

4,11

-

NEG

engaño

6

3

35

-

-6,619

POS

ternura

7

3

86

6,05

-

NEU

comedor

7

3

86

3,92

-

NEG

cadáver

7

3

83

1,57

-

POS

verdad

6

2

864

6,30

6,393

NEU

puerta

6

2

820

-

1,798

NEG

muerte

6

2

759

2,04

-6,167

NOTA: Las puntuaciones de agradabilidad de Algarabel (1996) iban de 1 a 7 (punto medio = 4); las de Campoy (1999), de -10 a +10 (punto medio = 0).

 


Anexo 2: Resumen de las instrucciones proporcionadas a los sujetos

    El experimento consta de una serie de ensayos en cada uno de los cuales aparecerá una palabra escrita en uno de estos cuatro colores: AZUL, AMARILLO, ROJO y VERDE. Tu misión consiste en pulsar, lo más rápidamente posible y sin errores, las teclas Z, X, N, o M según el color con el que está escrita la palabra: la letra Z si la palabra está escrita en AZUL, la tecla X si la palabra está escrita en AMARILLO, la letra N si la palabra está escrita en ROJO y la tecla M si la palabra está escrita en VERDE.

    Por cada respuesta correcta se darán 1, 2 ó 3 puntos (más puntos cuanto más rápidamente hayas contestado). Por cada error se quitarán 3 puntos. Tu objetivo es intentar conseguir el máximo número de puntos. Cada cierto número de ensayos se te informará de los puntos que has obtenido y del máximo que podrías haber obtenido en el mejor de los casos.

    En la primera parte del experimento, se presentarán dos bloques de práctica, en los cuales aparecerán cadenas de letras (por ej., wwwww) coloreadas; tras éstos comenzará el experimento propiamente dicho, en el cual, aparecerán palabras; el contenido de la palabra no importa, lo único que interesa es el color con que está escrita.

 


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